FRANCOIS QUESNAY - El Tableau Economique y Otros Escritos Fisiocratas

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\]FRANqOIS QUESNAY

E,L TABLEAU ECO].{OMIQUEY OTROS E,SCRITOS FISIOCRATAS

EDITORIAI FONTAMARABARCELONA

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Si se supone un error de I/20 enmás o en menos, resulta de 55 a 60.000.000,000 lib.

Nos referimos a una nación opulenta que posea unterritorio y adelantos que le proporcionen anualmentey sin decadencia 1.050 millones de producto neto; sinembargo, todas estas riquezas mantenidas sucesivamen-te por ese producto anual pueden destruirse o perder suvalor en la decadencia cle una nación agrícola por lasimple deterioración de los adela-ntos para los gastosproductivos, deterioració¡ eue puede realizar grandesavances por ocho razones principales:

1.") Mal sistema tributario, que haría recaer los im-puestos sobre los adelantos cle los agricultores. La ciivisade los adelantos es l/o/i file'tangere;

2.") Incremento de 1os impuestos en los gastos depercepción;

3.') Exceso de lujo de decoración;4.^) Exceso de gastos litigiosos;5.') Falta de ccrnercio exterior de los productos de

los bienes raÍces;6.') Falta de libertad en el comercio interior de los

productos del campo y en el cultivo;7.') Vejaciones personales a los habitantes de los

campos;B.') Falta de retorno de1 producto neto anual a ia

clase de los gastos productirros.

junio de L766

ANALISIS DE LA FORMULA ARITMETICADEL «TABLEAU ECONOMIQUE,"

DE LA DISTR.IBUCION DE LOS GASTOSANUALES DE UNA NACION AGRICOLA

Cuando la agricultura prospera, las de-más artes florecen con ella; cuando, porla causa qLle sea, se abandonan los cul-tivos, todos los trabajos, tanto en Iatierra como en la mar, se destruyen a7a vez.

Sócrates en JenoJonte.

La nación se reduce a tres clases de ciucl.adanos: laclase productiva, la clase cle los propietarios y ).a claseestéril.

La clase productiva es la que, ,mediante el cultivo dela tierra, hacer renacer las riquezas anuales de la na-ción, la que realiza los adeiantos para los gastos de lostrabajos de Ia agricultura y la que paga anualmente lasrentas de los propietarios de las tierras. Dependen de

esta clase todos los trabajos y todos 1os gastos que se

realizan hasta la primera venta de las producciones, ven-ta que permite conocer el valor de la reproducción anualde las riquezas de Ia nación.

La clase de los propietarios comprende al soberano,a quienes poseen las tierras y a quienes se beneficiandel diezmo. Esta clase subsiste por la renta o productoneto del cultivo, que Ie es pagado anualmente por la cla-

3ó 37

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se productora despllés de gue ésta haya retirado dé laproducción que hace nacer airualmente las riquezas ne-

cesarias para recuperar sus adelantos anuales y paraconservar 1as riquezas de explotación.

La clase estéril está formada por todos los cir-rdada-

nos que se ocupan en servicios o en trabajos no agrí-colas y cuyos gastos son pagados por la clase productivay por la clase de los propietarios, clase que también ob'tiene sus rentas de la clase productíva..,'r"

Para seguir y calcular con claridad las relaciones quemantienen las ü:es ciases entre sí es [ecesario fijarseen un caso.deierminado, ya que es imposible establecerun cálculo positivo basándos en simples abstracciones.

Supongamos pues un gran reino en cuyo territoriola agricultura, llevada a su máximo nivel, dé cada añpuna reproducción por valor de cinco mil millones y eneI que el estaclo permanente de este valor se vería es-

tablecido a partir de 1os precios constantes que rigieranentre las naciones conterciantes, siempre que la librecompetencia del ,cornercio fuera constante y que la pro-piedad de las riquezas de explotación de la agliculturaestuviera totalmente segura (1).

(1) La extensi.ón del territolio ser-Ía aproximadamente de130 miilones de orpents de tierras de diferentes calidades, eI fon-do de riquezas de explotación necesarias para que el territoriose cotizara a buen valor se elevaría a alrededor de doce mil m'i-llones y la población serÍa de unos treínt'a nnl'lones de perso-nas, número que podrÍa subsistir con desahogo, de acuerdo consu estado, con el producto anual de cinco rnil miLlones.

Sin emb,argo, no ha de olvidarse que dondequiera que seaque la población goce de una vida apacible, aumenta de ordi-nario por encima cleJ- producto del territorio; por otra parte, lafuerza de un Estado y el número de ciudadanos que lo cornpo-nen son factores que están siempre asegurados cuando se ba-san en un fonclo de riquezas de explotación suficiente para man-tener una agricultura rica, La conservación de este fondo deriquezas de explotación ha c1e ser tra finalidad principal -de todo

EI Tableatt écortot'niqna inciuye a las

sus riquezas y'describe su comercio de la

CLASEprocl'ucttua

Adelantosanuales de estaclase, que se ele-van a clos míl mi'llo¡t es (2) Y quehan producidoci,nco mll millo-nes, de los quedos mil millanescorr.esponden aIproducto neto o

rentas,

CLASEde Los

propietartos

B.entasque para esta clo-se se elevan a dosmil, millones; tt:íLmil,Lones los gastaen compras 4 Iaclase productiua, Ylos otros mil mí-llones, en com-pras a la ciase es-térí1.

trgs clases y asiguiente forma:

CLASEesténL

Adelantos. de esta close de

la suma de mi'lll,ones, gastadosoor la clase esté-,il .t

"o*Pras de

materias Primas a

Ia close Productí-

2.000.000.000 lib.

Así, 1a clase P'oductiva vende ar-

tícnlos por valor de mil míllottes a lospropietários de las rentas Y Por el

-it-o valor a Ia clase estéril, Ia cual

1e compra Ias materias Primas Parasus obras; esto significa ."

Los ntil millones que los propieta-

rios delas rentas han gastado en com-

pras a la clase estéril son empleados

por ésta, para 1a subsistencia de sus

gobierno económico, ya que las rentas del soberano y de la

nación dependen pot Éo*pt"to. de eIlas,. como se demostrará por

el orclen regular ¿e ü altt"ibución de los gastos pagados y

mantenidos por Ia reproducción anual-- ..irt LÁ . adelantos anuales consisten en 1os gastos que se

realizan anualmente pu,, to' trabajos del cultivo y no deb'en

confundirse con los i¿"f""to. primitivos, q*e forman eJ fo.ndo

áá- "tir¡l*i*lento ae áuttivo y clue importan alrecleclor de cinco

,rá"ut máu que Ios adelantos anuales'

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mi§rnbros, en compras de artiCulos de|a clase productiva.. esto significa ...

El total de las compras iealizadaspor 1os propietarios dá 1as rentas ypor la clase estéril a la clase produi-

1.000.000.000 lib.

3.000.000.000 lib.

Así, los tres mil mil.lones que recibe 7a clase produc-tiva por las ventas que ha realizado a los propietario,sde las rentas y a la clase estéñl son empleados por laprimera en el pago de los dos mil millones que importala renta del año que transcurre y en Ia compra, porvalor de mil millones, de productos fabricados por Iaclase estéril.

EI desarrollo de este comercio entre las diferentesclases y las condiciones esenciales en que se desenvuel-ve no son en absoluto hipotéticas. Quien quiera que depare a pensar en ello verá que están copiaclos del na-tural. En cualquier caso, y ya io hemos advertido, losdatos que se han utilizado sólo son aplicables al casoconcreto que hemos expuesto.

Los diferentes estados de prosperidacl o de decaden-cia de una nación agrícola ofrecen multitud de casosdiversos y, por consiguiente, multitud de datos diversos;cada uno de estos datos es la base de un cálculo particu-Iar que pertenece por completo a cada nación.

Los datos de los que hemos partido fijan, de acuerdocon la regla más constante dentro del orden natural, encinco mil núllanes la reproducción totai que la cÍase pro-ductiya hace renacer anualmente mediante dos mil mi-llones de adelantos anuales en un territorio tal como elque hemos clescrito. Según esta hipótesis, los adelantosanuales reproducen el doscientos cincuenta por ciento.De este modo, las rentas de los propietarios pueden igua-lar a los adeiantos anuales. Sin embargo, estos datosdependen de unas condiciones sine quabus nom. Se su-pone que la libertad de comercio mantiene Ia venta demercancías a buen precio, por ejemplo, el precio del tri-go a 18 libras el sextario; se supone también que eiagricultor no ha de pagar directa ni indirectamente máscargas que la renta, de la que una fracción -por ejemplo,las dos séptimas pqrtes- formaría las rentas del sobe-

tiva es de

De los tres tnil miftones que recibe la clase prodtrctívapor los tres mil millones cle producciones que ha ven_dido, ha de pagar dos mil miltones a lou propi"tarios e"concepto de rentas del año y gasta mit mittinas en pro-ducciones de la clase estérir. E-sta crase retiene estos mirmillones .para reemplazar sus adelantos, que han sidogastados en la compra de materias primas que ha em-pleado en sus productos, materias pii*u, qüe ha com-prado a-la clase productiva. por tanto, estás aclelantosno producen nada: gastan, se d.evuelven y de ;; ;;año quedan en reserva.

, Lu1 materias primas y eI trabajo empleado en lasobras hacen que las ventas d.e la c[ase

"riérit importendos núl millones, de los que mil millones ,. g;;i;

-;;;

atender a la subsistencia de los miembros de e"sta "tu"".De ahí que no haya más que consumo o aniquilación de

las producciones, que no iiaya reproduccién án absoluto,ya que la clase estéril s,ólo subsiste gracias al pago suce-sivo de la retribución debida a su tábajo, la i"íl * i"_separable del gasto empleado en las subsistenciur,

". Jr_cír, en gastos da consumo puro, sin qtLe se regenere loque se -aniquila por ese gasto estéril que surge entera_mente de fa reproducción anual d.e los campos. Los otrosruil millone.s se reservan para reemprazar ros aderantosrealizados, los cuales serán enipleados el año ,ig"i;;;;de nuevo en compras a ia clasi productiva de lal mate_rias primas que 7a clase estéril emplea en 1as obras quefabrica.

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rano. De acuerclo con estos datos, sobre unas rentastotales que importaran dos mil millones, la parte del so-berano sería de 572 millones (3); la de los propietarios,de cuatro séptimas partes; es decir, de 1.114 miliones;la de los beneficiarios del diezmo, de tuta séptinm parte,es decir, de 286 miliones, incluidos impúestos. Ningunamanera de establecer la contribución puede proporcio-nar tan grande5 rentas públicas sin perjudicat la repro-ducción anual de la nación (4).

Los propietarios, el soberano y toda la nación hande tener interés en que los impuestos se establezcan en-tera e inmediatamente sobre las rentas de la tierra, yaque cualquier otra forma de establecer los impuestos'iiiaen contra del orden natural por ser perjudicial a la re-producción y a1 impuesto y por recaer, de no hacerse así,sobre el propio impuesto. En este mundo todo está sujetoa las leyes de la naturaleza y los hombres están dotádosde la inteligencia necesaria para conocerlas y observar-I,as; sin embargo, la multiplicidad de objetos exige gran-des combinaciones, las cuales forman el fondo de unaciencia muy amplia cuyo estudio es indispensable paraevitar errores en 1a práctica.

De los cinco mil rnillones de la reproducción total, lospropietarios de las rentas y 7a clase estéril compran, parasu colrslrmo, por valor de tres mil millones', lo que sig-

(3) Ha de tenerse ,en cuenta qlle no hemos incluido en estaevaluación el impuesto que recae sobre los diezmos alquilados.Si lo añadiéramos, las dos séptimas partes que forman la frac-ción del soberano le proporcionaría sin decadencia, alrededorde 650 millones de impuestos a} año.

(4) Si. ciertos bienes r-aíces estuvieran exentos del pagode impuestos, Ia razón de Ia exencíón consistiria en que estisbienes raÍces proporcionan beneficios aI Estado, por Io que de_berÍan contarse esos benefici.os como parte integrante de lasrentas públicas. Por tanto, las exenciones sólo ñan de tenerlugar a justo titulo.

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nifica que quedan en poder de \a clase productiva rner-cancías por valor de dos mil millones. Por otra parte, estaúltirna clase compra a la clase estéril obras por valor dentil ntillone.s, col1 lo que posee un fondo anual de tres milmillon.es que será consumido por ios diversos agentesempleados en los diferentes trabajos de la clase

-qlreson pagados por 1os adelantos anuales del cultivo- y porlas reparaciones cotidianas del fondo del establecimien-to, qLle son pagadas por los intereses, c1e 1os que habla-remos seguidamente.

Asi, ei gasto anual de la clase productiva es de /resnzil n'Lillones, dos mil ntillones err producciones que re-tienen para su consumo y mil millones en obras quecompra a la clase estéril.

Estos tres mil ntillo,nes forrnan lo que se llaman LASRECUPERACIONES de la clasa productiya, de los quedos ruil millones constituyen los adelantos anuales quese consumen por el trabajo directo de la reproducciónde los cinco mil millones que esta clase hace nacer anual-mente para restituir y perpetuar 1os gastos que se ani-quilan por el consumo; los otros mil millortes son reti-rados por esta clase de las ventas para obtener los in-tereses de los adelantos de su establecimiento. Pondre-mos de manifiesto Ia necesidad de estos intereses.

1.') El fondo de las riquezas de explotación, consti-tuido por los adelantos primitivos, está sujeto a unadecadencia cotidiana que exige reparaciones colrtinuas,las cuales son necesarias para que ese importante fondose mantenga en el mismo estado y no se dirija progre-si\/amente hacia un aniquilamiento total que destruiríael cultivo y, por consiguiente, 1a reproclucción y, por con-siguiente, las riquezas del Estado y, por consiguiente, lapoblación.

2.') La agricultura es inseparable de cierto númerode graves accidentes que a veces destruyen casi por com-

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pleto la cosecha, ,como las helaclas, el granizo, el añublo,las inundaciones, la muerte del ganadá, etc. Si los agri-cultores no dispusieran de ningún fondo

"r, r.r"*u, l"r-

pués de tales accidentes no podrÍan pagar a los propie-tarios y al soberano o bien no podrían realizar lás gas-tos necesarios para cultivar el año siguiente. La últimaposibilidad es la que siempre se daríá, ya que el sobe-rano y los propietarios tienen la autoridad precis a paracobrar, por lo que se aniquilaría el cultivo, con todai lasfunestas consecuencias que son de imaginar: este ani-quilamiento pronto recaeLía, sin opción posible, sobrelos- propietarios, sobre el soberano, lobre quienes se be-nefician de los diezmos y sobre todo el resto de Ia nación.

Por tanto, los intereses de los adelantos del estable-cimiento de los agricultores han de estar comprenclidosen slls recuperaciones anuales y sirven para hacer frentea esos graves accidentes y ai mantenimiento cotidiano delas riquezas de explotación, que exigen reparacicnes sinCESAI,

Hemos dicho antes (nota 1) que los ctdef.antos,primi-tiyos eran aproximadamente cinco veces más eievadosque los adelantos anuales. En nuestra hipótesis, en la quelos adelantos anuales son de dos mil millones, Ias acle.lantos primitivo,s serían de diez mil millones, por lo queunos intereses anuales de ntil millones representarían eldiez por ciento. Si se considera la cantidád de gastos ala que se ha de hacer frente, si se medita aceréa de laimportancia de su destino y si se reflexiona qr-re sin ellos

=) 16.r, el pago de los alquileres y de los _impuestos jamás es[a-' ría asegurado, qlte se extinguiría la regener.ación de losgastos de la sociedad, que el fondo de las riquezas de ex-plotación y, por consiguiente, la agricultura desaparece-

{an y que esta devastación aniquilaría a la mayor parte.del género humano y devolvería a La parte restante alas selvas, se comprenderá que estamos muy lejos cle

que el diez por ciento de interés sobre los adelantos pe-recederos rie la agricu-ltura sea excesivamente elevado.

No decimos que todos lcs agricultores retiran anual-mente, además de sus adelantos anunles, el diez por cien-to en concepto de intereses por sus adelantos primitivos;decimos que ésta es rlna de las principales condiciones deun estado de prosperidad y que cuando no ocurre asi lanación está en decadencia, en una decadencia progresivaque aumenta de año en año y que, si se conoce el ritmocle la decadencia, se puede anunciar mediante cálculos eImomento de la completa destrucción. Por otra parte,decimos que un fondo tan beneficioso para la nacióncomo es ei de los adelantos sobre sr-r agricultura debedar a los agricultores, qlre ponen su trabajo y su inteli-gencia, un interés anual al menos igual al que se pagaa los ::entistas ociosos.

La suma total de esos intereses se ga'sta anualmente,ya que los agricultores ne dejan ociosas esas cantida-des. En los inter-valos en los que no se ven obligados a

emplearlas en repara.ciones, no dejan de utilizarlas paraannlentar: y mejorar sus cultivos, sin 1o cual no podríanhacer frente a los accidentes graves. Esta es Ia razón cle

que incluyamos los intereses en la suma de los gastosanuales.

R"ESUJlgEN

Del tota-l a" rc1"¡nro mil millones ciividiclos primera-mente entre la clase productiva y 7a clase de los propie'tarios, total que se gasta anualmente en ull orden regularque garantiza de forrna perpetlla Ia misma reproducciónanual, mil millon¿s los gastan los propietarios en com-pras a la clase productiva y otros mil millones en com'pras a la clase estéil; la clase productiua, que vende pro'ilucciones por valor de tres mil mitlones a las otras dos

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clases, devuelve dos mil millones en concepto rle pago delas rentas y gasta mil millon¿s en compras a la itol"

"r-téril; así, la clase estéril recibe dos n7¡t millones y losempiea en compras, a Ia clase prodtrctiva, c1e subsísten-cias para sus miembros y de materias primas para fa-bricar sus obras; la clase productitta tambi¿n gásta d.osmil -millonss en producciones, 1o que completJ el gastoo el consumo totai de los cittco mil millines de répro-ducción anual.

Este es el orden natural de la distribución del gastode los cinco mil núllones que Ia clase procluctiva"hacerenacer anualmente mediante el gasto de los dos mil mi_llones de adelantos anuales,

"o-pr".rdidos en el gastototal de los cinco mil millones de reproducción anual.

A continuación, ofrecemos al lector la fórmula arit_mética de Ia distribución de este gasto.

A la izquierda, arriba, encontramos la suma de losade]antos de la clase productitta, gastaclos el año anteriorpara que naciera la cosecha del año actual. Debajo dee,sta suma hay una Iínea que la separa ¿le la colimnade las cantidades que recibe esta ciase.

A la derecha aparecen las sumas que recibe 7a claseestéril.

En el centro, arriba, aparece Ia suma cle rentas quese dividen a derecha y a izquierda, entre las clases encuyos productos se gastan.

El reparto del gasto está marcado por líneas de pr-rn-tos que parten de la suma cie las rentas y desciendenoblicuamente hacia una y otra clases. Al final de estaslíneas, a una,parte y a otra, aparecen las sumas que lospropietarios de las rentas gastan en compra, u.

"uáa .r.ru

de estas clases.El comercio recíproco entre las dos clases está tam-

bién marcado por Iíneas de puntos que descienden obii,cuamente de rina a otra de las clases a Ia que hacen las

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compras; al final de cada Iínea aparece la suma que cadauna de las clases recibe de 1a otra por el comercio y losgastos recíprocos (5). Finaimente, el cálculo acaba encada lado con la suma total de los ingresos de cadaclase. Puede observarse que, en nuestro caso, cuando ladistribución de los gastos sigtre e1 orden que hemos Ces-crito y detallado más arriba, los ingresos de la claseproductiva, incluidos los adelantos, son iguales a Ia to-talidad de Ia reproducción anual y qrle la agricultura,las riquezas y la población se mantienen en el misrnoestado, sin incrementos ni decrementos. Como ya hemosapuntado, un caso diferente darÍa resuitados diferentes.

(5) Cada suma que reciben la cZr¿se productiaa y 1a cZose es-féril supone un doble valor, ya que existe compra y venta y,por consiguiente, existe e1 valor de 1o que se ha vendido y elvalor de Ia surna clue paga Ia compra; sin embargo, el consumoreal sólo afecta a los cinco miL millones que forman los ingresosde ia clase productiva. Las sumas c1e dinero qr-re pasan a cadaclase se distribuyen mediante la circulación cle una canticladtotal de dinero que cada año reinicia la misma circulación. Estamasa de dinero, en su totalidad, puede considerarse mayor omenor y su circulación pr-rede considerarse más o menos rá-pida, ya que la rapidez de la circulación del dinero puede su-plir en gran parte a 1a canticlad. Por ejemplo, en un año,en elque no hubiera habido clisminución cle la reproclucción pero sÍun gran attmento del precio de las proclucciones, bien porquese ]rubieran dado facilidades al comercio o bien por otras caur-sas, no sería necesario que aumenta'ra la masa monetaria parapagar las compras de esas producciones. Sin embargo, por lasmanos de los compradores y de los vendedores pasarían rna-yores cantidades de dinero, lo que harÍa pensar a la rr.:ayoríaque Ia masa de dinero amonedado hal:ría aumentaclo conside-rablemente en e1 reino. Esta apariencia equivaiente a la reali*dacl constituye un gran misterio para ia gente vulgar.

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.2qqq0op.009J 2.000.000.000 a_!-000.00Q.000-¡Sumas empleadas "*en pagar las ren- , - *'>< t

l nnn non nnnen pagar las ren- t - /t* ;"1;'';;ü- I l.ooo.ooo.ooo - ]--{-

FÓRMUI-A. DEL *TABLEAU E,CONOMIQUE,

Preproducción total : "í"ffnrryilu ¡nillones

j:hi{,tt?_4 iADELANTOS RENTAS AD@IANTOS

qnuales de 1a para los pro-clase produc- pietarios de'las de la cl¿se

tiua tierras, el rey esténly los recepto-res del diezmo

1.000.000.000

d-isponibles le deben ser consagraclos si se qu-iere que serestablezca

OB SERVACIONE;MPORTANTES

PRIMERA OBSERVACIÓN

No han de confundirse los gastos que los propietarioshacen en la clase estéril, los cuales sirven para la sub-sistencia de esta clase, con los que realizan clirectamenteen la clase prod"ttctiva, para sí mismos, para sus comen-sales o para los animales que alimentan, ya que los gas-tos realizados por los propietarios en la clase productivapueden ser más beneficiosos para la agricultura que losrealizados en la clase estéril.

Gran número de los propietarios de rentas son muyricos y consumen los productos de más alto precio. Portanto, la masa de productos que consumen es propor-cionalmente mucho menor que la masa consumida por lasdemás clases a precios más bajos. Los hombres que'gas-tan las rentas y que compran a precios tan elevados hande ser proporcionalmente mucho menos numerosos delo que la suma de sus compras aparentaría; sin embar-go, sus gastos mantienen los precios-de los productosde mejor calidad, lo cual, por gradación, mantiene elbuen precio de los demás productos, todo ello en bene-ficio de las rentas del territorio. Y

No ocurre 1o mismo con los grandes gastos qúe lospropietarios pueden realizar en la clase estéril, y en estoradica la diferencia entre el fasto de subsistencia y ellujo de decoración. Los efectos del primero no son te-mibles como los del segundo.

EI que compra medio cuartiiio de guisantes por cienlibras paga esta cantidad a un agricultor, el cual, al em-plearla en gastos de cultivo, beneficia a Ia reproducción

taS V IOS intere- | t.uuu.uuu.uur, / ¿\-.", d" los adelan- { t.ooo.ooo.ooo -z - } - -iH;I,"liti;;'*'-li.ñóó.óóó.00ó -- - - \- 1'000'000'000,", d" los adelan- { t.ooo.ooo.ooo -zGasto de los ade- 2.000.000.000lantosanuales TorAL.,.. 2'000'000'000

TOTAL 5.000.000,000 La mitad que-da retenida Poresta clase Paralos adelantosdel qño Próxi-mo.

Si los propietarios, para mejorar sus ti€rras y recibirmayores rentas, gastaran más en 7a clase productiva que

enla clase estéril, este incremento del gasto empleado en

los trabajos de la clase productiva deberÍa considerarsecomo una adición a los adelantos de esta clase.

Se supone qlle en un estado de prosperidad como e1

que hemos considerado las rentas se dividen por unigual entre la clase productiva y la blase estéril. En cam-bio, la clase productiva sólo emplea una tercera partedel total de su gasto en compras a la clase estériI, yaque los gastos del agricultor están en situación de menoráisponibilidad que los del prppietario y, además, cuantomás languidece la agricultura, lrayor parte de los gastos

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4.-El Tableau

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allual. El que compra una Iabor de pasamanería cle oropor 100 libras paga esta cantidad a un obrero que laemplea, en parte, para volver a comprar al extranjero lamateria prima de su obra y, sólo en parte, para comprarsubsistencias. Esta última parte vuelve a la clase pro'duc-tiva, pero ni tan siquiera este retorno es tan beneficiosocomo hubiera sido el gasto de una cantidad equivalenterealizado por ei propietario en la clase productiva, yaque el obrero no compra productos de alto precio parasubsistencia, por 1o que no contribuye, como el propie-tario, a mantener el valor y Ias rentas de las tierras debuena calidad que tienen Ia cualidad de producir artícu-Ios preciosos. Por 1o qr-re respecta a la cantidad gastadaen compras al extranjero, si vuelve a la clase productiva,como al menos en parte ocLlrre en las naciones que gozandel comercio recíproco de proriucciones (ó), sismpre lohace con los recargos de los gastos del comercio, gastosque causan una d"isminución e impiden el retorno de lacantidad completa.

SEGUNDA OB SERV,ACIÓI\I

'" Los gastos de simple consltmo son gastos que se ani-quilan sin retorno, y sóIo Ios puede realizar la clase pro-ductiva, que puede bastarse a sí misma. Por tanto, cuan-do no se emptrean en la reproducción, los gastos de sim-ple consumo han de ser considerados como gastos esté-riles e incluso como gastos perjudiciales, o bien como

(6) Este tipo de comercio no es eI ha\itua1 con las Indiasorientales; caso aparte es el del comereio realizado por merca-deres extranjeros que nos venden lo que han comprado allí yque emplean en nuestro paÍs, en compras de producciones, elmismo di.nero con el que les hemos pagado slts mercancias delas Indias. No ocurre otro tanto cuando eI comercio lo realizanmercaderes franceses únlcamente entre nosotros y los habitantesde las Indias orientales que sóIo aceptqn dinero.

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gastos de 1u-jo si son superfluos y perjudican a 1a agri-cultura.

_ I-a mayor parte de los gastos de los pr,o,pietario,s son,aI menos, gastos estériles y sólo pueden e*.ept.rars" 1o,que realizan para conservar y mejorar sus bienes y paraaumentar el cultivo. Sin embargo, cotlto por derechonatural los pro'pietarios son los encargados de velar porla administración y por los gastos d?stinados a Ia re-paración de su patrimonio, no pueden ser confundidoscon la parte de la población que constituye la clase pu-ramente estérii.

TERCERA OBSERVACIÓN

'-f En eI aspecto de prosperidad de un reino cuyo te-rritorio hubiera alcanzado el más alto nivel posible decultivos y de libertad y facilidad de comercio, y, porconsigrriente, en eI que las rentas de los propietarios yano pudieran aumentar más, éstos podrÍan gastar la mitad.de sus ingresos en compras a la clase estérll. pero si elterritorio no estuviera totalmente cultivado y puciiera me-jorarse, si faltaran caminos, si hubiera rÍos que pudie-ran ser navegables y no 10 fueran y si hubieran canalesque hacer para facilitar el transporte de las produccio-nes, los propietarios deberÍan disminuir sus gastos en Iaclase estéril para realizar los gastos que perrrritieran quesus rentas y slls goces se incrementaran hasta ei límitede 1o posiblefHásta que no se llegue a ello, sr-rs gastossuperfluos a la clase estéril serán gastos de lujo, gastosperjudiciales a sr-l opulencia y a la prosperidad de 1anación, ya que todo lo que perjudica a Ia agriculturaperjudica a la nación y a1 Estaclo, y todo lo que bene-ficia a la agricultura beneficia al Estado y a la nación.La necesidad de los gastos que únicamente los propie-tarios pneden realizar para incrementar sus riquezas y

L

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para el bien general de la nación es 1o, que hace que laseguridad de la propiedad de la tierra sea una condiciónesencial del orden natural del gobierno de 1os imperios.

La polÍtica feudal ya consideró la propiedad de latierra como el fundamento de la fuerza militar de losseñores; sin embargo, se limitó a considerar la propie-dad del terreno. E,sta es \a razón de tantas costumbresy leyes curiosas en el orden de sucesión de 1os bienes raí-ces, que aún subsisten pese a los cambios operados enla monarquía, irrientras que se ha prestado tan pocaatención a la seguridad de la propiedad de las riquezasmuebles necesarias para el cultivo, que es lo único quepuede dar valor a los bienes raíces. No se llegó a verque el verdadero fundamento de la ftterza militar de unreino reside en la propia prosperidad de la nación.

Roma supo vencer y subyugar a numerosas naciones,pero no las supo gobernar. Expolió las riquezas de laagricultura de los países sometidos a su dominio y, apartir de entonces, desapareció su fuerza militar, le fue-ron arrebatadas las conquistas que la habían enriquecidoy se encontró entregada a si misma, sin defensas anteei pillaje y las violencias de sus enemigos.

qUAB.TA OBSERVACIÓN

En el orden regular que hemos seguido, la suma delos gastos anuales realizados por los propietarios y porIa clase estéril vuelve anualmente a la clase productivapara que ésta pague cada año a los propietarios la rentade dos mil millones y para que se pague a sí misma losintereses de sus adelantos primitivos,y anuales.

Nada puede sustraerse a esta distribución de los gas-tos si es en perjuicio de la agricultura y nada puede sus-traerse a las recuperaciones del agricultor, sea medianteexacciones o mediante trabas al comercio, sin que de-

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caiga \a reproducción anual de 1as riquezas de Ia nacióny sin que disminuya la población, datos que son fácil-mente demostrables mediante cálculos. Así,'el orden dela distribución de los gastos, si vuelyen o si sbn sustraídosa la clase productiva, si hacen auntentar o hacen disnti-nuir los adelantos de esta clase, si mantienen o hacenbajar el precio de las prodtLcciones, permite calcular lose'fectos de la buena o mala dirección de una nación.

La clase estéril no puede gastar para la subsistenciade sus miembros más que aproximadamente la mitad delos dos mil millones que recibe, ya que la otra mitad hade emplearla en la compra de materias primas para susobras. Por tanto, esta clase no constituye más que alre-dedor de la cuarta parte de la nación.

Ya hemos anotado que sobre las recuperaciones detres mil millones de la clase productiva, mil tnillonesconstituyen los intereses de sus adelantos primitivos yanuales, y que esta última cantidad se emplea continua-mente en Ia reparación de esos adelantos. Por tanto, aesta clase sólo Ie quedan aproximadarrente dos mil mi-llones para los gastos de sus integrantes inmediatos, loscuales, por consiguiente, son dos veces más numerososque los que integran la clase estéril. Sin embargo, cadamiembro de la clase productiva, con ayuda de anima-les, hace nacer una reproducción que puede propcrcio-nar subsistencia para ocho hombres, es decir, para sufamilia, que puede suponerse compuesta por cuatro per-sonas, y para otra familia del mismo número de personasque formen parte de la clase estéril o de la clase de lospropietarios.

Un examen más detailado de la distribución de losgastos de una nación se encuentra en la Filoso't'ía rural,cap.7. A1lí se observa que, además de los cinco mil mi-llones que constituyen la parte de la nación, existen otrosgastos, como los del comercio o 1os de la alimentación

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cle los animales, que se emplean en el cultivo. E,stos gas-tos no están comprendidos en la distribución 1-epresen-tada en eI Tableau,' si se añadieran, el valor total de lareproducción anual serÍa de seis mil trescientas setentamillones. Sin embargo, ha de tenerse en cuenta que 1csgastos 'del comercio pueden aumentar en perjuicio dela nación, o disminuir en su beneficio, según que estapartida esté o no dirigida de acuerdo con el orden na-tural.

QUINTA OB§ERVACIÓN

En el bstado cie gastos que acabamos de exponer he.<

mos supuesto que la nación no comercia más que consí misma; sin eml-argo, no existe ningún reino cuyo te-rritorio produzca todas las riquezas de las que puedengozar sus habitantes, por 1o que es necesai:ió un comer-cio exterior mediante el cual una nación venda al extrau-jero una parte de sus proclucciones para comprarle acambio 1o que necesiia. I'tro obstante, como no puede com-prar al extranjero más de lo que Ie vende, el estado desus gastos siempre ha de estar de acuerdo con Ia repro-ducción que nace anualmente de su territorio. Por tanto,lc¡s cálculos de estos gastos pueclen establecetse con re-gularidad sobre esta reproducción, clejando aparte todoel comercio exterior, cuyos detalles son indeterminados,incalculables y de inútil búrsqueda; basta con tenel- encuenta que, si existe libre competencia en el comercio ex-terior, sólo puede darse el intercambio de un valor porun valor igual, sin pérdida ni beneficio para ninguna delas dos partes. +

Por lo que respecta a los gastos de transporte, ambaspartes 1os pagan por igual en sus compras y en sus ven-tas y forman para los comerciantes un fondo aparte delde ia nación, puesto que en el comercio exterior de las

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naciones agrícolas todo comerciante es extranjero, si sele considera en relación a Los intereses de estas nacio-nes. Así, un reino agrícola y comercianté reúne dos na-ciones diferentes entre sÍ: una está formada pbr Ia parteque constituye la sociedad apegada a1 territorio, la queproporciona las rentas; la otra es Llna adición exti:ínseca

^que forma parte de la república general del comercioexterior, empleada y alimentada por las naciones agri-colas. Los gastos de este comercio, pese a qu? son ne-cesarios, han de ser considerados como gastos onerososqu.e se sustraen de las rentas de los propietarios de 1as

tierras, por 1o que han de ser separados de cualquier mo-nopoiio y ha de evitarse incrementarlos de Ia forrna quesea, plres los incrementos recaerían de folma desastrosasobre las rentas cle los soberanos y de los demás propie-tarios.

En el estado de libre competencia del comercio ex-terior, los precios que tienen validez entre las nacionescomerciantes deben ser la base del cálculo de las rique-zas y de los gastos anuales de las naciones que tienen uncomercio fácil e inmune (7). La amplitud del comercio

(7) Es decir, ,exento Ce todo tipo de contribuciones fisca-les, señoriales, etc., de monopolios y de sueldos de inspectoresy demás oficlales inúti1es. EL comercio, a1 igual que la agricul-tura, no ha de tener más gobierno que e1 orden natural. E.n todoacto de comercio eI vendedor y el comprador estipulan, con-tradictoria y libiemente, sus intereses, los cuales, así concer-tados por ellos mismos -que son los únicos jueces competentesen la materia-, están de acuerdo con el interés público; portanto, .cualquier intromisión de oficiales revestidos de autoridadno sólo sobra, sino que es tanto más peligrosa cuanto que ha detemerse ignorancia o m'oti.¿os aún más inconfesables. El mono-polio en e1 comercio y en Ia agricuJ.tura ha hallado protectoresdemasiado a menudo: se ha prohibido plantar cepas, venderaguardientes de sid'ra, gozar de libertad en eI comercio de losgranos e importar mercancÍas de mano de obra extranjeras;las manufacturas del reinc han 6¡1snido, ttnas en perjuicio deotras, privilegios exclusivos; se ha obligado a los empreserios de

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exterior depende de la diversidad de los consumos clelos habitantes y de la variedad de las producciones delpaís. Cuanto más variadas son las producciones de unreino, menos exportaciones e importaciones han de rea-lizarse y más ahorra la nación en"los gastos de comercioexterior, actividad que, no obstante, ha. de ser siempremuy libre y ha de estar a salvo de obstáculos y de im-puestos, ya que gracias a la comunicación que este co-mercio mantiene entre las nacion:s puede asegurarseconstantemente en el comercio interior el mejor precioposible para las producciones deI territorio y las ma-yores rentas posibles para el soberano y para la nación.

SEXTA OBSERVACIÓN

¡ Puede verse que las mismas producciones pasen va-rias veces por las manos de los mercaderes y de ios ar-tesanos, pero ha de tenerse en cuenta que esas repeti-ciones de compras y de ventas que multiplican infructuo-samente La circulación no representan más que transpo-siciones de mercancÍas e incrementos de gastos, y queen ningún caso aumentan las riquezas. La cuenta de lasproducciones se reduce pues a su cantidad y a su preciode venta en la primera mano..Y

Cuanto más sujetos estén los precios al orden natu-ral y cuanta mayor sea su constancia en un valor alto,más beneficiosos serán en los intercambios que se rea-licen con eI extranjero, más animarán a 1a agricultu-

las manutacturas a emplear materias primas extranjeras prohi*biéndoles e1 uso de las del país, etc. Han brillado falsas lncesen la oscuridad y el orden natural se h¿i visto invertido porintereses particulares siempre esiondidós y que siempre hanpedido escudánclose tras el velo del bien general.

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ra (8), sostendrán con mayor vigor el valor de las clife-rentes producciones dei reino, acrecentarán en mayormedida las rentas del soberano y de los propietarios yaumentarán en mayor escala e1 numerario de Ia nacióny la masa de salarios pagados pór Ia debida retribuciónal trabajo o al empleo de quienes no son los poseedoresprimitivos de las producciones.

El empleo de estos salarios y su buena o mala dis-tribución contribuyen en gran uredida a la prosperidado a 7a degradación de un reino, a ia regularidad o ald:sorden de las costumbres de una nación y al aumentoo a la disminución de la población. Los hombres puedenvivir atormentados en los campos y sentirse atraídospor el lujo y la voluptuosidad de la capital, o bien puedenestar distribuidos por las provincias. En el último caso,realizan eI consumo cerca de los lugares de producción,mientras que en el primero no pueden evitar los grandesgastos de transporte que hacen descender los precios deventa de la primera mano y reducen las rentas de1 te-rritorio, la masa de salarios y la población.

El comercio de reventa puede extenderse de acuerdocon la actividad y las facultades de los comerciantes, peroe1 comer,cio de una nación agrÍcola está regulado por lareproducción anual de sú territorio. Los beneficios quesóio favorecen a los comerciantes del reino no deben

(B) El interés del agricultor es el primer motor cle todaslas operaciones económicas y de todos los éxitos de Ia agricul-tura. Cuanta mayor sea la constanca en un valor alto de Iosprecios de las producciones, más garantizado estará eI retornoanual de las recuperaciones de los coIonos,.¡nás se incrementaráel cultivo y mayor superficie de tierras producirá rentas, tantopor eI buen precio de las producciones corrro por eI aumento dela reproducción anual. Por otra parte, cuanto más se incremen-te la reproducción, más se multiplicarán las riquezas de la na-ción y más aumentará el poderío del Estado.

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confundirse con las riquezas de la nación, ya que éstasno pueden extenderse, anualmente, más allá del produc-to de Ia reproducción anual de su territorio, de acuerdocon los precios colrientes de las ventas de primera mano.

l.-El comerciante tiende a comprar al más bajo precio po-sible y a vender al precio más alto, con ei'fin de a.mpliarsus beneficios cuanto pr-reda, en perjr-ricio de Ia nacióp,por lo que su interés particular y el interés de la na"ciónson opuestos. El problema no consiste en que todo elcuerpo de comerciantes, o incluso que cada miembro deeste inmenso cuerpo, no tenga, si considera e1 asunto engrande y en su verdadera extensión, real interés en quelas procluc'óiones se vendan constantemente, en la pri-mera mano, al más alto precio posible, ya que cuantomás beneficio produzca el cultivo, más se extiende, haceque renazca en mayor medida la proclucción, permiternayores recuperaciones a los agricultores, mayores ren-tas al soberano, a los propietarios y a los beneficiarioscle los diezmos, y mayores salarios a todos los demáscir-rd-adanos, mayormente se multiplican los gastos detodo tipo y mayor r,r:eio alcanza eL comer'cio, tanto enadquisiciones de objetos como en ocasiones de actua-ción y en actividad, y, por consiguiente, rnás aumentala surna total de las ganancias d: los comerciantes, de-bido a los propios efectos de la competencia que, encada caso particular, impide que las ganancias sean ex-

cesivas y perjudiquen el precio de las producciones. Sinembargo, muy pocos corlerciantes tienen unas perspec-tivas tan amplias, y airn son menos los que son capacesde sacrificar una gananci.l presente a la certeza de gran-des ventajas en el futuro,*No son los comerciantes, sinolas necesidades de los consumidores y los medios c1e queéstos disponen para sa-tisfacerlas los que garantizan pri-mitivamente 1os precics de Ias producciones en la ventade la pr"imera ma,no. Lcs negociantes no hacen nacer los

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precios ni Ia posibilidad de comercio; la posibilidad decomercio y la comunicación de los precios es la qr,rehace nacel a los comerciantes (9).L

SEPTi]I{A OBSERVACIÓN

No hernos hablado de Ia masa de clinero amonedadoque circula en el comercio de cada nación, masa a la queel vulgo considera coilo la verdadera riqueza de los Esta-dos, porqu-e con el dinero, dicen, se puede contprar to'dolo que se necesita,' sin embargo, nadie se pregi-lnta conqué puede conseguirse el dinero. Esta riqueza no se daa cambio de nada y cuesta 1o que le vale a quien Iacompra. El comercio 1o proporciona a las naciones queno pcseen ininas de oro o de plata, pero incluso estasnaciones carecerían de é1 si no tuvieran con qué pagarloy, en cambio, podrán comprar tanto como quieran, ocomo necesiten, siempre que tengan producciones paradar en intercambio.

He dicho tanto como necesiten comprar porque el dinero no es la riqueza qlre los hombres necesitan parasatisfacer sus necesidades; Io que los hombres necesitanobtener son los bienes necesarios para la vida y para lareproducción anual de estos mismos bienes. Convertir lasproducciones anuales en dinero, para sustraer ese dinero

(9) Con ios comerciantes ocurre corno con la cuerda de unpozo y con el uso que se hace de esta cuerda. La cuerda no esla fuente del agua que hay en eI pozo, sino que, aI contrario, eIagua del pozo, eI conocimi.ento de clue hay agua en eI pozo yla necesidad qrle se tiene de este líquido son las causas d,e quese use Ia cuerda. Los hombres iltistrados no confunden las cau-sas con los medios.

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a los gastos que benefician a la agricultura, sería dis-minuir en la misma medida en que se sustrajo la repro-ducción anual de riquezas:,En una nación ia masa dg dinero no puede incrementarse más que en la rnedida enque aumente la propia reproducción, ya que de cual-quier otra forma el incremento de la .masa monetariase haría en detrimento de la reproducción anual de ri-quezas, y el decrecimiento de esa reproducción llevarÍanecesaria y rápidamente al decrecimiento de la masa dedinero y al empobrecimiento de la naci,ón; en cambio, lamasa de dinero puede disminuir sin que disminuyan lasriquezas de la nación, porque hay muchas maneras desuplir el dinero cuando se es rico y cuando se tiene uncomercio fácil y Iibre, pero nada puede suplir, sin quehaya pérdidas, a la falta de reproclucción anual de lasriquezas propias al goce de los hombres. Debe incluso sr-l-ponerse que el peculio de una nación pobre ha de serproporcionaimente más considerable que el de una na-cióir rica, ya que a ambas sólo les resta la suma necesa-ria para realizar sits compras y sus ventas, y en unanación pobre se tiene mayor necesidad de emplear eldinero en el comercio, pues, al no ser de fiar la promesade casi nadie, ha de pagarse casi todo al contado; encambio, en las naciones ricas hay muchos hombres cuyatiqueza es conocida y cuyas promesas por escrito, Eyd-cias a sus riquezas, son consideradas como garantías degran segur:idad, de forma que todas las ventas conside-rables se les hacen a crédito, es clecir, por medio de do-cumentos que supleir al dinero y que faciiitan en granmedida el come¡'cio. Por tanto, 1a opulencia de los Es-tados no ha de juzgarse de acuerdo con la mayor o menorcantidad de dinero que tengan; se estima que un peculioigual a las rentas de los propietarios de las tierras esbastante más que suficiente para una nación agrÍcola enla que la circulación se realiza con regularidad y en la

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qtre-el comercio exterior se ejerce con cqnfianza y cotlplena libertad (10).

Por 1o que respecta a la república comerciante uni-versal, extendida por los diferentes países, y en cuantoa las pequeñas naciones puramente comerciantes que noson más que partes de esa república inmensa y que pue-den ser consideradas como sus ciudades importantes o,si se quiere, como sus principales factorías, la masa deru dinero amonedado es proporcional a la extensión desu comercio de reventa, Aumenta esta masa tanto como

(i0) Nótese que el pecr-tlio de Inglatera está fijado aproxi-madamente en est,a proporción y que, en el estado actual de susriquezqs, se m,antiene alrededor de 26.000.000 c1e libras esterli-.nas, es decir, de 11 millones de marcos de plata. Esta riqueza mo-netaria no ha de infundir respeto en un país en eI que dominael comercio de reventa y de transporte, y en el que se debe dis-tinguir el peculio de los comerciantes de1 que es propio de lanación. Estas dos masas de dinero nada tienen en común, si noes en la medida en que los comerciantes quieren vender con in-tereses su dinero a la nación que ha basado sus fuerzas rcili-tares en los préstamos, lo cual no constituye ninguna prueba delpoderío real de un Estado. Si, debido a las guerras, esta naciónse vio someticla a necesidades urgentes y a préstarnos excesi-vos, la 'causa no reside en la falta de dinero, sino en que losgastos superaban las rentas del Estado. Si eI dinero proporciona-ra Ios préstamos, las rentas se verían igualmente sobrecargadaspor las deudas y Ia nación se arruinarÍa si la propia fuente delas rentas sufriera a causa de este estado de una decadencia pro-gresiva que disminuyera la reproducción anual de riquezas. EIestado de las naciones ha de examinarse bajo est.e punto devista, ya que el peculio renace continuamente en una nación enIa que las riquezas se renuevan sin pausa y sin decadencia.

Durante más de un siglo, es decir, d,e 1444 a 1525, hubo enEuropa una gran disminución de la cantidad de dinero, comopuede comprobarse por el precio de las mercancías en aqueltiempo, pero la menor cantidad de peculio era indiferente paraIas naciones, ya ,que el valor de la venta de las riquezas era igualen todas partes y que, en relación al peculio, su estado era elmismo con respecto a sus rentas, las cuales tenían en todas par-tes y que, en relación al peculio, su estado era eI mismo con

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puede, mediante sus l¡eneficios y sus ahorros, para incre-mentar su fondo de comerclo. El dinero es su propio pa-trimonio, y los comerciantes sólo lo emplean en sus com-pras para retirarlo ccn beneficios de sus ventas. por tan-to, no pueden aumentar su peculio más que a costa delas naciones con las que comercian. En'sus manos, elpeculio siempre está en reserva, no sale de sus cajas yno circula más que para volver incrementado. Así, estedinero no puede formar parte de las riquezas de las na-

respecto 'a sus rentas, Ias cuales tenían en todas partes la mis-ma medida, dado eL valor universal del dinero. .En este caso,es preferible.para los hombres que el valor supla a la masa y nolo contrario,'qu.e la masa supra aI valor.

No cabe duda de que eI descubrimiento de A¡nérica procuró aEuropa mayor abundancia de oro y de plata; sin embargo, elvalor del clinero había descendido con respecto a las mercancías,hasta eI glado en e} que se halla actualmente, antes de Ia l1e-gada a Europa del oro y de ia plata americanas. No obstanie,todas estas variaciones generales en nada moclifican el estado delpeculio de cada nación, estado que es proporcional en todo mo-mento a las rentas de ios bienes raíces, si se exceptúa el queforma parte del comercio exterior de los negociantes, el cual cir-cula entre las naciones como el peculio de una nación circulaentre las provincias de un mis'mo reino.

El peculio de estos negociantes también circula entre la me-ltrópoli y sus colonias, en general sin aumentar las riquezas clela una ni. de las otras y a veces incluso clisminuyénclolas en granmedida, sobre todo cuando no se deja intervenir en la corn-petencia a los ,comerciantes de todos los paises. En este caso, elmonopolio increm.enta el peculio de los comerciantes en detri-mento de la metrópoli y de las colonias, ya qLle disminuye eIde ambas. No obstante, Ia metrópoli olvida qlie sus negociacio-nes no Ie dan su dinero a cambio de nada y qLle, por el con-trario, Ie revenden, en todo su valor, el dinero que han gana-do a sus expensas. Pero la metrópoli se deja convencer de c1ue,al ser sus negociantes nacionales, se beneficia de1 monopolioque se ejer.ce sobre ella y sobre sus colonias, monopolio que dis-minuye sus riquezas y el precio de sus produccio,nes. Estasideas perversas y absurdas han causado desde hace varios si-glos gran desorden en Europa.

En .el siglo pasado, clurante el reinad.o c1e Luis XIV, el marco

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ciúnes agrÍcolas, que están siempre limitadas a sLi repro-ducción, con la cual pagan continuamente ios gastos delos comerciantes. Estos, independientemente de1 país quehabitan, están iigados a diferentes naciones por eI co-mercio, y e1 propio comercio es su patria y ei almacénde sus riquezas. Compran y vencien en el lugar en el queresiden y en los lugares en los que no residen y la am-plitud del ejercicio de Ia profesión no tiene lí¡nites de-terminadoq ni un territorio particuiar. Nuestros comer-ciantes también son los ,comerciantes de las demás na-ciones, y Ios comerciantes de las demás naciones sontambién nlrestros comerciantes; además, unos y otroscomercian asimismo entre sí. Por tanto, 1a comunicaciónde su comercio penetra y se extiende por todas partes,no buscando en último téirnino más que el dinero, di-nero que el propio cornercio distribuye entre las nacio-

de plata arnonedado valÍa 28 libras, por 1o que 18.600.000 mar-cos va1ían entonces alredor de 500 millonees. Este era aproxi-madamente eI estado del peculio en Francia en los tiempos enlos que el reino era bastante más rico de Io clue 1o fue haciafines de1 reinaclo de este moltarca.

trn 1716, la refundición general de las especies no alcanzólos 40 milIones. El marco de plat.a amonedado va1Ía 43 librascon 12 suelclos, por Io que 1a masa de las especies de esta re-fundición no llegaba a los 9 millones cle marcos, 1o que signi-fica más de Ia mitacl menos que en las refundiciones generalesde 1683 y de 1693. Esta masa de peculio sólo'podrá auentar me-diante la fabricación anual de especies en 1a medida en queaumenten las rentas de la nación. Por .considerable que sea eltotal de las fabricaciones anuales después de esta refundición,habrá servido menos para aumentar Ia masa de dinero amone-dado que para reparar 1o que se sustrae anua-lmente por el con-trabando, por las divelsas ramas del comercio pasivo y por otrosempleos del dinero en eI extranjero, ya qr-re si se calculara co-rrectamente el total de las transmisiones anualeg desde hace cin-cuenta años, se hallaría que es muy considerable. trl aumento cle

numerario, que se ha fijado en 54 libras desde hace muchotiempo, no demuestra que ia cantidad de peculio de Ia naciónhaya aumentado en r-rna meclida notable, ya que aumentar el nu-

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qes de acuerdo con los p-recios sujetos al grde¡ ,u,rruitlque regulan cotidianamente los valores cle venta de lasproducciones. Sin embargo, las naciones agrícolas tienenotro punto de vista, un punto de vista más útil paraellas y, a la vez, más ampliot no han de tender más quea aumentar tanto como sea posible la reproducción paraincrementar y perpetuar las riquezas que pueden ser go-zadas por los hombres.lPara elIas, el dinero sólo es unariqueza menor que sirve como intermediaria. y que, sinla reproducción, desaparecÍa en un momento;(

merario no es más que un intento de suplir la realidad por Iadenominación.

Estas estimaciones están poco de acuerdo con la opinión vul-gar acerca de la cantidad de dine¡o amonedado de una nación.

,.f El pueblo cree que la riqr-reza de un Estado consiste en el dine-ro; pero el dinero, como todas las demás producciones, sólo esriqueza en función de su valor de venta, y no es más difÍcil deadquirir que cualquier otra mercancía si se paga con riquezas.La cantidad de riquezas en un Estado está limitada por su uso,que está regulado por las compras y las ventas en sus gastosanuales, mientras que éstos están regulados por las rentas. Por*tanto, una nación sólo ha cle tener dinero amonedado en Ia

..*., medida de sus rentas, pues mayor cantidad le sería inútil. Cam-biarÍa Io superfluo con las demás naciones por otras riquezasque le serian más ventajosas o más atractivas, ya que quienesposeen eI dinero, incluso los más ahorradores, siempre estánatentos a extraer de é1 algirn ,beneficio. Si puede prestarse di-nero en el país a un interés elevado,,esto es una,prueba de quesólo existe en la proporción que hemos observado, puesto quesu uso o su necesidad se paga a tan alto precio.

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enero de 1756

COLONO S

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s.-El Tableau...