Francisco Martínez Sánchez -...

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Francisco Martínez Sánchez 3 PROLOGO No se intenta a través de la presente recopilación histórica el plasmar el inicio del ‘protestantismo’ en nuestra ciudad (porque no fuimos los primeros, ni seremos los últimos) sino el reflejar un cachito de la propia historia de Archena y de algunos de sus habitantes cuya memoria no queremos que desaparezca en la bruma del tiempo. Como dije, no fuimos los primeros. El ‘hilo de plata’ de los defensores de la fe, se extiende desde los apóstoles hasta nuestros días, y no han sido los luteranos o los presbiterianos, católicos, reformados, ortodoxos los verdaderos portadores del Evangelio, sino la misma Palabra de Dios que es nuestra guía y la que conlleva toda autoridad espiritual. Hay hombres que han sido redimidos por la gracia de Dios y hay hombres que viven una religión. Por tanto, no es cuestión de denominación sino de compromiso con Cristo. Dios ha elegido a sus siervos desde muchas denominaciones distintas, y son éstos los que conforman la verdadera iglesia de Cristo: los redimidos. Da igual el barniz externo y cual sea el calificativo de tu religión. Sólo importa si has sido lavado por la sangre de Cristo y si EL te ha salvado de la condenación. En el presente libro encontrarás archeneros, que vivieron en conflicto y persecución por defender la fe que una vez nos fue dada por los apóstoles, y otros archeneros que defendieron la fe que una vez le fue dada por… ¡bueno, animo al lector a averiguarlo! Los personajes de este libro son conocidos por muchos y si eres de Archena hasta puede que sean familia tuya. Ellos y nosotros conformamos la historia del pueblo de Archena pero el pueblo de Dios no se identifica con la denominación religiosa sino con el hecho de vivir a Cristo.

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Francisco Martínez Sánchez

3

PROLOGO

No se intenta a través de la presente recopilación histórica

el plasm

ar el inicio del ‘protestantismo’ en nu

estra ciudad

(porque no

fuimos los primeros, ni serem

os los últim

os)

sino

el reflejar un

cachito de la propia historia de Archena y

de algun

os de sus habitantes cuya mem

oria no qu

erem

os

que desaparezca en la bruma del tiempo

.

Com

o dije, n

o fuim

os los primeros. E

l ‘hilo de plata’ de lo

s defensores de la fe, se extiende desde los apó

stoles hasta

nuestros días,

y no

han

sido los

luteranos

o los

presbiterianos,

católicos,

reform

ados,

ortodo

xos

los

verdaderos portado

res del E

vang

elio, sino la m

isma Palabra

de Dios

que

es nu

estra

guía y

la que

conlleva toda

autoridad espiritual. Hay hom

bres que han sido redimidos

por la gracia de Dios y hay ho

mbres que viven una religión.

Por tanto, no

es cuestión

de deno

minación

sino

de

comprom

iso con Cristo. Dios ha elegido

a sus siervos desde

muchas

denominaciones

distintas, y

son

éstos

los

que

conforman la verdadera iglesia de Cristo: lo

s redimidos. D

a igual el b

arniz externo

y cual sea el calificativo

de tu

religión

. Sólo im

porta si has sido lavado por la sang

re de

Cristo y si EL te ha salvado de la con

denación

.

En el presente libro encontrarás archeneros, q

ue vivieron en

conflicto y persecución po

r defend

er la fe que una vez nos

fue

dada por

los

apóstoles, y

otros

archeneros que

defendieron la fe que un

a vez le fue dada po

r… ¡bu

eno,

anim

o al lector a averiguarlo! Los personajes de este libro

son cono

cidos po

r mucho

s y si eres de Archena hasta puede

que sean fam

ilia tuya. E

llos y nosotros conformam

os la

historia del pueblo de A

rchena pero el pueblo de Dios no

se identifica con la denominación religiosa sino con el

hecho de vivir a Cristo.

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4

ÍNDICE

Sección

I Los com

ienzos. José García el Cap

ataz. (1920

) 1.- La Conversión Del P

rimer Creyente

2.- Los Primeros Creyentes

3.- Los Primeros Lugares De Reunión

4.- Diálogo Con Onofrico

5.- Conversación Con El Ingeniero

6.- El S

r. García Y Esteban

7.- Se Term

inó La Guerra…

8.- José García Sale De La Cárcel

Sección

II La po

sguerra. Los Sres. Aerni. (Año

s 40)

9.- Situación De Los Evangélicos En Archena

10.- Años Difíciles Para Los Evangélicos

11.- Los Creyentes Son Encarcelados

12.- Conversión De Francisco Martínez Y Su Madre

13.- Vuelven Los Sres. Aerni A

España

14.- Francisco Y El C

ura

15.- Nuevo Encarcelamiento

16.- ¿Qué Había Pasado?

17.- Un Día Después

18.- Bautismo De Francisco Martínez

19.- Los Sres. Aerni V

ienen De Vacaciones

Sección

III E

xtendiendo el E

vang

elio. Fco. Martínez.

(Años 60)

20.- Reuniones En La Algaida

21.- Se Inician Cultos En Ulea

22.- Capilla De Ulea

23.- Primeros Bautismos En Ulea

24.- Reuniones En La Serretilla Y La Anchosa

25.- José El C

apataz Cumple Los 65 Años

26.- Noviazgo De Francisco Con Aurora

27.- La Sra. Ángeles Vende La Casa

28.- El S

r. García Vuelve A Los Cultos

29.- Se Casa Francisco M

artínez

30.- Nuestro Hijo Abel Y

Los Sres. Aerni

31.- Nos Vam

os A Fortuna (Murcia)

32.- Encomendación De Los Sres. Martínez

33.- Boletín Inform

ativo

5

Sección

IV El n

uevo templo. (Año

s 70

) 34.) Se Vende La Casa-Capilla

36.- Se Inician Las Obras De La Nueva Capilla

37.- Los Sres. Aerni V

ienen Para La Inauguración

38.- Inauguración: 22 De Septiembre De 1979

39.- Reconocimiento A José García Díaz

Sección

V Retrospectiva

y actualidad

. 40.- Tanteo En Cieza Y En Molina De Segura

41.- Obra Pionera En Cieza

42.- Obra Pionera En Molina De Segura

43.- Pastor Evangélico

44.- Primer Contacto En M

olina De Segura

45.- La Barbería: Mi C

ampo De Trabajo

46.- El P

oder De La Oración

47.- Los Prim

eros Testimonios En Molina De Segura

48.- Nueva Casa De Alquiler

49.- Ya Tienen Coche Los Sres. Martínez

50.- Campaña En Murcia, Molina De Segura, Etc.

51.- Reuniones En Mula (Murcia)

52.- El Final D

el B

arbero

53.- La Ribera De Molina (Murcia)

54.- Obra Pionera En Jumilla (Murcia)

55.- Primera Boda En Jumilla

56.- Hablando Con La Gente De Jumilla

57.- Entrevista En Radio m

unicipal D

e Jumilla

58.- Conversión De Ignacio Ruiz En Jumilla

59.- Se Alquila Un Local E

n Jumilla

60.- Adela Y Josefa Con El C

ura En La Capilla

61.- Obra Pionera En Yecla

62.- Obra Pionera En Bullas

63.- Ceutí

64.- Lorquí

65.- Las Torres De Cotillas

66.- Campos Del R

ío

67.- Torrevieja (Alicante)

68.- Pinoso

69.- Puente Tocinos

70.- Bautismos

71.- Salidas Fuera De La Provincia De M

urcia

72.- Casa A Casa

73.- Radio

74.- M

esas De Libros

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6 HISTORIA

DE LA IGLESIA

EVANGÉLIC

A D

E A

RCHENA EN

EL SIG

LO XX

Sección

I Los com

ienzos. José García el Cap

ataz. (1920

)

1.- LA CONVERSIÓN DEL PRIMER CREYENTE

Por el año 19

20, se encontraba trabajando

com

o ferroviario

Pedro García

Díaz, el herm

ano

mayor de José,

el C

apat

az en

Cartagena. Pedro y

su espo

sa, po

r aquellas fechas, oy

eron

el

Evang

elio y entregaron sus vidas y corazón al Señor. La esposa de

Pedro quedó

embarazada y para dar a luz, se vino

a la casa de los

suegros en A

rchena, en el Barrio del Otro Lao, en la que también se

alojaba José, el h

ermano de Pedro.

Ésta, en la espera de su alum

bram

iento, le habló del Evang

elio

a José el cual se reía de ella, porque le parecía como si fuera una

monja…

Dio a lu

z un

a niña a la que pusieron el nom

bre de M

ercedes.

Despu

és del

alum

bram

iento

quedó

algunas

semanas y

siguió

hablándo

le a su cuñado

, al ver que le escuchaba de m

uy buena gana,

aunque m

uy disim

uladam

ente, y no

sólo a José, sino tam

bién a la

familia. M

ás o m

enos sucedió sobre el año 19

22. D

e form

a qu

e po

co

a poco el interés por escuchar a su cuñ

ada iba en aum

ento.

Por medio de su herm

ano

y su cuñada, vinieron

desde

Cartagena dos colpo

rtores, o sea, dos señores que vendían B

iblia,

Nuevo

s Testamentos y Evang

elios po

r los pu

eblos y campo

s, con

el

fin de extender la Palabra de Dios. Uno

de ellos se llam

aba José.

Tam

bién les visitó dos misioneros qu

e habían en Cartagena: D.

Juan Richard y D. R

icardo

Holloway. L

os uno

s y los otros venían, d

e vez en cuand

o, a casa de José, el cual se iba interesand

o cada vez

7

más por el mensaje evangélico, hasta que un día rindió su corazón al

Señor. En agosto del 192

4, José, cuand

o tenía cerca de los 31 años,

fue bautizado en la capilla de C

artagena, pasand

o a ser el primer

creyente evang

élico de A

rchena. Y desde dicha fecha hasta el 19

27

vivió en la

casi

lla

de p

eone

s ca

min

eros que había al margen derecho

de la general Madrid-Murcia, viniend

o de M

adrid y a un

os cuantos

metros antes de llegar al E

mpa

lme o cruce qu

e viene para A

rchena;

allí recibió a pastores y misioneros.

2.- LOS PRIMEROS CREYENTES

Desde el año 192

4 hasta la guerra civil española, es decir, hasta

el 193

6, fueron muy

pocos los que abrazaron

la fe evang

élica. Entre

ellos se encon

traba el m

atrimonio José Morales G

arrido y Joaqu

ina

García Martínez, jun

to con

Josico su hijo mayor; el hermano de

Joaquina: Vicente, el

Coj

o; José Antonio M

artínez Sánchez, el

tío

Roq

ue, y su esposa D

olores L

orente M

artínez; O

nofre Ayala, de

oficio sastre; Pascual Lóp

ez, el

tío

Pes

eta, y Juan José V

idal Ibáñez,

hijo del

Tue

rto.

Era m

ucho

el miedo que había en las referidas fechas, no sólo

por el q

ué d

irán

, sino

tam

bién por el qu

é m

e ha

rán…

y mucho m

ás

en un pu

eblo que, entonces su po

blación

era de unos 7

a 8.00

0 habitantes, y

don

de to

dos te con

ocen y lo

saben to

do de ti…

de mod

o qu

e era muy

difícil ser creyente, ya qu

e te exp

onías a perder amigos

y también jornales. Eso no les im

portaba a ningun

o de ellos, u

na vez

de haber

aceptado

al Señor como

Salvado

r, pero para los

simpatizantes, era un

precio demasiado alto a pagar…

Por lo tanto

poco pud

o crecer en dichos año

s…

Antes de la segun

da repúb

lica y durante la misma, fueron años

muy duros, p

ara los inicios de lo

s evangélicos en Archena, a pesar de

haber libertad, p

ero también había m

ucho m

iedo a las represalias. Sin

embargo, peores y más intolerantes fueron

los tiempo

s cuando llegó

la guerra civil española, y no digamos despu

és de la guerra…

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3.- LOS PRIMEROS LUGARES DE REUNIÓN

Cuando un

servido

r recogió los datos de boca del seño

r García,

los

cual

es ten

go r

egis

trad

os e

n un

a ci

nta

case

te, fue en el Otro Lao,

en la Avenida de los Mártires, 24; y fue allí, en dicha casa do

nde

escuchó a su cuñ

ada hablarle del Evangelio. D

icha avenida ha tenido

varios cam

bios de no

mbre a través de los años, qu

izás por ser la

entrada del p

ueblo de Archena, d

esde la carretera de Murcia-Madrid.

En dicha casa se celebraron las primeras reunion

es con

José y

la fam

ilia. Después se fue añadiend

o algún curioso qu

e otro, qu

e después dejaban

de venir, pero algunos qu

edaron

a pesar de la

reinante in

comprensión

, burla y acoso.

En dicho períod

o de tiem

po, se reunieron, además de la casa de

José G

arcía, en casa de José A

nton

io M

artínez, e

l tío

Roq

ue, en la

casilla

de p

eone

s ca

min

eros, ya m

encionada, y quizá en algún otro

lugar. Y

sob

re el año 19

30, alquilaron

un local en la calle de san

Juan, en el prim

er piso, que tenía su entrada por el callejón que da a

la P

laza de los Mártires. En

dicho

lugar se llegaron a celebrar

bautismos en un

a bañera…

Com

o es fácil de adivinar, entonces el pueblo era m

ucho m

ás

pequeño

y pron

to eran

señalados, con cierto

menosprecio, como

protestantes, con las consiguientes afrentas y pérdidas de jornales de

trabajo…

Pues por ser protestantes no les llam

aban a trabajar, uno

s po

r temor y otros por castigo…

En las referidas fechas, el Sr. G

arcía fue al pueblo de Lorqu

í, cercano a Archena, cuand

o oyó el tilín, tilín, d

e una campanilla…

era

una procesión de feligreses con el cura que iba a darle la com

unión a

un enferm

o, y

todo

s cuantos

escuchaban el tilín, tilín, de la

campanilla

que

el sacristán

o monaguillo

tocaba,

tenían qu

e arrodillarse hasta que pasara el cura con el viático…

El Sr. G

arcía,

no q

ueriendo

llamar la atención, po

rque n

o pensaba arrodillarse,

quiso hu

ir y aceleró sus pasos para alcanzar un

a calle do

nde no

le

vieran; en eso que una persona le vio y le gritó: - ¡E

s qu

e no

oye

la

cam

pani

lla!

-Me hice el sordo

, -m

e co

ntó- h

asta que pud

e evadirme…

9

Esto era muy corriente de padecer po

r los creyentes españo

les

en las citadas fechas.

4.- DIÁLOGO CON ONOFRICO

El seño

r Ono

fre, m

uy conocido por

Ono

fric

o, era el padre de

un ingeniero que trabajaba en Obras P

úblicas en A

lbacete y qu

e después fue trasladado

a M

urcia. D

e manera qu

e O

nofr

ico era un

a person

a pudiente y de relieve en el pueblo, el cual tenía una gran

amistad con el Sr. García.

Ono

fric

o, en

complicidad con

el cura y con

el pretexto d

e qu

erer charlar con el Sr. G

arcía, le hizo venir para hablar y saber de

sus creencias…

Éste vino

y una vez en la casa, le salud

ó diciendo:

- M

uy buenas. O

nofr

ico contesta:

-

Muy

bue

nas…

Gar

cía,

ent

ra y

tom

a as

ient

o y

habl

emos

tr

anqu

ilam

ente

de

lo q

ue tu

cre

es p

orqu

e yo

que

tú e

res un

a bu

ena

pers

ona,

y p

or s

er c

omo

eres

, cu

ando

a m

i hi

jo l

o tr

asla

den

a M

urci

a, ar

regl

arem

os pa

ra qu

e es

tés

al se

rvic

io su

yo. Despu

és

añadió: G

arcí

a, s

obre

el as

unto

por

el qu

e te

he

hech

o ve

nir, q

uier

o qu

e m

e ha

bles

cla

ro…

- M

ire usté, en pocas palabras le diré que, creo qu

e hay un

Dios qu

e nos ha de juzgar a to

dos, el D

ios qu

e nos ha creao y que nos

hizo para Él. No no

s creó, así porque sí, para que el hombre viva y

haga lo que le de la gana. D

ios ha creao al ho

mbre para que le

obedezca y siga en Su camino, adm

inistrando

este mundo

que creó

para nosotros, para qu

e vivamos y com

amos de él, y que nos amem

os

unos a otros. Y lo principal es que cream

os que Él es el Creador de

los cielos y de la tierra, y

que su Hijo Jesucristo tuvo que venir a este

mundo

, por habernos apartado de D

ios, siend

o un

os viles pecadores,

y por el amor que nos tenía m

andó

a su Hijo, para qu

e pagara el

precio de nu

estros pecados…

-

¿D

ónde

has

apr

endí

o tú

eso

? M

e gu

sta,

me

gust

a, p

ero,

¿d

ónde

has

apr

endí

o tú

eso

? - Y

o no

lo he aprendío, sino que lo he leído, y com

o lo he

leído, eso es lo que le digo a usté, porqu

e Dios dice en su Palabra

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que: El que en

Él cree, tien

e vida eterna, y yo creo en ese Dios, y

creo que su Palabra es Verdad. Y siguió diciendo:

Es, com

o si usté me dijera: “O

ye, G

arcí

a, e

sto

y es

to, qu

iero

qu

e ha

gas;

pero yo m

e vo

y y no

lo hago…

Al no

hacerlo, estoy

desobedeciendo

su palabra, entonces u

sté, sobre eso

que me ha

dicho, com

o no

lo he hecho

, me llam

a y me dice

: G

arcí

a: Q

ueda

s de

sped

ío, po

rque

no

hace

s lo

que

te

digo

, si

no q

ue tú

te r

iges

a tu

volu

ntá,

y c

omo

lo q

ue te

man

do n

o lo

hac

es, ¿p

ara

qué

te q

uier

o te

ner aq

uí?”

. Dios no

s llam

a para eso, para que seamos obedientes y para

que leam

os su Palabra y la creamos de corazón, porque si yo digo

qu

e creo en Dios y estoy haciendo cosas que no son lo que Él me ha

mandao, Dios no

puede estar conmigo…

- Y

, ¿to

do e

so lo

lees

tú?

- Sí, seño

r.

- Y

, ¿c

ómo

se t

e ha

met

ío e

n la

cab

eza

toas

esa

s co

sas?

, ¿l

eyén

dola

s tú

?

Después, p

ensand

o qu

e el cura estaría al venir, le dijo:

-Gar

cía,

si

tú o

yera

s un

ser

món

por

un

pred

icad

or,

por

un

padr

e cu

ra, ha

blan

do d

e D

ios, d

e la

san

tísi

ma

Vir

gen,

y t

odo

eso,

¿t

ú lo

cre

ería

s?

-¡ C

laro que sí!, si u

n predicador dice creer en Dios y qu

e es el

Todop

oderoso, ¡muy

bien!, creo que está diciendo

la verdad, pero si

luego no

lo hace…

Si habla de D

ios y después no

hace lo que É

l manda, enton

ces está predicand

o inútilmente, p

orqu

e su corazón está

lejos de lo

que está predicando

Así que sus palabras pu

eden ser bíblicas y ciertas, pero…

Mire

usted, no me pu

edo meter en esas discusion

es porqu

e ni entiend

o ni

sé, lo único que sé es una cosa: Q

ue D

ios es uno

, el que nos da la

vida, el q

ue nos salva…

-

Pue

s m

e es

tás

fast

idia

ndo,

por

que

me

está

s po

nien

do u

n po

co m

ochi

la. –así m

ismo me lo decía, m

e confesaba el Sr. García-

- Mire

usté, -dijo

el Sr. García- qu

isiera qu

e, sobre

ese

particular, me dejara…

y si qu

iere creer m

is palabras, bien, y si no

las qu

iere creer…

11

Usted dice que soy un

a buena person

a, y si lo soy es porque

Dios me ha hecho así, pero le teng

o que decir, que ahora soy m

ejor

person

a desde qu

e he con

ocido estas verdades; po

rque antes si tenía

que mentir, m

entía, y si tenía que hacer algo peor, lo hacía; pero

desde qu

e he con

ocío estas verdades, procuro no hacerlo, porqu

e veo

que Dios no lo quiere y m

e lo prohíbe. Dios quiere que seamos así.

Siguió diciendo

: Le vo

y a decir un

a cosa: ¿A

maría a una persona que hablara

mal de usté?

- ¡Le

sega

ría

el c

uello! -Con

testó

Ono

fric

o-

- V

e. E

sa es un

a de las cosas que el Señor no qu

iere que

hagamos. Dios

quiere qu

e am

emos a

nuestro

prójim

o como

a no

sotros m

ismos.

- G

arcí

a, to

do e

so, ¿

lo sab

e?

- C

laro q

ue lo

sé. ¿P

ara qu

é querem

os saber d

e Dios, si

después no se le obedece? La esencia está en atenerno

s a lo que Dios

nos dice, para después no

desobedecerle

haciendo

cosas qu

e le

desagradan. Reconozco que no siem

pre hacemos lo que debiéram

os,

porque som

os pecadores. No crea que yo siem

pre hago cosas que a

Dios le agradan, qu

e no

las hago, porqu

e vivimos en la carne y

po

demos caer. P

ero tengo la seguridad que si no

s atenem

os a la

palabra de Dios…

Es como aquel qu

e va por un camino, y al ver fruta piensa

robarla y mira a su alrededor para asegurarse que nadie le ve, pero

ignora que hay Alguien que lo

está viendo…

- E

nton

ces, ¿

no p

uedo

cog

er u

na n

aran

ja?…

- Sí qu

e puede. Q

ue coja un

a fruta y me la com

a, eso no es

malo, pero qu

e me llene un

cesto, eso si es robar. Sepa qu

e todo

lo

que hacemos, hay un

Ser que lo ve, qu

e es D

ios. Y

o no lo veo, pero

Él si m

e ve, com

o también m

is sentimientos.

El S

r. García, siguió diciéndo

me:

Tuv

e un

a buena charla con O

nofric

o. La cuestión que llega el

cura y salud

a diciendo

: - B

uenas tardes… ah, tiene usted visita, en otro m

omento

vendré. H

asta lu

ego...

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12

- N

o, h

ombr

e, p

asa…

-contestó O

nofr

ico-

- Si están ustedes habland

o, yo no quiero…

- N

o, n

o, p

ase

uste

d, p

ase,

pas

e… Entra el cura, se sienta y

dice: - Cuand

o term

ine

con

este seño

r, ¿nos vamos a

dar un

paseo?…

- S

í, pe

ro a

ntes

qui

ero

hace

rle

una

preg

unta

, par

a ve

r qu

é m

e di

ce a

mí y

a es

te m

ucha

cho.

-era con ese trato cariñoso que el Sr.

Onofre em

pleaba con

el S

r. García-

- Sobre, ¿qué?, contestó el cura.

- ¡So

bre

Dio

s!

- ¡Vaya pregun

ta m

ás rara qu

e me hace! Y eso, ¿a qu

é viene?

- R

esul

ta q

ue e

ste

muc

hach

o, q

ue e

s m

uy b

uena

per

sona

, es

leye

ndo

un li

bro

y p

or m

edio

de

él, d

ice,

que

tien

e la

seg

urid

ad d

e la

vi

da e

tern

a, q

ue c

uand

o m

uera

irá

al

ciel

o, a

la

eter

nida

d co

n D

ios…

El cura se echo a reír, y

dijo:

- A

sí es, pues todos los creyentes, to

dos irem

os con

Dios…

- L

uego

ent

once

s, e

ste

muc

hach

o va

bie

n en

cam

inao

. - Sí, si va dirigido

por la santa madre iglesia. Pero todo aqu

el

que

se aparta de la iglesia, ésta lo excomulga y

si muere

excomulgado

, Dios lo castiga a un infierno

, po

rque no tiene cabida

en la presencia de Dios y no

puede ira a la gloria.

- P

ero

este

muc

hach

o di

ce q

ue e

stá

segu

ro,

que

no t

iene

ni

ngun

a du

da…

El cura dirigiéndo

se al S

r. García le dijo:

- ¿Quién se lo ha dicho a usted?

- A

mí no m

e lo ha dicho ningun

a person

a, pero hay un

as

palabras escritas po

r los ho

mbres, pero reveladas por D

ios a los

apóstoles, que están m

uy claras de com

prender, don

de dice el Señor:

El q

ue en

Mí cree tien

e vida eterna, y con

tinúa diciendo

el S

eñor: y

no vendrá a con

den

ación, m

as ha pasad

o de muerte a vida.

- Y eso, ¿dónd

e lo ha leído usted? -dijo el cura-

- En un

libro qu

e se llam

a La Santa Biblia…

El cura echánd

ose las manos a la cabeza dijo:

13

- ¡Satanás es el que ha escrito todas esas cosas, p

ara apartarnos

de la santa m

adre ig

lesia!…

- M

ire usté, yo no he leído en la Biblia que Satanás nos aparte

de la iglesia, ni que no

s aparte a un lao o a otro, lo qu

e sí he leído en

ese libro es que: …

de tal m

anera am

ó Dios al m

undo, que ha dad

o a su H

ijo unigénito, para que todo aq

uel que en

Él cree, no se

pierd

a, m

as ten

ga vida eterna. Porqu

e Dios es amor…

- Sí, claro…

Con

testó el cura.

El S

r. García siguió diciendo:

- Por ese inm

enso amor que D

ios no

s tiene y po

r esa cuestión

, Dios mandó a su Hijo a morir en la cruz po

r mí, po

r usté y por tod

os

los pecadores, com

o le he dicho.

- ¡Tod

o eso está escrito por C

alvino

y Lutero, dos ind

ividuo

s qu

e fueron desterrados y excom

ulgado

s po

r la santa m

adre ig

lesia!…

- M

ire, de esos señores, n

o sé nada, pero si sé, y se lo digo con

todo m

i corazón, que he creído

dichas palabras, po

rque D

ios lo dice

bien claro y en muchas partes de la Biblia.

- N

osotros somos los pastores por qu

ien os tenéis qu

e dejar

guiar…

- E

l Pastor, es nu

estro Señor Jesucristo, É

l dijo: Yo soy el

buen

pastor…

y pon

go m

i vida por m

is ovejas…

¡Ese es el buen

Pastor, el q

ue dio su vida por nosotros!

El cura un

poco mosqu

eado le dijo:

- M

e tiene que dar ese libro.

- E

se libro es mío, y no

se lo doy, po

rque por ese libro he

encontrao la Luz…

- ¿Es qu

e estaba ciego?…

-dijo con cierta iron

ía-

- Espiritualm

ente sí,

antes no

veía el cam

ino

de salvación

, como ahora la veo…

Mientras

tanto, el Sr. Ono

fre, estaba ob

servando

la

conservación

que sostenían ambo

s y a la vez, sacaba sus propias

conclusiones. E

nton

ces, dirigiéndose al cura le dijo:

- M

e pa

rece

qu

e el

m

ucha

cho

va m

ejor

en

cam

inao

qu

e no

sotr

os…

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14

El S

r. García le dijo a

Ono

fric

o:

- U

sté me cono

ce, y más que m

e seguirá cono

ciendo

, y con el

tiem

po, p

odrá decirme si voy bien o si voy

mal, juzgándom

e por mis

obras, m

is acciones y mi m

anera de com

portarme…

-

No,

no,

yo

no te

pued

o re

pren

der

nada

, po

rque

que

eres

un

a bu

ena

pers

ona,

y p

or l

o qu

e es

toy

oyen

do,

segu

ro q

ue s

erás

m

ejor

. La reun

ión se dio por terminada. El Sr. G

arcía se m

archó a su

casa, mientras el cura y

Ono

fric

o qu

edaron

hablando. M

ás tarde

Ono

fric

o le dijo al Sr. García qu

e el cura le había dicho:

- Sr. Ono

fre, vea la m

anera de pod

er recog

erle el libro…

5.- CONVERSACIÓN CON EL INGENIERO

El hijo de

Ono

fric

o, fue trasladado

a M

urcia, y tal com

o me

había prom

etido su padre, qu

edé a su servicio. É

ste, com

o toda su

familia, era m

uy católico. Un día el in

geniero me dijo:

- G

arcí

a, ¿

por

qué

se d

ejó

la igl

esia

? ¿E

s qu

e lo

que

allí se

pr

edic

a y

se h

ace

es m

alo?

- N

o seño

r, yo no

digo tal cosa. Pero el ser hum

ano tiene un

algo, u

n vacío qu

e tiene que llenar y lo tiene que bu

scar allá a do

nde

esté, d

ebe bu

scar su felicidad eterna. Y

esa es una de las cosas po

r las

que menos nos preocup

amos, y debiéram

os interesarnos más sob

re

nuestro futuro eterno; porqu

e Dios nos pu

ede llam

ar en cualqu

ier

mom

ento… N

os enfrascam

os en las cosas de la vida, agenciando

para el día de m

añana, sin saber si las llegarem

os a disfrutar, p

ero de

la m

uerte, que es segura, n

o le prestam

os atención. Y

lo qu

e hay qu

e hacer es ponerse en el buen camino con ese Dios qu

e nos ha creao…

- P

ara

hace

r to

do e

so n

o es

men

este

r de

jars

e la

igle

sia…

- Estoy

de acuerdo, pero si estoy buscando mi felicidad eterna

y la encuentro en otro lao que no es la iglesia, es allí donde m

e qu

edo, ya qu

e allí sup

e qu

e Jesucristo m

urió por m

í sin necesidad de

ningún

otro sacrificio, porque S

u sacrificio fue suficiente, ya qu

e murió en mi lugar…

15

- B

ueno

, está

bien

… si

ga u

sted

su

cam

ino

que

no le

diré

vay

a aq

uí o

vay

a al

lá…

Entonces le con

testé:

- Com

o un ‘subo

rdinao’, pienso qu

e, lo qu

e debo

hacer es

cumplir sus órdenes, y creo que eso es lo que usté qu

iere, qu

e le

obedezca fielm

ente en lo que m

ande. ¿No lo ve usté así?

- N

atur

alm

ente

que

sí.

- ¿Q

ué sería

si yo hablara

mucho

de Dios y

tuviera

la

apariencia de un

santo y fuera m

ucho

a la iglesia, p

ero desobedeciera

sus órdenes? ¿Verdad qu

e estaría qu

ejoso conm

igo?

- C

laro

que

lo e

star

ía…

- Pues eso es lo que he ‘procurao’ hacer y lo que procuraré,

porque usté es m

i jefe y le debo un respeto. L

o mismo quiere Dios de

nosotros: Que le ob

edezcamos, y si así lo hacemos Él no

s prom

ete

que: El q

ue en

Mí cree tien

e vida eterna.

- ¿

Y q

uién

no

cree

en

Dio

s?

- El Señor dice qu

e: N

o todo el que me dice: Señ

or, Señ

or,

entrará en el reino de los cielos, sino el hace la voluntad de mi

Pad

re que está en lo

s cielos.

- ¡

Cla

ro!, s

i di

cen

Seño

r po

r de

cirl

o… p

ero

si l

o di

cen

de

cora

zón…

¿Es qu

e lo

s qu

e va

n a

la ig

lesia

se v

an a

per

der?

No, porqu

e la salvación

se ob

tiene po

r creer en un solo D

ios el

cual m

andó a su Hijo a morir por cada un

o de nosotros, y nos hace

pasar de la muerte a la vida, porque así lo ha prom

etido: El que cree

en M

í, au

nque esté m

uerto, v

ivirá.

- ¿

Qué

los m

uert

os h

an d

e re

suci

tar?

- Seguro que resucitaremos tod

os los que hem

os creído, el día

que Él tenga por con

veniente, cuand

o Él v

uelva a la tierra…

Aqu

í term

inó la conversación. S

ucedió un po

co antes de la

guerra civil española.

6.- EL SR. GARCÍA Y ESTEBAN

Durante la guerra civil, en M

urcia se pusieron las cosas feas

para los de de

rech

as, po

rque en esta región

im

peraban

los de

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16

izqu

ierd

as, y Esteban, cuñado

del ing

eniero, hu

yend

o, se refugió en

Ojós, pu

eblo que

dista

desde

Archena, un

os 8

kilómetros. Fue

entonces que el ingeniero le pidió al S

r. García el siguiente favor:

- G

arcí

a, h

aría

usted

el fa

vor de

ir a

ver

a m

i cuñ

ado

Esteb

an,

de v

ez e

n cu

ando

, par

a de

cirm

e có

mo

se e

ncue

ntra

, ya

que

no p

uedo

ir

, por

que…

- Claro que sí, ¿por qué no?…

-

Le

agra

dece

ría

que

fuer

a a

verl

e, y

qu

e le

dig

a lo

que

le

hace

fal

ta,

para

que

se

lo p

ueda

lle

var. V

erem

os l

a m

aner

a de

ay

udar

le; po

rque

él no

pue

de s

alir

de

allí, p

ues ya

ve

com

o es

tán

las

cosa

s… y

el d

iner

o qu

e se

gas

te e

n él

, me

lo d

ice…

- No se preocup

e usté, q

ue lo

haré.

De mod

o qu

e fui a Ojós a verle y el hom

bre estaba enfermo y a la

vez vigilao po

r los miliciano

s, para ver quien entraba o salía.

(Las M

ilic

ias C

onfe

dera

les fue una especie de

milic

ia p

opul

ar,

organizada durante la guerra civil española po

r la C

NT y FAI, que

tuvo un im

portante papel en la Revolución Española de 193

6. Tras el

alzamiento del ejército del 18 de julio de 19

36 se form

aron

, en las

zonas

donde

fracasó

la sublevación, grup

os armados de civiles

organizados po

r los partidos políticos y los sindicatos que se unieron

a los restos de las un

idades regulares del ejército y las fuerzas de

seguridad estatales qu

e perm

anecieron fieles a la República.

Durante el period

o de las m

ilicias, la práctica desaparición de

cualqu

ier

sector del

ejército,

fiel al gobierno

y

el ferm

ento

revolucionario que se estaba desarrollando

por tod

o el país, fueron

las causas d

e la rápida aparición

de u

n im

prov

isado

ejército d

e vo

luntarios, dispuestos a term

inar con

los últim

os reductos de los

sublevados. Las estimaciones

más ajustadas

hablan de más de

100.00

0 milicianos en to

do el E

stado. La mitad de ellos pertenecían a

los sind

icatos de la CNT, 30

.000

a la UGT, 10

.000

al Partido

Com

unista, 5.00

0 al POUM (en su mayor parte, en Cataluñ

a). A las

milicias obreras se unió un con

tingente de 12

.000

guardias de asalto,

alguno

s centenares de guardias civiles, alguno

s miles de soldados y

apenas 200 oficiales del antiguo

ejército). [

Cop

iado

de

Inte

rnet]

Aho

ra Estaban habitaba en Ojós solo, enfermo y vigilao. Tod

os

los qu

e antes le reían las gracias, le adulaban y agasajaban, en esos

17

mom

entos, tod

os le abando

naron y nadie se acordó de él ni le visitó.

Cuand

o me vio entrar, m

e dijo:

- ¡García, tú po

r aquí!, eres la única persona que ha venido

a

visitarm

e, y no sabes cuanto te lo

agradezco...

En fin, el hombre no sabía com

o agradecerm

e el que le hubiera

visitao y el que le trajera no

ticias de la fam

ilia, com

o también que se

preocuparan de sus necesidades.

- Bien, ¿qu

e es lo

que te hace falta? –le dije-

- T

e agradecería qu

e me hicieras el favo

r de p

agarme la

contribu

ción

. Se la pagué, p

ues su padre estaba enferm

o y en M

urcia, así que

tres veces fui desde A

rchena a O

jós, and

ando

, a llevarle com

ida y

alguno

s paqu

etes de azúcar. Cuand

o fui la tercera vez, y salí a la

calle, uno

de los miliciano

s me dijo:

- Esta es la tercera vez que viene, la prim

era fue en tal fecha,

la segun

da en esta otra, y hoy ya es la tercera…

Entonces fue cuando m

e di cuenta qu

e Esteban se encontraba

vigilao. A

uno

de esos m

ilicianos le conocía. Entonces les tuve que

decir cual era el m

otivo de m

is visitas.

- V

engo, po

rque el ingeniero con el cual estoy trabajando

me

dijo: -V

e a

ver

com

o se

enc

uent

ra m

i cu

ñao.

Y h

e venido p

ara

pregun

tarle po

r su salud, ni m

ás ni menos; pero

si no queréis que

venga, no veng

o más. Pero haceros cargo, es un

a person

a que está

enferm

a… y, ¿qué puede hacer?…

Además, lo estáis vigilando, y a

mí y

a me cono

céis…

- Está bien, te pu

edes m

archar…

7.- SE TERMINÓ LA GUERRA…

Yendo por una de las calles de Archena para hacer una gestión,

me encuentro con Esteban, con el que m

e unía una gran am

istad,

tanta qu

e le tu

teaba…

- ¡Caram

ba, E

steban, cuanto me alegro de verte!…

- ¿Que te alegras? ¡Pues yo no me alegro! Si tú sigues po

r ese

camino, para mí estás dem

ás…

al o

ír com

o me contestó le dije:

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18

- V

e con

Dios y

que el S

eñor te am

pare…

-le contesté-

quedándo

me peor que si me hu

bieran echado una jarra de agua fría,

sorprend

ido y sin qu

erer creerme lo que m

e estaba pasando

, con tod

o lo que había hecho por él…

Despu

és m

e enteré que fue uno de los

que peor se po

rtó de todos los que m

e denu

nciaron para m

eterme en

la cárcel. Alegaron qu

e era protestante y qu

e durante la guerra estuve

haciendo

propagand

a en con

tra de la iglesia católica rom

ana, que

predicaba po

r el pueblo y qu

e hospedaba en m

i casa a extranjeros…

Uno de ellos le dijo a mi y

erno

, en plan socarrón y am

enazador:

- A

tu

sueg

ro s

e le

ha

acab

ado

el p

oner

se l

a go

rric

a de

ca

pata

z de

car

rete

ras. S

i no

le

pasa

otr

a co

sa,

por

lo m

enos

, la

go

rra

ya n

o se

la p

ondr

á…

Hasta m

e acusaron d

e haber intervenido

en las m

uertes d

e todos los qu

e asesinaron

aqu

í en A

rchena, durante la guerra. E

n dichos días yo era el v

igilante de las ob

ras del n

uevo

puente de hierro

que atraviesa el río Segura y qu

e un

e Archena con

El 'O

tro

lao', y

en

eso estaba ocupado y nada tenía qu

e ver con dichas m

uertes.

Por dicho

motivo, estuv

e en la cárcel acusado

con

una sarta de

falsedades que no había po

r dond

e cogerm

e… N

o sólo la ira y la

venganza cayó sobre

los

evangélicos, también fueron mucho

s encarcelados y otros fusilados por ser de izqu

ierdas, etc. C

on tantos

arrestos, detenciones y persecuciones, el grup

o de evang

élicos dejó

de reunirse y todas las Biblias y libros evang

élicos fueron escond

idos

y em

paredado

s por miedo

a un registro.

Estando

en la cárcel mi mujer m

e venía a ver, y cuand

o llevaba

un año

, una de las veces se encontró con Esteban, y ella, sabiendo los

favores qu

e yo le había hecho, e ignorando

el encontronazo que tuv

e con él, p

orqu

e a mi m

ujer no se lo

había dicho

, salud

ándo

lo le dijo:

- Hola, Esteban. –

éste, ásperam

ente le contestó:

- ¡Qué quieres!…

- Que m

e hicieras un aval para sacar a mi m

arido de la cárcel.

- Sí, haré uno, p

ero para que lo

fusilen!…

19

8.- JOSÉ GARCÍA SALE DE LA CÁRCEL

Com

o qu

iera que tod

os los informes que hicieron contra m

í todos eran m

entiras, m

e sacaron de la cárcel. Despu

és de tomarme

declaración y un

a vez fuera le dije al ju

ez:

- H

e estao

encarcelao d

os años, y

ahora salgo

sin

juicio

alguno

… ¿No hay ning

ún culpable del tiem

po que he pasao?, y el

culpable o lo

s culpables, ¿qu

edarán sin respo

nsabilidad?

Me respon

dió el ju

ez, q

ue era primer teniente:

- M

ire

uste

d, n

o le

pue

do c

onte

star

por

que

no s

é na

da. M

e lim

ité

en p

edir

un

info

rme

a Arc

hena

y fue

mal

ísim

o. V

olví

a p

edir

ot

ro

a M

urci

a,

a la

je

fatu

ra

dond

e us

ted

pert

enec

ía,

y fu

e in

mej

orab

le, y

sobr

e di

cho

info

rme,

le

ech

o a

la c

alle

. Por

que

a m

í no

me

impo

rta

la r

elig

ión

que

teng

a, y

o m

e ba

so s

obre

su

buen

a co

nduc

ta y

com

port

amie

nto,

com

o bu

en c

iuda

dano

que

no

ha h

echo

da

ño a

nad

ie, y

porq

ue h

a si

do r

espe

tuos

o co

n la

s ór

dene

s de

sus

je

fes, le

dig

o: ¡M

árch

ese!

Una vez en mi casa, al día siguiente m

e presento a la jefatura

en M

urcia y les cuento que he salío de la cárcel sin delito alguno

, qu

e, ¿a dónd

e me destinan?

El ingeniero se echa mano a la cabeza porque no sabía que

tenía qu

e hacer conm

igo.

Y le dije:

- Sólo tiene qu

e escribir la verdá, cóm

o me he portao durante

todo el tiem

po que estao al servicio de ustedes. Sólo decir la verdad.

Respecto a lo dem

ás, pu

ede escribir que era y soy protestante. S

obre

ese asun

to puede decir lo qu

e quiera. S

oy un hijo de Dios, porqu

e he

creído

en Él y nada m

ás.

- A

nos

otro

s no

nos

pre

ocup

a lo

que

cre

a o

deje

de

cree

r, lo

que

pasa

es

que

esta

mos

con

fuso

s y

en e

vide

ncia

, po

rque

tal

com

o es

tán

las

cosa

s, s

i qu

iere

n ec

harn

os, no

s ec

han.

Est

amos

pen

dien

tes

de u

n hi

lo, d

e lo

que

ellos

qui

eran

hac

er c

on n

osot

ros…

Con

tod

o escribieron un

informe bu

enísim

o, no lo pudieron

hacer mejor. Mandó

el escrito a Madrid, y al mes m

ás o m

enos, me

vino el traslado

fuera de la provincia de Murcia, y en el informe

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20

decía

el po

rqué me

destinaban lejos: Por desobediencia

a las

autoridades, y por tener extranjeros predicando en m

i casa la cual

estaba convertida en capilla…

Voy al Ayuntam

iento a pedir un

salvo

cond

ucto para ir a m

i traslado

, a la provincia de Alicante y me dicen:

- ¡Par

a ti n

o ha

y sa

lvoc

ondu

cto!

Me fui a Cieza y hablé con el juez que m

e había sacao de la

cárcel, y

le dije:

- M

e han destinao a la jefatura de Alicante, y en mi pu

eblo no

me qu

ieren dar un salvo

cond

ucto, etc., y el juez que era un

a person

a justa, dijo:

- ¿

Y q

uier

en q

ue e

l m

undo

se

arre

gle?

, de

est

e m

odo

no s

e pu

ede

arre

glar

...

Acto seguido le dice a un

sargento:

- H

aga

un s

alvo

cond

ucto

al

capa

taz

para

la

prov

inci

a de

Alica

nte…

No,

haz

lo p

ara

toda

Esp

aña.

Y a

sí m

e lo

hizo.

- Enton

ces

yo le dije:

¿Tendré

que

presentarlo

en el

Ayuntam

iento de Archena?

- N

o, n

o tien

e qu

e ha

cerlo,

ni

deci

rle

nada

a e

sos

incu

ltos

, só

lo ten

drá

que

ense

ñarl

o a

las

auto

rida

des

que

se lo

pida

n du

rant

e el

cam

ino.

La

gente

mala

y qu

e me

odiaba po

r ser evangélico, se

encargaron de difamarme en la jefatura de Alicante, pero el in

geniero

de M

urcia, con

el visto bu

eno del ingeniero jefe, me dio un

a carta

para que se la diera al ingeniero encargado de m

i nuevo servicio y

me dijo:

- A

unqu

e al

lí y

a sa

ben

de t

u bu

en c

ompo

rtam

ient

o en

el

trab

ajo.

Llego a la jefatura y pregunto po

r el ing

eniero encargado de la

carretera general de M

urcia Alicante Valencia. M

e presento ante él y

le enseño la carta a D. E

nrique el ing

eniero, y

él m

e dijo:

- A

hora

el e

ncar

gado

de

dich

a ca

rret

era

es D

. Seb

astián

. Y allí me

encaminé. D. Sebastián, era

una

person

a muy

campechana.

Le do

y la carta a D. S

ebastián, la lee y me dice:

21

- T

enem

os,

de s

us j

efes

, m

uy b

uena

s re

fere

ncia

s de

ust

ed,

ahor

a es

pero

que

no

nos

defr

aude

. ¿A

dón

de q

uerr

ía q

ue le

pusi

era

a trab

ajar

? - Lo más cerca de Murcia, a ser posible, le contesté.

Entonces pregun

ta a lo

s qu

e había en la oficina:

- ¿

Hay

alg

una

vaca

nte

cerc

a de

Mur

cia?

Le contestaron:

- Sí, la general de Murcia a Alicante. Entonces me dijo:

- M

ás c

erca

no

pued

e se

r. S

i la

gene

ral l

lega

ra h

asta

Arc

hena

, ha

sta

allí e

star

ía t

u se

rvic

io,

pero

la

gene

ral

sólo

lle

ga h

asta

el

lím

ite

de M

urci

a, y

se

debe

con

form

ar…

Allí m

e destinaron

y allí estuv

e hasta mi jubilación.

Me fui a vivir con toda la familia, qu

e no

éramos pocos, a

Redov

án, un

pueblo de A

licante. M

i madre había m

uerto pero m

i padre todavía vivía y mis hijos, m

i suegra estaba enferma…

Fue m

uy

difícil la vida en aqu

ellos días por la miseria que había y en aquellas

circun

stancias, h

abiend

o po

co qué com

er. M

i hijo m

ayor enferma y a

los po

cos meses m

uere… D

espués m

urió m

i padre y también otra

hija pequeña…

Fueron días de aprieto y de agobio, con la añadidura

de ser continu

amente vigilao…

Sección

II La po

sguerra. Los Sres. Aerni. (Año

s 40)

9.- SITUACIÓN DE LOS EVANGÉLICOS EN ARCHENA

Antes de la guerra, y sobre el año

1932 vino el misionero

evangélico D

. Juan A

erni d

esde S

uiza, con

33 años de edad, a

Madrid. Los hermanos de allí le recomendaron qu

e viniera y hablara

con

los misioneros de Cartagena, los Sres. Richard y

los Sres.

Holloway.

Después de cambiar im

presiones

con

ellos, éstos,

sabiendo

que al incipiente grupito de Archena, le vendría m

uy bien

una ayud

a, le pidieron qu

e viniera a dicho lugar. Lo qu

e así h

izo.

Los primeros m

eses los vivió en casa del Sr. G

arcía, y despu

és

de pasar un tiem

po con

los creyentes de Archena, se m

archó para

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22

Suiza, n

o sabemos si para un descanso o para qué, sob

re el año 19

34,

allí con

oció a D

. ª Betty O

rtlieb de la misma edad que él, viud

a de

D. Carlos Hurlburt, Jr, con el que se había casado

el 5 de enero de

1924. D

. Carlos murió en África cerca del Con

go, el 21 de marzo de

1931 d

onde el matrimonio estuv

ieron

como

misioneros. D

. Juan

Aerni se casó con D

ª Betty y juntos vo

lvieron para servir al Señor en

Archena.

Fue en ese tiem

po, qu

e los Sres. A

erni se fueron

a vivir a la

calle Calvario, 11, casa qu

e hacía y hace esquina con

la calle Eras, y

en el nú

mero 13

, vivía el matrimon

io sin hijos, Joaqu

ín Lóp

ez Lóp

ez

y Áng

eles M

engual Lóp

ez.

Los m

isioneros tenían reunion

es con

los niños, explicándo

les

pasajes de la Biblia, y Á

ngeles M

engu

al pegaba sus orejas a la pared

medianera para ver de escuchar lo que ellos enseñaban. De vez en

cuando

entendía alguna frase y se relamía queriendo saber m

ás. Vio

el m

odo

de entrar en amistad

con

los misioneros, y

se sentó

a escuchar lo qu

e ellos decían a los niños, hasta qu

e abrazó al Señor

como Salvado

r. Fue bautizada despu

és de la guerra civil española el

21 de mayo de 1949 en Cartagena.

Cuando em

pezó a correr rumores que se avecinaba un

a guerra

civil en España, la em

bajada Suiza avisó a los Sres. A

erni para qu

e regresaran a Suiza, p

ero ellos dijeron:

- L

o qu

e les ocurra a los h

ermanos d

e Archena, así no

s sucederá a nosotros...

Durante la guerra, los Sres. Aerni perdieron

tod

o contacto con

Suiza y por lo tanto toda la ayud

a econ

ómica que desde allí recibían,

llegando

a pasar verdaderas calamidades y muchas necesidades po

r qu

edarse y querer asistir a los po

cos creyentes que entonces habían.

Durante ese período, los creyentes se fueron reuniend

o en casa

de José García el Capataz, en El ‘O

tro lao’, unas veces, otras en la

casilla

de p

eone

s ca

min

eros en la carretera general 301

Murcia a

Cieza, que estaba cerca d

el cruce d

el empalm

e qu

e viene hacia

Archena,

y otras

dond

e po

dían,

según

las

circun

stancias se

presentaban.

23

Durante la gu

erra hu

bo mucha po

breza

y hambrun

a,

principalm

ente por

dos

razones, po

r lo menos. Primera: Los

alim

entos y anim

ales eran requ

isados para el ejército, y segunda, las

tierras eran abandon

adas y no se sem

braba.

Sob

re el año

1938, la Sociedad

Religiosa de los Amigos,

generalm

ente cono

cida como

Los Cuáqu

eros, (una comunidad

protestante), mandaron ayud

a para los españoles, que consistía en

leche en polvo

, azúcar, harina, etc. L

a leche venía en cajones de

madera, que m

edía por el exterior: 56

centímetros de largo, 52

de

ancho y cincuenta de alto. (56x

52x5

0) Por dentro estaba forrada de

hojalata don

de se hallaba la leche en po

lvo. [Tod

avía tenem

os en

casa varias cajas, de aquellos días, que llevan la siguiente inscripción

en do

s de los

laterales: POUDRE DE LAIT NON ECREME,

STÁNDAR, CUALITE EXQUISE, MARQUE LA BROUETTE,

FRICO LEEVWARDEN (HOLLAND), POID

S N

ET 50 KGR. En

el centro de la caja un doble círculo y en m

edio hay dibujada un

a carretilla] su traducción es com

o sigue: [LECHE E

N POLVO N

O

DESNATADA,

CALID

AD

EXQUISITA,

MARCA

EL

ACARREADO,

FRIC

O LEEVWARDEN (H

OLLAND), PESO

NETO 50 KGR] Los Cuáqu

eros con

certaron

con

Frico Leevw

arden

de H

olanda las facturacion

es para hacer llegar dichos alim

entos a

Archena para qu

e lo adm

inistraran lo

s Sres. Aerni.

Los Sres. A

erni, con ayuda de algun

os creyentes, todos ellos

con

delantales blancos, qu

e llevaban esta inscripción: Se

rvic

ios

Inte

rnac

iona

les, por arriba y po

r abajo:

Am

igos

Cuá

quer

os, b

ordadas

las letras en negro y haciendo

un círculo y lleva en el centro una

margarita bo

rdada

en do

s colores, rojo y

en negro,

(tod

avía

co

nser

vam

os u

no d

e di

chos

del

anta

les). Uniform

ados con

dicho

s delantales, batían la leche en polvo

con

agua, en sus justas m

edidas,

con la harina hacían pan, etc., e iban a los colegios, y a los niños,

según su peso y edad, les daban leche, p

an y cho

colate…

lo hicieron

con tan exagerada pu

lcritud y honradez el reparto, que no se les dio

más a lo

s hijos de lo

s creyentes...

El nombre de D

. Juan se hizo m

uy pop

ular en el pueblo, entre

la gente pob

re, ya que quitó bastante hambre y salvó la vida de

mucho

s niño

s… Pero igno

raba que cuanto más prestigio ganaba, m

ás

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24

odio acumulaba, por aqu

ellas person

as, q

ue no veían con bu

enos ojos

la fam

a que iban adq

uiriendo

los protestantes de buenos cristianos.

Es ho

y, despu

és de más de setenta años, que se le recuerda con

cariño

y gratitud. C

on sólo decir D. Juan, ya saben de quién se

trata…

En Archena, p

or aquellos días, se instaló un destacamento ruso,

como también una escuela de tanq

ues. Y

, un capitán del ejército,

tenía como ayud

ante, a un

gallego de Soaserra, (un

a aldea cercana a

la pob

lación de Puentedeume de la provincia de La Coruñ

a), qu

e se

llam

a, (pues tod

avía vive con 99 año

s) R

amón R

ico. A

la vez en

Murcia

capital,

se encontraba haciendo

el servicio militar, otro

gallego de Puentedeume, amigo y herm

ano en la fe de Ram

ón, m

ás

joven, M

anuel Molares, (que tam

bién vive, 92 años) éste a su vez

tiene como compañero haciend

o el servicio militar, a otro evangélico

de Salam

anca, Benigno

Gon

zález. Y al saber, am

bos, que

en

Archena había un grup

ito de creyentes, d

eciden venir a visitarles. D

. Juan les fotografía, jun

to a su espo

sa, Dª Isabel, al lado está Joaqu

ín

López L

ópez , e

l Ata

lías

de 54

año

s de edad y su esposa Áng

eles

Mengu

al Lóp

ez de 37

años, y dos jóvenes: Juan José V

idal Ibáñez

de 20 años y José Morales García de 15 años de edad.

10.- AÑOS DIFÍCILES PARA LOS EVANGÉLICOS

A finales del año

1939, unos ho

mbres vinieron desde Mula con

el com

etido de m

atar a D. Juan, porqu

e venían env

enenados de falsas

acusaciones contra él, no

sabem

os si eran policías secretas o quienes

eran. Llegaron a la casa y después de preguntarle si él era el tal D.

Juan y

éste contestarles afirmativam

ente, con

cierta aspereza le

dijeron:

- ¿Para qu

é y po

r qu

é ha venido a España y se ha ub

icado aquí

en Archena?

- V

inim

os p

ara

pred

icar

el Eva

ngel

io, la

Pal

abra

de

Dio

s y

hem

os e

stad

o da

ndo

alim

ento

s a

cien

tos

de n

iños

con

lec

he,

pan

choc

olat

e, e

tc.

Mientras D. Juan hablaba Dª Isabel oraba porqu

e había visto la

pistola del otro h

ombre qu

e encaño

naba a D

. Juan, aunq

ue éste

25

ignoraba la maniobra. Pero am

bos al escuchar la contestación de D

. Juan, los hum

os se desinflaron y le dijeron:

- M

ire usted, (enseñánd

ole las pistolas) vinimos con

el encargo

de m

atarle, p

ero vemos que no es la persona que nos pintaron. Adiós,

muy buenas. Y se marcharon

com

o vinieron

. Recién

term

inada

la gu

erra civil y

a prim

eros del 1940

metieron a la cárcel a los Sres. A

erni, dond

e pasaron hambre porque

el rancho era caldo caliente con algun

as alubias o garbanzos y nada

sustancioso. Á

ngeles M

engual, les llevaba lo poco que le daban los

vecino

s de A

rchena para ellos. Iba andando

hasta M

urcia, a veces

sola, otras

acom

pañada de su herm

ana

Aurora, la cual estaba

embarazada de la hija qu

e también llam

aría Aurora.

Una vez encarcelados los Sres. A

erni, descargand

o sobre ellos

toda la rabia e ira almacenada…

y a la vez le requisaron toda la

harina, leche en polvo, etc., víveres qu

e no

fueron repartidos ni dado

a los niños, sino qu

e se lo apropiaron los m

andamás del pueblo,

suministros que con

afán dilapidaron…

Pronto se vio en los ho

rnos

del pu

eblo, a las mujeres de los cabecillas, con panes am

asados con

la harina incautada.

Antes de entrar a la mazmorra, les registraron y a D. Juan le

quitaron

el cinturón del p

antalón, práctica qu

e suelen hacer con to

dos

los presos para que no

se pu

edan quitar la vida ahorcánd

ose, correa

que ya no se la devolvieron cuando ob

tuvieron

la libertad.

Salieron de la cárcel por intervención del suizo D. Guillermo,

gerente de la fábrica de con

servas H

ero de A

lcantarilla, y que a la

vez era cónsul de Suiza en Murcia, éste viendo a su compatriota que

se agarraba el pantalón con un

a mano po

rque se le caía, le dio su

cinto diciendo

: - T

oma

el m

ío,

pare

ce m

entira

que

con

tan

to b

ien

que

has

hech

o al

pue

blo

de A

rche

na, no

se

haya

n di

gnad

o en

dar

te n

i un

a co

rrea

...

Después de salir

de la cárcel,

los

Sres. Aerni fueron

deportados,

echánd

olos fuera

del

país…

La

causa: Por ser

comun

istas y no

sé cuantas mentiras más…

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26

Los primeros año

s después de la guerra fueron muy duros para

los evangélicos por las acechanzas continuas de las autoridades

civiles y también las religiosas, pero no por el pu

eblo llano

, el cual

tenía qu

e morderse la lengua al ver lo qu

e hacían con los llamados

protestantes, person

as bu

enas, trabajadoras y

honradas. Si algún

pequeño hacend

ado pensaba dar un

jornal a un

evangélico, no lo

hacía po

r las represalias que después podían venirle de los cabecillas

del pu

eblo. A

sí que fueron muchas las calamidades que tuv

ieron qu

e sufrir lo

s cristianos evangélicos en Archena.

11.- LOS CREYENTES SON ENCARCELADOS

En el año

1942, habían estado

reunido

s alrededo

r de la Palabra

de Dios, un

pu

ñado

de creyentes, en casa de Joaquín

Lóp

ez y

Ángeles M

engu

al. La pequ

eña reun

ión había term

inado, cuand

o de

pronto oyeron unos fuertes golpes en la pu

erta de la calle, el dueño

de la casa estaba en el aseo y poniénd

ose la correa salió para abrir la

puerta…

Sin m

ás delito qu

e ese, fueron apresado

s y llevados a la

cárcel de Mula en un camión.

La hijita de Joaquina G

arcía de M

orales de cuatro años, de

nombre Joaquina, lloraba sin consuelo al ver qu

e su m

adre se la

llevaban, d

ejando desgarrado el corazón de la m

adre…

Pero como no

habían robado, ni matado, sino qu

e su delito era po

r leer la Biblia,

pronto le dieron la libertad.

Sob

re el año 19

44, de nuevo y m

uy tím

idam

ente empezaron a

reunirse en la calle C

alvario, 13, y com

o no, en casa de Joaqu

ín

López y Á

ngeles M

engu

al. A

l principio, sólo se jun

taban para leer la

Biblia, libro prohibido

por las autoridades eclesiásticas. Más tarde,

los jóvenes Juan José Vidal y Josico Morales, tomaron la iniciativa

de predicar la Palabra de Dios, hasta llegar a cantar him

nos, porqu

e Josico M

orales tocaba la bandurria y el otro, Juan José Vidal, qu

e había

sido músico

en la band

a municipal, habiendo

tocado

el

clarinete, to

caba el v

iolín, sacando

la m

elod

ía del libro de m

úsica qu

e el m

isionero exp

ulsado

había dejado, pues D. Juan, en los C

ultos

27

acom

pañaba los

himnos

con

una

concertina,

una

especie

de

acordeón

. Corría el año 194

6, los creyentes, un

os dieciséis, la m

ayoría

mujeres casadas y algun

a de ellas con hijos en la cárcel desde la

pasada guerra, cuand

o ya empezaban a estar más confiados en las

reuniones, una noche, celebrando

un Culto al Señor, acom

pañado

s po

r los instrumentos ya no

mbrados, un

os vecino

s de corral les

avisaron

que el cura párroco, D. Francisco D

íaz, estaba en la pu

erta

esperand

o qu

e llegara la guardia civil, p

ara meterlos en la cárcel.

El párroco, creyéndose en la po

sesión

de la verdad, y además,

apoyado po

r la política del m

omento en la que ser español era ig

ual a

ser católico, pu

es Franco se había casado con la religión católica, de

tal m

anera qu

e era no

rmal hablar del n

acional-catolicism

o.

Para

justificar todas

las

atrocidades

y persecuciones

que

cometían contra lo

s evangélicos, y para acallar sus conciencias, sob

re

lo q

ue el Señor Jesús dice en la Sagrada E

scritura d

e: A

mar a

vu

estros enem

igos, los seguido

res del catolicismo tenían la siguiente

filosofía: La mala hierba, qu

e er

an los

pro

testan

tes, cuanto más se

limpie, m

ucho

mejor…

Así que el cura, dejándose arrastrar por esos

falsos con

ceptos, solía decir desde el p

úlpito de su ig

lesia:

- ¡A los protestantes hay que exterm

inarlos, y todo lo que esté

en m

i mano, lo haré! ¡Tengo la sartén agarrada del mango y m

ientras

me qu

ede em

puñadu

ra, les estaré dand

o sartenazos!

De mod

o, q

ue ahora, se encon

traba haciendo

guardia a la

puerta d

e la

s m

alas

hie

rbas

, para qu

e ningun

o de los que allí estaban

se m

archaran ni se escaparan…

Pero las m

ujeres que estaban en la reunión, aprovechando

que

había un

a pu

erta vieja en el patio de Joaquín y Ángeles, la pusieron

al revés, y los travesaños de la m

isma les sirvieron de escaleras y

todas se fugaron

al corral de Mª Jesús, la vecina colindante. En esos

mom

entos, la vecina no estaba en casa y tod

as ellas permanecieron

calladas esperando que llegara.

Cuando llegó la guardia civil, estand

o al m

ando el brigada,

cuñado

del cura, irrum

pieron

en la casa con el sacerdote…

¿Y qué

vieron

?, a dos jóvenes varon

es con

sus instrum

entos de m

úsica, a

Joaquina y al matrimon

io de la casa sentados tranq

uilamente con

sus

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28

libros de música abiertos y una Biblia, com

o de haber estado leyend

o y ensayando himno

s. D

espu

és de ojear la guardia civil y no ver a

nadie más, el b

rigada, en tono

enfadado dijo a su cuñado el cura:

- ¡Fra

ncis

co, p

ara

esto

me

hace

s ve

nir!

El cura sorprend

ido y sin saber qu

é decir, balbu

ceó diciendo

: - P

ues a

mí m

e ha

n as

egur

ado

que

habí

a m

ucha

gen

te…

A pesar

que

no vieron

nada, con

todo

, se llevaron los

instrumentos de m

úsica, los cuales fueron

confiscados y devueltos

meses m

ás tarde desde el juzgado de la ciud

ad de Mula, enton

ces

cabeza de partido judicial.

Cuando llegó la vecina del patio colind

ante a su casa, se asustó

porque oyó una voz que salía de su patio y que le decía:

- M

aría

Jes

ús, no

te

asus

tes

que

soy

fula

na…

qu

e ve

nim

os

huye

ndo

de la

cas

a de

Áng

eles

. La pobre mujer llena de pánico y sin saber lo qu

e se exp

resaba,

sólo atinaba a decir:

- ¡

Que

no

me

asus

te, q

ue n

o m

e as

uste

, y h

ay u

na m

ujer

en

mi

corr

al! ¿P

ero

cóm

o ha

ent

rado

? ¡H

ay, D

ios m

ío!

Lo que igno

raba, la inocente m

ujer, era, q

ue no había sólo una,

sino once…

Una vez que se tranqu

ilizó po

rque con

oció la voz de la

que le hablaba, abrió la puerta, y cual no

sería su asom

bro al ver a

tantas mujeres… La

descon

certada

vecina, se deshacía haciendo

pregun

tas de cóm

o y po

rqué estaban en su patio…

Una vez enterada

de lo ocurrido

, todas esperaron qu

e se hicieran altas ho

ras de la

noche para ir saliend

o de dos en do

s de una m

anera escalonada.

Pasaron

los m

eses y volvieron

a reunirse y a tener de nuevo

Cultos

al Señor. Por ese

tiem

po, Joaquina García

y Áng

eles

Mengu

al, casi todas las tardes salían a visitar a sus amistades para

hablarles del Evang

elio, y también visitaban a los enfermos para

darles una

palabra

de consuelo hablándo

les

del

Señor.

Eran

escuchadas d

e muy b

uena g

ana, p

orqu

e entonces las m

isas eran

dichas en latín y el pueblo llano no

se enteraba d

e la

misa

ni la

mitad

y

decía: B

urro

ent

ro y

bur

ro m

e qu

edo. D

e mod

o qu

e, cuand

o escuchaban los

relatos

bíblicos po

r estas

herm

anas qu

edaban

prendado

s po

r la dulzura de la Palabra de Dios.

29

12.- CONVERSIÓN DE FRANCISCO M

ARTÍNEZ Y SU

MADRE

Sería por el año 19

47 que m

i familia se trasladó

a vivir en un

a casa de alquiler en la calle Francisco Caravaca, la misma calle do

nde

vivía Joaquina G

arcía; ésta, com

o bu

ena evangelista, entabló pronto

amistad con mi madre, Dolores Sánchez Sánchez, y al poco tiem

po

se enrolaron habland

o del E

vang

elio.

Pasado

un año, cuando

yo tenía

diez años, escuchaba

a Joaquina habland

o con mi madre, y yo le seguía en su con

versación,

porque, aunq

ue era un niño

, conocía bastante la Biblia, la cual leía

muy asiduam

ente. Era una Biblia Infantil, de m

i madre, cuando ella

era joven, y que tod

avía con

servo. M

e gustaba leerla por los m

ucho

s dibujos que tiene hechos a plumilla, los cuales ilustraban muy bien

los pasajes.

Pero lo que no me gustaba era cuando

nos obligaban, en mayo,

a todo

s los escolares de tod

os los colegios, a ir a la iglesia católica,

de dos en do

s y en fila india, para rezar

las

flor

es a

Mar

ía…

en

cuanto el maestro se descuidaba, me

escapaba de la fila y

me

marchaba a casa, sabiend

o qu

e mi padre, Pedro José el hijo de la

tía

Juan

a la

del

pan

, com

o era cono

cido

, y que estuvo preso po

r el delito

de ser de izqu

ierdas, no m

e iba a reñir, pues había salido

arto de

religión

dentro de la cárcel…

Joaquina, al ver que yo la secun

daba a todo lo que ella decía,

con talante gracioso, d

irigiend

o la m

irada hacia mi m

adre dijo:

- V

aya

con

el m

ocos

o es

te, q

ue sab

e m

ás q

ue y

o…

Joaquina aprovechaba

cualqu

ier ocasión

para hablar a

mi

madre del Evang

elio. Me acuerdo qu

e en cierta ocasión, estando

mi

madre lavando

rop

a en un lebrillo, (pu

es no había agua potable en el

pueblo, n

i las calles estaban asfaltadas) estaba cerca de la puerta de la

calle bu

scando

el rayo del sol, p

ues era invierno, q

ue Joaqu

ina, con

la

gracia que le era peculiar, enseguida entabló conversación con ella.

Tam

bién recuerdo los debates qu

e tuvo

con

mi padre, el cual

no creía que D

ios existiera, pues estando prisionero en Mula, había

sufrido mucho

s deseng

años con los curas que le serm

oneaban a la

sombra y con ventilador, cuando los presos tenían que estar en el

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30

patio a pleno sol en los m

eses de julio y agosto…

y mucho

s caían al

suelo desplomados…

Mi padre me contaba cómo habían falseado el m

andamiento de

Dios qu

e dice: No matarás. El catecism

o qu

e le dieron a los presos,

decía: Matarás con justicia. C

laro está, la ju

sticia de ellos…

A m

i madre, cada día le agradaba m

ás y m

ás con

versar con

Joaquina. Era verano, y deseaba ir a la casa de los protestantes, para

escuchar la predicación del Evangelio. Un día, después de do

rmir la

siesta, ella se puso a m

ullir, a esponjar el colchón de lana y

al

extend

er la sábana, al otro lado

de la cam

a yo le ayud

aba. Y

estando

en este menester ella m

e dijo en dulce murcianico:

- P

aqui

co, ¿

quie

res ir

al c

ielo

? - !Claro que sí! Le contesté in

mediatamente.

- E

nton

ces

vend

rás

conm

igo

a un

a ca

sa d

onde

se

pred

ica

y se

en

seña

el m

odo

de ir

al c

ielo

Mi madre ardía en deseos de asistir a esa casa, pero le daba

cortedad ir sola, así que m

e llevó a mí d

e muleta…

Recuerdo, como

si fuera ahora

mismo, qu

e era

un jueves

cuando

fuimos, y al entrar vimos caras de complacencia y risueñas,

como dándon

os la bienvenida. No me fui y eché a correr, por m

i timidez. Porqu

e al ver un pu

ñado

de mujeres, todas de luto y con

velos en la cabeza y sólo un

viejo, qu

e era el dueño de la casa y do

s varones, m

ás o m

enos jóvenes, me figuré que lo qu

e allí se iba a

celebrar era un

rosario, algo qu

e detestaba, por lo repetitivo, sin

sentido y por lo vacío.

Siempre he sido alérgico a la rutina, inclusive en el colegio, si

el profesor miraba el libro para qu

e dijera la lección con

puntos y

comas, seguro que m

e po

nían un cero, pero si me dejaban decirla a

mi m

anera, sacaba bu

ena no

ta.

No m

e salí de la reunión

para no

llam

ar la atención ni p

ara qu

e todas las miradas se dirigieran sob

re m

í, así que decidí aguantar el

chaparrón diciéndome para m

is adentros:

- S

i es

ta e

s la

man

era

que

tien

e m

i m

adre

de

ir a

l ci

elo,

¡qu

e va

ya!, p

ero

a m

í no

me

coge

más

Estaba en esos pensam

ientos, cuando

se dio po

r em

pezada la

reunión, y para sorpresa m

ía, no se rezó el rosario, sino que me

31

dieron

un himnario, después anunciaron un

núm

ero y em

pezaron a

cantar…

Posteriormente el qu

e presidía h

izo

una oración. Y

o le

miraba con

los ojos abiertos mientras todo

s los tenían cerrado

s.

Estaba boqu

iabierto por tod

o lo que veía y escuchaba. H

ubo más

cantos y despu

és la predicación. T

anto m

e gustó, que al finalizar

pregun

té:

- M

añan

a, ¿

a qu

é ho

ra ser

á la

reu

nión

? - M

añana no

habrá reunión

, la tendrem

os el do

mingo por la

mañana

y otra po

r la tarde. Me

contestaron. Me

pareció

una

eternidad…

Ya no falté a ningun

a reun

ión

de los jueves n

i la d

e los

domingos, ni tampo

co m

i madre. Ella pron

to aceptó al Señor com

o Salvado

r, con

el consiguiente gozo. Y

o, com

o niño

, me manifesté

como creyente y pronto me un

í a las oraciones de la cong

regación

, aunque realm

ente m

i conv

ersión

llegaría sob

re lo

s trece años, cuand

o pasé uno

s días de angustia por el peso de mis pecados, hasta qu

e le

pedí perdón al Señor y fui liberado de ellos.

Recuerdo qu

e mi p

rimera oración en púb

lico fue:

- Se

ñor

hazm

e co

mo

Juan

Jo

sé y

Josi

co… qu

e eran los

predicadores.

13.- VUELVEN LOS SRES. AERNI A ESPAÑA

Amparado

s po

r el Fuero de los Españoles del 17 de julio de

1945 que decía:

Título I.

Deberes y Derechos de lo

s españ

oles

Cap

ítulo I

Artículo 3.- La Ley ampara por igual el derecho de tod

os los

españo

les, sin preferencia de clases ni acepción de p

ersonas.

Artículo 6.- La profesión y práctica de la Religión Católica,

que es la del Estado español, gozará de la protección oficial.

El Estado asumirá la protección de la libertad religiosa, qu

e será garantizada

por una

eficaz tutela jurídica que, a

la vez,

salvaguarde la m

oral y el o

rden púb

lico.

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32

Los Sres. A

erni creyénd

ose avalados y protegidos po

r dicha

Ley, regresaron

a España a finales del año 19

50 y se hospedaron

en

la pensión R

osales de Madrid, don

de estuv

ieron varios m

eses, para

poco a poco acercarse a Archena.

El 10 de enero de 195

1 partió a la presencia del Señor, Joaqu

ín

López, esposo de Áng

eles M

engual y fue enterrado

en el cem

enterio

civil,

que

de mod

o despectivo era

llam

ado

el

corr

al

de

los

desg

raci

ados

… porqu

e eso era lo que parecía: Un corral, ya que

estaba construido a la m

argen izqu

ierda del cementerio municipal;

tenía

una

puerta pequ

eña

de hierro, sin

comun

icación

con

el

municipal, do

nde crecían las hierbas y nadie cuidaba de lim

piarlas.

Se llam

aba po

pularm

ente así e

l co

rral

de

los

desg

raci

ados, porque

en él sólo se enterraban a los que se ahorcaban, a niños sin bautizar y

a los protestantes…

Después de la m

uerte de Joaqu

ín, los Sres. A

erni inv

itaron a la

Sra. Á

ngeles para qu

e pasara con ellos en Madrid un

as sem

anas para

después volverse al p

ueblo y a su casa.

14.- FRANCISCO Y EL CURA

En ese mismo año, 195

1, en el instituto don

de estud

iaba, tenía

como

profesores a

los do

s curas

del pu

eblo, el más joven, el

coadjutor, m

e daba latín y el párroco, D

. Francisco D

íaz, la religión

. Durante m

eses, cuando

la lección a dar decía algu

na m

entira, sobre

Lutero o sobre religión

, para mí era m

uy fuerte decirla y, para acallar

mi conciencia sobre dicha falsedad, solía decir: Se

gún

la lec

ción

, y

de ese m

odo

me introd

ucía. Igualm

ente cuando

se decía alguna

doctrina con

alguna barbaridad bíblica, decía

la asignatura

introd

uciend

o, seg

ún la

lec

ción

. El sacerdo

te, al cabo de lo

s meses se

dio cuenta y m

e dijo:

- Paco, ¿por qu

é unas veces m

e dices según la lección

y otras

no?

- Por

que

segú

n la

Pal

abra

de

D

ios

es es

to o

aque

llo…

Asombrado el sacerdo

te dijo:

33

- Pero, ¿es que tú

lees la Biblia?

- S

í, cl

aro

que

la le

o, c

ada

día.

- P

ero si yo qu

e soy sacerdote la tengo prohibida por m

is

superiores, y

sólo me dejan leer lo

s Evangelio y algun

a qu

e otra carta

de lo

s apóstoles, ¿cómo te atreves tú

a leerla?

- P

orqu

e la

Pal

abra

de

Dio

s es

par

a to

dos

noso

tros

y n

o cr

eo

que

Dio

s no

qui

era

que

no se

lea…

Él in

spir

ó a

sus sa

ntos

pro

feta

s y

após

tole

s, p

ara

habl

arno

s, n

o pa

ra q

ue s

e es

cond

iera

su

Pal

abra

de

noso

tros

Desde ese día, cada vez que m

i curso teníam

os que dar la

lección, era m

uy raro qu

e no

viniera con

algún dogma católico y m

e lo estam

para, m

as yo le respo

ndía:

- Per

o D

ios

dice

… lo qu

e le hacía enfadar. Cuando

me

pregun

taba algo, le con

testaba: P

ero

Dio

s di

ce…

El aula en la que estábam

os el tabiqu

e qu

e la dividía de las

demás, no llegaba al techo, así que nuestra conversación se difun

día

por las demás clases, porqu

e todo

s los alum

nos al saber que Paco

polemizaba con el párroco, se callaban de tal m

odo qu

e en el instituto

reinaba un silencio sepulcral, ningún

estud

iante quería perderse ni

una sola palabra de lo que hablábamos.

Aquello se hizo tan pop

ular, q

ue llegó a oído

s del director, D

. José Antonio Cam

puzano, m

uy amigo de m

i padre, p

or ser lo

s do

s de

izquierdas el cual m

e llam

ó y me dijo:

- Paco, he oído

decir, q

ue le faltas el respeto a D. F

rancisco…

- N

o se

ñor, lo

que

suce

de e

s qu

e él

me

preg

unta

cos

as d

e m

i re

ligi

ón y

yo

le c

onte

sto

con

arre

glo

a la

pre

gunt

a.

- ¿Es cierto lo

que m

e dices?

- S

í, as

í es. C

uand

o no

me

preg

unta

, no

pasa

nad

a, sól

o do

y la

le

cció

n, p

ero

si m

e pr

egun

ta...

- B

ueno

, me alegro que sea así y que no le hayas faltado

el

respeto al cura. M

árchate.

D. José A

nton

io, por ser de ideas con

trarias al régim

en, fue

destituido

com

o maestro nacional o del estado

y tuvo qu

e ganarse la

vida, creand

o un colegio p

ara niño

s, p

rimero

en u

na casa de su

madre, con mesas y sillas viejas y de mil colores…

De igual form

a,

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34

con el tiempo

, fund

ó también un instituto, para dar cobertura a sus

propios alum

nos. D

espu

és de mucho

s años, fue restablecido com

o maestro nacion

al en Jijona (A

licante) do

nde

fue

tan

querido

y respetado como en su pu

eblo natal.

15.- NUEVO ENCARCELAMIENTO

Los Sres. A

erni, por fin se deciden dejar M

adrid y la pensión

Rosales, para establecerse en A

rchena. En abril del años 1951 Dª

Isabel m

archó a los Estados U

nido

s y regresó en m

ayo del siguiente

año, pero D. Juan se quedó en Archena.

Y, cuando

estaba cerca

semana

santa, del año

1952, los

creyentes de A

rchena invitaron

a predicar a D

. Sebastián V

illar, el

cual vivía en Murcia. Era un orador m

uy m

ajo, con

ocido y qu

erido

entre los herm

anos d

e Archena p

orque en o

tras o

casion

es h

abía

estado

en Archena.

Pronto se corrió la voz que venía D

. Sebastián entre nosotros y

también en aquellos sim

patizantes que escuchaban de buena gana el

Evang

elio, para que vinieran a escuchar los bueno

s mensajes, que

con la ayuda del Señor, d

icho

hermano daba.

Llegó el día de la llegada de tan querido

hermano en la fe. En

aquellos d

ías, sólo

había un

autob

ús q

ue salía d

esde A

rchena a

Murcia a las ocho de la m

añana, volvía a las dos de la tarde. Salía a

las tres para vo

lver a las ocho de la no

che. Esta era la com

unicación

que había entre Archena y M

urcia po

r autobú

s. En el de la ocho de la

noche llegó D. S

ebastián y sob

re las nueve m

e acerqué para verle en

casa de la Sra. Áng

eles M

engu

al. Fui acompañado

de un

vecino de

mi calle y

a la v

ez com

pañero d

e estudios d

el instituto, Mateo

Cam

puzano García, él n

o qu

iso entrar por m

iedo a las represalias qu

e le pud

iera dar el cura párroco, D. Francisco D

íaz, el profesor de

religión

, y con

el q

ue, raro era el día qu

e no teníamos nuestros

enganches sobre la B

iblia. Entré a la casa, do

nde se celebraban los

Cultos y encontré en ella a varios creyentes qu

e habían venido, lo

mismo que yo, a saludar al inv

itado. V

arias de las señoras, trajeron

35

con ellas también a sus hijas con lo

s no

vios, q

ue no eran evangélicos,

ni las hijas ni los no

vios, pero enton

ces, las m

adres no dejaban a las

hijas con

sus novios a

solas, ellas o

algún

familiar debían de

acom

pañarles…

La dueña de la casa con

el h

uésped estaba en la mesa acabando

de cenar, salud

é al querido

hermano y le dije:

- V

oy a

mi ca

sa a

cog

er u

n bo

cadi

llo

y de

pas

o de

jaré

a m

i am

igo

en su

casa

, por

que

está

en

la c

alle

esp

erán

dom

e, y

a d

ecir

le a

m

i mad

re q

ue e

stoy

aqu

í.

Mi casa estaba muy cerca, pu

es vivía en la calle Francisco

Caravaca a do

s travesías de la calle Calvario, así que poco po

día

tardar. Dejé a mi am

igo en su casa, mi madre m

e hizo el bo

cadillo y

comiénd

olo po

r el cam

ino vine. Q

uise abrir la puerta, y vi. qu

e estaba

cerrada…

me extrañó, pero pensé: H

an ter

min

ado

de c

enar

y s

e ha

n ac

osta

do.

Pen

sand

o es

to,

me

fui

a m

i ca

sa y

me

acos

té;

pero

la

real

idad

fue

otra

16.- ¿QUÉ HABÍA PASADO?

D. Sebastián había terminado de cenar y Joaquina García le

dijo:

- L

a úl

tim

a ve

z qu

e us

ted

estu

vo c

on n

osot

ros

nos

ense

ñó a

ca

ntar

un

him

no y

no

lo s

abem

os m

uy b

ien,

¿po

r qu

é no

lo

cant

a y

noso

tros

le seg

uim

os p

ara

term

inar

lo d

e ap

rend

er?

D. Sebastián, todavía en la mesa y en la misma silla do

nde

cenó, em

pezó a cantar y los demás a seguirle. Ignorando

que, el

alcalde José Sánchez y el cura D

. Francisco D

íaz, se habían enterado

de su venida y en el corral inmediato, qu

e era del alguacil, Juan e

l Pic

alé, habían apostado

s cuatro policías mun

icipales para escuchar y

saber

cuando

em

pezaría

la reun

ión…

Así qu

e oyeron

cantar,

pensaron

que se estaba celebrando un

Culto y se plantaron en la casa

y, a la fuerza bruta, allanaron la vivienda los po

licías m

unicipales:

Alfon

so y Jesús, alias

los

Gal

lina

s, D

aniel y Federo, y con cierta

violencia

se los

llevaron a

todo

s al Ayuntam

iento…

Ante

tal

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36

atropello, D. Juan les

pidió

el mandamiento

judicial que

les

autorizara hacer sem

ejante atrocidad, y

la con

testación fue:

- V

osot

ros

no n

eces

itái

s ni

ngún

man

dam

ient

o ju

dici

al p

ara

llev

aros

a la

cár

cel.

¡Vam

os, v

amos

! Tod

o fue tan rápido que cuand

o vine de mi casa ya estaban en

el A

yuntam

iento, esperando

el autobú

s, de un

as veinte plazas, qu

e iba a llevar y a recog

er el correo del tren de Cartagena a M

adrid qu

e pasaba a las doce de la no

che, dicho

autob

ús, tam

bién llevaba y traía

si había algún

pasajero que llegara o fuera a coger el tren. A

sí que

tuvieron

que

esperar

que

el autobú

s llegara

para montarlos y

llevárselos a Murcia…

El chofer, Juan A

tenza

el M

onte

s, al ver el

panorama, y con

ociend

o a los detenido

s, de muy m

ala gana, con

dujo

el autob

ús hasta M

urcia.

Llegaron

a Murcia a más d

e la u

na d

e la m

adrugada y el

autobú

s se detuv

o a las pu

ertas del Gob

ierno Civil. P

ara el autob

ús y

empiezan a bajar “los presos” con los dos po

licías m

unicipales que

les acom

pañaron…

Los guardas que había a la pu

erta, asombrados al

ver un

as doce person

as, aporracean la pu

erta del G

obierno Civil,

pidiendo

refuerzos, p

ensand

o lo peor y pregun

tan:

- ¿

Qué

han

hec

ho e

sta

gent

e? La contestación

fue:

- ¡

Son

prot

esta

ntes

! Los guardias se m

iraron

, como diciendo

: ¡V

aya delito!

A las m

ujeres, todas juntas, las metieron en una m

azmorra

poniendo

en el suelo unas mantas qu

e José M

orales había cogido de

su casa, porque, Joaquina su espo

sa, se enfrentó con

la po

licía

municipal diciéndoles:

- ¡

Yo

no m

e vo

y a

la c

árce

l si

n na

da d

e ab

rigo

, po

rque

ya

cono

zco

ese

luga

r po

rque

ya

he e

stad

o!…

Y com

o no

se mov

iera del

lugar, el mun

icipal que hacía de cabecilla, m

andó

a otro municipal

que acom

pañara a José Morales a su casa y éste cuando llegó arrancó

las mantas de las cam

as y se las llevó…

porqu

e ese año la sem

ana

santa caía en marzo, y

hacía frío…

A los hom

bres, después de registrarles y cogerles las cuchillas

de afeitar y lo

s cinturon

es, los pusieron a todo

s en otra celda.

Entre los prision

eros iban dos niños, uno

, hijo de José Morales

y Joaquina, Antoñ

ico, de ocho años y

la sobrina

de Áng

eles

37

Mengu

al, de do

ce año

s, Aurora, pero para to

dos: L

a M

arqu

esa, com

o así la llamaba su tía. La niña se había venido

a vivir con su tía

después de la m

uerte de Joaqu

ín el esposo de Áng

eles, para qu

e no

se

sintiera sola. Nun

ca m

ás se separó de ella.

La policía no quería qu

e los niño

s du

rmieran en la cárcel, y los

querían llevar a una pensión

, porqu

e dijeron a Joaquina de Morales y

a Áng

eles M

engual:

- E

llos

no

han

com

etid

o de

lito

alg

uno…

pero la m

adre com

o la

tía les contestaron:

- N

i no

sotras tam

poco, pero nuestros hijos estarán a do

nde

nosotras estem

os, el mismo delito han com

etido ellos como nosotras.

Y allí p

asaron

la noche.

Pasada como un

a ho

ra, u

na de las mujeres, tuv

o ganas de hacer

una micción y llamó al guarda, dando

uno

s golpes en la puerta de la

mazmorra, éste vino y le abrió la pu

erta; al rato otra que llama…

de

nuevo el policía le abre para qu

e vaya hacer sus necesidades, al po

co

otra, y otra…

Cansado

el agente d

e tanto

ajetreo, les d

ijo

a las

mujeres:

- M

iren

, la

pue

rta

la d

ejo

abie

rta,

así

que

sal

gan

y en

tren

cu

anta

s ve

ces ne

cesi

ten…

Las m

ujeres ni los ho

mbres durmieron en tod

a la noche, la

pasaron cantando

y con

tand

o anécdo

tas.

Por la m

añana le traen el rancho y se niegan a comer com

ida de

ese lugar, así que arreglaron qu

e la M

arqu

esa saliera con la m

ujer de

la lim

pieza a comprar pan, sardinas y tom

ates, con el dinero qu

e le

dio D. Juan, y eso fue lo

que com

ieron.

Después fueron llam

ando

uno

a uno para tomarles declaración.

Mientras lo hacían, la

Mar

ques

a subía unas escaleras, se mon

taba en

el barandal de m

adera, y bajaba mon

tada en él com

o un rayo. Volvía

a subir y de nuevo a bajar, así estuvo

no se cuantas veces, de m

odo

que al secretario qu

e tomaba las declaraciones, lo puso nervioso y

mareado

de ver a la niña tirarse por el barandal; la llam

a y le dice:

- ¿

Cóm

o te

lla

mas

? Y ella, con la inocencia de una niña le

contesta:

- M

e llam

o Marqu

esa.

El fun

cion

ario jo

cosamente dijo:

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38

- ¡Vay

a, v

aya!

¿N

os h

emos

traí

do a

la M

arqu

esa

de A

rche

na?

Una vez to

mada la declaración

, todos de nuevo a los calabo

zos.

Llega la hora de la com

ida, y de nu

evo se niegan a comer el rancho

de la cárcel. Mientras tanto, D

. Guillermo, gerente de la fábrica de

conservas Hero de A

lcantarilla, y cón

sul de Suiza en Murcia, habló

con el G

obernado

r Civil para qu

e sacaran al súb

dito suizo, como

también a los dem

ás que eran gente sencilla, que nada habían hecho

para m

erecer tal arresto.

Com

o se negaron

com

er del rancho, le trajeron

com

ida del

Hotel Reina Victoria, el más lujoso de Murcia. Vinieron

dos

camareros con

dos cestas grandes con patatas fritas, leng

uado

s y

plátanos. Aurora, l

a M

arqu

esa, nos cuenta que fue la primera vez

que comió esa clase de pescado como también plátanos…

A la tarde

los echaron

a todo

s a

la calle, y

las jóvenes

aprovecharon

que estaban en la capital para hacerse un

as buenas

fotografías en Fotos Olga.

Al día siguiente en la BBC de Londres hubo un

com

unicado en

el que daba cuenta de la prisión de unos evang

élicos de Archena

(Murcia) en España. Lo

que, al parecer, disgustó muchísimo

al

ministro Gabriel A

rias-Salgado

del nuevo M

inisterio de Información

y Turismo surgido de la reorganización

del gobierno llevada a cabo

po

r el general Franco el 18 de julio de 1951

. El nuevo Ministerio se

creó con

el fin de atraer al turismo extranjero, y para ello debían dar

una bu

ena im

agen de libertad en España, y dicha difusión po

r la BBC

echaba a perder lo que tanto qu

erían lograr…

Con

todo

, precintaron el salón qu

e hacía de capilla en Archena,

pero no pudieron

precintar la casa porque era vivienda. La vivienda

consistía en una fachada de ocho m

etros y medio por dos cuerpos de

cuatro m

etros cada uno

de fondo. D

espu

és le seguía el patio. A

l entrar al patio y a mano derecha, había una habitación, que hicieron

los Sres. A

erni y

encim

a de ésta otra h

abitación

de las m

ismas

medidas que se subía po

r un

as escaleras por el patio. A

la izquierda

del corral h

abía una cocina en alto con su fregado

r.

Al penetrar al prim

er cuerpo, te encontrabas, con

un pasillo de

un m

etro y pico de ancho

, a la derecha, un

a pequ

eña habitación

de

39

dos metros de ancha por cuatro de larga; a la izquierda una gran

cortina que ocultaba los bancos, que en los días de Culto se decorría;

y el pasillo y el resto, despu

és de la cortina, form

aban el lugar de

adoración. Pues bien, lo qu

e precintaron

fueron

dichas cortinas,

precinto que respetamos, reun

iéndon

os en la habitación, ya descrita,

que daba al p

atio.

17.- UN DÍA DESPUÉS

A la mañana

siguiente, después de haber encerrado

a los

evangélicos en el Gob

ierno Civil de Murcia, ignorando lo qu

e había

pasado

, me levanto a las siete y media de la m

añana para desayun

ar e

irme

al instituto, y

mi madre, habiéndo

se enterado de todo

lo

ocurrido

, y pensando

que m

is com

pañeros de clase se bu

rlarían de

mí, me dijo:

- P

aqui

co, h

erm

oso,

no

vaya

s ho

y al

institut

o, d

esca

nsa…

Quedé sorprend

ido

por

la prop

osición

de mi

madre,

acostumbrado a oírla decir:

- ¡

Pac

o, a

lige

ra c

on e

l de

sayu

no q

ue s

e te

hac

e ta

rde,

ven

ga

rem

olón

!, e

tc. E

xtrañado

por su actitud le dije:

- ¡Si ho

y no

es festivo! ¿Por qué no he de ir? Pero ella seguía

insistiend

o y argumentand

o y yo cada vez más desconcertado

le dije:

- ¡Qué es lo que pasa esta m

añana para que m

e insistas tanto

para que no vaya a clase! Mi madre m

e tuvo

que decir la verdad, y

con cierta pena me explicó lo sucedido:

- E

s qu

e an

oche

se

llev

aron

a tod

os n

uest

ros

herm

anos

a la

cárc

el…

- ¿Y esa es la razón por la qu

e no quieres que vaya a clase?

¡Precisamente ho

y es cuando

me

toca dar religión con

el cura

párroco! ¡Vaya si voy

! Cogí mis libros y me marché. N

aturalmente,

todo los

estudiantes

sabían qu

e los

protestantes habían sido

encarcelados y se pregun

taban si yo también estaría con

ellos, de

manera qu

e cuando llegué, m

e rodearon

los am

igos y m

e dijeron:

- ¡

Pac

o, q

ué s

uert

e ha

s te

nido

que

a ti no

te

haya

n co

gido

! Y

les contesté:

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40

- Suerte la de mis hermanos, q

ue tienen el p

rivilegio de sufrir y

padecer po

r el Señor, se ve qu

e yo no era digno de tal favor…

Lo

dije tal com

o lo sentía.

Llega el cura, al instituto alegre y con cara de satisfacción

. Él

sabía qu

e yo no estaba en la lista de los apresados, pero qu

izás pensó

que yo no estaría en clase porque estaría acom

plejado…

entra a la

aula y

al sentarse me

vio

al frente suyo y

dirigiéndo

se a

mí,

balbuceando, com

o si estuv

iera ante un

tribu

nal, y con palabras entre

cortadas, m

e dijo:

- Y

o no

he

teni

do n

ada

que

ver

con

la d

eten

ción

de

los

prot

esta

ntes

, et

c., Y yo, un chaval con pantalones cortos y serio

como si fuera un juez le con

testé:

- A

mí, ¿qué m

e dice? Si es verdad o si es mentira, dond

e si

tendrá que dar cuentas un día, será ante el tribun

al de Dios. Y

a no

recuerdo

cóm

o transcurrió la clase.

Al día siguiente de salir de la cárcel, Joaquina, fue al m

ercado

de A

rchena, como cada día, para vender el jabón

que ella hacía, y

Alfon

so G

allina

al llegar al pu

esto de Joaquina cob

rando el impu

esto

de la plaza, al v

erla, le dijo:

- ¿

Tú,

aqu

í? Ella sonriend

o le contestó sin rencor algun

o:

- Sí, aquí estoy. M

e ha pasado a mí como a los recién casados,

que se les termina el dinero y tienen que acortar y aligerar su lun

a de

miel…

Al poco tiempo

, es decir, en m

ayo del 1952

, Dª Isabel vino de

los Estados U

nidos y no

los exp

ulsaron del país por tem

or a lo

sucedido

en la BBC de Londres….

Los Ser. A

erni com

praron

dos bicicletas para poder desplazarse

a Ulea, pueblo que dista de A

rchena unos cuatro a cinco kilóm

etros,

y después de haber sacado las matrículas para pod

er circular con

ellas, vino un

alguacil, mandado

por el Alcalde, q

ue se las retirara, lo

que hizo, llevánd

oselas. E

nton

ces era obligatorio poner matrículas de

chapa a las bicicletas, como im

puesto, con un núm

ero y el nom

bre

del mun

icipio. Enton

ces sacaron las matrículas en otro pu

eblo, de

modo qu

e pu

dieron usar sus bicicletas…

41

18.- BAUTISMO DE FRANCISCO MARTÍNEZ

Fui bautizado

en el Río Segura, justam

ente debajo del

Cem

enterio de V

illanu

eva el día 26 de julio del año 1953, un par de

meses antes que les fuera prohibido

a los Sres. A

erni salir de casa

durante cuatro m

eses, ya q

ue en

diciem

bre de d

icho año

fueron

arrojado

s del país custodiados y escoltado

s po

r do

s policías hasta la

frontera de Francia. Con

uno

de los ellos, el Sr. A

bril, hicieron m

uy

buena am

istad

y po

r mucho

tiempo

mantuvieron

correspondencia

con dicho agente. Allí se q

uedaron, en

Francia, pastoreando

una

iglesia de habla española en Beziers, (Herault).

Al año siguiente el 1

954, lo

s Sres. Aerni vinieron de cam

ping

a

Tossa de Mar (Geron

a) y allí invitaron a venir a la Señoras: Ángeles,

a Joaquina y a la Srta. D

olores C

ampuzano

. Despu

és de un

os días,

todos vo

lvieron a sus lugares de origen.

A finales del verano de 1954, cuand

o yo tenía dieciséis año

s,

Juan José Vidal, ya casado, y llevand

o él solo la responsabilidad del

grupo de hermanos, y habiendo

trabajado la campaña de la recog

ida

del albaricoqu

e, pud

o acum

ular y dejar algún

dinero para la familia,

porque tenía

pensado

irse a

Barcelona en bu

sca

de un mejor

bienestar, pues había pasado

una buena tem

porada sin trabajo y eran

cinco

de familia: el matrimonio, do

s hijos y

la suegra, la Sra.

Cándida A

rroy

o Cabezos. Por aquellas fechas, Josico M

orales había

sacado

plaza de cartero en M

adrid y allí quedó

. Dándose cuenta el Sr. Vidal qu

e dejaba a

la pequ

eña

congregación

sin quien la pastoreara ni la pud

iera atender, se fijó en

mí y du

rante ese verano

me estuvo

ent

rena

do para qu

e me qu

edara a

cargo de la comunidad. D

icho

adiestram

iento consistía en leer un

par

de him

nos du

rante el C

ulto, -p

orqu

e en

ese

per

íodo

de

tiem

po, no

ca

ntáb

amos

par

a no

lla

mar

la

aten

ción

de

las au

tori

dade

s- y a pesar

de ser estud

iante, leyendo

los h

imno

s, tartamud

eaba…

porque era

mucha la im

presión y em

oción qu

e me prod

ucía el estar delante de

todos…

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42

El Sr. V

idal, consciente del cargo que m

e daba y cóm

o me

dejaba, m

e acon

sejó:

- D

uran

te la

sem

ana,

te

lees

alg

ún a

rtíc

ulo

de l

a re

vist

a El

Cam

ino

y so

bre

eso

pred

ica,

si te

fal

ta tie

mpo

, le

es u

n pa

saje

por

aq

uí y

otr

o po

r al

lá, q

ue v

enga

bie

n al

tem

a...

Se marchó y así me dejó…

Llega el do

mingo, y todo

s están

mirándo

me

expectantes…

deseosas de oír lo qu

e iba

a decir.

Fielm

ente seguir el con

sejo de mi maestro, m

e leí la revista y m

e fijé

en un artículo que hablaba de (Isaías 53) y como una cinta casete

solté mi serm

ón… al term

inar, las viejecitas, todas ellas, m

e besaron

llenas de alegría, porqu

e seguro no esperaban tanto de m

í; pero yo

me fui a casa defraudado

y diciéndom

e:

- Si es así com

o se debe predicar, S

eñor, si eso es predicar, yo

lo dejo, no lo quiero…

Así de apesadum

brado

estuve uno

s días,

pesaroso y disgustado conm

igo mismo. Pero un día de esa semana,

haciendo

mi lectura diaria de la B

iblia, m

e encontraba leyendo

el

capítulo 15 de San Juan, que habla de la V

id verdadera. Me hizo

mucho

bien dicha lectura, y pensé:

- Si a mí me ha hecho

bien, tam

bién les hará a mis hermanos.

Así que arm

ado de tal pensamiento fui a la reunión

del dom

ingo, a

casa de la Sra. Á

ngeles.

En la habitación dond

e no

s reun

íamos, enfrente de la mesa qu

e no

s servía de pú

lpito, había una ventana que daba al patio y en él

había un

a fron

dosa higuera, la que me sirvió de bo

squejo. S

us hojas,

sus ramas, su raíz, etc., fui fijándom

e en ella y predicando

pensand

o como si la higuera fuera un

a vid…

No sé si lo hice bien o m

al, pero

me

sentí inspirado

y contento. Al term

inar, las

herm

anas me

volvieron a besar. Esta vez, m

e fui a mi casa satisfecho y diciéndo

le

a Señor:

- ¡Así sí m

e gusta predicar!

Pasaron

unas cuantas

semanas y

me

sentía agotado, era

demasiada carga para mí, ya no sabía qué decir en los Cultos, así que

le rog

aba al Señor que m

e la quitara.

D. Juan y D

ª B

árbara G

holdston

, misioneros am

ericanos, qu

e vivían en Madrid, nos visitaban unas cinco o seis veces en el año

.

43

Ellos pertenecían a la misión am

ericana TEAM la misma misión de

los Sres. A

erni. Al enterarse de la situación qu

e estábamos pasando

, contactaron

con

Juan José Vidal y

le acon

sejaron

se v

olviera

a Archena para hacerse cargo de la congregación

, qu

e ellos, de su

peculio, le ayudarían hasta don

de pud

ieran. Eso hicieron, pero igno

ro

el tiempo

que le estuvieron

ayudand

o ni la cantidad m

ensual que le

dieron

. Cuando vi al Sr. V

idal entrar a la casa de la Sra. Á

ngeles, sentí

un gran alivio y gratitud al Señor. N

o recuerdo

lo que le dije, pero de

alguna manera

le entregué el relevo al herm

ano, pero éste,

sabiam

ente m

e dijo:

- E

stá

bien

, per

o au

nque

yo

llev

e el

pes

o y

la r

espo

nsab

ilid

ad,

tú c

ada

dom

ingo

tie

nes

que

veni

r pr

epar

ado

para

dar

un

men

saje

Lo qu

e hice, h

asta el d

ía de ho

y.

D. Joaqu

ín Guerola Albaladejo de Barcelona, y

de la Asamblea

de la calle Pinar del R

ío, fue encomendado

a la Obra para servir al

Señor en Cartagena en el año

195

7. U

na vez en dicha ciud

ad, no

s hacía

frecuentes y

periód

icas visitas, sobre

todo

entre

semana,

dándon

os estud

ios bíblicos, con los que disfrutaba enorm

emente, y

de v

ez en

cuando, si h

abía algo

especial com

o presentacion

es o

bautismos, etc., la llam

aba y venía.

19.- LOS SRES. AERNI VIENEN DE VACACIONES

Los Sres. A

erni, vinieron

de vacacion

es a B

enidorm con una

tienda de camping, el verano de 195

7, y allí fuim

os m

ucho

s de los

creyentes a visitarles. Aprov

echand

o su estancia fueron

bautizadas

tres m

uchachas jóvenes: Anton

ia Lóp

ez, Joaquina M

orales y A

urora

Díaz, la

M

arqu

esa…

Despu

és, los Sres. Aerni se marcharon

al

pueblo de Beziers, do

nde tenían su ministerio. La comun

icación po

r carta era constante, pues ellos seguían teniendo puesto su corazón

en

España y muy

especialm

ente en Archena.

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44

Sección

III

Extendiendo

el Eva

ngelio.

Francisco

Martínez. (Año

s 60

) 2O.- REUNIONES EN LA ALGAIDA

Com

o qu

iera que sentía pasión

y celo por las alm

as, dond

e se

me presentaba la ocasión y me abrían la pu

erta, allí iba a hablar del

Evang

elio.

Josefa A

bad Martínez, de 57

años de edad, era una dulce y

preciosa cristiana, la cual vivía en los casones que hay más arriba de

las escuelas, -h

oy C

asa

de C

ultu

ra- en la A

lgaida, la pedanía m

ás

grande de Archena y q

ue dista desde el pu

eblo com

o un

par de

kilómetros. Fui de soltero y seguí h

aciéndolo después de casado.

No recuerdo si la Sra. Josefa me invitó a ir a su dom

icilio o yo

le dije algo, el caso fue que era invierno y en la pu

erta del casón

y

tomando

el sol, les predicaba a las vecinas mientras ellas remendaban

calcetines, pantalon

es, etc., y en el verano, cuand

o apretaba el calor

la reun

ión

la teníam

os dentro del casón, en el que

había

una

agradable temperatura al ser cueva cavada en la m

ontaña, etc. E

ra

por el año

195

5 cuando

tenía 17

año

s de edad. De las vecinas, una de

ellas se destacó por la sed qu

e sentía y ham

bre de la palabra de Dios:

Encarnación Jim

énez Borreguero, dos año

s menor que la Sra. Josefa

y que llegó a aceptar al Señor com

o Salvado

r.

Muy cerca, vivía Mª Dolores G

il M

oreno, la

Villa

rosa

, de 60

años de edad, conv

irtiéndo

se al Señor por dichas fechas, fue un

a ferviente y fiel creyente, que despu

és venía a los Cultos de A

rchena

regularm

ente a pesar del rechazo al E

vangelio de la fam

ilia.

Recuerdo qu

e un

dom

ingo

de diciem

bre, estaba cayendo copo

s de nieve

y hacía

un frío horrible,

frío al qu

e no

estamos

acostumbrados en esta región, que ella, vino al Culto liada en su chal,

cuando

mucho

s que vivían cerca y en Archena, no vinieron

Más tarde seguí teniend

o reun

iones do

s veces a la sem

ana, en

la A

lgaida. Esta vez hacíam

os las reuníam

os en

casa d

e la S

ra.

Dolores M

oreno Abad, l

a O

jito

s, apo

do que le venía del marido.

45

Com

o no

era m

ucha la distancia desde Archena a dicha aldea, el

recorrido

lo hacía

andado

y

después

de casado

, también me

acom

pañaba m

i espo

sa hasta con los embarazos bien adelantados, y

siem

pre nos acom

pañaba el S

r. José

el C

apat

az.

Com

o todo

s los años, el día uno

de no

viem

bre, predicaba en

los cementerios civiles de Ulea y Archena, p

ero este año 197

3 con la

novedad, que en Archena habían derribado la pared intermedia que

separaba el cementerio mun

icipal del civil, lo que dio lugar para que

más personas escucharan el m

ensaje evangélico.

En junio de 197

4 nuestra mem

bresía era de un

os 40 miembros

comulgantes y teníam

os 5 reuniones sem

anales.

En junio de ese año escribía a las Asambleas qu

e comunicaban

con el Fondo

de Evang

elización, -Fon

do que reparte equitativam

ente

entre los Obreros lo qu

e recibe de las iglesias-: L

a Alg

aida

es

una

alde

a do

nde

hay

un g

rupo

de

crey

ente

s qu

e pe

rten

ecen

a la

igle

sia

de A

rche

na, p

ara

tene

r Cul

tos

de e

vang

eliz

ació

n. E

n es

te lug

ar, c

asi

todo

s lo

s añ

os te

nem

os la

ben

dici

ón d

e al

gún

conv

ertido

.

21.- SE INCIAN CULTOS EN ULEA

En Ulea, por el año 19

35 había un solo creyente, el tío Ángel

Yépez,

(tío

, en

vez

de

seño

r, e

s la

man

era

cariño

sa c

omo

en l

os

pueb

los

de l

a re

gión

de

Mur

cia

se s

uele

n llam

ar a

las

per

sona

s m

ayor

es) el cual lucía un

a herm

osa barba, barba que parte de ella le

fue arrancada con un

as tenazas de carpintero, después de la gu

erra,

por ser evangélico.

Después d

e la m

uerte de este singular p

ersonaje, do

s hijos

suyos siguieron su fe: José y Luisa Y

épez M

artínez; ella se casó con

Cirilo Carrillo Ram

írez y tuv

ieron sólo una hija la que pusieron po

r no

mbre Rosa. Estos venían cada dom

ingo a reunirse para los Cultos

en Archena, a la casa capilla de Ángeles M

engual López, y

lo hacían

andand

o los casi cinco kilóm

etros.

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46

José Y

épez, e

l Abu

elito, en tiem

pos pasados fue un alcohólico,

siendo

sus borracheras continu

as, y el día que estaba sereno

, hablaba

como

si siempre estuviera ebrio. D

e vez en cuand

o, v

olvía a la

bebida...

Su casa era pequeñísima, de unos cuatro po

r cuatro m

etros,

allí estaba la cocina y el com

edor y cinco peldaños de la escalera

que cond

ucía a u

n par de d

ormitorios pequ

eños. La casa estaba

emplazada al pie de la m

ontaña de Ulea, y para ascender a la misma,

había qu

e subir un

a bu

ena cuesta. Cuesta qu

e hacía casi imposible

alcanzar la vivienda, cuando llovía, y

a que qu

edaba muy resbaladiza.

Todos los hijos estaban casados m

enos uno

que vivía en Francia. La

esposa estaba paralítica y con

valecía en la cocina-comedor...

Cirilo, su cuñado

, vivía en la calle Ram

ón y C

ajal, con un

a bu

ena casa, tenía un comedor m

uy espacioso. É

l era fuertote, a pesar

de su edad, p

ero tosco de carácter.

Un servidor llevaba m

eses orand

o al Señor para qu

e me diera

la opo

rtunidad de po

der celebrar Cultos en dicho pueblo. Nadie sabía

que yo estaba orando

por Ulea, ni A

urora mi p

rometida.

Un domingo del año 195

8 po

r la m

añana, despu

és del Culto de

comun

ión, José

el A

buel

ito m

e dijo:

- P

aqui

to, (no

se porqué, los de Ulea siem

pre me llam

aron así)

quie

ro q

ue v

enga

s a

mi

casa

a p

redi

car

el E

vang

elio

… (Siguió

hablando

pero no le escuchaba, porqu

e po

r dentro di un

grito tan

grande, qu

e no

sé como el hermano no lo oy

ó, pues decía a Dios:

¡¡Señor, n

o, en la casa de un bo

rracho

, no!! Aunqu

e en m

is oracion

es

nunca le dije a Dios, audiblemente, que me concediera la casa de

Cirilo, pero sí en mis pensamientos… José seguía habland

o y yo

ensimismado con mi lucha…

Despu

és recapacité y me dije: Estoy

orando

por U

lea, nadie lo sabe, y

el Abu

elito me da la oportunidad al

ofrecerm

e su casa…

¡Tú sabrás lo qu

e haces, Señor, porque si Tú lo

quieres, no seré yo qu

ien lo estorbe!

Así que terminam

os de hablar, quedam

os que tal día de la

semana iría. Fui en mi bicicleta y

el A

buel

ito había reun

ido a un

os

amigos y

me

vine muy feliz

a casa po

rque todo

s ellos habían

escuchado con mucha atención.

47

Por esas fechas trabajaba com

o panadero y las tarde las tenía

libres, p

udiend

o usarlas para tener Cultos y para hacer visitas y ver a

la nov

ia.

Resultó, q

ue por estar apartada la casa de la vista de la gente, al

encontrarse al pie de la m

ontaña, adem

ás había m

uy poca luz en la

calle…

todo ello favorecía para qu

e, los hom

bres que venían pasaran

inadvertidos; algo q

ue h

ubiera sido

impo

sible en casa de C

irilo,

porque en esos días no

había libertad religiosa, d

e modo, que algun

os

varones se atrevieron a venir para escuchar el Evangelio, ya que les

resultaba ser muy atractivo

, porque cuand

o iban a m

isa, com

o se

decía en latín, no

se enteraban…

así que los cinco peldaño

s de la

escalera que había en la cocina-comedor, les servían de asientos para

los qu

e venían a la apartada casa de la m

ontaña.

Al poco tiempo

la espo

sa de José testificó conocer al Señor

como Salvado

r. E

n ese tiem

po m

e casé con

Aurora, quedándon

os

unos m

eses en Barcelona estud

iand

o con los Sres. Trenchard.

Al pasar los meses y los años, el grup

o fue creciend

o, y tuv

e la

necesidad

de llevar a

mi esposa en la motocicleta para que

se

acercaran mujeres, po

rque hasta el mom

ento, todo

eran varones los

que se reun

ían, arriesgánd

onos a

ser multado

s, porque entonces

estaba prohibido

llevar una person

a en una m

oto de 49 centím

etros

cúbicos.

Mi espo

sa cono

cía

a muchas mujeres de Ulea, po

r haber

trabajado con ellas en la fábrica de conservas E

l G

rillo, de manera

que al grupo se fueron

añadiendo también señoras…

Después d

ecidim

os d

e hacer las reun

iones cada sem

ana en

casas distintas, rotativam

ente, con el fin de poder alcanzar a otros

vecino

s.

Por ese tiempo

, ya habían varias fam

ilias conv

ertidas: V

icente

Rodríguez L

ópez, su esposa Delfina G

arro y sus cinco hijos, do

s casadas y los demás solteros; José Cascales Ayala,

el s

ordo

; José

Miralles Maure, su esposa María Jesús L

ópez y de los seis hijos

cuatro aceptaron

al Señor; Vicente M

iñano López, su espo

sa Carmen

López, de sus cinco hijos, sólo con

oció al Señor com

o Salvado

r su

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48

hija Isabel;

Joaquín

Torres

Valero; Carlos

España

Abenza;

Ascensión Lóp

ez Abenza; etc.

En noviem

bre de 196

7 ya habían 18

miembros com

ulgantes y

varios para bautizar.

22.- CAPILLA DE ULEA

Pasaron

los año

s y la O

bra en U

lea fue creciend

o. H

abía un

buen grupo

de creyentes y muchos niño

s. U

no de los creyentes: José

Miralles Maure, tuvo necesidad de hacer obras de reform

a en su casa,

que se encon

traba entre do

s callejon

es (y ning

uno tenía mas de metro

y medio de ancho) en la calle Ram

ón y Cajal, 2

7 y al tirar un

tabiqu

e,

empu

ñó su moto y me vino a ver, m

uy emocionado

y contento. Entra

a mi casa y después de salud

arme me dice:

- P

aqui

to, ve

n a

mi ca

sa q

ue q

uier

o en

seña

rte

algo

. No me

dice el qu

é. L

e acom

paño

ignorando

lo

que me quería enseñar,

llegam

os a su casa y m

e dice:

- ¿

Qué

ves

? No le digo nada, p

orqu

e lo que veo era un mon

tón

de escom

bros, y

me vu

elve a decir:

- ¿

No

ves

una

herm

osa

capi

lla?

Y es qu

e, al tirar el tabique

quedó un

hermoso salón y al verlo, pensó dedicarlo, él y su esposa

María Jesús L

ópez al Seño

r, y así se hizo, llenado muy bien las

necesidades para las reun

iones.

Dieron, dicho m

atrimon

io, lo m

ejor de su casa para que allí se

celebraran los Cultos. Al saberlo los creyentes de Ulea, tod

os lo

s qu

e pu

dieron

y algún

que otro de Archena, con

mucha ilusión

hicim

os un

bautisterio

y ayud

amos en

los trabajos d

e albañilería y el 21

de

septiembre de 1969 inauguramos el local muy con

tentos de tener un

lugar digno do

nde tener las reun

iones.

Mientras tanto, un servidor, seguía teniend

o respon

sabilidad,

en los C

ultos de A

rchena, la A

lgaida y

Ulea y

alguna q

ue o

tra

reunión en casas. Estaba tan absorbido en tantas reuniones, que no

tenía

tiem

po para otros

menesteres, y

tuve qu

e plantearme

la

necesidad de dedicar to

do m

i tiempo

para el Señor y su Obra.

49

23.- PRIMEROS BAUTISMOS EN ULEA

El 22 de agosto de 19

71, celebram

os el prim

er acto de

bautismos, qu

e resultó

todo

un

acon

tecimiento, v

iniend

o muchas

person

as in

conv

ersas.

El 8

de octubre de 197

2 vo

lvim

os a tener bautismos

Por u

na carta escrita en jun

io d

el año 1

974

escrita a un

a Asamblea de Barcelona, entre otras cosas decía: E

n U

lea,

hay

una

pe

queñ

a Asa

mbl

ea d

e un

os 2

0 m

iem

bros

com

ulga

ntes

a p

esar

de

sufrir

una

san

gría

em

igra

tori

a ha

cia

Alic

ante

de

tres

fam

ilia

s co

n un

to

tal

de 8

mie

mbr

os co

mul

gant

es y

9 ni

ños. Ten

emos

4

Cul

tos

sem

anal

es.

Cad

a do

min

go p

or l

a ta

rde

esto

y co

n el

los

porq

ue s

e re

únen

dos

hor

as m

ás t

arde

que

en

Arc

hena

, y

cada

15

días

est

oy

con

ello

s en

el

C

ulto

de

C

omun

ión…

Pero

la em

igración fue

mermando la mem

bresía, de mod

o que, el do

mingo día

03 de

noviem

bre de 1996 se tuvo el últim

o Culto de la C

ena del Señor,

oficiado

por el maestro de escuela: José Antonio R

obles. A

sí que

para que no sintieran solos y po

r el bien de todos, se decidió que los

herm

anos de Ulea se reunieran en Archena, puesto que no es m

ucha

la distancia y todos los m

iembros que quedaban, tenían medios de

locomoción.

24.- REUNIONES EN LA SERRETILLA Y LA ANCHOSA

La

Serretilla

se encuentra

muy cerca

de la po

blación

de

Archena. Es un

mon

tículo lleno de casones, es decir: casas cueva

donde po

r varios m

eses m

antuve reunion

es. U

na anciana se conv

irtió

y al poco tiem

po se marchó con su hija que residía en Francia,

La Ancho

sa es un

grupo

de casas qu

e se hallan en m

edio de la

huerta. Fui m

uchas veces a predicar el Evang

elio a la familia del Sr.

Ruiz…

Don

de quiera qu

e veía interés allí estaba…

Cada vez estaba

más inv

olucrado

en tantas reuniones en la sem

ana, que m

i madre se

puso enferma y no veía la opo

rtunidad de po

derla visitar…

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25.- JOSÉ EL CAPATAZ CUMPLE LOS 65 AÑOS

En el año

195

8 el Sr. G

arcía, fue retirado po

r su edad como

capataz de carreteras, viniénd

ose a vivir a su pueblo natal y a su casa

del O

tro Lao en Archena.

Desde que fue trasladado a la provincia de Alicante, nun

ca

volvió a reunirse con no

sotros en Archena ni d

urante sus vacaciones.

Su espo

sa m

urió en el año 196

0, y fue enterrada por el rito

católico rom

ano.

Me acuerdo qu

e sin cono

cer al Sr. José

el C

apat

az, p

or m

ucho

s años, estuve orando po

r él para qu

e volviera, y lo hacía, po

rque fui

contagiado por las peticiones que m

is hermanos hacían po

r él en cada

Culto de oración, además de hacerlo en sus casas. Los hermanos m

e hablaban m

ucho

y bien de él, por lo que no podía entend

er, ¿el po

r qu

é, siendo un

hermano tan fiel, aho

ra que estaba retirado

, no venía a

las reun

iones?…

26.- NOVIAZGO DE FRANCISCO CON AURORA

Aurora

Díaz

Mengual,

la

Mar

ques

a, era

una

muchacha

hacend

osa y vivaracha y yo intentaba por tod

os los m

edios, echarle

un cable, como se suele decir, a mi prim

o, A

ntonio Sánchez Q

uiles

para que se hiciera no

vio de ella. M

i primo po

r su timidez no le decía

nada a la joven, pero ésta, viendo

mi intención de juntarlos, hacía

todo lo posible por evitar que se prod

ujera dicho acercamiento, no

por nada, sino

porqu

e no

quería darle falsas esperanzas a mi prim

o,

pues ella con sus diecisiete año

s, estaba enam

orada de Paco, o sea, d

e un

servidor, hacía uno

s años, llevándo

lo en secreto, y lo disimulaba

muy bien…

Le hablaba y la elogiaba a mi pariente de Aurora, lo valiosa

que era como mujer y com

o cristiana, etc., tanto la ensalcé que, sin

darm

e cuenta fui y

o el q

ue m

e enam

oré de ella. ¿Cóm

o me di

cuenta? Fue del m

odo siguiente:

51

El jueves día 24 de ju

nio de 195

7, había Culto de oración y po

r fin mi prim

o logró sentarse al lado

de ella y cuand

o los vi juntos, en

vez de alegrarme, tu

ve celos…

enton

ces me dije:

- ¿Qué m

e pasa? ¡Pero si estoy com

pletam

ente prendado de y

por ella!

Sencillam

ente resultó que tanto alabé sus virtudes, que terminó

gustándo

me…

Así que, me propuse hablar con ella al día siguiente,

viendo

que a ella mi p

rimo no

term

inaba de convencerle.

Meses antes había

estado orando a

Dios qu

e, cuando me

enam

orara de una m

uchacha qu

e ella fuera la mujer de mi vida. Así

que oré antes y le dije al Señor:

- S

i ha

de

ser

Aur

ora

mi es

posa

, te

pido

Señ

or q

ue a

l pe

dirl

e si

qui

ere

ser

mi

novi

a, q

ue e

lla

dig

a qu

e sí

, y

si m

e di

ce q

ue n

o,

aunq

ue s

ea p

or tim

idez

o c

oque

terí

a, e

nten

deré

que

no

es la

muj

er

que

me

conv

iene

Y, con dichos pensamientos y en la con

fianza de lo que le

había prom

etido a Dios, fui a encon

trarla a la salida del trabajo…

La

saludo

y sin rod

eo algun

o le digo si quiere ser mi no

via…

Sabía que

así y de pronto, sin haber habido antes ning

una clase de galanteos,

era pedirle demasiado

… pero así fue.

Ella, esa m

añana, arreglando su cam

a, antes de ir al trabajo,

hizo la siguiente oración

: - S

eñor

, llev

o añ

os p

idié

ndot

e qu

e Pac

o se

ena

mor

e de

mí,

¿cuá

nto

tar

dará

s en

con

cedé

rmel

o? Y

aho

ra, ¡Paco está pidiénd

ola

en nov

iazgo!, como femenina, se vio tentada a darle algún pretexto,

pero pensó en la oración

de la m

añana y…

dio el sí…

Entonces le dije:

- N

o di

gas

nada

a n

adie

, no

sea

que

cul

pen

a tu

tía

de

lo

nues

tro,

esp

era

que

yo lo

diga

en

la r

euni

ón d

el d

omin

go p

ara

que

todo

s ve

an la

car

a de

sor

pres

a qu

e po

ne tu

tía.

Pues no

quería qu

e nadie pensara mal de la Sra. Ángeles, ya

que po

r su parte no había habido

ninguna especie de arreglo. A

quedam

os.

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Así se hizo, el dom

ingo

. Despu

és de la reunión, di la noticia

que Aurora y yo éramos nov

ios…

tod

os se sorprend

ieron, y ¡cómo

no! la tía también, y

a qu

e nu

nca antes vieron

en nosotros galanteos ni

cortejos de ningun

a clase, pud

iendo comprob

ar lo

s creyentes qu

e ella

no tuv

o nada que ver en nu

estro comprom

iso. Y

o tenía diecinueve

años, cuando no

s hicimos nov

ios y ella diecisiete.

27.- LA SRA. ÁNGELES VENDE LA CASA

Era a m

ediado

s del año 1958

, cuando

la Sra. Ángeles decidió

vender su casa. Ella tenía un

a fístula degenerativa en una nalga y

debía op

erarse y, com

o no

poseía haberes para p

oder h

acerlo y

apremiaba el tener qu

e ser intervenida, sintiéndo

lo m

ucho

, decidió

venderla, ya que era lo único que tenía…

Al saberlo los creyentes,

quedam

os desolados, po

rque la pregun

ta era: Si

la

vend

e, ¿

a dó

nde

nos re

unirem

os? De manera qu

e estábamos m

uy preocupados.

Por esa fechas, vinieron a visitarnos, como ellos solían hacer,

los Sres. G

oldston, los m

isioneros, y les con

tamos el prob

lema, al

cual ellos le dieron solución…

Com

praron

la casa en 75.000

pesetas,

para pagarla poco a po

co dando

un dinero a cuenta cada m

es, con el

fin

que

la Sra. Áng

eles tuviera

lo suficiente y

ellos

pudieran

hacerlo…

Sabem

os que los Sres. G

oldston no lo hicieron

por el logro de

aprovecharse de la ocasión

y así tener una casa en propiedad, sino

qu

e actuaron

de ese mod

o para pod

er ayudarnos a salir del atolladero

donde no

s encontrábamos, po

rque una vez terminada de com

prar la

casa n

os la ofrecieron

a la pequ

eña iglesia para q

ue n

osotros la

volviéramos a com

prar…

lo que hicim

os con

mucho

s sacrificios.

La Sra. Á

ngeles al saber que la casa sería en un futuro para los

creyentes, la vendió a mitad de precio.

Después de algún tiem

po dijim

os a la Asamblea que teníamos

que recuperar la casa comprándosela a los Sres. G

oldston. A

sí que

las prim

eras m

il quinientas pesetas que entregam

os fue el uno de

abril de 1959. La mayoría de la con

gregación se com

ponía de viudas

y gente sin recursos, algun

as de ellas dijeron:

53

- ¿

Qui

én la

verá

pag

ada?

¡El Señor no perm

itió que ninguna

de esas viejecitas m

uriera sin ver q

ue la propiedad ya era d

e la

iglesia! L

a deud

a se fue amortizand

o poco a poco y se terminó de

pagar el 26 de noviembre de 1967, a D

ios gracias; a los nueve año

s después de ser vendida.

28.- EL SR. GARCÍA VUELVE A LOS CULTOS

A primeros del 1961 el Sr. Guerola, q

ue nos visitaba un

a o do

s veces cada m

es, quitó los precintos de la gran cortina que dividía la

entrada

de la casa con

el salón

de Cultos, y

una vez

quitados

empezamos a reunirnos en la capilla, dejando de juntarnos en la

habitación pegada al patio. Tam

bién n

os propuso

de tener un

os

Cultos especiales de Evangelización, los cuales se llevaron a cabo

a

prim

eros de junio de dicho

año. Los tiempo

s de la dictadura iban

cediendo

. Joaquina de Morales se encontró por una calle de Archena al

Sr. García y hablando

con

él le invitó a venir a lo

s Cultos qu

e íbam

os

a tener de evang

elización, entregánd

ole la invitación qu

e para la

ocasión habíam

os impreso. É

l aceptó y cuando llegó el día vino y

disfrutó m

uchísimo en to

das las reun

iones qu

e se celebraron.

Después haber celebrado

de los Cultos de evangelización, el

siguiente do

mingo por la tarde, antes de em

pezar la reunión, no

s pidió el Sr. G

arcía decir un

as palabras a la con

gregación, le dijimos

que no

había ningún inconv

eniente, pero qu

e habían personas en ese

mom

ento que eran simpatizantes y no entend

erían sus palabras, qu

e lo dejara para el siguiente dom

ingo

por la m

añana en el q

ue to

dos los

congregados éram

os m

iembros com

ulgantes, que entonces dijera lo

que

tuviera

que

decir. Así lo hizo. Cuando

la reun

ión

acabó,

anunciam

os que el Sr. José el C

apataz quería decir unas palabras…

él, con

lágrim

as en los ojos y m

uy emocionado

dijo:

- Q

ueri

dos

herm

anos

, qui

ero

pedi

ros

perd

ón p

or los

vei

ntid

ós

años

de

sile

ncio

Yo,

al ig

ual qu

e el

hijo

pród

igo,

de

la p

aráb

ola

del c

apítul

o qu

ince

del

Eva

ngel

io d

e S.

Luc

as…

he

estad

o co

mie

ndo

alga

rrob

as,

todo

s es

tos añ

os, t

enie

ndo

abun

danc

ia d

e pa

n…

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Para todo

s los reun

idos, fue un día de m

ucho

gozo. N

unca m

ás

dejó de asistir a las reun

iones, hasta el d

ía de su m

uerte.

Después de dicha experiencia, con

los C

ultos especiales, los

herm

anos perdim

os el miedo

, y, a

pesar de no

haber libertad

religiosa, seguimos reuniéndo

nos, com

o si la hubiera, cada domingo

y cada jueves, e inclusive el día un

o de nov

iembre, en el cem

enterio

civil, po

r la tarde celebrábamos un Culto y repartíam

os Evangelios y

tratados a to

dos los qu

e se acercaban a dicho

cem

enterio civil.

29.- SE CASA FRANCISCO MARTINEZ

Fue en

el año

1962, no

teníam

os libertad religiosa pero se

barrun

taba que venían tiem

pos de m

ayor apertura.

Año

s atrás, hermanos nuestros de tod

a España, cuand

o querían

casarse, los d

ocum

entos qu

e pedían p

ara el casam

iento

civil,

se

eternizaban tanto, que a veces pasaban año

s sin conseguirlos...

Tam

bién era

obligatorio, para poder contraer matrimon

io,

renunciar ante el cura, d

e la religión católica, solam

ente aqu

ellos qu

e estábamos bautizado

s con dicho rito. Muchas veces fue causa de

testim

onio dicha renun

cia. L

a citada obligación fue im

puesta para

hacernos vo

lver al seno de la santa

madre iglesia…

esa

era

la

finalidad.

Por dicha

tardanza en los

casamientos civiles, nosotros

empezamos a

arreglar papeles

a prim

eros de año, ya qu

e pensábam

os casarno

s religiosam

ente para el m

es m

ayo. ¿Por qué en

el mes de mayo?, po

rque en dichas fechas se celebrarían

las

Conferencias en Barcelona, qu

e entonces se hacían cada tres año

s y

nunca había estado, p

ero sí ib

a cada año a las de M

adrid, que siempre

coincidían con

la sem

ana y fiesta del Pilar, d

oce de octubre.

Aurora

y yo decidimos, qu

e si antes de mayo

nos venía

aprobado

el expediente, igualm

ente nos casábam

os por lo civil, no

fuera qu

e al atrasarlo tu

viéram

os problem

as…

El cura nos llamó al saber de nu

estro casamiento, de lo que m

e alegré pensando

testificar delante

de él, pero grande fue

mi

desilusión porqu

e no

s dio el escrito de renu

ncia sin ninguna clase de

55

pregun

tas…

Así que n

os v

ino aprobado

el matrimonio civil, no

s casamos el 30

de marzo de 19

62, p

ero religiosam

ente nos casam

os el

21 de mayo del m

ismo año.

Param

os nuestra vivienda en la casa de la Sra. Áng

eles, tía de

Aurora y dond

e se celebraban las reun

iones.

Para dicho evento, como es habitual, hicimos nuestras tarjetas

de inv

itación con el nom

bre de nuestros padres, el nuestro, la hora y

el lugar, que naturalm

ente era en la Iglesia Evang

élica de A

rchena,

Calvario 13.

Llegó el día del enlace, y temprano me fui a la capilla para

ayud

ar a decorar el salón, por dos razon

es: 1ª.- P

orque eran m

uy

pocos los jóvenes qu

e en aqu

ellos mom

entos habían en la A

samblea,

y la 2ª.- Porqu

e los po

cos estaban trabajando

, ya que nos casábam

os

un lu

nes.

A las 10

de la m

añana me dirigí a m

i casa para vestirme,

porque la bod

a era a las 11

. Al llegar a casa m

i padre m

e dijo:

- H

a ve

nido

un

policí

a m

unic

ipal

par

a qu

e va

yas

a ve

r al

Sr.

Alc

alde

. Me acerco a la Caja de A

horros de Alicante y Murcia, que

estaba m

uy cerca de mi casa, d

onde el Alcalde, D

. Mario Tárraga era

su director, llam

o a su despacho y me dice:

- A

dela

nte…

Al entrar veo dos núm

eros de la G

uardia C

ivil

sentados en un

sofá…

y el A

lcalde, amablemente m

e pregun

ta:

- ¿

Es ci

erto

que

hoy

te c

asas

? - Sí, es cierto. M

e caso a las 11

de esta m

añana.

- ¿

sabe

s qu

e te

han

den

unci

ado

y qu

e no

pod

rás

cele

brar

la

bod

a?

Entonces

uno

de los

guardias me

enseña do

s de mis

invitacion

es y dice:

- Nosotros estamos aquí po

rque el cura, es decir, equis

person

a, (hizo com

o si se hu

biera equivo

cado

) lo ha denu

nciado

y

nosotros tenemos que dar con

testación a nu

estros sup

eriores…

Claramente se veía que estaban tod

os incóm

odos ante dicha

situación. El A

lcalde añadió…

- ¿

Por

qué

no

te c

asas

en

Car

tage

na?

- ¿Por qué? ¡Porque soy de Archena y aquí m

e he de casar!

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56

- P

iens

a qu

e cu

ando

se

ente

re e

l G

ober

nado

r te

san

cion

ará

y un

a m

ulta

de

él e

s po

r lo

men

os d

e 20

.000

pes

etas

. Al o

ír la palabra Gobernador, les dije:

- El Gob

ernado

r sabe de nuestras reuniones y del lugar don

de

las hacemos, po

rque hace algún tiem

po le escribim

os una carta de

cortesía in

dicánd

ole, dón

de, cuando, el lugar, d

ías, horarios, etc.

- ¿

Es

cier

to? -D

ijo el A

lcalde com

o viendo

una solución-

¡Ent

once

s m

árch

ate

que

vam

os h

abla

r co

n él

por

tel

éfon

o y

lo q

ue

diga

har

emos

! Me vo

y a casa y empiezo a vestirme, y cuand

o llevo la cam

isa,

el pantalón y los zapatos pu

estos, m

e vu

elven avisar para qu

e vaya a

la C

aja de A

horros. Cuando llego, veo parte de un

as sotanas negras

por la puerta de atrás, así qu

e cuando

llamo, tardan un buen rato en

abrirm

e, p

ues el cura estaba d

entro

del despacho

, igno

ro lo

que

hablaron

, pero eso lo dejo a vu

estra im

aginación. Cuando me abren y

entro al despacho, el Alcalde al verm

e medio vestido de no

vio me

dice: - H

ombr

e, P

aco,

veo

que

no

pier

des el

tiem

po…

- Com

o le he dicho me caso a las 11 de la mañana y po

co

falta…

- H

e ha

blad

o co

n el

sec

reta

rio

del G

ober

nado

r, p

orqu

e és

te se

halla

en C

arta

gena

ina

ugur

ando

no

se q

ué, y

él m

e ha

dic

ho q

ue o

s po

déis

cas

ar, pe

ro q

ue n

o ha

gáis a

lard

e de

muc

ho r

uido

y p

ompa

Pienso qu

e más bien era indicación

del cura, así que le con

testé:

- M

i futura esposa vive en la m

isma casa don

de m

e vo

y a

casar, así que poco bu

llicio voy a rem

over…

El A

lcalde m

e dio la m

ano, diciéndom

e:

- Q

ue sea

s m

uy fe

liz, y

¡qu

e se

a en

bue

na h

ora,

Pac

o!

Nos casam

os y nos fuimos de viaje de nov

ios a Barcelona,

pudiendo

estar en las Conferencias qu

e en esos días se celebraban

con estudios bíblicos. Por la mañana, el estudio se hacía, bien en la

Avenida. Marqu

és del D

uero, o Mistral, etc., y po

r las no

che en la

calle Teruel, 22

.

D. Joaquín Guerola, sin consultarnos, arregló con D. Ernesto

Trenchard, u

n misionero in

glés que llevaba mucho

s años en España y

un Maestro en las

Sagradas

Escrituras, qu

e no

s quedáram

os a

57

estudiar con él. Cuand

o D. Joaquín no

s lo com

unicó, no no

s agradó

lo que hizo, pero después, pensánd

olo, decidim

os quedarnos, para

estudiar la do

ctrina bíblica m

ás profundam

ente, po

rque, realmente, a

mi esposa y a mí, no

s gu

staba estudiar la Palabra, y ya que estábamos

emancipados y nadie mandaba en no

sotros, acordam

os en qu

edarno

s.

30.- NUESTR HIJO ABEL Y LOS SRES. AERNI

Cuando no

s vinimos de Barcelona, me busqué trabajo en las

recién empezadas ob

ras de la Estación Depuradora de agu

as del río

Segura, m

uy cerca de la Sierra La Espada en el término de M

olina de

Segura, desde los principios y hasta el final, como encofrador, dicha

estación

abastecería de agua potable a m

ucho

s pu

eblos de M

urcia.

Recuerdo qu

e cuando

fui a pedir trabajo en la oficina de la

empresa constructora, m

e rechazaron

… y m

e im

aginé que fue po

rque

mi tez era blanca, bien vestido y afeitado…

así que estuve cuatro días

sin afeitarm

e y volví a la m

isma oficina y al m

ismo encargado y

enseguida me dieron

empleo…

Nuestro hijo Abel nació el 26 de agosto de 196

4 y esperam

os

que llegaran los Sres. A

erni de vacaciones a España desde Francia,

para que D. Juan presentara a nuestro hijo. Así que tenía nu

estro niño

muy po

cas

semanas, cuando

fue

presentado

al Señor, fue

en

septiembre de ese año

. Después, p

or varios años estuv

e como panadero en la panadería

de m

is tías, Josefa y Teresa Martínez Sánchez, hi

jas

de la

tía

Juan

a la

del

Pan

. De allí nos fuimos a Fortuna.

31.- NOS VAMOS A FORTUNA (MURCIA)

A primeros de no

viem

bre de 196

5, con

el deseo de abrir obra

pionera en F

ortuna, pu

eblo que está a 18

kilóm

etros de A

rchena,

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58

alquilam

os una panadería en la calle de la Purísim

a de dicho

pueblo,

con su m

aquinaria y clientes.

Por aqu

el enton

ces, lo

s panaderos no teníam

os ni u

n solo día de

descanso, po

rque hacíamos pan tod

os los días, inclusive los festivo

s y

también los domingos, y

nosotros qu

e queríamos predicar el

Evang

elio a

los

fort

uner

os,

teníam

os qu

e em

pezar

por

dar

ejem

plo…

Así que desde el miércoles hasta el sábado

de la primera

semana de con

tacto y venta con el público, em

pezamos a advertir a

nuestra clientela qu

e el d

omingo cerraríam

os la panadería y

que

abriríam

os el negocio el lun

es, que si el lunes no

venían a comprar

pan, po

rque el do

mingo lo compraron

en otro ho

rno, lo

entend

eríamos.

En

aquel tiem

po n

o había en las casas d

e los trabajadores

frigoríficos, d

e modo qu

e pu

dieran con

gelar el pan…

Nosotros no sólo

hacíam

os p

an m

oreno

y blanco, también

elaborábam

os pan de Viena, m

agdalenas, m

onas, etc.

De mod

o que el domingo

lo pasábamos en Archena y en Ulea

teniendo

las reunion

es y por la noche nos veníam

os a Fortuna, y po

r fe encendimos el h

orno

y amasam

os el p

an…

Los for

tune

ros fueron

muy amables y generosos con nosotros,

de tal m

anera qu

e en v

ez v

ender menos, el n

egocio p

rosperó

y tuvimos que m

eter a dos jóv

enes panaderos y tam

bién por las tardes

nos venía a trabajar un confitero. Y

o me dedicaba a llevar pan a las

tiendas en días alternativos en Ram

bla Salada, L

a Garapacha, Las

Casicas, C

aprés, Fuente Blanca…

Tod

o el tiem

po que estuvimos en

dicho

pueblo, todos los

domingos cerram

os la panadería y

confitería. No

niego

que no

s vimos tentado

s a coger a un

a muchacha para que los dom

ingos no

s vendiera con

fitería, pero recordam

os que: Seis días trab

ajarás, y

harás tod

a tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehov

á tu

Dios; no hag

as en él ob

ra alguna, tú ni tu hijo, ni tu hija, ni tu

siervo

, ni tu criad

a… (Éxo

do 20. 9-10) Así que desistimos.

Tod

avía no sé si era Dios quien nos bendecía para prob

arno

s o

era el D

iablo para desviarno

s… el caso que el negocio me tenía

cogido

todo el tiempo

y el gusanillo de querer prosperar más y m

ás,

me estaba entrando…

59

Aurora, m

i espo

sa era m

uy buena con

el trato con el púb

lico

como

también una

inmejorable relacion

es públicas… En

poco

tiem

po nos hicim

os de una bu

ena clientela y mi esposa se hizo una

buena panadera, tanto qu

e ella lograba m

eter al ho

rno grandes panes

de m

asa, con

sus pequeñas manos…

algo qu

e yo nunca lo hubiera

imaginado.

Un día, despu

és de haber dejado el pan y du

lces en Fu

ente

Blanca, la aldea más lejana, para mí, desde Fortuna, situada en las

estribaciones de la Sierra

de la Pila, bajando

con

mi furgon

eta

Citroën dos caballos y orando

por la carretera llena de piedras y de

baches, m

e preguntaba:

¿Par

a qu

é vi

ne a

For

tuna

, par

a ha

cerm

e ri

co, o

par

a pr

edic

ar

el E

vang

elio

? ¿Y

qué

es

lo q

ue e

stoy

hac

iend

o? E

nton

ces

le d

ije

al

Seño

r, ¡s

ácam

e de

es

ta in

certid

umbr

e! Si

cu

ando

lleg

ue a

la

pana

derí

a qu

edan

sin

ven

der

10 p

anes

mor

enos

de

un k

ilog

ram

o, 1

7 ba

rras

de

med

io k

ilog

ram

o, y

3 r

ollo

s. N

i un

o m

ás y

ni un

o m

enos

, en

tend

eré

que

debe

mos

de

mar

char

nos de

jand

o el

neg

ocio

Llego a casa y le digo a mi esposa:

- A

uror

a, c

uent

a lo

s pa

nes

que

qued

an d

e un

kilog

ram

o m

oren

os… Ella

sin

saber qu

é pacto

había

hecho

con

Dios, me

contestó:

- ¿Es qu

e no

sabes contar? ¡Cuéntalos tú, que estoy m

uy

ocupada!

- P

or f

avor

, m

ira

y ve

cua

ntos

que

dan…

Los cuenta y me

dice: - D

iez solamente.

- ¿

Y b

arra

s de

med

io k

ilog

ram

o, c

uánt

as?

- Pues diecisiete…

- Y

rol

los, ¿

cuán

tos ha

y?

- Sólo tres… M

e acerco a m

i esposa y le digo:

- A

fina

les de

mes

nos

vam

os…

Ella sobresaltada m

e dice:

- Pero, ¡qu

é dices!, ¡cómo estás!…

Le vo

lví a decir:

- T

ú y

yo,

¿a q

ué v

inim

os a

est

e pu

eblo

y q

ué e

s lo

que

es

tam

os h

acie

ndo?

Y acto seguido le refiero lo qu

e en oración le dije

a Dios.

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60

- L

o qu

e de

sde

hoy

tien

es q

ue h

acer

es

info

rmar

a n

uest

ros

clie

ntes

qu

e de

jam

os la

pa

nade

ría

y no

s m

arch

amos

a

nues

tro

pueb

lo p

ara

últim

os d

el m

es...

Así se hizo y

al final d

el m

es entregamos la llave y

nos

marcham

os el último día de m

arzo del año

1966. S

ólo estuvimos

cuatro m

eses en dicho pueblo y nos vinim

os a nuestro pueblo sin

tener trabajo, confiando

en

la m

isericordia del Señor. Mi espo

sa

pronto encon

tró trabajo en la fábrica de con

servas L

a Chu

la, p

ero yo

estuve trabajand

o en la hu

erta con un moto-cultor y unos meses m

ás

tarde tuve empleo en la Caja Rural en Archena, en noviem

bre de ese

año.

32.- ENCOMENDACIÓN DE LOS SRES. M

ARTÍNEZ

En noviem

bre de 196

6 me coloqué en la recién inaugurada

Caja Rural de Murcia y después de llevar un

tiempo

en las oficinas,

decidieron m

andarm

e a vend

er y con

tabilizar el alm

acén de abon

os.

Al p

rincipio llevé el horario de la banca. E

ntraba a las 8 de la m

añana

y a las 2 de la tarde cerraba. Pero me causaba vergüenza el que los

agricultores m

adrugaran y me esperaran a la puerta del almacén para

que le abriera y los despachara…

Así que sin que nadie m

e obligara

y, nada recibiera a cambio, m

adrugaba para servir a los hortelano

s,

quedándo

me hasta el ano

checer… llevando

el h

orario de la huerta.

Eran

tantas las obligaciones qu

e me había im

puesto en

el

trabajo: de sol a sol, como con tantas reunion

es en diferentes lugares,

que me faltaba tiem

po para po

der visitar a los enferm

os y a m

i propia

familia, q

ue tu

ve que to

mar una decisión.

En acuerdo y en con

form

idad con

los A

nciano

s de A

rchena, d

e Cartagena y responsables de U

lea, el 28

de febrero de 1970, m

e despedí del trabajo en la Caja Rural y fuimos encom

endados. Y

a teníam

os tres hijos: A

bel, Sam

uel y

David.

Com

o todo

s los años, el día uno

de no

viem

bre predicam

os en

los cementerios civiles de Archena, Ulea y Villanu

eva del Segura.

61

Pero este año

1973, con

la nov

edad que en Archena habían derribado

la pared intermedia que había con el cementerio municipal, uniend

o los do

s cementerios el Civil y el Mun

icipal, lo que dio lug

ar a que

más personas escucharan la predicación

. En junio de 197

4 nuestra mem

bresía en Archena era de un

os

40 m

iembros com

ulgantes y teníam

os 5 reuniones sem

anales.

Los años 1975

y

1976

se pasaron

con

la inercia

prop

ia,

teniendo

Cultos, además de Archena, tam

bién en la Algaida, Jum

illa,

Molina de Segura, Ulea y Yecla.

33.- BOLETÍN INFORMATIVO

El domingo día 13 de febrero de 19

77, nació nu

estro

Bol

etín

In

form

ativ

o, con

el prop

ósito, no sólo de dejar im

presa la historia de

nuestra Asamblea, semana a semana, sino

también p

ara que los

jóvenes estuvieran ocupado

s, sin darme cuenta que ellos ya tenían

bastante con

sus estud

ios y trabajos, d

e mod

o que a mí m

e tocó hacer

el trabajo.

La idea surgió, porqu

e alguien nos dio un

a sencilla formula

para tener una im

pren

ta c

aser

a… Con

sistía en hacer una gelatina con

cola de pescado, azúcar, glicerina y agua. D

icha m

ezcla se cocía al

baño

mar

ía y despu

és se derram

aba en dos bandejas y cuando

el

líquido

se enfriaba, qu

edaba

una

pasta

gelatino

sa en la qu

e pegábamos el cliché al alcoho

l ya escrito, en la ind

icada gelatina. Le

pasábamos varias veces

las

manos por el cliché y

después

lo

despegábam

os, qu

edándo

se im

presas las

letras en dicha

masa.

Despu

és pasábam

os los folios sobre ellas pasánd

oles las m

anos y se

quedaban impresas en los folios tod

o lo escrito en el cliché. Por cada

folio

que pasábamos la tinta se iba d

esgastando

, de m

anera qu

e po

díam

os estampar

hasta

el máxim

o de cuarenta folios,

los

suficientes para nuestra con

gregación.

En el primer núm

ero se colocó una po

esía, qu

e no

recuerdo

quien la com

puso y que rezaba así:

Nue

stro

cor

azón

jove

n

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62

Va

aquí

env

uelto,

En

este

peq

ueño

pap

el

Que

qui

zá n

o es

té b

ien

hech

o.

Lo

dam

os sin

cob

rar na

da,

Tóm

enlo

de

buen

a fe

Tóm

enlo

de

buen

a ga

na.

No

busc

amos

el d

iner

o,

Los

elo

gios

, ni e

l fav

or,

Bus

cam

os sól

o un

a co

sa:

SERVIR

A L

A IG

LESI

A D

E D

IOS.

En

él colocábamos los anun

cios, decíam

os cómo

iban los

enferm

os, las ho

ras trabajadas en la construcción de la capilla, que

por cierto, fueron un total de 7.200

que a un prom

edio de 39

5 Ptas.,

la hora, nos aho

rram

os nada más y m

enos que la cantidad de

dos

millo

nes

ocho

cien

tas

cuar

enta

y c

uatro

mil p

eset

as,

(2.8

44.0

00.—

Pta

s.) La verdad es qu

e se echaron

más del doble de ho

ras, por la

siguiente razón: El trabajo de tres mujeres las contaba com

o el de un

ho

mbre, es decir si las tres mujeres habían trabajado cada una tres

horas, sólo contabilizaba tres horas y no nu

eve. Los pocos días qu

e trabajaron los albañiles en

poner el p

iso, la escalera, enlucir los

techos, etc., se les pagó en el año 19

78 a 395

Ptas., la hora, de ahí

sacamos el p

romedio.

El

domingo día

11 de enero

de 1981

, estrenam

os la

multicopista qu

e no

s regalaron los herm

anos d

e la iglesia d

e La

Florida de L`H

ospitalet de L

lobregat, (B

arcelona) que aunque era

manual, nos liberaba de hacer cada sem

ana la gelatina para imprim

ir

el Boletín y además pod

íamos hacer m

ayor tirada.

Por la bon

dad del Señor, el B

oletín to

davía perm

anece saliendo

fielmente cada semana.

63

Sección

IV El n

uevo templo. (Año

s 70

)

34.- SE VENDE LA CASA-CAPILLA

El día 30

de septiembre de 197

2, com

pram

os un solar a D.

Andrés Banegas C

revillén, qu

e todavía era hu

erta, y con un

albañil,

un peón

y yo, en año

y m

edio hicim

os nuestra casa, con

varios

préstamos, qu

e poco a p

oco

pagamos…

y en m

ayo

de 1

974

nos

trasladamos a la nu

eva casa con nuestros cuatros hijos, teniend

o la

menor, Rebeca Aurora, nueve m

eses y tam

bién con ellos la Sra.

Ángeles; d

ejando

sin ocupantes la casa capilla.

Se decidió tirar, la casa y hacer un local nu

evo, porque era

inútil seguir haciendo

reformas que a lo

s po

cos años estábam

os ig

ual.

Todos estuvieron de acuerdo

, pero después se pensó, sabiamente, q

ue

vendiénd

ola po

dríamos com

prar u

n solar y

nos ahorraríam

os los

jornales del derribo, etc.

En febrero de 197

6 acordamos de ir ahorrando

algún

dinero

para algún gasto imprevisto que pud

iera surgir y también para po

der

construir alguno

s nichos en el C

ementerio Civil. Para hacer dicho

ahorro pusim

os un cepillo y a la vez, cada persona o fam

ilia se

apuntaba volun

tariam

ente a dar lo

que pud

iera m

ensualmente.

El día 1 de febrero de 19

77 vendimos la casa y ese mismo día

compram

os el solar en la misma calle do

nde term

inaba el pueblo y

seguía la hu

erta, el cual era mucho

más grand

e, m

ás cuadrado y

mejor situado. De

este mod

o no

tuvimos que

demoler la casa,

econom

izando

el derribo de la misma y a la vez quedó a nuestro

favor, entre la venta y

la com

pra, la nada d

espreciable cantidad

de137.50

0.—

pesetas.

Nuestros

pensam

ientos era

hacer, en el nu

evo

solar, do

s plantas, y

por cada planta do

s pisos, y

el bajo para capilla. Y

sufragarlos po

r medio del M

inisterio de la Viviend

a, con

las 30.00

0.-

pesetas que el gobierno asignaba al constructor po

r cada viviend

a, y

con las ganancias qu

e pu

diéram

os con

seguir, tend

ríam

os para vestir

el bajo sobradam

ente…

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64

F

ui a M

urcia, a la capital, para ver a un arqu

itecto hijo de

Archena, D. José G

il A

tenza, a m

ediados de m

ayo de ese año, y le

expuse nuestros proy

ectos, y él m

e dijo que no po

dían llevarse a cabo

porque dichas gratificaciones habían sido canceladas… así que m

e qu

edé

helado

. ¿Q

ué hacer? Porqu

e hacer el local con

nuestros

recursos, era im

posible; con

tod

o, le dije al arquitecto que hiciera el

proyecto solo del local de la capilla. P

ero me dijo:

- N

o pu

ede

ser, p

orqu

e se

gún

los

plan

es u

rban

ístico

s de

Arc

hena

, en

esa

calle

se ti

ene

que

leva

ntar

tres

pla

ntas

- L

e dije, pero, ¿cómo puede ser, si en A

rchena cada un

o construye como puede y como quiere? Hay cuatro torres de pisos en

el pueblo desperdigadas un

a de la otra y al lado una casa de una o

dos plantas, y…

- E

sa h

a si

do la

caus

a de

reg

lam

enta

r y

urba

niza

r al

pue

blo,

po

rque

cad

a un

o ha

cía

lo q

ue q

uerí

a…

adem

ás n

o po

drá

edific

ar

una

capi

lla

si n

o es

tá e

n zo

na r

elig

iosa

… ¡Si antes me dejó helado

ahora me dejó petrificado!, diciénd

ome para m

is adentros: ¿

Mir

a qu

e, s

i de

spué

s de

ven

der

nues

tra

capi

lla,

aho

ra n

o po

dam

os n

i re

unir

nos? Después de mirar el arquitecto en uno

s libros m

e dice:

- H

a te

nido

sue

rte,

est

á en

zon

a re

ligi

osa…

Tragand

o saliva le

dije: - Si hacemos el local de C

ultos, de altura de seis m

etros y el

piso de arriba de tres m

etros, sin nada de tabiquería, ni aseos, sólo un

salón y nada de lujos, por la calle se vería un edificio de tres plantas,

¿cuánto nos costaría hacer los plano

s? D

. José hace números y m

e dijo:

- U

nas

110.

000.

—pe

seta

s y

el ed

ific

io un

os 4.

500.

000.

—pe

seta

s, ¡

ahor

a!, m

añan

a, tal

com

o va

n la

s co

sas

le c

osta

rá m

ucho

m

ás... En esos m

omentos teníam

os aho

rradas sólo 55

.000

.- pesetas,

porque las 137

.500.—

pesetas, de la venta de la casa y la com

pra del

solar, nos las darían cuando

hiciéramos las escrituras de la casa, qu

e todavía no estaban hechas. Le contesté:

- B

ueno

, haga u

sted los p

lano

s qu

e tenemos aho

rradas la

mitad…

- ¿

Qué

tien

en 2

.250

.000

.—pe

seta

s?

65

- N

o, no, ¡tenem

os la mitad para pagarle los planos!…

Parece

que lo estoy viendo echándose las manos en la cabeza y diciéndome:

- U

sted

está

loco

… ¿

a qu

ién

se le

ocur

re h

acer

una

obr

a de

ta

nto

dine

ro c

on e

sos a

horr

os?

- No se preocup

e, que usted cob

rará…

- ¿

Y q

uién

le v

a ha

cer la

con

stru

cció

n?

- Nosotros, ¿qu

ién si no?

- ¿

Qué

ent

re u

sted

es h

ay c

ontr

atista

s?

- N

o, ni tenemos dinero para dar la obra a un contratista…

Enton

ces seriam

ente m

e dice:

- ¡El h

acer

un

edific

io c

omo

el suy

o no

es cu

alqu

ier co

sa!, e

tc.

Me arengó, y

con

razón

, un mon

tón, y cuand

o paró de hablar, le dije:

- ¿Usted nos con

trataría la ob

ra sin recibir por nuestra parte

dinero? Esa es la razón

por la que haremos nosotros la obra, poco a

poco y conform

e podamos…

-

Bie

n, a

llá

uste

des, p

ero

le a

dvie

rto

una

cosa

: ¡N

o se

os

ocurra

ech

ar u

n gr

amo

de h

orm

igón

a la

cim

enta

ción

, sin

que

yo

vea

ante

s el

hie

rro

pues

to, s

i lo

hic

iera

, no

le

firm

aría

la

term

inac

ión

de

obra

y n

adie

se

la c

ertifica

ría!

- N

o se preocup

e, que así se hará, lo que usted pon

ga en el

plano y diga, eso será lo qu

e haremos…

A D

. José no le vi muy

convencido de lo que le dije…

con todo

me dijo:

- C

uand

o re

ciba

la n

otific

ació

n de

l Col

egio

de

Arq

uite

ctos

que

lo

s pl

anos

ya

pued

en r

ecog

erlo

s, p

ase

por

mi of

icin

a pa

ra q

ue le

de

un c

hequ

e co

mo

desc

uent

o.

D. José, m

e aguantó todas mis locuras, p

orqu

e mom

entos antes

me había confesado

que como arqu

itecto, siem

pre había deseado

hacer un

tem

plo, -claro está, católico rom

ano- pero que ahora se le

brindaba la ocasión

de hacer

uno

protestante, y

no la iba

a despreciar…

El 15 de junio del mismo año me avisan por teléfon

o que los

planos ya estaban

term

inados y

que

puedo

recogerlos. Al día

siguiente cuando

los pago y los recojo, reviso los plano

s y veo un

error de una viga qu

e se interpon

ía y

rompía

la simetría de la

fachada, y esa fue la causa de ir de nuevo

al estudio de D

. José para

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66

decirle del error. Cuand

o me vio, pensó que venía por el cheque del

descuento, y se echaba m

ano al talonario, cuando le dije:

- D

. José no vengo por la bo

nificación

, prefiero qu

e lo haga al

final de la ob

ra que estarem

os m

ás apu

rado

s y no

s vendrá m

uy bien

su don

ativo.

- E

nton

ces…

¿A q

ue se

debe

su

visi

ta?

- Por este fallo qu

e he visto en la fachada…

Se lo enseño y me

dice: - T

iene

ust

ed to

da la

raz

ón. ¿

Y, c

ómo

se d

io c

uent

a?

- Porqu

e cuando era

soltero, estudié

por correspo

ndencia

Técnico de la Construcción y me do

y una idea de lo que se refleja en

los planos…

- B

ueno

, es

a fa

lta

la r

ectifica

rem

os d

uran

te la

cons

truc

ción

. Así quedamos y m

e marché.

El domingo día 20 de m

arzo de 1977

, tuvimos el último Culto

en nuestra capilla de la calle Calvario 13, y

trasladamos las reuniones

a nuestra casa en la calle A

lmazara, 11, teniend

o el dom

ingo día 27

el primer Culto.

Acomod

amos nuestro garaje y, junto con el patio, podíamos

tener las reun

iones, evitand

o pagar un

alquiler, m

ientras se edificaba

el nuevo

local, p

ues todo el dinero que se recogía era para cem

ento y

ladrillos…

Com

o es natural, todos sentimos cierta nostalgia el despedirnos

de esos viejos m

uros que por m

ás de 40 año

s no

s oyeron

cantar y

llorar…

como lo dem

uestran estas po

esías, com

puestas po

r herm

anas,

no po

etisas, pero sí nacidas del corazón, y

que

a continuación

transcribo

: POESÍAS: a) A NUESTRA CAPILLA…

Dolores Cam

puzano Rod

ríguez

Tod

os ju

ntos

a e

ste

luga

r

Un

adió

s qu

erem

os d

ar,

Don

de ta

ntas

vec

es a

quí

Nos

vio

llor

ar y

reí

r.

Y e

n es

te p

eque

ño h

ogar

Q

ue n

os h

a vi

sto

crec

er

67

Y q

ue ta

n di

chos

os d

ías

Hem

os p

asad

o en

él.

H

oy te

nem

os q

ue d

ejar

lo,

Gra

cias

a D

ios pa

ra b

ien,

Y q

ue c

on S

u gr

ande

ayu

da

Una

ca

pilla

más

gr

ande

ha

cer.

Aqu

í nac

ió n

uest

ra fe

Q

ue fu

ndad

a en

el a

mor

, U

n am

or sin

eng

año

Nac

ido

del S

alva

dor.

Aqu

í se

hici

eron

diá

logo

s

Poe

sías

, dra

mas

y o

raci

ón

Par

a pe

dirle

la fu

erza

En

la lu

cha

a nu

estr

o D

ios.

Era

n tiem

pos di

fíci

les

Cua

ndo

esta

cap

illa

se

abri

ó Y a

quí e

l div

ino

Eva

ngel

io

A la

s al

mas

se

les di

o.

Muc

hos de

aqu

í han

par

tido

Par

a es

tar co

n el

Señ

or,

Otr

os h

an fo

rmad

o ho

gare

s Y e

n el

los fe

lice

s so

n.

Per

o Se

ñor, te

ped

imos

Por

aqu

el H

ogar

cel

estial

El c

ual T

ú no

s ha

s pr

epar

ado

Par

a la

ete

rnid

ad,

Cua

ndo

junt

os, a

llá

cont

igo

Goz

ando

hem

os d

e es

tar.

b) A LOS VIEJOS MUROS DE MI CAPILLA

Aurora Díaz Mengual

sabe

s qu

e no

soy

poe

ta

Ni t

ampo

co e

scri

tora

Y m

ucho

men

os rec

itad

ora,

Per

o no

pue

do c

onse

ntir

Si

n an

tes de

cir

Lo

que

todo

s lo

s fiel

es

Sent

imos

por

ti…

Ref

ugio

her

mos

o ha

s si

do

Dan

do c

obijo

al c

rist

iano

Y a

l que

no

ha c

reíd

o.

¿Por

qué

no

amar

a tu

s pa

rede

s?

¿Aca

so la

Bib

lia

lo im

pide

?

“Por

que

mej

or e

s un

día

en

tus at

rios

Q

ue m

il fu

era

de e

llos

El s

alm

ista

dic

e.

Cua

ndo

tus m

uros

dej

emos

Los

jóve

nes sa

ltar

án d

e al

gara

bía

Per

o yo

no

podr

é ev

itar

, D

e m

i cor

azón

una

lágr

ima

roda

r D

e se

ntim

ient

o, p

ena

y al

egrí

a.

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68

36.- SE INICIAN LAS OBRAS DE LA NUEVA CAPILLA

A m

ediado

s del mes de agosto del año

197

7, empezamos las

obras abriendo

los cim

ientos y al mes siguiente ya teníam

os tod

o el

hierro puesto en la cimentación

, listo para qu

e vinieran los cam

iones

con sus bombo

s llenos de ho

rmigón

para llenarlos. Y

tal com

o le

prom

etí al arquitecto le telefoneé y le dije:

- D

. José, ya tenemos los hierros puestos en la cim

entación

, le

aviso para que pueda venir a verlos, antes que m

añana los entierren

los camiones ho

rmigon

era…

En menos de un

a hora ya estaba en la obra, cogiénd

ome a mí

con

las tenazas, alambre y

óxido

en m

is m

anos, term

inando

los

últimos atados y

con

unos cuantos

rotos

en las

patas

de los

pantalon

es por lo

s continuos enganches de lo

s alam

bres…

- B

ueno

s dí

as, D

. Fra

ncis

co.

- B

ueno

s días, D

. José.

El arqu

itecto empieza a recorrer la ob

ra saltand

o las zanjas y

yendo de un lado para otro y yo pensaba qu

e algo no estaba bien,

cuando

tanto estaba tardando

. Por m

i cabeza pasó todo el hierro con

sus calibres. Pensé en las zapatas con sus diferentes gruesos, etc., de

modo

que estaba u

n po

co asustado, salgo

de la zanja d

e do

nde

estaba, cuand

o veo qu

e se acerca hacia mí, y me dice:

- E

sto

lo h

a he

cho

uste

d. N

o lo había hecho

yo solo, fueron

varios lo

s herm

anos que m

e ayudaron

, pero pensando

que algo estaba

mal, m

e eché to

das las culpas, y le dije:

- Sí…

lo he confeccion

ado yo... Y, p

ara sorpresa m

ía m

e dice:

- P

ues

le c

onfies

o qu

e de

sde

que

soy

arqu

itec

to, nu

nca

vi u

n ye

rro

tam

bién

pue

sto…

Respiré profundam

ente y di gracias a Dios.

¿Qué había pasado cuando tanto tiempo tardó

en ver la cim

entación

po

niéndo

me nervioso? ¡Se estaba recreando

viend

o, que tod

o lo que

había

diseñado

en los

planos,

allí estaba proyectado en la

cimentación!

Se marchaba muy satisfecho, cuando se vuelve y me dice:

- D

. Fra

ncisco

, me

perm

ite

que

le h

aga

una

preg

unta

un

poco

in

disc

reta

?

69

- Dígam

e.

- P

or q

ué q

uier

e llen

ar l

a ci

men

taci

ón c

on l

os c

amio

nes

horm

igon

era,

y n

o lo

hac

en u

sted

es, q

ue le

sal

dría

más

bar

ato?

- Por que aquí, en Archena, se construy

e muy

mal. C

uando po

r las tardes se term

ina la faena, la cim

entación

queda en rampa y eso

está m

uy m

al…

Y sin dejarme term

inar m

e dijo:

- Y

ust

ed, ¿

qué

haría?

. -

Terminaría la cimentación de form

a dentada, para

ensamblarla al d

ía siguiente.

- ¡M

uy b

ien,

así

se

debe

hac

er!

- Pero no

queremos ni eso, sino que pretendemos que en un

a ho

ra se queden cub

iertos tod

os los cim

ientos, para q

ue n

o halla

ningún

corte …

- S

igan

, sig

an a

sí, q

ue v

an m

uy b

ien…

La estructura del edificio la con

tratam

os en septiembre con los

carpinteros metálicos hermanos C

ano en 760

.000

.—pesetas, dando

como señal 20

0.000.—

Ptas., las ún

icas que teníamos, y el resto las

tendríam

os que abo

nar cuando

terminaran su trabajo. Q

uedamos de

acuerdo, porqu

e yo pensaba, qu

e la estructura la harían po

co a poco;

es decir: Pon

drían los hierros de la prim

era planta y cuand

o nosotros

term

ináram

os de cubrirla, ellos seguirían con

la segunda... Eso era lo

que yo pensaba, en m

i igno

rancia…

Una vez que les entregué el

anticipo

y firmado el con

trato, m

e dicen:

- D

entr

o de

dos

sem

anas

ten

dréi

s la

estru

ctur

a te

rmin

ada…

No les dije nada, pero qu

edé sorprendido y asustado y le dije al

Señor: - P

erdó

nam

e Se

ñor el

que

hay

a m

etid

o la

pat

a, p

ero

no q

uier

o qu

e po

r m

i to

rpez

a el

bue

n te

stim

onio

que

ten

emos

se

dete

rior

e.

Com

o se

a, d

anos

el d

iner

o pa

ra e

sas fe

chas

. No nos dio el dinero, y sin embargo pu

dimos salir airosos de

tal prob

lema. Q

ue, ¿qué pasó? Sucedió lo siguiente: El hierro sub

tanto

el p

recio

en p

ocos d

ías, q

ue les costaba m

ás d

inero

a los

contratistas qu

e lo qu

e habíam

os estipu

lado, así que

estuvieron

bu

scando

por aquí y po

r allá, d

e mod

o que hasta mediado

s de febrero

del siguiente año

1978

no

la terminaron

de poner la estructura,

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70

dándon

os D

ios el tiempo suficiente para pod

ernos recuperar y po

der

cumplir con el contrato. Terminaron

y, ¡cobraron!…

El trabajo lo hacíamos por las noches y los sábado

s po

r la

tarde. A

dichas ho

ras eran m

uchas las person

as que nos veían y les

impactaba el ver com

o ho

mbres, mujeres y jóvenes de am

bos sexo

s,

todos hechos una piña, estuv

iéramos trabajando a esas horas y cada

día. Cada semana en nuestro Boletín Informativo semanal, dábam

os

inform

ación

de los trabajos, con

la salvedad qu

e po

r cada tres

mujeres que ayudaban, sus horas eran contadas com

o el trabajo de un

peón, así qu

e las sumas de las ho

ras trabajadas fueron muchísimas

más. El total de ho

ras contabilizadas fueron un

total de 7.06

0.

Quedand

o a deber un

as 500

.000

.—Ptas.

Com

o qu

iera que la caspilla la hacíam

os nosotros, decidim

os

hacer bien ricas las masas de ho

rmigón

. Nuestra hormigon

era era un

a cubeta o pastera y m

anos con

azadas…

y nuestra grúa, una rueda de

motocicleta y lo

s brazos de mi h

ijo Abel enton

ces con sus 14

año

s.

Recuerdo que echand

o el hormigón

al piso del coro, fue un

sábado

, cuando

teníamos m

ás refuerzos. Cuando vi a D

. José que

había venido

para ver la o

bra, q

uedánd

ose sentado

en su

coche

vigiland

o la m

ezcla y después de un tiem

po de vernos trabajar se

marchó sin pasar a saludarnos. A

l sábado siguiente, subió al coro con

su m

artillito, proband

o aquí y allá y a cada golpe que daba, saltaban

chispas de fuego

, me llam

ó y todo satisfecho, m

e dijo:

- D

. Fra

ncis

co,

si a

lgún

día

este

luga

r se

lle

na d

e ge

nte,

au

nque

estén

cod

o ac

odo

y un

o en

cim

a de

otr

o, e

sto

no se

hund

e…

37.-

LOS

SRES.

AERNI

VIENEN

PARA

LA

INAUGURACIÓN

A últim

os de julio, del 1979, D

. José , el arqu

itecto, en una de

sus visitas a la obra, m

e comentó que no lo veríamos en todo

el mes

de agosto, porqu

e se m

archaba de vacaciones, sabiendo muy bien lo

mucho

que le faltaba para term

inar la capilla…

71

Los Sres. A

erni todo el dinero qu

e po

dían recog

er para ayud

ar

en la construcción nos lo mandaban desde Estados U

nido

s y dieron

un

total de 70

2.380.—

Ptas., y, com

o era natural,

ellos estaban al

corriente de los adelantos de la capilla y p

or m

i parte cometí el error

de anu

nciarles que para agosto tendríamos terminado el local; era

tanta mi ilusión de ver acabadas las obras qu

e les escribí qu

e qu

izá

para agosto del 1979

finalizarían…

nos escribieron

que para dichas

fechas vendrían

y el 7

de agosto aterrizaron

en Archena para la

inauguración

… Al v

er ellos las obras como iban se dieron

cuenta qu

e les faltaba para terminarlas muchísimo todavía, así que decidieron

marcharse para últimos de septiembre hacia Suiza para visitar familia

y am

igos y despu

és desde allí p

ara los EE: U

U…

Entonces reuní a lo

s responsables y les dije:

- S

ería una pena qu

e los Sres. A

erni se marcharan sin ver

acabadas las obras, d

e manera que tenemos que esforzarnos y acabar

e inaugurar antes de q

ue se marchen. Así q

ue escribí u

na carta

circular

a todas

las

iglesias

que

nos

habían

ayud

ado

económ

icam

ente, anun

ciándo

les

que

para el sábado día

29 de

septiembre de ese año

, inaugurábamos nuestra capilla. Escrito que

todos firm

amos.

Los m

aestros albañiles del pu

eblo, estaban adm

irados de ver lo

que

estábamos construyendo

sin

ser profesionales, y

cuando

se

enteraron de la fecha de la in

auguración

, me dijeron:

- P

aco,

te

has

deja

do lle

var

por

la ilu

sión

, pe

ro te

qued

a m

ás

de u

n añ

o de

trab

ajo…

No dudo

que tenían mucha razón en su valoración, pero el

Señor volvió a ser misericordioso conm

igo…

Com

o todo

s sabéis, aquí en Murcia llueve m

uy poco, pero ese

año, a primeros de septiembre llov

ió tanto que las huertas quedaron

inundadas po

r bastante tiempo

, y como la m

ayoría de los creyentes

eran agricultores, no po

dían trabajar, así que tod

os se vinieron

a la

obra para ayud

arno

s ya que en sus tierras nada pod

ían hacer…

Y

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72

como era mucha la necesidad y la premura, trabajaron un

mínim

o de

diez horas cada día.

Los inv

itados empezaron a venir, algunos uno

s días antes y

pudieron

ver com

o estábamos enfrascados en los trabajos, p

ero el día

de la inauguración a las dos de la m

añana term

inam

os de poner los

bancos que los carpinteros de una em

presa particular apenas habían

term

inado

de barnizar, de mod

o que

los

trabajos finalizaron,

pudiéndo

se inaugurar en el día señalado…

de m

anera qu

e había un

a olor a pintura trem

endo

cuand

o comenzó la reunión

...

El arqu

itecto, cuando

vino a prim

eros de septiembre de sus

vacacion

es, no

pudo venir a supervisar la ob

ra por el mucho

trabajo

que se le había acumulado.

Uno

s días antes de la inauguración, fui a M

urcia para invitar al

arquitecto, a fin de qu

e viniera a la inauguración. Cuando le entregu

é el sob

re, se qu

edó todo

sorprendido

no creyéndose que la hub

iéramos

term

inado, y cuando salió de su asom

bro me dijo:

- ¡

Cla

ro q

ue i

ré!, a

no

ser

que

pase

una

des

grac

ia e

n m

i ho

gar, ¡cl

aro

que

voy!

-

A la vez le d

ije: Q

ue sepa de antem

ano, q

ue ahora n

o po

demos pagarle la dirección

de ob

ra, p

ero seguro que cob

rará…

- N

i te

preo

cupe

s ni

te q

uite

el s

ueño

, ya

me

paga

réis

. 38.- INAUGURACIÓN: 22 DE SEPTIEMBRE DE 1979

Para dicho día, el local resultó pequ

eñísim

o, tan sólo con los

creyentes de aqu

í y de afuera, de mod

o qu

e mucho

s del pu

eblo no

pudieron

entrar…

El arqu

itecto vino un

os m

inutos antes de la hora anunciada,

pero no pudo

cog

er asiento, así que estuvo todo

el tiempo de pie.

Vinieron

mucho

s herm

anos de varias partes de España

y alguno

s de ellos les con

cedí unos minutos para qu

e dijeran alguna

cosa, p

orqu

e presidía la cerem

onia, y

, a la m

itad del acto, viendo qu

e

73

era demasiado

solem

ne, cogí la palabra y con

té al público con cuanto

dinero contábamos cuand

o em

pezamos a construir, como también

nuestros humildes proy

ectos

y hasta

dond

e el Señor no

s había

llevado. Tam

bién les conté lo que pasó en el estud

io del arquitecto

cuando

fui a encargarle el proyecto. Y

cuand

o les dije a la audiencia

lo de: ¿C

uánto no

s costarán lo

s planos, D

, José?

- U

nas 11

0.00

0.—

pese

tas.

- B

ueno

, haga u

sted los p

lano

s qu

e tenemos aho

rradas la

mitad…

- ¿

Qué

tien

en 2

.250

.000

.—pe

seta

s?

- No, no, ¡tenemos la m

itad para pagarle los planos!…

-Porqu

e sólo teníam

os ahorradas 55.00

0.- pesetas.-

- U

sted

está

loco

… ¿

a qu

ién

se le

ocur

re h

acer

una

obr

a de

cu

atro

millo

nes y

med

io d

e pe

seta

s co

n so

lo 55.00

0.- pesetas.?

- No se preocup

e, que usted cob

rará…

Con

tánd

olo, el pú

blico se reía y también D

. José, quien hasta

ese mom

ento estaba tenso, pero al ver com

o la gente reía, él también

se relajó, y hasta se atrevió a mandarm

e un

a nota por m

edio de un

diácon

o, diciénd

ome si le dejaría decir un

as palabras…

Le dije que

sí, qu

e después de los inv

itados. Me sorprend

ió su valentía, po

rque

era de naturaleza más bien tímida. C

uand

o llegó su turno

dije a los

reunidos:

- A

hora D

. José G

il A

tenza, el arqu

itecto de este edificio, va

decir un

as palabras…

Vino a la plataform

a y dijo:

- T

odo

lo q

ue h

a di

cho

D. F

ranc

isco

pas

ó en

mi of

icin

a, y

les

pu

edo

aseg

urar

y c

on g

ran

satisf

acci

ón,

que

este

edi

fici

o se

ha

cons

trui

do c

onfo

rme

está

en

los

plan

os,

y le

s qu

iero

dec

ir,

que

pers

onal

men

te n

unca

tuv

e fa

milia

rida

d co

n lo

s ev

angé

lico

s, h

asta

ah

ora.

Hab

ía o

ído

sobr

e el

los, p

ero

trat

o, n

unca

Cua

ndo

vení

a ha

cer

mi

revi

sión

a

la ob

ra,

me

qued

aba

mar

avilla

do d

e la

arm

onía

que

hab

ía e

ntre

ellos

. Lo

mism

o en

pe

rson

as m

ayor

es c

omo

en jóv

enes

… n

unca

esc

uché

gri

tos

y m

ucho

m

enos

pal

abro

tas, c

omo

esto

y ac

ostu

mbr

ado

a es

cuch

ar e

n ca

da

obra

, as

í qu

e m

e de

cía:

“C

on e

sta

gent

e es

tá D

ios…

” p

ero

hoy,

con

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74

lo q

ue e

stoy

oye

ndo,

dig

o, q

ue D

ios

está

aqu

í. Al decir estas últimas

palabras, la vo

z se le qu

ebró de em

oción... La reun

ión term

inó con la

predicación de D

. Tom

ás R

íos Crevillén, un

creyente muy

querido

po

r no

sotros y un hijo de Archena, q

ue desde pequeño

se fue a vivir a

Barcelona con

sus padres.

Durante los cultos especiales que se tuvieron

a causa de la

inauguración

, siete personas m

anifestaron haber creído en el Señor

como Salvado

r.

En un año

se celebraron

seis bo

das, dos bautism

os con

un total

de do

ce qu

e manifestaron

su fe en las

aguas

del

bautismo,

presentacion

es, y un

entierro, pudiend

o predicar el Evangelio a uno

s cuantos centenares de person

as in

conv

ersas.

El Fo

ndo

pro

Locales nos

prestó 30

0.00

0.—Ptas., y

una

herm

ana otras 300.00

0.—Ptas., para poder pagar los 28 bancos que

nos hizo el carpintero y a algún hermano más nos ofreció lo qu

e pu

do, p

ero a prim

eros de 19

84 terminem

os de pagar a todo

s nu

estras

deudas. En ese mismo año, 198

4, el viernes 16

de febrero a las cinco y

media de la tarde, D. Juan A

erni partió para estar con

su Señor al

cual sirvió. Y

el jueves día 07 de febrero de 19

85, su esposa do

ña

Betty d

escansó en el S

eñor, al año ju

sto de la m

uerte de su esposo.

39.- RECONOCIMIENTO A JOSÉ GARCÍA DÍAZ

El

Sr. García, con

sus

87 años,

nos

pedía

dejar

la

respon

sabilidad

de p

redicar po

rque su

vista le iba falland

o, p

ero

nosotros no le prestábam

os dem

asiado

atención, ya que su figura en

el púlpito nos alegraba al saber que por su medio, todo

s nosotros

habíam

os creído y cono

cido

al Señor. Pero era tanta la insistencia,

que tuvimos q

ue ceder, p

ero

bajo d

os condiciones: 1

ª.- Q

ue en

nuestras reun

iones

de Con

sejo, estuviera

presente, siem

pre

que

pudiera, porqu

e sus sugerencias siem

pre no

s serían de mucha ayuda;

y 2.- Que haríamos una fiesta de recon

ocim

iento a su labo

r.

75

A la prim

era cond

ición aceptó m

uy gustosamente, pero no a la

segund

a, costándono

s trabajo

que

aceptara tal demostración

de

aprecio…

al final aceptó po

rque le dijim

os:

- S

r. J

osé,

sab

emos

que

usted

est

á or

ando

por

su

fam

ilia

, y

al

hace

rle

noso

tros

es

te cu

mpl

ido,

se

guro

qu

e el

los

vend

rán

y le

s po

drem

os p

redi

car el

Eva

ngel

io…

- B

ueno

si es así, pero, ¡que sólo se prediqu

e el E

vang

elio,

entonces adelante!.

- E

so h

arem

os,

pero

al

go t

endr

emos

que

dec

ir d

e us

ted,

po

rque

, ¿n

o po

dem

os i

nvitar

a s

u fa

milia

a t

al d

emos

trac

ión

de

cariño

hac

ia su

pers

ona

y no

dec

ir n

ada

de su

vida

? - Está bien, pero de m

í decir bien po

co…

Escribí una carta al mayor de los hijos de José porque no tenía

su teléfono, el cual vivía

en Escorratel de Orihu

ela, (A

licante)

comun

icándo

le sobre el acto que pensábamos hacer a su padre; pero

a la dem

ás fam

ilia se lo notificam

os, b

ien po

r teléfono

o visitándo

les.

Sabiend

o que

no somos muy puntuales la mayoría de los

creyentes para los Cultos, pensé y así lo hice, para no avergonzarme

de nuestra falta de pu

ntualidad, de anunciar a la congregación

que el

recono

cimiento

sería

a las 17

.00

h., del 19

de marzo de 19

81,

aprovechando

que dicho

día era festivo. Pero a la fam

ilia del S

r.

García les comuniqué que se celebraría el indicado

recon

ocim

iento a

las 17

.15 h.

Llegó el día y a las 17

.00 h., ¡sólo habíam

os cinco personas!

¡Qué sofoco hu

biera sentido si a dicha hora hubiera sido

el evento!

La maniobra qu

e hice de retrasar a la familia un cuarto de ho

ra, sale

ahora a la lu

z, nunca se lo dije a los creyentes…

A las 17.10

h., em

pezaron a llegar coches de la familia, y los

recibía

saludánd

oles y

entreteniénd

oles esos cinco

minutos qu

e faltaban, a fin de dar tod

o el tiempo

posible para qu

e llegaran m

ás

creyentes…

¡Por fin llegó la hora!, y cuand

o entram

os, la fam

ilia

llevó un

a gran impresión, y para mí un

gran alivio, al ver casi todo

s los bancos ocupados po

r person

as que apreciaban a su padre, abu

elo

y bisabu

elo…

Nadie, d

espu

és de esa ho

ra, entró…

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76

A la ceremonia vino casi toda la fam

ilia, hijos, yerno

s, nueras,

nietos, biznietos y la m

ayoría de los creyentes…

Resultand

o el acto

muy sencillo y a la vez acogedor.. Se habló del Evangelio y tam

bién

se dijo lo agradecido

s qu

e estábamos al Señor, po

r habernos

concedido tener como

prim

er creyente de A

rchena a tan querido

herm

ano. Se le regaló un

a placa con el texto de (1 Tim

oteo 5. 17

) Los ancian

os q

ue go

biern

an b

ien, sean

tenidos p

or d

ignos d

e dob

le hon

or, may

ormen

te los

que

trab

ajan

en predicar y

enseñar. Y

tam

bién un buen b

olígrafo con

la inscripción: La Iglesia

te quiere.

Para dicho evento y para ese día y mom

ento se hizo un Boletín

Inform

ativo Especial. Hasta cam

biam

os la tinta y para ello tuvimos

que limpiar con

gasolina el tam

bor de la multicopista que era de tinta

negra para pod

er pon

erla de color verde oscuro. En las do

s prim

eras

páginas escribim

os sob

re el lugar qu

e la Palabra de Dios da a las

canas. En la tercera página, una m

ini biografía del Sr. G

arcía y en la

cuarta una poesía escrita desde Badalona po

r Manuel Box

, titulada:

TRIBUTO PARA U

N H

ERMANO. Despu

és del C

ulto sub

imos al

salón de actos donde tuv

imos un refrigerio con

charcutería y bebidas

refrescantes, pasand

o más de una ho

ra dialogand

o con la fam

ilia.

Nos quedó un bu

en sabor por to

do y con to

do lo

que hicim

os.

El 08 de mayo escribía una carta a la Asamblea de Cartagena y

entre otras cosas les comentaba:

Con

dic

ho a

cto,

cre

emos

hab

er

“m

atad

o de

un

tiro

4

pája

ros”

com

o a

cont

inua

ción

ver

éis:

1º)

Por

que

nues

tro

herm

ano

se l

o m

erec

e y

quisim

os h

acér

selo

sab

er

ahor

a qu

e vi

ve, p

ues después de m

uerto el burro la cebada al rabo

2º) Ens

eñar

a la

igle

sia

a se

r ag

rade

cido

s, y

sob

re to

do, c

on a

quel

los

que

trab

ajan

de

ntro

de

l ám

bito

de

la

m

ism

a. 3º

) at

raer

a

los

fam

ilia

res

del

hom

enaj

eado

par

a qu

e oy

eran

el

Eva

ngel

io,

y 4º

) co

nseg

uir

que

nues

tro

herm

ano,

cua

ndo

part

a pa

ra l

a m

ejor

vid

a,

sea

ente

rrad

o co

nfor

me

a su

s cr

eenc

ias

y no

cat

ólic

amen

te. Este

cuanto punto no se con

siguió…

ya qu

e pasó a la presencia del Señor

el m

iércoles día 07 de diciembre de 198

3, despu

és de un

a larga y

penosa enfermedad, hallándo

me, en

dicha fecha, teniend

o Cultos

Especiales con los herm

anos de Huelva. A

sí que dicho hermano, en

77

contra de lo qu

e siem

pre

había

creído, fue llevado

a la iglesia

católica, siend

o enterrado po

r el rito católico.

Sección

V Retrospectiva

y actualidad

. 40.- TANTEO EN CIEZA Y EN MOLINA DE SEGURA

Una vez libre de las ligaduras del trabajo, el jueces día 12 de

marzo del año

1970 fui en mi m

oto a Cieza, ciudad por la que llevaba

más de un año

orand

o para que D

ios nos abriera un

a puerta. Fu

i con

la intención de ver a un

a radio-oy

ente de La Voz E

vang

élica de

Radio T

rans M

undial que se em

itía desde T

ánger, y que sabía que

cada año

recibía

el calend

ario evangélico,

Dolores Morcillo

Morcillo, que vivía el calle Santa G

ertrudis 9, p

ara sondearla y ver la

posibilidad de tener reunion

es en su casa, pero no

estaba en casa,

pero si su m

adre, muy viejecita y por ella supe que los dom

ingos

bajaba en tren a M

urcia a la iglesia B

autista, así que no la volví a

visitar, no pensaran los hermanos bautistas que les iba a robar un

miembro., de m

odo qu

e me replegué, dejand

o el intento para mejor

ocasión.

Tam

bién en marzo visité Molina de Segura, pueblo que está de

Archena uno

s 11 kilóm

etros. E

n tiem

pos de la segund

a república

españo

la, un

as m

isioneras qu

e eran m

iembros de la A

samblea de

Duque d

e Sesto en

Madrid, estuv

ieron

repartiend

o Evang

elios y

cuando

llegó a oídos de las autoridades religiosas, las apedrearon

y

tuvieron

que salir a m

archas forzadas…

Así es este pueblo…

Com

o año y medio antes de ser encomendado

s, estuv

e orando

po

r este pueblo, para qu

e Dios me diera la opo

rtun

idad de po

der

tener reun

iones…

Sup

e de un matrimonio joven

que

simpatizaba

con

el

Evang

elio, y le visité y me ofrecí para tener reun

iones en su casa,

pero eso, era pedir peras a un

olm

o… al verlos tan pusilánim

es los

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78

dejé y nunca m

ás he sabido

de ellos…

Enton

ces Molina de Segura,

por los pueblos de alrededor la llam

ábam

os e

l Peq

ueño

Vat

ican

o po

rque era una cantera de curas, m

onjas, frailes…

y a la vez m

uy

calculadora, ganándo

se bien lo que de ella se decía: D

e M

olin

a ni

el

polv

o ni

la h

arin

a…

41.- OBRA PIONERA EN CIEZA

José H

urtado, un

creyente de A

rchena, em

igró a A

lemania con

el fin de po

der construirse un

a casa, ya eran ocho

de familia, el

matrimon

io y

seis hijos. Allí,

por medio de su testim

onio se

convirtió

un muchacho

de Cieza llam

ado, Eulalio Yuste Lóp

ez,

apodado

Dar

ío.

Éste vino

de vacacion

es a m

ediados del m

es de mayo de 197

0 a

la casa de lo

s padres, u

bicada en la Glorieta de San Pedro núm

ero 12

, pu

es era soltero, vino

eufórico contando

a su familia las grand

es

maravillas qu

e Dios había hecho en su vida. C

oncerté con él de tener

en casa de sus padres algún contacto y si el Señor así lo qu

ería, el

contacto nos llevara a tener reunion

es, de m

anera que el m

iércoles

día 03

de junio de ese año, tuv

imos un Culto-coloquio en su casa con

la fam

ilia com

puesta de seis personas, resultó amena y qu

edam

os en

tener otra para el día 10. El Culto-coloquio consistía en que, d

espu

és

de la predicación

del Evangelio, d

aba op

ción

a preguntas, con

las qu

e a la vez de satisfacer su curiosidad les servía de adoctrinam

iento.

Dar

ío se marchó

de n

uevo a A

lemania y

las reuniones se

fueron

animando

con

la incorporación de unas cuantas vecinas. M

ás

tarde la casa fue insuficiente, pues era pequeña y había hom

bres y

algunas mujeres que quedaron en la calle, lo que asustó a la du

eña.

Las siguientes reuniones no

fueron tan concurridas.

Aprovechando la festividad del 18 de julio y la visita de uno

s cuantos jóvenes de A

rchena y otros tantos am

ericanos, visitamos

Cieza casa po

r casa, y a un

a de las parejas se les notificó que un

matrimon

io, qu

e había venido

de Argentina, en su casa, en la calle

Ram

ón y Cajal, 83 tenían reun

iones. El 10

de agosto hago un

a visita

al lug

ar de reun

ión y hablo con el responsable A

ntonio M

arqu

és y

79

me ofrecí para ayudarle, n

o en las reuniones, sino para algún

papeleo

que le hiciera falta. E

l 04

de septiembre, de nu

evo le hago otra

visita, aprovechando

qu

e era

día

de reun

ión. Sólo

encontré al

matrimon

io, los padres de ella que viven en la m

isma casa y a una

herm

ana de ella, que fue la visitada qu

e dio la dirección a la pareja de

jóvenes. Ellos, a

los diez meses de conv

ertido

s en un

a iglesia

Pentecostal de Argentina, se vinieron

y ya llevaban un año España…

Me pareció prud

ente dejarlos solos en el pu

eblo de Cieza, con

el fin de no dar lugar a confusiones que resultaran de m

al testimon

io,

viendo

el pu

eblo a uno

s trabajando

y teniend

o reun

iones po

r un lado

y otros por otro…Tuv

imos el último Culto en la G

lorieta de S

an

Pedro núm

ero 12

, el día 9 de septiembre de 1970 despidiénd

onos de

ellos. Entonces dirigí m

i esfuerzo para M

olina de Segura.

A últim

os del año

197

6 un

as hermanas de la iglesia Pentecostal

me escribieron diciéndo

me qu

e qu

erían hablar con

migo, porqu

e no

qu

erían seguir en dicha iglesia pu

esto que no sentían identificadas

con

sus creencias…

pero

no les h

ago

caso, mas ellas siguieron

telefoneándo

me con

insistencia y po

r último con

urgencia. Fui a

visitarlas con

el fin

de hacerles volver a

su congregación

, diciéndo

les:

- En todas las iglesias tenemos nuestras “cosillas” y no por ello

dejamos la congregación

… de mod

o, que lo mejor que pueden hacer,

es volver a vu

estra iglesia, y si tiene que pedir perdón lo hacen y en

paz…

a

la vez

yo me

siento incómod

o, no

piensen

vuestros

respon

sables que os estoy inculcando

a venir a nuestra fe, así que,

vuelvan y asun

to solucionado

… Ellas m

e dijeron:

- N

o se

sie

nta

culp

able

, ni

ten

ga e

scrú

pulo

s de

con

cien

cia

en

veni

r a

pred

icar

nos, po

rque

us

ted

no no

s al

ejad

o, he

mos

si

do

noso

tras

qui

enes

le

hem

os l

lam

ado

insi

sten

tem

ente

. Ade

más

, se

pa

que

si n

os a

band

ona,

igua

lmen

te n

osot

ras al

lí n

o vo

lvem

os.

- C

on tod

o,, no

sintiéndome cómod

o, le escribí la siguiente

carta al respo

nsable de la A

samblea Pentecostal, para que supiera lo

sucedido

:

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80

D. Constantino Justo

El Palm

ar (M

urcia)

13 de abril de 1977

Querido herm

ano en Cristo:

C

omo ya sabes, estoy teniendo reuniones

en C

ieza, ¿por qué n

o te lo h

e comunicado a

ntes? P

orque

francamente no lo creía necesario, pues siempre ha sido m

i intención d

esde u

n p

rincipio e

l hablarles p

ara q

ue volvieran

otra vez a su lugar. Les traté de traidoras, en otras palabras,

etc., les dije

que en todas las iglesias tenemos nuestras

“cosillas” y p

or ello

no n

os d

ividíamos. Creo q

ue se llegó a

conseguir q

ue volvieran a

la C

apilla, incluso M

aría B

ox q

ue

estaba m

eses sin ir antes que yo fuera.

No he sido yo quien me he metido sino que han sido

ellas quien m

e han llamado con insistencia y por últim

o con

urgencia. Ya venían haciéndolo tiempo atrás, pero no les

hacía caso, hasta que cedí con el fin de hacerte un favor.

Cuando fui y estuve algunas semanas les dije que m

e sentía

como culpable si seguía yendo a lo cual me contestaron:

-No sienta ningu

nos escrúpulos en ven

ir porqu

e U

d. no

nos ha alejado, y adem

ás, nosotras le hem

os llamad

o.

Cuando ya había tomado la decisión de no seguir yendo

a Cieza, creyendo que las aguas volverían a su cauce,

entonces me dije

ron: Que

si yo no qu

ería venir entonces

vendría un herm

ano

Bautista con

el cual ya habían hablado

y

hab

ía estado y que éste les prometió venir si yo no lo hacía,

que no estaban dispu

estas

a volver de

ninguna de

las

maneras…

esto hace un par de semanas.

Tú puedes pensar lo que quieras, pero así han ocurrido

las cosas. A m

í no m

e gustan estos líos, y por ello rehuía el ir

a Cieza y si fui fue con el fin arriba indicado.

Por si no lo sabes, te diré que hace siete años, estuve

teniendo Cultos en casa de Eulalio

Yuste y un día, repartiendo

literatura d

e casa e

n casa me enteré que A

ntonio Marqués

tenía C

ultos en su casa, en R

amón y C

ajal, 83. Fui un viernes

a una reunión, él, al saber que era creyente, me invitó a dar

81

un m

ensaje, pero sólo m

e lim

ité a dar un saludo y m

e senté a

escuchar. Después de la reunión me ofrecí para lo que le

hiciera falta, y desde ese m

omento d

ejé de tener Cultos en

Cieza, dejándolo a él solo y yéndome a Molina. Con ello

quiero decirte que no m

e gustan los jaleos.

Viendo que las decisiones de seguir aparte son firmes y

que nada puedo hacer, antes están dispuestos a que venga

otro, sino vengo yo. Por lo tanto este C

onsejo de Ancianos de

Archena, que está enterado de todo, hemos llegado a la

conclusión d

e seguir hasta ver en q

ué q

ueda esto. Les d

ije

que te iba a escribir, a lo que m

e contestaron: Que

si así lo

veía bien, que así lo hiciera.

Para q

ue sepas de la veracidad de lo q

ue te d

igo, he

hecho un borrador de esta carta la cual leeré a todos en

Cieza. Sin otro particular, sino un sincero deseo que el Señor te

bendiga en todo, tu herm

ano en C

risto,

YÜtÇv|ávÉ `

tÜà•Çxé

YÜtÇv|ávÉ `

tÜà•Çxé

YÜtÇv|ávÉ `

tÜà•Çxé

YÜtÇv|ávÉ `

tÜà•Çxé

Entre aqu

ellas mujeres estaba Dolores M

orcillo, la mujer que

quise visitar y su m

adre m

e dijo que ella iba todo

s los meses a

Murcia a la iglesia Bautista. Ella me confesó que se reunía en dicha

Asamblea por tenerla cerca pero no

se identificaba con sus creencias,

que ella había creído

en el Señor en Albacete po

r medio de las

Asambleas de Hermanos.

Fue en su casa, en la calle de Santa G

ertrud

is ,13 que inicié de

nuevo la obra en dicho

lugar. Las reuniones las em

pezamos hacer por

las tardes, en febrero de 19

77, ya que eran m

ujeres las que se

reunían.

El 02 de octubre de 197

9 escribía a los hermanos de Cartagena

que se reúnen en la calle J. L

ópez M

artínez, 3 lo

siguiente:

Ano

che

-lun

es- en

Cie

za é

ram

os 2

2 pe

rson

as e

n el

Cul

to y

6 d

e el

las er

an in

conv

ersa

s, lo

que

nos

ani

ma

a se

guir

con

el e

sfue

rzo.

Poco a po

co se fueron

añadiendo

jóv

enes y el 17

de no

viem

bre

de 198

2, escribía:

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82

Da

gust

o ve

r lo

s jó

vene

s va

rone

s de

14

a 24

año

s qu

e es

tán

vini

endo

a los

Cul

tos, y

ya

vari

os d

e el

los

son

del Se

ñor

y lo

s de

más

vi

enen

con

muc

ho int

erés

. Ant

es n

os r

euní

amos

en

una

habi

taci

ón y

ah

ora

lo h

acem

os e

n el

com

edor

y la

ent

rada

de

la c

asa

y se

llen

a, lo

qu

e no

s ha

ce p

ensa

r en

un

loca

l…

El lunes 24

de enero de 1983, un joven llam

ado Miguel Núñ

ez

López d

io p

úblico testimon

io d

e haber aceptado

al Señor como

Salvado

r. D

esde la prim

era vez qu

e vino a nuestras reun

ión, no ha

dejado

de venir a cada Culto.

El 26 de julio de 198

6 llegaron

los Sres. D

orozio, misioneros

canadienses, con

sus cuatro hijos para colaborar con

los hermanos

del lugar. S

i no

me equivoco, el m

ayor tend

ría un

os seis años… ellos

venían para ayud

ar en la pequeña A

samblea. Les recom

endé que

cuando

llegara el tiem

po de abrir los colegios que inscribieran a sus

hijos, porque sino lo

hacían term

inarían marchándo

se a su país; así lo

hicieron

, pero sólo una sem

ana…

y tal com

o les profeticé así pasó…

Terminaron m

archándo

se a su país.

En

ese

mismo

año, el domingo día

07 de no

viem

bre, se

recono

cieron

com

o diácon

os d

e la A

samblea d

e Cieza a M

iguel

Núñez López y a Anton

io Amo Lucas.

El grup

o iba creciend

o y a la vez la Sra. Dolores, du

eña de la

casa se iba haciendo

mas anciana y

le costaba trabajo

subir las

escaleras para su do

rmitorio, de m

odo qu

e nos iba insinu

ando que

alquiláram

os o com

práram

os un local do

nde po

der reunirnos, para

ella pod

er usar la habitación de abajo com

o dorm

itorio…

porqu

e en

esos m

omentos usábam

os la habitación, el com

edor y la entrada de la

casa. Ya

teníam

os ahorradas

un millón

trescientas

mil pesetas

(1.300

.000.—

Ptas.) con el fin de po

der, con

el tiem

po com

prar un

solar. E

stuvim

os m

irando solares por las afueras del pueblo, y por

100 m2 nos pedían una m

illonada, y

no digamos por lo

s bajos…

eran

intocables. Pero

nuestro

Dios no

s tenía reservada una

agradable

sorpresa…

En una no

che de oración

, a mediado

s del mes de marzo de

1987, Anton

io Losa Sánchez, un emigrante en Suiza, qu

e estaba de

vacacion

es, vino

a la reunión, porqu

e se acordó qu

e un día, la Sra.

83

Dolores, la dueña de la casa, le había hablado del Evang

elio, y oy

ó las oraciones de los jóv

enes pidiénd

ole al S

eñor que les diera un

lugar para reunirse…

Cuand

o term

inó la reunión el S

r. Losa les dijo:

- Y

o te

ngo

lo q

ue v

osot

ros ne

cesitá

is, y

os

lo v

oy a

ven

der

por

men

os q

ue c

uest

a un

coc

he…

Y una vez terminada la reunión

, llevó a los jóvenes a un bajo

que tenía debajo de su piso, y con una linterna, se los enseñó

. Al día

siguiente, eufórico de alegría m

e lo notificó Antonio A

mo. F

ui a

verlo y el 25 del mismo mes y año, com

pram

os el bajo de 12

0 m2 de

la calle

Mon

tepío

3, en un millón

doscientas mil pesetas,

(1.200

.000.—

Ptas.) ante notario, con las correspo

ndientes escrituras,

listo para pod

er reunirnos, solo tuv

imos que dar de alta la luz y el

agua…

. Y con

el dinero sobrante hicimos algunos

arreglo

y compram

os 150

sillas plegables de m

adera.

En

dicho

año

1987 antes de ir a

los Culto de los lunes,

repartim

os por las calles nuestro Boletín Informativo, uno

s 30

0.

La inauguración

del local se hizo el sábado

día 11 de julio de

1987, a las 19

h., y tod

a la sem

ana la tuv

imos ocupada con

Cultos

especiales.

El domingo día 29 de agosto de 198

8 se tuv

o los prim

eros

bautismos con

dos señoritas. Y sob

re las m

ismas fechas se contrató

con Radio A

RI media hora todos los do

mingos de las 9.30 a las

10.00 de la mañana para predicar el Evang

elio el cual era escuchado

de buen grado.

A primeros de mayo de 198

9 los Sres. D

orozio, con toda la

familia, se marcharon

para visitar a la fam

ilia y a su iglesia al Canadá

y regresaron el m

iércoles día 27 de septiem

bre del m

ismo año.

El d

ía 08 de m

ayo de 199

3 se bautizó Rafaela.

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84

42.- OBRA PIONERA EN MOLINA DE SEGURA

En

la A

samblea d

e Archena estuv

imos o

rand

o ocho

meses

pidiéndo

le al Señor que hub

iera una persona o fam

ilia creyentes en

Molina de Segura o alguien qu

e viniera a vivir a su pueblo después

de pasar uno

s años de em

igrante en B

arcelona, o Alemania, etc., y

allí se hubieran conv

ertido

y

con

ella o

ellas, em

pezar a tener

reuniones. N

o hu

bo con

testación. Entonces, sintiendo

carga por ese

pueblo le prop

use a mi espo

sa de ir nosotros, ella estuvo de acuerdo.

Lo dijimos a la cong

regación

los proyectos que teníamos y fueron

mucho

s los qu

e nos dijeron:

- P

ero,

¡es

táis

loc

os, co

mo

se o

s oc

urre

ir

a ev

ange

liza

r a

un

pueb

lo t

an f

anát

ico!

… N

os quedamos sorprendido

s y a la vez nos

pregun

tábamos:

¿De

qué

les

sirv

ió e

l es

tar

oran

do a

fav

or d

e es

e m

unic

ipio

?,

está

bie

n cl

aro

que

de n

ada…

Alquilamos una casa, que hacía esquina, el día 01 de m

arzo de

1971 en la calle, M

illán Astray 74, con

dob

le in

tención: Primera vivir

en ella con la fam

ilia, tres días a la sem

ana; y segun

da. Pod

er tener

un lugar de reun

ión. La dueña de la casa, cuando

hicim

os el contrato

de la renta, m

e pidió qu

e le pagara un

año

por adelantado. Y

com

o habíam

os comprob

ado

que

no teníam

os el aplauso

de nuestra

Asamblea,

de

nuestro

bolsillo

pagamos

el

arrend

amiento,

quedándo

nos apenas con

fond

os…

y

éram

os seis de fam

ilia: El

matrimon

io, tres hijos y Áng

eles, la tía de Aurora.

No

había

acabado

el prim

er mes, cuando

vino

la du

eña

atem

orizada y decidida a rescindir el contrato de alquiler, po

rque le

habían amenazado y le habían dicho que a pedradas rom

perían los

cristales de la casa, etc. Les dijim

os que si lo rom

pían nosotros lo

repond

ríam

os, que no

se preocupara. Le hablam

os del E

vangelio y

una vez calm

ada le regalé un

folleto titulado: L

a Ig

lesi

a de

l D

ios

vivo

. Dicho

folleto refuta de una m

anera magistral to

das las do

ctrinas

de la iglesia católica rom

ana sólo con

versículos y sin comentarios,

demostrando

lo equivo

cada que está sobre, la confesión, el bautismo,

las misas a lo

s muertos, etc., total 3

2 páginas de tamaño octavilla. L

e dimos dicho folleto diciéndole:

85

- Ahí po

drá

encontrar todo

lo qu

e sus inqu

ilinos creen.

Además usted nos tiene un contrato firmado para un año, y cuand

o finalice, sepa, que con

dicho

contrato sólo nos pod

rá subir el alquiler,

pero nun

ca echarnos; pero yo le do

y mi palabra, que si me avisa un

mes antes, al térm

ino del contrato, po

rque quiere su casa, ese m

ismo

día tend

rá la llave en su mano. M

i palabra de cristiano vale más que

un con

trato.

En la calle don

de alquilamos la casa, u

nas tres casas m

ás abajo

y en la misma acera, vivía Juan,

el ar

chen

ero qu

e se ganaba el pan

como albañil, du

rante el día y ayudante de barbero por la no

che, era

natural de A

rchena, y para que no lo relacionaran con no

sotros, se

limitaba a decirnos bueno

s días o buenas tardes, si se veía obligado

hacerlo…

pero nada m

ás; de este mod

o, los vecinos pensaron mal, al

ver qu

e esta fam

ilia del m

ismo pueblo no alternaba con no

sotros; así

que, cuando veía a un vecino

y lo saludaba, éste no me contestaba

haciéndo

se el sordo.

Nuestra casa de alquiler estaba m

uy bien situada en un barrio

obrero. Y a las horas de entradas y salidas del y al trabajo, pasaban

por la puerta multitud de personas, pero yo no era capaz de repartir

cientos de tratados, porque me daba vergüenza hacerlo, tal era mi

timidez que m

e recomía por dentro…

Era tanta m

i cortedad, que me

apesadum

braba consigo

mismo, po

rque sabía qu

e si me hubiera

atrevido

dar un tratado, lo hu

biera echo con

tal sofoco, que alguien

me lo hubiera cogido po

r lástim

a y por hacerm

e un favor…

De

form

a, que com

prendía esa no

era la m

ejor m

anera de testificar.

No era miedo lo que me em

bargaba sino

ind

ecisión y timidez;

porque sabía que desde el 2

8 de ju

nio de 196

7 había entrado en vigor

la L

ey de L

ibertad Religiosa, y qu

e po

díam

os disfrutar de cierta

tolerancia, que eso era lo

que nos con

cedía dicha Ley.

Cada do

mingo, en el Culto de Com

unión de A

rchena, daba un

reportaje de cómo

habíam

os pasado

los tres días en Molina

de

Segura. N

uestra tía, un

a mujer de oración, se qu

edaba en A

rchena

con nu

estro hijo m

ayor Abel, para que fuera al colegio.

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86

43.- PASTOR EVANGÉLICO

Com

o qu

iera qu

e el tiem

po pasaba y

creía

que

nada se

adelantaba, para que el pueblo se enteraba que había un evangélico,

pensé y así lo hice, pon

er en la fachada de la calle una placa de acero

inox

idable que decía: FRAN

CIS

CO

MARTÍN

EZ S

ÁN

CH

EZ P

AST

OR

EVAN

GÉLIC

O. Desde ese m

omento era m

uchas las person

as que se

pasaban po

r la calle para ver lo increíble: ¿U

n pr

otes

tant

e en

Mol

ina

de S

egur

a? Un día estaba orand

o en m

i habitación qu

e daba a la calle

y oí una m

oto que paró en la puerta. Pensand

o qu

e era alguien qu

e me venía a visitar miré entre las rend

ijas de la persiana y vi a hom

bre

que estaba m

irando

la placa. S

e ve que no sabía muy bien leer porqu

e po

día leer en sus labios lo qu

e estaba leyendo

. Termina de enterarse,

hace la señal de la cruz, y salió en su moto, com

o alma que se la

lleva el diablo…

44.- PRIMER CONTACTO EN MOLINA DE SEGURA

Pasaban las semanas y

no viendo resultados p

ositivos, me

refugiaba en la oración. C

on cierta desánimo. C

ierto día, antes de

salir a la calle oré de la siguiente m

anera:

- S

eñor

, tú

sab

es e

l tiem

po q

ue lle

vam

os a

quí,

los

veci

nos

no

nos

salu

dan,

nos

reh

uyen

… c

ompr

endo

que

si yo

fue

ra u

na p

erso

na

más

abi

erta

pod

ría

hace

r am

igos

, per

o so

y co

mo

tú m

e ha

s cr

eado

, y

sabe

s qu

e m

i tiem

po,

mi

cora

zón,

mi

don,

mi

fam

ilia

y m

i di

nero

es

tán

inve

rtid

os a

quí…

ya

no p

uedo

más

, Señ

or, a

hora

, te

toca

a ti

Salgo a la calle y un

vecino, Fulgencio R

omero, que vivía a

unos cincuenta m

etros más arriba de nuestra casa, m

e saluda m

uy

amigablemente, charlam

os com

o media hora. No le di u

n tratado, que

siem

pre llevaba en el bo

lsillo, porque m

e pareció que era abusar de

su amabilidad. Al día siguiente me hice el casual y d

espués d

e saludar al vecino, entablamos conversación y le di u

n folleto titulado

: La

Igle

sia

del D

ios

vivo

, el m

ismo qu

e le di a la dueña de la nuestra

casa de alquiler.

87

Me veng

o a casa y m

e puse a orar dándole gracias a Dios,

porque he dado

un folleto como se debe entregar, con gracia y sin

cortedad. No term

ino mi oración de acción de gracias, cuando oigo

que llam

an a la pu

erta de la calle, salgo y es el Sr. R

omero. M

e saluda y un po

co nervioso me dice:

- D

. Fra

ncisco

, ha

ga e

l fav

or d

e da

rme

otro

lib

rito

por

que

el

que

me

dio

me

lo h

an c

ogid

o en

el ba

r… Entro a m

i habitación

cojo

cinco más y se los do

y… Sigo alabando al Señor que ya he dado seis

sin vergüenza, etc., cuando de nu

evo interrum

pen mi plegaria porqu

e llam

an a la pu

erta, salgo y es el Sr. Rom

ero otra vez, tod

o sonrojado

me dice:

- ¡Q

ue lo

qui

ero

leer

y o

tra

vez m

e lo

han

qui

tado

en

el b

ar!

Entonces le d

i 25

. De manera que lo q

ue n

o hice p

or m

i timidez, lo hizo él p

or m

í en el bar.

45.- LA BARBERÍA: MI CAMPO DE TRABAJO

Pasaron

unos días y El S

r. Rom

ero me dijo:

- J

esús

, el b

arbe

ro, q

uier

e qu

e va

ya p

ara

pode

r ha

blar

con

usted

. Y

le con

testé:

- Estoy afeitado y no

tengo falta de recortar el pelo, ¿a qu

é vo

y?

- N

o, s

i lo

que

él

quie

re,

es h

abla

r de

su

religi

ón. La barbería

también era de alqu

iler y se encontraba en la m

isma finca do

nde

nosotros vivíamos pero que daba a la calle D. Juan de Austria.

Fui, y muy

amablemente m

e invitó a sentarm

e y hablam

os de

las diferencias que hay

entre católicos y

evangélicos. E

stuvim

os

hablando

, no

importaba qu

e hubiera clientes, qu

e por supuesto él

atendía, pero el ambiente se caldeaba m

ucho m

ás cuand

o no

los

había. Q

uedé inv

itado para otro día. A

sí que cada mañana, despu

és

del desayuno

me iba a la barbería, que llegó a ser m

i cuartel general,

porque eran más lo

s qu

e venían a escucharm

e qu

e a recortarse el p

elo

o afeitarse.

Los ho

mbres con

los

que

hablaba

se interesaban

por

el

Evang

elio, pero tenían miedo

al qu

é dirán, así que escog

iend

o entre

los más valientes m

e decidí a inv

itarles para tener con

ellos una

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88

reunión en casa. La qu

e celebram

os el 04

de junio de 197

1 sólo con

do

s ho

mbres: el Sr. R

omero y Joaquín Gom

ariz. Una vez terminada

la reunión, les invité para la siguiente sem

ana…

pero no vinieron…

Pedí perdón al Señor por ser tan impulsivo…

Y seguí diciend

o al

Señor en mi súp

lica:

Mie

ntra

s el

los

no m

e lo

pid

an, n

o vo

lver

é a

tene

r un

Cul

to c

on

ello

s, c

uand

o m

e lo

pid

an e

nten

deré

que

esa

ser

á tu

vol

unta

d y

la

seña

l par

a se

guir

ade

lant

e…

Al d

ía siguiente, los dos m

e esqu

ivaban, evadiendo

enfrentarse

o dialogar con

un servidor. Yo trataba de disim

ular haciénd

oles ver

que no

había pasado nada, procurando

estar amigable con

ellos…

hasta qu

e vo

lví a ganar su con

fianza, y un

día, hablando con

ellos y

alguno

s más, el S

r. Rom

ero me dijo:

- D

. Fra

ncisco

, ¿cu

ándo

vol

vere

mos

a te

ner un

a re

unió

n co

mo

aque

lla

que

tuvi

mos

? Les con

testé, ocultando

mi alegría:

- Cuand

o ustedes quieran.

Quedamos que para el día siguiente,

así qu

e el 26 de julio de ese año vo

lvim

os a reunirnos y acudieron

cinco

varones; y

ya nu

nca más se dejaron

de tener C

ultos cada

semana en M

olina de Segura, hasta el d

ía de ho

y.

El 06 de septiembre de 1971, al final del Culto tres person

as

dieron

público

testim

onio do

s de Molina, siendo

un

o de ellos

Fulgencio Rom

ero y el otro fue Jesús Gom

ariz, y un

a mujer de Ulea,

de los que venía a reforzar las reun

iones con su presencia. El Sr.

Gom

ariz, pronto dio evidencias de haber nacido de nuevo.

46.- EL PODER DE LA ORACIÓN

Com

o cada dom

ingo, con

taba a la Asamblea de Archena cóm

o iban las cosas, al saber que cinco hom

bres se habían reunido

, ardían

en deseos de venir a

un Culto en Molina, pero se lo im

pedía

diciéndo

les:

- N

o qu

iero que vengáis sólo un

a vez y nunca más, po

rque de

hacerlo, en vez de un bien m

e haréis m

al, ya que ese día que vengáis

será una jornada de alegría para los pocos que nos reunimos, p

ero al

no venir m

ás, se desanim

arán al verse solos, y, ¡eso es lo que no

89

quiero! Os dejaré ir si os comprom

etéis a venir cada sem

ana, porqu

e de este modo ayudaréis con vu

estra presencia y canto al incipiente

grupo. Por esos tiem

pos, ningú

n creyente teníamos coche. Nosotros

íbam

os en el autobús que iba a M

urcia y no

s dejaba en la antigua

estación

de ferrocarril…

and

ábam

os cerca de dos kilómetros y cuesta

arriba, cargado

s con do

s niño

s, cestas, ropa, etc.

Cuando los creyentes de A

rchena y U

lea decidieron

ir, despu

és

de pensárselo varias sem

anas, alqu

ilaron un taxi y cada semana no

s acom

pañaban. D

espu

és, de algún tiempo, fueron con

una furgoneta,

que para su trabajo compró un

hermano de U

lea, A

ntonio C

ascales,

en la qu

e colocaban sillas. Por año

s estuvieron apo

yando la O

bra en

Molina con su presencia.

Un día, recién em

pezado

el Culto, cuando m

e hallaba orando

pidiendo

la ayuda y bendición

del Señor para la reunión, entraron do

s ho

mbres: Jesús el barbero y Juan su ayudante, e

l ar

chen

ero. Los dos

prestaron mucha atención du

rante la reunión

, y fue motivo de m

ucha

alegría para to

dos los creyentes que venían de Archena y de Ulea.

Com

o todas

las

semanas, el sábado

nos

marcham

os para

Archena y

al llegar a

casa,

la Sra.

Áng

eles me

pregun

ta

expresam

ente:

- ¿

Cóm

o fu

e la

reu

nión

del

lune

s? Le dije:

- ¡No

se puede dar u

na idea ni imaginar q

uien v

ino a la

reunión! ¿Sabe quién vino: el barbero y e

l ar

chen

ero,

nue

stro

vec

ino

que nada quería saber de nosotros? ¡Estuv

o, y m

uy atento! Enton

ces

la Sra. Á

ngeles, llorand

o em

ocionada decía:

¡Señ

or,

perd

ónam

e po

r m

i in

cred

ulid

ad!

Te

pedí

a qu

e es

e ho

mbr

e qu

e ta

nto

daño

es

taba

ha

cien

do

a m

is hi

jos,

que

se

arre

pint

iera

de

lo q

ue h

abía

hec

ho y

com

o pr

ueba

, fu

era

al C

ulto

pero

me

decí

a: ¡

No

pued

e se

r, l

e es

toy

exig

iend

o de

mas

iado

al

Seño

r! ¡Se

ñor, q

ué g

rand

e er

es, p

erdó

nam

e!…

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90

47.- LOS PRIMEROS TESTIMONIOS EN M

OLINA DE

SEGURA

Al finalizar un

culto, viendo

que

alguno

s de los reun

idos

habían captado

el mensaje de salvación, hice un

a invitación para

recibir a Cristo y dos ho

mbres testificaron

de haber aceptado

al S

eñor

como Salvado

r: Jesús G

omariz e

l de

l ac

eite

, y Fulgencio R

omero.

Realm

ente ignoro si este último llegó verdaderam

ente a con

vertirse,

porque su testim

onio fue m

uy dudoso en el transcurrir del tiem

po, n

o así del otro que dio evidencias de un cambio radical en su vida, a

pesar de sus 69 años edad.

¿Cóm

o evangelizábamos? U

n servidor, en la barbería y m

i esposa testificaba en la panadería, en el pescado, en la carne, en la

frutería, etc., un

as veces porqu

e ella provo

caba la situación y otras

porque le hacían pregun

tas. Tam

bién por m

edio de nuestros niños, y

a qu

e ellos jugaban con los chicos de los vecino

s, lo qu

e hacía que las

relacion

es con

ellos fueran más afectuosas, y poco a po

co, nu

estra

buena reputación se iba difundiend

o, y teniend

o de nosotros, los

creyentes evangélicos, m

ejor con

cepto…

Y conform

e iba pasand

o el

tiem

po, alguno

s de nuestros vecino

s pasaron de la oposición a la

admiración y algun

os empezaron a venir a los Cultos y otros a

relacion

arse m

ás con

nosotros; pero la dueña de la casa seguía con

miedo

, bien porque fuera molestada por quien fuera, o po

r temor

infund

ado, el caso qu

e, a últim

os del de enero del año 1972

nos avisó

para decirnos que

necesitaba la casa porque pensaba

hacer

obras…

(¿?) y le dije:

- N

o se preocup

e, el último día del mes de febrero, (qu

e ese

año era bisiesto) tend

rá su llave.

48.- NUEVA CASA DE ALQUILER

Jesús el barbero, q

ue estaba al corriente de todo

, pues era allí a

donde más tiem

po pasaba y do

nde conseguía mi feligresía, m

e dijo:

91

- ¿

No

será

usted

tan

cán

dido

com

o pa

ra e

ntre

gar

la lla

ve e

ir

se?,

por

que

en e

ste

pueb

lo n

adie

se

va d

e un

a ca

sa a

lqui

lada

ni

echá

ndol

e a

pata

das…

-

Pues sí, me vo

y, porqu

e al D

ios al cual sirvo, estoy seguro

que si su voluntad es qu

e me quede, m

e dará casa y si no me da una

casa, será po

rque mi ministerio

aquí en Molina

de Segura

ha

term

inado…

- ¿

Per

o si

la le

y es

tá a

su

favo

r y

de su

part

e?

- N

o es cuestión de ley, sino

de seriedad, y como cristiano he

dado m

i palabra, y entregaré la llave consiga o no

consiga casa, la

dueña, ese día, tendrá su casa. El b

arbero, tod

o preocupado

me dice:

- ¿

Qué

har

á si

no

encu

entra

casa

? - Cogeré todo

s mis m

uebles y m

e iré.

- ¡Y lo

dic

e ta

n tr

anqu

ilo!

El barbero en esos mom

entos que hablaba conm

igo, estaba

afeitand

o a un

cliente, dicho cliente se m

archa y a la m

edia hora

vuelve diciénd

ome:

- ¡Ya tiene usted casa!. H

e escuchado la con

versación y me he

dicho: Si yo tuviera

casa para alquilar se la daría

con

plena

tranqu

ilidad a este ho

mbre... Pero sin decir nada m

e he ido

a ver un

pariente que tiene un

a casa y le he contado de su caballerosidad y m

e ha dicho

que se la alquila al m

ismo precio que la que deja.

Aun

que legalm

ente no no

s po

dían echar, n

os fuimos, eso causó

una ho

nda y muy

buena im

presión a los mucho

s cono

cido

s y a los no

conocido

s, dando

lugar a ensalzar el n

ombre del S

eñor.

El 24 de febrero, junto con los Sres. Rom

ero y Gom

ariz vam

os

para hablar con el hom

bre, que tan am

ablemente, sin conocernos, nos

alquilaba la casa para hablar sobre las cond

iciones del contrato, y

quedam

os que para el lun

es día 29 de febrero de 19

72 por la mañana

vendríam

os a recog

er la llave, ya qu

e ese día po

r la noche, tend

ría

que entregar la de Millán Astray.

El domingo día 28, en Archena y en Ulea damos las nuevas

para que los hermanos que vinieran a la reunión a M

olina de Segura,

vinieran preparados para hacer la mud

a de m

uebles a la casa nueva

de alquiler…

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92

Cuando fuim

os a recog

er la llave, el día 29

por la mañana, el

dueño

nos

presentó mil

excusas

y no no

s dio

la llave…

Nos

quedam

os más helado

s qu

e la misma

llave…

Así qu

e pasamos

buscado casa todo el día desesperadamente, y el barbero, cada vez

que no

s veía nos pregu

ntaba preocupado

, po

rque vislumbraba qu

e nu

estra partida era inminente… E

ra de no

che, y no teníam

os casa.

Esas eran las tristes noticias con las que el barbero se marchó a su

casa. Cuando eran las siete de la tarde, y el C

ulto empezaba a las

ocho, alguien no

s indicó que en la m

isma calle pero con

nom

bre

distinto había una casa cerrada y qu

e el dueño vivía en Lorquí, un

pu

eblo entre A

rchena y M

olina de S

egura. Sin pérdida de tiem

po

alquilam

os un

taxi,

pues me

acom

pañó

el señor

Gom

ariz,

pregun

tamos por el du

eño, nos ind

ican la casa y la espo

sa nos dice

que está en el bar, allí vam

os y lo encontramos con unos am

igos, le

cuento lo

que m

e sucede, y el h

ombre me dice:

- L

a ca

sa n

o tien

e lu

z, p

onga

usted

el co

ntad

or a

cue

nta

del

alqu

iler

que

ser

á el

mis

mo

de la

casa

que

dej

a y

saca

ndo

unas

lla

ves

del b

olsi

llo

del p

anta

lón,

me

las en

treg

a di

cién

dom

e: Y

a tien

e ca

sa…

Rápidam

ente nos fuimos a casa a tiem

po justo de em

pezar la

reunión. Los hermanos de Archena y U

lea, vinieron en la furgon

eta

del herm

ano Antonio C

ascales preparados para llevar los m

uebles a

la nueva casa, ignorantes de tod

o lo sucedido. De mod

o, que una vez

term

inada la reunión

, nos pu

simos a recog

er y a llevar muebles y a

dejarlos amon

tonado

s en el nuevo domicilio en la calle Sevilla,

número 28, muy cerca. Era m

ás pequeña que la qu

e dejamos, pero

muy agradecido

s al Señor po

r su prov

isión. Esa misma

noche,

entregué la llave a la dueña de la calle M

illán Astray, dándole las

gracias por avisarno

s con un

mes de antelación

. Al día

siguiente, como

de costum

bre, me

presento en la

barbería, y Jesús el b

arbero, tod

o preocupado

me saluda diciendo:

- Viene a despedirse…

- N

o, le contesté, el Señor nos ha prov

isto de casa, y le cuento

lo ocurrido

al b

arbero y éste se q

uedó com

pletam

ente adm

irado,

viendo

con

sus

prop

ios

ojos un

milagro qu

e nu

estro

Dios

Todop

oderoso había hecho...

93

49.- YA TIENEN COCHE LOS SRES. M

ARTÍNEZ

En junio de 197

2 con un don

ativo qu

e nos mandaron los Sres.

Aerni de 50.000

.—Ptas., pu

dimos com

prar un coche SEAT 140

0-C

ex taxis de M

adrid, harto de vivir, pero fue un

alivio y de gran ayud

a al no tener qu

e subir cargados m

ás de un kilóm

etro desde donde nos

dejaba el autob

ús.

Nos enteram

os, q

ue en la calle Raimun

do de los Reyes, estaban

reparand

o un

a casa para alqu

ilar, así que vi a lo

s du

eños y les dijimos

para qué la queríam

os y a la vez que nos dejaran hacer un bautisterio,

a lo que asintieron. A

sí que, d

e nuevo nos trasladamos para tener los

Cultos en otra casa, también m

uy cerca de las anteriores.. Firmé el

contrato el 23

del m

es de septiembre de 197

2 de la nueva casa en

Raimun

do de los Reyes, 33

y tam

bién nos hicieron pagar un

año

por

adelantado, pero esta vez no

lo pagamos nosotros, sino la iglesia de

Archena, al ver que el Señor nos estaba bendiciend

o. C

asi toda la

casa qu

edó

como

un salón

para capilla. Nosotros

hicimos el

bautisterio un

poco

más alto

que el suelo, el cual no

s servía d

e plataforma. Allí estuv

imos hasta final del año

198

0.

Para prim

eros del 198

1 nos fuim

os a la calle Caridad 131 a la

casa que habían comprado los Sres. R

ivera, y aun

que ellos no

s la

dejaban gratis, nosotros no qu

isim

os abusar de su generosidad y le

pagamos un alquiler, aunq

ue fuera barato, a fin de compartir los

gastos, y a la vez enseñar a los nuevo

s creyentes a ser responsables.

Y el día 23 de mayo de dicho

año, inauguramos la capilla y tuvimos

cuatro días de Cultos especiales.

50.- CAMPAÑA EN MURCIA, M

OLINA DE SEGURA, ETC.

Hub

o en M

urcia capital en el mes d

e agosto d

e 19

72 u

na

Cam

paña conjunta con

Evangelismo

en Acción, Operación

y

Movilización

y La

Liga

del Testamento de Bolsillo, y

también

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94

estuvieron en Molina repartiendo invitacion

es para las películas qu

e se proyectarían el 04 y el 11 de dicho

mes de agosto.

El día 03

tuve qu

e hablar con

el du

eño del cine C

onsu para

calm

ar su nerviosism

o alterado, po

rque quería devo

lverme

las

6.000.—

pesetas que le había entregado

por el alqu

iler de do

s viernes

y no p

royectar las p

elículas. Le hice saber q

ue h

abía firmado

y sellado un con

trato, el cual tod

avía conservo. Lo hice acordándo

me

del d

icho

pop

ular que: D

e M

olin

a ni

el p

olvo

ni l

a ha

rina

. Fue un lleno total el día 04 y no

tanto el día 11

. Se repartieron

multitud de Evangelios. Se proyectaron Los Inquietos y Tierra Santa.

Hasta las do

s de la mañana

quedam

os contestand

o multitud

de

pregun

tas y a la reunión

siguiente, acudieron

12 person

as nuevas.

Después de la Cam

paña, escribí 58

cartas a

seis ciudades

distintas de tod

as las personas que no

s dejaron sus direcciones para

que

les

visitáramos, positivamente sólo contestó un muchacho

estudiante del pueblo de M

ula.

51.- REUNIONES EN MULA (MURCIA)

De la C

ampaña que hub

o en la región

de Murcia del 04 al 11

de agosto de 1972, de todas las cartas escritas, positivam

ente sólo

contestó un muchacho estudiante de este pueblo.

Mula es ciudad cabeza de partido, y está a un

os 20 kilómetros

de A

rchena. El sábado

día 09 de diciembre de 197

2, fui a visitar al

muchacho qu

e solicitó la entrevista. El joven era un estud

iante de

Operación M

ovilización. A

la cita tam

bién se un

ió a nosotros un

señor. L

a conv

ersación

duró un poco más de do

s horas pu

diendo

satisfacer tod

a clase de preguntas. Com

o se notaba interés por parte

de los dueño

s de la casa los Sres. Piñero, seguí teniend

o reuniones

cada sábado po

r la tarde. Los vecinos ya los molestaban con los

dichos de siem

pre: N

o creen en la Virgen…

cuand

o alguno

s am

igos

empezaban a venir, entre ellos un po

licía mun

icipal.

El 17 de marzo, de 197

3 fui cargado con un

proyector y dos

películas, un

a científica y

otra con

un mensaje dado po

r Billy

Graham en TV., ilusionado pensand

o en la sorpresa y alegría que los

95

reunidos ib

an a llevar…

pero el asombro lo llevé yo al v

er lo

s rostros

de la fam

ilia cam

biados… algo había sucedido

… El S

eñor Piñero me

dijo con

cierto do

lor y tristeza:

-Mire,

hem

os lle

gado

a n

o po

der ni

dis

pone

r de

nue

stra

pro

pia

casa

Contánd

ome las presiones qu

e tenía con las person

as que le daban

trabajo y a las cuales se debe, ya que habían sido

influenciadas por

los sacerdotes…

Así que dejé de reunirm

e con ellos.

El 08

de abril de 198

1 escribía a las iglesia m

i carta circular de

oración y entre otras cosas les comun

icaba lo siguiente:

Var

ios jó

vene

s de

est

a Asa

mbl

ea, e

stán

sal

iend

o a

repa

rtir

liter

atur

a a

la c

iuda

d de

Mul

a, la

cual

fue

vis

itad

a ha

ce u

nos

años

y la

que

dista

de A

rche

na 2

1 ki

lóm

etro

s.

El 6 de enero de 19

82, aprovechando

la festividad del día, salimos

siete parejas a esta ciudad para pasar el día para visitar casa a casa,

haciendo

encuestas y regalando

un Evangelio de S. Juan, a lo

s qu

e no

lo tienen e invitánd

oles a hacer un curso po

r correspond

encia. E

n térm

inos generales no po

demos decir que tod

o fue positivo

, ya que

todo está trillado po

r los

llam

ados Testigos

de Jehová y

nos

confun

den con ellos, pero a pesar de to

do, h

icim

os varias salidas.

El martes día 16

de agosto de 19

88, me grabaron

un video de

45 m

inutos p

ara proy

ectarlo

en la televisión comunitaria, do

nde

había más de 1.000 asociado

s, según

me dijeron, para el m

es de

octubre o no

viem

bre. Ign

oro si lo proyectaron, ya qu

e no

vivíamos

en M

ula ni teníam

os a nadie que lo

pud

iera con

statar.

52.- EL FINAL DEL BARBERO

Jesús el barbero tenía por vecino de casa y de negocio a un hijo

de Jesús G

omariz, el

del

ace

ite, tam

bién llamado Jesús. El nego

cio

del aceite, lo tenía justo enfrente de la barbería, y su viviend

a, lejos

del negocio y también cerca y en la m

isma acera de la casa del

barbero. Jesús escuchaba de muy buena gana las conv

ersaciones que

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teníam

os en la barbería, pues cuando

podía se escapaba para charlar

conm

igo o escuchar lo

que hablaba con

otras personas.

Un día en casa de Jesús G

omariz, hijo, les hablé a los dos tan

claram

ente del Evang

elio y de su necesidad de aceptar a Cristo como

Salvado

r, que term

inó diciendo

el B

arbero:

- E

stá

bien

cla

ro, s

i tú

y y

o no

ace

ptam

os a

l Se

ñor

es a

cau

sa

de n

uest

ros

nego

cios

, tú

por

el tu

yo y

yo

por

el m

ío…

¡Qué pena!

¡Cuántas personas pierden su felicidad eterna por lo m

ismo!

Más tarde se fueron

enfriando

y terminaron

escuchand

o a los

Testigos de Jehová…

De una carta de oración

escrita a las iglesias en jun

io de 19

74

saco lo siguiente: …

nues

tra

labo

r, la

de m

i es

posa

y u

n se

rvid

or, e

s co

mpl

etam

ente

pio

nera

, no

sól

o no

hab

ía n

ingú

n cr

eyen

te, cu

ando

em

peza

mos

, si

no tod

o lo

con

trar

io:

Tod

avía

cre

ían

cosa

s ra

ras

de

noso

tros

los

eva

ngél

icos

. Es

una

ciud

ad d

ura

por

su r

elig

iosi

dad,

se

dice

de

ella

que

es el Pequeño

Vaticano. E

s di

fíci

l qu

e se

visite

un

hoga

r qu

e no

se

encu

entr

e qu

e al

guno

de

sus

mie

mbr

os n

o se

a sa

cerd

ote,

rel

igio

so o

rel

igio

sa, et

c., pe

ro tam

bién

es

el p

uebl

o qu

e m

ás in

dustri

a co

nser

vera

hay

en

la p

rovi

ncia

. Alq

uila

mos

una

cas

a y

vivi

mos

en

ella

tre

s dí

as a

la

sem

ana

y lo

s ve

cino

s se

est

án d

ando

cu

enta

que

no llevam

os cuernos ni rabo…

Han

sid

o tr

es las

cas

as

que

hem

os a

lqui

lado

en

poco

más

de

dos

años

, y

la q

ue a

hora

te

nem

os s

e ha

aco

ndic

iona

do c

omo

Cap

illa

con

su

baut

iste

rio

y le

trer

o lu

min

oso.

Est

amos

esp

eran

do e

l per

miso

de a

pert

ura

más

de

un a

ño, c

uand

o no

s lo

den

, ten

drem

os b

autism

os. P

or a

hora

son

sól

o tr

es lo

s cr

eyen

tes.

El domingo día 24 de noviembre em

pezamos a tener C

ultos a

las 12

de la mañana, con

el fin

de dar mayor facilidad

a los

inconv

ersos, sin dejar de tener las reun

iones de lo

s lunes.

El domingo día 17 de ago

sto, por vez primera en la historia de

esta ciudad, h

ubo

bautismos d

e do

s herm

anos y

una señora; n

o vinieron

todos los que inv

itam

os, pero los 40 asientos y los pasillos

se llenaron con las person

as nuevas y con los creyentes qu

e vinieron

de Archena y Ulea.

97

El

día

16 de octubre

de 19

75 recibí po

r teléfono

la

comun

icación po

r D. Joaquín Guerola, qu

e ya teníamos el perm

iso

de apertura…

El d

omingo día uno de febrero de 197

6 tuvimos la presentación

de E

ster, un

a niña, hija de los jóvenes creyentes Alfon

so R

ivera

García y Rita Gom

ariz Soro. Com

o dicho acto era el prim

ero qu

e se

celebraba en este pu

eblo, fueron m

uchas las person

as de M

olina de

Segura que vinieron

, nu

nca tuvimos tantos molineros. El acto fue

aprovechado para que escucharan un

buen mensaje del Evang

elio.

El domingo día 07 de m

arzo de 1993

, se empezó a emitir por

Radio en Ond

a del Segura en Frecuencia Modulada en 97.8 MHz,

todos los domingos alas 9. 3

0 de la mañana en directo y en diferido

a

las 4. 30 por la tarde, pagand

o po

r cada emisión 50

.000

.—Ptas., y

todavía se sigue emitiend

o. El día 5 de febrero de 20

07 escribía a las

iglesias:

RAD

IO.- D

espu

és de

m

ante

ner

por

más

de

14

os ca

da

dom

ingo

un

prog

ram

a de

45

min

utos

, pe

nsáb

amos

ter

min

ar c

on

dich

a et

apa

para

fin

al d

e es

te a

ño,

pero

cua

ndo

se h

abló

con

el

dire

ctor

de

la e

misor

a pa

ra d

ecirle

que

dej

ábam

os d

e em

itir

a p

artir

de e

nero

de

2008

, és

te, no

que

rien

do d

ejar

un

prog

ram

a qu

e le

ha

dado

pre

stig

io y

clien

tela

, de

cidi

ó re

gala

rnos

tod

o el

año

200

8. A

fina

les

de e

se a

ño d

imos

un

pequ

eño

dona

tivo

de

ayud

a pa

ra l

a em

isor

a. D

espu

és y

a ve

rem

os.

Despegue escalonado del grupo de Molina. Los A

nciano

s de

Archena, el día

07 de marzo de 19

93, les comunicam

os a

los

herm

anos de Molina de Segura de tener un

“de

seng

anch

e gr

adua

l”

de la iglesia madre, teniendo

cada domingo p

or la mañana, sus

Cultos de Partimiento del Pan, como iglesia, porqu

e hasta ahora se

hacía un

a vez al m

es y los m

artes las reun

iones de oración

. Para qu

e no

resultara m

uy violento, por la tarde seguían viniendo

a A

rchena,

porque pensamos que sería m

uy traum

ático cortar todo el dom

ingo,

tanto para ellos com

o para nosotros, el d

esen

ganc

harn

os de golpe…

Los p

rimeros m

eses d

e la segregación

tod

os n

os sentíam

os

tristes, los que nos quedábamos en Archena com

o los que no

venían

de M

olina de Segura, a pesar que por la tarde nos gozábamos al estar

juntos de nuevo.

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98

Desenganche total.

De mod

o, q

ue d

espu

és d

e tres año

s y

medio y

una

vez

que

la herida había

cicatrizado, vimos la

conveniencia y la necesidad de cortar

el c

ordó

n um

bilica

l, para que

ellos tuvieran los C

ultos todo

el do

mingo sin venir a A

rchena, de

manera qu

e el dom

ingo día 22 de septiem

bre de 19

96 ya tuvieron

sus reun

iones el dom

ingo por la mañana y po

r la tarde y a la mismas

horas qu

e en Archena

Parece qu

e esta vez tod

os hem

os sabido

enca

jar

bien

el go

lpe.

Nosotros seguim

os yendo

los m

artes a su C

ulto de oración, com

o también cuando

no

s correspo

nde

predicar allí, igualm

ente ellos

vienen cuand

o les toca predicar aquí.

Com

o qu

iera que dicha separación era motivo de alegría, se

tuvo una reunión

especial el sábado día 21

, deseándoles que el Señor

les bend

iga en su nu

eva andadu

ra.

Los Sres. Dorozio se marchan a su país. Tal como

le

profeticé, por m

otivos fam

iliares, tuv

ieron qu

e vo

lver a su patria. El

23 de junio de ese año

escribía lo siguiente:

PABLO

DO

RO

ZIO

Y S

U F

AM

ILIA

lle

garo

n co

n no

sotr

os e

n el

ve

rano

de

1986

par

a co

labo

rar

con

los he

rman

os d

e Cie

za, D

espu

és

de u

nos

años

, se

tra

slad

aron

a M

olin

a de

Seg

ura

dond

e de

sde

allí

ayud

ó en

la

Obr

a en

difer

ente

s se

rvic

ios:

Rad

io,

Mes

a de

Lib

ros,

Estud

ios, e

tc.,

y ah

ora,

por

mot

ivos

fam

ilia

res, tie

nen

que

volv

er a

l C

anad

á, s

u pa

ís. Ellos

dej

an u

n hu

eco

que

ahor

a no

sotr

os ten

emos

qu

e re

llen

ar…

Los

Sre

s. D

oroz

io, h

an p

asad

o 16

año

s en

Esp

aña,

de

los

cual

es 10

lo

ha

n vi

vido

co

n no

sotr

os.

Los

pr

imer

os añ

os

tran

scur

rier

on e

ntre

Zar

agoz

a y

Mad

rid.

Des

eam

os q

ue e

l Se

ñor

les

ayud

e y

bend

iga

en su

nu

eva

anda

dura

. N

osot

ros

esta

mos

m

uy

agra

deci

dos a

ello

s y

al S

eñor

por

los añ

os q

ue n

os h

an d

ado.

53.- LA RIBERA DE MOLINA (MURCIA)

Este pequ

eño pu

eblo dista de Molina de S

egura como un

os

cinco kilómetros y a últimos de julio y prim

eros de agosto del año

19

74, v

inieron de vacaciones, desde Barcelona, a su pueblo natal una

familia recién

conv

ertidas, y

hablaron

a sus parientes de lo

que

habían conocido y como resultado un

a seño

ra soltera, C

armen M

arín

99

Gil, de 59 años de edad nos ofreció su casa para celebrar reunion

es

los sábados hasta final de agosto, porqu

e en septiem

bre vuelvo

a

tener la reunión

de los jóvenes en Archena.

54.- OBRA PINERA EN JUMILLA (MURCIA)

Esta

ciud

ad está distante de Archena po

co más de 50

kilómetros. Es la cun

a del espiritism

o y el que se confiesa no serlo es

cien por cien supersticioso. A principios del mes de marzo de 1973

y

por medio de Cursos Bíblicos po

r Correspondencia de Barcelona,

supe que, en Jum

illa había un estudiante. Con la dirección en m

i po

der, el martes día 03

de abril de ese año

, entré en con

tacto con el

alum

no Anton

io Carrión

, visitándole en su casa; y su edad venía a ser

de uno

s 58 año

s, era fun

cion

ario del A

yuntam

iento y trabajaba como

administrativo del cuerpo de policía mun

icipal, (

ya m

urió

). E

n el

pueblo era con

ocido po

r el

Cam

iser

o, porqu

e tiem

pos atrás cortaba y

hacía camisas. Me dijo que su conv

ersión fue a través de una Biblia

que le m

andaron desde Suiza.

Hablé con

él y con la esposa y la primera im

presión qu

e tuve de ese contacto fue que, A

nton

io era creyente, por su manera de

hablar y

de conocer las

Escrituras. Quedamos en celebrar un

a reunión para el martes día 10

, pero no se hizo y no recuerdo el

porqué.

Así que tuv

imos la primera reunión en su casa, situada en

la calle Salvado

r Pérez de los Cob

os el martes día 24 de abril de

1973. En dicha reun

ión estábamos: Anton

io, su esposa, una hija de

ambo

s, deficiente, un am

igo, invitado de A

nton

io, llam

ado Julián

Martínez, m

i esposa A

urora y un servidor. Los Sres. C

arrión tenían

dos hijas y un

hijo.

La segunda

reunión

la tuvimos el 08 de mayo del mismo

año, pero antes, por las calles y jardines, salía repartiend

o tratados.

En dicha reun

ión hu

bieron

siete personas y entre ellas la otra hija del

matrimon

io con

la que estuv

e dialog

ando com

o un

a hora.

La tercera reunión se celebró el 29 de m

ayo y estuvo

el

hijo del Sr. C

arrión, Julián y Edelm

iro, un seguidor del espiritismo.

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10

0

Empezaron haber prob

lemas con el hijo porqu

e no

quería ni veía con

buenos ojos qu

e se celebraran reuniones en su casa…

La cuarta reunión la tuvimos el día 05

de junio, a la cual

vino una persona nueva llamada Joaquín. Con

todo, m

e estaba dando

cuenta que el Sr. Carrión

, me repetía constantem

ente que, cuando

se

retirara sería un discípulo incondicional del Señor, pero él se había

form

ado

y gu

iado

, espiritualmente solo, y solo qu

ería seguir y a su

aire…

Así que lo tuve que dejar y seguir con Julián M

artínez, viudo

, y en su casa, en la calle de los Pasos 57, tu

vimos un par de reunion

es,

nada m

ás. A

l principio venía a visitar los contactos cada 21 días,

después cada 15 y últimam

ente cada semana. E

ra dura la siembra,

pues hoy tenía una buena con

versación con algu

na persona y a la

siguiente semana ya estaba maleada…

Con

razón dice la Palabra: Irá

andan

do y lloran

do el que lleva la preciosa semilla, m

ás volverá a

venir con

regocijo, trayendo sus ga

villa

s. (Salmo 12

6. 6)

Para últimos del 197

3 nos estábamos reuniendo

, mientras

vivió, en casa de Sebastián C

orte

za un anciano de 89 años, v

iudo

que

vivía solo en la calle D

ionisio Guardiola, y en invierno, junto al

fuego de la chim

enea, no

s reun

imos alrededor de la Palabra; Julián

Martínez me pareció qu

e había nacido

de nu

evo po

r su cam

bio de

vida y cóm

o hablaba del Señor a la familia y amigos. En esos días

me acom

pañaban

alguno

s herm

anos de Archena: José García

el

Cap

ataz, José H

urtado

y Juan José V

idal y de Ulea, José Miralles

Maure.

El año 19

74 y primeros de 19

75 estuv

imos repartiendo

literatura por las calles y reun

iéndon

os algun

as veces en mi coche y

después

por mucho

s meses en un

cobertizo

que

tenía

Anton

io

Palazón

, el

Car

bone

ro, en la calle Federico García Lorca, do

nde

criaba conejos.

Com

o quiera que después de la com

ida del medio día m

e marchaba a Jumilla y hasta la noche no

celebrábamos la reun

ión, por

las calles repartíam

os literatura y por lo

s jardines hablábamos con

los

ancianos que sentado

s en los bancos, hacían pasar las ho

ras, así que

ellos aceptaban nuestra conv

ersación

con tal d

e estar entretenidos. E

n la P

laza del R

ollo o

Jard

ín d

el C

arac

ol, como popu

larm

ente se

10

1

conocía. A

llí cono

cí a José Jiménez, un acérrim

o espiritista, el cual

quería convencerme a mí en su creencia, hablándo

me con tal fervor

que mientras me hablaba, yo oraba, confesand

o al Señor que él en su

error me hablaba con más entusiasm

o y pasión que yo qu

e poseía la

Verdad…

con

la ayud

a del Señor, llegó a aceptarle como Salvado

r.

Le vend

í dos Biblia, una para él y otra para su hija con la cual vivía,

porque era viudo

. Él, después de con

vertirse, solía repetirme:

-

Cua

ndo

me

mue

ra,

quie

ro q

ue s

ea u

sted

el

que

me

entier

re p

ara

que

el p

uebl

o se

ent

ere

y se

pa d

el E

vang

elio

. Tam

bién con

ocí a Anton

io, un señor grueso qu

e también

se con

virtió al Señor, a Tim

oteo, a Agustín, a Ignacio…

a otros

mucho

s que no

me acuerdo de sus nom

bres y de otros qu

e no sup

e como se llam

aban.

En mayo de 197

5 el coche, un

SEAT 1400- C

dejó de

funcionar y fue a parar a la chatarra, pues cuando

lo compré ya era

un ex-taxis de M

adrid, h

arto d

e vivir…

Estuv

e yendo

a Jumilla

haciendo

auto-stop, pero m

e vi obligado a no

seguir, m

ientras el

Señor no me proveyera de otro coche, porqu

e un día llegu

é a casa de

madrugada con

la con

siguiente preocupación

de mi esposa.

La iglesia de La Florida estuvo recogiendo

ofrendas para la

compra de un coche, y de nu

evo se com

pró un SEAT 150

0, ex-taxi

de B

arcelona. En junio de 197

6, después de trece meses sin coche,

volví a ir a Jum

illa.

Cuand

o llegué a la Plaza del Rollo, antigua plaza de toros,

popularm

ente conocida po

r el j

ardí

n de

l C

arac

ol, a los ancianos

reunidos les pregunté po

r José Jim

énez, -al no verle-, y m

e dijeron

que había fallecido. Com

o qu

iera que sabía don

de vivía, fui a dar el

pésame a su hija, la cual, llorando m

e dijo:

- M

i pa

dre

quer

ía q

ue u

sted

lo

ente

rrar

a, p

ero

yo n

o sa

bía

su d

irec

ción

y n

o le

pud

e av

isar

A mediado

s de los meses de julio

y agosto de 19

76

proyecté en el Hog

ar del Pension

ista cuatro películas en cuatro

semanas seguidas.

Cada semana íbam

os por las calles repartiend

o literatura

por las calles y jardines con los herm

anos que m

e acom

pañaban. Los

más asiduos eran Juan José Vidal y José Miralles. A

lgun

a vez no

s

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10

2

acom

pañó José Hurtado

y despu

és, siem

pre me acom

pañó

el prim

er

creyente de Archena: José García Díaz, e

l Cap

ataz

. En

mayo

del año

1982

em

pezamos a

salir, todos los

sábado

s, con

los jóv

enes por la mañana hacia Jumilla a pasar el día

repartiendo literatura y haciend

o encuestas y el sábado día 17

de julio

de ese año, cuando llevábamos dos horas y m

edia de casa en casa al

llam

ar en

una casa n

os salió al encuentro

Pedro E

spinosa Pérez

recién llegado

de la m

ili…

¡Qué alegría! Ya le conocía, pues el

misionero Juan

Frey m

e había comunicado

de su

conv

ersión

en

Zaragoza, y porqu

e en un perm

iso militar Pedro nos había visitado,

viniendo

con

su n

ovia M

aría, a la capilla de Archena, pero no

sabíam

os don

de vivía…

Por el mes de julio, José Martínez, nacido en Jum

illa y

casado

con Elvira Tejero, catalana, con tod

a la fam

ilia solían venir

de vacaciones desde Barcelona, p

ues esa era su residencia. Todos los

domingos venían a los C

ultos de A

rchena. Nos d

ijeron

de tener

Cultos

en su casa du

rante

el tiem

po qu

e ellos

estuvieran de

vacacion

es en la vivienda qu

e habían hecho

en la calle San A

ntón

, así qu

e aceptamos la invitación

y el jueves día 22 de julio de 1982

y

a las 09

de la n

oche n

os reunimos u

na v

eintena de p

ersonas y

dieciséis eran de Jum

illa…

Ellos se marcharon

acabado

el veraneo,

pero seguimos teniend

o los Cultos en la casa de los padres de Pedro

Espinosa, en la calle Ortega y Gasset 2

4, en el barrio de San Juan.

Tam

bién el d

ía 12 de octub

re del m

ismo año, al ser festivo

, pu

dimos salir por la tarde

a hacer encuestas, aunque teníam

os

programado pasar todo

el día, pero me avisaron

para qu

e predicara

en el entierro de María Rojas en Cieza, allí conoció José V

era Lóp

ez

a la hija de la difunta, Piedad Marqu

és R

ojas que, al año

siguiente,

term

inaría en bo

da. Despu

és del sepelio nos m

archem

os a Jum

illa, y

allí, d

espués de comerno

s el bo

cadillo, nos fuimos a visitar casa po

r casa.

10

3

55.- PRIMERA BODA EN JUMILLA

Pedro Espinosa

Pérez y

su novia

María González

Piqueras, querían unirse en m

atrimon

io para el 28 de agosto de 198

3,

y como quiera que no teníam

os un local d

onde celebrar la cerem

onia,

solicitamos el Salón

de Actos de la C

ámara Agraria, dond

e el padre

del no

vio era socio. H

ablé personalm

ente con el Presidente de la

misma, el cual m

e dio su con

sentim

iento. Enton

ces, allí mismo pido

un

a máquina de escribir y hago la solicitud

para tener po

r escrito la

conformidad, y así asegurarme qu

e, llegado

el día ,tend

ríam

os el

local, pero el d

ía 08 de ju

lio no

s llegó el escrito negativo…

Despu

és, pensando

que el qu

e se casaba era un

trabajado

r,

hablam

os con

un líder de la Unión

General de Trabajado

res y éste

nos cierra tam

bién las puertas diciénd

onos: Q

ue s

i fu

era

para

ten

er

una

reun

ión

de v

ecin

os d

el b

arrio

que

lo d

ejar

ía, pe

ro n

o pa

ra u

na

boda

...

Enton

ces

pensam

os

en

el

Salón

de

Actos

del

Ayuntam

iento, que

en aquellas fechas era

Alcalde D. Dionisio

González Otazo, y lo

solicitam

os el 1

4 de ju

lio, dándo

le entrada en el

Registro General con

el nú

mero 13

31 haciendo ver que los futuros

contrayentes eran hijos de Jum

illa, y tam

poco accedieron a nuestra

solicitud. D

e modo qu

e un agricultor pide algo qu

e tienen derecho

y

se lo

niegan, com

o ob

rero, fuimos a la Casa del P

ueblo, y lo echan, y

va a su

Ayuntam

iento

como

hijo d

el p

ueblo, y o

tro

tanto

de lo

mismo…

Así que la bo

da se celebró en vez del sábado día 27, com

o tenían p

royectado, el domingo 2

8 a las 12

de la m

añana en el

Restaurante Lon

don, don

de tam

bién se celebraría el banq

uete, al qu

e no

pud

imos estar, po

rque por la tarde a las 6.30 teníamos otra bo

da

en Archena. Despu

és del viaje de novios de Pedro y M

aría dejam

os la

casa de la calle Ortega

y Gasset 24 de los padres de Pedro y

empezamos a reunirnos en el primer piso de los recién casado

s, en la

calle Isaac Peral 18, 1º, B. Era una bendición

estar reuniéndono

s en

casa del primer m

atrimon

io de creyentes en Jum

illa, pero había el

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4

inconv

eniente qu

e ellos viven en un piso, y

tener que llamar para qu

e te abran la pu

erta de la escalera, etc., y después vo

lver a llamar en la

puerta del piso, no era fácil para una persona nueva, po

r mucho

s deseos que tu

viera de escuchar a los protestantes…

10

5

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6

56.- HABLANDO CON LA GENTE DE JUMILLA

10

7

Siempre

hacíam

os nu

estro

recorrido

por

el pu

eblo

repartiendo el B

oletín Informativo y hablando

con

los ancianos qu

e se sentaban en el Ja

rdín

del

Car

acol, y después no

s reun

íamos en la

casa de Pedro y M

aruja para tener el Culto.

Varios

de esos ancianos recibieron

al Señor como

Salvado

r, sin haber pisado nu

nca un

a capilla. R

ecuerdo al Sr. José

Jiménez,

un espiritista

que

me

hablaba

para conv

encerm

e y

acarrearme a su o

cultismo. E

n su fervo

r, m

e dijo si creía en la

reencarnación. Le dije que las personas al m

orir, cada uno

va a su

lugar, según lo que hayan creído. Entonces le di mi Biblia abierta en

(Hebreos 9. 2

7) y leyó:

- Y de la m

anera que está estab

lecido para los hom

bres

que mueran

una sola vez, y después de esto el juicio. Termina de

leer y m

e dice:

- A

quí s

omos

más

de

dos…

- Sí, le dije: U

sted, un servidor y el Señor, po

rque Él ha

prom

etido: P

orque don

de están d

os o

tres congregad

os en m

i nom

bre, allí estoy yo en m

edio d

e ellos. (S. Mateo 18. 20) L

e calaba tanto lo qu

e le decía, qu

e se puso pálido y enseñándo

me sus

brazos m

e dijo:

- M

e ha

n da

do e

scal

ofríos

y se

me

han

pues

to lo

bel

los de

pu

nta…

En las charlas qu

e teníam

os, el m

e decía, en su argot o

lenguaje m

ístico, q

ue él era

un p

ara

rayo

s… Y

para poder llevarle al

Señor y hacerle ver el error en el que estaba y creía, le pregunté:

- Qué es eso de para rayos?

- P

ues qu

e un

a pe

rson

a vi

ene

a m

í co

n u

na e

nfer

med

ad y

se

la e

lim

ino,

por

que

yo la

rec

ibo,

y d

espu

és m

e la

des

pego

dán

dom

e un

os m

asaj

es…

Tan convencido estaba de su ocultismo que me llegó a

decir qu

e el principal de su secta, les dijo a todos los reunidos qu

e para la sesión

siguiente, Jesucristo aparecería en el tejado

junto al

cañón de la chim

enea y que traería a un fotógrafo para que le hiciera

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10

8

un retrato del cual harían una copia para cada uno

… -claro está, p

ara

vendérselas-

- Le dije: ¿S

ería usted tan amable enseñarme la fotografía

para la sem

ana qu

e viene? En eso qu

edam

os.

Fui a la casa de su hija, pues vivía con ella desde que se

quedó viudo, y m

e enseñó

un cuadro

de los qu

e se venden en las

tiendas, al qu

e popu

larm

ente le llam

an: El corazón de Jesús. Una

figura de ho

mbre de m

edio cuerpo, con barba y pelo largo en la

cabeza y en el centro del cuerpo un

corazón

… Cuand

o lo vi le dije:

-

¿Dón

de está el cañón

de la chimenea y

el tejado

? ¿U

sted lo vio

cuando

le dijeron

que ya se había aparecido? M

e contestó:

- N

osot

ros

no le

pu

dim

os v

er pe

ro sí

la

ap

arat

o de

fo

togr

afia

r…

- ¡Que bien le tim

aron

a usted y a tod

os los que allí

habían! ¿N

o se da cuenta?

Dicho

anciano

llegó a creer y a con

fesar al Señor com

o su

Salvado

r. M

e compró do

s Biblia, una para él y otra para su hija. Y

fue nada m

ás creer y empezar a testificar a los dem

ás ancianos de la

fe en Cristo. En cierta ocasión

me dijo:

- C

uand

o yo

me

vaya

con

el

Seño

r, q

uier

o qu

e us

ted

pred

ique

en

mi en

tier

ro p

ara

que

los

jum

illa

nos se

ent

eren

del

am

or

de D

ios. El 13

de mayo de 198

5, viniend

o de estar dos días en

Sevilla y nueve en la A

samblea de Huelva, cuand

o me faltaban uno

s 10

0 kilómetros para llegar a Archena, empecé a notar algo raro en el

coche y pu

de con

seguir llegar muy despacito a casa. Cuand

o lo vio el

mecánico me dijo que no valía la pena gastar dinero en él. Así que lo

di para la chatarra, lo qu

e hizo que por un año estuv

iera sin coche.

Al p

rincipio fui, y

endo

y viniendo haciendo

autostop. Una vez llegué

a casa a altas h

oras d

e la m

adrugada, haciéndo

le p

adecer a m

i esposa…

En oración le dije a Dios qu

e la obra en Jum

illa estaría sin

atenderla, m

ientras no

tuviera coche, el cual me lo propo

rcionaron

los

herm

anos de La

Florida de L`H

ospitalet

de Llobregat,

10

9

(Barcelona)…

otro ex taxis de Barcelona…

De mod

o que en m

ayo

de 198

6 ya tenía coche y reanud

é mis visitas a Jum

illa.

Me reuní de nuevo

en el jardín con los ancianos, Tim

oteo,

Ignacio, Juan, Agustín, etc., y

como

no viera

a José Jiménez

pregun

tó po

r él y

me

dijeron

que

hacía

unos meses qu

e había

fallecido, y fui a la casa de la hija para darle m

i más sentido

pésam

e,

y ella cuando la salud

é, llorando

me dijo:

-Mi pa

dre

quer

ía q

ue u

sted

le

ente

rrar

a y

habl

ara

en s

u se

pelio,

per

o yo

no

sabí

a de

qué

pue

blo

era

ni s

u di

recc

ión,

así

que

no

pu

de av

isar

le… Dios

sabe po

rqué perm

itió dicha

situación,

porque Él sabe hacer bien las cosas. ¡A Él sea la hon

ra y la gloria!.

En el año

19

86, po

r las tardes, los herm

anos que íbamos

de A

rchena com

o también los de Cieza, po

r las calles repartíam

os

más de 250 Boletines y hablábamos con la gente y después po

r la

noche celebrábam

os el C

ulto en casa de Pedro y M

aruja.

57.- ENTREVISTA EN RADIO MUNICIUPAL DE

JUMILLA En

Jumilla el día 26 d

e junio

de 1

986, fui inv

itado

y entrevistado po

r Radio Mun

icipal de Jumilla para hacerm

e un

a entrevista sob

re: ¿Q

ué creem

os los evangélicos? La interviú fue de

una ho

ra, desde las 4.30

de la tarde hasta las 5.30. Y

, cuando nadie

me oyera a dicha ho

ra, q

ue es mucho

decir, v

alió la pena aun

que sólo

fuera po

r ver cómo escuchaba Juana, la presentado

ra del program

a.

La entrevista se desarrolló de esta m

anera:

La

presentado

ra comenzó diciendo:

-

Tal

ve

z la

ig

nora

ncia

es

caus

a m

ucha

s ve

ces

de c

onfu

sion

es e

inj

ustici

as. Se

di

cen

cosa

s m

uy e

quiv

ocad

as e

n re

laci

ón a

la

doct

rina

eva

ngél

ica,

un

as v

eces

el er

ror

pued

e se

r pa

rcia

l y

otra

s to

tal,

por

ello

hem

os

teni

do p

or b

ueno

y c

onve

nien

te a

clar

ar a

lgun

os p

unto

s de

la

igle

sia

evan

gélica

, y

para

el

lo he

mos

in

vita

do al

pa

stor

de

la

ig

lesi

a ev

angé

lica

de

Arc

hena

a D

. Fra

ncis

co M

artíne

z:

- H

ola,

muy

bue

nas ta

rdes

.

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11

0

- Buenas tardes.

- En

prim

er lu

gar

agra

dece

rle

el de

spla

zars

e de

sde

Arc

hena

has

ta a

quí p

ara

acla

rarn

os u

n po

co q

ue e

s es

to d

e la

igle

sia

evan

gélica

, pu

es s

egur

o qu

e m

ucho

s ci

udad

anos

de

Jum

illa

no

lo

sabe

n y

nue

stra

pri

mer

a pr

egun

ta s

ería

: ¿C

uánd

o na

ce l

a ig

lesi

a ev

angé

lica

? - L

a iglesia nace con la Biblia misma, es decir desde

Adán, quizá lo que me qu

ieres decir sea: ¿Cuánd

o nos separamos de

la ig

lesia católica rom

ana?

- S

í…

- Lo que más se conoce de nosotros, a nivel po

pular, es a

Lutero, pero antes qu

e él, hu

bieron

personas que discreparon con la

iglesia católica. Lo qu

e pasa, es que L

utero, al salir de la misma

iglesia católica rom

ana, produ

jo un bo

om. L

utero, al leer la Biblia, se

dio cuenta de algunas contradicciones de su fe con

la palabra de

Dios. Pero él, jam

ás pensó en crear un

a nu

eva religión

, sino reform

ar

o enderezar la suya, y eso le acarreó la excom

unión.

León X, el Papa de enton

ces, al principio, no le tom

ó en

cuenta las 95 tesis qu

e puso el año 15

97 en las puertas de la catedral,

pero después le excomulgó. A partir de enton

ces, sus seguido

res

fueron

llamados luteranos, evangélicos, p

rotestantes y

mil m

otes

más. Se puede decir qu

e desde ese mom

ento nos separam

os de la

iglesia católica de un

a manera más m

arcada…

- Por

lo

ta

nto

las

pala

bras

lu

tera

no,

prot

esta

nte

y ev

ange

lista

es lo

mis

mo.

¿N

o ha

y ni

ngun

a se

para

ción

?.

- Los matices dentro del protestantismo, son

muy

variados, com

o lo son

dentro del catolicism

o, ya que no es lo m

ismo

ser jesuita, que carmelita, o capuchino

, etc., todos católicos, pero con

sus diferencias. D

e mod

o qu

e dentro d

el p

rotestantism

o pasa lo

mismo.

- L

a ba

se d

el c

rist

iani

smo

evan

gélico

, ¿cu

ál e

s?

- La base es la palabra de Dios, en esto hay diferencia con

la iglesia católica, pues ella tiene tam

bién com

o base la tradición.

Nosotros aceptamos la tradición

cuando

está de acuerdo

con

la

Biblia, la palabra de D

ios, pero si la contradice, no

la aceptamos,

porque nuestra única base de fe es la palabra de Dios.

11

1

- S

egún

nue

stro

s da

tos

hay

vari

as v

ersi

ones

, co

mo

la d

e N

ácar

y C

olun

ga,

¿tod

as s

on i

gual

es,

o de

pend

e de

alg

ún f

acto

r pr

inci

pal p

ara

que

no to

das se

an la

s m

ism

as?

- Sí, depend

e de los tradu

ctores. Nácar y Colun

ga fueron

dos

traductores

católicos. Hay varias traduccion

es católicas

y ningun

a es igu

al, po

rque es completam

ente impo

sible qu

e distintos

traductores usen las m

ismas palabras para tradu

cir un m

ismo texto,

de esa m

anera se diferencian las m

al llamadas B

iblia católicas las

unas de las otras, com

o también las m

al llamada Biblia protestantes.

Supon

gamos que alguien recibe un

a carta en inglés y se la da a una

person

a para que se la tradu

zca, y a la vez se la da a tradu

cir a otra;

es improbable que las dos las tradu

zcan con

las m

ismas palabras; el

fondo será igu

al, pero no las frases. Puede que uno

diga: José, y el

otro traduzca: Pepe. Uno alubias y

el otro habichuelas. Así se

diferencian todas las traduccion

es, sean católicas o protestantes.

- E

ntre

mos

ya

en e

l te

ma;

dec

íam

os a

l pr

inci

pio,

que

ha

bían

muc

has

pers

onas

que

estab

an e

quiv

ocad

as e

n re

laci

ón a

est

a do

ctri

na,

sien

do e

sos

erro

res

parc

iale

s o

tota

les. S

e di

ce q

ue l

os

prot

esta

ntes

no

cree

n en

la

divi

nida

d de

Cri

sto,

en

su n

acim

ient

o vi

rgin

al, en

la

trin

idad

y e

n un

lar

go e

tc.,

¿qué

me

pued

e de

cir

a es

to?

- Esta es la doctrina de los testigos de Jehová, son ellos

los qu

e no creen que Cristo sea Dios, y el vu

lgo no

s mete a todo

s en

el m

ismo saco. L

os cristiano

s evangélicos, los llamados protestantes,

creemos en la divinidad del H

ijo de D

ios, creem

os que Él es D

ios,

como el Padre es Dios, y el Espíritu Santo es Dios, en esto som

os

iguales a los católicos. C

reem

os que la Virgen fue madre de Jesús.

Le pu

edo asegurar, sin ningun

a clase de falsa hum

ildad, ni tampo

co

me anim

a otra sentimiento, le puedo ratificar, porque estoy seguro,

que un

día estaré con

la V

irgen

María en

el cielo, así que esto

demuestra el error de tal acusación.

Siempre se nos ha acusado

de qu

e no

creemos en la

Virgen, yo no

sé dó

nde ni de qué nació tal reproche ni po

rqué. Es

con lo primero que siem

pre no

s atacan cuand

o hablam

os con

alguien.

Pero

si Cristo

nació

de un

a Virgen, y

ésta fue, la bendita

y bienaventurada Virgen María…

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11

2

Cristo pud

o haber venido

a este mundo

com

o Él hubiera

querido, pues es D

ios, pero nació y fue de la Virgen María. Sin

María, no

hub

iera habido Jesús, ni un

Calvario, ni un

a resurrección

. De mod

o que creemos que nació por obra y po

der del Espíritu Santo.

No hu

bo relación sexu

al de varón alguno, n

i de José ni de nadie. A

lo creem

os, y es teológicamente lo mismo que cree el católico. Es

lástim

a que en una España llam

ada católica, muchas person

as dud

en

de la encarnación del Hijo de D

ios. Creen que Cristo nació como un

ho

mbre cualqu

iera: De un m

acho y de un

a hembra, y esto es una

blasfemia. É

l nació po

r obra y poder del Espíritu Santo, en el vientre

de M

aría. C

uand

o me pregun

tan y ven lo que creo, m

e dicen:

- ¿

no c

rees

que

nac

ió d

e Jo

sé?

- L

es con

testo: N

o. N

ació de la V

irgen María y por el

Espíritu Santo.

- ¿

No

me

diga

s?, y

¿cóm

o fu

e?

- Para Dios muy fácil. Si de la nada lo hizo todo y no

s creó a nosotros, bien po

día entrar en un vientre y nacer para tomar

nuestra humanidad; p

ues era necesario que así lo hiciera, porque si Él

no m

oría por nuestros pecado

s, no había salvación para nadie.

- U

sted

a n

ombr

ado

la p

alab

ra t

eolo

gía,

y l

e pr

egun

to:

¿La

form

ació

n pa

ra ser

pas

tor, d

e dó

nde

la rec

ibe?

- Tenem

os nuestros estudios, claro está. N

uestros estudios

están basado

s en la Biblia qu

e es la pu

ra teología. Tenem

os estud

ios

para saber lo qu

e creemos y exp

licar lo que creem

os, p

orqu

e a veces

sabemos lo qu

e creemos pero no sabem

os cóm

o decirlo. T

enem

os

nuestros sem

inarios, etc.

- O

tra

fras

e qu

e se

oye

, es

que

los

pro

test

ante

s no

cre

en

en la

s bu

enas

obr

as p

ara

la ju

stific

ació

n.

- Lo qu

e decimos para no

confund

ir, es que las obras no

nos salvan. Si alguno

cree qu

e se puede gitanear con Dios, dándo

le

esto a cam

bio de aqu

ello, está equ

ivocado. Las obras dem

uestran lo

que somos. Yo no puedo

decir que un limon

ero lo es, si el fruto que

da son

naranjas, ni qu

e un naranjo es naranjo si echa limon

es. Del

mismo

mod

o, si alguien

dice qu

e es cristiano

y no

vive como

cristiano, se está arrop

ando

de algo que no le pertenece. Porque ho

y

11

3

llam

arse cristiano

es algo qu

e qu

eda

muy bien. No

fue

así al

principio, porqu

e ser cristiano era expo

nerse a perder la vida.

No creemos que las obras nos salvan, la Obra que no

s salva es la qu

e Cristo hizo a nuestro favor. Creem

os, ho

nestam

ente,

que si la person

a se salvara por las obras, entonces Cristo, ¿qué vino

hacer?, ¿un teatro en la cruz: Una Sem

ana Santa y una Navidad, p

ara

celebrarla, un

a con

bebidas y otra con p

rocesion

es? Si las ob

ras

salvaran, Cristo no hub

iera pasado po

r el G

etsemaní, dond

e su sud

or

era como grandes gotas de sangre. A

llí oró diciendo

: Abba, Pad

re,

todas las cosas son

posibles para ti.; aparta de mí esta cop

a; m

as

no lo q

ue yo

quiero, sino lo q

ue tú. O sea:

Est

aba

roga

ndo

al

Pad

re, q

ue si h

abía

alg

una

posi

bilida

d de

sal

var a

la h

uman

idad

, sin

ca

rgar

con

nue

stro

pec

ado, q

ue lo

man

ifes

tara

.(Y no era po

r miedo

al sufrimiento, pues no

era un cobarde nuestro Señor). Su ho

rror era

cargar con nuestro pecado qu

e tan alegre y livianamente solem

os

hacer. Era tan asqueroso para Jesús, tan repug

nante, que era com

o si

dijera al Padre:

Si e

s po

sibl

e qu

e la

hum

anid

ad s

e sa

lve

con

sus

buen

as o

bras

, ¡q

ue s

ea, pa

ra q

ue y

o no

car

gue

con

el p

ecad

o! Pero

tuvo que beber ese cáliz hasta las heces. Así que, si nuestras ob

ras

nos salvaran, ese sería el m

omento para qu

e Dios hubiera dicho:

Bue

no, H

ijo

mío

, su

be y

que

se

salv

en h

acie

ndo

buen

as o

bras

. Con

esto no quiero decir que las obras no valgan. Santiago en tod

a su

epístola, que es m

uy interesante, no

s dice: Muéstram

e tu fe sin tus

obras. L

o qu

e decía al principio; si dices que eres cristiano, vive

como

un cristiano. (Estaba nervioso y

se m

e pasó d

ecir lo

que

escribió S. P

ablo en (Efesios 2. 8

-9) Porque por gracia sois salvo

s,

por m

edio de la fe; y esto no de vo

sotros, p

ues es don

de Dios; no

por obras, para que nad

ie se gloríe.)

- H

a de

jado

ent

reve

r ta

mbi

én a

lgo

sobr

e la

s fies

tas

de

Sem

ana

Sant

a y

la N

avid

ad. Tal

vez

el cr

istian

o ev

angé

lico

, no

cre

e en

dic

has fies

tas ta

l y c

omo

las vi

vim

os lo

s ca

tólico

s ac

tual

men

te.

- Tristem

ente dichas fiestas han llegado a ser un

folklore y

una excusa para em

borracharse en N

avidad. No es la mejor m

anera

de recordar el nacim

iento del Hijo de D

ios, com

o también su muerte

en Sem

ana Santa. No sólo lo digo yo, sino qu

e también la iglesia

católica está de acuerdo

con

migo. P

osiblemente en otros tiem

pos

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11

4

dichas fiestas tuvieran su virtud, pero no

hoy. Además, com

o la

mayoría que gobierna, es cristina nada más que de nombre, suele

abando

nar lo bueno

para coger lo m

alo, com

o es: La lascivia, la

lujuria, las bo

rracheras, etc., es lo

que se ve en dichas fiestas.

Nosotros

las

celebram

os

de

una

manera

íntima.

Aprov

echamos dichas festividades para hablar del nacim

iento del

Señor, aunque no sea la fecha exacta, porqu

e no se sabe en que mes

nació, pero un

día tuv

o que nacer y hablamos del porqué vino en esa

época, no antes ni despu

és, etc. lo mismo hacemos en Sem

ana Santa.

Entre otras cosas, solemos predicar sobre

las siete palabras tan

impo

rtantes qu

e Jesús pronun

ció en la cruz.

- T

ambi

én s

e di

ce d

e vo

sotr

os, S

r. M

artíne

z, q

ue n

o te

néis

sa

cerd

ocio

ni s

acrifici

os, ¿

qué

tien

e qu

e de

cir a

esto

? - P

ara los evangélicos el sacerdo

cio es universal, creem

os

que todo

cristiano debe ser un

sacerdote. Sacrificios para ganarnos

con ellos el cielo, no

tenem

os, porque el sacrificio que D

ios aceptó

fue el de su amado Hijo, y no hay más. Permitidme que os lea unas

frases que se no

s dice en el libro de Hebreos en el capítulo nueve y

versos veintisiete y veintiocho, don

de nos habla del solo sacrificio de

Jesús: Y

de la m

anera que está estab

lecido para los hom

bres que

mueran

un sola vez, y después el juicio, así también C

risto fue

ofrecido

una

sola vez para

llevar los pecad

os de

muchos; y

aparecerá

por segunda

vez, sin relación con

el pecad

o, p

ara

salvar a los que le esperan. Así también Cristo fue ofrecido una

sola vez. Creem

os que con Su sacrificio fue suficiente. D

ios cuando

hace algo, no necesita repetirlo, n

i qu

e nadie le secun

de, tod

o lo hace

perfecto, y profesamos que el sacrificio del H

ijo de Dios es suficiente

para salvar a todo pecador y cam

biar su vida, po

r mal que esté. La

cambió al ladrón en la cruz, aunq

ue no pu

do dem

ostrarla porqu

e murió, pero si ese ho

mbre hu

biera vivido, hu

bieran visto un cambio

radical. Ya no

rob

aría ni mataría nun

ca m

ás. Este fue el cam

bio qu

e hizo Cristo y sigue haciendo

el Cristo viviente. Cristo, para mucho

s,

sigue clavado, enm

aderado…

Pero el Cristo de la Biblia es un Cristo

vivo y personal d

e ahora y de siempre.

- E

so, c

on res

pect

o al

sac

rifici

o, ¿

y de

l sac

erdo

cio?

11

5

- Y

a he dicho que todos los creyentes som

os sacerdo

tes,

ahora bien, si entiend

es que para ser sacerdote hay qu

e ser célibe, te

diré que no, y no lo creo yo sino también lo

cree la ig

lesia católica, lo

que pasa q

ue h

ay m

alos entendido

s. R

ecuerdo

haber leído

en la

revista Mundo

Cristiano

, hace unos siete a diez años, que al director

de dicha revista le hicieron la pregunta que contestó m

uy bien:

- ¿Por qué los curas no se casan? C

ontestó con estos

versículos que se encuentran en (1ª Tim

oteo 3. 1-7) Palab

ra fiel: Si

algu

no an

hela ob

ispad

o, buen

a ob

ra desea. P

ero es necesario que

el obispo sea irreprensible, marido de una sola m

ujer, sob

rio,

pruden

te, decoroso, hosped

ador, ap

to para enseñar; no dad

o al

vino, no pen

den

ciero, no codicioso de deshon

estas ganan

cias, sino

amab

le, a

pacible, n

o av

aro; que go

biern

e bien su casa, que tenga

a sus hijos en sujeción con

tod

a hon

estidad

(pues el que no sabe

gobernar su casa, ¿cómo cu

idará de la casa de Dios?) no un

neófito, no

sea

que enva

neciéndose caiga

en con

den

ación d

el

diablo. T

ambién es necesario que tenga buen testimon

io de los de

afuera, para que no caiga en

descréd

ito y en lazo del diablo. Así

contestó el d

irector, y seguidamente dio sus razon

es del por qué no se

casan, y m

ás o m

enos decía así:

- Bíblicamente no tenemos ninguna razón

, pero los Papas

y la iglesia así lo qu

ieren y les ob

edecem

os. Reconociend

o qu

e el

celibato no es algo qu

e Dios lo haya mandado. Y yo añado: D

ios

puso el am

or en el corazón de las personas, y nadie nos pu

ede privar

de ese derecho

, a no

ser que uno volun

tariam

ente quiera hacerlo, no

por la obligación de una religión o secta, de lo cual están de acuerdo

miles de sacerdotes, no

sólo en el mundo

, sino tam

bién en España.

Com

o sabes, hace un

par de meses, más o m

enos, en televisión, fue

escand

aloso

lo q

ue se vio

sobre este asunto: M

uchos sacerdotes

quieren casarse y a la vez ser sacerdo

tes y no

los dejan.

- S

í, pa

rece

que

fuer

on u

nos sa

cerd

otes

de

Bar

celo

na.

- Y

no sólo esos sacerdotes, sino

inclusive aqu

ellos qu

e siguen el celibato.

- S

igui

endo

el te

ma…

Le

esto

y ob

serv

ando

y v

eo q

ue n

o llev

a ni

ngun

a ve

stim

enta

esp

ecia

l, ni

ngún

sig

no e

xter

ior

que

diga

qu

e us

ted

es p

asto

r o

sace

rdot

e de

una

igl

esia

eva

ngél

ica.

¿Por

qué

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11

6

mot

ivo

la igl

esia

eva

ngél

ica

sus

min

istros

vis

ten

com

o un

a pe

rson

a no

rmal

y c

orri

ente

? - S

e dice q

ue el hábito h

ace al m

onje, pero n

osotros

decimos todo lo con

trario, qu

e el hábito no

hace al m

onje. Creem

os

que si C

risto viviera vestiría com

o un

a person

a no

rmal. Si Él vestía

con túnica, era porque en su tiempo

eso era lo qu

e se usaba. Y

nosotros no debemos usar un

os atuendos especiales para hacernos

respetar; a quien debem

os respetar es a la palabra de Dios.

Cuand

o un

servido

r sube al púlpito, no me respetan a m

í,

sino a la palabra de D

ios, y esto es lo herm

oso. E

s po

sible qu

e el

vestir de una form

a diferente, a esa persona le prive de hacer o decir

ciertas cosas po

rque el vestido le delata, y tam

bién puede que al

vestir d

e manera distinta le de ciertos p

rivilegios. Pero

nosotros

querem

os hacer las cosas como

creemos que

es lo bíblico, no

llam

ando

la atención

. Lo qu

e intentam

os es que vean al Señor no a

nosotros.

- ¿

Hab

iénd

ote

escu

chad

o so

bre

el res

peto

a la

pala

bra

de

Dio

s, s

e pu

ede

deci

r qu

e lo

s pr

otes

tant

es n

o cr

een

nada

más

que

en

la B

iblia?

- Se puede decir qu

e sí, qu

e la B

iblia es nuestra regla de

fe, tam

bién creem

os en la historia de España, pero esto no no

s salva,

creemos en muchas otras cosas, pero nuestra regla de fe es la palabra

de Dios.

- H

ay a

lgo

tam

bién

muy

im

port

ante

y e

s qu

e vo

sotros

en

vues

tros

tem

plos

no

tené

is im

ágen

es n

i la

imag

en d

e C

rist

o.

- Sí, no tenemos ninguna representación, y…

- ¿

Est

o es

por

alg

ún m

otiv

o es

peci

al?

- Sí, sé con

testar, pero no quisiera herir a nadie, porque

soy consciente que m

uchas person

as católicas rom

anas nos están

escuchando

y no qu

isiera lastimar la conciencia delicada de ningún

jumilla no, al cual amo.

No tenemos imágenes, p

orqu

e, hon

estamente creem

os, q

ue

no debem

os tenerlas, ya qu

e en el segund

o mandamiento de la Ley

de D

ios nos lo prohíbe, q

ue por cierto en el catecism

o católico dicho

mandamiento

está muy

restringido

, Dios no

s dice: No

te h

arás

imag

en, ni ningu

na semejan

za de lo que esté arriba en

el cielo, y

11

7

yo entiendo

que arriba en

el cielo está Dios, está Jesucristo, la

Virgen, los apó

stoles, etc., y el m

andamiento no

s dice: No te harás

imag

en, n

i ningu

na semejan

za de lo que esté arriba en

el cielo, ni

abajo en

la tierra, ni en

las agu

as d

ebajo de la tierra. N

o te

inclinarás a ellas, n

i las hon

rarás; porque yo

soy

Jehov

á tu Dios.

En el Evangelio de S. Juan, cuand

o el Señor hablaba con

la

samaritana, la cual ado

raba en el m

onte G

ericim

y los judíos en

Jerusalén, le planteó

la pregunta a

Cristo

diciéndole: Nuestros

pad

res ad

oraron

en este mon

te, y

vosotros decís que en

Jerusalén

es el lugar don

de se debe ad

orar. Y C

risto le dijo: …

ni en este

mon

te, ni en

Jerusalén. A D

ios hay que adorarle en espíritu y en

verdad

; porque también el Pad

re tales adorad

ores busca que le

adoren

. Eso es lo que a Dios le agrada.

S. Pablo n

o quiso

recibir adoración. E

n cierta o

casión

qu

isieron hacerle sacrificios en su ho

nor, porque creían que era un

dios que había descend

ido de los cielos, y él rompió sus vestiduras

para que vieran que era un

hom

bre vu

lgar, con ciertos po

deres qu

e Dios le había dado, pero sólo era un ho

mbre, que la gloria se la

dieran a Dios.

Tam

bién S. Pedro visitand

o al prim

er gentil que

se

convirtió al evangelio, este rom

ano al verle se arrodilló ante él y

S.Pedro le leva

ntó, diciendo: L

eván

tate, pues yo mismo también

soy hom

bre.

Juan el evangelista, quiso adorar al áng

el que le mostraba

las cosas qu

e estaba presentando del cielo, pero él le dijo: M

ira, no

lo hag

as; porque

yo soy

consiervo

tuyo

…Adora

a Dios. De

manera qu

e po

r esta y por m

uchas razones, que aho

ra no tenemos

tiem

po para explicar, nosotros no tenemos imágenes, po

r respeto a

Dios. No por llevar la contra a este o aquella religión

. Sólo qu

erem

os

ser fieles a la palabra de D

ios y a nu

estra conciencia. Digan lo qu

e digan. ¿Que esto no es po

pular?, lo sabemos, p

ero no

nos im

porta.

- L

o qu

e si

ten

go e

nten

dido

es

que

en a

lgun

as i

gles

ias

evan

gélica

s tien

en u

na c

ruz, sin

imag

en.

- Es cierto. Algun

as tienen un

a cruz, como

símbo

lo

cristiano. -

Hag

amos

una

pau

sa p

ara

dar pa

so a

la p

ublici

dad.

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11

8

Despu

és de la pub

licidad, la presentadora dijo:

- M

ient

ras

está

bam

os e

n el

des

cans

o, n

uestro

com

pañe

ro

Juan

Ant

onio

So

ler, le

ha

cía

una

preg

unta

a

nues

tro

invi

tado

, pr

egun

ta y

res

pues

ta, qu

e a

cont

inua

ción

que

rem

os q

ue la

escu

chen

to

dos

nues

tros

ra

dioy

ente

s.

Pre

gunt

aba

Juan

Ant

onio

al

Sr

. M

artíne

z, p

asto

r de

la

igle

sia

evan

gélica

de

Arc

hena

, si cr

eía

en los

ex

trat

erre

stre

s, lo

que

act

ualm

ente

est

á m

uy e

n m

oda,

y a

sí c

onte

stó:

- No soy un

exp

erto, n

o sé si existen o no, pero pienso que

todas las person

as que así lo creen, es porque esperan que todos los

males de este m

undo

los solucione alguien de otro m

undo

. En esto

estoy de acuerdo, sí, el rem

edio viene del exterior, no de aqu

í. Y

dicho socorro ya lo tenemos: ¡Cristo! É

l vino de otro m

undo para

solucion

ar nuestros prob

lemas m

orales y espirituales.

Sup

oniend

o que hu

biera personas en otros mun

dos, a pesar

de tod

o, no menguaría m

i fe en el Señor, p

orqu

e sé que la muerte de

Cristo tendría validez para ellos tam

bién, po

rque la muerte de Cristo

es de valor infinito.

Por siglos estuvimos ign

orando que existiera A

mérica del

Norte y

la del Sur, pero Jesús también había

muerto

para los

americanos, de m

odo qu

e su m

uerte fue valedera para ellos también,

de forma qu

e de existir personas en otros planetas, la muerte de

Cristo también lo

s cubriría a ellos.

- Esp

eram

os qu

e la

pr

egun

ta qu

eda

cont

esta

da pa

ra

nues

tro

com

pañe

ro

y pa

ra

aque

llas

pe

rson

as

que

les

pued

a in

tere

sar. V

olva

mos

a

lo q

ue n

os i

nter

esa

refe

rent

e a

la i

gles

ia

evan

gélica

. - J

esús

dijo,

más

o

men

os l

o qu

e vo

y a

expr

esar

a

cont

inua

ción

: A

qu

ien

le

s pe

rdon

arei

s lo

s pe

cado

s le

se

rán

perd

onad

os y

a q

uien

se

lo r

etuv

iere

is le

será

n re

teni

dos. P

ero

para

vo

sotr

os n

o ex

iste

el c

onfe

sion

ario

, ¿po

r qu

é?

Es cierto, pero has de saber, que tam

poco existió en la

prim

era iglesia. Tod

o em

pezó pidiend

o consejo al m

inistro del Señor

y al final se ha llegado

a la confesión auricular. N

osotros creemos

que el único que puede perdo

nar pecados es Dios, y es tan sagrado…

(vuelvo hacer un

inciso: N

o qu

iero herir a ninguna persona, pero m

e

11

9

has hecho la pregunta y tengo que contestar); es tan sagrado y tan

person

al, qu

e no

debe haber ning

ún intermediario entre Dios y la

person

a, porqu

e el único m

ediador, que dice la B

iblia qu

e hay entre

Dios y los ho

mbres, es Jesucristo; el ú

nico. N

o nos deja otra opción

. Sob

re lo qu

e dijo Jesús: A quienes remitiereis los

pecad

os, le son

rem

itidos; y a quienes se lo retuviereis, le son

retenidos. Es cierto. Dicho

mandamiento también es para m

í y para

cada cristiano

. Supon

gamos que un am

igo está en apuros porqu

e le

han culpado de un ho

micidio, y como le con

ozco a fondo

, sé que es

inocente, que es incapaz de matar ni a un

a mosca, pero las pruebas

están en su contra. Voy a la cárcel y hablo con

él de corazón

a

corazón y con lágrim

as en los ojos m

e dice: Tú, m

i am

igo también

piensas que soy un criminal. Me do

y cuenta que es inocente. Hablo

con el ju

ez a su favo

r, pero él m

e dice: Los pistas le condenan y debe

morir dentro de tres días.

Viend

o qu

e se va a cometer una injusticia, hablo con el

presidente de la nación y con el rey, y ellos me creen, por tod

as las

razones

que

les

expo

ngo. A continuación me

extienden

un

salvocon

ducto, para qu

e liberen a mi am

igo de la muerte y de la

cárcel. Es

tan

grande mi alegría

al saber qu

e mi am

igo

está

perdon

ado e indultado, que m

e tomo la licencia de beber unas copas

en su ho

nor y me em

briago y la bo

rrachera m

e du

ra cuatro días, así

que cuando llego, mi am

igo ha sido ejecutado. T

enía el indulto, el

perdón

, la libertad en m

i mano, pero la m

alogré. Eso fue lo qu

e Cristo qu

iso decir a sus apóstoles y a todo

cristiano

: Si retenemos el

Evang

elio a las personas, les estam

os privando del perdón

que en

Cristo pu

eden encon

trar.

No

vemos en las

Sagradas

Escrituras

esta clase

de

confesión. El perdón

de los un

os a los otros, sí. Pero que yo te de un

bofetón y le diga a tu amigo qu

e me perdon

e… Eso no tiene sentido.

Y como qu

iera que a él no

le du

ele, m

e perdon

a. El perdón te lo

debo pedir a ti, la person

a ofendida y también a Dios por ofender a su

criatura.

Algun

as personas no

s dicen que confesarse a D

ios y no

a

un hom

bre, es demasiado fácil. Si de verdad creen que es cóm

odo,

que lo prueben. A D

ios no

le podemos eng

añar com

o se hace a los

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12

0

hombres. Pero, ¿ponte delante de D

ios a decirle mentiras?…

No es

fácil; se sufre vergüenza, si hay un

verdadero arrepentimiento. E

l perdón

se le pide a Dios a través de los méritos de su H

ijo, y D

ios

nos perdona, porque para eso m

urió su Hijo, para lavarnos de todo

pecado

. Sólo Dios pu

ede perdon

ar pecados. Los E

vang

elios no

s cuentan de aqu

el paralítico qu

e fue llevado po

r cuatro, y Jesús viend

o la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus

pecad

os te son

perdon

ados. E

stab

an allí sentados algunos de los escribas, los

cuales cavilaban

en

sus corazones: ¿P

or qué hab

la éste así?

Blasfem

ias dice. ¿quién pued

e perdon

ar pecad

os, sino sólo Dios?,

y es verdad, sólo Dios pu

ede perdon

ar; lo que no sabían que Él era

Dios.

- E

sa s

ería

una

de

las

prin

cipa

les

dife

renc

ias

que

exis

ten

entre

cató

lico

s y

prot

esta

ntes

. ¿Q

ué m

e pu

edes

de

cir

sobr

e el

ba

utis

mo,

se

hace

en

la ig

lesi

a ev

angé

lica

? Sí,

lo hacemos, como

ahora

lo está recomendand

o la

iglesia católica, -por lo

menos eso es lo q

ue escuchado

de mis

vecino

s-, qu

e cuando

van

los padres a

hablar con

el cura para

concertar la fecha del bautism

o de su bebé, el cura les recomiend

a esperar a que sean m

ayores o por lo menos de ocho

a diez años, p

ero

los padres se em

peñan en seguir la tradición y los bautizan…

La iglesia católica tam

poco bautizó niños, lo hizo bien

tarde. D

e las muchas veces qu

e he estado en León, en un

a de ellas

visité su catedral, qu

e es preciosa y también la colegiata de S

an

Isidoro, que por cierto, tu

ve que pagar un dinero; tam

bién m

uy bon

ita

con pinturas y libros antiguos, etc., pero lo qu

e más m

e llam

ó la

atención

fue el bautisterio en el suelo, no un

a pilita, sino un

a piscina,

y la cicerone no

s explico: “Esto es un bautisterio do

nde los cristianos

se bautizaban, porqu

e antes la iglesia bautizaba a personas mayores y

no a niños”. Entonces, con cierta picardía le dije: ¿Y

por qué no se

hace aho

ra? Ella sonrió y siguió adelante. D

e manera que no

siempre

bautizó niños la ig

lesia católica.

Nosotros bautizam

os a personas qu

e saben lo que creen y

lo que quieren. ¿P

or qué? Por m

uchas razones: L

a Virgen María,

presentó a Jesús en el tem

plo y no

sotros hacem

os lo qu

e ella hizo.

12

1

Cristo se bautizó cuand

o tenía más o m

enos treinta año

s. D

e mod

o qu

e no

sotros b

autizamos a m

ayores no

a niño

s, sabiend

o lo q

ue

creen, personas que han cambiado sus vidas. O

s invito a vosotros y a

los jumillano

s qu

e qu

ieran, a ver uno

s bautismos, q

ue Dios mediante,

tendremos el do

mingo que viene día 13 a las siete de la tarde. Y

po

dréis escuchar sus testim

onios y po

r qué lo hacen.

Además C

risto dijo, después de haber resucitado de los

muertos: Id por tod

o el m

undo y predicad

el Eva

ngelio a toda

criatura. E

l que creyere y fuere bau

tizado, será salvo; m

as el que

no creyere, será conden

ado. El que creyere, un bebé no pu

ede

creer, de mod

o qu

e bautizam

os a personas que pu

eden creer y han

creído

. - V

osot

ros, ¿

prac

ticá

is la

com

unió

n de

niñ

os?

No. L

a comunión se la damos a personas, no solamente

mayores, sino

las que han creído y se han bautizado, es entonces

cuando

las hacem

os m

iembros com

ulgantes. Para qu

e me entiendan

os pon

dré un

ejemplo práctico: Tengo cuatro hijos, el segundo se

bautiza ahora el d

ía 1

3 y

tiene 16

año

s. A

unqu

e es h

ijo

mío y

creyente, h

asta ahora no toma parte de la comunión, no toma del pan

ni del vino. Lo tomará el día que se bautice. Él, en su día me dijo:

“Papá, he creído

en el Señor com

o mi salvador y quiero bautizarme”.

Este do

mingo será un

día de mucho

gozo para m

í, lo m

ismo qu

e lo

fue cuando el mayor se bautizó teniendo 19 años. Nunca obligué a

ningun

o de m

is hijos a bautizarse. C

laro está qu

e les enseño

lo qu

e creo, es m

i ob

ligación

, pero no en sus decisiones person

ales. No

quise influir ni empu

jar a hacer lo que no sintieran por qu

erer lavar

mi im

agen. Jam

ás le dije a m

is hijos tal cosa, ni se lo diré al resto de

los qu

e me qu

edan, lo que sí qu

iero es que crean de verdad y qu

e lo

hagan de verdad. D

e mod

o qu

e sólo bautizamos a personas mayores

que creen, no a niño

s. Si los niños se bautizan como si no, si mueren

van al cielo. Lo digo para qu

e sepan los padres que se les murió un

hijo sin bautizar, que están en el cielo, no

en el lim

bo. La iglesia

católica lo sabe. Cristo dijo: Dejad

a los niños ven

ir a m

í, y no se

impidáis; porque de los tales -de ellos- es el reino de Dios.

-

Sigu

iend

o co

n el

tem

a, p

regu

nto:

¿C

ómo

es u

na m

isa

norm

al e

n la

igle

sia

evan

gélica

.

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12

2

- N

osotros tenemos diferentes Cultos: El domingo por la

mañana

celebram

os la Com

unión

o Cena

del Señor, do

nde

los

miembros ya bautizados, participan del pan y del vino, no sólo una

especie, o sea, como Cristo lo celebró. Aun

que tengo entend

ido qu

e hay ciertas reun

iones católicas qu

e también celebran la com

unión

con pan y vino

. Quizá la diferencia estriba en qu

e nosotros el pan,

sigue siendo

pan y el vino

sigue siendo vino. No creemos en la

transustanciación, que el p

an se conv

ierta en el cuerpo de Cristo, etc.,

ni creem

os que se está celebrando la m

uerte de C

risto de m

anera

incruenta. Creem

os que Cristo murió una sola vez y para siempre. De

modo

que lo q

ue h

acem

os, lo h

acem

os en

Su

mem

oria, no

hay

ningún

sacrificio. Fue lo qu

e Cristo mandó

: Haced

esto todas las

veces que la bebiereis en m

emoria de mí…

hasta que venga, y en

su m

emoria lo hacemos. Así lo creemos y así lo practicamos. Cristo

murió una sola vez y no

tiene que repetir su muerte ni cruenta ni

incruentam

ente.

Despu

és tenemos una

ofrenda

o colecta

para sufragar

gastos, p

orqu

e no

recibim

os ninguna paga del estado

, ni la qu

erem

os.

Som

os partidarios de qu

e aquel que qu

iera religión qu

e la pague, y el

que no

la qu

iera no la pague. Tod

o lo referente a nuestros Cultos,

nosotros los costeamos. Después de la comun

ión, tenemos un

a predicación. Este Culto suele durar una hora a hora y m

edia.

Por la tarde

tenemos un

Culto qu

e llam

amos de

evangelización

. Generalmente se hace para las personas que vienen

nuevas. Les exp

licamos el Evangelio de mod

o sencillo para qu

e lo

entiendan. Dura una ho

ra. H

ay cánticos y son dos los predicadores.

Tam

bién tenemos, entre

semana, un Culto de oración,

donde

se da un

pequ

eño

mensaje que

puede

durar un

os veinte

minutos,

anim

ando

y

estimulando

a

los

feligreses a

orar.

Generalmente son bastantes los que oramos con

voz aud

ible, sin

tener qu

e llevar un turno rigu

roso, todos le escuchamos y decim

os

amén a su am

én. Pedim

os por cosas m

uy diversas, com

o por los

enferm

os, por nuestras autoridades, etc.

Tam

bién tenemos el Culto de estudio

bíblico

dond

e estudiam

os verso a verso de un

libro de la Biblia, o puede ser que se

12

3

estudie

sobre

algún

tema. En

dicho

estudio, pu

eden hacernos

pregun

tas, y el estud

io puede alargarse m

ás de la hora.

- H

ablá

bam

os d

e al

guno

s de

los

sac

ram

ento

s qu

e se

ha

cen

a trav

és d

e la

igl

esia

, po

r ej

empl

o el

del

mat

rim

onio

: ¿L

a ig

lesi

a ev

angé

lica

eje

rce

este

sac

ram

ento

? - Predicamos en las bodas, pero antes los novios han ido

al Registro Civil y ante el juez se han unido

, porque el casam

iento es

Civil.

- ¿

Est

án a

utor

izad

os p

ara

la u

nció

n de

enf

erm

os?

- Siempre oram

os por los enfermos, p

ero no de un

a form

a ritual sino de corazón

, porque los m

iembros de la iglesia formam

os

una gran fam

ilia y no hace falta que llamen al pastor, p

orqu

e vo

y en

cuanto m

e entero que está enferm

o; y no sólo yo, sino cualqu

iera de

los

miembros, lo hacemos de un

a manera

espo

ntánea y

viva.

Nosotros

no confesam

os a

los

enferm

os, pero nuestras visitas

siem

pre la tienen. Si en la habitación

nos encontram

os varios, tod

os

oram

os a favor de su salud

, además de hacerlo en nuestra capilla.

- L

a ig

lesi

a ev

angé

lica

, ¿t

iene

fut

uro,

cre

e qu

e la

gen

te

está

ani

mad

a a

part

icip

ar?

- L

a gente sólo quiere vivir la vida a su antojo, y de la

religión

pasa. L

os jóv

enes van a su “bola” y los m

ayores, “no me

compliques la vida”. En nu

estra qu

erida España, aunqu

e se llama

cristiana, son

pocos los que van a m

isa. Sólo van a entierros, bod

as,

bautismos, etc., pero a buscar algo que le llene, pocos. El Evangelio

tiene respuestas para todos los prob

lemas. La juventud no viene a

nuestras iglesias, -metiend

o en el saco tam

bién a la iglesia católica-,

porque creen que sólo es para viejos y niños. Pero yo les digo y reto

a los jóvenes qu

e: Si qu

ieren vivir la vida en plenitud, ésta está en el

Evang

elio, como dijo C

risto: Y

o soy el cam

ino, y la verd

ad, y la

vida; sino se tienen a Cristo no

se vive la vida, sólo se vive como un

vegetal; se pu

eden reír, pero nu

nca gozar.

La juventud

está muy equ

ivocada pensando

que creer a

Cristo es vivir una vida santurrona. ¡Si alguien tiene derecho a reír en

la vida, ese es un cristiano

, po

rque puede reír aquí y seguir riendo

allá! A Cristo lo criticaron po

rque com

ía con

publicanos y pecado

res.

Cristo asistió a una bo

da en Caná de G

alilea. É

l predicó: El reino de

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12

4

los cielos es semejan

te a un rey que hizo fiesta de bod

as a su hijo.

Nos está diciendo, qu

e el Evangelio, es com

o un

a bo

da don

de reina

la alegría. Además la palabra

Evang

elio qu

iere decir: Buenas

noticias, buenas nuevas. ¡Eso es el Evang

elio! Las personas piensan

que la palabra de Dios es un rollo y no

quieren enrollarse, quieren la

marcha, com

o ellos dicen. Pero los qu

e siguen el Evang

elio pueden

disfrutar a tope, p

orqu

e tienen la conciencia lim

pia, pero el que no la

tiene no

puede ser feliz.

- B

ueno

, co

n es

tas

pala

bras

pod

emos

dar

por

ter

min

ado

mar

avillo

sam

ente

est

e te

ma.

Tam

bién

que

rem

os d

ejar

la

dire

cció

n y

el n

úmer

o de

tel

éfon

o a

los

oyen

tes

que

les

pudi

era

inte

resa

r pa

ra

habl

ar s

obre

est

e te

ma,

bie

n co

n el

pas

tor

de A

rche

na D

. Fra

ncis

co

Mar

tíne

z, o

dir

igié

ndos

e a

la c

alle

Isa

ac P

eral

die

cioc

ho, p

rim

ero

B

de J

umilla

o a

l te

léfo

no 6

7 06

11

de A

rche

na. Y a

ust

ed d

arle

las

gr

acia

s po

r en

seña

rnos

cóm

o es

la

igle

sia

evan

gélica

, al

go q

ue

tení

amos

con

fuso

por

lo

que

nos

dice

n pe

rson

as m

al i

nfor

mad

as.

Aho

ra le

dej

o la

pal

abra

par

a qu

e se

dirija

al p

uebl

o de

Jum

illa

. - Primero, agradeceros la oportunidad y el privilegio de

haber po

dido

exp

licar lo que realm

ente creem

os, d

esde este medio, a

todos los jumillanos. Son m

uchos los que me cono

cen, ya que son

varios los año

s qu

e vengo

a Jumilla repartiendo

literatura, com

o también nuestro Boletín Informativo que hacemos cada semana para

nuestros feligreses; pero que no

nos im

porta qu

e los católicos lo lean.

Agradezco esta o

casión

y m

e ofrezco

a vo

sotros, si así lo

veis

conveniente, para tener otra de estas charlas en antena.

Quiero

dejar un

as palabras para los

jumillano

s, un

as

palabras de la Biblia, no del catolicismo o del p

rotestantism

o, sino de

la palabra

de Dios, qu

e es im

portante para este tiem

po y

para

siem

pre. Leo en el Evangelio de San Juan capítulo cinco y versículo

veinticuatro: De cierto, d

e cierto os digo: El qu

e oy

e mi palab

ra, y

cree al que

me

envió, tiene

vida

eterna; y

no

vendrá a

conden

ación, mas ha

pasad

o de

muerte a

vida. ¡Fíjate

bien,

querido radioy

ente en los verbos!: El que oy

e… y cree…

tiene vida

eterna; no dice que “tendrá” sino

que ya tiene vida eterna; y no

vendrá a con

denación o a juicio, cuando muera, p

orque ha pasad

o de muerte a vida.¡Lee la palabra de D

ios y sigue los consejos de los

12

5

últimos Papas que hem

os tenido

. Ellos han dicho que: E

n ca

da h

ogar

ca

tólico

deb

e ha

ber un

a Bib

lia,

pero para que se lea. ¡Léela! , en ella

encontrarás: ¡Palabra de Dios!

- E

sper

amos

que

así

se

haga

y q

ue s

e le

a. Y

a u

sted

le

dam

os las

gra

cias

por

hab

erno

s ac

ompa

ñado

est

a ta

rde

y le

dec

imos

ha

sta

siem

pre.

Y a

todo

s nu

estr

os ra

dioy

ente

s: G

raci

as po

r la

at

enci

ón p

rest

ada.

58.- CONVERSIÓN DE IGNACIO RUIZ EN JUMILLA

Hace años que hablo con

los anciano

s en el

Jard

ín d

el

Car

acol dond

e pasan

las ho

ras conv

ersand

o, y

siem

pre

les do

y nu

estro Boletín Informativo, y de vez en cuand

o, les he regalado

algún folleto de varias páginas. H

acía com

o cuatro año

s, que les

obsequ

ié, a tod

os ellos, con

un tratado, tamaño cuartilla, titulado: LA

CONFIA

NZA de varias hojas y con

letras muy

grandes, qu

e había

recibido

de la Sociedad Bíblica Trinitaria de Ing

laterra; folletos qu

e pensé se habían quedado en el b

aúl d

e los olvidos...

Hacía com

o año y medio que al Sr. Ign

acio sufrió un

a parálisis que le afectó a su lengua…

era una pena oírle. N

o se pod

ía

entend

er y por lo tanto llegué a pensar: D

espu

és d

e ta

ntos

año

s ha

blán

dole

del

Eva

ngel

io,

ahor

a,

para

est

e ho

mbr

e ya

no

hay

solu

ción

… Le seguía viendo cada jueves po

r la tarde y a todos los

ancianos les entregaba uno

de nu

estros B

oletines, pero con el Sr.

Ignacio no

pod

ía sostener un

a conv

ersación

, ya que con

su media

lengua no había manera de entenderle.

El jueves d

ía 2

3 de julio d

e 19

87 llevé u

na agradable

sorpresa porqu

e Ignacio Ruiz, un anciano de 86 años de edad, se

hallaba de pie en el jardín oteando el horizon

te por don

de yo solía

venir…

C

uand

o llegué m

e abrazó, algo que nun

ca había hecho

, y

lleno de gozo y con expresiones desbordantes de alegría em

pezó a

hablarme, pero no le entend

ía… de lo m

ucho

que m

e explicaba sólo

llegué a

entend

er:

Rom

a,

Rom

a…

ven

a ca

sa… Lo

cual me

entristeció

y pensé: D

espu

és d

e ta

ntos

año

s, a

hora

me

sale

con

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12

6

Rom

a. Muy desanimado

por mi parte le dije:

Aho

ra te

ngo

que

repa

rtir

la

lite

ratu

ra q

ue l

levo

, cu

ando

ter

min

e vo

lver

é. Se lo dije

pensando

que se marcharía.

Terminé el reparto y volví al jardín don

de no

quedaba

ningún

anciano

, pero sí el Sr. Ignacio… N

os fuimos para su casa, y

por el camino, me

iba

hablando

de José Jiménez…

según

iba

entend

iendo, po

rque después de muchas coles, po

día

coger un

a lechug

a, es decir: De lo m

ucho

que m

e hablaba en el cam

ino hacia su

casa, d

e vez en cuand

o, entendía un

a palabra, y m

e dije:

- Este ho

mbre sabe lo qu

e está habland

o, pero su lengua

no la puede dom

inar…

Com

o viud

o que era, la casa estaba vacía, pues él com

ía y

dorm

ía en la casa de enfrente dond

e vivía un

hijo. A

sí que intrigado

, llegam

os a su casa. Una vez llegamos abre un

cajón

y saca el folleto

que hacía años le había regalado, titulado

: LA C

ONFIA

NZA; me

señala la últim

a página y

me dice:

- R

oma,

Rom

a… M

iré y lo que m

e estaba resaltando era:

Justificad

os, pues, por la

fe, tenem

os p

az p

ara

con D

ios por

medio de nuestro Señ

or Jesucristo; por quien ten

emos entrad

a por la fe a esta gracia en la cual estam

os firmes, y

nos gloriam

os

en la esperan

za de la gloria de Dios. (Rom

anos 5. 1

-2) El texto po

r el cual h

abía encontrado su salvación

… De form

a, que en su soledad,

leyend

o dicho folleto, que sólo contenía versículos escogidos de la

palabra de D

ios, ¡llegó a nacer de nuevo! Siguió hablándo

me con su

media lengua y

para no cansaros, sólo os relataré lo que

iba

entend

iendo. Él m

e decía:

- T

ú a

mí…

y m

e señalaba el folleto. L

e contesté:

- Sí, yo te lo regalé, no ves qu

e lleva el sello de nuestra

Asamblea en Archena. Enton

ces con gran alegría y con unos ojos

chispeantes de gozo, m

e volvió a abrazar diciénd

ome:

-

¡H

ombr

es…

com

o tú

, ¡m

ucho

s…

muc

hos!

… Y

siguió

diciendo

: - T

ú… d

ecía

s co

sas

herm

osas

, pe

ro, -señalando

de nu

evo

el folleto, lo besaba lleno de gratitud.

El Sr. Ign

acio, con el tiempo llegó

a recup

erar el habla y

les hablaba a sus compañeros del jardín, pero ellos creían qu

e había

12

7

perdido el juicio. Su familia le llegó a proh

ibir que le hablara a la

gente de su manía…

que se lo guardara sólo para él. De manera qu

e al m

orir no respetaron

su fe ni su vo

luntad.

59.- SE ALQUILA UN LOCAL EN JUMILLA

Pasaban

los

meses,

los

años

y muy

raramente

conseguíam

os que alguien viniese a un Culto, y a mediado

s del año

1988 en un

a reunión de A

ncianos en A

rchena, éstos m

e dijeron:

¡N

o va

llas

más

a J

umilla

y n

o pi

erda

s m

ás e

l tiem

po y

el di

nero

en

gas-

oil!…

No

se p

udieron

imaginar el do

lor qu

e me causó

dicho

consejo, pero me sujeté y les dije:

- A

cepto vu

estras sugerencias, pero antes escuchar lo que

os tengo que decir: En Jumilla nos estam

os reuniendo en un

piso, y

eso hace casi im

posible que alguien qu

e teng

a interés pu

eda venir a

una reun

ión, porqu

e para venir a un Culto, antes la person

a, tiene qu

e tocar el timbre de la calle y después, ¿qué va a decir la persona por el

telefonillo? “¿E

s aquí donde se celebran reuniones protestantes?” Y

si lo

hiciera, d

espués tend

ría qu

e subir las escaleras y volver a llam

ar

al piso…

Y eso,¡qu

é person

a nueva lo haría! De manera qu

e os

propon

go que m

e deis un año más, como la parábola qu

e el Señor

contó de la higuera plantada en un

a viña, qu

e después de tres años

sin

fruto

mandó

cortarla, p

ero

el v

iñador le dijo: Señ

or, déjala

todav

ía este añ

o… y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás. Así

os digo a vosotros, pero con

la cond

ición de alquilar un local, y si al

año

no hay

resultados po

sitivos, dejo de ir a

Jumilla…

Tod

os

aceptaron la propu

esta.

Desde ese in

stante empezamos a in

dagar para el alquiler de

un local y el 01

de octubre de ese año con

tratam

os un bajo en un

lugar céntrico y m

uy cerca del Jardín más importante de Jumilla, el

que alqu

ilam

os a Anton

io Fco. H

onguero Góm

ez. Local que tuvim

os

que arreglar, preparar la instalación eléctrica, adecentar la fachada,

etc.

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12

8

A m

ediado

s del mes de no

viem

bre de 198

8 se empezó a

emitir por Radio Frecuencia Joven o Radio ARI todo

s los sábado

s de

10.30 a 11.00 de la mañana, hasta el 25 de febrero de 198

9, un total

de tres m

eses.

La inauguración

del C

entro

Bíblico, como se llamó al

principio, se llevó a cabo

el día 08

de diciem

bre de 1988 a las 06

de

la tarde. Hasta ese día, estuv

imos reuniéndo

nos en la calle Isaac Peral

nada m

ás ni m

enos que, ¡06 año

s y tres m

eses!

Despu

és de la inaug

uración, teníamos una cita en Radio

ARI, y estuvimos en antena desde las 21 h., hasta las 22.30 h.,

charland

o y contestand

o pregun

tas qu

e nos hicieron

los radioyentes a

través del teléfono. Tam

bién se radió el m

ensaje que di con motivo

de la inaugu

ración

del C

entro Bíblico, el cual se había grabado

. Un

motivo más para darnos a con

ocer.

A la vez, seguíam

os, todo

s los jueves por la tarde, con

el

reparto

de B

oletines p

or las calles y

jardines; lo q

ue h

acía q

ue

fuéram

os m

ás conocidos y algunas personas visitaran nu

estro lugar

de reunión. 60.- ADELA Y JOSEFA CON EL CURA EN LA

CAPILLA Adela Martínez

Cutillas, vio

como

un vecino leía un

Boletín en la puerta de su casa, y ella intrigada, pensó:

- ¿Q

ué sería

aquello

que

con

tanto

interés devoraba?.

Grand

e fue

su alegría

cuando al vo

lver, vio

abando

nado dicho

Boletín en un

a ventana…

Con

avidez lo leyó. El título del m

ensaje

escrito era: E

l dí

a m

ás g

rand

e., con fecha 18

al 25

de diciem

bre de

1988 y el nú

mero del Boletín era el 61

6. E

mpezó a leerlo y su

contenido

le agradó

. En

él se hablaba

de fechas históricas e

impo

rtantes de nuestro calendario, pero lo que m

ás le im

pactó fue:

Hay

un

día

en n

uest

ro e

fem

érid

es q

ue d

escu

ella

de

todo

s en

muc

ho:

Es el

nac

imie

nto

o an

iver

sari

o de

Jes

ús…

Tan

impo

rtan

te fu

e el

día

en

que

Dio

s se

hiz

o H

ombr

e, q

ue

la h

isto

ria

se p

artió

en d

os. Es

corr

ient

e le

er d

eter

min

ados

suc

esos

12

9

histór

icos

en

los

cual

es e

l na

rrad

or,

para

pod

erlo

s si

tuar

en

el

tiem

po, no

s di

ce: “Est

o pa

só e

n el

año

154

ant

es d

e Cri

sto”

y o

tro

nos pu

ede

deci

r: “

Ocu

rrió

en

el a

ño 3

58 d

espu

és d

e C

rist

o”. A

sí q

ue

el na

cim

ient

o de

l Se

ñor

Jesu

cris

to fu

e un

ac

onte

cim

ient

o qu

e te

nem

os c

olga

do e

n la

par

ed d

e nu

estr

a ca

sa. H

oy e

stam

os a

18

de

dici

embr

e de

198

8 de

spué

s de

Cri

sto…

¡Y p

ensa

r qu

e to

daví

a ha

y se

udo

sabi

os q

ue d

icen

que

Cri

sto

no e

xist

ió! Es de

pen

as q

ue d

icha

s pe

rson

as se

expo

ngan

al r

idíc

ulo

en a

lgo

tan

real

y e

vide

nte.

Despu

és de este incidente, Adela fue una fiel lectora de

nuestro Boletín, pues por año

s, un servidor se lo llevaba a su casa

cada semana, hasta

que

ella misma

vino

a

recogerlo

al Centro

Bíblico.

Por esas fechas, Adela, me prop

uso tener una reun

ión con

el cura, a lo

que accedí, po

rque ella decía:

- M

i sacerdote y el pastor, son d

os b

uena

s pe

rson

as, po

r lo

tant

o, te

nían

que

con

ocer

se…

Recuerdo

que el día señalado, un

jueves po

r la tarde,

después del reparto de B

oletines, se dejó caer A

dela con

el cura y

otra m

ujer enlutada, la cual era tod

o oído

s, aunqu

e ella no despegó

sus labios. Tan interesada la vi,

que en ese día le dije al Señor:

Con

céde

me

la o

port

unid

ad d

e po

der

habl

ar c

on e

sta

muj

er. Esa

mujer era Josefa Mejías Otazo… la conversación

con

el cura no fue

muy interesante, p

orqu

e qu

eriend

o tener diálog

o, le hablé de la

superstición de los jumillano

s y me dio a entender que no era tanto…

Se veía a las claras que no le daba im

portancia.

La higuera em

pezaba a dar su fruto en ese año

y no se

cortaría… El 06

de mayo del año 19

88, vo

lvim

os a emitir en Antena

Joven, todos los dom

ingos con el program

a Sintonizando con Dios,

también a las 9.30 de la mañana, hasta el 15

de enero del año 20

00

porque en dicha fecha, Sintonizand

o con Dios se pod

ía escuchar en

toda la prov

incia desde Molina de S

egura. A

sí que desde A

ntena

Joven se emitió sin in

terrup

ción

11 años y 04 meses.

El 24

al 28

de julio de 199

0,tuvimos un Festival Infantil y

para ello vinieron 10 creyentes de Sevilla, d

el G

rupo

Evang

elización

Andalucía, y cada día salían po

r las calles con

“el gusano Fliper de

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13

0

40 patas” porqu

e en su interior iban 20 personas, el cual llamaba

mucho

la atención de los niño

s. Por la tarde era el Festival y po

r las

noches se proy

ectaba una película. Tod

o ello se hizo en el Jardín del

Rey D

on Pedro, muy

cerca de nu

estro lugar de Cultos. Se llegaron

a

reunir unos 20

0 niño

s acom

pañados de m

ucho

s padres.

El 30

de julio volví a elevar un escrito al A

yuntam

iento de

Jumilla agradeciénd

ole su gentileza , en el nom

bre del Equ

ipo qu

e colabo

ró y tam

bién en el nom

bre de la Iglesia Evangélica, y a la vez

ofreciéndono

s en cualqu

ier cosa qu

e les

pudiéram

os ser útiles.

Tam

bién lo hicimos púb

lico en nu

estro Boletín Informativo número

700 el cual se repartió también, com

o siem

pre, en Jumilla...

Roberto y Loida Sawyer, este matrimon

io norteam

ericano

después de p

asar u

n tiem

po en

Cieza con

los S

res. D

orozio, en

octubre de 198

9 em

pezaron a visitar Jumilla. Despu

és m

archaron

a

EE.UU. y a la vuelta se quedaron en Salam

anca, do

nde estuvieron

perfeccionando

el castellano

. El jueves 30 de julio

de 19

92

volvieron para ayudar a la O

bra y estuvieron

hasta octub

re de 19

96

que se m

archaron

a Estados Unidos, aunqu

e vienen de vez en cuand

o a visitarnos. David y Monserrat Sanjulián, vinieron

desde Barcelona a

vivir a Jumilla a primeros de julio del año 19

92., los cuales fueron

añadidos com

o miembros com

ulgantes.

Raimundo Montes

Rodrigo y

Begoña

Casquero

Fernández, con

sus hijos llegaron a mediado

s de septiem

bre de 199

2 para pasar un año, para después marcharse al Perú a una residencia

de niños; p

ero viendo

sus don

es, un día hablé con él y le dije:

Rai

mun

do,

no c

reo

que

seas

nec

esar

io e

n el

Per

ú, p

ues

allí, a

pes

ar d

e to

do, h

ay m

ás c

reye

ntes

que

en

Esp

aña

y no

cre

o qu

e tu

don

sea

el cu

idar

niñ

os…

Si te

par

ece

bien

, po

dría

mos

rea

nuda

r lo

que

se

empe

zó e

n H

ellín

(Alb

acet

e) l

os d

os j

unto

s, v

olvi

endo

a

pone

r la

Mes

a de

Lib

ros

y el

rep

arto

de

Bol

etin

es y

lev

anta

r un

a co

ngre

gaci

ón.

No

sólo

lo

acep

tó,

sino

que

se

aleg

ró d

icié

ndom

e:

Estoy

pen

dien

te d

e un

a op

erac

ión

de e

stóm

ago

en Y

ecla

, cu

ando

me

recu

pere

jun

tos

irem

os a

Hel

lín.

Per

o el

Señ

or t

enía

otr

os p

lane

s pa

ra é

l…

13

1

Raimundo

, con

su h

umildad

y simpatía, fue u

na g

ran

ayud

a para el testim

onio de Jumilla hasta el día de su llam

ada al

cielo, el sábado 22 de febrero de 199

7.

Con

la llegada de estas tres familias la O

bra se fortaleció y

creció tanto nu

mérica como espiritualmente. A

Dios le dam

os gracias

por herm

anos tan m

ajos. Con

ellos, se decidió pod

er tener reunion

es

los do

mingos. Siend

o un

a fecha histórica el día 20

de septiembre de

1992, po

rque p

or p

rimera vez se tuv

o Culto u

n domingo p

or la

mañana y po

r la tarde, y desde ese día hasta el d

ía de ho

y.

Otra fecha histórica fue

la celebración

del

prim

er

bautismo en Jum

illa: El de Juan del Pino Valera y Ana A

bellán

Mejías, el sábado día 07

de no

viem

bre de 199

2.

El 30

de enero de 199

3 vo

lvim

os a tener bautism

os de

cinco

person

as, Pedro Abellán S

anta y

su espo

sa Josefa Mejías

Otazo, su hijo Anton

io, José del Pino Valera y Gum

ersind

o García

Bravo

. El 1

4 de febrero del año 200

3 se com

pró, con un préstamo,

el lo

cal q

ue teníam

os alquilado

, el cual se está pagando…

61.- OBRA PIONERA EN YECLA

Yecla está desde Archena cerca de 80

kilóm

etros, allí vivía un

creyente, Plácido

Gallego, pu

es pasó a la presencia del Señor el día

06 de no

viem

bre del año 20

06. Es un

pueblo muy industrial en el

mueble, calzado

, vino

y cerám

icas. Y com

o sólo hay 26 kilómetros

desde Jumilla, a lo

s Sres. Gallego les he visitado muchas veces.

En diciem

bre del año 19

76 les proyectaba películas, a la esposa

de Plácido, M

icaela, m

ás con

ocida po

r M

iki y a un

a vecina, C

ochita,

las mismas que despu

és exp

onía a los anciano

s en el Hogar d

el

Pension

ista, con

el d

ebido perm

iso. Después de mostrarles la película

les predicaba como un

os 10 minutos en relación a lo

que acababan de

ver. La prim

era vez que fui a proy

ectar un

a película, después de

situar el proyector y cuando

me dispon

ía a instalar el m

icro, vino

el

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13

2

conserje, y muy

asustado me dijo que no lo podía usar…

ignoro qu

é es lo qu

e pensaría, pero logré calmarlo y despu

és de la proyección

pude hablar…

Cuand

o volví a sábado

siguiente, para sorpresa mía,

fue el con

serje el que m

e recomendaba que usara el m

icrófono

Al principio proyectaba en el gran salón con un

as 300 a 400

person

as y despu

és lo

hicim

os en un

salón que cog

ían 80 personas en

el primer piso. Pienso qu

e lo hicieron para no molestar a los qu

e preferían jugar a las cartas o al do

minó, etc. Así que los que tenían

interés subían y resultaba, q

ue el salón

se llenaba de tal m

odo que los

que madrugaban tenían asiento y lo

s otros tenían que estar de pie.

Antonio R

odríguez, de H

ospitalet de Llobregat, en febrero de

1977 m

e mandó

dos paquetes con Calendarios de la buena sem

illa

que le habían sobrado y los aproveché regalánd

olos a los anciano

s,

después de ver la película.

A primeros de marzo del m

ismo año escribía en mi carta de

oración lo siguiente: Por

el m

omen

to e

stam

os e

xpec

tant

es, vi

endo

lo

que

el S

eñor

está

haci

endo

y n

os e

stá

guia

ndo.

Lle

vam

os v

aria

s se

man

as

segu

idas

pr

oyec

tand

o pe

lícu

las

en

el

Hog

ar

del

Pen

sion

ista

. El

sába

do d

ía 2

6 de

feb

rero

pro

yect

é do

s m

ensa

jes

evan

gelístic

os: U

no d

e Billy

Gra

ham

y o

tro

de L

uís

Pal

au; y

a pe

sar

que

el s

ábad

o an

teri

or les

hab

ía a

dver

tido

que

las

pel

ícul

as q

ue les

pr

oyec

taría,

no

tr

atab

an

de

ning

ún

dram

a,

ni

eran

pe

lícu

las

cien

tífica

s, s

ino

sólo

men

saje

s de

pre

dica

dore

s. C

on tod

o, la

sala

se

llen

ó m

ás

que

nunc

a y

nadi

e se

m

arch

ó y

escu

char

on

muy

at

enta

men

te,

no so

lam

ente

lo

s m

ensa

jes

de la

s pe

lícu

las, si

no

tam

bién

los

mío

s qu

e di

ant

es d

e la

pro

yecc

ión

y de

spué

s de

la

mism

a. L

es reg

alé

90 E

vang

elio

s de

San

Jua

n.

Pie

nso

deci

rles

, si

no

pasa

na

da

ante

s,

les

man

ifes

taré

cl

aram

ente

qui

en soy

, per

o an

tes le

s de

clar

aré

lo q

ue n

o so

y, p

orqu

e al

guno

s de

ellos

cre

en q

ue soy

tes

tigo

de

Jeho

vá. E

sto

me

dará

luga

r pa

ra u

n bu

en m

ensa

je…

Tod

o lo

pon

go e

n la

s m

anos

de

nues

tro

buen

Dio

s y

Salv

ador

, co

n te

mor

y tem

blor

, pa

ra q

ue s

irva

par

a Su

gl

oria

. Cada vez mis introducciones y conclusiones eran más largas…

Las películas se term

inaron

y m

e tuve que despedir de tod

os hasta

13

3

otra o

casión

… com

prendiendo

muy b

ien

lo q

ue el Señor m

ismo

sintió cuand

o: A

l ver las multitudes, tuvo

com

pasión d

e ellas

porque estaban

desam

parad

as y dispersas como ov

ejas que no

tienen

pastor. (Mateo 9. 3

6)

Al d

espedirm

e, unas seño

ras me dijeron:

-Cua

nto

sent

imos

que

no

pued

a ve

nir, p

or e

l m

omen

to, p

ues

lo

que

vem

os y

oím

os n

os lle

ga m

uy a

dent

ro… a la vez qu

e señalaban

con sus manos el corazón.

El día 12

de octubre de 1984 salimos varias parejas para visitar

casa p

or casa para repartir 3.000

tratados d

e Testimon

io a C

ada

Hogar. El día

01 de octubre

de 19

88, estando

evangelizando

los

jóvenes de C

ieza p

or m

edio de dibu

jos en el tablero, u

n policía

municipal lo prohibió. Al día siguiente elevé un

escrito pidiend

o la

autorización que los agentes nos pedían, el cual fue sellado

en el

Registro

General con

el nú

mero

3.098. Com

o quiera que

no

contestaron

y después de u

n tiem

po prudencial,

volvim

os con

el

tablero y prediqué uno

s 20

minutos con

la ayud

a de un altavo

z, y

nadie no

s molestó, pu

diendo

seguir cada sem

ana con nu

estra labo

r,

hasta qu

e en el año 199

8…

Los evang

élicos de Buenas Noticias, de Alm

ansa (Albacete)

sabiendo

que nosotros estábamos evang

elizando

Yecla por varios

años, pensaron

hacer su

Cam

paña. Su

respon

sable, M

iguel Rois

Dios, m

e lo com

unicó y qu

edam

os, por teléfono

, en verno

s en el

jardín central de Yecla al jueves siguiente y que para identificarm

e,

yo llevaría un

a Biblia…

¡gracias qu

e el jardín habían bancos para

poder

estar

sentado, po

rque no se presentó, pero hicieron

su

Cam

paña! Ala siguiente visita, nos enterarno

s de la Cam

paña, lo qu

e no

s supu

so un gran dolor, p

or lo

que las person

as nos decían:

- S

i ust

edes

son

lo m

ism

o qu

e el

los, y

a se

pue

den

mar

char

Por lo qu

e nos dijeron su predicación

consistió en decir qu

e la

Virgen tuvo m

ás hijos…

Así que decidí dejar a dichos evangélicos

solos, dejándo

les el cam

po libre, hasta el día de ho

y. A

mam

os a las

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13

4

almas y no qu

erem

os confund

irlas con unos trabajand

o po

r un lado y

otros po

r otro.

Para sorpresa m

ía, en marzo de 19

91 recibo la siguiente carta:

Alm

ansa

a 1

8 de

mar

zo d

e 19

91

Que

rido

her

man

o:

Com

o co

ntin

uaci

ón de

nu

estr

a co

nver

saci

ón te

lefó

nica

, de

ha

ce d

os a

ños, e

n la

que

rec

ibí su

s im

pres

ione

s so

bre

la r

ealiza

ción

de

cam

paña

s en

Yec

la y

Jum

illa

, me

pong

o de

nue

vo e

n co

ntac

to c

on

Ud.

par

a an

unci

arle

nue

stra

inte

nció

n de

llev

ar a

cab

o un

a ca

mpa

ña

de e

vang

eliz

ació

n al

air

e libr

e, p

osib

lem

ente

en

la ú

ltim

a se

man

a de

ju

lio

y pr

imer

a de

ago

sto.

Q

uisier

a qu

e en

tend

iera

, qu

e nu

estr

a in

tenc

ión

no e

s en

trar

en

labo

res

ajen

as, sino

que

al

ser

una

opci

ón m

ás d

entro

de l

a gr

an

fam

ilia

eva

ngél

ica,

pud

iéra

mos

ser

de

ayud

a pa

ra l

os p

lane

s de

l Rei

no. C

reem

os q

ue e

s de

ética

s y

just

icia

, es

ta c

omun

icac

ión

prev

ia

a U

d. q

ue l

leva

, se

gún

refe

renc

ias, t

raba

jand

o en

ese

cam

po c

on

dedi

caci

ón. Q

uizá

el Se

ñor pu

eda

ben

deci

r es

te p

roye

cto,

y e

sa v

illa

de

Jum

illa

pue

da c

onoc

er a

Aqu

el q

ue m

urió

en

la c

ruz

por

sus

peca

dos.

Agr

adec

ería

que

me

hici

era

las

suge

renc

ias

que

cons

ider

e op

ortu

nas

para

el co

rrec

to d

esar

rollo

de la

cita

da c

ampa

ña a

l ai

re

libr

e qu

edan

do e

n Alm

ansa

a su

disp

osic

ión.

D

ios be

ndig

a su

s la

bore

s.

13

5

Mi respu

esta:

20 de marzo de 19

91

D. M

iguel R

ois Dios

A l m

a n

s a . -

Muy amado en el S

eñor:

Muchas gracias por tu atenta carta del

18 del presente mes, en la cual m

e comun

icáis las intenciones qu

e tenéis de llevar a cabo un

a campaña al aire libre en Jumilla, con la

sana in

tención de no entrar en labo

res ajenas…

Permítem

e decirte, que quizás sin saberlo, en vez de beneficiar

a dicha

ciud

ad, la estrop

ees

por la confusión

que

ello pu

eda

ocasionar. M

e explicaré a de que pod

áis estudiarlo, y

a qu

e po

r lo que

dices en tu carta, lo

que pretend

éis es ayudar en los planes del R

eino

, y no estropearlos. Pero antes os diré algo con

respecto a Yecla, para

que po

dáis v

alorar lo

que digo, ya q

ue está respaldado

por los

hechos. Nuestra ilusión como Asamblea es llevar el E

vangelio donde ni

aún se nom

bra, y por eso fuimos a Yecla don

de dista de Archena m

ás

de 80 Kms., y no

volcamos nu

estros esfuerzos a M

urcia Capital que

la tenem

os a 22. ¿Por qué? Porqu

e allí ya hay testim

onio. (eso no

quiere decir qu

e si miembros de nu

estra

Asamblea, po

r causas

diversas se trasladasen allí a vivir, los dejaríam

os desam

parado

s si

nos pidieran ayuda). Nosotros querem

os, com

o el apó

stol Pablo tener

una conciencia tranq

uila, y po

r ello nos esforzamos a predicar el

Evangelio, no don

de Cristo ya hubiese sido nom

brado, para no

edificar (sobre el trabajo qu

e otros realizaron

, ni crear un

a atmósfera

de con

fusión

, ni) sobre fundam

ento ajeno, sino como está escrito:

Aquellos a quienes nunca le fue an

unciad

o acerca de Él, verán; y

los que nun

ca han

oído de Él, aten

derán

. (Rom

anos 15. 20-21)

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13

6

Me extrañó el que no acud

ieras a la cita de verno

s un

jueves en

el jardín de Y

ecla, como qu

edam

os. Estuv

e esperand

o con mi Biblia

en las manos a fin que m

e pu

dieras id

entificar…

Cuando hablam

os con

la gente nos enteramos de qu

e hicisteis

vuestra campaña. O

ptam

os por dejaros el campo libre y que el Señor

os bendijera, a pesar qu

e no

sotros ya la habíamos recorrido

casa po

r casa y en esos m

omentos la estábam

os visitando

cada jueves con

reparto

de literatura y

encuestas

por las

calles…

pues lo qu

e realmente nos interesa es que la gente se salve y no qu

e se confund

a.

Así que desde ese año

hem

os dejado de hacer labor en Yecla. Os

pedimos un favo

r: Si vosotros habéis dejado

de trabajar en Yecla,

decírnoslo para que pod

amos hacerlo nosotros. Esperam

os noticias

vuestras al respecto.

Aho

ra os decimos qu

e en Jumilla, aparte del nú

cleo de

creyentes qu

e tenemos, por la gracia del Señor, estamos repartiendo

literatura cada jueves del año

. Tenem

os un programa dominical de 30

minutos de radio

ya tiem

po. Un

local de Cultos con

un gran

escaparate de libros de préstamo. El pasado

año 1990 a últimos de

julio tuvimos una cam

paña al aire libre predicand

o y proy

ectand

o varias películas, etc. P

ero si vosotros pensáis que no

vais a confun

dir

con vu

estra campaña, sigan adelante con vu

estras in

tenciones.

Deseamos con

sideréis lo dicho y que po

r am

or a las alm

as y a

Dios, no multipliquéis esfuerzos vanos y contradictorios a fin de

dirigir vu

estra campaña a don

de pod

áis ser de bendición.

Un abrazo de,

YÜtÇv|ávÉ `

tÜà•Çxé

YÜtÇv|ávÉ `

tÜà•Çxé

YÜtÇv|ávÉ `

tÜà•Çxé

YÜtÇv|ávÉ `

tÜà•Çxé

fdo

/Fco. M

artínez

13

7

Alm

ansa

10

de a

bril d

e 19

91

Que

rido

her

man

o y

cons

ierv

o:

Des

pués

de

med

itar

y r

efle

xion

ar s

obre

tu

cart

a, h

e lleg

ado

a la

co

nclu

sión

de

ac

epta

r tu

s ra

zona

mie

ntos

y

orie

ntar

nu

estr

as

cam

paña

s ha

cia

otro

s lu

gare

s, d

onde

pod

amos

ser

de

bend

ició

n.

Res

pect

o a

la p

regu

nta

que

me

hace

s so

bre

Yec

la, co

n m

ucho

gu

sto

te i

nfor

mo

de n

uest

ras

activi

dade

s al

lí.

En

Yec

la e

xist

e un

gr

upo

de 1

2 he

rman

os d

e to

das la

s ed

ades

, con

el cu

al n

os r

euni

mos

lo

s vi

erne

s a

las

8 de

la

tard

e y

los

dom

ingo

s a

las

6 en

un

pequ

eño

loca

l, si

to e

n la

cal

le P

adre

Las

alde

s/n

. N

o ob

stan

te,

y da

da l

a di

men

sión

de

Yec

la,

creo

qu

e se

ría

buen

o qu

e pu

dies

es se

guir

ev

ange

liza

ndo,

pue

s el

pue

blo

es l

o su

fici

ente

gra

nde

com

o pa

ra

tene

r ad

mitir

dos

igl

esia

s. C

on e

l fin

de q

ue t

enga

s un

pun

to d

e re

fere

ncia

, Alm

ansa

que

es

un p

oco

más

peq

ueño

, tie

ne tre

s ig

lesi

as,

y al

men

os h

asta

aho

ra,

no h

a ha

bido

nin

guna

int

erfe

renc

ia e

n nu

estr

os r

espe

ctiv

os c

omet

idos

. Por

tod

o es

to te

anim

o a

cont

inua

r en

es

a la

bor

de

siem

bra

y es

pero

qu

e D

ios

te

bend

iga

con

abun

danc

ia.

Sin

otro

par

ticu

lar, a

prov

echo

est

a oc

asió

n pa

ra b

ende

cirt

e en

el

Nom

bre

de N

uest

ro c

omún

Señ

or,

al i

gual

que

a t

u fa

milia

e

igle

sias

. Pes

e a

las

dife

renc

ias

que

pued

e ha

ber

entr

e no

sotr

os,

pued

o de

cir co

n jú

bilo

: ¡¡

Junt

os e

n el

ser

vici

o de

l Am

ado!

! fd

o/ M

igue

l Roi

s D

ios

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13

8

I5 de abril d

e 19

91

D. M

iguel R

ois Dios

A l m

a n

s a . -

Muy amado en Cristo:

M

uchas gracias po

r tu amable carta del 10

del presente m

es. Me alegra saber que el Señor os está bendiciendo

en Yecla, y

es mi d

eseo que Él aum

ente dicha bendición, a fin de qu

e muchas almas Le pu

edan con

ocer com

o el único Dios y Salvador.

Te agradezco qu

e nos instes a seguir evangelizand

o en Y

ecla,

porque es grande, lo suficiente como para tener dos iglesias. C

laro

que

sí, pero ya te expliqué nuestro

punto

de vista

al respecto.

Además, tú tendrás que adm

itir con

migo qu

e, ¿para qué dup

licar

esfuerzos en un

lugar, cuándo hay

tantos pu

eblos en Murcia

y Albacete sin testim

onio? A la vez, siempre correm

os el riesgo de

confun

dir…

Puede q

ue algún

día n

os p

odam

os conocer, mientras tanto,

recibe un abrazo de,

YÜtÇv|ávÉ `

tÜà•Çxé

YÜtÇv|ávÉ `

tÜà•Çxé

YÜtÇv|ávÉ `

tÜà•Çxé

YÜtÇv|ávÉ `

tÜà•Çxé

62.- OBRA PIONERA EN BULLAS

A principios del año 19

82 varias parejas fuim

os uno

s cuantos

sábado

s, estuv

imos haciend

o encuestas casa a casa con el fin de

poder hablar con

las personas, y aun

que fueron m

uy agradables las

conversacion

es, con

todo

la sem

illa del nuevo

nacim

iento no

prend

ió.

Aprovechando qu

e la hermana Asunción Jiménez que venía de

Barcelona a pasar largas temporadas a su pueblo, tuvim

os varias

semanas tod

os los viernes C

ultos en su casa en la calle A

lta. E

l

13

9

prim

er Culto se celebró el viernes día 14 de noviembre de 1986 a las

05 de la tarde, con las vecinas. D

espu

és la Sra. Jim

énez se marchaba

a San Boi de Llobregat (Barcelona) y las reun

iones se term

inaban…

El 06 de febrero de 199

2, fue ing

resado

en el hospital de L

a Arrixaca en M

urcia, José Soriano B

ravo, para ser operado

el día 10

del mismo mes, p

ues le tenían que extirpar un cáncer en la cabeza…

Allí hizo amistad con Anton

io V

alera Ruiz al que tenían qu

e op

erar

de una vértebra y temblaba qu

e llegara el día de la operación

. Con

él

estaba su espo

sa Jovita Trujillo

Martínez, los

cuales estaban

maravillados al ver con

la serenidad que José esperaba el día de su

intervención, lo que les animaba en con

versar con

él.

A José le

dieron

de alta el día 23

y tod

o ese tiem

po estuvieron hablando sob

re

el Evang

elio, la seguridad de la salvación y de la paz que da el Señor

en to

das nuestras tribulaciones y enferm

edades, etc.

Por su testim

onio, vinieron a nuestra con

gregación el dom

ingo

día 01

de marzo Anton

io, su esposa Jov

ita, com

o también el p

adre de

ésta, Santos Trujillo Martínez, su madre D

olores M

artínez Martínez,

y Paula R

uiz Lebrón, la madre de Anton

io. Ese dom

ingo hice un

llam

amiento

porque habían unas person

as qu

e estaban

muy

interesadas, las cuales dieron

testimon

io, p

ero lo que no me esperaba

es que también lo

dieran los Sres. Valera, lo

s Sres. Trujillo y la viuda

Paula…

Los Sres. Valera nos ofrecieron

su casa para tener reun

iones en

ella, lo q

ue aceptam

os y

con

la ayuda del Señor, em

pezamos a

tenerlas el lunes día 27

de abril de 199

2 a las nu

eve de la no

che, su

casa estaba en la calle Cánov

as del Castillo, 7.

Antes de los Cultos, recorríam

os las calles repartiend

o nuestro

Boletín Informativo. En dicha casa estuvim

os hasta el 0

1 de ju

nio del

mismo

año, p

orque Anton

io o

Jovita, tenían qu

e traer para cada

reunión a los padres de estos y a Francisca M

artínez, la abuela de

Jovita, los cuales vivían al otro extrem

o del pu

eblo, así qu

e, para

ahorrarles el traslado

, fuim

os nosotros los qu

e no

s trasladamos a la

casa de los Sres. T

rujillo, situada en calle Nieve B

aja, 3 (Puerta

Ginés), y allí estuvimos hasta el 30

de no

viem

bre del mismo año

, po

rque volvim

os de nuevo

a la calle Cánovas del Castillo, (no

recuerdo

el po

rqué); a la vez, por la tarde, m

anteníam

os reuniones en

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14

0

casa de la hermana Asunción, en calle Alta du

rante el verano, cuand

o venía de vacaciones.

Los Sres. V

alera tuvieron

que vender la casa y se trasladaron

a

un piso en la Avenida de la Libertad, 12, escalera 1ª, 2º, J., el día 10

de julio de 19

95, y allí nos reunimos hasta el 20 de enero de 199

7 qu

e vo

lvim

os a la casa de los padres de Jovita en la calle Nieve Baja,

3, don

de permanecim

os hasta el martes día 10 de abril de 2001q

ue

comenzamos en el local que alquilamos en la calle Pino de la Murta,

44 h

asta h

oy, dond

e tenemos C

ultos todo

s los do

mingos po

r la

mañana y los miércoles por la noche.

63.- CEUTÍ

Es un pueblo qu

e dista de A

rchena com

o un

os 7 kilóm

etros, y

como Archena se encuentra en a la ribera del R

ío Segura, con una

población de uno

s 10

.000

habitantes.

Aprovechando

que Silverio

García, u

n miembro

de n

uestra

Asamblea en

Archena, pero con d

omicilio en

la C

aridad 131

de

Molina de Segura, tenía una barbería alqu

ilada en C

eutí, en la calle

D. Eloy, 19 y allí iniciam

os la andadura de tener reun

iones en su

barbería después de su trabajo, así que el 21 de abril de 19

88

empezamos a

tener los Cultos con

los herm

anos conv

ertido

s y

miembros com

ulgantes de Archena pero do

miciliado

s en C

eutí, con

la ilusión de establecer un

a Asamblea.

Com

o qu

iera que sin querer, los Cultos se celebraban tarde, era

casi impo

sible que algu

na persona viniera, así qu

e, los únicos qu

e acudíamos eran

alguno

s creyentes de C

eutí, otros de M

olina de

Segura y otros de A

rchena. Estábam

os en esas con

dicion

es cuand

o Carmen C

ollado

García, una creyente de C

eutí nos ofreció su casa

para que en ella celebráramos las reuniones con el fin de tenerlas en

una ho

ra m

ás propicia. A

sí lo hicimos el jueves día 28 de diciembre

de 198

9 en la calle Navarro, 1

3. A

llí estuvimos hasta el jueves 01 de

marzo porqu

e volvim

os a la barbería de nu

estro herm

ano Silverio

14

1

donde perm

anecim

os enseñando a los creyentes, po

rque inconversos

no venían, hasta el jueves día 24 de m

ayo de 199

0. A

unque con

dolor, tu

vimos que dejar las reuniones para m

ejor ocasión

. El día

10 de abril de 19

95 escribía a

las

iglesias qu

e comun

icaban con el Fon

do de Evang

elización, y entre otras cosas les

decía: CEU

TÍ.-

Hac

e añ

os,

tuvi

mos

Cul

tos

en l

a ba

rber

ía d

e un

cr

eyen

te,

cuan

do

éste

te

rmin

aba

su

jorn

ada.

Per

o en

tre

la

inco

mod

idad

del

hor

ario

y,

porq

ue v

imos

la

conv

enie

ncia

dej

arlo

pa

ra o

tro

mej

or m

omen

to, l

o de

jam

os.

La

ocas

ión

se vo

lvió

a

pres

enta

r cu

ando

do

s fa

milia

s se

co

nvir

tier

on de

es

e pu

eblo

en

lo

s Cul

tos

de Arc

hena

. Así

qu

e pe

dim

os a

l Ayu

ntam

ient

o qu

e no

s fa

cilita

ra u

n lu

gar

dond

e po

der

reun

irno

s pa

ra c

eleb

rar

las

reun

ione

s. N

os d

iero

n un

aul

a en

el

prop

io A

yunt

amie

nto

mie

ntra

s te

rmin

aban

las

obr

as d

e la

nue

va

Cas

a C

ultu

ra,

así

que

el

22

de

febr

ero

de

1995

hi

cim

os

la

inau

gura

ción

, es

tand

o el

men

saje

a c

argo

de

D.

Ant

onio

Pad

illa

, po

rque

coi

ncid

ió q

ue c

on s

u es

posa

est

aba

teni

endo

uno

s C

ulto

s Esp

ecia

les en

Arc

hena

. El m

iérc

oles

día

22

de a

bril n

os v

olvi

mos

a r

euni

r en

una

de

las

aula

s de

l nu

evo

edific

io o

Cas

a de

Cul

tura

, el

cua

l se

enc

uent

ra

en o

tra

calle.

Alg

unas

de

las pe

rson

as in

conv

ersa

s qu

e es

tán

vini

endo

son

de

los co

ntac

tos ha

bido

s po

r la

Rad

io. P

or e

l mom

ento

son

tres

fam

ilia

s y

un v

iudo

, to

dos

ello

s m

iem

bros

com

ulga

ntes

, y

otra

s do

s fa

milia

s de

cre

yent

es sin

bau

tiza

r y

algu

nos si

mpa

tiza

ntes

El miércoles día 12 de abril nos trasladaron

a la Biblioteca

Municipal, la cual está en la calle Las Farolas. Allí estuvimos hasta

el m

iércoles 07 de jun

io del 1995 para reunirnos en casa de los Sres.

García en la calle Maestro S

errano

, 31, do

nde estuvimos hasta el

miércoles 19 de julio porqu

e el m

iércoles 26 ya estábamos de nu

evo

teniendo

las reun

iones en la Casa de Cultura hasta

64.- LORQUÍ

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14

2

Alfonso Rivera

García

se conv

irtió

al Señor, viviendo

en

Lorqu

í y en su piso tuv

imos varios sábado

s reun

iones a últimos del

año 19

91.

En una carta de oración

escrita a las iglesias el 07 de febrero de

1992 decía:

En

un p

uebl

o qu

e di

sta

de A

rche

na u

nos

ocho

kilóm

etro

s y

de

unos

sie

te m

il h

abitan

tes, v

ive

un m

atri

mon

io d

e cr

eyen

te d

e la

ig

lesi

a de

la

igle

sia

de M

olin

a de

Seg

ura,

ha

tras

lada

do s

u vi

vien

da

a di

cho

luga

r y

nos

han

ofre

cido

su

ca

sa pa

ra te

ner

Cul

tos.

Lle

vam

os u

nas

sem

anas

, es

pera

mos

, co

n el

tie

mpo

la

bend

ició

n de

l Se

ñor. L

os C

ulto

los

ten

emos

a las

sei

s de

la

tard

e y

desd

e al

lí n

os

vam

os a

Cam

pos de

l río

don

de la

reu

nión

es a

las oc

ho y

med

ia d

e la

no

che.

65.- LAS TORRES DE COTILLAS

Este pu

eblo está de Archena a unos 12

kilóm

etros y de uno

s 12

.000

y en continuo

crecimiento y, com

o qu

iera que el m

ismo viven

alguno

s creyentes, decidim

os tener e iniciar C

ultos los miércoles en

la noche con

el fin de hacer obra pion

era. D

e mod

o que en enero de

1990 empezamos con

ilusión

en la casa de un matrimonio, para otro

miércoles hacerlo en la casa de otro matrimonio…

con el fin de

hacernos con

ocer por el vecind

ario. Una vez en la casa de los Sres.

García, que tenían un

bazar en la calle D

`Estoup, 14; otra semana el

casa de los Sres. A

güera, en la calle C

uba, 39; otro miércoles en la

casa de los Sres. D

ólera en la calle Valle Inclán, 8; en la calle Pablo

Bazán, 29…

hasta quedarnos con los Sres. D

ólera en la calle Valle

Inclán, 8

. Después se pasó el C

ulto a lo

s sábado

s 66.- CAMPOS DEL RÍO

14

3

En este pequeño

pueblo de uno

s 5.00

0 habitantes que dista

desde Archena unos 17

kilóm

etros, pero po

r atajos en caminos de la

huerta se nos qu

eda en unos 9. En dicho pu

eblo había un matrimon

io

creyente, el cual no

s brindaron su casa para tener en ella reunion

es

para hacer obra pion

era, y nosotros muy

gustosos las iniciamos a

finales del año

1990 todos los sábado

s en la calle Colón 2. E

stuvim

os

reuniénd

onos tres años y m

edio, teniendo la últim

a reunión el sábado

día 28

de mayo de 199

4, hasta que el matrimonio se traslado a otro

pueblo. 67.- TORREVIEJA (ALICANTE)

Unas herm

anas en la fe y en la carne, se salieron

de la iglesia

Pentecostal, n

o sé cual fue la causa de su partida, ellas con

ocían a los

señores Capa de Palencia po

rque tod

os los año

s veraneaban en dicha

ciudad, y

por ellos sup

ieron mi d

irección y teléfono

68.- PINOSO

Este es un pu

eblo está desde Archena a uno

s 60

kilóm

etros. Y

pensando

de abrir un

nuevo

punto de testim

onio, el 17 de julio de

1995 h

icim

os la solicitud

para p

oner nuestra M

esa de L

ibros de

Préstam

o en Pinoso, (A

licante) y

como

no contestaron

nos

presentamos en agosto un

sábado

, día

del

Mercadillo, en el

Ayuntam

iento y nos dieron un sitio.

Estuvim

os yendo

a este pueblo todos los sábados, un

grupo

de

creyentes, con

la Mesa de L

ibros y repartiendo literatura el 20

de

julio de 1996.

Dejam

os de ir a pon

er la Mesa de Libros, com

o también hacer

obra pionera, p

orqu

e un

creyente de otra deno

minación me telefoneó

que él vivía en ese pu

eblo y lo estaba evang

elizando, qu

e por favo

r dejáramos de ir nosotros. Así lo

hicim

os, lo dejamos a él, no

sabem

os

nada desde enton

ces.

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14

4

69.- PUENTE TOCINOS

Este es un pueblo dormitorio de Murcia y está relativam

ente

cerca de la capital, como un

os 4 kilóm

etros y de A

rchena unos 30

y

tiene un

a población de unos 40

.000

habitantes.

Por m

edio d

e la R

adio y

la Mesa de L

ibros, entramos en

contacto con Pedro Cortés y Rosa Mª Martínez, un joven matrimon

io

con

dos hijos pequ

eños. Dicha p

areja eran testigos de Jehov

á y

vinieron

varios sábado

s al m

ercado

de Molina de S

egura, con

un

grupo de la misma secta para incordiar y a discutir con los qu

e estaban en la Mesa de L

ibros. Pedro y R

osa sólo observaban y al

final qu

edaron

para hablar con

Rafael Barroso que estaba al cuidado

de la m

esa. Poco a po

co, entre lo

que escuchaban po

r la Radio, lo qu

e aprend

ían

con

Rafael y

lo que

escuchaban en la Asamblea de

Archena cada do

mingo, entregaron

sus vidas al Señor, prim

ero fue

Pedro y despu

és Rosa Mª.

Ellos ofrecieron

su piso al Señor y

empezamos a

tener

reuniones el viernes día 28 de abril de 1995

, pero como ellos seguían

viniendo

a las reunion

es de Archena y lo difícil que se hacía que

alguien

viniera

a un

a reun

ión

celebrada

en un

tercer piso sin

ascensor, optam

os por dejarlo.

70.- BAUTISMOS

Los b

autism

os en

Archena, po

r mucho

s años se estuvieron

realizando en la R

ambla del Tinajón

, dond

e había alguno

s lugares

con bastante agua y estaba distante como unos cuatro kilómetros,

cerca del Puente Tinajón, do

nde ahora pasa la auto vía que viene de

Murcia hacia Madrid. D

e todo

s los bautizados hasta el año 1970

no

hay constancia escrita, p

ero sí a partir de la salida a la Obra a tiem

po

completo de Francisco y A

urora, por las cartas qu

e hemos guardado

desde entonces y p

or los B

oletines, a partir de febrero de 197

7.

Tam

bién se hicieron alguno

s en el Río Segura, hasta m

ayo del año

1965 que se construy

ó el bautisterio en la casa-capilla de la calle

Calvario, 13. En la con

strucción del bautisterio colaboraron, V

icen

te

14

5

Rod

rígu

ez L

ópez

, Jos

é M

iral

les

Mau

re, A

nton

io C

ampu

zano

Ort

ega,

Ju

an J

osé

Vid

al I

báñe

z y

Fra

ncis

co M

artíne

z Sá

nchez. Tam

bién se

compró tela para hacer 10

batas para los catecúmenos las cuales

fueron

cortadas y cosidas po

r Áng

eles

Men

gual

Lóp

ez,

Joaq

uina

G

arcí

a M

artíne

z, D

olor

es C

ampu

zano

Rod

rígu

ez y

Aur

ora

Día

z M

engu

al.

El 2

2 de agosto de 1971 bautismos en Ulea.

El 2

9 de agosto de 1971 bautismos en Archena.

El 8

de octubre del 1

972 vo

lvim

os a tener bautismos en Ulea

El 0

3 de agosto de 1975 hu

bo bautism

os en Archena.

El 17

de agosto de 1975

hu

bo bautismos en Molina

de 3

personas, 2

varon

es y una m

ujer.

El 09

de diciem

bre de 1979 se bautizaron 8 personas, 3

varon

es y

5 mujeres.

El 25

de julio de 1980 se bautizaron 4 person

as, dos jóvenes de

18 y 20 años, las primicias de Cieza, las otras dos señoras fueron

de Archena.

El 26

de julio de 1981 se bautizaron 4 person

as, 3 mujeres y un

varón.

El 26

de septiembre de 198

2 se bautizaron 3 personas, u

na m

ujer

y 2 varones.

El 14

de agosto de 1983

, domingo, se bautizaron 5 creyentes de

ambo

s sexo

s.

El 22

de julio de 1984 se bautizaron 4 creyentes y un

o de ellos

fue mi h

ijo Abel.

El 30 de septiembre

del año

de 19

84, tuvimos de nu

evo

bautismos con A

dolfo Garrido

Jim

énez, José G

arcía Vallejo y

María Sánchez Rob

les, nov

ia de Pepe.

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14

6

El 06

de octubre de 198

5 hu

bieron

8 bautism

os de cuatro varon

es

y cuatro señoras, la mayor de todo

s tenía 49 años.

El 13

de julio de 1986, dom

ingo, se bautizaron 8 personas con

edades que oscilaban de 35

año

s para abajo.

El 19

de julio de 1987 hubo

bautism

os de 4 herm

anos de am

bos

sexo

s, siend

o el m

ayor de 29 año

s.

El do

mingo d

ía 2

9 de agosto

de 1

988

se tuv

o los prim

eros

bautismos con 2 señoritas en Cieza.

El 04

de septiembre de 198

8, 7 personas bajaron a las aguas del

bautismo y la m

ayor sería de un

os 40 años.

El 06

de no

viem

bre de 198

8, de nu

evo tuvimos bautism

os con

2

personas.

El 0

8 de ju

lio de 199

0 bautismos con 7 personas.

El 11

de agosto de 1991

tuvim

os los bautism

os de 7 person

as, 4

seño

ras y 3 varones.

El 18

de octubre de 1992 tuvimos bautism

os de 8 herm

anos, 3

hombres y 5 m

ujeres, los m

ayores de 30

años

El día 07

de no

viem

bre del mismo

año 199

2 en Jum

illa se

bautizó la pareja de nov

ios, Juan y Ana.

El d

ía 29 de nov

iembre del m

ismo año 199

2 otros 5 herm

anos en

Archena. D

os m

atrimon

ios jóvenes y un

hom

bre de 55 años.

En Jumilla el 30

de enero de 199

3 se bautizaron 5 herm

anos, el

matrimon

io Pedro A

bellán y su esposa Josefa, su hijo A

nton

io,

José del Pino y Gum

ersind

o García.

El día 08

de mayo de 199

3 hu

bo el bautismo de una señora en

Cieza.

El d

ía 23 de m

ayo de 199

3 bautismos en Archena.

El día 05

de junio de 199

3 bautismos en Molina de S

egura,

bajaron a las aguas, 2 señoras y un caballero de 40 años.

14

7

El sábado 18

de junio de 1994 en M

olina de Segura se bautizaron

5 personas.

El d

omingo día 19 de ju

nio de 199

4 en Archena 3 hermanos.

El d

ía 31 de ju

lio de 199

4 también hub

o bautismos en Cieza.

El sábado

día 22 de octub

re de 19

94 se bautizaron

3 personas en

Molina de S

egura, un matrimon

io jov

en y un caballero de 35

años.

Al día

siguiente, el 23

de octubre

de 19

94 en Jumilla se

bautizaron

2 hermanas: Mª Rosa Martínez Díaz y Adela M

artínez

Cutillas.

En

Archena el do

mingo día

18 de diciem

bre

de 1994

se

bautizaron

3 creyentes.

En Cieza a m

ediado

s del 1

995 hu

bo bautism

os.

En

Molina

de Segura

el 22 de octubre

del 1995

hubo

los

bautismos de 3 personas.

En

Jumilla el sábado d

ía 0

4 de n

oviembre del año

1995

se

bautizaron

María M

uñoz y Adela Guardiola.

En

Archena el do

mingo

día

05 de no

viem

bre

de 1995

se

bautizaron

6. P

edro Cortés de Puente Tocinos, un

matrimonio de

Archena y tres personas de Ulea.

En Archena se vo

lvió a tener bautism

os el 18

de diciem

bre de

1995

.

En

Jumilla el 12

de octubre de 199

6 se bautizaron

Mª Rosa

Martínez Díaz y Adela M

artínez Cutillas.

Bautism

os en Archena los dom

ingos y días 06 y 27

de abril de

1997

con

un total d

e 11 creyentes.

El do

mingo día 13 de julio en Molina de Segura se bautizaron

toda una fam

ilia com

puesta del m

atrimon

io, d

os hijas y la madre

de la esposa, un total d

e 5 person

as.

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14

8

71.- SALIDAS FUERA DE LA PROVINCIA DE MURCIA

Mi prim

era salida com

o Obrero

a todo tiempo, fue po

r la

invitación

de los Sres. A

reni para qu

e fuéram

os a tener seis días de

Cultos de evangelización

en B

eziers, Francia, junto con

D. Juan

Goldston, m

isionero norteam

ericano que servía al Señor en Madrid.

Aceptam

os y la tuvimos los días 12 al 17, am

bos inclusive, de mayo

de 197

0.

En ese mismo año, 197

0 a finales de julio, con el deseo de

ayud

ar a los hermanos de la calle R

estoy,73

Alm

ería sin que ellos

tuvieran que sufragar gasto alguno, les escribim

os con el pretexto de

ir con

la familia a

pasar

unos días de vacaciones, días qu

e aprovecham

os para tener cultos con

ellos.

A finales del m

es de no

viem

bre de 197

1 fui invitado por las

iglesias de Lavadores y calle Colom

bia, 33 de Vigo a pasar con ellos

unos días junto con Castiñeiras, Riveira y T

aragoñ

a. E

n estas tres

últimas estuv

e prim

ero

y los días 5

al 12

, de d

iciembre, ambo

s inclusive en las otras dos, teniendo

los Cultos Anu

ales en Lavadores

el día 08.

En la Sem

ana Santa de 1972

estuve en la iglesia de la calle

Restoy 73

de Alm

ería por cuatro días.

En Sem

ana Santa de 19

73 estuv

e desde el dom

ingo de Ram

os

al m

iércoles en León y de ju

eves a dom

ingo en Zam

ora.

En Sem

ana Santa de 19

74 estuv

e desde domingo de Ram

os al

miércoles en Zam

ora y de ju

eves a dom

ingo en León.

En diciem

bre de 1974 para los C

ultos anuales de la iglesia de

Lavadores que se celebran el día 08

fui inv

itado y también pud

e visitar a los de Castiñeiras.

14

9

En la Sem

ana Santa del 197

5, los primeros días los pasé en

León, el jueves en Benavente, el viernes po

r la m

añana tuve reun

ión

por la m

añana en T

oro teniendo otra po

r la tarde en Zam

ora y el

domingo por la m

añana un Culto a las 12 de la m

añana en Toro y po

r la tarde en Zam

ora. E

n Toro hubo

mucho

s gitano

s que vinieron

a

escuchar el E

vang

elio.

El día 01

y 02 de m

ayo de 197

5 los pasé en Sevilla para sus

Cultos Anuales y despu

és m

arché para H

uelva a la iglesia que se

reúne

en calle

Escultora Whitney, y

que

ahora

se llam

a: Luís

Braille,5 don

de estuv

e 09

días.

De nuevo fui inv

itado para lo

s Cultos de Sem

ana Santa en abril

del año

1976 en León.

Los herm

anos de Zam

ora

dieron su vieja

casa, do

nde

se

reunían, a un

constructor para qu

e edificara pisos y a cambio les

daba el bajo y un piso, como así fue. M

ientras es tuv

ieron en obras

me invitaron para tener C

ultos de Evang

elización como también

para p

royectar p

elículas d

e Evang

elismo

en A

cción

en el nu

evo

barrio de la ciudad do

nde estarían m

ientras du

raran las ob

ras; así que

estuve con ellos desde el día 02

de enero al 09, del año 197

7, o sea,

de dom

ingo a dom

ingo.

A la vuelta a casa estuv

e dos días en Salam

anca, lunes y m

artes

para proyectar dos películas, una cada día. E

l lunes, du

rante la

comida con D. B

enigno

y su esposa Dña. L

eono

r, éste me comentó lo

siguiente:

- S

egur

o qu

e el

loc

al s

e va

a lle

nar

con

muc

hos

inco

nver

sos,

pero

cua

ndo

la p

elíc

ula

esté

lle

gand

o a

su fin

al, to

das

las

pers

onas

se

van

mar

chan

do y

no

qued

a ni

ngun

a…

Enseguida m

e figuré lo que pasaba…

Llega el mom

ento de la

proyección

y m

e subo

a la plataforma y después de hacer una breve

reseña de la película qu

e iban a ver les dije:

- Q

uiero qu

e sepan qu

e la película qu

e se va a proyectar, es

sólo un pretexto para qu

e ustedes, después que termine la m

isma, m

e

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15

0

escuchen 10 minutos. Les prometo, reloj en mano, que no me pasaré

de dicho

s minutos.

Aún

recuerdo la cara de sorpresa qu

e el querido

hermano D.

Benigno

Gon

zález pu

so, com

o diciendo: Est

e ho

mbr

e es

tá loc

o… Se

term

inó la película y nadie se levantó de sus asientos…

Lo mismo

hice al d

ía siguiente, y

tampo

co se marchó nadie…

. Fui invitado po

r algu

nas

Asambleas

de Galicia a

tener

reuniones y así lo

hicimos y el día 08

de septiembre de 1

978,

sábado

, estábamos en un

bautism

o en Soaserra, para después visitar

Perlío, Fene, en El Ferrol las do

s Asambleas: C/ Sartaña y

C/

Alegría, (Canido) y las asambleas de los alrededores, com

o Soaserra,

Cabañas, M

aniños, en las do

s Asambleas de El Ferrol; Canido ) y las

asam

bleas de los alrededores, como Soaserra, Cabañas, Maniños, en

las do

s Asambleas de E

l Ferrol; C

anido) A

res, M

aniños, Betanzos,

La Coruñ

a, Lug

o y León.

Para

la Sem

ana

Santa del año

1979

la pasamos con

los

herm

anos de La Carolina (Jaén) que se reún

en en la calle O

`Don

nell,

7.

El 2

0 de m

arzo de 1981

salíamos, m

i esposa y un

servidor, para

una gira de un

mes por las A

sambleas de A

ndalucía y regresamos el

día 20

de abril, recorriend

o 13

Congregaciones.

La

Sem

ana

Santa de marzo del año

1983

la pasé en la

Asamblea de León, habiend

o antes visitado

teniend

o reun

iones con

los herm

anos de Arenas de S. Pedro, (Á

vila) y con los de Plasencia,

(Cáceres). T

ambién estuve en B

éjar, allí m

e reun

í con el cartero,

Justino Rodríguez A

lba, pasando por Zam

ora y Benavente. Despu

és

de la sem

ana con los herm

anos de León me marché para estar con

los

herm

anos de Avilés y Gijón

. En el m

ismo año 1983

fui inv

itado po

r la iglesia de Huelva

para sus C

ultos Anu

ales a p

rimeros d

e diciem

bre, al saberlo

las

iglesias de Sevilla me

pidieron pasar con

ellas los días 26

de

15

1

noviem

bre al 03 de diciembre, de sábado

a sábado con Cultos de

Evang

elización. A

prov

eché p

ara estar antes con

los herm

anos d

e Granada, Linares, La Carolina, G

uarrom

án y M

álaga. T

otal estuv

e con todo

s ellos un to

tal d

e 28

días.

Estuve, por inv

itación de la Asamblea de Seixo

, Galicia, los

días 19 al de marzo de 19

84 para tener Cultos Especiales para la

juventud

. Pero la noche anterior la pasé reun

ido con los qu

eridos y

generosos herm

anos de Zam

ora.

En julio del m

ismo año estuve en los Cam

pamentos de Águilas

enseñand

o sobre la 2ª V

enida del S

eñor.

Del día 22 domingo al 29 de septiembre de 1985 fui invitado

para una Cam

paña de Evang

elización por la Asamblea de Zam

ora.

En agosto de 19

86 pasé todo

el mes en las Islas Canarias,

teniendo

reunion

es en las islas de G

ran Canaria, adem

ás de tener a

mi cargo un Cam

pamento de jóvenes de 10 días, también estuve con

los herm

anos de Fu

erteventura y de Tenerife.

La sem

ana santa de abril de 19

87 la pasé con

los hermanos de

Alm

ería.

Con

los hermanos de La Carolina y Linares, pasand

o con ellos

16 días en octub

re y primero de nov

iembre del 1

987.

El domingo día 02 de noviembre de 198

7 también estuve con

los herm

anos de Alm

ería a causa de los bautismos de 5 personas que

se bautizaron.

Aprovechando qu

e tenía que pasar la Sem

ana Santa de abril de

1988 d

el 02 al 1

0, ambos inclusive, es decir de dom

ingo a dom

ingo

, con la iglesia de León, el viernes día 01

la pasé con

los hermanos de

Zam

ora y el sábado con los de Benavente.

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15

2

El lunes día 02

de mayo

de 1988

viajé con

mi esposa a

Barcelona para las Con

ferencias, com

o cada año, y

despu

és pasé un

a semana de C

ultos especiales con

los hermanos que se reún

en en la

calle Magallanes de L`H

ospitalet de Llobregat, vo

lviend

o a casa el

lunes día 16.

Desde el domingo día 29

de mayo de 1988 hasta el m

iércoles

01 de junio lo pasé con los herm

anos de Zam

ora. Y

desde el jueves

día 02

tam

bién estuv

e con los creyentes de León, para estar en X

XV

Conferencias Regionales, y m

e quedé con ellos hasta el dom

ingo

día

05.

Los días 08 al 12

, am

bos inclusive, de junio de 198

8, estuv

e con los herm

anos que se reún

en en calle Capitán Oroquieta para su X

aniversario

de la fund

ación

de dicha

Asamblea. Tod

os los días

tuvimos Cultos evangelísticos.

El 22 al 29

, ambo

s inclusive, de enero de 198

9 los pasé con

los

herm

anos de Gijón y A

vilés en A

sturias, de domingo a dom

ingo. El

domingo día 22 después del C

ulto de la M

esa del S

eñor, salim

os a un

pueblecito porqu

e había muerto un

a creyente y en el cem

enterio tuve

el m

inisterio. Por la tarde Culto en Gijón

y por la noche Culto en

Avilés. Con

los hermanos de Igualada (Barcelona) pasé los días 20

a

26 de febrero de 198

9. Y

con

los de León los días 19 a 26

, de

domingo a dom

ingo, d

e marzo del m

ismo año.

La semana santa de 198

9 la pasé con los herm

anos de León y

el jueves tuvimos el Culto en el pueblo de Jim

énez de Jamuz a uno

s 65

kilóm

etros. Tam

bién los dos dom

ingos tuvimos el Culto en dicho

pueblo y despu

és nos desplazábam

os para tenerlo en León

Los días 25 al 28

de mayo de 198

9, de jueves al do

mingo

, estuve, invitado

po

r los

herm

anos de Alm

ería para sus

Cultos

15

3

Anuales. E

stuv

e también, en dichos días en El E

jido

y en Pechina. E

n Ejido

prediqu

é en la Plaza del barrio de Santa M

aría.

El mes de agosto de 19

89 lo pasé en Canarias, teniendo un

Cam

pamento d

e 10

días en G

uía, d

espu

és tod

o el C

ampamento

fuim

os andando

a la Iglesia que está G

áldar. Y

en Las Palmas de

Gran Canaria pud

e estar en las dos Con

gregaciones de La Paterna y

Vegueta. Tam

bién visité en Fuerteventura, las Asambleas del Puerto

y la de Gran Tarajal. Com

o también en Tenerife pu

de visitar las tres

Congregaciones, U

na en Santa Cruz, otra en La Laguna y la otra en

La Orotava.

En septiembre, el d

ía 16 de 198

9 estuve 8 días con los queridos

herm

anos de Huelva y también en Moguer, un pu

nto de testimon

io

de esta Asamblea de Huelva. Otros 8 d

ías los pasé con los hermanos

que se reúnen en calle P

rosperidad y en Mairena de Aljarafe de

Sevilla. En nuestro viaje hacia Galicia, pasamos la no

che del 31

de

agosto de 19

90 con lo

s herm

anos de Benavente para estar el día 02 al

16 de septiembre, ambo

s inclusive, lo pasamos en la provincia de La

Coruñ

a, en la iglesia de Ares y las Asambleas de los alrededores,

como

Soaserra, Cabañas, Maniños, en las dos Asambleas de El

Ferrol: C

/ Alegría (Canido) y Sartaña y en la C

apital, La Coruñ

a,

donde

sólo hay

una

Asamblea. Cuando

llegué a

Soaserra, me

encontré q

ue u

na h

ermana de b

astante edad h

abía m

uerto

y me

pidieron

que hablara en la casa y también en el C

ementerio, el cual

es propiedad de la A

samblea de los herm

anos de Soaserra. Lo qu

e hice con

mucho

gusto. L

a gente escucho con atención y reverencia.

En octubre de 199

0 fue inaugurada la capilla de B

ailén (Jaén)

en la calle María B

ellido

, do

nde está el Obrero del Señor, D. José

Miguel Palom

ares. Por dicho

motivo se tuv

o una Conferencia en el

Aula de C

ultura de Linares el sábado

día 27, y com

o qu

iera que

estaba cerca el día de Tod

os los Santos, cuand

o mayoritariamente se

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15

4

visitan los Cem

enterios, el tem

a qu

e traté fue:

La

mue

rte

y el

más

al

lá. D

e las Asambleas del V

alle del Segura, fuimos unos 40

. El domingo por la mañana, día 28 fue la Inaug

uración en la

capilla qu

e estuvo a cargo de D. Pedro Ing

lés. Por la tarde, el Culto

de evang

elización estuvo

a m

i cargo y al terminar de predicar, se me

acercó el herm

ano

Manuel Moreno

de Andujar y

después

de

saludarm

e, m

e dijo:

-Ten

go e

nten

dido

que

ust

ed ti

ene

un h

ijo

en M

elilla

. -Sí, así es, allí está de profesor en el Conservatorio de Música.

¿Por qué m

e lo dice?

-Por

que

teng

o un

a hi

ja a

llí es

tudi

ando

enf

erm

ería

, a

ver

si s

u hi

jo le

pudi

era

habl

ar d

el E

vang

elio

, pue

s el

la e

s un

a fiel

cat

ólic

a, y

qu

izá

le e

scuc

he a

él m

ás q

ue a

mí…

¡C

ómo po

dríamos pensar, tanto M

anuel como yo que, el 09 de

julio

de 19

94, mi hijo Abel y

su hija Lucía se casarían y

term

inaríamos siend

o consuegros!…

Los días 25

al 2

9 de enero de 19

91, d

e miércoles a dom

ingo lo

s pasé con

la Asamblea que se reúne en la calle Molino de las A

rmas,

en el Barrio La Jota, en Z

aragoza para tener 5 días de C

ultos de

evangelización

, en el nuevo lugar de testimonio, dond

e estaba el

misionero canadiense D. Juan Fray.

La mañana del do

mingo

día 15 de abril de 19

91la pasé en la

Asamblea de Alm

ería que se reúne en la calle Restoy , con

motivo de

una bo

da a la qu

e fui invitado

para tener el C

ulto a m

i cargo. Los

novios eran gitanos de Pechina, no me pude quedar a comer.

Mi espo

sa y un servidor, estuvimos teniend

o Culto con

los

creyentes de B

enavente el lunes día 29 de abril de 199

1 y al día

siguiente partim

os hacia O

rense para sus C

ultos Anuales, desde el

martes día 30

de abril y despu

és pasam

os el sábado

día 04 de m

ayo

y domingo con

los herm

anos de Zam

ora.

15

5

Los días 24

al 26

de mayo de 1991, ambos inclusive, los pasé

en la Asamblea del P

olvo

rín, un barrio de Barcelona en la calle

Ferrocarriles, 9

5.

Tam

bién los días 13

al 16 de junio de 199

1 lo pasé entre las

Asambleas de calle M

aría Bellido de Bailén y adem

ás en Linares.

En Huelva estuve acompañado

de Aurora, m

i espo

sa, los días

02 al 0

8 de diciembre de 199

1.

El 17 de enero, viernes al 21

martes, de 19

92 lo pasé con

los

herm

anos de Vallado

lid de la Asamblea don

de estaban Guido

y

Dindiger.

El jueves día 1

3 de febrero

de 1

992 estuve en

Bailén, el

viernes en M

engíbar po

r la tarde y por la no

che en Bailén, sábado y

domingo en Bailén y después en A

ndujar. Lun

es en Linares, martes

día 18

en Mengíbar y po

r la noche en Linares y también el m

iércoles.

El jueves me

trasladé a

La

Carolina, po

r la no

che

estuve en

Guarrom

án y el viernes en La Carolina, el sábado

en El Centenillo,

después otra reunión

con

los jóvenes en La Carolina po

r la tarde y

otra po

r la no

che

con

la iglesia, y

el do

mingo lo pasé entre

Guarrom

án y La Carolina.

Para

el XXIII

aniversario

del local de la Asamblea de

Carabanchel, Madrid, de la calle

Pinzón, los

pasé con

dichos

herm

anos, y fueron los días 18 al 21 de m

arzo de 19

93.

Y en el mismo

mes estuve con

los creyentes de Igualada

(Barcelona) o sea los días 22 al 28 de m

arzo de 19

93.

El viernes

día

23 de abril estuve con

los

herm

anos de

Benavente y el 25 del m

ismo mes y hasta el 02 de mayo de 199

3, o

sea, de do

mingo a dom

ingo, estuv

e en Gijón

.

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15

6

El jueves día 20 de enero, marcham

os para tener Cultos de

Evang

elización en la iglesia de la Zarzuela, Linares (Jaén) hasta el

domingo día 23 de 199

4.

El fin de sem

ana del jueves día 05 hasta el dom

ingo día 08 de

mayo de 199

4 lo pasam

os en la ig

lesia de Bailén.

El día 06

de octubre de 1995 no

s fuim

os para Galicia hasta el

31 del m

ismo mes, aunque m

e respon

sabilicé de las reun

iones de la

iglesia de Ares de la que recibim

os la in

vitación, con

todo

recorrimos

bastantes Asambleas.

Los días del 2

4 al 31 de m

arzo de 19

96, es decir, de do

mingo a

domingo, los pasé en L`H

ospitalet de Llobregat entre las A

sambleas

de la calle Castellbó

y calle M

artorell.

Casi todo

el mes de octubre -27 días- de 199

6 los pasamos en

Galicia, m

ayormente en los pu

eblos de A

Coruña: en Ares, Cabañas,

Maniños, -R

amallosa-Teo, Soaserra, C

odesido, (Lug

o) y al vo

lver

estuve en Zam

ora.

Después de descansar del viaje de G

alicia cinco días, los días

03 al 10

de no

viem

bre de 199

6 los pasamos desde el do

mingo al

miércoles en Málaga y de jueves al dom

ingo en la A

samblea de Luís

Braille en Huelva.

Marcham

os a M

elilla inv

itados por la iglesia del Tesorillo y

con ellos pasamos de domingo a dom

ingo los días 01

al 08 de junio

de 199

7.

En Vigo, la iglesia de Lavadores m

e invitó para estar con ellos

para sus C

ultos Anu

ales los días 02

al 09

, o

sea de d

omingo a

domingo de diciem

bre de 199

7.

15

7

72.- CASA A CASA

El 18 de julio

de 1970

, al ser festivo

, salimos a visitar casa a

casa la ciudad de Cieza, alguno

s creyentes de A

rchena jun

to con

un

grupo

de no

rteamericanos de am

bos

sexo

s qu

e vinieron

desde

Madrid.

A principios del año 19

82 varias parejas y unos cuantos sábados,

estuvimos haciendo encuestas casa a casa, en Bullas, con

el fin de

poder hablar con

las personas,

En mayo del año 19

82 empezamos a salir, todo

s los sábados, con

los jóvenes po

r la m

añana hacia Jumilla, v

isitando

casa a casa.

Tam

bién el día 12 de octubre del mismo año, 198

2 al ser festivo

, pu

dimos salir por la tarde hacer encuestas, en Jumilla.

El día 08

de diciem

bre de 198

6 salimos a las 10 de la mañana

cuatro grupo

s de hermanos de am

bos sexo

s a repartir literatura los

pueblos

de Alguazas, Ceutí, Lorquí y las Torres de Cotillas.

Acordam

os de vernos en las cocinas del Polideportivo

de Ceutí a las

14 h., pasamos lo

s 50

en la com

ida y disfrutamos con

tand

o cómo no

s había ido el día.

En noviem

bre de 199

1 un grupo de varones estuvo

saliend

o cada sábado a repartir literatura en Albudeite (M

urcia) un pequ

eño

pueblo que está a 3 Kms., d

e Cam

pos del R

ío.

En Archena visitamos casa a casa para dar a cono

cer nuestro

programa de R

adio S

into

niza

ndo

con

Dio

s en el mes de marzo de

1996. Tam

bién se visitó los vecino

s pu

eblos de Villanu

eva

del

Segura y Ulea.

Lorquí y Molina de Segura, pasado

el verano

, en octubre del

1996 v

olvimos a repartir el tratado

que h

abíamos confeccionado

anunciando nuestra Radio de

Sint

oniz

ando

con

Dio

s.

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15

8

73.- RADIO

En septiembre de 197

6, llevé un casete de Evang

elismo en

Acción a Radio M

urcia para que lo inspeccionaran y si era de su

agrado

poder emitir tod

os los días

La

Voz

Am

iga con un m

ensaje de

5 minutos, qu

e sufragaría dicha entidad, pero fue rechazado; lo

intenté en Radio Juv

entud y lo aceptaron, así que el d

ía 20 de octub

re

se empezó a radiar y en una hora bu

enísim

a.

En

aquellos días tenía

muchísima

audiencia

el programa

Consultorio d

e Elena F

rancis, al q

ue p

edían

consejo

muchísimas

parejas, llegand

o a ser muy fam

oso. Pues mom

entos antes, cuand

o miles de murcianos afinaban su dial para oír dicho

con

sultorio, se

escuchaba

La

Voz

Am

iga.

En Jumilla el día 26 de junio de 198

6, fui entrevistado po

r la

radio local un

a hora desde las 4.30 de la tarde hasta las 5.30

. Y,

cuando

nadie m

e oy

era a dicha ho

ra, que es m

ucho

decir, valió la

pena aunque sólo fuera

por

ver

cómo

escuchaba

Juana, la

presentadora del program

a.

En Jumilla y a m

ediado

s del m

es de no

viem

bre del año 198

8 se

empezó a emitir por Radio Frecuencia Joven o Radio A

RI todos los

sábado

s de 10.30 a 11.00

de la m

añana, hasta el 25

de febrero de

1989, u

n total d

e tres m

eses.

En Cieza ya estaban em

itiend

o sobre el m

es de julio de 198

8,

se con

trató con Radio A

RI media hora todo

s los do

mingos a las 9.30

de la mañana, pero po

r cierre de la emisora, se dejó de em

itir en

febrero de 198

9.

Después de un

os m

eses, la emisora vo

lvió a funcion

ar com

o Radio M

unicipal y se vo

lvió a emitir nuestro program

a cono

cido

como Voces Nuevas.

El lunes día 12

de febrero de 1990, desde las 10 de la no

che

hasta las 11

.30 estuvimos en antena y en directo invitado

s po

r la

Radio M

unicipal de Jumilla: Un agnó

stico, el cura de la parroquia de

15

9

San Juan y un

servido

r. Aun

que el anu

ncio que estuv

ieron dando, los

días anteriores al encuentro, era el de confrontarnos para ver las

diferencias; resultó que tanto el un

o como el otro, se fueron

por las

ramas. Hubo llam

adas telefón

icas y tuv

ieron que anunciar que ya no

recibirían m

ás, po

r bloq

uear la línea. Sinceramente, no fue tod

o lo

que esperaba el p

úblico, pero algo

les hizo pensar. En

diferido

vo

lvieron a po

nerlo en antena el viernes día 16. Com

o resultado un

a señora está viniendo

interesada a nuestras reun

iones.

En Jumilla se vo

lvió a emitir en Radio Frecuencia Joven desde

el primer dom

ingo día 06 de m

ayo de 199

0 a las 9.30 de la m

añana.

Al prog

rama se anu

nciaba com

o: S

INTONIZANDO C

ON D

IOS.

Fue un programa qu

e confeccion

aba en A

rchena y que a ellos se lo

entregaba cada 15 días y despu

és, h

abía un diálog

o, según

el tem

a.

El domingo día 07 de m

arzo de 1993

, se empezó a emitir por

Radio en Ond

a del Segura en F

. M. Y en 97.8 M

Hz, todos los

domingos alas 9. 3

0 de la mañana en directo y en diferido

a las 4. 3

0 de la tarde.

74.- MESAS DE LIBROS

El 21 de septiembre de 1992 solicitamos al Ayuntam

iento de

Jumilla p

ara po

ner la M

esa de L

ibros de P

réstam

o, la cual fue

aprobada.

En Molina de Segura a primeros de 19

93 se puso la mesa de

con libros de préstamo.

En Hellín (Albacete) se pidió la autorización para poner la

Mesa de Libros de Préstam

o el 26 de octub

re de 19

94 y estuvieron

poniéndo

la cada miércoles desde

Jumilla Rob

erto Saw

yer

y Raimun

do M

ontes. D

espués de algún tiem

po se contactó con uno

s creyentes qu

e se h

abían

conv

ertido

en

Barcelona, ellos a su v

ez

trajeron

a otros con su pastor M

anuel Herrera, tam

bién de Barcelona

form

ando

un bu

en grupo

. Creím

os que con

ellos no era necesaria

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16

0

nuestra presencia, así los dejam

os que ellos siguieran con

la ob

ra;

entonces fue cuando em

pleamos lo

s esfuerzos en Pinoso.

Después de algún tiem

po, surgieron problem

a entre ellos, to

dos

los qu

e vinieron

de Barcelona se vo

lvieron a marchar por don

de

vinieron

… De

manera

que

hemos vu

elto a

recoger

el testigo

volviend

o con

la M

esa de L

ibros de P

réstam

o en el mercado

a

prim

eros del año

199

6.

Y todavía la po

nemos cada miércoles en

la fecha de este

escrito.

El 17 de julio de 199

5 hicimos la solicitud para poner nuestra

Mesa

de Libros de Préstam

o en Pinoso, (A

licante) y

como

no

contestaron no

s presentamos un sábado

de agosto, d

ía del M

ercadillo

en el Ayuntam

iento y no

s dieron un sitio. Pero ya llevábamos varios

sábado

s que

un grup

o de nuestra

Asamblea íbam

os a

repartir

literatura, lo que estuv

imos haciend

o cada sábado hasta qu

e recibí

una llam

ada de un creyente Pentecostal pidiéndom

e que hiciéram

os

el favor de dejarle a él h

acer la siem

bra puesto q

ue él vivía en

Pinoso. Eso ocurrió la semana del 22

al 28

de julio, así que dejam

os

de hacer obra pionera en dicho

pueblo para dejar que lo hiciera ese

herm

ano anón

imo, despu

és de más de un

año

de siem

bra. La última

vez qu

e pusimos la Mesa de Libros de Préstam

o fue el sábado día 20

de ju

lio de 199

6 En Archena hicimos la solicitud

para po

ner en el M

ercadillo de

los sábados la M

esa el día 16 de septiem

bre de 1996 y el 20 del

mismo mes ya teníam

os aprob

ada la solicitud

. En Bullas se em

pezó a poner la Mesa de Libros en febrero de

2001. D

e todo

s esos lugares don

de se puso la Mesa de Libros, sólo se

está colocand

o en Hellín. En

Archena, en Bullas y

en Jumilla,

aunque no se pone La Mesa de L

ibros, sí se distribuye el B

oletín

cada sem

ana. E

n Pinoso dejamos de ir a pon

er la Mesa de Libros,

16

1

como

también hacer obra pionera, po

rque un

creyente de otra

denominación me telefoneó qu

e él vivía en ese pu

eblo y lo estaba

evangelizand

o, que

por favo

r dejáramos de ir no

sotros. Así lo

hicimos, lo dejam

os a él, no

sabem

os nada desde entonces. Molina

de S

egura dejó la Mesa de L

ibros como

también el reparto

del

Boletín.