Curso Pensamiento Latinoamericano FICHA DE TEXTO

Nombre alumno(a) Felipe Portales O.

Ficha Bibliográfica:Título

La colonialidad a lo largo y a lo ancho: el hemisferio occidental en el horizonte colonial de la modernidad.

Autor/a: Walter D. Mignolo.

Año, Lugar y Editorial:

2010, Buenos Aires, Ediciones FACES/UCV.

Mignolo, en primer lugar propone su tesis; dice que la emergencia de esta idea de “hemisferio occidental” genera un cambio radical en el imaginario y en las estructuras de poder del mundo moderno/colonial. Varios ejemplos se pueden mencionar: las posteriores repercusiones para las relaciones sur-norte de las Américas, la configuración actual de la latinidad en EE.UU, y otros varios. El autor del texto en un principio, define este “imaginario” tomando las palabras de Glissant, para éste: “el imaginario es la construcción simbólica mediante la cual una comunidad (racial, nacional, imperial, sexual, etc.) se define a sí misma”. Pero a esta definición, Mignolo le da un sentido geo-político, vale decir, como este imaginario genera repercusiones a nivel espacial, y que integra también características muy importantes como son los factores económicos (que tienen que ver principalmente con los intereses de occidente y la posterior formación del circuito comercial del Atlántico, que vendría a ser el hito más importante en este factor) y raciales (que se ven reflejados por la predominancia que ejerce la colonialidad del poder y que genera por consecuencia una diferencia colonial, donde el principal articulador es este factor etno-racial) que presentará la formación de este imaginario, que conllevará varios procesos históricos relevantes y que será parte importante para la fundación y formación de este sistema mundo moderno/colonial.

Más adelante, habla de la imagen actual que se tiene de la civilización occidental, describe el discurso colonial, que explica y menciona los principales procesos que dieron forma a esta imagen. Este discurso habla de un: “largo proceso de construcción del interior de ese imaginario, desde la transición del Mediterráneo, como centro, a la formación del circuito comercial del Atlántico, como así también de su exterioridad”. Por lo tanto, esta imagen actual de civilización occidental, está formada principalmente por una imagen interior, conformada principalmente por la cristiandad y su colonización más allá del Mediterráneo, y complementada también por un “exterior interno”, en otras

palabras, un exterior que no proviene de un afuera, sino, de procesos que se forman en el interior y que generan diferencias, que finalmente caracterizan una propia identidad. Mignolo describe un suceso histórico para aclarar este concepto: “A partir del siglo XVI, con la concurrencia triple de la derrota de los moros, la expulsión de los judíos y la expansión por el Atlántico, moros, judíos y amerindios (y con el tiempo también los esclavos africanos), todos ellos pasaron a configurarse, en el imaginario occidental cristiano, como la diferencia (exterioridad) en el interior del imaginario”. Posteriormente, se agregaría una nueva dimensión de “exterioridad”, a través de las misiones jesuitas realizadas en China. Esta nueva exterioridad es a la inversa de la otra; está conformada por un afuera que está dentro, porque este contribuye a la definición de la mismidad. El autor también aclara, que este imaginario no sólo está conformado por el discurso colonial anteriormente mencionado; igualmente lo constituyen las respuestas (o falta de éstas) de las comunidades (imperios, religiones, civilizaciones) que el imaginario occidental involucró en su autodescripción. Mignolo se enfocará en las respuestas por parte de América hacia las políticas integradoras y a la vez diferenciadoras de Europa, del Hemisferio Occidental y finalmente del Atlántico Norte.

Mignolo, explicando esta idea de mundo moderno/colonial o sistema mundo moderno/colonial, toma como concepto base la “metáfora”- sistema mundo/moderno- realizada por Wallerstein (1974), aclara que ésta tiene la ventaja de “convocar un marco histórico y relacional de reflexiones”, pero que es deficiente, ya que, oculta conceptos clave, tales como, la colonialidad del poder y la diferencia colonial. En definitiva, se deja de lado el imaginario conflictivo que surge principalmente desde la diferencia colonial. Algunos de los momentos que conforman este imaginario que se pretende camuflar, serían: las rebeliones indígenas, la revolución haitiana y muchos más. Lo que busca Mignolo, es afirmar que estos momentos son constitutivos del mundo moderno/colonial y no simples sucesos ocurridos desde la colonización proveniente de Europa.

Enfocándonos ahora en esta colonialidad, presentada como el “lado oscuro” de la modernidad, específicamente en la colonialidad del poder, que “fue y es una estrategia de la modernidad” (Quijano y Wallerstein 1992). Ésta tuvo sus orígenes en el momento en que la cristiandad fijó sus horizontes más allá del Mediterráneo (América, Asia) y colaboró de manera importante con la autodefinición de Europa. Se le puede atribuir a la Colonialidad del poder, la función de eje organizador de la diferencia colonial, “la periferia como naturaleza”. Explicado de otra manera, la colonialidad del poder fue el principal agente de la generación de diferencias sociales (instauración de clases sociales), a través de aspectos culturales y económicos, pero siendo el componente etno-racial el principal administrador de la desigualdad colonial. La visibilidad de esta diferencia colonial en mundo moderno, -dice el autor- dio a lugar con los procesos de descolonización o independencia en América, siendo la emergencia de la idea de “hemisferio occidental” un gran colaborador para que este suceso se llevara a cabo.

Por otro lado, la actual configuración de la modernidad en Europa y de la colonialidad en el resto del mundo, viene dada por la influencia de la colonialidad del poder que presenta una imagen hegémonica, a partir de aquí, dice Mignolo “se hace difícil pensar que no puede haber modernidad sin colonialidad; que la colonialidad es constitutiva de la modernidad, y no derivativa”. Asimismo, podemos aludir a esta imagen hegemónica que existe dentro de la modernidad/colonialidad y que forma parte de las “transformaciones y adaptaciones del modelo de colonización y de los principios religioso-epistémicos que se impusieron desde entonces”, pero Mignolo explica que esta modernidad/colonialidad persisten en su doblez, esto quiere decir que aparte de esta imagen hegemónica, nos podemos encontrar con la “coexistencia en el presente de articulaciones pasadas”, y que estas articulaciones pasadas vienen dadas, a través, de constantes adaptaciones y transformaciones desde la exterioridad colonial planetaria. Exterioridad interior y exterior que dan a entender las formas de resistencia y de oposición por parte de América. Claro ejemplo de estas exterioridades puede ser la celebración de los quinientos años del descubrimiento, por parte del estado español y varios estados de América. Frente a esta situación están los movimientos intelectuales indígenas que protestan la celebración y hablan de quinientos años de opresión y lucha decidida.

Otro concepto importante al que debemos poner atención es la Etno-racialidad, el cual fue el punto de articulación del imaginario construido a partir circuito comercial del Atlántico, tal como explica Mignolo, esto no excluye aspecto de clases y de género sexual y sexualidad, sino que se debe enfatizar en el componente racial como engranaje de la diferencia colonial. ¿Ejemplos de ello?: la expulsión de los moros y judíos, ¿el lugar de los amerindios en la cristiandad?, la explotación y silenciamiento de los esclavos africanos, por nombrar algunos. El autor concluye con la siguiente reflexión: “Fue con y a partir del circuito comercial del Atlántico cuando la esclavitud se convirtió en sinónimo de negritud”.

Du Bois, quien vivió y vive la modernidad desde la colonialidad, introduce el concepto de “doble conciencia”, el cual captura el dilema de subjetividades formadas en la diferencia colonial. Un relato presente en el texto explica esta dualidad: “Extraña sensación en esta América, dice Du Bois, para quien no tiene una verdadera autoconciencia sino que esa conciencia tiene que formarse y definirse con relación al otro mundo”. Por tanto, esta conciencia vivida desde la diferencia es subalterna, genera sectores marginados y clases sociales demarcadas por motivos raciales. Para Mignolo, esta doble conciencia es “la característica del imaginario del mundo moderno-colonial desde las márgenes de los imperios (desde las Américas, desde el Sureste de Asia, desde África del Norte y del Sur del Sahara)”, de otra manera, esta dualidad es consecuencia de la colonialidad del poder y la manifestación de subjetividades forjadas en la diferencia colonial.

Ahora bien, Mignolo habla de hemisferio occidental, como un elemento que

transforma este imaginario que proviene desde el circuito comercial del Atlántico, claro ejemplo de esta transformación o trastorno es la inserción de criollos provenientes de Europa, que finalmente consolidaría una conciencia criolla que se forja en el mismo proceso de colonización.

La rearticulación fuerte de hemisferio occidental en el siglo XX, tiene que ver primordialmente con el suceso histórico que se da en Venezuela, donde Alemania e Inglaterra iniciaron un bloqueo para presionar el cobro de la deuda externa. La doctrina de Drago daba una solución a este conflicto, el cual establecía el apartamiento y la nula influencia de las naciones europeas hacia América, el problema viene con intervención del inminente imperialismo estadounidense que usa esta doctrina y la de Monroe para sus propios intereses, esto se lleva a cabo con la instauración del corolario de Roosevelt, que mantiene excluida la hegemonía europea y además considera América Latina y el Caribe como territorios para expandir los intereses comerciales de Estados Unidos. Este suceso histórico genera un cambio en el sistema mundo moderno/colonial, ya que rearticula la idea de hemisferio occidental, y por otra parte, crea una brecha entre América Latina y la América Anglosajona. Desde estos acontecimientos, podemos hablar de una transición de la idea de “hemisferio occidental” hacia la concepción del “Atlántico Norte”. Mignolo introduce también el concepto de geo-cultura, que debería entenderse como la imagen ideológica- y hegemónica- sustentada y expandida por la clase dominante, después de la Revolución Francesa.

En resumen y concluyendo, podemos decir que este circuito comercial del Atlántico, fue el componente geo-político que catapultó la inminente colonialidad del poder, y que ésta a su vez, generó la diferencia colonial, donde el componente etno-racial fue el principal reactor de los sucesos posteriores que se pretendieron ocultar – y que, por otro lado, deja sus pesquisas a través del surgimiento de una doble conciencia-, pero que esta idea de hemisferio occidental quiso poner en discusión.