Guatemala:la joya de CentroaméricaUn periplo desde la colonial Antigua hasta las ruinas mayas de Tikal

GUATEMALA

De todos los países centroamericanos, Guatemala es, desde mi punto devista, el más atractivo. Porque sus volcanes son los más altos, sus ruinas

mayas las más impresionantes, sus vestigios coloniales los mejorconservados, sus mercados los más coloristas y sus indígenas los más

aferrados a sus propias tradiciones. Desde las ruinas mayas de Tikal hastala ciudad colonial de Antigua, Guatemala ofrece todo un caleidoscopio de

imágenes y sensaciones capaces de satisfacer al viajero.

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LA GRAN AVENTURA

Comercial e industrial, trepidante, ruidosa, cos-mopolita, bloques de cemento, tráfico intenso, taxis,autobuses, la noche, el bullicio.... toda una seriede apelativos con los que se ha definido a Ciudadde Guatemala en constante contraposición con latranquilidad, el sosiego, la calma y la monumen-talidad de Antigua, su predecesora. Porque sinduda resulta difícil resistirse a la inevitable compa-ración. Los avatares de la historia y los caprichosde la naturaleza propiciaron el traslado de la capitaly por ello la actual puede parecer que adolece delempaque de los primeros tiempos de la colonia.Sin embargo, esta misma colonia se volcó en elcrecimiento de la nueva ciudad, con otros estilos,

ciertamente, pero la independencia la engrandecióy el siglo XX la modernizó, resultando hoy la mejorintroducción antes de internarse en el país y ensímbolo de su desarrollo.

La llamada Zona 1 es la parte más antigua deCiudad de Guatemala y, obviamente, en ella seencuentran los edificios y monumentos más cer-canos a la fundación, en 1776. La mayor parte delos atractivos turísticos históricos se encuentrancerca de la Plaza de la Constitución. Dicha plaza,también denominada Plaza Mayor, Plaza de Armaso, por extensión, Parque Central, es el corazónmismo de la ciudad. En el esquema colonial espa-ñol era el eje a partir del cual se vertebraba el restode la población. Alberga algunos de los puntos demayor significación e interés de Ciudad de Gua-temala, como la Catedral Metropolitana, el PalacioNacional, la Biblioteca Nacional, el Archivo Generalde Centroamérica y el Portal del Comercio.

Situado en el lado norte de la Plaza de la Cons-titución, el Palacio Nacional es con toda probabilidadel edificio más monumental de todo Centroamérica.Este emplazamiento estuvo ocupado previamentepor un primer Palacio de los Capitanes Generales,que edificaron los españoles cuando construyeronCiudad de Guatemala. Aquel palacio fue destruidopor los terremotos de 1917 y 1918. En 1921, seconstruyó un nuevo edificio, con motivo de la cele-bración del centenario de la independencia, y sele llamó Palacio del Centenario, aunque la gentede la calle le llamaba Palacio de Cartón, siendodestruido por un incendio en 1924. Ya en 1943,bajo la presidencia del general Jorge Ubico, seconstruyó el actual Palacio Nacional.

Fue el propio presidente quien pidió expresa-mente que el palacio fuera construido siguiendoel estilo barroco colonial español, aunque poseeinfluencias también del neoclásico francés. Conuna extensión de casi 9.000 metros cuadrados,está realizado en cemento armado y ladrillo re-vestido de granito verde. Sin embargo, el puntode mayor interés se encuentra en su interior, enlugares como la capilla o el Salón de Recepciones.En esta última habitación, destacan las pinturasmurales del gran pintor guatemalteco Alfredo GálvezSuárez, que representan la conquista de Gua-temala. Muchos destacados artistas del país handejado su huella aquí: los vitrales de Julio Urruela,los decorados interiores de los famosos escultoresGaleotti Torres y Carlos Rigalt, tallas en madera ypiedra y, cómo no, las lámparas de cristal del Salónde Recepciones, con un peso de una toneladacada una.

Construida en el lado este de la Plaza de laConstitución, la Catedral Metropolitana fue ideaday realizada por el arquitecto español Marcos Ibáñez

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En la doble página deapertura: vista generaldel Lago Atitlán, paraalgunos “el más bellodel mundo”

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En estas páginas:calle de Antigua dondese puede respirar todoel sabor colonial.

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Texto y fotografías: Román Hereter

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entre 1782 y 1815, aunque las torres no se edifi-caron hasta cincuenta años más tarde. El edificioes un bello ejemplo del arte neoclásico del sigloXIX, del que destaca el frontispicio de mármol ygranito. En el interior del templo se encuentra unaexquisita colección de imágenes estucadas ydoradas, y buen número de lienzos originales.Muchas de las pinturas y esculturas que se hallanaquí proceden originariamente de la catedral deAntigua, mientras que los murales que adornanlas paredes son obras de los siglos XVII y XVIII.Contiguo a la Catedral, se encuentra el Palaciodel Arzobispo, residencia del Arzobispado desdeprincipios del período colonial. Detrás de la Catedralse halla el mercado más grande de Ciudad deGuatemala, el Mercado Central, el que fuera elprincipal mercado de comida de la ciudad, y dondeactualmente es posible encontrar de todo a unprecio razonable. Si es hábil en el regateo, puedeadquirir huipiles, bordados típicos, máscaras, ce-rámica, cuero, madera, platería, textiles, hojalata,productos de barro, bambú o tusa, entre muchosotros. El piso más alto está destinado al comerciotextil, de joyería y pieles; en la planta intermediase encuentran los alimentos, frutas, verduras,

plantas y flores; mientras abajo del todo se sitúanlos artesanos.

Antigua: la hermosa huella delcolonialismo hispánico

Considerada como una de las ciudades colo-niales más atractivas del mundo hispánico, Antiguarepresenta una de las visitas más interesantes quese pueden realizar en Guatemala. La antigua capitaldel país no suele defraudar a sus visitantes quevaloran su tranquilidad, disfrutan de sus edificioshistóricos y saborean su gastronomía y estable-cimientos comerciales. Pero antes es buenoconocer algo de su historia.

Tras la participación en la conquista de Méxicojunto a Hernán Cortés, Pedro de Alvarado partióacompañado por un ejército en diciembre de 1523para comandar la expansión hacia las tierras delsur. Ascendiendo por el altiplano y enfrentando alas diferentes etnias mayas entre sí, se hizo rápi-damente con el control de la zona y estableció loque sería la "primera capital" de Guatemala el 25de julio de 1524, día del Santo Patrón Santiago enel mismo lugar donde se encontraba Iximché, elcentro de poder de la etnia kaqchikel. Nacía asíSantiago de los Caballeros de Guatemala, con-siderado por algunos de los historiadores sólocomo un centro militar ya que el 22 de noviembrede 1527 los conquistadores se trasladaron al vallede Almolonga, en las faldas del Volcán del Agua,

Sobre estas líneas:catedral de Ciudad de

Guatemala

A la derecha, mujerindígena y otra calle de

Antigua Guatemala,donde la luz del

atardecer ilumina lascasonas que se

extienden bajo losvolcanes que rodean la

ciudad.

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LA GRAN AVENTURA GUATEMALA

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manteniendo el mismo nombre capitalino que enel primer enclave anteriormente mencionado. Pedrode Alvarado cedió muy pronto a su hermano Jorgelas responsabilidades administrativas para dedicarsea conquistar más territorios.

Años más tarde, concretamente la medianochedel 10 de septiembre de 1541, una tormenta acom-pañada probablemente por un seísmo destruyó lacapital, al bajar por la ladera del Volcán del Aguauna cantidad descomunal de agua y lodo, lo queobligó a los supervivientes a buscar un nuevo em-plazamiento para asentar la ciudad. Esta se ubicóen el Valle de Panchoy, lugar más alejado de losvolcanes, dotado de abundante agua, magníficoclima, tierras fértiles y suficientes bosques para laconstrucción de la capital, que mantendría el nombrehasta 1774, tras su destrucción, cuando empezó aconocerse con el nombre de Antigua Guatemalamientras se decidía trasladar definitivamente la ca-pital al Valle de la Ermita, con el nuevo nombre deGuatemala de la Asunción, hoy Ciudad de Gua-temala.

Vamos a referirnos a partir de ahora a Antigua,la vieja Santiago de los Caballeros de Guatemalaque fue durante más de dos siglos ni más ni menosque el centro político, religioso, cultural y comercialde una zona que abarcaba las regiones de Chiapas,el sur del Yucatán, Guatemala, Belice, El Salvador,Honduras, Nicaragua y Costa Rica.

La ciudad, asentada junto a la unión de trespla-cas tectónicas y rodeada por los volcanes Agua,Fuego y Acatenango, ha sido víctima a lo largo desu historia de constantes seísmos destructores ysu arquitectura ha sido dividida según sus periodosde construcción y posterior destrucción por causasnaturales.

Su trazado urbano renacentista, utilizando elsistema de calles orientadas de norte a sur y deoriente a poniente a partir de la Plaza Mayor o Pla-za de Armas de acuerdo con las Leyes de Indias,proviene del siglo XVI. Alrededor de la plaza seencuentran los principales edificios guberna-mentales: Palacio de los Capitanes Generales yCasa de la Moneda, Palacio del Ayuntamiento; loseclesiásticos: Catedral y Palacio Episcopal; yalgunos comercios.

Fueron alrededor de noventa las familias espa-ñolas que se situaron en el valle desde sus principiosy el 10 de junio de 1566, el rey Felipe II, otorgó eltítulo de "Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Santiagode los Caballeros de Guatemala" equiparándola enrango a las más importantes de México y de Perú.

Muy pronto llegaron las órdenes religiosas allugar. Ya en el siglo XVI los conventos masculinos

de Santo Domingo, San Francisco y La Merced yel femenino de La Concepción. En el siglo XVII lapoblación aumentó hasta llegar a 300 casas,extendiéndose los límites de la ciudad y sumándo-se las órdenes religiosas de San Agustín, la Com-pañía de Jesús, Belén y la Recolección entre lasmasculinas y Santa Catalina, Santa Teresa y SantaClara entre las femeninas.

El mayor esplendor arquitectónico de la ciudadllegó durante el siglo XVIII y también su destruccióny traslado. En esta época se fundó un nuevo con-vento de monjas, las Capuchinas, tras los seísmosde 1717 y 1751 que destruyeron buena parte dela ciudad, floreció el barroco en su máxima ex-presión. En 1773 la ciudad contaba con más de50 edificaciones civiles y religiosas y se especulaque rondaba los 33.000 habitantes al sufrir losterremotos de la tarde del 29 de julio, día de SantaMarta, cuando según se recoge en la "Razónpuntual de los sucesos más memorables y los es-tragos y daños que ha padecido la ciudad deGuatemala y su vecindario" de Juan GonzálezBustillo:

"... en dos segundos, poco más o menos,destruyó la mayor parte de los edificios públicos,y de particulares, reduciéndolos por lo que sepuede advertir, a un estado deplorable; de maneraque en tan corto espacio de tiempo se vierondesplomar las bóvedas, cuartearse las más fuertesparedes de sillería unas, y de mampostería, otras".

Martín de Mayorga, Capitán General, propusoel 2 de agosto de 1773 a los miembros de la RealAudiencia, que informen a su majestad la ruinaacaecida, haciendo ver la conveniencia del aban-dono del valle y a pesar de la oposición de la po-blación al traslado obtuvo una Real Cédula de suMajestad aprobando el traslado de la capital alValle de la Ermita. La Ciudad de Santiago de losCaballeros de Guatemala se conoció como "LaAntigua Guatemala" a partir de un documento oficialde 24 de julio de 1774.

El gobierno emitió varias reales cédulas comola del 28 de julio de 1777, ordenando terminan-temente el abandono de toda propiedad en Antiguaantes del mes de marzo de 1778. Esta obligaba atodos los propietarios demoler sus casas, aban-donar sus bienes inmuebles y trasladar suspertenencias coloniales a cambio de tierras en elValle de la Ermita. Sin embargo Antigua nunca fueabandonada en su totalidad a pesar de la des-mantelación de los edificios públicos y los esfuerzosdel poder para hacerla desaparecer. A pesar delos decretos que prohibían nuevas construcciones,el gobierno pronto perdió su interés fruto del augeque adquiría la nueva capital.

Antigua sufrió la destrucción motivada por el

Arriba y abajo, dosaspectos de la iglesia yconvento de La Merced,en Antigua. En medio,

mujeres guatemaltecaspreparando comida en

plena calle.

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En las páginassiguientes, distintosaspectos de AntiguaGuatemala, conmuñecas comosouvenirs y el famosoArco de Santa Catalinay vista del Lago Atitlán.

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tiempo, la naturaleza, el abandono y la mano delos pocos habitantes que quedaron en la ciudad,que sin duda aprovecharon algunos de los ma-teriales de sus ruinas para agrandar sus casas.Viajeros y religiosos del siglo XIX corroboran elaspecto surrealista de sus escombros.

Ya en pleno siglo XX y por medio del Decreto2772 de la República, el 30 de marzo de 1944 sedeclara la Antigua Guatemala "Monumento Na-cional" y se cuenta con la primera legislación pro-tectora en pos de mantener el carácter colonial dela ciudad. Hoy Antigua Guatemala mantiene uncarácter único y sus calles, sus casas, sus conjuntosmonumentales religiosos y civiles, algunos mag-níficamente reconstruidos, otros todavía en ruinas,conforman un conjunto armonioso que lo conviertenen una joya arquitectónica viva que la sitúan entrelas mejores ciudades coloniales del mundo y undestino capaz de colmar las mayores exigenciasde los amantes de la historia del arte. Un arte quecontrasta magníficamente con el palpitar diario degentes venidas de muy distintos y lejanos lugaresy de la población indígena que ha sabido mantenersus arraigadas tradiciones. Un auténtico regalopara los viajeros de nuestros tiempos.

Atitlán: “el lago más bello delmundo”

Tzutuhiles y cackchiqueles eligieron estas tierrasentorno al lago Atitlán, según algunos el más bellodel mundo, para asentar su señorío. Sus leyendasreflejan la resistencia de estos pueblos ante elinvasor hispano como la que asevera que lostzutuhiles, para evitar que se llevaran sus riquezas,las enterraron en las faldas del volcán Tolimán,bajo el Cerro del Oro, formado por las lavas dedicho volcán que alcanza una altura de 3.537metros sobre el nivel del mar.

En la capital departamental, Sololá, situada a135 kilómetros de Ciudad de Guatemala, empla-zada a 2.110 metros de altura sobre el nivel delmar y fundada por los españoles en 1547 sobreun pequeño pueblo llamado Tzoloyá, destaca unpintoresco mercado que adquiere mayor impor-tancia los martes y los viernes y la catedral colonialde Nuestra Señora de la Asunción. Durante losdomingos los representantes de las cofradíasdesfilan hacia ella para mostrar sus devociones.Todo el departamento tiene una población quealcanza los 250.000 habitantes, de los cuales el95% son de origen maya y más del 60% vive dela agricultura, elementos que evidencian la auten-ticidad que se ha logrado mantener.

El mayor atractivo del departamento es sinduda el lago Atitlán, que situado a 1560 metros de

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altura sobre el nivel del mar y con una longitud de17 kilómetros de diámetro, una superficie de 125kilómetros cuadrados y una profundidad en su cotamás baja de 320 metros, fue definido por personajesde la talla del escritor inglés Aldous Huxley o elcientífico alemán Alexander von Humboldt, como“el más bello del mundo”. Su formación se produjoal desplomarse la caldera de un volcán, al quedarvacía de magma, durante la erupción de los Choco-yos hace aproximadamente unos 85.000 años.Enmarcado por los tres volcanes como el Atitlán(3.505 metros), el Tolimán (3.155 metros) y el SanPedro (3.025 metros) que se extienden en la laderasur y se reflejan en sus azules aguas junto a lasnubes que les suelen acompañar, posee un climatemplado y agradable durante el día y algo másfrío por las noches. En ocasiones sopla el Xocomil,un viento fuerte capaz de producir fuertes olas queson temidas por los tripulantes de los cayucos opequeñas canoas hechas de troncos utilizadas porlos pescadores de los pueblecitos mayas situadosen torno al lago, cuyos habitantes visten telas con-sideradas entre las más bellas de todo el país.

Panajachel, constituye la base de operacionespara explorar todo el entorno del lago y el lugardonde se concentran la mayoría de servicios y lamayor animación, así como el enclave ideal paracontratar los útiles necesarios para realizar losmúltiples deportes náuticos practicables en el lagoa la vez que comprar infinidad de productos arte-sanales. Destaca la iglesia colonial que custodiauna imagen de San Francisco de Asís, cuyas fiestasse celebran del 1 al 7 de octubre. La poblaciónestá habitada en su mayoría por indígenas de laetnia cackchiquel que junto con mestizos y ladinoscomparten la producción de frutas, entre las quedestacan aguacates, naranjas, limones y plátanos,verduras y café.

Santa Catarina Palopó, situado al este de Pa-najachel, es básicamente renombrado por el trajetradicional de los pobladores. Los hombres utilizanun brocado compacto multicolor y las mujeres vis-ten huipiles de color turquesa, muy típicos y hechoscon tres lienzos elaborados en telar de cintura ydecorados con figuras geométricas en el brocado.Estrechas calles adoquinadas y casas de adobecon techo de paja rodean la blancura de la iglesia.

Santiago Atitlán, situado a treinta minutos enbarco desde Panajachel y extendido al pie del Vol-cán Tolimán, es el pueblo indígena más grandedel departamento y la localidad más visitada dellago después de Panajachel. Sus mujeres se cubrenla cabeza con un tocado rojo hecho de una largatela enrollada que puede llegar a medir entre 20y 25 metros de longitud. Los bellos huipiles estánbordados de aves, algunas de las cuales se pueden

observar en los alrededores que pueden visitarsemediante excursiones a caballo.

Destaca la iglesia de Santiago, con varios pa-neles de madera que cuentan las tradiciones localesde la población. Aquí se rinde culto a Maximón,representado por una escultura de madera vestidade gala y con rasgos blancos que podría respondera una mezcla entre antiguos dioses mayas, Pedrode Alvarado y el mismísimo Judas. Son múltipleslos recuerdos que se venden en la población comopinturas al óleo, artesanías talladas en madera ohuipiles tejidos por las mujeres en múltiples calle-juelas de la población.

San Pedro La Laguna es otra pequeña pobla-ción de origen cackchiquel situada en las faldasdel volcán San Pedro, con una larga tradición depinturas primitivistas, al igual que las de los vecinospueblos de Santiago y San Juan. Desde aquí sepueden visitar las ruinas de la iglesia de San AndrésSemetabaj, acceder a la playa Chuazanahí, subira los miradores de la cumbre de San Pablo o alcerro de Las Cristalinas, ya en Santa Clara LaLaguna.

Chichicastenango,el mercado por excelencia

Pero sin duda es Chichicastenango, situada a2.030 metros sobre el nivel del mar y sólo a 30minutos del lago Atitlán y la etapa que la mayoríade viajeros realizan después de su estancia eneste bello lugar, la población más famosa y visitadade todo el departamento. Sobre todo los jueves ydomingos cuando se celebra su famoso mercadoque desde tiempos inmemoriales ha congregadoa buena parte de los campesinos de los alrededoresque se han acercado hasta aquí para vender susproductos agrícolas, y que últimamente han perdidopresencia en términos relativos frente a la multitudde personas que se dedican a la venta de artesaníaa los miles de visitantes que hacen coincidir superiplo guatemalteco precisamente en alguno deestos dos días de la semana. Cada vez son máslas máscaras de madera tallada, los atuendostípicos de la mayoría de las tierras altas y los pañosbordados con relación a la fruta, verdura, maca-rrones, especias y elementos de costura y mercería.Una de las cosas que quizás más llaman la atencióna los extranjeros son los puestos de comida queofrecen alimento a compradores y vendedoresdurante toda la jornada. Al atardecer la mayoríade los precios suelen bajar un poco.

Pero no es solo el comercio lo que marca elinterés de “Chichi”, sino la confluencia entre losritos paganos y cristianos que se mezclan en suentorno y que suelen evidenciarse en la iglesia de

Santo Tomás, construida en 1540. Las escalerasque dan acceso a su fachada blanquecina sontodo un mundo, presidido por nubes de inciensoy pom, por donde suben los penitentes de rodillas,rezando en lengua quiché y pidiéndole a Diosayuda frente a sus desgracias y suerte en susacciones, mientras toman el fuego de la vida parasus incensarios. La enfermedad de la madre, unpróximo parto, las lluvias, las buenas cosechas...Quizás dichas escaleras se asemejan más a lasde una pirámide maya cuando durante los domingoslos líderes religiosos locales agitan incensarios deresina de copal mientras pronuncian palabras quehonran el antiguo calendario maya y sus ancestros.

En el interior, altares barrocos y esculturasmanieristas flanquean el paso hasta el altar mayor,adornado por ofrendas en forma de flores, ramasde pino y frutos de la vida. Aquí los antropólogosencuentran explicaciones en torno a la vida pre-hispánica que complementan al ofrecido tras elhallazgo por parte del fraile Francisco Ximénez,párroco de “Chichi” desde 1701 hasta 1703, delmanuscrito Popol Vuj, o libro de la comunidad, quedesvela la cosmovisión del pueblo quiché y que

está considerado como el más hermoso de la Amé-rica precolombina.

Al otro lado de la plaza hay otra iglesia encaladade blanco, la Capilla del Calvario, un poco máspequeña que la Santo Tomás. Al sur de la plaza elMuseo Regional muestra antiguas vasijas y esta-tuillas de arcilla, puntas de flecha y lanza, hachasde cobre y una bella colección de jade con collaresy estatuillas.

La población tiene dos tipos de jerarquías. Losfuncionarios y sacerdotes designados por la Repú-blica de Guatemala y la Iglesia Católica respecti-vamente de un lado, y los designados por lospropios lugareños que forman un gobierno indígenacon su alcalde, subalcalde, consejo y tribunal quedecide sobre los casos que afectan únicamente ala población autóctona. La vida religiosa gira entorno a las cofradías que suelen marchar en pro-cesión hasta la iglesia los domingos por la mañana.Durante las festividades señaladas, los funcionarioslocales visten de acuerdo con su rango, precedidospor un cayado ceremonial coronado por un crucifijode plata o placa alusiva al santo patrono de la

Vendedora delfamoso mercado deChichicastenango

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En el mercado deChichicastenangotodavía predominan lospuestos de comida,mientras que en lacarretera que unealguno de los pueblosdel lago Atitlán, todavíase pueden ver mujeresataviadas con sus trajestradicionales.

cofradía, se sacan las efigies de los santos en so-lemnes procesiones y se realizan bailes que re-presentan leyendas mayas y pasajes de la con-quista española, con personajes ataviados concoloridos trajes.

Las calles adoquinadas, los rojos tejadosenvueltos en la bruma, los viejos y destartalados

autobuses que conectan Chichicastenango conlos pueblos del entorno, hacen de esta poblaciónun lugar único y atrayente que nos suele defraudara casi nadie. Chichicastenango figura por todo ellodentro de los circuitos básicos de la mayoría delos visitantes que recorren estas tierras con algode prisa, que combinarán la población con Antiguay el lago Atitlán antes de enfilar rumbo a Tikal oregresar a la capital para finalizar su viaje.

Tikal y la selva del Petén

Con selvas vírgenes que nutren buena partedel continente americano, el Petén es conjunta-mente con los bosques de Canadá, la CuencaAmazónica y la Península Escandinavia uno delos pocos pulmones que posee el planeta tierra.Un clima ardiente y húmedo, un olor a cedro y cao-ba, un bosque tupido donde se pueden escucharlos sonidos de los animales salvajes como el

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micoleón o el jaguar, ha sido capaz de esconderdurante décadas los restos de una civilizaciónmisteriosa: la de los mayas. Observadores delespacio, calculadores del tiempo, fueron capacesde establecer una amplia red comercial a lo largode todo Centroamérica y el Golfo de México y sinembargo, conocidos como los griegos del NuevoMundo, inventores del número 0 y dominadores

de avanzadas técnicas en medicina, abandonaronsus ciudades sin apenas dejar rastro ni del cómo,ni mucho menos del por qué. Tikal es sin duda laperla del Petén, y el motivo principal por el que lamayoría de visitantes de Guatemala se acercanhasta aquí.

A 548 kilómetros al norte de Ciudad de Gua-temala se encuentra la mayor ciudad maya descu-bierta hasta la fecha, rodeada de un Parque Na-cional de 576 kilómetros cuadrados de extensióndestinado a proteger el área arqueológica. Algunosarqueólogos la comparan con Alejandría, Persépoliso la mismísima Atenas. Cuando se pisa su suelose comprende el por qué. Declarada en 1979 porla UNESCO como Patrimonio Cultural de la Huma-nidad, sorprende por la profusión de pirámidesescalonadas, por sus avenidas plagadas de altaresy estelas y sobre todo, por su entorno selváticoque contribuye a dar más valor a su diseño y estruc-

turación. Cuando uno consigue trepar hasta lacumbre de alguna de las pirámides más altas, vetodo un océano verde formado por las copas delos árboles, de donde brota de vez en cuando algúnotro templo de la ciudad sagrada, como si de unaisla en medio del mar se tratara. Y el horizonteaparece infinito, inalcanzable, remoto, secreto... Amedida que avanzan las horas de la tarde y el

crepúsculo se va acercando, más patentes sehacen los sonidos de la selva y más palpita el pro-pio corazón. Misterios de la noche en medio de lanada, lejos de todas partes en tierras de aventuradonde en cualquier momento puede escucharseel rugido del jaguar.

Cuando los españoles llegaron hasta aquí,hacía cinco siglos que los monumentos yacían pordebajo de la maleza. Los mayas ocuparon el lugarpor primera vez aproximadamente hacia el año800 a.C., dentro del período Preclásico Medio dela cronología aceptada actualmente para estudiarla civilización maya (Preclásico, de 2000 a.C. hasta250 d.C.; Clásico, de 250 hasta 900; y Postclásico,de 900 d.C. hasta 1523, fecha de la conquistaespañola). Las últimas construcciones correspon-den a los inicios del período Clásico Tardío, alre-dedor del año 900. Esos 1.500 años de ocupacióncontribuyeron a dotar a aquella civilización de un

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gran desarrollo en todos los ámbitos, tanto culturalcomo arquitectónico, artístico, agrícola, comercial,matemático e incluso astronómico.

Las excavaciones llevadas a cabo en Tikal hanrevelado más de 4.000 construcciones prehispá-nicas, 200 monumentos de piedra y 100.000 herra-mientas, objetos de culto y adornos. Aunque lasruinas se dispersan por un área bastante extensa,los puntos de mayor interés se concentran alrededorde la zona central de Tikal. Una red de caminos ysenderos conduce desde allí a los principales gru-pos arqueológicos. Es recomendable hacerse conun mapa de la zona y seleccionar los puntos quese quieren visitar antes de empezar a andar, paraevitar perderse en largas caminatas por la selvasin después cosechar el resultado deseado.

La Gran Plaza es el corazón mismo de Tikal yse encuentra enmarcado por las estructuras arqui-tectónicas más espectaculares. Al norte, se encuen-tra limitada por una fila de estelas y altares es-culpidos, en los que se puede hallar gran parte dela secuencia dinástica de Tikal. Justo detrás deesta línea, se eleva la Acrópolis Norte, un conjuntode edificios ceremoniales que también fueron usa-dos como mausoleo de las familias gobernantes.Al sur, como contraposición a lo ceremonial, selocaliza la Acrópolis Central, un conjunto de estruc-turas palaciegas que cumplían funciones adminis-trativas y residenciales. El lado este de la GranPlaza está presidido por el Gran Jaguar o TemploI, junto al que se puede observar un pequeño cam-po de pelota. Al oeste, se alza el Templo II, tambiénllamado Templo de las Máscaras.

Denominado también como el Templo del GranJaguar, el templo número uno es el símbolo deTikal y, por extensión, de Guatemala entera. Sus45 metros de altura proporcionan un punto de vistainigualable para la observación de todo Tikal dedía y del cielo estrellado por la noche; el amanecero la puesta de sol son espectáculos muy recomen-dables desde lo alto de las 300 gradas de piedrade esta pirámide.

Fue construido cerrando la parte oriental de laGran Plaza algo después del año 700 (períodoClásico) a la muerte del insigne gobernante Ah-Cacao, cuya tumba (entierro 116) fue hallada enel interior del templo. Concretamente se encontróa la altura de la primera terraza del templo, 6 metrospor debajo de la superficie de la plaza.

El Gran Jaguar, así denominado por la esculturaque se encontró en el dintel de la Puerta se com-pone de nueve plataformas. En la cima, se puedecontemplar la imagen de un soberano rodeado delo que parecen representar serpientes; este puntode vista solo se puede tener a ciertas horas del

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mediodía, debido a las sombras que crea la luzdel sol sobre los relieves en esos momentos.

El templo número dos se conoce con el nombrede Templo de Las Máscaras, por las esculturas demáscaras realizadas en estuco que cubren partede su fachada y que actualmente presentan gravessignos de erosión. Cierra la Gran Plaza por el oes-te, con lo que está encarado al templo I, del quees una réplica algo más baja (38 metros de altura).Fue construido también alrededor del año 700, enhonor al gobierno de Ah-Cacao. Una fácil ascensiónconduce hasta la cima del mismo, compuesto detres terrazas y una más pequeña que soporta laestructura superior. Desde lo más alto, el eco suenaclaro y bien definido.

La estructura de la Acrópolis Norte es una delas más complejas de todo el mundo maya. Fueconstruida siguiendo el modo tradicional de losmayas, en que los nuevos edificios eran alzadossobre otros más antiguos. Así, en la AcrópolisNorte, actualmente se pueden descubrir vestigiosde más de cien construcciones antiguas, por debajode los doce templos visibles hoy en día. Hacia elaño 100 a.C., los pobladores de Tikal habían sidocapaces de edificar aquí templos y tumbas apo-yados en elaboradas plataformas. Alrededor delaño 250 de nuestra era, todo el complejo fue derrui-

do y reconstruido ya con su estructura actual deplataforma sosteniendo cuatro templos. Cada unode ellos fue remodelado por completo un par deveces durante los primeros años del períodoClásico.

Situada al sur de la Gran Plaza, la AcrópolisCentral es una estructura de edificios que se con-vierte en un verdadero laberinto de escaleras queintercomunican habitaciones situadas en diferentesniveles, alrededor de seis pequeños patios. Aunqueno se sabe con certeza el uso que los pobladoresde Tikal daban a estos edificios, las hipótesis másaceptadas hablan de funciones de tipo adminis-trativo, judicial y de residencia de las clases másaltas. De lo que sí queda constancia es de las con-tinuas reformas y adaptaciones a que eran some-tidos estos palacios, añadiéndoles nuevas habita-ciones, paredes, puertas y pasillos. Los edificiosmás emblemáticos de la Acrópolis Central son elPalacio de Cielo Tormentoso, el Palacio Maler,donde el arqueólogo Teobert Maler instaló su resi-dencia durante las excavaciones llevadas a caboentre 1895 y 1904, y el Palacio de Cinco Pisos.Esta acrópolis limita al sur con el llamado embalseo aguada.

Al sur de la Acrópolis Central se encuentra laPlaza de los Siete Templos, que está formada por

una serie de edificios ceremoniales del períodoClásico Tardío. En la parte norte de la plaza destacaun triple campo de pelota, algo ciertamente inusual.Al este, junto a la Acrópolis Sur, se encuentran lossiete templetes que dan nombre a esta plaza. Laparte oeste de la Plaza de los Siete Templos estácerrada por las paredes posteriores de los templosde la Plaza de la Gran Pirámide. Puede observarseun palacio de cinco puertas correspondiente alperíodo Clásico Temprano, que fue rellenado yutilizado como cimiento de otro edificio durante elClásico Tardío.

Al oeste de la Plaza de los Siete Templos seencuentra el recinto del Mundo Perdido, o Plazade la Gran Pirámide. En este lugar se alza la GranPirámide, una estructura de 32 metros de alturaque recuerda a la de Teotihuacán en México y quees el edificio más antiguo de Tikal. Los primerosvestigios de construcción en este espacio datandel 700 antes de Cristo, en el período PreclásicoTardío. La Gran Pirámide era punto de reunión deastrólogos y sabios y actualmente su cima es elmejor punto para observar las puestas de sol conla selva de Petén como marco.

Por todo ello Guatemala se presenta como laauténtica joya de Centroamérica.

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El centro de Tikal estáocupado por la PlazaMayor, con algunasde las estructurasarqueológicas másespectaculares. Lasruinas, al estarsituadas en plenaselva del Petén,deben ser liberadasde la vegetación quecrece junto a laspiedras ancestrales.

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