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La Hoja de Ruta 2050 de la DE Hacia una economía y modelo energético bajo en carbono y sostenible Domingo Jiménez Beltrán Hasta el momento, el planteamiento más ro- tundo y operativo que conozco cara a un ver- dadero cambio de paradigma hacia una mayor sostenibilidad del desarrollo, en particular en energía, ahora urgido por el cambio climático (CC), es el de establecer la descarbonización como referencia de futuro necesaria, aunque no suficiente (se requiere también una "dese- nergización" progresiva), al menos para las cua- tro próximas décadas, cualificando el escenario deseable de futuro como hipocarbónico y, en cualquier caso, sostenible y desenergizado. Con este planteamiento se consigue establecer más claramente el nexo entre el necesario cam- bio del modelo de desarrollo, de los modelos de producción y consumo, hacia un desarrollo más sostenible, con el modelo energético que se propugna y el desafío del cambio climático. Todo ello partiendo de una ida o tesis simple, que el CC nos ha cargado de razón para hacer, y con urgencia, lo que en cualquier caso había que hacer que es cambiar el modelo de desarro- llo y, en particular, el modelo energético hacia una mayor sostenibildad. A lo que habría que añadir un obligado corolario, que este cambio de modelo energético orientado/ calibrado por la necesaria y urgente desenergiza- ción y descarbonización del sistema y, por tanto, claramente definible en el tiempo (por medio de las obligadas y oportunas reducciones de emi- siones de gases de efecto invernadero (EGEI), en los horizontes 2020-2030-2040-2050, a nivel global, para la UE y para España), se convierte en el gran vector del cambio hacia un modelo de desarrollo más sostenible, que de otra forma hubiera requerido varias generaciones. Abogando al mismo tiempo por una convergen- cia entre una verdadera economía y el desarro- llo sostenible, puesto que ambos buscan produ- cir productos y servicios eficazmente (los que realmente se necesitan), eficientemente (con el menor uso de recursos naturales y energéticos y menor degradación ambiental) y suficiente- mente (en las cantidades realmente necesarias), que son los mismos parámetros de aplicación al modelo energético sostenible, aunque traduci- dos en ahorro, eficacia y eficiencia energética, o racionalizacion/gestión de la demanda y optimi- zación de la oferta a través de la generalización de las Energías de Fuentes Renovables (EFR). Es necesario, y oportuno, disponer de una idea fuerza/concepto simple y capaz de dinamizar euebüh 961 Septiembre 2011

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La Hoja de Ruta 2050 de la DE

Hacia una economía y modeloenergético bajo en carbono

y sostenibleDomingo Jiménez Beltrán

Hasta el momento, el planteamiento más ro-tundo y operativo que conozco cara a un ver-dadero cambio de paradigma hacia una mayorsostenibilidad del desarrollo, en particular enenergía, ahora urgido por el cambio climático(CC), es el de establecer la descarbonizacióncomo referencia de futuro necesaria, aunqueno suficiente (se requiere también una "dese-nergización" progresiva), al menos para las cua-tro próximas décadas, cualificando el escenariodeseable de futuro como hipocarbónico y, encualquier caso, sostenible y desenergizado.

Con este planteamiento se consigue establecermás claramente el nexo entre el necesario cam-bio del modelo de desarrollo, de los modelosde producción y consumo, hacia un desarrollomás sostenible, con el modelo energético quese propugna y el desafío del cambio climático.Todo ello partiendo de una ida o tesis simple,que el CC nos ha cargado de razón para hacer,y con urgencia, lo que en cualquier caso habíaque hacer que es cambiar el modelo de desarro-llo y, en particular, el modelo energético haciauna mayor sostenibildad.

A lo que habría que añadir un obligado corolario,que este cambio de modelo energético orientado/

calibrado por la necesaria y urgente desenergiza-ción y descarbonización del sistema y, por tanto,claramente definible en el tiempo (por medio delas obligadas y oportunas reducciones de emi-siones de gases de efecto invernadero (EGEI), enlos horizontes 2020-2030-2040-2050, a nivelglobal, para la UE y para España), se convierteen el gran vector del cambio hacia un modelode desarrollo más sostenible, que de otra formahubiera requerido varias generaciones.

Abogando al mismo tiempo por una convergen-cia entre una verdadera economía y el desarro-llo sostenible, puesto que ambos buscan produ-cir productos y servicios eficazmente (los querealmente se necesitan), eficientemente (con elmenor uso de recursos naturales y energéticosy menor degradación ambiental) y suficiente-mente (en las cantidades realmente necesarias),que son los mismos parámetros de aplicación almodelo energético sostenible, aunque traduci-dos en ahorro, eficacia y eficiencia energética, oracionalizacion/gestión de la demanda y optimi-zación de la oferta a través de la generalizaciónde las Energías de Fuentes Renovables (EFR).

Es necesario, y oportuno, disponer de una ideafuerza/concepto simple y capaz de dinamizar

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Para contener el incremento de temperatura por elcambio climático por debajo de los 2 oc, el ConsejoEuropeo reafirmó en febrero de 2011 el objetivo dela UE de reducir las emisiones de gases de efectoinvernadero entre un 80% y un 95% de aquí a 2050.Foto: Vicente González.

Domingo Jiménez Beltrán

"dinamitar"?) el presente y plantear unahoja de ruta consistente hasta 2050 y más allá.

Tenemos muchos de los elementos para desa-rrollar una política energética y de CC de fu-turo, contando con que los temas son insepa-rables, como bien ha mostrado el Reino Unidoal juntarlos en un Ministerio. Lo que no tene-mos es un mensaje o concepto simple que aúnelos dos temas y su trascendencia económica yorientadora del desarrollo.

El mensaje fuerte y simple, que es ya una clavede la agenda comunitaria, es el de "una econo-mía baja en carbono" o hipocarbónica o, aunmejor, el de "un desarrollo bajo en carbono"como elemento clave para conjugar los temasCC/energía y, además, canalizar como baseineludible, lo que es el cambio de paradigmahacia la economía verde y sobre todo a la sos-tenibilidad.

Lo curioso es que este planteamiento subyaceya en desarrollos en curso a nivel nacional (enpaíses desarrollados como Dinamarca, Suecia,Alemania y, en parte, el Reino Unido y tambiénen países emergentes como China, Corea del

El mensaje fuerte y simple,que es ya una clave de la agendacomunitaria, es el de "unaeconomía baja en carbono" ohipocarbónica o, aún mejor,el de "un desarrollo bajoen carbono" como elementoclave para conjugar los temascambio climático/energía y,

e además, canalizar, como baseineludible, lo que es el cambiode paradigma hacia la economíaverde y sobre todoa la sostenibilidad

Sur..., aunque con contradicciones en cuantoa su compatibilidad con la sostenibilidad, al se-guir manteniendo la nuclear y el "carbón lim-pio" como opciones bajas en carbono) y sobretodo comunitario, con la Hoja de Ruta 2050 dela Comisión para una economía baja en carbo-no (COM (2011), 142), y es la apostilla en lapropuesta de la OCDE sobre economía verdeo en las propuestas que se están planteando demanera global cara a la preparación de la Con-ferencia de Naciones Unidas de 2012, Rio+20.

En este texto me voy a referir en particular alos desarrollo, comunitarios que parecemos ig-norar todo el tiempo y, muy en particular, a laspropuestas de la Comisión, que por sí solas hu-bieran bastado y legitimado un cambio drásticode las políticas energéticas (salvedad hecha deltema nuclear que sigue entrando en el paquetede energías "limpias" aun después de Fukushi-ma), con planteamientos a medio y largo plazo,que además tendrían menor coste político alescudarse en Bruselas. Solo la necesidad de losGobiernos, incluyendo el español, de tener lasmanos libres y poder así favorecer sus interesescortoplacistas políticos, llámense electoralistaso económicos, llámese satisfacción del empre-sariado energético en particular, explicaría estedesatino.

LA HOJA DE RUTA DE LA UE PARA

UNA ECONOMÍA HIPOCARBÓNICAO BAJA EN CARBONO

Esta iniciativa comunitaria establece las cla-ves para que la UE pueda convertirse en unaeconomía hipocarbónica o "baja en carbono",más ambiental, por su mayor contribución a lamitigación del CC, con menor contaminaciónatmosférica y, además, más competitiva, por loque implica de mayor eficacia y eficiencia ener-gética, mejora de la balanza de pagos por re-ducción de las importaciones de productosenergéticos y menor dependencia energética deaquí a 2050, al buscar soluciones innovadoraspara movilizar inversiones en energía, trans-porte, industria y tecnologías de la informacióny la comunicación.

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Hacia una economía y modelo energético bajo en carbono y sostenible

Se incide, por un lado, en la eficacia y eficienciaenergética y, por otro, en el desarrollo de fuen-tes energéticas bajas en carbono y, fundamen-talmente, EFR, energías de fuentes renovables,o simplemente renovables, aunque no abordael papel que la UE considera que puede jugar laenergía nuclear o el eufemísticamente llamado"carbón limpio" sobre cuyas tecnologías, quela UE considera "bajas en carbono" se pasa depuntillas, pero que no podrá eludir en la Hojade Ruta 2050 para la Energía que se prevé parael otoño.

Hay que felicitarse porque es una iniciativacomunitaria que aúna ventajas económicas yambientales y porque es necesaria y oportu-na, ya que tanto el desafío de la sostenibilidadeconómica y energética, por sus interaccionescon el mercado interior, como el cambio cli-mático, por su carácter transfronterizo, exi-gen un marco comunitario y planteamientosa medio y largo plazo, que los Estados miem-bros tienen dificultades en aplicar por el cor-toplacismo político.

Hay varias premisas que conviene recordar yque han alumbrado y legitiman esta iniciativapor responder a compromisos ya asumidos poral UE y sus estados miembros, España incluido:

• Es parte de la también necesaria y oportunaestrategia Europa 2020 con la que se preten-de conseguir una Europa que utilice eficaz-mente los recursos no solo los energéticos,que es el principal objetivo de esta hoja deruta, que se complementa con el ya presenta-do Libro Blanco de Transporte —COM (2011)21— y con el Plan de Eficiencia Energética—COM (2011) 109—.

• Los Estados miembros se han comprometidoya a reducir un 20% las emisiones de gasesde efecto invernadero (EGEI), aumentar has-ta un 20% la parte de las energías renovablesen la energía final de la UE y lograr el ob-jetivo de un 20% de mejora en la eficienciaenergética de aquí a 2020. Y la Comisión hademostrado (COM (2010) 265) que esta re-ducción de las EGE1 se debería aumentar al

Las fuentesde energíarenovablestienen unsólido historialde creaciónde empleo;en solo cincoarios, laindustria delas energíasrenovablesha pasadode 230 000a 550 000empleos enla UE. Foto:VicenteGonzález.

Domingo Jiménez Belträn

30%, si realmente se quiere mantener el im-pulso a la innovación y la competitividad quetales objetivos representan para la UE (comoya se confirmó, según The Economist —octu-bre 2006— con el compromiso comunitariode reducción del 8% para 2008-2012 dentrode Kioto), en lo cual está de acuerdo España.

• Para contener el incremento de temperaturadebido al cambio climático, por debajo de los2 °C, el Consejo Europeo reafirmó en febre-ro de 2011 el objetivo de la UE de reducirlas emisiones de gases de efecto invernaderoentre un 80% y un 95% de aquí a 2050 res-pecto a los niveles de 1990, de manera quesi se respeta por los países desarrollados yteniendo en cuenta los esfuerzos necesariospor parte de los países en desarrollo, se con-seguirá una reducción global de emisionesdel 50% de aquí a 2050, que es la mininanecesaria para limitar el incremento a 2 °C.

Esta Hoja de Ruta identifica las posibles actua-ciones hasta 2050 que permitirían a la UE redu-cir las emisiones de gases de efecto invernaderode conformidad con el objetivo acordado del80%-95%, incluyendo los objetivos intermedios2020-2030-2040 y su reparto sectorial para an-ticipar si la UE está en vías de alcanzar su objeti-vo, los retos políticos y las necesidades y oportu-nidades de inversión en los diferentes sectores,teniendo en cuenta que el objetivo de reducción

del 80%-95% de la UE debe alcanzarse en granparte en el orden interno, es decir, sin recurrira los llamados mecanismos de flexibilidad pre-vistos en Kioto (mercados de carbono y meca-nismos de desarrollo limpio) que —se supone—persistirán en los nuevos acuerdos multilateralesque salgan de la Cumbre de Durban.

El análisis de las distintas hipótesis realizadopor la Comisión según modelos que se justifi-can en el documento, muestra que la vía eco-nómicamente ventajosa sería una reducciónde emisiones internas del orden del 40% y del60%, respecto a los niveles de 1990, en 2030y 2040, respectivamente, para lo que se debealcanzar una reducción del 25% ya en 2020. Loque significa una reducción anual significativa,del orden del 1% en la primera década hasta2020, del 1,5% en la segunda década, de 2020a 2030, y del 2% en las dos últimas hasta 2050,a fin de graduar el esfuerzo con el tiempo a me-dida que se disponga de un conjunto más am-plio de tecnologías viables según la Comisión.Sin olvidar que estas son reducciones mínimasya que responden al objetivo más bajo, el 80%en 2050, de la franja deseable 80%-95%, aun-que se asume que se hacen en el marco interno,lo que da un cierto margen.

El gráfico (Figura 1) muestra como deberíanevolucionar las emisiones totales y sectorialesde gases de efecto invernadero, EGEI, para con-

Figura 1. Emisiones de GEI de la UE: hacia una reducción interna del 80%(100% = 1990)

100%

100%

80% — Sector eléctricoPolítica actual

60% Residencial y terciario

Industria40% —

Transporte20% —

Gases distintos del CO2 de la agricultura

Gases distintos del CO2 de otros sectores

1990 2000 2010 2020

0%

80%

60%

40%

— 20%

0%

2030 2040 2050

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Hacia una economía y modelo energético balo en carbono y sostenible

seguir los objetivos señalados en el tiempo conpolíticas suplementarias, teniendo en cuentalas opciones tecnológicas disponibles, así comolas emisiones previstas si no se toman dichasmedidas.

Según las últimas estimaciones disponibles, lasEGEI (incluidas las de la aviación internacional)se situaron en 2009 en un 16% por debajo delos niveles de 1990. Si se aplicaran plenamen-te las políticas actuales, la UE estaría en víasde conseguir una reducción interna del 20%en 2020 respecto a los niveles de 1990, y del30% en 2030, muy por debajo de lo requeri-do, y una conclusión crítica: con las políticasactuales en 2020 solo se alcanzaría la mitaddel objetivo del 20% de mejora de la eficienciaenergética.

Según la Comisión, si se aplicaran las políticasactuales, incluido el compromiso de lograr un20% de energías renovables y un 20% de efi-ciencia energética de aquí a 2020, la UE podríasuperar el objetivo actual de reducción de emi-siones del 20% y conseguir una reducción del25% para 2020.

Y por qué no imaginarnos que el objetivo,como se ha admitido probablemente por error,es el de reducir el consumo total de energía fi-nal en un 20% como ya se señala en la Hoja deRuta? Bastaría con cumplir este objetivo parafacilitar el de EFR y desde luego superar concreces los de EGEI. La clave sigue siendo la

Cuadro 1. Reducciones sectoriales

"desenergización de la economía", el desacoplarno solo en términos relativos, como supone elacuerdo 20-20-20, sino en términos absolutosel consumo de energía final del desarrollo eco-nómico o del PIB.

Lo anterior muestra que resulta indispensablela plena aplicación del Plan Estratégico Eu-ropeo de Tecnología Energética, que requiereuna inversión adicional de 50 000 millones deeuros en I+D+i en los diez próximos arios, ypara cuya financiación la Comisión proponeque se utilicen los ingresos derivados de lassubastas de derechos de emisión y parte delos fondos de la política de cohesión (como seprevé en las nuevas Perspectivas Financieras2013-2020).

Otro aspecto clave del análisis de la Comisiónes el de las posibilidades o viabilidad de reduc-ciones para distintos sectores clave, que curio-samente lleva a resultados en gran parte conver-gentes respecto a la magnitud de las reduccio-nes necesarias en cada sector en 2030 y 2050,como se indica en el cuadro 1, y que interesaconcretar ya que a veces se hacen planteamien-tos reduccionistas, según los cuales acabamoshablando del sector energético y del eléctricoen particular, que representan solo una partedel consumo final de energía aunque relevan-te y creciente si se cumplen las expectativasde una mayor electrificación de la economía,lo que conviene a las EFR, que son en generalgeneradoras directas de energía eléctrica.

Reducciones de GEI respecto a 1990111ál---diálleili —§hiáál7:

Total —7% —40% a —44% —79% a —82%

Wils lallákElectricidad (CO 2 ) —7% —54% a —68% —93% a —99%

Industria (CO2 ) —20% —34% a —40% —83% a —87%

Transporte (incluida la aviación, excluido el transportemarítimo (CO2)

+30% +20% a —9% —54% a —67%

Residencial y servicios (CO 2 ) —12% —37% a —53% —88% a —91%

Agricultura (distintas de las de CO) —20% —36% a —37% —42% a —49%

Otras emisiones distintas de las de CO, —30% —72% a —73% —70% a —78%

oral:Anide 96/ Septiembre 2011 11

Hay queconseguirmayoreficienciay menoresemisionesde losvehículos decombustióninternamediantenuevosmotores,materialesy diseño y,sobre todo,por laintroduccióndel vehículoeléctrico y elincrementode la traccióneléctrica enel ferrocarril.Foto: ÁlvaroLópez.

Es importante destacar los desafíos y oportuni-dades que estos objetivos de descarbonizaciónplantean para sectores específicos, algunos degran interés para España, que se puede bene-ficiar de estos planteamientos ambiciosos dadasu posición privilegiada no solo en el sectoreléctrico, por su potencial en generación y tec-nológico en EFR, sino también en el sector deltransporte, por su capacidad tecnológica en in-fraestructuras ferroviarias, y en agricultura, porsu potencial en agricultura y ganadería exten-siva y ecológica e, incluso, en la intensiva eninvernaderos solares.

PROPUESTAS POR SECTORES

En la Hoja de Ruta 2050 se propone (¡o se exi-ge tanto a nivel UE como de sus Estados miem-bros?) para los distintos sectores:

Sector eléctrico. Hacia un sector en expansión to-

talmente descarbonizado, y además seguro y com-

petitivo.

Parte de la tesis de que el modelo energético delfuturo será crecientemente electrificado y que

la electricidad desempeñará un papel funda-mental en la economía baja en carbono.

El análisis de la Comisión muestra, contra mu-chos agoreros, que es posible eliminar prácti-camente todas las emisiones de CO, de aquí a2050 y, además, extender el uso de la electrici-dad como energía final, llegando incluso a sus-tituir en gran parte los combustibles fósiles enel transporte (coche eléctrico, ferrocarril eléc-trico) y la calefacción (sistemas de bomba decalor de apoyo a la térmica solar, geotérmica,biomasa...).

Según las estimaciones de la Comisión, la par-te de las tecnologías bajas en carbono en elmix energético de generación eléctrica pasaríade alrededor del 45% actual al 60% aproxi-madamente en 2020 —en particular gracias ala consecución del objetivo de energías reno-vables— al 75%-80% en 2030, y a casi el 100%en 2050. Esto exigirá una generalización e hi-bridación (para hacer frente a su variabilidad)de las tecnologías renovables existentes inclui-das las más avanzadas, como las fotovoltaicas,que según la Comisión irán abaratándose yserán más competitivas en el futuro, aunque

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Hacia una economía y modelo energético bajo en carbono y sostenible

eme1E1 análisis de la Comisión

muestra, contra muchosagoreros, que es posible eliminarprácticamente todas las emisionesde CO2 de aquí a 2050 y, además,extender el uso de la electricidadcomo energía final, llegandoincluso a sustituir en gran partelos combustibles fósiles en eltransporte (coche eléctrico,ferrocarril eléctrico) y lacalefacción (sistemas de bomba decalor de apoyo a la térmica solar,geotérmica, biomasa...)

se requerirán inversiones cuantiosas en redes,con más interconexiones y un mayor malla-do y desarrollo de redes inteligentes, paragarantizar la continuidad del suministro entodo momento, como factor clave para un sis-tema eléctrico bajo en carbono, para facilitarla mayor eficacia y eficiencia de la demanda,una cuota mayor de renovables y la genera-ción distribuida (incluyendo el autoconsumoy autosuficiencia), así como para permitir laelectrificación del transporte.

Curiosamente aquí tampoco la Comisión men-ciona el papel que —se supone— podrá jugar lanuclear como tecnología baja en carbono aun-que no sostenible.

Sector del transporte. Hacia la movilidad Qo

deberíamos hablar de accesibilidad?) sostenible,mediante la eficacia en el uso (lo necesario) y laeficiencia en el consumo de combustible, la elec-trificación y el establecimiento de precios ade-cuados.

La planificación urbana y de las infraestruc-turas de transporte junto con la innovacióntecnológica pueden facilitar la transición a unsistema europeo de transporte más eficaz, efi-

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ciente y sostenible, basándose en tres factoresprincipales:

• La mayor eficacia del transporte a través dela intermodalidad, la racionalizacion (vía pla-nificación) y gestión (vía precios) de la de-manda.

• La mayor eficiencia y menores emisionesde los vehículos de combustión interna me-diante nuevos motores, materiales y diseño y,sobre todo, por la introducción del vehículoeléctrico y el incremento de la tracción eléc-trica en el ferrocarril.

La Comisión sigue planteando, en contra deotras opiniones, que, hasta 2025, el factorprincipal para invertir la tendencia al aumentode las EGEI, en este sector, que tiene un pesocreciente en las mismas, es una mayor eficien-cia en términos de consumo de combustible,retrasando en el tiempo el peso de los vehícu-los eléctricos y de la tracción eléctrica. Proponeque una mayor eficiencia y una mejor gestiónde la demanda, promovidas mediante normassobre las emisiones de CO 2 y sistemas fiscalesinteligentes, permitirían también impulsar eldesarrollo de tecnologías de motores híbridos yfacilitar la transición progresiva hacia la pene-tración a gran escala de vehículos más limpiosen todos los modos de transporte, incluidoslos vehículos eléctricos e híbridos recargables(equipados con baterías o pilas de combusti-ble) en una fase posterior.

Según la Comisión, los biocombustibles soste-nibles podrían utilizarse como combustibles al-ternativos, sobre todo en aviones y camiones, yse prevé un fuerte crecimiento en esos sectoresa partir de 2030.

Sector de la construcción. Un sector "chollo"para la reducción de emisiones, por el gran margende mejora existente.

La Comisión confirma la tesis, no por repetidamás aplicada, de que los edificios y viviendasofrecen oportunidades inmediatas, baratas y acorto plazo de reducir las emisiones, ante todo

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Domingo Jiménez Beltnän

mediante la mejora de su eficiencia energética,que puede incorporarse como elemento clavepara la rehabilitación del patrimonio construi-do, además en un momento en que el sectoresta en crisis.

El análisis de la Comisión indica que las emi-siones en este ámbito podrían reducirse un90% aproximadamente de aquí a 2050, conuna contribución superior a la media a largoplazo, lo que pone de manifiesto la impor-tancia de alcanzar el objetivo de la Directiva2010/31/UE relativa a la eficiencia energéticade los edificios, según la cual los nuevos edi-ficios construidos a partir de 2021 tendrán unconsumo de energía casi nulo o incluso seríangeneradores de energía; proceso ya en marcha,dado que muchos Estados miembros, comoReino Unido, Dinamarca..., pero no España,aplican normas más estrictas en este ámbito.Además, el 4 de febrero de 2011, el ConsejoEuropeo decidió que, a partir de 2012, todoslos Estados miembros debían incluir normasde eficiencia energética en los contratos pú-blicos para los edificios y servicios públicospertinentes.

A finales de 2011, la Comisión presentará unacomunicación sobre construcción sostenible,en la que se establecerá una estrategia para esti-mular la competitividad del sector y mejorar almismo tiempo su comportamiento ambiental yclimático de gran interés para España para re-lanzar planes ambiciosos, que existen pero noacaban de ponerse en marcha, en materia derehabilitación en clave energética del parquede edificios y viviendas existentes y que podríasuponer rehabilitar un 2% del parque cada ario(medio millón de edificios y viviendas) durantelas cuatro próximas décadas, lo que generaríamedio millón de empleos fijos para absorberparte de los perdidos en el sector, y que nadieentiende por qué no se hace.

Según el análisis de la Comisión, en la próximadécada será necesario aumentar hasta 200 000millones de euros las inversiones en equipos ycomponentes que permitan el ahorro energéti-co en edificios.

Es de gran interés para Españarelanzar planes ambiciosos,

e que existen pero no acaban deponerse en marcha, en materia derehabilitación en clave energéticadel parque de edificios y

> viviendas existentes y que podríasuponer rehabilitar un 2% delparque cada año (medio millónde edificios y viviendas) durantefas cuatro próximas décadas, loque generaría medio millón deempleos fijos para absorber partede los perdidos en el sector

Como ocurre en el sector del transporte, el pasodel consumo de energía a la electricidad hipo-carbónica (incluidas las bombas de calor y loscalentadores de acumulación) y a las energías re-novables (por ejemplo, energía solar, biogás, bio-masa), también en los sistemas de calefacción ur-bana, contribuiría a proteger a los consumidoresfrente al aumento de los precios de los combusti-bles fósiles y reportaría beneficios significativos.

Sectores industriales, incluidas las industrias conalto consumo de energía.

El análisis de la Comisión muestra que las emi-siones de gases de efecto invernadero del sectorindustrial podrían reducirse entre un 83% y un87% en 2050.

Dado que las soluciones son específicas de cadasector, la Comisión considera necesario ela-borar hojas de ruta específicas en colaboracióncon los sectores afectados.

Agricultura. Aumentar la productividad del usode la tierra de una manera sostenible.

El análisis de la Comisión indica que, de aquí a2050, el sector de la agricultura puede reducir

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El análisis dela Comisiónmuestra quelas emisionesde gasesde efectoinvernaderodel sectorindustrialpodríanreducirseentre un 83%y un 87% en2050.Foto: ÁlvaroLópez.

al ario, o sea, un 50% más que el presupuestoanual comunitario actual.

Esta cifra, que representa una inversión adi-cional de alrededor del 1,5% del PIB de la UEal año, viene a sumarse a las inversiones glo-bales actuales, que, en 2009, constituyeron el19% del PIB. Lo cual significaría volver a losniveles de inversión previos a la crisis eco-nómica.

RETORNOS Y BENEFICIOS

Además de su beneficio principal —la reducciónde las emisiones de gases de efecto inverna-dero—, la transición hacia una economía bajaen carbono aportaría muchas ventajas:

Reducción de la factura energéticade Europa y de su dependencia respectoa las importaciones de combustibles fósiles

La mayor parte de esta inversión adicional serecuperaría rápidamente gracias a la reducciónde la factura energética y a una mayor produc-tividad, aunque los mercados tienden a des-contar los beneficios futuros y a desatender losriesgos a largo plazo, lo que exige iniciativaspolíticas para favorecer tales inversiones, recu-rriendo, según la Comisión, a nuevos modelosde financiación pública —fondos rotatorios, ti-pos de interés preferenciales, regímenes de ga-rantía, instrumentos de distribución de riesgosy mecanismos combinados— y privada, parapaliar los riesgos de la financiación inicial y losdesafíos de liquidez.

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Se estima que la eficiencia energética y la tran-sición hacia fuentes de energía bajas en carbo-no y producidas con medidas internas, redu-cirán los costes medios del combustible de laUE entre 175 000 y 320 000 millones de eurosanuales como media para el conjunto del pe-riodo de cuarenta arios considerado, variablesegún los precios de los combustibles fósiles,que se prevé aumenten (análisis de la Comi-sión y perspectivas energéticas mundiales para2010 publicadas por la Agencia Internacionalde la Energía (AIE), World Energy Outlook 2010,en la hipótesis de una actuación mundial limi-tada.

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sus emisiones, distintas de las de CO2' entre un42% y un 49% respecto a 1990.

Las políticas agrícolas deberían centrarse enopciones tales como el incremento de la efi-ciencia, la utilización eficiente de abonos, lametanización del abono orgánico, una mejorgestión del estiércol, mejores forrajes, la diver-sificación y comercialización locales de la pro-ducción y un mayor rendimiento ganadero, asícomo la maximización de los beneficios de laagricultura extensiva y ecológica.

La mejora de las prácticas agrícolas y fores-tales puede aumentar la capacidad del sectorpara preservar el carbono y secuestrarlo en lossuelos y los bosques. Esto puede lograrse, porejemplo, mediante la adopción de medidas es-pecíficas para mantener los prados —y en parti-cular las dehesas en España— restaurar las zonashúmedas y las turberas, reducir la labranza osuprimirla, reducir la erosión y permitir el de-sarrollo de los bosques.

La agricultura y la selvicultura proporcionanasimismo los recursos para la bioenergía soste-nible y la producción de materia prima orgánicapara la industria —química verde— contribuciónque deberá aumentar aún más.

Según la Comisión estos elementos se abor-darán (de lo cual hay que dudar a estas al-turas) en detalle en las propuestas legislativassobre la Política Agrícola Común previstaspara 2013 (cuyo posible impacto positivo aúnno se ha tenido en cuenta en el análisis de laHoja de Ruta), y en la futura comunicaciónsobre la bioeconomía (Programa de trabajo dela Comisión 2011: "Estrategia europea y Plande acción hacia una bioeconomía sosteniblepara 2020").

NECESIDAD DE MAYORES

INVERSIONES

Según la Comisión, el disponer de fuentes deenergía bajas en carbono, básicamente renova-bles, y sus sistemas e infraestructuras de apoyo,que incluyen las redes inteligentes, las vivien-das pasivas, la captura y el almacenamiento decarbono (aquí sí se menciona el "carbón lim-pio"), los procesos industriales avanzados yla electrificación del transporte (incluidas lastecnologías de almacenamiento de energía) re-querirá una inversión sostenida sustancial, yse calcula que, en los próximos cuarenta arios,las inversiones públicas y privadas ascenderána aproximadamente 270000 millones de euros

A finalesde 2011, laComisiónpresentará unacomunicaciónsobreconstrucciónsostenible,en la que seestablecerá unaestrategia paraestimular lacompetitividad

del sectory mejoraral mismotiempo sucomportamientoambientaly climático.Foto: VicenteGonzález.

tzlikitiluiüti 96/ Septiembre 2011

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Hacia una economía y modelo energético bajo en carbono y sostenible

La AIE ha estimado que la factura de las impor-taciones de la UE registró una subida de 70 000millones de dólares de 2009 a 2010 y que, pro-bablemente, se producirán más subidas en unfuturo previsible.

Según la Comisión, con la Hoja de Ruta se con-seguiría que, en 2050, el consumo total de ener-gía primaria en la Unión Europea se situaría un30% por debajo de los niveles de 2005, o sea,una verdadera desenergización de la economíay, además, se utilizarían más recursos energéti-cos internos, en concreto, más energías renova-bles, con lo que las importaciones de petróleo ygas se reducirían a la mitad respecto a las cifrasde hoy, lo que reduciría considerablemente lasrepercusiones negativas de la volatilidad de losprecios de esos dos combustibles.

Y hay que considerar el coste de no actuar: elprecio de las importaciones de petróleo y gas seduplicaría con respecto a los niveles actuales,lo que representaría una diferencia de cerca de400 000 millones de euros anuales de media deaquí a 2050, lo que supondría casi el 3% delPIB actual. Muy superior a la horquilla máximade coste prevista para la descarbonización.

Creación de nuevos puestos de trabajo

Las fuentes de energía renovables tienen un só-lido historial de creación de empleo; en solocinco arios, la industria de las energías reno-vables ha pasado de 230 000 a 550 000 em-pleos en la UE, y se han identificado grandesoportunidades para el empleo a corto plazo enla rehabilitación en clave energética del patri-monio construido en un sector como el de laconstrucción que supone unos 15 millones deempleos.

La Comisión insiste en los beneficios que pue-de suponer para el empleo la utilización de losingresos de la subasta de derechos de emisión,prevista a partir de 2013, y de una fiscalidaddel CO 2 , para reducir los costes laborales,cuyo potencial de creación de empleo se cifraen 1,5 millones de puestos de trabajo de aquía 2020.

&faltarle 96! Septiembre 2011

Mejora de la calidad del aire y de la salud

Las iniciativas para reducir las emisiones de ga-ses de efecto invernadero implicarían la reduc-ción de otros contaminantes del aire urbano ypotenciarían las medidas de mejora de la cali-dad del aire (muy precaria en muchas urbes,en particular españolas) vigentes y previstas. Elefecto combinado de la reducción de las emi-siones de gases de efecto invernadero y de lasmedidas sobre calidad atmosférica permitiráreducir más de un 65% los niveles de la con-taminación del aire en 2030 con respecto a losniveles de 2005.

Para 2030, los costes anuales del control delos contaminantes atmosféricos tradicionalespodrían reducirse en más de 10 000 millonesde euros y, en 2050, podrían ahorrarse cercade 50000 millones de euros al ario. Además,esta evolución reduciría la mortalidad, lo quegeneraría unos beneficios que, según las esti-maciones, podrían alcanzar hasta 17 000 millo-nes de euros en 2030 y hasta 38 000 millonesen 2050.

TRASLADO A ESPAÑA DE LA HOJADE RUTA DE LA UE

Según la Comisión todos los Estados miembrosque aún no lo hayan hecho deberían diseñar loantes posible su hoja de ruta nacional hacia unaeconomía baja en carbono.

Y España debería abordar este ejercicio lo antesposible por su propio interés. Basta con con-siderar las propuestas comunitarias como "demínimos" y trasladarlas al ámbito español parano tener que andar inventando y justificandohitos que, por otro lado, acaban en contradic-ciones. Incidiendo en que "baja en carbono ysostenible" para España significa reducir drás-ticamente el consumo de energía, con mejorassustanciales en la eficiencia energética (ya queel margen de mejora con respecto a la media dela UE es enorme) a fin de alcanzar la estabiliza-ción antes del 2020 en los niveles de consumode 2009 (ya previsto en el llamado Documen-

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Domingo Jiménez Beltrán

to de Zurbano presentado por el Gobierno enmarzo de 2010 como base para un pacto polí-tico) y reducir el consumo anual en términosabsolutos (desacoplamiento absoluto) a partirde ese horizonte, y en la generalización de lasrenovables, abandono de lo nuclear antes de2030 y nada de "carbón limpio".

La viabilidad de esta desenergización y descar-bonización progresiva de la economía y del sis-tema energético español, con escenarios 2020-2030 en el horizonte de una descarbonizaciónsuperior al 80% en 2050, a niveles inclusomás ambiciosos que los previstos a en el mar-co comunitario se mostraba recientemente enel documento Cambio Global España 2020/2050(Fundación CONAMA, octubre 2011).

En el análisis realizado en este documento semuestra la viabilidad de la estabilización del con-sumo de energía final a nivel de 2009, con unpeso del 70% de las renovables en la producciónbruta de electricidad y una reducción en EGE1del 30% en el escenario deseable para 2020; asi-mismo se plantea un descenso de hasta el 15%en la energía final con un peso de las renovablesdel 45% y de casi el 100% en la producción bru-ta de electricidad, y una disminución de EGEIdel 50% para el escenario deseable en 2030, loque facilita el alcanzar una reducción interna demás del 80% y, con medidas internas, una des-carbonización significativa en 2050.

Estamos ante opciones estratégicas trascenden-tales, en particular en materia energética. Hayque elegir y elegir bien. No se trata de gestionarlos cambios sino de anticiparlos, protagoni-zarlos y liderarlos ("llega siempre primeroel que decide dónde hay que estar"). Españapudo (¡y todavía puede?) liderar la llamadaTercera Revolución Industrial, esta vez basadaen el abandono de los combustibles fósiles ydesarrollo de las renovables.

La cuestión es si estamos dispuestos a superarel cortoplacismo y la cooptación económica(no solo del sector financiero, en el caso espa-ñol también del sector energético ) con nuevaspolíticas, con horizontes a medio y largo plazo

Estamos ante opcionesestratégicas trascendentales, enparticular en materia energética. iHay que elegir y elegir bien.

' No se trata de gestionar loscambios sino de anticiparlos,protagonizarlos y liderarlos:

lega siempre primero el queecide dónde hay que estar".spaim pudo (y todavía puede?)

liderar la llamada TerceraRevolución Industrial, esta vezbasada en el abandonode los combustibles fósiles ydesarrollo de las renovables

(escenarios energéticos 2020-2030-2040-2050)siguiendo la pauta marcada por la Hoja de Ruta2050 comunitaria para una economía baja encarbono, aunque superando sus objetivos,como país que aspiraría a liderar el cambio, ycon reflejo inmediato en la forma de salir dela crisis (proyectos "oportunistas" convergentescon los escenarios, y con nuevas formas de ha-cer dichas políticas, con la máxima participa-ción de la sociedad ("democracia prospectiva")y del estamento político (pactos). ¿Lo estamos?

¿Queremos verdaderamente —como suelo repe-tir— una "Esparta toda solar" en lugar de "todaun solar"?

A ver qué dicen al respecto los programas polí-ticos para las próximas elecciones; su compro-miso y ambición para la desenergización y des-carbonización del desarrollo y de la economíaespañola como desafío y, sobre todo, la granoportunidad para España será una medida desu compromiso o no con el futuro, creo. Nofaltan propuestas al respecto, como la que ya haavanzado a los partidos políticos y presentaráen septiembre la Fundación Renovables. +

18 KLW2:115Glirtlin 961 Septiembre 2011