Gasto público en Nuevo León durante la República restaurada.
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“EL GASTO PÚBLICO EN EL GOBIERNO DE NUEVO LEÓN DURANTE LA
REPÚBLICA RESTAURADA. (1867-1871)”
Antonio Peña Guajardo
UANL/El Colegio de México
INTRODUCCIÓN
El periodo de la República Restaurada en México significó el momento de institucionalizar
el proyecto económico liberal sin los obstáculos que planteaba la oposición de la facción
conservadora. En el marco del funcionamiento del sistema federal mexicano, a los gobiernos
estatales les correspondía particularizar las propuestas liberales dentro de sus ámbitos de
dominio y adaptarlos en sus espacios específicos de operación. A pesar de que existía una
visión general del liberalismo mexicano, los estados presentaban condiciones diferentes que
orientaban a las elites políticas locales a desarrollar sus propios planteamientos basados en
las condiciones económicas que prevalecían en su territorio.
El caso del estado de Nuevo León es ilustrativo de esta situación. Poco antes y durante
el periodo de la Guerra de Reforma y en los primeros años de la Guerra de Intervención
Francesa, el gobierno de Santiago Vidaurri (1855-1864) había establecido un esquema para
favorecer el comercio transfronterizo en donde aplicó tasas arancelarias reducidas para
estimular el tránsito regional de mercancías. Además, como medida para obtener recursos
económicos especiales, éste se apropió de las rentas aduanales de los estados de Coahuila y
Tamaulipas, en teoría, pertenecientes al gobierno federal. Esta relación del gobierno del
estado con los comerciantes le permitió a la facción vidaurrista la movilización de recursos
que lo llevó a formar contingentes militares que se enfrentaran al eterno problema de las
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incursiones apaches y que fortalecieron la posición de Vidaurri en el escenario político
nacional.1
Este esquema se desarticuló con la llegada del ejército francés al territorio de Nuevo
León y con el fin de la guerra de Secesión en Estados Unidos que propició una disminución
del tráfico mercantil transfronterizo. El ascenso al poder del grupo político encabezado por
Jerónimo Treviño en 1867 motivó el intento de formar un nuevo planteamiento económico
derivado de los principios liberales que retomaba algunos elementos de continuidad con la
postura anterior pero otros los reformaba. En uno de los rubros en que se aprecia con mayor
claridad este proceso es en el ámbito fiscal en donde se llevó a cabo un esfuerzo por
transformar radicalmente la estructura tributaria de la entidad.
Asimismo, en la planeación y ejercicio del gasto público se vislumbran los ejes
directrices de la política económica del gobierno de Nuevo León y su visión sobre las
atribuciones de la administración estatal en el marco del proyecto liberal local. En este
sentido, este trabajo se plantea analizar la dinámica del gasto público del gobierno del estado
de Nuevo León durante la gestión de Jerónimo Treviño como una forma de evaluar la
capacidad de los regímenes estatales para adoptar una propuesta económica propia y aplicarla
eficazmente en su jurisdicción en el contexto de reestructuración que representaban los
primeros años de la República Restaurada.
II. LA POLÍTICA ECONÓMICA DEL GOBIERNO DE JERÓNIMO TREVIÑO.
1 Cerutti, Mario, Economía de guerra y poder regional en el siglo XIX. Gastos militares, aduanas y
comerciantes en años de Vidaurri (1855-1864)
3
Con el fin de la guerra de Intervención Francesa y la eliminación del grupo político de
Santiago Vidaurri, el control del espacio político local fue asumido por la facción encabezada
por Jerónimo Treviño, militar que adquirió bastante prestigio por su participación en algunos
eventos bélicos importantes. Este general entabló alianza con un grupo de jóvenes abogados
como Viviano L. Villarreal, Genaro Garza García y Narciso Dávila, quienes diseñaron las
propuestas económicas que deberían regir la actividad del gobierno estatal en el marco del
proyecto liberal local. Estas posturas estaban relacionadas con requerimientos concretos
locales más que por principios abstractos y conceptuales.
Una premisa básica que defendían los miembros del grupo político de Treviño
consistía en garantizar la libertad comercial en el tráfico regional de mercancías por medio
de la supresión de alcabalas. Aunque esta medida ya se había decretado en la constitución de
1857, todavía no se había aplicado dicha disposición. Con este planteamiento, las autoridades
locales pretendían erigir una zona de libre comercio que le permitiera a los comerciantes de
la entidad competir a nivel nacional. Dadas que las distancias del centro de México al noreste
del país eran mayores que otros puntos como Tampico y Veracruz, la eliminación de las
tarifas alcabalatorias reducía el costo de las mercancías que era relativamente alto por el pago
de los fletes.2
La eliminación de las alcabalas en Nuevo León implicaba una reorganización de la
hacienda pública estatal. Se previó que para sustituir los montos obtenidos por las
contribuciones indirectas se debía establecer una estructura fiscal sustentada en el cobro de
impuestos a la propiedad en una porción al millar del valor de las fincas rústicas y urbanas
2 Archivo Histórico de Monterrey (en adelante AHM), Impresos II, vol. 10, discurso del gobernador Manuel
Z. Gómez, 5 de noviembre de 1867.
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complementada con gravámenes a los giros comerciales e industriales. Este plan formaba
parte de una postura liberal general de modernizar los fiscos estatales bajo el criterio de
proporcionalidad y equidad en el pago de los impuestos.3 Antes de Nuevo León, los
gobiernos de Jalisco y Estado de México ya habían intentado llevar a cabo este proceso.4
Otro de los postulados importantes del programa económico local se refería a la
eliminación del sistema de sirvientes, lo que en otros territorios de México se conocían como
peones acasillados. Según la visión de los liberales nuevoleoneses, esta forma de
reclutamiento de mano de obra significaba una modalidad antieconómica que impedía el
desarrollo de la agricultura y ganadería de la entidad. Para llevar a cabo esta medida, los
dirigentes locales proponían la reforma a la ley del 31 de marzo de 1851 que reglamentaba
el enganche de trabajadores por medio del endeudamiento.5
La aplicación de estas medidas se debería de llevar a cabo por medio de reformas
legislativas en donde al gobierno del estado le correspondía promover iniciativas para su
discusión en el congreso local. Pero existían otros puntos dentro de la propuesta liberal local
que requería de una participación más activa de las autoridades estatales y que demandaban
cierta inyección de recursos. Por un lado, se ubicaba el problema de seguridad pública
determinada por incursiones apaches, rebeliones de grupos locales y actos de bandolerismo
que afectaban el tráfico comercial y perjudicaban la actividad agropecuaria. Como se va a
tratar posteriormente, aunque se pretendían minimizar los gastos hacia este rubro, las
3 Periódico “El Tábano”, tomo 1, número II, 23 de noviembre de 1867. 4 Para el caso de Jalisco, revisar el trabajo de Antonio Ibarra, “Reforma y fiscalidad republicana en Jalisco.
Ingresos estatales, contribuciones directas y pacto federal”; Para el estado de México, se ubica el artículo de
Carlos Marichal, “La hacienda pública del Estado de México desde la independencia hasta la república
restaurada”. 5 AHM, Impresos II, vol. 10, discurso del gobernador Manuel Z. Gómez, 5 de noviembre de 1867.
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condicionantes de esta situación exigían la mayor atención por parte de la administración de
Treviño. Finalmente, el fomento a la instrucción pública y el cuidado de la salud pública,
actividades anteriormente controladas por la Iglesia Católica, obligaban al régimen estatal a
contar con una mayor responsabilidad social que implicaba un aumento en la complejidad de
sus funciones.
III. EL GASTO SOCIAL: EDUCACIÓN Y SALUD.
La postura liberal mexicana desarrollada en contraposición al bloque conservador obligaba a
los gobiernos estatales a contar con una mayor presencia en los rubros de educación y salud
que implicaría cierta atención financiera que anteriormente no era solventada por estos
regímenes. Esta situación conllevaba un tipo de redifinición de ciertas tareas de gobierno en
búsqueda de un bienestar social que mejorara las condiciones de vida de la población. Estas
nuevas responsabilidades iban encaminadas a forjar una sociedad justa e igualitaria que
promoviera el crecimiento económico.
A la administración del gobernador Jerónimo Treviño le correspondió la
concretización de los planes de laicización de los servicios educativos y de salud que se
estaban formulando en el proyecto liberal mexicano como parte del proceso de conformación
de una sociedad moderna. En este sentido, como la República Restaurada representó el
momento de institucionalización y estabilización del régimen liberal en México, en el ámbito
local neoleonés se estaban preparando las condiciones para que el gobierno del estado
sustituyera eficazmente a la Iglesia Católica en estas labores.
6
En el aspecto educativo, el liberalismo mexicano planteaba con mucha insistencia la
necesidad de difundir la educación por toda la población del país. Esto se constituía en un
factor clave para el surgimiento de una sociedad compuesta por individuos racionales e
ilustrados que sentaran las bases para el desarrollo nacional. Por ello, la educación se
convirtió en un rubro sumamente importante para la aplicación del proyecto liberal
mexicano,6 y así se reducía el control ideológico de la Iglesia Católica y se transformarían
los habitantes en ciudadanos que estarían conscientes de sus derechos y obligaciones
políticas.
Pero estas nuevas disposiciones no podían ser concretizadas en Nuevo León dado el
clima de inestabilidad política derivado de las guerras de Reforma y de la Intervención
Francesa. No fue sino hasta el periodo de Jerónimo Treviño como gobernador cuando existió
la posibilidad de desarrollar un plan de difusión de la educación primaria dentro de la
perspectiva liberal. El 10 de diciembre de 1870 se decretó la Ley de Instrucción Primaria
promovida por el gobierno de Treviño en donde se expresaba el proyecto educativo de ese
momento.7 Este esfuerzo no significaba la erogación de gastos por parte del gobierno del
estado dado que la financiación de estas actividades correspondía a los municipios.
Además del proyecto educativo de instrucción primaria, el gobierno de Treviño se
encargó de los planes para desarrollar la educación media y superior en el estado. En este
rubro, la administración estatal sí tenía responsabilidad directa sobre su funcionamiento. El
estímulo a la educación media y superior resultaba clave para el progreso de la sociedad de
6 Según Josefina Zoraida Vázquez, los liberales creyeron en el poder de la educación casi con desesperación.
Su ambición era gigantesca, porque desde su perspectiva todo lo que para México deseaban dependían de
ella, en Vázquez, Josefina Zoraida, “La República Restaurada y la educación”, p. 102 7 Morales, Josefina, Educación primaria en el estado de Nuevo León, de 1826 a 1900, p. 99
7
acuerdo a la perspectiva liberal ya que en ella se formaban los profesionistas que debían estar
preparados para modernizar las condiciones de vida en el país. Para ello, en 1859, en Nuevo
León se había instalado el Colegio Civil.
El Colegio Civil tenía como objetivo sustituir al Seminario como responsable de la
educación media y superior local. De esta manera, esta institución se iba a encargar de la
instrucción secundaria o bachillerato y de las carreras de jurisprudencia y medicina y de la
subespecialidad de farmacia. Al Colegio Civil no le benefició el momento en que fue
inaugurado ya que las condiciones derivadas de las guerras de Reforma y de la Intervención
francesa no permitieron su práctica regular, llegándose inclusive a cerrar el establecimiento
durante la ocupación imperialista de Monterrey.
En el gobierno de Jerónimo Treviño, la operación del Colegio Civil se convirtió en
un elemento clave para afianzar el proyecto liberal en la entidad. Por medio de la carrera de
jurisprudencia, se permitían difundir y reproducir las ideas liberales así como vincular a los
estudiantes con las acciones políticas emprendidas por el grupo en el poder. Además, con el
funcionamiento de la cátedra de medicina, se impulsaba una visión científica del
conocimiento y le otorgaba personal al gobierno del estado para aplicar su política de salud
pública.
Pero esta importancia se debería reflejar en la atención financiera. En la gestión de
Treviño, se concluyó la construcción de un edificio nuevo que albergó de manera adecuada
la operación del Colegio Civil. Además, el gobierno del estado se hacía cargo del pago de
los sueldos de los maestros y los gastos de mantenimiento de las instalaciones. Asimismo, se
continuó con una política de otorgar subsidios a alumnos pensionistas que no contaban con
8
los estudios para estudiar una carrera profesional.8 Con estas medidas, se incrementaba el
nivel de egresos que debía ejercer el gobierno nuevoleonés para promover este rubro clave
en el sector público.
Esta misma situación se presentó en el rubro de salubridad. Como parte del proceso
de sustitución en la prestación de los servicios de salud del Estado en lugar de la Iglesia
Católica en Nuevo León, en 1851 se creó el Consejo de Salubridad, en donde se vislumbró
la fundación de un hospital civil y se establecieron las primeras cátedras de medicina en la
localidad, antecesores de la carrera de medicina del Colegio Civil.9
En 1861, finalmente se concretizó el proyecto del Hospital Civil pero ante las dificultades
imperantes en este periodo no funcionó con la regularidad deseada. No fue sino hasta la época
de la administración de Treviño en donde se pudo decretar un reglamento para esta
institución. Con esto, se consolidaba el proceso en que el gobierno del estado de Nuevo León
asumiría las responsabilidades en materia del cuidado de la salud de la población.
El Hospital Civil estaba destinado para cubrir las necesidades de un sector de la
población. En primer lugar se encontraban los pobres, quienes recibían atención médica
gratuita. También se admitían a los presos que eran enviados por los ayuntamientos, los
cuales pagaban su manutención. Igualmente, todo herido era recibido en el hospital y tenía
que pagar los costos del cuidado médico. Asimismo, los pensionistas y soldados eran las
8 Archivo General del Estado de Nuevo León (en adelante AGENL), Colección de leyes, decretos y
circulares, caja 2, ley de egresos, 16 de diciembre de 1869. 9 Zavala,Juan Roberto, Historia de la Educación Superior en Nuevo León , pp. 125-126
9
otras personas que podían tratarse en este establecimiento. El resto de la población tenía que
visitar a los médicos particulares para atender sus problemas de salud.10
Aunque la cobertura era limitada, la labor del Hospital Civil representó un proyecto social
importante a cargo del gobierno del estado que atendería principalmente a los sectores
desprotegidos. Dentro de esta visión, las actividades del Hospital Civil se conjuntarían con
la formación de los nuevos especialistas médicos egresados del Colegio Civil, con lo que se
vislumbraba la solución de los problemas de salubridad pública en el estado.
IV. PROGRAMACIÓN Y EJERCICIO DEL PRESUPUESTO.
En la implantación de la política de gasto del gobierno de Nuevo León se ubicaban dos
obstáculos importantes que limitaban seriamente su efectividad: la baja recaudación producto
de la reforma fiscal y la necesidad de atender rápidamente las urgencias militares. En el
primer aspecto, como ya se mencionó, se llevó a cabo un proceso de sustitución de alcabalas
por impuestos directos, el cual se presentó una serie de dificultades que restringieron los
niveles de captación tributaria en el estado.
El principal problema para la eficacia fiscal radicaba en que no se contaba con
estadísticas confiables que pudieran servir de base para la evaluación de los impuestos que
debería pagar cada contribuyente. Ante esta situación, el gobierno estatal había fijado el pago
de una cuota de contingente que debería cubrir cada municipio pero el monto de éste y su
distribución entre los contribuyentes resultaba vago y arbitrario, lo que ocasionaba una serie
10 AHM, Impresos II, vol. 10. Reglamento para el Hospital Civil, 12 de enero de 1869.
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de quejas. Bajo las condiciones de la época, la puesta en marcha de un proceso de
modernización fiscal resultaba sumamente complicada dado que se debía esperar que se
efectuaran los trabajos de estimación del valor de las propiedades, por lo que sus esfuerzos
se deberían reflejar en el largo y mediano plazo y no de manera inmediata.11
Por estas razones, los montos obtenidos en la recaudación fiscal del territorio de
Nuevo León eran inferiores a los que se percibían en las alcabalas, con lo que se presionaba
de manera importante a las finanzas estatales. En esta condición, el proyecto liberal local,
aunque pretendía simplificar y optimizar la captación de impuestos en beneficio de las
actividades económicas, fue perjudicado dadas las dificultades que conllevaba la falta de
ingresos públicos suficientes. Por este motivo, en la mayoría de los estados del país no
suprimieron las alcabalas hasta el acuerdo de 1896.
Con respecto a las necesidades de seguridad pública, el gobierno del estado pretendía
contar con partidas especiales que no desviaran los recursos de la administración pública
hacia el sector militar, ya que, como era bien conocido, este rubro se constituía en el principal
obstáculo para el buen funcionamiento de la hacienda nacional y de los erarios estatales. Una
de ellas se derivaba del compromiso del gobierno federal de otorgar un subsidio a los estados
del norte del país que padecían el problema apache. Este apoyo consistía en la cantidad de
60 000 pesos anuales y significaba la asunción de la responsabilidad de régimen de Benito
Juárez para resolver esta situación que era considerada la principal amenaza para el desarrollo
económico de la región.
11 Peña, Antonio, “Problemática fiscal en Nuevo León durante la administración de Jerónimo Treviño. (1867-
1871).
11
Además de esta partida, el gobierno del estado había organizado un fondo especial
compuesto de las cuotas de exentos de guardia nacional para financiar las actividades
militares requeridas en cualquier momento. Esta disposición se fundamentaba en que los
ciudadanos que podían ser reclutados para la guardia nacional podían evitar su incorporación
mediante el pago de cierta cantidad y con ello, contribuían al sostenimiento financiero de las
tropas. Aunque, en realidad, esta medida era una concesión a los sujetos más ricos para evadir
el servicio militar, resultaba de utilidad para el apoyo de las acciones castrenses efectuadas
en el estado.
Aunque se realizaba un esfuerzo para minimizar el efecto de los gastos militares en
el funcionamiento de la administración pública, en la práctica, esto no se pudo llevar a cabo.
Como se va a tratar a continuación, el panorama de inseguridad ocasionado por los ataques
apaches, las rebeliones locales y los actos de bandolerismo obligaban a la pronta inyección
de recursos que no se contaban porque los fondos destinados para ellos eran insuficientes
para proveerlos. De esta manera, se presionaba de manera importante a las finanzas estatales
que ante los resultados infructuosos de la reforma tributaria permanecían en una posición
sumamente endeble.
Una forma de analizar la dinámica del gasto público en Nuevo León lo constituye su
revisión a partir del diseño del presupuesto y de su aplicación en la vida práctica. Según
Marcelo Carmagnani, esta disposición puede ser considerada desde la óptica liberal como un
instrumento de programación económica. Bajo esta perspectiva, el Estado no solo se
concentraba en gobernar y proteger a la población y respaldar el sistema judicial sino que
12
también debía realizar labores de promoción del progreso económico y cultural y esto
quedaba reflejado en la organización del presupuesto de gastos públicos.12
En el caso de Nuevo León durante la administración de Jerónimo Treviño el
presupuesto de egresos estaba dividido en siete áreas: Poder Legislativo, Poder Ejecutivo,
Poder Judicial, Tesorería General, Imprenta, Gastos Generales y Gastos del Colegio Civil y
Hospital Civil. En los primeros cuatro, el presupuesto estaba destinado primordialmente a
cubrir los sueldos de los empleados. En el rubro de imprenta, además de las remuneraciones
al personal se fijaba una cantidad para solventar los gastos de la imprenta y del papel. El
concepto de gastos generales correspondía al monto previsto para el pago del porte de la
correspondencia, el servicio de la diligencia, la recomposición de edificios públicos y de
gastos no esperados. Finalmente, como gastos de nueva creación se encontraban los
relacionados con el Colegio Civil y Hospital Civil.13
El primer presupuesto que rigió durante la administración de Treviño fue el elaborado
en la ley del 29 de febrero de 1868. En ésta se contemplaba un gasto total de 97 876 pesos
que incluía el pago de 15 mil pesos por concepto de contribución federal, por lo que en el
gasto público del gobierno del estado se destinaron 82 876 pesos sin la consideración de los
egresos militares.14
En la práctica no se pudieron separar los gastos exclusivos de la administración
pública con los que correspondían a los militares. La promesa del gobierno federal de otorgar
el subsidio para la guerra en contra de los bárbaros no se podía cumplir integralmente. En el
12 Carmagnani, Marcelo, Estado y mercado, pp. 14-16 13 AGENL, Hacienda y Tesorería. Monterrey, caja 39 14 AHM, Impresos II, vol 10, Ley de hacienda pública, 29 de febrero de 1868
13
año fiscal de 1868, el gobierno de Nuevo León recibió solamente 10 990.72 pesos de los 60
000 pesos que esperaba contar para las partidas castrenses.15 Por ello, ante la necesidad de
realizar medidas para garantizar la seguridad pública de la población local, la administración
de Treviño tuvo que reorientar fondos para apoyar la labor de las milicias y cuerpos de
seguridad en el estado.
Así, de manera conjunta, el gasto público en el año fiscal de 1868 ascendió a la suma
de 139 164.76 pesos. De esta cantidad, los gastos administrativos correspondieron a 58
869.99 pesos (42.3%) y los egresos militares y de seguridad pública abarcaron la cantidad de
62 170.98 pesos (44.67%). El ingreso obtenido en los fondos destinados para dotar de
recursos a las actividades de seguridad pública consistió en 31 988 pesos, por lo que existió
un déficit en el rubro militar de 30 182.98 pesos.16
El año fiscal de 1868 fue sumamente difícil para el gobierno de Nuevo León. A la
necesidad de incrementar los caudales del erario público, la administración de Treviño se
enfrentaba con la problemática del reajuste por el inicio del proceso de modernización
tributaria.17 Para hacer frente a las necesidades generadas por los problemas de seguridad
pública, la administración de Treviño tuvo que solicitar préstamos por la cantidad de 14
591.72 pesos. Además, del presupuesto asignado al Colegio Civil y Hospital Civil se
utilizaron los fondos de manera parcial. El Colegio Civil debió recibir 10 920 pesos pero
solamente gastó 8 296.63 pesos. Mientras tanto al Hospital Civil le debió de haber sido
15 AGENL, Hacienda y Tesorería. Monterrey, caja 40, estado de los ingresos del gobierno de Nuevo León del
año fiscal de 1868 16 AGENL, Hacienda y Tesorería. Monterrey, caja 40, estado de los egresos del gobierno de Nuevo León del
año fiscal de 1868 17 AGENL, Hacienda y Tesorería. Monterrey, caja 40, estado de los ingresos del gobierno de Nuevo León del
año fiscal de 1868
14
entregada la subvención gubernamental de 2 400 pesos pero únicamente percibió 840 pesos.18
En estas condiciones era sumamente complicado para la administración de Treviño iniciar
planes de fomento económico y desarrollo social.
El presupuesto de egresos asignados para el año fiscal de 1869 correspondió a 90 000
pesos. En esta estimación ya no se contemplaba el pago de la contribución federal, por lo que
en realidad representó un aumento de 7 124 pesos (8.6%) con respecto al presupuesto
anterior. Se disminuyó el gasto en el Poder Ejecutivo con la supresión de una jefatura política
en Doctor Arroyo. Como medida especial para cubrir los posibles déficits presupuestales se
destinó una partida de 13 352 pesos, lo que constituía un fondo para casos de emergencia.19
En el ejercicio del año fiscal de 1869, se tuvieron que utilizar 121 103.43 pesos,
incluyendo los egresos del ramo militar. Los gastos para el funcionamiento de la
administración, excluyendo las actividades militares consistieron en 77 865.17 pesos,
tomando en cuenta también el dinero destinado al pago de los préstamos solicitados cuando
se presentaba una situación de amenaza a la seguridad pública.20
En esta ocasión, la administración de Treviño contó con mayor apoyo del gobierno
federal ya que éste le envió 32 709. 28 pesos del subsidio de la guerra en contra de los
bárbaros. Así tan siquiera le entregó más del 50% de la cantidad prometida. Junto con estos
recursos, la cuota de exentos de la guardia nacional conjuntó la suma de 14 780.03 pesos.
Con esto es constituyó un fondo para las actividades militares del año fiscal de 1869 de 47
18 AHM, Impresos II, vol. 10, Ley de hacienda pública, 29 de febrero de 1868 y AGENL, Hacienda y
Tesorería. Monterrey, caja 40, estado de los ingresos del gobierno de Nuevo León del año fiscal de 1868 19 AHM, Impresos II, vol. 10, Ley de hacienda pública, 12 de enero de 1869 20 AGENL, Hacienda y Tesorería. Monterrey, caja 43, estado de los egresos del gobierno de Nuevo León del
año fiscal de 1869
15
489.31. De esta manera, las cuentas estatales en el rubro militar presentaron un superávit de
4 414.94 pesos. Así se veía manifestada la importancia que tenía el cumplimiento del subsidio
federal para la guerra en contra de los bárbaros.21
Como el sistema tributario en Nuevo León todavía no se había asentado con solidez
en este periodo, el gobierno estatal padecía el problema del flujo irregular de recursos. Al
igual que en el año fiscal anterior, la administración de Treviño tuvo que solicitar préstamos
para la cantidad conjunta de 8 040 pesos. Además, las partidas para el Colegio Civil y el
Hospital Civil no fueron respetadas, otorgándosele al primero 9 779.17 pesos de 11676 pesos
que le fueron asignados; mientras que al segundo solamente le fue entregada la cantidad de
318 pesos de la subvención de 24 000 pesos.22
Para el año fiscal de 1870, la ley del 16 de diciembre de 1869 le asignó al gobierno
un presupuesto de egresos correspondiente a la suma de 77 820 pesos. La disminución
presupuestal obedeció primordialmente a la desaparición dentro del rubro de gastos generales
de la partida destinada a cubrir los déficits en el erario público. El resto de la organización
del gasto permaneció sin muchas variaciones, solamente se incrementó notablemente la
cantidad de pensionados del Colegio Civil que se educaban por cuenta del estado, ya que de
nueve en 1869 pasaron a 22 en 1870.23
El gasto conjunto en actividades administrativas y militares del gobierno del estado
en el año fiscal de 1870 correspondió a 161 213.87 pesos. Esta suma fue elevada en
21 AGENL, Hacienda y Tesorería. Monterrey, caja 43, estado de los ingresos del gobierno de Nuevo León del
año fiscal de 1869 22 AGENL, Hacienda y Tesorería. Monterrey, caja 43, estado de los ingresos del gobierno de Nuevo León del
año fiscal de 1869 23 AGENL, Colección de leyes, decretos y circulares, caja 2, Ley de egresos, 16 de diciembre de 1869
16
comparación a los años anteriores debido primordialmente a las acciones de la rebelión de
Pedro Martínez y Ambrosio Ayarzagoitia. Los gastos militares se incrementaron
considerablemente llegando a alcanzar la cantidad de 75 498.54 pesos. Asimismo, la
construcción del edificio del Colegio Civil aumentó la inversión de un monto no contemplado
en el presupuesto que consistía en 7 000 pesos.24
A pesar de las condiciones más exigentes en materia financiera para enfrentar las
rebeliones, el gobierno del estado contó con una porción pequeña del subsidio federal para
la guerra en contra de los bárbaros, ya que en este periodo fiscal le fue entregada la suma de
12 538.48 pesos.25 Para complementar la cantidad destinada a los fondos militares,
desafortunadamente, no se encontró la información sobre las cuotas de exentos de la guardia
nacional.
Ante los resultados limitados de la reforma fiscal, la administración de Treviño, para
financiar las operaciones bélicas, solicitó préstamos por la cantidad de 39 198.50 pesos, suma
considerablemente elevada, lo que indicaba las urgencias del gobierno del estado.
Finalmente, como en los años anteriores, el Colegio Civil y el Hospital Civil fueron
sacrificados ya que el primero recibió solamente 7 877.12 pesos de los 10 060 asignados en
el presupuesto de egresos y al segundo se le entregó 819 pesos de la subvención de 2 400
pesos.26
24 AGENL, Hacienda y Tesorería. Monterrey, caja 47, estado de egresos del gobierno de Nuevo León del año
fiscal de 1870 25 AGENL, Hacienda y Tesorería. Monterrey, caja 47, corte general de productos e inversiones de las rentas
del estado de Nuevo León en el año fiscal de 1870 26 AGENL, Hacienda y Tesorería. Monterrey, caja 47, corte general de productos e inversiones de las rentas
del estado de Nuevo León en el año fiscal de 1870
17
El esfuerzo financiero del gobierno de Nuevo León por atender los problemas de
seguridad pública resultaba ser muy cuantioso, pero era necesario por la importancia de esta
cuestión en la política local y nacional. La percepción de los políticos locales sobre esta
problemática la refleja Lázaro Garza Ayala en su discurso ante el Congreso del Estado
cuando era gobernador interino. Con respecto a este tema, este funcionario señaló lo
siguiente:
Los gastos del Estado habrían sido menores y menores los peligros de una
perturbación del orden, si se les hubiera atendido puntualmente con el auxilio de la
subvención acordada al Estado y subsistencia de una fuerza armada que le diera
garantías contra las incursiones de los bárbaros; mas no ha sido así por desgracia y
el Estado ha hecho por su cuenta el enorme gasto de sostener por once meses la que
organizó con la esperanza de obtener mas tarde el reembolso del valor de su
presupuesto. Sus servicios han sido tan provechosos que en todos los momentos del
peligro se han utilizado con buen éxito.27
Para el año fiscal de 1871, le fue asignado al gobierno del estado un presupuesto de
egresos consistente en la suma de 75 579.28 Con esto, se continuaba un proceso de
disminución en los niveles del gasto público con el objetivo de presionar en menor grado la
recaudación de impuestos. El año fiscal de 1871 no se desarrolló de manera regular debido a
27 AHM, Impresos II, vol. 10, Discurso del gobernador interino Lázaro Garza Ayala, 16 de septiembre de
1870 28 AGENL, Colección de leyes, decretos y circulares, caja 2, ley de hacienda pública, 13 de diciembre de
1870
18
la rebelión del gobernador Jerónimo Treviño que se levantó para apoyar la causa de Porfirio
Díaz en el Plan de la Noria.
V. CONSIDERACIONES FINALES.
Lo que se observa de la información proveniente de la programación del presupuesto de
egresos y de la aplicación del gasto público es la mayor prioridad que poseían los asuntos
concernientes a la seguridad pública. A pesar de que el gobierno del estado intentó conservar
la regularidad en las finanzas destinadas exclusivamente al funcionamiento de la
administración pública, no se pudieron aislar las necesidades militares del desarrollo
administrativo.
Esto tuvo como consecuencia la complicación del proceso de modernización fiscal
ya que se requirió extraer más recursos para las arcas estatales. En estas condiciones era
difícil estabilizar un nuevo sistema fiscal, con lo que se acentuaba las penurias del erario
local. Así que se estableció una relación extremadamente estrecha entre seguridad pública y
finanzas estatales. Para pacificar el territorio era necesario contar con recursos suficientes
que no se podían obtener de la nueva estructura fiscal debido a la inestabilidad generada por
la inseguridad pública que ponía mayor presión sobre el equilibrio entre egresos e ingresos
en el presupuesto del gobierno del estado.
Asimismo, el énfasis en los asuntos militares provocaba el descuido de las labores del
gobierno del estado como promotor del desarrollo social. Dado el carácter de urgencia que
presentaron ciertos eventos locales, se reorientaron los recursos que estaban programados
para apoyar las actividades del Colegio Civil y el Hospital Civil que correspondían a las
nuevas responsabilidades del gobierno como parte del proyecto liberal local.
19
Como se aprecia, a pesar del interés marcado de la administración de Treviño en
promover la educación elemental, la media superior y las cuestiones de salubridad, la
capacidad del gobierno del estado era limitada, por lo que se trabajó de manera restringida
en estos rubros. Sin embargo, estos proyectos sirvieron de justificación ideológica para
demostrar que el gobierno de Treviño estaba preocupado por desarrollar una sociedad
moderna que contara con una cultura científica, racional y humanística.
ARCHIVOS
AGENL: Archivo General del Estado de Nuevo León
AHM: Archivo Histórico de Monterrey
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