Griselda García, Su sombra

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  • 7/31/2019 Griselda Garca, Su sombra

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    Griselda Garca Su sombra

    El flaco viva en la parte de atrs de un taller mecnico. Yo a veces iba y

    le cocinaba. El olor a aceite de auto era constante. No tena ollas, as

    que usaba una lata de dulce de batata. Esa tarde l no haba llegado.

    Me qued charlando con Nstor, el mecnico. Estaba desarmando un

    motor.

    Cebate unos mates, nena.

    La Loba se pona cerca para que le hiciera caricias. Hablamos del

    clima, de las ltimas peleas de Ivn. Le pregunt:

    Tus chicos, bien?

    Al que no veo bien es al Ivn.

    El flaco vena de una buena racha, as que no entend.

    Pas algo?

    Nstor apur el sorbo. Mir sus eternas uas negras.

    Anoche estaba yendo para casa cuando me aviv de que no tena

    los papeles del auto, volv para ac y cuando entr l estaba

    entrenando, no me vio. Me qued espindolo porque es sensacional...

    No pods dejar de mirarlo.

    Es un espectculo! En eso escucho unas voces, cre que tena

    puesta la radio, pero no, era l, que le hablaba a la sombra: Hija de

    puta, ni bien pueda te mato. En un descuido te mato. Cuando bajs la

    guardia, te la voy a dar. Te va a rebotar el cerebro, puta. Me dio un

    cagazo que no te explico, como entr, sal.

    Lleg un tipo a buscar un repuesto y se cort la charla. Pas a la

    parte de atrs. Haba un montn de botellas vacas en un rincn. El

    flaco lo llamaba el cementerio.

    Me sent a esperarlo. Hoje una revista vieja que tena las pginas

    resecas. Despus abr el cuaderno. Haba nmeros y fechas. En una

    deca: Calentamiento 15 min., Carrera 9 Km., Sombra 2x3.30 min.,

    Golpe al saco 3x3.30 min., Suiza 1x5 min., Asaltos libres 1x3.40 min.,

    Peso, 50.3 GORDO.

    Escuch que entraba y dej el cuaderno. Sonri al verme.

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    Te preparo algo y me voy.

    No quiero nada.

    A veces yo quera pasarla mal, as l no se deprima. Tena una

    tristeza ancestral. Formaba una nube negra a su alrededor. Un campo

    de fuerza. Con eso ganaba las peleas. Sus adversarios golpeaban contra

    un muro. Era habitual que noqueara en el primer asalto.

    Lentejas, te hago. No engordan.

    No entends que quiero que te vayas?

    Entenda, s, pero a veces con entender no alcanza. De pronto sent

    que algo caliente me bajaba por la nariz. Aparecieron una, dos, tres

    estrellas en el piso.

    Sangredijo y fue hacia el bao.

    Volvi con algo que presion con firmeza contra mi cara. Me mov y

    la presin aument. No poda respirar. Trat de zafarme, pero l me

    agarraba la cabeza. Cuando empec a patearlo, por fin me liber. Al

    apartar la mano, vi que sostena una toalla blanca. En la nariz me

    qued algo como tierra reseca.

    Ya est, tranquila.

    El miedo, a la vez, me paralizaba y me haca temblar. Tard en

    levantarme. Ivn miraba el piso manchado con sangre. Perciba en todo

    el cuerpo la tristeza que irradiaba desde su pecho y llegaba hasta m.

    Estaba lavndome la cara cuando la soga empez a golpear contra el

    piso. Escuch murmullos y el siseo del aire.

    Hasta maanasalud, pero no respondi.

    Saltaba de cara a la pared.

    La toalla con crculos rojos fue lo ltimo que vi.

    Griselda Garca. En La madre del universo. Buenos Aires. 2012