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Setieiulwe 38 <lc 1873 MONTEVIDEO Aflo I-Nun. 12 LA ACACIA (¡HANII SEMANAL DE LOS I S I E il E S E S IIAS SJK11S, « T J M A l i l O XXI&L, N. ISi ' Miarías! y liberalismo i) 1 . ii ir , , , '! > na empanan f\> deiiealr una eücsLioo foui'í r¡ loma <!i; ¡iiusairo artículo / / "ni él ñtcllo, haciendo esfuerzos suprofnos psra oom. Uniir á 'El, Siglo, entra on el terreno árido do-la iiieufloio», pura apli- i i i n i, i i in jesuíticas. El,Si¡llo, por su parte, bate on brecha al órgano de las irléKS,.f¿sÍj leu con el üii do convencerle de los errores que ctmciciitnuence acep- tn. liu nuestra eree.ooía, MSiglo por mas que debilito sus fuerzas en id ! t roo los golpes eoiit.iui Joules do i razón, mi podrí jama* hacer que penetre la luz en ol antro osouro en opio esiá encerrad!) El Mensayero del 1'uchlo. 1 Kl liberaliBino no es, diee ni periódico eclesiástico, la verdadera los, porrjuo olla, alinea.üo á la lazuí iodos los lares, viese á di.seu- I I I ' VI 1 lililí i 11 I I ll f 1 ill 1 sas de los dÍ8efpt)]ps ? ,;d$IiO^^ pueblos la verdadera Claro es opio los hombros del 98 comprendió- s pea la rodenoion del pueblo so asentaba en la emancipación del poder clerical que, absorvicndolo todo on beneficio propio, hacia al hombre esclavo de

Transcript of (¡HANII SEMANAL DE LOS I SI E il E S ES...

Setieiulwe 38 <lc 1873 MONTEVIDEO Aflo I-Nun. 12

LA A C A C I A ( ¡ H A N I I S E M A N A L D E L O S I S I E il E S E S I I A S S J K 1 1 S ,

« T J M A l i l O XXI&L, N. ISi

' Miar ías ! y l iberal ismo

i) 1 . ii ir , , , '! > na empanan f\> deiiealr una eücsLioo foui'í r¡ loma <!i; ¡iiusairo artículo

/ / "ni él ñtcllo, haciendo esfuerzos suprofnos psra oom. Uniir á 'El, Siglo, entra on el terreno árido do-la iiieufloio», pura apli-

i i i n i, i i in jesuíticas. El,Si¡llo, por su parte, bate on brecha al órgano de las irléKS,.f¿sÍj

leu con el üii do convencerle de los errores que ctmciciitnuence acep-tn. liu nuestra eree.ooía, MSiglo por mas que debilito sus fuerzas en id ! t roo los golpes eoiit.iui Joules do i razón, mi podrí jama* hacer que penetre la luz en ol antro osouro en opio esiá encerrad!) El Mensayero del 1'uchlo. 1

Kl liberaliBino no es, diee ni periódico eclesiástico, la verdadera los, porrjuo olla, alinea.üo á la lazuí iodos los lares, viese á di.seu-

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sas de los dÍ8efpt)]ps?,;d$IiO^^ pueblos la verdadera Claro es opio los hombros del 98 comprendió- s pea la rodenoion

del pueblo so asentaba en la emancipación del poder clerical que, absorvicndolo todo on beneficio propio, hacia al hombre esclavo de

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su fanatismo, obligándole & ponerse una vonda para que la clarísima luz do la verdad no los enseñara la radiante aurora del porvenir.

La escuela que lian seguido Voltairo y otros tantos filósofos, no puedo convenir para las aspiraciones del jesuitismo porque los pue­blos que so suceden con hu gonoraoiones, traen infiltrados con las aspiraciones del porvonirel deseo de alcanzar la verdadera luz, que es ol camino de su engrandecimiento.

Lutcro, por ejemplo, que formó una escuela de la cual so aprove­chan hoy las generaciones modernas, no coja un instante hasta hacer conocer sus doctrinas y con ollas mostrar al mundo, que el verdadero Mesías era la raren,

Los filósofos modernos, que aspiran á la perfectibilidad humana trayendo para combatir al orror y al fanatismo ol arsenal do sus propia» creencias, nos dan ejemplos palpitantes que debemos se­guir.

La Francmasonería, ese árbol fecundo á cuya sombra descansan al­gunos millones do hombres do todas las sectas, detodus las religio­nes, también busoa su derrotero para llegar al puerto de salvación que el oscurantismo de los pasados siglos había hecho parocer iinpc-eible.

l'or qué razón, con que" derecho so ¡uipono al niño ¡uconcionte una religión otprcsa, si muñan» cuando ¡lega á la edad de ia reflexión tie­ne que arrepentirse de ella ó por lo menos vituperar lo quo sus pa­dres lo hicieron aceptar cuando aun la luz do la ruzon no había alum­brado su monto V

Por quó do la misma manera que se obliga á a;i fanatismo reli­gioso, 'no se consioute que cada hombre pienso con la razón, sin preo­cuparse do los falsos ídolos y solamente guiado por la concioncia, eso juez que premia i quo castiga, pueda alcalizar el bien que aspira 1

Por ventura se cree que la religión impuesta es un freno f So cree quo obligando al niño & profesar esta ó aquella religión, pueda hacer que el hombre en la madurez do su vida no la rechace ?

Pierde prosélitos la rBligion que defiende ElMcnsagero del Pueblo'/ Si esto es usí, entonces comprendemos porque tanto se ¡ifaean los hi­jos de Loyola para mantener lo que ello llaman sus creencias.

Si oleatolicismo so levanta ahora poderoso como 'en los primeros

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siglos, entonces para qué combatir Iaa doctrinas de los que piensan do distinta macera ?

El Siglo está colocado en un terreno da verdad, en osta cuestión, mientras quo El Mensas/oro vacila porque presiente que su derrota es inevitable, porque si «on fanáticos por su religión lo» unos, los otros pensando con la rozón y con la conciencia, no cejarán ou sus creen­cias en ningún momento, máxime cuando las despreocupaciones so­ciales nos están mostrando en un espejo límpido las tinieblas del pa-

Sobre csts tópico nos ocuparemos en nuestroi números próximos, para probar las verdadas que hemos estampado á cúrrente-cálamo en este artículo.

IÍ.I F r a n c m a s o n e r í a y sm detractores

P A R A N G Ó N

(Conclusión)

Para concluir el parangón do que nos ocupamoi (imbuios deducir dü lo dicho : quo ol sacerdocio quo dosempoüa el clero, lo pugu el pueblo con usura, y que c! sacerdocio que ojorc.n lo=i francmasones nada cuesta al pueblo, y quo muy al contrario o! pi'iblo recibo sus beneficios, sin humillarlo, ni aun mostrarle la mano quo los dispensa.

/, Quién estima mas á sus semejantes ? Dejo la libertad & los detractores de las francmivuici para que

ellos mismos contesten la pregunta. No olviden empero, que declaró ser fiel croyento y adepto de lo fé

del Cristianismo, que respeto ol culto y sus ministros, que creo en Dins y en la inmortalidad dol alma.

En lo que ni como hombre, ni como francmasón creo, es en los malos sacerdotes, porquo veo y tengo «1 convencimiento queso mala conducta es la caiua de que la religión de Cristi, pase por la censu­ra de lúa demás religiones y sectas quo lu quieren d«truZiir. Declaro que en el clero haré siempre una honrosa escepcion, porque conosco en este mismo país algunos sacerdotes y entro ellos tamVon de nació-

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nalictod española, qué están llenos da virtudes, y son muy dignos del culto que representan.

Dije antes, quo como francmasón, después de la adoración qno ha­go & Dios, mi culto O» la verdad.

Ahí he descrito lo que. son los malos sacerdotes y lo quo son loa fftinattinwnce. lie dicho también y lio demostrado las fundaciones hu­manitarias que la Francmasonería ha establecido en oste podaoito de Anierinn, Veamos ahora lo que hicieron los muios sacerdotes y loa detractores de la mawnorlr», mientras wfa no so ocupaba «lo hacer c'

Ifn canónigo en Buenos Ayros lamba desdo el pulpito anatemas contra leí francmasones, predicaba mlíximaa subversivas del urden social, y con ella* aiitoriüaba pera qno los esposos de los francmaso­nes, pudieran t!ut%iwo<lsl matrimonio y abandonasen ásus maridos ; Cíitiintdaba pura que los hijos du los masones so emanciparan de la obediencia paterna ; y par» colmo de las desgracias que ese clérigo llamaba sobro aquella culta ciudad, ól organizaba en los ostromos del Untado, una, cruzada armada contra la Masonería. No una cruzada compuesta de líeles cristianos,'lima .6 menos devotos, mas ó monos fanáticos. Sí una cruzada compuesta de famosos salteadores, que lo quo monos conocíais era el dogma del Cristianismo 6 la moral do los Masones > y s¡ bien el objeto ostensible que los reunía era el grito do Mueran bs Masones, el lin quo ellos veían.era efpilhigey el derrum­bamiento del gobierno constituido.

Granea & la «.odvidad que las autoridades desplegaron, aquella fac­ción que so levantaba desapareció. La prensa so ocupó también do poner en trasparencia la conducta del canónigo y le afeó hw doctri­nas que predicaba, por cuya rnzun pronto quedó desorganizado el ele­mento que los'detractores do la Masonería y el Jesuitismo combina­dos, habían preparado así pura destruir la institución como para con­vulsionar al país quo debia'coopcr ar á su objeto.

Los perseguidores do la Francmasonería habían combinado un plan de ataque general, porque en la misma ópoea quo esto sucedía en Buenos Aires, se hacia otro atentado en la Provincia do Entre Eios.

En la Concepciorf-dol Uruguay so había fundado una Logia Masó­nica. Un olórigo español (Jesuíta adepto) deyaquoilos del uño 1S35,

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concitó un ataque & mano armad» contra las personas que na reunían en aquella casa, os decir oontra los francmasones.

Una noche, & la hora en quo los masónos sallan da una de sus reu­niones, fueron atacados á mano armada por una turba do hombrea en­tresacados du la plebe mas inmoral de aquel pueblo, y gracias .á la justa energia quo desplegaren los acometidos se pudo impedir que el iuMSiuato proyectado se realizara. tfi desastre cmislió e:i quo daap.ies que loa masones estuvieron ya en i;ini casjs particulares, ios acomete­dores volvieran & la principal y se eatretuvieran oa medio de impre­caciones y gritería, á romper las puerta) y ventanas del euiüeio ¡Linda hazaña!! Lis auiorüadei que e,-t.in enear^adas do vigilar per el sosiego y para que el «fortuito de prjpieJúd oea respetado, dan una triste idea de ¡o que so,i, de.d.i que ni ta; oeurareu de averiguar quienes fueron lo* autores de aquel dase.den.—Despees dirán que son civilizados.—No (alia quien diga que svu uno.) bribones, quo lo quo hacen es vivir robando la piala quo se les dá para que sirvan a! pueblo que los paga.

No toy vl'<-o un* no »cumpla, u¡, deuda que uo tej/agw. No lo ol­vido el cura español, no lo olvide la autoridad inmoral.

Por lo que acabamos du r eferir se compréndela quu los corileos del Jesuitismo, que como & ellos mismos tampoco les gusui o.npezar lu;¡ grandes empresas on las ciudades principales, han comeuztdo á ensa-yarse on la campaña y poblaciones de nuca monta. Ea cate mismo

en la República del Uruguay. En la villa de San José, que dista ;J0 leguas de Slontcviduo y es la

capital de! Departamento dei mismo nombro, oxiilia una Logia que ya contaba tros años de fundación siu que en oso períodu jamás hu­biese sido incomodada; peto como lo:, proyeetos y el prugrama do) Jesuitismo se están siempre agitando y revolviendo para lograr si posible fueso la destrucción de los Francmasones que les hacen som­bra ; también se promovió la persecución por aquel lado. Umt, com­binación do dos malos cldrigos (también españoles de los dei año 1S35) tolerados por una autoridad do aquel pueblo, resolvieron la destrucción de la casa en doude se reniñan los masones. Ellos aprove­charon la ausencia del guardián del edificio, que habla salido hacia la

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capital, y empezaron la obra sin que se les ofreciera riesgo alguno. Aprovechando las tinieblas de la ñocha, la casa fuá escalada, la

roja de una ventana forzada, y sin respeto por la propiedad, entraron, inocadUrOn el interior, robaron cuanto les pareció, y sa retiraron tan tranquilos como quien acaba de consumar un acto'de piedad Cris­tiana. El interior de la oasa ardió con sus muebles, quedando todo reducido á cenizas. Poro por fortuna como la casa estuvieso cerrada, el airo demasiado comprimido, sin poderse exhalar, sofocó el fuego, mientras que las maceras de loa techos apenas chamuscadas sostienen todavía el edificio.

La casa fuá saqueada de papeles y adornos, quo el sol del siguionte dia mostró esparcidos por la calle, socios con indecencias, como para dar el testimonio del ateutado violento quo los furibundos ha­bían perpetrado.

La población sensata vio con indignación aquellos trofoos del deli­to; los francmasones devoraron on ailencio el pesar quo los acongoja­ba. Nosotros i la diatanoia repetimos ¡~No hay plano gm no se cum­pla, ni deuda que no se pague.

Hemos dicho que la autoridad local hacia parto de aquol delito, y ahora lo repetimos; porque, cuál os la autoridad que teniendo á la vista la noticia de un incendio, con robo y escalamiento, ni siquiera se ocupa do una averiguación para tomar conocimientos del hecho? Y esas son las autoridades en que el vocindario dobo descansar í Ver­güenza debiera tonar do llamarse autoridad.

No quiero nombrar los héroes do esta triste hazaña, todos ellos son conocidos; el uno no pasa do ser un faUtico rudo 6 ignorante que no se guiaba sino por los consejos de una hija charlatana y petu­lante. Do los dos clérigos uno fuó fraile y soldado & la vez, de aque­llos que quedan entronizar & Carlos V. en España; fuó preso capita­neando veinte Salteadores do profesión, encerrado en los calabozos de Zaragoza de donde pudo librarse por la clemencia de los libera­les, pasó & Francia y de allí se trasladó & -ostas repúblicas aguijo­neado por su inclinación al mal. Desde su permanencia se ha labra­do uua fortuna esplotando la conciencia de la gente sencilla de la campaila, y tione hoy un capital respetable colocado y ganando inte-

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reses en una casa muy conocida. Esta es la misión del clero español en América.

El otro clérigo era un hombre hipócrita y desleal quo ha adquiri­do fortuna defraudando los bieues ágenos que administraba, y admi­nistró hasta que en definitiva los llamó suyos.

Los perpetradores eran cuatro individuos quo no quiero nombrar para no darles importancia estampando su nombre ó biografía con letras de imprenta.

Conocemos todos los personajes y cuantas personas han tomado interés ó están inscriptas en la cruzada que el Jesuitismo ha promo­vido cu Montevideo contra los francmasones.

No se crea que los caballeros enrolados sean de aquella claso de personas quo se alistan bajo una baudera, exaltados por el fanatismo religioso. No: los mas ó ninguno de ellos tiene creencia religiosa. El objeto de la asociación tiene miras muy diferentes.

Ellos son hombres da aquella especie peculiar quo por su carácter egoísta y pretensiones esolusivistas, la mam del pueblo ha repudiado y los desprecia.

Son hombres quo no teniendo ya valimiento en ninguna parte, ni apoyo para escalar los empleos de la República, so han cobijado á la sombra del Jesuitismo. Desde ese asilo esperan todavía un favor, aguardan una oportunidad que les abru las puertas que en todas partes les están cerradas.

Sombra maléfica que semejante á la del Guao (1) emponzoñas y matas al que viene engañado á buscar lafroscura do tus hojas.

¡ Triste horóscopo! Poro quo veremos realizado, para que así esos hombres como los Jesuítas, palpen el último desengaño que la culta Montevideo les pondrá de manifiesto.

(1) Árbol que croco on Méjico y ci> las Antillas, cuyo tronco y liojne están improg_ nadan do un zumo tan acra v caustico, quotíoco su sombra la propiedad do hincL.u¿ y aun matar & los anímalos y hombres quo so amparan Jo ella, f.os Mojiccnos 10

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Ciencia

(Continuación y

(Estrado del " Traite<VHygienc" de M. Umj)

Creemos do oportunidad ol tratar cuestiones quo versen sobro las municipalidades en tiempo de epidemia ; máximo cuando las cróni­cas estraugeras nos avisan quo distintas epidemias asolau ciudades

Publicamos í continuación un interesante artículo científico quo nos remite nuestro colaborador 11, en el que dá oiertas nociones muy interesantes que son do utilidad práctica en ciertas cireuntuncias :

Cuando nos.vemos amenazados por una epidemia, la autoridad tie­ne deberes que cumplir.

Daba cuidar <}"o los reglamentos sanitarios sean escrupulosamente observados; debe hacer visitas domiciliarias diariamente, especial, monte en los edificios sospechosoo, para practicar do oficio las mejo­ras necesarias, ó cerrar aquellos que no puedan ser salubriíicados; hará destruir los depósitos do materias corrompidas, limpiar los ca­ños-maestros y dar desagüe á l«a «gnus estancadas. Debe impedir la acumulación de muchas pnrsonas en los conventillos, como tumbton todas las aglomeraciones insólitas, que no tardarían en convertir™ on íin foco epidémico. Debo favorecer la emigración do diversos ele­mentos do población flotante, si olla es muy causidomb'o; debo ins­tituir servicios medicales en número suficieuto, impedir-lit acumu­lación (le personas on los cuarteles, hospitales y cárceles; las visitas medicales preventivas á domicilio son de gran utilidad. La autoridad hará un Humado á la clase pudiente, á fin de proporcionar á los po­bres todos los elementos necesarios parn su conservación, corno son ropa, alimento?, combustibles, ropa blanca, etc., etc., debiendo no­tarse quo esta asistencia contribuirá eficazmente á atajar la duración 6 intensidad del flngolo cu los puntos invadidos y á alojarlo de los puntos esontos.

Oiiyranrd y Girardin dicen quo ol culera cesó cu Urcslau gracias á

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esas medidas y ¡5 otras como son la desinfección do los edificios, la clausura de las habitaciones insanas y la diseminación de numerosas familias que se hallaban reunidas en locales reducidos.

Dico el vizconde do Edrmgton, que en Lumheth Squarc, eu Lon­dres, la población ora particularmente atacada en tiempos epidémi­cos; se practicaron trabajos do salubrificacion cu esto barrio, que­dando así complot-amonio al abrigo de todas osas enfermedades epidémicas como el culera, el tifus, etc.

L:i paite de Londres llamada La Ciudad, que so encuentra en el centro do. la población, tiene dos grandes desventajas bajo el punto de vista higiénico ; una población muy aglomerada y la proximidad del Támesis. que se encuentra en un ostado de fetidez horrible y bas­ta pantanoso en ciertos puntos, pero esa parte de la ciudad fué enlu-brificada casa por casa, so hicieron Ilegal las aguas, se interceptaron las comunicaciones con los caños do afuera, y la cifra de la mortali­dad mermó, llegando ¿i ser menor que la de Hnm-psteuü Boail, barrio muy elevado do Londres y de una salubridad notable, pero donde las habitaciones no lmu recibido los mismos mejoramientos.

Cuidados prontos y regulares, camas bien separadas, el continuo movimiento de! aire, un personal suficiente de enfermeros, una asi­dua vigilancia de los médicos y de los administradores, una inteli­gente repartición do los enfermos, la separación do los convalecien­tes, etc., contribuyen en tiempo de epidemia & disminuir ¡a cifra de la mortalidad.

DiceilíítM Ltry que debido á estas medidas, ordenado,', da ANTE­MANO y bien ejecutadas, que obtuvo en 1819 resultados muy favora» bles en el tratamiento de 1,200 coléricos, en ellTíospital de Val-de-(,'rtkc.

Dice ese mismo aut'.ir: yo, el primero en París, he separado estos enfermos cn'edificios bastante distantes de los locales que recibían los otros enfermos, y mientras quo en los otros hospitales civiles do Paria, donde no se habían practicado estas medidas, había por con-tennros los casos de cólera llamados interiores, es decir casos desar­rollados cu las mismas salas, on Val-dc-Gráce no los tuvimos sino en muy reducido número.

Una previsión triste, pero necesaria, se. aplica í las inhumaciones

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y es avisando si los trasportes paro los cementerios eon suficientes ; conviono asegurar este servicio y ocultar de las miradas del pueblo eso espectáculo; prevenir las inhumaciones precipitadas, como tam­bién la acumulación do los cadáveres, y vigilar la salubridad de los cementerios.

Las instrucciones populares, los preceptos higiénicos vulgarizados por la prensa, son de una suma utilidad : es prueba del esmero do la administración, ellas disipan las aprehensiones exageradas, llaman á la razón pública, á la reflexión y & la vlgilanoia; es innecesario deta­llar los BÍntotnas procursores del mal intimidador y ofrecer material al miedo y ;í las interpretaciones do la ignorancia. Pero bajo esa re­serva, IOB consejos al pueblo tienden & fortificar su buen sentido, su resistencia moral, y en vez de ocultar los peligros do la epidomia que lo amenaua, es preciso denunoiarlos fiancamonto y en tiempo opor­tuno. ^

( Continuará)

JLa Masonería <lb lo* Jesuí tas

CON LA ESI'LIOAOION DB SUS SÍMBOLOS YÜMBLEIMS

Todos los Mas.-, saben el empeño y la Injusticia con que los Jo-Buitns atacan á nuestra institución en todos los países, pero pocos son los que conocen el papel ¡mportauto quo representaron en la Masón.-, en ol siglo XVIII, cuando trataron de hacerla servir & sus

l'ara poner & nuestros mas al corriente de esta parte tan po­co conocida déla historia de la Masón.-., hemos emprendido la tarea do extractar y traducir en estB artículo loque encontramos de mas importante y curioso üese respecto, _en las obras del II.-. II.-. líogon. (Rituales Masón,-.)

" En el siglo XVI?, la oonfesion auricular habia hecho de los Je­suítas una verdadera potencia. Coneseausiliola Orden conooidto-

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doa los secretos de la política y délas familias. Toda sociedad ó aso­ciaciones nuevas, ellos las consideraban como rivales; en consecuen- • cia trataron de destruirlas, ó después de haber dispersado ó seducido á los gefes, darles otra forma como la alquímica, que era la pasión universal del siglo ; no habia príncipe en Europa que no tuviese en­tonces sus astrólogos ó alquimistas.

" Los Jesuítas gobernaban despóticamente á las dos ramas de la casa de Austria, on Alemania y en España. ¡Desgraciado aquel que osase levantar la voz contra su despotismo! pues lo perseguían, lo acusaban como malvado, ateo, y lo entregaban al verdugo. De allí el origen da la Maso»,', protestante en Inglaterra y Alemania, Da allí el terror y la execración que inspiró itn templo de donde los Jesuítas distribuyan sus doctrinas subversivas con sns odios. De allí la acep­tación que tuvieron los principios del gnestioismo y la fraternidad del culto místico. Los principes do Alemania se aliaron, luego, con­tra la casa de Austria que habia tomado & pecho de humillarlos bajo el cetro do los Jesuítas.

" Enrique IV. el único rey de Francia que no fuó educado por los frailes, ofreció sus socorros i los protestantes, y propuso armarse con ellos contra la casa de Austria. Aquel buen rey cayó el 14 do Moyo de 1610. asesinado por los Jesuítas.

" Los Jesuitas habían resuelto empezar primero por elevar al Pa­pa arriba de todos los reyes, pero con la condición de que el S, Pon­tificio se hioiose el órgano dócil de este tremendo santuario, donde se

• encargaban de la fabricaoion de las bulas y rayos con que armarían & ese Júpiter cristiano.

" . . . . La autoridad de los Jesuitas empezó á declinar desde el año 1762, en quo se trabajó con tesón y valor para espulsarlos.de España y de Francia. Entonces redoblaron sus esfuerzos para pro-pagar, en secreto, su nueva Orden ie los Templarios. Con ese fin, se sirvieron de un tal Johnson, un aventurero; pero no tardaron en te­mer que reventándose un dia la máquina, el verdadero artista vinie­se & ser conocido ; en consecuencia Johnson fuó asesinado en el cas­tillo do Wartteburg. La historia do ese crimen, cuyo manuscrito se loe en Inglaterra, horroriza y aterra.

" De ese nuevo sistema, llamado Templario, solo seis grados fue-

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ron publicados: el séptimo llamado ckrus (ololeto), quedó inédito. Poro obligados & darlo & luz, presentaron el mismo sistema bajo otra

" Amenazando ruina laOrdim do los Joauitua on Alemania, tra­bajaron en mucha» publicación»! íi sostenerla con medios indirectos. Publicaron La Estrella l'lumíijúi'a, al libro «njgmítico do Los arares y Ja verdad ; y después, la Viathmu de los salios, el Cuadro natural üc ka relacionen qm <::ríden tudre Dios, el Universo y hs hombres. Esas últimas obras, uspeoialmoutc, no pueden sur comprendidas por aque­llos que no son Jesuítas ó que no tienon la clavo du sus letras y nú-muros místicos.

" El convento Masón.-, do Willelmsbad declaró falso 6 ilusorio el régimen llamado Orden de los Templarios; pero los Jesuítas no se dieron por vencidos, y pronto lo sos li luye ron con otro titulado La Grifas ilebs ÜalattcroHIknéjkúsda la (Jhulail¡&mlu, anunciada antes unía Estrella Flamígera. El objeto do osa Orden ora jesuítico tam­bién ; asi lo indican las iniciales 0. II. B. que corresponden á loa nú­meros 3-S-ü, igual V¿, cantidad equivalonle al valor de la inicial N, Noslri (los nuestros], profesión do los cuatro velos de los Jesuítas.

n .

" El Bol es ol emblema do la Orden de los Jesuítas. En el reinado de Luía XIV, vawphwluuule, poique la Orden ora triunfante Cuan­do fueron desterrados por sus crímenes, tomaron la innígon del sol gnu se pone. En los diñado gloria para la Ordou, pintaron & la luna (la fcV. Masón.-,) eclipsada por ol mi. Guando se vieron esputados de varios países, pintaron & la lima llena y al sal poniéndose bajo el horizonte. El sol es la misma Orden de los Jesuítas; tiene Oradlos, lo qno indica los nueve fundadores do la Orden. La Luna os, según olios, la Orden do los Fr.\ Mas.'.,recibiendo la luz del Sol, os decir do la sociedad do loa Jesuítas; nsi es quo solo la representan medio iluminada,

" Loa Jesuítas conservan el emblema del león, símbolo déla tri­bu do Jud», con una espada flamígera, pretendiendo sacar su origen do esta tribu, Jesu-üa queriendo decir rjne sisme los pasos de. Jesús, descendiente de esta tribu.

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" Para ellos el Dilaiero 7 indica las '7 Ordenes, es decir las ordinaciones del eacordotismo que son indispensables para sor admi­tido en la Ordon do los Jesuítas.

" La letra í¿, colocada por ellos en la estrella llamígcra de los Mus/., es una invención moderna, y representa al íiíimerul do la Or­den do los Jesuítas. Dicen, es verdad, que la letra C>¡ es ¡a inicial dol Gran Arquitecto, director del Universo ; pero, por Universo olios en­tienden la Orden dn los Jesuítas, y por Director do oso Universo á su propio Gonerai.

" El General de los jesuítas oa el jlojircsciilautc de Dios, aquel que I» mt.iliiH.ije en este mundo, como tienen 1;« impsvidez de declararlo : (iuncraUsjcsitilariim est ]M;UU DJÜI leaens.

" Pura olios la inicial do .lehovali y el misino Jehovnli significan Jesnitn—toda L.: «lo San Juan tm una Logia de San Ignacio—los tres pasos, la repetición do los (res vvlos—Iliram muerto os el Jesui­tismo matado por tres Comp.-. bácia el Oriente, ol Sod y el Surto, es decir la Inglaterra, ia Escocia y la Francia, do donde fueron os-pulsadoa on el siglo XVII—los cinco puntos del Muestro son los co ¿-iteras del Jesuíta : celo, vájiluncia, audacia, valor y consiancia— el profano introducido en el IV. el pié izquierdo calzado con una chancleta, simboliza á lynacio de hoyóla cuando palió con lospiós descalzos desdeMontforrat para sus peregrinaciones, y que, habién­dose herido el pi<5 izquierdo, so lo calzó con una sandalia ó alparga­ta—la inicial IB.', del gr.-. IV con la J del gr.-. ül, espresan fielmen­te para ellos iliealus lynacius, como su lema tan conocido I I I .*>, y que figura en todas parteo, dignifica Jesim Jlaber.ms Socium (teno-

. reos 6, Jesús por compañoro ó socio) " Otros muchos símbolos y alegorías do la verdadera FJV. Masón/,

recibieron do los ,Te:«uiias significados & interpretaciones análogas, pe­ro nos limitamos por ahora á las transcripciones que anteceden, pen­sando que bastan para dar una idsa do las alteraciones quo los Jesuí­tas trataron de introducir en nuestra Institución; cuando esperaban todavía servirse de ella para la ejecución do sus planes y la propaga­ción de su doctrina.

III.

" En la Aa'jmbleadtsl 24- de Julio del año 1720 que tuvierou en

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Alemania, loa JeBuitas, cuyas intrigas y despotismo so hacinn cada dia mas odioso, quemaron cantidad de papeles preciosos relativos al gran secreto ó la grande obra de los alquimistas. En efecto, hacia dos uíios ya quo se trataba do propagar la Ma6on.-. en Europa. En los años 1721 y 1722 so cstablecioron muchas LrS en Londres. En 1722 se publicó el libro do las Constituciones.

" En la misma época la Masonería do los Jesuítas estaba en todo vigor, y tenia por sftio principal el colegio do Clormont (monte clerus monto do los cleros) du Paria. Pero nadio, en Francia, con escopcion do los iniciados, tenia conocimiento de la existencia de esta Masone­ría. Solo dos años después do la publicación do aquellas constitucio­nes do que hablamos antes, Lord Derwenwater npnrooió trayendo la Masonería en Francia por primera voz ; y en efecto, desde esa fecha no mas fué conocida la Masonería en el público. Doípues de habar ostablecido la primera L ~ | Masón.', públicamente conocida como tal en Fraucia, Lord Derwenwater, partidario del Pretendiente Stuart (y de los Jesuítas), volvió & Londres, donde íuó dooapitudo por crímenes de alta traición.

" Entre los Jesuítas ninguno puso mas actividad y celo quo el es­coces Kanisay para el establecimiento del nuevo sistema Escribió con este objeto el Viuije de Ogro, dedicado al hijo del Pretendiente, do quien obtuvo.k promesa solemne do edificar uua casa en Jerusa-lem á la gloria del Señor (es decir de la Sociedad de los Jesuítas), cuando "estuviese dueño 6 maestro de la Orden (es decir, cuando ocu­pase el trono de Inglaterra) haciendo su entrada on Babilonia (es de< cir LondreB).

" Los 7 Grados del nuevo sistema do Knmsny fueron publicados en 176(5 con el título do Altos Or.: de. la Masón.-. En esta sérin, los tres primeros Qr.\ de Electos tienen por objeto la venganza do los asesinos del maestre lliram (es decir la Orden de los Jesuítas), y todo respira en ellos puñal, muerto y venganza. Los tres siguientes tienen por objeto la construcción del nuevo templo (es decir la rehabi­litación do los Jesuítas) yol de Noachiia, 6 T!, contiene el voto per­fecto do los Nuestros, entro los cuales los Jesuítas elogian á su Q-e-

" No bastaban todavía esos altos grados para el objeto que so te-

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nía en vista, y para acercarse maa hicia el objeto oculto de los Secrt-tos Superiores, inventaron una nueva Masonería míjka que funcionó .algún tiempo en Francia y en Alemania, agregándole después algu­nos fragmentos do los antiguos símbolos da los Fr.-. Mas.-. R.-. + . "

En el Mitualde los BR.: ++ del mismo autor, el H,-. Eagon ob­serva lo siguiente :

" Después de la aparición do la F e . Masón.-, en Londres, on el año 1717, los Jesuítas viendo los graDdes progresos que hacia esa aso­ciación, conocieron quo pronto iba. fi tomar importancia y trataron do sacar partido de ella en provecho de la sociedad de Jesús. Resol­vieron pues iutroduoirse en h Masón.-, bajo el velo de la Orden del Templo, cuyos bienes esperaban recuperar para sí, interesando los Mas.-, á eso plan quo juzgaban eminentemente propio para el desig­nio secreto que siempre anhelaron de llegar á la dominación univer­sal. Trabajaron pues á la ejecución de eso plan. Rarr.say los ayudó poderosamente creando al efecto, en el año 1728, tres yrandes tem­plarios sacados de una fábula sobre las Cruzadas, los cuales fueron rechazados en Londres y admitidos en París. Para acabar de cristiani­zar (\ la Masonería, inventaron el Gr.\ de R.\ -1—no aquel Gr.-. filo­sófico practicado boy on todas, las LcS.del mundo, sino una pura re-minisecnoia religiosa cuyo espíritu fué rochazado maa tarde como contrario 6. los principios de la Institución—esperando ganar así la mayoría de ka Masones, 1? por medio dol secreto maravilloso de fa­bricar oro, cuya idea do moda entooces favorecieron, 2? por el atrac­tivo dol título magnífico de Soberano Príncipe J ¡ . \ + y de losará;-kgios quo concedía aquel grado sublime. Todo eso resulta del ritual de varios grados Jesuíticos abandonados hoy, tales como el de los Ca-talleros benéficos de la Ciudad Santa,—el Caballero sublime de Dios y de su Templo, y todos ios grados do la Estricta Observancia. "

Ese plan tan vasto y bien combinado fué destruido enteramente por la revolución francesa de 1789, revolución que no solamento vino i libertar los pueblos abismados desde tantos siglos atrás por la tira­nía do las castas y do los privilegios, sino que rasgó el velo de la ig­norancia con que se les había cubierto los ojos y les inició á todos la verdadera luz, de la libertad, de la igualdad y de la fraternidad.

Desde entonces, los Jesuítas, viendo sus mismos planes fracasar,

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aouearon & los Masones de üuminiemo y los trataron da templarios, cuando olios mismos son los autores da esas alteraciones y desviacio­nes, con los elementos engaitadores de falsa organizaoion social quo

• solo podían llevar los pueblos al régimen do un comunismo degenerado como aquel que los jesuítas habían conseguido establecer entre los indios de las Misiones del Paraguay, de Chile y del Perú.

La F.'. Masón.-, moderna, fiel & las tradiciones ile los antiguos iniciados, no podía servir de instrumento (i tan criminal ambición, y rechazó du su seno al elemento jusuítíeo. Esta es la razón porque los Jesuitas son y han de quedar los enemigos irrofonciliables de nucslra bella institución y de su, dogmas.

IV.

La relación quo «cubamos do «straetnr en dos tres capitules ante, rieres es de la mayor exactitud y no puramente iniajinaria como podrían creerlo aquellos que no están en los secretos de los manojos y de la política jesuítica: sin cuta convicción no habríamos, dado á osa relación un lugar on nuestra publicación, y uo solo lo afirmamos

..Todos saben que los órganos mas mtkrambs del catolicismo je­suítico on Europa son la üivillá Católica que so publica en Eomu> y el Monde, que se publica en París. Pues bien, vahíos á traducir á continuación unos párrafos ostrnctados do ambos periódicos, y que hallamos reproducidos tostualmente en \\IniUpmiikncc BdyetyA 20 do Octubre do 1804, llamando la atención de nuestros l i l i / , n.ibro las ideas y conceptos do este ai líenlo.

" No tatiemos la presunción du trazar una reglado conducta y mo­nea de dar consejos & los hombrea que hacen hoy la gloria y consti­tuyen la fuerza de la Igiosia y de la Italia. I\'ro, ros será permitido recordar i alguno» do ellos cata grande palabra del Evangelio: gvw rikpriman rcgnuiu üc>: ct justitiam (¡jas, cí 'hccc-mnniu wj/wlenlur mhis. Entro ullos algunos hay que podrían tener hoy esta tentación de pedir prestados-.sus cuernos al diablo por un momento, con la inten-ciou-dc:devolvérselos dbspticSide haberse férvido do ellos. Esto fs lo

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que nos parecen haoer, sin duda inocentemente, aquellos que Huma­remos católicos diplómalas, políticos utilitarios.

1« Gm la intención muy santa de destruir la Francmasonería, su «ro-VEN I'XLOS MISMOS DE LOS MEDIOS B IDEAS DE LA' MASOHERIA, CmjOU-do dar con eso un golpe de gran habilidad—Los Francmasones ha­blan de libertad y de tolerancia; y esos católicos hacen coro con ellos glorificando también ¡í la tolerancia y i la libertad—Los Franc­masones enaltecen sin cesar los grandes principios de 8f>, las maravi­llas dol progreso, los derechos imprescindibles déla sociedad mo­derna; y nuestios católicos, con la mayor buena fe" del mundo, hablan mas alto todavía que los Francmasones en favor de los principios do 89, exaltando las glorias del progreso y déla sociedad moderna—Los Francmasones vituperan la Edad-Media, y pronto la vituperarán ellos también; maldicen la inquisición, y se apurarán en maldecirla también; preconizan la separación de la Iglesia y del Estado, y no tardarán en aprobar y reclamarla también.

Esos "católicos utilitarios" se imaginan con eso desarmar ú 'los Rano-masones y servirse así th sus armas pira latirlos. Pero, se equivocan ó'írwtttinmiJSTíál^ el momento, están sa­tisfechos de ver á los católicos de acuerdo con ellos para KGECONIZAR EL MAL Y DissieBAE EL Jiiiití. Pero cuando suene la hora de obrar, esos mismos católicos verán que, lejos do hacerse posibles, como lo di­cen y lo creen, sa habrán hecho mas imposibles quo nunca. Y ésto ha de suceder, porque generalmente hs posiciones netas son las que sir­ven para apreciar mejor £ ios hombres, y los de quienes mas se des­confia son aquellos que no tienen ó no parean tener convicciones cla­ras y firmes, ni batidera de un color bien determinado "

Aquí cerramos ese estraoto. No puede ser mas genuina ni mas cla­ra la confesión que hacen los Jesuítas de haberse introducido en la Fr.;. Masón/, con el objeto de destruirla; de haber fingido con hipo­cresía la adopción de,sus medios y principios, con el fin de servirse después de esas mismas armas contra olla; luego, quedan probados los hechos relatados fielmente por oí H.\ Ragon en los tres primeros capítulos de este*artículo, y colocados en la categoría de los hechos histéricos, para servir de instrucción y de regla & nuestros HB>.

En fin, no es de mas hacer notar aquí, con toda claridad, que de

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esta citación resul ta q u e — p á r a l o s J e su í t a s—proc l amar la l iber tad , la tolerancia y los grandes pr incip ios del 89 , h a b l a r de los p rogresos y de los derechos del pueb lo , todo eso es PKECONIZAB EL MAL ; y que : vi tuperar la Edad-Media , maldeci r la inquisición, hablar do la sepa­ración de los poderes espir i tuales y t empora les , todo eso es DENI-GEAB EIJIÍIKN. Aqu í , no forzamos o! sent ido d é l a s frases ni forjamos los a rgumentos en cont ra de nues t ros d e t r a c t o r e s ; solo t r aduc imos Jlclnmte sus propias pa labras . Que lean nuest ros lectores, y j u z -

E l velo, pues , está rasgado ; ni la disimulación, ni la hipocresía do los t iempos pasados es tán ahora permi t idas . Los dos campos están perfectamente do l i neados : por u n lado, el despot ismo y el oscuran ­tismo ; por el otro la l iber tad y la i lustración : JESUÍTAS V MASONES, tales son los oontondentos q u e han do seguir la lucha en quo so halla empuñada la humanidad desdo tan tos siglos ¡ no hay quo hacerse ilusiones, acabamos do ver lo . Bas ta eso, pues , para hacer compren ­der 4 aqueljos de nuest ros H I L ' . q u e no ven o t ra cosa en la F r . \ Masón.-, que e l ejercicio de 1» Beneficencia, etml debe sor el verda­dero objeto de cus t rabajos , cual el fin do sus aspiraciuue?, y cuales 8 u s deberes .

Con esta confesión departes, o teemos haber cerrado del modo mas conveniente los apuntos quo anteceden sobro la MASONERÍA DE LOS JESUÍTAS, tan poco conocida en t re los mismos F rancmasones , y digna de sar conocida mejor on una época en quu las pretensiones de B o m a al absolut ismo se levantan con mas audacia que nunca y en que se esplotau la credul idad y supers t ic ión de los pueblos ignorantes , como se hizo eu la Edad -Med ia .

Á, V.

LA ACACIA £39

Por listas do suscricion, donativos y remesas Fegun publicaciones en los diarios 8 CG94.30

Por producto de la Conferencia Li tera-raria 1453.96

Varios gastos. 5S.C2 " 1094.33

SALIDAS

Por socorro & domicilio 4 2199.92 Por sueldos á enfermeros " 712.22 Por medicinas " 141.95 Por sueldos í porteros " 282.00 Por ccoi CÍ.1MM... Í.M. .!•• e '̂i.r-

"mos, módic09~y vísuasT. " 210.08 Por gastos eslraordinarios " 105.00 Por útilos para la oficina " 6G.00 Saldo que pasa & la Caja de la misma

Comisión para el sosten de'la Escuela " 3370.71

Montevideo, 31 de Jul io 1S73. ledro Ditjprat.

Tesorero, V? B?—L. Lercna,

Presiden» Conforme—Belkario Conrado.

Secretario Contador,

ESTAJEO DEMOSTRATIVO DE LA CAJA DE LA COMISIÓN FILANTRÓ­PICA COBBKSroNDIENTK A LA EPIDEMIA DE 1S73.

ENTRADAS

no LA ACACIA

C R Ó N I C A L O C A L E l HltramontauiNtuo decae—Segua las últimas noticias

del ostrangero, pareoo quo las ideas ultramontanas van poidiendo terreno considerablemente.

En Alemania las autoridades ee mostrabati enérgicas en la repre­sión de las demasías del Clero. En Posón el arzobispo Ledochowski fui condonado por contumacia á 200 thalers de multa. El Ministerio' público había pedido la multa de 300 thalers y subdiariamerito 4 me­ses de prisión & causa do la actitud hostil asumida por el acusado. En Fulda el obispo Koett fuá condenado íí 400 thalers do multo.

En la Suiza después de dos largas sesiones, el Gran Consejo votó on tercera y última lectura, por üü vatos contra 7, la ley de organi­zación del Culto Católico. Las principales disposiciones son quo los curas sean nombrados por las mismas parroquias, y ubligadoa á jurar obediencia á la Constitución, pediendo ser suspendidos por -i años, si violaran el juramento ó infringieran la disciplina.

( l ambió «le formato—Desde el próximo número vamos á in­troducir algunas mejoras en nuestro periódico, pues aparecerá" en un formato mayor 6 impreso con tipos nuevos mandados traer espresa-monte ñóTÍtromM-AteeB.

Los suscritoros que deseen conservar en buen estarlo la colección, pueden mandar encuadernar los números aparecidos hasta hoy.

Apertura—Como verán nuestros lectores por el aviso quo pu­blicamos en seguida, ol Domingo 23 á la una del dia tendrá lugar la reapertura do la osouola quo sostiene la Comisión Filantrópica, de­biendo comenzar á funcionar las clases,el Miércoles 19 de Octubre.

Los padres de familia y hermanos que deseen visitar el estableci­miento, pueden aprovechar la invitación quo hace la Comisión.

ESCUELA «ItATUITA BE LA SOCIEDAD FILANTRÓPICA Este establecimiento do onaeñauza primaria roabriríi sus trabajos

escolares el 19 do Octubre próximo, en el nuevo local denominado Hospital Italiano, callo Soriano mira. 149, á la 1 du la tarde.

Todos los niños matriculados pueden asistir, si así lo desean sus padres y tutores, hasta quince dias después do abiertas las clases, pasado este término so darán por no asistentes.

Con tan plausible motivo la Comisión ha acordado invitar á los padres y tutores, y & todos los adeptos & los fines filantrópicos que se propone sostener la sociedad, para que asistan al acto déla apertura que tendrá lugar el domingo 28 del presente mes.

La Comisión, quo tantas pruebas ha tenido y tiouo de los amigos del progreso de la onsañanza"cuenta con que sera favorecida por todos.

Litis Lerenct, Presidente.—lidisario Contado, Secretario.