Georges Perec - Especies de espacios

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Especies de espaciossGEORGESPERECEspecies de espaciosTraducci6n de Jesus CamareroMONTESINOSIpara Pierre GetzlerPrimera edicion: Abril. 1999 Segundo edicion: Octubre, 2001 Tercera edicion: Dewbre, 2003 Cuarta edicion: Novlembre, 2004 Quinta edicion: Noviembre. 2007 © Introducci6n: Jesus Camarero © Edicion original: Especes d'espaces, Editions Galilee, Paris, 1974 Edicion espanola propiedad de Ediciones de Intervencion Cultural Disefio: Elisa Nuria Cabot Ilustracion de cubiert

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    Especiesde espacioss

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    GEORGES PEREC

    Especies de espacios

    Traducci6n de Jesus Camarero

    MONTESI NOS I

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    para Pierre Getzler

    Primera edicion: Abril . 1999Segundo edicion: Octubre, 2001Tercera edicion: Dewbre, 2003Cuarta edicion: Novlembre, 2004Quinta edicion: Noviembre. 2007 Introducci6n: Jesus Camarero

    Edicion original: Especes d'espaces, Editions Galilee, Paris, 1974Edicion espanola propiedad de Ediciones de Intervencion Cultural

    Disefio: Elisa Nuria CabotIlustracion de cubierta: M, R. Cabot

    ISBN: 978-84-95776-72-3Deposito legal: B-52,163-07

    lmprime TrajecteIrnpreso en Espana

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    ESCRIBIR Y LEER EL ESPACIO

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    EI espacio y el tiempo. EI tiempo y el espacio. Dos cate-qories que sirven para explicar toda realidad, dos coorde-nadas que se entrecruzan para decir un algo antes indefi-nido, inexistente. Todas las preguntas posibles pueden serrespondidas por medio de estos dos ejes: aunque unasrealidades sean mas temporeles y otras mas especie-tes-iet registro especiotetnporel, la hibridaci6n 0 amal-gama de ambos es la dimension de un concepto filos6ficoque permitire resolver e/ dilema por medio de un binomio,de dos tetminos contrapuestos pero complementarios einseparables, porque una reaJidad no puede ser explicada,ni siquiera pensada, sin reouetir la presencia de esta dobleidea.Hay realidades que se desarrollan tienen lugar en el

    tiempo, es decir, tienen un comienzo y un final. Son obser-vadas en un continuum, en una duraci6n, sin un comienzoo un fin evidentes 0 visibles y en desarrollo 0mutaci6n per-manente. As), el tiempo parece estar presente en la reali-dad cotidiana del hombre, aunque bien es verdad que de

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    una manera un tanto inasible, inaprensible, inmaterial. EItiempo es una nocion sin referencia, una idea que tiene unmenton de palabras para no referirse a ningun objeto con-creto (en el sentido mas referencia/), sino a sensaciones 0aprehensiones de una experiencia impuesta por las cos-tumbres humanas, obligadas a su vez por el devenir cos-mico implacable (noche/dfa, veranolinvierno, etc.), y notanto por un acto intelectivo, preqmeuco 0experimental. Unreloj es una maquina que no produce nada 0 que no se re-fiere a nada, solamente es una cifra 0 conjunto de cifras deuna ebstreccion (las horas, los minutos, los segundos) por-que 1 0 realmente material que esta ocurriendo en ese ins-tante del deeir la hora, de 'mercer' el tiempo, es el mo-vimiento astral 0 estronomico de unos objetos /lamadosTierra, Sol, Luna, etc., el sistema en que nuestro planetaesta inmerso y cuyo devenir temporal, precisamente, esalgo irreal, inaprensible por 1 0 menos para el ser humano,para el terrfcola de a pie... (I.,euantotiempo ha transcurridodesde el Big Bang? I.,en que momento preeiso de eseaeonteeimiento nos encontramos ahora? I.,cuanlo nos que-da de esa expansion eontinuada produeto del Big Bang?).Por 1 0 tiemes, nuestra nocion del tiempo tampoco se ajus-ta a peremetros demasiado claros: un minuto de un sect-dente de trstico puede parecer una vida entera, mientrasque una experiencia supetficial 0 banal desaparece ense-guida de nuestro consciente. Sin embargo parece claro queel tiempo se asimila a una percepcion de nuestra existen-cia que podrfa ser identificada con categorfas como la du-recion, la consecutividad, la ilecion, la causa-efeclo, /a or-denecion, la deauccion, la setiecion, etc.10

    Por otro lado, el espacio es una dimension, una exten-sion, una materialidad, una realidad, una configuracion,una estructura, la inauccion, la aisominecion, la fragmen-tscion.: Todo tiene /ugar en el espacio, todo es el espacioo todo es espacio u oeupa un espacio (Ia teoria de los agu-jeros negros ha demostrado que e/ vacfo tsmoien ocupasu lugar junto a 1 0 aemes), la materia y la antimateria; el/lenolvacfo es el espacio dinemico 0 la dinamica de unespacio siempre en trensiormecion (como la materia quees), porque no hay ortncipio ni fin, sino cambio incesante ytrenstottnecion evolutiva 0 involutiva de una materialidad.La oroenecion del espacio (soraensaon es un terminoesimiledo en principio a 1 0 temporal, como muchos otrosterminos que fluctUan incansablemente de un campo con-ceptual a otro y viceversa, 1 0 cual da idea del confusionis-mo que a veces recubre los conceptos de tiempo y deespacio), la ordenecion del espacio supone asf pues unacontiqumcion 0 estructura, una disposicion de la materiadiseminada 0 dispersa que no es una treqmentecion ceo-tice 0dinamitada de la materia, sino agrupaciones nuclea-res de! todo en multiples partes, entre las que se estable-cen y mantienen relaciones de variada tipologfa y nivel(proximidadldistancia,asimilacionldisimi/acion, analogialdi-ferencia, eoosicion/contreposicion, y cuantas se quierandescubrir 0poner en funcionamiento).Ademes, respecto del Big Bang, origen de toda la materiaconocida, el espacio que compartimos en te galaxia y , enconcreto, en nuestro planeta (dande el hombre desarrollasu actividad) es simplemente una parte del todo separadoy disperso, es decir, una perticion 0 fragmento que encaja-

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    ba anteriarmente con atras partes en un todo superior ini-dentificable al dfa de hay. Par tanta no se puede cancebirel especio como tatalidad sino como treqmento, iniciendoasf una dinemice extensianal que hace que todo 1'0espa-cial se asimile a 1'0fractal, de modo que pensar el espaciaes establecer ya de entrada un ardenamiento en las ideasque respanda a esa ireqmentecion propiamente dicha delabjeta especiet.

    La vision del fragmenta, su analisis y enuncia cion, estcam a fa sintesis de esa treccion que se 'Opera sistematicay cantinuamente en la realidad, san un tema topico en lal iteratura perequiene. Desde la primer a nave/a, Las Casas,/a treqmentecion del devenir narrativa de unos persanajesen una histaria, la tragmentacion de un mundo concreto, sehace a partir de la presencia en el texta de cerea de unmillar de objetos diferentes, enumeradas tadas elias sinarden texonomtco, pero can una cuidada y prudente dositi-cecion. EI munda que algunos representan como una to-talidad a, el menos, baja la farma de un mensaje traseen-dente de una to talidad, no es sino el canjunta de multiplescasas u abjetos que surgen par daquier, sin arden aparen-te, aunque a veees se les pueda dar una oroenecion (veen-se las teorfas de Baudrillard a Males al respecta). Ta/ as elprimer desaffo que Peree plantea aJlector. Pero, de heche,tada su obre se plantea como una percetecion de fragmen-tos diferentes que no tienen par que canstituir un tooo; aun-que el todo exista, es decir, hay pademas ya tener la visiondel conjunta cerrada de la abra de Perec, pero sus obres,en tanta que son cada una de elias una unidad difereneia-12

    da en reiecion a las oties. canstltuyen una red intenstsimey significante en la que cada elemento ha guardada su sen-tldo de farma eutonome. No hay valuntad de crear un todo,sino dispersi6n enriquecida de oores/eepecios diferentes ycast euterquicos dande el escritor perfarma un proyectosingular.Como Se Ve' el pasa del tiempo apenas sf IIega a signifi-

    car en Las Casas _ y ; del mismo modo, apenas si t iene va-lor una interpretaci6n diecronice de /a produccion pere-quiana. AI final de la vida de Perec (Ia vida ieS un tietnpo'0 es un 'eepecior), 0poco antes, apareee La Vida instruc-ciones de usa: las abras acumuladas durante enos, las ex-perimentos que enriqueeieran et taller oul ipiano se tundenen un erisol majestuaso y gigantesco; es la orqeruzecionpautada mediante formulas logica-matematicas 10 quepermite gestionar ese munda aparentemente ceotico dela ecumuiecion objetal; la sfntesis arganizada y sistemicede las objetos, de las personejes, de las histarias, esdecir, del cumuto fragmentario, queda realizada y resuel-fa plena mente en un ediiicio-noveie de navelas dandecabe todo, donde se relaeiana todo; pero ese todo esreletivo, es apenas una meteiore del munda, parque eltoda es inabareable y porque el texto utererio s610 puedepretender emular (can cierto desvfa edemes) la realidaden que se inspire.De este modo, aunque sea ligeramente, queda enterado

    elleetor que escrlbe la /ecturade La Vida instruccionesde uso, asi se apraxima y lIega a aprehender el fragmen-to, no se sabe si para eoropierseto en una siniesis demen-te y perenoice, a sf para determinar eun mas exactamen-

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    te su pequefia partfcula de existencia. En cualquier caso,recorrer el cosmos fragmentario de un espacio, que es elnuestro, mediante otro espacio, que es el de Perec, no pa-rece en absoluto una aventura desdefiable ni tampoco irus-til, porque 1 0 importante del recorrido es precisamente des-pfazarse por todas y cada una de sus partes, dispersarse;diseminarse, sin perderse ...Pero tembien este la retiexion sobre el vecio, en el capf-

    tulo dedicado al apartamento (que, para aoicsmet: te, esdonde se vive), con una meticulosa oescripcior: de esa con-tiqutecion espacial que es donde realizamos nuestra vida 0que es la referencia de muchos de nuestros movimientos,acciones, decisiones... Formular la idea del vacfo es 1 0mismo que denunciar la cumatecion 0orotiterecion objetal.Poco cuenta el lado desde el que contemplamos la reali-dad: tan pronto este repleta como se vacfa horrorosamen-te, y su entidad puede depender hasta del estado de animodel lector. La dinamica del vecio supone un horror queenseguida demanda la presencia de algo. La dtnemice dela plenitud sufre por la repiecion y el empacho y lucha pordesembarazarse de algo. En ambas se trata de los mis-mos componentes que entran y salen del espectro con-ceptual. Y la respuesta no esta precisamente en el am-bito objetaI, sino en el propio individuo; de ahf que elvacfo existencial-personal de Perec en una importanteetapa de su vida, asf como su vivencia de una epoce dedesarrol/ismo, sean los factores determinantes de la apa-rlcion penice de los objetos.Yesto tiene que ver tembien con cierto rasgo autobiogra-

    fico que salpica muchas de las paginas del libro. Ademes14

    .te los episodios mas especificamente eutcoioaretcoe, co-mo la aventura dual de W 0 el recuerdo de la infancia, haymuchas obras -mayo res y menores- de su produccion quecontienen elementos de aquel/os fragmentos de espacioque podrfan ser definidos como vivencieles, que rea/-mente tuvieron como protagonista perceptivo a Perec yque son trasladados al texto en virtud precisamente dequel/a vivencia 0 experiencia vital. De este modo, la etu-cobrecon teonce del espacio queda asociada felizmente aterepresentecion de unas vivencias de ese mismo espacio.

    Especies de espacios es un espacio que habla del es-pacio. Es un texto que es un espacio tejido alrededor demultitud de nociones configuradas habitualmente comoesoecio. No es precisamente el espacio coermco 0 estro-n6mico, sino mas bien ese espacio tan cotidiano y familiarde nuestro habitat (mas bien urbano) que adquiere aqufestatuto de protagonista, que se convierte en objeto deestudio y de elucubrecion. Curiosamente ese espacio sehace objeto en este libro 0 jus to antes de la escritura deeste libro, pero 10normal es que el espacio contenga en suseno 0 en su perfmetro multitud de objetos, que se con-vierten tembien en objeto junto al espacio que los abarca,para ser aprehendidos, escritos, representados, leidos,gozados, manipu/ados 0, inc/uso, destruidos (en el sentidode otvidad os)_EI libro, al principio, aparece como disperso, como un in-

    tento de recoger los fragmentos diseminados de una toteli-dad, que sin embargo no exlstirie mas que como idea va-ga y fluctuante. Despues, la minuciosa estructuraci6n je-

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    rerquice que ordena los capftulos (sin numerscion, porquela jerarqufa ya inc/uye la ordenecion cuali tat iva) extiendeel libro como una a/fombra, de modo y manera que ellec-tor-visualizador de estos espacios fragmentados puedarecorrer el espacio dellibro tan libre y creativamente comoIe apetezca. No hay Ifmite para ellector-andarfn que es-tuviere afectado por un acceso de bulimia espacial: comoellibro recorre todos los espacios, desde la pagina (don deese lector se encuentra obviamente) hasta la esencia delespacio-espacio, pasando por una tipologfa mas bienurbana pero globalizadora, entonces 10unico que hay quehacer es dejarse lIevar a troves de los innumerablesfragmentos de espacio en que se estructuran los diferen-tes tipos de espacio.Semejante tecnice no requiere pIanos ni bnijutee, ni tam-

    poco un programa de mano, ni un/una gufa, ni siquiera elindice (que a pesar de todo se inc/uye), unlcemente bastacon dejarse IIevar, es decir, con leer y leer, aquf y alia, ha-cia delante ... 0 atras, empezando por el final si se desea yretracediendo seccion por seccion hasta el inicio. No seolvide que ellibra es un volumen, un especto en el sentidoffsico y material, un conjunto de signos acumulados pormedio de reglas complejfsimas y depositados en un sopor-te-cofre tridimensional que se puede manipular maravillo-samente bien por el lector (visualizador y manipulador),que puede trabajar con las infinitas partes de aquel objetoy realizar asf un ejercicio absolutamente estetico. Porqueen el espacio no hay secuencia, sino extension, y el reco-rrido siempre puede variar, a menos que situaciones 0con-diciones muy especiales 1 0 impidan de modo muy severa.

    I I

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    sa extension fragmentada, diseminada, disperse, no esmas que la reproduccion 0 representecion descrita deta-l Iadamente del mundo y de las cosas, pera de un modoque pone al descubierto cierta desnumenizecion de esentorno en el que el hombre ha perdido un protagonismoque siempre hubiera debido conservar.EI prablema, clara esta, no es del libra mismo (que se

    IImita a representar un estado de las cosas, de ahf su ca-teeter marcadamente sociotoqco), sino del hombre con-temporsneo que es el sujeto (()odavia 1 0 es?) y el presun-to proteqonist de una ectuecion rebajada en sus ex-pectativas y en los modos de su ectuecion. Pero el espaciosigue siendo la extension y la trenstormecion, es decir, undevenir permanente y extensional de la materia, 0 su ma-nitestecton mas radicalmente representada. Si el tiempo esuna invencion artificial yautoimpuesta que se eiiede a todocto humano (inc/uso se pretende a veces aplicarla a lasosas, 1 0 cual es un sintome de un estado de subjetividadque raramente podrfa evitar acabar en la locura), si pareceinevitable dotar de un tiempo a esa durecion. que es eldiferir el comienzo y el final del acto de la lectura (esquemaque hay que combatir por obsoleto y contrapraducente),ontonces parece que hay un tiempo de la lectura que ellec-tor emplea para consumir ellibro ...Pera hay libros como este en que esta operecion no

    basta. Ellibra no se acaba en la ultima pagina leida 0 nu-merada como ultima: muy al contrerio, cada punto de in-sercion de la mirada del lector resulta ser un comienzoInesperado de la lectura que, edemes, no tiene por quencabar en un punto de te rmina do, porque este punto no

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    existe y puede no existir tampoco la voluntad del lector determinar, en ese /ugar precise, su lecture. No se trata basi-camente de un modo distinto de leer, sino de saber apra-vechar estrategicamente la facultad del leer, consumiendoadecuadamente el objeto inte/ectua/ de este libra, La ma-queta poco convencional, /a tipoqreiie variable y nada mo-notone, la amplitud del soporte poco saturado de signos, /abrevedad 0justo desarrollo de los principios allf expuestos,la mlsma jerarqufa modular de la tipotoqi especiel.: Todoello ayuda a construir sin dude un /ibro diterente. El ultimocapftulo, t itulado "repertotio de algunas palabras uti lizadasen esta obre", es un recenso nada gratuito de tetminos queaparecen en el texto (una sola vez cada uno de ellos, seivolas cerezee, que aparecen en dos paginas distintes).Como si de La vida instruccianes de usa se tratara, /a listade tetminos (nombres comunes, propios y tetminoe varios,como et libro mismo) parece haber organizado a/go en e/

    II momenta de la escritura, 0 tembien es pos/ble que su apa-I ncion a/final no sea mas que otro juego especu/ar ypere-

    quiano, pero en cua/quier caso define bastante bien e/cerecter texonomico de una escritura liberada. de las cons-tricciones habitua/es del narrar, dejando al mismo tiempo aldescubierto las posibles entradas 0 puntas de acceso deuna /ectura extensiva y multipuntual, cuya multidireccionali-dad es e/ factor mas importente a /a hora de construir unnuevo modo de consumo de 1 0 literario que pasa par acer-

    , 'IIfi

    car a/lector a /a escritura.Esta inflexion operada sabre el acto creativo moderno

    define tsmbien una caracterfstica de la /iteratura realmentenueva: que escri tura y lectura no tienen par que ser actos18

    lIt/tagonicos (aunque puedan estar separados de algunamanera) y que ellector este lIamado a ser mucho mas acti-vo y protagonista, compat1iendo can el autor la actividadoscri tural. Can 10cual no habrfa ya un escritor y un lector,sino dos escritores: el autor y ellector.

    JESUS CAMARERO

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    ESPACIOESPACIO LIBREESPACIO CERRADOESPACTO PRESCRlTOFALTA DE ESPACIOESPACIO CONTADOESPACIO VERDEESPACIO VITALESPACIO cameoPOSICI6N EN ELESPACIOESPACIO DESCUBIERTOI)ESCUBRIMIENTO DEL ESPACIOESPAClO OBLICUOESPACIO VIRGENESPACIO EUCLIDIANOESPACIO AEREOESPACIO GRrSESPACIO TORCIDOESPACIO DEL SUENOBARRA DE ESPACIOPASEOS POR EL ESPACIOGEOMETRiA DEL ESPACIOMIRADAQUE EXPLORA EL ESPACIOESPACIO TIEMPOESPACIO MEDIDOLA CONQUlSTA DEL ESPACIOESPACIO MUERTOESPACIO DE UN INSTANTEESPACIO CELESTEESPACIO IMAGINARIOESPACIO NOClVOESPACIO BLANCOESPACJO DEL INTERIOREI PEAT6N DEL ESPACIOESPACJO QUEBRADOESPACIO ORDENADOESPAClO VJVIDO

    ESPACIO BLANDOESPACJO DISPONlBLEESPACJO RECORRIDOESPACIO PLANOESPACIO TIPOESPACIO EN TORNOTORRE DEL ESPAClOA ORIUAS DEL ESPAcroESPACIO DE UNA MANANAMIR ADA PERDIDA EN ELESPACIOLOS GRANDES ESPACfO1.11EVOLUCl6N DE LOS ESPACIOESPACIO SONOROESPACIO UTERARIOLA ODISEA DEL ESPAcro

    I

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    I II

    Figura l.Me t/ Ja d el o ce an o (extrafdo de Le t caza d e! S na rk , deLewis Carroll)

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    prologo

    E l objeto de este libro no es exacramente el vacio, sinomas bien 10 que hay alrededor, 0 dentro. Pero, en fin, a]principio, no hay gran cosa: la nada, 10 impalpable, 10practicamente inmaterial: la extension, 10 exterior, 10 que(s e xterior a nosotros, aquello en medio de 10 eual nosd splazamos, el medio ambience, el espacio del entor-110.

    E l espacio. No tanto los espacios infinitos, aquellos cu-yo rnutisrno, a fuerza de prolongarse, acaban provo candoalgo que parece rniedo, ni siquiera los ya casi domestica-.los espacios interplanetarios, intersiderales 0 intergalac-Iicos, sino espacios rnucho mas pr6ximos, al menos enprincipio: las ciudades, por ejemplo, 0 los campos, 0 lospasillos del metropolitano, 0 un jardfn publico.Vivirnos en el espacio, en estos espacios, en estas ciu-

    Ilades, en estos campos, en estos pasillos, en estos jardi-IILS. Parece evidente. Quiza deberfa ser efectivamentevidente. Pero no es evidence, no cae por su peso. Es real,rvidentemente, y en consecuencia es verosfmilmente ra-

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    1 [ 1 1

    cional. Se puede tocar. Incluso se puede uno abandonar alos suefios, Nada, par ejernplo, nos impide concebir co-sas que no sedan ni las ciudades ni los campos (nilasafueras); 0 los pasillos del rnetropol irano que sedan alrnismo tiernpo los jardines. Nada tampoco nos irnpideimaginar un metro en plena campo (he visto ya inclusopublicidad sobre este terna pero -2como decir?- era unacarnpafia publicitaria'), Lo que es seguro en todo caso, esque en una epoca, sin duda dernasiado lejana como paraque alguien de nosotros haya guardado un recuerdo sufi-cientemente preciso, no habra nada de esto: ni pasrllos,ni jardines, ni ciudades, ni campos. El problema no estanto el de saber como hemos llegado, sino simplemen-te reconocer que hemos llegado, que estamos aquf: nohay un espacio, un bello espacio, un bello espacio alrede-dor, un bello espacio alrededor de nosotros, hay cantidadde pequefios trozos de espacios, y uno de esos trozos esun pasillo de metropolitano, y otro de esos trozos es unjardfn publico; otro (aquf entramos rapidarnente en es-pacios mucho mas parricularizados), de taHa mas bienrnodesta en su origen, ha conseguido dimensiones colo-sales y ha terminado siendo Paris, mientras que un espa-cia vecino, no menos dotado en principia, se ha conten-tado can ser Ponroise. Otro mas, mucho mas grande yvagamente hexagonal, ha sido rodeado de una lfnea depuntos (innumerables acontecimientos, algunos de ellosparticularmente graves, han tenido su unica razon de seren el trazado de esta lfnea de pumas) y se decidio que

    "" I

    1 . Nota de TEn el original "en pleine wmjlagne" se opone a "ccl1l1jJaglzepubl icitaire", juego de significantes que se piercle en espafiol.24

    ruc lo 10 que se encontraba dentro de la IInea de puntas(.swrta pintado de violeta y se llamarfa Francia, mientras(P IC todo 10 que se encontraba fuera de la linea de puntosloSI ada pintado de un color diferente (pero fuera de dichoIlcxagono no se rendia a colorear de un modo uniforme:I,ll trozo de espacio querfa su propio color y tal otro que-ria uno distinto, de ahi el famoso problema ropologicode los cuatro colores, todavfa sin resolver en nuestros,Iins) y se llamarfa de otra manera (de hecho, durante noIloCOS afios, se ha insistido mucho en pintar de violeta

    ;1 1 misrno tiempo que se les llamaba Francia- trOZOSde.spacio que no pertenecfan al susodicho hexagono, e in-Iluso a menudo estaban muy lejos, pero en general no se11;111 consol idado dernasiado).E n resumidas cuentas, los espacios se han multiplica-\ 1o, fragmentado y diversificado. Los hay de todos losru rnaf ios y especies, para todos los usos y para codas lasIunciones. Vivir es pasar de un espacio a otro hacienda 10posible para no golpearse.

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    l) , SI SE PREFlERE:ACTO UNO

    Una voz (off): Al norte, nada. Al sur, nada. Al este, nada.Al oeste, nada.En el centro, nada.

    Cae el telon, Fin del acto uno.

    ACTO DOSUna voz (off): Al norte, nada. Al sur, nada. Al este , nada.

    Al oeste, nada.En el centro, una tienda de campafia.

    Cae el telon. Fin del acto dos.

    ACTO TRES Y ULTIMOUna voz (off): Al norte, nada. Al sur, nada. Al este, nada.

    Al oeste, nada.En el centro, una rienda de carnpafia,y ,delanre de la tienda,un ordenanza dando crema a un parde botasJCON BETON LION NOIR ~

    Cae el relon.Fin del acto tres y ultimo.

    (Auror descooocido. Aprendido hacia1947, recordado en 1973.)

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    o TAMBIEN:En Paris} hay una calle;en esta calie, hay una casalen esta casal hay una escalera;en esta escalera, hay una habitacion;en esta babitacuin, hay una mesa;s o b r e esta mesa} hay un tapete;s a b r e estetapete, hay una jaula;en esta jaula, hay un nido;en este nido, hay un huevo;en estebueuo, hay un pdjaro,El Pdjaro hizo caerel huevo',el huevo hizo caerel nido:Iel nido bizo caer la jaula;la jaula hizo caer el tapete;el tapete bizo caer fa mesa;fa mesa hizo caer fa habitacitm:,fa habitacion hizo caer fa escalera;fa escalerahizo caerla casa:fa casa hizo caerfa cal/e;fa calle hizo caer fa ciudad de Paris'.

    ~ Canci6n infantil de Deux-Sevres(Paul Eluard, Poesie involontaire et poesie iniensionneile).

    2. N. de T. Se ha introducido la forma verbal perifrasrica "hizo caer ' a 10larg? de toda la segunda parte, ya que as! se asegura el ritmo de la campo-5]C]Onrnanreniendo la reperici6n del verbo en cada verso t I. .., a como OCLlrreen el original frances y a pesar de que, semanticarnenre, no siempre el con-rexro del rexro espariol preferfa esta forma.28

    I'

    la pagiria

    J ' ,f cr is pou r meparcourirHenri Michaux

    1

    Escribo: escribo ...Escribo: escribo.,.Escribo que escribo ...etc.

    Escribo: trazo palabras sobre una pagiria.Lcrra a letra, un texto se forma, se afirma, se consolida,SL ' fija, cuaja:una linea estrictamenre h

    or1Zonta

    se deposi ta sobre la29

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    hoja blanca, ennegrece el espacio virgen, le da un senti-do, 10 vectoriza:de izquierda a derecha

    dearr

    ba

    aba

    o

    Antes no habra nada, 0 casi nada; despues, no demasia-do, unas lfneas, pero suficienres p.ara que haya un arribay un abajo, un principio y un fin, una derecha y unaizquierda, un anverso y un reverso.

    2El espacio de una hoja de papel (modelo reglamentario

    internacional, usado en la administraci6n, de venta entodas las papelerias) rnide 623,7 ern". Hay que escribir30

    III1 poco mas de dieciseis paginas para oeupar un metro. uadrado. Si el formato medio de un libro es 21 x 29,7 cmy Jesollamos todas las obras impresas conservadas en laHiblioteea Nacional y extendemos cuidadosamente suspilginas unas junto a otras, podrfamos eubrir enteramen-I . la Isla de .Santa Elena 0 ellago de Trasimeno.Tarnbien podrfamos calcular Ia can tidad de hectareas

    Ic bosque gue fue necesario talar para producir el papelnecesario con gue imprimir las obras de Alejandro Du-mas (padre) quien, recordernoslo, se hizo construir unat orre cada una de cuyas piedras llevaba grabado el titulode uno de sus libros.

    3Escribo: vivo en rni hoja de papel, la cerco, la reeorro.Suseito espaeios en blanco, espacios (salros en el senti-

    do: discontinuidades, pasajes, transiciones).Escriboen elmargen . ..

    ParrafoIIparte. Rernito a una nota a pie de pagina".

    Cambio de hoja.\, Me gustan mucho los renvfos a pie de p:igina, incluso si no rengo

    111I.!ade particular que precisar,31

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    II 4Pocos acontecimienros hay que no dejen al menos unabuella escrita, Casi todo, en un momento u otro, pasapor una boja de papel., una pagina de cuaderno, una hojade agenda 0 no importa que otro soporte de fortuna (unbillere de metro, el margen de un peri6dico, un paquetede cigarrillos, el dorso de un sobre, erc.) sobre e1 que seinscriben, a velocidad variable y segun tecnicas diferen-tes en cada lugar, hora y humor, los mas diversos com-ponenres de la vida ordinaria: en 10 que a mf concierne(pero sin duda es un ejernplo demasiado bien buscado, yaque una de mis principales actividades es precisamentela de escribir), desde una direcci6n tomada a1 vuelo, unacita anotada a toda prisa, un cbeque, un sobre 0 unpaquete, hasta la redacci6n laboriosa de una carta admi-nistrativa, rellenar con gran fastidio un formulario (de-claraci6n-de-impuestos, hoja-de-baja, petici6n-de-co-bro-autOmatico-de-recibos-de-gas-y-de-electricidad, ho-ja-de-suscripci6n, contrato, arriendo, acta, recibo, etc.) 0la Iista de las compras mas urgentes (cafe, azucar, serrfnpara el gato, libro de Baudrillard, bombilla de 75 wa-rios, pi1as, ropa, etc.), desde la resoluci6n de crucigramasde Robert Scipion que no son moco de pavo hasta 1acopia de un texto par fin en limpio, desde notas tornadasen una conferencia cualquiera hasta un garabato instan-taneo de algo que podria ser uti I (un juego de pa1abras,un chorro de palabras", un juego de letras 0 eso que 11a-mamos norrnalmente una idea), desde un trabajo4. Nota de T. Se pierde en espafiol el juego de palabras "jeu de mots"

    ( juego de palabras/chorro de palabras)

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    Ii j erario (escribir, sf, ponerse ante la mesa y escribir, po-ucrse ante la maquina y escribir, escribir durante todo1111 dia, 0 durante toda una noche, esbozar un proyecro,poner grandes Iy pequefias a, hacer boceros, poner unap:dabra allado de otra, mirar en un diccionario, recopiar,nlcer, rayar, desechar, reescribir, clasificar, encomrar,("sperar a que 11egue, tratar de arrancar algo que se parez-I"aa un texto a algo que siernpre parecera un embadurna-micnto inconsistente, conseguirlo, no conseguirlo, son-reir (a veces), etc.) hasta un trabajo sin mas (elemental,,II imentario'): en una revista que proporciona, en el do-minio de las ciencias de la vida ( li fe s c iences ), el sumariolie casi todas las dernas, marcar los titulos suscepriblesc I interesar a investigadores para quienes se me hacncargado conseguir 1a documentaci6n bibliografica,rcdactar fichas, reunir referencias, corregir pruebas, etc.Er coetera.

    5As! comienza el espacio, s61amente con palabras, con

    signos trazados sobre 1a pag ina blanca. Describir el es-pa io: nombrarlo, trazarlo, como los dibujantes de por-luianos que saturaban las costas con nombres de puer-lOS, nombres de cabos, nombres de caletas, basta que lar i -rra s610 se separaba del mar par una cinta de textoc onrinua. El alef, ese Iugar borgesiano en que el mundorntero es simultanearnente visible, cacaso no es un alfa-heto?

    . N. de T. S pierde en espafio l el juego de palabras "elernenrai re 'Y'tal i-nu-ntai re" del orig inal frances ,

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    Espacio inventario, espacio inventado: el espacio co-mienza con Ese mapa modelo que, en las antiguas edi-ciones del Petit Larousse, representaba en 60 ern" algo aSIcomo 6S terrninos geograficos milagrosamente juntos,deliberadamente abstractos: aqui el desierto, can su oa-sis, su ued y su chott, aquIla fuente y el arroyo, el to-rrente, la ria, el canal, el afluenre, el do, el estuario, ladesembocadura y el delta, aquf el mar y sus islas, su a[-chipielago, sus islotes, sus arrecifes, sus escollos, sus ba-tientes, su cord6n de litoral, y aqui el estrecho, y el ist-mo, y la peninsula, y la ensenada y la bocana, y el golfoy la bahia, y el cabo y la caleta, y la punta, y el pro-rnontorio, y la peninsula, aqui la laguna y el acantilado,aquf las dunas, aqui la playa, y las albuferas, y las rnaris-mas, aquf el lago, y aqui las montafias, el pico, el gla-ciar, el volcan, las estribaciones, la ladera, el puerto demontana, el desfiladero, aqui la llanura, y la meseta, yel collado, y la colina; aquf la ciudad y su rada, y supuerto y su faro ...Simulacro de espacio, simple prerexto con nomenclatu-

    ra: pero ni siquiera hace falta cerrar los ojos para que eseespacio suscitado por las palabras, espacio de diccionariounicamente, espacio solo de papel, se anime, se pueble,se ilene: un largo tren de mercancfas arrastrado por unalocomotora de vapor pasa por un viaducto; gabarras car-gadas de grava surcan los canales; pequefios veleros rna-niobran en el lago; un gran transatlanrico escoltado parremolcadores penetra en la rada; unos nifios juegan albalon en la playa; por las sombrfas sendas del oasis unarabe tocado con un gran sombrero de paja va al trote ensu asno ...34

    Las calles de la ciudad estan llenas de autornoviles. Unauma de casa con un pafiuelo en la cabeza sacude una al-lombra por la ventana. En los jardines de las afueras de-Itnas de jardineros podan arboles frutales. Un destaca-III .nto militar presenta arm as rnientras un oficial con fajatricolor descubre la estatua de un general y la inaugura.Ilay vacas en los prados, viticultores en las vifias, le-

    nudo re s en los bosques, cordadas de alpinistas en lasmontafias. Hay un cartero que sube penosamente can suIucicleta par una carretera llena de curvas. Hay unas la-v.inderas en la orilla del rfo, y unos peones eamineros enIii orilla de los carru nos, y unas granjeras que dan deIorner a las gallinas. Hay unos nifios que salen al patiotil' la eseuela en fila de a dos. Hay una mansion de fina-les de siglo completamente sola en medio de grandes(,difieios de cristal. Hay unas pequefias cortinas de vichyC"Il las ventanas, unos consumidores en las terrazas de los(":lfes, un gato que se calienta al sol, una senora eargadatil' paquetes que llama a un taxi, un centinela que mon-Ia guardia ante un edifieio publico. Hay unos basurerosqlle llenan unos volquetes, unos revocadores de fachadasqu e instalan un andarnio. Hay nodrizas en las plazole-HIS, libreros a 10 largo de los paseos; hay cola ante la pa-nuderfa, hay un senor que pasea a su perro, otro que lee1I periodico sentado en un banco, orro mira a los obre-

    fOS que esran demoliendo una manzana de casas. Hay unIg .nte que regula el trafico. Hay pajaros en los arboles,marineros en el do, pescadores junto a los ribazos. Hayuna tendera que levanta la persiana rnetalica de su tien-Ila. Hay vended ores de castafias, poceros, vendedores deperiodicos. Hay genre que va al mercado.

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    los lectores estudiosos leen en las bibliorecas. Los pro-fesores dan sus clases. Los estudiantes tornan apuntes.Los contables alinean columnas de cifras. Los aprendicesde pasteleros envuelven con nata filas enteras de petisiis.Los pianistas componen sus gamas. Sentados ante su me-sa, meditabundos y concentrados, los esct i tores alineanpalabras,

    Imagen de Epinal. Espacio tranquilizador.

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    la cama

    Durante mucbo tiempo me acostepor escritoParcel Mroust

    1Generalrnenre la pagina se usa en el senrido de su ma-o!"dimension. Lo mismo que la cama. La cama (0, si seprcfiere, el catre") es un espacio rectangular, mas largoque ancho, en el cual, 0 sobre el cual, uno se acuesta nor-malrnente en sentido longitudinal. No se encuentranrurnas a la italiana mas que en los cuentos de hadas(Pulgarcito y sus hermanos, y las siete hijas del Ogro,por ejemplo) 0 en condiciones absolutarnente inhabitua-ks y generalmence graves (exodo, tras un bombardeo,(Ic.), Incluso cuando se usa la cama en su sentido masIrccuente, si tienen que dormir varios juntos en ella, esl'ils.i siempre un signa de catastrofe: 1a cama es un ins-I r irnento concebido para el descanso nocturne de una 0dos personas, pero no mas.(I, N. de T. N6cese el juego de significantes y significados entre los rer-

    minos "fa page" (la pagina), "le lit" (Ia cama) y "lc page" (el catre), Dicbohll:go se pierde en el trasvase al espafiol.

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    La cama es pues el espacio individual par excelencia, elespacio elemental del cuerpo CIacama-m6nada), que in-eluso el hombre mas acribil.lado de deudas tiene derechoa conservar: los del juzgado no pueden llevarse vuestracama; esto tarnbien qui ere decir -y se puede verificarperfectamente en la practica- que s610 tenemos una ca-rna, que es nuestra cama; cuando hay otras camas en la ca-sa a en el apartamento, decimos que son camas para lasamistades, a camas adicionales. S610 dormimos bien, alparecer, en nuestra propla cama.

    2Lit = tie

    Michel Leiris

    Cuando lef Vingt ans pres, VIle mysterieuse y Jerry dansI'fle 10 h ice tumbado tripa abajo en mi cama. La cama seconvertia en cabana de tramperos, a bote salvavidas enplena oceano tempestuoso, a baobab amenazado par unincendio, t ienda levantada en el desierto, anfractuosidadpropicia a unos centfmetros de la cual pasaban unos ene-mig as can las manos vadas.He viajado mucho al fonda de mi cama. Para sobrevi-

    vir llevaba unos azucarillos que robaba en la cocina y queescondia bajo mi almohada (me picaba ... ). El miedo-incluso el terror- estaba siempre presente a pesar de laprotecci6n de las mantas y de la almohada.La cama: lugar de la amenaza informulada, lugar de los

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    ronrrarios, espacio del cuerpo solitario atestado de susscrrallos efimeros, espacio prescrito del deseo, lugar im-probable del arraigo, espacio del suefio y de la nostalgiacdfpica:Heureux qui peut dormir sans peur et sans remordsDans le lit paternel, massif et venerableOft taus les siens sont nes aussi bien qu'ils sont morts.

    Jose-Marfa de Heredia (Trophies)

    3Me gusta mi cama. La tengo desde hace poco mas de.los afios. Antes pertenecfa a una de mis amigas que semud6 a un apartarnento tan rnimisculo que su cama, apesar de tener unas dimensiones absolutamente ortodo-X

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    ideas y las palabras. Pero ya nadie se ocupa de los teehos.Los hacen desesperadamente rectilfneos 0, peor aun , losadornan con vigas presuntamente falsas.Una tabla ancha me sirvio de cabecera durante mucho

    tiempo. Salvo los alimentos solidos (normalrnente notengo hambre cuando estoy en la cama), alli tenia reuni-do todo 10 que era indispensable, tanto en el dominio de10 necesano como en el de 10 futil: una botella de aguamineral, un vaso, un par de tijeras para ufias (desgracia-darnente rnelladas), una colecci6n de crucigramas del yacitado Robert Scipion (aprovecho la ocasion para hacerleun rninusculo reproche: en la 43a cuadrfcula del citadocrucigrama, por 10 dernas excelente, de forma implfcitaha escrito neanrnoins con 2 M, 10 cual, evidente-mente, desvirtuaba pot completo el horizontal corres-pondiente (que decenternente no podia escrihirse "asom-noir") y comprometfa sensiblemente la soluci6n del pro-blema), un paquete de pafiuelos de papel, una brocha depelo duro que me perrnitia dar al pelaje de mi gato (queadernas era una gata) un lustre que causaba admiraci6n atodo el mundo, un relefono, gracias al cual podia no soloinformar a mis amigos sobre mi salud sino responder ainnumerables corresponsales de que yo no era la SocieteMichelin, un aparato de radio completamente transisto-rizado que difundfa todo el santo dia, si estaba de humor,diversas musicas de genero interrumpidas con informa-ciones susurradas concernientes a los embotellamientos,unas cuantas decenas de libros (algunos que me habiapropuesto leer y no conseguia leer, otros que releia sincesar), albumes de comics, pilas de peri6dicos, un equi-po completo de fumador, divers as agendas, libreras deapuntes, cuadernos y hojas sueltas, un despertador, evi-

    denternenre, un tubo de Alka-Seltzer (vacio), otro de as-pirinas (medio lleno 0, S 1 se prefiere, medic vac1o), otro,tambien, de cequinyl (rnedicacion antigripal: casi intac-( " 0 ) , una larnpara, por supuesto, varios praspectos quesiernpre olvidaba tirar a la basura, cartas, rotuladores, bo-Ifgrafos (unos y otros agotados a menudo ... ), lapices, unsacapuntas, una goma (estes tres ultirnos articulos desti-nados precisarnente a la resoluci6n de los citados crucigra-mas), un guijarra recogido en la playa de Dieppe, otrospequefios recuerdos y un calendario de correos.

    4Algunas banalidades mas:Pasamos mas de un rercio de la vida en una cama.La cama es uno de esos extrafios lugares en que se esta enposicion grosso modo horizontal. Las otras tienen un usomucho mas especializado: mesa de operaciones, banco desauna, tumbona, playa, divan de psicoanalisra ...Tecnicas del suefio: la noci6n de que e 1 acostarse esalgonatural es completamente inexacta (Marcel Mauss, "Lestechniques du corps", en Sociologic et Anthropolog i e, p. 378;

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    2Y la hamaca? 2Y el jergon? 2Y los catres? 2Y las camas-armario? 2Y los divanes profundos como rumbas? 2Y loscamastros? 2Y las literas del tren? 2Y las camas de cam-pafia? 2Y los sacos de dormir sobre colchonetas neurna-ticas colocadas sobre una alfombrilla?

    la habitaci6n

    1

    Fragmentos de un trabajo en (ursoConservo un recuerdo excepcional, incluso creo que pro-

    digioso, de todos los lugares donde he dormido, salvo losde mi primera infancia- hasta que acabo la guerra -quese confunden todos en la grisalla indiferenciada de undormitorio de colegio. Para los dernas me basta simple-mente, cuando estoy acostado, con cerrar los ojos y pen-sar con un minimo de aplicacion en un lugar dado paraque casi instantanearnente todos los detalles de 1a habi-racion, el emplazamiento de las puertas y ventanas, ladisposicion de los muebles, me vuelvan a la memoria,para que con precision tenga la sensaciori casi fisica deestar acostado de nuevo en esa habitacion.

    Asi:ROCK (Cornualles)Verano de 1954.

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    Cuando se abre la puerta, la cama esta inmediatamen-re ala izquierda, Es una cama muy estrecha, y la habita-ci6n tambien es muy estrecha (la anchura de la cama mas1a anchura de la puerra, 0 sea apenas un poco mas de unmetro cincuenta, centfrnetro mas 0 menos) y no es mu-cho mas larga que ancha. En la prolongaci6n de la camahay un pequefio guardarropa. Al fondo una venrana deguillotina. A 1a derecha, una mesa de aseo con encimerade marrnol, una palangana y una jarra de agua, que creono util ice demasiado.Estoy casi seguro de gue habia una reproducci6n en-

    marcada en 1apared de la izquierda, enfrente de la cama:no importa que estampa era, pero quiza se trataba de unRenoir 0 un Sisley.E1 suelo estaba revestido de linoleo. No habia ni mesa,ni sofa, aunque sf quiza una silla junto a la pared izquier-da: donde tiraba rni ropa antes de acostarme; creo quenunca llegue a senrarme en ella: s610 iba a la habitaci6npara dormir. Estaba en el tercero y ultimo piso de 1acasa,debia tener cuidado a1 subir las escaleras cuando volvfatarde para no despertar a rni casera y a su familia.Estaba de vacaciones, acababa de terminar el bachille-

    rato; en principio debfa vivir en una pensi6n gue acogfa abachilleres franceses enviados por sus padres para gue per-feccionaran el manejo de la 1engua ing1esa. Pero la pensionesraba llena y habia sido alojado en una casa particular.Todas las mafianas mi casera abrfa la puerta y deposita-

    ba al pie de mi cama un taz6n humeante de mo rn in g t eaque, invariab1emente, yo bebfa frio. Siernpre me levanta-ba tarde y s610una vez ados conseguf llegar a tiempo pa-ra tomar el copioso breakfast que se servia en la pensi6n.Hay gue recordar que fue aquel verano cuando, como

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    consecuencia de los Acuerdos de Ginebra y de las nego-c.iaciones con Tunez y Marruecos, el planera entero cono-ci6 1a paz por primera vez despues de varios decenios:esta situaci6n no se prolong6 mas que unos pocos dias yno creo que se haya vuelto a producir desde entonces.Los recuerdos se aferran a la esrrechez de aquella cama,ala estrechez de aquella habitaci6n, a la actitud tenaz deaquel te demasiado fuerte y demasiado frfo: aquel vera-no me eche unos cuanros tragos de pinks de ginebra conuna got ita de angostura, ligue (mas bien infructuosa-ment~) con la hija de un hilandero que habfa regresadorecientemente de Alejandrfa, decidi hacerme escritor, co-gt el vicio de tocar en unos armonios de campo la unicamelodia que he conseguido aprender en toda rni vida: las54 prirneras notas -can la mano derecha, rnientras que laizquierda renunciaba a seguir las mas de las veces- de unpreludio de Juan Sebastian Bach ...El espacio resucitado de la habitaci6n basta para reani-

    mar, para devolver, para reavivar los recuerdos mas fuga-ces, mas anodinos, asf como los mas esenciales. La unicacertidumbre cenesresica de mi cuerpo sobre 1a cama, 1aunica certidumbre topografica de la cama en la habita-ci6n, reactiva mi memoria, Ie da una agudeza, una pre-cisi6n que casi nunca tiene en otras situaciones. Del mis-rna modo que una palabra sacada de un suefio restituye,apenas escrita, todo un recuerdo de aquel suefio, aqui, elsolo heeho de saber (casi sin tenerlo que busear, simple-mente echandose unos instantes y eerrando los ojos) quela pared estaba a mi derecha, la puerta cerca de mf a laizguierda (levantando el brazo podia toear el picaporte),la venrana enfrenre, hace surgir instantanearnente y en

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    desorden una oleada de detalles cuya vivacidad me dejapatidifuso: aquella chica con maneras de mufieca, aquelingles inmensarnente alto gue tenia la nariz ligeramentetore ida (Ie volvf a ver en Londres cuando fUl a pasar tresdias al final de aquella estancia pseudo-Iingufsrica: mellevo a un pub inundado de verdor que, desgraciadamen-te, no he vuelto a encontrar jarnas y a un concierto-paseoen el Albert Hall, donde estoy orgulloso de haber oido,casi con seguridad bajo la direccion de Sir John Barbi-roli, un concierto para arrnonica y orquesta especial men-te escrito para Larry Adler ...), los marshmallows, los Rockrocks (pirulfs decorados, especialidades de los balnearios;el mas conocido es el Brighton Rock que es, adernas unjuego de palabras -hay un risco en Brighton y hay acan-tilados en Etretat -, el tftulo de una novela de GrahamGreene; en el mismo Rock, era dificil escapar de el), laplaya gris, el mar frio y los paisajes de sotobosque, consus viejos puenres de piedra, propicios para la aparicionde duendes 0 fuegos fatuos ...Porque, sin duda, el espacio de la habiracion funciona

    en rnf como una magdalena proustiana (este proyecto serealiza bajo su invocacion evidenternente: y no quisieraser otra cosa que el estricro desarrollo de los parrafos 6 y7 del primer capitulo de la primera parte (Cambray) delprimer volumen iDt: cote de chez Swann) de A fa recherched temps perdu, por ello me propuse hace varios afios yarealizar el invenrario, tan exhaustivo y preciso comofuera posible, de todos los Legares dande he darmido. Aldia de hoy practicarnenre no he comenzado rodavia a des-cribirlos; sin embargo ereo que mas 0 menos los he con-seguido repertoriar todos: hay alrededor de doscienros46

    (eada afio apenas si se afiaden ya una media docena: mehe vuelto bastante casero). Todavia no he decidido elmodo definitive de clasificarlos. Seguramente no pororden cronologico. Sin duda tampoco por orden alfabe-tico (aungue todavfa sea el unico orden cuya pertineneiano hay que justificar). Quiza segun su disposicion geo-grafica, 10 cual acentuaria el aspecto guia de esta obra.o bien probablemente segun una perspectiva ternaticaque podria desembocar en una suerte de tipologfa de losdormitorios:

    1 . M is habitaciones2. Dormitorios y camaretas3. Habitaciones amigas4. Habitaciones de amigos5. Lechos de fortuna (divan, moqueta + coj mes,

    alfombra, hamaca, etc.)6. Casas de campo7. Chalets de alquiler8. Habitaciones de hotel

    a) hoteles rnfseros, bien provistos, amuebladosb) palacios

    9. Condiciones inhabituales: noches en tren, enavion , en coche; noches en un barco; nochesde guardia; noches en comisarfa; noches en unatienda de carn-pafia; noches de hospital; nachesen blanco, etc.

    En algunas de estas habitaciones he pasado varios me-ses, varios afios; en la mayoria solo he pasado algunosdfas 0 algunas horas; quiza resulta temerario por rni par-te pretender acordarme de cada una de ellas: icua1 era el

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    dibujo del papel pintado de aquella habiracion del hotelLion d'Or, en Saint-Chely-d'Apcher (el nombre -muchomas sorprendente cuando se dice que cuando se escribe-de este cabeza de partido de Lozere se me habia meridoen la cabeza, par razones que ignoro, desde mi clase detercero y habia insistido mucho para que nos parararnosallf)? Pero las mayores revelaciones las espero evidente-mente de los recuerdos resurgidos de aquellas habitacio-nes.

    2Pequeno problemaCuando en una habitacion dada se cambia de sitio la

    carna, 2se puede decir que se cambia la habitacion, 0que?(Cf. topo-analisis).

    3Vivir en una habitacion (que es? Vivir en un sirio (esapropiarselo? (Que es apropiarse de un sitio? (A partir

    de que mornenro un si tio es verdaderamente de uno?2Cuando se han puesto a remojo los tres pares de calce-tines en un barrefio de plastico rosa? 2Cuando se han re-calentado unos espaguetis en un camping-gas? (Cuandose han uti lizado todas las perchas descabaladas del guar-darropa? (Cuando se ha clavado en la pared una viejapostal que representa el suefio de Santa Ursula de Car-48

    paccio? 2Cuando se han experimentado alli las ansias dela espera, 0 las exaltaciones de la pasion, 0 los tormentosdel dolor de muelas? (Cuando se han vestido las venta-nas con cortinas al gusto y colocado el papel pintado yacuchillado el parquet?

    4Pequeno pensamiento placido n 1

    Cualquier propietario de un gato did con razon quelos gatos viven en las casas mucho mejor que loshombres. Incluso en los espacios mas horriblementecuadrados, saben encontrar los rincones propicios.

    Pequeno pensamiento placido n 2El tiempo que pasa (mi Historia) deposita residuosque van apilandose: fotos, dibujos, carcasas de boli-grafos-rotuladores ya secos desde hace tiernpo, car-petas, vasos perdidos y vasos no devueltos, envolru-ras de puros, cajas, gomas, postales, libros, polvo ychucherias: 10 que yo llama mi fortuna.

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    1 ' oj

    el apartamento

    1Durante dos afios tuve a una anciana como vecina.Hada setenra afios que vivia en el edificio, era viuda des-de hacia sesenta. Durante los ultirnos afios de su vida,tras haberse roro el cuello del femur, nunca fue mas alladel descansillo de su piso. La portera 0 un muehacho deledificio le hacfan las compras. Varias veces me par6 en laescalera para pregunrarme que dfa era. Un dfa fui a bus-carle una loncha de jam6n. Me ofreci6 una manzana yme invito a entrar en su casa. Vivia entre muebles extre-madamente oscuros y pasaba las horas muertas sacando-les lustre.

    2Hace algunos afios a uno de mis amigos se le ocurri6 laidea de vivir un mes entero en un aeropuerto internacio-nal sin salir de el (0 por 10 menos, ya que todos los aero-puertos internacionales son identicos por definicion, salirs610 para tamar un avi6n que le condujera a otro aero-puerto internacional). Por 10 que se, nunea Ueg6 a reali-

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    zar aquel proyecto, pero no yeo que habrfa podido irnpe-dfrselo objerivamente: 10 esencial de las actividades vita-les y la mayorfa de las actividades sociales puede llevar-se a cabo sin demasiados problemas en el ambito de unaeropuerto internacional: allf encontramos profundos so-fas y asientos no demasiado incornodos e, incluso a me-nudo, salas de descanso donde los viajeros en transitepueden echar un suefieciro; allf encontramos aseos, ba-fios-duchas y frecuentemente saunas y banos turcos; allfencontramos peluqueros, call istas, enfermeras, rnasajis-ras-kinesiterapeutas, limpiabotas, talleres de planchado-en-un-rninuto que tarnbien tienen la bondad de repararlas suelas y hacer una copia de unas llaves, relojeros yopticos; allf encontramos restaurantes, bares y cafeterfas,comerciantes de cuero y perfumes, floristas, libreros,vendedores de discos, comerciantes de tabacos y confire-ros, comerciantes de esrilograficas y fotografos; allf en-contramos tiendas de alirnenracion, cines, correos, servi-cios de secretaria volante y par supuesto una eaterva debancos (puesto que en nuestros dfas es practicarnenreirnposible vivir sin tener relacion con un banco).El interes de tal empresa radicarfa sobre todo en su exo-

    tismo: un desplazarniento mas aparente que real de lascostumbres y de los ritmos, pequefios problemas de adap-tacion incluidos. La eual sin duda se haria pesado rnuypronto; a fin de cuentas, serfa demasiado facil y en eon-secueneia, poco convincente: un aeropuerto visto desdeeste angulo no es otra cosa gue una especie de galerfacornercial: un simulacro de barrio; y ofrece poco mas 0menos las mismas prestaciones gue un hotel. Asf pues nose podrfa sacar de tal empresa ninguna conclusion prac-tica, ni en el sentido de la subversion, ni en el senti do de5 2

    la aclirnaracion. Como mucho, podria servir de terna dereportaje, 0 como pun to de partida para un dialogo co-mico mas.

    3Una habi tacion es una pieza en la gue hay una cama;un comedor es una pieza en la que hay una mesa y sillasy , a menudo, un aparador; un salon es una pieza en la guehay unos sillones y un divan; una eoeina es una pieza enla que' hay un fogon y una toma de agua; un cuarto debafio es una pieza en la gue hay una toma de agua encimade una bafiera; euando solo hay una ducha se llama aseo;cuando solo hay un lavabo se llama cuarto de aseo; unaentrada es una pieza en la gue al menos una de las puertasda al exterior del apartamenro; aeeesoriamente se puedeenconrrar UD perchero; una habiracion de nifios es unapieza en la gue esta un nino; un eseobero es una pieza enla que se meten las eseobas y la aspiradora; una habitacionde servicio es una pieza que se alquila a un estudiante.De esta enurneracion -que podrfa eontinuarse f5eil-mente- se pueden sacar estas dos eonclusiones elementa-les que propongo a titulo de definieiones:1. Todo apartarnenro esta compuesto de una eantidadvariable, pero lirnirada, de piezas;

    2. Cada pieza tiene una funcion particular.Pareee diffeil 0 pareee incluso irrisorio poner en duda

    estas evidencias. Los apartamentos estan construidos por53

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    arquitectos que tienen ideas muy precisas sobre que debeser una entrada, una sala de estar (living-room, recepci6n),una habiracion de los papas, una habicaci6n del nino,una habicaci6n de la criada, un pasillo, una cocina 0 uncuarto de bafio. Sin embargo, al principio todas las pie-zas se parecen poco 0 mucho, no vale la pena tratar deimpresionarnos con hisrorias de m6dulos y otras pampli-nas: s6lo son una especie de cubos, digamos que son unosparalelepfpedos rectangulares; y por 10 menos siemprehay una puerta y , todavia a menudo, una ventana; tienencalefacci6n, pongamos que por radiadores, y esran equi-pados con uno 0 dos enchufes (rnuy raramente mas, perono quiero empezar a hablar de la mezquindad de los con-traristas porque no terminarfa nunca), En surna, una pie-za es un espacio maleable.

    No se, no quiero saber, d6nde comienza y d6nde ter-mina 10 funcional. Lo que me parece en todo caso es queen la divisi6n modelo de los apartamentos de hoy, 10 fun-cional funciona segun un procedimiento unfvoco, se-cuencial, y nictemeral ': las actividades cotidianas corres-ponden a fases horarias y a cada fase horaria correspondeuna de las piezas del apartamento. Vease a continuaci6nun modelo apenas caricaturesco:07.00 La madre se levanta y va a preparar

    el desayuno a la07.15 El nino se levanta y va al

    COCINABANO

    7. jEsta es la frase mas bonita del librol

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    07.30 EI padre se levanta y va al07.45 El padre y el nino roman el

    desayuno en laOS.OO EI nifio coge su abrigo en la

    y se va a la escuelaOS.i5 El padre coge su abrigo de la

    y se va a la oficina08.30 La madre se asea en elOS.45 La madre coge el aspirador en el

    y realiza la limpieza (pasa por todas. las piezas del apartamento perorenuncio a enumerarlas)

    09.30 La madre coge la cesta de la compra en lay su abrigo en lay se va al mercado

    10.30 La madre vuelve del mercado y deja suabrigo en la

    10.45 La madre prepara la comida en la12.15 EI padre vuelve de la oficina y cuelga

    su abrigo en la12.30 El padre y la madre comen en el

    (el nino come en la escuela)13.15 EI padre coge su abrigo en la

    y vuelve a la oficina13.30 La madre friega los platos en la14.00 La madre coge su abrigo en la

    y sale de paseo 0 a hacer comprasantes de ir a buscar al nino a lasalida de la escuela

    16.15 La madre y el nino vuelven y dejansus abrigos en la

    BANO

    COCINAENTRADA

    ENTRADA

    BANOESCOBERO

    COCINAENTRADA

    ENTRADACOCINA

    ENTRADACOMEOOR

    ENTRADA

    COCINAENTRADA

    ENTRADA

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    16.30 El nifio rorna SLl merienda en la16.45 El nifio va a hacer los debe res a su18.30 La madre prepara la cena en la18.45 El padre vuelve de Ia oficina y

    deja su abrigo en laIS.50 EI padre va a lavarse las manos en el19.00 Toda la familia ceria en el20.00 El nifio va a lavarse los dientes al20.15 El nifio va a acostarse a su

    N ~ ) 20.30 El padre y la madre van al~ ven la television, 0 bien escuchanla radio 0 juegan a cartas, 0 el padrelee el periodico rnienrras la madrecose, en fin, se entrerienen haciendoalga

    21.45 El padre y la madre van a lavarse losdientes al

    22.00 El padre y la madre van a acostarse a su

    COCINAHABfTACIONCOCINA

    ENTRADABANOCOMEDORBANOHABITACIONSALON

    BANOHABITACION

    Como se puede ver en este modelo, del que me gusra-ria subrayar su caracter ficticio y a la vez problernaticosin por ello dejar de ser consciente de su precision ele-mental (nadie vive exactamente asi, por supuesto, pero esas! y no de otro modo como los arquitectos y los urba-nistas nos ven vivir 0 quieren que vivarnos), como sepuede vet entonces, por un lado el salon y la hahitacionapenas tienen mas irnportancia que el escobero (en elescobero se guarda el aspirador; en la habitacion esran loscuerpos exrenuados: 10 cual remite a las mismas funcio-nes de recuperacion y de mantenimiento) y, par otro la-do, mi modelo no se modificarfa practicamenre S 1 en lu-56

    gar de tener, como aquf, espacios separados por paredesque delimitan una habitacion, un salon, un corned or,unacocina, erc., se considerara la posibilidad, como se hacehoy rnuy a menudo, de un espacio presuntarnente unicoy pseudo-rnodulable (habiraculo, estancia, etc.): entoncestendrfamos no una cocina sino un rinc6n-cocina, no unahabitacion sino un rinc6n-descanso, no un comedor sinoun rinc6n-comida.Es facil imaginar un apartamenro cuya disposicion res-

    ponderfa, no ya a actividades cotidianas, sino a funcionesde rel~ciones: no es de orro modo adernas como se reali-zaba el reparto modelo de las piezas llamadas de recep-cion en las mansiones particulares del siglo XVIII 0 en losgrandes aparrarnentos burgueses de finales de siglo: unaserie de salones en hilera, encabezada por un gran vesti-bulo y cuya especificacion se apoya en variaciones mini-mas que giran todas alrededor de la noci6n de recepcion:gran sal6n, pequefio salon, despacho del senor, camarfnde la senora, sala de fumar, biblioteca, billar, etc.Hace falta sin duda un poquito mas de irnaginacion para

    representarse un apartarnento cuyo reparto estuviera fun-dado sobre funciones sensoriales: es faei! eoneebir 10 quepodria ser un gustatorio 0un auditorio, pero a que podriaparecerse un vistatorio, un fumatorio, 0 un palpatorio ...De un modo apenas mas transgresivo se puede pensar

    en un reparto basado no ya en ritmos cireadianos sino enritrnos heptadianos": esto dada apartamentos de siete

    8. Un habitat basado en un rirrno circa-annal puede darse en algunoscasas de afortunados que disponen de suficienres residencias como para57

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    piezas llamadas respectivamente: el lunetorio, el rnarte-torio, el miercolerorio, el juevetorio, el viernetorio, el sa-badotorio y el domingotorio. Estas dos ulrirnas piezas,notese, ya existen, comercializadas abundantemente bajoel nombre de segundas residencias 0 casas de fin desernana. Noes mas estupido imaginar una pieza consa-grada exclusivamente al lunes que construir chalets quesolo siruen para sesenta dfas al afio. E1 lunetorio podrfaser perfectamente una lavanderfa (nuesrros ancestros ru-rales hacfan su colada el lunes) y el martetorio un salon(nuestros ancestros urbanos recibfan normalmente todoslos rnartes). Todo esto apenas nos haria salir de 10 fun-cional. Mejor serfa, de paso, imaginar una disposicion te-rnatica, un poco analoga a la que exisria en los burdeles(tras su cierre, y hasta los afios SO, se convirtieron en ca-sas para estudiantes; varios amigos mios han vivido enuna vieja casa de la calle Arcade: uno de ellos vivia enIa habiracion de las torturas, otro en el avian (camaen forma de carlinga, falsas ventanillas, erc.), un rerceroen Ia cabana del trampero (paredes tapizadas con fal-sos troncos, etc.); estes hechos meredan ser recordados yparticularmente al autor del articulo Habiter I'inhabi-ruel (Cause commune, I, n 2, 13-16, 1972) que esigualmente el estirnado director de la colecci6n en queaparece esta obra): ellunetorio por ejemplo serfa la imi-tacion de un barco; se dormirfa en hamacas, se limpiarfa

    poder esforzarse en conciliar su sentido de los valores, su gusto por los via-jes, l as condiciones cli rnaticas y los imperatives cul turales. Los enconrrare-mos, por ejernplo, en enero en Mexico, en febrero en SUJza en Marzo enYenecia, en abril en Marraquech, en mayo en Paris, en jllni; en Chi pre: enJulIO en Beirut, en agosto en Dordofia, en septiernbre en Escocia, en octu-bre en Roma, en noviembre en la Costa Azul yen diciernbre en Londres ...

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    el suelo echando agua encima y se comerfa pescado; elmarterorio, por que no, conmemorarfa una de las gran-des conquistas del hombre sobre la naruraleza, el descu-brimiento del Polo (norte 0 sur, a elegir), 0 la ascensiondel Everest: 1a pieza no tendrfa calefacci6n, se dormirfabajo espesas pieles, la alimentacian serfa a base de pem-mican (corned -beef los fines de mes, carne de los Grisoneslos dfas faustos); el mierco1etorio glorificarfa a los nifiosevidentemente: desde hace algun tiempo es el dfa en queno van a 1a escuela; podrfa ser una especie de palacio deDame, Tartine: las paredes sedan de alaju y los mueblesde plastilina, etc., etc.

    4De un espacio inutilEn varias ocasiones he tratado de pensar en un aparta-

    mento donde hubiera una pieza inutil, absoluta y delibe-radamente inuril. Nose trataba de un trastero, no era unahabitacion suplementaria, ni un pasillo, ni un cuchitril, niun recoveco. Habria sido un espacio sin funcion. Nohabria servido para nada, no habria remitido a nada.A pesar de rnis esfuerzos me fue imposible llevar a caboeste pensamiento, esta imagen, hasta el final. El mismolenguaje, me parece, se revelo incapaz para describir esanada, ese vado, como si solo se pudiera hablar de 10quees pleno, util y funcional.Un espacio sin funcion. No sin funcion precisa, sino

    precisamente sin funcion; no pluri-funcional (esto todoel mundo 10sabe hacer), sino a-funcional. Evidentemen-

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    te no habrfa sido un espacio destinado unicarnenre aliberar los otros (cuarto trastero, arrnario empotrado,guardarropa, estanterfas, erc.) sino un espacio, repito,gue no habrfa servido para nada.A veees llego a no pensar en nada, y ni siguiera como

    el Amigo Pierrot ala rnuerre de Louis XVI: de repente medoy cuenra de que estoy aquf, gue el metro acaba depararse y gue tras abandonar Dugommier unos noventasegundos antes, aunque parezca imposible, ahora estoyen Daumesnil. Pero, en este caso, no he l1egado a pensarla nada. 2Como pensar la nada? 2Como pensar la nada sinponer automaticamente algo alrededor de esa nada, 10cual produce un agujero, en e 1 gue rapidamenre se va a po-ner algo, una pracrica, una funcion, un destino, una mira-da, una necesidad, una ausencia, un excedente ... ?Trace de seguir con docilidad esra idea tan difusa. Y en-

    conrre muchos espaeios inutilizables, y muchos espaeiosinutilizados. Pero no querfa nada inutilizable, ni tam poconada inutilizado, sino algo que fuera imitil. ~Como pres-cindir de las funciones, los ritrnos, las eostumbres, comoprescindir de la necesidad? Me imagine gue vivfa en unapartamento inmenso, tan inmenso gue nunca consegufaacordarme de cuanras piezas tenfa (10 supe tiernpo arras,pero 10 habia olvidado y sabfa gue era demasiado viejopara volver a ernpezar un recuento tan complicado): todaslas piezas servirfan para algo, menos una. La cosa era en-contrar esta ultima. En una palabra, no era mas dificil gueencontrar, en el easo de los leetores de La Biblioteca de Ba-bel, ellibro que tenia la clave de los demas. Efectivamenteera algo muy proximo al vertigo borgesiano el hecho de60

    querer representarse una sala reservada para la audicion deLaSinfonia n 48 en do, Hamada MariaTheresa, de JosephHaydn, otra dedicada a la lectura del barornetro 0 a la lim-pieza de mi dedo gordo del pie derecho ...Pense en el viejo prfncipe Bolkonski que, cuando le in-

    quieta la suerte de su hijo, busea en vano durante toda lanoehe de habiracion en habitacion, con una antoreha enla mano y seguido de su servidor Tikhone con unas man-tas de piel, la earna donde al fin cogera el suefio. Penseen una novela de ciencia-ficcion en la que la nocion dehabitat habrfa desaparecido; pense en otro relaro de Bor-ges (EI Inmortal) en el gue unos hombres que habian per-dido la necesidad de vivir y de morir construyen palaciosen ruina y escaleras inutilizables; pense en grabados deEscher y en cuadros de Magritte; pense en una gigantescacaja de Skinner: una habiracion enrerarnente negra, ununico boron en una de las paredes; al apretar el boron apa-rece durante un breve instante algo asf como una cruz deMalta gris sobre fondo blanco ... ; pense en las grandes pira-mides y en el interior de la Iglesia de Saenredam; pense enalgo japones; pense en el vago reeuerdo gue tenia de untexro de Heissenbuctel en el que el narrador descubre unapieza sin puerras ni ventanas; pense en suefios que habfatenido sabre el rnismo tema, cuando descubria en mi pro-pia apartamento una pieza que no conoda ...Jamas llegue a alga real mente satisfactorio. Pero creoque no perdf completamente el tiempo al tratar de fran-quear ese limite improbable: tengo la impresi6n de quea traves de este esfuerzo se transparenta algo que podriatener estatuto de habitable ...

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    5MudarseDejar un apartarnenro. Desocupar una casa. Levantar el

    campo. Despejar. Ahuecar el ala.Invenrariar ordenar clasificar seleccionarElirninar tirar venderRomperQuemarBajar desellar desclavar despegar desatornillar descolgarDesconectar soltar cortar sacar desmontar doblar corrarEnrollarEmpaquetar embalar apretar anudar apilar juntar

    amontonar arar envolver proteger recubrit cerrar apretarRecoger llevar levan tarBarrerCerrarMarcharse

    Instalarse

    limpiar verificar probar cambiar acondicionar firmar es-pcrar imaginar inventar invertir decidir ceder doblarcurvar enfundar equipar desnudar partir enrollar volvergolpear refunfufiar sombrear modelar cenrrar protegerentoldar amasar arran car cortar conectar esconder soltaraccionar instalar chapucear encolar romper atar pasarapilar amontonar planchar pulir consolidar hundir en-clavijar enganchar ordenar serrar fi jar clavar marearanorar calcular subir medir dominar ver apear pesar con62

    todo su peso embadurnar apomazar pintar frotar rascarenlazar subir tropezar franquear extraviar hallar revolvertumbarse a la bartola cepillar enmasillar desguarnecercamuflar enmasillar ajustar ir y venit lustrar dejar secaradrnirar extrafiarse exasperarse impacientarse sobreseerapreciar afiadir intercalar sellar clavar atornil lar fijar co-ser ponerse en euclillas encararnarse enfriarse centrar acce-der lavar evaluar contar sonrefr sostener restar multiplicarquedarse plantado esbozar comprat adquirir recibir devol-vet desembalar deshacer orIar encuadrar engastat observarconsiderar sonar fijar agujerear estrenar una casa acamparprofundizar alzar procurarse sentarse adosar apuntalarenjuagar desatascar completar clasificar barrer suspirarsilbar mientras se trabaja humedecer encapricharsearrancar fijar carteles pegar jurar insistir trazar acuchillarcepillar pintar agujerear conectar alumbrar cebar soldarcurvarse desclavar sacar punta atornillar distraerse dismi-nuir sosrener agitat antes de usar afilar extasiarse remataratrancar rascar desempolvar maniobrar pulverizar equili-brar verificar humedecer taponar vaciar triturar esbozarexplicar encogerse de hom bros acoplar dividir andar deaquf para alla hacer tensar cronometrar yuxtaponer acer-car casar blanquear lacar volver a tapar aislar arquear pren-der ordenar enjalbegar fijar recomenzar intercalar exten-der lavar buscar entrar soplarinstalarsehabitarvrvir

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    puertas problema no es que haya Haves 0 no: si no hubiera puer-ta, no habrla Have.

    Nos protegemos, nos parapetamos. Las puertas paran yseparan.La puerta rompe el espacio, 10 escinde, impide la osmo-

    sis, impone los tabiques: por un lade estoy yo y mi-casa,10 privado, 10 dornestico (el espacio recargado con mispropiedades: rni carna, mi rnoqueta, mi mesa, mi mag ui-na de escribir, mis libros, mis numeros descabalados deLa Nouvelle Revue Francaise ... ), por otro lado esran losdernas, el mundo, 10 publico, 10 politico. No se puede irde uno a otto dejandose llevar, no se pasa de uno a ottoni en un sentido ni en otro: es necesaria una conrrasefia,hay que franquear el umbral, hay que dernostrar queuno riene carta blanca, hay que efectuar una cornunica-cion, como el prisionero que se comunica con el exte-nor.

    Evidenternente es dificil imaginar una casa que no tu-viera puerta, Un dfa vi una, hace varios afios, en Lansing,Michigan, Estados Unidos de America. Habra sido cons-truida por Frank Lloyd Wright: prirnero habra que se-guir un sendero suavemente sinuoso a la izquierda delcual se elevaba, muy progresivamente e incluso con ex-trema indolencia, una ligera pendiente gue, oblicua alprincipjo, se aproximaba poco a poco a la vertical. Len-ramente, como por azar, sin pensarlo, sin gue en ninguninstanre pudiera afirmarse la percepcion de una especiede transicion, de corte, de paso, de solucion de conrinui-dad, el sendero se vol via pedregoso, porgue al principiono habra mas que hierba y luego ernpezaban a aparecerpiedras entre la hierba, y despues mas piedras, hasta con-vertirse en una calle enlosada y herbosa, aunque a la iz-guierda la pendiente del terrene comenzaba a parecersemuy vagamente a un rnurete, luego a un muro en opusincertum. Despues apareda una especie de techado de cla-raboya practicarnenre inseparable de la vegeracion que 10invadia, Perc de hecho ya era tarde para saber si se esta-ba fuera a dentro: al final del sendero, las losas estabanunidas par los bordes y era 1 0 que se llama habitualrnen-te una entrada que daba directamente a una giganrescapieza, una de cuyas prolongaciones terminaba adernas enuna terraza adornada con una gran piscina, El resto de Lacasa no era menos relevanre, no solo par su confort, nisiquiera par su lujo, sino porque se tenia la irnpresion deque se habia inserrado en su colina como un garo que searrebuja can un cojin.

    En la peHcula Planete interdite, algunas de las caracte-rfsticas rnorfologicas de sus antiguos constructores pue-den deducirse a partir de Laforma triangular y del enor-me tarnafio de las puerras; la idea es tan especracularcomo gratuita (~por que triangular?) pero 5 1 no hubierahabido ninguna puerta se habrian podido sacar conclu-siones mucho mas sorprendentes.(Como ser preciso? No se trata de abrir 0 no abrir su

    puerta, no se rrara de dejar su llave en la puerta; el64 65

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    El poco interes de esta anecdota es tan moral como pre-visible: una decena de casas mas 0menos semejanres es-raban diseminadas dentro del perfrnetro de un club degolf privado. El golf estaba enteramente cercado; unosguardas que, faeil era de imaginar, estaban armadas concarabinas de canones recortados (en mi juventud habravista muchas peliculas americanas), vigilaban la unicaverja de entrada.

    escaleras

    No pensamos demasiado en las escaleras.Lo mas bonito de las casas antiguas eran las escaleras.y son 1 .0 mas feo, 1 0 mas frio, 1 0 mas host il, 1 0 mas mez-quina de los edificios de hoy en dia ..Deberiamos aprender a vivir mucho mas en las escale-

    ras. Pero 2como?

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    paredes

    ('Que pasa detrds de un rnuro cualquiera?Jean Tardieu,I Cuelgo un cuadra en la pared. Enseguida me olvidode gue allihay una pared. Ya no se 10 gue hay detras de

    esa pared, ya no se que hay una pared, ya no se gue esapared es una pared, ya no se que es eso de una pared. Yano se que en mi aparramento hay paredes y que, si nohubiera paredes, no habria apartamento. La pared ya noes 10 gue delimita y define ellugar en que vivo, 10 queIe separa de los arras lugares donde viven los dernas, yano es mas que un soporte para el cuadra. Pera tarnbienme olvido del cuadra, ya no 10 mira, ya no se mirada.He colgado el cuadra en la pared para olvidar que allfhabia una pared pera, al olvidar la pared, me olvidotarnbien del cuadro. Hay cuadras porgue hay paredes.Es necesario olvidar gue hay paredes y, para ello, no seha encontrado nada mejor gue los cuadras. Los cuadraseliminan las paredes. Pera las paredes matan los cua-dras. 0, si no, habrfa que cambiar continuamente, biende pared, bien de cuadra, calgar de continuo otros cua-dros en las paredes, 0 cambiar el cuadra de pared todoel tiempo.68

    Podrfamos escribir en las paredes (como se escribe aveces en las fachadas de las casas, en las empalizadas delas obras, en los muros de las prisiones), pero rara vez 10hacemos.

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    el inmueble

    1Proy~cto de novelaMe imagine un inrnueble parisiense cuya fachada ha

    desaparecido -una especie de equivalenre del tejado le-vantado en El diablo cojuelo 0 de la esceoa de juegodel Go representada en el Gengi rnonogatari ernaki- demodo que, desde el entresuelo a las buhardillas, todas lashabitaciones que se encuenrran delante sean visibles ins-tantanea y simultaneamente.La novela -cuyo tftulo es La Vida instrucciones de uso- se

    lirnita (si puedo emplear este verbo para un proyecto cu-yo desarrollo final alcanzara alga asf como cuatrocientaspaginas) a describir las habitaciones puestas al descu-bierto y las actividades gue en ellas se desarrollan, todoello segun procesos formales en cuyo detalle no me pare-ce obligado entrar aguf, pero cuyos solos enunciados meparece que tienen algo de seductor: poligraffa del caba-llo (y 10 que es mas, adaptada a un damero de lOx 10),pseudo-quenina de orden 10, hi-cuadrado latino ortogo-nal de orden 10 (aguel gue dijo Euler gue no existia, pe-ro que fue descubierto en 1960 par Bose, Parker yShrikande).

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    los origenes de este proyecto son muchos. Uno de elloses un dibujo de Saul Steinberg, aparecido en The Art 0 /Living (londres, Hamish Hamilton, 1952) que represen-ta un edificio (sabemos gue es un edificio porque junto ala puerra de entrada hay un cartel con la inscripcion NoVacancy) del que una parte de la fachada ha sido elirn ina-da, dejaodo ver el interior de unas veint itres habitacio-nes (digo unas, porque hay otras que estan por derras yno se ven): el solo inventario -y no seria ni siquiera ex-haustivo- de los elementos del rnobiliario y de las accio-nes representadas tiene algo de autenticarnenre verrigi-noso:3 cuarros de bafio; el del 3 esta vacio, en el del 2 unamujer se esta bafiando; en la planta baja un hombretoma una ducha.

    3 chimeneas de tarnafio diferente, pero alineadas. Ninguna funciona (nadie hace fuego en ellas, si se prefiere);las del 19 y del 29 es tan eq ui padas con mar ill as; ladel 10 esta cortada en dos por un tabique que divideigualmente las molduras y el roseton del techo.

    6 arafias y 1 movil tipo Calder5 telefonos1 piano vertical y su raburete10 individuos adult os de sexo masculino, de los cuales

    1 bebe un vaso1 escribe a rnaquina2 leen el peri6dico, uno esta sentado en unsofa, el otro esta estirado en un divan3 duermen1 se ducha1 come tostadas

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    1 atraviesa el umbral de una habitaci6n enla que hay un perro

    10 individuos adultos de sexo femenino, de las cuales1esta ociosa1esta sentada1 tiene un bebe en sus brazos2 leen, la una, sentada, el periodico, la orra

    acostada, una novela1 lava los platos1 se bafia1 hace punto1 come tostadas1 duerme6 nifios de corta edad, de los que 2 sin duda son nifias

    y 2 sin duda son nifios,2 perros2 gatos1 oso con ruedas1 caballi to con ruedas1 trenecito1 rnufieca dentro de su coche6 ratas a ratonesno pocas terrniras (no es seguro que se trace de rerrnitas;en todo caso una especie de animales que vivenen el suelo y las paredes)

    al menos 38 cuadros 0 grabados enmarcados1 mascara negra29 larnparas (adernas de las arafias)10 camas1 cama de nino3 divanes de los cuales uno sirve de cama a duras penas4 cocinas mas bien de tipo americana

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    7 habitaciones con parquet1alfombra2 alfombrillas 0 pies de cama9 habitaciones con suelo enmoquetado seguramente3 habitaciones embaldosadas1escalera interior8 veladores5 mesas bajas5 pequefias bibliotecas1estanrerfa llena de libros2 relojes de pared5 cornodas2 mesas1escritorio con cajones y con un cartapacioy un tintero2 pares de zapatos1 taburete de bafio11 sillas2 sofas1 cartera de cuero1 albornoz de bafio1 guardarropa1 despertador1 peso1 cubo de pedal1 sombrero puesto en un colgador1 tra je en una percha1 americana colocada sobre eI respaldo de una sillaropa secandose3 pequefios armarios de bafiovarias botellas y frascos

    nwnerosos objetos dificilmente idenrificables (relojes,

    ceniceros, gafas, vasos, platillos Uenos de cacahue-tes, por ejemplo)

    Y no hemos descrito mas que la parte desfachada delinmueble. El cuarro restante del dibujo aun perrnite cen-sar un trozo de acera cubierto de detritos (periodico vie-jo, lata de conservas, tres sobres), un cubo de basura de-masiado Ileno, un porche suntuoso, ya verusto, y cincopersonajes en las ventanas: en el segundo, entre tiestos deflores, un anciano furnandose una pipa y su perro, un pa-jaro en su jaula, una mujer y su hija.

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    Me parece que es verano. Deben de ser las ocho de latarde (curiosamente los nifios no se han acostado toda-via). Aiin no se ha inventado la television. Tampoco se veningun aparato de radio. La propietaria del inmueble essin duda la senora que hace punto (no esra en el 10comocref al principio sino, dada la posicion del porche, en laplanta baja, y 10 que llarne planta baja es en realidad unsotano: la casa no tiene mas que dos pisos); la propieta-ria ha sufrido algun reves de la fortuna que le ha obliga-do no solamente a transformar su casa en apartarnentos,sino a partir en dos sus dos mejores habitaciones.Un examen un poco mas aterito del dibujo perrnitirfa

    ex traer facilmente los detalles de una voluminosa nove-la: es evidente, por ejernplo, que nos encontramos en unaepoca en que esta de rnoda el pelo rizado (tres rnujeres sehan puesto rulos); el caballero que duerme en su pococonfortable divan es seguramente un profesor: a el perte-nece la carrera de cuero y riene sabre su despacho algoque se parece mucho a un fajo de examenes; la senora queesta ociosa es la madre de la jovencita que esra sentada yes muy verosfrnil que el senor que se apoya en la chime-

    75 I

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    nea, con un vaso en la mano y mirando con eierta per-plejidad el rnovil estilo Calder, sea su futuro yerno; encuanto a su vecino, que tiene cuatro hijos y un gato, pa-reee consagrarse a la maquina de escribir como alguiende quien el editor esperara el manuserito desde hace rressemanas ...

    2Cosas que deberfamos hacer sistemaricamentede vez en cuandoEn el inmueble donde vivimos:

    ir a ver a los vecinos; mirar 10 que hay, por ejemplo,en la pared que nos es cormin; verificar, 0 desmentir,la hornotopia de las viviendas. Ver c6mo se le sacapartido;darse cuenta de algo que puede pareeerse a un des-piste y que puede venir del hecho de coger la escale-ra B en lugar de la escalera A, 0 de subir al S O a pesarde vivir en el segundo;tratar de imaginar, en el marco mismo del inrnue-ble, las bases de una existencia colecriva (he vis to, enuna vieja casa del distrito XVUI, un we que era co-mun para cuatro viviendas; el propietario no querfapagar el alumbrado del citado we y ninguno de loscuatro inquilinos habfa querido pagat pot los otrostres, ni habfa aceptado la idea de un unico contadory un reeibo divisible por euatro. Enronces, el weestaba alumbrado por cuatro bombillas distintas,

    76

    cada una de ellas aceionada desde eada una de laseuatro viviendas: una sola bombilla habrfa alum bra-do durante diez afios dfa y noehe y por supuestohabria costado menos caro que la instalacion de unosolo de aquellos circuiros privativos).

    En los inmuebles en general:mirarlos;levan tar la eabeza;buscar el nombre del arquirecto, el nombre del con-rratista, la feeha de construccion;preguntarse por que a menudo esta escrito gas entodos los pisos;tratar de acordarse, en el caso de un inmueble nuevo,de 1 0 que habia antes;etc.

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    la calle

    1Los inmuebles estan unos al lado de otros. Estan ali-

    neados. Esta previsto que esten alineados, es una faltagrave cuando no estan alineados: se dice entonces queesran heridos de alineamiento, esro quiere decir que se lospuede demoler, con objeto de reconstruirlos en alinea-rruento con otros.EI alineamiento paralelo de dos series de inmuebles de-

    termina 10 que se llama una calle: 1acalle es un espaciobordeado, generalmente en sus dos lados mas largos, decasas; la calle es 10que separa unas casas de otras, y tam-bien 10 que permite ir de una casa a otra, bien a 10 largode la calle, bien atravesandola. Ademas, la calle es 10 quepermite localizar las casas. Existen diferentes sistemas delocalizaci6n; el mas exrendido, en nuestros dfas y en nues-tros dimas, consiste en dar un nombre a la calle y unosnumeros a las casas: la cuesti6n del nombre de las calleses extrernadamente compleja y a menudo incluso espino-sa, y sobre ella se podrfan escribir varias obras: en cuan-

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    to a la numeracion, no es tan simple como parece: enprimer lugar, se decidio que se pondrfan los numerospares a un lado y los impares al otro (pero, como se pre-gunta muy bien un personaje de Raymond Queneau enLe vol d'lcare: 13 bis, 2esuna cifra par 0 irnpar?), en se-gundo lugar, que de acuerdo con el sentido de la calle,los numeros pares estarian a la derecha (y los impares ala izquierda) y, en tercer lugar, que el susodicho senti dode la calle estarfa generalmente determinado (aunqueconocemos muchas excepciones) por la posicion de la suso-dicha calle en relacion con un eje fijo, el Sena en este caso:las calles paralelas al Sena estan numeradas de arriba aabajo, las calles perpendiculares parten del Sena y se ale-jan de el (estas explicaciones conciernen a Parfs evidente-mente; se puede suponer razonablemente que solucionesanalogas han sido pensadas para otras ciudades).

    con tiernpo de estacionamiento limitado, bien, de modomas general, estableciendo un pago por estacionamien-to.No es frecuente que haya arboles en las calles. Cuando

    los hay, estan rodeados de una pequefia reja. Por contra,la mayorfa de la calles esran equipadas con instalacionesespedficas correspondientes a diversos servicios: hay fa-rolas gue se encienden autornaticamente cuando la luzdel dfa comienza a decrecer de modo significativo; para-das en las que los usuarios pueden esperar la llegada delos autobuses 0 de los taxis; cabinas telefonicas, bancospriblicos: buzones donde los ciudadanos pueden deposi-tar carras gue el servicio de correos recogera en horasdeterminadas; mecanismos de relojerfa destinados a re-cibir el dinero necesario para un estacionamiento detiempo limitado; cestos reservados a los papeles usadosy otros dctritos, a los que muchas personas echan com-pulsivamente una mirada furtiva al pasar; sernaforos decirculacion. Hay igualmente paneles de sefializacion decarretera que indican, por ejemplo, que conviene apar-car a uno u orro lado de la calle segun se este 0 no en laprirnera 0en la segunda guincena del mes (1 0 gue sella-rna un esracionamiento unilateral alterno), 0 que haygue guardar riguroso silencio dada la proximidad de unhospital 0, finalrnenre y sobre todo, gue la calle C 'S desentido unico: la afluencia de vehfculos autornoviles estal gue la circulacion serfa casi imposible si no se hub ie-ra cogido la costumbre, desde haee algunos afios y en la.rnayorfa de las aglomeraciones urbanas, de obligar a losautomovilistas a no circular mas que en una sola direc-cion, 10 eual evidentemente les obliga a realizar a vecesimportances desvios.

    Al contrario gue los inmuebles que pertenecen desdecasi siempre a alguien, las calles no pertenecen a nadie enprincipio. Esran reparridas, bastante equitativarnente,entre una zona reservada a los vehiculos autornoviles, yque se llama calzada, y dos zonas, evidentemente masestrechas, reservadas a los peatones, que se llaman aceras,Ciena cantidad de calles esran enterarnente reservadas alos peatones, sea de manera permanente, sea para cierrasocasiones particulares. Laszonas de contacto entre la cal-zada y las aceras permi ten aparcar a los autornovilistasque ya no quieren circular. Como Lacantidad de vehicu-los auromoviles deseosos de no circular es mucho masgrande que la cantidad de plazas disponibles, se han Iirni-tado esas posibilidades de estacionamiento, bien en elinterior de ciertos perirnetros llamados zonas azules80 81

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    En algunos cruces considerados particularmente peli-grosos, la cornunicacion entre las aceras y la calzada, quesuele ser normalmente libre, esta prohibida por medicde estacas rnetalicas enlazadas con cadenas; estacas iden-ticas plantadas en las aceras sirven a veces incluso paraimpedir que los vehiculos vengan a aparcar en las aceras,cosa que harfan a menudo si no se les impidiera. En fin,en ciertas circunstancias -desfiles militares, paso de jefesde Estado, etc.- trozos enteros de calzada pueden estarprohibidos por medio de barreras metalicas ligeras quese imbrican las unas en las otras.En algunos lugares de las aceras unas desnivelaciones

    en arco circular, familiarmente llamadas bare os , indi-can que vehfculos autornoviles pueden estar aparcados enel interior de inrnuebles y que canviene dejarles perma-nentemente la posibilidad de salir; en orros lugares, unospequefios azulejos encastrados en el reborde de las acerasindican que aquella porcion de acera esta reservada aIestacionamiento de caches de alquiler.

    de calles y que se abren por medio de llaves en forma deT de las que van provistos los empleados municipalesencargados de la limpieza de las calles.En principio siempre es posible pasar de un lado a otro

    de la calle utilizando pasos protegidos que los vehfculosautomoviles solo deben franquear con extrema precau-cion. Estos pasos protegidos estan sefializados, bien seacon dos series paralelas, perpendiculares al eje de la calle,de clavos metalicos cuya cabeza tiene un diarnerro demas 0 menos doce centimerros, de donde viene el nom-bre de "pasos de clavos" que se da a estas zonas protegi-das, bien sea con anchas bandas de pintura dispuestasoblicuamente todo a 10 ancho de la calle (entonces se lla-man pasos materializados). El sistema de pasos de clavos 0materializados no parece tener ya la eficacia que tuvo siduda en otro tiempo, y a menudo es necesario afiadirle unsistema de luees de sefializacion de tres colores (rojo, na-ranja y verde) que al multipliearse han provocado proble-mas de sincronizacion extraordinariamente complejos, pa-ra resolver los cuales trabajan sin descanso algunos de losordenadores mas grandes del rnundo y algunas de las inte-ligencias consideradas como las mas brillantes de nuestraepoca,

    La union de la calzada y de las aceras tiene el nombre decuneta: se trata de una zona ligeramente inclinada, gra-cias a la cual las aguas de lluvia pueden fluir hacia el sis-tema de alcantarillado que se encuentra debajo de la calle,en lugar de extenderse a todo 1 0 ancho de la calzada, 1 0cual fastidiarfa eonsiderablemente la circulacion autorno-vii. Durante varios siglos solo hubo una cuneta y se en-conrraba en medio de la calzada, pero todo el mundo estade acuerdo en considerar que el sistema actual esta mejoradaptado. A falta de agua de lluvia, el mantenirniento delas calzadas y de las aceras esta asegurado gracias a tom asde agua que se hallan instaladas en casi todos los cruces

    En diferentes lugares, unas camaras teleditigidas vigi-Ian 1 0 que esta ocurriendo: hay una encima de la Camarade los Diputados, justo bajo la gran bandera tricolor;otra en la plaza Edmond Rostand, en el eje del bulevarSaint-Michel; tarnbien hay otras en Alesia, en la plazaClichy, en el Charelet, en la plaza de la Bastille, etc.

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