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DOCUMENTACIONSOCIAL
REVISTADE
SOCIOLOGIAAPLICADA
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CARITAS ESPAÑOLACuesta de Santo Domingo, 5 - MADRID-13
A Ñ O V I S E P T IE M B R E 1966 T r im e s tra l
nota bibliográfica* Thuiller, Guy. LA PROMOTION SDCIALE. Presses Univ. de Fran-
ce. Col. «Que sais-je?» París, 1963.
El término promoción social tiene hoy tantas y tan diferentes acepciones que no está de más señalar el ámbito que el mismo tiene en esta obra. La promoción social, para Thuiller, abarca todo lo que concierne a la educación de adul os. Recoge la definición, propuesta por la Comisión Chenot, como la más precisa: «Debe ser considerada como acción de promoción social, teda acción de formación y de perfeccionamiento, de la naturaleza que cea, y a cualquier nivel que se sitúe, desde el memento e i que se d rige a una persona ya incorporada a la vida profesional. A la promoc ó i social interesa esencialmente tres campos:
1) Actividades profesionales. Debe perm itir al individuo man tener y mejorar su cualificación que le permitirá conservar su empleo o acceder a puestos de respcn3abilid?d creciente, debe perm itirle también efectuar las reconversiones de actividad, que la evolución general impondrá fre cuentemente.
2) Actividades sociales y cívicas. La acción correspondiente, conocida bajo el término ambiguo de «promoción colectiva» se refiere a la formación de representantes cual fica dos de las agrupaciones de trabajadores, las colectividades sociales o profesionales.
3) Actividades de recreo. La acción correcpor.d en^e tiene por objeto perm itir a cada uno disfrutar plenamente del patrimonio cultural común.»
La necesidad, cada día más urgentemente sentida, do comple tar la formación que se recibe en las aulas escolares, obliga a buscar unos medios de «educación» quo acompañen al hombre a lo largo de su vida activa.
Hacer participar al mayor número de hombres en el bien común de la sociedad, tratando de evitar frustraciones y sagregac c- nes, es la idea central del libro, y su mayor interés está en des tacar, una y otra vez, como para la construcción de un murdo «más humano» la lucha por la formación y la participación cultu ral es esencial.
sumario
Páginas
Presentación.................................................................... 3
Los problemas sociales y la acción social, porDemetrio CASADO .................................................. 5
Metodología de la promoción social, por Antonio DEL VALLE .................................................................. 15
La animación social en medio urbano: una solución, por M ichel BLONDIN .......... 27
Una asociación de fomento cultural en zona industrial, por Ignacio A L B IS U ................................. 51
Fomento ganadero y promoción rural, por Francisco IÑ IG O ................................................................ 59
Bibliografía seleccionada, por M. J. M ................. 72
Educación y desarrollo rural. La experiencia de Treviso, por Giuseppe ROSSETTO ................... 73
Un tele-club rural, por Antonio ALBARRAN ......... 85
Noticiario Legislativo, por Luis MADRIGAL ......... 92
Núm. 3 * SEGUNDA EPOCA * septiembre 1966
consejo de redacciónDirector: Ramón ECHARREN.
Miembros del Consejo: Demetrio CASADO, Antonio DEL VALLE, José María DIAZ-MOZAZ y María Jesús MANOVEL.
Colaboran en este número: Antonio ALBARRAN, Ignacio ALBISU, Michel BLONDIN, Francisco IÑIGO, Luis MADRIGAL y Glusep- pe ROSSETTO.
Redacción y Adm inistración: CARITAS ESPAÑOLA. Cuesta de Santo Domingo, 5. Madrid (13). Teléf. 248 94 05.
Suscripción anual (4 números): ESPAÑA, 160 pesetas. EXTRANJERO, 4 dólares.
Esta colección está preparada por el CENTRO DE ESTUDIOS DE SOCIOLOGIA APLICADA de Cáritas Nacional y tiene como finalidad fac ilita r una serie de números monográficos que versan sobre temas de acción social y desarrollo comunitario. La Dirección solicita, para cada tema concreto, la colaboración de aquellos especialistas que han trabajado en la práctica y conocen a fondo cada una de las materias, presentándolas a través de una visión social.
Depósito Legal: M. 6.021 - 1959.ARTEGRAF - Navas del Rey, 34 - Madrld-11,
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presentación
En el número uno de su segunda época, DOCUMENTACION SOCIAL presentó lo que podríamos denominar los fundamentos teóricos de la promoción social. Tomando como punto de partida el examen de la noción y objetivos específicos de la promoción social, se trazaron las grandes líneas de la misma en el marco diverso del medio rural y del medio urbano.
El número que ahora presentamos enlaza con aquél en cuanto que intenta dar un paso más hacia la realidad o, si se quiere, hacia lo que puede ser la aplicación real de ese conjunto de técnicas que se denomina promoción social.
El sistema seguido ha sido esencialmente inductivo. Partiendo de una serie de experiencias realizadas con una incidencia real en las situaciones que pretendían modificar, partiendo también de una visión sociológica y sistemática de los problemas sociales, visión ordenada a la acción social, se ha inducido la metodología de la promoción social.
En consecuencia, la estructura del número, respondiendo a idénticos criterios, presenta en primer lugar un trabajo sobre «Los problemas sociales y la acción social», pasando a continuación a examinar la «Metodología de la promoción social», trabajo que recoge y generaliza las constantes metodológicas que se derivan de la serie de experiencias que a continuación se presentan. Las «experiencias» que se presentan recogen aspectos diferentes de la promoción social aplicada o realizada en medios rurales y urbanos.
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Así, como experiencias urbanas se ofrecen «La animación social en medio urbano», que recoge una experiencia canadiense, y «Una asociación de fomento cultural en zona industrial», de una localidad guipuzcoana. De la acción realizada en medio rural presentamos «Fomento ganadero y promoción rural», de la provincia de Castellón; una experiencia italiana sobre «Educación y desarrollo rural» y «Un tele-club rural», de un pueblo de la provincia de Madrid.
Algunas de estas experiencias han sido tomadas, mediante una selección previa y las ampliaciones necesarias, de las que la revista «Perspectivas Sociales» ha presentado a lo largo del último año.
El número se cierra con las acostumbradas secciones de «notas bibliográficas» y «noticiario legislativo».
Finalmente queremos destacar el valor metodológico que presenta la experiencia canadiense que publicamos y que puede ser considerada como modelo, tanto por su interés social como por su profundidad técnica y riqueza metodológica.
Por exceso de original, en este número no se incluye nuestra habitual sección NOTAS BIBLIOGRAFICAS. Sin embargo, la Bibliografía referente a este tema puede consultarse en los números 1 y 2. En la página 72 se incluyen algunos t í tulos nuevos que hacen referencia a las experiencias de promoción social.
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los problemas socialesy la
acción socialpor Dem etrio CASADO
Por lo general los fenómenos y los problemas sociales (1) se definen y se clasifican desde el punto de vista de su naturaleza social. De ello resulta un planteamiento, que siendo ú til en una perspectiva de conocimiento, no lo es tanto en una perspectiva de acción. La cada vez más urgente necesidad de abordar con el máximo rigor científico y técnico los problemas sociales, entraña la exigencia de plantear su estudio con una perspectva operativa; se trataría en últim o térm ino de elaborar un cuadro de conceptos e ideas capaces de interpretar y describ ir los problemas sociales y sus circunstancias, de tal manera que se responda a las necesidades de información que plantea la planificación y ejecución de la acción social.
En las páginas que siguen se plantea un aporte teórico modestísim o y parcial dentro de la línea indicada. Su objeto consiste en apuntar los elementos que componen la problemática social desde el punto de vista de la acción social.
NIVELES DE LA PROBLEMATICA SOCIAL
En las diferentes experiencias de acción social puede observarse que sus objetivos se sitúan en varios niveles. En prim er lugar ha de señalarse el correpondiente a Jas carencias y perturba* clones del bienestar y el desarrollo del hombre; en segundo lugar debe considerarse el nivel de las perturbaciones del equilibrio social; en tercer lugar puede defin irse el de los recursos de la acción social, y en cuarto lugar, puede contemplarse un sector particular e importante de este tercer nivel: el marco institucional público en relación con la acción social.
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La enumeración precedente corresponde exactamente a los factores de la acción social. La acción social tiene su fundamento en la existencia de carencias y perturbaciones que afectan ai hombre, bien sea directamente o de manera inmediata a través de los efectos del desequilibrio social. Para atajar estas situaciones la acción social procura u tilizar o crear unos recursos adecuados, entre los cuales tienen una especial importancia los que se refieren al cuadro de normas, instituciones, fondos y funciones correspondientes a la Adm inistración Pública del país.
Es evidente que de las cuatro dimensiones citadas, solamente la primera y la segunda tienen un contenido de fenómenos que pueden considerarse problemas sociales en sentido estricto ; sin embargo, las otras dos dimensiones implican una serie de d if icultades y carencias que condicionan negativamente la acción social y que pueden ser consideradas también problemas sociales. Por ello, desde la perspectiva operativa de la acción social, interesa considerar integrados en la problemática social las mencionadas carencias y dificultades. En la vida social se producen problemas sociales ta les como la fa lta de viviendas para ciertos sectores de población. La acción social ha de responder a esta carencia y por ello— si se desean evitar las fórmulas «benéficas»(2 )— necesita hombres dispuestos a organizarse en cooperativas u otras formas de asociación que sirvan de base para resolver el problema; asimismo es necesario que existan fondos públicos que permitan financiar la construcción de las viviendas. La carencia de hombres dispuestos a asociarse y la carencia de fondos públicos, que son carencias al nivel de los recursos y del marco institucional, constituyen problemas para la acción social y, por ello, en mi opinión, deben integrarse en el cuadro de la problemática social.
CARENCIAS Y PERTURBACIONES DEL BIENESTAR Y DEL DESARROLLO HUMANO
Esta primera categoría de problemas es la que corresponde a los fenómenos humanos que más impresionan la sensibilidad social, y vienen a ser algo así como la incidencia final de la problemática social en el hombre. Provisionalmente podrían c las ificarse en los siguientes tipos: situaciones de dependencia, situaciones de pobreza y situaciones de desajuste personal.
a) Situaciones de dependencia.
La acción social se enfrenta, con frecuencia, con el problema
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de las categorías sociales dependientes; es decir, incapaces de subsistir sin una ayuda ajena: niños, enfermos y ancianos desválidos, inválidos, dism inuidos de todos los órdenes, etc. La sociedad responde de estos problemas, en general, a través de fó rm ulas «benéficas»; sin embargo, a la acción social se le plantean también problemas y posibilidades de rehabilitación de inválidos, integración profesional, creación de puestos de trabajo especiales para todo tipo de dism inuidos, promoción de fórm ulas asociativas (asociaciones de padres de niños subnormales), promoción de servicios de previsión (residencias y servicios para ancianos, gestionados y financiados por los m ism os), etc.
Las situaciones de dependencia provienen a veces de dependencias congénitas o adquiridas (enfermos y d ism inu idos); otras veces la dependencia tiene su origen en infortun ios fam iliares (niños desvalidos); en otros casos la dependencia arranca de factores fis io lógicos (ancianidad). Sin embargo, debe tenerse en cuenta que las exigencias sociales que estos problemas plantean vienen matizados por determinados factores de tipo social. Cuando están muy desarrolladas las funciones de auxilio Ínter o intra- fam iliar, los servicios que ha de prestar la sociedad fren te a las distintas situaciones de dependencia es mucho menor que en el caso contrario. La dependencia del anciano, incluso, se produce con más frecuencia en las sociedades donde su estatuto está poco valorado (cual es el caso de las sociedades modernas), que en aquellas otras donde es objeto de gran estimación. Por otra parte, la tendencia a considerar que la sociedad tiene la obligación de afrontar estos problemas, plantea unas exigencias de atención crecientes.
b) Situaciones de pobrezaLa insatisfacción de las necesidades fundamentales de alim en
tación, salud, educación, vivienda, empleo y renta constituye una problemática social encuadrable, con más o menos propiedad, en el concepto genérico de pobreza. Este problema se produce en muchos casos a un nivel carencial intenso, y constituye un pro blema de carácter absoluto (hambre, analfabetismo, paro to ta l, e tcétera); en otros casos el problema es relativo, es decir, resulta de comparar la realidad con los niveles a que han llegado otros sectores sociales y a los que se aspira socialmente.
La pobreza se presenta a veces afectando a grupos y comunidades enteras, pero en otros casos afecta, de manera más o menos generalizada, a individuos y fam ilias aisladas (parados, s i
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niestrados, personal no cualificado, clases inferiores, clases pasivas, e tc .). Este segundo caso es el que se encuadra dentro del tipo que consideramos «carencias y perturbaciones del bienestar y del desarrollo humano». Este tipo de pobreza recibe, con fre cuencia, un tratam iento de tipo «benéfico», más, también es obje to con frecuencia de una acción social encaminada a resolver sus problemas de alimentación (cooperativas de consumo, educación en economía doméstica, educación alimentaria, e tc.), salud (educación sanitaria, saneamiento, e tc .) , educación (alfabetización, educación de base, e tc.), empleo (formación profesional, promoción de la movilidad social, formación de migrantes, promoción cooperativa, e tc ).
En la problemática de la pobreza las d istin tas manifestaciones de la misma vinculan en una relación de causa y efecto (analfabetism o— bajo nivel de renta— ; paro— mala alimentación— ; etc.). Asim ism o las situaciones de dependencia no atendidas desembocan en situaciones de pobreza; por otra parte, muchos de los problemas que veremos después pueden conducir a situaciones individuales o colectivas de pobreza.
c) Situaciones de desajuste personal
Aunque este enunciado puede englobar un repertorio muy amplio de situaciones de inadaptación y desintegración, en este caso quiere referirse exclusivamente al conjunto de situaciones individuales, más o menos generalizadas, en las que los individuos no están adaptados o integrados a la cultura o a la comunidad a que pertenecen.
Con frecuencia estas situaciones originan perturbaciones de la conducta y del equilibrio psicosomático. Aparte de factores individuales y fam iliares casuísticos, es muy general la incidencia en estas situaciones de la desorganización social a que se hará referencia más adelante.
Los desajustes personales suelen ser objeto de tratam iento asistencial (case w ork), más cuando aparecen de manera bastante generalizada, plantean exigencias operativas diferentes a la acción social, que debe inc id ir sobre todo en sus causas sociales, según se verá más adelante.
PERTURBACIONES DEL EQUILIBRIO SOCIAL
La satisfacción de las necesidades humanas y la realización del desarrollo humano están condicionadas a la organización so-
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cial, por ello los problemas de carencias y las lim itaciones a que se hizo referencia anteriormente tienen una ciara reiación con las perturbaciones del equ ilibrio social. Estos pueden tip ifica rse de varias maneras; en este caso se utilizan estos tres tipos: situaciones de marginalidad, atraso cultural y desorganización social.
a) Situaciones de marginalidad
Las situaciones de marginalidad se producen en grados muy diferentes, de tal manera que a veces se incluyen en otros tipos de problemas, sin embargo, existen algunas muy típ icas que han sido afrontadas en diversas ocasiones por la acción social. Tal es el caso de los gitanos, los delincuentes y las prostitutas, entre otras categorías. No se trata, en estos casos, de situaciones ind ividuales más o menos generalizadas de marginalidad, sino que esta situación afecta a categorías y grupos enteros, las cuales se encuentran en una posición claramente desventajosa en orden a lograr unas metas de bienestar y desarrollo.
b) Atraso cultural
Este concepto— poco sociológico aparentemente en cuanto que contiene un ju ic io de valor— corresponde a aquellas situaciones en las que la cultura vigente en ciertas comunidades, grupos o sectores, está menos evolucionada que la predominante en la sociedad general a que pertenecen dichos grupos o comunidades.
Esta situación no constituye en sí misma un problema social, puesto que los estadios culturales no son susceptibles de valoración; sin embargo, de hecho, constituyen un «handicap» para el desarrollo de la vida social de las comunidades rezagadas que tienen que contar— en una sociedad comunicada— con el resto del conjunto social.
El medio rural, en general, está rezagado socialmente respecto a la cultura urbana, que es la que tiende a imponerse en la vida social. Una gran parte de los esfuerzos de la acción social en este medio, apuntan, en últim o térm ino, a aproximar el nivel de vida rural al urbano mediante la incorporación de las pautas cu lturales, el modo de vida en defin itiva, de las ciudades.
c) Desorganización social
Esta denominación se refiere a una serie de anormalidades sociales cuya característica común es la falta de consenso social. En una sociedad en rápida evolución, cual es el caso de la
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nuestra, este problema afecta en cierta medida a toda la sociedad (conflictos de padres e hijos; indeterminación de las normas de comportamiento; rápida declinación de los valores; e tcé te ra ).
En algunos sectores y comunidades el problema se presenta con una agudeza especial. En las comunidades rurales que han entrado en contacto con la nueva cultura de manera súbita e intensa, es normal que se haya producido una situación de cris is cultural; es decir, de confusión, ambigüedad y enfrentam iento de normas, crite rios, conductas, etc.; en las comunidades de nueva creación (barrios suburbiales, nuevas ciudades, barrios de absorción, etc.) es también normal que se produzca una situación de caos social, originado en el desconocimiento de sus habitantes, en la ausencia de un sedimento de pautas de comportamiento y en la carencia de relaciones, grupos, líderes, etc.; es decir, de organización social.
La Organización de Comunidad es una forma de acción social que responde adecuadamente a esta problemática, y los centros sociales y las asociaciones, en general, se utilizan con frecuencia como medios para corregir la desorganización comunitaria.
Una forma de desorganización sociai a la que los movimientos sociales de carácter moderado y reform ista no suelen dedicar mucha atención, es aquella que consiste en una lim itación anormal de las posibilidades de participación social de c iertas categorías o grupos, como consecuencia de determinados desequilibrios de poder (caciquismo, monopolio, opresión de determinados sectores sociales, e tc.). No cabe duda de que estos problemas tienen una clara resonancia política, y por ello, se tiende a pensar que deben ser afrontados por los movimientos de acción política.
La acción social ha incidido, en ocasiones, sobre estos problemas y puede hacerlo con toda propiedad (aún sin abandonar su orientación reform ista no revolucionaria). La educación cívica, la creación de instituciones, la organización social y económica de los sectores perjudicados, y otras acciones, son medios adecuados para (incidir favorablemente en los desequilibrios de poder y aun corregirlos en ciertos casos.
PROBLEMAS RELATIVOS A LOS RECURSOS
Desde el punto de vista de la acción social el concepto de
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recursos es muy amplío. Todo elemento que cumple una función social, o que puede ser utilizado positivamente, es un recurso. He aquí una enumeración de las grandes categorías de recursos (3):
— la población— las estructuras culturales— las estructuras sociales— las estructuras económicas—- la infraestructura.
Los fenómenos y elementos socioeconómicos a que aluden los enunciados anteriores existen siempre, como es lógico, en todas las sociedades y comunidades; de lo contrario la sociedad no existiría. Lo que importa resaltar en orden a la s is te matización de la problemática social, desde el punto de vista de la acción social, es que tales fenómenos, para ser recursos de la acción social, deben estar conformados de tal manera que sean un factor positivo de sus objetivos. Con frecuencia la realidad es distinta de este supuesto, bien sea porque las estructuras mencionadas carecen de ciertos elementos de los que sería necesario disponer, bien sea porque existen elementos de incidencia negativa respecto a los fines de la acción social. En el prim er caso se plantea, pues, la necesidad de crear recursos, en el segundo, de orientarlos favorablemente.
La acción social necesita contar con la población en cuanto tal y con sus características. La población siempre es un recurso, más puede ocurrir que sea un recurso insuficiente para los fines de la acción social en ciertos casos (desequilibrio de sexos, escasez de población joven, o, en general, desequilibrio de edades, etc.) en tal caso se puede decir que existe un problema social (4).
En los elementos culturales de una población pueden exist ir también problemas de recursos. La orientación de los valores, las actitudes y los comportamientos, es de una im portancia grande respecto a la acción social. Probablemente puede decirse que es en este nivel donde se sitúan los recursos más importantes. En térm inos generales puede decirse que, desde el punto de vista de la acción social, uno de los problemas más graves con que ha de enfrentarse es con la carencia de un cuadro de valores y actitudes propicios para el logro de las metas de la acción social. Las actuaciones de mentalización a que se
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hizo referencia anteriormente persiguen la creación de este tipo de recursos,
A l nivel de las estructuras sociales pueden producirse también carencias de condiciones favorables (recursos) importantes. La ausencia de líderes, la endeblez de ios movimientos asociativos, los obstáculos para la movilidad social, la inadecuada distribución de la renta, etc., son fenómenos harto frecuentes que constituyen obstáculos a la acción social. Del mismo modo que la insuficiencia de equipamiento social constituye un problema de recursos.
Como consecuencia de los problemas que se plantean en la carencia o inadecuada ordenación de los recursos correspondientes al nivel que consideramos, la acción social, como en el caso anterior, se ve obligada a crearlos (formación de líderes, organización comunitaria, etc.) o a orientarlos adecuadamente (redistribución de la renta, adaptación de servicios, etc.).
En el campo de las estructuras económicas y en el de la infraestructura los problemas son análogos.
PROBLEMAS RELATIVOS AL MARCO INSTITUCIONAL
La expresión «marco institucional» se emplea aquí en una acepción, a la vez amplia y restringida, que alude a las ins titu ciones públicas y a las formas de convivencia política. La acción social ha de tener en cuenta estos fenómenos, que entrañan posibilidades y d ificultades. Los problemas sociales en este nivel surgen cuando las estructuras políticas carecen de aquellos elementos que precisa la acción social para el cumplim iento de sus fines o cuando la orientación de dichos elementos no es adecuada.
La sistematización de esta problemática comportaría un tra bajo que no es posible desarrollar aquí, más cabe aludir a algu nos fenómenos que sirvan de orientación y muestra.
En la vida pública se instituyen una serie de pautas; unas escritas como son las leyes, otras no escritas como son aquellas que se manifiestan y crean a través de comportamientos re ite rados y homogéneos. En este nivel, y siempre desde la perspectiva de la acción social, se dan problemas de carencia (actualmente no está ordenada normativamente el campo de la integración de los gitanos, por ejemplo) o de orientación inadecuada
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Otro sector de problemas de interés es el que se deriva de las posibles anormalidades funcionales en la aplicación de las normas.
Otro aspecto de las estructuras políticas que interesa a la acción social es el correspondiente a las d irectrices, medidas y programas de ación social emanados de la Adm in istración Pública. Tales elementos tienen el carácter, en princip io, de recursos, mas pueden producirse también en ellos problemas de carencia de orientación. A l prim er tipo correspondería, por ejemplo, la carencia de programas de educación sanitaria; al segundo, tipo podrían adscribirse todos aquellos programas en los que la Adm inistración, desestimando el princip io de subsidiariedad, asume responsabilidades ejecutivas que podrían ser incorporadas por la sociedad. De la misma manera que a propósito de las normas, además de los problemas estructurales apuntados, existen problemas funcionales, como por ejemplo las frecuentes d ificultades adm inistrativas con que tropiezan los aspirantes a beneficiarse de los programas públicos.
Como no se pretende analizar la estructura de la problemática social, sino simplemente apuntarla, creo que puede concluirse esta referencia a los problemas sociales que se le presentan a la acción social al nivel de las estructuras políticas, indicando que el esquema manejado anteriormente (carencias, orientación inadecuada, desviaciones funcionales) podría aplicarse a los restantes sectores de las estructuras políticas que interesan a la acción social; es decir, los órganos de la Adm in istración competentes en la materia y los fondos financieros aplicables a la acción social (5).
NOTA FINAL
Algunos de los problemas mencionados en el nivel de los recursos y en el del marco institucional, no son aparentemente de naturaleza social; sin embargo, y por las razones que expuse anteriorm ente, me pareció oportuno integrarlos en la estructura funcional de la problemática social que aquí se ha apuntado. No pretendo, en esta nota final, jus tifica r este planteamiento que estaría dispuesto a cambiar si ello supusiera un progreso doctrinal o de comunicación para la acción social, lo que pretendo es subrayar que la acción social, en los dos niveles citados, en enfrenta con una amplia serie de fenómenos de naturaleza social, económica y política con los que está vinculado necesariamente el lo
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gro de sus objetivos, y que por e llo ha de mejorarlos, crearlos y orientarlos adecuadamente. Ello explica el que la acción social debe abordar campos tales como la promoción Institucional o la promoción legislativa, los cuales, aunque no son específicamente sociales, pueden convertirse en plataformas de lo social cuando sirven a sus fines. En últim o térm ino esta consideración puede generalizarse, en cuanto que la acción social no se caracteriza por la naturaleza social de los elementos que maneja, sino de los fines que persigue, aun cuando, en rigor, éstos varían en alguna medida según la posición de los agentes de la acción social.
(1) El concepto «problema social» se maneja en este artículo en un sentido muy amplio. Espero que en otra ocasión será posible abordar el estudio de las varias acepciones de este concepto.
(2) A la palabra «benéfico» se le adjudica en este trabajo un significado convencional e impreciso, que viene dado por el conjunto de las características (paternalismo, pasividad del beneficiario, ausencia de promoción, etc.) de la acción social tradicional, que las modernas corrientes impugnan. Ei lector aceptará esta vaguedad en razón a la tremenda y larga tarea que supone poner en orden y claridad en el actual caos de la terminología de la acción social (esta misma expresión es equívoca). Esperemos que alguien sea capaz de hacerlo.
(3) Como puede observarse en la enumeración que sigue, el nivel de los recursos comprende la totalidad de la realidad socio-económica. Esto es cierto en términos generales, más debe entenderse que en la práctica, al planear o desarrollar una actividad de acción social no se precisa contar con la totalidad de los elementos comprendidos en las estructuras sociales y económicas, sino que se sigue un criterio selectivo que facilita la acción.
(4) Como es sabido, la población, cuando se considera excesiva, tiende a plantearse más como problema que como recurso. Esta orientación, salvadas las implicaciones neomaltusianas que lleva consigo en la mayor parte de los casos, es aceptable en el contexto en que se plantea y no es incompatible con la concepción de recurso qua aquí se postula en cuanto que, según la tesis que se viene manejando, los recursos tienen dimensiones problemáticas.
(5) Deliberadamente dejo sin tratar el importante problema de las estructuras políticas al nivel de las instituciones fundamentales. En mi opinión a este nivel pudieran plantearse problemas sociales importantes que, si bien corresponden a una acción política, no son Invulnerables a la acción social.
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metodología de la promoción social
por Antonio DEL VALLE
No cabe duda que en estos momentos el movim iento de promoción social que en nuestro país se desarrolla va cuajando y elaborando sus fundamentos, sus objetivos y sus técnicas. Los promotores, administradores, trabajadores sociales y líderes de la acción social van forjando la armadura mental e intelectual que fundamenta su acción, íntimamente unida con una concepción progresiva de la sociedad, del cambio social y del respeto a la persona humana.
Parece claro que la acción social, y la promoción social como el proceso dinámico de elevación comunitaria que aquélla postula, no puede definirse y catalogarse únicamente como un conjunto de técnicas de sociología aplicada y de terapéutica social, sino que responden de algún modo a unas formas concretas de concebir la reforma de la sociedad, ya sea en concordancia con una ideología determinada, ya sea en línea de una concepción positiva de la vida y de la convivencia social.
Los movimientos de promoción social, creados in icia lm ente en los países occidentales, tal vez como respuesta a unos desniveles sociales acusados y en un intento de reforma social que no implicara cambios radicales, se han convertido hoy día en un conjunto de técnicas aceptado por países muy d iferentes y aplicadas, de un modo sistemático por sectores públicos y privados con motivaciones ideológicas, políticas y morales muy diferentes.
De todos modos, y al menos en este momento, la promoción social puede defin irse como un proceso social de auto-elevación
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de las personas y grupos, socialmente deprimidas o marginales, provocado por personas ajenas a esos grupos y que son conscientes de las deficiencias que presenta el orden social existente y deseosas de reformas eficaces y no de cambios radicales, productores de nuevos desajustes y problemas sociales.
LA IDEOLOGIA Y EL METODO
En este contexto se considera que la idea de la promoción social hay que traspasársela a los grupos y personas a promover, con objeto de que la sientan como suya. No descubrimos las Américas si decimos que esta metodología es moneda corriente en casi todas las actuaciones de acción social e incluso de propaganda política.
Sin embargo, renunciando de antemano a proseguir el análisis de la ideología y tomando la promoción social como un hecho de la reforma social, parece de gran actualidad considerar la metodología de la promoción social toda vez que, por una parte, ideología y método no son compartim ientos estancos, y, por otra, del método utilizado o a u tiliza r se derivan los resultados.
Antes de nada me atrevería a adelantar que, con independencia de la madurez en la ideología, e incluso en un intento de superación de la misma, lo que más le hace falta al movim iento de promoción social es método. Los recursos y las técnicas, por muy cuantiosos y perfectos que sean, fracasan o producen bajos rendim ientos cuando no encuentran el cauce adecuado, continuo y progresivo, que la metodología les puede señalar.
En España tenemos claros ejemplos que ilustran esta a firmación: Campañas de educación de adultos que fracasan, reformas de la empresa que se quedan en puros enunciados, te le clubs que no pasan de ser meros «disfrutes colectivos de la televisión» y m il ejemplos más, de todos conocidos.
Por supuesto que la metodología no es la panacea, la piedra filosofa l de cualquier actuación de promoción social. La metodología tiene su puesto y no puede remediar todas las deficiencias. Pero si la metodología se apoya, como debe ser, en la sicología del grupo a promover, en sus centros de interés reales, en un liderazgo representativo y en unos objetivos sentidos y deseados, muchos aparentes fracasos pueden ser auténticos progre-
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sos en la Integración del grupo y en su desarrollo cultural.
Lo que parece claro es que en materia de acción social no privan los modelos económicos de que los resultados corren parejos con las inversiones realizadas. Con solo mentalidad económica no se pueden apreciar los cambios de actitudes, los avances culturales, el mejoramiento de la vida social, la toma de conciencia ante los problemas, el aumento del sentido de responsabilidad, la aprehensión de objetivos comunes, etc. Los resultados externos de la promoción social (número de peones transformados en obreros especializados, de analfabetos «alfabetizados», de cooperativas, de centros com unitarios...) son fácilm ente cuantificables, pero aquéllos que se refieren a los valores morales y socio-culturales no se pueden m edir si no se posee una fina intuición desprovista de preju icios sobre lo que «hay que alcanzar». Quizá por esta razón— y por primar los valores económicos— se busquen con ansia los resultados externos y se menosprecie la tarea educativa y la acción social endógena.
PROMOCION DESDE «FUERA» O DESDE «DENTRO»
El prim er aspecto metodológico que se nos plantea en laobra de promoción es aquél que se refiere a quién debe in ic iar el trabajo. Como en cualquier otra actividad social, hay que poner a consideración si las actuaciones promotoras se han de rea lizar desde «arriba» o desde «abajo».
En materia de promoción social parece claro que más quehablar desde «arriba» o desde «abajo», hay que referirse a desde «afuera» o desde «dentro»; es decir, ¿la promoción sociales un proceso que debe ponerse en marcha desde fuera de la propia comunidad que padece los problemas, o por el contrario, la iniciación de ese proceso debe ser patrimonio del propio grupo social que precisa promoverse? Un somero análisis de la s ituación a este respecto nos muestra que, generalmente, el panorama actual se puede presentar así: las actuaciones de promoción social que se orientan al logro de resultados externos (formación profesional, cooperativas, centros comunitarios, etc.) suelen ser iniciadas desde «fuera» o bien por promotores de gran dinamismo que a menudo resultan casi imprescindibles para conducir a buen puerto las obras creadas; por el contrario, la promoción social endógena (acción en el terreno de las ac titu des, de lo cultural, de la integración socia l...) representa casi
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siempre una obra solidaria, en la que los líderes de la comunidad juegan un papel preponderante, básicamente educador.
Y es que ambos tipos de promoción tienen características organizativas y de animación muy dispares. El montaje de unos cursos de formación profesional, por ejemplo, precisa gruesas inversiones, gestiones sin cuento, un aparato organizativo a tono con la obra a desarrollar y un mínimo de animación socio-cultural: grandes sectores de la población sienten la necesidad de cualificarse profesionalmente y «esperan» la ocasión para acceder a ella. Sin embargo, el grupo de vecinos que lucha por crear un interés común a toda la barriada para enfrentarse con los problemas vecinales, precisa un alto grado de animación, previo a la puesta en marcha de la acción externa. Y esta animación sólo se logra desde dentro del grupo vecinal, o al menos con su propio esfuerzo y deseo solidario.
Parece claro que los promotores que se proyectan sobre un determinado grupo social, las instituciones de gran ámbito de acción e incluso los «notables» de la localidad, se orientan hacia la promoción social de resultados externos, dado que no exige gran dedicación a la tarea educacional, de conducción de personas o de animación a través de los líderes de la comunidad. No cabe duda que esta manera de proceder, que es beneficiosa en sí misma, no suele producir resultados duraderos y se parece más bien a la acción benéfica que a la verdadera acción social, aunque el objeto de sus actuaciones sean materias específicamente sociales.
La participación de las personas a promocionar, contar con sus opiniones y con sus líderes naturales, conformar las obras y servicios de promoción de acuerdo con sus deseos más profundos y «tenerlos en cuenta», no sólo en los discursos, parecen postulados esenciales en los que debe fundamentarse la metodología a emplear. No podemos extendernos aquí sobre el grado de preparación, la responsabilidad comunitaria y el «si saben lo que quieren» que muchos argumentan al llegar a este punto. Lo que sí parece claro es que la promoción social no se puede imponer ni repartir como el que da un aguinaldo.
Los animadores experimentados de la promoción social, aquéllos que fomentan el cambio social en la base y revisan con sinceridad y sin «aprioris» los métodos que utilizan, saben que hay que armonizar los dos tipos de promoción social aquí apuntados. No bastan los resultados externos, sino que se precisa un pro-
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tundo trabajo en el plano cultural (interno) y de la responsabilidad ante el mundo de los demás, por lo que tratan de conjugar lo exógeno y endógeno que la promoción social lleva consigo. Y en esta orientación, el concurso de la propia comunidad es imprescindible; y la comunidad se representa por sus líderes y por su solidaridad de grupo, latente o en potencia.
LA ACTITUD PROMOTORA
Sin caer en la crítica destructiva, hay que referirse a la actitud promotora en aquellos aspectos que inciden en la metodología de la promoción social. Parece conveniente señalar que el método en la acción social no puede contemplarse solamente como la técnica en «la manera de proceder». La metodología se tiene que apoyar en unas técnicas de acción social correctamente establecidas, pero básicamente se ha de inspirar en una actitud, un «estilo de acción» y una concepción del desarrollo social.
Por ello la promoción social repele la actitud paternalista, los intentos de colonización cultural, la fa lta de espíritu educador, el carácter autocrático en las decisiones y el sentirse «intérprete» y «profeta» de los deseos de la comunidad.
«Sentir con el pueblo» debe ser el lema de todo el que quiera acercarse con honradez para promocionar a los grupos y categorías que no han alcanzado su puesto en la sociedad.
No cabe duda que la situación actual de muchos sectores de la población no es muy propicia para asegurar su participación real y efectiva en la tarea promocional. Pero esta situación e x te r na no hace que los hombres sinceros, aquéllos que son capaces de detectar los valores que no han tenido posibilidad de desarrollarse y manifestarse, se queden en la periferia de los problemas internos. Por el contrario, les estimula. Ellos saben muy bien que su actitud ha de ser de servicio auténtico, dedicando una gran parte de sus energías a la formación de hombres y a la tarea educadora, ayudando ai grupo a manifestarse, a sentirse solidario, a tomar sus propias decisiones comunes y a desarrollar sus valores culturales. Estos animadores de la acción social cuando se ven obligados a decir «queremos lo mejor para estas gentes» lo hacen con respeto y con sinceridad, lejos de la hipocresía que la propaganda política ha puesto en esta frase.
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LA PLANIFICACION SOCIAL «DE OFICINA»
Los proyectos de promoción social se han beneficiado de los avances que la sociología aplicada les ha proporcionado. Las técnicas de planificación social han aportado una parte del método a utilizar. Han sido capaces de sistematizar el estudio de los problemas, de proporcionar las pautas necesarias para establecer las grandes fases de la acción y de orientar el establecim iento de los objetivos. Pero, al aplicar estas técnicas, se ha olvidado en muchas ocasiones que no se manejan índices estructurales sino factores humanos y una realidad dinámica y viva como es la vida social.
De ahí que la planificación, aplicada a la materia que nos ocupa, sea un buen auxiliar, pero al que hay que manejar con el m ismo cuidado que a una serpiente de cascabel. La planificación social exige participación «desde abajo» y una flexibilidad sin límites. Los planes preconcebidos, establecidos «en la oficina» por unos técnicos muy competentes, siempre son válidos como orientación, pero no sirven para la acción. A l contrario, pueden desviarla. La planificación social hay que hacerla, no sólo contando con vis itas a la zona, sino contando realmente con los animadores y líderes de la comunidad. La «participación» y el «establecimiento de objetivos» son el talón de Aquiles de la planificación «de oficina». Cuando logremos que técnicos y animadores de la acción social admitan el diálogo de igual a igual y se sienten en la misma mesa, podremos augurarle muchos frutos a la p lanificación social.
En la metodología de la promoción social se impone, c iertamente, la planificación, pero no establecida de antemano, sino elaborada a partir de la acción social, que se va realizando en cada momento. Y para ello es necesario disponer de una metodología que apunte con claridad los «cornos» de la promoción.
Así se cumplirá aquéllo de que «un programa debe empezar de tal forma que desde el principio eche raíces en la comunidad y debe desarrollarse tan lentamente como se necesite para que la comunidad siempre esté de acuerdo con él». (1)
LOS LIDERES
El elemento más importante para el desarrollo de todo programa de acción social son los líderes de la comunidad. Ellos son
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los que aseguran el carácter representativo, por así decir, de las actuaciones. Podríamos decir que su función básica, además de las propias de su liderazgo (animación y educación), es la de servir de «puente» entre los promotores o iniciadores del proceso social y la comunidad sobre la que se actúa.
El termómetro que nos perm itirá medir sin vacilaciones el grado de influencia y el carácter popular que pueda tener una determinada obra social lo proporciona la presencia o no de líderes, representativos de la comunidad, en la misma. Aquellas realizaciones que cuentan con una gran masa de beneficiarios y un equipo promotor, más o menos amplio, pero sin líderes, surgidos del propio grupo, están haciéndole un flaco servicio a la promoción social ya que, quieran o no, estimulan el desarrollo del «espíritu de beneficiarios» y no crean una vida comunitaria auténtica.
A este respecto conviene señalar que las d ificu ltades con que se tropieza para contar con los líderes de la comunidad suelen ser de tres tipos:
1. Temor hacia los líderes.— Hay promotores sociales que consideran que los líderes son peligrosos para el porvenir de las obras de promoción social, ya que pueden poner a d iscusión los fundamentos mismos de dichas obras o, cuanto menos, darles una orientación d istin ta de la que han pensado los promotores. Aparece aquí el hecho de la «indocilidad» de los líderes.
2. Incorporar líderes sin prestigio.— Por fa lta de orientación, por la prisa de empezar cuanto antes, por malicia o por ignorancia, algunos promotores erigen en líderes de las actividades a personas que no gozan de prestig io entre sus compañeros o que representan grupos m inoritarios, y cuya intervención es más disolvente que beneficiosa.
3. Inexistencia de líderes por desorganización social.— En zonas suburbiales, comunidades de reciente formación o localidades con gran presión ideológica o social, parece que no se pueden encontrar los líderes naturales, bien por no exist ir o por la fa lta de ámbitos de convivencia a través de los que se manifiesten. También suelen presentarse estas s ituaciones por el abandono secular y la fa lta de vida asociativa que se padece, a este respecto, en el país. En ta les situaciones, el método más adecuado puede ser el de orientar los esfuerzos hacia la creación de un liderazgo de nueva planta.
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La experiencia de animación urbana en el barrio de Saint Hen- ri, que se incluye en este mismo número, muestra claramente el insustitu ib le papel que los líderes han de cum plir en cualquier realización social.
En un libro sobre el desarrollo de líderes comunales, publicado en los Estados Unidos, se presenta la siguiente lista de t i pos y características de líderes. Nos parece de gran importancia esta tipología dado que parece llegada la hora de discrim inar entre líderes y «líderes»:
1. El que tiene fama.2. El perito o experto que tiene conocimientos.3. El tipo ««padre de familia» que resuelve el problema de sus
«niños».4. La fuerte o querida personalidad que atrae, no importa sus
conocimientos.5. El manipulador.6. El organizador de la comunidad que concentra sus esfuer
zos en el programa.7. El organizador, o educador, de la comunidad que concentra
sus esfuerzos en el desarrollo de la gente.8. El líder-participante que desarrolla por medio de su parti
cipación activa en cualquier forma de actividad comunal. (2)
LOS MEDIOS ECONOMICOS
No nos corresponde analizar aquí la precaria situación económica de muchas realizaciones de promoción social, ni siquiera intentar descubrir nuevas fuentes. La relación entre lo económico y la metodología hemos de establecerla en referencia a aquéllos aspectos educativos que del uso de los medios económicos se desprende.
Ante todo hay que reafirm ar una Idea vieja, m il veces mostrada su bondad por la experiencia y otras tantas echada por la borda a causa del temor al fracaso: en la acción social no se valora aquéllo que se regala. O, más positivamente, cuando se con tribuye económicamente al sostenimiento de una realización social, aunque sea simbólicamente, en el contribuyente pueden desarrollarse dos importantes impulsos: el de sentir ««aquéllo» como propio y el de creerse en el derecho a recibirlo.
No cabe duda que en materia de educación económica los es-
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pañoles somo un desastre: o pesim istas u optim istas, pero valorando escasamente que la gente, por pequeños que sean sus ingresos, sea capaz de sostener económicamente una obra social. Y generalmente se enfoca mal este asunto ya que los pesim istas creen que «la gente es incapaz de contribu ir para una obra que beneficia a todos», cuando en realidad lo que pasa es que la gente o no considera «aquéllo» como suyo o nadie ha desarrollado su responsabilidad económica como para que colabore.
También sucede a veces que de los asuntos económicos de una realización social sólo se enteran un grupo de «iniciados», bien porque se considere que «los demás bastante tienen con participar en lo que pueden», bien porque «estas materias sólo las pueden resolver los especialistas» o porque convenga guardar el «secreto de procedencia». Con independencia de las situaciones particulares, el método en la acción social exige información porque únicamente los que tienen información se interesan.
A veces la gente sencilla tiene ideas geniales sobre cómo f i nanciar determinadas actividades sociales. Y el potencial humano que se puede m ovilizar cuando una actuación «prende» en la comunidad, traducido en valores económicos, es de una cuantía inimaginable: prestación personal, facilitación de vehículos y trans portes, material, etc., son ejemplos conocidos y poco empleados,
LA ASISTENCIA TECNICA
Actualmente las realizaciones en línea de promoción social presentan unas características originales, a veces d ifíc ilm ente im itables. Ello parece debido al hecho de que dependen en gran medida de sus promotores y no se apoyan en una metodología y unas técnicas específicas, pero comunes.
No somos de los que pretenden unificarlo todo y echar una ta bla rasa sobre la acción social. Sin embargo, la ausencia de método, la incomunicación entre unas experiencias y otras, y la fa lta de instituciones que permitan disponer de una asistencia té c nica constante, adaptada y accesible económicamente, provocan esta originalidad, dándole a la acción social el carácter de un tra bajo de artesanía. A ello hay que sumar la desconfianza, la im provisación y el desconocim iento que sobre esta materia de la asistencia técnica existe entre algunos sectores.
La asistencia técnica que se precisa en las actuaciones de promoción social puede ser de tres tipos:
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1. Asistencia técnica para organizar la obra. Suele ser muy variada y de carácter especializado (organizar una cooperativa, un centro profesional, e tc .). D ifíc il de encontrar y de alto costo.
2. Asistencia técnica para encontrar recursos. Supone un amplio conocimiento del marco legislativo e instituconal de la promoción social. Se so lic ita con gran frecuencia.
3. Asistencia técnica para la animación. Precisa instituciones competentes en la metodología de la promoción y el tra to con las personas. Los promotores no suelen valorar suficientem ente la necesidad de este tipo de asistencia técnica.
LA PROMOCION SOCIAL COMO PROCESO
Los aspectos metodológicos de la promoción social requieren una atención particular por parte de los promotores, líderes y animadores de la misma. Cuando se hace referencia al tema de la formación y adiestramiento de los animadores sociales conviene tener en cuenta que el objetivo es doble: por una parte, formación como «conductores de personas», como educadores del pueblo y como «antenas» capaces de detectar las necesidades y los centros de interés de la comunidad; y de otra, adiestramiento en las técnicas específicas que las materias objeto de la promoción social requieren (enseñanza, acción cooperativa, promoción rural, e tc .) . Pero todo ello imbuido de una concepción de la vida social y de la metodología necesaria para lograr el cambio.
A modo de resumen, según nuestra concepción de esta metodología, un esquema ideal del proceso de promoción social sería el siguiente:
1. Estudio y conocimiento de los problemas que se pretenden abordar.
2. Determinación del proyecto. Financiación inicial.3. Descubrimiento y formación de líderes de la propia comu
nidad.4. Incorporación de estos líderes al proyecto de promoción.5. Establecimiento de los objetivos a alcanzar y de los me
dios a emplear.6. Presentación a la comunidad e iniciación de algunas acti
vidades.8. Ampliación y desarrollo de las actividades. Financiación.
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9. Revisión constante de los resultados y rectificación, si procede. Asistencia técnica.
10. Influenciar masivamente a la comunidad. Participación*11. Especialización de los animadores para reemplazar la asis
tencia técnica.12. institucionalización con carácter permanente.13. La comunidad dirige el proyecto.
CONCLUSION
Hemos intentado pasar revista a ios grandes factores metodológicos que las actuaciones de promoción social llevan consigo. Nos ratificamos en cuanto a que la promoción social no puede ser considerada como una pura técnica social. Su metodología precisa un «estilo» y una concepción del orden social hacia el que la promoción se ha de d irig ir.
Las experiencias, tanto de tipo urbano como rural, que a continuación se exponen, confirman este planteamiento. La vida y el dinamismo que de ellas se desprende, perm itirá captar en su justa dimensión esta metodología que hemos apuntado.
(1) Ware, Caroline F. «Organización de la comunidad para el bienestar social». Unión Panamericana. Wáshington, D. C., 1964.
(2) Biddle, William W. «The cultivation of community leaders». Editorial Harper. New York, 1963.
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la animación social en medio urbano:
una soluciónpor M iehe l BLONDIN
En marzo de 1963 el Consejo de Obras de M ontreal confiaba a un trabajador social la responsabilidad de un barrio obrero: el barrio de Saint-Henri, en Montreal. Su m isión: intentar por nuevos métodos ia aportación, para los problemas de este barrio, de soluciones complementarias a las que ofrecía el «servicio social» tradicional. Al tratarse de una de las primeras experiencias de este género en Quebec e incluso en Canadá, puede ser im portante sacar de ella el número mayor posible de enseñanzas. Deseamos que el relato de esta experiencia y las lecciones que saquemos, susciten comentarios que permitan rec tifica r objetivos y métodos de esta d ifíc il empresa que es la animación en medio urbano.
EL BARRIO DE SAINT-HENRI
Como todas las ciudades norteamericanas, Montreal contiene en su centro zonas más o menos deterioradas, refugio de pequeños obreros y de gente dependiente de todas clases. El barrio SH es una de estas zonas. Contrariamente, sin embargo, a lo que se observa en la mayoría de las ciudades norteamericanas, este barrio, como algunos otros de M ontreal, no está ocupado por una población étnicamente marginal, sino por una población perte-
(*) Reproducimos esta experiencia de la revista «Recherches Soclo- grafiques», número 3. Publicada por el Departamento de Sociología y Antropología de la Universidad de Laval (Quebec).
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neciente a la mayoría étnica y que permanece socialmente marginada.
La situación actual
La población del barrio, según el censo de 1961, era de 53.284 habitantes, siendo en gran parte (en una proporción de 81,7 por 100) canadiense-francesa y católica. La parte noroeste del barrio contiene un islote de negros anglófonos. Los italianos están agrupados en la parte oeste del barrio.
Entre 1956 y 1961, la población ha dism inuido un 9,6 por 100 °n todo el barrio; en el extremo este la tasa de decrecim iento ha llegado hasta el 25 por 100. El salario anual medio de los caberas de fam ilia vería según los sectores del censo entre 2.600 y 3.600 dólares, y esta progresión va de este hacia oeste. El salarlo anual medio de los cabezas de fam ilia para la ciudad de Montreal os de 3.962, contra 3.184 para el barrio. El número medio de hitos por fam ilia pasa de 2,3 en el extremo este del barrto, a 1,8 hacia el centro y oeste. La c ifra media es alrededor de 2,0. La fam ilia montrealista media, por el contrario, cuenta 1,5 hijos. Casi todos los que trabajan son asalariados. La mayoría de losr obreros r40 por 100) trabaja en fábricas y éstos están poco especializados. Los trabajadores de transportes y de comunicaciones forman la segunda categoría profesional. Los empleados de despacho y los trabajadores en los diversos «servicios», por su parte, constituyen respectivamente alrededor del 10 por 100 de la población activa.
Breve historia
SH fue primeramente, en la segunda m ital del siglo XIX, un barrio obrero. Según el testim onio de algunas personas que han conocido el final de esta época (1890-1900), el barrio tenía mucha vida; las parroquias, dinámicas sin ser ricas; las rentas medianas. No había parados y una proporción importante de los obreros era propietaria de su casa. Hacia 1910 el te rrito rio estuvo casi enteramente ocupado. Habitaba el barrio un número' importante de profesionales, hombres de negocios y comerciantes.
Sobrevino la cris is de 1929. Los obreros fueron duramente afectados. La mayoría perdió su empleo. Fue un período de gran m iseria. La población se agrió y endureció. Sin embargo— se nos ha dicho— la ayuda mutua continuaba. Todavía sabían d ivertirse, a la
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manera de las gentes del campo, en veladas y en bailes populares y seguían dando importancia a las relaciones fam iliares.
La cris is provocó transformaciones decisivas. Montreal se desarrolla hacia el norte y el este. Aparecen zonas residenciales en las proximidades de SH. Se puede fija r en esta época el comienzo de la emigración fuera de SH, que proseguirá siempre. Los elementos más dinámicos, y a menudo los más afortunados, abandonan el barrio para establecerse en otra parte. Los profesionales y los comerciantes continúan ejerciendo su ofic io en el barrio, pero eligen sus dom icilios en barrios más atrayentes.
En consecuencia, SH se compone de dos categorías de población: los obreros y los indigentes. Los obreros consiguen mediocres rentas de su trabajo. No cualificados, ejercen su activ idad bien en los transportes, bien en las industrias antiguas y poco mecanizadas del barrio. Tienen poca ocasión de ver aumentar sustancialmente sus rentas. Si están sindicados son poco activos en sus sindicatos. Son estables en su empleo y su vida fam ilia r es de alta calidad.
La otra categoría de la población comprende personas o fam ilias que sacan su renta de la asistencia pública o de fuentes irregulares. Son los parados, los inestables, los inaptos para el trabajo, los inválidos, las madres necesitadas. Según testim onio de sacerdotes y de otros observadores, su número crece sin cesar, porque los nuevos habitantes que van llegando al barrio pertenecen a esta categoría. Todos están caracterizados por la inestabilidad y la inseguridad. Constituyen un estrato social in fe rio r que hay que d istingu ir de los obreros que acabamos de mencionar. Geográficamente, están concentrados al este y al sur del barrio, m ientras que los obreros habitan más bien al norte y al oeste. No deberá olvidarse esta diferenciación social y geográfica si se quieren comprender los problemas que plantea SH.
De estas observaciones notemos sobre todo que el destino de SH ha sido perder gradualmente sus elementos dinám icos y acoger a una población económicamente débil y depauperada. Haremos notar más adelante que este declinar se ha v is to acompañado de un deterioro fís ico paralelo.
Mentalidad
La población de SH se siente poco ligada a Montreal. Pertenece a «su» barrio y encuentra en él todo lo que necesita. Por su par
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te, los demás montrealistas manifiestan una incomprensión total hacia este barrio y reaccionan bajo la tenaz influencia de prejuicios alimentados por la prensa y la te levisión. Hay que haber vivido en SH para comprender lo que significan estos prejuicios y qué reacciones provocan.
La población de SH pertenece a un mundo aparte. Encuentra en ella misma la satisfacción a una necesidad profunda: la de contactos cotidianos con otras personas de la misma condición («gente como nosotros», d icen), que comparten los mismos valores y la misma manera de percibir el mundo. Los habitantes de este barrio encuentra reconfortante v iv ir entre ellos. Tienen necesidad de estos contactos, bastante rudos a los ojos de cualquiera que sea extraño al barrio, pero cuán sinceros para las personas y fam ilias de allí. De ahí nace un sentimiento intenso de pertenencia al medio. Es el aspecto positivo del aislamiento.La población se identifica con su barrio, está orgullosa de pertenecer a él y encuentra esenciales satisfacciones que impiden una decadencia más profunda. Este sentim iento de pertenencia compensa quizá la inhumanidad del mundo del trabajo.
Una importante proporción de la mano de obra de SH trabaja, bien como obreros no cualificados en industrias donde la lengua de trabajo es el inglés, bien como empleados subalternos en pequeñas empresas habitualmente bajo dirección inglesa. La mayoría de los hombres ejercen o fic ios sin interés y desprovistos de sentido, en empresas donde su opinión no cuenta y en las que entran en contacto con sus patronos en un idioma que no es el suyo. Estos obreros no tienen ninguna fuerza y no consiguen más que frustraciones.
No debemos sorprendernos si otra actitud de esta población hacia su b a rr io es la apatía. Esta se vuelve el mecanismo que permite sobrevivir, sobre todo, cuando el obrero no encuentra en el hogar la seguridad y el calor humano que necesita. La apatía se combina con la necesidad de v iv ir con «gentes de su mundo» y el orgullo de pertenecer a este barrio, impidiendo que estos sentim ientos se traduzcan en acciones positivas.
La cohesión política de SH es mínima. Los ciudadados están poco interesados en la política. Si votan, se contentan con apoyar al candidato «elegido» por la máquina electoral. Se saben y se sienten sin peso. Las autoridades municipales han acentuado este sentim iento al dejar empobrecerse el barrio desde hace veinte
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años, mientras aportaban sustanciales mejoras a un barrio vecino. Los representantes políticos del barrio se interesan poco por las mejoras, porque no son tanto los representantes de la pobación como los servidores de los reales detentadores del poder: los miembros de profesiones liberales y los hombres de negocios, dominados a su vez por unos cuantos individuos. La población local no tiene poder real y se hunde en la desesperanza.
Estos puntos resumen nuestras observaciones en el curso de la exploración prelim inar del barrio. Reconstruiremos ahora la h istoria de nuestra experiencia de animación, dividiéndola según los dos campos principales en que se ha desarrollado.
I. DESARROLLO DE LA EXPERIENCIA DE ANIMACION
LOS COMIENZOS
Nuestros primeros pasos fueron lentos. Nos habíamos fijado de partida algunos objetivos que debían orientar el conjunto de nuestros esfuerzos. Estos objetivos eran los siguientes: 1) El mejoramiento físico y social del medio y su revalorización a los ojos de sus habitantes; 2) La coordinación de las agrupaciones del barrio o que actuaban en él, para conseguir la máxima eficacia; 3) La creación o la plena utilización de recursos que respondieran a las necesidades que habíamos diagnosticado; 4) La creácón de un liderazgo nuevo por intermedio del cual se operarían los cambios en el barrio y que serviría de aglutinante de la población para conseguir una verdadera participación de ella en las decisiones que la concerniesen.
Una de nuestras primeras preocupaciones era escoger y hacer la guerra a algún problema que se planteara agudamente en el barrio y que podría movilizar al conjunto de la población. Pronto lo descubrimos. Había necesidad de obtener una nueva escuela elemental para reemplazar a la antigua, que se había vuelto peligrosa de puro vieja. Todos los padres estaban preoupados. Los profesores exigían clases en mejores condiciones. Los bomberos ya habían condenado a la escuela por ruinosa. Los periódicos locales venían hablando de ella a menudo y desde hacía mucho tiempo. Por otra parte, la población tenía necesidad de un sím-
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bolo que le probara que el barrio no sería demolido. La escuela se tomaba como factor de estabilidad y de prestigio. Tenía un valor simbólico.
Con el fin de form ar el grupo de ciudadanos que se iban a ocupar de este problema, juzgamos conveniente apoyarnos en un organismo que ya existía, aunque con poca vitalidad, para que convocara a los padres en una reunión semi-pública. Se elig ió una quincena de personas que tomó el nombre de Asociación de Padres de SH. La Asociación de Padres lim itaría su tarea al problema de la escuela. El campó de acción estaba, por el mismo hecho, reducido al de la parroquia de SH, al que prestaba servicio la escuela. La parroquia está situada en el centro del barrio de SH y es una de las más antiguas y la más populosa, contando con doce mil personas.
La Asociación emprendió su trabajo con ardor. El 18 de abril estableció el prim er contacto con la Comisión de Escuelas Católicas de Montreal (C. E. C. M .). A! mismo tiempo, efectuaba un sondeo con los padres para conocer su opinión. Sobre un total de 1.209 padres a que se elevaba la cifra, 1.114 dieron la seguridad de que apoyarían la acción de la Asociación.
El 28 de mayo se efectuó la primera asamblea general de padres de SH. El objetivo de esta reunión era presentar el nuevo comité, informar a los padres de las acciones emprendidas y ped irles su apoyo y sugerencias. Hubo gran entusiasmo y los padres de SH apoyaron con vigor las iniciativas de su Asociación.
Después de esta asamblea pública tuvo lugar una reunión con los comisarios de la CECM. Durante esta reunión los miembros del comité estuvieron intim idados por el «bombo» que rodeaba a los comisarios y reivindicaron débilmente, contentándose con medías respuestas. De regreso a SH tenían la impresión de haber estado por debajo de su m isión, pero sacaron de ello una lección para el futuro.
EL PROGRESO (1963-1964)
En octubre de 1963 la Asociación reemprendió sus actividades. La cuestión de la escuela continuaba en el prim er plano porque habían sobrevenido dificultades. Se decidió volver a la CECM, pero esta vez los miembros de la Asociación quisieron preparar bien esta reunión con los comisarios. Se recogieron datos, se preci-
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saron las cuestiones que se tenía la intención de plantear, se pusieron de acuerdo para exig ir ciertas mejoras inmediatas y se designó un ponente.
La reunión con los comisarios tuvo lugar el 9 de octubre. Se discutió sobre el equipamiento de la escuela y sobre otros problemas de orden escolar. Se informaron de todas las gestiones necesarias para la construcción de una escuela. Terminó la reunión con gran satisfacción de los padres, pues todas sus demandas fueron aceptadas. La cuidada preparación de esta reunión perm itió al comité sentirse a gusto y exig ir respuestas precisas. Los comisarios —dijeron— estaban tan sorprendidos que no pudieron más que acceder a las peticiones.
En las reuniones que siguieron continuaron ocupándose activamente de la escuela, interesándose al mismo tiem po progresivamente por otras cosas, tales como los esparcim ientos. La Asociación abordó el análisis de este problema en su reunión del 28 de noviembre. Se entresacaron algunos elementos de la situación y se consultó a las personas en otro tiempo responsables de las diversiones. La amplitud del problema y sus aspectos esenciales se precisaron progresivamente. Algunos m iembros lo consideraron tan agudo que sugirieron la formación de un com ité autónomo para resolverlo. En su reunión del 22 de enero de 1964 la Asociación comisionó a dos de sus m iembros para crear este comité y reclutar colaboradores. Así se funda el Servicio de Esparcim ientos de Saint-Henri, Inc.
El año que había acabado perm itió a la Asociación afianzar sus fundamentos, dar a sus m iembros más seguridad y hacerles descubrir el sentido y el valor de su cometido. Los métodos de tra bajo en grupo se mejoraron con más orden. Aprendieron bien a preparar una asamblea pública y a u tilizar los periódicos. El presidente manifestó un gran sentido de líder y mucha habilidad en la distribución de tareas y la utilización de los subcomités.
LA SITUACION EN 1964-1965
De junio de 1964 a jun io de 1965 las iniciativas progresaron, multiplicándose en SH. He aquí un breve resumen:
a) La Asociación de Padres de Saint-Henri.
La Asociación de Padres continuó jugando un papel capital,
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contribuyendo a poner en marcha dos organismos: El Comité de Educación de Adultos y el Comité «Nosotrosy Saint-Henri». El problema de la construcción de la nueva escuela seguía, sin embargo, siendo su preocupación principal hasta febrero de 1965, momento en que comenzaron efectivamente los trabajos de esca- vación. De septiembre a febrero de 1965 hubo frecuentes contactos con la CECM, e incluso una reunión con el adjunto del presidente de la misma. El éxito dependía de este esfuerzo sostenido y perseverante. La Asociación tuvo que hacer frente, en efecto, en medio de cierto escepticismo y de las burlas de la mayoría de los padres, porque la población seguía siendo incrédula y veía poco posible que una promesa pudiera volverse realidad.
A l mismo tiempo la Asociación se interesaba por otros problemas tocantes al mejoramiento fís ico del barrio. El más importante era la creación y arreglo de espacios de juegos para los niños. La Asociación obtuvo, no sin esfuerzos, dos nuevos parques. El primero, el patio de la escuela secundaria de SH, se consiguió después de una decena de gestiones. Se trataba solamente de probar la necesidad de parques y obtener la colaboración de dos organismos: la CECM y el Servicio de Parques de la ciudad de Montreal. Para la puesta a punto del segundo parque hubo necesidad de u tiliza r un terreno de estacionamiento municipal que los comerciantes del barrio habían obtenido después de largas gestiones. Los primeros intentos, en ju lio de 1964, no dieron ningún resultado. Este terreno de estacionamiento, aunque poco utilizado, estaba confiado por el Ayuntamiento a un poderoso grupo de comerciantes. Un prim er encuentro con éstos no aportó ningún resultado. Fue entonces cuando una petición f ir mada por todos los residentes de los alrededores y por varios comerciantes provocó una reunión con el presidente del Comité Ejecutivo de la ciudad de Montreal. Este reconoció que la re ivindicación de la Asociación estaba bien fundada, pero confesó que difíc ilm ente podía oponerse a los comerciantes. Después de múltiples trabajos, éstos cedieron y el Comité Ejecutivo dio orden de convertir este terreno en campo de juegos para los jóvenes. Se pudo utilizar desde ju lio de 1965.
De febrero a junio de 1965 la Asociación se interesó, además, por las d ificultades escolares de los niños. Colaboró también con el Servicio de Parques de Montreal, a fin de poner en marcha un «Club de la Edad de Oro», que estaría a disposición de las personas de edad de este sector. En el curso de una asamblea
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púbica, la Asociación dio cuenta detallada de todas sus actividades. Los padres estaban encantados. Contrariamente a su actitud en reuniones precedentes no propusieron ningún nuevo programa de actividades. Parecían momentáneamente satisfechos de los numerosos resultados obtenidos tan rápidamente.
b) Ei Servicio de Esparcimientos de Saint-Henri.
Formado por la Asociación de Padres, el Servicio de Esparcimientos de SH tenía plena autonomía en su sector de actividades.A causa de las d ificu ltades del año precedente, el esfuerzo del comité se centró sobre un objetivo preciso y sufic ientem ente concreto como para interesar a los miembros: la formación de equipos de hockey. De septiembre a enero se consagró la mayoría de los esfuerzos a este deporte. Se formaron diez equipos de hockey, encontrando el equipamiento y ios colaboradores necesarios y organizando un festival que obtuvo un gran éxito.
A l mismo tiempo, el interés de los m iembros se orientaba progresivamente hacia otras actividades: la organización de bailes y, sobre todo, una colaboración activa para la apertura y organización de un centro municipal de diversiones, el Centro Saint- Henri. Igualmente, se intentó establecer un princip io de colaboración entre organismos parroquiales de diversiones del barrio.Los resultados fueron mediocres. Los objetivos de este comité eran descubrir y form ar líderes, servir adecuadamente a la población en materia de esparcim ientos (bien organizándolos él mismo o estimulando y ayudando a los d iferentes responsables) y actuar como intermediario entre la población y los d iversos organismos.
En el verano de 1965, el Servicio de Esparcimientos de SH y el Consejo de Obras colaboraron en la experiencia de los estudiantes universitarios: «Trabajadores estudiantes de Quebec.» Para dar curso a una sugerencia del Consejo de Obras, unos estudiantes intentaron organizar una nueva forma de diversiones, más adaptada a las necesidades del barrio. Ocho estudiantes se ingeniaron para organizar actividades nuevas en los «fondos de los patios», para estim ular a los niños a u tiliza r m ejor sus terrenos de juegos, para preparar proyecciones de film s o de juegos de campo. Los resultados fueron excelentes y desde ese momento la
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política del Servicio de Parques de Montreal comenzó a m odificarse en ciertos puntos.
c) El comité de Educación de Adultos del barrio de Saint- Henri.
El interés por la educación de los adultos se había manifestado el año anterior, en la Asociación de Padres, con la organización de cursos de primeros auxilios y realización de un sondeo a las madres de fam ilia, para conocer los cursos que ellas desearían. Seguidamente a estos primeros pasos, la Asociación emprendió gestiones cerca del nuevo Servicio de Educación de Adultos de la CECM y organizó, con la ayuda de ésta, en octubre de 1964, un curso de arte culinario.
A l mismo tiempo se llevó a cabo un vasto sondeo en la parroquia de SH para conocer los deseos de los adultos en materia de educación. Preparada gracias a la colaboración del Consejo de Obras y de la CECM, este sondeo fue ejecutado benévolamente por veintic inco personas, habitantes de SH. De todos los que fueron seleccionados por esta encuesta, que suponía la visita a 600 fam ilias, el 50 por 100 se declararon interesados en los cursos para adultos. El interés era más vivo por cursos de cultura popular (costura, cultura física, arte cu linario ...) y obtuvieron la preferencia unánime de las mujeres. Los hombres, por el contrario, e lig ieron en gran número cursos de tipo profesional. Algunas personas solamente manifestaron su inclinación por continuar estudios escolares. Después de este sondeo se organizó una nueva serie de cursos de febrero a mayo, todos del tipo cultura popular. Este primer ensayo fue coronado por el éxito al reunir a más de 150 personas que estuvieron muy satisfechas de la experiencia.
El comité al que se confió esta responsabilidad fue formado con ocasión de la preparación del sondeo y de la organización de los cursos. Los miembros del comité colaboraron estrechamente con la CECM para la organización y la puesta en marcha de los mismos. La experiencia, todavía muy reciente, es prometedora para el futuro. La acción de este comité se extiende ya al conjunto del barrio. La formación del comité y la organización de los cursos constituyen un importante elemento del esfuerzo de promoción social que puede y debe contribu ir a cambiar el barrio.
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LOS RESULTADOS
Con el fin de que podamos juzgarlos, el balance de los resultados más sign ificativos se establece como sigue:
a) La presencia de nuevos servicios para la población y el mejoramiento de las condiciones físicas.
La acción del Consejo de Obras ha obtenido para el barrio de SH bastantes servicios comunitarios. El servicio social escolar ha instalado en SH una de sus primeras unidades de asistencia; la Escuela de Servicio Social de la Universidad de Montrea! ha organizado un doble curso de investigación y organización comunitaria, haciéndose esta investgación sobre las condiciones de vida de las personas de edad; numerosas agrupaciones están, pues, actuando en este momento en SH. No queremos llegar a afirm ar que solamente nuestra influencia las ha movilizado, pero sí que hemos contribuido a crear un clima favorable para ello.
La Asociación de Padres ha obtenido numerosas mejoras im portantes: la reparación de la escuela primaria; la construcción de una nueva escuela primaria para reemplazar la anterior, tan antigua, y la utilización de ésta para fines comunitarios; la transformación en parque de un terreno baldío situado detrás de la escuela secundaria; la transformación de un terreno de estacionamiento en terreno de juegos para los pequeños, etc. El Servicio de Esparcim ientos de SH, por su parte, ha obtenido que el Centro SH fuera recubierto y equipado adecuadamente y que el personal se adaptara al medio. La presencia de miembros de los Trabajadores Estudiantes de Quebec, a los que habíamos presentado el proyecto, que luego realizaron, perm itió un máximo de utilización de los re cursos locales. Por ú ltim o, podemos afirm ar que ciertos servic ios municipales decidirán una mayor atención al personal que d e s tinan al barrio de SH.
b) Creación de un liderazgo.
En el curso de estos dos años de actividad hemos lanzado a trabajar en grupo a ciudadanos que no tenían ninguna experiencia en este terreno. Han llegado a preocuparse por su medio y a ser conscientes de sus responsabilidades, adquiriendo un sentido social más agudo. Están preparados para estudiar las situaciones y tomar decisiones con miras al bien común. También han adqui-
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rido una madurez cívica que raramente se encuentra en los barrios obreros. Estos ciudadanos han descubrierto que unidos pueden realizar mejoras importantes en su medio. Han adquirido confianza en ellos mismos y se sienten capaces de actuar. Están orgullosos de ello.
La población, como contrapartida, comienza a percib ir que estos grupos de ciudadanos son eficaces cuando se plantean cier tos problemas. Dan un valor de líder a estos ciudadanos que antes no tenían, individualmente, ninguna especie de poder. Se d irigen cada vez más a la Asociación de Padres, al Servicio de Esparcim ientos, a «Nosotros, Saint-Henri», o a otros comités, para form ular quejas o deseos. Es cada vez más frecuente o ír a personas del barrio afirm ar que «el barrio bulle», que «esto cambia». Los que desean colaborar en estas empresas son cada vez más numerosos. El trabajo emprendido tan intensamente en la parroquia SH suscita el interés y la envidia de las parroquias vecinas. Este factor no es probablemente extraño a la existencia de varías iniciativas recientes en otras parroquias.
No es, pues, excesivo pretender que nuestra acción ha dado pie a importantes transformaciones en el barrio. Estas son una garantía de las modificaciones de mayor envergadura que deseamos para el futuro. Parece claro, sin embargo, que nuestra acción sólo ha afectado a la categoría social de los obreros y muy poco, sí no nada, a la de los indigentes. Sin duda habrá que inventar procedim ientos particulares para atraer su atención. De todos modos, tpdos los que hemos movilizado, directa o indirectamente, son hoy día ciudadanos preocupados por los problemas de su medio. Conscientes de nuevas responsabilidades, han sido integrados en la vía propiamente democrática que se encamina hacia la implantación de estructuras que correspondan más adecuadamente a sus necesidades.
II. UNA TENTATIVA DE RENOVACION URBANA
Es tiempo de hablar de una actividad que, de hecho, constituye parte de una empresa global y que, a causa de su carácter y amplitud, merece se la considere como una experiencia en sí m isma. Se trata de una tentativa de renovación urbana en la que nos hemos aventurado después de un análisis sumario de las muy penosas condiciones de alojamiento en SH y de un sondeo de la
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población. Paradójicamente, todos los que fueron sometidos a este sondeo reconocieron la existencia de un problema agudo, pero nadie osó proponer ninguna solución porque, en defin itiva , decía «esto no estaba tan mal» y que de todas maneras «no había nada que hacer»...
LAS CONDICIONES DE ALOJAMIENTO
El barrio, como hemos hecho notar al princip io, forma una banda larga y estrecha. Esta banda está cortada a lo largo por un fe rrocarril, que cuenta hasta con ocho vías, y por dos anchas avenidas que sirven de lazo con los suburbios del oeste de Montreal, Está rodeado de industrias y cuenta también con varias en su centro. Podemos hacer la imagen siguiente: un barrio d ivid ido en varios pequeños islotes, contando cada uno con una población de dos a cinco m il habitantes.
Por datos sacados de un estudio municipal que comprende una parte importante del barrio, este sector cuenta con el 58,2 por 100 de alojamientos con más de setenta y nueve años, 72 por 100 de sesenta años o más, 4,7 por 100 solamente de alojam ientos construidos hace menos de tre in ta años. La calidad de las casas deja mucho que desear. Numerosos alojam ientos tienen necesidad de reparaciones importantes. La mitad de los cuartos no tie nes ni baño ni agua caliente. Los espacios libres y los parques son raros y hasta ei año pasado, claramente insufic ientes. Las habitaciones están revestidas de madera o de tejas y tocan las aceras. La mayoría no tiene patio individual ni balcón. El a lqu ile r mensual en este sector es de 42,20 dólares por mes, m ientras que es de 66 dólares en el conjunto de la ciudad d M ontreal. Según las normas de la Oficina Federal de Estadística, en 1961 el 26,35 por 100 de los alojamientos estaban superpoblados.
DOS COMITES DE CIUDADANOS
Para tra tar de mejorar esta situación, constitu im os dos grupos de ciudadanos cuya tarea era la de colaborar con las autoridades municipales, estimulándolas, y de reflexionar, en tanto que" ciudadanos residentes del barrio. Desde noviembre de 1964 la Asociación de Padres de SH se preocupó del problema del a lo jam iento en el barrio. Desde su comienzo, en diciembre, se decidió a fo rm ar un nuevo comité que se ocupara exclusivamente de esta cuestión,
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en colaboración con la Ayuda Mutua parroquial de SH. Este fue el nacimiento del grupo que, al mes siguiente, tomó el nombre de «Nosotros, Saint-Henri».
a) El comité «Nosotros, Saint-Henri».
Este comité se fundó oficia lm ente al comienzo del mes de enero de 1965, solamente unos días después de la resonante declaración de los párrocos del barrio, sobre el problema de la v ivienda, que tuvo una cierta notoriedad y aceleró la puesta en marcha del proyecto «La Pequeña Borgoña». El comité «Nosotros, Saint-Henri» se compone de representantes de la Asociación de Padres, de la Ayuda Mutua Parroquial, de los Compañeros de Saint- Henrl, de los Servicios Familiares del Barrio Saint-Henri, de propietarios y de Inquilinos. Las primeras reuniones sirvieron, sobre todo, para precisar los objetivos del comité. Nosotros, por nuestra parte, nos preocupamos de analizar el problema del alojam iento, ta l como era percibido por los m iembros del comité y por otras personas del barrio, consultadas con ocasión de un rápido sondeo. Completamos este sondeo con el análisis de las estadísticas tomadas del censo federal.
Desde princip ios de marzo, «Nosotros, Saint-Henri» organizó una asamblea pública en la que la población del sector era llamada a exponer cómo veía el problema del alojamiento y a expresar sus deseos. La finalidad de esta asamblea era interesar a la gente del medio en el problema y recoger sus sugerencias, para que ios m iembros del comité pudieran reflexionar a partir de las mismas.
Después de esta asamblea, el com ité mismo analizó la forma en que se había desarrollado y los propósitos que se habían f i jado en ella. A l mismo tiempo, se emprendió la formación técnica de sus m iembros y, con la colaboración de un arquitecto-urbanista, se Impusieron sobre los elementos que componen un plan. También estudió el com ité, con la colaboración del d irector general de la Federación de Cooperativas de Viviendas, el tipo de solución que puede dar una coperativa. Es esta la ocasión de lanzar en el barrio la ¡dea de esta fórmula, poco conocida en él. A s imismo, estudia la solución que se ha dado en otros países al problema del alojamiento, en particular en Suecia, Inglaterra y Francia.
Se hace una segunda asamblea pública que se centra en el estudio de las principales políticas de alojamiento y, aunque por
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diversas razone? independientes del comité, sólo acuden unas 40 personas, éstas manifiestan mucho interés. Lo que importa es que un grupo de ciudadanos de SH se prepare para jugar un papel activo en la renovación del barrio y que los m iembros del com ité tomen conciencia de la amplitud del problema y de sus responsabilidades en este terreno.
b) «El sueño de los ciudadanos de Santa Cunegunda».
Previendo que las parroquias de Santa Cunegunda y San José serían las primeras afectadas por los proyectos o fic ia les de renovación urbana, habíamos pensado, desde prim eros de enero, en organizar grupos de ciudadanos en las dos parroquias. Efectivamente, ayudamos a poner en marcha, hacia mediados de enero de 1965, un grupo de ciudadanos que se llamó «El sueño de los c iu dadanos de SC». Este comité se componía de personas que estaban interesadas en el proyecto y que habíamos «fichado» por d iversos conductos. Como para «Nosotros Saint-Henri», habíamos organizado un sondeo que perm itiera a los m iembros del comité ponerse en contacto con personas de la vecindad y conocer su opinión. Esta primera etapa fue más o menos igual que la del com ité precedente. Como ninguno de los m iembros de este nuevo com ité tenía experiencia en el trabajo en grupo, comenzamos más lentamente y consagramos más tiempo a la formación de cada uno de ellos. Este lento arranque aseguraba una mayor eficacia para el fu turo , permitiendo a cada uno reflexionar en el problema y dedicarse a trabajar en su solución.
El 31 de marzo tuvo lugar la primera asamblea pública del comité. Era una de las pocas asambleas públicas que se tenían desde hacía diez años en esta parroquia. El com ité quería conocer la opinión de sus ciudadanos sobre las condiciones de alojam iento y les invitaba a someterle sugerencias que más tarde se estudiarían. Con gran sorpresa nuestra, el número de personas presentes en la asamblea sobrepasaba con mucho nuestras previsiones y la sala elegida resultó pequeña. Los participantes manifestaron un gran entusiasmo, lo que confirmaba nuestra opinión: el problema del alojamiento preocupaba profundamente a la población. Esta preocupación corría el peligro de transform arse en ansiedad ta jo la presión de la radio, de la te levisión y de los d iarios, que dramatizaban el problema. Esta asamblea pública daba a la poolación, por primera vez, la ocasión de expresar sus ideas.
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Desde la semana siguiente ei com ité preparó una segunda asamblea con la idea de informar a fa gente de SC de los proyectos de la ciudad de Montreal. Con este fin se invitó ai d irector de( Servicio de Urbanismo para que suministrara información sobre el proyecto «La pequeña Borgoña» y respondiera a las preguntas de los ciudadanos. Acudieron más de trescientas personas. Esta vez era la primera que una asamblea pública informaba a la población sobre un proyecto municipal que le tocaba de cerca; era un precedente importante.
En el curso de los seis meses siguientes los comités «Nosotros, Saint-Henri» y «El sueño de los ciudadanos de Santa Cune- gunda» cooperaron frecuentemente en sus proyectos comunes. Estos dos comités se apoyaron mutuamente, poniendo en común algunas de sus preocupaciones. Los miembros de «El sueño de los ciudadanos de SC» debían acelerar su «entrenamiento», porque la ciudad de Montreal se proponía emprender pronto la renovación de esa zona y habían comenzado ya las investigaciones prelim inares para un programa de renovación en los próximos años. Nuestra tarea consistió en preparar rápidamente el comité para que tuviera un papel activo en la discusión de los objetivos y preparación de los planes.
ALGUNOS PROBLEMAS
Estos comités estaban compuestos por personas del medio, sobre todo por obreros y amas de casa. La tarea del animador era en prim er lugar interesarles y mostrarles la urgencia de la situación y después comprometerles a proseguir el análisis sistemático de la situación; ayudarles, en fin, a descubrir lo que podían hacer. Este análisis debía hacerse, tanto de los componentes obje tivos de la situación, como de la forma en que la población la percibía. Esto significaba descubrir simultáneamente la amplitud del problema y la inconsciencia o indiferencia de una parte de la población, debiendo apoyar el plan de acción en esta doble toma de conciencia.
Como el problema del alojamiento es una responsabilidad provincial abandonada a las municipalidades, el interlocutor principal del com ité debía ser la autoridad municipal. Antes de la in tervención de los párrocos, en diciembre de 1964, la actitud de las autoridades era ambigua. Lo menos que se puede decir es que no le daban gran prioridad a este problema, pero por te mor a indisponer contra ellas al público normalmente atento,
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las autoridades reacionaron rápidamente a la declaración de los párrocos y emprendieron el estudio inmediato de un sector en el que ya teníamos formado uno de los comités de renovación urbana.
Es difícil establecer un diálogo entre las autoridades municipales y las agrupaciones de ciudadanos. Tanto por parte de las autoridades, como por la de los funcionarios responsables del sector, se veía con malos ojos, por así decirlo, la formación de estas agrupaciones y, por primera vez, el Servicio de Urbanismo se veía forzado a dialogar con ellas e intentaba res is tirse pasivamente — salvo su d irector— invocando toda clase de pretextos. Consideremos un momento de cerca este problema.
AI parecer, los obstáculos son de dos órdenes: la inseguridad de los especialistas y una defectuosa concepción de la democracia. Los especialistas se incorporan a un nuevo tipo de acción, la renovación urbana, y se sienten más o menos inquietos a consecuencia de la amplitud del problema y del pequeño número de técnicos competentes con los que pueden contar. A b rir el diálogo es aceptar que se pongan en tela de ju ic io sus ,análisis y sus planes, que se les fuerce a explorar nuevos caminos y que incluso se contradigan sus opiniones. Es como meterles en un callejón sin salida para su punto de vista. S ignifica, igualmente, una amenaza para su supremacía. Ellos no ven qué es lo que puede aportar una participación de la población.
Por su parte, las autoridades municipales se oponen, sin exagerar, a reconocer a estos comités, pretextando que el barrio está ya representado por un consejero. Las autoridades tienen en cuenta siempre a los d iferentes grupos de presión, sobre todo a los financieros, sin interrogarse sobre el número de sus m iembros y su carácter representativo, sin embargo d ifíc ilm ente aceptan esta nueva fuerza popular. Los com ités son un nuevo componente de la situación y exigen, por su misma existencia, que se cuente con ellos y quieren tomar parte inmediatamente en las decisiones que les conciernen.
Esta voluntad de actuar de los ciudadanos pone de re lieve negativamente dos aspectos esenciales de Montreal: su organización administrativa y sus mecanismos representativos. Un examen atento de estos dos engranajes perm ite ver en qué les puede afectar una empresa de animación.
La administración de la ciudad de Montreal está fuertem ente
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centralizada. Los diversos funcionarios de un sector dado dependen de un jefe de servicio, especie de m inistro no electo, cuyo papel se reduce a menudo a ejecutar los reglamentos que ordena el Comité Ejecutivo, en el que no tiene voz deliberante. Salvo para algunos servicios municipales, no existen subunidades admin istrativas locales. Los ciudadanos que desean una mejora o un cambio deben, en la mayoría de los casos, ponerse en contacto con el jefe deí servicio municipal. En estas condiciones, es inevitable que no deseen ver m ultip licarse las asociaciones de ciudadanos. Estas, en efecto, se unirían a los diferentes grupos de presión que estos jefes de servicio deben ya tener. Si ocurre que los contactos con los jefes de servicio no bastan, lo que es fre cuente, los ciudadanos están obligados a someter directamente su petición al presidente Ejecutivo. Por su parte, los consejeros que representan a los ciudadanos no tienen actualmente más que un mínimo poder leg isla tivo y ningún poder adm inistrativo oficial. Influyen muy poco en la administración de la ciudad y representan mal los intereses y las preocupaciones de sus barrios. De ahí la imposibilidad de los ciudadanos para hacerse oír por estos Intermediarlos.
Sin embargo, si estos ciudadanos se agrupan para fines precisos, tienen una conciencia muy viva de los problemas que les preocupan y de ahí que deseen partic ipar intensamente. Así. uno de nuestros comités, a partir de una necesidad imperiosa y de un conocimiento íntimo del barrio, se ha planteado la validez del emplazamiento y puesta a punto de un parque. Después de este anáiisis, los miembros de este comité propusieron un nuevo emplazamiento y una nueva puesta a punto. Según los urbanistas qué consultamos, esta propuesta tenía mayor validez que el p rimer plan oficia l y se basaba en mejores criterios. Un grupo de ciudadanos es más sensible a las necesidades del barrio qué a las contingencias exteriores.
Por las mismas razones, este comité se preocupó del problema del realojamiento de las fam ilias desahuciadas. Hasta ahora este problema había sido escamoteado por las autoridades públicas, que parecían no tener conciencia del drama que constituye para una fam ilia la obligación de tener que abandonar su alojamiento, lo que significa a menudo tener que dejar el barrio.El comité estudió el papel que podría jugar la empresa privada en la construcción de alojamientos a precios módicos. Las primeras conclusiones le llevaron a dudar de que una empresa privada
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se comprometiera a tales trabajos. Pero entonces, ¿quién iba a constru ir las viviendas necesarias? ¿Qué otras soluciones puede haber? En este punto el com ité se enfrentó con dos tipos de soluciones: la vivienda urbana cooperativa y la vivienda propiedad del Estado, estudiando a fondo cada una de las fórmulas. Hubiera sido entonces mejor completar este estudio por medio de un diálogo con el Ayuntam iento. Se hubiera podido proceder más rápidamente a una decisión satisfactoria para todos.
¡II. LOS METODOS
Nuestros métodos de trabajo se inspiraron en los que se u t ilizaban en dos campos de acción del servicio social: la organización comunitaria y el desarrollo comunitario. Estos métodos son bien conocidos y no vamos a exponerlos aquí. M ejor querríamos, a partir de nuestra experiencia, aclarar dos aspectos d ifíc iles de la actividad del animador social: la información que necesita en el momento de comenzar y la complejidad de su papel animador.
LA INFORMACION NECESARIA
Es banal recordar que antes de emprender una acción de envergadura en un medio, hace fa lta tener un conocim iento tan completo como sea posible del mismo. En nuestro caso, era ind ispensable poseer todas las informaciones estadísticas necesarias del barrio en cuestión, para conocer sus rasgos generales im portantes y compararlos con los de los demás barrios y el conjunto de la ciudad de Montreal: composición étnica, relig iosa, socio-económica; composición y rentas de las fam ilias; condiciones de alojamiento; tasas de natalidad, de mortandad, de m orbilidad, de delincuencia, etc.
Debíamos hacer también un estudio de los recursos existentes en el barrio. Por recursos entendemos todos los organismos y todas las agrupaciones susceptibles de ser utilizados o movilizados. Era también la ocasión de establecer contactos con representantes de los d iferentes movim ientos u organismos im portantes y de prepararlos para una colaboración eficaz.
Igualmente, es necesario conocer la d istribución del poder en el barrio. En efecto, la formación de nuevos líderes tiene re
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percusión en las gentes que detentan ya el poder. Es, pues, importante hacer un análisis preciso de la d istribución del poder; evaluar los lazos que existen entre los diferentes detentadores del poder; determ inar si éstos son residentes del barrio u hombres de negocios del exterior. En efecto, ocurre a menudo que algunos de éstos controlan a los políticos de un barrio o de una región. A otra escala, importa también conocer a las personas con cargos dentro de las Organizaciones de tipo parroquial, como la Caja Popular, la de San Vicente de Paul, la Liga del Sagrado Corazón... Algunas veces un pequeño número de individuos controlan estos organismos durante varios años y se vuelven factores de inercia. El análisis del poder, aunque sea sumario, perm ite hacerse una buena idea de las fuerzas representativas y prever los conflictos que podrían derivarse de nuestro trabajo en el barrio.
También es esencial otro tipo de conocim iento, aunque d ifíciles de obtener. Se trata de los valores culturales propios del medio. Para llegar a la población de un medio dado, es esencial comprender lo que la hace obrar, lo que choca con su imagina- nación y su emotividad, conocer su escala de valores. Tal conocimiento supone una sensibilidad en alerta que no siempre tienen los trabajadores sociales. Se les reprocha a menudo no comprender e incluso no intentar comprender a las poblaciones con las que se ponen en contacto. El conocim iento del sistema de valores de un medio exige a la vez paciencia, observación e intuición.
El trabajador social debe, por últim o, dedicar gran atención al diagnóstico social y al descubrimiento de los problemas. Laeficacia de su trabajo se basa en un justo diagnóstico de los problemas. Debe entrenarse en percib ir los problemas del conjunto del barrio. Entre los problemas comunitarios, pensamos en algunos como las dificultades escolares de los niños, la mala administración del presupuesto fam iliar, las chabolas, las habitaciones deficientes, la educación deficiente, la ausencia de organizaciones de esparcim iento...
Reconozcamos francamente que los medios de que disponen de ordinario los trabajadores sociales d ifíc ilm ente les permiten poseer todos estos conocim ientos en el momento de la puesta en marcha de un proyecto. No obstante, lo esencial es que esta preocupación por canalizar y conocer esté presente en la mente
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en todas las etapas del trabajo. El ideal sería no comenzar hasta el momento en que el conocim iento de un medio sea satisfactorio, aunque como es poco posible retardar la acción hasta ese punto, hace fa lta saber analizar y diagnosticar sobre la marcha.
EL PAPEL DE ANIMADOR
Nuestro método principal en el curso de esta primera etapa consistió en formar a nuevos líderes. Se puede realizar esta fo rmación con ocasión de acciones que se les proponen y que les motivan a comprometerse más profundamente. Así aprenden a analizar un problema, a preparar una estrategia de acción, a trabajar con confianza y seguridad. Aprenden, sobre todo, que existen pocos problemas insolubies y que los ciudadanos de un medio dado poseen un poder real que dejan sin explotar. Este aprendizaje de los líderes significa que deben tom ar conciencia de los fenómenos de orden político de una ciudad como Mon- treal y comprender ciertas mareas de fondo políticas. Una práctica efectiva de la democracia necesita de estas condiciones.
El prim er papel del animador consiste, pues, en agrupar a los ciudadanos a propósito de un problema que será el punto de partida de la acción. Existen varios métodos para form ar este prim er núcleo. Para ello io esencia! es e legir ciudadanos conocidos, pero normales, con los que puedan colaborar otros ciudadanos. La elección de notables influye negativamente a menudo en la participación.
Una vez formado este núcleo, el animador social in ic ia a estos ciudadanos en el análisis objetivo del problema, io que estim ula su motivación. A menudo es bueno dramatizar un poco en ciertos aspectos del problema para evitar y mantener un ardor que hará posible una acción seria. En el comienzo de la experiencia, cada vez que la ocasión se presente, será importante analizar y evaluar el valor y la eficacia de los métodos trad ic io nales de acción que eran utilizados en ese medio. También, al mismo tiempo que se inicia a los comités en los núevos métodos, es necesario hacerles comprender su fundamento ¡egai y compararlos con las antiguas costumbres.
M ientras que se prosigue este análisis colectivo de un problema y la iniciación en los métodos, hay que inc ita r a los c iu dadanos a tomar conciencia de su fuerza. Implicamos a obreros,
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es decir, a gentes que no habían tenido nunca hasta ese momento ocasión de darse cuenta de la fuerza que podían representar como comunidad de ciudadanos. Era su primera experiencia y teníamos que hacerles adquirir la confianza en ellos mismos, que les perm itiera hacer frente al conjunto de sus conciudadanos, así como a las autoridades con las que tendrían quereunirse. El descubrim iento de los problemas y el descubrimiento de la fuerza que se posee como grupo, tienen la misma importancia en la puesta a punto de los prelim inares de la acción.En esta puesta a punto el papel del animador es primordial yéste debe dar todo el estímulo necesario a les que anima, evitando que le sean dependientes.
Durante todo el curso de la acción, el animador social debe igualmente aportar toda la ayuda técnica necesaria para iniciar a los miembros en el trabajo en comités, experiencia nueva para la mayoría de ellos. Hace falta que cada una sepa expresar su opinión y juzgar en su valor la opinión de los otros. Cada miembro debe también iniciarse en nuevas tareas. El presidente aprenderá a d ir ig ir eficazmente una reunión; a repartir responsabilidades; a hacer frente a los inevitables conflictos que surgen en el in terio r del com ité; a asegurar los resultados en el trabajo. El secretario, a redactar el orden del día de las asambleas.El publicista a dar una información adecuada a la población, etcétera.
El animador social, por su parte, asegura la ejecución del trabajo del secretario, prepara los documentos y ciertas cartas, se pone en contacto con los especialistas, bien para obtener datos técnicos, bien para preparar las reuniones del comité. Por ú ltim o, es responsable de la atmósfera de las reuniones, que deben ser vivas y animadas, mejor cuantas menos ausencias haya. Una atmósfera muy seria impide expresarse a ciertos obreros y entraña una menor participación en las reuniones. En una atmósfera sosegada los pequeños conflic tos se atenúan por sí mismos y se resuelven más fácilmente.
El animador social debe, por ú ltim o, intentar que todos los organismos del barrio se conozcan y aprendan a colaborar. El éxito de toda empresa colectiva depende de una continua colaboración. Esta perseverancia en gran medida se debe a la presencia y a la propia perseverancia del animador.
CONCLUSION
Todas estas funciones del animador están de alguna mane-
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ra englobadas en una misión dominante, constante: el animador debe ser quien dé una orientación a las actividades de los grupos que moviliza. Orientar las agrupaciones de ciudadanos quiere decir dar un sentido a sus esfuerzos, situar cada intervención en una mayor perspectiva, precisar los objetivos de la participación, interpretar las d ificultades y los fracasos. Es el hilo d irector que perm ite la interpretación de las d ificu ltades y proporciona un marco en el que situar cada una de nuestras in tervenciones.
Esta orientación no es posible sin un plan global. Un planglobal reposa sobre unosjDbjetivos generales. Estos objetivos no deben lim itarse a la dimensión de los objetivos americanos habituales, como el aumento de la asistencia escolar o la dism inución de la delincuencia juvenil. Estos objetivos, por válidos que sean, son parciales y requieren ser integrados en una perspectiva más vasta. Así, pues, un plan global digno de ese nombre, debe comportar por lo menos dos cosas: Primeramente, debe comportar un ju ic io sobre la ideología que sostiene la situación que se quiere transform ar y form ular claramente la ideología nueva que justifique la opción hacia la que se quieren orientar los esfuerzos de transformación social; en segundo lugar, debe re fe rirse a una cierta perspectiva de !a sociedad en su conjunto. Debe, por lo menos, bosquejar ciertos trazos fundamentales de la sociedad hacia la que queremos tender. Así, un plan global se construirá en relación a la proyección de la sociedad que queremos construir y contendrá los objetivos explícitos propios de la animación y suficientes indicaciones para perm itir fija r las etapas y establecer un programa de trabajo. Entonces será fác il elaborar la estrategia de la acción.
¿Existe contradicción entre la necesidad de la participación de los ciudadanos y la necesidad de un plan global? No hay contradicción, sino paradoja. Paradoja real, pero necesaria. El plan global y la participación son dos elementos necesarios y complementarios de la animación social. Sin participación, un plan global se vuelve una dictadura impuesta por una nueva te c nocracia que juega con la libertad de las «pequeñas gentes» y las mantiene bajo tutela. Sin plan global, la participación corre el peligro de ser ineficaz e irrealista: es una buena voluntad disponible, una fuerza sin dirección.
Participación y plan giobal: dos necesidades existencia les que no llegan a su pleno valor si no se conjugan. En estajS condi-
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ciones solamente, podemos esperar que barrios como SH, y otros del mismo género, puedan sa lir del círculo vicioso en el que están encerrados.
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una asociación de fomento cultural
en zona industrialpor Ignacio ALBISU
con la colaboración de Antonio del VALLE
LA LOCALIDAD DE RENTERIA
Rentería es un pueblo de la provincia de Guipúzcoa. Está s ituado a siete kilóm etros de San Sebastián, capital de la provincia, y a 14 de Irún, ciudad fronteriza con Francia. A l final de nuestra guerra contaba con 9.000 habitantes; hoy su población es de 35.000. Este crecim iento no se ha detenido, y antes de diez años se prevé un censo de 40.000 habitantes.
La urbanización es anárquica; esta anarquía es fie l re fle jo de lo que Rentería es en cuanto comunidad: está integrada por nativos de Rentería y Guipúzcoa en un 45 por 100y y el resto, por inmigrantes de toda España, representando Extremadura y la región andaluza una fuerte proporción. Asim ism o ha habido un movim iento in terio r de la provincia hacia Rentería, al igual que hacia otras poblaciones industriales, por parte de la población rural que, abandonando sus caseríos, se va asentando en la «calle», como ellos dicen.
Es eminentemente industrial. Sin embargo, el fenómeno de la construcción, aunque hoy un tanto dism inuido, absorbe gran parte de la población inmigrada, lo cual ha supuesto para Rente ría una fuerte indigestión de la que no se ha curado, ni en mucho tiempo se curará: carencia de espacios verdes; higiene pública deficiente; barrios construidos a toda prisa, com unitaria
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mente infra-desarrollados; pavoroso problema de cementerio; r itmo de crecim iento en la población infantil superior siempre al del levantamiento de nuevas plantas escolares; promiscuidad..., y un dato s ign ificativo: cuatro librerías y 125 establecim ientos de bebidas alcohólicas.
A todo lo anterior hay que agregar un dato importante en el aspecto socio-cultural, fruto de la gran raigambre asociacionis- ta de la región: la existencia de múltiples sociedades dedicadas a fines diversos (montañismo, deporte, gastronomía, fotografía, e tc .).
EL PROBLEMA DEL ALCOHOLISMO COMO PUNTO DE PARTIDAPARA UNA ACCION CULTURAL
Un ser destrozado en el cuerpo, en la mente y en (el espíritu ingresa en un sanatorio para enfermos mentales. Está alcoholizado. A los tres meses se produce la desintoxicación y, curado en cuanto a su alcoholización, vuelve a su casa, a Rentería. Lucha consigo mismo y con sus circunstancias, pero una vez más cae. No se da por vencido, reemprende la lucha con ánimo y al cabo de un año conoce otra vez la borrachera y se c ierra a la esperanza.
Un fe liz día coincide con un ex bebedor y, alentado por su profunda actitud de respeto y comprensión, se vuelca, se confía, descansa en él, y en el alcohólico, desesperanzado brota una extraña fuerza, pues el ex bebedor, lejos de apabullarle con consejos moralizantes, le ha hecho ver que su privilegiada experiencia alcohólica, puesta al servicio de los que todavía sufren de alcoholismo activo, le coloca en posición ideal para hablar de tú a tú, con conocim iento de causa, a otros bebedores. Le in dica también que a partir de su experiencia, si es capaz de superarla, puede ayudar mejor que nadie a sacar del abismo a otros seres que están hambrientos de comprensión, al tiempo que le muestra que en la medida en que se emplee en los demás se estará salvando a sí mismo. Y ambos, el ex bebedor y el alcohólico, se lanzan a la conquista de tantos y tantos seres semejantes a ellos.
Convencidos mutuamente de que la convivencia y la acción cultural podrían servir como acicate para el hombre que sufre del alcoholismo, se reunieron varias veces para elaborar el «plan de ataque», el proyecto que, madurado, serviría para presentar un ideal de cultura y de esfuerzo común a aquellos que solos
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eran incapaces de liberarse de las garras del alcohol.
La idea era capaz de entusiasmar al más reacio, por poca sensibilidad que le quedase: se trataba de repescar hombres, hacerles conscientes de su dignidad y de su m isión en la vida, proporcionarles un ideal y un apoyo comunitario y abrirles las puertas del mundo, de la cultura como llave para dominar su libertad.
A LA BUSQUEDA DE UN EQUIPO
Con estas ideas en la mente y mucha ilusión en e! corazón confeccionaron unas listas de personas conocidas que bebían desordenadamente, para ir seleccionando aquéllas a las que consideraban posibles de abordar e ilusionar. Era preciso encontrar un equipo base que fuese el germen de la meta a conseguir.
Pusieron en marcha el programa de contactos personales, establecido de antemano, abordando a las personas seleccionadas,Les dicen: «Tú me conoces, sabes lo que me ha pasado y necesito de ti; tú sabrás comprenderme, y por cierto que lo necesito. Fulano de Tal, a quien ya conoces, y un servidor, hemos pensado en ti para crear un equipo cultural, porque adquiriendo cultura en equipo iremos liberándonos, siendo cada vez más personas. Y esto sólo lo podemos hacer personas que como tú y yo sabemos lo que nos pasa. Abandonados a nuestras solas fuerzas somos débiles, pero unidos será otra cosa. Vamos a demostrar al pueblo que nosotros si no hemos hecho otra cosa que beber es porque no nos habíamos molestado en hacer algo d ife rente..., porque no teníamos medios para hacer otra cosa. No lo dudes, estás invitado.»
Fue duro. No todos comprendieron y algunos se reían. Otros Ies tomaron por locos. Algunos sólo veían su pasado y les consideraban incapaces de nada ú til. Ellos siguieron tenaces y lle garon a form ar un grupo de cinco personas. Más tarde, a los pocos días, se contaron 26.
Se reunían en casa de uno de ellos. Aquello duró dos meses. Hablaban, sobre todo, de que por culpa de la bebida no cono
cían otras muchas satisfacciones, ni tenían posibilidad de acceder a aquellas cosas a las que la persona tenía derecho.
En aquella etapa todo era confuso, y si persistie ron fue gracias a que entre ellos había una amistad más o menos de fin ida; a que la novedad de saberse unidos en forma de sociedad
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ejerció también su influencia y, sobre todo, ai hecho de que el hombre del pueblo, normalmente indefenso, busca el apoyo de los demás como necesidad vita l. Finalmente, si el grupo se mantenía era porque la bebida era o había sido problema para todos, lo cual proporcionaba unas características que ayudaban a mantener la cohesión del grupo.
Pero las reuniones en (a casa no se podían mantener, ya eran demasiados para un piso pequeño. Como única solución se continuaron las reuniones durante cinco meses más en una bodega. Parecía un contrasentido el hacerlas allí, pero la necesidad de un local y el estímulo que en la bodega podían encontra r eran factores esenciales. Hacer las reuniones en una bodega venía a ser para ellos como la imagen del fumador retirado que lleva tabaco en el bolsillo.
Aquellas reuniones consistían en hacer proyectos sobre la asociación a fundar, preparar los estatutos, recordar juegos, canta r y contar chistes. M ientras tanto se iban haciendo los trám ites para la legalización de la asociación. Se hablaba de este local, de aquel otro, de la cuota que había de estipularse, de las actividades y de m il proyectos más.
En este tiempo pasó mucha gente por las reuniones, hubo curiosidad y algunos no volvían a aparecer, pero el grupo inicial iba creciendo, y, lo que es más importante, aquel grupo de hombres Iba adquiriendo unos objetivos comunes, unas preocupaciones que se salían de «su» problema, aparecía la ilusión y la confianza mutua: se forjaba la comunidad.
Desde la primera reunión, el que quería y podía aportaba algo en metálico. El gran grupo tomaba conciencia de sí mismo y comprendía las exigencias que se derivaban de un esfuerzo comunitario. Por ello se fueron dividiendo en grupos, con su responsable al frente, para desarrollar las actividades que entonces se realizaban: captación de socios, cada grupo en su ambiente, apoyándose en la típica institución vasca de «la cuadrilla», ir descubriendo posibles locales, adm inistrar los fondos de la futura asociación, etc.
A pesar de todo, algunas de estas actividades no se llevaban bien, y es que era lógico. La mayor parte no tenían idea del orden, de la organización, de los métodos a emplear, de la d iscip lina...
NACE LA ASOCIACION DE FOMENTO CULTURAL
Estamos a comienzos de 1963. El movim iento iniciado se ha
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abierto a todas las personas que, con problema alcohólico o sin él, quieren participar en el mismo. La naciente asociación, decididamente, pretende atacar tanto el problema alcohólico cuanto todo aquello que suponga un foco que atente contra la cultura, la higiene y la salud pública de los ciudadanos de Rentería, además de constituir por sí misma una institución de promoción cultural.
Se decide aprovechar este esfuerzo comunitario en el sentido de constitu irse como Asociación. Al fin queda legalizada con el nombre de «Asociación de Fomento Cultural».
Desde fuera, y por la fuerza del prim er momento, a la asociación se la ve, única y exclusivamente, como una Liga antialcohólica; deformada visión que, sin embargo, va a ayudar extraordinariamente en lo que a captación de socios de cuota se refiere. Principalmente el elemento femenino, en positiva respuesta a la llamada que se le dirige, recaba ayuda económica de las d istin tas instituciones, empresas y particulares, pues no en balde, como decíamos antes, el alcoholismo afecta prácticamente a toda la población, si no directa, sí al menos indirectamente.
A mediados de 1963 los miembros de la Asociación que padecen el problema alcohólico quedan integrados en la Asociación Mundial de Alcohólicos Anónimos. Aparentemente todo sigue igual; sin embargo, es el comienzo de un movim iento pro redención de los alcohólicos a escala provincial, que term inará con el nacimiento pujante de una nueva asociación provincial (y, por tanto, también en Rentería) que nace como la «Asociación de Alcohólicos Anónimos», con vida propia y sin que nada tenga que ver con la Asociación de Fomento Cultural, si no es en el sentido de ese vínculo afectivo y sentimental de haber sido la madre que en Guipúzcoa dio vida a aquélla.
REFLEXION SOBRE LO REALIZADO
En una de las reuniones, que se celebraban los sábados, quedó bastante claro que, a la vista de la evolución sufrida en la idea y en el grupo inicial, era necesario exponer a todos los socios, lo más sencillamente posible, qué es lo que pretendía la Asociación, qué significaba para ella la cultura y cuál era el espíritu que animaba esta acción.
El grupo llegó a la conclusión de que se debía organizar un cursillo para todos los socios y simpatizantes. Se nombró una comisión para que lo organizara.
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Se pidió permiso al d irector de las escuelas nacionales para celebrar el cursillo allí, y se obtuvo. Posteriormente, las escuelas fueron el local de la Asociación, en el cual se desarrollaron las actividades hasta que, finalmente, se consiguió un local propio.
El cursillo fue algo decisivo. Fue muy sencillo, pero de grandes resultados. He aquí su desarrollo:
Primer día.— El mundo ha evolucionado. Rentería está dentro de este mundo, ¿cpmo ha evolucionado? El ponente repartió por cada mesa una hoja en la que iban dos preguntas: ¿Cómo encuentras a Rentería con relación a hace veinte años? ¿Crees que en esta evolución ha participado todo el pueblo?
Segundo día.— ¿Qué es la cultura humana? Preguntas: ¿Qué necesita Rentería para desarrollarse culturalmente? ¿Nuestra Asociación qué debe hacer para elevar la cultura de nuestro pueblo?
Tercer día.— Espíritu de la Asociación. Preguntas: ¿Qué esperas de la Asociación? ¿Qué estás dispuesto a dar a la Asociación?
El ponente de turno desarrollaba el tema y a continuación iba recogiendo en el encerado las respuestas que por medio del animador expresaba cada grupo. Previamente se habían formado varios grupos en los que se integraban todos los socios.
El cursillo fue estupendo. Dio doctrina y para muchos supuso el prim er contacto con un mundo de ideas que desconocían. El «quehacer» de la Asociación se vio clarificado y la voluntad de loa socios, fortalecida.
OBJETIVOS
«La Asociación de Fomento Cultural pretende ser un lugar de encuentro y animación de todos aquellos que buscan superar los ambientes despersonalizadores, al mismo tiempo que combatir los focos que atentan contra la cultura, la higiene y la salud pública de los ciudadanos», así reza en el artículo 2.° de los estatutos.
Esta Asociación desarrolla su acción cultural de cara al pueblo, inscribiéndose en el movim iento general de cultura popular del país, lo cual la hace abordar, sobre todo, la alfabetización y la promoción cultural de adultos. Para ello cuenta con animadores y profesorado voluntario, surgidos de entre los mismos socios.
Su línea de acción cultural se condensa en estos cuatro puntos de su declaración de principios:
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1. ° La cultura que queremos dar tiene una doble dimensión: Personal y Comunitaria.— Personal, porque lo que se pretende es desarrollar armónicamente todas las facultades y valores de la persona, y comunitaria, por cuanto que, rompiendo con el ind ividualismo, lleva en sí un profundo sentido de promoción comunitaria.
2. ° Nuestro movim iento cultural es eminentemente evolutivo.—Ya que, nutriéndose de la realidad de cada día, da a cada nueva realidad una nueva respuesta.
3. ° Lo único que de verdad cu ltiva al hombre es la toma de responsabilidades.— Sentirse responsable de un trabajo o de una persona obliga a formarse, instru irse y llevar un tono de vida. Por ello, sentirse responsable obliga al hombre a superarse personalmente y a tomar conocim iento de su dignidad. Puede decirse que así ha encontrado una meta para su vida y una carta de ciudadanía.
4. ° Es muy importante colaborar con los centros, clubs y entidades que de una u otra forma ayudan al pueblo de Rentería a elevarse culturalmente, para así, y en beneficio de todos, v iv ir una vida más fe liz.\ ■
ACTIVIDADES
Han sido m últip les las actividades desarrolladas: C iclos de conferencias y coloquios sobre ellas. Discusiones d irig idas sobre temas religiosos, económicos, sociales, políticos, etc., sirviéndose de revistas como «Indice», «Cuadernos para ei Diálogo» y, más recientemente, «Perspectivas Sociales». Contactos mensuales, a base de charlas con coloquio dadas por los propios m iembros de la Asociación, con los jóvenes acogidos en el re form atorio «Internado de Uba», y con los de la «Residencia Zorroaga». A n imación cultural de las vacaciones. Cursillos de salvamento y socorrismo, celebrados trim estralm ente. Cursillos femeninos de cara al matrimonio (clases de cocina, economía doméstica, e tc .), organizados y d irigidos por las propias cursillis tas. Clases de vascuence, aritm ética y dibujo mecánico. U ltimamente, con la colaboración de algunos concejales, se está realizando una acción de cara a preparar al pueblo para las próximas elecciones m unicipales.
El pueblo de Rentería ha comprendido la importancia de la Asociación de Fomento Cultural, pues sin llevar a cabo una gran
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campaña de captación de socios, éstos pasan de los 500.
Muestra de la aceptación que ha tenido la Asociación nos la proporciona la asistencia a algunas conferencias organizadas: Una, sobre el tema de «El Municipio», a base de diapositivas, tuvo 440 asistentes, y en la que se trató «El alcoholismo como problema social», asistieron 1.000 personas.
EL LOCAL SOCIAL
El 22 de ju lio de 1964 se inauguró el nuevo local social. Mide 310 metros cuadrados y es el resultado de la suma de cuatro v iviendas. Su coste se elevó a 800.000 pesetas, obtenidas a través de los siguientes medios: Diputación Provincial, 150.000 pesetas; bonos reintegrables adquiridos por socios y amigos de la Asociación, 50.000 pesetas; recaudado entre las empresas, el comercio y los particulares de Rentería, 65.000 pesetas, y 535.000 de un préstamo de la Caja de Ahorros Provincial, al 4 por 100 y a reembolsar en ve in tic inco años.
Naturalmente, esta ayuda hubiera sido mucho más d ifíc il de conseguir no contando con el prestigio de la asociación que «lucha por el problema del alcoholismo». Situación confusa, por otra parte, que al final ha quedado aclarada ante la Diputación, ya que no sería correcto seguir figurando como los intérpretes de esa lucha, cuando, como más arriba se indica, la intérprete verdadera de esta acción es la «Asociación de Alcohólicos Anónimos», con sus cada vez más numerosos miembros a todo lo largo y ancho de Guipúzcoa.
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fomento ganadero y promoción rural
por Francisco IÑ IG O
EL MEDIO Y SUS HABITANTES
Teresa (Castellón), está situado en el lím ite de la zona agraria levantina, muy cerca de la a ltip lan icie turolense, y dentro del amplio valle del río Palancia. El pueblo se halla edificado a orillas de dicho río, en su curso alto, y su a ltitud es de 640 m etros. El térm ino municipal de Teresa es accidentado, con valles formados por el río y barrancos afluentes. Está comunicado por carretera con Viver y Jérica, y en esta última población enlaza con la carretera nacional Sagunto-Burgos. Su distancia a la capital de la provincia es de 79 kilóm etros y 75 de Valencia.
El clima es seco por d istar 40 kilóm etros del lito ra l m editerráneo y a suficiente a ltitud, y las lluvias no abundan ni en inv ie rno ni en verano. Los inviernos son fríos y los veranos frescos, sin que las heladas invernales sean persistentes ni intensas.
La población en 1963 era de 797 habitantes (387 hombres y 410 mujeres), agrupados en 254 familias. En 1960 había 280 v iviendas habitables. El pueblo posee alcantarillado, e lectric idad, agua corriente potable y teléfono.
La población activa se distribuye así: Agricultura, 326 personas; Industria, 3, y Servicios, 10. Los salarios de los hombres en la agricultura, en 1963, estaban comprendidos entre 80 y 150 pesetas diarias.
Existen 226 familias con ingresos anuales inferiores a 40.000 pesetas (año 1963); 20 fam ilias tienen ingresos comprendidos entre 40.000 y 80.000 pesetas, y 7 ingresan anualmente más de 80.000 pesetas.
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Evolución de la población
La evolución de la población a lo largo del presente siglo, queda reflejada en el siguiente cuadro:
Censo de 1900 ...................... ..................... 1.052 habitantes» » 1930 ...................... ...................... 889 »
1940 ...................... ..................... 818 »» » 1950 ...................... ...................... 898 »» » 1960 ...................... ...................... 753 »» » 1963 ...................... ...................... 793 »
Se observa un importante descenso en 1940 debido a los efectos devastadores de la guerra c iv il, por estar situada Teresa en la línea de combate.
El número de emigrantes defin itivos en los años 1950-1960 fue de 103. Los inmigrantes en igual período de tiempo fueron 13. Los principales puntos de destino de la corriente emigratoria son Barcelona y Valencia.
Historia del pueblo
Queremos destacar dos hechos que creemos tienen influencia en la actual configuración social y económica de Teresa. A fines del siglo XIX un sacerdote promovió la construcción de una acequia de riego, salvando poderosos obstáculos, levantados por un pueblo lim ítro fe, lo que determ inó un aumento considerable de la superficie regable y con ello de la riqueza del pueblo. Este acontecim iento se viene festejando todos los años y posiblemente este recuerdo haya contribuido favorablemente desde el punto de vista psicológico, a que algunos agricultores hayan confiado en la obra de promoción planteada por el actual cura párroco.
Durante la guerra c iv il, Teresa permaneció durante varios meses en la zona de nadie, siendo evacuada, y sus casas sufrieron la acción de la artillería y de la aviación. Durante las postguerra fue adoptada por el Caudillo, y fueron rehechos muchos de sus edific ios por «Regiones Devastadas».
Economía agraria
La extensión cultivada de secano es de 391 hectáreas y la de regadío de 96. En 1963 los cultivos herbáceos (cereales, patatas, le-
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guminosas, hortalizas, etc.) ocupaban 196 hectáreas de secano y 75 de regadío; los de frutales, 171 hectáreas de secano y 9 de regadío.
El régimen de la tie rra es el siguiente: propietarios, 250; aparceros, 42; arrendatarios, 71. Hay 3.475 explotaciones agrarias con superficie comprendida entre 0 y 4,9 hectáreas; 15 explotaciones tienen de 5 a 9,9; 6, tienen de 10 a 49,9, y 3, de 300 a 999, 9 hectáreas.
El censo de ganado vacuno para la producción de leche era de 210 vacas, en 1963.
La población depende casi exclusivamente de la agricultura.Como ocurre en toda la zona levantina del valle del Palancia, el cultivo predominante del secano es el olivo, siguiéndoje de lejos el de los cereales. Por diversas circunstancias, todo el secano está muy abandonado, dada su marginalidad económica. El regadío es cultivado con esmero y puede decirse que de él dependen los ingresos fam iliares. Pero a pesar de esta dedicación plena a las parcelas regables, los cultivos han sido to ta lm ente anárquicos y los métodos y técnicas de trabajo muy prim itivos, aparte de la enorme parcelación y abancalamiento de la tie rras.
Como el número de hectáreas de regadío por fam ilia es de 0,38, los habitantes de esta población se ven forzados a m ejorar su economía, sosteniendo una pequeña ganadería doméstica. Ello exige una alta dedicación humana, con una contrapartida económica muy débil. Este panorama tan frecuente en el agro español, constituye uno de los factores determinantes del fenómeno em igratorio.
SITUACION DEL PROBLEMA
Como hemos visto, en Teresa la propiedad agrícola se haya muy parcelada y la superficie por fam ilia muy reducida, especialmente las tierras de regadío.
La fam ilia campesina debía reforzar su precaria economía mediante la ganadería doméstica (cría de cerdos, recría de ganado de carne, gallinas y vacas para la producción de leche). Las v iviendas no disponen de cuadras o establos adecuados para alojar ampliamente y con higiene al ganado que el patrimonio fam iliar agrario permite sustentar. La asistencia a este ganado exige la plena dedicación fam ilia r durante todos y cada uno de los días del año: cultivar las tierras, transportar los forra jes, lim piar el es
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tablo, alimentar a los animales, ordeñar las vacas, entregar dos veces al día la leche al Industrial comprador y vender los productos de la tierra.
Por otra parte, el pueblo no posee ningún organismo co lectivo que agrupe a los agricultores y que realice gestiones de compra y venta para la defensa de los precios en favor del campesino. Todo esto es consecuencia del enorme individualismo de las gentes del campo, al cual no es ajeno Teresa. La baja cultura, tiene como consecuencia la rutina, el rechazo de las nuevas técnicas de trabajo y de cultivos, desesperanza, indiferencia y falta de confianza.
La baja rentabilidad de la producción agrícola, dada la índole de los cultivos, las reducidas dimensiones de las explotaciones fam iliares y la fa lta de la adecuada comercialización de los productos se vio agravada por la elevada mortalidad del ganado vacuno en los establos fam iliares (14 por 100 anual).
Las consecuencias de esta situación son:
* Abandono progresivo de la cría de ganado vacuno.* Mala alimentación familiar.* Reducidas posibilidades para mejorar la cultura.* Carencia de medios para la expansión de los modos de es
parcimiento y de las posibilidades de confort en el hogar* Falta de horizontes para los hijos.* Emigración.
Recursos existentes
Los recursos con que contaba Teresa para modificar su estructura económica y social eran los siguientes:
Económicos: En dinero son muy lim itados, salvo el que se puede obtener mediante hipotecas o préstamos.
Humanos: Fundamentalmente en las personas del Párroco, Maestro, Secretario del Ayuntam iento y un grupo de hombres procedentes de los cursillos de cristiandad.
Técnicos: La Agencia del Servicio de Extensión Agraria de Se- gorbe, en cuya comarca está situada Teresa.
Comerciales: Afortunadamente la venta de la leche no constituye problema, por concurrir en toda la zona del Palancia varios industria les transformadores de Valencia, que cada día envían sus camiones a recoger el mencionado producto.
Ayudas especiales: Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón.
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COMO HA SURGIDO LA EXPERIENCIA
Durante seis años tanto el Servicio de Extensión Agraria de Segorbe, como la Sección Social de Caritas Diocesana, de común acuerdo, han difundido entre los agricultores del valle del Palan- cia, ideas para tratar de mejorar la agricultura y reform ar las estructuras actuales. A grandes rasgos, se ha venido repitiendo la necesidad de crear grupos y cooperativas, sobre todo, para la comercialización de productos agrarios, para la defensa de los precios, para la adquisición de alimentos para el ganado, para la e liminación de ciertos intermediarios, para la explotación de establos co lectivos y para conseguir seguros mutuos para el ganado. También se ha llevado al ánimo del agricu ltor la necesidad de cu ltivar árboles frutales de especies cuidadosamente seleccionadas, en función de las características clim áticas y edafológicas de la zona, y de las posibilidades comerciales de los mercados, así como la necesidad de abandonar el cu ltivo de cereales y de hortalizas, sustitu yéndolos por forrajes adecuados al ganado para la producción de leche y carne.
Esta acción cultural ha sido complementada por la concesión de prestamos por parte de Cáritas Diocesana para la compra de ganado vacuno, concedidos a 18 pueblos, afectando a más de 225 beneficiarios, gestionando la compra y transportes hasta la zona, desde Santander, de 289 vacas en seis años, con una financiación de 4.200.000 pesetas. Para esta acción, Cáritas se benefició de ia ayuda económica otorgada por la obra alemana «Misereor».
Simultáneamente Cáritas ha formado numerosos m onitores cooperativistas, de los cuales 9 actúan en la zona ganadera que nos ocupa.
Nace la inquietud en Teresa
Durante el mes de octubre de 1963 los cursillis tas de cris tian dad de Teresa, en número de 5, realizaron una encuesta bajo la dirección del Párroco, estudiando la situación económico-social de las fam ilias y del pueblo en su conjunto, y las posibles soluciones para mejorar el estado de cosas existentes. Consideraron las posibilidades de una reforma en los cu ltivos, evolucionando hacia la producción de frutas y de forrajes, pero además entendieron que sería necesario superar las dificultades de la explotación familiar individual, especialmente cuando se tratara de increm entar la cabaña ganadera, y cuán ventajoso resultaría la aplicación y el des-
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arrollo de la idea cooperativista con su amplio panorama de posibilidades en el sector agrario.
Este grupo de hombres maduró estas ideas en sesiones sucesivas, hasta adquirir la firm e convicción de que la obra era realizable, e inaplazable, y por tanto, dieron los primeros pasos poniéndose en contacto con la Agencia de Extensión Agraria de Segorbe de cuyos técnicos recibieron la mejor de las acogidas.
El Párroco y los cinco miembros iniciales ( de los cuales solamente 3, más el Párroco, llegarían a ser socios), tuvieron necesidad de proceder a la captación de nuevos miembros para la obra proyectada. Esta labor, por razones psicológicas, se llevó a cabo sigilosamente, de hombre a hombre, hasta alcanzar la cifra de 16 socios. Una vez reunidos y siempre bajo la dirección técnica de Extensión Agraria, se constituyó en noviembre de 1963 el Grupo Sindical de Colonización, para la explotación de un establo colectivo, compuesto dé 16 miembros.
Medios de financiación
La creación de este Grupo ofrecía la posibilidad de conseguir del Institu to Nacional de Colonización los préstamos que este Organismo otorga para las instalaciones ganaderas que el grupo precisaba. Inmediatamente, y a través de Extensión Agraria, se realizaron los trám ites precisos para so lic ita r los referidos préstamos. El préstamo solicitado ascendió a 468.000 pesetas, correspondiente al 70 por 100 del presupuesto tota l de la obra. El 57 por 100 del importe del préstamo (equivalente al 40 por 100 del presupuesto) fue concedido sin interés, y el 43 por 100 restante (equivalente al 30 por 100 del valor to ta l) devenga un interés anual de 3,75 por 100. La amortización del préstamo comenzará en el año 1970 y term inará en 1980.
Simultáneamente, el Párroco se puso en contacto con Cáritas Diocesana, solicitando ayuda económica en favor del Grupo, para in iciar las primeras instalaciones del establo colectivo y para la compra de 24 novillas. Cáritas puso a disposición del Grupo 75.000 pesetas para los primeros gastos y 384.000 para la compra de) ganado, ofreciendo asim ismo la asistencia técnica de un ve terinario experimentado. La concesión de este dinero lo fue a títu lo de préstamo y a devolver en el plazo de dos años, satisfaciendo un interés anual del 3,5 por 100.
Todos los socios del Grupo se comprometieron desde un prin-
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cipio a aportar 1.500 pesetas en metálico, más 50-60 jornales de trabajo personal para edificar el establo y sus instalaciones. Además, cada uno aportó 4 hanegadas de regadío (1 hanegada = 832 metros cuadrados).
Elección de técnicas
Entretanto hubo que resolver por parte del Grupo, con la as istencia técnica de Extensión Agraria, un problema muy im portante cuál es la elección del sistema de estabulación del ganado, para que resultase más económica la instalación del establo, y para que la explotación fuese higiénica, con unos costos de m antenim iento bajos. Opiniones técnicas indicaban como sistema óptimo el de la estabulación libre, pero no había apenas experiencias en España.
El Jefe de la Agencia de Extensión Agraria de Segorbe y el Párroco de Teresa, se desplazaron a Barcelona para v is ita r una instalación de esta modalidad, de carácter particular, situada en Granollers. Se estudiaron experiencias francesas e italianas a tra vés de revistas técnicas de ganadería.
Finalmente se tomó la decisión de instalar un establo al aire libre.
En noviembre de 1963, Cáritas Española organizó en M adrid un cursillo de formación cooperativista, y a él asistieron el Párroco y el Secretario del Ayuntam iento de Teresa. Así el naciente Grupo contaba con dos monitores para desarrollarse adecuadamente.
Inmediatamente de aprobarse el sistema del establo, se procedió a gestionar la localización y compra del terreno que habría de servir para alojar al ganado. El proyecto técnico fue elaborado por Extensión Agraria con la colaboración del Grupo, d iscutiéndose todos los pormenores, y recibiendo valiosas orientaciones de las casas constructoras de maquinaria para el ordeño de las reses.
Simultáneamente fue aprobado el Reglamento o Estatutos por el que se rige el Grupo de Colonización.
COMPRA DE GANADO
En mayo de 1964, Cáritas organió el viaje de compra de los animales. Acompañó al Veterinario el Párroco de Teresa, que representaba al Grupo de Colonización y que administraba el d inero facilitado por Cáritas. Para el viaje a Torrelavega (Santander) fue empleada la furgoneta de Cáritas Diocesana de Segorbe.
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Se compraron 24 novillas preñadas para prim er parto, con un promedio de 5 meses de gestación, siendo su importe, más los gastos de compra y de transporte hasta Teresa, de 384.000 ptas.
Durante el tiempo que medió entre la constitución del Grupo y la llegada de los animales, los agricultores socios procedieron a preparar sus campos para el cu ltivo de los forrajes necesarios y la construcción del establo y de sus dependencias auxiliares.
CONTENIDO, DESARROLLO Y ORGANIZACION
Las exigencias de una explotación conjunta, cooperativa o grupo de colonización, son m últip les:
* La constitución de la cooperativa o grupo sindical de colonización (esta ú ltim a modalidad ofrece ventajas a! verse favorecida por los préstamos que otorga el Instituto Nacional de Colonización para las instalaciones a largo plazo y a muy bajo in terés).
* Son precisos un número mínimo de socios, según la modalidad del grupo.
* Los socios deben efectuar una aportación en metálico y en jornadas de trabajo personal, y, por otra parte, deben aporta r determinada superficie de huerta en función del número de animales a explotar y del número de socios del Grupo. Estas aportaciones deben ser a partes iguales.
* La cesión de las tierras al Grupo se estima por un período de 4 años, pasados los cuales los socios realizan nuevas cesiones de tie rra, también por 4 años, volviendo las primeramente concedidas a poder de sus dueños. La finalidad de este relevo, es el establecim into de una rotación de cultivos adecuada para descansar la tie rra.
* Los productos de la explotación del establo podrán repartirse (una vez atendidas las amortizaciones, gastos de a limentación y de mantenimiento del ganado y del establo, salarios y cargas sociales de los empleados), entre los miembros del Grupo a partes iguales, deducida la oportuna reserva. Los productos normales de la explotación son: leche, novillos de cría, carne de vacas viejas y estiércol.
* Es evidente, que cuando la constitución de un Grupo de Colonización se lleva a cabo sin capital propio, hay que recu rrir a préstamos de cualquier procedencia. El primer objetivo económico del grupo será entonces la amortización de aquéllos y la liberación financiera.
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Dirección dei Grupo
El Grupo está compuesto de 16 miembros. Uno de ellos es el Párroco (la Parroquia posee de antiguo una propiedad de regadío); otro un maestro nacional, propietario agrícola; hay un tercero que es industrial transportista, también propietario agrícola, y el resto son agricultores puros.
El Grupo se rige por unos estatutos y lo adm inistra una Junta de Gobierno. Está d irig ido por un presidente, asistido por el secretario, el tesorero, el interventor y dos vocales.
En esta primera fase, la dirección y la adm inistración son llevadas por el Párroco, previéndose su retirada paulatina a medida que el Grupo se baste por sí mismo. Para lograrlo, el presidente del Grupo y el Párroco se reúnen cada dos días.
La Junta de Gobierno celebra sesión cada 15 ó 20 días. El Grupo completo lo hace, hasta ahora, una vez al mes, como té rmino medio. Se ha preferido que la Junta de Gobierno no excluya en la conducción del Grupo al resto de los socios, al menos por ahora, y de ahí la frecuencia con que todos se reúnen.
El establo y sus instalaciones
La superficie to ta l del establo, más sus dependencias, es de 5.000 metros cuadrados. Esta extensión se reparte entre:
— Cobertizo o zona de reposo (7 x 30 m .).— Patio de e jercicio y pesebre (8 x 30 m .).— ■ Sala de ordeño simultáneo de dos vacas (10 x 5 m .).— Paridero de vacas, recinto para novillos y enfermería (20
por 5 m etros).— Silo para 100 Tn. de forra je verde, para la alimentación de
24 vacas y 10 novillos durante 70 días: está formado por dos muros paralelos distanciados 5 metros.
— Agua potable: Una fuente que v ierte sobre una cubeta o bebedero.
— Estación transformadora de energía eléctrica de 10 KVA.— Vivienda para el encargado del establo.
Inversiones realizadasInstalaciones ...................................... 400.000 ptas.V a c a s .................................................... 384.000 ptas.
Total ................ 784.000 ptas.
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aparte de las prestaciones personales en trabajo de los componentes del Grupo, que ascienden a unas 120.000 pesetas.
Para la manutención del ganado y especialmente para la alfi mentación de los novillos que el Grupo retiene en el establo, ha sido preciso incrementar la superficie in icial de regadío en un 20 por 100. Esta tie rra adicional no es aportada por los socios, sino que es cedida por terceras personas completamente gratis, reservándose únicamente la producción de los árboles frutales existentes en los predios cedidos.
En cuanto a la rentabilidad de la explotación, el Grupo asegura que el beneficio neto asciende al 40 por 100 de los ingresos brutos totales anuales. Por otra parte, teniendo en cuenta los desembolsos realizados y la valoración de las tie rras aportadas para la alimentación del ganado, más los gastos de la explotación, la rentabilidad del capital es del orden de 14 por 100 anual.
Producción y datos económicos
Algunos datos del establo del Grupo de Teresa, a los 15 meses de su puesta en marcha:
— Producción media de leche por vaca y día, en primer parto: 10 litros.
— Producción en segundo parto: 14,6 litros.— Precio de venta actual de la leche: 7 pesetas el litro .— Producción bruta media de leche, con todas las vacas en
segundo parto: 350 litros diarios.— Producción de estiércol: 60 Tn. al año: pesetas 12.000.— Venta de los novillos recién nacidos: 4.000 pesetas novillo.— Venta de los novillos a los 3 meses de vida: 7.500 pesetas
novillo.— Precio del kilovatio consumido: 1,50 pesetas.— Coste de los hombres que atienden al establo:
— 1 hombre fijo que atiende al ganado, lo limpia, lo a limenta, lo ordeña: 110 pesetas diarias, más seguros sociales, vivienda, luz y leche gratis.
— 2 hombres para recolectar y transportar el forraje: 110 pesetas diarias más seguridad social.
Desarrollo del Grupo y dificultades halladas
Al nacimiento del Grupo, recibido con el natural recelo por gran parte del pueblo e incluso con grandes dudas por parte
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de algunos de los socios que lo formaban, tuvo lugar una grave cris is en la compra de la leche de la comarca (en noviembre de 1963 se pagaba la leche a 5,50 pesetas litro ) , debido a que una de las empresas que mayor cantidad de este líquido compraba, hizo suspensón de pagos, afectando el colapso a Teresa. Este contratiempo asustó a muchos por las cantidades que quedaron sin pagar a los ganaderos y por la desaparición de una empresa de alta capacidad de absorción industrial. Algunos m iembros del na- cíente Grupo lo abandonaron, aunque se consiguió cubrir sus vacantes con otros agricultores con más fe en la obra.
Otra empresa transformadora se hizo cargo de la producción láctea de los pueblos afectados por el desaparecido cliente, pero bajando el precio de compra de la leche a 5 pesetas el litro .
En estas condiciones se inició la vida del establo. Gracias a Dios, ese precio se ha visto superado y actualmente perciben 7 pesetas por litro .
Durante los 15 meses transcurridos, no ha habido una sola baja por enfermedad o muerte, en las 24 novillas traídas de Santander, desenvolviéndose la paridera de novillos con toda normalidad.
Todo ello ha perm itido al Grupo ir liquidando las deudas contraídas en los primeros momentos de la instalación, habiéndose recibido ya del Institu to Nacional de Colonización el 100 por 100 del préstamo solicitado y concedido. También se van cumpliendo los plazos de amortización del préstamo otorgado por Cáritas Diocesana.
Las dificultades encontradas, aparte de las anteriores, pueden resumirse en las siguientes:
— La falta de recursos económicos en los socios del Grupo, lo que ha hecho imprescindible la financiación de Cáritas y del Institu to Nacional de Colonización.
— La mentalidad que padece el campesino español (desconfianza, rutina, fa lta de sociabilidad, fa lta de cu ltura comunitaria) y el desconocimiento de técnicas y de economía agrarias.
— Dimensiones reducidas de los predios o parcelas, que im piden la mecanización de las explotaciones forra jeras.
— Falta de caminos para el abastecim iento económico de fo rrajes al establo, y para el transporte del estiércol al campo.
— Desidia, imprevisión, fa lta de fe en la obra, irresponsabilidad, etc.
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ANALISIS DE RESULTADOS
Los resultados directos obtenidos son los siguientes:
* Ordenación de los cultivos.* Mayor producción específica de forrajes.* Capitalización agraria por la inversión en sí, por la necesi
dad de la amortización de los préstamos y por la revalorización del ganado.
* A lta sanidad del ganado y rápida aclimatación al nuevo medio ( salto brusco del clima húmedo de Santander al seco del Levante español.)
* Revalorización de las tie rras de regadío.* Experiencia de vida cooperativista con abandono progresi
vo del excesivo individualismo, lo que contribuye también a suavizar la intrincada y susceptible vida social de los pueblos pequeños.
* Aumento del sentido de responsabilidad individual y colectiva.
* Mayor rendim iento económico de la superficie de tierra cultivable, patrimonio de la fam ilia.
* Mayor cultura agraria y general.* Apertura de nuevos horizontes para el Grupo; ampliación
del establo, mecanización de la recolección y transporte de los forrajes, recrío de novillos para la producción de carnes, mejora de la calidad del ganado por sucesivos cruces y confección del árbol genealógico, mejora de la calidad de la leche y aumento progresivo de su producción por vaca, etcétera.
* Mayor defensa de los precios ventajosos para el Grupo, tanto en la compra de piensos, como en la venta de la leche.
Pero la experiencia que analizamos también ha logrado una proyección exterior. Así vemos que entre las gentes de Teresa, ajenas al grupo, ha influ ido así:
— Movim iento para la plantación masiva de frutales en los regadíos, junto con la producción de forrajeras.
— Creación de una cooperativa o grupo para combatir las plagas de los árboles frutales y para la comercialización de la fruta.
— Cambio radical de actitud hacia el Grupo vaquero, patentizado en demandas de ingreso de nuevos socios, y en la aprobación general de la Obra.
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A esto ha contribuido la divulgación hecha por el Servicio de Extensión Agraria, por la TVE. y por la prensa, especialmente a raíz de la inauguración ofic ia l del establo, que fue presidida por el Prelado de la Diócesis, por el Gobernador C ivil de la provincia y por el D irector General de Extensión Agraria, entre otras autoridades.
a) Creación de un grupo sim ilar en Viver (a 12 kilóm etros de Teresa) a cuyo establo se han traído 36 novillas desde Santander, y que también es explotado en régimen cooperativo y bajo el sistema de estabulación libre.
b) Proyecto de creación de un establo s im ilar en C ira t (a unos 40 k ilóm etros), con 24 novillas, y promovido por su Párroco,
c) Gestiones realizadas para otros establos libres en Gau- diel, en Puebla de Arenoso y en Jérica (todos ellos de la p rovincia de Castellón).
d) Edificación de un establo idéntico en un pueblo de la provincia de Valencia.
e) Petición de información desde varias provincias (Avila y Ciudad Real entre e lla s j.
f) Continua vis ita al establo de viajeros aislados y por grupos de agricultores desde distintas y lejanas procedencias (de las provincias de Castellón, Valencia, A licante, Teruel, Zaragoza, Tarragona, Burgos, e tc.).
Fuera del pueblo
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educación y desarrollo rural:la experiencia
de treviso *p o r G iu sep p e R O SSETTO
INTRODUCCION
El mundo rural está en cris is en todas partes. Es una cris is producida en parte por la senilidad y también por el crecim iento; en una palabra, una cris is de transformación de los modos de vida y de trabajo, de las dimensiones técnicas y económicas, de las formas asociativas y culturales.
Se trata también de una cris is de civilización o, mejor, de uno de los elementos de una cris is más amplia: la cris is de la c iv ilización planetaria.
La cris is alcanza igualmente a los países subdesarrollados, empeñados en la consecución de un nivel de vida más humano, y a muchos países llamados desarrollados que, orgullosos de los niveles alcanzados por su civilización industria l, han creído instaurar con ella nada más la civilización.
Tanto en uno como en otro caso no se trata solamente de un problema técnico o económico, sino también de un problema social, de un problema de civilización; es decir, de un problema humano en toda su amplitud, cuya solución debe partir de la per- osna y tender a su desarrollo integral.
Se intenta lograr nuevos equilibrios: equilibrio entre la agricultura, sector subdesarrollado, y los demás sectores de producción: industria y servicios; equilibrio entre regiones con d ife rencies niveles de desarrollo.
Los países desarrollados y los países en vías de desarrollo
[*) Tomado de la revista cfDéveloppement et Civilisations», núm. 23.
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tienen que resolver los mismos problemas en cuanto a la agricultura: lograr un sector económico moderno mediante una evolución acelerada de las formas de vida y de trabajo, de las dimensiones económicas y técnicas, de las formas asociativas y culturales.
Sin embargo, hay una diferencia: en los países económicamente desarrollados el sector industrial es pujante, lo que no acontece en los países en vías de desarrollo, con todas las consecuencias que se desprenden de ello.
Por otra parte, el retraso económico supone un subdesarrollo cultural, que, a su vez, es la base y contribuye a la pobreza económica. El problema es complejo, ya que es en gran parte de orden cultural; es decir, humano, y, por tanto, habrá que adoptar una solución humana.
TREVISO: ALGUNOS DATOS ECONOMICOS Y SOCIALES
El m ilagro económico italiano, del que conocemos sus contradicciones y ambigüedades, ha dado origen a una ruptura real, a un movim iento hacia adelante, que ha alcanzado y arrastrado en un vertig inoso movim iento a las regiones industriales del Norte.
El movim iento se ha extendido a las demás regiones italianas cuya economía es, sobre todo, rural, dejándolas en la periferia del movimiento.
El sector industria l se ha convertido en Italia en el sector p iloto de la economía. Resultado: la manifestación impetuosa de una cris is en las estrucutras rurales tradicionales y en el equ ilibrio de toda la sociedad.
Examinando los problemas de trabajo observamos que:
La relación entre trabajadores ocupados y fuerzas de trabajo .(brazos) ha pasado de 90 por 100 en 1954-56 a 96 por 100 en 1961-62.
La relación entre fuerzas de trabajo (brazos) y población total ha alcanzado 41,8 por 100 en 1962.
La distribución de las fuerzas de trabajo entre sectores productivos ha variado del siguiente modo:
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La emigración local, sobre todo al extranjero, se ha transfo rmado en migración sectorial, con un cambio masivo de la agricultura a la industria.
Estos elementos demuestran un verdadero desarrollo industria l. El desarrollo está concentrado principalm ente en la región que lim ita con Venecia y su periferia. En el resto de la región las iniciativas industria les han empezado a dar sus p rimeros pasos y muestran cierta tendencia a localizarse, sigu iendo la línea Venecia-Verona. Pero la agricultura, bastante subdesarrollada, actividad dominante en esta región, continúa. La región véneta, no eludiendo la situación, se ha quedado en la periferia del movim iento, exceptuándose algunas zonas.
En 1951 la renta de la agricultura representaba el 38,8 por 100 de la renta to ta l, con una población agrícola del 50 por 100 del to ta l; en 1960 la renta proveniente de la agricultura se nabía reducido un 25 por 100.
La capacidad de consumo era muy lim itada. Si consideramos 100 como nivel de consumo alim enticio de base para Italia, Treviso alcanzaba 72 en 1952 (frente a 112 en Venecia) y 71 en 1955 (frente a 109 en Venecia).
El desarrollo industrial ha favorecido, casi únicamente, a la pequeña y mediana industria, concentrada en pequeñas zonas.
Tal situación económica sólo podría desarrollar una situación social de pobreza, hasta de m iseria, principalmente en el medio rural. Esta miseria se manifestaba en estructuras prim arias e inhumanas. Las casas rurales a menudo eran insanas, desprovistas de luz, faltando en casi todas el agua corriente y las instalaciones higiénicas. Las calles estaban intransitables. Las relaciones sociales entre el colono y el propietario eran generalmente inhumanas. Muchos propitarios se oponían a ciertas m ejoras, tanto económicas como culturales.
La respuesta a esta situación, respuesta demasiado sencilla y a largo plazo peligrosa, incluso perjudicial, ha sido durante largo tiempo la emigración al extranjero y al in terior, lo que ha
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1963 1954 1959 1962
Agricultura ............ ........... 62 % 43 % 29 % 25 %Industria ............... ........... 22 % 30 % 39 % 43 %Servicios ............... ........... 16% 27 % 32 % 32 %
empobrecido la provincia (que por otro lado presentaba una saturación dem ográfica).
Esta provincia, a pesar dei desarrollo iniciado después de la guerra en las pequeñas y medianas industrias, ha continuado siendo principalmente rural debido a que su posición geográfica no permite la creación de grandes zonas industriales. Sus características geográficas la hacen apta para una agricultura intensiva que, ahora hace su aparición.
Pero esta agricultura, todavía fundamentalmente basada en métodos antiguos y empíricos, y cerrada a las nuevas técnicas, no podía engendrar más que una inmovilidad, conducir a un fatalismo y a una resignación ante la pobreza, y también a la exasperación del individualismo y a la marcha de los jóvenes más inteligentes y dinámicos. El resultado fue un incremento del círculo vicioso de pobreza.
EL CECAT: SU HISTORIA, SUS ACTIVIDADES, SUS METODOS
Su Historia.
Frente a esta trágica situación humana, se imponía una solución global. Era preciso tomar como punto de partida al hombre y su educación. Era necesario reformar las estructuras apoyándose (apoyo por otro lado básico) en una obra de educación de base.
En 1954, en Castellfranco, ciudad de la provincia de Treviso, se creó una escuela rural, que en 1955 se convertiría en el Institu to Profesional del Estado para la Agricultura.
La obra encontró dificultades, sobre todo por parte de aquellos que querían que el campesino continuase en su estado de inferioridad, y también por parte de las fuerzas políticas y sindicales, que en vez de acoger la iniciativa con simpatía, vieron en ella un intento de dominación política. Esta oposición se fue reforzando con los años.
En diversas zonas de la provincia se fueron abriendo otras secciones del Instituto, y se dotó a cada una, para las experiencias prácticas de los alumnos, de un proyecto rural. Junto a esta in iciativa escolar nacieron otras escuelas para amas de casa, escuelas para adultos y viajes al extranjero para campesinos, jóvenes y adultos.
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En el verano de 1955 los alumnos de la escuela se repartieron por los campos de la zona con máquinas y empezaron a provocar discusiones sobre la mecanización y sobre la necesidad de la cooperación. El resultado fue el nacim iento de una cooperativa de maquinaria que fue la primera de las 150 cooperativas que existen actualmente. Si la escuela tenía que responder al problema de la preparación personal y técnica del campesino, la cooperativa debía responder al problema de las estructuras, pero también convertirse en un nuevo instrumento de educación: educación en la solidaridad, en la cooperación, en la comunidad.
En los años siguientes, el equipo de promotores y animadores se comprometió en la tarea del desarrollo y refuerzo de las estructuras, definió los métodos de trabajo para la acción educativa directa y elaboró una ideología.
El CECAT que hasta este momento era sólo un equipo de animadores sin forma juríd ica, se convirtió en institución, bajo forma de asociación privada (1959). Sus objetivos más directos consistían en aconsejar, animar, coordinar, orientar la tota lidad de las actividades en los sectores de educación y de cooperación que ya estaban en movim iento.
En 1959 las cooperativas alcanzaron la c ifra de 45, al mismo tiempo que las escuelas veían cómo cada vez aumentaba más el número de alumnos. La experiencia empezaba a tener verdadero éxito a pesar de la desconfianza de los campesinos habituados a que se les considerase al margen de la civilización o avasallados por tareas que raras veces respondían a sus verdaderos intereses.
Sus actividades
En todas sus actividades el CECAT tiene un solo fin : la edu- ción del campesino para convertirle en una persona comprometida en la transformación y edificación de una sociedad, de una nueva civilización; en una persona portadora de sus propios valores como las demás categorías sociales. Está claro que el objetivo ha de encaminarse a la eficacia de los medios, ya que éstos, por otro lado, pueden convertirse en nuevos instrumentos de sometim iento de la persona.
La Educación.
La actividad escolar que comenzó como se ha dicho en 1954, con el nacimiento del Instituto Profesional del Estado para la
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agricultura, se caracteriza por nuevos procedimientos didácticos:
1. La escuela para adolescentes, en sus 8 secciones dispersas por toda la provincia, acoge jóvenes mayores de 14 años que han term inado ei período escolar obligatorio.
A ) Para los jóvenes los cursos se reparten en dos ciclos: El primero es de tres años (14-15 y 16 años). En él, debido a una formación profesional y general, el joven adquiere la calificación de «experto cultivador».
El segundo ciclo dura dos años y en ellos se dan cursos especializados y de perfeccionamiento que les permiten adquirir una capacitación rural más avanzada.
B) Para las jóvenes el c ic lo de formación comprende dos años (14-15) de formación profesional unida a una formación general que le da una capacitación especial: «mujer rural».
Para las de más edad se prevén sesiones de recuperación.
2. La educación de los adultos, no pudiendo llevarse a cabo por planes sistemáticos, se verifica mediante diversas iniciativas que pueden resumirse del modo siguiente: encuentros, debates, reuniones, asambleas de estudio, con el fin de despertar en el campesino el sentido de responsabilidad como jefe de fam ilia y de empresa, y como miembro de una sociedad c iv il.
— Cursos más profundos o seminarios de estudio para los campesinos que quieren incorporarse a la comunidad como animadores, promotores y responsables.
■— Viajes de estudio por Italia y por el extranjero para poner al campesino en contacto con nuevas experiencias y abrirles a nuevas ideas y valores.
— Una instrucción profesional que les prepare para programaciones técnicas: mecanización agrícola, aumento del ganado.
— Cursos sobre la organización de cooperativas agrícolas y su asistencia técnica y comercial.
3) Centro de promoción rural: Esta iniciativa tuvo como o rigen ia marcha del campo de gran frarte de fuerzas jóvenes e inte ligentes, ya por d ificultades materiales o por deseo de evasión de su medio en el que se encontraban en situación de in fe rio ridad.
La falta de operadores, monitores y animadores rurales, de cuadros intermedios para todos los niveles; es decir, personas que salvados del medio rural hayan tenido la posibilidad, median-
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te un esfuerzo personal de investigación y de análisis, de realizar un desarrollo de su personalidad que les haga capaces de transm itir a los demás la significación de sus experiencias y provocar así fenómenos de transformación desde la base, llegando a un crecim iento y promoción humana del medio.
Los jóvenes (de 18 a 35 años) han de tener:
— una serie de experiencias rurales,— confianza en el mundo rural,— deseo de prepararse para ponerse a su servicio,— un títu lo de estudios elementales.
El ciclo comprende tres años.
He aquí algunas de las perspectivas que se abren ante estos jóvenes:
— participar en la empresa fam iliar,— asistencia técnica a las cooperativas,— d irig ir y animar las cooperativas de segundo grado,— enseñanza en las escuelas de jóvenes,— creación de empresas rurales dirigidas por equipos de jó
venes que deberán convertirse en empresas p ilo tos para la agricultura.
LOS METODOS PEDAGOGICOS UTILIZADOS
Durante estos diez años de experiencia, los educadores y los dirigentes de escuelas han intentado constantemente comprobar los resultados de su acción educadora y han tratado de elaborar formas y métodos de trabajo cada vez más adaptados al medio campesino y a la psicología de los alumnos, teniendo en cuenta las más modernas corrientes psicológicas.
Para hacer que el campesino asuma tota lm ente su personalidad de emprendedor es preciso ayudarle a alcanzar un desarrollo intelectual completo, es decir, que su formación general comprenda no sólo nociones y principios, sino que éstos le hagan apto para interpretar los valores culturales de su medio de origen y para comunicar a los demás su propia experiencia individual. Por esto la escuela ha de servirle también para perfeccionar las capacidades de asim ilación y de ju icio crítico de cada uno.
En época de transformaciones sociales en la que la escuela puede convertirse en el centro de animación y de orientación cu ltural, debe insertarse mediante ataduras vita les y continuadas en
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él te jido vivido de ia sociedad, de los grupos sociales de donde proceden los alumnos.
El joven, si quiere convertirse en un elemento motor de la sociedad y de la civilización cuya transformación es cada vez más rápida, debe adquirir una estructura mental abierta, capaz de renovar continuamente sus adquisiciones. El joven no tiene solamente que aprender, sino que debe «aprender a aprender». Por el contrario la escuela de ahora habitúa al joven a acumular una serie de datos técnicos y c ientíficos que hacen al individuo un ser capaz de desempeñar un papel determinado en ia sociedad, pero incapaz de orientarse, sobre todo, de orientar las vertig inosas transformaciones modernas. La escuela tradicional ha sido siempre selectiva, una escuela de élite, ahora de acuerdo con la función democrática, ha de convertirse en medio de promoción para todos.
Por otra parte, fuera de la escuela, el modo de instrucción de los jóvenes puede provocar entre generaciones cris is sociales y culturales.
Para evitar estas dificu ltades el CECAT ha intentado elaborar nuevos métodos pedagógicos cuyas características fundamentales son:
— Formar hombres capaces y no dominados, de ahí la necesidad de una formación de la personalidad, para hacer que el joven sea capaz de orientarse u orientar las transformaciones actuales.
— Formación abierta y formación «asociada» para ayudar a los jóvenes en su crecim iento y en su elección profesional.
— Proceder del análisis a la síntesis y a la acción, apuntando al desarrollo intelectual del joven. La escuela ha de ayudar en la observación y en el análisis de la experiencia rural vivida por el joven y su fam ilia y, a partir de ésta, desarrollar una síntesis, orientada hacia la acción.
— Proceder de lo concreto a lo abstracto, en lo concerniente a la progresión de los programas. La experiencia y los problemas de la vida rural han de perm itir a los jóvenes llegar con mayor facilidad a un conocimiento c ientífico y técnico.
— Valorar la acción educativa de la fam ilia y del medio mediante contactos entre los padres y la escuela. La escuela no es el único medio de educación sino que ha de unirse
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a los otros dos nuevos medios educativos: la fam ilia y el medio de origen.
Concretamente este método de formación se desarrolla así:
La escuela: h ipótesis de búsqueda. El joven, tomando como punto de partida lo que aprende en la escuela, establece con sus compañeros y los que le enseñan un «plan de estudio» sobre un tema determinado.
La fam ilia: análisis de la experiencia fam iliar, desarrollo del plan de estudio y creación del «cuaderno de proyectos». El joven discute con sus fam iliares los elementos del plan de estudio y prepara con ellos «el cuaderno de proyectos» donde se anotan los datos de los proyectos fam iliares.
La escuela: discusión de las observaciones de cada uno, contro l de las conclusiones para el registro de los proyectos de valor medio de la zona, advertencias científicas y técnicas del profesor, advertencias que se derivan de leyes generales. Paso al e jerc ic io y a la acción.
FUNCION DE LA FAMILIA
Para evitar una ruptura entre la mentalidad de los adolescentes, educados en la escuela, y la mentalidad de los padres que permanecen en casa— proponiendo a los hijos mejores modelos que los ofrecidos por la empresa fam iliar, pero abstractos y sin conexión con la realidad— para arrastrar a la fam ilia en ese proceso educativo que lleva al conform ismo y a la individualidad y con el fin de insertarla en las corrientes de progreso y desarrollo, el CECAT encuadra toda la responsabilidad fam ilia r en la educación progresiva de los jóvenes por los siguientes medios:
— Discusiones sobre la empresa fam ilia r mediante el «cuaderno de empresa» cuya compilación exige un diálogo continuado entre padres e hijos, uniendo así estas dos partes en la reflexión común sobre el desarrollo de la empresa.
— Alternancia de períodos de presencia activa en la empresa fam iliar y períodos de frecuencia escolar. Esto perm ite una verdadera utilización de la empresa, ya que se hace co inc id ir los períodos de permanencia en fam ilia con períodos de trabajo, más importantes y s ign ificativos.
— Los períodos de permanencia en la escuela, para aprovechar plenamente los días, se viven en un internado de ca-
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rácter fam iliar. En él se intenta favorecer la vida comunitaria y el trabajo en equipo en las investigaciones y en todo el trabajo escolar.
Los profesores llevan con los jóvenes una vida en común lo que permite, si el profesor tiene una rica personalidad humana, una educación más completa del joven:
— Los profesores, cuando los jóvenes están en fam ilia les v isitan frecuentemente, estableciendo así un diálogo provechoso con la fam ilia y el medio.
— Los directores de las escuelas se ayudan en su tarea de un consejo de administración formado por los padres de los alumnos, elegidos por las fam ilias que han promovido la escuela. El consejo puede opinar sobre la orientación económica y adm inistrativa, y sobre disciplina general.
El programa del CECAT prevé que, con el progreso y crecim iento humano del medio rural, las escuelas poco a poco deberán ser organizadas por las mismas familias, según el método de las «Casas Familiares» francesas.
Hasta ahora cerca de 17.000 personas han asistido a las escuelas o a los cursos organizados por el Centro.
LA COOPERACION
Para poder comprender el sentido y la orientación de la acción cooperativa creada por el CECAT, es necesario situarla en la significación global de la misma experiencia del CECAT.
Al principio, la cooperación se concibió como un segundo tiempo de la formación cultural del campesino; es decir, que ya creadas las cooperativas estaba previsto que los campesinos s iguieran manteniendo estrechas relaciones con la escuela.
Los campesinos miraban con recelo esta iniciativa: recordaban las experiencias negativas de origen prefascista y demostraban poco entusiasmo por las últimas formas asociativas, por las grandes cooperativas cuyo espíritu y estructura estaban empapados de preocupaciones burocráticas y tecnocráticas manteniéndose en su pasividad e inferioridad.
Debía encontrarse por otro camino la solución al problema: la cooperación se transform ó en equipo de investigación y de in iciativas para una comunidad nueva, insistiendo en la educación.
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Las características fundamentales de las cooperativas son las siguientes:
— Proceder de abajo arriba para excitar el espíritu de iniciativa de los asociados.
— No basta con crear instituciones que trabajen en favor de los campesinos; es necesario que las instituciones estén en poder de ellos. Solamente así se podrá favorecer el crecim iento humano del mundo campesino.
— Su dimensión en pequeña: de 10 a 15 miembros.
Un pequeño grupo de hombres que se conocen entre sí. De este modo pueden desarrollarse intensas relaciones humanas y adm inistrativas y pueden perderse operaciones técnicas y económicas llevadas a cabo y controladas directamente por sus m iembros, permitiendo la realización de un verdadero e jercic io democrático y de auto-gobierno.
Las «Cooperativas de maquinaria» son las más numerosas, los dirigentes del CECAT justifican esta situación por d iversos m otivas, siendo los fundamentales:
— Motivos ideológicos: la máquina en la sociedad campesina es el elemento de ruptura más fuerte. Hace que los campesinos reconozcan la necesidad de renovar sus técnicas.
— Motivos económicos: imposibilidad para las pequeñas empresas de llegar a una mecanización autónoma; im posib ilidad de ofrecer prestaciones a las empresas no asociadas.
— Motivos sociales: los jóvenes, al v iv ir en una civ ilización en la que las máquinas y la técnica son instrum entos de progreso, no emigrarán; las cooperativas, constitu idas tanto por colonos como por granjeros, les dan la posibilidad de afirmar su independencia frente a los patronos.
Existen también cooperativas de compra y de d istribución de los alimentos agrícolas, de recogida y de venta de los productos agrícolas, etc.
CONCLUSION
Hemos intentado exponer los puntos fundamentales de una experiencia positiva tanto en las realizaciones llevadas a cabo como en su ideología. Para term inar resumiremos las principales características:
— Una visión global y humana de los problemas de la socie-
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dad rural, problemas que se intentan solucionar mediante la creación de instituciones cuyas tareas sean precisas y delimitadas.
— La solidaridad campesina en las escuelas, en las cooperativas, en todas las demás actividades se intenta promover en el sentido de la solidaridad y de la comunidad. La persona cree en y con el grupo, por la obra del grupo, trabaja para el grupo.
—• Preocupación de que toda la sociedad campesina llegue a un desarrollo humano integral. De ningún modo se trata de crear una é lite muy desarrollada frente a un mundo aún atrasado, ni tampoco originar un desequilibrio que desemboque en una forma nueva de sometim iento dél mundo campesino. Hay que desarro llar a toda la comunidad.
— La respuesta cultural que el CECAT ha dado a los problemas, ha contribuido a plantear las bases de una cultura campesina abierta al diálogo, siguiendo los modelos culturales de la ciudad. Incorporándose al dominio cultural y permaneciendo fie l al mundo campesino, ha provocado el encuentro de los «dos mundos», el campesino y el cultural, que parecían estar destinados a no encontrarse jamás. Una de las razones fundamentales que explican el fracaso a veces brutal de las demás acciones en favor de la agricultura es quizá esta mentalidad por la cual la cultura no puede penetrar en los campos (ni tampoco en las fábricas) sin perder su pureza.
Hay que recordar un ú ltim o valor: la experiencia está íntimamente relacionada y enclavada en un contexto de relaciones internacionales. Recuerda en su espíritu y métodos la experiencia francesa de las «Casas Familiares de aprendizaje rural», con experiencias sim ilares. Así ha sido objeto de un cuidadoso estudio por parte de la C. E. E. y comienza a llamar la atención de los d irigentes de los países en vías de desarrollo que la encuentran interesante y valedera para el desarrollo de sus propios países.
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un tele-club rural
por Antonio ALBARRAN,con la colaboración de
M .* Jesús M ANO VEL
EL PUEBLO
Pezuela de las Torres, a 50 kilóm etros de Madrid y dentro de los lím ites de su provincia, es un pueblo como tantos otros de nuestra España rural. Con unos 800 habitantes ha de ver cada día, en un ritmo casi constante, d ism inuir su ya exigua población.
Hace solo cuatro años la ocupación de la población activa de Pezuela era casi exclusivamente agrícola, sólo un pequño grupo de albañiles y peones de albañil y los obreros de una reducida industria de extracción de yeso, componían el cuadro completo de su «economía».
En estos últim os cuatro años, Alcalá de Henares, de la que le separan solamente 24 kilómetros, le ha proporcionado nuevos ho rizontes. La demanda de mano de obra para su industria, ha o riginado una afluencia diaria de hombres que esperan m ejorar su nivel de vida.
Actualmente son casi setenta los obreros que salen diariamente del pueblo, en moto y en otros transportes. Casi todos son peo nes. En un porvenir inmediato se puede predecir que abandonarán el campo más braceros y se orientarán hacia la industria. De momento, el pueblo sigue siendo residencia de casi todos estos obreros por la escasez de viviendas en Alcalá, donde a pesar de todo, y poco a poco, se van instalando defin itivam ente, una fa m ilia tras otra.
En los ú ltim os años, debido principalmente a la em igración de matrimonios jóvenes, el número de nacimientos ha dism inuido considerablemente y no de manera proporcional al descenso de la población.
En la actualidad existen en el pueblo más de 100 personas
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mayores de sesenta años, lo que es por sí mismo un índice revelador, que no precisa comentario.
¿POR QUE UN TELE-CLUB?
En octubre de 1962 no había en Pezuela más que un te levisor vie jo y defectuoso, propiedad del párroco, que lo ponía de vez en cuando a disposición del pueblo, con ocasión de los programas más «populares»: toros, fú tbol, programas in fantiles... Era «el te levisor del cura».
El nivel cultural era bastante bajo. Aún en la actualidad, no se reciben en el pueblo más que cuatro periódicos: para el médico, secretario del Ayuntamiento, alcalde y párroco. Uegan algunas revistas ilustradas: «Mundo Cristiano», «La Actualidad Española», «Telva», «Tele-Guía». En total muy pocos ejemplares; sus lectores son, casi exclusivamente, las chicas jóvenes.
En la fecha indicada la única asociación existente en Pezuela estaba integrada por los jóvenes y tenía un claro objetivo: el baile. Prácticamente todos los jóvenes del pueblo abonaban una cuota mensual con la que pagaban el alquiler de un local; tenían un viejo tocadiscos e iban comprando algunos discos, con los que organizar el baile los domingos y fiestas por la tarde. Había otro centro de reunión muy lim itado, una taberna no muy acogedora, cuyos clientes eran, sobre todo, hombres mayores.
Sin necesidad de penetrar en más detalladas descripciones, dos problemas importantes podían percibirse a primera vista: el bajo nivel cultural y la necesidad de encontrar un centro de interés que permitiese asociar a todos los miembros de la comunidad y obtener el desarrollo socio-cultural de la misma.
Surge así la idea del Tele-club. El Tele-club podría poner en marcha a los habitantes del pueblo con estos dos objetivos a la vista. Y así empezó la experiencia en octubre de 1962.
PRIMEROS PASOS
El maestro del pueblo y el párroco se ponen de acuerdo para interesar a los muchachos jóvenes en la adquisición de un te levisor que les proporcionaría una buena distracción.
Desde el prim er momento, se insiste en la idea de que el televisor sea algo suyo (no «el te levisor del cura»), y que todo lo que organicen deberán d irig irlo ellos mismos. En sus manos está ía decisión a tomar y todos los pasos sucesivos.
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Poco a poco se logra un clima general de interés por la idea, Es en este momento, cuando por medio de un pregón se convoca al pueblo en una asamblea general.
A la asamblea asisten unas cien personas mayores. Se celebra en la escuela. Hablan el maestro y el párroco. Se insiste en los problemas de origen (cultura y asociación) y en las condiciones en que podría hacerse algo (suyo y d irig ido por e llos). Se hacen propuestas sobre cómo obtener un te lev isor y el local posible para instalarlo.
En esta asamblea:
— Se decide arreglar, por prestación personal, un local anejo a la iglesia parroquial, para ponerlo en condiciones mínimas, ya que se trata de un claustro.
— Se ve la necesidad de nombrar una Junta Provisional (tres casados y tres solteros, más el maestro y el párroco, como asesores cultural y relig ioso) que se haga cargo de la puesta en marcha de la Sociedad. Se nombra esta Junta un poco a dedo, para un período de cinco meses, en que se prevé e leg ir otra democráticamente.
— Se deciden las cuotas de los socios (diez pesetas los socios solteros, mayores de 14 años, y 15 los m atrim onios).
— Se proponen d istin tos modos de adquirir el aparato de T.V. El párroco entregará gratuitamente el aparato viejo y la Junta buscará las mejores condiciones de compra del nuevo,
— Se hace ya una primera inscripción de socios, unos setenta.
Después de varios días de gestiones del equipo promotor, se acuerda so lic ita r un préstamo a una Sociedad de Caza existente en la localidad (15.000 pesetas) y con el aparato v ie jo cedido por el párroco, y o tr^ préstamo de 5.000 pesetas que hace la parroquia, se adquiere al contado un te levisor. La Junta empieza a cobrar una cuota de inscripción (25 pesetas) y la cuota de socios del prim er mes.
Prácticamente se inscribe el 90 por 100 de los habitantes. Los menores de 14 años y los jubilados o mayores de 65 años, quedan dispensados de la cuota.
PRIMEROS INTENTOS DE FORUM
En los meses siguientes a la adquisición del te lev iso r se desarrollan varios coloquios a partir de los programas de T.V. Casi siempre con obras de teatro.
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La primera experiencia, que cuenta con ei elementó de la «novedad», está muy concurrida. Se presenta, en el espacio Primera fila , «Llama un Inspector», de J. B. Priestley. La obra es clara, Interesante, con un mensaje bastante diáfano. Antes de comenzar se hace un breve resumen del autor y de los puntos principales que luego se discutirán en el coloquio. Las esperanzas puestas en el prim er intento no resultan fallidas, el coloquio será bastante animado, aunque todos tienen una gran dificu ltad al intentar expresar sus Ideas.
Se siguen haciendo coloquios con alguna regularidad. Una de las obras (ROMEO Y JULIETA) da pie para una introducción lite raria acerca de los d istin tos géneros dramáticos: tragedia, drama, comedia... La asistencia no es muy numerosa: el local es poco acogedor, la hora es demasiado tardía... Los asistentes son jóvenes casi exclusivamente, y pocos casados; mujeres y chicas Jóvenes, apenas ninguna.
También se hace algún coloquio esporádico sobre una película de serie, sobre alguna de largometraje y sobre algún tele-dla- río. Siempre resultan interesantes, pero poco a poco se van haciendo más distantes, fundamentalmente por un poco de inconstancia en los responsables.
UN ALTO EN EL CAMINO
Durante algo más de un afío, no hubo actividades especiales en línea de Tele-Club. Se siguieron cobrando las cuotas, con más o menos regularidad. Se hicieron mejoras materiales en el salón: cielo raso, piso de madera, p in tura... Se e lig ió una nueva Junta, que actuó muy poco, ya que no se tenían, por el momento, objetivos a la vista. M ientras tanto, aparecieron nuevos televisores en el pueblo. Actualmente hay diez aparatos de T.V., todos ellos instalados en casas particulares.
NUEVAS PERSPECTIVAS
Un cursillo de Formación Intensiva Profesional femenino, acogido al Fondo Nacional de Protección al Trabajo, y unos cursos de Promocón Cultural de Adultos, junto con la apertura al exterio r que supuso la incorporación al trabajo industrial en Alcalá de varios miembros de la comunidad, fueron el origen del p rimer despertar colectivo de la necesidad de lograr un desarrollo cultural más sólido.
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Algunos jóvenes asisten en Madrid a un Cursillo de D irigentes de Centros Parroquiales, organizado por el Departamento de Promoción Social de Cáritas Diocesana. En este Cursillo se plantean posibles actividades en línea de promoción cu ltural, socia l... y, entre ellas, la actividad de Tele-Club.
ULTIMA ETAPA
Viene a Pezuela un representante del Departamento de Promoción Social de Cáritas de Madrid. Tiene prim ero una reunión con un grupo de diez chicos y chicas, en que se analizan las posibilidades concretas de lanzar el Tele-Club, qué cosas serían necesarias, en qué podría consistir su participación, etc.
Aprovechando las clases de adultos, a las que asistían unas ochenta personas, se celebra un coloquio con todos ellos. En este coloquio se habla sobre la ayuda que puede prestar la te levis ión para irse abriendo a nuevos conocimientos, utilizándola como método para un desarrollo progresivo. Se hace un pequeño sondeo sobre los programas preferidos y se los valora globalm ente...
La etapa anterior había puesto de m anifiesto problemas ta les como: falta de sociabilidad, escaso respeto a «las cosas» que son utilizadas por todos (local, muebles, T.V ....), individualismo, poco respeto a la opinión «del otro», etc.
La reflexión sobre estos «defectos» dio pie, frecuentemente, a advertencias y correcciones en línea educativa.
Se analiza esta situación y aparece claro que la vida rural no es, por sí misma, maestra de convivencia social. Sin duda se percibe la necesidad y el interés de actuaciones en la línea de la cultura popular. El Tele-Club puede ser una ayuda en este sentido.
Aparecen otras pequeñas dificultades sin importancia. Una alusión al problema de los «rombos», o censura de programas, da ocasión para orientar sobre el sentido de la censura en T.V., Cine, etcétera. A l fin se decide poner en marcha la experiencia. De momento, se acuerda tener una sesión semanal, durante los meses que duran las clases de adultos. Se escogerán d is tin tas sesiones cada semana, para aprender a juzgar toda clase de programas.
DESCRIPCION DE ALGUNOS PROGRAMAS
Damos ahora brevísimamente una reseña de tres sesiones de Tele-Club. Los programas fueron escogidos con partic ipación de los miembros del mismo.
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PRIMERA SESION. Programa: Proceso a la Juventud. Tema: La oración en fam ilia. Un tema poco oportuno para empezar, pero no fue posible prever cuál sería el tema. Diez minutos antes, se orientó sobre el contenido general del programa en semanas anterio res, su estructura, intérpretes... Después de ver el programa, se tra tó de reconstruir ei contenido del mismo, a base de intervenciones espontáneas y provocadas de los asistentes. Cuesta arrancar a hablar; dicen que «lo saben para ellos mismos, pero no saben cómo decir lo que han visto». A lo largo del forum salieron los siguientes aspectos: comparar las generaciones anteriores y las actuales en su postura ante el rezo, la oración espontánea frente a las oraciones aprendidas de memoria, la oración entre amigas (los chicos no tienen confianza entre ellos para rezar juntos) mejor que la oración con los padres, oración en la Iglesia y oración fuera de la misma. De refilón salió el tema de la amistad como clima para rezar en común, que dio pie para dialogar sobre la amistad misma, sus dificultades, su escasez en ambientes populares (rura les). Esta sesión estuvo dirigida por un representante de Promoción Social de Cáritas, venido expresamente para ello.
SEGUNDA SESION. Programa: Encuesta y Telediarlo. Tema de la Encuesta: El piropo. Este tema tampoco pudo ser previsto. En previsión de los acontecim ientos posibles del Telediario, la preparación de la Sesión se hizo con un Mapa-mundi, situando las naciones: Vietnam y Santo Domingo. Situación geográfica de los pueblos en cuestión y sus lím ites. Pequeño análisis de los conflic to s respectivos, intereses existentes, enjuiciam iento de ellos...
El tema del piropo fue más rico en intervenciones. Todos podían decir algo. Dio pie también para una revisión de la actitud entre chicos y chicas del pueblo. Resultó bastante animado.
Los temas del Telediario fueron muchos. En primer lugar se reconstruyeron las noticias. Hay que notar que los mayores no tienen una gran memoria retentiva. Hay que reconstruir los hechos a base de las imágenes. Después de aludir y relacionar varias noticias, se centró el forum sobre una, relativa al m inistro español de Marina en Portugal. Se habló sobre su significación actual en el Gobierno. Una pregunta abrió un camino interesante: ¿Sabéis qué es un m inistro del Gobierno? Al comprobar que no había claridad de ideas se hizo una exposición dialogada sobre la composición del Gobierno, explicando la función de cada M in iste rio y el nombre del m inistro respectivo, a la vez que se iba haciendo un ju ic io somero de los más interesantes.
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TERCERA SESION. Programa: Teatro: Crimen y Castigo, deDostoiewsky. Por la d ificu ltad de la hora, asistieron solamente 35 ó 40 personas. Breve presentación del autor de la obra. En las interrupciones publicitarias se hacía un pequeño resumen de la marcha, o algún breve comentario; también se explicó una palabra cuya significación no entendieron y por la que preguntaron. El forum posterior fue más breve y menos dialogado que otros días, debido a la hora. La obra ofrecía d ificu ltades para entenderla: «hay muchas ideas». Pero, poco a poco, relacionando las ideas con las imágenes, fueron saliendo casi todas las cosas. Se analizó el aspecto moral y el formal de los personajes, su intepretación dramática... Se hizo alusión a la música como factor de ambien- tación excepcional y a la expresividad del silencio en determ inados momentos. AI final se situó también geográficamente Rusia, patria del autor, y países lim ítro fes de Europa y Asia. La sesión fue dirigida esta vez por el párroco.
En todos los programas se suelen explicar determinadas palabras raras en su lenguaje. Estas palabras las proponen a veces los maestros o el párroco o los mismos asistentes, de las que han salido en el programa; por ejemplo: decrecer, in fring ir, donostiarra, protocolo, tesis, encuesta...
NOTA FINAL: ALGUNOS PUNTOS QUE PUEDEN DESTACARSE
* El interés crece, los comentarios siguen fuera del local en que se celebran las sesiones,
* Algunos asistentes han empezado a tomar notas a lo largo del proprama.
* Las sesiones, por el momento, han de ser d irig idas por las personas más representativas de la comunidad (maestro, sacerdo te ...).
* El carecer de elementos para ambientar los comentarios de los programas (mapas, fo tos ...) hace menos eficaces los resultados.
* Raramente hay programas adecuados, y las horas de los más interesantes no siempre son adecuados para la población tra bajadora.
* El tono de los programas no resulta accesible, ni en su te rm inología ni en su contenido, para el mundo rural. Por otra parte rara vez los problemas les resultan «cercanos», lo que resta interés a su incorporación a los mismos.
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noticiariolegislativo
LEY DE PRENSA E IMPRENTA
(Ley 14/1966, de 18 de marzo, «B. O.» del 19).
Pese al relativo interés de la presente disposición, en orden a las actividades que pretende orientar DOCUMENTACION SOCIAL, dada la actualidad y general trascendencia de aquélla, dedicaremos brevemente nuestra atención a sus aspectos más relevantes.
Hasta la actualidad, el régimen regulador de la Prensa e imprenta estaba constitu ido en España por las leyes de 26 de junio de 1883 y 22 de abril de 1938, fundamentalmente. La nueva ordenación aspira, en primer lugar, por tanto, a adecuar dicho régimen a las exigencias actuales de la situación social del país, tras el iniciado proceso
(Noticias de ia actualidad legislativa española)
de transformación que se viene operando. Un primer postulado básico inspira, pues, el nuevo régimen: garantizar a los españoles el desarrollo de la libertad personal en la expresión del pensamiento. Consecuentemente, constituyen principios fundamentales de la Ley, la libertad de expresión a través de la palabra escrita, la libertad de Empresa y la libre designación de Director.
A través de su articulado, la Ley regula los d istin tos instrumentos y cauces de esta libertad de expresión preconizada en su exposición de motivos, juntamente con los lógicos condicionamientos y lim itaciones que toda libertad de expresión ha de tener en favor del «bien común, la paz social y el recto orden de convivencia». El capítulo I se ocupa de estos extremos,
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observándose, como nota significativa la desaparición de la censura obligatoria, que se sustituye por la consulta voluntaria.
En el capítulo II la Ley regula los impresos y publicaciones: su concepto, sus clases y los requisitos del pie de imprenta y depósito.
La diferenciación entre publicaciones unitarias y publicaciones periódicas, da lugar a la doble clase de Empresas, editoriales y periodísticas, respectivamente, que son reguladas en los capítulos V il y III. La regulación de estos tipos de Empresas — que habrán de ser inscritas en sus correspondientes Registros— presenta ciertas particularidades que inciden en el ámbito del Derecho M e r c a n t i l , especialmente cuando la forma jurídica adoptada por la Empresa sea la de Sociedad Anónima. Dichas particularidades afectan al capital, los administradores y el objeto social.
Junto a las Empresas editoria les y periodísticas, la Ley se ocupa, en el capítulo VI, de las Agencias Inform ativas, clasificándolas en Agencias de información general, gráfica, de colaboraciones y mixtas. Trata también las empresas importadoras de publicaciones, las agencias ex
tranjeras y los corresponsa Íes informativos extranjeros.
Cae igualmente en el ámbito material de la Ley, el e jercicio de la profesión periodística — si bien por Decreto se regularán los requisitos para dicho e je rc ic io— y de la figura del D irector y los Subdirectores de publicaciones.
Desde el punto de vista de los perju icios que la inform ación pudiera ocasionar a cualquier persona, natural o jurídica, la Ley regula los derechos de réplica y rec tifica ción. El primero se establece en garantía de los adm in istrados; el segundo afecta a la Adm inistración y autoridades en relación con notic ias sobre actos propios de su competencia o función.
Finalmente, establece la Ley la responsabilidad por infracciones de sus normas, clasificando esta responsabilidad en penal, c iv il y adm in istrativa, y determ inando las sanciones correspondientes.
Completan el articu lado de la Ley, cuatro d isposiciones finales, cinco trans ito rias y una derogatoria. Posteriormente los Decretos 742 a 755/1966, de 31 de marzo («B. O.» 4 de abril) estab lecen normas específicas para el m ejor desarrollo y aplicación de la Ley, y el Decreto 2.246/1966, de 23 de ju lio
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(«B. O.» 10 de septiem bre], determ ina ei estatuto legal de las publicaciones de la Iglesia.
EMPLEO:REESTRUCTURACION DE LAS COMISIONES PROVINCIALES Y COMARCALES DE COLO
CACION
(Decreto 2.012/1966, de 21 deju lio . «B. O.» 12 de agosto.)
La ratificación por el Estado español al Convenio de Ka O. I. T., núm. 84, sobre Servicios de Empleo, y la necesidad, en consecuencia, de adoptar las medidas pertinentes para viabilizar las disposiciones del Convenio ratificado, ha repercutido sobre la hasta ahora vigente estructuración de las Comisiones Provinciales y Comarcales de Colocación, reguladas por el Reglamento de los Servicios del mismo nombre.
El Decreto 2.012/1966, de 21 de julio, actualiza el régimen de estas Comisiones, modificando su composición, orientando sus funciones hacia objetivos específicos en la política de empleo y agilizando su funcionamiento.
Constituyen las Comisiones Provinciales y Comarcales — en definición del artículo 1. del Decreto— «órga
nos consultivos, deliberantes, coordinadores y de cooperación establecidos sobre una base fundamentalmente paritaria y representativa para el estudio y desarrollo de los programas de los servicios de empleo».
La composición de las Comisiones Provinciales agrupa a un doble tipo de vocales: los vocales natos y los electivos. Tienen el primer carácter diversos funcionarios de las diversas Delegaciones y Servicios de la Administración Central del Estado; así como el Jefe de la Oficina Provincial de Encua- dramiento y Colocación, y el Gerente del Polo de Promoción y Desarrollo Industrial, si existiese en la provincia. Vocales electivos serán los representantes de los trabajadores y empresarios — en igual número, no inferior a tres ni superior a seis— y Ioís representantes (trabajadores y empresarios) de las Hermandades Sindicales de Labradores y Ganaderos, y de las Comunidades de Regantes. La presidencia y vicepresidencia de las Comisiones, corresponderá a los Delegados Provinciales de Trabajo y de Sindicatos, respectivamente. Será Secretario, el de Empleo de la Delegación de Trabajo.
Cuatro importantes funcio-
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nes atribuye el Decreto a las Comisiones: a) lograr la plena ocupación y mejor utilización de la mano de obra en la provincia; b) la orientación y formación profesional; c) la prevención del desempleo y la represión del paro involuntario, y d) la atención a los movimientos migratorios, tratando de obtener el mejor ajuste geográfico de la población activa de la provincia.
Innovación de interés en la estructura de las Comisiones Provinciales, es la «Comisión de Estudios», a la que corresponde el estudio previo de todas las cuestiones señaladas en el párrafo anterior, lo cual es una garantía en orden a la racionalización de [a política de empleo.
El Decreto reguia finalmen- mente las Comisiones Comarcales de un modo simétrico a las Provinciales, adaptando su composición y funciones al área comarcal. Las presidirá el Delegado Comarcal Sindical en representación del de Trabajo de la Provincia.
FEDERACIONES PROVINCIALES DE ASOCIACIONES FA
MILIARES
(Orden, 18 de abril, 1966. B. Movim iento, 1 mayo.)
El Decreto de 20 de ju lio de 1957, que estructuró ios
Servicios de la Secretaría General del M ovim iento, encomienda en su artículo 9.° a la Delegación Nacional de Asociaciones «fomentar la creación y funcionamiento de Asociaciones o Entidades de Cabezas de Familia». Posteriormente, la Orden de 24 de ju lio de 1963 constituyó el p rimer paso en el desarrollo de tal finalidad, regulando la constitución de Asociaciones de Cabezas de Familia en el ámbito municipal.
En base a estas normas han venido constituyéndose en el país un notable número de Asociaciones Familiares, dentro del régimen ju rídico asociativo del M ovim iento. La presente Orden de 18 de abril de 1966 constituye, pues, un segundo paso en el sentido de agrupar provincia lmente las Asociaciones surgidas en el ámbito municipal y local. En tal sentido establece y regula las Federaciones Provinciales de Asociaciones Familiares, en cuyo seno tienen cabida, no sólo las Generales de Cabezas de Familia, sino también, las aso
ciaciones fam iliares de fines específicos.
En cada provincia podrá constitu irse una Federación Provincial, con personalidad juríd ica propia e independiente de la de cada una de las Asociaciones que la consti-
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tuyan, y dentro del régimen juríd ico del Movim iento. Les serán por tanto propias a las Asociaciones federadas los derechos y deberes inherentes a dicho régimen.
La Orden, en su artículo 3.°, asigna a las Federaciones como fines esenciales «servir de cauce a las aspiraciones de las entidades fam iliares y de instrumento de defensa dé los intereses a nivel provincial, así como representar ante los organismos del mismo ámbito, tanto a las asociaciones que las integran como a los asociados de éstas».
El ingreso en la Federación deberá ser solicitado por las asociaciones que lo deseen a la Junta de Gobierno de la Federación, acompañando información sobre sus estatu
tos, fines, actividades, m iembros y organización en general. La Orden prevé igualmente la integración, a su vez, de las Federaciones Provinciales en la Federación Nacional.
La estructura orgánica de las Federaciones Provinciales está montada sobre la base de una Asamblea General, una Junta de Gobierno o Comisión Ejecutiva, la Presidencia y la Secretaría.
Desde el punto de vista del fenómeno asociativo, las Federaciones Provinciales de Asociaciones Familiares, contribu irán sin duda al enriquecim iento del mismo; pero, sobre todo, constituyen una inte ligente medida para asegurar el cauce de la represen- tatividad orgánica.
L. M.
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E l próxim o núm ero de
DOCUMENTACIONSOCIAL
tratará el tema:
GUIA PRACTICA PARA EL ESTUDIO SOCIO- RELIGIOSO
DE UNA PARROQUIA
NO DEJE DE ADQUIRIRLO iO
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númerospublicados
1. LO SOCIAL EN CARITAS (agotado).2. LOS CENTROS SOCIALES (agotado).3. LA ASISTENCIA SOCIAL (agotado).4. LAS MIGRACIONES EN ESPAÑA (agotado).
5-6. COMO ESTUDIAR UN MUNICIPIO (agotado).7. LA ACCION SOCIAL (agotado).8. ASPECTOS SOCIALES DE LA VIVIENDA (agotado).
9-10. LA VIVIENDA EN SUS ASPECTOS ECONOMICOS(agotado).
11-12. LAS COLONIAS DE VACACIONES (agotado).13. LAS TECNICAS DEL TRABAJO DE GRUPO.14. LAS GUARDERIAS INFANTILES (agotado).15. EL COOPERATIVISMO.16. EL SERVICIO SOCIAL DE COMUNIDAD.
17-18. LA PLANIFICACION SOCIAL.19. EL SERVICIO SOCIAL.20. LA ANCIANIDAD, PROBLEMA SOCIAL DE NUESTRO
TIEMPO.21. SERVICIO SOCIAL DE CASOS Y SUPERVISION.22. CENTROS DE FORMACION Y SERVICIO SOCIAL.
Segunda época:
1. LA PROMOCION SOCIAL.2. EL DESARROLLO COMUNITARIO.3. EXPERIENCIAS DE PROMOCION SOCIAL.
Próximo número:
4. GUIA PRACTICA PARA EL ESTUDIO SOCIORELIGIOSO DE UNA PARROQUIA.
PRECIO:
ESPAÑA: 50 pesetas ejemplar. Suscripción anual, 160 pesetas. EXTRANJERO: 1,25 dólares ejemplar. Suscripción anual, 4 dólares. ^
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