FACTORES DEL ENTORNO RELACIONADOS CON LA OBESIDAD · FACTORES DEL ENTORNO RELACIONADOS CON LA...

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FACTORES DEL ENTORNO RELACIONADOS CON LA OBESIDAD Sánchez-Rodríguez Lisset Sarahí, Tello- Fernández Cinthya, De León-Montañez Erika Guadalupe. Tecnologías de la Información e Investigación Científica. Lic. En Enfermería. Coordinación Académica Región Altiplano. Universidad Autónoma de San Luis Potosí , Introducción: El sobrepeso y obesidad son padecimientos considerados epidemias del siglo XXI. Específicamente, la obesidad es definida comúnmente como una condición corporal caracterizada por la acumulación excesiva de tejido adiposo, bajo la piel y en el interior de ciertos órganos así como en los músculos. Una persona es catalogada como obesa, cuando tiene un índice de masa corporal igual o superior al 30 por ciento. La única manera de revertir el sobrepeso y la obesidad es cambiando conductas y hábitos, lo cierto es que hay un factor del que muchos estudios y programas sociales suelen dejar de lado: el ambiente en el que los hábitos se desarrollan y en el cual pretenden modificarse. Objetivo: conocer los múltiples factores que se ven involucrados en el estilo de vida de las personas y que por ende da como resultado el padecimiento de la obesidad; haciendo hincapié en posibles alternativas para mejorar los malos hábitos en los que se encuentra inmersa la sociedad en general. . GENÉTICOS METABÓLICOS CONDUCTUALES PSICOLÓGICOS Desarrollo: No sólo se hereda la predisposición a la adiposidad y la distribución de la grasa corporal, también factores conductuales tales como la preferencia por las grasas, la elección del intervalo entre comidas, el grado de compensación calórica en respuesta a la restricción de alimentos y aun la inclinación por la actividad física. Interacciones neurofisiológicas y endocrinas involucradas en la regulación de la energía corporal, el metabolismo favorece la conservación del peso corporal y se opone a la pérdida de éste a través de ajustes metabólicos que conducen a recuperar el peso recientemente perdido. La ansiedad, la depresión, el consumo de alcohol y los trastornos de la alimentación, particularmente el trastorno por atracones. Al restringir voluntariamente la ingesta (coloquialmente, “hacer dieta”), se sustituyen los controles fisiológicos de manera arbitraria por un control cognitivo; este control cognitivo tiende a fallar por la presión fisiológica (el hambre). La enfermedad de obesidad, considerada enfermedad por el hecho de la incapacidad de realizar ciertas actividades, y que esto desencadena múltiples patologías (hipertensión arterial, diabetes) no se atribuye a factores genéticos, en la actualidad va apegado al estilo de vida . ¿Qué podemos hacer? Empezar a cambiar los malos hábitos desde los más pequeños o en las personas que no tengan tan arraigados. si los padres no contribuyen a esto, hacerlo desde las Instituciones Educativas donde asisten en tiempo prolongado, para que así, se den cuenta de cómo modificar sus estilos de vida con apoyo de profesionales de la salud que puedan darles una orientación adecuada y especializada para cada persona. Como parte de una prevención o tratamiento a la obesidad también se debe incorporar a nuestras actividades el ejercicio físico. Implementar la creación de lugares los cuales brinden comida saludable en Instituciones y lugares públicos, ya que muchas veces, se consume lo que se tiene a la mano, también es importante cambiar la forma en que se preparan los alimentos. Reduce el riesgo de ataques al corazón, cáncer de colon, diabetes y presión sanguínea alta, e inclusive el derrame cerebral. También ayuda a controlar el peso, a tener unos huesos, músculos y articulaciones más sanos; reduce las caídas entre los más mayores; ayuda a aliviar el dolor producido por artritis; reduce los síntomas de ansiedad y depresión; y está asociado con un menor número de hospitalizaciones, visitas médicas y medicamentos. Se refuerza el humor, se reduce la tensión, se reduce el estado de ansiedad, los niveles de aparición de la depresión, se aumenta autoestima y se favorece una calidad más alta de vida. Conclusión: Tenemos la idea de cómo cambiar nuestros hábitos, pero, ¿qué estamos haciendo para ello?, principalmente, la voluntad de saber que tendrá un beneficio propio, el crear lugares donde se brinde comida saludable y que no sea lo comúnmente fruta y ensaladas, y realizar ejercicio físico, clases de baile, andar en bicicleta u otra actividad, pudiendo realizarse en grupo para hacer más ameno el tiempo. Fuentes: ºBarbara Vizmanos, Alexander Hunot (2006). Alimentación y obesidad. Investigación en salud. Núm. 2, vol. VIII, pp. 79-85. ºSonia Bersh (2006). La obesidad: aspectos psicológicos y conductuales. Colombiana de Psiquiatría. Núm. 4, Vol. XXXV, pp. 537-546. ºFernando Mejía Botero (2010). Lo educativo en torno a la obesidad y el sobrepeso en México. Latinoamericana de Estudios Educativos (México). Núm. 2, vol. XL, pp. 5-8. ºGil Madrona, Pedro. (2009). Actividad física y hábitos relacionados con la salud de los jóvenes: Una investigación en el marco de la innovación de la Educación Superior Europea. Núm. 56. Vol. 19. pp. 642-665. ºCristina Barroso Camiade (2012). La obesidad, un problema de salud pública. Espacios públicos. Núm. 33, vol. 15, pp. 200-215.

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FACTORES DEL ENTORNO RELACIONADOS CON LA

OBESIDADSánchez-Rodríguez Lisset Sarahí, Tello- Fernández Cinthya, De León-Montañez Erika

Guadalupe.

Tecnologías de la Información e Investigación Científica. Lic. En Enfermería.

Coordinación Académica Región Altiplano. Universidad Autónoma de San Luis Potosí,

Introducción: El sobrepeso y obesidad son

padecimientos considerados

epidemias del siglo XXI.

Específicamente, la obesidad es

definida comúnmente como una

condición corporal caracterizada

por la acumulación excesiva de

tejido adiposo, bajo la piel y en el

interior de ciertos órganos así

como en los músculos. Una

persona es catalogada como

obesa, cuando tiene un índice de

masa corporal igual o superior al

30 por ciento.

La única manera de revertir el

sobrepeso y la obesidad es

cambiando conductas y hábitos, lo

cierto es que hay un factor del que

muchos estudios y programas

sociales suelen dejar de lado: el

ambiente en el que los hábitos se

desarrollan y en el cual pretenden

modificarse.

Objetivo:conocer los múltiples factores que se ven involucrados en el estilo de vida de las personas y que por ende da como resultado el padecimiento de la

obesidad; haciendo hincapié en posibles alternativas para mejorar los malos hábitos en los que se encuentra inmersa la sociedad en general.

.

GENÉTICOS

METABÓLICOS

CONDUCTUALES

PSICOLÓGICOS

Desarrollo:

No sólo se hereda la predisposición a la adiposidad y la distribución

de la grasa corporal, también factores conductuales tales como la

preferencia por las grasas, la elección del intervalo entre comidas, el

grado de compensación calórica en respuesta a la restricción de

alimentos y aun la inclinación por la actividad física.

Interacciones neurofisiológicas y endocrinas involucradas en

la regulación de la energía corporal, el metabolismo favorece

la conservación del peso corporal y se opone a la pérdida de

éste a través de ajustes metabólicos que conducen a

recuperar el peso recientemente perdido.

La ansiedad, la depresión, el consumo de alcohol y los trastornos de

la alimentación, particularmente el trastorno por atracones.

Al restringir voluntariamente la ingesta

(coloquialmente, “hacer dieta”), se sustituyen los

controles fisiológicos de manera arbitraria por un

control cognitivo; este control cognitivo tiende a fallar

por la presión fisiológica (el hambre).

La enfermedad de obesidad, considerada enfermedad por el hecho de la incapacidad de realizar ciertas actividades,

y que esto desencadena múltiples patologías (hipertensión arterial, diabetes) no se atribuye a factores genéticos, en

la actualidad va apegado al estilo de vida.

¿Qué podemos hacer?Empezar a cambiar los malos hábitos desde los más pequeños o en las personas que no tengan tan arraigados. si

los padres no contribuyen a esto, hacerlo desde las Instituciones Educativas donde asisten en tiempo prolongado,

para que así, se den cuenta de cómo modificar sus estilos de vida con apoyo de profesionales de la salud que

puedan darles una orientación adecuada y especializada para cada persona. Como parte de una prevención o

tratamiento a la obesidad también se debe incorporar a nuestras actividades el ejercicio físico.

Implementar la creación de lugares los cuales brinden comida saludable en Instituciones y lugares públicos, ya que

muchas veces, se consume lo que se tiene a la mano, también es importante cambiar la forma en que se preparan

los alimentos.

Reduce el riesgo de ataques al corazón, cáncer de colon, diabetes y presión sanguínea alta, e inclusive el derrame cerebral. También

ayuda a controlar el peso, a tener unos huesos, músculos y articulaciones más sanos; reduce las caídas entre los más mayores; ayuda

a aliviar el dolor producido por artritis; reduce los síntomas de ansiedad y depresión; y está asociado con un menor número de

hospitalizaciones, visitas médicas y medicamentos. Se refuerza el humor, se reduce la tensión, se reduce el estado de ansiedad, los

niveles de aparición de la depresión, se aumenta autoestima y se favorece una calidad más alta de vida.

Conclusión:Tenemos la idea de cómo cambiar nuestros hábitos, pero, ¿qué estamos haciendo para ello?, principalmente, la voluntad de saber que tendrá un

beneficio propio, el crear lugares donde se brinde comida saludable y que no sea lo comúnmente fruta y ensaladas, y realizar ejercicio físico, clases de

baile, andar en bicicleta u otra actividad, pudiendo realizarse en grupo para hacer más ameno el tiempo.

Fuentes:ºBarbara Vizmanos, Alexander Hunot (2006). Alimentación y obesidad. Investigación en salud. Núm. 2, vol. VIII, pp. 79-85. ºSonia Bersh (2006). La

obesidad: aspectos psicológicos y conductuales. Colombiana de Psiquiatría. Núm. 4, Vol. XXXV, pp. 537-546. ºFernando Mejía Botero (2010). Lo educativo en torno a la obesidad y el sobrepeso en México. Latinoamericana de Estudios Educativos (México). Núm. 2, vol. XL, pp. 5-8. ºGil Madrona,

Pedro. (2009). Actividad física y hábitos relacionados con la salud de los jóvenes: Una investigación en el marco de la innovación de la Educación Superior Europea. Núm. 56. Vol. 19. pp. 642-665. ºCristina Barroso Camiade (2012). La obesidad, un problema de salud pública. Espacios públicos. Núm.

33, vol. 15, pp. 200-215.