Galde07dossier

28
19 Galde 07 - uda/ 2014 De los "comunales" a los "commons" De los "comunales" a los "commons" La cuestión de «los bienes comunes» (commons en inglés) viene recobrando creciente interés entre sectores sociales, intelectuales y colectivos de activistas, críticos con los modelos dominantes de producción, reproducción y consumo. La concesión en 2009 del Premio Nobel en Ciencias Económicas a la politóloga estadounidense Elinor Ostrom (1933-2012) por «su análisis de la gobernanza económica, especialmente de los recursos compartidos» supuso un revulsivo mundial. Sus investigaciones, desarrolladas en el «Taller de Teoría Política y Aná- lisis de Política Pública» de la Universidad de Indiana (Bloomington), analizaron cómo los seres humanos interactúan a fin de mantener a largo plazo los niveles de producción de recursos comunes, tales como bosques y recursos hidrológi- cos, incluyendo pesca y sistemas de irrigación, áreas de pastizales, etc. En este contexto, los planteamientos binarios público/privado o estado/mer- cado con los que se pretenden organizar y analizar las sociedades modernas viene siendo superado, por un lado por la propia complejidad de las sociedades y las limitaciones de las propias disciplinas consideradas científicas y por otro, por la visibilización de formar de organización y gestión de los recursos tangibles e intangibles de forma diferente a las «establecidas»; además de otros factores como los procesos de globalización, por ejemplo. Nuevos imaginarios sociales surgen al socaire de resistencias en la búsqueda de ese otro mundo posible. Pensamientos, presentimientos y acción que, en muchos casos, cristaliza en experiencias, más o menos consolidadas, más o menos «glolocales», en ámbi- tos diversos, diferentes, y en el que, a modo de magma, los «bienes comunes», son, en ocasiones, referente común. «Los Comunes son el futuro y no el pasado. Y el futuro no es un lugar hacia el cual nos dirigimos, sino un lugar que estamos creando», decían en el Foro Social de Río+20. Y buscando lo que se está creando, desde Galde hemos reco- pilado en este dossier experiencias e ideas que nos permitan acercarnos, de alguna manera, al universo abierto de los «bienes comunes».

description

Galde 07 Dossier, (verano 2014): "De los 'comunales' a los 'commons'".

Transcript of Galde07dossier

Page 1: Galde07dossier

19Galde 07 - uda/2014

De los "comunales"a los "commons"

De los "comunales"a los "commons"

La cuestión de «los bienes comunes» (commons en inglés) viene recobrandocreciente interés entre sectores sociales, intelectuales y colectivos de activistas,críticos con los modelos dominantes de producción, reproducción y consumo.La concesión en 2009 del Premio Nobel en Ciencias Económicas a la politólogaestadounidense Elinor Ostrom (1933-2012) por «su análisis de la gobernanzaeconómica, especialmente de los recursos compartidos» supuso un revulsivomundial. Sus investigaciones, desarrolladas en el «Taller de Teoría Política y Aná-lisis de Política Pública» de la Universidad de Indiana (Bloomington), analizaroncómo los seres humanos interactúan a fin de mantener a largo plazo los nivelesde producción de recursos comunes, tales como bosques y recursos hidrológi-cos, incluyendo pesca y sistemas de irrigación, áreas de pastizales, etc.

En este contexto, los planteamientos binarios público/privado o estado/mer-cado con los que se pretenden organizar y analizar las sociedades modernasviene siendo superado, por un lado por la propia complejidad de las sociedadesy las limitaciones de las propias disciplinas consideradas científicas y por otro,por la visibilización de formar de organización y gestión de los recursos tangiblese intangibles de forma diferente a las «establecidas»; además de otros factorescomo los procesos de globalización, por ejemplo. Nuevos imaginarios socialessurgen al socaire de resistencias en la búsqueda de ese otro mundo posible.Pensamientos, presentimientos y acción que, en muchos casos, cristaliza enexperiencias, más o menos consolidadas, más o menos «glolocales», en ámbi-tos diversos, diferentes, y en el que, a modo de magma, los «bienes comunes»,son, en ocasiones, referente común.

«Los Comunes son el futuro y no el pasado. Y el futuro no es un lugar haciael cual nos dirigimos, sino un lugar que estamos creando», decían en el ForoSocial de Río+20. Y buscando lo que se está creando, desde Galde hemos reco-pilado en este dossier experiencias e ideas que nos permitan acercarnos, dealguna manera, al universo abierto de los «bienes comunes».

Page 2: Galde07dossier

20 uda/2014 - Galde 07

Reivindicación del Reivindicación del ImanolZubero

La concesión en 2009 del Premio Nobel de Economíaa la norteamericana Elinor Ostrom ha vuelto a situar en la agenda teórica y en el debate público una de

ser mujer Ostrom fue capaz de prestar atención a los as-pectos relacionales de la actividad económica. Esta mi-rada resulta preciosa –en el doble sentido de valiosa yescasa– en la actualidad.

La construcción social de los bienes comunesLa enorme complejidad de los bienes y recursos del

mundo y su no menos compleja gestión se ha ido redu-ciendo siglo a siglo hasta prácticamente agotarse en losdos grandes espacios institucionales e ideológicos que hanconfigurado las tensiones sociales y políticas que han defi-nido a las sociedades industriales avanzadas desde el sigloXIX hasta la actualidad: el espacio y la lógica del Estado y elespacio y la lógica del mercado. Mercado y Estado hansido las instituciones que más poderosamente han cons-truido los imaginarios sociales característicos de las so-ciedades modernas, hasta hacernos creer que todo aque-llo que no encaje perfectamente en el marco normativodefinido por cada una de esas instituciones no sería otracosa que un residuo de tiempos pasados o una rareza con-temporánea sin mayor relevancia. ¿Las «suertes» de leñade montes comunales? Una tradición curiosa, propia delmundo rural. ¿La economía social y solidaria? Una realidadinteresante, pero cuyo valor simbólico –en cuanto encar-nación de solidaridad, ambición inclusiva o preocupaciónpor los colectivos más vulnerables– es mucho mayor quesu peso real.

«La perspectiva de los bienes comunes, del procomún, es una oportunidad para volver apensar la autonomía y la iniciativa de los individuos sin caer en el administrativismo y la

burocratización, pero sin abandonarlas en manos del mercado y de su lógica competitiva.»

las cuestiones más controvertidas en el pensamientosocial y económico: cuál es la mejor manera de abordarlos problemas de acción colectiva a los que se enfrentanlos individuos cuando utilizan recursos de uso común.Durante mucho tiempo, la respuesta a esta cuestión haestado dominada por la perspectiva Hardin/Olson, o almenos por una cierta interpretación de estos dos auto-res: a) Los recursos comunes son demasiado importan-tes (y frágiles) como para dejar su gestión exclusiva-mente en manos de quienes tienen acceso libre a ellos,pues estos acabarán por poner su interés individual porencima de cualquier consideración de bien o de benefi-cio común (Hardin). b) Los individuos, a pesar de es-tar personalmente interesados en que ciertas reivin-dicaciones colectivas tengan éxito (ya que en ese casocada uno obtiene un beneficio individual) se ven, sinembargo, tentados de no participar en la acción co-lectiva confiando en que el compromiso activo delresto de miembros de la asociación sea más que sufi-ciente para alcanzar los objetivos propuestos, a la vezque se ahorran los costes asociados al hecho de partici-par personalmente (Olson).

Ambas perspectivas coinciden en la apreciación deque, en sociedades complejas, los problemas derivadosde la gestión de bienes comunes no pueden resolverseconfiando exclusivamente en la voluntad cooperativa delos individuos, sino que exigen alguna forma de discipli-namiento exterior de las tendencias egoístas, ya sea me-diante la regulación pública (Estado) o mediante algunaforma de privatización de los bienes (mercado). Ostromcuestiona teórica y empíricamente esta perspectiva, ca-racterística del pensamiento económico y politológico do-minante: «Ni el Estado ni el mercado han logrado unéxito uniforme en que los individuos mantengan un usoproductivo, de largo plazo, de los sistemas de recursosnaturales. Por otra parte, distintas comunidades de indi-viduos han confiado en instituciones que no se parecenni al Estado ni al mercado para regular algunos sistemasde recursos con grados razonables de éxito durante lar-gos periodos».

Como señala Bollier, quizás por no ser economistafue capaz de ver con claridad que las teorías del libremercado fracasan a la hora de explicar muchos fenó-menos de enorme relevancia económica; y quizás por

Page 3: Galde07dossier

21Galde 07 - uda/2014

...

"commonismo" "commonismo"El eje público/privado se ha convertido en la gran au-

tovía por la que circulan las sociedades más desarrolla-das: con dos sentidos concebidos en ocasiones comoantagónicos –o privado o público–, considerando la posi-bilidad de combinar en proporciones distintas ambas pers-pectivas, en otros. Otras posibilidades de gestión y orga-nización de carácter más social, auto-organizado,cooperativo o comunal, se han visto reducidas a carrete-ras locales o a vías rurales, escasamente transitadas ypoco relevantes. Pero, ¿realmente es así? ¿Realmente

puede reducirse toda la complejidad de bienes y recursosnecesarios para la existencia de la humanidad a dos gran-des principios de gestión (de producción, de apropiación,de distribución), público o privado, planteados además entérminos excluyentes?

«El pensamiento convencional –recuerda Antonio La-fuente– divide los objetos, cualquiera que sea su natura-leza, entre los que pertenecen al mercado y los que tutelaen Estado. Sabemos, sin embargo, que hay un tercer sec-tor, cuya importancia necesita urgentemente ser aprecia-da: el procomún». ¿De qué bienes estamos hablando?¿Cuáles son esos bienes susceptibles de ser gestionadosdesde una perspectiva distinta de la convencional distin-ción entre gestión/propiedad pública o privada y queconstituirían un «tercer sector» que Lafuente denomi-na procomún, pero que también cabe nombrar como«bienes comunes», commons o, simplemente, «comu-nes»? El procomún es la nueva manera de expresaruna idea muy antigua: que algunos bienes pertenecena todos, y que forman una comunidad de recursos quedebe ser activamente protegida y gestionada por el biencomún. El procomún lo forman las cosas que hereda-mos y creamos conjuntamente y que esperamos legar alas generaciones futuras. Al procomún pertenecen losdones de la naturaleza, como el aire, el agua, los océa-nos, la vida salvaje y los desiertos, y también los «acti-vos» compartidos como Internet, el espacio radioeléc-trico empleado en las emisiones y las tierras comunales.El procomún incluye nuestras creaciones sociales com-partidas: bibliotecas, parques, espacios públicos, además

de la investigación científica, lasobras de creación y el conocimien-to público que hemos acumuladodurante siglos.

Así pues, hay bienes privados,bienes públicos y hay, también,bienes comunes, recursos quepertenecen a todas y a todos. Unmismo bien, pongamos por casola salud, puede ser considerado unbien público (cuando el acceso esuniversal y gratuito), pero tambiénun bien club, de acceso restringi-do (mediante formas de copago)o un bien privado (cuando se pri-vatiza). Muchos bienes considera-dos en un momento determinadocomo públicos pueden experimen-tar limitaciones de acceso en fun-ción de la congestión o sobreex-plotación que el libre accesopuede provocar: es el caso de losparques nacionales con restriccio-

Page 4: Galde07dossier

22 uda/2014 - Galde 07

...

Detritus

nes de acceso o de estancia, o el de las carreteras depeaje; de esta forma, se convierten en bienes club. Pue-de darse también el caso de que un bien privado como,por ejemplo, el Palacio de Liria propiedad de la Casa deAlba, pueda abrirse al acceso gratuito pero limitado devisitantes. O que unas tierras sean ocupadas por el Sindi-cato Andaluz de Trabajadores y las conviertan en recursocomún, al margen de su anterior condición de bien públi-co (como es el caso de Las Turquillas, propiedad del ejér-cito de Tierra) o privado.

Por eso, más que por sus supuestas propiedades o«naturaleza», la aproximación más interesante a bienescomunes tiene que ver con las prácticas discursivas y socio-políticas que se plantean en torno a ellos. Es en este sen-tido que desde el Observatorio Metropolitano de Ma-drid se refieren a los comunes como hipótesis políticay práctica comunitaria. Pensemos en el caso de las pla-zas y espacios públicos convertidos en escenario dereunión, deliberación, encuentro, protesta y propuesta

en Egipto, Atenas, Barcelona o Madrid: espacios públi-cos convertidos en «comunes urbanos» en la medidaen que la gente los utilizó para expresar sus visiones ydemandas políticas (Harvey). Desde esta perspectivalo que hace que un bien o recurso se convierta en co-mún es la práctica social del commoning, entendidacomo una práctica que produce o define un cierto bien.Los llamados «bienes comunes» no son meros bienes,no son «cosas» separadas de nosotros; ni siquiera sonsolo bienes compartidos. No son simplemente el agua,el bosque o las ideas. Son prácticas sociales de «com-moning», de «comunización», basadas en los princi-pios de compartir, cuidar y producir en común. Paragarantizarlas, todos los que participan en un «común»tienen el derecho de codecidir las normas y reglas desu gestión.

Así pues, los bienes comunes o commons puedenser (o no ser) cualquier bien o recurso definido comotal en función de diversos principios: la naturaleza del

«Tal vez el procomún sea el lugar social donde, por fin, el ideal revolucionariode la fraternidad encuentre el sitio que nunca tuvo, a diferencia de lo queocurrió con la libertad, que enraizó y floreció en el espacio del mercado,

y con la igualdad, que lo hizo en el espacio del Estado.»

Ciudades norma,ciudades muertas.

Emigrantesurbanos al Eden?

Huir?Deconstruir.Reconstruir?

Comunidadperiurbana

de riquezascompartidas

en el anonimatode una razón

común.

Fusión ProepimeteicaAprehendiendo otredades

Gaia republicana y comonistaAkrograssrootitis

Imaginarios munales mons munidades mpromisos mpartidos operativosmonismosCO

Imaginarios

Page 5: Galde07dossier

23Galde 07 - uda/2014

"Llueve igualando. Llueve constancia"

recurso en cuestión, las funciones que cumplen, lasrelaciones sociales que se organizan en torno al mismo,o las prácticas sociopolíticas de commoning que se or-ganizan en torno a dicho bien. Son estas últimas lasque me parecen más interesantes en el momento ac-tual, pudiendo identificarse en la oleada de ocupacio-nes creativas que desde hace dos años sorprende almundo proponiendo una nueva concepción de lo públicoa partir de la idea de «lo común» (Subirats). Y es que,como cuenta Amador Fernández-Savater que le dijo unaamiga en Sol: «Ya no se trata de tomar la calle, sino decrear la plaza».

La perspectiva de los bienes comunes, del proco-mún, es una oportunidad para volver a pensar la autono-mía y la iniciativa de los individuos sin caer en el adminis-trativismo y la burocratización, pero sin abandonarlas en

manos del mercado y de su lógica competitiva. Nos per-mite volver a pensar la sociedad como un proyecto rela-cional, alejado de cualquier forma de comunitarismo tra-dicional –imposible o cuando menos indeseable en untiempo de individualismo institucionalizado–, pero funda-do en la construcción cooperativa por parte de individuosasociados libremente.

Tal vez el procomún sea el lugar social donde, por fin,el ideal revolucionario de la fraternidad encuentre el sitioque nunca tuvo, a diferencia de lo que ocurrió con la liber-tad, que enraizó y floreció en el espacio del mercado, ycon la igualdad, que lo hizo en el espacio del Estado.

Este artículo es parte de un trabajo más amplio: «De los co-munales a los commons: la peripecia teórica de una prácticaancestral cargada de futuro», Documentación Social, nº 165,2012, pp. 15-48.

comunales comunales

«Ya no se trata de tomar la calle, sino de crear la plaza»

Page 6: Galde07dossier

24 uda/2014 - Galde 07

uienes nos tiramos de los pelos al ver los derroterosque va tomando la humanidad, el mundo, la econo-mía, la sociedad, nos la pasamos buscando ventanas,

Los bienes comunes propios ojos los devastadores resultados ecológicos, eco-nómicos y sociales del control de esa autoridad externa, laque supuestamente nos tenía que proteger de nosotrosmismos. ¿Quién es aquí más depredador y destructor?

La gente se organiza, y además eficazmente. Esto queparece una utopía existe. Y no existe en la otra punta delmundo, o en la otra punta de la historia, sino también ennuestro entorno más inmediato y hoy en día. El objetivodel estudio en el que participé hace ya dos años «Un acer-camiento a la gestión de los bienes comunes y las organi-zaciones colectivas en el primer sector en la CAPV»2 es,precisamente, recoger algunos ejemplos de organizacióncolectiva en nuestro medio rural.

Curiosamente, muchas de las personas que protago-nizan estos ejemplos no eran siquiera conscientes de queestaban inmersas en una dinámica que reta este tan sosa-mente asumido principio de que las personas deben sergobernadas por un agente externo que mantenga la paz yel orden entre ellas. En muchos casos, las dinámicas co-lectivas en las que estaban inmersas eran o una formanatural (por habitual) de funcionar o el resultado de unanecesidad. En casos contados detectamos algo que po-dríamos llamar una conciencia rompedora.

Si bien los ejemplos seleccionados para el estudio sonmuy dispares, en todos ellosencontramos una serie de ele-mentos comunes, de los quealgo podríamos aprender:

- En todos ellos se com-parte algo en colectividad.

- Comparten no sin con-flicto y, precisamente por eso,se dotan de unas normas queregulan quién, cómo y cuándopuede hacer uso de lo quecomparten; cómo se organizany deciden; cómo distribuyenlo que producen; y cómo seconjugan los diferentes inte-reses de sus componentes.

- A pesar de que en cadacaso llegan a formas de or-

Qpor pequeña que sean, que nos permitan buscar algo deluz. Queramos o no, y aunque nos enfrentemos con acérri-mo optimismo a las malas noticias, nuestro ánimo se des-gasta y necesitamos encontrar nuevos aires para reanimar-nos. Es así como una llega, entre otros puertos, al de losbienes comunes, una figura intencionadamente olvidada ydenostada por la economía clásica a la que Elinor Ostrominfundió un soplo de vida (por lo que fue merecedora delPremio Nobel de Economía en el año 2009).

Lo que más atractivo resulta de los bienes comunes esque se nos presentan como la prueba concluyente (una más)de que el ser humano es capaz de organizar su vida, entor-no y relaciones junto con otros seres humanos, sin necesi-dad de que alguien de fuera venga a decirles cómo lo tienenque hacer. Algo que nos tendría que parecer absolutamen-te evidente (a poco que conozcamos la evolución, la historiay la diversidad de la humanidad) nos resulta casi chocante, yaque la certeza de que esto no es así parece, en el momento enel que vivimos, casi incuestionable.

Los seres humanos (ciertos seres humanos, al menos) ca-recemos de capacidad para poder auto-gobernarnos, al menoseso predica la teoría económica, quien solo ve como posiblesolución al instinto egoísta y depredador del sel humano elcontrol de una autoridad externa, sea esta el mercado o elEstado. Eso es también lo que parece asumirse en la mayo-ría de las decisiones políticas. Sin esa autoridad, nos liaría-mos a porrazos y, además, agotaríamos todos los recursosnaturales que tenemos a mano, porque no pensamos en elinterés colectivo, porque solo pensamos a corto plazo, por-que solo nos importa lo nuestro, en fin, porque, aparente-mente, somos malas personas... por naturaleza.

Y es aquí donde llega Ostrom con su trabajo1 y nos de-muestra (¿o nos recuerda?) que existen infinidad de colecti-vos auto-organizados y auto-gobernados que son capacesde gestionar con equidad la explotación de un recurso co-mún, cuyos componentes son capaces de llegar a acuerdossobre cómo se gobiernan y cómo gestionan ese recurso, dellegar a consensos sobre las normas con las que se rigen.Pero sobre todo demuestra que esta gestión puede ser, yes en muchos casos, eficaz. Es decir, un grupo de personasorganizadas, que tienen a su cargo, por distintas razones, unrecurso natural, son capaces de explotar ese recurso de modoque este no se agote y perdure en el tiempo en las mejorescondiciones posibles. Además son también capaces de quela explotación de ese recursos beneficie por igual a todas laspersonas que forman el colectivo. Casi nada. Y todo esto lopueden hacer, y lo hacen, ellas solas.

Curiosamente, nos cuesta más creer en la capacidad deauto-organización de las personas que en la eficacia del merca-do y el Estado, a pesar de que estamos viendo con nuestros

Elinor Ostrom.Nobel de Economía.2009.

Los bienes comunes BeatrizMoral

Page 7: Galde07dossier

Galde 07 - uda/2014

que tenemos cercaganización dispares (desde muy sencillas a muy com-plejas), dado que las circunstancias, el recurso y lacomunidad son también diferentes, en todos ellostodos sus componentes tienen el derecho y la capaci-dad de intervenir, de proponer y de modificar cómo segobiernan.

- Cuentan con un acceso fácil a la información sobreel recurso que comparten, las reglas con las que se go-biernan y todo lo que ocurre en la comunidad.

- En todos se busca un equilibrio, no siempre fácil,entre las capacidades del recurso y las necesidades de lacomunidad.

Ostrom identifica una serie de principios aplicables a loscasos de gestión exitosa de recursos de uso común y quepodemos encontrar (en diferentes grados) en las experien-cias que en este estudio se recogen. Estos principios son:

- El grupo que compone la comunidad está bien deli-mitado. Está claro quién tiene derecho a formar parte deella y a hacer uso de los recursos que comparten. Estoviene a menudo definido en las normas (bien sean escri-tas o consuetudinarias).

- También están bien definidos los recursos que uti-lizan y los límites que deben respetar para no agotarlos ocongestionarlos.

utópica, ya que no resuelven el problema de cómo nos orga-nizamos en comunidades más grandes, como puede ser unpaís o la humanidad. Esta modalidad de organización colecti-va está pensada para comunidades limitadas. Las compleji-dades llegan cuando estos límites no existen o son difusos,en cuyo caso será necesario aplicar otros principios y otrosmétodos. Pero no podemos olvidar que estos principios seescriben una vez analizada la experiencia y no antes, y que sibien a la gran comunidad humana nunca le ha tocado tener queorganizarse ella sola en su totalidad, sí lo han hecho muchospueblos, muchos colectivos, y lo han hecho tomando el consen-so como principio rector3. Es de ellos de los que podremosderivar esos principios para aprender de la experiencia.

Uno de los objetivos de este estudio sobre bienes comu-nes en nuestro entorno rural fue también el de visibilizar ydar nombre a estas prácticas de organización colectiva, por-que están ahí y no las vemos ni valoramos. Otro tanto sepodría decir de una miríada de experiencias en las que loshumanos demostramos que somos capaces de organizarnoseficazmente sin necesidad de esa autoridad externa.

En cualquier caso, que las personas sean capaces de go-bernarse ellas solas, organizadas colectivamente y sin unaautoridad exterior tendría que dejar de ser entendida comouna utopía infantil. Entre otras razones porque ya lo hacen,tanto dentro de una organización como la de los bienes co-munes como en muchos otros casos. Con esto no me estoynegando a ver que en ciertos niveles esto tiene que ser muycomplejo, solo estoy cuestionando la tan asumida premisade que no podemos hacerlo.

Lo cierto es que no menos utópica es la idea de que esmejor que nos gobiernen otros, y digo esto mirando al mun-do y viendo los resultados a los que nos enfrentamos. Esevidente que esto de dejarse gobernar no nos ha llevado aun mundo de paz y armonía, ni siquiera a dejar de esquilmarnuestros recursos naturales. El mero hecho de que podamosestar ante una catástrofe ecológica de dimensiones irreversi-bles no deja de ser muestra de ello. Es evidente que su uto-pía no ha funcionado.

1 Ostro, Elinor (2011). El gobierno de los bienes comunes. Fondode Cultura Económica.

2 Este estudio fue financiado por KATILU, unidad mixta de innova-ción de HAZI, NEIKER, AZTI E INNOBASQUE. Disponible en línea http://www.katilu.net/bienescomunes/ca/contenido.html

3 Ver Graeber, David (2013). The Democracy project. A history. Acrisis. A movement. Penguin Books.

que tenemos cerca

«Y es aquí donde llegaOstrom con su trabajo ynos demuestra que existeninfinidad de colectivosauto-organizados y auto-gobernados que son capacesde gestionar con equidadla explotación de un recursocomún, cuyos componentes soncapaces de llegar a acuerdossobre cómo se gobiernan ycómo gestionan ese recurso.Pero sobre todo demuestraque esta gestión puede ser,y es en muchos casos, eficaz.»

- Las normas de uso de losrecursos están diseñadas tenien-do en cuenta su naturaleza y ca-racterísticas.

- Las personas que compo-nen la comunidad pueden parti-cipar en la modificación de lasnormas de uso.

- Cuentan con maneras decontrolar (a veces formales, a ve-ces informales) el uso inapropia-do de los recursos y a menudocuentan también con un régimensancionador.

Está claro que estos ejemplosno pueden enfrentarse ellos so-los a la idea de que la organiza-ción colectiva es solo una idea

25

Page 8: Galde07dossier

26 uda/2014 - Galde 07

G erald Brenan describe en «The Spanish Labirynth»(1960) como el cooperativismo en la península ibéri-ca es el producto de una evolución de las formas co-

generación, cuyo exponente más conocido seguramentesea Fermín Salvochea2. Esta nueva ola mutualista tendrácomo primer referente a Proudhon, tomará parte en la fun-dación de la I Internacional, liderará la revolución cantonaly se relacionará más tarde, con Kropotkin.

Con la restauración y la República, el mapa del coope-rativismo peninsular se complementará con la aparición delas otras dos corrientes del cooperativismo moderno: lasocialista y la cristiana, de la que seguramente el mayorimpulsor, como recuerda un reciente estudio histórico deDario Ansel publicado por Txalaparta, sería ELA-STV3.

Pero no debemos confundir la historia de los movimien-tos sociales con la historia de las ideologías que los acom-pañan. Fuera su inspiración libertaria, socialista o cristia-na, bajo todo este movimiento latía en realidad unamemoria común y una práctica que, resistencia populara la desamortización mediante, había sobrevivido a losintentos gubernamentales de crear una burguesía agra-ria «moderna». A diferencia de Inglaterra, en la penín-sula ibérica, el comunal había sobrevivido modernizán-dose y convirtiéndose en cooperativismo. Como remarcaBrenan,

Lo que es interesante es cuan naturalmente se adop-tan estas cooperativas a la escena española, ya que Portde la Selva es una de las viejas comunidades pescadorasde Cataluña, que han existido desde tiempos inmemoria-les. De Cadaqués, unos kilómetros más lejos, se sabe pordocumentos contemporáneos que había sido organizadode modo similar allá por el siglo XVI. Otros documentosguardados en la iglesia del lugar hablan de Port de la Selvacon su industria pesquera comunal. Otra comunidad pes-quera exactamente igual, en Tazones, cerca de Villaviciosaen Asturias, es descrita por el profesor Antonio Cama-cho en la Revista Nacional de Economía (...) Henos pues,ante una cooperativa productiva moderna encajada enuna organización comunal antigua y funcionando per-fectamente. Lo que ha sido hecho en Port de la Selva,rodeado de influencia anarquista, ha sido hecho tambiénen Ansó, de ambiente carlista, mientras que la organiza-ción de cooperativas de Llánabes data del siglo XVII y pre-cede así al menos en sesenta años al movimiento coopera-tivista europeo4

Davidde Ugarte

Comunidad, comunal, cooperativa

munales de propiedad y trabajo al incorporar nuevas tec-nologías productivas propias de la revolución industrial.

En el marco de esa transformación aparecerán los pri-meros «socialistas», discípulos de Fourier que verán en laadopción de la tecnología industrial por las organizacionescomunales el principio de una solución a la «cuestión so-cial». Uno de los más famosos será Fernando Garrido, im-pulsor de decenas de cooperativas y autor de una «Histo-ria de las clases trabajadoras»1 que describe con pasión ensu último volumen la expansión del cooperativismo por lapenínsula y sus efectos sociales.

Coincidían en esto -no tan paradójicamente como po-dría parecer- con un sector del clero carlista, que especial-mente en Euskadi, Navarra, Aragón y Cataluña, estará com-prometido con la defensa del comunal (lo que en inglés sellaman «commons») y con el principio confederal presentebajo los viejos fueros. Este elemento, latente siempre enel carlismo, acabará transformando a finales de los años60 del siglo XX al carlismo organizado en un partido fede-ralista socialista-autogestionario de inspiración cristiana yfuerte influencia mounierista.

Pero el mutualismo federalista peninsular defenderáradicalmente la separación entre Iglesia y estado y el mis-mo Garrido tendrá que exiliarse en varias ocasiones pordefender el fin de la financiación del estado a las organiza-ciones religiosas, algo que a día de hoy sigue siendo utópi-co bajo las constituciones de España y Portugal y que Ga-rrido defenderá con fuerza en su calidad de diputado en elproceso de elaboración de la constitución de la PrimeraRepública española, la república federal, en 1873.

Ya en 1868 Garrido había escrito «La Republica Demo-cratica Federal Universal», tomando el testigo de «Du princi-pe Fédératif» de Proudhon, publicado cinco años antes.Una obra que influirá en Pi i Margall. Pi i Margal llegará aPresidente, teniendo que dimitir poco después por la eclo-sión de la revolución cantonal.

El cantonalismo anarquista, especialmente en Cádiz,Sevilla y Granada, representará el salto de la generaciónformada en Fourier y el viejo comunalismo a una nueva

Comunidad, comunal, cooperativa

«Fusio originalak, berreskuratpen historikoak eta jarduera berriak gertatzen diren garai batbizi dugu. Hainbatentzat, mende honetako mugimendu herrikoien kontakizun berrien iturri izangoden ideologia-eztabaida baten aurrean gaude; beste bazuentzat, norberaren erkidegora nola

egokitu izango da erronka. Ziurrenik, gure eztabaidagaiak zerikusi handiagoa izan dezake,industrialismo kapitalista berdintzaileko mende eta erdi ondoren, kooperatiba, erkidegoa

eta komunala berriro elkar egitearen forma eta ingeradekin berste ezertekin baino.»

Page 9: Galde07dossier

27Galde 07 - uda/2014

Del comunal agrario ances-tral a la cooperativa industrialdel siglo XX no hay ruptura,sino inculturación tecnológica,adaptación de la estructura co-munitaria a las posibilidades delas nuevas tecnologías y de lasideologías emergentes paracrear abundancia y garantizar lapervivencia de la comunidadmisma. Y por pervivencia quie-ro decir pervivencia de la comu-nidad en tanto que propiedadcolectiva de sus recursos pro-ductivos, no como vecindariomás o menos bien avenido.

Lo interesante del momen-to es que la situación histórica

- la alianza de la P2P-Founda-tion de Michel Bauwens con Co-rrea y su FLOK-society dibujan auna fusión, cada vez más explí-cita de parte del movimiento P2Pcon corrientes del populismo yel nacionalismo de izquierdascomo Podemos o Zyriza y conneo-marxistas como el influyen-te grupo alemán Telekommunis-ten6 que apuntan a una forma depensar políticas públicas de odesde el comunal y centrada enlos comunales naturales;

- y finalmente el movimien-to «hacia la ciudad» entre las co-

munas agrarias7 se funde con el «neovenecianismo»8 y sucrítica de las escalas9 productivas en su apuesta por la «filé».La filé es una comunidad transnacional y multilocalizada queobtiene su autonomía creando y vendiendo productos, ge-neralmente a partir del comunal digital (software libre, inge-niería, objetos culturales).

Vivimos pues tiempos de fusiones originales, recupera-ciones históricas y nuevas prácticas. Para muchos se tratade un debate ideológico del que saldrán los nuevos relatosde los movimientos populares del siglo, para otros de cómoadaptar a sus comunidades. Pero seguramente, lo que es-temos debatiendo tenga que ver más, visto en perspectiva,con las formas y los contornos del reencuentro inevitableentre la cooperativa, la comunidad y el comunal tras siglo ymedio de un abrumadoramente homogeneizador industria-lismo capitalista.

1 «Historia de las clases trabajadoras» (cuatro volúmenes), ZeroZyx (1970-1971)

2 «Fermín Salvochea. Un anarquista entre la leyenda y la histo-ria». Jacques Maurice (coord.) Cahiers de civilisation espagnolecontemporaine, 2009

3 «ELA en la Segunda República: evolución sindicalista de unaorganización obrera». Darío Ansel. Txalaparta, Tafalla 2011

4 «The Spanish Labyrinth». Gerald Brenan. Cambridge Univer-sity Press, 1960

5 Véase el libro de Carson «The Desktop Regulatory State»,descargable en http://desktopregulatorystate.wordpress.com/

6 http://telekommunisten.net/7 Véase la entrevista a Paul Blundell en este Galde 078 Véase el libro «Filés: de las naciones a las redes» descargable

en http://lasindias.com/de-las-naciones-a-las-redes9 Véase el manifiesto «El modo de producción P2P» descarga-

ble en http://lasindias.com/el-modo-de-produccion-p2p

"Punto A: Desarrollaruna red de intercam-bio de la renta urbana,igualitario, democráti-co, ambicioso. Y parti-cipado de comunida-des intencionales enlas ciudades de la Cos-ta Este Americana.Nuestro objetivo esla transformación so-cial a escala mundial.Nuestros formulariosde acciones están en-caminados a la conse-cución de ese objetivolo más rápidamenteposible, con firmeza."

vuelve, a cierto punto, a repetirse. Hoy el modelo co-operativo industrial está tan agotado como en su díala explotación comunal clásica, al mismo tiempo queaparecen cambios tecnológicos y un nuevo comunal in-material que plantean la posibilidad de un nuevo juego.

Las repuestas y las ideologías que buscan crearuna nueva continuidad son tan diferentes como lofueron en el siglo XIX y XX. Podemos organizar unmapa provisional de menor a mayor centralidad del«comunal» en sus propuestas. Este primer bocetocoincidiría de momento con el grado de materialidadde sus experiencias actuales:

- vemos resurgir con Kevin Carson y grupos comoel C4SS el mutualismo, esa izquierda libertaria quehabla de un «libre mercado anticapitalista»5

Page 10: Galde07dossier

28 uda/2014 - Galde 07

Acorn es una de las comunidades veteranas en el movi-miento comunitario en los EE.UU. ¿Cómo fue su naci-miento y cuales sus objetivos iniciales?G. PAUL BLUNDELL.- Acorn fue un proyecto de Twin Oaks3

(fundada en 1967). A principios de los noventa, Twin Oakstenía una larga lista de personas esperando poder inte-grarse, un montón de dinero en el banco y ningún planpara construir nuevas residencias. Un grupo de «TwinOakers» se dieron cuenta que había mucha gente querien-do vivir en una comuna como Twin Oaks y que disponíande los recursos para hacerlo. Solamente era necesario cam-biar la situación política. Así que, ese grupo de Twin Oakersempezó a hablar y organizarse, reclutaron miembros defuera de la comunidad, encontraron un terreno, tomaronun préstamo de Twin Oaks y comenzaron Acorn. Acornsiguió recibiendo apoyo de Twin Oaks durante muchos añoshasta que consiguió estabilizarse.

Los objetivos originales de la comuna fueron crear otracomunidad como Twin Oaks con algunos cambios meno-res que reflejaran los intereses específicos y las críticasque los miembros fundadores tenían en relación a TwinOaks.

Al igual que Twin Oaks, Acorn pretendía crear una co-munidad igualitaria, no-violenta, feminista, ecológicamen-te sostenible y democrática donde toda la propiedad sus-tancial y los recursos se mantuvieran en común, todos losmiembros contribuyeran con una cantidad igual de trabajoy los recursos fueran distribuidos equitativamente o segúnnecesidad, con el objetivo de satisfacer a cada uno de losmiembros. A diferencia de Twin Oaks, Acorn quiso utilizarel consenso en la toma de decisiones, obtener ingresos dela actividad agrícola, estar comprometida como comuni-dad en las relaciones interpersonales de sus miembros, yser, en general más flexibles que Twin Oaks.

Una de las cuestiones más complicadas para una comu-nidad es la integración de nuevos miembros. ¿Cómo haafrontado Acorn este proceso?G. P. B.- Acorn pide a los que solicitan ser miembros, visi-tar la comunidad durante 3 semanas, realizar una entrevis-ta en profundidad y hablar con cada miembro sobre la pers-pectiva de su integración y las relaciones que ello generaría.Cuando se toma la decisión de aceptar nuevos miembros ode promocionar los miembros provisionales a miembrosplenos, nos enfrentamos con diferentes filosofías sobre lamembresía. Se produce una tensión entre la inclusión y laexclusión. Por un lado, estamos intentando generar unnuevo modelo social y este debería solucionar el problemade cómo incluir e integrar a cualquiera que esté interesa-do en nuestro proyecto y no sea peligroso. Por otro, esta-mos poniendo a prueba un proyecto ambicioso y eso es unreto en si mismo, y tenemos un espacio limitado, por loque debemos ser muy selectivos y aceptar solamente per-sonas que puedan desempeñar una función necesaria oque posean una habilidad de la que carecemos. Nos en-frentamos a muchas otras tensiones y las conducimos lomejor que podemos, con una mezcla de sentido práctico eidealismo.

¿Cómo fue tu llegada a la comunidad?G. P. B.- Llegué a la comunidad en marzo de 2005. Unosmeses antes la comunidad había estado muy cerca del co-lapso después de años de batallar con una membresía endeclive. Cuando llegué, era el miembro 21. Casi todos losmiembros a mi llegada eran nuevos y no tenían experien-cia de vida en una comuna. Muy pocos tenían siquiera ex-periencia de vida en una granja. Fue una época caótica,pero también llena de esperanza y posibilidades porque lacomunidad estaba renaciendo de forma activa.

NataliaFernández

G. Paul Blundell es uno delos fundadores de «Punto A»1

proyecto de catalizaciónde comunidades de bienesigualitarios en entornosurbanos de la Costa Estede EE.UU. Es miembro dela Comunidad Acorn desde2005, en la que ha hechoun poco de todo y bastante

de unas pocas cosas. Su tarea más reciente antes deviajar a Europa fue diseñar y gestionar la construcciónde un edificio eco-sostenible de 557 m2 para albergar unnegocio comunitario de semillas orgánicas y tradicionales.Acorn2, es una comunidad fundada en 1993 en Virginiay que ya cuenta con 30 miembros, se define comouna comuna anarquista, igualitaria y laica, cuyosmiembros comparten, además de espacio y trabajo,los ingresos que obtienen. Aprovechamos su visitaa Euskadi, para entrevistarle.

«Pretendemos crear unacomunidad igualitaria,no-violenta, feminista,

ecológicamente sostenibley democrática donde

toda la propiedadsustancial y los recursosse mantengan en común»

G. Paul Blundell de la G. Paul Blundell de la

Page 11: Galde07dossier

29Galde 07 - uda/2014

¿Qué buscan las personas interesadas en la vida comuni-taria cuando llegan a vosotros?G. P. B.- La gente que viene a Acorn está buscando mu-chas cosas. Algunas se sienten atraídas por nuestra empre-sa, Southern Exposure Seed Exchange (SESE), y la oportu-nidad de hacer un buen y emocionante trabajo en agriculturaorgánica y recuperación de semillas. Otras están escapan-do de una vida convencional que no les genera satisfacciónen el terreno emocional, económico o político. Las hay queestán entusiasmados por vivir en una comuna anarquista yprobar una visión política que comparten con nosotros. Yotras llegan solo para conocernos, sin intención de inte-grarse, y se dan cuenta poco a poco de lo que disfrutan yaprecian el tipo de vida que llevamos.

¿Tienen estas personas algo en común?G. P. B.- Comparten lo que todas las personas de la comu-nidad compartimos: interés en nuestro proyecto y el com-promiso de hacerlo posible. Atraemos a personas muy dis-tintas, que se acercan desde lógicas y trayectorias diferentes.

La principal base económica de la comunidad es la activi-dad agrícola. ¿Se plantea el desarrollo de actividades com-plementarias?

G. P. B.- Tardamos 6 años en encontrar elnegocio que actualmente tenemos en mar-cha (SESE) y otros 10 años antes de quefuera lo suficientemente grande como paramantenernos. Durante todo ese tiempo,pusimos en marcha toda una panoplia denegocios y a veces liberamos a miembrosa título individual para que buscaran traba-jo o se autoemplearan.

En algunas ocasiones hemos considera-do desarrollar otros negocios o actividadesque generen ingresos. Actualmente SESEes lo suficientemente grande y crece a unritmo suficiente como para que no necesi-temos desarrollar otros negocios. De he-cho, no seríamos capaces de poner en mar-cha otro sin desatender la empresa puestaen marcha. Sin embargo, hemos trabajado

«La comunidad permanece, enfrentando el desafío permanente de mantener la estabilidady la prosperidad en medio de su dinámica y a veces, incluso, la imprevisible naturaleza.»

«Acorn-en elkarrizketa lasai asko daude, eztabaida politiko ugari, musika, dantza,eta taldeko bidaiak. Gure lanaren antolamendua dela eta, ez dugu astebururik,

eta bakoitzak ordutegi desberdina egiten du.».»

con comunidades vecinas para desarrollar actividades com-plementarias o potenciar áreas de SESE.

Cómo es la relación entre la comunidad y las institucio-nes públicas, ¿cómo es visto Acorn desde lo político?G. P. B.- Nuestra relación con instituciones públicas comoel gobierno local es entre buena y neutral. No nos compro-metemos en muchas agitaciones políticas locales pero sítrabajamos en construir y apoyar iniciativas y redes localesque tienen un efecto positivo en la comarca, como por ejem-plo el equipo de voluntarios de rescate o el banco de ali-mentos. Trabajamos también en construir una economíaagrícola local de pequeña escala y en aumentar su perfil.Mucha gente y muchas instituciones de la comarca apre-cian nuestros esfuerzos para consolidar una agricultura lo-cal que de otro modo desaparecería.

En otros ámbitos institucionales superiores, no somosmuy conocidos por las administraciones públicas, fueradel movimiento de agricultura orgánica, que es donde rea-liazmos y centramos nuestro mayor esfuerzo.

¿Y con las personas de poblaciones cercanas?G. P. B.- Tenemos muy buenas relaciones con la gente denuestra comarca. Hacemos muchos negocios localmente y ...

Comunidad Acorn Comunidad Acorn

Page 12: Galde07dossier

30 uda/2014 - Galde 07

tenemos una larga trayectoria que nos acredita como bue-nos vecinos y buenos ciudadanos. Pero no mucha genteen nuestra zona nos conoce. Son muchos más los que co-nocen Twin Oaks, que está muy cerca de nosotros y quees tres veces más grande, dos veces más antigua y haestado realizando tours semanales durante años. Aunqueno podemos saberlo con seguridad, parece que la genteque nos conoce, pero no lo suficiente, piensa que somosraros pero inofensivos. Casi nunca hay encuentros congente de la zona que nos resulten hostiles.

¿Dirías que el comunitarismo está resurgiendo como mo-delo en los EE.UU?G. P. B.- Sí que parece que la vida colectiva, cooperativa ylas economías basadas en el compartir, así como la cons-trucción de comunidades intencionales están disfrutandoactualmente de un resurgimiento. Creo que, en gran medi-da, esto es una reacción a décadas de individualismo, ato-mización y alienación por un lado, y por otro a un cada vezmás obvio fracaso del capitalismo a la hora de distribuir yextender prosperidad y seguridad. No tengo claro como dereal o significativo es este crecimiento que percibo (no heconsultado estadísticas al respecto). Tampoco tengo clarosi otras comunidades como Acorn están viendo una explo-sión de popularidad similar. Yo espero, en cualquier caso,sembrar ese resurgimiento a través de mi trabajo con elproyecto «Punto A», una nueva comuna urbana.

¿Qué ha cambiado en la comunidad desde el inicio has-ta ahora? ¿Qué cuestiones se han asentado? ¿Cuálesson las principales dificultades a afrontar de cara al futu-ro?G. P. B.- Acorn es un lugar de cambio constante alrededorde un núcleo estable de valores. Muchas cosas han cam-biado desde que la comunidad empezó, incluyendo a to-dos los miembros fundadores salvo uno. La comunidad seha reducido drásticamente al menos cuatro veces durantesu vida, siendo significativamente resucitada en cada oca-sión. Ahora parece que la comunidad es estable, prósperay vibrante. Así que el problema de cómo construir una co-munidad estable, próspera y vibrante, mientras mantene-mos nuestro sistema organizativo anárquico, distribuido yad hoc, ha sido aparentemente resuelto.

La comunidad continúa, y probablemente continuará du-rante bastante tiempo, enfrentando el desafío permanente

de mantener la estabilidad y la prosperidad en me-dio de su dinámica, a veces incluso imprevisible,naturaleza.

En un futuro próximo, la comunidad tendrá queenfrentarse seriamente al reto de ocuparse del cre-cimiento continuo del negocio, ya sea trabajando deforma más eficiente, aumentando el tamaño deAcorn, o incorporando a más gente, -más allá deAcorn-, en el negocio (manteniendo al mismo tiem-po nuestros principios igualitarios y cooperativos).Pero, aunque esto es ya un reto asumido en Acorn,habrá que esperar a que crezca la presión un pocomás hasta que la comunidad decida tomar las rien-das del crecimiento del negocio.

Se suele asociar lo comunitario a la vida en el cam-po, quizás por relación con el movimiento ecoal-deas. ¿En EE.UU existen experiencias de comuni-dades urbanas?G. P. B.- Hay unas pocas comunidades urbanas enlos Estados Unidos y aún más comunidades inten-cionales urbanas. Casas de grupos formales e infor-males con o sin objetivo (común) central son bastan-

«Fui a Europa buscando historias que traer a casa, historias sobre comunas y comunida-des de muchos miembros, que usaran el consenso en situaciones diferentes, historias que

ilustraran toda la diversidad que es posible bajo un sistema de comunidad de bienes.»

«Europako komunitarismoaren aldeko mugimendua ez dago erabat lurpean izkutatua;badaude komuna-sareak, baina sare txikiak dira, eta hizkuntzaz oso banatuak daude.

Ez dago AEBetako Berdintasunezko Komunitateen Federazioak duenzabaltasun geografikoa eta gune ideologikoaren antzekorik.»

te habituales. Hay una red bastante grande de cooperati-vas de vivienda democráticas y de propiedad colectiva. Hayincluso unas pocas comunidades igualitarias bajo comuni-dad de bienes, aunque estas son bastante poco habitua-les. En la Federación de Comunidades Igualitarias, de laque Acorn es miembro, hay dos comunidades urbanas (laEmma Goldman Finishing School y The Midden) y una másque está considerando unirse (The Baltimore Free Farm).«Ganas» es una antigua y amplia comunidad urbana (enNueva York) pero el grupo que comparte ingresos en ellaes bastante pequeño. Yo estoy actualmente involucradoen un proyecto llamado «Punto A», que aspira a poner enmarcha ambiciosas comunidades igualitarias comprometi-das con el ingreso compartido en la Costa Este de EstadosUnidos. El proyecto está montando una nueva comunidaden Washington DC, y está trabajando con varios grupos yaexistentes en Nueva York, Baltimore y Washington DC paraayudarles a constituirse y apoyarles en la consecución deuna estructura igualitaria de comunidad de bienes.

¿En qué suelen basar su modelo de ingresos las comuni-dades urbanas en EEUU?

...

Page 13: Galde07dossier

«Creo que, en gran medida, el nuevo auge del comunitarismo es unareacción a décadas de individualismo, atomización y alienación por unlado, y por otro a un cada vez más obvio fracaso del capitalismo a la

hora de distribuir y extender prosperidad y seguridad.»

31Galde 07 - uda/2014

G. P. B.- La mayoría de las comunidades urbanas no tienenempresas de propiedad colectiva. Sus miembros son casitodos autónomos o trabajadores por cuenta ajena. Su es-tabilidad descansa en los beneficios económicos de orga-nizarse de forma cooperativa y en el efecto estabilizadorde depender de muchos ingresos diferentes. Incluso simuchos de los miembros o todos pueden quedarse tem-poralmente en el paro, la comunidad siempre tendrá ingre-sos.

¿Cómo definirías tu vida en comunidad?G. P. B.- La vida comunitaria en Acorn es informal, diversay dinámica. Hay muy poca planificación de la vida social dela comunidad o al menos, hay una planificación muy pe-queña que alcanza de sobra. La comunidad tiende a tenerhobbies, modas pasajeras durante unos pocos meses. Ac-tualmente, la moda es el volleyball. A veces son las fiestaspara bailar. O jugar al futbolín. O a algún juego de cartasnuevo. O hacer baños de burbujas con toneles. O tocarmúsica juntos. O ver Juego de Tronos.

Normalmente hay mucha conversación relajada, deba-tes políticos, música, baile, juegos y viajes en grupo. Acausa de nuestro flexible sistema de trabajo, no tenemosfines de semana y cada persona tiene horarios diferentes.

Este verano has estado visitando comunidades en Euro-pa, ¿cuál ha sido tu percepción?G. P. B.- Encontré las comunidades que visité en Europafascinantes, iluminadoras e inspiradoras.

Fui a Europa buscando historias que traer a casa, histo-rias sobre comunas y comunidades de muchos miembros,que usaran el consenso en situaciones diferentes, histo-

rias que ilustraran toda la di-versidad que es posible bajoun sistema de comunidad debienes. Encontré ambas co-sas y las he relatado en casacon gran efecto.

En Europa el movimiento co-munitario es prácticamente«subterráneo y a diferenciade lo que pasa en los EE.UUno está conectado. ¿Cómofue la articulación en red enlos EE.UU?G. P. B.- El movimiento comu-nitarista en Europa no es to-talmente subterráneo, hay re-des de comunas4, pero lasredes son pequeñas y estánmuy divididas por la lengua.No hay una red que compartaa la vez la amplitud geográfi-ca y el foco ideológico de la

«Creo que, en gran medida, el nuevo auge del comunitarismo es unareacción a décadas de individualismo, atomización y alienación por unlado, y por otro a un cada vez más obvio fracaso del capitalismo a la

hora de distribuir y extender prosperidad y seguridad.»

Federación de Comunidades Igualitarias5 (FEC) en EEUU.

La FEC fue creada en gran medida para ahorrar dineroen los procesos de búsqueda de nuevos miembros. Todaslas comunidades igualitarias que existían cuando se fundóla Federación estaban buscando nuevos miembros, casisiempre contratando anuncios en revistas y periódicos deizquierdas y enviando mailings. Se dieron cuenta de quetodas ellas estaban poniendo anuncios en las mismas pu-blicaciones y generalmente intentando llegar al mismo tipode gente. Así que crearon una organización central quepudiera contratar anuncios y enviar a la gente interesadapaquetes con información sobre todas las comunidades dela Federación. A lo largo de los años la Federación ha sidoutilizada para organizar muchas cosas útiles, como un fon-do de salud para catástrofes (ya que no hay servicio nacio-nal de salud en los Estados Unidos) y un convenio de inter-cambio de trabajo. Con la llegada de Internet, el rol originalde la Federación como central de búsqueda de nuevosmiembros se ha vuelto menos importante. Ahora su rolprincipal es ser el conector del movimiento comunitaristaigualitario en EEUU.

Traducción: Natalia Fernández,María Rodríguez y David de Ugarte

1 http://frompointa.org2 http://www.acorncommunity.org/3 http://www.twinoakscommunity.org/4 Vease: http://www.eurotopia.de/; Red alemana: http://www.kommuja.de/; Directorio/Red inglesa: http://www.diggersanddreamers.org.uk/; La red Longo Maï: http://www.prolongomaif.ch/;5 http://thefec.org/

Page 14: Galde07dossier

32 uda/2014 - Galde 07

a cultura y el arte se sustentaron durante siglos mer-ced a los donativos de los reyes, nobles y autoridadeseclesiásticas; gracias a la burguesía en los Estados mo-

industria, y no la supervivencia de un ecosistema muchomás complejo que, además de mercancías, produce unavasta y profunda red de experiencias artísticas y creativas,conocimientos científicos y humanísticos, recursos simbó-licos y un extenso campo sensible para la experimenta-ción, la curiosidad y la imaginación. Además de bienes co-munes, relaciones sociales, intercambio de saberes,costumbres populares, pautas de comportamiento y, so-bre todo, herramientas de producción conceptual y tec-nológicas para su transformación. No podemos olvidarque la cultura, además de ser lo que nos constituye, esun medio para abrir procesos sociales renovadores e ins-tituyentes.

La cultura, como la vida, es un campo de batalla. Noson lo mismo Esther Ferrer que Antonio López, ni tampo-co Haroun Farocki que Steven Spilberg. Son las condicio-nes materiales de producción y la posibilidad de dejarteenajenar por ellas o rebelarte contra ellas las que determi-nan las expresiones artísticas. Las imágenes, las palabrasy las costumbres se blanden como armas y se disponen endiversos campos de conflicto; reconocerlas, analizarlas, cri-ticarlas, esa sea tal vez una primera responsabilidad políti-ca para saber de que hablamos cuando hablamos de arte ycultura.

Precisamente, George Bataille, para esa «fabricación»de los valores colectivos, que denominamos, de forma ge-nérica, justamente «cultura», propuso la aplicación con-creta de una «política cultural» que sólo puede llevarse acabo si se «denuncia», dice, el mismo equívoco de la cultu-ra como una unidad abstracta e idealista. La cultura, dijo,debe ser inapropiable en cuanto no puede ser, en realidad,objeto de ninguna usurpación e instrumentalización parti-cular. Tal sería la tarea de una cultura capaz de la astucianecesaria que consiste en escapar -aunque sea un mo-mento- a cualquier tipo de apropiación, bien sea del Esta-do paternalista, de la industria y el mercado o de la identi-dad patrimonial.

Escapar de esas dominaciones, Bataille le da el nom-bre de subversión, en susentido literal, a saber:una inversión de los va-lores. Ni patriótica (pa-tria), ni paternalista (pa-dre), ni propietaria(patrón) y que lamenta-blemente además, endemasiadas ocasiones,se fundamenta en mo-delos de gestión cultu-ral tutelares, autoritarios

L SantiEraso

ECOSISTEMA O INDUSTRIA CULTURAL

De las industrias culturales a la economía social De las industrias culturales a la economía social

dernos; y a los impuestos de la ciudadanía en el estado delbienestar. Se considera que la educación y la cultura, en susentido más amplio, favorecen la formación e ilustraciónde las personas, contribuyendo a la cohesión social y a lacalidad de la democracia. Así pues, los recursos destina-dos a su desarrollo son, previa decisión política, una mane-ra de redistribución de las rentas, con arreglo a un sentidocompartido de la justicia social.

Sin embargo, desde que hace unas décadas toda laproducción artística y cultural se ha confundido con las«mercancías» de las denominadas industrias culturales ydel ocio, parece ser que el arte y la cultura han dejado deser bienes de uso para convertirse solo en valores de cam-bio. La cultura está ahora atravesada plenamente por losintereses del capital y lo que era un derecho se transformaen un eslabón más de las políticas de crecimiento. Los bie-nes culturales pasan a formar parte de la cadena competi-tiva y, de este modo, la economía del consumo cultural sedetermina, en gran medida, por las leyes de la oferta y lademanda y sus reglas de juego: invención de mitos artísti-cos, grandes campañas de publicidad y promoción, marke-ting y propaganda, complicidad interesada de los mediosde comunicación de masas (incluidos los públicos, lamen-tablemente), producción de grandes eventos y festivalesmonumentales, etc. En definitiva, una sofisticada gestiónde la pulsión del deseo, canalizada a través del impulso delconsumo compulsivo.

Tanto es así que la parte se ha quedado con el todo y elsector industrial (fundamentalmente las grandes coorpo-raciones del ocio y sus cómplices locales), con el beneplá-cito de las instituciones públicas, se ha erigido práctica-mente en el único interlocutor de todo el complejoecosistema cultural.

Recientemente, la Unión de Asociaciones Empresaria-les de la Industria Cultural Española, acompañada por re-presentantes del mundo del cine, de la promoción musical,de técnicos del espectáculo y de productores audiovisua-les, convocó una rueda de prensa en Madrid para reclamarotra vez al gobierno una rebaja del IVA cultural, como sieste fuera el único asunto que afecta a la depauperadaeconomía de este sistema. Y, paradógicamente, el periódi-co progresista La marea titulaba su penúltimo dossier «Pro-puestas para salvar las Artes» con un rotundo epígrafe: Laindustria cultural busca nuevos escenarios. Parece que nohay arte ni cultura más allá de los productos comerciales.

Una y otra vez se trasmite que la única preocupacióndel mundo del arte y la cultura es el mantenimiento de su

Page 15: Galde07dossier

33Galde 07 - uda/2014

y burocráticos; aparatos de poder y «funcionamiento» queimpiden la correcta mediación institucional democráticaentre los administradores de los recursos públicos y la so-ciedad civil creativa; incapaces de aplicar de forma radicalel principio de subsidiaridad que garantice la autonomía delos creadores. No hay nada peor para la libertad y el desa-rrollo de la creación que el Estado cultural burocratizado,controlador o al servicio de intereses particulares o parti-distas.

Por tanto, si no hay recursos públicos suficientes, ¿dequé hablamos cuando exigimos que la cultura se financiecon recursos públicos procedentes de los impuestos detoda la ciudadanía?

¿Es lo mismo el modelo valenciano -con sus ciudadesinsostenibles de la luz y las artes, sus circuitos de carrerasy sus políticas de destrucción patrimonial-, la Cidade de laCultura de Santiago de Compostela o el modelo Guggen-heim Bilbao -donde el 80% de visitantes son turistas- queotro en el que prevalezca el valor cotidiano de lo micro enun ecosistema sostenible, vinculado a los intereses cerca-nos de las personas y que apueste por la permacultura, lasredes ciudadanas, las pequeñas asociaciones, colectivossociales y empresas culturales que dan sentido a la ciudadcomo organismo vivo?

¿No es mejor una política que permita la existenciade muchos lugares pequeños, públicos y privados, para

una multiplicaciónde actividades paratodas las edades,sostenidas en eltiempo, dedicadasa las artes vivas(música en directo,teatro, performan-ce...) con entrada li-bre o accesible, quepocos eventos es-pectacu la res en

grandes espacios multitudina-rios, por supuesto, mucho máscaros?…..

¿Qué hay de los materialesdocumentales y obras de ficciónpara cine y televisión financiadoscon recursos públicos que hansido mercantilizados y, por tan-to, privatizados para beneficioexclusivo de las grandes empre-sas audiovisuales? ¿Por qué nose ponen a disposición del do-minio público los que, una vezrentabilizados económicamen-te, han sido retirados del mer-cado o no tienen derechos dedistribución? ¿Por qué estos

de la cultura

Katrakak.Pamplona(Cantina,Librería,Espacio

social)

de la cultura

derechos siguen siendo exclusivos de los grandes distri-buidores que imposibilitan la programación de miles depelículas?

¿Es lo mismo el copyright exclusivo y restrictivo, la dis-tribución prohibitiva y el monopolio de las agencias de ges-tión de derechos que las licencias libres que permiten unamplia gama de modelos de distribución (incluido el mis-mo copyright) de libre acceso en las condiciones expresasque ellas mismas indiquen (sin fines lucrativos, para usoeducativo, etc..)?

¿Son lo mismo universidades o museos públicos queprivatizan y restringen sus saberes y el patrimonio comúnque una amplia red de instituciones públicas (bibliote-cas, archivos, museos) dispuestas al fomento de tecno-logías digitales y herramientas de producción y distribu-ción que permiten el acceso al conocimiento generadoo custodiado por ellas, con los mismos objetivos de siem-pre, pero con nuevas estrategias para la potenciaciónde comunidades de digitalización e intercambio de co-nocimiento?

¿Es lo mismo una cultura globalizada donde ciertaslenguas dominantes se imponen a través del mercadoque otra internacional y cosmopolita, capaz de recono-cer la pluralidad lingüística y especificidad cultural de loscontextos sociales donde se producen los saberes concre-tos?

¿Es lo mismo un patrimonio nacional restrictivo e iden-titario que un archivo de acceso universal con custodia de-mocrática local? Porque la cultura, claro está, se desarrollaen contextos concretos, pero no necesariamente en terri-torios nacionales; puede inscribirse en los cuerpos propioso impropios; en comunidades nombrables o no, cuya com-plejidad requiere otros herramientas epistemológicas paraabordar sus problemas y soluciones.

Seguramente, tras esta lista de dudas alguien me po-dría contestar que las cosas no son blancas o negras y queel reto está en definir los innumerables gris. Sin embargo,a pesar de ello y por encima de las contradicciones, vuelvo ...

Page 16: Galde07dossier

Educación y Educación y La educación había sido el centro de gravedad del pensa-

miento crítico y emancipador a lo largo de toda la mo- dernidad, aunque la crítica antidisciplinaria y antiinsti-

MarínaGarcés

34 uda/2014 - Galde 07

a preguntarme: ¿de qué hablamos cuando hablamosde cultura? ¿a qué nos referimos cuando exigimosrecursos públicos para financiarla, argumentando quees un bien social? Porque si la cultura es tan solo unaindustria, lo lógico sería que las ayudas que recibiesese canalizaran a través de los procedimientos que seaplican a las demás industrias y, por tanto, los recur-sos destinados a esos productos se encauzaran a tra-vés de los departamentos de industria, comercio oturismo de las administraciones correspondientes. Deeste modo, el resto del ecosistema, que no está ne-cesariamente obligado a generar mercancías, tendríamás recursos públicos y, desde luego, podría estarexento de cualquier tipo de IVA o tendría uno muchomás bajo que el actual (la aplicación de un IVA muyalto supone una discriminación en beneficio del quemás tiene -cultura para élites que no les cuesta tantopagar algo más- y en perjuicio de las rentas más pre-carias que dejan de acceder a los bienes culturales).Y así saldríamos de esa trampa semántica -industriacultural-, incluso se puede considerar un oxímoron,que nos quieren imponer como gran y única realidadsobre la que actuar.

No cabe duda de que alrededor de la cultura exis-te una industria, igual que en torno a la educación ola sanidad; bienvenida sea, pero no como monopo-lio, no como excusa para capitalizar y privatizar losescasos recursos públicos dedicados al arte y lacultura. A nadie que defienda el derecho a la sani-dad, educación o cultura se le ocurriría pensar elsistema de salud o el de la educación o la culturacomo si fueran tan solo «la industria» de la salud,de la educación o la cultura porque el ecosistemacultural, afortunadamente, es mucho más que suindustria.

Una versión más extensa la puedes encontrar en:http://santieraso.wordpress.com/2014/08/10/ecosistema-cultural/

tucional de la segunda mitad del siglo XX la puso bajo sos-pecha y dejó las preocupaciones pedagógicas en un se-gundo plano. Actualmente, tanto el mundo cultural comolos entornos activistas se han poblado de una multitud depropuestas formativas, educativas, de pensamiento, de in-tercambio de saberes, etc. que nos exigen retomar la pre-gunta por el valor político de la educación y analizar el ac-tual reencuentro del pensamiento crítico con las prácticaseducativas. La educación vuelve a ser requerida como unterreno y una práctica en los que desarrollar ideas y formasde intervención crítica desde las que implicarse en un mundocomún y que apunten a la transformación de nuestras vi-das. Con cierta ironía podríamos preguntar: ¿por qué losartistas y los activistas quieren ser, ahora, educadores?¿Qué está pasando? En una época postilustrada como lanuestra, caracterizada por la falta de confianza en la cien-cia, la razón, la palabra y la conciencia, ¿en qué sentidopodemos encontrar un horizonte de transformación socialy política en las prácticas educativas?

Dadas las rápidas confusiones terminológicas e ideoló-gicas en las que se enzarza actualmente lo pedagógico comodiscurso, quizá resulte más fructífero interrogar las prácti-cas que se proponen. Veremos, entonces, que sí hay algu-nas líneas más o menos claras, o algunos presupuestoscompartidos, sobre los que podemos pensar. Hay un pun-to de partida evidente que explica esta proliferación depropuestas educativas: la insuficiencia de las institucionesacadémicas actuales, ahogadas en un proceso de mercan-tilización y de nueva burocratización que está produciendouna verdadera asfixia sobre el aprendizaje, la creación y elpensamiento. Sólo «se oferta» aquello que puede ser eva-luado positivamente, sólo se enseña lo que tiene suficien-te demanda, sólo se escribe lo que puede obtener el co-rrespondiente índice de impacto, sólo se crea lo que elmercado acoge. En estas condiciones, la reacción es obvia:o huir a toda prisa o crear otras condiciones y configuraresos espacios en los que sí sea posible hacerse crítica-mente las preguntas ¿qué queremos saber? ¿Cómo apren-der? ¿Para qué? Abrir, por tanto, espacios en los que apren-der, enseñar, pensar, escribir y crear, espacios dondeexponerse a lo imprevisto, a lo desconocido, a la zozobra,a la experimentación que no se protege bajo resultados yapreestablecidos. En definitiva: espacios donde abrir pre-guntas que realmente importen y compartir saberes queverdaderamente nos afecten.

Pero más allá de esta primera reacción, que dadas lascondiciones institucionales actuales va a ser creciente, laspropuestas que han ido apareciendo en los últimos añosponen en práctica además un serie de hipótesis políticas

...

Page 17: Galde07dossier

emancipación, ¿de nuevo?1 emancipación, ¿de nuevo?1

que podemos resumir, a grandes trazos, bajo tres mira-das. No se excluyen, pero abordan el problema desde dife-rentes perspectivas.

En primer lugar, hay una serie de propuestas que partende las transformaciones que ha supuesto el desarrollo dela cultura digital, es decir, de la digitalización de la informa-ción y del acceso a ella en red. En esta primera línea, edu-cación significa sobre todo colaboración horizontal en red.El colectivo sevillano Zemos 98 lanzó su convocatoria de2009 sobre «La educación expandida»2 con el eslogan: «laeducación pude suceder en cualquier momento, en cual-quier lugar». Esto implica, principalmente, tres desplaza-mientos: la disolución de fronteras institucionales y disci-plinares; el acceso universal a la información y a los recursosculturales y , finalmente, la organización del trabajo colec-tivo en red. Educación expandida, es, en este primer senti-do, educación abierta y educación colaborativa. Como es-cribían en la misma convocatoria: «Se trata de recuperar laidea de reciprocidad en las formas de distribución del co-nocimiento». Platoniq3 presenta su propuesta de «BancoComún de Conocimientos» en la misma línea: «El objetivofundamental del BCC es la creación de nuevos canales detransmisión de la información, es decir, de generación deconocimiento común que puede ser compartido por ungrupo social».4 La cultura digital renueva la vigencia de unavieja idea: el procomún, es decir, la idea de que los bienespertenecen a todos. Esto, quen en un tiempo valió para lasaguas, los bosques, los bancos de pesca, etc., hoy se re-plantea en el campo del conocimiento, las ideas y los bie-nes culturales. Como explica Antonio Lafuente, la relación

con el procomún no puede ser neutra, sino que es directa-mente resistente: «El procomún redime a los públicos desu condición de súbditos/consumidores y fragmenta la so-ciedad en comunidades resistentes a la realidad».5 Lasposibilidades que ofrece la cultural digital, más allá de lamisma red, ponen en cuestión, por tanto, las formas delegitimación, transmisión y producción del saber: sus es-pacios institucionales, sus leyes de propiedad, sus dinámi-cas de consumo y sus definiciones disciplinares han sidodesbordadas por prácticas que no las acatan ni como fuen-te de valor ni como pauta de reproducción. ¿Cómo dar con-sistencia y sostenibilidad a esas prácticas? ¿Cómo crearredes de apoyo mutuo entre las diversas comunidades deresistencia?

En segundo lugar, hay otro abanico de propuestas edu-cativas que parten de la destrucción del lazo social y de losespacios de lo común en las metrópolis contemporáneas.En esta segunda línea, la educación apunta sobre todo arevitalizar la participación democrática o a la producción deun sentido comunitario en espacios territoriales concretos.Desde este punto de vista, la educación no puede ser re-ducida a un servicio ni a un producto. Es una práctica co-lectiva de implicación y de transformación de los espacios(urbanos, sociales, culturales, mentales…) en los que vivi-mos. Su neutralización por parte de las instituciones edu-cativas y su mercantilización por parte del mercado acadé-mico no pueden hacernos olvidar que vivir es aprender avivir colectivamente y que el sentido de este aprendizajees el fruto de una reestructura permanente y conflictiva delos saberes y de los valores que compartimos. El colectivo

35Galde 07 - uda/2014

...

Page 18: Galde07dossier

36 uda/2014 - Galde 07

artístico catalán Sitesize apuesta en su «Quadern pedagó-gic» por «un compromiso de las prácticas creativas paraincidir en la construcción de las metrópolis como experien-cia común».5 Inspirados en las propuestas pedagógicas li-bertarias, especialmente de F. Ferrer i Guárdia y la EscuelaModerna (Barcelona 1907-1909), Sitesize defiende hoy «laopción pedagógica como vía unificadora y a la vez liberado-ra del fortalecimiento comunitario». Esta opción es la apues-ta, según Sitesize, por «una implicación en la creación designificados y saberes que se tiene que orientar hacia elrescate, la generación y la preservación de una nueva cul-tura popular desligada cada vez más de la manipulación yla aniquilación que impone la economía mediática y corpo-rativa». Este planteamiento resitúa el valor de la creativi-dad artística, la producción cultural y la transmisión de co-nocimiento en sus contextos sociales y en relación con sucapacidad para abrir espacios autónomos de crítica y deconstrucción de tejido social.

En tercer lugar, hay una línea de propuestas que partendel desplazamiento de la lucha de clases, en el capitalismocognitivo, hacia la producción de conocimiento. Esta terce-ra línea presenta la autoformación como la organización deuna subjetividad antagonista en el nuevo capitalismo. Así,la autoformación se sitúa como estrategia política en elcorazón de la producción capitalista actual, basada en laproducción de signos, valores y saberes. El conflicto se hadesplazado, en nuestras sociedades desarrolladas, de lafábrica a la universidad. Como explica el Manifiesto de Edu-factory: Äsí como lafábrica fue en otrotiempo el lugar para-digmático de la luchaentre trabajadores ycapitalistas, hoy launiversidad es el es-pacuio clave del con-flicto, en el que la pro-piedad del conocimiento, la reproducción de lafuerza de trabajo y la creación de estratificacionessociales y culturales están en juego¨.6En este senti-do, la universidad ya no es una institución de unaclase social cerrada, garante de la cultura nacional.Es una universidad-metrópolis en la que entran enlucha las dinámicas más feroces del capitalismo cog-nitivo: mercantilización, planificación, precariedad.No son términos antagónicos, son las claves delsistema de dominación actual. Frente a ello, comodefienden estas posiciones, la autoformación esuna línea de fuga de la dialéctica público-privado.Es una construcción de lo común y la forma deorganización de los trabajadores cognitivos. San-dro Mezzadra, en la presentación de Uninomade,matiza esta idea de línea de fuga como «una inter-pretación no pacificada de la idea de éxodo».7 Eléxodo no se pone fuera: desocupa las institucio-

nes para abrir las brechas del conflicto y rehacerlas desdeel antagonismo, desde una subjetividad que pueda ser elnuevo motor de cambio y desde un conocimiento que noquiere ser alternativo sino de oposición. La autoformacióncomo éxodo, por tanto, se mueve en «lugares frontera»para apuntar mejor a lo común: «la autoformación no bus-ca la universalidad sino la construcción de lo común». Estecomún, en el marco educativo, toma para estas propues-tas el nombre concreto de «universidad global autónoma»,que estaría compuesta no de una macroestructura sino deuna multitud de prácticas.

En resumen, la educación como colaboración horizontalen red, como participación comunitaria y como autoorgani-zación de la nueva clase trabajadora dibuja un campo deprácticas que dan un sentido nuevo a la relación entre edu-cación y emancipación. Es un sentido que desplaza lascoordenadas tradicionales de la educación emancipado-ra: no proyecta sino tantea, no «forma» sino que expe-rimenta, no se define por un horizonte final (el hombrey la mujer nuevos, ya completamente autónomos) sinoque se inscribe, desplegando sus posibilidades, en la si-tuación actual.

1 Capítulo del libro «Un mundo común». Ed. Bellaterra, 20132 Los trabajos de este encuentro han sido recogidos en el libro

Educación expandida, Publicaciones Zemos 98, Sevilla, 2012.3 www.platoniq.net4 www.platoniq.net5 Del texto Laboratorio sin muros, que presenta el desarrollo

del Laboratorio del pro-común, en Medialab-Pra-do: http://medialab-pra-d o . e s / a r t i c l e /boratorio_sin_muros6 www.sitesize.net7 http://uninomade.org

...

Page 19: Galde07dossier

El conocimiento como bien común ymatriz productiva para una economía social

"BUEN CONOCER"

El conocimiento como bien común ymatriz productiva para una economía social

l proyecto Buen Conocer - FLOK Society [http://floksociety.org/], es un proceso de investigación cola-borativa y diseño participativo para promover y crear

en otros países, regiones o espacios (dentro o fuera deEcuador). Las diferentes versiones de estos documentos(aún en desarrollo) pueden accederse online, comentarsey discutirse, y reutilizarse con licencias libres [https://floksociety.co-ment.com].

El valor de los documentos no reside únicamente en sucontenido (sería imposible hacer aquí un resumen de los17 documentos), sino también en la forma de desarrollo,elaboración y discusión participativa del que son resultado.Se calcula que unas 1.500 personas han participado enmayor o menor medida en la elaboración de dichos docu-mentos. Bien a través de talleres de participación ciudada-na realizados en cada una de las provincias ecuatorianas,bien a través de listas de correo internacionales que hanunido a investigadoras y participantes diversos, como engrupos de trabajo inter-institucionales y académicos quese han venido celebrando.

37Galde 07 - uda/2014

Epropuestas encaminadas a una economía social del conoci-miento común, centrado en Ecuador y abierto a la región yal mundo. El proyecto ha permitido articular y definir unmodelo de «sociedad colaborativa» cuya matriz productivaestá basada en los comunes cognitivos, el conocimientocompartido y las prácticas comunitarias tradicionales. Elfruto de casi un año de investigación y diseño participativoson 17 documentos de políticas públicas, divididos por áreaso sectores socio-económico-institucionales (p.e. educación,software, cultura, etc.). Los documentos detallan una críti-ca a las formas de explotación del capitalismo cognitivo encada sector u ámbito analizado, proponiendo alternativasviables y extrayendo principios generales de políticas pú-blicas de casos de estudio y experiencias de implantación ...

"BUEN CONOCER"Antonio

Calleja-López

Xabier E.Barandiaran

Page 20: Galde07dossier

La Cumbre del Buen Conocer [http://cumbredelbuen-conocer.ec], celebrada en Quito entre el 27 y el 30 de Mayode 2014 fue la culminación de este proceso de investiga-ción abierta, colaborativa y de diseño participativo, que co-menzó a andar en Noviembre de 2013. En la Cumbre sedieron cita más de 200 personas, entre las que se encon-traban líderes comunitarios, académicos, activistas y mul-titud de miembros de las instituciones públicas, así cómootros agentes de la sociedad civil. Los objetivos eran dis-cutir los documentos previamente elaborados y acordarpropuestas de política pública para impulsar el cambio dela matriz productiva de Ecuador, explicitar «la transición deun modelo económico basado en recursos finitos (recur-sos naturales) a uno de recursos infinitos (conocimiento)»,unificar, bajo el paraguas de unos principios comunes, todala serie de prácticas del conocimiento común que se hanextendido parcial pero globalmente a través de redes enlos últimos años, junto con práctica ancestrales y comuni-tarias, con el objeto de definir una alternativa sistemáticaal capitalismo cognitivo que ya domina los mercados glo-bales (y a través de ellos lo cuerpos, mentes, máquinas ycultivos de gran parte del planeta).

Quienes participaron se organizaron en 14 mesas te-máticas, de cada una de las cuales resultaron propuestasconcretas de política pública, mejoras para los documen-tos base, así como proyectos piloto orientados a pro-mover una economía social del conocimiento. Las me-sas trataron los siguientes asuntos (que juntos dibujanuna alternativa unificada de los comunes cognitivos fren-te al régimen neoliberal basado en la propiedad intelec-tual): recursos educativos abiertos, ciencia abierta, culturalibre, agricultura abierta y sustentable, biodiversidad, ener-gía, datos y gobierno abierto, políticas públicas y nor-mativa, hardware libre y ciberseguridad, software libre,conectividad y accesibilidad, territorialización del traba-jo cognitivo y comunes urbanos, saberes ancestrales yfabricación industrial orientada al procomún.

Aquí tendremos que conformarnos con resumir lasconclusiones de algunas de estas mesas, recogidas enla declaración final de la cumbre [http://floksociety.org/wp-content/uploads/2014/05/Declaraciones-Buen-Conocer.pdf].

La economía social del conocimiento común y abier-to se define como aquella economía basada en los prin-cipios de reciprocidad, mutualidad y bien común, queson también los fundamentos de la sociedad civil y de la

economía social y solidaria,y añade el potencial del co-nocimiento como recursopotencialmente inagotable,reproducible a coste ceropero que aparece hoy some-tido a múltiples formas decercamiento y privatización(desde patentes biotecnoló-gicas de la naturaleza a soft-ware privativo en tu ordena-dor). Este modelo alternativode economía presupone a suvez un gobierno, unas insti-tuciones y unas formas degobernanza o gestión abier-

38 uda/2014 - Galde 07

ta, que favorezcan la adopción de nuevos modelos so-ciales, económicos, políticos, tecnológicos, democráti-cos, descentralizados, basados en el procomún comoalternativa a la presente concentración de poderes de laeconomía capitalista del conocimiento. Esto requiere, a suvez, el despliegue de infraestructuras a su vez abiertas,libres y apropiables, y marcos jurídicos que deben promo-ver y proteger los derechos de acceso al conocimiento,garantías de transparencia y participación ciudadana asícómo la soberanía tecnológica, cognitiva y biológica de co-munidades y pueblos.

La garantía última del cumplimiento de estas reglaspasa por una sociedad vigilante y una capacitación popu-lar, por ello, en la «Declaración del Buen Conocer» se defi-ne la educación como un bien común. Se exige que la edu-cación sea abierta y de libre acceso, como medio demaximizar la participación de toda la población en la socie-dad y la economía social del conocimiento libre y abierto.Para ello el acceso a los recursos educativos (tangibles eintangibles) u obras realizadas con recursos públicos, debeestar liberado bajo licencias abiertas, libres y su accesodebe garantizarse por medio de repositorios distribui-dos mediante Internet, intranet u otros medios. Asimis-mo, los sistemas de educación deben reconocer losaprendizajes por experiencias, formales y no formales,fortaleciendo y creando comunidades de aprendizajecomo estrategia de producción (y re-producción) de co-nocimiento y de economía social y solidaria.

En la misma dirección se exige que la ciencia sea acce-sible para todas y todos, siendo requisito para ello la aper-

«El proyecto "Buen conocer" ha permitido articular y definir un modelo de «sociedadcolaborativa» cuya matriz productiva está basada en los comunes cognitivos, el conocimientocompartido y las prácticas comunitarias tradicionales. El fruto de casi un año de investigación

y diseño participativo son 17 documentos de políticas públicas, divididos por áreas osectores socio-económico-institucionales (p.e. educación, software, cultura, etc.).»

...

Page 21: Galde07dossier

tura de datos, procesos y resultados de la investigacióncientífica y de su gestión a través de licencias libres, proto-colos y formatos abiertos, así como la construcción de unprocomún científico colaborativo en plataformas, reposito-rios y bancos de conocimiento.

En conexión con este modelo científico, la producciónindustrial orientada al procomún fomenta la incorporaciónde saberes locales, la innovación colaborativa, la produc-ción acorde a las necesidades, el enriquecimiento de lacultura científico-tecnológica global y un uso sostenible delos recursos y la energía. Dos bases infraestructurales fun-damentales de esta nueva forma de producción son el hard-ware y el software libre. Así, la Declaración exige de losEstados políticas ejecutables a través de alianzas regiona-les para alcanzar la soberanía tecnológica de los gobiernosy la autonomía tecnológica de las comunidades y la ciuda-danía, evitando la dependencia de grandes corporacionesy garantizando la seguridad y privacidad de las comunica-ciones.

Pero en un país con la riqueza biológica de Ecuador, unfactor aún más crucial es la Naturaleza, la Pachamama.Ante la actual crisis del sistema agroalimentario, resultaimperativa una transición hacia un sistema sostenible, queuse óptimamente las energías naturales y que esté enmanos de los actores de los territorios gracias a sistemasparticipativos de garantías, basado en la agroecología y enla utilización de maquinaria y procesos de diseño y acceso

libre. Se plantea así la necesidad de una nueva estructurainstitucional que asegure la soberanía alimentaria, la im-plementación de sistemas de generación e intercambio deconocimiento, integrando a investigadores y productores,los saberes ancestrales.

Desde Ecuador, país pionero en el reconocimientode los derechos de la Naturaleza, la Biodiversidad comoun sector estratégico y soberano, y el «Buen Vivir» comoparadigma de convivencia, se apela al bioconocimientocomo una contribución biocéntrica para la protección delos bienes comunes y soberanos de la humanidad. Elbioconocimiento es el conjunto de saberes, conocimien-tos y aplicaciones, tradicionales y científicas, que inte-gran la conservación, investigación y utilización sos-tenible, segura y efectiva de la Biodiversidad, lossistemas complejos de la naturaleza, las formas devida basadas en la interacción dinámica y respetuo-sa de los ritmos de la Pachamama.

Todo lo dicho se orienta por y en pos del ideal ances-tral del Sumak Kawsay, de la vida plena en relación con laNaturaleza. Así, los saberes y conocimientos ancestrales,tradicionales, populares y diálogos interculturales, sirvende espina dorsal, fin y medio, para este cambio de matrizproductiva hacia un común de los saberes y las técnicas. El«Buen Conocer», los comunes del conocimiento como fuen-te de recursos económicos y sociales, no se entiende, pues,sino por y para el «Buen Vivir», un modelo de vida plena ala altura de nuestro tiempo.

* Este texto ha sido elaborado por Antonio Calleja-López y Xabier E. Barandiaran, utilizando contenido de-sarrollado colectivamente durante el proyecto «Buen Co-nocer - FLOK Society» y durante la «Cumbre del BuenConocer». El contenido de este texto es copyright dedichos autores y de las comunidades y agentes que par-ticiparon en el proyecto, y se distribuye garantizandola libertad de copia, modificación, re-utilización y dis-tribución por cualquier medio, siempre y cuando segaranticen a su vez dichas libertades, bajo los términosde la licencia CreativeCommons BY-SA: https:/creative-commons.org/licenses/by-sa/3.0/ec/

39Galde 07 - uda/2014

Mujeres aimaras junto al lago Titicaca

Page 22: Galde07dossier

40

Islandia11-M

uda/2014 - Galde 07

COMUNALES URBANOS

El espíritude andecha

os últimos años están llenos de ejemplos de movimien-tos de protesta «de nuevo cuño» que consisten básica-

un barrio periférico pero sorprendentemente cerca delcentro histórico.

Los promotores del proyecto, invirtieron su propio di-nero en restaurar las impresionantes casernas militaresen ruinas para convertirlas en espacios de coworking eco-sostenibles y sin nada que envidiar a las mejores revistasde decoración eco-cool. A continuación fueron ocupandoel resto del terreno, en el que instalaron un parque de ska-te, una pista de hockey, una mini-granja con huerto, galli-nas y abejas y una nave de intercambio y restauración detodo tipo de objetos, desde muebles hasta auto caravanas.

El coworking se fue llenando de pequeñas empresas yasociaciones, el parque de skate se llenó de niños y la mini-granja de visitas escolares. Además, montaron una cafete-ría que empezó a organizar las mejores fiestas de la ciu-dad.

Cuando un año después volvieron a negociar con elayuntamiento ya no estaban solos. Tenían a miles de per-sonas utilizando las instalaciones, pagando por sus servi-cios y dando vida a un lugar que el ayuntamiento teníaprevisto demoler y vender a alguna multinacional.

Aunque con casos menos espectaculares, otros ayun-tamientos han empezado a ceder espacios a distintos agen-tes que proponen un uso para ellos. Buena parte de losproyectos con los que nos hemos encontrado en nuestrasexploraciones de los últimos años tienen esto en común:

MaríaRodríguezL

abierto (Sol, Tazir, Wall Street...), espacios estos que porotra parte habían sido previamente «desinfectados» al au-mentar alarmantemente el número de cosas prohibidas quehacer en ellos para un ciudadano corriente.

Estos «movimientos estáticos» nos hablan de la im-portancia de los espacios. Y es que tanto las fortunas queempresas y fundaciones destinan a sus sedes corporati-vas como la cantidad de esfuerzo y sacrificio que millonesde personas realizan durante décadas para tener (al me-nos) un piso en propiedad, responden a la misma eviden-cia: el espacio es poder.

Es curioso que el poder siempre utilizara metáforas es-paciales1, desde la palabra «faraón» cuyo significado erapalacio, pasando por el «trono» como lugar de representa-ción del poder monárquico, hasta todas las metáforasmodernas: la Moncloa, la Casa Blanca, la Casa de la Mone-da, Ajuria Enea, etc.

En Burdeos, el proyecto Darwin Eco-system se ha con-vertido en un centro (de poder) alternativo que se sientaa hablar de tú a tú con el ayuntamiento de la quintaciudad más grande de Francia. Darwin comenzó con elalquiler a un precio simbólico de unos antiguos terrenosmilitares abandonados y completamente degradados en

mente en ocupar un espacio urbano significativo y

El espíritude andecha

Page 23: Galde07dossier

41

The Pirate Bay

Galde 07 - uda/2014

huertos en plazas de Lutxana, la Kabia en Errentería, unaescuela alternativa en Castro Urdiales, actividades cultura-les en un solar del centro histórico de Madrid... todos re-presentan el paso de un espacio, de edificios, gestionadoshasta ahora por los ayuntamientos a proyectos ciudadanosabiertos que buscan su recuperación para el procomún.

No es sólo un reconocimiento de la pujanza de ciertasdemandas barriales -como en su día muchos interpretaronla Tabacalera de Madrid o los diversos «centros socialesocupados» de multitud de ciudades- ni siquiera es un re-conocimiento de la quiebra inminente de los ayuntamien-tos. En muchos de los casos existe además una suspen-sión de las normativas municipales, florecidas para generarartificialmente escasez durante los años del boom especu-lativo del suelo y que son hoy una verdadera traba paracualquier proyecto. No es solo necesario que los consisto-rios cedan el espacio, también hace falta que «se deje ha-cer», que se flexibilice el uso por parte de los ciudadanosde bienes pagados con dinero público.

Porque en realidad, lo que esos ayuntamientos entien-den es que necesitan volver a algo que queda en la memo-ria profunda de las administraciones locales, una vieja ins-titución, más antigua que ellos mismos, la única capaz hoydía, de coser las primeras heridas de la descomposición.

En español, siguiendo al asturiano, le llamamos ande-cha, en portugués mutirão, en euskera auzolan, en ruso

toloka, en finés talkoot, en noruego dugnad... casi todaslas lenguas tienen una palabra para el trabajo comunitario.También para los bienes comunes: el comunal tradicionalde campesinos y cofradías de pescadores, el procomún, el«iriai» en japonés, los «commons» en inglés, son la formabásica de un bien público no estatal.

Lo que vemos emerger ahora es una nueva dimensióndel procomún, bajo la forma de edificios y espacios urba-nos, aupada por el trabajo colectivo y liberada de buenaparte de las obligaciones municipales. En una penínsulaibérica en la que miles de edificios y espacios públicos pa-recen condenados a la degradación y el abandono tras elfin de la burbuja inmobiliaria, es una perspectiva más queesperanzadora.

Porque, si lo pensamos, puede ser el punto de partidapara un nuevo tipo de ofertas orientadas a organizar fun-daciones comunitarias u organizaciones equivalentes dedi-cadas a mantener el «espíritu de andecha», a gestionar el«procomún municipal» a ocupar el poder desde la base através de la gestión de espacios que estén vivos. ¿Por quéno proponer a los ayuntamientos nuevas formas de desa-rrollo económico que superen a los parques industriales,nuevas formas de vivienda e incluso de socialización y tra-bajo cooperativo?

1 http://lasindias.com/el-poder-el-coworking-y-el-espacio

Page 24: Galde07dossier

42 uda/2014 - Galde 07

1.- Jabetza komunalaren eta pribatizazioaren arteko gataz-kak nola feudalismotik kapitalismorako trantsizioa egitura-tu zuten azaltzen duten ikerlan historikoak ugariak dira. Ora-ino, dinamika horren itzal luzeak gaur egun ere munduannagusi izaten jarraitzen du. Kapitalaren sorrera eragin zu-ten prozesuak ez baziren baketsuak izan, gaur egun merka-tu librearen ideologiak komuna denaren bereganatze pro-zesua hedatzen jarraitzen du. Bitartean, natur-baliabideenerabateko degradazioa ikusten dugu, hala nola jabetza eskubi-de forma ezberdinak –komuna, kolektiboa, estatuarena– pri-batizatzea –izan osasuna, kultura edo hezkuntza–, edota biziabera, bioaniztasuna edo informazio genetikoa bereganatzeazilegitzen duten arau eta legeen agerpena.

Modernitatea eta aurrerabidea aldebiko kontakizun ba-tek deskriba ditzazke; askapenaren diskurtsoak alde bate-tik, eta mendekotasunarenak bestetik. Zenbat lur behar dugizon batek? erakusketa-proposamena narratibotasun an-bibalente horretan kokatzen da, beren denbora propioagainditu eta orainari eragiten dieten errelatoen eta elkarri-zketen bilaketan betiere.

2.- Proiektu hau XX. mendean zehar merkataritzaren etaekonomia politikoaren berezko izaera bizkarroia ezbaian jarrizuten komuna-esperientzien ikerketatik abiatu da. Histo-ria, prozesu lineal bezala eta arrazoiaren bilakaera eta buru-tze bezala ulertzen zuten narratibotasun "zientifiko" nagu-sietatik alboratuak gelditu diren esperientziak nolanahi ere.Egungo ereduari alternatibak proposatze hutsa arazo bi-lakatu denean, komuna-esperientzia hauen azpian daudengalderek "errealitatea" zalantzan jartzeko balio dutela ema-ten du. Eta bilakaera honetan kokatzen dira hain zuzen ere"praktika komunalaren" forma ezberdinak, batik-bat XX.mendean garaturiko esperientzia kolektiboetatik hasitabereziki. Izan ere, ez dira soilik jabetzarena bezalako kon-tuak krisian jartzen dituzten jarrerak eta proposamenak,baizik eta orobat, pertzepzio sistemei eta hizkuntza here-datuei, ezagutzaren distribuzio-moduei, autoretzari, edotapedagogia eta gizarte antolaketa ereduei dagozkienak.

Zenbat lur

3.- Behin eta berriro, kole-ktibotasunaren adierazpen for-mak arazo bezela agertzen zai-zkigunez, erakusketa formalkiere bilaketa baten ondorio izandela azpimarratu behar da: do-kumentuak, artelanak eta arki-tektura saiakerak biltzen dituententsio une ezberdinen pilake-ta bat1.

Esanguratsua da egun ora-indik abian dauden «komuna»askok - ia kasu guztietan-erakusketan irudikatuak ager-tzeko eskaerari lehenengoz,oztopo eta zalantzaz beterikerantzun izana. Baina kolekti-boaren adierazpen formalaren

Oier Etxeberria

1886an Lev Tolstoik idatzitako ipuin baten izenburua da. Gero eta lurgehiagoren jabe egitearen irrikaz, guztia galtzen duen nekazari baten historiakontatzen da bertan. Izenburu honekin, 2014ko uda honetan Cristina EneaFundazioan aurkezten den erakusketa-proiektuak, idazle errusiarraren alegianpresent dauden zenbait gairi heldu nahi izan dio. Mende eta erdi beranduagoeztabaida ekologistaren eta berea duen gizakia eta lurraren arteko harremanorekatuago baten bilaketaren erdigunean dirauten gaiak hain zuzen ere.Erakusketan aurkitu daitezkeen material ezberdinetatik abiaturiko gogoetabatzuek osatzen dute ondorengo idatzi hau.

Image from ATS-3 satellite 1967

Page 25: Galde07dossier

43Galde 07 - uda/2014

behar du gizon batek?

arazoak, zuzenean beste hainbat motibotara garamatza: egin-dako bidean bilkurak hartutako izaera juridikora, lidergotza-ren eztabaidara, liturgia eta orokorrean partaideak bildukodituen intimitate sentikorraren dentsitate material eta ima-ginariora etab… Guzti horren erdian, askotan entzun ohi denkolektiboarekiko banakoaren ustezko menpekotasunarenauzia datorkigu. Baina zalantza horrek okerreko bidetik gara-matza, ez digu argitzen lagunduko gai horietan egon dai-tezkeen nabardura eta argi-itzalak, funtsezkoena kolektibo-tasuna eta pertsona orok duen inpertsonal horren artekogatazka baita. Egungo zientziek gizabanakoaren ibileranmurgildurik, funtsik gabeko euskarriak eskaintzen dizkigutebehin eta berriro beraien ikerketetan, eta kontrako eztarritikbezala, erreala den horren inguruko galderari ahotsa artegaraikideak emango dio, demokraziak eta kontsumitzaileenbulegoek, zenbakien eta estatistikaren laguntzarekin erabatotzandu duten komunitate ideia hori gainditzeko aukera ko-rapilotsua zabalduz.

4.- Stewart Brand Whole Earth Catalog izeneko aldizka-riaren zuzendaria izan zen2. Aldizkari honek berebiziko ga-rrantzia izango du Estatu Batuetako 70eko hamarkadaneman zen landa-gunerako exodoan sortu ziren ehundakakomuna haietan bizi zirenentzako. Unitate txiki guzti haienartean sare bat osatzen laguntzen zuen tresna izan nahizuen proiektuak3. Urte batzuk lehenago, Stewart Brandfamatua egingo zen NASAk argitara eman nahi ez zi-tuen argazki batzuk publiko egin zitzaten eskatzekoantolatu zuen kanpaina arrakastatsuaren ondorioz. Ar-gazki horietan ageri den gauza bakarra satelite bidezkoLurraren irudia da. Bere ustez, gerra hotzaren sasoian,mundua banantzen zuten bi bloke nagusien aurrean,irudi horiek sekulako indarra zuten gizateria komunita-te bakar baten gisa erakusten zutelako, eta, horrega-tik, Whole Earth Catalog-en enblema bihurtuko dituStewartek argazkiok4.

Espaziotik egindako munduaren argazkiak iruditeria berribaten erantzule izango dira5, baina lurraren erreformanoinarritutako «hirugarren bide» baten aukera aspaldikoxe-agoa da. Gogoratu dezagun Fidus (Hugo Reinhold KarlJohann Höppener) artista grafiko eta pintoreak, hamarka-da batzuk lehenago XX mende haseran, bineta batean Le-bensreform mugimenduaren lema hura literalki marraztuzuenekoa: bidegurutzetako letrero bat hiru norabide posi-ble seinalatuz ageri zaigu. Eskuinaldera «Kapitalismoa»dioen seinaleak itsaslabar baten ertzera garamatzan bidebat erakusten du. Ezkerrera «Komunismoa» dioen bes-teak urruneko mendi batzuen tontorrera luzatzen den bidenekeza. Hirugarren bideak aldiz, «Lurraren Erreforma»dioenak, zuzen zuzenean egunsenti batek alegiaz irudika-tzen duen paradisura eramango gintuzke.

Ekologismoaren hainbat adarkadura, ideologia hegemo-nikoaren parte bihurtzeko zorian daudenean (gauzak berelekuan eta arazoak beharrezko zaion distantzia batetaramantentzeko Estatuaren tresna6) ez ote da alferrikakoaizango atzera begirada luzatzea, batez ere egoera poli-tikoak berak, garai horren hastapenetara garamatzanean?Izan ere Lebensreform mugimenduaren bilakaeran, eko-logismo modernoaren oinarriak topatuko baditugu ere, ezgaituzte harritu behar Nazionalsozialismoari egindako plei-tesiek eta atxikimenduek7.

Baina bidezkoa al da Lebensreform mugimendu proto-hippie honen izaera erromantikoari gaitz guztiak bere gor-dinean egoztea? Mitologia greko-erromatarraren goraza-rrea, balore burges eta industrialen ukapena… etab. Ezote da zuzenagoa pentsatzea, aurrerapena eta teknokra-ziaren garapenaren fedearen lilurak, giza-naturaren ikus-pegi esentzialista batek lagunduta, bultzatu zituela euge-nesiaren zientzia berria besarkatzera? ...

"Earthrise" taken on December 24, 1968 by William Anders

Page 26: Galde07dossier

44 uda/2014 - Galde 07

Modernitateak eragingo duen mugimendu bikoitzean, na-tura esplotatu eta zientifikoki ezagutzeko eginkizuna, ale-giaz bere ama-sabelera itzultzearekin elkartuko da8.

5.- Zentzu askotan Lebensreform mugimenduaren jarrai-pen gisa ulertu behar da Monte Verita, XX mende haseranEuropan izan zen komunarik garrantzitsuena, bertatik pa-satu ziren pertsonaien galeriari kasu egiten badiogu behin-tzat: Isadora Duncan, Hugo Ball, Suzanne Perrottet, CarlJung, Kropotkin printzea, Herman Hesse, Rudolf Van La-ban dantzaria eta Erich Mühsam poeta, antzerkilari etaanarkista besteak beste. Azken honek, urteen poderiozkomunitarismo berrien merkantilizazioa deitoratuko du,behin partaide izan eta «etxegabeen errepublika» beze-la bataiatu zuen Monte Verita komunari kritika zorrotzakzuzenduz:

Begetarianismoa gizadia salba zezakeen ideiatzat salduzen, eta hain ideologia ezdeusaren oinarrietan inongoamets sozialistarik gauzatzerik ez zela begi bistakoa eginzenean, jendea printzipio etiko bat enpresa kapitalistabati lotzen saiatu zen -alferrikako arriskua edonola ere.Egoera hauetan beti gertatzen den bezala, printzipioetikoak galdu zuen Monte Verita. Gaur egun jatorrizko-tik geratzen dena barregarria da: «kolegei» 5 ordukotxandetan lanean aritzen uzten dien jabe alai bat, berak,ordain irregularra jasotzen duen lanesku esplotatu bateskura duen bitartean.9

Muhsam-en hitzek aipatzen duten komunitarismoarendomestikazio hori, gaur egungo ideologia leun eta azukre-dunaren ugalketaraino hedatu dezakegu, elkarbizitza de-mokratikoren erretolika anbientalista eta multikulturala-ren erretratu goiztiar bat balitz bezala. Jakintsuenaholkuak jarraitzea derrigorrezkoa bihurtu nahi duen gi-zarte honetan, aldaketa kolektiboaren aldeko apustuahalako banakako printzipio etikoek ordezkatu dute, go-bernatzeko modu berri baten leloak bihurtu diren pun-turaino. Supermerkatuan bezela, ingurugiro kontuetanere oraindik aukera bat dugula sinestarazi nahi digu kon-tsumoaren ideologiak10. Errealitatearekin daukagunkonpromezua behin eta berriz bermatzeko instrumentu bi-lakatzeko arrisku hau dela eta, ingurumenaren kultura poli-tikoa, ustez galdutako oreka baten konponketa baino hara-tago bultzatzea ezinbestekoa da.

6.- Ekologia eta komunitatea banaezinak dira orokorrean.Gero eta zabalagoak diren talde eta kolektiboetaz ardura-tzea dela esan daiteke pentsamendu ekologikoaren xedea11.Baina gizakiak bere inguruarekiko berezkoa duen pitzaduraezin da alboan utzi. Freud-ek «egonezina kulturan» liburua-ren sarreran munduarekin bat izatera garamatzan sentimen-du «ozeaniko» hori heldutasunera iritsi ez den pentsakera

batena dela esango du. Gure sinesmenak itsasaldiak eragi-ten dituzten astroen indar magikoen esanetara jartzea bai-no inozokeria haundiagorik ez legoke arimen kontu-hartzai-le honentzako. Izarretan idatzita legokeen patuaren aurkaaltxatzen den egin nahi (handinahi) bat delako haustura ho-rren erantzule, eta zalantzari bidea egiten dion zauri senda-ezina, aldiberean.

Orain, konsumismo tekno-baikor eta ikuspegi holistiko-organikoek, eskutik gure neurrirra egindako errealitate bateskaintzen digute, pentsamendua eta pentsatzen den ho-rren arteko zartadura estali nahian. Baina gure neurriraegindako errealitatea daukagun hauxe da. «We are theworld» zioen kantuak eta zaila egiten da desgrazia haun-diago bat imaginatzea12. Teoria kritikoak behin eta berriroohartzen gaitu lokalismo erregionalen estetizazio natura-listaren arriskuaz, baina teoria honen arazoa, bere buruamunduko hiritartzat daukan kosmopolitismoaren aurreankuzkurtzea litzateke.

Jehovaren testiguen marrazkietan bezala gure zorion-tasuna eta izaera propioa erakustera gonbidatzen gaituenhizkera berri baten aurrean gaude. Dena zoologo, folkloris-ta edo antropologoek erraz identifikatzeko moduan presta-tu nahi duena. Animalien behaketan denbora pasa duenedonork onartuko lukeenean animalia orori ukatzerik da-goen askatasunik okerrena ezkutalekuarena dela13.

Lyoneko Zoologikoan arratsalde pasa zebilela eguzki gal-datan asper asper eginda zegoen lehoiaren aurrean ikusi-takoa kontatzen digu Sanchez Ferlosio idazleak «…por en-tre los arbustos que nos separaban de los barrotes tras losque la fiera levantaba el hondo y prolongado bostezo desus fauces hacia el gris domingo provinciano, deslizarse,espléndida de gracia, de sigilo y de libertad, una gran rata»baliogarria egiten zaigun hausnarketa bati lekua egiteko:«el león no era allí más que un pobre pensionado del ayun-tamiento de Lyon, subvencionado para representar a unapresunta Naturaleza, a la que, por lo demás, a causa deesta misma circunstancia, mal podía ya, en verdad, repre-sentar, y que naturaleza, en todo caso, no era allí sino loque había traído y había hecho surgir y campear por unmomento ante nuestros ojos la admirable rata que, impre-vista, inconsentida, indeseada y hasta prohibida, había cru-zado delante de él.14»

Natura ezusteak definitzen du, harrapatu, definitu etairudikatu ezin dugun horrek. Ekintza politikoaren deskriba-pen hobeago bat ere ez zait bururatzen momentu hauetan.Komunitate berri bat pentsatzea aldarrikatzen duen kultu-ra politiko ekologikoak, aurrean dituen erronka erraldoienaurrean eraginkorra izan behar badu, naturaren ideia berada zalantzan jarri beharko duena15, komuna den horrek, le-henbizikoz, aurrez zehazturiko komunitatea ukatu beharkoduen bezala16.

...

Page 27: Galde07dossier

45Galde 07 - uda/2014

1.- Agency / Ajoblanco / Archivo FX / Basilio Martín Patino /Brotherhood of the Spirit / Comuna Antinacionalista Zamorana /Dan Graham / Darío Regoyos / Degania / Durangoko herejeak / ElCabrito / Elena Odriozola / Fidus / Hamlet Hovsepian / Ixiar Rozas/ Juan Pérez Agirregoikoa / Lebensreform / Longo Mai / MonteVerita / Shakers / Theo Altenberg / Twin Oaks / Ula Iruretagoie-na / Whole Earth Catalog / William Burroughs eta Xabier Sala-berriak osatzen dute erakusketako partehartzaileen zerrenda.

2.- The Whole Earth California and the Disappearance of theOutside. Izen hau hartu zuen Diedrich Diederichsen eta AnselmFranke-k 2013an Berlineko HKW-n komisariaturiko erakusketak.«Munduaren» irudiaren agerpena eta berari loturiko paradigmaekologikora posizio kritikoetatik hurbiltzen diren material histo-riko-kultural eta posizio artistikoz osaturiko saiakera bat egileenhitzetan.

3.- «Together, the Whole Earth Catalog and the Supplementbecame textual forums whitim which a geographically dispersedcollection of individuals and groups come together, in text andsometimes pictures, and recognize each other as members of asingle community.» From Counterculture to Cyberculture. FredTurner. The University of Chicaco Press. 2006

4.- Ikuspegi batek mundua aldatu dezakeela pentsatzea garaiErromantikoari oso loturik dagoen ideia bat da, mundu-ikuskerabera bezala (Weltanschauung).

5.- «Todo funciona. Esto es precisamente lo inhóspito, quetodo funciona y que el funcionamiento lleva siempre a más fun-cionamiento y que la técnica arranca al hombre de la tierra cadavez más y lo desarraiga. No sé si Vd. estaba espantado, pero yodesde luego lo estaba cuando vi las fotos de la Tierra desde la

Luna. No necesitamos bombas atómicas, el desarraigo del hombrees un hecho. Sólo nos quedan puras relaciones técnicas. Donde elhombre vive ya no es la Tierra.» Entrevista del Spiegel a Martin Hei-degger. Traducción de Ramón Rodríguez, en Tecnos, Madrid, 1996.

6.- «En defensa de las causas perdidas». Zizek, Slavoj. Akal. 2011.7.- Hain zuzen Lebensreform mugimendutik Nazional Sozialis-

mora erakarria izan zen figurarik garrantzitsuenetakoa izango daFidus, 1932ko maiatzaren Iean Partiduko kide egin zen. Bere ma-rrazkiek beti ere Iparraldekoa zein Klasikoa litzatekeen edertasunbaten estetika bat igortzen dute, eta Germaniako hondakinekikobere lilurak (gaztelu, mito eta kondairak) eragin luzea izango du.

8.- Bergua Amores, J. A. (2008): Naturalismo, culturalismo ypoder. Notas para una sociología del paisaje, Revista Españolade Sociología, nº 11, pp. 79-100

9.- «Excerpts from Ascona» (1904-1909: Travelling Years).Mühsam, Erich. Liberating Society from the State and Other Wri-tings: A political Reader. Edited Gabriel Kuhn. The Merlin Press, 2011.

10.- Louis Althusser-en hitzetan Ideologiak subjetu konkretubat interpelatuaz funtzionatzen du.

11.- Politicas de la naturaleza. Latour, Bruno. RBA libros. 201312.- Antropozeno terminoa 2000 urtean proposatu zuen Paul

Crutzen Kimikako Nobel Saridunak.13.- Sociedades movedizas. Delgado, Manuel. Anagrama, 2007.14.- Vendran mas años malos y nos haran mas ciegos. Rafael

Sanchez Ferlosio. Destino, 1993.15.- Ecology without nature. Timothy Morton .Harvard Univer-

sity Press. 2007.16 «La comunidad negativa, la comunidad delos que no tienen comunidad.» La comunidad inconfesable. Mau-rice Blanchot. Arena,1983.

Erakusketaren ikuspegia / Vista de la exposición / Exhibition view

Page 28: Galde07dossier

46

De libros para el dossierDe libros para el dossierLa carta de los comunes.

Para el cuidado de lo que de todos es.Madrilonia.org / Observatorio Metropolitano. Ed. Traficantes de Sueños, 2011.

Documento elaborado al fragor de las luchas sociales surgidas como respuesta a la crisis ylas reflexiones del 15M. Cuando ni el Estado ni el mercado son capaces de cuidar losbienes naturales, los servicios públicos y la libre difusión del conocimiento, La Carta delos Comunes propone una constitución imaginaria, al estilo de fueros y cartas pueblas,para garantizar el acceso universal, la gestión democrática, la sostenibilidad y la inaliena-bilidad de estos bienes y servicios, imprescindibles para la vida.

Los bienes comunesEcología Política, nº 45. Ed. Icaria y Fundación ENT, 2013

En este número se puede encontrar un amplio y variado elenco de colaboraciones queprofundizan sobre el origen y actualidad de lo que se viene denominando «bienes comunes»;reflexiones entroncadas también en diferentes conflictos existentes en el mundo sobre lapropiedad, gestión y usos de recursos tangibles e intangibles.

Un mundo comúnMarina Garcés. Ed. Bellaterra. Barcelona, 2013

Este libro es la declaración de un compromiso. En un momento en que la filosofía y lapolítica buscan la comunidad como algo a recuperar y lo común como algo a producir colectiva-mente, este libro propone un paso atrás: descubrir el mundo común en el que ya estamos,queramos o no implicados.

En DeudaUna historia alternativa de la economía.

David Graeber. Ed. Planeta. Barcelona, 2012En este libro el autor expone una historia alternativa a la aparición del dinero y los mercados,

y analiza cómo la deuda ha pasado de ser una obligación económica a una obligación moral. Laobra profundiza en los motivos ancestrales que nos han conducido hasta la situación decrisis económica y de valores actual; el libro presenta una historia alternativa de la econo-mía desde el punto de vista de la deuda, profundizando en la relación del ser humano con eldinero.

La sociedad de coste marginal cero.El Internet de las cosas, el procomún colaborativo y el eclipse del capitalismo.Jeremy Rifkin. Ed. Paidos Ibérica, Barcelona, 2014

Según el autor, en la escena mundial está apareciendo un sistema económico nuevo: elprocomún colaborativo. Lo que Rifkin denomina «el procomún colaborativo» prospera junto almercado convencional y transforma la manera de organizar la vida económica ofreciendo laposibilidad de reducir radicalmente las diferencias en ingresos, de democratizar la economíamundial y de crear una sociedad más sostenible desde el punto de vista ecológico. En esemundo nuevo que el autor describe y analiza, el capital social es tan importante como elfinanciero, la cooperación sustituye a la competencia y el «valor de cambio» de la socie-dad capitalista es sustituido progresivamente por el «valor de compartición» del proco-mún colaborativo.

uda/2014 - Galde 07