Formar A Los Futuros PolíTicos(1)

FORMAR A LOS FUTUROS POLÍTICOSFORMAR A LOS FUTUROS POLÍTICOS

Lic. Marco A. Alberca Balarezo.Lic. Marco A. Alberca Balarezo.

www.marcoalberca.blogspot.com

“El hombre es hombre cuando vive en comunidad y para la comunidad. Cuando sirve a alguien. Cuando ama a alguien. Entonces es cuando nace como ser humano”.

F. Lelotte.


Llamado a buscar su realización como persona a partir de su encuentro y diálogo con sus semejantes.

Siempre es ser con: el hombre es un ser que siempre está en relación con los demás hombres.

Su vida adquiere sentido en la medida en que reconoce la necesidad de salir al encuentro de sus semejantes.


El fin de la vida social

La visión clásica de la vida social ponía como finde la ciudad la vida buena, y no sólo laconvivencia, o el simple vivir. El vivir biensupone la convivencia con otros, y ésta es obrade la amistad.

Los hombres se asocian no sólo para sobreviviry satisfacer sus necesidades materiales másperentorias, sino sobre todo para alcanzar losbienes que forman parte de la vida buena.


Se busca a si mismo

“homo homini lupus”

Predominio excesivo del individuo

“La armonía del conjunto social puede romperse, nadie se preocupa de sostener lo que debe ser común a todos, los individuos mejor dotados se aprovechan de los más débiles y no reconocen ninguna obligación de solidaridad hacia ellos”.


El hombre, única criatura terrestre a la que Dios ha amado por si mismo, no puede encontrar su propia plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás.

El desarrollo científico y tecnológico que va alcanzando el hombre, va abriendo con mayor profundidad el abismo de despersonalización y deshumanización en el que va cayendo.

Vivimos tiempos difíciles como consecuencia de un trastocado orden político


“En un estado democrático, en el que las decisiones se toman ordinariamente por mayoría entre los representantes de la voluntad popular, aquellos a quienes compete la responsabilidad de gobierno están obligados a fomentar el bien común del país, no sólo según las orientaciones de la mayoría, sino en la perspectiva del bien efectivo de todos los miembros de la comunidad civil, incluidas las minorías”.


“El buen gobierno de las comunidades tiene su base más saludable en una formación de la juventud en los valores y para los valores, o, si se quiere mayor precisión, en los principios y para los principios”.

Volver a lo esencial, volver a aquella vida virtuosa que hace al hombre más hombre.

Replantear nuestra vida personal y por consiguiente nuestra vida en relación con los demás: a partir de una verdadera educación, cuyo origen sea LA FAMILIA.


“Los hombres se reúnen en sociedad para vivir dignamente, lo que no puede conseguirse si todos y cada uno no viven así individualmente. La vida humana digna es la que se conforma a la virtud. Por consiguiente la vida virtuosa es el fin de la sociedad civil.

No todos los hogares, ni todas las escuelas se preocupan por brindar una adecuada educación.


Todos aspiramos a vivir bien. Esa buena vida, es una vida humana, entre seres

humanos, en la que seamos tratados como humanos.

Darse la buena vida y dar la buena vida A los hombres hay que tratarlos con cuidado, como

se trata a las cosas más delicadas y frágiles.


Apostar por una verdadera y auténtica educación en valores que tenga su inicio en el hogar y se prolongue en la escuela.

Iniciar una auténtica educación de la afectividad y los sentimientos, la misma que permita conocernos y conocer a nuestros semejantes


El hombre es tarea para si mismo, será feliz, en la medida que se esfuerce por incrementar su dote de verdad y de bien, corrigiendo su posibilidad de equivocarse y de querer y hacer el mal.


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