Guion Teatro-Basado en el texto evangélico del buen samaritano

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Guion teatral Basado en el texto evangélico del buen samaritano Primera escena Entra un miserito a una panadería Miserito: buenos días monita como esta, tiene hoy algo para mi, mire que tengo hambre y nadie me quiere regalar pa llenar el buche, si? Panadera: no señor! No hay nada, que pena con usted, y hágame el favor de salir de aquí porque me está incomodando a los clientes, además mire como dejo ese piso, ¡vallase! Miserito: pero monita… Panadera: Le dije que se fuera, o me va tocar llamar a la policía. Ah, esta gente sí que no entiende, cuando se le habla por las buenas Segunda escena Una pareja va en su carro y deciden parar para comprar el pan para el desayuno Esposo: Mi amor, acá venden un pan deliciosísimo, menos mal pasamos por este lado para poder llevar un poco, voy a ver donde parquear Esposa: a ti te gusta de todo, todo lo que te ofrezcan te lo comes (suelta una carcajada) El esposo parquea el carro y se dirige a la panadería, su mujer lo espera dentro del carro Esposo: buenos días (dirigiéndose a la panadera) regáleme $2000 de ese pan y $1000 de ese otro, y una tortica de estas, si saben tan bueno como se ven yo mejor me llevo otra, si deme 2 tortas de esas. Panadera: ¿algo más? Esposo: no así está bien muchas gracias, ¿cuánto le debo? Panadera: $5000 El señor paga y se retira hacia su carro

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Guion teatral Basado en el texto evangélico del buen samaritano

Primera escenaEntra un miserito a una panadería

Miserito: buenos días monita como esta, tiene hoy algo para mi, mire que tengo hambre y nadie me quiere regalar pa llenar el buche, si?

Panadera: no señor! No hay nada, que pena con usted, y hágame el favor de salir de aquí porque me está incomodando a los clientes, además mire como dejo ese piso, ¡vallase!

Miserito: pero monita…

Panadera: Le dije que se fuera, o me va tocar llamar a la policía. Ah, esta gente sí que no entiende, cuando se le habla por las buenas

Segunda escenaUna pareja va en su carro y deciden parar para comprar el pan para el desayuno

Esposo: Mi amor, acá venden un pan deliciosísimo, menos mal pasamos por este lado para poder llevar un poco, voy a ver donde parquear

Esposa: a ti te gusta de todo, todo lo que te ofrezcan te lo comes (suelta una carcajada)

El esposo parquea el carro y se dirige a la panadería, su mujer lo espera dentro del carro

Esposo: buenos días (dirigiéndose a la panadera) regáleme $2000 de ese pan y $1000 de ese otro, y una tortica de estas, si saben tan bueno como se ven yo mejor me llevo otra, si deme 2 tortas de esas.

Panadera: ¿algo más?

Esposo: no así está bien muchas gracias, ¿cuánto le debo?

Panadera: $5000

El señor paga y se retira hacia su carro

Miserito: Profe, regáleme un pan, es que tengo mucha hambre, del que sea así este duro

Esposo: Vea este, ¡trabaje! ¡No sea vago!, además usted no merece nada, por vago es que esta así y ahora quiere que yo le dé no mijito está muy equivocado

El señor se aleja refunfuñando

Esposa: amor, ¿qué quería ese señor?

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Esposo: Que lo tratara como persona y que le regalara comida, no que tal, ahora los pájaros le tiran a las escopetas, no pues lo que nos faltaba

Esposa: si, ese tipo de gente es muy atravesada, vamos rápido antes de que venga a robarse un espejo

Tercera escenaUna familia del sector viene en cicla a comprar el pan

Niño: Mami, me compras una milhoja

Niño2: y a mí un biscocho

Mama: tengan paciencia ya vamos llegando

Llegan a la panadería y compran el pan y los biscochos de los niños y salen de la panadería

Miserito: mamá, todo bien, regáleme un pancito, tengo mucha hambre, solo uno

Mamá: no puedo, los panes que llevo están contados, el de mi esposo, el de los niños, el mío y el del perro

Miserito: mamá, regáleme el del perro

Mamá: no, eso es imposible, como voy a dejar al pobre animalito sin comida, me daría mucho dolor de conciencia, definitivamente ¡no!

Cuarta escenaUn servidor pasa caminando por el lugar

Miserito: Hermanito, regáleme una monedita, no es pa vicio, es pa comer, esta vida es muy perra y nadie da nada y tengo mucha hambre

Servidor: pues monedas no le doy, pero si el problema es de hambre camine lo llevo a mi casa que allá tengo unos tamales que le van a encantar, ¿Ud. que talla es? Es que tengo unos pantalones que le pueden estar sirviendo. Y, cuénteme, ¿a que se dedica?

Van hablando mientras caminan y se va desvaneciendo la voz

Miserito: gracias, monito, que Dios le pague, por la buena, Ud. ha hecho lo que ninguno ha hecho, Ud. Ha dado lo mejor y yo se lo agradezco, créame que por gente como usted es que uno sale de la calle, sisas, va a ver cómo voy a salir y es que mejor dicho, es que no me va es a reconocer, cuando yo llegue acá bien vestido y timbre en la casa Ud. va a decir quién es ese tan elegante que viene a mi casa, ya lo va a ver papá, gracias, sabe que por la buena

El miserito se aleja con una sonrisa en la boca y el corazón lleno de paz y esperanza

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Texto evangélico“El buen samaritano” (Lc 10, 25 – 37)25 Un maestro de la Ley, que quería ponerlo a prueba, se levantó y le dijo:«Maestro, ¿qué debo hacer para conseguir la vida eterna?»26 Jesús le dijo: «¿Qué está escrito en la Escritura? ¿Qué lees en ella?»27 El hombre contestó: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y amarás a tu prójimo como a ti mismo.»28 Jesús le dijo: «¡Excelente respuesta! Haz eso y vivirás.»29 El otro, que quería justificar su pregunta, replicó: «¿Y quién es mi prójimo?»30 Jesús empezó a decir: «Bajaba un hombre por el camino de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos bandidos, que lo despojaron hasta de sus ropas, lo golpearon y se marcharon dejándolo medio muerto.31 Por casualidad bajaba por ese camino un sacerdote; lo vió, dio un rodeo y siguió.32 Lo mismo hizo un levita que llegó a ese lugar: lo vio, dio un rodeo y pasó de largo.33 Un samaritano también pasó por aquel camino y lo vio, pero éste se compadeció de él.34 Se acercó, curó sus heridas con aceite y vino y se las vendó; después lo montó sobre el animal que traía, lo condujo a una posada y se encargó de cuidarlo.35 Al día siguiente sacó dos monedas y se las dio al posadero diciéndole:«Cuídalo, y si gastas más, yo te lo pagaré a mi vuelta.»36 Jesús entonces le preguntó: «Según tu parecer, ¿cuál de estos tres se hizo el prójimo del hombre que cayó en manos de los salteadores?»37 El maestro de la Ley contestó: «El que se mostró compasivo con él.» Y Jesús le dijo: «Vete y haz tú lo mismo.»