HIJOS DE JACOB 1

Explicando Romanos 14

Romanos 14 es uno de los capítulos más controvertidos del Nuevo Testamento (Brit Jadashah).

Como resultado de la mala comprensión de este texto, muchos desvían la verdadera adoración al Creador, alegando

que de los días de reposo y de las leyes sobre la dieta anunciadas por Elohím en su Torá (Levítico 11) es opcional y

no necesaria para alcanzar santificación ante el Todopoderoso.

Existen distintos argumentos que podríamos citar para darle explicación a Romanos 14. No alcanzaría el tiempo para

analizar las diferentes tendencias históricas y criterios religiosos sobre el tema.

Solo abordemos una de las tantas posturas, tratando de suplir una adecuada explicación del pasaje, para así poder

entender la esencia de la enseñanza anunciada por Pablo en Romanos 14.

Para un mejor análisis, dividamos los versículos en diferentes porciones:

- Romanos 14:1: “Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones”.

Vemos cómo el apóstol le ordena a la comunidad que estaba en Roma recibir al débil en la fe.

Entonces, surge una pregunta:

¿Qué es un débil en la fe?

Existen muchas opiniones al respecto, pero no nos enfocaremos en criterios extra bíblicos.

Romanos 4:18-19 nos da una pista del concepto débil en la fe: “Él creyó en esperanza contra esperanza, para llegar

a ser padre de muchas naciones, conforme a lo que se le había dicho: «Así será tu descendencia». Y su fe no se

debilitó al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz

de Sara”.

Implícitamente, encontramos que un débil en la fe es aquella persona que en ocasiones no cree en la palabra de

Elohím cuando se le presenta alguna dificultad. Abraham no se debilitó en fe, aun cuando él veía que su cuerpo ya

estaba como muerto, creyendo en todo momento en las palabras del Todopoderoso.

1Corintios 3:2-4 es otra porción donde encontramos indicios del débil en la fe: “Os di a beber leche, y no vianda:

porque aún no podíais, ni aun podéis ahora; Porque todavía sois carnales: pues habiendo entre vosotros celos, y

contiendas, y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?”.

Para mejor comprensión, leamos 1Corintios 3:2-4 en la versión Dios Habla Hoy: “Les di una enseñanza sencilla,

igual que a un niño de pecho se le da leche en vez de alimento sólido, porque ustedes todavía no podían digerir la

comida fuerte. ¡Y ni siquiera pueden digerirla ahora, porque todavía son débiles! Mientras haya entre ustedes

envidias y discordias, es que todavía son débiles y actúan con criterios puramente humanos”.

Podríamos decir también que un débil en la fe es todo aquel que sustituye la palabra de Elohím por razonamientos

humanos.

Los dos casos coinciden en no fundamentar la fe en lo establecido por YAHWEH, atendiendo a criterios de hombres

y escenarios difíciles.

- Romanos 14:2: Por ejemplo, hay quienes piensan que pueden comer de todo, mientras otros, que son débiles en la

fe, comen solamente legumbres.

Nunca se debe pensar que cuando Pablo nos habla de comer de todo, se está refiriendo a comer animales como

erizos, ciempiés, cerdo, lagartijas, camarones, cucarachas, ratones, entre otros animales inmundos.

La epístola a los romanos estaba enfocada en personas practicantes de la fe hebrea.

HIJOS DE JACOB 2

Claro es que el comer de todo mencionado por Pablo, se refiere a todo lo que es lícito en la Ley de Moisés (Levítico

11), no solo verduras (legumbres), como los débiles en la fe.

En este verso, encontramos otra evidencia de que el débil en la fe es aquel que sigue doctrinas de hombres y no de

Elohím. En ninguna parte del Tanaj encontramos que solo hay que comer verduras.

Evidentemente, esto era una práctica conforme con enseñanzas de hombres y no de Elohím (“Mientras otros, que son

débiles en la fe, comen solamente legumbres”

- Romanos 14:3: “El que come de todo no menosprecie al que no come, y el que no come no juzgue al que come,

porque Elohím lo ha recibido”.

Es importante apuntar que abstenerse de ingerir ciertos alimentos por ser débiles en la fe no constituye un pecado,

pecado sería comer animales inmundos.

Es lícito limitarse de algunos alimentos permitidos en la Ley de Moisés. Podría darse el caso que no nos guste el

pollo, o la vaca, y no queramos comerlos.

Por eso Pablo nos dice: Elohím ha recibido a los débiles en la fe, puesto que al fin, por el hecho de limitarse de

ciertos alimentos permitidos en la Ley de Moisés, no significaba que eran pecadores, solamente eran débiles en la fe.

- Romanos 14:4: “¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio Señor está en pie, o cae; pero estará

firme, porque poderoso es el Señor para hacerlo estar firme”.

Más o menos, es la misma explicación del verso anterior. Nadie está facultado para juzgar a quien Elohím ha

recibido, y mucho menos si no ha cometido ningún pecado. Ellos se abstenían de alimentos con tal de agradar al

Creador, no con el afán de desobedecer, en otro caso Elohím no los hubiera aceptado.

Una vez aceptado por Elohím, a causa de su entrega y corazón sincero, aparece la frase del verso 4: “Porque

poderoso es el Señor para hacerlo estar firme”.

Esta expresión nos da indicios de que los débiles en la fe no siempre iban a serlo, sino que por medio del Rúaj de

Elohím, alcanzarían madurez espiritual a su debido tiempo, y comerían sin ningún tipo de limitación lo establecido en

la Ley de Moisés (Levítico 11).

- Romanos 14:5-9: “Uno hace diferencia entre día y día, mientras que otro juzga iguales todos los días. Cada uno

esté plenamente convencido de lo que piensa. El que hace caso del día, hace lo para el Señor: y el que no hace caso

del día, no lo hace para el Señor. El que come, come para el Señor, porque da gracias a Elohím; y el que no come,

no come para el Señor, y da gracias a Elohím. Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí.

Que si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así que, o que vivamos, o que muramos,

del Señor somos. Porque Mashíaj para esto murió, y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos

como de los que viven”.

Muchas tendencias religiosas, erróneamente, identifican como día de reposo lo anunciado por Pablo en Romanos 14:5

(“Uno hace diferencia entre día y día”).

Es imposible que Pablo llame débil en la fe a aquel que guarde el Shabbat como día de reposo, pues esto sí es un

mandamiento de Elohím y no de hombre.

Si así fuera, él se estuviera autoproclamando débil en la fe, ya que Pablo santificaba el día de reposo. Hechos 17:1-2:

“Pasando por Anfípoles y Apolonia llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los judíos. Pablo, como

acostumbraba, fue a ellos, y por tres sábados discutió con ellos”.

El no observar el sábado como día de reposo constituye transgresión de la Ley de Moisés. Éxodo 31:14: “Así que

guardaréis el sábado, porque santo es a vosotros: el que lo profanare, de cierto morirá; porque cualquiera que

hiciere obra alguna en él, aquella alma será cortada de en medio de sus pueblos”.

Otra postura errada es pensar que Pablo está señalando los días festivos anunciados en Levítico 23 como práctica

opcional. Vemos cómo las fiestas de YAHWEH representan un estatuto perpetuo para los hijos de Israel, y para todo

aquel extranjero que quiera abrazar su Pacto.

HIJOS DE JACOB 3

Existe la probabilidad de que algunos piensen que Pablo permitía fiestas no establecidas en Levítico 23 (fiestas

paganas); algo así como que no le importase que se celebraran otras fiestas, mientras hubiesen cumplido con Levítico 23.

Esta variante también es imposible, ya que añadirle a la Ley de Moisés constituye un pecado, al igual que quitarle al

mandamiento:

Deuteronomio 4:1-2: “Ahora, pues, Israel, oye los estatutos y decretos que yo os enseño, para que los ejecutéis y

viváis, y entréis y poseáis la tierra que YAHWEH, el Elohím de vuestros padres, os da. No añadiréis a la palabra que

yo os mando ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de YAHWEH, vuestro Elohím, que yo os

ordeno”.

Deuteronomio 12:32: “Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarás”.

Gálatas 4:8-11 es la muestra de que Pablo luchó contra las fiestas paganas: “Antes, en otro tiempo, no conociendo a

Elohím, servíais a los que por naturaleza no son dioses: Mas ahora, habiendo conocido a Elohím, o más bien, siendo

conocidos de Elohím, ¿cómo os volvéis de nuevo a los flacos y pobres rudimentos, en los cuales queréis volver a

servir? Guardáis los días, y los meses, y los tiempos, y los años. Temo de vosotros, que no haya trabajado en vano

en vosotros”.

El verdadero pensamiento hebreo nos llevará a un consenso real de las enseñanzas de Pablo. Todos sabemos que

Pablo nunca fue en contra de las Sagradas Instrucciones establecidas por YAHWEH (Ley de Moisés).

Pablo fue un fiel apologético de lo que estaba establecido por Moisés y los profetas, inclusive, dio su vida por ello,

Hechos 24:13-14: “Ni te pueden probar las cosas de que ahora me acusan. Esto empero te confieso, que conforme a

aquel Camino que llaman herejía, así sirvo al Elohím de mis padres, creyendo todas las cosas que en la Torá y en

los profetas están escritas”.

En épocas de Pablo, existían varias tendencias dentro la misma fe hebrea. Algunos se dedicaban a buscar al Creador

consintiendo diferentes prácticas espirituales, las cuales destinaban ciertos días a la adoración divina, por medio de la

oración, y muchas veces ayunos.

Este entendimiento está muy lejos de hacernos pensar que Pablo proclama el Shabbat como opcional, ya que

podríamos dedicar otros días al creador, además del Shabbat.

El hecho de guardar ciertos días además del Shabbat, no constituye un pecado, es el mismo escenario del que se

abstiene de alimentos con tal de agradar al Creador. En este caso, no le está añadiendo a la Ley de Moisés, puesto que

adorar a Elohím en ciertos días no significa necesariamente que lo esté santificando, como está establecido en el

Shabbat.

El que solo guarda Shabbat, y no guarda ciertos días, no peca, ya que está cumpliendo con lo instituido por el

Todopoderoso.

Pongamos un ejemplo parecido:

Daniel 6:10: “Y Daniel, cuando supo que la escritura estaba firmada, entrando en su casa, y abiertas las ventanas de

su cámara que estaban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba, y confesaba delante de su Elohím,

como lo solía hacer antes”.

En este pasaje, vemos cómo Daniel se arrodillaba tres veces al día a orar, siendo este un ejercicio espiritual que lo

identificaba. No debemos pensar que si no hacemos exactamente igual que Daniel, estaríamos pecando.

En Salmos 119:164, observamos cómo David alababa al Creador siete veces al día (Siete veces al día te alabo Sobre

los juicios de tu justicia), lo cual es una práctica totalmente diferente a la de Daniel.

¿Estaría pecando Daniel por no hacer lo mismo que David? o ¿estaría pecando David por no hacer lo mismo que

Daniel?

De la misma forma pasa en Romanos 14:5: “Uno hace diferencia entre día y día, mientras que otro juzga iguales

todos los días”.

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Algunos apartaban ciertos días para orar y buscar a Elohím (no necesariamente tenía que ser el día completo,

podría ser solo, en un espacio de tiempo), incluyendo también el Shabbat (día completo, día santificado). Otros

veían todos los días iguales; esto no implica que dejaran de observar el Shabbat.

En ninguno de los casos se estaría pecando, solo que un grupo apartaba ciertos días, aparte del Shabbat, para adorar al

Creador, y otros no lo hacían (El que hace caso del día, hace lo para el Señor: y el que no hace caso del día, no lo

hace para el Señor. El que come, come para el Señor, porque da gracias a Elohím).

- Romanos 14:10-13: “Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu

hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Mashíaj. Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor,

que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Elohím. De manera que cada uno de nosotros dará a

Elohím cuenta de sí. Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo

u ocasión de caer al hermano”.

Para el análisis de esta porción es vital contextualizar correctamente la idea que Pablo quiere llevar a la comunidad de

Roma.

No podemos implantar las enseñanzas de Pablo en todos los escenarios; de esta forma, el verdadero mensaje llegaría

de manera errónea.

Pongamos un ejemplo que demuestra que las epístolas de Pablo tenían el propósito de erradicar fenómenos

congregacionales distintos, dirigiéndose a cada comunidad de forma diferente.

1Corintios 6:1-6: “¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro, ir a juicio delante de los injustos, y no

delante de los santos? ¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por

vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto

más las cosas de esta vida? Si, pues, tenéis juicios sobre cosas de esta vida, ¿ponéis para juzgar a los que son de

menor estima en la comunidad? Para avergonzaros lo digo. ¿Pues qué, no hay entre vosotros sabio, ni aun uno, que

pueda juzgar entre sus hermanos, sino que el hermano con el hermano pleitea en juicio, y esto ante los incrédulos?

Observamos una aparente contradicción entre Romanos 14:10-13 y 1 Cor 6:1-6. Romanos 14:10-13 nos hace énfasis

en no juzgar al hermano; sin embargo, 1Corintios 6:1-6 nos exhorta a juzgarnos entre nosotros mismos.

El juzgar conforme a lo establecido en la Ley de Moisés es totalmente acepto por el Creador, es decir, todo aquel que

comete una falta, transgrediendo el mandamiento de Elohím, debe ser juzgado con justo juicio:

Juan 5:30: “No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi

voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre”.

Comparando ambos casos, identificamos que en la comunidad de los Corintios se había producido un acto

pecaminoso que debía ser juzgado. Veamos la idea de 1 Corintios 6:1-6, desde el versículo 1 Corintios 5:11-13:

“Más bien os escribí para que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, sea fornicario, avaro, idólatra,

maldiciente, borracho o ladrón; con el tal ni aun comáis, porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están

fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? A los que están fuera, Elohím los juzgará. Quitad, pues, a ese

perverso de entre vosotros”.

A diferencia de la comunidad que estaba en Roma, solamente existían débiles en la fe, no pecadores.

De esta manera, sería un error abismal juzgar a los hermanos que estaban en esa condición, puesto que según la Ley

de Moisés, no existirían argumentos para hacerlo.

- Romanos 14:14: “Yo sé, y confío en el Señor Yeshúa, que nada es impuro en sí mismo; pero para el que piensa

que algo es impuro, para él lo es”.

La expresión nada es impuro en sí mismo es la favorita de todos aquellos que tuercen al apóstol Pablo, para su

propia perdición.

Es inadmisible que Pablo contradiga lo anunciado por el Creador del universo. YAHWEH establece en su palabra

(Levítico 11) una variedad de animales impuros, los cuales prohibió comer.

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¿Podrá Pablo sustituir la palabra del Todopoderoso?

¡Claro que no!, nuestro Elohím no cambia. Santiago 1:17: “Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de

lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”.

Algunos piensan que estas normas para los alimentos están dirigidas solo a los judíos y no a los gentiles, lo cual

favorece la existencia de dos sistemas de adoración diferentes, según ellos, aprobado por Pablo. A través del Tanaj,

podemos comprobar que una de las causas por la cual Elohím trae juicio a Israel, es por comer animales inmundos.

Isaías 65:1-4 es el ejemplo más práctico que podemos citar: “Yo me dejé buscar por los que no preguntaban por mí y

fui hallado por los que no me buscaban. Dije a gente que no invocaba mi nombre: ‘¡Aquí estoy, aquí estoy!’.

Extendí mis manos todo el día a un pueblo rebelde, que anda por mal camino, en pos de sus propios pensamientos;

un pueblo que en mi rostro me provoca de continuo a ira, sacrificando en huerto y quemando incienso sobre

ladrillos; que se sientan en los sepulcros y en lugares escondidos pasan la noche; que comen carne de cerdo y en sus

ollas hay caldo de cosas inmundas”.

Podemos deducir que el pueblo aceptado por YAHWEH no comía carne de cerdo ni inmundicias (Isaías 65:1>Yo me

dejé buscar por los que no preguntaban por mí y fui hallado por los que no me buscaban. Dije a gente que no

invocaba mi nombre: “¡Aquí estoy, aquí estoy!).

Sería ridículo pensar que Elohím condenara a un pueblo por causa de pecado, aceptando después a otro pueblo con

las mismas prácticas abominables que una vez condenó.

El contexto histórico es lo que permite resolver el enigma de Romanos 14:14: “Nada es impuro en sí mismo”.

Recordemos que en épocas de Pablo, existían muchas tendencias hebreas que se abstenían de comer carne. Esta

práctica alimentaria tenía un fundamento sólido, no era nada inventado y mucho menos sin propósito alguno.

¿Por qué lo hacían?

Uno de los mandamientos de la Ley de Moisés consiste en desangrar al animal antes de comer (se refiere a animales

limpios): Levítico 17:13: “Y cualquier varón de los hijos de Israel, o de los extranjeros que moran entre ellos, que

cazare animal o ave que sea de comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra”.

La comunidad que estaba en Roma no gozaba de la oportunidad de poder cazar un animalito para comerlo después.

Ellos tenían que comprar la carne a mercaderes, sobre la cual no tenían información de si había pasado por el proceso

de desangre anunciado en la Ley de Moisés.

Por este motivo, muchos se limitaban de comer carne, teniéndola como inmunda, evitando el riesgo de violar el

mandamiento anunciado en Levítico 17:13 (El que cazare animal o ave que sea de comer, derramará su sangre y

la cubrirá con tierra). Cuando el animalito no moría conforme a la Ley de Moisés, era considerado inmundo.

Entendamos que cuando Pablo dice “todo es limpio en sí mismo”, no se refiere a animales inmundos, el término

comparativo es la manera cómo murió un mismo animalito limpio.

En 1Corintios 10:25-29, aparece un ejemplo similar al de Romanos 14:14, solo que en este caso, el punto a debatir es

la comida sacrificada a los ídolos: “De todo lo que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por motivos

de conciencia; porque del Señor es la tierra y su plenitud. Si algún incrédulo os invita, y queréis ir, de todo lo que se

os ponga delante comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia. Mas si alguien os dijere: Esto fue

sacrificado a los ídolos; no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por motivos de conciencia; porque del

Señor es la tierra y su plenitud”.

Cuando nos dice “De todo lo que se vende en la carnicería, comed”, nunca está hablando de animales inmundos,

sino del mismo animalito limpio, que se impurificaba una vez sacrificado a los ídolos.

En contexto de dispersión, aparecen nuevas problemáticas sobre las que el Tanaj no tiene la respuesta inmediata para

resolverlas. Si todos estuviéramos en tierra sagrada, bajo la dirección de un gobierno teocrático, no existirían estas

situaciones planteadas por Pablo en Romanos 14 y 1 Corintios 10.

Pablo, al ser el apóstol de los gentiles, tuvo que dar soluciones a muchas de ellas por medio del Rúaj HaCodesh.

HIJOS DE JACOB 6

1Corintios 10:25-29 nos puede servir de patrón para los casos en que no se conoce cómo murió el animalito.

Podríamos decir: “De todo lo que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia;

porque del Señor es la tierra y su plenitud. Si algún incrédulo os invita, y queréis ir, de todo lo que se os ponga

delante comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia. Mas si alguien os dijere: Este animalito no fue

muerto conforme a la Torá; no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por motivos de conciencia; porque

del Señor es la tierra y su plenitud”.

Nota: Ver en nuestra página Web: www.hijosdejacob.com, Análisis de 1 Corintios 10 y Colosenses 2:15-16.

- Romanos 14:15-19: “Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor.

No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Mashíaj murió. No sea, pues, vituperado vuestro bien;

porque el reino de Elohím no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Rúaj HaCodesh. Porque el que en

esto sirve a Mashíaj, agrada a Elohím, y es aprobado por los hombres. Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y

a la mutua edificación”.

Mashíaj murió para que los pecadores se arrepintieran y alcanzaran redención por medio de su sangre, no para que

siguieran en sus malos caminos. Mateo 9:13 es la muestra de ello: “Porque no he venido a llamar a justos, sino a

pecadores, al arrepentimiento”.

Entonces, podemos concebir que Mashíaj no vino para los que comen inmundicias y no se apartan de esta práctica

aborrecible.

- Romanos 14:20-23: “No destruyas la obra de Elohím por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son

limpias; pero es malo que el hombre haga tropezar a otros con lo que come. Bueno es no comer carne, ni beber vino,

ni nada en que tú hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite. ¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Elohím.

Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba. Pero el que duda sobre lo que come, es

condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado”.

De esta porción, examinemos las tres frases más importantes:

1- No destruyas la obra de Elohím por causa de la comida.

Esta expresión tiene un vínculo directo con el texto de Hechos 15:19-21: “Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a

los gentiles que se convierten a Elohím, sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos,

de fornicación, de ahogado y de sangre. Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo

predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo”.

En el proceso de convención, existe una innegable etapa de aprendizaje y búsqueda espiritual, por la cual transitamos

todos. Este es el motivo por el que en Hechos 15:19-21 ordena a los gentiles a apartarse solo de cuatro estatutos. El

versículo 21, de este mismo capítulo Hechos15, nos muestra que poco a poco se le introducían mandamientos a los

nuevos convertidos, (Hechos 15:21> Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique

en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo).

Algo muy similar es lo que Pablo enuncia en Romanos 14:20-23. No era prudente inquietar a los débiles en la fe, de

otra manera estaríamos destruyendo la obra de Elohím por causa de la comida.

2-¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Elohím.

Muchas veces, queremos manifestar nuestra madurez espiritual y demostrar a los demás que somos superiores en

cuanto a sabiduría y entendimiento bíblico, introduciendo enseñanzas más profundas de lo que pueden entender los

discípulos.

Este procedimiento, lejos de ser el adecuado, en muchas ocasiones representa un obstáculo para los nuevos

convertidos, ya que la sabiduría es un proceso paulatino que transita de lo simple a lo más complejo.

1 Co 3:2 nos muestra el método correcto de evangelismo (“Os di a beber leche, y no vianda: porque aún no podíais,

ni aun podéis ahora”). Pablo inculcaba conocimiento a los discípulos de manera paulatina, sin demostrar su

supremacía, para no servir de obstáculo.

HIJOS DE JACOB 7

3- “Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe,

es pecado”.

La idea que nos quiere llevar Pablo en este versículo tiene estrecha relación con el pecado por yerro, anunciado en la

Ley de Moisés.

Pecado por yerro: falta o transgresión inadvertida. Accidente, error, ignorancia, sin intención.

Según Levítico 5:17-19, los pecados por yerro son expiables: “Finalmente, si una persona pecare, o hiciere alguna

de todas aquellas cosas que por mandamiento de Yahweh no se han de hacer, aun sin hacerlo a sabiendas, es

culpable, y llevará su pecado. Traerá, pues, al sacerdote para expiación, según tú lo estimes, un carnero sin defecto

de los rebaños; y el sacerdote le hará expiación por el yerro que cometió por ignorancia, y será perdonado. Es

infracción, y ciertamente delinquió contra YAHWEH”.

No se trata de que Pablo admitiera comer comida ilícita que prohíbe Ley de Moisés, como animales ahogados,

despedazados por las fieras, sacrificados a los ídolos, muertos de manera incorrecta, etcétera.

Las intenciones de Pablo era enseñar a los discípulos a vivir en un contexto de dispersión. Actualmente, nosotros,

cuando compramos carne en los mercados, no sabemos en qué forma fue sacrificado el animalito.

No preguntar la manera en que fue sacrificado el animalito, es la única forma de poder alimentarnos cuando vivimos

en un entorno apartado de la Ley de Moisés. De este modo, si existiera alguna falta, estaríamos pecando por yerro

(inconscientemente).

Según la Ley de Moisés, los pecados que no son intencionales se pueden expiar, con este entendimiento podemos

comprender el texto ya anunciado, 1Corintios 10:25: “De todo lo que se vende en la carnicería, comed, sin

preguntar nada por causa de la conciencia”.

Desmenucemos el versículo del ejemplo 3:

- Romanos 14:23: “Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no

proviene de fe, es pecado”.

La palabra griega que se tradujo al vocablo español duda es diakríno (διακρίνω), marcada con G1252 en el

diccionario Strong. Significa separar completamente, retirarse de, o (por implicación) oponerse;

figurativamente discriminar, o vacilar, titubear:- contender, diferencia, discernir, disputar, distinción,

distinguir, dudar, examinar, hacer (diferencia), juzgar.

Teniendo en cuenta que la palabra diakríno también se refiere a discernir, hacer diferencia, distinguir, oponerse,

entonces podemos afirmar que cuando Pablo nos dice Pero el que diakríno (duda) sobre lo que come es condenado,

se está refiriendo a personas que comían comidas ilícitas según la Ley de Moisés (ilícitas en cuanto a forma de

muerte, no a animales inmundos), con pleno conocimiento de lo que estaba haciendo. De manera que en este caso,

no aplicaba a ellos el pecado por yerro, y era condenado.

La palabra griega equivalente al vocablo español fe es πίστις (pístis), marcada con G4102 en el diccionario Strong.

Significa, fidelidad, fiel, gracia. Por supuesto, cuando se refiere ser fiel, se trata de fidelidad a la Ley de Moisés.

Para mejor comprensión, pongamos un ejemplo ilustrativo, sustituyendo las palabras antes mencionadas del verso

Romanos 14:23:

“Pero el que distingue sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con obediencia; y todo lo que no

proviene de obediencia, es pecado”.

Una vez que distinguimos o conocemos que la comida que queremos consumir no cumple con los parámetros

establecidos en la Ley de Moisés, no podemos comerla, pues de otra manera sería un pecado deliberado.

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“Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos

salve a algunos”. 1 CO 9:22

Web: www.hijosdejacob.com Hermano: LEO BEN JACOB