Guerra y Paz en El Siglo XX - Eric Hobsbawm

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    Guerra y paz en el siglo XX - Eric Hobsbawm

    Cap. II Guerra y paz

    Hablar de guerra, de paz y de hegemona aunque, abordar problemas actuales a partir del pasado.

    Resulta imposible hablar del futuro poltico del planeta a menos que tengamos presente que vivimosuna poca en la que la historia, y por historia entiendo el proceso de cambio en la vida humana y en la

    sociedad y el impacto de las personas en el entorno global, se ha acelerado a un ritmo vertiginoso. La

    historia avanza hoy a una velocidad que amenaza el futuro de la raza humana y del medio natural. Un

    incauto norteamericano anunci el fin de la Historia tras la cada del muro de !erln. " mediados del

    siglo pasado ingresamos en una nueva etapa de la historia universal que comport el fin de la Historia

    tal y como la hemos conocido en los #ltimos diez mil a$os, y no sabemos hacia dnde nos dirigimos.

    He intentado esbozar en Historia del siglo %% las lneas maestras de esta ruptura s#bita y dr&stica en la

    historia universal. Las transformaciones tecnolgicas y en los procesos de produccin son evidentes.

    !asta pensar en la velocidad a la que se ha producido una revolucin en el terreno de las

    comunicaciones. 'ambin he se$alado cuatro aspectos sociales de esta revolucin que inciden en el

    futuro internacional(

    1. el funesto declive y cada del campesinado, que constituy hasta el siglo %)% el grueso de la

    humanidad y la base del sistema econmico*

    2. la importancia que, en consecuencia, ha ido cobrando una sociedad predominantemente urbana, y

    sobre todo las megalpolis con sus millones de habitantes*

    3.

    la sustitucin de un mundo basado en la comunicacin verbal por un mundo donde la lectura es unhecho universal y en el que hombres y m&quinas practican la escritura* y, por #ltimo,

    4. los cambios en la situacin de las mu+eres.

    l declive y la cada del sector de la poblacin mundial dedicado a tareas agrcolas es obvio en el

    mundo desarrollado. Hoy, la agricultura da empleo al - por // de la poblacin ocupada en los pases

    de la 012. " mediados de los a$os sesenta, e3istan todava en uropa 4 estados donde m&s de la

    mitad de la poblacin ocupada traba+aba en este sector, en el continente americano, 5 en "sia y era

    el sector principal en todos los pases africanos, a e3cepcin de tres( Libia, '#nez y 6ud&frica. Hoy, la

    situacin ha dado un vuelco. 7or cuestiones pr&cticas, ya no quedan en uropa o en "mrica pasescon m&s del 4/ 8 de la poblacin dedicada a la agricultura.

    6i e3ceptuamos la mayor parte del 9frica subsahariana, los #nicos bastiones de la sociedad rural :

    donde m&s de un ;/ 8 de la poblacin ocupada se dedica a la agricultura( )ndia, !angla 2esh,

    por cu&nto tiempo seguir& siendo as? " finales de los a$os sesenta, la poblacin

    rural supona la mitad de los habitantes de 'ai@&n y de 1orea del 6ur* hoy representa, respectivamente,

    el 5 8 y el / 8. n pocas dcadas habremos de+ado de ser lo que fuimos( una especie formada

    principalmente por cazadores, recolectores y productores de alimentos.

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    'ambin habremos de+ado de ser una especie eminentemente rural. n A//, solamente el ; 8 de la

    poblacin del planeta viva en ciudades. n A4/, esta cifra estaba ligeramente por deba+o del B; por

    //. Hoy, se sit#a en torno al -5 8.

    Las ciudades en el mundo desarrollado, incluso las que crecen a un ritmo normal, asisten a la

    suburbanizacin de &reas cada vez mayores que se sit#an alrededor del centro o centros originales.

    7oco dir del cambio educativo, pues no es f&cil distinguir los efectos sociales y culturales de la

    alfabetizacin general de los efectos sociales y culturales de esta revolucin s#bita y sin precedentes en

    los medios de comunicacin p#blicos y privados en la que estamos sumidos. 7ermtanme tan slo

    apuntar un hecho significativo. 3isten en la actualidad veinte pases donde m&s del 44 8 de las fran+as

    de edad afectadas siguen con sus estudios despus de la educacin secundaria. =o obstante, menos

    en el caso de 1orea del 6ur, todos estos pases pertenecen a uropa, =orteamrica y "ustralasia.

    1apaz de generar capital humano, el vie+o mundo desarrollado conserva todava una venta+a sustancial

    sobre los principales pases que se han incorporado a este escenario en el siglo %%). >1u&nto tardar&n

    la )ndia y especialmente 1hina en recortar esta distancia?Cuiero referirme aqu #nicamente al gran cambio social que se produ+o en el siglo pasado, la

    emancipacin de la mu+er. =o hay me+or indicador de la emancipacin de la mu+er que el hecho de que

    hayan igualado o incluso superado a los hombres en su nivel de estudios.

    7ermtanme que abandone esta panor&mica de las transformaciones sin precedentes que se

    produ+eron durante el #ltimo medio siglo para ocuparme de los factores que han influido en la guerra, la

    paz y el e+ercicio del poder en los albores del siglo %%).

    " lo largo del siglo %% la poblacin mundial, a e3cepcin del continente americano, de+ de estar

    mayoritariamente gobernada, por prncipes hereditarios o por agentes de potencias e3tran+eras. 2e un

    modo u otro, el pueblo de+ de ser un con+unto de s#bditos para convertirse en un con+unto de

    ciudadanos que, en el siglo %%, no slo inclua a los hombres, sino tambin a las mu+eres.

    =o obstante, en buena parte del planeta se advierte una tendencia general, un cambio en la postura del

    propio estado territorial independiente, que a lo largo del siglo %% se convirti en la unidad poltica e

    institucional b&sica ba+o la que se agrupaban las personas. sta fase del desarrollo del estado alcanz

    su punto &lgido hace unos cuarenta a$os.

    2urante m&s de dos siglos, y hasta los a$os setenta, el crecimiento del estado moderno fue una

    constante, y fue a+eno a cuestiones de ideologa o de organizacin poltica( liberal, socialdemcrata,comunista o fascista.

    La situacin, sin embargo, ha cambiado y la tendencia se ha invertido. Divimos en un mundo econmico

    que se globaliza a una velocidad vertiginosa y que depende de empresas privadas transnacionales que

    se empe$an en vivir al margen de las leyes estatales y de los impuestos del estado, lo que limita

    notablemente la capacidad de otros gobiernos a#n mayores para controlar sus propias economas.

    Eracias a la teologa dominante del libremercado, los estados han ido de+ando un buen n#mero de sus

    actividades directas m&s tradicionales en manos de contratistas privados que slo piensan en

    enriquecerse.Resulta sorprendente, la legitimidad cada vez menor de los estados, y el hecho de que se vea con m&s

    reticencia la obligacin de de+ar en manos de los habitantes, ya sean ciudadanos o s#bditos, el gobierno

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    y sus leyes. l imperialismo de los siglos %)% y %% no habra sido posible de no haber e3istido la

    predisposicin de grandes segmentos de la poblacin a aceptar como legtimo cualquier poder estatal

    efectivamente establecido, incluso el de un pu$ado de e3tran+eros. 6olamente aquellas zonas donde

    esta conviccin era ine3istente, como "fganist&n o el Furdist&n, las potencias e3tran+eras no supieron

    cmo actuar. 6in embargo, tal y como se ve en el caso de )raq, la obediencia natural del pueblo frente al

    poder, incluso frente a un poder que demuestra una superioridad militar abrumadora, es agua pasada, y

    con ella el retorno de los imperios. 7ero no slo la obediencia de los s#bditos est& quedando ya como

    algo de un pasado m&s y m&s remoto* tambin la de la ciudadana. 2udo mucho que e3istan en la

    actualidad estados, a e3cepcin de stados Unidos, Rusia o 1hina, que puedan embarcarse en una

    guerra a gran escala con e+rcitos de reclutas dispuestos a luchar y a morir Gpor su pas. 7ocos

    estados occidentales pueden confiar hoy, como hicieran en el pasado la mayora de los Gpases

    desarrollados, en que la poblacin, con la salvedad de los criminales y otros sectores situados en los

    m&rgenes del orden social, respetar& la ley y se comportar& seg#n las reglas del +uego. l aumento

    e3traordinario, entre otros, de los medios tecnolgicos para mantener a los ciudadanos sometidos a unavigilancia constante :con c&maras en lugares

    p#blicos, escuchas telefnicas, acceso a datos personales y a ordenadores, etc.: no ha me+orado la

    eficacia del estado ni la de la ley en esos pases* s que ha provocado, por el contrario, una prdida de

    libertad de los ciudadanos. 'odo esto ocurre en una poca de una globalizacin vertiginosa, en una

    poca en la que se han acentuado las disparidades regionales en el planeta.

    La globalizacin, por e+emplo, trae consigo lgicamente un aumento del flu+o de mano de obra que

    emigra de las regiones m&s pobres a las m&s ricas. ste movimiento, sin embargo, provoca un cierto

    grado de tensin social y poltica en los diferentes estados afectados, en especial en los pases ricos delvie+o "tl&ntico =orte.

    l desequilibrio m&s e3traordinario de los que se han derivado de la globalizacin econmica es el

    desplazamiento del centro de gravedad de la economa mundial, que ha pasado de la regin que

    limitaba con el "tl&ntico =orte a diferentes puntos de "sia.

    7ermtanme que me detenga ahora en la cuestin de la guerra, la paz y la posibilidad de un orden

    internacional en el siglo que empieza. 2e entrada, la paz mundial parece hoy m&s factible que en el

    siglo %%, un siglo marcado por una cifra rcord de guerras mundiales y por las muchas formas de morir

    a gran escala. "un as, un estudio reciente llevado a cabo en Eran !reta$a y que comparaba lasrespuestas que los brit&nicos dieron en B//- a unas preguntas ya formuladas en A4- apunta que el

    miedo a una guerra mundial es hoy mayor que en el pasado. ste miedo responde, principalmente, a un

    hecho cada vez m&s evidente( vivimos en una poca de conflictos armados mundiales endmicos,

    guerras que suelen transcurrir dentro de las fronteras de los estados aunque se ven magnificadas por la

    intervencin e3tran+era. 6i bien el impacto de estos conflictos en la historia del siglo %% fue peque$o en

    trminos militares, no podemos decir lo mismo si nos fi+amos en la poblacin, la principal vctima de

    estos enfrentamientos, que ha pagado, y paga todava hoy, un elevado precio. 2esde la cada del muro

    de !erln, nos hallamos de nuevo sumidos en una era de genocidios y de traslados de poblacinmasivos y forzosos.

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    La guerra tpica del siglo %%, la guerra entre estados, ha perdido peso r&pidamente. n la actualidad no

    hay conflictos entre estados, aunque no podemos descartar que vaya a haberlos en distintas regiones

    de 9frica y "sia.

    6in embargo, pocos son los observadores realistas que auguran que este ser& un siglo en el que el

    mundo vivir& a+eno a la presencia constante de armas y a los brotes de violencia. 'ambin ha crecido el

    miedo a que peque$os grupos terroristas opten por la guerra biolgica.

    1on todo, el caos mundial es una realidad, como tambin lo es la perspectiva de otro siglo de conflictos

    armados y de calamidades humanas. >s posible volver a una suerte de control global, como sucedi

    durante los I4 a$os que transcurrieron desde la batalla de Jaterloo hasta la cada de la UR66? La

    cuestin es hoy mucho m&s complicada, por dos motivos.

    En primer lugar, las desigualdades a que ha dado lugar la globalizacin descontrolada del

    libremercado, son el caldo de cultivo natural de todo tipo de inestabilidades y agravios. 1omo se ha

    observado, Gni siquiera los estamentos militares m&s avanzados podran enfrentarse a una crisis total

    del sistema +urdico, y la crisis de los estados a la que alud anteriormente ha hecho de esta una

    posibilidad m&s factible que en el pasado.

    En segundo lugar, ya no e3iste un sistema de superpotencias internacionales plurales como el que

    estuvo vigente y que evit que, salvo en el catastrfico perodo comprendido entre A- y A-4,

    estallara una guerra total. ste sistema descansaba en un postulado que se remontaba a los tratados

    que haban logrado acabar con la guerra de los 'reinta "$os en el siglo %D)).

    6in embargo, nada de todo esto es v&lido en la actualidad. 0tro de los pilares del sistema era la

    realidad de un mundo donde convivan diferentes potencias, apenas un pu$ado de Ggrandes potencias

    que, a partir de A-4, se reducira a#n m&s, hasta quedar slo dos superpotencias. =inguna de las dos

    supo imponerse de un modo abrumador. "mbas estaban condenadas a convivir. l final de la UR66 y la

    sensacional superioridad militar de stados Unidos han puesto fin a este sistema de potencias. 2esde

    B//B, stados Unidos se ha dedicado a denunciar las obligaciones que el pas haba contrado en virtud

    de los diferentes tratados rubricados, y que hoy lo convierte en el #nico estado capaz de llevar a cabo

    una operacin militar de envergadura en cualquier parte del mundo y en un breve lapso de tiempo.

    La verdadera cuestin es saber si un proyecto sin precedentes en la historia, el del dominio global por

    parte de un solo estado, es posible, y si la reconocida superioridad militar de stados Unidos puede no

    slo implantar este dominio, sino tambin consolidarlo. K la respuesta a ambas preguntas es que no. scierto que los imperios se han construido a menudo con la ayuda de las armas, pero las armas no

    bastan para mantener el orden.

    >7or qu abandon stados Unidos unas polticas gracias a las que, a partir de A-4, conserv una

    posicin hegemnica en gran parte del planeta? 6u capacidad para e+ercer dicha hegemona no se

    fundamentaba en la destruccin de sus enemigos o en su sometimiento mediante la aplicacin directa

    de la fuerza militar, sino en el miedo a un suicidio nuclear.

    La hegemona estadounidense durante la segunda mitad de siglo no descans en las bombas sino,

    econmicamente, en la sensacional riqueza de stados Unidos y en el papel preponderante de esegigante econmico en el mundo, especialmente a partir de A-4.

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    Polticamente, lo haca en el consenso general en los pases del rico =orte de que aquellas sociedades

    eran preferibles a las que e3istan ba+o los regmenes comunistas. "ll& donde no haba acuerdo, como

    en "mrica Latina, el consenso se materializaba en alianzas con las clases dirigentes y con unos

    e+rcitos temerosos de una revolucin social.

    Culturalmente, en los atractivos de la prspera sociedad de consumo norteamericana, para deleite de

    sus ciudadanos y que el pas que la haba inventado e3portaba, y en la conquista mundial de

    Holly@ood.

    Ideolgicamente, stados Unidos se beneficiaba sin lugar a dudas de ser el paradigma de la lucha de

    la Glibertad contra la Gtirana, salvo en aquellas regiones donde su alianza con los enemigos de la

    libertad era demasiado evidente.

    Ha sido la poltica megalmana de stados Unidos a raz de los atentados del de septiembre lo que

    ha socavado, en gran medida, los pilares polticos e ideolgicos de su antigua influencia hegemnica,

    de+ando al pas sin m&s instrumentos que una fuerza militar realmente aterradora para consolidar la

    herencia del perodo posterior a la guerra fra. 7robablemente por vez primera en la historia, stadosUnidos, casi internacionalmente aislados, son un pas impopular entre la mayora de los gobiernos y de

    los pueblos. 6u fuerza militar subraya la debilidad econmica de una nacin cuyo e3traordinario dficit

    comercial se mantiene por la intervencin de unos inversores asi&ticos cada vez menos interesados,

    econmicamente, en sostener un dlar renqueante.

    6inceramente, no encuentro sentido alguno a lo que ha sucedido en stados Unidos desde que el de

    septiembre permitiera que un grupo de locos polticos dise$aran un plan a largo plazo para interpretar

    totalmente en solitario su propia versin de la supremaca mundial. K creo que todo esto demuestra que

    la sociedad norteamericana vive una crisis que va acentu&ndose con el tiempo, y que se advierte en ladivisin cultural y poltica m&s profunda que ha vivido el pas desde la guerra de 6ecesin . n la

    actualidad, el mayor peligro de la guerra nace de las ambiciones globales de un gobierno en

    Jashington que es incontrolable y aparentemente irracional.

    >1mo hemos de adaptarnos para vivir en un mundo peligroso, inestable y e3plosivo, un mundo que

    descansa sobre unas placas tectnicas sociales y polticas, nacionales e internacionales cambiantes?

    La principal tarea de la poltica internacional, y tambin la m&s urgente, es brindar a stados Unidos la

    oportunidad de abandonar su postura megalmana para regresar a una poltica e3terior racional.

    7orque, nos guste o no, stados Unidos seguir& siendo una superpotencia, una potencia imperial,incluso en una etapa de declive econmico relativo evidente. 1onfiemos, sin embargo, en que sea una

    potencia menos peligrosa.

    Cap. III !Por "u# la $egemona americana di%iere del Imperio brit&nico

    Los actuales debates sobre el imperio son buenos e+emplos al respecto, aun si de+amos a un lado el

    aspecto de barrena publicitaria de los te3tos. 6e refieren a las consecuencias de la actual pretensin del

    gobierno estadounidense de alcanzar una supremaca global. Los partidarios de esa idea tienden aargumentar que los imperios son buenos, y los que no, a esgrimir una larga tradicin de argumentos

    antiimperialistas.

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    'ambin est&n en abierto conflicto con creencias positivas ampliamente difundidas en el sistema

    estadounidense de valores polticos, como Gautodeterminacin y Gderechos, que se aplican

    igualmente a escala internacional.

    'ambin resulta desconcertante que no e3ista ning#n precedente histrico de la supremaca global que

    el gobierno estadounidense trata de establecer, y que entre los buenos historiadores predomine el

    pronstico de que ese proyecto est& condenado a fracasar. l m&s inteligente de la escuela neoimperia,

    =iall erguson, no duda de ese probable fracaso aunque, a diferencia de gente como yo, lo lamenta.

    !a+o los actuales intentos de resucitar el imperio mundial como modelo para el siglo %%) subyacen

    cuatro acontecimientos.

    El primero es la e3traordinaria aceleracin de la globalizacin desde la dcada de A;/ y las

    consiguientes tensiones surgidas entre los aspectos econmicos, tecnolgicos, culturales, etc.

    La globalizacin en la forma actualmente dominante del capitalismo de libre mercado ha trado tambin

    un aumento espectacular y potencialmente e3plosivo de las desigualdades sociales y econmicas

    dentro de cada pas e internacionalmente.El segundoes el colapso del equilibrio de poder internacional a partir de la segunda guerra mundial. La

    desaparicin de la UR66 destruy ese equilibrio que ya vena agriet&ndose desde finales de la dcada

    de AI/.

    El terceroes la prdida de capacidad del llamado GestadoMnacin soberano, que durante la segunda

    mitad del siglo %% se convirti en la forma casi universal de gobierno en todo el mundo, para e+ercer las

    funciones b&sicas de mantenimiento del control sobre lo que sucede en su territorio. l mundo ha

    entrado en una poca de estados inadecuados, y en muchos casos fracasados o a punto de fracasar.

    sta crisis tambin se agudiz desde los primeros a$os de la dcada de AI/, cuando incluso estadosfuertes y estables como el Reino Unido, spa$a y rancia tuvieron que aprender a soportar durante

    dcadas la presencia en su territorio de grupos armados como el )R", '" o los separatistas corsos .

    El cuartoes la proliferacin de cat&strofes humanas de masas, incluidas la deportacin y el genocidio

    de pueblos enteros, y con ellas del temor generalizado. " finales de B//- se estimaba que haba casi

    cuarenta millones de refugiados fuera de sus propios pases y cada vez m&s dentro de ellos, cifra

    comparable a la del n#mero de Gpersonas desplazadas tras la segunda guerra mundial.

    n resumen, el mundo pareca reclamar cada vez m&s soluciones supranacionales a problemas

    supranacionales o transnacionales, pero no haba autoridades globales disponibles con capacidad detomar decisiones polticas, y menos a#n con poder suficiente para llevarlas a la pr&ctica.

    6e ha dicho que Gel me+or argumento en favor del imperio es siempre el del orden.4 n un mundo

    cada vez m&s desordenado e inestable es natural so$ar con alg#n poder capaz de hacer reinar el orden

    y la estabilidad. l )mperio es el nombre de ese sue$o. 6e trata de un mito histrico* el imperio

    estadounidense, con su esperanza de una 7a3 "mericana, se remonta a la presunta 7a3 !ritannica, un

    perodo de globalizacin y paz mundial durante el largo siglo %)% asociado a la hegemona del )mperio

    brit&nico, y sta a su vez se retrotraa a la 7a3 Romana del antiguo )mperio romano* pero no es m&s

    que pompa hueca y pretenciosa, ya que si el trmino paz tiene alg#n significado en este conte3to, serefiere como mucho a la paz dentro del imperio, pero no con sus vecinos.

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    n cuanto a la paz mundial o incluso regional, hasta ahora ha estado fuera del alcance de todos los

    imperios conocidos en la historia, y por supuesto de todas las grandes potencias de los tiempos

    modernos. 6i "mrica Latina ha sido la #nica parte del mundo en gran medida inmune a las principales

    guerras internacionales durante casi doscientos a$os no se debe a la doctrina

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    El tama'o potencial de las metrpolis es la primera di%erencia ob(ia ( las islas como Eran !reta$a

    tienen fronteras fi+as* Eran !reta$a no tena una frontera en el sentido estadounidense. 1uando los

    pases que forman Eran !reta$a generaron una poblacin e3cedente, sta emigr a otros lugares o

    fund colonias en ultramar. Las islas brit&nicas se convirtieron en una fuente importante de emigrantes.

    stados Unidos, en cambio, fue y sigue siendo esencialmente receptor de poblacin y no emisor. Llen

    sus espacios vacos con el crecimiento de su propia poblacin y con inmigrantes llegados del

    e3tran+ero, hasta la dcada de 55/ principalmente de uropa noroccidental y centrooccidental. l

    imperio estadounidense, me parece a m, es el resultado lgico de esta e3pansin en todo un

    continente.

    " diferencia de Eran !reta$a y otros estados europeos, stados Unidos nunca se vio a s mismo como

    parte de un sistema internacional de potencias polticas rivales. se fue precisamente el sistema que la

    doctrina

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    candidatos m&s obvios a la integracin en una ideologa que incluyera a todos los habitantes del pas, la

    1onfederacin )roquesa, a aliarse con los brit&nicos.

    "s pues, la identidad nacional de stados Unidos no se poda construir a partir de un pasado ingls

    com#n, ni siquiera antes de la inmigracin en masa de no anglosa+ones. 'ena que construirse

    primordialmente a partir de su ideologa revolucionaria y sus nuevas instituciones republicanas. La

    mayora de las naciones europeas tienen Ga+enos hereditarios, stados Unidos, cuya e3istencia nunca

    se ha visto amenazada por ninguna guerra aparte de la civil, slo tiene enemigos ideolgicos( cuantos

    rechazan la forma de vida americana, estn donde estn.

    Lo mismo que de los estados se puede decir de los imperios. 'ambin en eso Eran !reta$a y stados

    Unidos son muy diferentes. l imperio : formal o informal: fue un elemento esencial tanto para el

    desarrollo econmico brit&nico como para su poder internacional, pero no es este el caso de stados

    Unidos, para el que prevaleci desde el principio la decisin de no ser un estado entre otros, sino un

    gigante continental con una poblacin continental. stados Unidos fue e3pansionista desde el principio,

    pero no en la forma en que lo fueron imperios martimos en ultramar como el castellano y el portugus

    en el siglo %D), el holands en el %D)) y el brit&nico, con metrpolis de dimensiones y poblaciones

    modestas. Eran !reta$a, en cambio, privada de su imperio era #nicamente una economa de mediano

    tama$o entre muchas otras, y saba que era as aun cuando gobernaba la cuarta parte de las tierras y la

    poblacin del mundo.

    K lo que viene m&s a cuento, dado que la economa brit&nica estaba esencialmente ligada a las

    transacciones econmicas globales, el )mperio brit&nico fue en muchos aspectos un elemento central

    del desarrollo de la economaMmundo del siglo %)%. Hasta la primera guerra mundial "mrica Latina

    estuvo mucho m&s ligada a la economaMmundo centrada en Eran !reta$a que a stados Unidos.

    7or eso la relacin con Eran !reta$a alent la prosperidad del 1ono 6ur latinoamericano mientras dur,

    mientras que la relacin estadounidense con

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    situacin econmica no dependa del poder imperial sino del comercio, se acomod m&s f&cilmente a

    su prdida poltica, como se haba adaptado despus de todo al retroceso m&s dram&tico de toda su

    historia anterior, la prdida de las colonias americanas. >"prender& stados Unidos esa leccin? >0 se

    ver& tentado a mantener su predominio global, cada vez m&s erosionado, recurriendo a la fuerza

    polticoMmilitar, y al hacerlo promover& no el orden global sino el desorden, no la paz global sino el

    conflicto, no el avance de la civilizacin sino el de la barbarie? sa, como di+o Hamlet, es la cuestin.

    6lo el futuro nos lo dir&. 2ado que los historiadores no somos, afortunadamente, profetas, no estoy

    profesionalmente obligado a darles una respuesta.