Fanzine "Megafono de Eros"
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Transcript of Fanzine "Megafono de Eros"
CONTENIDO:
Mi última canción
por Juan Péres
Poesía De Cortejo
por Rosakebia Estela Mendoza
Ícaro
por Rocío del Águila Gracey
Sólo déjate llevar
por Jordy Bravo Robladillo
“eskrive conchatumare ke pa
eso sirves”
por Isaac Valer
Pardo
por Adolfo Alarcón Campos
Me gusta ver arder la vela…
por Rolando Edison Vásquez
Fernández
un gran vacío disuelto en
electricidad…
por D
A veces uno tarda, pero nunca olvida... Luego de algunos meses en silencio, el Colectivo Interdisciplinario TXT trae de vuelta el folletín
Megáfono de Eros. Sin embargo, paralelamente, hemos estado organizando el I Festival de las Humanidades-Lima 2013, trabajo que no es juego de niños, pero tampoco de grandes. Para saber más de este evento, los invitamos a visitar nuestra web: www.festivaldelashumanidades.com. Pedimos las disculpas del caso por la tardanza, pero caro lector nunca hay que olvidar que, mientras más se espera, el goce final siempre se multipli-ca. Y es exactamente lo que presentamos en este número, textos de todo calibre y profundidad que tocan temas diversos, pero que, en conjunto, demuestran que la literatura está hecha de fuego y de intensidad. Ambas nos permiten vislumbrar que el arte no solo son letras plasmadas en un papel, sino que son carne viva, palabra en constante movimiento corporal.
¡A leer y a gozar!
Mayo-Junio 2013
Volumen 2 Nº 2
Megáfono de Eros Colectivo Interdisciplinario TXT Lima-Eleusis-2013 Precio: 5 Ebrios
El Festival de las Humanidades es una iniciativa que surge de artistas e intelectuales peruanos debido a la falta de espacios que promuevan la comunicación sin censuras entre los diversos grupos nacionales que estén involucrados con el Arte, la Política y la Educación. Este evento busca reu-nir a diversas universidades públicas y privadas y a diversas agrupaciones culturales del Perú.
El Festival busca ser un espacio que trastoque lo que se considera dogma en el quehacer humanístico y artístico nacionales. Asimismo, busca elaborar una crítica que articule y denuncie, en un discurso comprensible por todos,
los dogmas, vengan de donde vengan, que impiden el recono-cernos como iguales. Y asimis-mo busca proponer polémica-mente soluciones a los proble-mas que la crítica ha hallado y es capaz de tomar decisiones colec-tivas cuyo objetivo es la revalori-zación de las humanidades co-mo teoría y praxis en el Perú.
Con este número,
reclama tu MANI-
FIESTO ERÓTICO
-CRÍTICO
2
Mi última canción por Juan Péres
“descubrimos a Tomasso Gigliotti en una fiesta de disfraces a la que asiste completamente desnudo, hecho que confirma su temprana rebeldía, sus for-mas redondeadas y su singular cola”...
Los biógrafos no se ponen de acuer-
do sobre la fecha exacta del naci-
miento de Tomasso Gigliotti. Algu-
nos señalan que fue a inicios de
marzo de 1947, otro grupo se incli-
na por los últimos días de noviem-
bre de 1949, los demás, los más
numerosos, descartan ambas fechas
con la única intención de extender la
polémica y avivar el mito. De su
infancia en la Roma de mitad del
siglo veinte también se sabe poco,
algunas fotos conservadas en la pe-
queña escuela de Saint Stephen's,
donde pasó su infancia y primera
juventud, son los únicos registros
con los que se cuentan, aportando
los primeros datos certeros sobre su
extraña biografía. De este registro
destaca una curiosa serie de seis
fotografías en las que descubrimos a
Tomasso Gigliotti en una fiesta de
disfraces a la que asiste completa-
mente desnudo, hecho que confir-
ma su temprana rebeldía, sus formas
redondeadas y su singular cola. Los
años en la escuela de Saint Stephen's
han suscitado también numerosas
conjeturas; algunos rotulan esta
etapa como “muy difícil” por las
constantes burlas de sus compañe-
ros hacia sus desproporciones; otros
en cambio convienen en afirmar que
más allá de los imponderables de la
adolescencia, la vida de Tomasso
transcurrió en Saint Stephen's bas-
tante tranquila. Le perdemos el ras-
tro hasta 1962, año en el que hace su
primera aparición pública en "Caffé
Latino", cabaret donde interpreta
tangos de arrabal y canciones de vo-
devil intercalados oportunamente con
números de prestidigitación. Tras la
tibia aceptación del público los due-
ños del local lo conminan a prescindir
de las canciones y dedicarse única-
mente al espectáculo de magia, To-
masso amenaza con renunciar al con-
siderar que sus interpretaciones voca-
les son su mayor virtud. Los dueños
del local no se arriesgan a que cumpla
su amenaza y, de inmediato, lo despi-
den. El dinero para entonces es esca-
so, según cuenta su amigo el español
Raúl Gómez Astor; Tomasso Gigliot-
ti se ve obligado a viajar hasta un
laboratorio de la universidad de Vero-
na en donde le ofrecen un trabajo
arriesgado pero con casa y comida
aseguradas. Esta es la época más difí-
cil en la vida de Tomasso, según refie-
re Astor, pues sufre indecibles tortu-
ras y un encierro enloquecedor duran-
te siete meses cuyas secuelas se verán
reflejadas en su obra posterior. Tras
haber sido sometido a extraños expe-
rimentos es dejado abandonado en las
riveras del río Adige, con daños irre-
versibles, su voz se ve muy afectada
por las dosis de compuestos químicos
que le fueron inoculados y sufre tam-
bién de un insomnio que lo acompa-
ñará por el resto de sus días. Una vez
en libertad y con varias composiciones
bajo el brazo, emprende el regreso a
Roma. Durante su época de encierro
ha compuesto sus primeras canciones y
está decidido a darse a conocer por
cualquier medio. La oportunidad le
llega en el programa Canzonissima en
donde una secuencia de nuevos talen-
tos parece ser el trampolín perfecto. Su
primer sencillo "Jugando con los dedi-
tos" se convierte en un éxito inmedia-
to. Posteriores análisis coinciden en
afirmar que ésta críptica canción com-
bina ya las dos cualidades de toda su
obra posterior: una aparente temática
naif en busca de la aceptación popular
pero a la vez un complicado entramado
de símbolos y alegorías que, en afán
catártico y reflexivo, describen sus te-
rribles experiencias de vida.
"Estamos todos sonriendo
jugando y aprendiendo
¿Cuál es el nombre de los 5 hermanos
que son los dedos de la mano?"
Escribe Tomasso en esta canción, alu-
diendo a su vida en el laboratorio de
Verona y a los cinco doctores encarga-
dos de su cruel custodia.
3
El éxito de su primer disco es rápidamente
opacado por la aparición, en la escena musical
italiana, de Rafaella Roberta Pelloni, conocida
luego como Rafaella Carrá, muy bien recibida
por la crítica de espectáculos en mérito a sus
composiciones sencillas y a su envidiable figu-
ra, combinación perfecta que enamora a la
intelectualidad y a la plebe italiana.
“far l'amore comincia tu... E se si attacca col senti-
mento portalo in fondo ad un cielo blu, le sue Paure di
quel momento le fai scoppiare soltanto tu”
Nos dice Rafaella Carrá en esta canción que
rápidamente obtiene records de ventas. Raúl
Gómez Astor, con quien Tomasso comparte
ya una habitación en las afueras de la ciudad,
le hace comprender que el problema con sus
canciones no radica en su obstinado metalen-
guaje, ni en que utilice ritmos pasados de mo-
da, ni siquiera en que su figura no tenga la
exuberancia de la Carrá, sino que sus compo-
siciones estaban escritas en español. Emigrar
es entonces la natural consecuencia; ambos,
en amical empresa, reúnen todos sus ahorros
y se instalan en Madrid. Tomasso acepta sin
murmuraciones que una contienda con la
Carrá es inútil por lo desigual de las fuerzas;
acepta además, con total hidalguía, que toda
derrota ante una mujer hermosa no es del
todo indigna. Tras unas semanas de reflexión
ha ganado en seguridad, se siente inyectado
de renovadas energías y confía, quizá en de-
masía, en su talento y en el prometedor éxito
que tendrá en un país donde podrán, al fin,
entender sus canciones. Este cambio es clave
en su biografía pues es en Madrid donde deci-
de cambiarse de nombre al considerar que
Tomasso Gigliotti era poco comercial para
los hispanohablantes. A partir de aquel mo-
mento Tomasso sería conocido en
todo el mundo de habla hispana como
Topo Gigio.
En España su ascenso es meteórico,
consigue un programa propio en don-
de gracias a su voz bronca y su mirada
melancólica deleita a toda la teleplatea;
sin embargo la felicidad le dura poco,
sus desequilibrios mentales avanzan
galopantes, su insomnio es cada vez
más incontrolable y empieza a sufrir
sus primeros delirios. Es en esta época
que escribe la que quizás sea su can-
ción más memorable: "A la camita"
“Hasta mañana, si dios quiere,
que descansen bien...
llegó la hora de acostarse
y soñar también...
Porque mañana será otro día,
hay que vivirlo con alegría…”
Las desgracias nunca vienen solas y el
éxito en España lo obliga a tener en-
trevistas sin descanso y dar presenta-
ciones en todo el país y en gran parte
de Latinoamérica. Raúl, al ver a Gigio
totalmente desmejorado, decide sacar-
lo de la vorágine en la que se encuen-
tra por culpa de tanta fama y consigue
afincarlo en la capital mexicana.
En México consiguen rápidamente un
programa propio, a decir verdad una
copia fiel del programa español y es la
secuencia final la más esperada de
cada emisión, en ella Gigio hace mofa
de su insomnio cantando “A la cami-
ta” y gritándolo con desmedidas
ansias al momento de echarse a
dormir.
Sus delirios son el otro hito en su
biografía. El tema no ha querido
ser abordado por Astor por respe-
to a su amigo, sin embargo mu-
chos de los técnicos que trabajaron
con nuestro artista (camarógrafos y
luminitos) fueron testigos de ata-
ques de ira y gritos destemplados
que le sobrevinieron en varias oca-
siones. El rumor de sus desequili-
brios es en ese momento la comi-
dilla en todos los programas de
espectáculos. Astor sugiere a Topo
Gigio simular uno de estos ataques
de ira ante cámaras para convencer
a su teleaudiencia de ser sólo parte
de una secuencia nueva del progra-
ma. La idea termina siendo contra-
producente y aquellos gritos des-
templados y temblores simulados
emocionan a sus seguidores. Sus
productores le piden que cante
menos y haga más payasadas, que
simule más ataques, en suma, in-
tentan convertir a Topo Gigio en
un producto mediático, vendedor y
efectista.
4
Esto le conduce nuevamente a más
depresiones, más insomnio y más
delirios; felizmente es nuevamente
Raúl Astor quien sale en su ayuda. Su
siguiente parada sería Buenos Aires.
Argentina, como sucede con todo
artista foráneo, es el único país de
Latinoamérica donde Gigio no es un
ídolo y esto le permite tener una vida
un poco más sosegada. El programa
sin embargo se sigue transmitiendo
para el resto de países de la región
mientras Gigio sigue siendo asaltado
por sus delirios. Los doctores que lo
atienden describen entre sus más
recurrentes alucinaciones cierta sensa-
ción de estar en un laberinto, como
en sus terribles épocas en el laborato-
rio de Verona, desesperado por en-
contrar la salida. La claustrofobia es
para entonces un ítem más en su his-
torial médico. Las pocas veces que
logra dormir es presa de pesadillas en
las que revive los maltratos y torturas
a las que fue sometido en la lejana
Italia. Las terapias a las que se entrega
no parecen dar resultados, sus tan
aclamadas simulaciones de ataques de
ira y delirio terminan siendo verdade-
ras crisis nerviosas que logran ser
aplacadas sólo por el besito de las
buenas noches que el buen Astor le
da a modo de paliativo.
La tragedia sobreviene en una noche
de septiembre de 1986, en plena emi-
sión de su programa en vivo, nuestro
artista sufre un arranque de locura,
coge una navaja de afeitar que ha sa-
cado minutos antes de su camerino y
de un tajo se arranca una de sus des-
comunales orejas. La escena es dan-
tesca, los últimos segundos de tan
penosa emisión muestran a Gigio
despidiendo sangre a borbotones y
gritando la frase que, nunca como
hasta entonces, evidenció no sólo su
frágil equilibrio mental sino además su
profunda crisis de identidad: “yo soy
van Gogh! ¡yo soy Van Gogh!”. En
medio del estupor del público de todo
Latinoamérica el programa es inte-
rrumpido. Al día siguiente aparece
nuevamente en pantallas, ojeroso,
pálido, atontado por los ansiolíticos y
con un parche en lugar de la oreja
izquierda. Su figura es lastimera, trági-
ca, conmovedora. Le cancelan el pro-
grama.
Su encierro en el hospital psiquiátrico
Braulio Moyano de la ciudad de Bue-
nos Aires dura casi dos años. Para
sorpresa y felicidad de Astor, quien
creía que todo lugar parecido a un
laboratorio le traería terribles conse-
cuencias, el encierro no parece perju-
dicarle, la medicación parece surtir
efectos favorables y Gigio muestra
una franca mejoría. Su única forma de
redención es por medio de la compo-
sición musical. Sus biógrafos concuer-
dan en señalar a ésta como la etapa
más prolífica de su carrera, dejando
para la posteridad temas como
“Conociendo los sentidos” una de sus
más catárticas canciones, “Cantando
los números”, con reminiscencias
numismático-metafísicas y sobre
todo la famosa “no controles” que
tiempo después fuera robada por
Nacho Cano, integrante del grupo
Mecano, en una de sus esporádicas
visitas a Gigio, para luego venderla al
mediocre trío FLANS por la irrisoria
suma de cuatro pesos con veinticinco
centavos. Si bien FLANS obtendría
mucho éxito en México y Latinoamé-
rica con esta canción, hoy ya nadie las
recuerda.
A su salida del hospital psiquiátrico
Gigio, viejo y en la total miseria, le
pide a Astor un último favor, conse-
guir que alguna televisora local le
permita una presentación en público;
cree fervientemente que su última
creación, conseguida tras muchas
horas de trabajo, conquistará al fin al
público argentino. Astor sabe que
Topo Gigio se está jugando su última
carta, no tiene el valor de negarse.
Tras varios días de gestiones y llama-
das convence a Susana Jiménez para
presentarlo en los últimos cinco mi-
nutos de su programa.
Siendo como es, un tanto disforzada,
al llegar el momento, Susana Jiménez
toma el micrófono, suspira, trata de
darle un poco de suspenso a la
5
Para contactar al autor:
sartrecillovaliente@gm
ail.com
presentación y anuncia: “Como des-
pedida, en primicia absoluta para toda
la república Argentina, la nueva can-
ción de nuestro recordadísimo y
amadísimo ¡Topoooooooo Gigioooo-
oo!”.
Y Gigio hace su aparición ante cáma-
ras luego de más de dos años de au-
sencia. Para asombro de quienes re-
cuerdan la espantosa escena de la
oreja cercenada, lleva ahora una bur-
da oreja de esponja pegada de mala
manera. El silencio en el estudio es
absoluto, hasta que los primeros
compases de su última canción se
empiezan a escuchar:
“Contaré la historia de una famosa persona
todos la conocen con el apodo de Chona
su marido dice ya no sé qué hacer con ella
diario va a los bailes y se compra su botella
se arranca la banda con la primera canción
Y la Chona luego luego busca bailador
la gente la mira y la empieza a gritar
Bravo bravo chona nadie te puede igua-
lar …“
Se le escucha cantar a Gigio en ritmo
de Cumbia Sanjuanera, folclórica y
vernacular. La escena es inverosímil e
incomprensible, por un momento la
gente no sabe si aquello es una broma
de mal gusto o apenas un desliz del
cantante convertido en comediante,
de pronto, Gigio menea la cintura y
luego intenta una media vuelta con
tan poca pericia y fortuna que de tan
bruscos movimientos se le desprende
la oreja de esponja. Las luces del plató
le dan justo en el rostro, el ritmo San-
juanero sigue estridente pero nuestro
artista ya no canta, se oye el murmullo
de la gente y luego las risas que ya no
pueden ser contenidas. Con una ex-
presión de total derrota recoge su
oreja del piso y desaparece de esce-
na en medio de las carcajadas del
público.
Han pasado más de veinte años desde
entonces y hasta hoy nadie ha vuelto a
ver a Topo Gigio por barrio alguno
de Buenos Aires; sin embargo, hay
quienes aseguran haber visto pasear
su apesadumbrada figura por las al-
cantarillas de Belgrano y Bajo Flores,
arrastrando su oreja de espuma y tara-
reando la muletilla de la última can-
ción que nunca, nunca, pudo terminar
de interpretar:
“Bravo, bravo Chona, nadie te puede
igualar,
bravo, bravo chona nadie te puede
igualar...”
6
Necesito salir de este cuerpo penetrando en el cuerpo
del lenguaje o dejándome penetrar por él durante la ex-
tinción de las palabras. Ésa es la principal razón por la
cual antes escribía en mi habitación y ahora prefiero lu-
gares públicos cargados de sinsentido, por si caigo
muerta al escribir tantas verdades inútiles. Si comienza
a hablarme la página en blanco , no me sorprendería ,
me reclamaría por lo idiota que soy al derramar tinta so-
bre mis manos mientras escribo , durante todo el proce-
so de indigestión del lenguaje. Como si fuera posible un
lenguaje , una boca, una lágrima en el sexo. Mientras
escribo el cuaderno deja escapar sus hojas , se despren-
den a manera de rechazo contra mi escritura , porque
mis escritos se contradicen en su exhortación al ridículo.
Éste es el ritual pagano que precede a la cacofonía del
silencio y a los temblores de piernas. Cada palabra tiene
su propio sacrificio, en especial para los iluminados que
acostados sobre otros cuerpos , no llega a cubrirlos la
noche, la voz no se les cubre de pelusas. Allí están quie-
nes caminan a la espera de quien los alimente o les
arregle el peinado, tienen miedo que la cocina explote
mientras se enjuagan la cara, no retienen nada de sus
semejantes ni del paisaje, caminan sin detenerse frente
a ellos . Así es como se conocen sin intenciones sexua-
les, se sientan en las butacas donde otras personas se
sentaron e hicieron los mismos gestos de hastío. Otros
estiran la mano para sujetarse del metro o pagar el pa-
saje, se detienen para arrojar comida a los peces o a las
palomas, se detienen frente a sus retratos de adolescen-
tes o delante del espejo, pero sin estremecerse. Cada
vez que llegan a la estación comprueban el horario del
autobús , todos pierden cabellos o pestañas sin el me-
nor remordimiento. Sin embargo qué pasaría si todos
tuviesen que repetir el mismo diálogo . Quién no pensar-
ía en arrojarse a los rieles. Allí están al servicio público
del espíritu más desesperado, el mar , los bares y los
prostíbulos, tangible encuentro con la desarmonía. Allí
está la hoja seca que espera una mano para que se des-
haga.
Poesía De Cortejo por Rosakebia Estela Mendoza
Como si fuera posible un lenguaje , una boca, una
lágrima en el sexo...
Quién no pensaría en arrojarse a los rieles.
Allí están al servicio público del espíritu
más desesperado, el mar , los bares y los
prostíbulos, tangible encuentro con la des-armonía. Allí está la hoja seca que espera
una mano para que se deshaga.
Para contactar a la autora:
punkevaz2@
hotmail.com
7
Icaro por Rocío del Águila Gracey Despliegas tus alas metáfora curva de plumas enlazadas Icaro –solo tú- soñaste siempre con alcanzar aquel punto infinito del firmamento buscaste alguna treta como animal indomable la forma más sencilla de reacomodar tus vértebras falanges distendidos
puntas prolongadas de deseo Perdiste el rastro al querer besar la esfera incendiaria ombligo inflamado y caíste fulminado en llamas hacia el abismo fuiste carnada de peces vorágine remolino carne mutilada La espuma salada invade tus pulmones y la cera estiliza tu perfil cóncava esfera diluida tu rostro de niño condenado a sucumbir. Icaro eres carne de mi carne y cenizas sobre este infierno.
Sólo déjate llevar por Jordy Bravo Robladillo
Déjate...
...déjate mecer... Déjate mecer por las olas suaves
del mar... déjate mecer por las blandas
brisas del viento... Déjate mecer por las ondas tristes
de los recuerdos... por el halo mágico del universo.
Déjate mecer por los labios dulces de la mujer a la que amas...
hasta caer en sus pechos cándidos, hasta llegar, como pluma que cae al suelo,
a sus firmes brazos... y dejarte llevar hasta sus labios
y darle el más tierno de todos los besos...
Para contactar a la
autora:
om
Para contactar al autor:
8
“eskrive conchatumare ke pa eso sirves” por Isaac Valer
“eskrive conchatumare ke pa eso sirves” Apartó los ojos de la pantalla del celular y lo guardó en el bolsillo interno de su casaca. Alonso fumaba un pucho con fuerza y la cara se le ilu-minaba de anaranjado. Gina apoyaba su cabeza en su hombro huesudo. Santiago, sentado en la alfombra junto al lado de Gina, leía un libro en voz alta. Alonso asentía con la cabeza, le pasaba el pucho a Gina y sonreía co-mo si tuviera un mar en me-dio de un infierno incandes-cenete en los ojos. El celular comenzó a vibrar en su casaca. “gringos fumando pai? eskri-ve komo te kachaste a tu sir-vienta, guanaco” Miró la hora en el celular. Abrió despacio la puerta de su cuarto y todo estaba ne-gro. Tenía puestas las medias y en la mano izquierda aga-rraba con fuerza un condón. Caminó con cuidado hasta la sala y en el sillón más grande se echó junto a Juana. Ella lo abrazó y lo besó. Él sólo le bajó el calzón y comenzó a meterle el dedo. Jadeante, en el baño se sacó el condón pegajoso y lo tiró al wáter. Regresó a su cuar-to, prendió la lámpara y si-guió leyendo un artículo so-
bre crónica de indias. Escuchó el sonido de dos mototaxis haciendo piques. “a veces me gustaría haber sido tonto, guanaco, y no haber leído tanto, sobre todo esos libros infelices, que te hacen pensar y renegar y te vuelven miserable y te das cuenta de que te la están metiendo doblada por el ano, y te jode… o lo que es mejor, te parece rico que te la metan, o incluso, ni te enteras de que te la meten. O en el peor de los casos, tú mismo te la estas metiendo a tu propio ano y ni te enteras, tonto del culo, guanaco” Luci abrazaba contra sus tetas un libro con la foto de un hom-bre con lentes redondos y un cigarro entre los dedos. Él solo le miraba el escote y reía cuando el resto reía, la cara le brillaba como si se la hubiera lavado con aceite. Todos comenzaron a andar hacia la salida de la uni-versidad, cruzaron una avenida y entraron a un bar. Afuera co-menzaba a oscurecer. 20 botellas después, la gente brindaba -¡Salud por la Literatura! -¡Salud! -gritaron todos y él tam-bién. Y tomaba como si acabara de ganar la maratón. Algunos baila-ban y él fue al baño y orinó con furia. Cogió su mochila y salió del bar caminando como un
zombi. En el micro, un droga-dicto reformado hablaba de Dios mientras el vomitaba en el último asiento. Cuando el dro-gadicto bajó del micro, el se quedó dormido. Un viento helado lo despertó. El micro se alejaba vacío. Se puso de pie y miró a todos la-dos, desorientado. Tambaleán-dose como un cristo caminó hasta una mototaxi con luces moradas desde donde dos cho-los le hacían señas. Les vomitó su dirección y subió a la moto. " Atravesaron a velocidad calles de tierra y casas de esteras y la moto frenó en seco. -Se ha malogrado la moto, chi-no, bájate.
9
Para contactar al autor:
Un viento helado lo despertó. El micro
se alejaba vacío. Se puso de pie y miro
a todos lados, desorientado. Tambal-
éandose como un cristo caminó hasta
una mototaxi con luces moradas desde
donde dos cholos le hacían señas. Les
vomitó su dirección y subió a la moto.
Uno lo sujetó por el cuello, el otro le
quitó la mochila y le rebuscó los bolsi-
llos. Tiró las llaves y metió la mano en
sus calzoncillos, le agarró la pinga por
un instante, luego avanzó con los de-
dos hasta el perineo y se detuvo en el
ano. Sacó la mano y subió a la moto.
El otro le soltó el cuello y lo tiró al
suelo. La moto se alejó zumbando.
Entonces miró la luna grande y redon-
da como un queso de neón.
Se paró y caminó dos cuadras. En una
caseta un huachimán escuchaba un
programa radial para adultos.
-Ceres y la carretera central está para
allá amigo –le dijo el huachimán.
Cuando llegó al mercado Ceres vio un
grupo de serranos inhalando terokal,
lo alcanzaron y lo sujetaron de los bra-
zos, otros dos lo rebuscaban.
-Ya perdieron –dijo, tenía el vómito
seco en la boca.
Lo soltaron y se fueron. Tomó un taxi,
balbució su dirección.
En diez minutos estaba levantando el
colchón de su cama, sacó una bolsa,
dentro encontró un fajo de billetes y
sacó cien soles. El taxista demoró en
dar el vuelto.
En su cuarto vomitó una vez más.
Buscó un condón en el velador y salió
de su cuarto con cuidado.
-¿Agg… estás apestando, has tomado?
–preguntó Juana en un fuerte susurro.
-Un poco nomás –y comenzó a meter-
la
“Tas perdiendo plata, eskrive guana-
co”
Alguien tocó la puerta de su cuarto.
-Dame cien soles de lo que te hice
guardar.
Abrió un poco la puerta y le tendió un
billete de cien. Su padre, apoyado en
dos muletas y con una pierna enyesa-
da, cogió el billete; él cerró la puerta.
Prendió la computadora y envió su
ensayo sobre Borges.
10
Pardo por Adolfo Alarcon Campos Tantos dioses no me favorecen si las esferas en los cuales giran no acuden en mi ayuda. La luna en cierto modo ha corrido la misma suerte, y ya en su sombra inapreciable se acaban de soltar las figuras que le pertenecían a los hombres. Por eso habrá que dejar en manos de las nu-bes la conciliación para que llueva más en este rincón de la vida y surja de la simple ternura una desmedida, pero desnuda, mano que haga callar a la muerte Con esto se fabricará el último corazón y lo pondremos fuera y lejos de este mundo para que venga solo con el tiempo y cuando el tiempo sepa acabar con el futuro.
Me gusta ver arder la vela… Por Rolando Edison Vásquez Fernández Me gusta ver arder la vela en mi escondite;
su flama sigue los pasos del viento
mientras que la cera se derrite
como sudando por el baile en fuego;
se consume la vela como los dos
consumíamos nuestros cuerpos,
alumbrados por esa vela danzante
al ritmo de nuestros sexos encontrándose
y sudando el reencuentro.
Tiene que jugar con las palabras;
tiene que girarlas, moldearlas, escupirlas,
recogerlas, amarlas
y volverlas a escupir
sobre el champagne de un diplomático acartonado,
sobre su cuaderno Loro rayado.
Tiene que jugar con las palabras;
tiene que rechazar, despreciar,
repudiar, odiar
la construcción simplona y escuchimizada de la frase;
o al menos, debe preferir el oxímoron,
el pleonasmo, la metáfora,
la fecundidad semántica orgiástica.
Tiene que jugar libre, como niño en el campo
tiene que jugar en serio, como cachorro de humano.
Déjame ahora perder la fe,
ahora que la confusión es proporcional
a la desconfianza.
Para contactar al autor:
Para contactar al autor:
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Me gusta ver arder la vela… Por Rolando Edison Vásquez Fernández Me gusta ver arder la vela en mi escondite;
su flama sigue los pasos del viento
mientras que la cera se derrite
como sudando por el baile en fuego;
se consume la vela como los dos
consumíamos nuestros cuerpos,
alumbrados por esa vela danzante
al ritmo de nuestros sexos encontrándose
y sudando el reencuentro.
Tiene que jugar con las palabras;
tiene que girarlas, moldearlas, escupirlas,
recogerlas, amarlas
y volverlas a escupir
sobre el champagne de un diplomático acartonado,
sobre su cuaderno Loro rayado.
Tiene que jugar con las palabras;
tiene que rechazar, despreciar,
repudiar, odiar
la construcción simplona y escuchimizada de la frase;
o al menos, debe preferir el oxímoron,
el pleonasmo, la metáfora,
la fecundidad semántica orgiástica.
Tiene que jugar libre, como niño en el campo
tiene que jugar en serio, como cachorro de humano.
Déjame ahora perder la fe,
ahora que la confusión es proporcional
a la desconfianza.
un correo que se pierde
uno que nadie entiende,
en fin, uno más,
hay gente que ha perdido por completo
el interés por seguir experimentando,
la mayoría porque se cansó de sufrir y ahora quiere vivir,
ahora quiere pensar en otras cosas,
ya no observarse por dentro
y gritar,
quiere luchar haciendo,
pero al mismo tiempo,
dejándose llevar
hay podrida toda una ciudad,
toda una calle,
en fin, todo un mundo más,
un siglo de la misma huevada política,
de la misma insensible actitud audiovisual
en que las televisoras graban muertes de niños regados
por las calles, sin mamá ni papá, la prensa los fotografía y habla de
ello,
la radio refuerza el pánico,
y la meta del despistaje
es cumplida apreciablemente
por sus jefes, quien les paga,
y quien los mira,
en fin,
tantas palabras vacías, un e mail,
qué absurdo compararlo con una carta,
qué absurdo reír con alegría de él
o el destinatario al que irá si
sólo es
Para contactar al autor:
un
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Imágenes empleadas en estas páginas:
Imagen de portada: Karl Gutiérrez
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http://www.agendatlaxcala.com/regiones/index.php?nota=a-la-luz-de-la-vela
Sin título. Banksy
The boy. Amadeo Modigliani
Portrait of Félix Fénéon. Paul Signac
VOLUNTARIADO HUMANISTA El lema del Festival es “ Las humanidades a la calle” . Por esa razón, a lo largo de los me-
ses de marzo, abril y mayo, convocamos a todos los jóvenes que deseaban ayudarnos a llevar las humanidades fuera de las aulas a través de diversas actividades de voluntaria-
do. Este sábado 4 de mayo, fue la capacitación para LA SALIDAD a las calles. Las salidas Se lle-
varán a cabo el sábado 11 y el sábado 18 de mayo. Se trata de ir a las calles y hacer en-
cuestas a las personas acerca de qué entienden por “ humanidades. El objetivo es rastrear los prejuicios y las ideas que las personas de a pie tienen de la labor humanística. Este es un primer paso para comprender cómo nos ve la ciudad, es decir, los imaginarios que se tienen del humanista y/ o intelectual. Asimismo, explicaremos brevemente a las personas de qué se tratan las humanidades y se les entregará un díptico humanista donde podrán encontrar la importancia de las humanidades hoy en día. Si les interesa saber más de este evento, búsquenos en Facebook como Festival de las Huma-
nidades o visiten nuestra web: www.festivaldelashumanidades.com. PUEDEN DESCARGAR EL DÍPTICO HUMANISTA TAMBIÉN EN LA WEB.