Francisco Martínez Sánchez -...
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Francisco Martínez Sánchez
3
PROLOGO
No se intenta a través de la presente recopilación histórica
el plasm
ar el inicio del ‘protestantismo’ en nu
estra ciudad
(porque no
fuimos los primeros, ni serem
os los últim
os)
sino
el reflejar un
cachito de la propia historia de Archena y
de algun
os de sus habitantes cuya mem
oria no qu
erem
os
que desaparezca en la bruma del tiempo
.
Com
o dije, n
o fuim
os los primeros. E
l ‘hilo de plata’ de lo
s defensores de la fe, se extiende desde los apó
stoles hasta
nuestros días,
y no
han
sido los
luteranos
o los
presbiterianos,
católicos,
reform
ados,
ortodo
xos
los
verdaderos portado
res del E
vang
elio, sino la m
isma Palabra
de Dios
que
es nu
estra
guía y
la que
conlleva toda
autoridad espiritual. Hay hom
bres que han sido redimidos
por la gracia de Dios y hay ho
mbres que viven una religión.
Por tanto, no
es cuestión
de deno
minación
sino
de
comprom
iso con Cristo. Dios ha elegido
a sus siervos desde
muchas
denominaciones
distintas, y
son
éstos
los
que
conforman la verdadera iglesia de Cristo: lo
s redimidos. D
a igual el b
arniz externo
y cual sea el calificativo
de tu
religión
. Sólo im
porta si has sido lavado por la sang
re de
Cristo y si EL te ha salvado de la con
denación
.
En el presente libro encontrarás archeneros, q
ue vivieron en
conflicto y persecución po
r defend
er la fe que una vez nos
fue
dada por
los
apóstoles, y
otros
archeneros que
defendieron la fe que un
a vez le fue dada po
r… ¡bu
eno,
anim
o al lector a averiguarlo! Los personajes de este libro
son cono
cidos po
r mucho
s y si eres de Archena hasta puede
que sean fam
ilia tuya. E
llos y nosotros conformam
os la
historia del pueblo de A
rchena pero el pueblo de Dios no
se identifica con la denominación religiosa sino con el
hecho de vivir a Cristo.
4
ÍNDICE
Sección
I Los com
ienzos. José García el Cap
ataz. (1920
) 1.- La Conversión Del P
rimer Creyente
2.- Los Primeros Creyentes
3.- Los Primeros Lugares De Reunión
4.- Diálogo Con Onofrico
5.- Conversación Con El Ingeniero
6.- El S
r. García Y Esteban
7.- Se Term
inó La Guerra…
8.- José García Sale De La Cárcel
Sección
II La po
sguerra. Los Sres. Aerni. (Año
s 40)
9.- Situación De Los Evangélicos En Archena
10.- Años Difíciles Para Los Evangélicos
11.- Los Creyentes Son Encarcelados
12.- Conversión De Francisco Martínez Y Su Madre
13.- Vuelven Los Sres. Aerni A
España
14.- Francisco Y El C
ura
15.- Nuevo Encarcelamiento
16.- ¿Qué Había Pasado?
17.- Un Día Después
18.- Bautismo De Francisco Martínez
19.- Los Sres. Aerni V
ienen De Vacaciones
Sección
III E
xtendiendo el E
vang
elio. Fco. Martínez.
(Años 60)
20.- Reuniones En La Algaida
21.- Se Inician Cultos En Ulea
22.- Capilla De Ulea
23.- Primeros Bautismos En Ulea
24.- Reuniones En La Serretilla Y La Anchosa
25.- José El C
apataz Cumple Los 65 Años
26.- Noviazgo De Francisco Con Aurora
27.- La Sra. Ángeles Vende La Casa
28.- El S
r. García Vuelve A Los Cultos
29.- Se Casa Francisco M
artínez
30.- Nuestro Hijo Abel Y
Los Sres. Aerni
31.- Nos Vam
os A Fortuna (Murcia)
32.- Encomendación De Los Sres. Martínez
33.- Boletín Inform
ativo
5
Sección
IV El n
uevo templo. (Año
s 70
) 34.) Se Vende La Casa-Capilla
36.- Se Inician Las Obras De La Nueva Capilla
37.- Los Sres. Aerni V
ienen Para La Inauguración
38.- Inauguración: 22 De Septiembre De 1979
39.- Reconocimiento A José García Díaz
Sección
V Retrospectiva
y actualidad
. 40.- Tanteo En Cieza Y En Molina De Segura
41.- Obra Pionera En Cieza
42.- Obra Pionera En Molina De Segura
43.- Pastor Evangélico
44.- Primer Contacto En M
olina De Segura
45.- La Barbería: Mi C
ampo De Trabajo
46.- El P
oder De La Oración
47.- Los Prim
eros Testimonios En Molina De Segura
48.- Nueva Casa De Alquiler
49.- Ya Tienen Coche Los Sres. Martínez
50.- Campaña En Murcia, Molina De Segura, Etc.
51.- Reuniones En Mula (Murcia)
52.- El Final D
el B
arbero
53.- La Ribera De Molina (Murcia)
54.- Obra Pionera En Jumilla (Murcia)
55.- Primera Boda En Jumilla
56.- Hablando Con La Gente De Jumilla
57.- Entrevista En Radio m
unicipal D
e Jumilla
58.- Conversión De Ignacio Ruiz En Jumilla
59.- Se Alquila Un Local E
n Jumilla
60.- Adela Y Josefa Con El C
ura En La Capilla
61.- Obra Pionera En Yecla
62.- Obra Pionera En Bullas
63.- Ceutí
64.- Lorquí
65.- Las Torres De Cotillas
66.- Campos Del R
ío
67.- Torrevieja (Alicante)
68.- Pinoso
69.- Puente Tocinos
70.- Bautismos
71.- Salidas Fuera De La Provincia De M
urcia
72.- Casa A Casa
73.- Radio
74.- M
esas De Libros
6 HISTORIA
DE LA IGLESIA
EVANGÉLIC
A D
E A
RCHENA EN
EL SIG
LO XX
Sección
I Los com
ienzos. José García el Cap
ataz. (1920
)
1.- LA CONVERSIÓN DEL PRIMER CREYENTE
Por el año 19
20, se encontraba trabajando
com
o ferroviario
Pedro García
Díaz, el herm
ano
mayor de José,
el C
apat
az en
Cartagena. Pedro y
su espo
sa, po
r aquellas fechas, oy
eron
el
Evang
elio y entregaron sus vidas y corazón al Señor. La esposa de
Pedro quedó
embarazada y para dar a luz, se vino
a la casa de los
suegros en A
rchena, en el Barrio del Otro Lao, en la que también se
alojaba José, el h
ermano de Pedro.
Ésta, en la espera de su alum
bram
iento, le habló del Evang
elio
a José el cual se reía de ella, porque le parecía como si fuera una
monja…
Dio a lu
z un
a niña a la que pusieron el nom
bre de M
ercedes.
Despu
és del
alum
bram
iento
quedó
algunas
semanas y
siguió
hablándo
le a su cuñado
, al ver que le escuchaba de m
uy buena gana,
aunque m
uy disim
uladam
ente, y no
sólo a José, sino tam
bién a la
familia. M
ás o m
enos sucedió sobre el año 19
22. D
e form
a qu
e po
co
a poco el interés por escuchar a su cuñ
ada iba en aum
ento.
Por medio de su herm
ano
y su cuñada, vinieron
desde
Cartagena dos colpo
rtores, o sea, dos señores que vendían B
iblia,
Nuevo
s Testamentos y Evang
elios po
r los pu
eblos y campo
s, con
el
fin de extender la Palabra de Dios. Uno
de ellos se llam
aba José.
Tam
bién les visitó dos misioneros qu
e habían en Cartagena: D.
Juan Richard y D. R
icardo
Holloway. L
os uno
s y los otros venían, d
e vez en cuand
o, a casa de José, el cual se iba interesand
o cada vez
7
más por el mensaje evangélico, hasta que un día rindió su corazón al
Señor. En agosto del 192
4, José, cuand
o tenía cerca de los 31 años,
fue bautizado en la capilla de C
artagena, pasand
o a ser el primer
creyente evang
élico de A
rchena. Y desde dicha fecha hasta el 19
27
vivió en la
casi
lla
de p
eone
s ca
min
eros que había al margen derecho
de la general Madrid-Murcia, viniend
o de M
adrid y a un
os cuantos
metros antes de llegar al E
mpa
lme o cruce qu
e viene para A
rchena;
allí recibió a pastores y misioneros.
2.- LOS PRIMEROS CREYENTES
Desde el año 192
4 hasta la guerra civil española, es decir, hasta
el 193
6, fueron muy
pocos los que abrazaron
la fe evang
élica. Entre
ellos se encon
traba el m
atrimonio José Morales G
arrido y Joaqu
ina
García Martínez, jun
to con
Josico su hijo mayor; el hermano de
Joaquina: Vicente, el
Coj
o; José Antonio M
artínez Sánchez, el
tío
Roq
ue, y su esposa D
olores L
orente M
artínez; O
nofre Ayala, de
oficio sastre; Pascual Lóp
ez, el
tío
Pes
eta, y Juan José V
idal Ibáñez,
hijo del
Tue
rto.
Era m
ucho
el miedo que había en las referidas fechas, no sólo
por el q
ué d
irán
, sino
tam
bién por el qu
é m
e ha
rán…
y mucho m
ás
en un pu
eblo que, entonces su po
blación
era de unos 7
a 8.00
0 habitantes, y
don
de to
dos te con
ocen y lo
saben to
do de ti…
de mod
o qu
e era muy
difícil ser creyente, ya qu
e te exp
onías a perder amigos
y también jornales. Eso no les im
portaba a ningun
o de ellos, u
na vez
de haber
aceptado
al Señor como
Salvado
r, pero para los
simpatizantes, era un
precio demasiado alto a pagar…
Por lo tanto
poco pud
o crecer en dichos año
s…
Antes de la segun
da repúb
lica y durante la misma, fueron años
muy duros, p
ara los inicios de lo
s evangélicos en Archena, a pesar de
haber libertad, p
ero también había m
ucho m
iedo a las represalias. Sin
embargo, peores y más intolerantes fueron
los tiempo
s cuando llegó
la guerra civil española, y no digamos despu
és de la guerra…
8
3.- LOS PRIMEROS LUGARES DE REUNIÓN
Cuando un
servido
r recogió los datos de boca del seño
r García,
los
cual
es ten
go r
egis
trad
os e
n un
a ci
nta
case
te, fue en el Otro Lao,
en la Avenida de los Mártires, 24; y fue allí, en dicha casa do
nde
escuchó a su cuñ
ada hablarle del Evangelio. D
icha avenida ha tenido
varios cam
bios de no
mbre a través de los años, qu
izás por ser la
entrada del p
ueblo de Archena, d
esde la carretera de Murcia-Madrid.
En dicha casa se celebraron las primeras reunion
es con
José y
la fam
ilia. Después se fue añadiend
o algún curioso qu
e otro, qu
e después dejaban
de venir, pero algunos qu
edaron
a pesar de la
reinante in
comprensión
, burla y acoso.
En dicho períod
o de tiem
po, se reunieron, además de la casa de
José G
arcía, en casa de José A
nton
io M
artínez, e
l tío
Roq
ue, en la
casilla
de p
eone
s ca
min
eros, ya m
encionada, y quizá en algún otro
lugar. Y
sob
re el año 19
30, alquilaron
un local en la calle de san
Juan, en el prim
er piso, que tenía su entrada por el callejón que da a
la P
laza de los Mártires. En
dicho
lugar se llegaron a celebrar
bautismos en un
a bañera…
Com
o es fácil de adivinar, entonces el pueblo era m
ucho m
ás
pequeño
y pron
to eran
señalados, con cierto
menosprecio, como
protestantes, con las consiguientes afrentas y pérdidas de jornales de
trabajo…
Pues por ser protestantes no les llam
aban a trabajar, uno
s po
r temor y otros por castigo…
En las referidas fechas, el Sr. G
arcía fue al pueblo de Lorqu
í, cercano a Archena, cuand
o oyó el tilín, tilín, d
e una campanilla…
era
una procesión de feligreses con el cura que iba a darle la com
unión a
un enferm
o, y
todo
s cuantos
escuchaban el tilín, tilín, de la
campanilla
que
el sacristán
o monaguillo
tocaba,
tenían qu
e arrodillarse hasta que pasara el cura con el viático…
El Sr. G
arcía,
no q
ueriendo
llamar la atención, po
rque n
o pensaba arrodillarse,
quiso hu
ir y aceleró sus pasos para alcanzar un
a calle do
nde no
le
vieran; en eso que una persona le vio y le gritó: - ¡E
s qu
e no
oye
la
cam
pani
lla!
-Me hice el sordo
, -m
e co
ntó- h
asta que pud
e evadirme…
9
Esto era muy corriente de padecer po
r los creyentes españo
les
en las citadas fechas.
4.- DIÁLOGO CON ONOFRICO
El seño
r Ono
fre, m
uy conocido por
Ono
fric
o, era el padre de
un ingeniero que trabajaba en Obras P
úblicas en A
lbacete y qu
e después fue trasladado
a M
urcia. D
e manera qu
e O
nofr
ico era un
a person
a pudiente y de relieve en el pueblo, el cual tenía una gran
amistad con el Sr. García.
Ono
fric
o, en
complicidad con
el cura y con
el pretexto d
e qu
erer charlar con el Sr. G
arcía, le hizo venir para hablar y saber de
sus creencias…
Éste vino
y una vez en la casa, le salud
ó diciendo:
- M
uy buenas. O
nofr
ico contesta:
-
Muy
bue
nas…
Gar
cía,
ent
ra y
tom
a as
ient
o y
habl
emos
tr
anqu
ilam
ente
de
lo q
ue tu
cre
es p
orqu
e yo
sé
que
tú e
res un
a bu
ena
pers
ona,
y p
or s
er c
omo
eres
, cu
ando
a m
i hi
jo l
o tr
asla
den
a M
urci
a, ar
regl
arem
os pa
ra qu
e es
tés
al se
rvic
io su
yo. Despu
és
añadió: G
arcí
a, s
obre
el as
unto
por
el qu
e te
he
hech
o ve
nir, q
uier
o qu
e m
e ha
bles
cla
ro…
- M
ire usté, en pocas palabras le diré que, creo qu
e hay un
Dios qu
e nos ha de juzgar a to
dos, el D
ios qu
e nos ha creao y que nos
hizo para Él. No no
s creó, así porque sí, para que el hombre viva y
haga lo que le de la gana. D
ios ha creao al ho
mbre para que le
obedezca y siga en Su camino, adm
inistrando
este mundo
que creó
para nosotros, para qu
e vivamos y com
amos de él, y que nos amem
os
unos a otros. Y lo principal es que cream
os que Él es el Creador de
los cielos y de la tierra, y
que su Hijo Jesucristo tuvo que venir a este
mundo
, por habernos apartado de D
ios, siend
o un
os viles pecadores,
y por el amor que nos tenía m
andó
a su Hijo, para qu
e pagara el
precio de nu
estros pecados…
-
¿D
ónde
has
apr
endí
o tú
eso
? M
e gu
sta,
me
gust
a, p
ero,
¿d
ónde
has
apr
endí
o tú
eso
? - Y
o no
lo he aprendío, sino que lo he leído, y com
o lo he
leído, eso es lo que le digo a usté, porqu
e Dios dice en su Palabra
10
que: El que en
Él cree, tien
e vida eterna, y yo creo en ese Dios, y
creo que su Palabra es Verdad. Y siguió diciendo:
Es, com
o si usté me dijera: “O
ye, G
arcí
a, e
sto
y es
to, qu
iero
qu
e ha
gas;
pero yo m
e vo
y y no
lo hago…
Al no
hacerlo, estoy
desobedeciendo
su palabra, entonces u
sté, sobre eso
que me ha
dicho, com
o no
lo he hecho
, me llam
a y me dice
: G
arcí
a: Q
ueda
s de
sped
ío, po
rque
no
hace
s lo
que
te
digo
, si
no q
ue tú
te r
iges
a tu
volu
ntá,
y c
omo
lo q
ue te
man
do n
o lo
hac
es, ¿p
ara
qué
te q
uier
o te
ner aq
uí?”
. Dios no
s llam
a para eso, para que seamos obedientes y para
que leam
os su Palabra y la creamos de corazón, porque si yo digo
qu
e creo en Dios y estoy haciendo cosas que no son lo que Él me ha
mandao, Dios no
puede estar conmigo…
- Y
, ¿to
do e
so lo
lees
tú?
- Sí, seño
r.
- Y
, ¿c
ómo
se t
e ha
met
ío e
n la
cab
eza
toas
esa
s co
sas?
, ¿l
eyén
dola
s tú
?
Después, p
ensand
o qu
e el cura estaría al venir, le dijo:
-Gar
cía,
si
tú o
yera
s un
ser
món
por
un
pred
icad
or,
por
un
padr
e cu
ra, ha
blan
do d
e D
ios, d
e la
san
tísi
ma
Vir
gen,
y t
odo
eso,
¿t
ú lo
cre
ería
s?
-¡ C
laro que sí!, si u
n predicador dice creer en Dios y qu
e es el
Todop
oderoso, ¡muy
bien!, creo que está diciendo
la verdad, pero si
luego no
lo hace…
Si habla de D
ios y después no
hace lo que É
l manda, enton
ces está predicand
o inútilmente, p
orqu
e su corazón está
lejos de lo
que está predicando
…
Así que sus palabras pu
eden ser bíblicas y ciertas, pero…
Mire
usted, no me pu
edo meter en esas discusion
es porqu
e ni entiend
o ni
sé, lo único que sé es una cosa: Q
ue D
ios es uno
, el que nos da la
vida, el q
ue nos salva…
-
Pue
s m
e es
tás
fast
idia
ndo,
por
que
me
está
s po
nien
do u
n po
co m
ochi
la. –así m
ismo me lo decía, m
e confesaba el Sr. García-
- Mire
usté, -dijo
el Sr. García- qu
isiera qu
e, sobre
ese
particular, me dejara…
y si qu
iere creer m
is palabras, bien, y si no
las qu
iere creer…
11
Usted dice que soy un
a buena person
a, y si lo soy es porque
Dios me ha hecho así, pero le teng
o que decir, que ahora soy m
ejor
person
a desde qu
e he con
ocido estas verdades; po
rque antes si tenía
que mentir, m
entía, y si tenía que hacer algo peor, lo hacía; pero
desde qu
e he con
ocío estas verdades, procuro no hacerlo, porqu
e veo
que Dios no lo quiere y m
e lo prohíbe. Dios quiere que seamos así.
Siguió diciendo
: Le vo
y a decir un
a cosa: ¿A
maría a una persona que hablara
mal de usté?
- ¡Le
sega
ría
el c
uello! -Con
testó
Ono
fric
o-
- V
e. E
sa es un
a de las cosas que el Señor no qu
iere que
hagamos. Dios
quiere qu
e am
emos a
nuestro
prójim
o como
a no
sotros m
ismos.
- G
arcí
a, to
do e
so, ¿
lo sab
e?
- C
laro q
ue lo
sé. ¿P
ara qu
é querem
os saber d
e Dios, si
después no se le obedece? La esencia está en atenerno
s a lo que Dios
nos dice, para después no
desobedecerle
haciendo
cosas qu
e le
desagradan. Reconozco que no siem
pre hacemos lo que debiéram
os,
porque som
os pecadores. No crea que yo siem
pre hago cosas que a
Dios le agradan, qu
e no
las hago, porqu
e vivimos en la carne y
po
demos caer. P
ero tengo la seguridad que si no
s atenem
os a la
palabra de Dios…
Es como aquel qu
e va por un camino, y al ver fruta piensa
robarla y mira a su alrededor para asegurarse que nadie le ve, pero
ignora que hay Alguien que lo
está viendo…
- E
nton
ces, ¿
no p
uedo
cog
er u
na n
aran
ja?…
- Sí qu
e puede. Q
ue coja un
a fruta y me la com
a, eso no es
malo, pero qu
e me llene un
cesto, eso si es robar. Sepa qu
e todo
lo
que hacemos, hay un
Ser que lo ve, qu
e es D
ios. Y
o no lo veo, pero
Él si m
e ve, com
o también m
is sentimientos.
El S
r. García, siguió diciéndo
me:
Tuv
e un
a buena charla con O
nofric
o. La cuestión que llega el
cura y salud
a diciendo
: - B
uenas tardes… ah, tiene usted visita, en otro m
omento
vendré. H
asta lu
ego...
12
- N
o, h
ombr
e, p
asa…
-contestó O
nofr
ico-
- Si están ustedes habland
o, yo no quiero…
- N
o, n
o, p
ase
uste
d, p
ase,
pas
e… Entra el cura, se sienta y
dice: - Cuand
o term
ine
con
este seño
r, ¿nos vamos a
dar un
paseo?…
- S
í, pe
ro a
ntes
qui
ero
hace
rle
una
preg
unta
, par
a ve
r qu
é m
e di
ce a
mí y
a es
te m
ucha
cho.
-era con ese trato cariñoso que el Sr.
Onofre em
pleaba con
el S
r. García-
- Sobre, ¿qué?, contestó el cura.
- ¡So
bre
Dio
s!
- ¡Vaya pregun
ta m
ás rara qu
e me hace! Y eso, ¿a qu
é viene?
- R
esul
ta q
ue e
ste
muc
hach
o, q
ue e
s m
uy b
uena
per
sona
, es
tá
leye
ndo
un li
bro
y p
or m
edio
de
él, d
ice,
que
tien
e la
seg
urid
ad d
e la
vi
da e
tern
a, q
ue c
uand
o m
uera
irá
al
ciel
o, a
la
eter
nida
d co
n D
ios…
El cura se echo a reír, y
dijo:
- A
sí es, pues todos los creyentes, to
dos irem
os con
Dios…
- L
uego
ent
once
s, e
ste
muc
hach
o va
bie
n en
cam
inao
. - Sí, si va dirigido
por la santa madre iglesia. Pero todo aqu
el
que
se aparta de la iglesia, ésta lo excomulga y
si muere
excomulgado
, Dios lo castiga a un infierno
, po
rque no tiene cabida
en la presencia de Dios y no
puede ira a la gloria.
- P
ero
este
muc
hach
o di
ce q
ue e
stá
segu
ro,
que
no t
iene
ni
ngun
a du
da…
El cura dirigiéndo
se al S
r. García le dijo:
- ¿Quién se lo ha dicho a usted?
- A
mí no m
e lo ha dicho ningun
a person
a, pero hay un
as
palabras escritas po
r los ho
mbres, pero reveladas por D
ios a los
apóstoles, que están m
uy claras de com
prender, don
de dice el Señor:
El q
ue en
Mí cree tien
e vida eterna, y con
tinúa diciendo
el S
eñor: y
no vendrá a con
den
ación, m
as ha pasad
o de muerte a vida.
- Y eso, ¿dónd
e lo ha leído usted? -dijo el cura-
- En un
libro qu
e se llam
a La Santa Biblia…
El cura echánd
ose las manos a la cabeza dijo:
13
- ¡Satanás es el que ha escrito todas esas cosas, p
ara apartarnos
de la santa m
adre ig
lesia!…
- M
ire usté, yo no he leído en la Biblia que Satanás nos aparte
de la iglesia, ni que no
s aparte a un lao o a otro, lo qu
e sí he leído en
ese libro es que: …
de tal m
anera am
ó Dios al m
undo, que ha dad
o a su H
ijo unigénito, para que todo aq
uel que en
Él cree, no se
pierd
a, m
as ten
ga vida eterna. Porqu
e Dios es amor…
- Sí, claro…
Con
testó el cura.
El S
r. García siguió diciendo:
- Por ese inm
enso amor que D
ios no
s tiene y po
r esa cuestión
, Dios mandó a su Hijo a morir en la cruz po
r mí, po
r usté y por tod
os
los pecadores, com
o le he dicho.
- ¡Tod
o eso está escrito por C
alvino
y Lutero, dos ind
ividuo
s qu
e fueron desterrados y excom
ulgado
s po
r la santa m
adre ig
lesia!…
- M
ire, de esos señores, n
o sé nada, pero si sé, y se lo digo con
todo m
i corazón, que he creído
dichas palabras, po
rque D
ios lo dice
bien claro y en muchas partes de la Biblia.
- N
osotros somos los pastores por qu
ien os tenéis qu
e dejar
guiar…
- E
l Pastor, es nu
estro Señor Jesucristo, É
l dijo: Yo soy el
buen
pastor…
y pon
go m
i vida por m
is ovejas…
¡Ese es el buen
Pastor, el q
ue dio su vida por nosotros!
El cura un
poco mosqu
eado le dijo:
- M
e tiene que dar ese libro.
- E
se libro es mío, y no
se lo doy, po
rque por ese libro he
encontrao la Luz…
- ¿Es qu
e estaba ciego?…
-dijo con cierta iron
ía-
- Espiritualm
ente sí,
antes no
veía el cam
ino
de salvación
, como ahora la veo…
Mientras
tanto, el Sr. Ono
fre, estaba ob
servando
la
conservación
que sostenían ambo
s y a la vez, sacaba sus propias
conclusiones. E
nton
ces, dirigiéndose al cura le dijo:
- M
e pa
rece
qu
e el
m
ucha
cho
va m
ejor
en
cam
inao
qu
e no
sotr
os…
14
El S
r. García le dijo a
Ono
fric
o:
- U
sté me cono
ce, y más que m
e seguirá cono
ciendo
, y con el
tiem
po, p
odrá decirme si voy bien o si voy
mal, juzgándom
e por mis
obras, m
is acciones y mi m
anera de com
portarme…
-
No,
no,
yo
no te
pued
o re
pren
der
nada
, po
rque
sé
que
eres
un
a bu
ena
pers
ona,
y p
or l
o qu
e es
toy
oyen
do,
segu
ro q
ue s
erás
m
ejor
. La reun
ión se dio por terminada. El Sr. G
arcía se m
archó a su
casa, mientras el cura y
Ono
fric
o qu
edaron
hablando. M
ás tarde
Ono
fric
o le dijo al Sr. García qu
e el cura le había dicho:
- Sr. Ono
fre, vea la m
anera de pod
er recog
erle el libro…
5.- CONVERSACIÓN CON EL INGENIERO
El hijo de
Ono
fric
o, fue trasladado
a M
urcia, y tal com
o me
había prom
etido su padre, qu
edé a su servicio. É
ste, com
o toda su
familia, era m
uy católico. Un día el in
geniero me dijo:
- G
arcí
a, ¿
por
qué
se d
ejó
la igl
esia
? ¿E
s qu
e lo
que
allí se
pr
edic
a y
se h
ace
es m
alo?
- N
o seño
r, yo no
digo tal cosa. Pero el ser hum
ano tiene un
algo, u
n vacío qu
e tiene que llenar y lo tiene que bu
scar allá a do
nde
esté, d
ebe bu
scar su felicidad eterna. Y
esa es una de las cosas po
r las
que menos nos preocup
amos, y debiéram
os interesarnos más sob
re
nuestro futuro eterno; porqu
e Dios nos pu
ede llam
ar en cualqu
ier
mom
ento… N
os enfrascam
os en las cosas de la vida, agenciando
para el día de m
añana, sin saber si las llegarem
os a disfrutar, p
ero de
la m
uerte, que es segura, n
o le prestam
os atención. Y
lo qu
e hay qu
e hacer es ponerse en el buen camino con ese Dios qu
e nos ha creao…
- P
ara
hace
r to
do e
so n
o es
men
este
r de
jars
e la
igle
sia…
- Estoy
de acuerdo, pero si estoy buscando mi felicidad eterna
y la encuentro en otro lao que no es la iglesia, es allí donde m
e qu
edo, ya qu
e allí sup
e qu
e Jesucristo m
urió por m
í sin necesidad de
ningún
otro sacrificio, porque S
u sacrificio fue suficiente, ya qu
e murió en mi lugar…
15
- B
ueno
, está
bien
… si
ga u
sted
su
cam
ino
que
no le
diré
vay
a aq
uí o
vay
a al
lá…
Entonces le con
testé:
- Com
o un ‘subo
rdinao’, pienso qu
e, lo qu
e debo
hacer es
cumplir sus órdenes, y creo que eso es lo que usté qu
iere, qu
e le
obedezca fielm
ente en lo que m
ande. ¿No lo ve usté así?
- N
atur
alm
ente
que
sí.
- ¿Q
ué sería
si yo hablara
mucho
de Dios y
tuviera
la
apariencia de un
santo y fuera m
ucho
a la iglesia, p
ero desobedeciera
sus órdenes? ¿Verdad qu
e estaría qu
ejoso conm
igo?
- C
laro
que
lo e
star
ía…
- Pues eso es lo que he ‘procurao’ hacer y lo que procuraré,
porque usté es m
i jefe y le debo un respeto. L
o mismo quiere Dios de
nosotros: Que le ob
edezcamos, y si así lo hacemos Él no
s prom
ete
que: El q
ue en
Mí cree tien
e vida eterna.
- ¿
Y q
uién
no
cree
en
Dio
s?
- El Señor dice qu
e: N
o todo el que me dice: Señ
or, Señ
or,
entrará en el reino de los cielos, sino el hace la voluntad de mi
Pad
re que está en lo
s cielos.
- ¡
Cla
ro!, s
i di
cen
Seño
r po
r de
cirl
o… p
ero
si l
o di
cen
de
cora
zón…
¿Es qu
e lo
s qu
e va
n a
la ig
lesia
se v
an a
per
der?
No, porqu
e la salvación
se ob
tiene po
r creer en un solo D
ios el
cual m
andó a su Hijo a morir por cada un
o de nosotros, y nos hace
pasar de la muerte a la vida, porque así lo ha prom
etido: El que cree
en M
í, au
nque esté m
uerto, v
ivirá.
- ¿
Qué
los m
uert
os h
an d
e re
suci
tar?
…
- Seguro que resucitaremos tod
os los que hem
os creído, el día
que Él tenga por con
veniente, cuand
o Él v
uelva a la tierra…
Aqu
í term
inó la conversación. S
ucedió un po
co antes de la
guerra civil española.
6.- EL SR. GARCÍA Y ESTEBAN
Durante la guerra civil, en M
urcia se pusieron las cosas feas
para los de de
rech
as, po
rque en esta región
im
peraban
los de
16
izqu
ierd
as, y Esteban, cuñado
del ing
eniero, hu
yend
o, se refugió en
Ojós, pu
eblo que
dista
desde
Archena, un
os 8
kilómetros. Fue
entonces que el ingeniero le pidió al S
r. García el siguiente favor:
- G
arcí
a, h
aría
usted
el fa
vor de
ir a
ver
a m
i cuñ
ado
Esteb
an,
de v
ez e
n cu
ando
, par
a de
cirm
e có
mo
se e
ncue
ntra
, ya
que
no p
uedo
ir
, por
que…
- Claro que sí, ¿por qué no?…
-
Le
agra
dece
ría
que
fuer
a a
verl
e, y
qu
e le
dig
a lo
que
le
hace
fal
ta,
para
que
se
lo p
ueda
lle
var. V
erem
os l
a m
aner
a de
ay
udar
le; po
rque
él no
pue
de s
alir
de
allí, p
ues ya
ve
com
o es
tán
las
cosa
s… y
el d
iner
o qu
e se
gas
te e
n él
, me
lo d
ice…
- No se preocup
e usté, q
ue lo
haré.
De mod
o qu
e fui a Ojós a verle y el hom
bre estaba enfermo y a la
vez vigilao po
r los miliciano
s, para ver quien entraba o salía.
(Las M
ilic
ias C
onfe
dera
les fue una especie de
milic
ia p
opul
ar,
organizada durante la guerra civil española po
r la C
NT y FAI, que
tuvo un im
portante papel en la Revolución Española de 193
6. Tras el
alzamiento del ejército del 18 de julio de 19
36 se form
aron
, en las
zonas
donde
fracasó
la sublevación, grup
os armados de civiles
organizados po
r los partidos políticos y los sindicatos que se unieron
a los restos de las un
idades regulares del ejército y las fuerzas de
seguridad estatales qu
e perm
anecieron fieles a la República.
Durante el period
o de las m
ilicias, la práctica desaparición de
cualqu
ier
sector del
ejército,
fiel al gobierno
y
el ferm
ento
revolucionario que se estaba desarrollando
por tod
o el país, fueron
las causas d
e la rápida aparición
de u
n im
prov
isado
ejército d
e vo
luntarios, dispuestos a term
inar con
los últim
os reductos de los
sublevados. Las estimaciones
más ajustadas
hablan de más de
100.00
0 milicianos en to
do el E
stado. La mitad de ellos pertenecían a
los sind
icatos de la CNT, 30
.000
a la UGT, 10
.000
al Partido
Com
unista, 5.00
0 al POUM (en su mayor parte, en Cataluñ
a). A las
milicias obreras se unió un con
tingente de 12
.000
guardias de asalto,
alguno
s centenares de guardias civiles, alguno
s miles de soldados y
apenas 200 oficiales del antiguo
ejército). [
Cop
iado
de
Inte
rnet]
Aho
ra Estaban habitaba en Ojós solo, enfermo y vigilao. Tod
os
los qu
e antes le reían las gracias, le adulaban y agasajaban, en esos
17
mom
entos, tod
os le abando
naron y nadie se acordó de él ni le visitó.
Cuand
o me vio entrar, m
e dijo:
- ¡García, tú po
r aquí!, eres la única persona que ha venido
a
visitarm
e, y no sabes cuanto te lo
agradezco...
En fin, el hombre no sabía com
o agradecerm
e el que le hubiera
visitao y el que le trajera no
ticias de la fam
ilia, com
o también que se
preocuparan de sus necesidades.
- Bien, ¿qu
e es lo
que te hace falta? –le dije-
- T
e agradecería qu
e me hicieras el favo
r de p
agarme la
contribu
ción
. Se la pagué, p
ues su padre estaba enferm
o y en M
urcia, así que
tres veces fui desde A
rchena a O
jós, and
ando
, a llevarle com
ida y
alguno
s paqu
etes de azúcar. Cuand
o fui la tercera vez, y salí a la
calle, uno
de los miliciano
s me dijo:
- Esta es la tercera vez que viene, la prim
era fue en tal fecha,
la segun
da en esta otra, y hoy ya es la tercera…
Entonces fue cuando m
e di cuenta qu
e Esteban se encontraba
vigilao. A
uno
de esos m
ilicianos le conocía. Entonces les tuve que
decir cual era el m
otivo de m
is visitas.
- V
engo, po
rque el ingeniero con el cual estoy trabajando
me
dijo: -V
e a
ver
com
o se
enc
uent
ra m
i cu
ñao.
Y h
e venido p
ara
pregun
tarle po
r su salud, ni m
ás ni menos; pero
si no queréis que
venga, no veng
o más. Pero haceros cargo, es un
a person
a que está
enferm
a… y, ¿qué puede hacer?…
Además, lo estáis vigilando, y a
mí y
a me cono
céis…
- Está bien, te pu
edes m
archar…
7.- SE TERMINÓ LA GUERRA…
Yendo por una de las calles de Archena para hacer una gestión,
me encuentro con Esteban, con el que m
e unía una gran am
istad,
tanta qu
e le tu
teaba…
- ¡Caram
ba, E
steban, cuanto me alegro de verte!…
- ¿Que te alegras? ¡Pues yo no me alegro! Si tú sigues po
r ese
camino, para mí estás dem
ás…
al o
ír com
o me contestó le dije:
18
- V
e con
Dios y
que el S
eñor te am
pare…
-le contesté-
quedándo
me peor que si me hu
bieran echado una jarra de agua fría,
sorprend
ido y sin qu
erer creerme lo que m
e estaba pasando
, con tod
o lo que había hecho por él…
Despu
és m
e enteré que fue uno de los
que peor se po
rtó de todos los que m
e denu
nciaron para m
eterme en
la cárcel. Alegaron qu
e era protestante y qu
e durante la guerra estuve
haciendo
propagand
a en con
tra de la iglesia católica rom
ana, que
predicaba po
r el pueblo y qu
e hospedaba en m
i casa a extranjeros…
Uno de ellos le dijo a mi y
erno
, en plan socarrón y am
enazador:
- A
tu
sueg
ro s
e le
ha
acab
ado
el p
oner
se l
a go
rric
a de
ca
pata
z de
car
rete
ras. S
i no
le
pasa
otr
a co
sa,
por
lo m
enos
, la
go
rra
ya n
o se
la p
ondr
á…
Hasta m
e acusaron d
e haber intervenido
en las m
uertes d
e todos los qu
e asesinaron
aqu
í en A
rchena, durante la guerra. E
n dichos días yo era el v
igilante de las ob
ras del n
uevo
puente de hierro
que atraviesa el río Segura y qu
e un
e Archena con
El 'O
tro
lao', y
en
eso estaba ocupado y nada tenía qu
e ver con dichas m
uertes.
Por dicho
motivo, estuv
e en la cárcel acusado
con
una sarta de
falsedades que no había po
r dond
e cogerm
e… N
o sólo la ira y la
venganza cayó sobre
los
evangélicos, también fueron mucho
s encarcelados y otros fusilados por ser de izqu
ierdas, etc. C
on tantos
arrestos, detenciones y persecuciones, el grup
o de evang
élicos dejó
de reunirse y todas las Biblias y libros evang
élicos fueron escond
idos
y em
paredado
s por miedo
a un registro.
Estando
en la cárcel mi mujer m
e venía a ver, y cuand
o llevaba
un año
, una de las veces se encontró con Esteban, y ella, sabiendo los
favores qu
e yo le había hecho, e ignorando
el encontronazo que tuv
e con él, p
orqu
e a mi m
ujer no se lo
había dicho
, salud
ándo
lo le dijo:
- Hola, Esteban. –
éste, ásperam
ente le contestó:
- ¡Qué quieres!…
- Que m
e hicieras un aval para sacar a mi m
arido de la cárcel.
- Sí, haré uno, p
ero para que lo
fusilen!…
19
8.- JOSÉ GARCÍA SALE DE LA CÁRCEL
Com
o qu
iera que tod
os los informes que hicieron contra m
í todos eran m
entiras, m
e sacaron de la cárcel. Despu
és de tomarme
declaración y un
a vez fuera le dije al ju
ez:
- H
e estao
encarcelao d
os años, y
ahora salgo
sin
juicio
alguno
… ¿No hay ning
ún culpable del tiem
po que he pasao?, y el
culpable o lo
s culpables, ¿qu
edarán sin respo
nsabilidad?
Me respon
dió el ju
ez, q
ue era primer teniente:
- M
ire
uste
d, n
o le
pue
do c
onte
star
por
que
no s
é na
da. M
e lim
ité
en p
edir
un
info
rme
a Arc
hena
y fue
mal
ísim
o. V
olví
a p
edir
ot
ro
a M
urci
a,
a la
je
fatu
ra
dond
e us
ted
pert
enec
ía,
y fu
e in
mej
orab
le, y
sobr
e di
cho
info
rme,
le
ech
o a
la c
alle
. Por
que
a m
í no
me
impo
rta
la r
elig
ión
que
teng
a, y
o m
e ba
so s
obre
su
buen
a co
nduc
ta y
com
port
amie
nto,
com
o bu
en c
iuda
dano
que
no
ha h
echo
da
ño a
nad
ie, y
porq
ue h
a si
do r
espe
tuos
o co
n la
s ór
dene
s de
sus
je
fes, le
dig
o: ¡M
árch
ese!
Una vez en mi casa, al día siguiente m
e presento a la jefatura
en M
urcia y les cuento que he salío de la cárcel sin delito alguno
, qu
e, ¿a dónd
e me destinan?
El ingeniero se echa mano a la cabeza porque no sabía que
tenía qu
e hacer conm
igo.
Y le dije:
- Sólo tiene qu
e escribir la verdá, cóm
o me he portao durante
todo el tiem
po que estao al servicio de ustedes. Sólo decir la verdad.
Respecto a lo dem
ás, pu
ede escribir que era y soy protestante. S
obre
ese asun
to puede decir lo qu
e quiera. S
oy un hijo de Dios, porqu
e he
creído
en Él y nada m
ás.
- A
nos
otro
s no
nos
pre
ocup
a lo
que
cre
a o
deje
de
cree
r, lo
que
pasa
es
que
esta
mos
con
fuso
s y
en e
vide
ncia
, po
rque
tal
com
o es
tán
las
cosa
s, s
i qu
iere
n ec
harn
os, no
s ec
han.
Est
amos
pen
dien
tes
de u
n hi
lo, d
e lo
que
ellos
qui
eran
hac
er c
on n
osot
ros…
Con
tod
o escribieron un
informe bu
enísim
o, no lo pudieron
hacer mejor. Mandó
el escrito a Madrid, y al mes m
ás o m
enos, me
vino el traslado
fuera de la provincia de Murcia, y en el informe
20
decía
el po
rqué me
destinaban lejos: Por desobediencia
a las
autoridades, y por tener extranjeros predicando en m
i casa la cual
estaba convertida en capilla…
Voy al Ayuntam
iento a pedir un
salvo
cond
ucto para ir a m
i traslado
, a la provincia de Alicante y me dicen:
- ¡Par
a ti n
o ha
y sa
lvoc
ondu
cto!
Me fui a Cieza y hablé con el juez que m
e había sacao de la
cárcel, y
le dije:
- M
e han destinao a la jefatura de Alicante, y en mi pu
eblo no
me qu
ieren dar un salvo
cond
ucto, etc., y el juez que era un
a person
a justa, dijo:
- ¿
Y q
uier
en q
ue e
l m
undo
se
arre
gle?
, de
est
e m
odo
no s
e pu
ede
arre
glar
...
Acto seguido le dice a un
sargento:
- H
aga
un s
alvo
cond
ucto
al
capa
taz
para
la
prov
inci
a de
Alica
nte…
No,
haz
lo p
ara
toda
Esp
aña.
Y a
sí m
e lo
hizo.
- Enton
ces
yo le dije:
¿Tendré
que
presentarlo
en el
Ayuntam
iento de Archena?
- N
o, n
o tien
e qu
e ha
cerlo,
ni
deci
rle
nada
a e
sos
incu
ltos
, só
lo ten
drá
que
ense
ñarl
o a
las
auto
rida
des
que
se lo
pida
n du
rant
e el
cam
ino.
La
gente
mala
y qu
e me
odiaba po
r ser evangélico, se
encargaron de difamarme en la jefatura de Alicante, pero el in
geniero
de M
urcia, con
el visto bu
eno del ingeniero jefe, me dio un
a carta
para que se la diera al ingeniero encargado de m
i nuevo servicio y
me dijo:
- A
unqu
e al
lí y
a sa
ben
de t
u bu
en c
ompo
rtam
ient
o en
el
trab
ajo.
Llego a la jefatura y pregunto po
r el ing
eniero encargado de la
carretera general de M
urcia Alicante Valencia. M
e presento ante él y
le enseño la carta a D. E
nrique el ing
eniero, y
él m
e dijo:
- A
hora
el e
ncar
gado
de
dich
a ca
rret
era
es D
. Seb
astián
. Y allí me
encaminé. D. Sebastián, era
una
person
a muy
campechana.
Le do
y la carta a D. S
ebastián, la lee y me dice:
21
- T
enem
os,
de s
us j
efes
, m
uy b
uena
s re
fere
ncia
s de
ust
ed,
ahor
a es
pero
que
no
nos
defr
aude
. ¿A
dón
de q
uerr
ía q
ue le
pusi
era
a trab
ajar
? - Lo más cerca de Murcia, a ser posible, le contesté.
Entonces pregun
ta a lo
s qu
e había en la oficina:
- ¿
Hay
alg
una
vaca
nte
cerc
a de
Mur
cia?
Le contestaron:
- Sí, la general de Murcia a Alicante. Entonces me dijo:
- M
ás c
erca
no
pued
e se
r. S
i la
gene
ral l
lega
ra h
asta
Arc
hena
, ha
sta
allí e
star
ía t
u se
rvic
io,
pero
la
gene
ral
sólo
lle
ga h
asta
el
lím
ite
de M
urci
a, y
se
debe
con
form
ar…
Allí m
e destinaron
y allí estuv
e hasta mi jubilación.
Me fui a vivir con toda la familia, qu
e no
éramos pocos, a
Redov
án, un
pueblo de A
licante. M
i madre había m
uerto pero m
i padre todavía vivía y mis hijos, m
i suegra estaba enferma…
Fue m
uy
difícil la vida en aqu
ellos días por la miseria que había y en aquellas
circun
stancias, h
abiend
o po
co qué com
er. M
i hijo m
ayor enferma y a
los po
cos meses m
uere… D
espués m
urió m
i padre y también otra
hija pequeña…
Fueron días de aprieto y de agobio, con la añadidura
de ser continu
amente vigilao…
Sección
II La po
sguerra. Los Sres. Aerni. (Año
s 40)
9.- SITUACIÓN DE LOS EVANGÉLICOS EN ARCHENA
Antes de la guerra, y sobre el año
1932 vino el misionero
evangélico D
. Juan A
erni d
esde S
uiza, con
33 años de edad, a
Madrid. Los hermanos de allí le recomendaron qu
e viniera y hablara
con
los misioneros de Cartagena, los Sres. Richard y
los Sres.
Holloway.
Después de cambiar im
presiones
con
ellos, éstos,
sabiendo
que al incipiente grupito de Archena, le vendría m
uy bien
una ayud
a, le pidieron qu
e viniera a dicho lugar. Lo qu
e así h
izo.
Los primeros m
eses los vivió en casa del Sr. G
arcía, y despu
és
de pasar un tiem
po con
los creyentes de Archena, se m
archó para
22
Suiza, n
o sabemos si para un descanso o para qué, sob
re el año 19
34,
allí con
oció a D
. ª Betty O
rtlieb de la misma edad que él, viud
a de
D. Carlos Hurlburt, Jr, con el que se había casado
el 5 de enero de
1924. D
. Carlos murió en África cerca del Con
go, el 21 de marzo de
1931 d
onde el matrimonio estuv
ieron
como
misioneros. D
. Juan
Aerni se casó con D
ª Betty y juntos vo
lvieron para servir al Señor en
Archena.
Fue en ese tiem
po, qu
e los Sres. A
erni se fueron
a vivir a la
calle Calvario, 11, casa qu
e hacía y hace esquina con
la calle Eras, y
en el nú
mero 13
, vivía el matrimon
io sin hijos, Joaqu
ín Lóp
ez Lóp
ez
y Áng
eles M
engual Lóp
ez.
Los m
isioneros tenían reunion
es con
los niños, explicándo
les
pasajes de la Biblia, y Á
ngeles M
engu
al pegaba sus orejas a la pared
medianera para ver de escuchar lo que ellos enseñaban. De vez en
cuando
entendía alguna frase y se relamía queriendo saber m
ás. Vio
el m
odo
de entrar en amistad
con
los misioneros, y
se sentó
a escuchar lo qu
e ellos decían a los niños, hasta qu
e abrazó al Señor
como Salvado
r. Fue bautizada despu
és de la guerra civil española el
21 de mayo de 1949 en Cartagena.
Cuando em
pezó a correr rumores que se avecinaba un
a guerra
civil en España, la em
bajada Suiza avisó a los Sres. A
erni para qu
e regresaran a Suiza, p
ero ellos dijeron:
- L
o qu
e les ocurra a los h
ermanos d
e Archena, así no
s sucederá a nosotros...
Durante la guerra, los Sres. Aerni perdieron
tod
o contacto con
Suiza y por lo tanto toda la ayud
a econ
ómica que desde allí recibían,
llegando
a pasar verdaderas calamidades y muchas necesidades po
r qu
edarse y querer asistir a los po
cos creyentes que entonces habían.
Durante ese período, los creyentes se fueron reuniend
o en casa
de José García el Capataz, en El ‘O
tro lao’, unas veces, otras en la
casilla
de p
eone
s ca
min
eros en la carretera general 301
Murcia a
Cieza, que estaba cerca d
el cruce d
el empalm
e qu
e viene hacia
Archena,
y otras
dond
e po
dían,
según
las
circun
stancias se
presentaban.
23
Durante la gu
erra hu
bo mucha po
breza
y hambrun
a,
principalm
ente por
dos
razones, po
r lo menos. Primera: Los
alim
entos y anim
ales eran requ
isados para el ejército, y segunda, las
tierras eran abandon
adas y no se sem
braba.
Sob
re el año
1938, la Sociedad
Religiosa de los Amigos,
generalm
ente cono
cida como
Los Cuáqu
eros, (una comunidad
protestante), mandaron ayud
a para los españoles, que consistía en
leche en polvo
, azúcar, harina, etc. L
a leche venía en cajones de
madera, que m
edía por el exterior: 56
centímetros de largo, 52
de
ancho y cincuenta de alto. (56x
52x5
0) Por dentro estaba forrada de
hojalata don
de se hallaba la leche en po
lvo. [Tod
avía tenem
os en
casa varias cajas, de aquellos días, que llevan la siguiente inscripción
en do
s de los
laterales: POUDRE DE LAIT NON ECREME,
STÁNDAR, CUALITE EXQUISE, MARQUE LA BROUETTE,
FRICO LEEVWARDEN (HOLLAND), POID
S N
ET 50 KGR. En
el centro de la caja un doble círculo y en m
edio hay dibujada un
a carretilla] su traducción es com
o sigue: [LECHE E
N POLVO N
O
DESNATADA,
CALID
AD
EXQUISITA,
MARCA
EL
ACARREADO,
FRIC
O LEEVWARDEN (H
OLLAND), PESO
NETO 50 KGR] Los Cuáqu
eros con
certaron
con
Frico Leevw
arden
de H
olanda las facturacion
es para hacer llegar dichos alim
entos a
Archena para qu
e lo adm
inistraran lo
s Sres. Aerni.
Los Sres. A
erni, con ayuda de algun
os creyentes, todos ellos
con
delantales blancos, qu
e llevaban esta inscripción: Se
rvic
ios
Inte
rnac
iona
les, por arriba y po
r abajo:
Am
igos
Cuá
quer
os, b
ordadas
las letras en negro y haciendo
un círculo y lleva en el centro una
margarita bo
rdada
en do
s colores, rojo y
en negro,
(tod
avía
co
nser
vam
os u
no d
e di
chos
del
anta
les). Uniform
ados con
dicho
s delantales, batían la leche en polvo
con
agua, en sus justas m
edidas,
con la harina hacían pan, etc., e iban a los colegios, y a los niños,
según su peso y edad, les daban leche, p
an y cho
colate…
lo hicieron
con tan exagerada pu
lcritud y honradez el reparto, que no se les dio
más a lo
s hijos de lo
s creyentes...
El nombre de D
. Juan se hizo m
uy pop
ular en el pueblo, entre
la gente pob
re, ya que quitó bastante hambre y salvó la vida de
mucho
s niño
s… Pero igno
raba que cuanto más prestigio ganaba, m
ás
24
odio acumulaba, por aqu
ellas person
as, q
ue no veían con bu
enos ojos
la fam
a que iban adq
uiriendo
los protestantes de buenos cristianos.
Es ho
y, despu
és de más de setenta años, que se le recuerda con
cariño
y gratitud. C
on sólo decir D. Juan, ya saben de quién se
trata…
En Archena, p
or aquellos días, se instaló un destacamento ruso,
como también una escuela de tanq
ues. Y
, un capitán del ejército,
tenía como ayud
ante, a un
gallego de Soaserra, (un
a aldea cercana a
la pob
lación de Puentedeume de la provincia de La Coruñ
a), qu
e se
llam
a, (pues tod
avía vive con 99 año
s) R
amón R
ico. A
la vez en
Murcia
capital,
se encontraba haciendo
el servicio militar, otro
gallego de Puentedeume, amigo y herm
ano en la fe de Ram
ón, m
ás
joven, M
anuel Molares, (que tam
bién vive, 92 años) éste a su vez
tiene como compañero haciend
o el servicio militar, a otro evangélico
de Salam
anca, Benigno
Gon
zález. Y al saber, am
bos, que
en
Archena había un grup
ito de creyentes, d
eciden venir a visitarles. D
. Juan les fotografía, jun
to a su espo
sa, Dª Isabel, al lado está Joaqu
ín
López L
ópez , e
l Ata
lías
de 54
año
s de edad y su esposa Áng
eles
Mengu
al Lóp
ez de 37
años, y dos jóvenes: Juan José V
idal Ibáñez
de 20 años y José Morales García de 15 años de edad.
10.- AÑOS DIFÍCILES PARA LOS EVANGÉLICOS
A finales del año
1939, unos ho
mbres vinieron desde Mula con
el com
etido de m
atar a D. Juan, porqu
e venían env
enenados de falsas
acusaciones contra él, no
sabem
os si eran policías secretas o quienes
eran. Llegaron a la casa y después de preguntarle si él era el tal D.
Juan y
éste contestarles afirmativam
ente, con
cierta aspereza le
dijeron:
- ¿Para qu
é y po
r qu
é ha venido a España y se ha ub
icado aquí
en Archena?
- V
inim
os p
ara
pred
icar
el Eva
ngel
io, la
Pal
abra
de
Dio
s y
hem
os e
stad
o da
ndo
alim
ento
s a
cien
tos
de n
iños
con
lec
he,
pan
choc
olat
e, e
tc.
Mientras D. Juan hablaba Dª Isabel oraba porqu
e había visto la
pistola del otro h
ombre qu
e encaño
naba a D
. Juan, aunq
ue éste
25
ignoraba la maniobra. Pero am
bos al escuchar la contestación de D
. Juan, los hum
os se desinflaron y le dijeron:
- M
ire usted, (enseñánd
ole las pistolas) vinimos con
el encargo
de m
atarle, p
ero vemos que no es la persona que nos pintaron. Adiós,
muy buenas. Y se marcharon
com
o vinieron
. Recién
term
inada
la gu
erra civil y
a prim
eros del 1940
metieron a la cárcel a los Sres. A
erni, dond
e pasaron hambre porque
el rancho era caldo caliente con algun
as alubias o garbanzos y nada
sustancioso. Á
ngeles M
engual, les llevaba lo poco que le daban los
vecino
s de A
rchena para ellos. Iba andando
hasta M
urcia, a veces
sola, otras
acom
pañada de su herm
ana
Aurora, la cual estaba
embarazada de la hija qu
e también llam
aría Aurora.
Una vez encarcelados los Sres. A
erni, descargand
o sobre ellos
toda la rabia e ira almacenada…
y a la vez le requisaron toda la
harina, leche en polvo, etc., víveres qu
e no
fueron repartidos ni dado
a los niños, sino qu
e se lo apropiaron los m
andamás del pueblo,
suministros que con
afán dilapidaron…
Pronto se vio en los ho
rnos
del pu
eblo, a las mujeres de los cabecillas, con panes am
asados con
la harina incautada.
Antes de entrar a la mazmorra, les registraron y a D. Juan le
quitaron
el cinturón del p
antalón, práctica qu
e suelen hacer con to
dos
los presos para que no
se pu
edan quitar la vida ahorcánd
ose, correa
que ya no se la devolvieron cuando ob
tuvieron
la libertad.
Salieron de la cárcel por intervención del suizo D. Guillermo,
gerente de la fábrica de con
servas H
ero de A
lcantarilla, y que a la
vez era cónsul de Suiza en Murcia, éste viendo a su compatriota que
se agarraba el pantalón con un
a mano po
rque se le caía, le dio su
cinto diciendo
: - T
oma
el m
ío,
pare
ce m
entira
que
con
tan
to b
ien
que
has
hech
o al
pue
blo
de A
rche
na, no
se
haya
n di
gnad
o en
dar
te n
i un
a co
rrea
...
Después de salir
de la cárcel,
los
Sres. Aerni fueron
deportados,
echánd
olos fuera
del
país…
La
causa: Por ser
comun
istas y no
sé cuantas mentiras más…
26
Los primeros año
s después de la guerra fueron muy duros para
los evangélicos por las acechanzas continuas de las autoridades
civiles y también las religiosas, pero no por el pu
eblo llano
, el cual
tenía qu
e morderse la lengua al ver lo qu
e hacían con los llamados
protestantes, person
as bu
enas, trabajadoras y
honradas. Si algún
pequeño hacend
ado pensaba dar un
jornal a un
evangélico, no lo
hacía po
r las represalias que después podían venirle de los cabecillas
del pu
eblo. A
sí que fueron muchas las calamidades que tuv
ieron qu
e sufrir lo
s cristianos evangélicos en Archena.
11.- LOS CREYENTES SON ENCARCELADOS
En el año
1942, habían estado
reunido
s alrededo
r de la Palabra
de Dios, un
pu
ñado
de creyentes, en casa de Joaquín
Lóp
ez y
Ángeles M
engu
al. La pequ
eña reun
ión había term
inado, cuand
o de
pronto oyeron unos fuertes golpes en la pu
erta de la calle, el dueño
de la casa estaba en el aseo y poniénd
ose la correa salió para abrir la
puerta…
Sin m
ás delito qu
e ese, fueron apresado
s y llevados a la
cárcel de Mula en un camión.
La hijita de Joaquina G
arcía de M
orales de cuatro años, de
nombre Joaquina, lloraba sin consuelo al ver qu
e su m
adre se la
llevaban, d
ejando desgarrado el corazón de la m
adre…
Pero como no
habían robado, ni matado, sino qu
e su delito era po
r leer la Biblia,
pronto le dieron la libertad.
Sob
re el año 19
44, de nuevo y m
uy tím
idam
ente empezaron a
reunirse en la calle C
alvario, 13, y com
o no, en casa de Joaqu
ín
López y Á
ngeles M
engu
al. A
l principio, sólo se jun
taban para leer la
Biblia, libro prohibido
por las autoridades eclesiásticas. Más tarde,
los jóvenes Juan José Vidal y Josico Morales, tomaron la iniciativa
de predicar la Palabra de Dios, hasta llegar a cantar him
nos, porqu
e Josico M
orales tocaba la bandurria y el otro, Juan José Vidal, qu
e había
sido músico
en la band
a municipal, habiendo
tocado
el
clarinete, to
caba el v
iolín, sacando
la m
elod
ía del libro de m
úsica qu
e el m
isionero exp
ulsado
había dejado, pues D. Juan, en los C
ultos
27
acom
pañaba los
himnos
con
una
concertina,
una
especie
de
acordeón
. Corría el año 194
6, los creyentes, un
os dieciséis, la m
ayoría
mujeres casadas y algun
a de ellas con hijos en la cárcel desde la
pasada guerra, cuand
o ya empezaban a estar más confiados en las
reuniones, una noche, celebrando
un Culto al Señor, acom
pañado
s po
r los instrumentos ya no
mbrados, un
os vecino
s de corral les
avisaron
que el cura párroco, D. Francisco D
íaz, estaba en la pu
erta
esperand
o qu
e llegara la guardia civil, p
ara meterlos en la cárcel.
El párroco, creyéndose en la po
sesión
de la verdad, y además,
apoyado po
r la política del m
omento en la que ser español era ig
ual a
ser católico, pu
es Franco se había casado con la religión católica, de
tal m
anera qu
e era no
rmal hablar del n
acional-catolicism
o.
Para
justificar todas
las
atrocidades
y persecuciones
que
cometían contra lo
s evangélicos, y para acallar sus conciencias, sob
re
lo q
ue el Señor Jesús dice en la Sagrada E
scritura d
e: A
mar a
vu
estros enem
igos, los seguido
res del catolicismo tenían la siguiente
filosofía: La mala hierba, qu
e er
an los
pro
testan
tes, cuanto más se
limpie, m
ucho
mejor…
Así que el cura, dejándose arrastrar por esos
falsos con
ceptos, solía decir desde el p
úlpito de su ig
lesia:
- ¡A los protestantes hay que exterm
inarlos, y todo lo que esté
en m
i mano, lo haré! ¡Tengo la sartén agarrada del mango y m
ientras
me qu
ede em
puñadu
ra, les estaré dand
o sartenazos!
De mod
o, q
ue ahora, se encon
traba haciendo
guardia a la
puerta d
e la
s m
alas
hie
rbas
, para qu
e ningun
o de los que allí estaban
se m
archaran ni se escaparan…
Pero las m
ujeres que estaban en la reunión, aprovechando
que
había un
a pu
erta vieja en el patio de Joaquín y Ángeles, la pusieron
al revés, y los travesaños de la m
isma les sirvieron de escaleras y
todas se fugaron
al corral de Mª Jesús, la vecina colindante. En esos
mom
entos, la vecina no estaba en casa y tod
as ellas permanecieron
calladas esperando que llegara.
Cuando llegó la guardia civil, estand
o al m
ando el brigada,
cuñado
del cura, irrum
pieron
en la casa con el sacerdote…
¿Y qué
vieron
?, a dos jóvenes varon
es con
sus instrum
entos de m
úsica, a
Joaquina y al matrimon
io de la casa sentados tranq
uilamente con
sus
28
libros de música abiertos y una Biblia, com
o de haber estado leyend
o y ensayando himno
s. D
espu
és de ojear la guardia civil y no ver a
nadie más, el b
rigada, en tono
enfadado dijo a su cuñado el cura:
- ¡Fra
ncis
co, p
ara
esto
me
hace
s ve
nir!
El cura sorprend
ido y sin saber qu
é decir, balbu
ceó diciendo
: - P
ues a
mí m
e ha
n as
egur
ado
que
habí
a m
ucha
gen
te…
A pesar
que
no vieron
nada, con
todo
, se llevaron los
instrumentos de m
úsica, los cuales fueron
confiscados y devueltos
meses m
ás tarde desde el juzgado de la ciud
ad de Mula, enton
ces
cabeza de partido judicial.
Cuando llegó la vecina del patio colind
ante a su casa, se asustó
porque oyó una voz que salía de su patio y que le decía:
- M
aría
Jes
ús, no
te
asus
tes
que
soy
fula
na…
qu
e ve
nim
os
huye
ndo
de la
cas
a de
Áng
eles
. La pobre mujer llena de pánico y sin saber lo qu
e se exp
resaba,
sólo atinaba a decir:
- ¡
Que
no
me
asus
te, q
ue n
o m
e as
uste
, y h
ay u
na m
ujer
en
mi
corr
al! ¿P
ero
cóm
o ha
ent
rado
? ¡H
ay, D
ios m
ío!
Lo que igno
raba, la inocente m
ujer, era, q
ue no había sólo una,
sino once…
Una vez que se tranqu
ilizó po
rque con
oció la voz de la
que le hablaba, abrió la puerta, y cual no
sería su asom
bro al ver a
tantas mujeres… La
descon
certada
vecina, se deshacía haciendo
pregun
tas de cóm
o y po
rqué estaban en su patio…
Una vez enterada
de lo ocurrido
, todas esperaron qu
e se hicieran altas ho
ras de la
noche para ir saliend
o de dos en do
s de una m
anera escalonada.
Pasaron
los m
eses y volvieron
a reunirse y a tener de nuevo
Cultos
al Señor. Por ese
tiem
po, Joaquina García
y Áng
eles
Mengu
al, casi todas las tardes salían a visitar a sus amistades para
hablarles del Evang
elio, y también visitaban a los enfermos para
darles una
palabra
de consuelo hablándo
les
del
Señor.
Eran
escuchadas d
e muy b
uena g
ana, p
orqu
e entonces las m
isas eran
dichas en latín y el pueblo llano no
se enteraba d
e la
misa
ni la
mitad
y
decía: B
urro
ent
ro y
bur
ro m
e qu
edo. D
e mod
o qu
e, cuand
o escuchaban los
relatos
bíblicos po
r estas
herm
anas qu
edaban
prendado
s po
r la dulzura de la Palabra de Dios.
29
12.- CONVERSIÓN DE FRANCISCO M
ARTÍNEZ Y SU
MADRE
Sería por el año 19
47 que m
i familia se trasladó
a vivir en un
a casa de alquiler en la calle Francisco Caravaca, la misma calle do
nde
vivía Joaquina G
arcía; ésta, com
o bu
ena evangelista, entabló pronto
amistad con mi madre, Dolores Sánchez Sánchez, y al poco tiem
po
se enrolaron habland
o del E
vang
elio.
Pasado
un año, cuando
yo tenía
diez años, escuchaba
a Joaquina habland
o con mi madre, y yo le seguía en su con
versación,
porque, aunq
ue era un niño
, conocía bastante la Biblia, la cual leía
muy asiduam
ente. Era una Biblia Infantil, de m
i madre, cuando ella
era joven, y que tod
avía con
servo. M
e gustaba leerla por los m
ucho
s dibujos que tiene hechos a plumilla, los cuales ilustraban muy bien
los pasajes.
Pero lo que no me gustaba era cuando
nos obligaban, en mayo,
a todo
s los escolares de tod
os los colegios, a ir a la iglesia católica,
de dos en do
s y en fila india, para rezar
las
flor
es a
Mar
ía…
en
cuanto el maestro se descuidaba, me
escapaba de la fila y
me
marchaba a casa, sabiend
o qu
e mi padre, Pedro José el hijo de la
tía
Juan
a la
del
pan
, com
o era cono
cido
, y que estuvo preso po
r el delito
de ser de izqu
ierdas, no m
e iba a reñir, pues había salido
arto de
religión
dentro de la cárcel…
Joaquina, al ver que yo la secun
daba a todo lo que ella decía,
con talante gracioso, d
irigiend
o la m
irada hacia mi m
adre dijo:
- V
aya
con
el m
ocos
o es
te, q
ue sab
e m
ás q
ue y
o…
Joaquina aprovechaba
cualqu
ier ocasión
para hablar a
mi
madre del Evang
elio. Me acuerdo qu
e en cierta ocasión, estando
mi
madre lavando
rop
a en un lebrillo, (pu
es no había agua potable en el
pueblo, n
i las calles estaban asfaltadas) estaba cerca de la puerta de la
calle bu
scando
el rayo del sol, p
ues era invierno, q
ue Joaqu
ina, con
la
gracia que le era peculiar, enseguida entabló conversación con ella.
Tam
bién recuerdo los debates qu
e tuvo
con
mi padre, el cual
no creía que D
ios existiera, pues estando prisionero en Mula, había
sufrido mucho
s deseng
años con los curas que le serm
oneaban a la
sombra y con ventilador, cuando los presos tenían que estar en el
30
patio a pleno sol en los m
eses de julio y agosto…
y mucho
s caían al
suelo desplomados…
Mi padre me contaba cómo habían falseado el m
andamiento de
Dios qu
e dice: No matarás. El catecism
o qu
e le dieron a los presos,
decía: Matarás con justicia. C
laro está, la ju
sticia de ellos…
A m
i madre, cada día le agradaba m
ás y m
ás con
versar con
Joaquina. Era verano, y deseaba ir a la casa de los protestantes, para
escuchar la predicación del Evangelio. Un día, después de do
rmir la
siesta, ella se puso a m
ullir, a esponjar el colchón de lana y
al
extend
er la sábana, al otro lado
de la cam
a yo le ayud
aba. Y
estando
en este menester ella m
e dijo en dulce murcianico:
- P
aqui
co, ¿
quie
res ir
al c
ielo
? - !Claro que sí! Le contesté in
mediatamente.
- E
nton
ces
vend
rás
conm
igo
a un
a ca
sa d
onde
se
pred
ica
y se
en
seña
el m
odo
de ir
al c
ielo
…
Mi madre ardía en deseos de asistir a esa casa, pero le daba
cortedad ir sola, así que m
e llevó a mí d
e muleta…
Recuerdo, como
si fuera ahora
mismo, qu
e era
un jueves
cuando
fuimos, y al entrar vimos caras de complacencia y risueñas,
como dándon
os la bienvenida. No me fui y eché a correr, por m
i timidez. Porqu
e al ver un pu
ñado
de mujeres, todas de luto y con
velos en la cabeza y sólo un
viejo, qu
e era el dueño de la casa y do
s varones, m
ás o m
enos jóvenes, me figuré que lo qu
e allí se iba a
celebrar era un
rosario, algo qu
e detestaba, por lo repetitivo, sin
sentido y por lo vacío.
Siempre he sido alérgico a la rutina, inclusive en el colegio, si
el profesor miraba el libro para qu
e dijera la lección con
puntos y
comas, seguro que m
e po
nían un cero, pero si me dejaban decirla a
mi m
anera, sacaba bu
ena no
ta.
No m
e salí de la reunión
para no
llam
ar la atención ni p
ara qu
e todas las miradas se dirigieran sob
re m
í, así que decidí aguantar el
chaparrón diciéndome para m
is adentros:
- S
i es
ta e
s la
man
era
que
tien
e m
i m
adre
de
ir a
l ci
elo,
¡qu
e va
ya!, p
ero
a m
í no
me
coge
más
…
Estaba en esos pensam
ientos, cuando
se dio po
r em
pezada la
reunión, y para sorpresa m
ía, no se rezó el rosario, sino que me
31
dieron
un himnario, después anunciaron un
núm
ero y em
pezaron a
cantar…
Posteriormente el qu
e presidía h
izo
una oración. Y
o le
miraba con
los ojos abiertos mientras todo
s los tenían cerrado
s.
Estaba boqu
iabierto por tod
o lo que veía y escuchaba. H
ubo más
cantos y despu
és la predicación. T
anto m
e gustó, que al finalizar
pregun
té:
- M
añan
a, ¿
a qu
é ho
ra ser
á la
reu
nión
? - M
añana no
habrá reunión
, la tendrem
os el do
mingo por la
mañana
y otra po
r la tarde. Me
contestaron. Me
pareció
una
eternidad…
Ya no falté a ningun
a reun
ión
de los jueves n
i la d
e los
domingos, ni tampo
co m
i madre. Ella pron
to aceptó al Señor com
o Salvado
r, con
el consiguiente gozo. Y
o, com
o niño
, me manifesté
como creyente y pronto me un
í a las oraciones de la cong
regación
, aunque realm
ente m
i conv
ersión
llegaría sob
re lo
s trece años, cuand
o pasé uno
s días de angustia por el peso de mis pecados, hasta qu
e le
pedí perdón al Señor y fui liberado de ellos.
Recuerdo qu
e mi p
rimera oración en púb
lico fue:
- Se
ñor
hazm
e co
mo
Juan
Jo
sé y
Josi
co… qu
e eran los
predicadores.
13.- VUELVEN LOS SRES. AERNI A ESPAÑA
Amparado
s po
r el Fuero de los Españoles del 17 de julio de
1945 que decía:
Título I.
Deberes y Derechos de lo
s españ
oles
Cap
ítulo I
Artículo 3.- La Ley ampara por igual el derecho de tod
os los
españo
les, sin preferencia de clases ni acepción de p
ersonas.
Artículo 6.- La profesión y práctica de la Religión Católica,
que es la del Estado español, gozará de la protección oficial.
El Estado asumirá la protección de la libertad religiosa, qu
e será garantizada
por una
eficaz tutela jurídica que, a
la vez,
salvaguarde la m
oral y el o
rden púb
lico.
32
Los Sres. A
erni creyénd
ose avalados y protegidos po
r dicha
Ley, regresaron
a España a finales del año 19
50 y se hospedaron
en
la pensión R
osales de Madrid, don
de estuv
ieron varios m
eses, para
poco a poco acercarse a Archena.
El 10 de enero de 195
1 partió a la presencia del Señor, Joaqu
ín
López, esposo de Áng
eles M
engual y fue enterrado
en el cem
enterio
civil,
que
de mod
o despectivo era
llam
ado
el
corr
al
de
los
desg
raci
ados
… porqu
e eso era lo que parecía: Un corral, ya que
estaba construido a la m
argen izqu
ierda del cementerio municipal;
tenía
una
puerta pequ
eña
de hierro, sin
comun
icación
con
el
municipal, do
nde crecían las hierbas y nadie cuidaba de lim
piarlas.
Se llam
aba po
pularm
ente así e
l co
rral
de
los
desg
raci
ados, porque
en él sólo se enterraban a los que se ahorcaban, a niños sin bautizar y
a los protestantes…
Después de la m
uerte de Joaqu
ín, los Sres. A
erni inv
itaron a la
Sra. Á
ngeles para qu
e pasara con ellos en Madrid un
as sem
anas para
después volverse al p
ueblo y a su casa.
14.- FRANCISCO Y EL CURA
En ese mismo año, 195
1, en el instituto don
de estud
iaba, tenía
como
profesores a
los do
s curas
del pu
eblo, el más joven, el
coadjutor, m
e daba latín y el párroco, D
. Francisco D
íaz, la religión
. Durante m
eses, cuando
la lección a dar decía algu
na m
entira, sobre
Lutero o sobre religión
, para mí era m
uy fuerte decirla y, para acallar
mi conciencia sobre dicha falsedad, solía decir: Se
gún
la lec
ción
, y
de ese m
odo
me introd
ucía. Igualm
ente cuando
se decía alguna
doctrina con
alguna barbaridad bíblica, decía
la asignatura
introd
uciend
o, seg
ún la
lec
ción
. El sacerdo
te, al cabo de lo
s meses se
dio cuenta y m
e dijo:
- Paco, ¿por qu
é unas veces m
e dices según la lección
y otras
no?
- Por
que
segú
n la
Pal
abra
de
D
ios
es es
to o
aque
llo…
Asombrado el sacerdo
te dijo:
33
- Pero, ¿es que tú
lees la Biblia?
- S
í, cl
aro
que
la le
o, c
ada
día.
- P
ero si yo qu
e soy sacerdote la tengo prohibida por m
is
superiores, y
sólo me dejan leer lo
s Evangelio y algun
a qu
e otra carta
de lo
s apóstoles, ¿cómo te atreves tú
a leerla?
- P
orqu
e la
Pal
abra
de
Dio
s es
par
a to
dos
noso
tros
y n
o cr
eo
que
Dio
s no
qui
era
que
no se
lea…
Él in
spir
ó a
sus sa
ntos
pro
feta
s y
após
tole
s, p
ara
habl
arno
s, n
o pa
ra q
ue s
e es
cond
iera
su
Pal
abra
de
noso
tros
…
Desde ese día, cada vez que m
i curso teníam
os que dar la
lección, era m
uy raro qu
e no
viniera con
algún dogma católico y m
e lo estam
para, m
as yo le respo
ndía:
- Per
o D
ios
dice
… lo qu
e le hacía enfadar. Cuando
me
pregun
taba algo, le con
testaba: P
ero
Dio
s di
ce…
El aula en la que estábam
os el tabiqu
e qu
e la dividía de las
demás, no llegaba al techo, así que nuestra conversación se difun
día
por las demás clases, porqu
e todo
s los alum
nos al saber que Paco
polemizaba con el párroco, se callaban de tal m
odo qu
e en el instituto
reinaba un silencio sepulcral, ningún
estud
iante quería perderse ni
una sola palabra de lo que hablábamos.
Aquello se hizo tan pop
ular, q
ue llegó a oído
s del director, D
. José Antonio Cam
puzano, m
uy amigo de m
i padre, p
or ser lo
s do
s de
izquierdas el cual m
e llam
ó y me dijo:
- Paco, he oído
decir, q
ue le faltas el respeto a D. F
rancisco…
- N
o se
ñor, lo
que
suce
de e
s qu
e él
me
preg
unta
cos
as d
e m
i re
ligi
ón y
yo
le c
onte
sto
con
arre
glo
a la
pre
gunt
a.
- ¿Es cierto lo
que m
e dices?
- S
í, as
í es. C
uand
o no
me
preg
unta
, no
pasa
nad
a, sól
o do
y la
le
cció
n, p
ero
si m
e pr
egun
ta...
- B
ueno
, me alegro que sea así y que no le hayas faltado
el
respeto al cura. M
árchate.
D. José A
nton
io, por ser de ideas con
trarias al régim
en, fue
destituido
com
o maestro nacional o del estado
y tuvo qu
e ganarse la
vida, creand
o un colegio p
ara niño
s, p
rimero
en u
na casa de su
madre, con mesas y sillas viejas y de mil colores…
De igual form
a,
34
con el tiempo
, fund
ó también un instituto, para dar cobertura a sus
propios alum
nos. D
espu
és de mucho
s años, fue restablecido com
o maestro nacion
al en Jijona (A
licante) do
nde
fue
tan
querido
y respetado como en su pu
eblo natal.
15.- NUEVO ENCARCELAMIENTO
Los Sres. A
erni, por fin se deciden dejar M
adrid y la pensión
Rosales, para establecerse en A
rchena. En abril del años 1951 Dª
Isabel m
archó a los Estados U
nido
s y regresó en m
ayo del siguiente
año, pero D. Juan se quedó en Archena.
Y, cuando
estaba cerca
semana
santa, del año
1952, los
creyentes de A
rchena invitaron
a predicar a D
. Sebastián V
illar, el
cual vivía en Murcia. Era un orador m
uy m
ajo, con
ocido y qu
erido
entre los herm
anos d
e Archena p
orque en o
tras o
casion
es h
abía
estado
en Archena.
Pronto se corrió la voz que venía D
. Sebastián entre nosotros y
también en aquellos sim
patizantes que escuchaban de buena gana el
Evang
elio, para que vinieran a escuchar los bueno
s mensajes, que
con la ayuda del Señor, d
icho
hermano daba.
Llegó el día de la llegada de tan querido
hermano en la fe. En
aquellos d
ías, sólo
había un
autob
ús q
ue salía d
esde A
rchena a
Murcia a las ocho de la m
añana, volvía a las dos de la tarde. Salía a
las tres para vo
lver a las ocho de la no
che. Esta era la com
unicación
que había entre Archena y M
urcia po
r autobú
s. En el de la ocho de la
noche llegó D. S
ebastián y sob
re las nueve m
e acerqué para verle en
casa de la Sra. Áng
eles M
engu
al. Fui acompañado
de un
vecino de
mi calle y
a la v
ez com
pañero d
e estudios d
el instituto, Mateo
Cam
puzano García, él n
o qu
iso entrar por m
iedo a las represalias qu
e le pud
iera dar el cura párroco, D. Francisco D
íaz, el profesor de
religión
, y con
el q
ue, raro era el día qu
e no teníamos nuestros
enganches sobre la B
iblia. Entré a la casa, do
nde se celebraban los
Cultos y encontré en ella a varios creyentes qu
e habían venido, lo
mismo que yo, a saludar al inv
itado. V
arias de las señoras, trajeron
35
con ellas también a sus hijas con lo
s no
vios, q
ue no eran evangélicos,
ni las hijas ni los no
vios, pero enton
ces, las m
adres no dejaban a las
hijas con
sus novios a
solas, ellas o
algún
familiar debían de
acom
pañarles…
La dueña de la casa con
el h
uésped estaba en la mesa acabando
de cenar, salud
é al querido
hermano y le dije:
- V
oy a
mi ca
sa a
cog
er u
n bo
cadi
llo
y de
pas
o de
jaré
a m
i am
igo
en su
casa
, por
que
está
en
la c
alle
esp
erán
dom
e, y
a d
ecir
le a
m
i mad
re q
ue e
stoy
aqu
í.
Mi casa estaba muy cerca, pu
es vivía en la calle Francisco
Caravaca a do
s travesías de la calle Calvario, así que poco po
día
tardar. Dejé a mi am
igo en su casa, mi madre m
e hizo el bo
cadillo y
comiénd
olo po
r el cam
ino vine. Q
uise abrir la puerta, y vi. qu
e estaba
cerrada…
me extrañó, pero pensé: H
an ter
min
ado
de c
enar
y s
e ha
n ac
osta
do.
Pen
sand
o es
to,
me
fui
a m
i ca
sa y
me
acos
té;
pero
la
real
idad
fue
otra
…
16.- ¿QUÉ HABÍA PASADO?
D. Sebastián había terminado de cenar y Joaquina García le
dijo:
- L
a úl
tim
a ve
z qu
e us
ted
estu
vo c
on n
osot
ros
nos
ense
ñó a
ca
ntar
un
him
no y
no
lo s
abem
os m
uy b
ien,
¿po
r qu
é no
lo
cant
a y
noso
tros
le seg
uim
os p
ara
term
inar
lo d
e ap
rend
er?
D. Sebastián, todavía en la mesa y en la misma silla do
nde
cenó, em
pezó a cantar y los demás a seguirle. Ignorando
que, el
alcalde José Sánchez y el cura D
. Francisco D
íaz, se habían enterado
de su venida y en el corral inmediato, qu
e era del alguacil, Juan e
l Pic
alé, habían apostado
s cuatro policías mun
icipales para escuchar y
saber
cuando
em
pezaría
la reun
ión…
Así qu
e oyeron
cantar,
pensaron
que se estaba celebrando un
Culto y se plantaron en la casa
y, a la fuerza bruta, allanaron la vivienda los po
licías m
unicipales:
Alfon
so y Jesús, alias
los
Gal
lina
s, D
aniel y Federo, y con cierta
violencia
se los
llevaron a
todo
s al Ayuntam
iento…
Ante
tal
36
atropello, D. Juan les
pidió
el mandamiento
judicial que
les
autorizara hacer sem
ejante atrocidad, y
la con
testación fue:
- V
osot
ros
no n
eces
itái
s ni
ngún
man
dam
ient
o ju
dici
al p
ara
llev
aros
a la
cár
cel.
¡Vam
os, v
amos
! Tod
o fue tan rápido que cuand
o vine de mi casa ya estaban en
el A
yuntam
iento, esperando
el autobú
s, de un
as veinte plazas, qu
e iba a llevar y a recog
er el correo del tren de Cartagena a M
adrid qu
e pasaba a las doce de la no
che, dicho
autob
ús, tam
bién llevaba y traía
si había algún
pasajero que llegara o fuera a coger el tren. A
sí que
tuvieron
que
esperar
que
el autobú
s llegara
para montarlos y
llevárselos a Murcia…
El chofer, Juan A
tenza
el M
onte
s, al ver el
panorama, y con
ociend
o a los detenido
s, de muy m
ala gana, con
dujo
el autob
ús hasta M
urcia.
Llegaron
a Murcia a más d
e la u
na d
e la m
adrugada y el
autobú
s se detuv
o a las pu
ertas del Gob
ierno Civil. P
ara el autob
ús y
empiezan a bajar “los presos” con los dos po
licías m
unicipales que
les acom
pañaron…
Los guardas que había a la pu
erta, asombrados al
ver un
as doce person
as, aporracean la pu
erta del G
obierno Civil,
pidiendo
refuerzos, p
ensand
o lo peor y pregun
tan:
- ¿
Qué
han
hec
ho e
sta
gent
e? La contestación
fue:
- ¡
Son
prot
esta
ntes
! Los guardias se m
iraron
, como diciendo
: ¡V
aya delito!
A las m
ujeres, todas juntas, las metieron en una m
azmorra
poniendo
en el suelo unas mantas qu
e José M
orales había cogido de
su casa, porque, Joaquina su espo
sa, se enfrentó con
la po
licía
municipal diciéndoles:
- ¡
Yo
no m
e vo
y a
la c
árce
l si
n na
da d
e ab
rigo
, po
rque
ya
cono
zco
ese
luga
r po
rque
ya
he e
stad
o!…
Y com
o no
se mov
iera del
lugar, el mun
icipal que hacía de cabecilla, m
andó
a otro municipal
que acom
pañara a José Morales a su casa y éste cuando llegó arrancó
las mantas de las cam
as y se las llevó…
porqu
e ese año la sem
ana
santa caía en marzo, y
hacía frío…
A los hom
bres, después de registrarles y cogerles las cuchillas
de afeitar y lo
s cinturon
es, los pusieron a todo
s en otra celda.
Entre los prision
eros iban dos niños, uno
, hijo de José Morales
y Joaquina, Antoñ
ico, de ocho años y
la sobrina
de Áng
eles
37
Mengu
al, de do
ce año
s, Aurora, pero para to
dos: L
a M
arqu
esa, com
o así la llamaba su tía. La niña se había venido
a vivir con su tía
después de la m
uerte de Joaqu
ín el esposo de Áng
eles, para qu
e no
se
sintiera sola. Nun
ca m
ás se separó de ella.
La policía no quería qu
e los niño
s du
rmieran en la cárcel, y los
querían llevar a una pensión
, porqu
e dijeron a Joaquina de Morales y
a Áng
eles M
engual:
- E
llos
no
han
com
etid
o de
lito
alg
uno…
pero la m
adre com
o la
tía les contestaron:
- N
i no
sotras tam
poco, pero nuestros hijos estarán a do
nde
nosotras estem
os, el mismo delito han com
etido ellos como nosotras.
Y allí p
asaron
la noche.
Pasada como un
a ho
ra, u
na de las mujeres, tuv
o ganas de hacer
una micción y llamó al guarda, dando
uno
s golpes en la puerta de la
mazmorra, éste vino y le abrió la pu
erta; al rato otra que llama…
de
nuevo el policía le abre para qu
e vaya hacer sus necesidades, al po
co
otra, y otra…
Cansado
el agente d
e tanto
ajetreo, les d
ijo
a las
mujeres:
- M
iren
, la
pue
rta
la d
ejo
abie
rta,
así
que
sal
gan
y en
tren
cu
anta
s ve
ces ne
cesi
ten…
Las m
ujeres ni los ho
mbres durmieron en tod
a la noche, la
pasaron cantando
y con
tand
o anécdo
tas.
Por la m
añana le traen el rancho y se niegan a comer com
ida de
ese lugar, así que arreglaron qu
e la M
arqu
esa saliera con la m
ujer de
la lim
pieza a comprar pan, sardinas y tom
ates, con el dinero qu
e le
dio D. Juan, y eso fue lo
que com
ieron.
Después fueron llam
ando
uno
a uno para tomarles declaración.
Mientras lo hacían, la
Mar
ques
a subía unas escaleras, se mon
taba en
el barandal de m
adera, y bajaba mon
tada en él com
o un rayo. Volvía
a subir y de nuevo a bajar, así estuvo
no se cuantas veces, de m
odo
que al secretario qu
e tomaba las declaraciones, lo puso nervioso y
mareado
de ver a la niña tirarse por el barandal; la llam
a y le dice:
- ¿
Cóm
o te
lla
mas
? Y ella, con la inocencia de una niña le
contesta:
- M
e llam
o Marqu
esa.
El fun
cion
ario jo
cosamente dijo:
38
- ¡Vay
a, v
aya!
¿N
os h
emos
traí
do a
la M
arqu
esa
de A
rche
na?
Una vez to
mada la declaración
, todos de nuevo a los calabo
zos.
Llega la hora de la com
ida, y de nu
evo se niegan a comer el rancho
de la cárcel. Mientras tanto, D
. Guillermo, gerente de la fábrica de
conservas Hero de A
lcantarilla, y cón
sul de Suiza en Murcia, habló
con el G
obernado
r Civil para qu
e sacaran al súb
dito suizo, como
también a los dem
ás que eran gente sencilla, que nada habían hecho
para m
erecer tal arresto.
Com
o se negaron
com
er del rancho, le trajeron
com
ida del
Hotel Reina Victoria, el más lujoso de Murcia. Vinieron
dos
camareros con
dos cestas grandes con patatas fritas, leng
uado
s y
plátanos. Aurora, l
a M
arqu
esa, nos cuenta que fue la primera vez
que comió esa clase de pescado como también plátanos…
A la tarde
los echaron
a todo
s a
la calle, y
las jóvenes
aprovecharon
que estaban en la capital para hacerse un
as buenas
fotografías en Fotos Olga.
Al día siguiente en la BBC de Londres hubo un
com
unicado en
el que daba cuenta de la prisión de unos evang
élicos de Archena
(Murcia) en España. Lo
que, al parecer, disgustó muchísimo
al
ministro Gabriel A
rias-Salgado
del nuevo M
inisterio de Información
y Turismo surgido de la reorganización
del gobierno llevada a cabo
po
r el general Franco el 18 de julio de 1951
. El nuevo Ministerio se
creó con
el fin de atraer al turismo extranjero, y para ello debían dar
una bu
ena im
agen de libertad en España, y dicha difusión po
r la BBC
echaba a perder lo que tanto qu
erían lograr…
Con
todo
, precintaron el salón qu
e hacía de capilla en Archena,
pero no pudieron
precintar la casa porque era vivienda. La vivienda
consistía en una fachada de ocho m
etros y medio por dos cuerpos de
cuatro m
etros cada uno
de fondo. D
espu
és le seguía el patio. A
l entrar al patio y a mano derecha, había una habitación, que hicieron
los Sres. A
erni y
encim
a de ésta otra h
abitación
de las m
ismas
medidas que se subía po
r un
as escaleras por el patio. A
la izquierda
del corral h
abía una cocina en alto con su fregado
r.
Al penetrar al prim
er cuerpo, te encontrabas, con
un pasillo de
un m
etro y pico de ancho
, a la derecha, un
a pequ
eña habitación
de
39
dos metros de ancha por cuatro de larga; a la izquierda una gran
cortina que ocultaba los bancos, que en los días de Culto se decorría;
y el pasillo y el resto, despu
és de la cortina, form
aban el lugar de
adoración. Pues bien, lo qu
e precintaron
fueron
dichas cortinas,
precinto que respetamos, reun
iéndon
os en la habitación, ya descrita,
que daba al p
atio.
17.- UN DÍA DESPUÉS
A la mañana
siguiente, después de haber encerrado
a los
evangélicos en el Gob
ierno Civil de Murcia, ignorando lo qu
e había
pasado
, me levanto a las siete y media de la m
añana para desayun
ar e
irme
al instituto, y
mi madre, habiéndo
se enterado de todo
lo
ocurrido
, y pensando
que m
is com
pañeros de clase se bu
rlarían de
mí, me dijo:
- P
aqui
co, h
erm
oso,
no
vaya
s ho
y al
institut
o, d
esca
nsa…
Quedé sorprend
ido
por
la prop
osición
de mi
madre,
acostumbrado a oírla decir:
- ¡
Pac
o, a
lige
ra c
on e
l de
sayu
no q
ue s
e te
hac
e ta
rde,
ven
ga
rem
olón
!, e
tc. E
xtrañado
por su actitud le dije:
- ¡Si ho
y no
es festivo! ¿Por qué no he de ir? Pero ella seguía
insistiend
o y argumentand
o y yo cada vez más desconcertado
le dije:
- ¡Qué es lo que pasa esta m
añana para que m
e insistas tanto
para que no vaya a clase! Mi madre m
e tuvo
que decir la verdad, y
con cierta pena me explicó lo sucedido:
- E
s qu
e an
oche
se
llev
aron
a tod
os n
uest
ros
herm
anos
a la
cárc
el…
- ¿Y esa es la razón por la qu
e no quieres que vaya a clase?
¡Precisamente ho
y es cuando
me
toca dar religión con
el cura
párroco! ¡Vaya si voy
! Cogí mis libros y me marché. N
aturalmente,
todo los
estudiantes
sabían qu
e los
protestantes habían sido
encarcelados y se pregun
taban si yo también estaría con
ellos, de
manera qu
e cuando llegué, m
e rodearon
los am
igos y m
e dijeron:
- ¡
Pac
o, q
ué s
uert
e ha
s te
nido
que
a ti no
te
haya
n co
gido
! Y
les contesté:
40
- Suerte la de mis hermanos, q
ue tienen el p
rivilegio de sufrir y
padecer po
r el Señor, se ve qu
e yo no era digno de tal favor…
Lo
dije tal com
o lo sentía.
Llega el cura, al instituto alegre y con cara de satisfacción
. Él
sabía qu
e yo no estaba en la lista de los apresados, pero qu
izás pensó
que yo no estaría en clase porque estaría acom
plejado…
entra a la
aula y
al sentarse me
vio
al frente suyo y
dirigiéndo
se a
mí,
balbuceando, com
o si estuv
iera ante un
tribu
nal, y con palabras entre
cortadas, m
e dijo:
- Y
o no
he
teni
do n
ada
que
ver
con
la d
eten
ción
de
los
prot
esta
ntes
, et
c., Y yo, un chaval con pantalones cortos y serio
como si fuera un juez le con
testé:
- A
mí, ¿qué m
e dice? Si es verdad o si es mentira, dond
e si
tendrá que dar cuentas un día, será ante el tribun
al de Dios. Y
a no
recuerdo
cóm
o transcurrió la clase.
Al día siguiente de salir de la cárcel, Joaquina, fue al m
ercado
de A
rchena, como cada día, para vender el jabón
que ella hacía, y
Alfon
so G
allina
al llegar al pu
esto de Joaquina cob
rando el impu
esto
de la plaza, al v
erla, le dijo:
- ¿
Tú,
aqu
í? Ella sonriend
o le contestó sin rencor algun
o:
- Sí, aquí estoy. M
e ha pasado a mí como a los recién casados,
que se les termina el dinero y tienen que acortar y aligerar su lun
a de
miel…
Al poco tiempo
, es decir, en m
ayo del 1952
, Dª Isabel vino de
los Estados U
nidos y no
los exp
ulsaron del país por tem
or a lo
sucedido
en la BBC de Londres….
Los Ser. A
erni com
praron
dos bicicletas para poder desplazarse
a Ulea, pueblo que dista de A
rchena unos cuatro a cinco kilóm
etros,
y después de haber sacado las matrículas para pod
er circular con
ellas, vino un
alguacil, mandado
por el Alcalde, q
ue se las retirara, lo
que hizo, llevánd
oselas. E
nton
ces era obligatorio poner matrículas de
chapa a las bicicletas, como im
puesto, con un núm
ero y el nom
bre
del mun
icipio. Enton
ces sacaron las matrículas en otro pu
eblo, de
modo qu
e pu
dieron usar sus bicicletas…
41
18.- BAUTISMO DE FRANCISCO MARTÍNEZ
Fui bautizado
en el Río Segura, justam
ente debajo del
Cem
enterio de V
illanu
eva el día 26 de julio del año 1953, un par de
meses antes que les fuera prohibido
a los Sres. A
erni salir de casa
durante cuatro m
eses, ya q
ue en
diciem
bre de d
icho año
fueron
arrojado
s del país custodiados y escoltado
s po
r do
s policías hasta la
frontera de Francia. Con
uno
de los ellos, el Sr. A
bril, hicieron m
uy
buena am
istad
y po
r mucho
tiempo
mantuvieron
correspondencia
con dicho agente. Allí se q
uedaron, en
Francia, pastoreando
una
iglesia de habla española en Beziers, (Herault).
Al año siguiente el 1
954, lo
s Sres. Aerni vinieron de cam
ping
a
Tossa de Mar (Geron
a) y allí invitaron a venir a la Señoras: Ángeles,
a Joaquina y a la Srta. D
olores C
ampuzano
. Despu
és de un
os días,
todos vo
lvieron a sus lugares de origen.
A finales del verano de 1954, cuand
o yo tenía dieciséis año
s,
Juan José Vidal, ya casado, y llevand
o él solo la responsabilidad del
grupo de hermanos, y habiendo
trabajado la campaña de la recog
ida
del albaricoqu
e, pud
o acum
ular y dejar algún
dinero para la familia,
porque tenía
pensado
irse a
Barcelona en bu
sca
de un mejor
bienestar, pues había pasado
una buena tem
porada sin trabajo y eran
cinco
de familia: el matrimonio, do
s hijos y
la suegra, la Sra.
Cándida A
rroy
o Cabezos. Por aquellas fechas, Josico M
orales había
sacado
plaza de cartero en M
adrid y allí quedó
. Dándose cuenta el Sr. Vidal qu
e dejaba a
la pequ
eña
congregación
sin quien la pastoreara ni la pud
iera atender, se fijó en
mí y du
rante ese verano
me estuvo
ent
rena
do para qu
e me qu
edara a
cargo de la comunidad. D
icho
adiestram
iento consistía en leer un
par
de him
nos du
rante el C
ulto, -p
orqu
e en
ese
per
íodo
de
tiem
po, no
ca
ntáb
amos
par
a no
lla
mar
la
aten
ción
de
las au
tori
dade
s- y a pesar
de ser estud
iante, leyendo
los h
imno
s, tartamud
eaba…
porque era
mucha la im
presión y em
oción qu
e me prod
ucía el estar delante de
todos…
42
El Sr. V
idal, consciente del cargo que m
e daba y cóm
o me
dejaba, m
e acon
sejó:
- D
uran
te la
sem
ana,
te
lees
alg
ún a
rtíc
ulo
de l
a re
vist
a El
Cam
ino
y so
bre
eso
pred
ica,
si te
fal
ta tie
mpo
, le
es u
n pa
saje
por
aq
uí y
otr
o po
r al
lá, q
ue v
enga
bie
n al
tem
a...
Se marchó y así me dejó…
Llega el do
mingo, y todo
s están
mirándo
me
expectantes…
deseosas de oír lo qu
e iba
a decir.
Fielm
ente seguir el con
sejo de mi maestro, m
e leí la revista y m
e fijé
en un artículo que hablaba de (Isaías 53) y como una cinta casete
solté mi serm
ón… al term
inar, las viejecitas, todas ellas, m
e besaron
llenas de alegría, porqu
e seguro no esperaban tanto de m
í; pero yo
me fui a casa defraudado
y diciéndom
e:
- Si es así com
o se debe predicar, S
eñor, si eso es predicar, yo
lo dejo, no lo quiero…
Así de apesadum
brado
estuve uno
s días,
pesaroso y disgustado conm
igo mismo. Pero un día de esa semana,
haciendo
mi lectura diaria de la B
iblia, m
e encontraba leyendo
el
capítulo 15 de San Juan, que habla de la V
id verdadera. Me hizo
mucho
bien dicha lectura, y pensé:
- Si a mí me ha hecho
bien, tam
bién les hará a mis hermanos.
Así que arm
ado de tal pensamiento fui a la reunión
del dom
ingo, a
casa de la Sra. Á
ngeles.
En la habitación dond
e no
s reun
íamos, enfrente de la mesa qu
e no
s servía de pú
lpito, había una ventana que daba al patio y en él
había un
a fron
dosa higuera, la que me sirvió de bo
squejo. S
us hojas,
sus ramas, su raíz, etc., fui fijándom
e en ella y predicando
pensand
o como si la higuera fuera un
a vid…
No sé si lo hice bien o m
al, pero
me
sentí inspirado
y contento. Al term
inar, las
herm
anas me
volvieron a besar. Esta vez, m
e fui a mi casa satisfecho y diciéndo
le
a Señor:
- ¡Así sí m
e gusta predicar!
Pasaron
unas cuantas
semanas y
me
sentía agotado, era
demasiada carga para mí, ya no sabía qué decir en los Cultos, así que
le rog
aba al Señor que m
e la quitara.
D. Juan y D
ª B
árbara G
holdston
, misioneros am
ericanos, qu
e vivían en Madrid, nos visitaban unas cinco o seis veces en el año
.
43
Ellos pertenecían a la misión am
ericana TEAM la misma misión de
los Sres. A
erni. Al enterarse de la situación qu
e estábamos pasando
, contactaron
con
Juan José Vidal y
le acon
sejaron
se v
olviera
a Archena para hacerse cargo de la congregación
, qu
e ellos, de su
peculio, le ayudarían hasta don
de pud
ieran. Eso hicieron, pero igno
ro
el tiempo
que le estuvieron
ayudand
o ni la cantidad m
ensual que le
dieron
. Cuando vi al Sr. V
idal entrar a la casa de la Sra. Á
ngeles, sentí
un gran alivio y gratitud al Señor. N
o recuerdo
lo que le dije, pero de
alguna manera
le entregué el relevo al herm
ano, pero éste,
sabiam
ente m
e dijo:
- E
stá
bien
, per
o au
nque
yo
llev
e el
pes
o y
la r
espo
nsab
ilid
ad,
tú c
ada
dom
ingo
tie
nes
que
veni
r pr
epar
ado
para
dar
un
men
saje
…
Lo qu
e hice, h
asta el d
ía de ho
y.
D. Joaqu
ín Guerola Albaladejo de Barcelona, y
de la Asamblea
de la calle Pinar del R
ío, fue encomendado
a la Obra para servir al
Señor en Cartagena en el año
195
7. U
na vez en dicha ciud
ad, no
s hacía
frecuentes y
periód
icas visitas, sobre
todo
entre
semana,
dándon
os estud
ios bíblicos, con los que disfrutaba enorm
emente, y
de v
ez en
cuando, si h
abía algo
especial com
o presentacion
es o
bautismos, etc., la llam
aba y venía.
19.- LOS SRES. AERNI VIENEN DE VACACIONES
Los Sres. A
erni, vinieron
de vacacion
es a B
enidorm con una
tienda de camping, el verano de 195
7, y allí fuim
os m
ucho
s de los
creyentes a visitarles. Aprov
echand
o su estancia fueron
bautizadas
tres m
uchachas jóvenes: Anton
ia Lóp
ez, Joaquina M
orales y A
urora
Díaz, la
M
arqu
esa…
Despu
és, los Sres. Aerni se marcharon
al
pueblo de Beziers, do
nde tenían su ministerio. La comun
icación po
r carta era constante, pues ellos seguían teniendo puesto su corazón
en
España y muy
especialm
ente en Archena.
44
Sección
III
Extendiendo
el Eva
ngelio.
Francisco
Martínez. (Año
s 60
) 2O.- REUNIONES EN LA ALGAIDA
Com
o qu
iera que sentía pasión
y celo por las alm
as, dond
e se
me presentaba la ocasión y me abrían la pu
erta, allí iba a hablar del
Evang
elio.
Josefa A
bad Martínez, de 57
años de edad, era una dulce y
preciosa cristiana, la cual vivía en los casones que hay más arriba de
las escuelas, -h
oy C
asa
de C
ultu
ra- en la A
lgaida, la pedanía m
ás
grande de Archena y q
ue dista desde el pu
eblo com
o un
par de
kilómetros. Fui de soltero y seguí h
aciéndolo después de casado.
No recuerdo si la Sra. Josefa me invitó a ir a su dom
icilio o yo
le dije algo, el caso fue que era invierno y en la pu
erta del casón
y
tomando
el sol, les predicaba a las vecinas mientras ellas remendaban
calcetines, pantalon
es, etc., y en el verano, cuand
o apretaba el calor
la reun
ión
la teníam
os dentro del casón, en el que
había
una
agradable temperatura al ser cueva cavada en la m
ontaña, etc. E
ra
por el año
195
5 cuando
tenía 17
año
s de edad. De las vecinas, una de
ellas se destacó por la sed qu
e sentía y ham
bre de la palabra de Dios:
Encarnación Jim
énez Borreguero, dos año
s menor que la Sra. Josefa
y que llegó a aceptar al Señor com
o Salvado
r.
Muy cerca, vivía Mª Dolores G
il M
oreno, la
Villa
rosa
, de 60
años de edad, conv
irtiéndo
se al Señor por dichas fechas, fue un
a ferviente y fiel creyente, que despu
és venía a los Cultos de A
rchena
regularm
ente a pesar del rechazo al E
vangelio de la fam
ilia.
Recuerdo qu
e un
dom
ingo
de diciem
bre, estaba cayendo copo
s de nieve
y hacía
un frío horrible,
frío al qu
e no
estamos
acostumbrados en esta región, que ella, vino al Culto liada en su chal,
cuando
mucho
s que vivían cerca y en Archena, no vinieron
…
Más tarde seguí teniend
o reun
iones do
s veces a la sem
ana, en
la A
lgaida. Esta vez hacíam
os las reuníam
os en
casa d
e la S
ra.
Dolores M
oreno Abad, l
a O
jito
s, apo
do que le venía del marido.
45
Com
o no
era m
ucha la distancia desde Archena a dicha aldea, el
recorrido
lo hacía
andado
y
después
de casado
, también me
acom
pañaba m
i espo
sa hasta con los embarazos bien adelantados, y
siem
pre nos acom
pañaba el S
r. José
el C
apat
az.
Com
o todo
s los años, el día uno
de no
viem
bre, predicaba en
los cementerios civiles de Ulea y Archena, p
ero este año 197
3 con la
novedad, que en Archena habían derribado la pared intermedia que
separaba el cementerio mun
icipal del civil, lo que dio lugar para que
más personas escucharan el m
ensaje evangélico.
En junio de 197
4 nuestra mem
bresía era de un
os 40 miembros
comulgantes y teníam
os 5 reuniones sem
anales.
En junio de ese año escribía a las Asambleas qu
e comunicaban
con el Fondo
de Evang
elización, -Fon
do que reparte equitativam
ente
entre los Obreros lo qu
e recibe de las iglesias-: L
a Alg
aida
es
una
alde
a do
nde
hay
un g
rupo
de
crey
ente
s qu
e pe
rten
ecen
a la
igle
sia
de A
rche
na, p
ara
tene
r Cul
tos
de e
vang
eliz
ació
n. E
n es
te lug
ar, c
asi
todo
s lo
s añ
os te
nem
os la
ben
dici
ón d
e al
gún
conv
ertido
.
21.- SE INCIAN CULTOS EN ULEA
En Ulea, por el año 19
35 había un solo creyente, el tío Ángel
Yépez,
(tío
, en
vez
de
seño
r, e
s la
man
era
cariño
sa c
omo
en l
os
pueb
los
de l
a re
gión
de
Mur
cia
se s
uele
n llam
ar a
las
per
sona
s m
ayor
es) el cual lucía un
a herm
osa barba, barba que parte de ella le
fue arrancada con un
as tenazas de carpintero, después de la gu
erra,
por ser evangélico.
Después d
e la m
uerte de este singular p
ersonaje, do
s hijos
suyos siguieron su fe: José y Luisa Y
épez M
artínez; ella se casó con
Cirilo Carrillo Ram
írez y tuv
ieron sólo una hija la que pusieron po
r no
mbre Rosa. Estos venían cada dom
ingo a reunirse para los Cultos
en Archena, a la casa capilla de Ángeles M
engual López, y
lo hacían
andand
o los casi cinco kilóm
etros.
46
José Y
épez, e
l Abu
elito, en tiem
pos pasados fue un alcohólico,
siendo
sus borracheras continu
as, y el día que estaba sereno
, hablaba
como
si siempre estuviera ebrio. D
e vez en cuand
o, v
olvía a la
bebida...
Su casa era pequeñísima, de unos cuatro po
r cuatro m
etros,
allí estaba la cocina y el com
edor y cinco peldaños de la escalera
que cond
ucía a u
n par de d
ormitorios pequ
eños. La casa estaba
emplazada al pie de la m
ontaña de Ulea, y para ascender a la misma,
había qu
e subir un
a bu
ena cuesta. Cuesta qu
e hacía casi imposible
alcanzar la vivienda, cuando llovía, y
a que qu
edaba muy resbaladiza.
Todos los hijos estaban casados m
enos uno
que vivía en Francia. La
esposa estaba paralítica y con
valecía en la cocina-comedor...
Cirilo, su cuñado
, vivía en la calle Ram
ón y C
ajal, con un
a bu
ena casa, tenía un comedor m
uy espacioso. É
l era fuertote, a pesar
de su edad, p
ero tosco de carácter.
Un servidor llevaba m
eses orand
o al Señor para qu
e me diera
la opo
rtunidad de po
der celebrar Cultos en dicho pueblo. Nadie sabía
que yo estaba orando
por Ulea, ni A
urora mi p
rometida.
Un domingo del año 195
8 po
r la m
añana, despu
és del Culto de
comun
ión, José
el A
buel
ito m
e dijo:
- P
aqui
to, (no
se porqué, los de Ulea siem
pre me llam
aron así)
quie
ro q
ue v
enga
s a
mi
casa
a p
redi
car
el E
vang
elio
… (Siguió
hablando
pero no le escuchaba, porqu
e po
r dentro di un
grito tan
grande, qu
e no
sé como el hermano no lo oy
ó, pues decía a Dios:
¡¡Señor, n
o, en la casa de un bo
rracho
, no!! Aunqu
e en m
is oracion
es
nunca le dije a Dios, audiblemente, que me concediera la casa de
Cirilo, pero sí en mis pensamientos… José seguía habland
o y yo
ensimismado con mi lucha…
Despu
és recapacité y me dije: Estoy
orando
por U
lea, nadie lo sabe, y
el Abu
elito me da la oportunidad al
ofrecerm
e su casa…
¡Tú sabrás lo qu
e haces, Señor, porque si Tú lo
quieres, no seré yo qu
ien lo estorbe!
Así que terminam
os de hablar, quedam
os que tal día de la
semana iría. Fui en mi bicicleta y
el A
buel
ito había reun
ido a un
os
amigos y
me
vine muy feliz
a casa po
rque todo
s ellos habían
escuchado con mucha atención.
47
Por esas fechas trabajaba com
o panadero y las tarde las tenía
libres, p
udiend
o usarlas para tener Cultos y para hacer visitas y ver a
la nov
ia.
Resultó, q
ue por estar apartada la casa de la vista de la gente, al
encontrarse al pie de la m
ontaña, adem
ás había m
uy poca luz en la
calle…
todo ello favorecía para qu
e, los hom
bres que venían pasaran
inadvertidos; algo q
ue h
ubiera sido
impo
sible en casa de C
irilo,
porque en esos días no
había libertad religiosa, d
e modo, que algun
os
varones se atrevieron a venir para escuchar el Evangelio, ya que les
resultaba ser muy atractivo
, porque cuand
o iban a m
isa, com
o se
decía en latín, no
se enteraban…
así que los cinco peldaño
s de la
escalera que había en la cocina-comedor, les servían de asientos para
los qu
e venían a la apartada casa de la m
ontaña.
Al poco tiempo
la espo
sa de José testificó conocer al Señor
como Salvado
r. E
n ese tiem
po m
e casé con
Aurora, quedándon
os
unos m
eses en Barcelona estud
iand
o con los Sres. Trenchard.
Al pasar los meses y los años, el grup
o fue creciend
o, y tuv
e la
necesidad
de llevar a
mi esposa en la motocicleta para que
se
acercaran mujeres, po
rque hasta el mom
ento, todo
eran varones los
que se reun
ían, arriesgánd
onos a
ser multado
s, porque entonces
estaba prohibido
llevar una person
a en una m
oto de 49 centím
etros
cúbicos.
Mi espo
sa cono
cía
a muchas mujeres de Ulea, po
r haber
trabajado con ellas en la fábrica de conservas E
l G
rillo, de manera
que al grupo se fueron
añadiendo también señoras…
Después d
ecidim
os d
e hacer las reun
iones cada sem
ana en
casas distintas, rotativam
ente, con el fin de poder alcanzar a otros
vecino
s.
Por ese tiempo
, ya habían varias fam
ilias conv
ertidas: V
icente
Rodríguez L
ópez, su esposa Delfina G
arro y sus cinco hijos, do
s casadas y los demás solteros; José Cascales Ayala,
el s
ordo
; José
Miralles Maure, su esposa María Jesús L
ópez y de los seis hijos
cuatro aceptaron
al Señor; Vicente M
iñano López, su espo
sa Carmen
López, de sus cinco hijos, sólo con
oció al Señor com
o Salvado
r su
48
hija Isabel;
Joaquín
Torres
Valero; Carlos
España
Abenza;
Ascensión Lóp
ez Abenza; etc.
En noviem
bre de 196
7 ya habían 18
miembros com
ulgantes y
varios para bautizar.
22.- CAPILLA DE ULEA
Pasaron
los año
s y la O
bra en U
lea fue creciend
o. H
abía un
buen grupo
de creyentes y muchos niño
s. U
no de los creyentes: José
Miralles Maure, tuvo necesidad de hacer obras de reform
a en su casa,
que se encon
traba entre do
s callejon
es (y ning
uno tenía mas de metro
y medio de ancho) en la calle Ram
ón y Cajal, 2
7 y al tirar un
tabiqu
e,
empu
ñó su moto y me vino a ver, m
uy emocionado
y contento. Entra
a mi casa y después de salud
arme me dice:
- P
aqui
to, ve
n a
mi ca
sa q
ue q
uier
o en
seña
rte
algo
. No me
dice el qu
é. L
e acom
paño
ignorando
lo
que me quería enseñar,
llegam
os a su casa y m
e dice:
- ¿
Qué
ves
? No le digo nada, p
orqu
e lo que veo era un mon
tón
de escom
bros, y
me vu
elve a decir:
- ¿
No
ves
una
herm
osa
capi
lla?
Y es qu
e, al tirar el tabique
quedó un
hermoso salón y al verlo, pensó dedicarlo, él y su esposa
María Jesús L
ópez al Seño
r, y así se hizo, llenado muy bien las
necesidades para las reun
iones.
Dieron, dicho m
atrimon
io, lo m
ejor de su casa para que allí se
celebraran los Cultos. Al saberlo los creyentes de Ulea, tod
os lo
s qu
e pu
dieron
y algún
que otro de Archena, con
mucha ilusión
hicim
os un
bautisterio
y ayud
amos en
los trabajos d
e albañilería y el 21
de
septiembre de 1969 inauguramos el local muy con
tentos de tener un
lugar digno do
nde tener las reun
iones.
Mientras tanto, un servidor, seguía teniend
o respon
sabilidad,
en los C
ultos de A
rchena, la A
lgaida y
Ulea y
alguna q
ue o
tra
reunión en casas. Estaba tan absorbido en tantas reuniones, que no
tenía
tiem
po para otros
menesteres, y
tuve qu
e plantearme
la
necesidad de dedicar to
do m
i tiempo
para el Señor y su Obra.
49
23.- PRIMEROS BAUTISMOS EN ULEA
El 22 de agosto de 19
71, celebram
os el prim
er acto de
bautismos, qu
e resultó
todo
un
acon
tecimiento, v
iniend
o muchas
person
as in
conv
ersas.
El 8
de octubre de 197
2 vo
lvim
os a tener bautismos
Por u
na carta escrita en jun
io d
el año 1
974
escrita a un
a Asamblea de Barcelona, entre otras cosas decía: E
n U
lea,
hay
una
pe
queñ
a Asa
mbl
ea d
e un
os 2
0 m
iem
bros
com
ulga
ntes
a p
esar
de
sufrir
una
san
gría
em
igra
tori
a ha
cia
Alic
ante
de
tres
fam
ilia
s co
n un
to
tal
de 8
mie
mbr
os co
mul
gant
es y
9 ni
ños. Ten
emos
4
Cul
tos
sem
anal
es.
Cad
a do
min
go p
or l
a ta
rde
esto
y co
n el
los
porq
ue s
e re
únen
dos
hor
as m
ás t
arde
que
en
Arc
hena
, y
cada
15
días
est
oy
con
ello
s en
el
C
ulto
de
C
omun
ión…
Pero
la em
igración fue
mermando la mem
bresía, de mod
o que, el do
mingo día
03 de
noviem
bre de 1996 se tuvo el últim
o Culto de la C
ena del Señor,
oficiado
por el maestro de escuela: José Antonio R
obles. A
sí que
para que no sintieran solos y po
r el bien de todos, se decidió que los
herm
anos de Ulea se reunieran en Archena, puesto que no es m
ucha
la distancia y todos los m
iembros que quedaban, tenían medios de
locomoción.
24.- REUNIONES EN LA SERRETILLA Y LA ANCHOSA
La
Serretilla
se encuentra
muy cerca
de la po
blación
de
Archena. Es un
mon
tículo lleno de casones, es decir: casas cueva
donde po
r varios m
eses m
antuve reunion
es. U
na anciana se conv
irtió
y al poco tiem
po se marchó con su hija que residía en Francia,
La Ancho
sa es un
grupo
de casas qu
e se hallan en m
edio de la
huerta. Fui m
uchas veces a predicar el Evang
elio a la familia del Sr.
Ruiz…
Don
de quiera qu
e veía interés allí estaba…
Cada vez estaba
más inv
olucrado
en tantas reuniones en la sem
ana, que m
i madre se
puso enferma y no veía la opo
rtunidad de po
derla visitar…
50
25.- JOSÉ EL CAPATAZ CUMPLE LOS 65 AÑOS
En el año
195
8 el Sr. G
arcía, fue retirado po
r su edad como
capataz de carreteras, viniénd
ose a vivir a su pueblo natal y a su casa
del O
tro Lao en Archena.
Desde que fue trasladado a la provincia de Alicante, nun
ca
volvió a reunirse con no
sotros en Archena ni d
urante sus vacaciones.
Su espo
sa m
urió en el año 196
0, y fue enterrada por el rito
católico rom
ano.
Me acuerdo qu
e sin cono
cer al Sr. José
el C
apat
az, p
or m
ucho
s años, estuve orando po
r él para qu
e volviera, y lo hacía, po
rque fui
contagiado por las peticiones que m
is hermanos hacían po
r él en cada
Culto de oración, además de hacerlo en sus casas. Los hermanos m
e hablaban m
ucho
y bien de él, por lo que no podía entend
er, ¿el po
r qu
é, siendo un
hermano tan fiel, aho
ra que estaba retirado
, no venía a
las reun
iones?…
26.- NOVIAZGO DE FRANCISCO CON AURORA
Aurora
Díaz
Mengual,
la
Mar
ques
a, era
una
muchacha
hacend
osa y vivaracha y yo intentaba por tod
os los m
edios, echarle
un cable, como se suele decir, a mi prim
o, A
ntonio Sánchez Q
uiles
para que se hiciera no
vio de ella. M
i primo po
r su timidez no le decía
nada a la joven, pero ésta, viendo
mi intención de juntarlos, hacía
todo lo posible por evitar que se prod
ujera dicho acercamiento, no
por nada, sino
porqu
e no
quería darle falsas esperanzas a mi prim
o,
pues ella con sus diecisiete año
s, estaba enam
orada de Paco, o sea, d
e un
servidor, hacía uno
s años, llevándo
lo en secreto, y lo disimulaba
muy bien…
Le hablaba y la elogiaba a mi pariente de Aurora, lo valiosa
que era como mujer y com
o cristiana, etc., tanto la ensalcé que, sin
darm
e cuenta fui y
o el q
ue m
e enam
oré de ella. ¿Cóm
o me di
cuenta? Fue del m
odo siguiente:
51
El jueves día 24 de ju
nio de 195
7, había Culto de oración y po
r fin mi prim
o logró sentarse al lado
de ella y cuand
o los vi juntos, en
vez de alegrarme, tu
ve celos…
enton
ces me dije:
- ¿Qué m
e pasa? ¡Pero si estoy com
pletam
ente prendado de y
por ella!
Sencillam
ente resultó que tanto alabé sus virtudes, que terminó
gustándo
me…
Así que, me propuse hablar con ella al día siguiente,
viendo
que a ella mi p
rimo no
term
inaba de convencerle.
Meses antes había
estado orando a
Dios qu
e, cuando me
enam
orara de una m
uchacha qu
e ella fuera la mujer de mi vida. Así
que oré antes y le dije al Señor:
- S
i ha
de
ser
Aur
ora
mi es
posa
, te
pido
Señ
or q
ue a
l pe
dirl
e si
qui
ere
ser
mi
novi
a, q
ue e
lla
dig
a qu
e sí
, y
si m
e di
ce q
ue n
o,
aunq
ue s
ea p
or tim
idez
o c
oque
terí
a, e
nten
deré
que
no
es la
muj
er
que
me
conv
iene
…
Y, con dichos pensamientos y en la con
fianza de lo que le
había prom
etido a Dios, fui a encon
trarla a la salida del trabajo…
La
saludo
y sin rod
eo algun
o le digo si quiere ser mi no
via…
Sabía que
así y de pronto, sin haber habido antes ning
una clase de galanteos,
era pedirle demasiado
… pero así fue.
Ella, esa m
añana, arreglando su cam
a, antes de ir al trabajo,
hizo la siguiente oración
: - S
eñor
, llev
o añ
os p
idié
ndot
e qu
e Pac
o se
ena
mor
e de
mí,
¿cuá
nto
tar
dará
s en
con
cedé
rmel
o? Y
aho
ra, ¡Paco está pidiénd
ola
en nov
iazgo!, como femenina, se vio tentada a darle algún pretexto,
pero pensó en la oración
de la m
añana y…
dio el sí…
Entonces le dije:
- N
o di
gas
nada
a n
adie
, no
sea
que
cul
pen
a tu
tía
de
lo
nues
tro,
esp
era
que
yo lo
diga
en
la r
euni
ón d
el d
omin
go p
ara
que
todo
s ve
an la
car
a de
sor
pres
a qu
e po
ne tu
tía.
Pues no
quería qu
e nadie pensara mal de la Sra. Ángeles, ya
que po
r su parte no había habido
ninguna especie de arreglo. A
sí
quedam
os.
52
Así se hizo, el dom
ingo
. Despu
és de la reunión, di la noticia
que Aurora y yo éramos nov
ios…
tod
os se sorprend
ieron, y ¡cómo
no! la tía también, y
a qu
e nu
nca antes vieron
en nosotros galanteos ni
cortejos de ningun
a clase, pud
iendo comprob
ar lo
s creyentes qu
e ella
no tuv
o nada que ver en nu
estro comprom
iso. Y
o tenía diecinueve
años, cuando no
s hicimos nov
ios y ella diecisiete.
27.- LA SRA. ÁNGELES VENDE LA CASA
Era a m
ediado
s del año 1958
, cuando
la Sra. Ángeles decidió
vender su casa. Ella tenía un
a fístula degenerativa en una nalga y
debía op
erarse y, com
o no
poseía haberes para p
oder h
acerlo y
apremiaba el tener qu
e ser intervenida, sintiéndo
lo m
ucho
, decidió
venderla, ya que era lo único que tenía…
Al saberlo los creyentes,
quedam
os desolados, po
rque la pregun
ta era: Si
la
vend
e, ¿
a dó
nde
nos re
unirem
os? De manera qu
e estábamos m
uy preocupados.
Por esa fechas, vinieron a visitarnos, como ellos solían hacer,
los Sres. G
oldston, los m
isioneros, y les con
tamos el prob
lema, al
cual ellos le dieron solución…
Com
praron
la casa en 75.000
pesetas,
para pagarla poco a po
co dando
un dinero a cuenta cada m
es, con el
fin
que
la Sra. Áng
eles tuviera
lo suficiente y
ellos
pudieran
hacerlo…
Sabem
os que los Sres. G
oldston no lo hicieron
por el logro de
aprovecharse de la ocasión
y así tener una casa en propiedad, sino
qu
e actuaron
de ese mod
o para pod
er ayudarnos a salir del atolladero
donde no
s encontrábamos, po
rque una vez terminada de com
prar la
casa n
os la ofrecieron
a la pequ
eña iglesia para q
ue n
osotros la
volviéramos a com
prar…
lo que hicim
os con
mucho
s sacrificios.
La Sra. Á
ngeles al saber que la casa sería en un futuro para los
creyentes, la vendió a mitad de precio.
Después de algún tiem
po dijim
os a la Asamblea que teníamos
que recuperar la casa comprándosela a los Sres. G
oldston. A
sí que
las prim
eras m
il quinientas pesetas que entregam
os fue el uno de
abril de 1959. La mayoría de la con
gregación se com
ponía de viudas
y gente sin recursos, algun
as de ellas dijeron:
53
- ¿
Qui
én la
verá
pag
ada?
¡El Señor no perm
itió que ninguna
de esas viejecitas m
uriera sin ver q
ue la propiedad ya era d
e la
iglesia! L
a deud
a se fue amortizand
o poco a poco y se terminó de
pagar el 26 de noviembre de 1967, a D
ios gracias; a los nueve año
s después de ser vendida.
28.- EL SR. GARCÍA VUELVE A LOS CULTOS
A primeros del 1961 el Sr. Guerola, q
ue nos visitaba un
a o do
s veces cada m
es, quitó los precintos de la gran cortina que dividía la
entrada
de la casa con
el salón
de Cultos, y
una vez
quitados
empezamos a reunirnos en la capilla, dejando de juntarnos en la
habitación pegada al patio. Tam
bién n
os propuso
de tener un
os
Cultos especiales de Evangelización, los cuales se llevaron a cabo
a
prim
eros de junio de dicho
año. Los tiempo
s de la dictadura iban
cediendo
. Joaquina de Morales se encontró por una calle de Archena al
Sr. García y hablando
con
él le invitó a venir a lo
s Cultos qu
e íbam
os
a tener de evang
elización, entregánd
ole la invitación qu
e para la
ocasión habíam
os impreso. É
l aceptó y cuando llegó el día vino y
disfrutó m
uchísimo en to
das las reun
iones qu
e se celebraron.
Después haber celebrado
de los Cultos de evangelización, el
siguiente do
mingo por la tarde, antes de em
pezar la reunión, no
s pidió el Sr. G
arcía decir un
as palabras a la con
gregación, le dijimos
que no
había ningún inconv
eniente, pero qu
e habían personas en ese
mom
ento que eran simpatizantes y no entend
erían sus palabras, qu
e lo dejara para el siguiente dom
ingo
por la m
añana en el q
ue to
dos los
congregados éram
os m
iembros com
ulgantes, que entonces dijera lo
que
tuviera
que
decir. Así lo hizo. Cuando
la reun
ión
acabó,
anunciam
os que el Sr. José el C
apataz quería decir unas palabras…
él, con
lágrim
as en los ojos y m
uy emocionado
dijo:
- Q
ueri
dos
herm
anos
, qui
ero
pedi
ros
perd
ón p
or los
vei
ntid
ós
años
de
sile
ncio
…
Yo,
al ig
ual qu
e el
hijo
pród
igo,
de
la p
aráb
ola
del c
apítul
o qu
ince
del
Eva
ngel
io d
e S.
Luc
as…
he
estad
o co
mie
ndo
alga
rrob
as,
todo
s es
tos añ
os, t
enie
ndo
abun
danc
ia d
e pa
n…
54
Para todo
s los reun
idos, fue un día de m
ucho
gozo. N
unca m
ás
dejó de asistir a las reun
iones, hasta el d
ía de su m
uerte.
Después de dicha experiencia, con
los C
ultos especiales, los
herm
anos perdim
os el miedo
, y, a
pesar de no
haber libertad
religiosa, seguimos reuniéndo
nos, com
o si la hubiera, cada domingo
y cada jueves, e inclusive el día un
o de nov
iembre, en el cem
enterio
civil, po
r la tarde celebrábamos un Culto y repartíam
os Evangelios y
tratados a to
dos los qu
e se acercaban a dicho
cem
enterio civil.
29.- SE CASA FRANCISCO MARTINEZ
Fue en
el año
1962, no
teníam
os libertad religiosa pero se
barrun
taba que venían tiem
pos de m
ayor apertura.
Año
s atrás, hermanos nuestros de tod
a España, cuand
o querían
casarse, los d
ocum
entos qu
e pedían p
ara el casam
iento
civil,
se
eternizaban tanto, que a veces pasaban año
s sin conseguirlos...
Tam
bién era
obligatorio, para poder contraer matrimon
io,
renunciar ante el cura, d
e la religión católica, solam
ente aqu
ellos qu
e estábamos bautizado
s con dicho rito. Muchas veces fue causa de
testim
onio dicha renun
cia. L
a citada obligación fue im
puesta para
hacernos vo
lver al seno de la santa
madre iglesia…
esa
era
la
finalidad.
Por dicha
tardanza en los
casamientos civiles, nosotros
empezamos a
arreglar papeles
a prim
eros de año, ya qu
e pensábam
os casarno
s religiosam
ente para el m
es m
ayo. ¿Por qué en
el mes de mayo?, po
rque en dichas fechas se celebrarían
las
Conferencias en Barcelona, qu
e entonces se hacían cada tres año
s y
nunca había estado, p
ero sí ib
a cada año a las de M
adrid, que siempre
coincidían con
la sem
ana y fiesta del Pilar, d
oce de octubre.
Aurora
y yo decidimos, qu
e si antes de mayo
nos venía
aprobado
el expediente, igualm
ente nos casábam
os por lo civil, no
fuera qu
e al atrasarlo tu
viéram
os problem
as…
El cura nos llamó al saber de nu
estro casamiento, de lo que m
e alegré pensando
testificar delante
de él, pero grande fue
mi
desilusión porqu
e no
s dio el escrito de renu
ncia sin ninguna clase de
55
pregun
tas…
Así que n
os v
ino aprobado
el matrimonio civil, no
s casamos el 30
de marzo de 19
62, p
ero religiosam
ente nos casam
os el
21 de mayo del m
ismo año.
Param
os nuestra vivienda en la casa de la Sra. Áng
eles, tía de
Aurora y dond
e se celebraban las reun
iones.
Para dicho evento, como es habitual, hicimos nuestras tarjetas
de inv
itación con el nom
bre de nuestros padres, el nuestro, la hora y
el lugar, que naturalm
ente era en la Iglesia Evang
élica de A
rchena,
Calvario 13.
Llegó el día del enlace, y temprano me fui a la capilla para
ayud
ar a decorar el salón, por dos razon
es: 1ª.- P
orque eran m
uy
pocos los jóvenes qu
e en aqu
ellos mom
entos habían en la A
samblea,
y la 2ª.- Porqu
e los po
cos estaban trabajando
, ya que nos casábam
os
un lu
nes.
A las 10
de la m
añana me dirigí a m
i casa para vestirme,
porque la bod
a era a las 11
. Al llegar a casa m
i padre m
e dijo:
- H
a ve
nido
un
policí
a m
unic
ipal
par
a qu
e va
yas
a ve
r al
Sr.
Alc
alde
. Me acerco a la Caja de A
horros de Alicante y Murcia, que
estaba m
uy cerca de mi casa, d
onde el Alcalde, D
. Mario Tárraga era
su director, llam
o a su despacho y me dice:
- A
dela
nte…
Al entrar veo dos núm
eros de la G
uardia C
ivil
sentados en un
sofá…
y el A
lcalde, amablemente m
e pregun
ta:
- ¿
Es ci
erto
que
hoy
te c
asas
? - Sí, es cierto. M
e caso a las 11
de esta m
añana.
- ¿
Tú
sabe
s qu
e te
han
den
unci
ado
y qu
e no
pod
rás
cele
brar
la
bod
a?
Entonces
uno
de los
guardias me
enseña do
s de mis
invitacion
es y dice:
- Nosotros estamos aquí po
rque el cura, es decir, equis
person
a, (hizo com
o si se hu
biera equivo
cado
) lo ha denu
nciado
y
nosotros tenemos que dar con
testación a nu
estros sup
eriores…
Claramente se veía que estaban tod
os incóm
odos ante dicha
situación. El A
lcalde añadió…
- ¿
Por
qué
no
te c
asas
en
Car
tage
na?
- ¿Por qué? ¡Porque soy de Archena y aquí m
e he de casar!
56
- P
iens
a qu
e cu
ando
se
ente
re e
l G
ober
nado
r te
san
cion
ará
y un
a m
ulta
de
él e
s po
r lo
men
os d
e 20
.000
pes
etas
. Al o
ír la palabra Gobernador, les dije:
- El Gob
ernado
r sabe de nuestras reuniones y del lugar don
de
las hacemos, po
rque hace algún tiem
po le escribim
os una carta de
cortesía in
dicánd
ole, dón
de, cuando, el lugar, d
ías, horarios, etc.
- ¿
Es
cier
to? -D
ijo el A
lcalde com
o viendo
una solución-
¡Ent
once
s m
árch
ate
que
vam
os h
abla
r co
n él
por
tel
éfon
o y
lo q
ue
diga
har
emos
! Me vo
y a casa y empiezo a vestirme, y cuand
o llevo la cam
isa,
el pantalón y los zapatos pu
estos, m
e vu
elven avisar para qu
e vaya a
la C
aja de A
horros. Cuando llego, veo parte de un
as sotanas negras
por la puerta de atrás, así qu
e cuando
llamo, tardan un buen rato en
abrirm
e, p
ues el cura estaba d
entro
del despacho
, igno
ro lo
que
hablaron
, pero eso lo dejo a vu
estra im
aginación. Cuando me abren y
entro al despacho, el Alcalde al verm
e medio vestido de no
vio me
dice: - H
ombr
e, P
aco,
veo
que
no
pier
des el
tiem
po…
- Com
o le he dicho me caso a las 11 de la mañana y po
co
falta…
- H
e ha
blad
o co
n el
sec
reta
rio
del G
ober
nado
r, p
orqu
e és
te se
halla
en C
arta
gena
ina
ugur
ando
no
se q
ué, y
él m
e ha
dic
ho q
ue o
s po
déis
cas
ar, pe
ro q
ue n
o ha
gáis a
lard
e de
muc
ho r
uido
y p
ompa
…
Pienso qu
e más bien era indicación
del cura, así que le con
testé:
- M
i futura esposa vive en la m
isma casa don
de m
e vo
y a
casar, así que poco bu
llicio voy a rem
over…
El A
lcalde m
e dio la m
ano, diciéndom
e:
- Q
ue sea
s m
uy fe
liz, y
¡qu
e se
a en
bue
na h
ora,
Pac
o!
Nos casam
os y nos fuimos de viaje de nov
ios a Barcelona,
pudiendo
estar en las Conferencias qu
e en esos días se celebraban
con estudios bíblicos. Por la mañana, el estudio se hacía, bien en la
Avenida. Marqu
és del D
uero, o Mistral, etc., y po
r las no
che en la
calle Teruel, 22
.
D. Joaquín Guerola, sin consultarnos, arregló con D. Ernesto
Trenchard, u
n misionero in
glés que llevaba mucho
s años en España y
un Maestro en las
Sagradas
Escrituras, qu
e no
s quedáram
os a
57
estudiar con él. Cuand
o D. Joaquín no
s lo com
unicó, no no
s agradó
lo que hizo, pero después, pensánd
olo, decidim
os quedarnos, para
estudiar la do
ctrina bíblica m
ás profundam
ente, po
rque, realmente, a
mi esposa y a mí, no
s gu
staba estudiar la Palabra, y ya que estábamos
emancipados y nadie mandaba en no
sotros, acordam
os en qu
edarno
s.
30.- NUESTR HIJO ABEL Y LOS SRES. AERNI
Cuando no
s vinimos de Barcelona, me busqué trabajo en las
recién empezadas ob
ras de la Estación Depuradora de agu
as del río
Segura, m
uy cerca de la Sierra La Espada en el término de M
olina de
Segura, desde los principios y hasta el final, como encofrador, dicha
estación
abastecería de agua potable a m
ucho
s pu
eblos de M
urcia.
Recuerdo qu
e cuando
fui a pedir trabajo en la oficina de la
empresa constructora, m
e rechazaron
… y m
e im
aginé que fue po
rque
mi tez era blanca, bien vestido y afeitado…
así que estuve cuatro días
sin afeitarm
e y volví a la m
isma oficina y al m
ismo encargado y
enseguida me dieron
empleo…
Nuestro hijo Abel nació el 26 de agosto de 196
4 y esperam
os
que llegaran los Sres. A
erni de vacaciones a España desde Francia,
para que D. Juan presentara a nuestro hijo. Así que tenía nu
estro niño
muy po
cas
semanas, cuando
fue
presentado
al Señor, fue
en
septiembre de ese año
. Después, p
or varios años estuv
e como panadero en la panadería
de m
is tías, Josefa y Teresa Martínez Sánchez, hi
jas
de la
tía
Juan
a la
del
Pan
. De allí nos fuimos a Fortuna.
31.- NOS VAMOS A FORTUNA (MURCIA)
A primeros de no
viem
bre de 196
5, con
el deseo de abrir obra
pionera en F
ortuna, pu
eblo que está a 18
kilóm
etros de A
rchena,
58
alquilam
os una panadería en la calle de la Purísim
a de dicho
pueblo,
con su m
aquinaria y clientes.
Por aqu
el enton
ces, lo
s panaderos no teníam
os ni u
n solo día de
descanso, po
rque hacíamos pan tod
os los días, inclusive los festivo
s y
también los domingos, y
nosotros qu
e queríamos predicar el
Evang
elio a
los
fort
uner
os,
teníam
os qu
e em
pezar
por
dar
ejem
plo…
Así que desde el miércoles hasta el sábado
de la primera
semana de con
tacto y venta con el público, em
pezamos a advertir a
nuestra clientela qu
e el d
omingo cerraríam
os la panadería y
que
abriríam
os el negocio el lun
es, que si el lunes no
venían a comprar
pan, po
rque el do
mingo lo compraron
en otro ho
rno, lo
entend
eríamos.
En
aquel tiem
po n
o había en las casas d
e los trabajadores
frigoríficos, d
e modo qu
e pu
dieran con
gelar el pan…
Nosotros no sólo
hacíam
os p
an m
oreno
y blanco, también
elaborábam
os pan de Viena, m
agdalenas, m
onas, etc.
De mod
o que el domingo
lo pasábamos en Archena y en Ulea
teniendo
las reunion
es y por la noche nos veníam
os a Fortuna, y po
r fe encendimos el h
orno
y amasam
os el p
an…
Los for
tune
ros fueron
muy amables y generosos con nosotros,
de tal m
anera qu
e en v
ez v
ender menos, el n
egocio p
rosperó
y tuvimos que m
eter a dos jóv
enes panaderos y tam
bién por las tardes
nos venía a trabajar un confitero. Y
o me dedicaba a llevar pan a las
tiendas en días alternativos en Ram
bla Salada, L
a Garapacha, Las
Casicas, C
aprés, Fuente Blanca…
Tod
o el tiem
po que estuvimos en
dicho
pueblo, todos los
domingos cerram
os la panadería y
confitería. No
niego
que no
s vimos tentado
s a coger a un
a muchacha para que los dom
ingos no
s vendiera con
fitería, pero recordam
os que: Seis días trab
ajarás, y
harás tod
a tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehov
á tu
Dios; no hag
as en él ob
ra alguna, tú ni tu hijo, ni tu hija, ni tu
siervo
, ni tu criad
a… (Éxo
do 20. 9-10) Así que desistimos.
Tod
avía no sé si era Dios quien nos bendecía para prob
arno
s o
era el D
iablo para desviarno
s… el caso que el negocio me tenía
cogido
todo el tiempo
y el gusanillo de querer prosperar más y m
ás,
me estaba entrando…
59
Aurora, m
i espo
sa era m
uy buena con
el trato con el púb
lico
como
también una
inmejorable relacion
es públicas… En
poco
tiem
po nos hicim
os de una bu
ena clientela y mi esposa se hizo una
buena panadera, tanto qu
e ella lograba m
eter al ho
rno grandes panes
de m
asa, con
sus pequeñas manos…
algo qu
e yo nunca lo hubiera
imaginado.
Un día, despu
és de haber dejado el pan y du
lces en Fu
ente
Blanca, la aldea más lejana, para mí, desde Fortuna, situada en las
estribaciones de la Sierra
de la Pila, bajando
con
mi furgon
eta
Citroën dos caballos y orando
por la carretera llena de piedras y de
baches, m
e preguntaba:
¿Par
a qu
é vi
ne a
For
tuna
, par
a ha
cerm
e ri
co, o
par
a pr
edic
ar
el E
vang
elio
? ¿Y
qué
es
lo q
ue e
stoy
hac
iend
o? E
nton
ces
le d
ije
al
Seño
r, ¡s
ácam
e de
es
ta in
certid
umbr
e! Si
cu
ando
lleg
ue a
la
pana
derí
a qu
edan
sin
ven
der
10 p
anes
mor
enos
de
un k
ilog
ram
o, 1
7 ba
rras
de
med
io k
ilog
ram
o, y
3 r
ollo
s. N
i un
o m
ás y
ni un
o m
enos
, en
tend
eré
que
debe
mos
de
mar
char
nos de
jand
o el
neg
ocio
…
Llego a casa y le digo a mi esposa:
- A
uror
a, c
uent
a lo
s pa
nes
que
qued
an d
e un
kilog
ram
o m
oren
os… Ella
sin
saber qu
é pacto
había
hecho
con
Dios, me
contestó:
- ¿Es qu
e no
sabes contar? ¡Cuéntalos tú, que estoy m
uy
ocupada!
- P
or f
avor
, m
ira
y ve
cua
ntos
que
dan…
Los cuenta y me
dice: - D
iez solamente.
- ¿
Y b
arra
s de
med
io k
ilog
ram
o, c
uánt
as?
- Pues diecisiete…
- Y
rol
los, ¿
cuán
tos ha
y?
- Sólo tres… M
e acerco a m
i esposa y le digo:
- A
fina
les de
mes
nos
vam
os…
Ella sobresaltada m
e dice:
- Pero, ¡qu
é dices!, ¡cómo estás!…
Le vo
lví a decir:
- T
ú y
yo,
¿a q
ué v
inim
os a
est
e pu
eblo
y q
ué e
s lo
que
es
tam
os h
acie
ndo?
Y acto seguido le refiero lo qu
e en oración le dije
a Dios.
60
- L
o qu
e de
sde
hoy
tien
es q
ue h
acer
es
info
rmar
a n
uest
ros
clie
ntes
qu
e de
jam
os la
pa
nade
ría
y no
s m
arch
amos
a
nues
tro
pueb
lo p
ara
últim
os d
el m
es...
Así se hizo y
al final d
el m
es entregamos la llave y
nos
marcham
os el último día de m
arzo del año
1966. S
ólo estuvimos
cuatro m
eses en dicho pueblo y nos vinim
os a nuestro pueblo sin
tener trabajo, confiando
en
la m
isericordia del Señor. Mi espo
sa
pronto encon
tró trabajo en la fábrica de con
servas L
a Chu
la, p
ero yo
estuve trabajand
o en la hu
erta con un moto-cultor y unos meses m
ás
tarde tuve empleo en la Caja Rural en Archena, en noviem
bre de ese
año.
32.- ENCOMENDACIÓN DE LOS SRES. M
ARTÍNEZ
En noviem
bre de 196
6 me coloqué en la recién inaugurada
Caja Rural de Murcia y después de llevar un
tiempo
en las oficinas,
decidieron m
andarm
e a vend
er y con
tabilizar el alm
acén de abon
os.
Al p
rincipio llevé el horario de la banca. E
ntraba a las 8 de la m
añana
y a las 2 de la tarde cerraba. Pero me causaba vergüenza el que los
agricultores m
adrugaran y me esperaran a la puerta del almacén para
que le abriera y los despachara…
Así que sin que nadie m
e obligara
y, nada recibiera a cambio, m
adrugaba para servir a los hortelano
s,
quedándo
me hasta el ano
checer… llevando
el h
orario de la huerta.
Eran
tantas las obligaciones qu
e me había im
puesto en
el
trabajo: de sol a sol, como con tantas reunion
es en diferentes lugares,
que me faltaba tiem
po para po
der visitar a los enferm
os y a m
i propia
familia, q
ue tu
ve que to
mar una decisión.
En acuerdo y en con
form
idad con
los A
nciano
s de A
rchena, d
e Cartagena y responsables de U
lea, el 28
de febrero de 1970, m
e despedí del trabajo en la Caja Rural y fuimos encom
endados. Y
a teníam
os tres hijos: A
bel, Sam
uel y
David.
Com
o todo
s los años, el día uno
de no
viem
bre predicam
os en
los cementerios civiles de Archena, Ulea y Villanu
eva del Segura.
61
Pero este año
1973, con
la nov
edad que en Archena habían derribado
la pared intermedia que había con el cementerio municipal, uniend
o los do
s cementerios el Civil y el Mun
icipal, lo que dio lug
ar a que
más personas escucharan la predicación
. En junio de 197
4 nuestra mem
bresía en Archena era de un
os
40 m
iembros com
ulgantes y teníam
os 5 reuniones sem
anales.
Los años 1975
y
1976
se pasaron
con
la inercia
prop
ia,
teniendo
Cultos, además de Archena, tam
bién en la Algaida, Jum
illa,
Molina de Segura, Ulea y Yecla.
33.- BOLETÍN INFORMATIVO
El domingo día 13 de febrero de 19
77, nació nu
estro
Bol
etín
In
form
ativ
o, con
el prop
ósito, no sólo de dejar im
presa la historia de
nuestra Asamblea, semana a semana, sino
también p
ara que los
jóvenes estuvieran ocupado
s, sin darme cuenta que ellos ya tenían
bastante con
sus estud
ios y trabajos, d
e mod
o que a mí m
e tocó hacer
el trabajo.
La idea surgió, porqu
e alguien nos dio un
a sencilla formula
para tener una im
pren
ta c
aser
a… Con
sistía en hacer una gelatina con
cola de pescado, azúcar, glicerina y agua. D
icha m
ezcla se cocía al
baño
mar
ía y despu
és se derram
aba en dos bandejas y cuando
el
líquido
se enfriaba, qu
edaba
una
pasta
gelatino
sa en la qu
e pegábamos el cliché al alcoho
l ya escrito, en la ind
icada gelatina. Le
pasábamos varias veces
las
manos por el cliché y
después
lo
despegábam
os, qu
edándo
se im
presas las
letras en dicha
masa.
Despu
és pasábam
os los folios sobre ellas pasánd
oles las m
anos y se
quedaban impresas en los folios tod
o lo escrito en el cliché. Por cada
folio
que pasábamos la tinta se iba d
esgastando
, de m
anera qu
e po
díam
os estampar
hasta
el máxim
o de cuarenta folios,
los
suficientes para nuestra con
gregación.
En el primer núm
ero se colocó una po
esía, qu
e no
recuerdo
quien la com
puso y que rezaba así:
Nue
stro
cor
azón
jove
n
62
Va
aquí
env
uelto,
En
este
peq
ueño
pap
el
Que
qui
zá n
o es
té b
ien
hech
o.
Lo
dam
os sin
cob
rar na
da,
Tóm
enlo
de
buen
a fe
Tóm
enlo
de
buen
a ga
na.
No
busc
amos
el d
iner
o,
Los
elo
gios
, ni e
l fav
or,
Bus
cam
os sól
o un
a co
sa:
SERVIR
A L
A IG
LESI
A D
E D
IOS.
En
él colocábamos los anun
cios, decíam
os cómo
iban los
enferm
os, las ho
ras trabajadas en la construcción de la capilla, que
por cierto, fueron un total de 7.200
que a un prom
edio de 39
5 Ptas.,
la hora, nos aho
rram
os nada más y m
enos que la cantidad de
dos
millo
nes
ocho
cien
tas
cuar
enta
y c
uatro
mil p
eset
as,
(2.8
44.0
00.—
Pta
s.) La verdad es qu
e se echaron
más del doble de ho
ras, por la
siguiente razón: El trabajo de tres mujeres las contaba com
o el de un
ho
mbre, es decir si las tres mujeres habían trabajado cada una tres
horas, sólo contabilizaba tres horas y no nu
eve. Los pocos días qu
e trabajaron los albañiles en
poner el p
iso, la escalera, enlucir los
techos, etc., se les pagó en el año 19
78 a 395
Ptas., la hora, de ahí
sacamos el p
romedio.
El
domingo día
11 de enero
de 1981
, estrenam
os la
multicopista qu
e no
s regalaron los herm
anos d
e la iglesia d
e La
Florida de L`H
ospitalet de L
lobregat, (B
arcelona) que aunque era
manual, nos liberaba de hacer cada sem
ana la gelatina para imprim
ir
el Boletín y además pod
íamos hacer m
ayor tirada.
Por la bon
dad del Señor, el B
oletín to
davía perm
anece saliendo
fielmente cada semana.
63
Sección
IV El n
uevo templo. (Año
s 70
)
34.- SE VENDE LA CASA-CAPILLA
El día 30
de septiembre de 197
2, com
pram
os un solar a D.
Andrés Banegas C
revillén, qu
e todavía era hu
erta, y con un
albañil,
un peón
y yo, en año
y m
edio hicim
os nuestra casa, con
varios
préstamos, qu
e poco a p
oco
pagamos…
y en m
ayo
de 1
974
nos
trasladamos a la nu
eva casa con nuestros cuatros hijos, teniend
o la
menor, Rebeca Aurora, nueve m
eses y tam
bién con ellos la Sra.
Ángeles; d
ejando
sin ocupantes la casa capilla.
Se decidió tirar, la casa y hacer un local nu
evo, porque era
inútil seguir haciendo
reformas que a lo
s po
cos años estábam
os ig
ual.
Todos estuvieron de acuerdo
, pero después se pensó, sabiamente, q
ue
vendiénd
ola po
dríamos com
prar u
n solar y
nos ahorraríam
os los
jornales del derribo, etc.
En febrero de 197
6 acordamos de ir ahorrando
algún
dinero
para algún gasto imprevisto que pud
iera surgir y también para po
der
construir alguno
s nichos en el C
ementerio Civil. Para hacer dicho
ahorro pusim
os un cepillo y a la vez, cada persona o fam
ilia se
apuntaba volun
tariam
ente a dar lo
que pud
iera m
ensualmente.
El día 1 de febrero de 19
77 vendimos la casa y ese mismo día
compram
os el solar en la misma calle do
nde term
inaba el pueblo y
seguía la hu
erta, el cual era mucho
más grand
e, m
ás cuadrado y
mejor situado. De
este mod
o no
tuvimos que
demoler la casa,
econom
izando
el derribo de la misma y a la vez quedó a nuestro
favor, entre la venta y
la com
pra, la nada d
espreciable cantidad
de137.50
0.—
pesetas.
Nuestros
pensam
ientos era
hacer, en el nu
evo
solar, do
s plantas, y
por cada planta do
s pisos, y
el bajo para capilla. Y
sufragarlos po
r medio del M
inisterio de la Viviend
a, con
las 30.00
0.-
pesetas que el gobierno asignaba al constructor po
r cada viviend
a, y
con las ganancias qu
e pu
diéram
os con
seguir, tend
ríam
os para vestir
el bajo sobradam
ente…
64
F
ui a M
urcia, a la capital, para ver a un arqu
itecto hijo de
Archena, D. José G
il A
tenza, a m
ediados de m
ayo de ese año, y le
expuse nuestros proy
ectos, y él m
e dijo que no po
dían llevarse a cabo
porque dichas gratificaciones habían sido canceladas… así que m
e qu
edé
helado
. ¿Q
ué hacer? Porqu
e hacer el local con
nuestros
recursos, era im
posible; con
tod
o, le dije al arquitecto que hiciera el
proyecto solo del local de la capilla. P
ero me dijo:
- N
o pu
ede
ser, p
orqu
e se
gún
los
plan
es u
rban
ístico
s de
Arc
hena
, en
esa
calle
se ti
ene
que
leva
ntar
tres
pla
ntas
…
- L
e dije, pero, ¿cómo puede ser, si en A
rchena cada un
o construye como puede y como quiere? Hay cuatro torres de pisos en
el pueblo desperdigadas un
a de la otra y al lado una casa de una o
dos plantas, y…
- E
sa h
a si
do la
caus
a de
reg
lam
enta
r y
urba
niza
r al
pue
blo,
po
rque
cad
a un
o ha
cía
lo q
ue q
uerí
a…
adem
ás n
o po
drá
edific
ar
una
capi
lla
si n
o es
tá e
n zo
na r
elig
iosa
… ¡Si antes me dejó helado
ahora me dejó petrificado!, diciénd
ome para m
is adentros: ¿
Mir
a qu
e, s
i de
spué
s de
ven
der
nues
tra
capi
lla,
aho
ra n
o po
dam
os n
i re
unir
nos? Después de mirar el arquitecto en uno
s libros m
e dice:
- H
a te
nido
sue
rte,
est
á en
zon
a re
ligi
osa…
Tragand
o saliva le
dije: - Si hacemos el local de C
ultos, de altura de seis m
etros y el
piso de arriba de tres m
etros, sin nada de tabiquería, ni aseos, sólo un
salón y nada de lujos, por la calle se vería un edificio de tres plantas,
¿cuánto nos costaría hacer los plano
s? D
. José hace números y m
e dijo:
- U
nas
110.
000.
—pe
seta
s y
el ed
ific
io un
os 4.
500.
000.
—pe
seta
s, ¡
ahor
a!, m
añan
a, tal
com
o va
n la
s co
sas
le c
osta
rá m
ucho
m
ás... En esos m
omentos teníam
os aho
rradas sólo 55
.000
.- pesetas,
porque las 137
.500.—
pesetas, de la venta de la casa y la com
pra del
solar, nos las darían cuando
hiciéramos las escrituras de la casa, qu
e todavía no estaban hechas. Le contesté:
- B
ueno
, haga u
sted los p
lano
s qu
e tenemos aho
rradas la
mitad…
- ¿
Qué
tien
en 2
.250
.000
.—pe
seta
s?
65
- N
o, no, ¡tenem
os la mitad para pagarle los planos!…
Parece
que lo estoy viendo echándose las manos en la cabeza y diciéndome:
- U
sted
está
loco
… ¿
a qu
ién
se le
ocur
re h
acer
una
obr
a de
ta
nto
dine
ro c
on e
sos a
horr
os?
- No se preocup
e, que usted cob
rará…
- ¿
Y q
uién
le v
a ha
cer la
con
stru
cció
n?
- Nosotros, ¿qu
ién si no?
- ¿
Qué
ent
re u
sted
es h
ay c
ontr
atista
s?
- N
o, ni tenemos dinero para dar la obra a un contratista…
Enton
ces seriam
ente m
e dice:
- ¡El h
acer
un
edific
io c
omo
el suy
o no
es cu
alqu
ier co
sa!, e
tc.
Me arengó, y
con
razón
, un mon
tón, y cuand
o paró de hablar, le dije:
- ¿Usted nos con
trataría la ob
ra sin recibir por nuestra parte
dinero? Esa es la razón
por la que haremos nosotros la obra, poco a
poco y conform
e podamos…
-
Bie
n, a
llá
uste
des, p
ero
le a
dvie
rto
una
cosa
: ¡N
o se
os
ocurra
ech
ar u
n gr
amo
de h
orm
igón
a la
cim
enta
ción
, sin
que
yo
vea
ante
s el
hie
rro
pues
to, s
i lo
hic
iera
, no
le
firm
aría
la
term
inac
ión
de
obra
y n
adie
se
la c
ertifica
ría!
- N
o se preocup
e, que así se hará, lo que usted pon
ga en el
plano y diga, eso será lo qu
e haremos…
A D
. José no le vi muy
convencido de lo que le dije…
con todo
me dijo:
- C
uand
o re
ciba
la n
otific
ació
n de
l Col
egio
de
Arq
uite
ctos
que
lo
s pl
anos
ya
pued
en r
ecog
erlo
s, p
ase
por
mi of
icin
a pa
ra q
ue le
de
un c
hequ
e co
mo
desc
uent
o.
D. José, m
e aguantó todas mis locuras, p
orqu
e mom
entos antes
me había confesado
que como arqu
itecto, siem
pre había deseado
hacer un
tem
plo, -claro está, católico rom
ano- pero que ahora se le
brindaba la ocasión
de hacer
uno
protestante, y
no la iba
a despreciar…
El 15 de junio del mismo año me avisan por teléfon
o que los
planos ya estaban
term
inados y
que
puedo
recogerlos. Al día
siguiente cuando
los pago y los recojo, reviso los plano
s y veo un
error de una viga qu
e se interpon
ía y
rompía
la simetría de la
fachada, y esa fue la causa de ir de nuevo
al estudio de D
. José para
66
decirle del error. Cuand
o me vio, pensó que venía por el cheque del
descuento, y se echaba m
ano al talonario, cuando le dije:
- D
. José no vengo por la bo
nificación
, prefiero qu
e lo haga al
final de la ob
ra que estarem
os m
ás apu
rado
s y no
s vendrá m
uy bien
su don
ativo.
- E
nton
ces…
¿A q
ue se
debe
su
visi
ta?
- Por este fallo qu
e he visto en la fachada…
Se lo enseño y me
dice: - T
iene
ust
ed to
da la
raz
ón. ¿
Y, c
ómo
se d
io c
uent
a?
- Porqu
e cuando era
soltero, estudié
por correspo
ndencia
Técnico de la Construcción y me do
y una idea de lo que se refleja en
los planos…
- B
ueno
, es
a fa
lta
la r
ectifica
rem
os d
uran
te la
cons
truc
ción
. Así quedamos y m
e marché.
El domingo día 20 de m
arzo de 1977
, tuvimos el último Culto
en nuestra capilla de la calle Calvario 13, y
trasladamos las reuniones
a nuestra casa en la calle A
lmazara, 11, teniend
o el dom
ingo día 27
el primer Culto.
Acomod
amos nuestro garaje y, junto con el patio, podíamos
tener las reun
iones, evitand
o pagar un
alquiler, m
ientras se edificaba
el nuevo
local, p
ues todo el dinero que se recogía era para cem
ento y
ladrillos…
Com
o es natural, todos sentimos cierta nostalgia el despedirnos
de esos viejos m
uros que por m
ás de 40 año
s no
s oyeron
cantar y
llorar…
como lo dem
uestran estas po
esías, com
puestas po
r herm
anas,
no po
etisas, pero sí nacidas del corazón, y
que
a continuación
transcribo
: POESÍAS: a) A NUESTRA CAPILLA…
Dolores Cam
puzano Rod
ríguez
Tod
os ju
ntos
a e
ste
luga
r
Un
adió
s qu
erem
os d
ar,
Don
de ta
ntas
vec
es a
quí
Nos
vio
llor
ar y
reí
r.
Y e
n es
te p
eque
ño h
ogar
Q
ue n
os h
a vi
sto
crec
er
67
Y q
ue ta
n di
chos
os d
ías
Hem
os p
asad
o en
él.
H
oy te
nem
os q
ue d
ejar
lo,
Gra
cias
a D
ios pa
ra b
ien,
Y q
ue c
on S
u gr
ande
ayu
da
Una
ca
pilla
más
gr
ande
ha
cer.
Aqu
í nac
ió n
uest
ra fe
Q
ue fu
ndad
a en
el a
mor
, U
n am
or sin
eng
año
Nac
ido
del S
alva
dor.
Aqu
í se
hici
eron
diá
logo
s
Poe
sías
, dra
mas
y o
raci
ón
Par
a pe
dirle
la fu
erza
En
la lu
cha
a nu
estr
o D
ios.
Era
n tiem
pos di
fíci
les
Cua
ndo
esta
cap
illa
se
abri
ó Y a
quí e
l div
ino
Eva
ngel
io
A la
s al
mas
se
les di
o.
Muc
hos de
aqu
í han
par
tido
Par
a es
tar co
n el
Señ
or,
Otr
os h
an fo
rmad
o ho
gare
s Y e
n el
los fe
lice
s so
n.
Per
o Se
ñor, te
ped
imos
Por
aqu
el H
ogar
cel
estial
El c
ual T
ú no
s ha
s pr
epar
ado
Par
a la
ete
rnid
ad,
Cua
ndo
junt
os, a
llá
cont
igo
Goz
ando
hem
os d
e es
tar.
b) A LOS VIEJOS MUROS DE MI CAPILLA
Aurora Díaz Mengual
Tú
sabe
s qu
e no
soy
poe
ta
Ni t
ampo
co e
scri
tora
Y m
ucho
men
os rec
itad
ora,
Per
o no
pue
do c
onse
ntir
Si
n an
tes de
cir
Lo
que
todo
s lo
s fiel
es
Sent
imos
por
ti…
Ref
ugio
her
mos
o ha
s si
do
Dan
do c
obijo
al c
rist
iano
Y a
l que
no
ha c
reíd
o.
¿Por
qué
no
amar
a tu
s pa
rede
s?
¿Aca
so la
Bib
lia
lo im
pide
?
“Por
que
mej
or e
s un
día
en
tus at
rios
Q
ue m
il fu
era
de e
llos
”
El s
alm
ista
dic
e.
Cua
ndo
tus m
uros
dej
emos
Los
jóve
nes sa
ltar
án d
e al
gara
bía
Per
o yo
no
podr
é ev
itar
, D
e m
i cor
azón
una
lágr
ima
roda
r D
e se
ntim
ient
o, p
ena
y al
egrí
a.
68
36.- SE INICIAN LAS OBRAS DE LA NUEVA CAPILLA
A m
ediado
s del mes de agosto del año
197
7, empezamos las
obras abriendo
los cim
ientos y al mes siguiente ya teníam
os tod
o el
hierro puesto en la cimentación
, listo para qu
e vinieran los cam
iones
con sus bombo
s llenos de ho
rmigón
para llenarlos. Y
tal com
o le
prom
etí al arquitecto le telefoneé y le dije:
- D
. José, ya tenemos los hierros puestos en la cim
entación
, le
aviso para que pueda venir a verlos, antes que m
añana los entierren
los camiones ho
rmigon
era…
En menos de un
a hora ya estaba en la obra, cogiénd
ome a mí
con
las tenazas, alambre y
óxido
en m
is m
anos, term
inando
los
últimos atados y
con
unos cuantos
rotos
en las
patas
de los
pantalon
es por lo
s continuos enganches de lo
s alam
bres…
- B
ueno
s dí
as, D
. Fra
ncis
co.
- B
ueno
s días, D
. José.
El arqu
itecto empieza a recorrer la ob
ra saltand
o las zanjas y
yendo de un lado para otro y yo pensaba qu
e algo no estaba bien,
cuando
tanto estaba tardando
. Por m
i cabeza pasó todo el hierro con
sus calibres. Pensé en las zapatas con sus diferentes gruesos, etc., de
modo
que estaba u
n po
co asustado, salgo
de la zanja d
e do
nde
estaba, cuand
o veo qu
e se acerca hacia mí, y me dice:
- E
sto
lo h
a he
cho
uste
d. N
o lo había hecho
yo solo, fueron
varios lo
s herm
anos que m
e ayudaron
, pero pensando
que algo estaba
mal, m
e eché to
das las culpas, y le dije:
- Sí…
lo he confeccion
ado yo... Y, p
ara sorpresa m
ía m
e dice:
- P
ues
le c
onfies
o qu
e de
sde
que
soy
arqu
itec
to, nu
nca
vi u
n ye
rro
tam
bién
pue
sto…
Respiré profundam
ente y di gracias a Dios.
¿Qué había pasado cuando tanto tiempo tardó
en ver la cim
entación
po
niéndo
me nervioso? ¡Se estaba recreando
viend
o, que tod
o lo que
había
diseñado
en los
planos,
allí estaba proyectado en la
cimentación!
Se marchaba muy satisfecho, cuando se vuelve y me dice:
- D
. Fra
ncisco
, me
perm
ite
que
le h
aga
una
preg
unta
un
poco
in
disc
reta
?
69
- Dígam
e.
- P
or q
ué q
uier
e llen
ar l
a ci
men
taci
ón c
on l
os c
amio
nes
horm
igon
era,
y n
o lo
hac
en u
sted
es, q
ue le
sal
dría
más
bar
ato?
- Por que aquí, en Archena, se construy
e muy
mal. C
uando po
r las tardes se term
ina la faena, la cim
entación
queda en rampa y eso
está m
uy m
al…
Y sin dejarme term
inar m
e dijo:
- Y
ust
ed, ¿
qué
haría?
. -
Terminaría la cimentación de form
a dentada, para
ensamblarla al d
ía siguiente.
- ¡M
uy b
ien,
así
se
debe
hac
er!
- Pero no
queremos ni eso, sino que pretendemos que en un
a ho
ra se queden cub
iertos tod
os los cim
ientos, para q
ue n
o halla
ningún
corte …
- S
igan
, sig
an a
sí, q
ue v
an m
uy b
ien…
La estructura del edificio la con
tratam
os en septiembre con los
carpinteros metálicos hermanos C
ano en 760
.000
.—pesetas, dando
como señal 20
0.000.—
Ptas., las ún
icas que teníamos, y el resto las
tendríam
os que abo
nar cuando
terminaran su trabajo. Q
uedamos de
acuerdo, porqu
e yo pensaba, qu
e la estructura la harían po
co a poco;
es decir: Pon
drían los hierros de la prim
era planta y cuand
o nosotros
term
ináram
os de cubrirla, ellos seguirían con
la segunda... Eso era lo
que yo pensaba, en m
i igno
rancia…
Una vez que les entregué el
anticipo
y firmado el con
trato, m
e dicen:
- D
entr
o de
dos
sem
anas
ten
dréi
s la
estru
ctur
a te
rmin
ada…
No les dije nada, pero qu
edé sorprendido y asustado y le dije al
Señor: - P
erdó
nam
e Se
ñor el
que
hay
a m
etid
o la
pat
a, p
ero
no q
uier
o qu
e po
r m
i to
rpez
a el
bue
n te
stim
onio
que
ten
emos
se
dete
rior
e.
Com
o se
a, d
anos
el d
iner
o pa
ra e
sas fe
chas
. No nos dio el dinero, y sin embargo pu
dimos salir airosos de
tal prob
lema. Q
ue, ¿qué pasó? Sucedió lo siguiente: El hierro sub
ió
tanto
el p
recio
en p
ocos d
ías, q
ue les costaba m
ás d
inero
a los
contratistas qu
e lo qu
e habíam
os estipu
lado, así que
estuvieron
bu
scando
por aquí y po
r allá, d
e mod
o que hasta mediado
s de febrero
del siguiente año
1978
no
la terminaron
de poner la estructura,
70
dándon
os D
ios el tiempo suficiente para pod
ernos recuperar y po
der
cumplir con el contrato. Terminaron
y, ¡cobraron!…
El trabajo lo hacíamos por las noches y los sábado
s po
r la
tarde. A
dichas ho
ras eran m
uchas las person
as que nos veían y les
impactaba el ver com
o ho
mbres, mujeres y jóvenes de am
bos sexo
s,
todos hechos una piña, estuv
iéramos trabajando a esas horas y cada
día. Cada semana en nuestro Boletín Informativo semanal, dábam
os
inform
ación
de los trabajos, con
la salvedad qu
e po
r cada tres
mujeres que ayudaban, sus horas eran contadas com
o el trabajo de un
peón, así qu
e las sumas de las ho
ras trabajadas fueron muchísimas
más. El total de ho
ras contabilizadas fueron un
total de 7.06
0.
Quedand
o a deber un
as 500
.000
.—Ptas.
Com
o qu
iera que la caspilla la hacíam
os nosotros, decidim
os
hacer bien ricas las masas de ho
rmigón
. Nuestra hormigon
era era un
a cubeta o pastera y m
anos con
azadas…
y nuestra grúa, una rueda de
motocicleta y lo
s brazos de mi h
ijo Abel enton
ces con sus 14
año
s.
Recuerdo que echand
o el hormigón
al piso del coro, fue un
sábado
, cuando
teníamos m
ás refuerzos. Cuando vi a D
. José que
había venido
para ver la o
bra, q
uedánd
ose sentado
en su
coche
vigiland
o la m
ezcla y después de un tiem
po de vernos trabajar se
marchó sin pasar a saludarnos. A
l sábado siguiente, subió al coro con
su m
artillito, proband
o aquí y allá y a cada golpe que daba, saltaban
chispas de fuego
, me llam
ó y todo satisfecho, m
e dijo:
- D
. Fra
ncis
co,
si a
lgún
día
este
luga
r se
lle
na d
e ge
nte,
au
nque
estén
cod
o ac
odo
y un
o en
cim
a de
otr
o, e
sto
no se
hund
e…
37.-
LOS
SRES.
AERNI
VIENEN
PARA
LA
INAUGURACIÓN
A últim
os de julio, del 1979, D
. José , el arqu
itecto, en una de
sus visitas a la obra, m
e comentó que no lo veríamos en todo
el mes
de agosto, porqu
e se m
archaba de vacaciones, sabiendo muy bien lo
mucho
que le faltaba para term
inar la capilla…
71
Los Sres. A
erni todo el dinero qu
e po
dían recog
er para ayud
ar
en la construcción nos lo mandaban desde Estados U
nido
s y dieron
un
total de 70
2.380.—
Ptas., y, com
o era natural,
ellos estaban al
corriente de los adelantos de la capilla y p
or m
i parte cometí el error
de anu
nciarles que para agosto tendríamos terminado el local; era
tanta mi ilusión de ver acabadas las obras qu
e les escribí qu
e qu
izá
para agosto del 1979
finalizarían…
nos escribieron
que para dichas
fechas vendrían
y el 7
de agosto aterrizaron
en Archena para la
inauguración
… Al v
er ellos las obras como iban se dieron
cuenta qu
e les faltaba para terminarlas muchísimo todavía, así que decidieron
marcharse para últimos de septiembre hacia Suiza para visitar familia
y am
igos y despu
és desde allí p
ara los EE: U
U…
Entonces reuní a lo
s responsables y les dije:
- S
ería una pena qu
e los Sres. A
erni se marcharan sin ver
acabadas las obras, d
e manera que tenemos que esforzarnos y acabar
e inaugurar antes de q
ue se marchen. Así q
ue escribí u
na carta
circular
a todas
las
iglesias
que
nos
habían
ayud
ado
económ
icam
ente, anun
ciándo
les
que
para el sábado día
29 de
septiembre de ese año
, inaugurábamos nuestra capilla. Escrito que
todos firm
amos.
Los m
aestros albañiles del pu
eblo, estaban adm
irados de ver lo
que
estábamos construyendo
sin
ser profesionales, y
cuando
se
enteraron de la fecha de la in
auguración
, me dijeron:
- P
aco,
te
has
deja
do lle
var
por
la ilu
sión
, pe
ro te
qued
a m
ás
de u
n añ
o de
trab
ajo…
No dudo
que tenían mucha razón en su valoración, pero el
Señor volvió a ser misericordioso conm
igo…
Com
o todo
s sabéis, aquí en Murcia llueve m
uy poco, pero ese
año, a primeros de septiembre llov
ió tanto que las huertas quedaron
inundadas po
r bastante tiempo
, y como la m
ayoría de los creyentes
eran agricultores, no po
dían trabajar, así que tod
os se vinieron
a la
obra para ayud
arno
s ya que en sus tierras nada pod
ían hacer…
Y
72
como era mucha la necesidad y la premura, trabajaron un
mínim
o de
diez horas cada día.
Los inv
itados empezaron a venir, algunos uno
s días antes y
pudieron
ver com
o estábamos enfrascados en los trabajos, p
ero el día
de la inauguración a las dos de la m
añana term
inam
os de poner los
bancos que los carpinteros de una em
presa particular apenas habían
term
inado
de barnizar, de mod
o que
los
trabajos finalizaron,
pudiéndo
se inaugurar en el día señalado…
de m
anera qu
e había un
a olor a pintura trem
endo
cuand
o comenzó la reunión
...
El arqu
itecto, cuando
vino a prim
eros de septiembre de sus
vacacion
es, no
pudo venir a supervisar la ob
ra por el mucho
trabajo
que se le había acumulado.
Uno
s días antes de la inauguración, fui a M
urcia para invitar al
arquitecto, a fin de qu
e viniera a la inauguración. Cuando le entregu
é el sob
re, se qu
edó todo
sorprendido
no creyéndose que la hub
iéramos
term
inado, y cuando salió de su asom
bro me dijo:
- ¡
Cla
ro q
ue i
ré!, a
no
ser
que
pase
una
des
grac
ia e
n m
i ho
gar, ¡cl
aro
que
voy!
-
A la vez le d
ije: Q
ue sepa de antem
ano, q
ue ahora n
o po
demos pagarle la dirección
de ob
ra, p
ero seguro que cob
rará…
- N
i te
preo
cupe
s ni
te q
uite
el s
ueño
, ya
me
paga
réis
. 38.- INAUGURACIÓN: 22 DE SEPTIEMBRE DE 1979
Para dicho día, el local resultó pequ
eñísim
o, tan sólo con los
creyentes de aqu
í y de afuera, de mod
o qu
e mucho
s del pu
eblo no
pudieron
entrar…
El arqu
itecto vino un
os m
inutos antes de la hora anunciada,
pero no pudo
cog
er asiento, así que estuvo todo
el tiempo de pie.
Vinieron
mucho
s herm
anos de varias partes de España
y alguno
s de ellos les con
cedí unos minutos para qu
e dijeran alguna
cosa, p
orqu
e presidía la cerem
onia, y
, a la m
itad del acto, viendo qu
e
73
era demasiado
solem
ne, cogí la palabra y con
té al público con cuanto
dinero contábamos cuand
o em
pezamos a construir, como también
nuestros humildes proy
ectos
y hasta
dond
e el Señor no
s había
llevado. Tam
bién les conté lo que pasó en el estud
io del arquitecto
cuando
fui a encargarle el proyecto. Y
cuand
o les dije a la audiencia
lo de: ¿C
uánto no
s costarán lo
s planos, D
, José?
- U
nas 11
0.00
0.—
pese
tas.
- B
ueno
, haga u
sted los p
lano
s qu
e tenemos aho
rradas la
mitad…
- ¿
Qué
tien
en 2
.250
.000
.—pe
seta
s?
- No, no, ¡tenemos la m
itad para pagarle los planos!…
-Porqu
e sólo teníam
os ahorradas 55.00
0.- pesetas.-
- U
sted
está
loco
… ¿
a qu
ién
se le
ocur
re h
acer
una
obr
a de
cu
atro
millo
nes y
med
io d
e pe
seta
s co
n so
lo 55.00
0.- pesetas.?
- No se preocup
e, que usted cob
rará…
Con
tánd
olo, el pú
blico se reía y también D
. José, quien hasta
ese mom
ento estaba tenso, pero al ver com
o la gente reía, él también
se relajó, y hasta se atrevió a mandarm
e un
a nota por m
edio de un
diácon
o, diciénd
ome si le dejaría decir un
as palabras…
Le dije que
sí, qu
e después de los inv
itados. Me sorprend
ió su valentía, po
rque
era de naturaleza más bien tímida. C
uand
o llegó su turno
dije a los
reunidos:
- A
hora D
. José G
il A
tenza, el arqu
itecto de este edificio, va
decir un
as palabras…
Vino a la plataform
a y dijo:
- T
odo
lo q
ue h
a di
cho
D. F
ranc
isco
pas
ó en
mi of
icin
a, y
les
pu
edo
aseg
urar
y c
on g
ran
satisf
acci
ón,
que
este
edi
fici
o se
ha
cons
trui
do c
onfo
rme
está
en
los
plan
os,
y le
s qu
iero
dec
ir,
que
pers
onal
men
te n
unca
tuv
e fa
milia
rida
d co
n lo
s ev
angé
lico
s, h
asta
ah
ora.
Hab
ía o
ído
sobr
e el
los, p
ero
trat
o, n
unca
…
Cua
ndo
vení
a ha
cer
mi
revi
sión
a
la ob
ra,
me
qued
aba
mar
avilla
do d
e la
arm
onía
que
hab
ía e
ntre
ellos
. Lo
mism
o en
pe
rson
as m
ayor
es c
omo
en jóv
enes
… n
unca
esc
uché
gri
tos
y m
ucho
m
enos
pal
abro
tas, c
omo
esto
y ac
ostu
mbr
ado
a es
cuch
ar e
n ca
da
obra
, as
í qu
e m
e de
cía:
“C
on e
sta
gent
e es
tá D
ios…
” p
ero
hoy,
con
74
lo q
ue e
stoy
oye
ndo,
dig
o, q
ue D
ios
está
aqu
í. Al decir estas últimas
palabras, la vo
z se le qu
ebró de em
oción... La reun
ión term
inó con la
predicación de D
. Tom
ás R
íos Crevillén, un
creyente muy
querido
po
r no
sotros y un hijo de Archena, q
ue desde pequeño
se fue a vivir a
Barcelona con
sus padres.
Durante los cultos especiales que se tuvieron
a causa de la
inauguración
, siete personas m
anifestaron haber creído en el Señor
como Salvado
r.
En un año
se celebraron
seis bo
das, dos bautism
os con
un total
de do
ce qu
e manifestaron
su fe en las
aguas
del
bautismo,
presentacion
es, y un
entierro, pudiend
o predicar el Evangelio a uno
s cuantos centenares de person
as in
conv
ersas.
El Fo
ndo
pro
Locales nos
prestó 30
0.00
0.—Ptas., y
una
herm
ana otras 300.00
0.—Ptas., para poder pagar los 28 bancos que
nos hizo el carpintero y a algún hermano más nos ofreció lo qu
e pu
do, p
ero a prim
eros de 19
84 terminem
os de pagar a todo
s nu
estras
deudas. En ese mismo año, 198
4, el viernes 16
de febrero a las cinco y
media de la tarde, D. Juan A
erni partió para estar con
su Señor al
cual sirvió. Y
el jueves día 07 de febrero de 19
85, su esposa do
ña
Betty d
escansó en el S
eñor, al año ju
sto de la m
uerte de su esposo.
39.- RECONOCIMIENTO A JOSÉ GARCÍA DÍAZ
El
Sr. García, con
sus
87 años,
nos
pedía
dejar
la
respon
sabilidad
de p
redicar po
rque su
vista le iba falland
o, p
ero
nosotros no le prestábam
os dem
asiado
atención, ya que su figura en
el púlpito nos alegraba al saber que por su medio, todo
s nosotros
habíam
os creído y cono
cido
al Señor. Pero era tanta la insistencia,
que tuvimos q
ue ceder, p
ero
bajo d
os condiciones: 1
ª.- Q
ue en
nuestras reun
iones
de Con
sejo, estuviera
presente, siem
pre
que
pudiera, porqu
e sus sugerencias siem
pre no
s serían de mucha ayuda;
y 2.- Que haríamos una fiesta de recon
ocim
iento a su labo
r.
75
A la prim
era cond
ición aceptó m
uy gustosamente, pero no a la
segund
a, costándono
s trabajo
que
aceptara tal demostración
de
aprecio…
al final aceptó po
rque le dijim
os:
- S
r. J
osé,
sab
emos
que
usted
est
á or
ando
por
su
fam
ilia
, y
al
hace
rle
noso
tros
es
te cu
mpl
ido,
se
guro
qu
e el
los
vend
rán
y le
s po
drem
os p
redi
car el
Eva
ngel
io…
- B
ueno
si es así, pero, ¡que sólo se prediqu
e el E
vang
elio,
entonces adelante!.
- E
so h
arem
os,
pero
al
go t
endr
emos
que
dec
ir d
e us
ted,
po
rque
, ¿n
o po
dem
os i
nvitar
a s
u fa
milia
a t
al d
emos
trac
ión
de
cariño
hac
ia su
pers
ona
y no
dec
ir n
ada
de su
vida
? - Está bien, pero de m
í decir bien po
co…
Escribí una carta al mayor de los hijos de José porque no tenía
su teléfono, el cual vivía
en Escorratel de Orihu
ela, (A
licante)
comun
icándo
le sobre el acto que pensábamos hacer a su padre; pero
a la dem
ás fam
ilia se lo notificam
os, b
ien po
r teléfono
o visitándo
les.
Sabiend
o que
no somos muy puntuales la mayoría de los
creyentes para los Cultos, pensé y así lo hice, para no avergonzarme
de nuestra falta de pu
ntualidad, de anunciar a la congregación
que el
recono
cimiento
sería
a las 17
.00
h., del 19
de marzo de 19
81,
aprovechando
que dicho
día era festivo. Pero a la fam
ilia del S
r.
García les comuniqué que se celebraría el indicado
recon
ocim
iento a
las 17
.15 h.
Llegó el día y a las 17
.00 h., ¡sólo habíam
os cinco personas!
¡Qué sofoco hu
biera sentido si a dicha hora hubiera sido
el evento!
La maniobra qu
e hice de retrasar a la familia un cuarto de ho
ra, sale
ahora a la lu
z, nunca se lo dije a los creyentes…
A las 17.10
h., em
pezaron a llegar coches de la familia, y los
recibía
saludánd
oles y
entreteniénd
oles esos cinco
minutos qu
e faltaban, a fin de dar tod
o el tiempo
posible para qu
e llegaran m
ás
creyentes…
¡Por fin llegó la hora!, y cuand
o entram
os, la fam
ilia
llevó un
a gran impresión, y para mí un
gran alivio, al ver casi todo
s los bancos ocupados po
r person
as que apreciaban a su padre, abu
elo
y bisabu
elo…
Nadie, d
espu
és de esa ho
ra, entró…
76
A la ceremonia vino casi toda la fam
ilia, hijos, yerno
s, nueras,
nietos, biznietos y la m
ayoría de los creyentes…
Resultand
o el acto
muy sencillo y a la vez acogedor.. Se habló del Evangelio y tam
bién
se dijo lo agradecido
s qu
e estábamos al Señor, po
r habernos
concedido tener como
prim
er creyente de A
rchena a tan querido
herm
ano. Se le regaló un
a placa con el texto de (1 Tim
oteo 5. 17
) Los ancian
os q
ue go
biern
an b
ien, sean
tenidos p
or d
ignos d
e dob
le hon
or, may
ormen
te los
que
trab
ajan
en predicar y
enseñar. Y
tam
bién un buen b
olígrafo con
la inscripción: La Iglesia
te quiere.
Para dicho evento y para ese día y mom
ento se hizo un Boletín
Inform
ativo Especial. Hasta cam
biam
os la tinta y para ello tuvimos
que limpiar con
gasolina el tam
bor de la multicopista que era de tinta
negra para pod
er pon
erla de color verde oscuro. En las do
s prim
eras
páginas escribim
os sob
re el lugar qu
e la Palabra de Dios da a las
canas. En la tercera página, una m
ini biografía del Sr. G
arcía y en la
cuarta una poesía escrita desde Badalona po
r Manuel Box
, titulada:
TRIBUTO PARA U
N H
ERMANO. Despu
és del C
ulto sub
imos al
salón de actos donde tuv
imos un refrigerio con
charcutería y bebidas
refrescantes, pasand
o más de una ho
ra dialogand
o con la fam
ilia.
Nos quedó un bu
en sabor por to
do y con to
do lo
que hicim
os.
El 08 de mayo escribía una carta a la Asamblea de Cartagena y
entre otras cosas les comentaba:
Con
dic
ho a
cto,
cre
emos
hab
er
“m
atad
o de
un
tiro
4
pája
ros”
com
o a
cont
inua
ción
ver
éis:
1º)
Por
que
nues
tro
herm
ano
se l
o m
erec
e y
quisim
os h
acér
selo
sab
er
ahor
a qu
e vi
ve, p
ues después de m
uerto el burro la cebada al rabo
…
2º) Ens
eñar
a la
igle
sia
a se
r ag
rade
cido
s, y
sob
re to
do, c
on a
quel
los
que
trab
ajan
de
ntro
de
l ám
bito
de
la
m
ism
a. 3º
) at
raer
a
los
fam
ilia
res
del
hom
enaj
eado
par
a qu
e oy
eran
el
Eva
ngel
io,
y 4º
) co
nseg
uir
que
nues
tro
herm
ano,
cua
ndo
part
a pa
ra l
a m
ejor
vid
a,
sea
ente
rrad
o co
nfor
me
a su
s cr
eenc
ias
y no
cat
ólic
amen
te. Este
cuanto punto no se con
siguió…
ya qu
e pasó a la presencia del Señor
el m
iércoles día 07 de diciembre de 198
3, despu
és de un
a larga y
penosa enfermedad, hallándo
me, en
dicha fecha, teniend
o Cultos
Especiales con los herm
anos de Huelva. A
sí que dicho hermano, en
77
contra de lo qu
e siem
pre
había
creído, fue llevado
a la iglesia
católica, siend
o enterrado po
r el rito católico.
Sección
V Retrospectiva
y actualidad
. 40.- TANTEO EN CIEZA Y EN MOLINA DE SEGURA
Una vez libre de las ligaduras del trabajo, el jueces día 12 de
marzo del año
1970 fui en mi m
oto a Cieza, ciudad por la que llevaba
más de un año
orand
o para que D
ios nos abriera un
a puerta. Fu
i con
la intención de ver a un
a radio-oy
ente de La Voz E
vang
élica de
Radio T
rans M
undial que se em
itía desde T
ánger, y que sabía que
cada año
recibía
el calend
ario evangélico,
Dolores Morcillo
Morcillo, que vivía el calle Santa G
ertrudis 9, p
ara sondearla y ver la
posibilidad de tener reunion
es en su casa, pero no
estaba en casa,
pero si su m
adre, muy viejecita y por ella supe que los dom
ingos
bajaba en tren a M
urcia a la iglesia B
autista, así que no la volví a
visitar, no pensaran los hermanos bautistas que les iba a robar un
miembro., de m
odo qu
e me replegué, dejand
o el intento para mejor
ocasión.
Tam
bién en marzo visité Molina de Segura, pueblo que está de
Archena uno
s 11 kilóm
etros. E
n tiem
pos de la segund
a república
españo
la, un
as m
isioneras qu
e eran m
iembros de la A
samblea de
Duque d
e Sesto en
Madrid, estuv
ieron
repartiend
o Evang
elios y
cuando
llegó a oídos de las autoridades religiosas, las apedrearon
y
tuvieron
que salir a m
archas forzadas…
Así es este pueblo…
Com
o año y medio antes de ser encomendado
s, estuv
e orando
po
r este pueblo, para qu
e Dios me diera la opo
rtun
idad de po
der
tener reun
iones…
Sup
e de un matrimonio joven
que
simpatizaba
con
el
Evang
elio, y le visité y me ofrecí para tener reun
iones en su casa,
pero eso, era pedir peras a un
olm
o… al verlos tan pusilánim
es los
78
dejé y nunca m
ás he sabido
de ellos…
Enton
ces Molina de Segura,
por los pueblos de alrededor la llam
ábam
os e
l Peq
ueño
Vat
ican
o po
rque era una cantera de curas, m
onjas, frailes…
y a la vez m
uy
calculadora, ganándo
se bien lo que de ella se decía: D
e M
olin
a ni
el
polv
o ni
la h
arin
a…
41.- OBRA PIONERA EN CIEZA
José H
urtado, un
creyente de A
rchena, em
igró a A
lemania con
el fin de po
der construirse un
a casa, ya eran ocho
de familia, el
matrimon
io y
seis hijos. Allí,
por medio de su testim
onio se
convirtió
un muchacho
de Cieza llam
ado, Eulalio Yuste Lóp
ez,
apodado
Dar
ío.
Éste vino
de vacacion
es a m
ediados del m
es de mayo de 197
0 a
la casa de lo
s padres, u
bicada en la Glorieta de San Pedro núm
ero 12
, pu
es era soltero, vino
eufórico contando
a su familia las grand
es
maravillas qu
e Dios había hecho en su vida. C
oncerté con él de tener
en casa de sus padres algún contacto y si el Señor así lo qu
ería, el
contacto nos llevara a tener reunion
es, de m
anera que el m
iércoles
día 03
de junio de ese año, tuv
imos un Culto-coloquio en su casa con
la fam
ilia com
puesta de seis personas, resultó amena y qu
edam
os en
tener otra para el día 10. El Culto-coloquio consistía en que, d
espu
és
de la predicación
del Evangelio, d
aba op
ción
a preguntas, con
las qu
e a la vez de satisfacer su curiosidad les servía de adoctrinam
iento.
Dar
ío se marchó
de n
uevo a A
lemania y
las reuniones se
fueron
animando
con
la incorporación de unas cuantas vecinas. M
ás
tarde la casa fue insuficiente, pues era pequeña y había hom
bres y
algunas mujeres que quedaron en la calle, lo que asustó a la du
eña.
Las siguientes reuniones no
fueron tan concurridas.
Aprovechando la festividad del 18 de julio y la visita de uno
s cuantos jóvenes de A
rchena y otros tantos am
ericanos, visitamos
Cieza casa po
r casa, y a un
a de las parejas se les notificó que un
matrimon
io, qu
e había venido
de Argentina, en su casa, en la calle
Ram
ón y Cajal, 83 tenían reun
iones. El 10
de agosto hago un
a visita
al lug
ar de reun
ión y hablo con el responsable A
ntonio M
arqu
és y
79
me ofrecí para ayudarle, n
o en las reuniones, sino para algún
papeleo
que le hiciera falta. E
l 04
de septiembre, de nu
evo le hago otra
visita, aprovechando
qu
e era
día
de reun
ión. Sólo
encontré al
matrimon
io, los padres de ella que viven en la m
isma casa y a una
herm
ana de ella, que fue la visitada qu
e dio la dirección a la pareja de
jóvenes. Ellos, a
los diez meses de conv
ertido
s en un
a iglesia
Pentecostal de Argentina, se vinieron
y ya llevaban un año España…
Me pareció prud
ente dejarlos solos en el pu
eblo de Cieza, con
el fin de no dar lugar a confusiones que resultaran de m
al testimon
io,
viendo
el pu
eblo a uno
s trabajando
y teniend
o reun
iones po
r un lado
y otros por otro…Tuv
imos el último Culto en la G
lorieta de S
an
Pedro núm
ero 12
, el día 9 de septiembre de 1970 despidiénd
onos de
ellos. Entonces dirigí m
i esfuerzo para M
olina de Segura.
A últim
os del año
197
6 un
as hermanas de la iglesia Pentecostal
me escribieron diciéndo
me qu
e qu
erían hablar con
migo, porqu
e no
qu
erían seguir en dicha iglesia pu
esto que no sentían identificadas
con
sus creencias…
pero
no les h
ago
caso, mas ellas siguieron
telefoneándo
me con
insistencia y po
r último con
urgencia. Fui a
visitarlas con
el fin
de hacerles volver a
su congregación
, diciéndo
les:
- En todas las iglesias tenemos nuestras “cosillas” y no por ello
dejamos la congregación
… de mod
o, que lo mejor que pueden hacer,
es volver a vu
estra iglesia, y si tiene que pedir perdón lo hacen y en
paz…
a
la vez
yo me
siento incómod
o, no
piensen
vuestros
respon
sables que os estoy inculcando
a venir a nuestra fe, así que,
vuelvan y asun
to solucionado
… Ellas m
e dijeron:
- N
o se
sie
nta
culp
able
, ni
ten
ga e
scrú
pulo
s de
con
cien
cia
en
veni
r a
pred
icar
nos, po
rque
us
ted
no no
s al
ejad
o, he
mos
si
do
noso
tras
qui
enes
le
hem
os l
lam
ado
insi
sten
tem
ente
. Ade
más
, se
pa
que
si n
os a
band
ona,
igua
lmen
te n
osot
ras al
lí n
o vo
lvem
os.
- C
on tod
o,, no
sintiéndome cómod
o, le escribí la siguiente
carta al respo
nsable de la A
samblea Pentecostal, para que supiera lo
sucedido
:
80
D. Constantino Justo
El Palm
ar (M
urcia)
13 de abril de 1977
Querido herm
ano en Cristo:
C
omo ya sabes, estoy teniendo reuniones
en C
ieza, ¿por qué n
o te lo h
e comunicado a
ntes? P
orque
francamente no lo creía necesario, pues siempre ha sido m
i intención d
esde u
n p
rincipio e
l hablarles p
ara q
ue volvieran
otra vez a su lugar. Les traté de traidoras, en otras palabras,
etc., les dije
que en todas las iglesias tenemos nuestras
“cosillas” y p
or ello
no n
os d
ividíamos. Creo q
ue se llegó a
conseguir q
ue volvieran a
la C
apilla, incluso M
aría B
ox q
ue
estaba m
eses sin ir antes que yo fuera.
No he sido yo quien me he metido sino que han sido
ellas quien m
e han llamado con insistencia y por últim
o con
urgencia. Ya venían haciéndolo tiempo atrás, pero no les
hacía caso, hasta que cedí con el fin de hacerte un favor.
Cuando fui y estuve algunas semanas les dije que m
e sentía
como culpable si seguía yendo a lo cual me contestaron:
-No sienta ningu
nos escrúpulos en ven
ir porqu
e U
d. no
nos ha alejado, y adem
ás, nosotras le hem
os llamad
o.
Cuando ya había tomado la decisión de no seguir yendo
a Cieza, creyendo que las aguas volverían a su cauce,
entonces me dije
ron: Que
si yo no qu
ería venir entonces
vendría un herm
ano
Bautista con
el cual ya habían hablado
y
hab
ía estado y que éste les prometió venir si yo no lo hacía,
que no estaban dispu
estas
a volver de
ninguna de
las
maneras…
esto hace un par de semanas.
Tú puedes pensar lo que quieras, pero así han ocurrido
las cosas. A m
í no m
e gustan estos líos, y por ello rehuía el ir
a Cieza y si fui fue con el fin arriba indicado.
Por si no lo sabes, te diré que hace siete años, estuve
teniendo Cultos en casa de Eulalio
Yuste y un día, repartiendo
literatura d
e casa e
n casa me enteré que A
ntonio Marqués
tenía C
ultos en su casa, en R
amón y C
ajal, 83. Fui un viernes
a una reunión, él, al saber que era creyente, me invitó a dar
81
un m
ensaje, pero sólo m
e lim
ité a dar un saludo y m
e senté a
escuchar. Después de la reunión me ofrecí para lo que le
hiciera falta, y desde ese m
omento d
ejé de tener Cultos en
Cieza, dejándolo a él solo y yéndome a Molina. Con ello
quiero decirte que no m
e gustan los jaleos.
Viendo que las decisiones de seguir aparte son firmes y
que nada puedo hacer, antes están dispuestos a que venga
otro, sino vengo yo. Por lo tanto este C
onsejo de Ancianos de
Archena, que está enterado de todo, hemos llegado a la
conclusión d
e seguir hasta ver en q
ué q
ueda esto. Les d
ije
que te iba a escribir, a lo que m
e contestaron: Que
si así lo
veía bien, que así lo hiciera.
Para q
ue sepas de la veracidad de lo q
ue te d
igo, he
hecho un borrador de esta carta la cual leeré a todos en
Cieza. Sin otro particular, sino un sincero deseo que el Señor te
bendiga en todo, tu herm
ano en C
risto,
YÜtÇv|ávÉ `
tÜà•Çxé
YÜtÇv|ávÉ `
tÜà•Çxé
YÜtÇv|ávÉ `
tÜà•Çxé
YÜtÇv|ávÉ `
tÜà•Çxé
Entre aqu
ellas mujeres estaba Dolores M
orcillo, la mujer que
quise visitar y su m
adre m
e dijo que ella iba todo
s los meses a
Murcia a la iglesia Bautista. Ella me confesó que se reunía en dicha
Asamblea por tenerla cerca pero no
se identificaba con sus creencias,
que ella había creído
en el Señor en Albacete po
r medio de las
Asambleas de Hermanos.
Fue en su casa, en la calle de Santa G
ertrud
is ,13 que inicié de
nuevo la obra en dicho
lugar. Las reuniones las em
pezamos hacer por
las tardes, en febrero de 19
77, ya que eran m
ujeres las que se
reunían.
El 02 de octubre de 197
9 escribía a los hermanos de Cartagena
que se reúnen en la calle J. L
ópez M
artínez, 3 lo
siguiente:
Ano
che
-lun
es- en
Cie
za é
ram
os 2
2 pe
rson
as e
n el
Cul
to y
6 d
e el
las er
an in
conv
ersa
s, lo
que
nos
ani
ma
a se
guir
con
el e
sfue
rzo.
Poco a po
co se fueron
añadiendo
jóv
enes y el 17
de no
viem
bre
de 198
2, escribía:
82
Da
gust
o ve
r lo
s jó
vene
s va
rone
s de
14
a 24
año
s qu
e es
tán
vini
endo
a los
Cul
tos, y
ya
vari
os d
e el
los
son
del Se
ñor
y lo
s de
más
vi
enen
con
muc
ho int
erés
. Ant
es n
os r
euní
amos
en
una
habi
taci
ón y
ah
ora
lo h
acem
os e
n el
com
edor
y la
ent
rada
de
la c
asa
y se
llen
a, lo
qu
e no
s ha
ce p
ensa
r en
un
loca
l…
El lunes 24
de enero de 1983, un joven llam
ado Miguel Núñ
ez
López d
io p
úblico testimon
io d
e haber aceptado
al Señor como
Salvado
r. D
esde la prim
era vez qu
e vino a nuestras reun
ión, no ha
dejado
de venir a cada Culto.
El 26 de julio de 198
6 llegaron
los Sres. D
orozio, misioneros
canadienses, con
sus cuatro hijos para colaborar con
los hermanos
del lugar. S
i no
me equivoco, el m
ayor tend
ría un
os seis años… ellos
venían para ayud
ar en la pequeña A
samblea. Les recom
endé que
cuando
llegara el tiem
po de abrir los colegios que inscribieran a sus
hijos, porque sino lo
hacían term
inarían marchándo
se a su país; así lo
hicieron
, pero sólo una sem
ana…
y tal com
o les profeticé así pasó…
Terminaron m
archándo
se a su país.
En
ese
mismo
año, el domingo día
07 de no
viem
bre, se
recono
cieron
com
o diácon
os d
e la A
samblea d
e Cieza a M
iguel
Núñez López y a Anton
io Amo Lucas.
El grup
o iba creciend
o y a la vez la Sra. Dolores, du
eña de la
casa se iba haciendo
mas anciana y
le costaba trabajo
subir las
escaleras para su do
rmitorio, de m
odo qu
e nos iba insinu
ando que
alquiláram
os o com
práram
os un local do
nde po
der reunirnos, para
ella pod
er usar la habitación de abajo com
o dorm
itorio…
porqu
e en
esos m
omentos usábam
os la habitación, el com
edor y la entrada de la
casa. Ya
teníam
os ahorradas
un millón
trescientas
mil pesetas
(1.300
.000.—
Ptas.) con el fin de po
der, con
el tiem
po com
prar un
solar. E
stuvim
os m
irando solares por las afueras del pueblo, y por
100 m2 nos pedían una m
illonada, y
no digamos por lo
s bajos…
eran
intocables. Pero
nuestro
Dios no
s tenía reservada una
agradable
sorpresa…
En una no
che de oración
, a mediado
s del mes de marzo de
1987, Anton
io Losa Sánchez, un emigrante en Suiza, qu
e estaba de
vacacion
es, vino
a la reunión, porqu
e se acordó qu
e un día, la Sra.
83
Dolores, la dueña de la casa, le había hablado del Evang
elio, y oy
ó las oraciones de los jóv
enes pidiénd
ole al S
eñor que les diera un
lugar para reunirse…
Cuand
o term
inó la reunión el S
r. Losa les dijo:
- Y
o te
ngo
lo q
ue v
osot
ros ne
cesitá
is, y
os
lo v
oy a
ven
der
por
men
os q
ue c
uest
a un
coc
he…
Y una vez terminada la reunión
, llevó a los jóvenes a un bajo
que tenía debajo de su piso, y con una linterna, se los enseñó
. Al día
siguiente, eufórico de alegría m
e lo notificó Antonio A
mo. F
ui a
verlo y el 25 del mismo mes y año, com
pram
os el bajo de 12
0 m2 de
la calle
Mon
tepío
3, en un millón
doscientas mil pesetas,
(1.200
.000.—
Ptas.) ante notario, con las correspo
ndientes escrituras,
listo para pod
er reunirnos, solo tuv
imos que dar de alta la luz y el
agua…
. Y con
el dinero sobrante hicimos algunos
arreglo
y compram
os 150
sillas plegables de m
adera.
En
dicho
año
1987 antes de ir a
los Culto de los lunes,
repartim
os por las calles nuestro Boletín Informativo, uno
s 30
0.
La inauguración
del local se hizo el sábado
día 11 de julio de
1987, a las 19
h., y tod
a la sem
ana la tuv
imos ocupada con
Cultos
especiales.
El domingo día 29 de agosto de 198
8 se tuv
o los prim
eros
bautismos con
dos señoritas. Y sob
re las m
ismas fechas se contrató
con Radio A
RI media hora todos los do
mingos de las 9.30 a las
10.00 de la mañana para predicar el Evang
elio el cual era escuchado
de buen grado.
A primeros de mayo de 198
9 los Sres. D
orozio, con toda la
familia, se marcharon
para visitar a la fam
ilia y a su iglesia al Canadá
y regresaron el m
iércoles día 27 de septiem
bre del m
ismo año.
El d
ía 08 de m
ayo de 199
3 se bautizó Rafaela.
84
42.- OBRA PIONERA EN MOLINA DE SEGURA
En
la A
samblea d
e Archena estuv
imos o
rand
o ocho
meses
pidiéndo
le al Señor que hub
iera una persona o fam
ilia creyentes en
Molina de Segura o alguien qu
e viniera a vivir a su pueblo después
de pasar uno
s años de em
igrante en B
arcelona, o Alemania, etc., y
allí se hubieran conv
ertido
y
con
ella o
ellas, em
pezar a tener
reuniones. N
o hu
bo con
testación. Entonces, sintiendo
carga por ese
pueblo le prop
use a mi espo
sa de ir nosotros, ella estuvo de acuerdo.
Lo dijimos a la cong
regación
los proyectos que teníamos y fueron
mucho
s los qu
e nos dijeron:
- P
ero,
¡es
táis
loc
os, co
mo
se o
s oc
urre
ir
a ev
ange
liza
r a
un
pueb
lo t
an f
anát
ico!
… N
os quedamos sorprendido
s y a la vez nos
pregun
tábamos:
¿De
qué
les
sirv
ió e
l es
tar
oran
do a
fav
or d
e es
e m
unic
ipio
?,
está
bie
n cl
aro
que
de n
ada…
Alquilamos una casa, que hacía esquina, el día 01 de m
arzo de
1971 en la calle, M
illán Astray 74, con
dob
le in
tención: Primera vivir
en ella con la fam
ilia, tres días a la sem
ana; y segun
da. Pod
er tener
un lugar de reun
ión. La dueña de la casa, cuando
hicim
os el contrato
de la renta, m
e pidió qu
e le pagara un
año
por adelantado. Y
com
o habíam
os comprob
ado
que
no teníam
os el aplauso
de nuestra
Asamblea,
de
nuestro
bolsillo
pagamos
el
arrend
amiento,
quedándo
nos apenas con
fond
os…
y
éram
os seis de fam
ilia: El
matrimon
io, tres hijos y Áng
eles, la tía de Aurora.
No
había
acabado
el prim
er mes, cuando
vino
la du
eña
atem
orizada y decidida a rescindir el contrato de alquiler, po
rque le
habían amenazado y le habían dicho que a pedradas rom
perían los
cristales de la casa, etc. Les dijim
os que si lo rom
pían nosotros lo
repond
ríam
os, que no
se preocupara. Le hablam
os del E
vangelio y
una vez calm
ada le regalé un
folleto titulado: L
a Ig
lesi
a de
l D
ios
vivo
. Dicho
folleto refuta de una m
anera magistral to
das las do
ctrinas
de la iglesia católica rom
ana sólo con
versículos y sin comentarios,
demostrando
lo equivo
cada que está sobre, la confesión, el bautismo,
las misas a lo
s muertos, etc., total 3
2 páginas de tamaño octavilla. L
e dimos dicho folleto diciéndole:
85
- Ahí po
drá
encontrar todo
lo qu
e sus inqu
ilinos creen.
Además usted nos tiene un contrato firmado para un año, y cuand
o finalice, sepa, que con
dicho
contrato sólo nos pod
rá subir el alquiler,
pero nun
ca echarnos; pero yo le do
y mi palabra, que si me avisa un
mes antes, al térm
ino del contrato, po
rque quiere su casa, ese m
ismo
día tend
rá la llave en su mano. M
i palabra de cristiano vale más que
un con
trato.
En la calle don
de alquilamos la casa, u
nas tres casas m
ás abajo
y en la misma acera, vivía Juan,
el ar
chen
ero qu
e se ganaba el pan
como albañil, du
rante el día y ayudante de barbero por la no
che, era
natural de A
rchena, y para que no lo relacionaran con no
sotros, se
limitaba a decirnos bueno
s días o buenas tardes, si se veía obligado
hacerlo…
pero nada m
ás; de este mod
o, los vecinos pensaron mal, al
ver qu
e esta fam
ilia del m
ismo pueblo no alternaba con no
sotros; así
que, cuando veía a un vecino
y lo saludaba, éste no me contestaba
haciéndo
se el sordo.
Nuestra casa de alquiler estaba m
uy bien situada en un barrio
obrero. Y a las horas de entradas y salidas del y al trabajo, pasaban
por la puerta multitud de personas, pero yo no era capaz de repartir
cientos de tratados, porque me daba vergüenza hacerlo, tal era mi
timidez que m
e recomía por dentro…
Era tanta m
i cortedad, que me
apesadum
braba consigo
mismo, po
rque sabía qu
e si me hubiera
atrevido
dar un tratado, lo hu
biera echo con
tal sofoco, que alguien
me lo hubiera cogido po
r lástim
a y por hacerm
e un favor…
De
form
a, que com
prendía esa no
era la m
ejor m
anera de testificar.
No era miedo lo que me em
bargaba sino
ind
ecisión y timidez;
porque sabía que desde el 2
8 de ju
nio de 196
7 había entrado en vigor
la L
ey de L
ibertad Religiosa, y qu
e po
díam
os disfrutar de cierta
tolerancia, que eso era lo
que nos con
cedía dicha Ley.
Cada do
mingo, en el Culto de Com
unión de A
rchena, daba un
reportaje de cómo
habíam
os pasado
los tres días en Molina
de
Segura. N
uestra tía, un
a mujer de oración, se qu
edaba en A
rchena
con nu
estro hijo m
ayor Abel, para que fuera al colegio.
86
43.- PASTOR EVANGÉLICO
Com
o qu
iera qu
e el tiem
po pasaba y
creía
que
nada se
adelantaba, para que el pueblo se enteraba que había un evangélico,
pensé y así lo hice, pon
er en la fachada de la calle una placa de acero
inox
idable que decía: FRAN
CIS
CO
MARTÍN
EZ S
ÁN
CH
EZ P
AST
OR
EVAN
GÉLIC
O. Desde ese m
omento era m
uchas las person
as que se
pasaban po
r la calle para ver lo increíble: ¿U
n pr
otes
tant
e en
Mol
ina
de S
egur
a? Un día estaba orand
o en m
i habitación qu
e daba a la calle
y oí una m
oto que paró en la puerta. Pensand
o qu
e era alguien qu
e me venía a visitar miré entre las rend
ijas de la persiana y vi a hom
bre
que estaba m
irando
la placa. S
e ve que no sabía muy bien leer porqu
e po
día leer en sus labios lo qu
e estaba leyendo
. Termina de enterarse,
hace la señal de la cruz, y salió en su moto, com
o alma que se la
lleva el diablo…
44.- PRIMER CONTACTO EN MOLINA DE SEGURA
Pasaban las semanas y
no viendo resultados p
ositivos, me
refugiaba en la oración. C
on cierta desánimo. C
ierto día, antes de
salir a la calle oré de la siguiente m
anera:
- S
eñor
, tú
sab
es e
l tiem
po q
ue lle
vam
os a
quí,
los
veci
nos
no
nos
salu
dan,
nos
reh
uyen
… c
ompr
endo
que
si yo
fue
ra u
na p
erso
na
más
abi
erta
pod
ría
hace
r am
igos
, per
o so
y co
mo
tú m
e ha
s cr
eado
, y
sabe
s qu
e m
i tiem
po,
mi
cora
zón,
mi
don,
mi
fam
ilia
y m
i di
nero
es
tán
inve
rtid
os a
quí…
ya
no p
uedo
más
, Señ
or, a
hora
, te
toca
a ti
…
Salgo a la calle y un
vecino, Fulgencio R
omero, que vivía a
unos cincuenta m
etros más arriba de nuestra casa, m
e saluda m
uy
amigablemente, charlam
os com
o media hora. No le di u
n tratado, que
siem
pre llevaba en el bo
lsillo, porque m
e pareció que era abusar de
su amabilidad. Al día siguiente me hice el casual y d
espués d
e saludar al vecino, entablamos conversación y le di u
n folleto titulado
: La
Igle
sia
del D
ios
vivo
, el m
ismo qu
e le di a la dueña de la nuestra
casa de alquiler.
87
Me veng
o a casa y m
e puse a orar dándole gracias a Dios,
porque he dado
un folleto como se debe entregar, con gracia y sin
cortedad. No term
ino mi oración de acción de gracias, cuando oigo
que llam
an a la pu
erta de la calle, salgo y es el Sr. R
omero. M
e saluda y un po
co nervioso me dice:
- D
. Fra
ncisco
, ha
ga e
l fav
or d
e da
rme
otro
lib
rito
por
que
el
que
me
dio
me
lo h
an c
ogid
o en
el ba
r… Entro a m
i habitación
cojo
cinco más y se los do
y… Sigo alabando al Señor que ya he dado seis
sin vergüenza, etc., cuando de nu
evo interrum
pen mi plegaria porqu
e llam
an a la pu
erta, salgo y es el Sr. Rom
ero otra vez, tod
o sonrojado
me dice:
- ¡Q
ue lo
qui
ero
leer
y o
tra
vez m
e lo
han
qui
tado
en
el b
ar!
Entonces le d
i 25
. De manera que lo q
ue n
o hice p
or m
i timidez, lo hizo él p
or m
í en el bar.
45.- LA BARBERÍA: MI CAMPO DE TRABAJO
Pasaron
unos días y El S
r. Rom
ero me dijo:
- J
esús
, el b
arbe
ro, q
uier
e qu
e va
ya p
ara
pode
r ha
blar
con
usted
. Y
le con
testé:
- Estoy afeitado y no
tengo falta de recortar el pelo, ¿a qu
é vo
y?
- N
o, s
i lo
que
él
quie
re,
es h
abla
r de
su
religi
ón. La barbería
también era de alqu
iler y se encontraba en la m
isma finca do
nde
nosotros vivíamos pero que daba a la calle D. Juan de Austria.
Fui, y muy
amablemente m
e invitó a sentarm
e y hablam
os de
las diferencias que hay
entre católicos y
evangélicos. E
stuvim
os
hablando
, no
importaba qu
e hubiera clientes, qu
e por supuesto él
atendía, pero el ambiente se caldeaba m
ucho m
ás cuand
o no
los
había. Q
uedé inv
itado para otro día. A
sí que cada mañana, despu
és
del desayuno
me iba a la barbería, que llegó a ser m
i cuartel general,
porque eran más lo
s qu
e venían a escucharm
e qu
e a recortarse el p
elo
o afeitarse.
Los ho
mbres con
los
que
hablaba
se interesaban
por
el
Evang
elio, pero tenían miedo
al qu
é dirán, así que escog
iend
o entre
los más valientes m
e decidí a inv
itarles para tener con
ellos una
88
reunión en casa. La qu
e celebram
os el 04
de junio de 197
1 sólo con
do
s ho
mbres: el Sr. R
omero y Joaquín Gom
ariz. Una vez terminada
la reunión, les invité para la siguiente sem
ana…
pero no vinieron…
Pedí perdón al Señor por ser tan impulsivo…
Y seguí diciend
o al
Señor en mi súp
lica:
Mie
ntra
s el
los
no m
e lo
pid
an, n
o vo
lver
é a
tene
r un
Cul
to c
on
ello
s, c
uand
o m
e lo
pid
an e
nten
deré
que
esa
ser
á tu
vol
unta
d y
la
seña
l par
a se
guir
ade
lant
e…
Al d
ía siguiente, los dos m
e esqu
ivaban, evadiendo
enfrentarse
o dialogar con
un servidor. Yo trataba de disim
ular haciénd
oles ver
que no
había pasado nada, procurando
estar amigable con
ellos…
hasta qu
e vo
lví a ganar su con
fianza, y un
día, hablando con
ellos y
alguno
s más, el S
r. Rom
ero me dijo:
- D
. Fra
ncisco
, ¿cu
ándo
vol
vere
mos
a te
ner un
a re
unió
n co
mo
aque
lla
que
tuvi
mos
? Les con
testé, ocultando
mi alegría:
- Cuand
o ustedes quieran.
Quedamos que para el día siguiente,
así qu
e el 26 de julio de ese año vo
lvim
os a reunirnos y acudieron
cinco
varones; y
ya nu
nca más se dejaron
de tener C
ultos cada
semana en M
olina de Segura, hasta el d
ía de ho
y.
El 06 de septiembre de 1971, al final del Culto tres person
as
dieron
público
testim
onio do
s de Molina, siendo
un
o de ellos
Fulgencio Rom
ero y el otro fue Jesús Gom
ariz, y un
a mujer de Ulea,
de los que venía a reforzar las reun
iones con su presencia. El Sr.
Gom
ariz, pronto dio evidencias de haber nacido de nuevo.
46.- EL PODER DE LA ORACIÓN
Com
o cada dom
ingo, con
taba a la Asamblea de Archena cóm
o iban las cosas, al saber que cinco hom
bres se habían reunido
, ardían
en deseos de venir a
un Culto en Molina, pero se lo im
pedía
diciéndo
les:
- N
o qu
iero que vengáis sólo un
a vez y nunca más, po
rque de
hacerlo, en vez de un bien m
e haréis m
al, ya que ese día que vengáis
será una jornada de alegría para los pocos que nos reunimos, p
ero al
no venir m
ás, se desanim
arán al verse solos, y, ¡eso es lo que no
89
quiero! Os dejaré ir si os comprom
etéis a venir cada sem
ana, porqu
e de este modo ayudaréis con vu
estra presencia y canto al incipiente
grupo. Por esos tiem
pos, ningú
n creyente teníamos coche. Nosotros
íbam
os en el autobús que iba a M
urcia y no
s dejaba en la antigua
estación
de ferrocarril…
and
ábam
os cerca de dos kilómetros y cuesta
arriba, cargado
s con do
s niño
s, cestas, ropa, etc.
Cuando los creyentes de A
rchena y U
lea decidieron
ir, despu
és
de pensárselo varias sem
anas, alqu
ilaron un taxi y cada semana no
s acom
pañaban. D
espu
és, de algún tiempo, fueron con
una furgoneta,
que para su trabajo compró un
hermano de U
lea, A
ntonio C
ascales,
en la qu
e colocaban sillas. Por año
s estuvieron apo
yando la O
bra en
Molina con su presencia.
Un día, recién em
pezado
el Culto, cuando m
e hallaba orando
pidiendo
la ayuda y bendición
del Señor para la reunión, entraron do
s ho
mbres: Jesús el barbero y Juan su ayudante, e
l ar
chen
ero. Los dos
prestaron mucha atención du
rante la reunión
, y fue motivo de m
ucha
alegría para to
dos los creyentes que venían de Archena y de Ulea.
Com
o todas
las
semanas, el sábado
nos
marcham
os para
Archena y
al llegar a
casa,
la Sra.
Áng
eles me
pregun
ta
expresam
ente:
- ¿
Cóm
o fu
e la
reu
nión
del
lune
s? Le dije:
- ¡No
se puede dar u
na idea ni imaginar q
uien v
ino a la
reunión! ¿Sabe quién vino: el barbero y e
l ar
chen
ero,
nue
stro
vec
ino
que nada quería saber de nosotros? ¡Estuv
o, y m
uy atento! Enton
ces
la Sra. Á
ngeles, llorand
o em
ocionada decía:
¡Señ
or,
perd
ónam
e po
r m
i in
cred
ulid
ad!
Te
pedí
a qu
e es
e ho
mbr
e qu
e ta
nto
daño
es
taba
ha
cien
do
a m
is hi
jos,
que
se
arre
pint
iera
de
lo q
ue h
abía
hec
ho y
com
o pr
ueba
, fu
era
al C
ulto
…
pero
me
decí
a: ¡
No
pued
e se
r, l
e es
toy
exig
iend
o de
mas
iado
al
Seño
r! ¡Se
ñor, q
ué g
rand
e er
es, p
erdó
nam
e!…
90
47.- LOS PRIMEROS TESTIMONIOS EN M
OLINA DE
SEGURA
Al finalizar un
culto, viendo
que
alguno
s de los reun
idos
habían captado
el mensaje de salvación, hice un
a invitación para
recibir a Cristo y dos ho
mbres testificaron
de haber aceptado
al S
eñor
como Salvado
r: Jesús G
omariz e
l de
l ac
eite
, y Fulgencio R
omero.
Realm
ente ignoro si este último llegó verdaderam
ente a con
vertirse,
porque su testim
onio fue m
uy dudoso en el transcurrir del tiem
po, n
o así del otro que dio evidencias de un cambio radical en su vida, a
pesar de sus 69 años edad.
¿Cóm
o evangelizábamos? U
n servidor, en la barbería y m
i esposa testificaba en la panadería, en el pescado, en la carne, en la
frutería, etc., un
as veces porqu
e ella provo
caba la situación y otras
porque le hacían pregun
tas. Tam
bién por m
edio de nuestros niños, y
a qu
e ellos jugaban con los chicos de los vecino
s, lo qu
e hacía que las
relacion
es con
ellos fueran más afectuosas, y poco a po
co, nu
estra
buena reputación se iba difundiend
o, y teniend
o de nosotros, los
creyentes evangélicos, m
ejor con
cepto…
Y conform
e iba pasand
o el
tiem
po, alguno
s de nuestros vecino
s pasaron de la oposición a la
admiración y algun
os empezaron a venir a los Cultos y otros a
relacion
arse m
ás con
nosotros; pero la dueña de la casa seguía con
miedo
, bien porque fuera molestada por quien fuera, o po
r temor
infund
ado, el caso qu
e, a últim
os del de enero del año 1972
nos avisó
para decirnos que
necesitaba la casa porque pensaba
hacer
obras…
(¿?) y le dije:
- N
o se preocup
e, el último día del mes de febrero, (qu
e ese
año era bisiesto) tend
rá su llave.
48.- NUEVA CASA DE ALQUILER
Jesús el barbero, q
ue estaba al corriente de todo
, pues era allí a
donde más tiem
po pasaba y do
nde conseguía mi feligresía, m
e dijo:
91
- ¿
No
será
usted
tan
cán
dido
com
o pa
ra e
ntre
gar
la lla
ve e
ir
se?,
por
que
en e
ste
pueb
lo n
adie
se
va d
e un
a ca
sa a
lqui
lada
ni
echá
ndol
e a
pata
das…
-
Pues sí, me vo
y, porqu
e al D
ios al cual sirvo, estoy seguro
que si su voluntad es qu
e me quede, m
e dará casa y si no me da una
casa, será po
rque mi ministerio
aquí en Molina
de Segura
ha
term
inado…
- ¿
Per
o si
la le
y es
tá a
su
favo
r y
de su
part
e?
- N
o es cuestión de ley, sino
de seriedad, y como cristiano he
dado m
i palabra, y entregaré la llave consiga o no
consiga casa, la
dueña, ese día, tendrá su casa. El b
arbero, tod
o preocupado
me dice:
- ¿
Qué
har
á si
no
encu
entra
casa
? - Cogeré todo
s mis m
uebles y m
e iré.
- ¡Y lo
dic
e ta
n tr
anqu
ilo!
…
El barbero en esos mom
entos que hablaba conm
igo, estaba
afeitand
o a un
cliente, dicho cliente se m
archa y a la m
edia hora
vuelve diciénd
ome:
- ¡Ya tiene usted casa!. H
e escuchado la con
versación y me he
dicho: Si yo tuviera
casa para alquilar se la daría
con
plena
tranqu
ilidad a este ho
mbre... Pero sin decir nada m
e he ido
a ver un
pariente que tiene un
a casa y le he contado de su caballerosidad y m
e ha dicho
que se la alquila al m
ismo precio que la que deja.
Aun
que legalm
ente no no
s po
dían echar, n
os fuimos, eso causó
una ho
nda y muy
buena im
presión a los mucho
s cono
cido
s y a los no
conocido
s, dando
lugar a ensalzar el n
ombre del S
eñor.
El 24 de febrero, junto con los Sres. Rom
ero y Gom
ariz vam
os
para hablar con el hom
bre, que tan am
ablemente, sin conocernos, nos
alquilaba la casa para hablar sobre las cond
iciones del contrato, y
quedam
os que para el lun
es día 29 de febrero de 19
72 por la mañana
vendríam
os a recog
er la llave, ya qu
e ese día po
r la noche, tend
ría
que entregar la de Millán Astray.
El domingo día 28, en Archena y en Ulea damos las nuevas
para que los hermanos que vinieran a la reunión a M
olina de Segura,
vinieran preparados para hacer la mud
a de m
uebles a la casa nueva
de alquiler…
92
Cuando fuim
os a recog
er la llave, el día 29
por la mañana, el
dueño
nos
presentó mil
excusas
y no no
s dio
la llave…
Nos
quedam
os más helado
s qu
e la misma
llave…
Así qu
e pasamos
buscado casa todo el día desesperadamente, y el barbero, cada vez
que no
s veía nos pregu
ntaba preocupado
, po
rque vislumbraba qu
e nu
estra partida era inminente… E
ra de no
che, y no teníam
os casa.
Esas eran las tristes noticias con las que el barbero se marchó a su
casa. Cuando eran las siete de la tarde, y el C
ulto empezaba a las
ocho, alguien no
s indicó que en la m
isma calle pero con
nom
bre
distinto había una casa cerrada y qu
e el dueño vivía en Lorquí, un
pu
eblo entre A
rchena y M
olina de S
egura. Sin pérdida de tiem
po
alquilam
os un
taxi,
pues me
acom
pañó
el señor
Gom
ariz,
pregun
tamos por el du
eño, nos ind
ican la casa y la espo
sa nos dice
que está en el bar, allí vam
os y lo encontramos con unos am
igos, le
cuento lo
que m
e sucede, y el h
ombre me dice:
- L
a ca
sa n
o tien
e lu
z, p
onga
usted
el co
ntad
or a
cue
nta
del
alqu
iler
que
ser
á el
mis
mo
de la
casa
que
dej
a y
saca
ndo
unas
lla
ves
del b
olsi
llo
del p
anta
lón,
me
las en
treg
a di
cién
dom
e: Y
a tien
e ca
sa…
Rápidam
ente nos fuimos a casa a tiem
po justo de em
pezar la
reunión. Los hermanos de Archena y U
lea, vinieron en la furgon
eta
del herm
ano Antonio C
ascales preparados para llevar los m
uebles a
la nueva casa, ignorantes de tod
o lo sucedido. De mod
o, que una vez
term
inada la reunión
, nos pu
simos a recog
er y a llevar muebles y a
dejarlos amon
tonado
s en el nuevo domicilio en la calle Sevilla,
número 28, muy cerca. Era m
ás pequeña que la qu
e dejamos, pero
muy agradecido
s al Señor po
r su prov
isión. Esa misma
noche,
entregué la llave a la dueña de la calle M
illán Astray, dándole las
gracias por avisarno
s con un
mes de antelación
. Al día
siguiente, como
de costum
bre, me
presento en la
barbería, y Jesús el b
arbero, tod
o preocupado
me saluda diciendo:
- Viene a despedirse…
- N
o, le contesté, el Señor nos ha prov
isto de casa, y le cuento
lo ocurrido
al b
arbero y éste se q
uedó com
pletam
ente adm
irado,
viendo
con
sus
prop
ios
ojos un
milagro qu
e nu
estro
Dios
Todop
oderoso había hecho...
93
49.- YA TIENEN COCHE LOS SRES. M
ARTÍNEZ
En junio de 197
2 con un don
ativo qu
e nos mandaron los Sres.
Aerni de 50.000
.—Ptas., pu
dimos com
prar un coche SEAT 140
0-C
ex taxis de M
adrid, harto de vivir, pero fue un
alivio y de gran ayud
a al no tener qu
e subir cargados m
ás de un kilóm
etro desde donde nos
dejaba el autob
ús.
Nos enteram
os, q
ue en la calle Raimun
do de los Reyes, estaban
reparand
o un
a casa para alqu
ilar, así que vi a lo
s du
eños y les dijimos
para qué la queríam
os y a la vez que nos dejaran hacer un bautisterio,
a lo que asintieron. A
sí que, d
e nuevo nos trasladamos para tener los
Cultos en otra casa, también m
uy cerca de las anteriores.. Firmé el
contrato el 23
del m
es de septiembre de 197
2 de la nueva casa en
Raimun
do de los Reyes, 33
y tam
bién nos hicieron pagar un
año
por
adelantado, pero esta vez no
lo pagamos nosotros, sino la iglesia de
Archena, al ver que el Señor nos estaba bendiciend
o. C
asi toda la
casa qu
edó
como
un salón
para capilla. Nosotros
hicimos el
bautisterio un
poco
más alto
que el suelo, el cual no
s servía d
e plataforma. Allí estuv
imos hasta final del año
198
0.
Para prim
eros del 198
1 nos fuim
os a la calle Caridad 131 a la
casa que habían comprado los Sres. R
ivera, y aun
que ellos no
s la
dejaban gratis, nosotros no qu
isim
os abusar de su generosidad y le
pagamos un alquiler, aunq
ue fuera barato, a fin de compartir los
gastos, y a la vez enseñar a los nuevo
s creyentes a ser responsables.
Y el día 23 de mayo de dicho
año, inauguramos la capilla y tuvimos
cuatro días de Cultos especiales.
50.- CAMPAÑA EN MURCIA, M
OLINA DE SEGURA, ETC.
Hub
o en M
urcia capital en el mes d
e agosto d
e 19
72 u
na
Cam
paña conjunta con
Evangelismo
en Acción, Operación
y
Movilización
y La
Liga
del Testamento de Bolsillo, y
también
94
estuvieron en Molina repartiendo invitacion
es para las películas qu
e se proyectarían el 04 y el 11 de dicho
mes de agosto.
El día 03
tuve qu
e hablar con
el du
eño del cine C
onsu para
calm
ar su nerviosism
o alterado, po
rque quería devo
lverme
las
6.000.—
pesetas que le había entregado
por el alqu
iler de do
s viernes
y no p
royectar las p
elículas. Le hice saber q
ue h
abía firmado
y sellado un con
trato, el cual tod
avía conservo. Lo hice acordándo
me
del d
icho
pop
ular que: D
e M
olin
a ni
el p
olvo
ni l
a ha
rina
. Fue un lleno total el día 04 y no
tanto el día 11
. Se repartieron
multitud de Evangelios. Se proyectaron Los Inquietos y Tierra Santa.
Hasta las do
s de la mañana
quedam
os contestand
o multitud
de
pregun
tas y a la reunión
siguiente, acudieron
12 person
as nuevas.
Después de la Cam
paña, escribí 58
cartas a
seis ciudades
distintas de tod
as las personas que no
s dejaron sus direcciones para
que
les
visitáramos, positivamente sólo contestó un muchacho
estudiante del pueblo de M
ula.
51.- REUNIONES EN MULA (MURCIA)
De la C
ampaña que hub
o en la región
de Murcia del 04 al 11
de agosto de 1972, de todas las cartas escritas, positivam
ente sólo
contestó un muchacho estudiante de este pueblo.
Mula es ciudad cabeza de partido, y está a un
os 20 kilómetros
de A
rchena. El sábado
día 09 de diciembre de 197
2, fui a visitar al
muchacho qu
e solicitó la entrevista. El joven era un estud
iante de
Operación M
ovilización. A
la cita tam
bién se un
ió a nosotros un
señor. L
a conv
ersación
duró un poco más de do
s horas pu
diendo
satisfacer tod
a clase de preguntas. Com
o se notaba interés por parte
de los dueño
s de la casa los Sres. Piñero, seguí teniend
o reuniones
cada sábado po
r la tarde. Los vecinos ya los molestaban con los
dichos de siem
pre: N
o creen en la Virgen…
cuand
o alguno
s am
igos
empezaban a venir, entre ellos un po
licía mun
icipal.
El 17 de marzo, de 197
3 fui cargado con un
proyector y dos
películas, un
a científica y
otra con
un mensaje dado po
r Billy
Graham en TV., ilusionado pensand
o en la sorpresa y alegría que los
95
reunidos ib
an a llevar…
pero el asombro lo llevé yo al v
er lo
s rostros
de la fam
ilia cam
biados… algo había sucedido
… El S
eñor Piñero me
dijo con
cierto do
lor y tristeza:
-Mire,
hem
os lle
gado
a n
o po
der ni
dis
pone
r de
nue
stra
pro
pia
casa
…
Contánd
ome las presiones qu
e tenía con las person
as que le daban
trabajo y a las cuales se debe, ya que habían sido
influenciadas por
los sacerdotes…
Así que dejé de reunirm
e con ellos.
El 08
de abril de 198
1 escribía a las iglesia m
i carta circular de
oración y entre otras cosas les comun
icaba lo siguiente:
Var
ios jó
vene
s de
est
a Asa
mbl
ea, e
stán
sal
iend
o a
repa
rtir
liter
atur
a a
la c
iuda
d de
Mul
a, la
cual
fue
vis
itad
a ha
ce u
nos
años
y la
que
dista
de A
rche
na 2
1 ki
lóm
etro
s.
El 6 de enero de 19
82, aprovechando
la festividad del día, salimos
siete parejas a esta ciudad para pasar el día para visitar casa a casa,
haciendo
encuestas y regalando
un Evangelio de S. Juan, a lo
s qu
e no
lo tienen e invitánd
oles a hacer un curso po
r correspond
encia. E
n térm
inos generales no po
demos decir que tod
o fue positivo
, ya que
todo está trillado po
r los
llam
ados Testigos
de Jehová y
nos
confun
den con ellos, pero a pesar de to
do, h
icim
os varias salidas.
El martes día 16
de agosto de 19
88, me grabaron
un video de
45 m
inutos p
ara proy
ectarlo
en la televisión comunitaria, do
nde
había más de 1.000 asociado
s, según
me dijeron, para el m
es de
octubre o no
viem
bre. Ign
oro si lo proyectaron, ya qu
e no
vivíamos
en M
ula ni teníam
os a nadie que lo
pud
iera con
statar.
52.- EL FINAL DEL BARBERO
Jesús el barbero tenía por vecino de casa y de negocio a un hijo
de Jesús G
omariz, el
del
ace
ite, tam
bién llamado Jesús. El nego
cio
del aceite, lo tenía justo enfrente de la barbería, y su viviend
a, lejos
del negocio y también cerca y en la m
isma acera de la casa del
barbero. Jesús escuchaba de muy buena gana las conv
ersaciones que
96
teníam
os en la barbería, pues cuando
podía se escapaba para charlar
conm
igo o escuchar lo
que hablaba con
otras personas.
Un día en casa de Jesús G
omariz, hijo, les hablé a los dos tan
claram
ente del Evang
elio y de su necesidad de aceptar a Cristo como
Salvado
r, que term
inó diciendo
el B
arbero:
- E
stá
bien
cla
ro, s
i tú
y y
o no
ace
ptam
os a
l Se
ñor
es a
cau
sa
de n
uest
ros
nego
cios
, tú
por
el tu
yo y
yo
por
el m
ío…
¡Qué pena!
¡Cuántas personas pierden su felicidad eterna por lo m
ismo!
Más tarde se fueron
enfriando
y terminaron
escuchand
o a los
Testigos de Jehová…
De una carta de oración
escrita a las iglesias en jun
io de 19
74
saco lo siguiente: …
nues
tra
labo
r, la
de m
i es
posa
y u
n se
rvid
or, e
s co
mpl
etam
ente
pio
nera
, no
sól
o no
hab
ía n
ingú
n cr
eyen
te, cu
ando
em
peza
mos
, si
no tod
o lo
con
trar
io:
Tod
avía
cre
ían
cosa
s ra
ras
de
noso
tros
los
eva
ngél
icos
. Es
una
ciud
ad d
ura
por
su r
elig
iosi
dad,
se
dice
de
ella
que
es el Pequeño
Vaticano. E
s di
fíci
l qu
e se
visite
un
hoga
r qu
e no
se
encu
entr
e qu
e al
guno
de
sus
mie
mbr
os n
o se
a sa
cerd
ote,
rel
igio
so o
rel
igio
sa, et
c., pe
ro tam
bién
es
el p
uebl
o qu
e m
ás in
dustri
a co
nser
vera
hay
en
la p
rovi
ncia
. Alq
uila
mos
una
cas
a y
vivi
mos
en
ella
tre
s dí
as a
la
sem
ana
y lo
s ve
cino
s se
est
án d
ando
cu
enta
que
no llevam
os cuernos ni rabo…
Han
sid
o tr
es las
cas
as
que
hem
os a
lqui
lado
en
poco
más
de
dos
años
, y
la q
ue a
hora
te
nem
os s
e ha
aco
ndic
iona
do c
omo
Cap
illa
con
su
baut
iste
rio
y le
trer
o lu
min
oso.
Est
amos
esp
eran
do e
l per
miso
de a
pert
ura
más
de
un a
ño, c
uand
o no
s lo
den
, ten
drem
os b
autism
os. P
or a
hora
son
sól
o tr
es lo
s cr
eyen
tes.
El domingo día 24 de noviembre em
pezamos a tener C
ultos a
las 12
de la mañana, con
el fin
de dar mayor facilidad
a los
inconv
ersos, sin dejar de tener las reun
iones de lo
s lunes.
El domingo día 17 de ago
sto, por vez primera en la historia de
esta ciudad, h
ubo
bautismos d
e do
s herm
anos y
una señora; n
o vinieron
todos los que inv
itam
os, pero los 40 asientos y los pasillos
se llenaron con las person
as nuevas y con los creyentes qu
e vinieron
de Archena y Ulea.
97
El
día
16 de octubre
de 19
75 recibí po
r teléfono
la
comun
icación po
r D. Joaquín Guerola, qu
e ya teníamos el perm
iso
de apertura…
El d
omingo día uno de febrero de 197
6 tuvimos la presentación
de E
ster, un
a niña, hija de los jóvenes creyentes Alfon
so R
ivera
García y Rita Gom
ariz Soro. Com
o dicho acto era el prim
ero qu
e se
celebraba en este pu
eblo, fueron m
uchas las person
as de M
olina de
Segura que vinieron
, nu
nca tuvimos tantos molineros. El acto fue
aprovechado para que escucharan un
buen mensaje del Evang
elio.
El domingo día 07 de m
arzo de 1993
, se empezó a emitir por
Radio en Ond
a del Segura en Frecuencia Modulada en 97.8 MHz,
todos los domingos alas 9. 3
0 de la mañana en directo y en diferido
a
las 4. 30 por la tarde, pagand
o po
r cada emisión 50
.000
.—Ptas., y
todavía se sigue emitiend
o. El día 5 de febrero de 20
07 escribía a las
iglesias:
RAD
IO.- D
espu
és de
m
ante
ner
por
más
de
14
añ
os ca
da
dom
ingo
un
prog
ram
a de
45
min
utos
, pe
nsáb
amos
ter
min
ar c
on
dich
a et
apa
para
fin
al d
e es
te a
ño,
pero
cua
ndo
se h
abló
con
el
dire
ctor
de
la e
misor
a pa
ra d
ecirle
que
dej
ábam
os d
e em
itir
a p
artir
de e
nero
de
2008
, és
te, no
que
rien
do d
ejar
un
prog
ram
a qu
e le
ha
dado
pre
stig
io y
clien
tela
, de
cidi
ó re
gala
rnos
tod
o el
año
200
8. A
fina
les
de e
se a
ño d
imos
un
pequ
eño
dona
tivo
de
ayud
a pa
ra l
a em
isor
a. D
espu
és y
a ve
rem
os.
Despegue escalonado del grupo de Molina. Los A
nciano
s de
Archena, el día
07 de marzo de 19
93, les comunicam
os a
los
herm
anos de Molina de Segura de tener un
“de
seng
anch
e gr
adua
l”
de la iglesia madre, teniendo
cada domingo p
or la mañana, sus
Cultos de Partimiento del Pan, como iglesia, porqu
e hasta ahora se
hacía un
a vez al m
es y los m
artes las reun
iones de oración
. Para qu
e no
resultara m
uy violento, por la tarde seguían viniendo
a A
rchena,
porque pensamos que sería m
uy traum
ático cortar todo el dom
ingo,
tanto para ellos com
o para nosotros, el d
esen
ganc
harn
os de golpe…
Los p
rimeros m
eses d
e la segregación
tod
os n
os sentíam
os
tristes, los que nos quedábamos en Archena com
o los que no
venían
de M
olina de Segura, a pesar que por la tarde nos gozábamos al estar
juntos de nuevo.
98
Desenganche total.
De mod
o, q
ue d
espu
és d
e tres año
s y
medio y
una
vez
que
la herida había
cicatrizado, vimos la
conveniencia y la necesidad de cortar
el c
ordó
n um
bilica
l, para que
ellos tuvieran los C
ultos todo
el do
mingo sin venir a A
rchena, de
manera qu
e el dom
ingo día 22 de septiem
bre de 19
96 ya tuvieron
sus reun
iones el dom
ingo por la mañana y po
r la tarde y a la mismas
horas qu
e en Archena
Parece qu
e esta vez tod
os hem
os sabido
enca
jar
bien
el go
lpe.
Nosotros seguim
os yendo
los m
artes a su C
ulto de oración, com
o también cuando
no
s correspo
nde
predicar allí, igualm
ente ellos
vienen cuand
o les toca predicar aquí.
Com
o qu
iera que dicha separación era motivo de alegría, se
tuvo una reunión
especial el sábado día 21
, deseándoles que el Señor
les bend
iga en su nu
eva andadu
ra.
Los Sres. Dorozio se marchan a su país. Tal como
le
profeticé, por m
otivos fam
iliares, tuv
ieron qu
e vo
lver a su patria. El
23 de junio de ese año
escribía lo siguiente:
PABLO
DO
RO
ZIO
Y S
U F
AM
ILIA
lle
garo
n co
n no
sotr
os e
n el
ve
rano
de
1986
par
a co
labo
rar
con
los he
rman
os d
e Cie
za, D
espu
és
de u
nos
años
, se
tra
slad
aron
a M
olin
a de
Seg
ura
dond
e de
sde
allí
ayud
ó en
la
Obr
a en
difer
ente
s se
rvic
ios:
Rad
io,
Mes
a de
Lib
ros,
Estud
ios, e
tc.,
y ah
ora,
por
mot
ivos
fam
ilia
res, tie
nen
que
volv
er a
l C
anad
á, s
u pa
ís. Ellos
dej
an u
n hu
eco
que
ahor
a no
sotr
os ten
emos
qu
e re
llen
ar…
Los
Sre
s. D
oroz
io, h
an p
asad
o 16
año
s en
Esp
aña,
de
los
cual
es 10
lo
ha
n vi
vido
co
n no
sotr
os.
Los
pr
imer
os añ
os
tran
scur
rier
on e
ntre
Zar
agoz
a y
Mad
rid.
Des
eam
os q
ue e
l Se
ñor
les
ayud
e y
bend
iga
en su
nu
eva
anda
dura
. N
osot
ros
esta
mos
m
uy
agra
deci
dos a
ello
s y
al S
eñor
por
los añ
os q
ue n
os h
an d
ado.
53.- LA RIBERA DE MOLINA (MURCIA)
Este pequ
eño pu
eblo dista de Molina de S
egura como un
os
cinco kilómetros y a últimos de julio y prim
eros de agosto del año
19
74, v
inieron de vacaciones, desde Barcelona, a su pueblo natal una
familia recién
conv
ertidas, y
hablaron
a sus parientes de lo
que
habían conocido y como resultado un
a seño
ra soltera, C
armen M
arín
99
Gil, de 59 años de edad nos ofreció su casa para celebrar reunion
es
los sábados hasta final de agosto, porqu
e en septiem
bre vuelvo
a
tener la reunión
de los jóvenes en Archena.
54.- OBRA PINERA EN JUMILLA (MURCIA)
Esta
ciud
ad está distante de Archena po
co más de 50
kilómetros. Es la cun
a del espiritism
o y el que se confiesa no serlo es
cien por cien supersticioso. A principios del mes de marzo de 1973
y
por medio de Cursos Bíblicos po
r Correspondencia de Barcelona,
supe que, en Jum
illa había un estudiante. Con la dirección en m
i po
der, el martes día 03
de abril de ese año
, entré en con
tacto con el
alum
no Anton
io Carrión
, visitándole en su casa; y su edad venía a ser
de uno
s 58 año
s, era fun
cion
ario del A
yuntam
iento y trabajaba como
administrativo del cuerpo de policía mun
icipal, (
ya m
urió
). E
n el
pueblo era con
ocido po
r el
Cam
iser
o, porqu
e tiem
pos atrás cortaba y
hacía camisas. Me dijo que su conv
ersión fue a través de una Biblia
que le m
andaron desde Suiza.
Hablé con
él y con la esposa y la primera im
presión qu
e tuve de ese contacto fue que, A
nton
io era creyente, por su manera de
hablar y
de conocer las
Escrituras. Quedamos en celebrar un
a reunión para el martes día 10
, pero no se hizo y no recuerdo el
porqué.
Así que tuv
imos la primera reunión en su casa, situada en
la calle Salvado
r Pérez de los Cob
os el martes día 24 de abril de
1973. En dicha reun
ión estábamos: Anton
io, su esposa, una hija de
ambo
s, deficiente, un am
igo, invitado de A
nton
io, llam
ado Julián
Martínez, m
i esposa A
urora y un servidor. Los Sres. C
arrión tenían
dos hijas y un
hijo.
La segunda
reunión
la tuvimos el 08 de mayo del mismo
año, pero antes, por las calles y jardines, salía repartiend
o tratados.
En dicha reun
ión hu
bieron
siete personas y entre ellas la otra hija del
matrimon
io con
la que estuv
e dialog
ando com
o un
a hora.
La tercera reunión se celebró el 29 de m
ayo y estuvo
el
hijo del Sr. C
arrión, Julián y Edelm
iro, un seguidor del espiritismo.
10
0
Empezaron haber prob
lemas con el hijo porqu
e no
quería ni veía con
buenos ojos qu
e se celebraran reuniones en su casa…
La cuarta reunión la tuvimos el día 05
de junio, a la cual
vino una persona nueva llamada Joaquín. Con
todo, m
e estaba dando
cuenta que el Sr. Carrión
, me repetía constantem
ente que, cuando
se
retirara sería un discípulo incondicional del Señor, pero él se había
form
ado
y gu
iado
, espiritualmente solo, y solo qu
ería seguir y a su
aire…
Así que lo tuve que dejar y seguir con Julián M
artínez, viudo
, y en su casa, en la calle de los Pasos 57, tu
vimos un par de reunion
es,
nada m
ás. A
l principio venía a visitar los contactos cada 21 días,
después cada 15 y últimam
ente cada semana. E
ra dura la siembra,
pues hoy tenía una buena con
versación con algu
na persona y a la
siguiente semana ya estaba maleada…
Con
razón dice la Palabra: Irá
andan
do y lloran
do el que lleva la preciosa semilla, m
ás volverá a
venir con
regocijo, trayendo sus ga
villa
s. (Salmo 12
6. 6)
Para últimos del 197
3 nos estábamos reuniendo
, mientras
vivió, en casa de Sebastián C
orte
za un anciano de 89 años, v
iudo
que
vivía solo en la calle D
ionisio Guardiola, y en invierno, junto al
fuego de la chim
enea, no
s reun
imos alrededor de la Palabra; Julián
Martínez me pareció qu
e había nacido
de nu
evo po
r su cam
bio de
vida y cóm
o hablaba del Señor a la familia y amigos. En esos días
me acom
pañaban
alguno
s herm
anos de Archena: José García
el
Cap
ataz, José H
urtado
y Juan José V
idal y de Ulea, José Miralles
Maure.
El año 19
74 y primeros de 19
75 estuv
imos repartiendo
literatura por las calles y reun
iéndon
os algun
as veces en mi coche y
después
por mucho
s meses en un
cobertizo
que
tenía
Anton
io
Palazón
, el
Car
bone
ro, en la calle Federico García Lorca, do
nde
criaba conejos.
Com
o quiera que después de la com
ida del medio día m
e marchaba a Jumilla y hasta la noche no
celebrábamos la reun
ión, por
las calles repartíam
os literatura y por lo
s jardines hablábamos con
los
ancianos que sentado
s en los bancos, hacían pasar las ho
ras, así que
ellos aceptaban nuestra conv
ersación
con tal d
e estar entretenidos. E
n la P
laza del R
ollo o
Jard
ín d
el C
arac
ol, como popu
larm
ente se
10
1
conocía. A
llí cono
cí a José Jiménez, un acérrim
o espiritista, el cual
quería convencerme a mí en su creencia, hablándo
me con tal fervor
que mientras me hablaba, yo oraba, confesand
o al Señor que él en su
error me hablaba con más entusiasm
o y pasión que yo qu
e poseía la
Verdad…
con
la ayud
a del Señor, llegó a aceptarle como Salvado
r.
Le vend
í dos Biblia, una para él y otra para su hija con la cual vivía,
porque era viudo
. Él, después de con
vertirse, solía repetirme:
-
Cua
ndo
me
mue
ra,
quie
ro q
ue s
ea u
sted
el
que
me
entier
re p
ara
que
el p
uebl
o se
ent
ere
y se
pa d
el E
vang
elio
. Tam
bién con
ocí a Anton
io, un señor grueso qu
e también
se con
virtió al Señor, a Tim
oteo, a Agustín, a Ignacio…
a otros
mucho
s que no
me acuerdo de sus nom
bres y de otros qu
e no sup
e como se llam
aban.
En mayo de 197
5 el coche, un
SEAT 1400- C
dejó de
funcionar y fue a parar a la chatarra, pues cuando
lo compré ya era
un ex-taxis de M
adrid, h
arto d
e vivir…
Estuv
e yendo
a Jumilla
haciendo
auto-stop, pero m
e vi obligado a no
seguir, m
ientras el
Señor no me proveyera de otro coche, porqu
e un día llegu
é a casa de
madrugada con
la con
siguiente preocupación
de mi esposa.
La iglesia de La Florida estuvo recogiendo
ofrendas para la
compra de un coche, y de nu
evo se com
pró un SEAT 150
0, ex-taxi
de B
arcelona. En junio de 197
6, después de trece meses sin coche,
volví a ir a Jum
illa.
Cuand
o llegué a la Plaza del Rollo, antigua plaza de toros,
popularm
ente conocida po
r el j
ardí
n de
l C
arac
ol, a los ancianos
reunidos les pregunté po
r José Jim
énez, -al no verle-, y m
e dijeron
que había fallecido. Com
o qu
iera que sabía don
de vivía, fui a dar el
pésame a su hija, la cual, llorando m
e dijo:
- M
i pa
dre
quer
ía q
ue u
sted
lo
ente
rrar
a, p
ero
yo n
o sa
bía
su d
irec
ción
y n
o le
pud
e av
isar
…
A mediado
s de los meses de julio
y agosto de 19
76
proyecté en el Hog
ar del Pension
ista cuatro películas en cuatro
semanas seguidas.
Cada semana íbam
os por las calles repartiend
o literatura
por las calles y jardines con los herm
anos que m
e acom
pañaban. Los
más asiduos eran Juan José Vidal y José Miralles. A
lgun
a vez no
s
10
2
acom
pañó José Hurtado
y despu
és, siem
pre me acom
pañó
el prim
er
creyente de Archena: José García Díaz, e
l Cap
ataz
. En
mayo
del año
1982
em
pezamos a
salir, todos los
sábado
s, con
los jóv
enes por la mañana hacia Jumilla a pasar el día
repartiendo literatura y haciend
o encuestas y el sábado día 17
de julio
de ese año, cuando llevábamos dos horas y m
edia de casa en casa al
llam
ar en
una casa n
os salió al encuentro
Pedro E
spinosa Pérez
recién llegado
de la m
ili…
¡Qué alegría! Ya le conocía, pues el
misionero Juan
Frey m
e había comunicado
de su
conv
ersión
en
Zaragoza, y porqu
e en un perm
iso militar Pedro nos había visitado,
viniendo
con
su n
ovia M
aría, a la capilla de Archena, pero no
sabíam
os don
de vivía…
Por el mes de julio, José Martínez, nacido en Jum
illa y
casado
con Elvira Tejero, catalana, con tod
a la fam
ilia solían venir
de vacaciones desde Barcelona, p
ues esa era su residencia. Todos los
domingos venían a los C
ultos de A
rchena. Nos d
ijeron
de tener
Cultos
en su casa du
rante
el tiem
po qu
e ellos
estuvieran de
vacacion
es en la vivienda qu
e habían hecho
en la calle San A
ntón
, así qu
e aceptamos la invitación
y el jueves día 22 de julio de 1982
y
a las 09
de la n
oche n
os reunimos u
na v
eintena de p
ersonas y
dieciséis eran de Jum
illa…
Ellos se marcharon
acabado
el veraneo,
pero seguimos teniend
o los Cultos en la casa de los padres de Pedro
Espinosa, en la calle Ortega y Gasset 2
4, en el barrio de San Juan.
Tam
bién el d
ía 12 de octub
re del m
ismo año, al ser festivo
, pu
dimos salir por la tarde
a hacer encuestas, aunque teníam
os
programado pasar todo
el día, pero me avisaron
para qu
e predicara
en el entierro de María Rojas en Cieza, allí conoció José V
era Lóp
ez
a la hija de la difunta, Piedad Marqu
és R
ojas que, al año
siguiente,
term
inaría en bo
da. Despu
és del sepelio nos m
archem
os a Jum
illa, y
allí, d
espués de comerno
s el bo
cadillo, nos fuimos a visitar casa po
r casa.
10
3
55.- PRIMERA BODA EN JUMILLA
Pedro Espinosa
Pérez y
su novia
María González
Piqueras, querían unirse en m
atrimon
io para el 28 de agosto de 198
3,
y como quiera que no teníam
os un local d
onde celebrar la cerem
onia,
solicitamos el Salón
de Actos de la C
ámara Agraria, dond
e el padre
del no
vio era socio. H
ablé personalm
ente con el Presidente de la
misma, el cual m
e dio su con
sentim
iento. Enton
ces, allí mismo pido
un
a máquina de escribir y hago la solicitud
para tener po
r escrito la
conformidad, y así asegurarme qu
e, llegado
el día ,tend
ríam
os el
local, pero el d
ía 08 de ju
lio no
s llegó el escrito negativo…
Despu
és, pensando
que el qu
e se casaba era un
trabajado
r,
hablam
os con
un líder de la Unión
General de Trabajado
res y éste
nos cierra tam
bién las puertas diciénd
onos: Q
ue s
i fu
era
para
ten
er
una
reun
ión
de v
ecin
os d
el b
arrio
que
lo d
ejar
ía, pe
ro n
o pa
ra u
na
boda
...
Enton
ces
pensam
os
en
el
Salón
de
Actos
del
Ayuntam
iento, que
en aquellas fechas era
Alcalde D. Dionisio
González Otazo, y lo
solicitam
os el 1
4 de ju
lio, dándo
le entrada en el
Registro General con
el nú
mero 13
31 haciendo ver que los futuros
contrayentes eran hijos de Jum
illa, y tam
poco accedieron a nuestra
solicitud. D
e modo qu
e un agricultor pide algo qu
e tienen derecho
y
se lo
niegan, com
o ob
rero, fuimos a la Casa del P
ueblo, y lo echan, y
va a su
Ayuntam
iento
como
hijo d
el p
ueblo, y o
tro
tanto
de lo
mismo…
Así que la bo
da se celebró en vez del sábado día 27, com
o tenían p
royectado, el domingo 2
8 a las 12
de la m
añana en el
Restaurante Lon
don, don
de tam
bién se celebraría el banq
uete, al qu
e no
pud
imos estar, po
rque por la tarde a las 6.30 teníamos otra bo
da
en Archena. Despu
és del viaje de novios de Pedro y M
aría dejam
os la
casa de la calle Ortega
y Gasset 24 de los padres de Pedro y
empezamos a reunirnos en el primer piso de los recién casado
s, en la
calle Isaac Peral 18, 1º, B. Era una bendición
estar reuniéndono
s en
casa del primer m
atrimon
io de creyentes en Jum
illa, pero había el
10
4
inconv
eniente qu
e ellos viven en un piso, y
tener que llamar para qu
e te abran la pu
erta de la escalera, etc., y después vo
lver a llamar en la
puerta del piso, no era fácil para una persona nueva, po
r mucho
s deseos que tu
viera de escuchar a los protestantes…
10
5
10
6
56.- HABLANDO CON LA GENTE DE JUMILLA
10
7
Siempre
hacíam
os nu
estro
recorrido
por
el pu
eblo
repartiendo el B
oletín Informativo y hablando
con
los ancianos qu
e se sentaban en el Ja
rdín
del
Car
acol, y después no
s reun
íamos en la
casa de Pedro y M
aruja para tener el Culto.
Varios
de esos ancianos recibieron
al Señor como
Salvado
r, sin haber pisado nu
nca un
a capilla. R
ecuerdo al Sr. José
Jiménez,
un espiritista
que
me
hablaba
para conv
encerm
e y
acarrearme a su o
cultismo. E
n su fervo
r, m
e dijo si creía en la
reencarnación. Le dije que las personas al m
orir, cada uno
va a su
lugar, según lo que hayan creído. Entonces le di mi Biblia abierta en
(Hebreos 9. 2
7) y leyó:
- Y de la m
anera que está estab
lecido para los hom
bres
que mueran
una sola vez, y después de esto el juicio. Termina de
leer y m
e dice:
- A
quí s
omos
más
de
dos…
- Sí, le dije: U
sted, un servidor y el Señor, po
rque Él ha
prom
etido: P
orque don
de están d
os o
tres congregad
os en m
i nom
bre, allí estoy yo en m
edio d
e ellos. (S. Mateo 18. 20) L
e calaba tanto lo qu
e le decía, qu
e se puso pálido y enseñándo
me sus
brazos m
e dijo:
- M
e ha
n da
do e
scal
ofríos
y se
me
han
pues
to lo
bel
los de
pu
nta…
En las charlas qu
e teníam
os, el m
e decía, en su argot o
lenguaje m
ístico, q
ue él era
un p
ara
rayo
s… Y
para poder llevarle al
Señor y hacerle ver el error en el que estaba y creía, le pregunté:
- Qué es eso de para rayos?
- P
ues qu
e un
a pe
rson
a vi
ene
a m
í co
n u
na e
nfer
med
ad y
se
la e
lim
ino,
por
que
yo la
rec
ibo,
y d
espu
és m
e la
des
pego
dán
dom
e un
os m
asaj
es…
Tan convencido estaba de su ocultismo que me llegó a
decir qu
e el principal de su secta, les dijo a todos los reunidos qu
e para la sesión
siguiente, Jesucristo aparecería en el tejado
junto al
cañón de la chim
enea y que traería a un fotógrafo para que le hiciera
10
8
un retrato del cual harían una copia para cada uno
… -claro está, p
ara
vendérselas-
- Le dije: ¿S
ería usted tan amable enseñarme la fotografía
para la sem
ana qu
e viene? En eso qu
edam
os.
Fui a la casa de su hija, pues vivía con ella desde que se
quedó viudo, y m
e enseñó
un cuadro
de los qu
e se venden en las
tiendas, al qu
e popu
larm
ente le llam
an: El corazón de Jesús. Una
figura de ho
mbre de m
edio cuerpo, con barba y pelo largo en la
cabeza y en el centro del cuerpo un
corazón
… Cuand
o lo vi le dije:
-
¿Dón
de está el cañón
de la chimenea y
el tejado
? ¿U
sted lo vio
cuando
le dijeron
que ya se había aparecido? M
e contestó:
- N
osot
ros
no le
pu
dim
os v
er pe
ro sí
la
ap
arat
o de
fo
togr
afia
r…
- ¡Que bien le tim
aron
a usted y a tod
os los que allí
habían! ¿N
o se da cuenta?
Dicho
anciano
llegó a creer y a con
fesar al Señor com
o su
Salvado
r. M
e compró do
s Biblia, una para él y otra para su hija. Y
fue nada m
ás creer y empezar a testificar a los dem
ás ancianos de la
fe en Cristo. En cierta ocasión
me dijo:
- C
uand
o yo
me
vaya
con
el
Seño
r, q
uier
o qu
e us
ted
pred
ique
en
mi en
tier
ro p
ara
que
los
jum
illa
nos se
ent
eren
del
am
or
de D
ios. El 13
de mayo de 198
5, viniend
o de estar dos días en
Sevilla y nueve en la A
samblea de Huelva, cuand
o me faltaban uno
s 10
0 kilómetros para llegar a Archena, empecé a notar algo raro en el
coche y pu
de con
seguir llegar muy despacito a casa. Cuand
o lo vio el
mecánico me dijo que no valía la pena gastar dinero en él. Así que lo
di para la chatarra, lo qu
e hizo que por un año estuv
iera sin coche.
Al p
rincipio fui, y
endo
y viniendo haciendo
autostop. Una vez llegué
a casa a altas h
oras d
e la m
adrugada, haciéndo
le p
adecer a m
i esposa…
En oración le dije a Dios qu
e la obra en Jum
illa estaría sin
atenderla, m
ientras no
tuviera coche, el cual me lo propo
rcionaron
los
herm
anos de La
Florida de L`H
ospitalet
de Llobregat,
10
9
(Barcelona)…
otro ex taxis de Barcelona…
De mod
o que en m
ayo
de 198
6 ya tenía coche y reanud
é mis visitas a Jum
illa.
Me reuní de nuevo
en el jardín con los ancianos, Tim
oteo,
Ignacio, Juan, Agustín, etc., y
como
no viera
a José Jiménez
pregun
tó po
r él y
me
dijeron
que
hacía
unos meses qu
e había
fallecido, y fui a la casa de la hija para darle m
i más sentido
pésam
e,
y ella cuando la salud
é, llorando
me dijo:
-Mi pa
dre
quer
ía q
ue u
sted
le
ente
rrar
a y
habl
ara
en s
u se
pelio,
per
o yo
no
sabí
a de
qué
pue
blo
era
ni s
u di
recc
ión,
así
que
no
pu
de av
isar
le… Dios
sabe po
rqué perm
itió dicha
situación,
porque Él sabe hacer bien las cosas. ¡A Él sea la hon
ra y la gloria!.
En el año
19
86, po
r las tardes, los herm
anos que íbamos
de A
rchena com
o también los de Cieza, po
r las calles repartíam
os
más de 250 Boletines y hablábamos con la gente y después po
r la
noche celebrábam
os el C
ulto en casa de Pedro y M
aruja.
57.- ENTREVISTA EN RADIO MUNICIUPAL DE
JUMILLA En
Jumilla el día 26 d
e junio
de 1
986, fui inv
itado
y entrevistado po
r Radio Mun
icipal de Jumilla para hacerm
e un
a entrevista sob
re: ¿Q
ué creem
os los evangélicos? La interviú fue de
una ho
ra, desde las 4.30
de la tarde hasta las 5.30. Y
, cuando nadie
me oyera a dicha ho
ra, q
ue es mucho
decir, v
alió la pena aun
que sólo
fuera po
r ver cómo escuchaba Juana, la presentado
ra del program
a.
La entrevista se desarrolló de esta m
anera:
La
presentado
ra comenzó diciendo:
-
Tal
ve
z la
ig
nora
ncia
es
caus
a m
ucha
s ve
ces
de c
onfu
sion
es e
inj
ustici
as. Se
di
cen
cosa
s m
uy e
quiv
ocad
as e
n re
laci
ón a
la
doct
rina
eva
ngél
ica,
un
as v
eces
el er
ror
pued
e se
r pa
rcia
l y
otra
s to
tal,
por
ello
hem
os
teni
do p
or b
ueno
y c
onve
nien
te a
clar
ar a
lgun
os p
unto
s de
la
igle
sia
evan
gélica
, y
para
el
lo he
mos
in
vita
do al
pa
stor
de
la
ig
lesi
a ev
angé
lica
de
Arc
hena
a D
. Fra
ncis
co M
artíne
z:
- H
ola,
muy
bue
nas ta
rdes
.
11
0
- Buenas tardes.
- En
prim
er lu
gar
agra
dece
rle
el de
spla
zars
e de
sde
Arc
hena
has
ta a
quí p
ara
acla
rarn
os u
n po
co q
ue e
s es
to d
e la
igle
sia
evan
gélica
, pu
es s
egur
o qu
e m
ucho
s ci
udad
anos
de
Jum
illa
no
lo
sabe
n y
nue
stra
pri
mer
a pr
egun
ta s
ería
: ¿C
uánd
o na
ce l
a ig
lesi
a ev
angé
lica
? - L
a iglesia nace con la Biblia misma, es decir desde
Adán, quizá lo que me qu
ieres decir sea: ¿Cuánd
o nos separamos de
la ig
lesia católica rom
ana?
- S
í…
- Lo que más se conoce de nosotros, a nivel po
pular, es a
Lutero, pero antes qu
e él, hu
bieron
personas que discreparon con la
iglesia católica. Lo qu
e pasa, es que L
utero, al salir de la misma
iglesia católica rom
ana, produ
jo un bo
om. L
utero, al leer la Biblia, se
dio cuenta de algunas contradicciones de su fe con
la palabra de
Dios. Pero él, jam
ás pensó en crear un
a nu
eva religión
, sino reform
ar
o enderezar la suya, y eso le acarreó la excom
unión.
León X, el Papa de enton
ces, al principio, no le tom
ó en
cuenta las 95 tesis qu
e puso el año 15
97 en las puertas de la catedral,
pero después le excomulgó. A partir de enton
ces, sus seguido
res
fueron
llamados luteranos, evangélicos, p
rotestantes y
mil m
otes
más. Se puede decir qu
e desde ese mom
ento nos separam
os de la
iglesia católica de un
a manera más m
arcada…
- Por
lo
ta
nto
las
pala
bras
lu
tera
no,
prot
esta
nte
y ev
ange
lista
es lo
mis
mo.
¿N
o ha
y ni
ngun
a se
para
ción
?.
- Los matices dentro del protestantismo, son
muy
variados, com
o lo son
dentro del catolicism
o, ya que no es lo m
ismo
ser jesuita, que carmelita, o capuchino
, etc., todos católicos, pero con
sus diferencias. D
e mod
o qu
e dentro d
el p
rotestantism
o pasa lo
mismo.
- L
a ba
se d
el c
rist
iani
smo
evan
gélico
, ¿cu
ál e
s?
- La base es la palabra de Dios, en esto hay diferencia con
la iglesia católica, pues ella tiene tam
bién com
o base la tradición.
Nosotros aceptamos la tradición
cuando
está de acuerdo
con
la
Biblia, la palabra de D
ios, pero si la contradice, no
la aceptamos,
porque nuestra única base de fe es la palabra de Dios.
11
1
- S
egún
nue
stro
s da
tos
hay
vari
as v
ersi
ones
, co
mo
la d
e N
ácar
y C
olun
ga,
¿tod
as s
on i
gual
es,
o de
pend
e de
alg
ún f
acto
r pr
inci
pal p
ara
que
no to
das se
an la
s m
ism
as?
- Sí, depend
e de los tradu
ctores. Nácar y Colun
ga fueron
dos
traductores
católicos. Hay varias traduccion
es católicas
y ningun
a es igu
al, po
rque es completam
ente impo
sible qu
e distintos
traductores usen las m
ismas palabras para tradu
cir un m
ismo texto,
de esa m
anera se diferencian las m
al llamadas B
iblia católicas las
unas de las otras, com
o también las m
al llamada Biblia protestantes.
Supon
gamos que alguien recibe un
a carta en inglés y se la da a una
person
a para que se la tradu
zca, y a la vez se la da a tradu
cir a otra;
es improbable que las dos las tradu
zcan con
las m
ismas palabras; el
fondo será igu
al, pero no las frases. Puede que uno
diga: José, y el
otro traduzca: Pepe. Uno alubias y
el otro habichuelas. Así se
diferencian todas las traduccion
es, sean católicas o protestantes.
- E
ntre
mos
ya
en e
l te
ma;
dec
íam
os a
l pr
inci
pio,
que
ha
bían
muc
has
pers
onas
que
estab
an e
quiv
ocad
as e
n re
laci
ón a
est
a do
ctri
na,
sien
do e
sos
erro
res
parc
iale
s o
tota
les. S
e di
ce q
ue l
os
prot
esta
ntes
no
cree
n en
la
divi
nida
d de
Cri
sto,
en
su n
acim
ient
o vi
rgin
al, en
la
trin
idad
y e
n un
lar
go e
tc.,
¿qué
me
pued
e de
cir
a es
to?
- Esta es la doctrina de los testigos de Jehová, son ellos
los qu
e no creen que Cristo sea Dios, y el vu
lgo no
s mete a todo
s en
el m
ismo saco. L
os cristiano
s evangélicos, los llamados protestantes,
creemos en la divinidad del H
ijo de D
ios, creem
os que Él es D
ios,
como el Padre es Dios, y el Espíritu Santo es Dios, en esto som
os
iguales a los católicos. C
reem
os que la Virgen fue madre de Jesús.
Le pu
edo asegurar, sin ningun
a clase de falsa hum
ildad, ni tampo
co
me anim
a otra sentimiento, le puedo ratificar, porque estoy seguro,
que un
día estaré con
la V
irgen
María en
el cielo, así que esto
demuestra el error de tal acusación.
Siempre se nos ha acusado
de qu
e no
creemos en la
Virgen, yo no
sé dó
nde ni de qué nació tal reproche ni po
rqué. Es
con lo primero que siem
pre no
s atacan cuand
o hablam
os con
alguien.
Pero
si Cristo
nació
de un
a Virgen, y
ésta fue, la bendita
y bienaventurada Virgen María…
11
2
Cristo pud
o haber venido
a este mundo
com
o Él hubiera
querido, pues es D
ios, pero nació y fue de la Virgen María. Sin
María, no
hub
iera habido Jesús, ni un
Calvario, ni un
a resurrección
. De mod
o que creemos que nació por obra y po
der del Espíritu Santo.
No hu
bo relación sexu
al de varón alguno, n
i de José ni de nadie. A
sí
lo creem
os, y es teológicamente lo mismo que cree el católico. Es
lástim
a que en una España llam
ada católica, muchas person
as dud
en
de la encarnación del Hijo de D
ios. Creen que Cristo nació como un
ho
mbre cualqu
iera: De un m
acho y de un
a hembra, y esto es una
blasfemia. É
l nació po
r obra y poder del Espíritu Santo, en el vientre
de M
aría. C
uand
o me pregun
tan y ven lo que creo, m
e dicen:
- ¿
Tú
no c
rees
que
nac
ió d
e Jo
sé?
- L
es con
testo: N
o. N
ació de la V
irgen María y por el
Espíritu Santo.
- ¿
No
me
diga
s?, y
¿cóm
o fu
e?
- Para Dios muy fácil. Si de la nada lo hizo todo y no
s creó a nosotros, bien po
día entrar en un vientre y nacer para tomar
nuestra humanidad; p
ues era necesario que así lo hiciera, porque si Él
no m
oría por nuestros pecado
s, no había salvación para nadie.
- U
sted
a n
ombr
ado
la p
alab
ra t
eolo
gía,
y l
e pr
egun
to:
¿La
form
ació
n pa
ra ser
pas
tor, d
e dó
nde
la rec
ibe?
- Tenem
os nuestros estudios, claro está. N
uestros estudios
están basado
s en la Biblia qu
e es la pu
ra teología. Tenem
os estud
ios
para saber lo qu
e creemos y exp
licar lo que creem
os, p
orqu
e a veces
sabemos lo qu
e creemos pero no sabem
os cóm
o decirlo. T
enem
os
nuestros sem
inarios, etc.
- O
tra
fras
e qu
e se
oye
, es
que
los
pro
test
ante
s no
cre
en
en la
s bu
enas
obr
as p
ara
la ju
stific
ació
n.
- Lo qu
e decimos para no
confund
ir, es que las obras no
nos salvan. Si alguno
cree qu
e se puede gitanear con Dios, dándo
le
esto a cam
bio de aqu
ello, está equ
ivocado. Las obras dem
uestran lo
que somos. Yo no puedo
decir que un limon
ero lo es, si el fruto que
da son
naranjas, ni qu
e un naranjo es naranjo si echa limon
es. Del
mismo
mod
o, si alguien
dice qu
e es cristiano
y no
vive como
cristiano, se está arrop
ando
de algo que no le pertenece. Porque ho
y
11
3
llam
arse cristiano
es algo qu
e qu
eda
muy bien. No
fue
así al
principio, porqu
e ser cristiano era expo
nerse a perder la vida.
No creemos que las obras nos salvan, la Obra que no
s salva es la qu
e Cristo hizo a nuestro favor. Creem
os, ho
nestam
ente,
que si la person
a se salvara por las obras, entonces Cristo, ¿qué vino
hacer?, ¿un teatro en la cruz: Una Sem
ana Santa y una Navidad, p
ara
celebrarla, un
a con
bebidas y otra con p
rocesion
es? Si las ob
ras
salvaran, Cristo no hub
iera pasado po
r el G
etsemaní, dond
e su sud
or
era como grandes gotas de sangre. A
llí oró diciendo
: Abba, Pad
re,
todas las cosas son
posibles para ti.; aparta de mí esta cop
a; m
as
no lo q
ue yo
quiero, sino lo q
ue tú. O sea:
Est
aba
roga
ndo
al
Pad
re, q
ue si h
abía
alg
una
posi
bilida
d de
sal
var a
la h
uman
idad
, sin
ca
rgar
con
nue
stro
pec
ado, q
ue lo
man
ifes
tara
.(Y no era po
r miedo
al sufrimiento, pues no
era un cobarde nuestro Señor). Su ho
rror era
cargar con nuestro pecado qu
e tan alegre y livianamente solem
os
hacer. Era tan asqueroso para Jesús, tan repug
nante, que era com
o si
dijera al Padre:
Si e
s po
sibl
e qu
e la
hum
anid
ad s
e sa
lve
con
sus
buen
as o
bras
, ¡q
ue s
ea, pa
ra q
ue y
o no
car
gue
con
el p
ecad
o! Pero
tuvo que beber ese cáliz hasta las heces. Así que, si nuestras ob
ras
nos salvaran, ese sería el m
omento para qu
e Dios hubiera dicho:
Bue
no, H
ijo
mío
, su
be y
que
se
salv
en h
acie
ndo
buen
as o
bras
. Con
esto no quiero decir que las obras no valgan. Santiago en tod
a su
epístola, que es m
uy interesante, no
s dice: Muéstram
e tu fe sin tus
obras. L
o qu
e decía al principio; si dices que eres cristiano, vive
como
un cristiano. (Estaba nervioso y
se m
e pasó d
ecir lo
que
escribió S. P
ablo en (Efesios 2. 8
-9) Porque por gracia sois salvo
s,
por m
edio de la fe; y esto no de vo
sotros, p
ues es don
de Dios; no
por obras, para que nad
ie se gloríe.)
- H
a de
jado
ent
reve
r ta
mbi
én a
lgo
sobr
e la
s fies
tas
de
Sem
ana
Sant
a y
la N
avid
ad. Tal
vez
el cr
istian
o ev
angé
lico
, no
cre
e en
dic
has fies
tas ta
l y c
omo
las vi
vim
os lo
s ca
tólico
s ac
tual
men
te.
- Tristem
ente dichas fiestas han llegado a ser un
folklore y
una excusa para em
borracharse en N
avidad. No es la mejor m
anera
de recordar el nacim
iento del Hijo de D
ios, com
o también su muerte
en Sem
ana Santa. No sólo lo digo yo, sino qu
e también la iglesia
católica está de acuerdo
con
migo. P
osiblemente en otros tiem
pos
11
4
dichas fiestas tuvieran su virtud, pero no
hoy. Además, com
o la
mayoría que gobierna, es cristina nada más que de nombre, suele
abando
nar lo bueno
para coger lo m
alo, com
o es: La lascivia, la
lujuria, las bo
rracheras, etc., es lo
que se ve en dichas fiestas.
Nosotros
las
celebram
os
de
una
manera
íntima.
Aprov
echamos dichas festividades para hablar del nacim
iento del
Señor, aunque no sea la fecha exacta, porqu
e no se sabe en que mes
nació, pero un
día tuv
o que nacer y hablamos del porqué vino en esa
época, no antes ni despu
és, etc. lo mismo hacemos en Sem
ana Santa.
Entre otras cosas, solemos predicar sobre
las siete palabras tan
impo
rtantes qu
e Jesús pronun
ció en la cruz.
- T
ambi
én s
e di
ce d
e vo
sotr
os, S
r. M
artíne
z, q
ue n
o te
néis
sa
cerd
ocio
ni s
acrifici
os, ¿
qué
tien
e qu
e de
cir a
esto
? - P
ara los evangélicos el sacerdo
cio es universal, creem
os
que todo
cristiano debe ser un
sacerdote. Sacrificios para ganarnos
con ellos el cielo, no
tenem
os, porque el sacrificio que D
ios aceptó
fue el de su amado Hijo, y no hay más. Permitidme que os lea unas
frases que se no
s dice en el libro de Hebreos en el capítulo nueve y
versos veintisiete y veintiocho, don
de nos habla del solo sacrificio de
Jesús: Y
de la m
anera que está estab
lecido para los hom
bres que
mueran
un sola vez, y después el juicio, así también C
risto fue
ofrecido
una
sola vez para
llevar los pecad
os de
muchos; y
aparecerá
por segunda
vez, sin relación con
el pecad
o, p
ara
salvar a los que le esperan. Así también Cristo fue ofrecido una
sola vez. Creem
os que con Su sacrificio fue suficiente. D
ios cuando
hace algo, no necesita repetirlo, n
i qu
e nadie le secun
de, tod
o lo hace
perfecto, y profesamos que el sacrificio del H
ijo de Dios es suficiente
para salvar a todo pecador y cam
biar su vida, po
r mal que esté. La
cambió al ladrón en la cruz, aunq
ue no pu
do dem
ostrarla porqu
e murió, pero si ese ho
mbre hu
biera vivido, hu
bieran visto un cambio
radical. Ya no
rob
aría ni mataría nun
ca m
ás. Este fue el cam
bio qu
e hizo Cristo y sigue haciendo
el Cristo viviente. Cristo, para mucho
s,
sigue clavado, enm
aderado…
Pero el Cristo de la Biblia es un Cristo
vivo y personal d
e ahora y de siempre.
- E
so, c
on res
pect
o al
sac
rifici
o, ¿
y de
l sac
erdo
cio?
11
5
- Y
a he dicho que todos los creyentes som
os sacerdo
tes,
ahora bien, si entiend
es que para ser sacerdote hay qu
e ser célibe, te
diré que no, y no lo creo yo sino también lo
cree la ig
lesia católica, lo
que pasa q
ue h
ay m
alos entendido
s. R
ecuerdo
haber leído
en la
revista Mundo
Cristiano
, hace unos siete a diez años, que al director
de dicha revista le hicieron la pregunta que contestó m
uy bien:
- ¿Por qué los curas no se casan? C
ontestó con estos
versículos que se encuentran en (1ª Tim
oteo 3. 1-7) Palab
ra fiel: Si
algu
no an
hela ob
ispad
o, buen
a ob
ra desea. P
ero es necesario que
el obispo sea irreprensible, marido de una sola m
ujer, sob
rio,
pruden
te, decoroso, hosped
ador, ap
to para enseñar; no dad
o al
vino, no pen
den
ciero, no codicioso de deshon
estas ganan
cias, sino
amab
le, a
pacible, n
o av
aro; que go
biern
e bien su casa, que tenga
a sus hijos en sujeción con
tod
a hon
estidad
(pues el que no sabe
gobernar su casa, ¿cómo cu
idará de la casa de Dios?) no un
neófito, no
sea
que enva
neciéndose caiga
en con
den
ación d
el
diablo. T
ambién es necesario que tenga buen testimon
io de los de
afuera, para que no caiga en
descréd
ito y en lazo del diablo. Así
contestó el d
irector, y seguidamente dio sus razon
es del por qué no se
casan, y m
ás o m
enos decía así:
- Bíblicamente no tenemos ninguna razón
, pero los Papas
y la iglesia así lo qu
ieren y les ob
edecem
os. Reconociend
o qu
e el
celibato no es algo qu
e Dios lo haya mandado. Y yo añado: D
ios
puso el am
or en el corazón de las personas, y nadie nos pu
ede privar
de ese derecho
, a no
ser que uno volun
tariam
ente quiera hacerlo, no
por la obligación de una religión o secta, de lo cual están de acuerdo
miles de sacerdotes, no
sólo en el mundo
, sino tam
bién en España.
Com
o sabes, hace un
par de meses, más o m
enos, en televisión, fue
escand
aloso
lo q
ue se vio
sobre este asunto: M
uchos sacerdotes
quieren casarse y a la vez ser sacerdo
tes y no
los dejan.
- S
í, pa
rece
que
fuer
on u
nos sa
cerd
otes
de
Bar
celo
na.
- Y
no sólo esos sacerdotes, sino
inclusive aqu
ellos qu
e siguen el celibato.
- S
igui
endo
el te
ma…
Le
esto
y ob
serv
ando
y v
eo q
ue n
o llev
a ni
ngun
a ve
stim
enta
esp
ecia
l, ni
ngún
sig
no e
xter
ior
que
diga
qu
e us
ted
es p
asto
r o
sace
rdot
e de
una
igl
esia
eva
ngél
ica.
¿Por
qué
11
6
mot
ivo
la igl
esia
eva
ngél
ica
sus
min
istros
vis
ten
com
o un
a pe
rson
a no
rmal
y c
orri
ente
? - S
e dice q
ue el hábito h
ace al m
onje, pero n
osotros
decimos todo lo con
trario, qu
e el hábito no
hace al m
onje. Creem
os
que si C
risto viviera vestiría com
o un
a person
a no
rmal. Si Él vestía
con túnica, era porque en su tiempo
eso era lo qu
e se usaba. Y
nosotros no debemos usar un
os atuendos especiales para hacernos
respetar; a quien debem
os respetar es a la palabra de Dios.
Cuand
o un
servido
r sube al púlpito, no me respetan a m
í,
sino a la palabra de D
ios, y esto es lo herm
oso. E
s po
sible qu
e el
vestir de una form
a diferente, a esa persona le prive de hacer o decir
ciertas cosas po
rque el vestido le delata, y tam
bién puede que al
vestir d
e manera distinta le de ciertos p
rivilegios. Pero
nosotros
querem
os hacer las cosas como
creemos que
es lo bíblico, no
llam
ando
la atención
. Lo qu
e intentam
os es que vean al Señor no a
nosotros.
- ¿
Hab
iénd
ote
escu
chad
o so
bre
el res
peto
a la
pala
bra
de
Dio
s, s
e pu
ede
deci
r qu
e lo
s pr
otes
tant
es n
o cr
een
nada
más
que
en
la B
iblia?
- Se puede decir qu
e sí, qu
e la B
iblia es nuestra regla de
fe, tam
bién creem
os en la historia de España, pero esto no no
s salva,
creemos en muchas otras cosas, pero nuestra regla de fe es la palabra
de Dios.
- H
ay a
lgo
tam
bién
muy
im
port
ante
y e
s qu
e vo
sotros
en
vues
tros
tem
plos
no
tené
is im
ágen
es n
i la
imag
en d
e C
rist
o.
- Sí, no tenemos ninguna representación, y…
- ¿
Est
o es
por
alg
ún m
otiv
o es
peci
al?
- Sí, sé con
testar, pero no quisiera herir a nadie, porque
soy consciente que m
uchas person
as católicas rom
anas nos están
escuchando
y no qu
isiera lastimar la conciencia delicada de ningún
jumilla no, al cual amo.
No tenemos imágenes, p
orqu
e, hon
estamente creem
os, q
ue
no debem
os tenerlas, ya qu
e en el segund
o mandamiento de la Ley
de D
ios nos lo prohíbe, q
ue por cierto en el catecism
o católico dicho
mandamiento
está muy
restringido
, Dios no
s dice: No
te h
arás
imag
en, ni ningu
na semejan
za de lo que esté arriba en
el cielo, y
11
7
yo entiendo
que arriba en
el cielo está Dios, está Jesucristo, la
Virgen, los apó
stoles, etc., y el m
andamiento no
s dice: No te harás
imag
en, n
i ningu
na semejan
za de lo que esté arriba en
el cielo, ni
abajo en
la tierra, ni en
las agu
as d
ebajo de la tierra. N
o te
inclinarás a ellas, n
i las hon
rarás; porque yo
soy
Jehov
á tu Dios.
En el Evangelio de S. Juan, cuand
o el Señor hablaba con
la
samaritana, la cual ado
raba en el m
onte G
ericim
y los judíos en
Jerusalén, le planteó
la pregunta a
Cristo
diciéndole: Nuestros
pad
res ad
oraron
en este mon
te, y
vosotros decís que en
Jerusalén
es el lugar don
de se debe ad
orar. Y C
risto le dijo: …
ni en este
mon
te, ni en
Jerusalén. A D
ios hay que adorarle en espíritu y en
verdad
; porque también el Pad
re tales adorad
ores busca que le
adoren
. Eso es lo que a Dios le agrada.
S. Pablo n
o quiso
recibir adoración. E
n cierta o
casión
qu
isieron hacerle sacrificios en su ho
nor, porque creían que era un
dios que había descend
ido de los cielos, y él rompió sus vestiduras
para que vieran que era un
hom
bre vu
lgar, con ciertos po
deres qu
e Dios le había dado, pero sólo era un ho
mbre, que la gloria se la
dieran a Dios.
Tam
bién S. Pedro visitand
o al prim
er gentil que
se
convirtió al evangelio, este rom
ano al verle se arrodilló ante él y
S.Pedro le leva
ntó, diciendo: L
eván
tate, pues yo mismo también
soy hom
bre.
Juan el evangelista, quiso adorar al áng
el que le mostraba
las cosas qu
e estaba presentando del cielo, pero él le dijo: M
ira, no
lo hag
as; porque
yo soy
consiervo
tuyo
…Adora
a Dios. De
manera qu
e po
r esta y por m
uchas razones, que aho
ra no tenemos
tiem
po para explicar, nosotros no tenemos imágenes, po
r respeto a
Dios. No por llevar la contra a este o aquella religión
. Sólo qu
erem
os
ser fieles a la palabra de D
ios y a nu
estra conciencia. Digan lo qu
e digan. ¿Que esto no es po
pular?, lo sabemos, p
ero no
nos im
porta.
- L
o qu
e si
ten
go e
nten
dido
es
que
en a
lgun
as i
gles
ias
evan
gélica
s tien
en u
na c
ruz, sin
imag
en.
- Es cierto. Algun
as tienen un
a cruz, como
símbo
lo
cristiano. -
Hag
amos
una
pau
sa p
ara
dar pa
so a
la p
ublici
dad.
11
8
Despu
és de la pub
licidad, la presentadora dijo:
- M
ient
ras
está
bam
os e
n el
des
cans
o, n
uestro
com
pañe
ro
Juan
Ant
onio
So
ler, le
ha
cía
una
preg
unta
a
nues
tro
invi
tado
, pr
egun
ta y
res
pues
ta, qu
e a
cont
inua
ción
que
rem
os q
ue la
escu
chen
to
dos
nues
tros
ra
dioy
ente
s.
Pre
gunt
aba
Juan
Ant
onio
al
Sr
. M
artíne
z, p
asto
r de
la
igle
sia
evan
gélica
de
Arc
hena
, si cr
eía
en los
ex
trat
erre
stre
s, lo
que
act
ualm
ente
est
á m
uy e
n m
oda,
y a
sí c
onte
stó:
- No soy un
exp
erto, n
o sé si existen o no, pero pienso que
todas las person
as que así lo creen, es porque esperan que todos los
males de este m
undo
los solucione alguien de otro m
undo
. En esto
estoy de acuerdo, sí, el rem
edio viene del exterior, no de aqu
í. Y
dicho socorro ya lo tenemos: ¡Cristo! É
l vino de otro m
undo para
solucion
ar nuestros prob
lemas m
orales y espirituales.
Sup
oniend
o que hu
biera personas en otros mun
dos, a pesar
de tod
o, no menguaría m
i fe en el Señor, p
orqu
e sé que la muerte de
Cristo tendría validez para ellos tam
bién, po
rque la muerte de Cristo
es de valor infinito.
Por siglos estuvimos ign
orando que existiera A
mérica del
Norte y
la del Sur, pero Jesús también había
muerto
para los
americanos, de m
odo qu
e su m
uerte fue valedera para ellos también,
de forma qu
e de existir personas en otros planetas, la muerte de
Cristo también lo
s cubriría a ellos.
- Esp
eram
os qu
e la
pr
egun
ta qu
eda
cont
esta
da pa
ra
nues
tro
com
pañe
ro
y pa
ra
aque
llas
pe
rson
as
que
les
pued
a in
tere
sar. V
olva
mos
a
lo q
ue n
os i
nter
esa
refe
rent
e a
la i
gles
ia
evan
gélica
. - J
esús
dijo,
más
o
men
os l
o qu
e vo
y a
expr
esar
a
cont
inua
ción
: A
qu
ien
le
s pe
rdon
arei
s lo
s pe
cado
s le
se
rán
perd
onad
os y
a q
uien
se
lo r
etuv
iere
is le
será
n re
teni
dos. P
ero
para
vo
sotr
os n
o ex
iste
el c
onfe
sion
ario
, ¿po
r qu
é?
Es cierto, pero has de saber, que tam
poco existió en la
prim
era iglesia. Tod
o em
pezó pidiend
o consejo al m
inistro del Señor
y al final se ha llegado
a la confesión auricular. N
osotros creemos
que el único que puede perdo
nar pecados es Dios, y es tan sagrado…
(vuelvo hacer un
inciso: N
o qu
iero herir a ninguna persona, pero m
e
11
9
has hecho la pregunta y tengo que contestar); es tan sagrado y tan
person
al, qu
e no
debe haber ning
ún intermediario entre Dios y la
person
a, porqu
e el único m
ediador, que dice la B
iblia qu
e hay entre
Dios y los ho
mbres, es Jesucristo; el ú
nico. N
o nos deja otra opción
. Sob
re lo qu
e dijo Jesús: A quienes remitiereis los
pecad
os, le son
rem
itidos; y a quienes se lo retuviereis, le son
retenidos. Es cierto. Dicho
mandamiento también es para m
í y para
cada cristiano
. Supon
gamos que un am
igo está en apuros porqu
e le
han culpado de un ho
micidio, y como le con
ozco a fondo
, sé que es
inocente, que es incapaz de matar ni a un
a mosca, pero las pruebas
están en su contra. Voy a la cárcel y hablo con
él de corazón
a
corazón y con lágrim
as en los ojos m
e dice: Tú, m
i am
igo también
piensas que soy un criminal. Me do
y cuenta que es inocente. Hablo
con el ju
ez a su favo
r, pero él m
e dice: Los pistas le condenan y debe
morir dentro de tres días.
Viend
o qu
e se va a cometer una injusticia, hablo con el
presidente de la nación y con el rey, y ellos me creen, por tod
as las
razones
que
les
expo
ngo. A continuación me
extienden
un
salvocon
ducto, para qu
e liberen a mi am
igo de la muerte y de la
cárcel. Es
tan
grande mi alegría
al saber qu
e mi am
igo
está
perdon
ado e indultado, que m
e tomo la licencia de beber unas copas
en su ho
nor y me em
briago y la bo
rrachera m
e du
ra cuatro días, así
que cuando llego, mi am
igo ha sido ejecutado. T
enía el indulto, el
perdón
, la libertad en m
i mano, pero la m
alogré. Eso fue lo qu
e Cristo qu
iso decir a sus apóstoles y a todo
cristiano
: Si retenemos el
Evang
elio a las personas, les estam
os privando del perdón
que en
Cristo pu
eden encon
trar.
No
vemos en las
Sagradas
Escrituras
esta clase
de
confesión. El perdón
de los un
os a los otros, sí. Pero que yo te de un
bofetón y le diga a tu amigo qu
e me perdon
e… Eso no tiene sentido.
Y como qu
iera que a él no
le du
ele, m
e perdon
a. El perdón te lo
debo pedir a ti, la person
a ofendida y también a Dios por ofender a su
criatura.
Algun
as personas no
s dicen que confesarse a D
ios y no
a
un hom
bre, es demasiado fácil. Si de verdad creen que es cóm
odo,
que lo prueben. A D
ios no
le podemos eng
añar com
o se hace a los
12
0
hombres. Pero, ¿ponte delante de D
ios a decirle mentiras?…
No es
fácil; se sufre vergüenza, si hay un
verdadero arrepentimiento. E
l perdón
se le pide a Dios a través de los méritos de su H
ijo, y D
ios
nos perdona, porque para eso m
urió su Hijo, para lavarnos de todo
pecado
. Sólo Dios pu
ede perdon
ar pecados. Los E
vang
elios no
s cuentan de aqu
el paralítico qu
e fue llevado po
r cuatro, y Jesús viend
o la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus
pecad
os te son
perdon
ados. E
stab
an allí sentados algunos de los escribas, los
cuales cavilaban
en
sus corazones: ¿P
or qué hab
la éste así?
Blasfem
ias dice. ¿quién pued
e perdon
ar pecad
os, sino sólo Dios?,
y es verdad, sólo Dios pu
ede perdon
ar; lo que no sabían que Él era
Dios.
- E
sa s
ería
una
de
las
prin
cipa
les
dife
renc
ias
que
exis
ten
entre
cató
lico
s y
prot
esta
ntes
. ¿Q
ué m
e pu
edes
de
cir
sobr
e el
ba
utis
mo,
se
hace
en
la ig
lesi
a ev
angé
lica
? Sí,
lo hacemos, como
ahora
lo está recomendand
o la
iglesia católica, -por lo
menos eso es lo q
ue escuchado
de mis
vecino
s-, qu
e cuando
van
los padres a
hablar con
el cura para
concertar la fecha del bautism
o de su bebé, el cura les recomiend
a esperar a que sean m
ayores o por lo menos de ocho
a diez años, p
ero
los padres se em
peñan en seguir la tradición y los bautizan…
La iglesia católica tam
poco bautizó niños, lo hizo bien
tarde. D
e las muchas veces qu
e he estado en León, en un
a de ellas
visité su catedral, qu
e es preciosa y también la colegiata de S
an
Isidoro, que por cierto, tu
ve que pagar un dinero; tam
bién m
uy bon
ita
con pinturas y libros antiguos, etc., pero lo qu
e más m
e llam
ó la
atención
fue el bautisterio en el suelo, no un
a pilita, sino un
a piscina,
y la cicerone no
s explico: “Esto es un bautisterio do
nde los cristianos
se bautizaban, porqu
e antes la iglesia bautizaba a personas mayores y
no a niños”. Entonces, con cierta picardía le dije: ¿Y
por qué no se
hace aho
ra? Ella sonrió y siguió adelante. D
e manera que no
siempre
bautizó niños la ig
lesia católica.
Nosotros bautizam
os a personas qu
e saben lo que creen y
lo que quieren. ¿P
or qué? Por m
uchas razones: L
a Virgen María,
presentó a Jesús en el tem
plo y no
sotros hacem
os lo qu
e ella hizo.
12
1
Cristo se bautizó cuand
o tenía más o m
enos treinta año
s. D
e mod
o qu
e no
sotros b
autizamos a m
ayores no
a niño
s, sabiend
o lo q
ue
creen, personas que han cambiado sus vidas. O
s invito a vosotros y a
los jumillano
s qu
e qu
ieran, a ver uno
s bautismos, q
ue Dios mediante,
tendremos el do
mingo que viene día 13 a las siete de la tarde. Y
po
dréis escuchar sus testim
onios y po
r qué lo hacen.
Además C
risto dijo, después de haber resucitado de los
muertos: Id por tod
o el m
undo y predicad
el Eva
ngelio a toda
criatura. E
l que creyere y fuere bau
tizado, será salvo; m
as el que
no creyere, será conden
ado. El que creyere, un bebé no pu
ede
creer, de mod
o qu
e bautizam
os a personas que pu
eden creer y han
creído
. - V
osot
ros, ¿
prac
ticá
is la
com
unió
n de
niñ
os?
No. L
a comunión se la damos a personas, no solamente
mayores, sino
las que han creído y se han bautizado, es entonces
cuando
las hacem
os m
iembros com
ulgantes. Para qu
e me entiendan
os pon
dré un
ejemplo práctico: Tengo cuatro hijos, el segundo se
bautiza ahora el d
ía 1
3 y
tiene 16
año
s. A
unqu
e es h
ijo
mío y
creyente, h
asta ahora no toma parte de la comunión, no toma del pan
ni del vino. Lo tomará el día que se bautice. Él, en su día me dijo:
“Papá, he creído
en el Señor com
o mi salvador y quiero bautizarme”.
Este do
mingo será un
día de mucho
gozo para m
í, lo m
ismo qu
e lo
fue cuando el mayor se bautizó teniendo 19 años. Nunca obligué a
ningun
o de m
is hijos a bautizarse. C
laro está qu
e les enseño
lo qu
e creo, es m
i ob
ligación
, pero no en sus decisiones person
ales. No
quise influir ni empu
jar a hacer lo que no sintieran por qu
erer lavar
mi im
agen. Jam
ás le dije a m
is hijos tal cosa, ni se lo diré al resto de
los qu
e me qu
edan, lo que sí qu
iero es que crean de verdad y qu
e lo
hagan de verdad. D
e mod
o qu
e sólo bautizamos a personas mayores
que creen, no a niño
s. Si los niños se bautizan como si no, si mueren
van al cielo. Lo digo para qu
e sepan los padres que se les murió un
hijo sin bautizar, que están en el cielo, no
en el lim
bo. La iglesia
católica lo sabe. Cristo dijo: Dejad
a los niños ven
ir a m
í, y no se
impidáis; porque de los tales -de ellos- es el reino de Dios.
-
Sigu
iend
o co
n el
tem
a, p
regu
nto:
¿C
ómo
es u
na m
isa
norm
al e
n la
igle
sia
evan
gélica
.
12
2
- N
osotros tenemos diferentes Cultos: El domingo por la
mañana
celebram
os la Com
unión
o Cena
del Señor, do
nde
los
miembros ya bautizados, participan del pan y del vino, no sólo una
especie, o sea, como Cristo lo celebró. Aun
que tengo entend
ido qu
e hay ciertas reun
iones católicas qu
e también celebran la com
unión
con pan y vino
. Quizá la diferencia estriba en qu
e nosotros el pan,
sigue siendo
pan y el vino
sigue siendo vino. No creemos en la
transustanciación, que el p
an se conv
ierta en el cuerpo de Cristo, etc.,
ni creem
os que se está celebrando la m
uerte de C
risto de m
anera
incruenta. Creem
os que Cristo murió una sola vez y para siempre. De
modo
que lo q
ue h
acem
os, lo h
acem
os en
Su
mem
oria, no
hay
ningún
sacrificio. Fue lo qu
e Cristo mandó
: Haced
esto todas las
veces que la bebiereis en m
emoria de mí…
hasta que venga, y en
su m
emoria lo hacemos. Así lo creemos y así lo practicamos. Cristo
murió una sola vez y no
tiene que repetir su muerte ni cruenta ni
incruentam
ente.
Despu
és tenemos una
ofrenda
o colecta
para sufragar
gastos, p
orqu
e no
recibim
os ninguna paga del estado
, ni la qu
erem
os.
Som
os partidarios de qu
e aquel que qu
iera religión qu
e la pague, y el
que no
la qu
iera no la pague. Tod
o lo referente a nuestros Cultos,
nosotros los costeamos. Después de la comun
ión, tenemos un
a predicación. Este Culto suele durar una hora a hora y m
edia.
Por la tarde
tenemos un
Culto qu
e llam
amos de
evangelización
. Generalmente se hace para las personas que vienen
nuevas. Les exp
licamos el Evangelio de mod
o sencillo para qu
e lo
entiendan. Dura una ho
ra. H
ay cánticos y son dos los predicadores.
Tam
bién tenemos, entre
semana, un Culto de oración,
donde
se da un
pequ
eño
mensaje que
puede
durar un
os veinte
minutos,
anim
ando
y
estimulando
a
los
feligreses a
orar.
Generalmente son bastantes los que oramos con
voz aud
ible, sin
tener qu
e llevar un turno rigu
roso, todos le escuchamos y decim
os
amén a su am
én. Pedim
os por cosas m
uy diversas, com
o por los
enferm
os, por nuestras autoridades, etc.
Tam
bién tenemos el Culto de estudio
bíblico
dond
e estudiam
os verso a verso de un
libro de la Biblia, o puede ser que se
12
3
estudie
sobre
algún
tema. En
dicho
estudio, pu
eden hacernos
pregun
tas, y el estud
io puede alargarse m
ás de la hora.
- H
ablá
bam
os d
e al
guno
s de
los
sac
ram
ento
s qu
e se
ha
cen
a trav
és d
e la
igl
esia
, po
r ej
empl
o el
del
mat
rim
onio
: ¿L
a ig
lesi
a ev
angé
lica
eje
rce
este
sac
ram
ento
? - Predicamos en las bodas, pero antes los novios han ido
al Registro Civil y ante el juez se han unido
, porque el casam
iento es
Civil.
- ¿
Est
án a
utor
izad
os p
ara
la u
nció
n de
enf
erm
os?
- Siempre oram
os por los enfermos, p
ero no de un
a form
a ritual sino de corazón
, porque los m
iembros de la iglesia formam
os
una gran fam
ilia y no hace falta que llamen al pastor, p
orqu
e vo
y en
cuanto m
e entero que está enferm
o; y no sólo yo, sino cualqu
iera de
los
miembros, lo hacemos de un
a manera
espo
ntánea y
viva.
Nosotros
no confesam
os a
los
enferm
os, pero nuestras visitas
siem
pre la tienen. Si en la habitación
nos encontram
os varios, tod
os
oram
os a favor de su salud
, además de hacerlo en nuestra capilla.
- L
a ig
lesi
a ev
angé
lica
, ¿t
iene
fut
uro,
cre
e qu
e la
gen
te
está
ani
mad
a a
part
icip
ar?
- L
a gente sólo quiere vivir la vida a su antojo, y de la
religión
pasa. L
os jóv
enes van a su “bola” y los m
ayores, “no me
compliques la vida”. En nu
estra qu
erida España, aunqu
e se llama
cristiana, son
pocos los que van a m
isa. Sólo van a entierros, bod
as,
bautismos, etc., pero a buscar algo que le llene, pocos. El Evangelio
tiene respuestas para todos los prob
lemas. La juventud no viene a
nuestras iglesias, -metiend
o en el saco tam
bién a la iglesia católica-,
porque creen que sólo es para viejos y niños. Pero yo les digo y reto
a los jóvenes qu
e: Si qu
ieren vivir la vida en plenitud, ésta está en el
Evang
elio, como dijo C
risto: Y
o soy el cam
ino, y la verd
ad, y la
vida; sino se tienen a Cristo no
se vive la vida, sólo se vive como un
vegetal; se pu
eden reír, pero nu
nca gozar.
La juventud
está muy equ
ivocada pensando
que creer a
Cristo es vivir una vida santurrona. ¡Si alguien tiene derecho a reír en
la vida, ese es un cristiano
, po
rque puede reír aquí y seguir riendo
allá! A Cristo lo criticaron po
rque com
ía con
publicanos y pecado
res.
Cristo asistió a una bo
da en Caná de G
alilea. É
l predicó: El reino de
12
4
los cielos es semejan
te a un rey que hizo fiesta de bod
as a su hijo.
Nos está diciendo, qu
e el Evangelio, es com
o un
a bo
da don
de reina
la alegría. Además la palabra
Evang
elio qu
iere decir: Buenas
noticias, buenas nuevas. ¡Eso es el Evang
elio! Las personas piensan
que la palabra de Dios es un rollo y no
quieren enrollarse, quieren la
marcha, com
o ellos dicen. Pero los qu
e siguen el Evang
elio pueden
disfrutar a tope, p
orqu
e tienen la conciencia lim
pia, pero el que no la
tiene no
puede ser feliz.
- B
ueno
, co
n es
tas
pala
bras
pod
emos
dar
por
ter
min
ado
mar
avillo
sam
ente
est
e te
ma.
Tam
bién
que
rem
os d
ejar
la
dire
cció
n y
el n
úmer
o de
tel
éfon
o a
los
oyen
tes
que
les
pudi
era
inte
resa
r pa
ra
habl
ar s
obre
est
e te
ma,
bie
n co
n el
pas
tor
de A
rche
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. Fra
ncis
co
Mar
tíne
z, o
dir
igié
ndos
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la c
alle
Isa
ac P
eral
die
cioc
ho, p
rim
ero
B
de J
umilla
o a
l te
léfo
no 6
7 06
11
de A
rche
na. Y a
ust
ed d
arle
las
gr
acia
s po
r en
seña
rnos
cóm
o es
la
igle
sia
evan
gélica
, al
go q
ue
tení
amos
con
fuso
por
lo
que
nos
dice
n pe
rson
as m
al i
nfor
mad
as.
Aho
ra le
dej
o la
pal
abra
par
a qu
e se
dirija
al p
uebl
o de
Jum
illa
. - Primero, agradeceros la oportunidad y el privilegio de
haber po
dido
exp
licar lo que realm
ente creem
os, d
esde este medio, a
todos los jumillanos. Son m
uchos los que me cono
cen, ya que son
varios los año
s qu
e vengo
a Jumilla repartiendo
literatura, com
o también nuestro Boletín Informativo que hacemos cada semana para
nuestros feligreses; pero que no
nos im
porta qu
e los católicos lo lean.
Agradezco esta o
casión
y m
e ofrezco
a vo
sotros, si así lo
veis
conveniente, para tener otra de estas charlas en antena.
Quiero
dejar un
as palabras para los
jumillano
s, un
as
palabras de la Biblia, no del catolicismo o del p
rotestantism
o, sino de
la palabra
de Dios, qu
e es im
portante para este tiem
po y
para
siem
pre. Leo en el Evangelio de San Juan capítulo cinco y versículo
veinticuatro: De cierto, d
e cierto os digo: El qu
e oy
e mi palab
ra, y
cree al que
me
envió, tiene
vida
eterna; y
no
vendrá a
conden
ación, mas ha
pasad
o de
muerte a
vida. ¡Fíjate
bien,
querido radioy
ente en los verbos!: El que oy
e… y cree…
tiene vida
eterna; no dice que “tendrá” sino
que ya tiene vida eterna; y no
vendrá a con
denación o a juicio, cuando muera, p
orque ha pasad
o de muerte a vida.¡Lee la palabra de D
ios y sigue los consejos de los
12
5
últimos Papas que hem
os tenido
. Ellos han dicho que: E
n ca
da h
ogar
ca
tólico
deb
e ha
ber un
a Bib
lia,
pero para que se lea. ¡Léela! , en ella
encontrarás: ¡Palabra de Dios!
- E
sper
amos
que
así
se
haga
y q
ue s
e le
a. Y
a u
sted
le
dam
os las
gra
cias
por
hab
erno
s ac
ompa
ñado
est
a ta
rde
y le
dec
imos
ha
sta
siem
pre.
Y a
todo
s nu
estr
os ra
dioy
ente
s: G
raci
as po
r la
at
enci
ón p
rest
ada.
58.- CONVERSIÓN DE IGNACIO RUIZ EN JUMILLA
Hace años que hablo con
los anciano
s en el
Jard
ín d
el
Car
acol dond
e pasan
las ho
ras conv
ersand
o, y
siem
pre
les do
y nu
estro Boletín Informativo, y de vez en cuand
o, les he regalado
algún folleto de varias páginas. H
acía com
o cuatro año
s, que les
obsequ
ié, a tod
os ellos, con
un tratado, tamaño cuartilla, titulado: LA
CONFIA
NZA de varias hojas y con
letras muy
grandes, qu
e había
recibido
de la Sociedad Bíblica Trinitaria de Ing
laterra; folletos qu
e pensé se habían quedado en el b
aúl d
e los olvidos...
Hacía com
o año y medio que al Sr. Ign
acio sufrió un
a parálisis que le afectó a su lengua…
era una pena oírle. N
o se pod
ía
entend
er y por lo tanto llegué a pensar: D
espu
és d
e ta
ntos
año
s ha
blán
dole
del
Eva
ngel
io,
ahor
a,
para
est
e ho
mbr
e ya
no
hay
solu
ción
… Le seguía viendo cada jueves po
r la tarde y a todos los
ancianos les entregaba uno
de nu
estros B
oletines, pero con el Sr.
Ignacio no
pod
ía sostener un
a conv
ersación
, ya que con
su media
lengua no había manera de entenderle.
El jueves d
ía 2
3 de julio d
e 19
87 llevé u
na agradable
sorpresa porqu
e Ignacio Ruiz, un anciano de 86 años de edad, se
hallaba de pie en el jardín oteando el horizon
te por don
de yo solía
venir…
C
uand
o llegué m
e abrazó, algo que nun
ca había hecho
, y
lleno de gozo y con expresiones desbordantes de alegría em
pezó a
hablarme, pero no le entend
ía… de lo m
ucho
que m
e explicaba sólo
llegué a
entend
er:
Rom
a,
Rom
a…
ven
a ca
sa… Lo
cual me
entristeció
y pensé: D
espu
és d
e ta
ntos
año
s, a
hora
me
sale
con
12
6
Rom
a. Muy desanimado
por mi parte le dije:
Aho
ra te
ngo
que
repa
rtir
la
lite
ratu
ra q
ue l
levo
, cu
ando
ter
min
e vo
lver
é. Se lo dije
pensando
que se marcharía.
Terminé el reparto y volví al jardín don
de no
quedaba
ningún
anciano
, pero sí el Sr. Ignacio… N
os fuimos para su casa, y
por el camino, me
iba
hablando
de José Jiménez…
según
iba
entend
iendo, po
rque después de muchas coles, po
día
coger un
a lechug
a, es decir: De lo m
ucho
que m
e hablaba en el cam
ino hacia su
casa, d
e vez en cuand
o, entendía un
a palabra, y m
e dije:
- Este ho
mbre sabe lo qu
e está habland
o, pero su lengua
no la puede dom
inar…
Com
o viud
o que era, la casa estaba vacía, pues él com
ía y
dorm
ía en la casa de enfrente dond
e vivía un
hijo. A
sí que intrigado
, llegam
os a su casa. Una vez llegamos abre un
cajón
y saca el folleto
que hacía años le había regalado, titulado
: LA C
ONFIA
NZA; me
señala la últim
a página y
me dice:
- R
oma,
Rom
a… M
iré y lo que m
e estaba resaltando era:
Justificad
os, pues, por la
fe, tenem
os p
az p
ara
con D
ios por
medio de nuestro Señ
or Jesucristo; por quien ten
emos entrad
a por la fe a esta gracia en la cual estam
os firmes, y
nos gloriam
os
en la esperan
za de la gloria de Dios. (Rom
anos 5. 1
-2) El texto po
r el cual h
abía encontrado su salvación
… De form
a, que en su soledad,
leyend
o dicho folleto, que sólo contenía versículos escogidos de la
palabra de D
ios, ¡llegó a nacer de nuevo! Siguió hablándo
me con su
media lengua y
para no cansaros, sólo os relataré lo que
iba
entend
iendo. Él m
e decía:
- T
ú a
mí…
y m
e señalaba el folleto. L
e contesté:
- Sí, yo te lo regalé, no ves qu
e lleva el sello de nuestra
Asamblea en Archena. Enton
ces con gran alegría y con unos ojos
chispeantes de gozo, m
e volvió a abrazar diciénd
ome:
-
¡H
ombr
es…
com
o tú
, ¡m
ucho
s…
muc
hos!
… Y
siguió
diciendo
: - T
ú… d
ecía
s co
sas
herm
osas
, pe
ro, -señalando
de nu
evo
el folleto, lo besaba lleno de gratitud.
El Sr. Ign
acio, con el tiempo llegó
a recup
erar el habla y
les hablaba a sus compañeros del jardín, pero ellos creían qu
e había
12
7
perdido el juicio. Su familia le llegó a proh
ibir que le hablara a la
gente de su manía…
que se lo guardara sólo para él. De manera qu
e al m
orir no respetaron
su fe ni su vo
luntad.
59.- SE ALQUILA UN LOCAL EN JUMILLA
Pasaban
los
meses,
los
años
y muy
raramente
conseguíam
os que alguien viniese a un Culto, y a mediado
s del año
1988 en un
a reunión de A
ncianos en A
rchena, éstos m
e dijeron:
¡N
o va
llas
más
a J
umilla
y n
o pi
erda
s m
ás e
l tiem
po y
el di
nero
en
gas-
oil!…
No
se p
udieron
imaginar el do
lor qu
e me causó
dicho
consejo, pero me sujeté y les dije:
- A
cepto vu
estras sugerencias, pero antes escuchar lo que
os tengo que decir: En Jumilla nos estam
os reuniendo en un
piso, y
eso hace casi im
posible que alguien qu
e teng
a interés pu
eda venir a
una reun
ión, porqu
e para venir a un Culto, antes la person
a, tiene qu
e tocar el timbre de la calle y después, ¿qué va a decir la persona por el
telefonillo? “¿E
s aquí donde se celebran reuniones protestantes?” Y
si lo
hiciera, d
espués tend
ría qu
e subir las escaleras y volver a llam
ar
al piso…
Y eso,¡qu
é person
a nueva lo haría! De manera qu
e os
propon
go que m
e deis un año más, como la parábola qu
e el Señor
contó de la higuera plantada en un
a viña, qu
e después de tres años
sin
fruto
mandó
cortarla, p
ero
el v
iñador le dijo: Señ
or, déjala
todav
ía este añ
o… y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás. Así
os digo a vosotros, pero con
la cond
ición de alquilar un local, y si al
año
no hay
resultados po
sitivos, dejo de ir a
Jumilla…
Tod
os
aceptaron la propu
esta.
Desde ese in
stante empezamos a in
dagar para el alquiler de
un local y el 01
de octubre de ese año con
tratam
os un bajo en un
lugar céntrico y m
uy cerca del Jardín más importante de Jumilla, el
que alqu
ilam
os a Anton
io Fco. H
onguero Góm
ez. Local que tuvim
os
que arreglar, preparar la instalación eléctrica, adecentar la fachada,
etc.
12
8
A m
ediado
s del mes de no
viem
bre de 198
8 se empezó a
emitir por Radio Frecuencia Joven o Radio ARI todo
s los sábado
s de
10.30 a 11.00 de la mañana, hasta el 25 de febrero de 198
9, un total
de tres m
eses.
La inauguración
del C
entro
Bíblico, como se llamó al
principio, se llevó a cabo
el día 08
de diciem
bre de 1988 a las 06
de
la tarde. Hasta ese día, estuv
imos reuniéndo
nos en la calle Isaac Peral
nada m
ás ni m
enos que, ¡06 año
s y tres m
eses!
Despu
és de la inaug
uración, teníamos una cita en Radio
ARI, y estuvimos en antena desde las 21 h., hasta las 22.30 h.,
charland
o y contestand
o pregun
tas qu
e nos hicieron
los radioyentes a
través del teléfono. Tam
bién se radió el m
ensaje que di con motivo
de la inaugu
ración
del C
entro Bíblico, el cual se había grabado
. Un
motivo más para darnos a con
ocer.
A la vez, seguíam
os, todo
s los jueves por la tarde, con
el
reparto
de B
oletines p
or las calles y
jardines; lo q
ue h
acía q
ue
fuéram
os m
ás conocidos y algunas personas visitaran nu
estro lugar
de reunión. 60.- ADELA Y JOSEFA CON EL CURA EN LA
CAPILLA Adela Martínez
Cutillas, vio
como
un vecino leía un
Boletín en la puerta de su casa, y ella intrigada, pensó:
- ¿Q
ué sería
aquello
que
con
tanto
interés devoraba?.
Grand
e fue
su alegría
cuando al vo
lver, vio
abando
nado dicho
Boletín en un
a ventana…
Con
avidez lo leyó. El título del m
ensaje
escrito era: E
l dí
a m
ás g
rand
e., con fecha 18
al 25
de diciem
bre de
1988 y el nú
mero del Boletín era el 61
6. E
mpezó a leerlo y su
contenido
le agradó
. En
él se hablaba
de fechas históricas e
impo
rtantes de nuestro calendario, pero lo que m
ás le im
pactó fue:
Hay
un
día
en n
uest
ro e
fem
érid
es q
ue d
escu
ella
de
todo
s en
muc
ho:
Es el
nac
imie
nto
o an
iver
sari
o de
Jes
ús…
Tan
impo
rtan
te fu
e el
día
en
que
Dio
s se
hiz
o H
ombr
e, q
ue
la h
isto
ria
se p
artió
en d
os. Es
corr
ient
e le
er d
eter
min
ados
suc
esos
12
9
histór
icos
en
los
cual
es e
l na
rrad
or,
para
pod
erlo
s si
tuar
en
el
tiem
po, no
s di
ce: “Est
o pa
só e
n el
año
154
ant
es d
e Cri
sto”
y o
tro
nos pu
ede
deci
r: “
Ocu
rrió
en
el a
ño 3
58 d
espu
és d
e C
rist
o”. A
sí q
ue
el na
cim
ient
o de
l Se
ñor
Jesu
cris
to fu
e un
ac
onte
cim
ient
o qu
e te
nem
os c
olga
do e
n la
par
ed d
e nu
estr
a ca
sa. H
oy e
stam
os a
18
de
dici
embr
e de
198
8 de
spué
s de
Cri
sto…
¡Y p
ensa
r qu
e to
daví
a ha
y se
udo
sabi
os q
ue d
icen
que
Cri
sto
no e
xist
ió! Es de
pen
as q
ue d
icha
s pe
rson
as se
expo
ngan
al r
idíc
ulo
en a
lgo
tan
real
y e
vide
nte.
Despu
és de este incidente, Adela fue una fiel lectora de
nuestro Boletín, pues por año
s, un servidor se lo llevaba a su casa
cada semana, hasta
que
ella misma
vino
a
recogerlo
al Centro
Bíblico.
Por esas fechas, Adela, me prop
uso tener una reun
ión con
el cura, a lo
que accedí, po
rque ella decía:
- M
i sacerdote y el pastor, son d
os b
uena
s pe
rson
as, po
r lo
tant
o, te
nían
que
con
ocer
se…
Recuerdo
que el día señalado, un
jueves po
r la tarde,
después del reparto de B
oletines, se dejó caer A
dela con
el cura y
otra m
ujer enlutada, la cual era tod
o oído
s, aunqu
e ella no despegó
sus labios. Tan interesada la vi,
que en ese día le dije al Señor:
Con
céde
me
la o
port
unid
ad d
e po
der
habl
ar c
on e
sta
muj
er. Esa
mujer era Josefa Mejías Otazo… la conversación
con
el cura no fue
muy interesante, p
orqu
e qu
eriend
o tener diálog
o, le hablé de la
superstición de los jumillano
s y me dio a entender que no era tanto…
Se veía a las claras que no le daba im
portancia.
La higuera em
pezaba a dar su fruto en ese año
y no se
cortaría… El 06
de mayo del año 19
88, vo
lvim
os a emitir en Antena
Joven, todos los dom
ingos con el program
a Sintonizando con Dios,
también a las 9.30 de la mañana, hasta el 15
de enero del año 20
00
porque en dicha fecha, Sintonizand
o con Dios se pod
ía escuchar en
toda la prov
incia desde Molina de S
egura. A
sí que desde A
ntena
Joven se emitió sin in
terrup
ción
11 años y 04 meses.
El 24
al 28
de julio de 199
0,tuvimos un Festival Infantil y
para ello vinieron 10 creyentes de Sevilla, d
el G
rupo
Evang
elización
Andalucía, y cada día salían po
r las calles con
“el gusano Fliper de
13
0
40 patas” porqu
e en su interior iban 20 personas, el cual llamaba
mucho
la atención de los niño
s. Por la tarde era el Festival y po
r las
noches se proy
ectaba una película. Tod
o ello se hizo en el Jardín del
Rey D
on Pedro, muy
cerca de nu
estro lugar de Cultos. Se llegaron
a
reunir unos 20
0 niño
s acom
pañados de m
ucho
s padres.
El 30
de julio volví a elevar un escrito al A
yuntam
iento de
Jumilla agradeciénd
ole su gentileza , en el nom
bre del Equ
ipo qu
e colabo
ró y tam
bién en el nom
bre de la Iglesia Evangélica, y a la vez
ofreciéndono
s en cualqu
ier cosa qu
e les
pudiéram
os ser útiles.
Tam
bién lo hicimos púb
lico en nu
estro Boletín Informativo número
700 el cual se repartió también, com
o siem
pre, en Jumilla...
Roberto y Loida Sawyer, este matrimon
io norteam
ericano
después de p
asar u
n tiem
po en
Cieza con
los S
res. D
orozio, en
octubre de 198
9 em
pezaron a visitar Jumilla. Despu
és m
archaron
a
EE.UU. y a la vuelta se quedaron en Salam
anca, do
nde estuvieron
perfeccionando
el castellano
. El jueves 30 de julio
de 19
92
volvieron para ayudar a la O
bra y estuvieron
hasta octub
re de 19
96
que se m
archaron
a Estados Unidos, aunqu
e vienen de vez en cuand
o a visitarnos. David y Monserrat Sanjulián, vinieron
desde Barcelona a
vivir a Jumilla a primeros de julio del año 19
92., los cuales fueron
añadidos com
o miembros com
ulgantes.
Raimundo Montes
Rodrigo y
Begoña
Casquero
Fernández, con
sus hijos llegaron a mediado
s de septiem
bre de 199
2 para pasar un año, para después marcharse al Perú a una residencia
de niños; p
ero viendo
sus don
es, un día hablé con él y le dije:
Rai
mun
do,
no c
reo
que
seas
nec
esar
io e
n el
Per
ú, p
ues
allí, a
pes
ar d
e to
do, h
ay m
ás c
reye
ntes
que
en
Esp
aña
y no
cre
o qu
e tu
don
sea
el cu
idar
niñ
os…
Si te
par
ece
bien
, po
dría
mos
rea
nuda
r lo
que
se
empe
zó e
n H
ellín
(Alb
acet
e) l
os d
os j
unto
s, v
olvi
endo
a
pone
r la
Mes
a de
Lib
ros
y el
rep
arto
de
Bol
etin
es y
lev
anta
r un
a co
ngre
gaci
ón.
No
sólo
lo
acep
tó,
sino
que
se
aleg
ró d
icié
ndom
e:
Estoy
pen
dien
te d
e un
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erac
ión
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stóm
ago
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ecla
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pere
jun
tos
irem
os a
Hel
lín.
Per
o el
Señ
or t
enía
otr
os p
lane
s pa
ra é
l…
13
1
Raimundo
, con
su h
umildad
y simpatía, fue u
na g
ran
ayud
a para el testim
onio de Jumilla hasta el día de su llam
ada al
cielo, el sábado 22 de febrero de 199
7.
Con
la llegada de estas tres familias la O
bra se fortaleció y
creció tanto nu
mérica como espiritualmente. A
Dios le dam
os gracias
por herm
anos tan m
ajos. Con
ellos, se decidió pod
er tener reunion
es
los do
mingos. Siend
o un
a fecha histórica el día 20
de septiembre de
1992, po
rque p
or p
rimera vez se tuv
o Culto u
n domingo p
or la
mañana y po
r la tarde, y desde ese día hasta el d
ía de ho
y.
Otra fecha histórica fue
la celebración
del
prim
er
bautismo en Jum
illa: El de Juan del Pino Valera y Ana A
bellán
Mejías, el sábado día 07
de no
viem
bre de 199
2.
El 30
de enero de 199
3 vo
lvim
os a tener bautism
os de
cinco
person
as, Pedro Abellán S
anta y
su espo
sa Josefa Mejías
Otazo, su hijo Anton
io, José del Pino Valera y Gum
ersind
o García
Bravo
. El 1
4 de febrero del año 200
3 se com
pró, con un préstamo,
el lo
cal q
ue teníam
os alquilado
, el cual se está pagando…
61.- OBRA PIONERA EN YECLA
Yecla está desde Archena cerca de 80
kilóm
etros, allí vivía un
creyente, Plácido
Gallego, pu
es pasó a la presencia del Señor el día
06 de no
viem
bre del año 20
06. Es un
pueblo muy industrial en el
mueble, calzado
, vino
y cerám
icas. Y com
o sólo hay 26 kilómetros
desde Jumilla, a lo
s Sres. Gallego les he visitado muchas veces.
En diciem
bre del año 19
76 les proyectaba películas, a la esposa
de Plácido, M
icaela, m
ás con
ocida po
r M
iki y a un
a vecina, C
ochita,
las mismas que despu
és exp
onía a los anciano
s en el Hogar d
el
Pension
ista, con
el d
ebido perm
iso. Después de mostrarles la película
les predicaba como un
os 10 minutos en relación a lo
que acababan de
ver. La prim
era vez que fui a proy
ectar un
a película, después de
situar el proyector y cuando
me dispon
ía a instalar el m
icro, vino
el
13
2
conserje, y muy
asustado me dijo que no lo podía usar…
ignoro qu
é es lo qu
e pensaría, pero logré calmarlo y despu
és de la proyección
pude hablar…
Cuand
o volví a sábado
siguiente, para sorpresa mía,
fue el con
serje el que m
e recomendaba que usara el m
icrófono
…
Al principio proyectaba en el gran salón con un
as 300 a 400
person
as y despu
és lo
hicim
os en un
salón que cog
ían 80 personas en
el primer piso. Pienso qu
e lo hicieron para no molestar a los qu
e preferían jugar a las cartas o al do
minó, etc. Así que los que tenían
interés subían y resultaba, q
ue el salón
se llenaba de tal m
odo que los
que madrugaban tenían asiento y lo
s otros tenían que estar de pie.
Antonio R
odríguez, de H
ospitalet de Llobregat, en febrero de
1977 m
e mandó
dos paquetes con Calendarios de la buena sem
illa
que le habían sobrado y los aproveché regalánd
olos a los anciano
s,
después de ver la película.
A primeros de marzo del m
ismo año escribía en mi carta de
oración lo siguiente: Por
el m
omen
to e
stam
os e
xpec
tant
es, vi
endo
lo
que
el S
eñor
está
haci
endo
y n
os e
stá
guia
ndo.
Lle
vam
os v
aria
s se
man
as
segu
idas
pr
oyec
tand
o pe
lícu
las
en
el
Hog
ar
del
Pen
sion
ista
. El
sába
do d
ía 2
6 de
feb
rero
pro
yect
é do
s m
ensa
jes
evan
gelístic
os: U
no d
e Billy
Gra
ham
y o
tro
de L
uís
Pal
au; y
a pe
sar
que
el s
ábad
o an
teri
or les
hab
ía a
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tido
que
las
pel
ícul
as q
ue les
pr
oyec
taría,
no
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de
ning
ún
dram
a,
ni
eran
pe
lícu
las
cien
tífica
s, s
ino
sólo
men
saje
s de
pre
dica
dore
s. C
on tod
o, la
sala
se
llen
ó m
ás
que
nunc
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nadi
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m
arch
ó y
escu
char
on
muy
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enta
men
te,
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ente
lo
s m
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no
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bién
los
mío
s qu
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ant
es d
e la
pro
yecc
ión
y de
spué
s de
la
mism
a. L
es reg
alé
90 E
vang
elio
s de
San
Jua
n.
Pie
nso
deci
rles
, si
no
pasa
na
da
ante
s,
les
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s de
clar
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ue n
o so
y, p
orqu
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guno
s de
ellos
cre
en q
ue soy
tes
tigo
de
Jeho
vá. E
sto
me
dará
luga
r pa
ra u
n bu
en m
ensa
je…
Tod
o lo
pon
go e
n la
s m
anos
de
nues
tro
buen
Dio
s y
Salv
ador
, co
n te
mor
y tem
blor
, pa
ra q
ue s
irva
par
a Su
gl
oria
. Cada vez mis introducciones y conclusiones eran más largas…
Las películas se term
inaron
y m
e tuve que despedir de tod
os hasta
13
3
otra o
casión
… com
prendiendo
muy b
ien
lo q
ue el Señor m
ismo
sintió cuand
o: A
l ver las multitudes, tuvo
com
pasión d
e ellas
porque estaban
desam
parad
as y dispersas como ov
ejas que no
tienen
pastor. (Mateo 9. 3
6)
Al d
espedirm
e, unas seño
ras me dijeron:
-Cua
nto
sent
imos
que
no
pued
a ve
nir, p
or e
l m
omen
to, p
ues
lo
que
vem
os y
oím
os n
os lle
ga m
uy a
dent
ro… a la vez qu
e señalaban
con sus manos el corazón.
El día 12
de octubre de 1984 salimos varias parejas para visitar
casa p
or casa para repartir 3.000
tratados d
e Testimon
io a C
ada
Hogar. El día
01 de octubre
de 19
88, estando
evangelizando
los
jóvenes de C
ieza p
or m
edio de dibu
jos en el tablero, u
n policía
municipal lo prohibió. Al día siguiente elevé un
escrito pidiend
o la
autorización que los agentes nos pedían, el cual fue sellado
en el
Registro
General con
el nú
mero
3.098. Com
o quiera que
no
contestaron
y después de u
n tiem
po prudencial,
volvim
os con
el
tablero y prediqué uno
s 20
minutos con
la ayud
a de un altavo
z, y
nadie no
s molestó, pu
diendo
seguir cada sem
ana con nu
estra labo
r,
hasta qu
e en el año 199
8…
Los evang
élicos de Buenas Noticias, de Alm
ansa (Albacete)
sabiendo
que nosotros estábamos evang
elizando
Yecla por varios
años, pensaron
hacer su
Cam
paña. Su
respon
sable, M
iguel Rois
Dios, m
e lo com
unicó y qu
edam
os, por teléfono
, en verno
s en el
jardín central de Yecla al jueves siguiente y que para identificarm
e,
yo llevaría un
a Biblia…
¡gracias qu
e el jardín habían bancos para
poder
estar
sentado, po
rque no se presentó, pero hicieron
su
Cam
paña! Ala siguiente visita, nos enterarno
s de la Cam
paña, lo qu
e no
s supu
so un gran dolor, p
or lo
que las person
as nos decían:
- S
i ust
edes
son
lo m
ism
o qu
e el
los, y
a se
pue
den
mar
char
…
Por lo qu
e nos dijeron su predicación
consistió en decir qu
e la
Virgen tuvo m
ás hijos…
Así que decidí dejar a dichos evangélicos
solos, dejándo
les el cam
po libre, hasta el día de ho
y. A
mam
os a las
13
4
almas y no qu
erem
os confund
irlas con unos trabajand
o po
r un lado y
otros po
r otro.
Para sorpresa m
ía, en marzo de 19
91 recibo la siguiente carta:
Alm
ansa
a 1
8 de
mar
zo d
e 19
91
Que
rido
her
man
o:
Com
o co
ntin
uaci
ón de
nu
estr
a co
nver
saci
ón te
lefó
nica
, de
ha
ce d
os a
ños, e
n la
que
rec
ibí su
s im
pres
ione
s so
bre
la r
ealiza
ción
de
cam
paña
s en
Yec
la y
Jum
illa
, me
pong
o de
nue
vo e
n co
ntac
to c
on
Ud.
par
a an
unci
arle
nue
stra
inte
nció
n de
llev
ar a
cab
o un
a ca
mpa
ña
de e
vang
eliz
ació
n al
air
e libr
e, p
osib
lem
ente
en
la ú
ltim
a se
man
a de
ju
lio
y pr
imer
a de
ago
sto.
Q
uisier
a qu
e en
tend
iera
, qu
e nu
estr
a in
tenc
ión
no e
s en
trar
en
labo
res
ajen
as, sino
que
al
ser
una
opci
ón m
ás d
entro
de l
a gr
an
fam
ilia
eva
ngél
ica,
pud
iéra
mos
ser
de
ayud
a pa
ra l
os p
lane
s de
l Rei
no. C
reem
os q
ue e
s de
ética
s y
just
icia
, es
ta c
omun
icac
ión
prev
ia
a U
d. q
ue l
leva
, se
gún
refe
renc
ias, t
raba
jand
o en
ese
cam
po c
on
dedi
caci
ón. Q
uizá
el Se
ñor pu
eda
ben
deci
r es
te p
roye
cto,
y e
sa v
illa
de
Jum
illa
pue
da c
onoc
er a
Aqu
el q
ue m
urió
en
la c
ruz
por
sus
peca
dos.
Agr
adec
ería
que
me
hici
era
las
suge
renc
ias
que
cons
ider
e op
ortu
nas
para
el co
rrec
to d
esar
rollo
de la
cita
da c
ampa
ña a
l ai
re
libr
e qu
edan
do e
n Alm
ansa
a su
disp
osic
ión.
D
ios be
ndig
a su
s la
bore
s.
13
5
Mi respu
esta:
20 de marzo de 19
91
D. M
iguel R
ois Dios
A l m
a n
s a . -
Muy amado en el S
eñor:
Muchas gracias por tu atenta carta del
18 del presente mes, en la cual m
e comun
icáis las intenciones qu
e tenéis de llevar a cabo un
a campaña al aire libre en Jumilla, con la
sana in
tención de no entrar en labo
res ajenas…
Permítem
e decirte, que quizás sin saberlo, en vez de beneficiar
a dicha
ciud
ad, la estrop
ees
por la confusión
que
ello pu
eda
ocasionar. M
e explicaré a de que pod
áis estudiarlo, y
a qu
e po
r lo que
dices en tu carta, lo
que pretend
éis es ayudar en los planes del R
eino
, y no estropearlos. Pero antes os diré algo con
respecto a Yecla, para
que po
dáis v
alorar lo
que digo, ya q
ue está respaldado
por los
hechos. Nuestra ilusión como Asamblea es llevar el E
vangelio donde ni
aún se nom
bra, y por eso fuimos a Yecla don
de dista de Archena m
ás
de 80 Kms., y no
volcamos nu
estros esfuerzos a M
urcia Capital que
la tenem
os a 22. ¿Por qué? Porqu
e allí ya hay testim
onio. (eso no
quiere decir qu
e si miembros de nu
estra
Asamblea, po
r causas
diversas se trasladasen allí a vivir, los dejaríam
os desam
parado
s si
nos pidieran ayuda). Nosotros querem
os, com
o el apó
stol Pablo tener
una conciencia tranq
uila, y po
r ello nos esforzamos a predicar el
Evangelio, no don
de Cristo ya hubiese sido nom
brado, para no
edificar (sobre el trabajo qu
e otros realizaron
, ni crear un
a atmósfera
de con
fusión
, ni) sobre fundam
ento ajeno, sino como está escrito:
Aquellos a quienes nunca le fue an
unciad
o acerca de Él, verán; y
los que nun
ca han
oído de Él, aten
derán
. (Rom
anos 15. 20-21)
13
6
Me extrañó el que no acud
ieras a la cita de verno
s un
jueves en
el jardín de Y
ecla, como qu
edam
os. Estuv
e esperand
o con mi Biblia
en las manos a fin que m
e pu
dieras id
entificar…
Cuando hablam
os con
la gente nos enteramos de qu
e hicisteis
vuestra campaña. O
ptam
os por dejaros el campo libre y que el Señor
os bendijera, a pesar qu
e no
sotros ya la habíamos recorrido
casa po
r casa y en esos m
omentos la estábam
os visitando
cada jueves con
reparto
de literatura y
encuestas
por las
calles…
pues lo qu
e realmente nos interesa es que la gente se salve y no qu
e se confund
a.
Así que desde ese año
hem
os dejado de hacer labor en Yecla. Os
pedimos un favo
r: Si vosotros habéis dejado
de trabajar en Yecla,
decírnoslo para que pod
amos hacerlo nosotros. Esperam
os noticias
vuestras al respecto.
Aho
ra os decimos qu
e en Jumilla, aparte del nú
cleo de
creyentes qu
e tenemos, por la gracia del Señor, estamos repartiendo
literatura cada jueves del año
. Tenem
os un programa dominical de 30
minutos de radio
ya tiem
po. Un
local de Cultos con
un gran
escaparate de libros de préstamo. El pasado
año 1990 a últimos de
julio tuvimos una cam
paña al aire libre predicand
o y proy
ectand
o varias películas, etc. P
ero si vosotros pensáis que no
vais a confun
dir
con vu
estra campaña, sigan adelante con vu
estras in
tenciones.
Deseamos con
sideréis lo dicho y que po
r am
or a las alm
as y a
Dios, no multipliquéis esfuerzos vanos y contradictorios a fin de
dirigir vu
estra campaña a don
de pod
áis ser de bendición.
Un abrazo de,
YÜtÇv|ávÉ `
tÜà•Çxé
YÜtÇv|ávÉ `
tÜà•Çxé
YÜtÇv|ávÉ `
tÜà•Çxé
YÜtÇv|ávÉ `
tÜà•Çxé
fdo
/Fco. M
artínez
13
7
Alm
ansa
10
de a
bril d
e 19
91
Que
rido
her
man
o y
cons
ierv
o:
Des
pués
de
med
itar
y r
efle
xion
ar s
obre
tu
cart
a, h
e lleg
ado
a la
co
nclu
sión
de
ac
epta
r tu
s ra
zona
mie
ntos
y
orie
ntar
nu
estr
as
cam
paña
s ha
cia
otro
s lu
gare
s, d
onde
pod
amos
ser
de
bend
ició
n.
Res
pect
o a
la p
regu
nta
que
me
hace
s so
bre
Yec
la, co
n m
ucho
gu
sto
te i
nfor
mo
de n
uest
ras
activi
dade
s al
lí.
En
Yec
la e
xist
e un
gr
upo
de 1
2 he
rman
os d
e to
das la
s ed
ades
, con
el cu
al n
os r
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mos
lo
s vi
erne
s a
las
8 de
la
tard
e y
los
dom
ingo
s a
las
6 en
un
pequ
eño
loca
l, si
to e
n la
cal
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adre
Las
alde
s/n
. N
o ob
stan
te,
y da
da l
a di
men
sión
de
Yec
la,
creo
qu
e se
ría
buen
o qu
e pu
dies
es se
guir
ev
ange
liza
ndo,
pue
s el
pue
blo
es l
o su
fici
ente
gra
nde
com
o pa
ra
tene
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mitir
dos
igl
esia
s. C
on e
l fin
de q
ue t
enga
s un
pun
to d
e re
fere
ncia
, Alm
ansa
que
es
un p
oco
más
peq
ueño
, tie
ne tre
s ig
lesi
as,
y al
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os h
asta
aho
ra,
no h
a ha
bido
nin
guna
int
erfe
renc
ia e
n nu
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espe
ctiv
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omet
idos
. Por
tod
o es
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anim
o a
cont
inua
r en
es
a la
bor
de
siem
bra
y es
pero
qu
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ios
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bend
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con
abun
danc
ia.
Sin
otro
par
ticu
lar, a
prov
echo
est
a oc
asió
n pa
ra b
ende
cirt
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el
Nom
bre
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uest
ro c
omún
Señ
or,
al i
gual
que
a t
u fa
milia
e
igle
sias
. Pes
e a
las
dife
renc
ias
que
pued
e ha
ber
entr
e no
sotr
os,
pued
o de
cir co
n jú
bilo
: ¡¡
Junt
os e
n el
ser
vici
o de
l Am
ado!
! fd
o/ M
igue
l Roi
s D
ios
13
8
I5 de abril d
e 19
91
D. M
iguel R
ois Dios
A l m
a n
s a . -
Muy amado en Cristo:
M
uchas gracias po
r tu amable carta del 10
del presente m
es. Me alegra saber que el Señor os está bendiciendo
en Yecla, y
es mi d
eseo que Él aum
ente dicha bendición, a fin de qu
e muchas almas Le pu
edan con
ocer com
o el único Dios y Salvador.
Te agradezco qu
e nos instes a seguir evangelizand
o en Y
ecla,
porque es grande, lo suficiente como para tener dos iglesias. C
laro
que
sí, pero ya te expliqué nuestro
punto
de vista
al respecto.
Además, tú tendrás que adm
itir con
migo qu
e, ¿para qué dup
licar
esfuerzos en un
lugar, cuándo hay
tantos pu
eblos en Murcia
y Albacete sin testim
onio? A la vez, siempre correm
os el riesgo de
confun
dir…
Puede q
ue algún
día n
os p
odam
os conocer, mientras tanto,
recibe un abrazo de,
YÜtÇv|ávÉ `
tÜà•Çxé
YÜtÇv|ávÉ `
tÜà•Çxé
YÜtÇv|ávÉ `
tÜà•Çxé
YÜtÇv|ávÉ `
tÜà•Çxé
62.- OBRA PIONERA EN BULLAS
A principios del año 19
82 varias parejas fuim
os uno
s cuantos
sábado
s, estuv
imos haciend
o encuestas casa a casa con el fin de
poder hablar con
las personas, y aun
que fueron m
uy agradables las
conversacion
es, con
todo
la sem
illa del nuevo
nacim
iento no
prend
ió.
Aprovechando qu
e la hermana Asunción Jiménez que venía de
Barcelona a pasar largas temporadas a su pueblo, tuvim
os varias
semanas tod
os los viernes C
ultos en su casa en la calle A
lta. E
l
13
9
prim
er Culto se celebró el viernes día 14 de noviembre de 1986 a las
05 de la tarde, con las vecinas. D
espu
és la Sra. Jim
énez se marchaba
a San Boi de Llobregat (Barcelona) y las reun
iones se term
inaban…
El 06 de febrero de 199
2, fue ing
resado
en el hospital de L
a Arrixaca en M
urcia, José Soriano B
ravo, para ser operado
el día 10
del mismo mes, p
ues le tenían que extirpar un cáncer en la cabeza…
Allí hizo amistad con Anton
io V
alera Ruiz al que tenían qu
e op
erar
de una vértebra y temblaba qu
e llegara el día de la operación
. Con
él
estaba su espo
sa Jovita Trujillo
Martínez, los
cuales estaban
maravillados al ver con
la serenidad que José esperaba el día de su
intervención, lo que les animaba en con
versar con
él.
A José le
dieron
de alta el día 23
y tod
o ese tiem
po estuvieron hablando sob
re
el Evang
elio, la seguridad de la salvación y de la paz que da el Señor
en to
das nuestras tribulaciones y enferm
edades, etc.
Por su testim
onio, vinieron a nuestra con
gregación el dom
ingo
día 01
de marzo Anton
io, su esposa Jov
ita, com
o también el p
adre de
ésta, Santos Trujillo Martínez, su madre D
olores M
artínez Martínez,
y Paula R
uiz Lebrón, la madre de Anton
io. Ese dom
ingo hice un
llam
amiento
porque habían unas person
as qu
e estaban
muy
interesadas, las cuales dieron
testimon
io, p
ero lo que no me esperaba
es que también lo
dieran los Sres. Valera, lo
s Sres. Trujillo y la viuda
Paula…
Los Sres. Valera nos ofrecieron
su casa para tener reun
iones en
ella, lo q
ue aceptam
os y
con
la ayuda del Señor, em
pezamos a
tenerlas el lunes día 27
de abril de 199
2 a las nu
eve de la no
che, su
casa estaba en la calle Cánov
as del Castillo, 7.
Antes de los Cultos, recorríam
os las calles repartiend
o nuestro
Boletín Informativo. En dicha casa estuvim
os hasta el 0
1 de ju
nio del
mismo
año, p
orque Anton
io o
Jovita, tenían qu
e traer para cada
reunión a los padres de estos y a Francisca M
artínez, la abuela de
Jovita, los cuales vivían al otro extrem
o del pu
eblo, así qu
e, para
ahorrarles el traslado
, fuim
os nosotros los qu
e no
s trasladamos a la
casa de los Sres. T
rujillo, situada en calle Nieve B
aja, 3 (Puerta
Ginés), y allí estuvimos hasta el 30
de no
viem
bre del mismo año
, po
rque volvim
os de nuevo
a la calle Cánovas del Castillo, (no
recuerdo
el po
rqué); a la vez, por la tarde, m
anteníam
os reuniones en
14
0
casa de la hermana Asunción, en calle Alta du
rante el verano, cuand
o venía de vacaciones.
Los Sres. V
alera tuvieron
que vender la casa y se trasladaron
a
un piso en la Avenida de la Libertad, 12, escalera 1ª, 2º, J., el día 10
de julio de 19
95, y allí nos reunimos hasta el 20 de enero de 199
7 qu
e vo
lvim
os a la casa de los padres de Jovita en la calle Nieve Baja,
3, don
de permanecim
os hasta el martes día 10 de abril de 2001q
ue
comenzamos en el local que alquilamos en la calle Pino de la Murta,
44 h
asta h
oy, dond
e tenemos C
ultos todo
s los do
mingos po
r la
mañana y los miércoles por la noche.
63.- CEUTÍ
Es un pueblo qu
e dista de A
rchena com
o un
os 7 kilóm
etros, y
como Archena se encuentra en a la ribera del R
ío Segura, con una
población de uno
s 10
.000
habitantes.
Aprovechando
que Silverio
García, u
n miembro
de n
uestra
Asamblea en
Archena, pero con d
omicilio en
la C
aridad 131
de
Molina de Segura, tenía una barbería alqu
ilada en C
eutí, en la calle
D. Eloy, 19 y allí iniciam
os la andadura de tener reun
iones en su
barbería después de su trabajo, así que el 21 de abril de 19
88
empezamos a
tener los Cultos con
los herm
anos conv
ertido
s y
miembros com
ulgantes de Archena pero do
miciliado
s en C
eutí, con
la ilusión de establecer un
a Asamblea.
Com
o qu
iera que sin querer, los Cultos se celebraban tarde, era
casi impo
sible que algu
na persona viniera, así qu
e, los únicos qu
e acudíamos eran
alguno
s creyentes de C
eutí, otros de M
olina de
Segura y otros de A
rchena. Estábam
os en esas con
dicion
es cuand
o Carmen C
ollado
García, una creyente de C
eutí nos ofreció su casa
para que en ella celebráramos las reuniones con el fin de tenerlas en
una ho
ra m
ás propicia. A
sí lo hicimos el jueves día 28 de diciembre
de 198
9 en la calle Navarro, 1
3. A
llí estuvimos hasta el jueves 01 de
marzo porqu
e volvim
os a la barbería de nu
estro herm
ano Silverio
14
1
donde perm
anecim
os enseñando a los creyentes, po
rque inconversos
no venían, hasta el jueves día 24 de m
ayo de 199
0. A
unque con
dolor, tu
vimos que dejar las reuniones para m
ejor ocasión
. El día
10 de abril de 19
95 escribía a
las
iglesias qu
e comun
icaban con el Fon
do de Evang
elización, y entre otras cosas les
decía: CEU
TÍ.-
Hac
e añ
os,
tuvi
mos
Cul
tos
en l
a ba
rber
ía d
e un
cr
eyen
te,
cuan
do
éste
te
rmin
aba
su
jorn
ada.
Per
o en
tre
la
inco
mod
idad
del
hor
ario
y,
porq
ue v
imos
la
conv
enie
ncia
dej
arlo
pa
ra o
tro
mej
or m
omen
to, l
o de
jam
os.
La
ocas
ión
se vo
lvió
a
pres
enta
r cu
ando
do
s fa
milia
s se
co
nvir
tier
on de
es
e pu
eblo
en
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s Cul
tos
de Arc
hena
. Así
qu
e pe
dim
os a
l Ayu
ntam
ient
o qu
e no
s fa
cilita
ra u
n lu
gar
dond
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der
reun
irno
s pa
ra c
eleb
rar
las
reun
ione
s. N
os d
iero
n un
aul
a en
el
prop
io A
yunt
amie
nto
mie
ntra
s te
rmin
aban
las
obr
as d
e la
nue
va
Cas
a C
ultu
ra,
así
que
el
22
de
febr
ero
de
1995
hi
cim
os
la
inau
gura
ción
, es
tand
o el
men
saje
a c
argo
de
D.
Ant
onio
Pad
illa
, po
rque
coi
ncid
ió q
ue c
on s
u es
posa
est
aba
teni
endo
uno
s C
ulto
s Esp
ecia
les en
Arc
hena
. El m
iérc
oles
día
22
de a
bril n
os v
olvi
mos
a r
euni
r en
una
de
las
aula
s de
l nu
evo
edific
io o
Cas
a de
Cul
tura
, el
cua
l se
enc
uent
ra
en o
tra
calle.
Alg
unas
de
las pe
rson
as in
conv
ersa
s qu
e es
tán
vini
endo
son
de
los co
ntac
tos ha
bido
s po
r la
Rad
io. P
or e
l mom
ento
son
tres
fam
ilia
s y
un v
iudo
, to
dos
ello
s m
iem
bros
com
ulga
ntes
, y
otra
s do
s fa
milia
s de
cre
yent
es sin
bau
tiza
r y
algu
nos si
mpa
tiza
ntes
…
El miércoles día 12 de abril nos trasladaron
a la Biblioteca
Municipal, la cual está en la calle Las Farolas. Allí estuvimos hasta
el m
iércoles 07 de jun
io del 1995 para reunirnos en casa de los Sres.
García en la calle Maestro S
errano
, 31, do
nde estuvimos hasta el
miércoles 19 de julio porqu
e el m
iércoles 26 ya estábamos de nu
evo
teniendo
las reun
iones en la Casa de Cultura hasta
64.- LORQUÍ
14
2
Alfonso Rivera
García
se conv
irtió
al Señor, viviendo
en
Lorqu
í y en su piso tuv
imos varios sábado
s reun
iones a últimos del
año 19
91.
En una carta de oración
escrita a las iglesias el 07 de febrero de
1992 decía:
En
un p
uebl
o qu
e di
sta
de A
rche
na u
nos
ocho
kilóm
etro
s y
de
unos
sie
te m
il h
abitan
tes, v
ive
un m
atri
mon
io d
e cr
eyen
te d
e la
ig
lesi
a de
la
igle
sia
de M
olin
a de
Seg
ura,
ha
tras
lada
do s
u vi
vien
da
a di
cho
luga
r y
nos
han
ofre
cido
su
ca
sa pa
ra te
ner
Cul
tos.
Lle
vam
os u
nas
sem
anas
, es
pera
mos
, co
n el
tie
mpo
la
bend
ició
n de
l Se
ñor. L
os C
ulto
los
ten
emos
a las
sei
s de
la
tard
e y
desd
e al
lí n
os
vam
os a
Cam
pos de
l río
don
de la
reu
nión
es a
las oc
ho y
med
ia d
e la
no
che.
65.- LAS TORRES DE COTILLAS
Este pu
eblo está de Archena a unos 12
kilóm
etros y de uno
s 12
.000
y en continuo
crecimiento y, com
o qu
iera que el m
ismo viven
alguno
s creyentes, decidim
os tener e iniciar C
ultos los miércoles en
la noche con
el fin de hacer obra pion
era. D
e mod
o que en enero de
1990 empezamos con
ilusión
en la casa de un matrimonio, para otro
miércoles hacerlo en la casa de otro matrimonio…
con el fin de
hacernos con
ocer por el vecind
ario. Una vez en la casa de los Sres.
García, que tenían un
bazar en la calle D
`Estoup, 14; otra semana el
casa de los Sres. A
güera, en la calle C
uba, 39; otro miércoles en la
casa de los Sres. D
ólera en la calle Valle Inclán, 8; en la calle Pablo
Bazán, 29…
hasta quedarnos con los Sres. D
ólera en la calle Valle
Inclán, 8
. Después se pasó el C
ulto a lo
s sábado
s 66.- CAMPOS DEL RÍO
14
3
En este pequeño
pueblo de uno
s 5.00
0 habitantes que dista
desde Archena unos 17
kilóm
etros, pero po
r atajos en caminos de la
huerta se nos qu
eda en unos 9. En dicho pu
eblo había un matrimon
io
creyente, el cual no
s brindaron su casa para tener en ella reunion
es
para hacer obra pion
era, y nosotros muy
gustosos las iniciamos a
finales del año
1990 todos los sábado
s en la calle Colón 2. E
stuvim
os
reuniénd
onos tres años y m
edio, teniendo la últim
a reunión el sábado
día 28
de mayo de 199
4, hasta que el matrimonio se traslado a otro
pueblo. 67.- TORREVIEJA (ALICANTE)
Unas herm
anas en la fe y en la carne, se salieron
de la iglesia
Pentecostal, n
o sé cual fue la causa de su partida, ellas con
ocían a los
señores Capa de Palencia po
rque tod
os los año
s veraneaban en dicha
ciudad, y
por ellos sup
ieron mi d
irección y teléfono
68.- PINOSO
Este es un pu
eblo está desde Archena a uno
s 60
kilóm
etros. Y
pensando
de abrir un
nuevo
punto de testim
onio, el 17 de julio de
1995 h
icim
os la solicitud
para p
oner nuestra M
esa de L
ibros de
Préstam
o en Pinoso, (A
licante) y
como
no contestaron
nos
presentamos en agosto un
sábado
, día
del
Mercadillo, en el
Ayuntam
iento y nos dieron un sitio.
Estuvim
os yendo
a este pueblo todos los sábados, un
grupo
de
creyentes, con
la Mesa de L
ibros y repartiendo literatura el 20
de
julio de 1996.
Dejam
os de ir a pon
er la Mesa de Libros, com
o también hacer
obra pionera, p
orqu
e un
creyente de otra deno
minación me telefoneó
que él vivía en ese pu
eblo y lo estaba evang
elizando, qu
e por favo
r dejáramos de ir nosotros. Así lo
hicim
os, lo dejamos a él, no
sabem
os
nada desde enton
ces.
14
4
69.- PUENTE TOCINOS
Este es un pueblo dormitorio de Murcia y está relativam
ente
cerca de la capital, como un
os 4 kilóm
etros y de A
rchena unos 30
y
tiene un
a población de unos 40
.000
habitantes.
Por m
edio d
e la R
adio y
la Mesa de L
ibros, entramos en
contacto con Pedro Cortés y Rosa Mª Martínez, un joven matrimon
io
con
dos hijos pequ
eños. Dicha p
areja eran testigos de Jehov
á y
vinieron
varios sábado
s al m
ercado
de Molina de S
egura, con
un
grupo de la misma secta para incordiar y a discutir con los qu
e estaban en la Mesa de L
ibros. Pedro y R
osa sólo observaban y al
final qu
edaron
para hablar con
Rafael Barroso que estaba al cuidado
de la m
esa. Poco a po
co, entre lo
que escuchaban po
r la Radio, lo qu
e aprend
ían
con
Rafael y
lo que
escuchaban en la Asamblea de
Archena cada do
mingo, entregaron
sus vidas al Señor, prim
ero fue
Pedro y despu
és Rosa Mª.
Ellos ofrecieron
su piso al Señor y
empezamos a
tener
reuniones el viernes día 28 de abril de 1995
, pero como ellos seguían
viniendo
a las reunion
es de Archena y lo difícil que se hacía que
alguien
viniera
a un
a reun
ión
celebrada
en un
tercer piso sin
ascensor, optam
os por dejarlo.
70.- BAUTISMOS
Los b
autism
os en
Archena, po
r mucho
s años se estuvieron
realizando en la R
ambla del Tinajón
, dond
e había alguno
s lugares
con bastante agua y estaba distante como unos cuatro kilómetros,
cerca del Puente Tinajón, do
nde ahora pasa la auto vía que viene de
Murcia hacia Madrid. D
e todo
s los bautizados hasta el año 1970
no
hay constancia escrita, p
ero sí a partir de la salida a la Obra a tiem
po
completo de Francisco y A
urora, por las cartas qu
e hemos guardado
desde entonces y p
or los B
oletines, a partir de febrero de 197
7.
Tam
bién se hicieron alguno
s en el Río Segura, hasta m
ayo del año
1965 que se construy
ó el bautisterio en la casa-capilla de la calle
Calvario, 13. En la con
strucción del bautisterio colaboraron, V
icen
te
14
5
Rod
rígu
ez L
ópez
, Jos
é M
iral
les
Mau
re, A
nton
io C
ampu
zano
Ort
ega,
Ju
an J
osé
Vid
al I
báñe
z y
Fra
ncis
co M
artíne
z Sá
nchez. Tam
bién se
compró tela para hacer 10
batas para los catecúmenos las cuales
fueron
cortadas y cosidas po
r Áng
eles
Men
gual
Lóp
ez,
Joaq
uina
G
arcí
a M
artíne
z, D
olor
es C
ampu
zano
Rod
rígu
ez y
Aur
ora
Día
z M
engu
al.
•
El 2
2 de agosto de 1971 bautismos en Ulea.
•
El 2
9 de agosto de 1971 bautismos en Archena.
•
El 8
de octubre del 1
972 vo
lvim
os a tener bautismos en Ulea
•
El 0
3 de agosto de 1975 hu
bo bautism
os en Archena.
•
El 17
de agosto de 1975
hu
bo bautismos en Molina
de 3
personas, 2
varon
es y una m
ujer.
•
El 09
de diciem
bre de 1979 se bautizaron 8 personas, 3
varon
es y
5 mujeres.
•
El 25
de julio de 1980 se bautizaron 4 person
as, dos jóvenes de
18 y 20 años, las primicias de Cieza, las otras dos señoras fueron
de Archena.
•
El 26
de julio de 1981 se bautizaron 4 person
as, 3 mujeres y un
varón.
•
El 26
de septiembre de 198
2 se bautizaron 3 personas, u
na m
ujer
y 2 varones.
•
El 14
de agosto de 1983
, domingo, se bautizaron 5 creyentes de
ambo
s sexo
s.
•
El 22
de julio de 1984 se bautizaron 4 creyentes y un
o de ellos
fue mi h
ijo Abel.
•
El 30 de septiembre
del año
de 19
84, tuvimos de nu
evo
bautismos con A
dolfo Garrido
Jim
énez, José G
arcía Vallejo y
María Sánchez Rob
les, nov
ia de Pepe.
14
6
•
El 06
de octubre de 198
5 hu
bieron
8 bautism
os de cuatro varon
es
y cuatro señoras, la mayor de todo
s tenía 49 años.
•
El 13
de julio de 1986, dom
ingo, se bautizaron 8 personas con
edades que oscilaban de 35
año
s para abajo.
•
El 19
de julio de 1987 hubo
bautism
os de 4 herm
anos de am
bos
sexo
s, siend
o el m
ayor de 29 año
s.
•
El do
mingo d
ía 2
9 de agosto
de 1
988
se tuv
o los prim
eros
bautismos con 2 señoritas en Cieza.
•
El 04
de septiembre de 198
8, 7 personas bajaron a las aguas del
bautismo y la m
ayor sería de un
os 40 años.
•
El 06
de no
viem
bre de 198
8, de nu
evo tuvimos bautism
os con
2
personas.
•
El 0
8 de ju
lio de 199
0 bautismos con 7 personas.
•
El 11
de agosto de 1991
tuvim
os los bautism
os de 7 person
as, 4
seño
ras y 3 varones.
•
El 18
de octubre de 1992 tuvimos bautism
os de 8 herm
anos, 3
hombres y 5 m
ujeres, los m
ayores de 30
años
•
El día 07
de no
viem
bre del mismo
año 199
2 en Jum
illa se
bautizó la pareja de nov
ios, Juan y Ana.
•
El d
ía 29 de nov
iembre del m
ismo año 199
2 otros 5 herm
anos en
Archena. D
os m
atrimon
ios jóvenes y un
hom
bre de 55 años.
•
En Jumilla el 30
de enero de 199
3 se bautizaron 5 herm
anos, el
matrimon
io Pedro A
bellán y su esposa Josefa, su hijo A
nton
io,
José del Pino y Gum
ersind
o García.
•
El día 08
de mayo de 199
3 hu
bo el bautismo de una señora en
Cieza.
•
El d
ía 23 de m
ayo de 199
3 bautismos en Archena.
•
El día 05
de junio de 199
3 bautismos en Molina de S
egura,
bajaron a las aguas, 2 señoras y un caballero de 40 años.
14
7
•
El sábado 18
de junio de 1994 en M
olina de Segura se bautizaron
5 personas.
•
El d
omingo día 19 de ju
nio de 199
4 en Archena 3 hermanos.
•
El d
ía 31 de ju
lio de 199
4 también hub
o bautismos en Cieza.
•
El sábado
día 22 de octub
re de 19
94 se bautizaron
3 personas en
Molina de S
egura, un matrimon
io jov
en y un caballero de 35
años.
•
Al día
siguiente, el 23
de octubre
de 19
94 en Jumilla se
bautizaron
2 hermanas: Mª Rosa Martínez Díaz y Adela M
artínez
Cutillas.
•
En
Archena el do
mingo día
18 de diciem
bre
de 1994
se
bautizaron
3 creyentes.
•
En Cieza a m
ediado
s del 1
995 hu
bo bautism
os.
•
En
Molina
de Segura
el 22 de octubre
del 1995
hubo
los
bautismos de 3 personas.
•
En
Jumilla el sábado d
ía 0
4 de n
oviembre del año
1995
se
bautizaron
María M
uñoz y Adela Guardiola.
•
En
Archena el do
mingo
día
05 de no
viem
bre
de 1995
se
bautizaron
6. P
edro Cortés de Puente Tocinos, un
matrimonio de
Archena y tres personas de Ulea.
•
En Archena se vo
lvió a tener bautism
os el 18
de diciem
bre de
1995
.
•
En
Jumilla el 12
de octubre de 199
6 se bautizaron
Mª Rosa
Martínez Díaz y Adela M
artínez Cutillas.
•
Bautism
os en Archena los dom
ingos y días 06 y 27
de abril de
1997
con
un total d
e 11 creyentes.
•
El do
mingo día 13 de julio en Molina de Segura se bautizaron
toda una fam
ilia com
puesta del m
atrimon
io, d
os hijas y la madre
de la esposa, un total d
e 5 person
as.
14
8
71.- SALIDAS FUERA DE LA PROVINCIA DE MURCIA
Mi prim
era salida com
o Obrero
a todo tiempo, fue po
r la
invitación
de los Sres. A
reni para qu
e fuéram
os a tener seis días de
Cultos de evangelización
en B
eziers, Francia, junto con
D. Juan
Goldston, m
isionero norteam
ericano que servía al Señor en Madrid.
Aceptam
os y la tuvimos los días 12 al 17, am
bos inclusive, de mayo
de 197
0.
En ese mismo año, 197
0 a finales de julio, con el deseo de
ayud
ar a los hermanos de la calle R
estoy,73
Alm
ería sin que ellos
tuvieran que sufragar gasto alguno, les escribim
os con el pretexto de
ir con
la familia a
pasar
unos días de vacaciones, días qu
e aprovecham
os para tener cultos con
ellos.
A finales del m
es de no
viem
bre de 197
1 fui invitado por las
iglesias de Lavadores y calle Colom
bia, 33 de Vigo a pasar con ellos
unos días junto con Castiñeiras, Riveira y T
aragoñ
a. E
n estas tres
últimas estuv
e prim
ero
y los días 5
al 12
, de d
iciembre, ambo
s inclusive en las otras dos, teniendo
los Cultos Anu
ales en Lavadores
el día 08.
En la Sem
ana Santa de 1972
estuve en la iglesia de la calle
Restoy 73
de Alm
ería por cuatro días.
En Sem
ana Santa de 19
73 estuv
e desde el dom
ingo de Ram
os
al m
iércoles en León y de ju
eves a dom
ingo en Zam
ora.
En Sem
ana Santa de 19
74 estuv
e desde domingo de Ram
os al
miércoles en Zam
ora y de ju
eves a dom
ingo en León.
En diciem
bre de 1974 para los C
ultos anuales de la iglesia de
Lavadores que se celebran el día 08
fui inv
itado y también pud
e visitar a los de Castiñeiras.
14
9
En la Sem
ana Santa del 197
5, los primeros días los pasé en
León, el jueves en Benavente, el viernes po
r la m
añana tuve reun
ión
por la m
añana en T
oro teniendo otra po
r la tarde en Zam
ora y el
domingo por la m
añana un Culto a las 12 de la m
añana en Toro y po
r la tarde en Zam
ora. E
n Toro hubo
mucho
s gitano
s que vinieron
a
escuchar el E
vang
elio.
El día 01
y 02 de m
ayo de 197
5 los pasé en Sevilla para sus
Cultos Anuales y despu
és m
arché para H
uelva a la iglesia que se
reúne
en calle
Escultora Whitney, y
que
ahora
se llam
a: Luís
Braille,5 don
de estuv
e 09
días.
De nuevo fui inv
itado para lo
s Cultos de Sem
ana Santa en abril
del año
1976 en León.
Los herm
anos de Zam
ora
dieron su vieja
casa, do
nde
se
reunían, a un
constructor para qu
e edificara pisos y a cambio les
daba el bajo y un piso, como así fue. M
ientras es tuv
ieron en obras
me invitaron para tener C
ultos de Evang
elización como también
para p
royectar p
elículas d
e Evang
elismo
en A
cción
en el nu
evo
barrio de la ciudad do
nde estarían m
ientras du
raran las ob
ras; así que
estuve con ellos desde el día 02
de enero al 09, del año 197
7, o sea,
de dom
ingo a dom
ingo.
A la vuelta a casa estuv
e dos días en Salam
anca, lunes y m
artes
para proyectar dos películas, una cada día. E
l lunes, du
rante la
comida con D. B
enigno
y su esposa Dña. L
eono
r, éste me comentó lo
siguiente:
- S
egur
o qu
e el
loc
al s
e va
a lle
nar
con
muc
hos
inco
nver
sos,
pero
cua
ndo
la p
elíc
ula
esté
lle
gand
o a
su fin
al, to
das
las
pers
onas
se
van
mar
chan
do y
no
qued
a ni
ngun
a…
Enseguida m
e figuré lo que pasaba…
Llega el mom
ento de la
proyección
y m
e subo
a la plataforma y después de hacer una breve
reseña de la película qu
e iban a ver les dije:
- Q
uiero qu
e sepan qu
e la película qu
e se va a proyectar, es
sólo un pretexto para qu
e ustedes, después que termine la m
isma, m
e
15
0
escuchen 10 minutos. Les prometo, reloj en mano, que no me pasaré
de dicho
s minutos.
Aún
recuerdo la cara de sorpresa qu
e el querido
hermano D.
Benigno
Gon
zález pu
so, com
o diciendo: Est
e ho
mbr
e es
tá loc
o… Se
term
inó la película y nadie se levantó de sus asientos…
Lo mismo
hice al d
ía siguiente, y
tampo
co se marchó nadie…
. Fui invitado po
r algu
nas
Asambleas
de Galicia a
tener
reuniones y así lo
hicimos y el día 08
de septiembre de 1
978,
sábado
, estábamos en un
bautism
o en Soaserra, para después visitar
Perlío, Fene, en El Ferrol las do
s Asambleas: C/ Sartaña y
C/
Alegría, (Canido) y las asambleas de los alrededores, com
o Soaserra,
Cabañas, M
aniños, en las do
s Asambleas de El Ferrol; Canido ) y las
asam
bleas de los alrededores, como Soaserra, Cabañas, Maniños, en
las do
s Asambleas de E
l Ferrol; C
anido) A
res, M
aniños, Betanzos,
La Coruñ
a, Lug
o y León.
Para
la Sem
ana
Santa del año
1979
la pasamos con
los
herm
anos de La Carolina (Jaén) que se reún
en en la calle O
`Don
nell,
7.
El 2
0 de m
arzo de 1981
salíamos, m
i esposa y un
servidor, para
una gira de un
mes por las A
sambleas de A
ndalucía y regresamos el
día 20
de abril, recorriend
o 13
Congregaciones.
La
Sem
ana
Santa de marzo del año
1983
la pasé en la
Asamblea de León, habiend
o antes visitado
teniend
o reun
iones con
los herm
anos de Arenas de S. Pedro, (Á
vila) y con los de Plasencia,
(Cáceres). T
ambién estuve en B
éjar, allí m
e reun
í con el cartero,
Justino Rodríguez A
lba, pasando por Zam
ora y Benavente. Despu
és
de la sem
ana con los herm
anos de León me marché para estar con
los
herm
anos de Avilés y Gijón
. En el m
ismo año 1983
fui inv
itado po
r la iglesia de Huelva
para sus C
ultos Anu
ales a p
rimeros d
e diciem
bre, al saberlo
las
iglesias de Sevilla me
pidieron pasar con
ellas los días 26
de
15
1
noviem
bre al 03 de diciembre, de sábado
a sábado con Cultos de
Evang
elización. A
prov
eché p
ara estar antes con
los herm
anos d
e Granada, Linares, La Carolina, G
uarrom
án y M
álaga. T
otal estuv
e con todo
s ellos un to
tal d
e 28
días.
Estuve, por inv
itación de la Asamblea de Seixo
, Galicia, los
días 19 al de marzo de 19
84 para tener Cultos Especiales para la
juventud
. Pero la noche anterior la pasé reun
ido con los qu
eridos y
generosos herm
anos de Zam
ora.
En julio del m
ismo año estuve en los Cam
pamentos de Águilas
enseñand
o sobre la 2ª V
enida del S
eñor.
Del día 22 domingo al 29 de septiembre de 1985 fui invitado
para una Cam
paña de Evang
elización por la Asamblea de Zam
ora.
En agosto de 19
86 pasé todo
el mes en las Islas Canarias,
teniendo
reunion
es en las islas de G
ran Canaria, adem
ás de tener a
mi cargo un Cam
pamento de jóvenes de 10 días, también estuve con
los herm
anos de Fu
erteventura y de Tenerife.
La sem
ana santa de abril de 19
87 la pasé con
los hermanos de
Alm
ería.
Con
los hermanos de La Carolina y Linares, pasand
o con ellos
16 días en octub
re y primero de nov
iembre del 1
987.
El domingo día 02 de noviembre de 198
7 también estuve con
los herm
anos de Alm
ería a causa de los bautismos de 5 personas que
se bautizaron.
Aprovechando qu
e tenía que pasar la Sem
ana Santa de abril de
1988 d
el 02 al 1
0, ambos inclusive, es decir de dom
ingo a dom
ingo
, con la iglesia de León, el viernes día 01
la pasé con
los hermanos de
Zam
ora y el sábado con los de Benavente.
15
2
El lunes día 02
de mayo
de 1988
viajé con
mi esposa a
Barcelona para las Con
ferencias, com
o cada año, y
despu
és pasé un
a semana de C
ultos especiales con
los hermanos que se reún
en en la
calle Magallanes de L`H
ospitalet de Llobregat, vo
lviend
o a casa el
lunes día 16.
Desde el domingo día 29
de mayo de 1988 hasta el m
iércoles
01 de junio lo pasé con los herm
anos de Zam
ora. Y
desde el jueves
día 02
tam
bién estuv
e con los creyentes de León, para estar en X
XV
Conferencias Regionales, y m
e quedé con ellos hasta el dom
ingo
día
05.
Los días 08 al 12
, am
bos inclusive, de junio de 198
8, estuv
e con los herm
anos que se reún
en en calle Capitán Oroquieta para su X
aniversario
de la fund
ación
de dicha
Asamblea. Tod
os los días
tuvimos Cultos evangelísticos.
El 22 al 29
, ambo
s inclusive, de enero de 198
9 los pasé con
los
herm
anos de Gijón y A
vilés en A
sturias, de domingo a dom
ingo. El
domingo día 22 después del C
ulto de la M
esa del S
eñor, salim
os a un
pueblecito porqu
e había muerto un
a creyente y en el cem
enterio tuve
el m
inisterio. Por la tarde Culto en Gijón
y por la noche Culto en
Avilés. Con
los hermanos de Igualada (Barcelona) pasé los días 20
a
26 de febrero de 198
9. Y
con
los de León los días 19 a 26
, de
domingo a dom
ingo, d
e marzo del m
ismo año.
La semana santa de 198
9 la pasé con los herm
anos de León y
el jueves tuvimos el Culto en el pueblo de Jim
énez de Jamuz a uno
s 65
kilóm
etros. Tam
bién los dos dom
ingos tuvimos el Culto en dicho
pueblo y despu
és nos desplazábam
os para tenerlo en León
Los días 25 al 28
de mayo de 198
9, de jueves al do
mingo
, estuve, invitado
po
r los
herm
anos de Alm
ería para sus
Cultos
15
3
Anuales. E
stuv
e también, en dichos días en El E
jido
y en Pechina. E
n Ejido
prediqu
é en la Plaza del barrio de Santa M
aría.
El mes de agosto de 19
89 lo pasé en Canarias, teniendo un
Cam
pamento d
e 10
días en G
uía, d
espu
és tod
o el C
ampamento
fuim
os andando
a la Iglesia que está G
áldar. Y
en Las Palmas de
Gran Canaria pud
e estar en las dos Con
gregaciones de La Paterna y
Vegueta. Tam
bién visité en Fuerteventura, las Asambleas del Puerto
y la de Gran Tarajal. Com
o también en Tenerife pu
de visitar las tres
Congregaciones, U
na en Santa Cruz, otra en La Laguna y la otra en
La Orotava.
En septiembre, el d
ía 16 de 198
9 estuve 8 días con los queridos
herm
anos de Huelva y también en Moguer, un pu
nto de testimon
io
de esta Asamblea de Huelva. Otros 8 d
ías los pasé con los hermanos
que se reúnen en calle P
rosperidad y en Mairena de Aljarafe de
Sevilla. En nuestro viaje hacia Galicia, pasamos la no
che del 31
de
agosto de 19
90 con lo
s herm
anos de Benavente para estar el día 02 al
16 de septiembre, ambo
s inclusive, lo pasamos en la provincia de La
Coruñ
a, en la iglesia de Ares y las Asambleas de los alrededores,
como
Soaserra, Cabañas, Maniños, en las dos Asambleas de El
Ferrol: C
/ Alegría (Canido) y Sartaña y en la C
apital, La Coruñ
a,
donde
sólo hay
una
Asamblea. Cuando
llegué a
Soaserra, me
encontré q
ue u
na h
ermana de b
astante edad h
abía m
uerto
y me
pidieron
que hablara en la casa y también en el C
ementerio, el cual
es propiedad de la A
samblea de los herm
anos de Soaserra. Lo qu
e hice con
mucho
gusto. L
a gente escucho con atención y reverencia.
En octubre de 199
0 fue inaugurada la capilla de B
ailén (Jaén)
en la calle María B
ellido
, do
nde está el Obrero del Señor, D. José
Miguel Palom
ares. Por dicho
motivo se tuv
o una Conferencia en el
Aula de C
ultura de Linares el sábado
día 27, y com
o qu
iera que
estaba cerca el día de Tod
os los Santos, cuand
o mayoritariamente se
15
4
visitan los Cem
enterios, el tem
a qu
e traté fue:
La
mue
rte
y el
más
al
lá. D
e las Asambleas del V
alle del Segura, fuimos unos 40
. El domingo por la mañana, día 28 fue la Inaug
uración en la
capilla qu
e estuvo a cargo de D. Pedro Ing
lés. Por la tarde, el Culto
de evang
elización estuvo
a m
i cargo y al terminar de predicar, se me
acercó el herm
ano
Manuel Moreno
de Andujar y
después
de
saludarm
e, m
e dijo:
-Ten
go e
nten
dido
que
ust
ed ti
ene
un h
ijo
en M
elilla
. -Sí, así es, allí está de profesor en el Conservatorio de Música.
¿Por qué m
e lo dice?
-Por
que
teng
o un
a hi
ja a
llí es
tudi
ando
enf
erm
ería
, a
ver
si s
u hi
jo le
pudi
era
habl
ar d
el E
vang
elio
, pue
s el
la e
s un
a fiel
cat
ólic
a, y
qu
izá
le e
scuc
he a
él m
ás q
ue a
mí…
¡C
ómo po
dríamos pensar, tanto M
anuel como yo que, el 09 de
julio
de 19
94, mi hijo Abel y
su hija Lucía se casarían y
term
inaríamos siend
o consuegros!…
Los días 25
al 2
9 de enero de 19
91, d
e miércoles a dom
ingo lo
s pasé con
la Asamblea que se reúne en la calle Molino de las A
rmas,
en el Barrio La Jota, en Z
aragoza para tener 5 días de C
ultos de
evangelización
, en el nuevo lugar de testimonio, dond
e estaba el
misionero canadiense D. Juan Fray.
La mañana del do
mingo
día 15 de abril de 19
91la pasé en la
Asamblea de Alm
ería que se reúne en la calle Restoy , con
motivo de
una bo
da a la qu
e fui invitado
para tener el C
ulto a m
i cargo. Los
novios eran gitanos de Pechina, no me pude quedar a comer.
Mi espo
sa y un servidor, estuvimos teniend
o Culto con
los
creyentes de B
enavente el lunes día 29 de abril de 199
1 y al día
siguiente partim
os hacia O
rense para sus C
ultos Anuales, desde el
martes día 30
de abril y despu
és pasam
os el sábado
día 04 de m
ayo
y domingo con
los herm
anos de Zam
ora.
15
5
Los días 24
al 26
de mayo de 1991, ambos inclusive, los pasé
en la Asamblea del P
olvo
rín, un barrio de Barcelona en la calle
Ferrocarriles, 9
5.
Tam
bién los días 13
al 16 de junio de 199
1 lo pasé entre las
Asambleas de calle M
aría Bellido de Bailén y adem
ás en Linares.
En Huelva estuve acompañado
de Aurora, m
i espo
sa, los días
02 al 0
8 de diciembre de 199
1.
El 17 de enero, viernes al 21
martes, de 19
92 lo pasé con
los
herm
anos de Vallado
lid de la Asamblea don
de estaban Guido
y
Dindiger.
El jueves día 1
3 de febrero
de 1
992 estuve en
Bailén, el
viernes en M
engíbar po
r la tarde y por la no
che en Bailén, sábado y
domingo en Bailén y después en A
ndujar. Lun
es en Linares, martes
día 18
en Mengíbar y po
r la noche en Linares y también el m
iércoles.
El jueves me
trasladé a
La
Carolina, po
r la no
che
estuve en
Guarrom
án y el viernes en La Carolina, el sábado
en El Centenillo,
después otra reunión
con
los jóvenes en La Carolina po
r la tarde y
otra po
r la no
che
con
la iglesia, y
el do
mingo lo pasé entre
Guarrom
án y La Carolina.
Para
el XXIII
aniversario
del local de la Asamblea de
Carabanchel, Madrid, de la calle
Pinzón, los
pasé con
dichos
herm
anos, y fueron los días 18 al 21 de m
arzo de 19
93.
Y en el mismo
mes estuve con
los creyentes de Igualada
(Barcelona) o sea los días 22 al 28 de m
arzo de 19
93.
El viernes
día
23 de abril estuve con
los
herm
anos de
Benavente y el 25 del m
ismo mes y hasta el 02 de mayo de 199
3, o
sea, de do
mingo a dom
ingo, estuv
e en Gijón
.
15
6
El jueves día 20 de enero, marcham
os para tener Cultos de
Evang
elización en la iglesia de la Zarzuela, Linares (Jaén) hasta el
domingo día 23 de 199
4.
El fin de sem
ana del jueves día 05 hasta el dom
ingo día 08 de
mayo de 199
4 lo pasam
os en la ig
lesia de Bailén.
El día 06
de octubre de 1995 no
s fuim
os para Galicia hasta el
31 del m
ismo mes, aunque m
e respon
sabilicé de las reun
iones de la
iglesia de Ares de la que recibim
os la in
vitación, con
todo
recorrimos
bastantes Asambleas.
Los días del 2
4 al 31 de m
arzo de 19
96, es decir, de do
mingo a
domingo, los pasé en L`H
ospitalet de Llobregat entre las A
sambleas
de la calle Castellbó
y calle M
artorell.
Casi todo
el mes de octubre -27 días- de 199
6 los pasamos en
Galicia, m
ayormente en los pu
eblos de A
Coruña: en Ares, Cabañas,
Maniños, -R
amallosa-Teo, Soaserra, C
odesido, (Lug
o) y al vo
lver
estuve en Zam
ora.
Después de descansar del viaje de G
alicia cinco días, los días
03 al 10
de no
viem
bre de 199
6 los pasamos desde el do
mingo al
miércoles en Málaga y de jueves al dom
ingo en la A
samblea de Luís
Braille en Huelva.
Marcham
os a M
elilla inv
itados por la iglesia del Tesorillo y
con ellos pasamos de domingo a dom
ingo los días 01
al 08 de junio
de 199
7.
En Vigo, la iglesia de Lavadores m
e invitó para estar con ellos
para sus C
ultos Anu
ales los días 02
al 09
, o
sea de d
omingo a
domingo de diciem
bre de 199
7.
15
7
72.- CASA A CASA
El 18 de julio
de 1970
, al ser festivo
, salimos a visitar casa a
casa la ciudad de Cieza, alguno
s creyentes de A
rchena jun
to con
un
grupo
de no
rteamericanos de am
bos
sexo
s qu
e vinieron
desde
Madrid.
A principios del año 19
82 varias parejas y unos cuantos sábados,
estuvimos haciendo encuestas casa a casa, en Bullas, con
el fin de
poder hablar con
las personas,
En mayo del año 19
82 empezamos a salir, todo
s los sábados, con
los jóvenes po
r la m
añana hacia Jumilla, v
isitando
casa a casa.
Tam
bién el día 12 de octubre del mismo año, 198
2 al ser festivo
, pu
dimos salir por la tarde hacer encuestas, en Jumilla.
El día 08
de diciem
bre de 198
6 salimos a las 10 de la mañana
cuatro grupo
s de hermanos de am
bos sexo
s a repartir literatura los
pueblos
de Alguazas, Ceutí, Lorquí y las Torres de Cotillas.
Acordam
os de vernos en las cocinas del Polideportivo
de Ceutí a las
14 h., pasamos lo
s 50
en la com
ida y disfrutamos con
tand
o cómo no
s había ido el día.
En noviem
bre de 199
1 un grupo de varones estuvo
saliend
o cada sábado a repartir literatura en Albudeite (M
urcia) un pequ
eño
pueblo que está a 3 Kms., d
e Cam
pos del R
ío.
En Archena visitamos casa a casa para dar a cono
cer nuestro
programa de R
adio S
into
niza
ndo
con
Dio
s en el mes de marzo de
1996. Tam
bién se visitó los vecino
s pu
eblos de Villanu
eva
del
Segura y Ulea.
Lorquí y Molina de Segura, pasado
el verano
, en octubre del
1996 v
olvimos a repartir el tratado
que h
abíamos confeccionado
anunciando nuestra Radio de
Sint
oniz
ando
con
Dio
s.
15
8
73.- RADIO
En septiembre de 197
6, llevé un casete de Evang
elismo en
Acción a Radio M
urcia para que lo inspeccionaran y si era de su
agrado
poder emitir tod
os los días
La
Voz
Am
iga con un m
ensaje de
5 minutos, qu
e sufragaría dicha entidad, pero fue rechazado; lo
intenté en Radio Juv
entud y lo aceptaron, así que el d
ía 20 de octub
re
se empezó a radiar y en una hora bu
enísim
a.
En
aquellos días tenía
muchísima
audiencia
el programa
Consultorio d
e Elena F
rancis, al q
ue p
edían
consejo
muchísimas
parejas, llegand
o a ser muy fam
oso. Pues mom
entos antes, cuand
o miles de murcianos afinaban su dial para oír dicho
con
sultorio, se
escuchaba
La
Voz
Am
iga.
En Jumilla el día 26 de junio de 198
6, fui entrevistado po
r la
radio local un
a hora desde las 4.30 de la tarde hasta las 5.30
. Y,
cuando
nadie m
e oy
era a dicha ho
ra, que es m
ucho
decir, valió la
pena aunque sólo fuera
por
ver
cómo
escuchaba
Juana, la
presentadora del program
a.
En Jumilla y a m
ediado
s del m
es de no
viem
bre del año 198
8 se
empezó a emitir por Radio Frecuencia Joven o Radio A
RI todos los
sábado
s de 10.30 a 11.00
de la m
añana, hasta el 25
de febrero de
1989, u
n total d
e tres m
eses.
En Cieza ya estaban em
itiend
o sobre el m
es de julio de 198
8,
se con
trató con Radio A
RI media hora todo
s los do
mingos a las 9.30
de la mañana, pero po
r cierre de la emisora, se dejó de em
itir en
febrero de 198
9.
Después de un
os m
eses, la emisora vo
lvió a funcion
ar com
o Radio M
unicipal y se vo
lvió a emitir nuestro program
a cono
cido
como Voces Nuevas.
El lunes día 12
de febrero de 1990, desde las 10 de la no
che
hasta las 11
.30 estuvimos en antena y en directo invitado
s po
r la
Radio M
unicipal de Jumilla: Un agnó
stico, el cura de la parroquia de
15
9
San Juan y un
servido
r. Aun
que el anu
ncio que estuv
ieron dando, los
días anteriores al encuentro, era el de confrontarnos para ver las
diferencias; resultó que tanto el un
o como el otro, se fueron
por las
ramas. Hubo llam
adas telefón
icas y tuv
ieron que anunciar que ya no
recibirían m
ás, po
r bloq
uear la línea. Sinceramente, no fue tod
o lo
que esperaba el p
úblico, pero algo
les hizo pensar. En
diferido
vo
lvieron a po
nerlo en antena el viernes día 16. Com
o resultado un
a señora está viniendo
interesada a nuestras reun
iones.
En Jumilla se vo
lvió a emitir en Radio Frecuencia Joven desde
el primer dom
ingo día 06 de m
ayo de 199
0 a las 9.30 de la m
añana.
Al prog
rama se anu
nciaba com
o: S
INTONIZANDO C
ON D
IOS.
Fue un programa qu
e confeccion
aba en A
rchena y que a ellos se lo
entregaba cada 15 días y despu
és, h
abía un diálog
o, según
el tem
a.
El domingo día 07 de m
arzo de 1993
, se empezó a emitir por
Radio en Ond
a del Segura en F
. M. Y en 97.8 M
Hz, todos los
domingos alas 9. 3
0 de la mañana en directo y en diferido
a las 4. 3
0 de la tarde.
74.- MESAS DE LIBROS
El 21 de septiembre de 1992 solicitamos al Ayuntam
iento de
Jumilla p
ara po
ner la M
esa de L
ibros de P
réstam
o, la cual fue
aprobada.
En Molina de Segura a primeros de 19
93 se puso la mesa de
con libros de préstamo.
En Hellín (Albacete) se pidió la autorización para poner la
Mesa de Libros de Préstam
o el 26 de octub
re de 19
94 y estuvieron
poniéndo
la cada miércoles desde
Jumilla Rob
erto Saw
yer
y Raimun
do M
ontes. D
espués de algún tiem
po se contactó con uno
s creyentes qu
e se h
abían
conv
ertido
en
Barcelona, ellos a su v
ez
trajeron
a otros con su pastor M
anuel Herrera, tam
bién de Barcelona
form
ando
un bu
en grupo
. Creím
os que con
ellos no era necesaria
16
0
nuestra presencia, así los dejam
os que ellos siguieran con
la ob
ra;
entonces fue cuando em
pleamos lo
s esfuerzos en Pinoso.
Después de algún tiem
po, surgieron problem
a entre ellos, to
dos
los qu
e vinieron
de Barcelona se vo
lvieron a marchar por don
de
vinieron
… De
manera
que
hemos vu
elto a
recoger
el testigo
volviend
o con
la M
esa de L
ibros de P
réstam
o en el mercado
a
prim
eros del año
199
6.
Y todavía la po
nemos cada miércoles en
la fecha de este
escrito.
El 17 de julio de 199
5 hicimos la solicitud para poner nuestra
Mesa
de Libros de Préstam
o en Pinoso, (A
licante) y
como
no
contestaron no
s presentamos un sábado
de agosto, d
ía del M
ercadillo
en el Ayuntam
iento y no
s dieron un sitio. Pero ya llevábamos varios
sábado
s que
un grup
o de nuestra
Asamblea íbam
os a
repartir
literatura, lo que estuv
imos haciend
o cada sábado hasta qu
e recibí
una llam
ada de un creyente Pentecostal pidiéndom
e que hiciéram
os
el favor de dejarle a él h
acer la siem
bra puesto q
ue él vivía en
Pinoso. Eso ocurrió la semana del 22
al 28
de julio, así que dejam
os
de hacer obra pionera en dicho
pueblo para dejar que lo hiciera ese
herm
ano anón
imo, despu
és de más de un
año
de siem
bra. La última
vez qu
e pusimos la Mesa de Libros de Préstam
o fue el sábado día 20
de ju
lio de 199
6 En Archena hicimos la solicitud
para po
ner en el M
ercadillo de
los sábados la M
esa el día 16 de septiem
bre de 1996 y el 20 del
mismo mes ya teníam
os aprob
ada la solicitud
. En Bullas se em
pezó a poner la Mesa de Libros en febrero de
2001. D
e todo
s esos lugares don
de se puso la Mesa de Libros, sólo se
está colocand
o en Hellín. En
Archena, en Bullas y
en Jumilla,
aunque no se pone La Mesa de L
ibros, sí se distribuye el B
oletín
cada sem
ana. E
n Pinoso dejamos de ir a pon
er la Mesa de Libros,
16
1
como
también hacer obra pionera, po
rque un
creyente de otra
denominación me telefoneó qu
e él vivía en ese pu
eblo y lo estaba
evangelizand
o, que
por favo
r dejáramos de ir no
sotros. Así lo
hicimos, lo dejam
os a él, no
sabem
os nada desde entonces. Molina
de S
egura dejó la Mesa de L
ibros como
también el reparto
del
Boletín.