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HÁBLAME DE LORCA, MIGUEL.

RetreTTeatre

RetreTTeatre

La compañía RetreT Teatre está integrada por actores profesionales, licenciados por el Institut del

Teatre de Barcelona; con una amplia carrera dedicada al teatro, a la televisión i al cine.

RetreTTeatre HÁBLAME DE LORCA, MIGUEL

Actualmente todos sus miembros se dedican única y exclusivamente al mundo de la interpretación.

RetreT Teatre es una compañía teatral que dedica sus esfuerzos a la creación de espectáculos

destinados a un público joven i adulto. Los últimos montajes se han centrado en la dramatización y

puesta en escena de obras de la literatura catalana contemporánea. Fundada en el año 2008,

Retret Teatre ha invertido todos sus esfuerzos en consolidar-se como una compañía que apuesta

por la producción de espectáculos de calidad y con un lenguaje propio.

RetreT Teatre, hasta ahora, ha trabajado principalmente sobre los parámetros del teatro de formato

pequeño y mediano a partir de la adaptación de la obra de grandes autores de la literatura catalana

como Mercè Rodoreda, Narcís Oller, Víctor Català, Miquel Llor, Jesus Moncada y Josep Maria de

Sagarra y grandes autores de la literatura castellana como Federico García Lorca y Miguel

Hernández.

Sus últimos montajes han sido Oceà, d’Alessandro Baricco, Roberto Zucco, de B.M. Koltès, Un mirall,

una bogeria con textos de Mercè Rodoreda y Narcís Oller, de gira por institutos de Cataluña durante

2009-2011, y Uns drames, uns sants, una adaptación de las novelas de Víctor Català y Miquel Llor.

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Nuestros objetivos

• La creación de nuevos públicos de teatro y la educación de la sensibilidad artística.

• Ayudar a los niños y los jóvenes a descubrir les sus propias inquietudes artísticas.

• Garantir la igualdad de oportunidades de acceso de los alumnos a la oferta artística.

• Favorecer el conocimiento del teatro y de las obras literarias que representamos.

• Desvelar en los maestros y profesores el interés por conjugar el teatro con los programas

educativos.

¿Quiénes somos?

Lara Díez Quintanilla

Licenciada en Arte Dramático por el Institut del Teatre de Barcelona. Completa su formación participando en

cursos impartidos por Mara Bestelli y Silvina Sabater. Miembro fundador de Retret Teatre, compañía con la

que realiza uno de sus últimos trabajos Oceà d’Alessandro Baricco, adaptada y dirigida por Ivan Padilla (teatro

Versus, 2013), Uns drames, uns sants de Josep Manel Albinyana. Otros trabajos destacados corresponden a

Llàstima que sigui una puta! de John Ford, dirigida por Anna Estrada (Teatro Akadèmia, 2012), Háblame de

Lorca, Miguel (Gira por Cataluña, 2012-2013), Cataluña, Uberales (film de Ramon Térmens estrenado en

septiembre de 2011), Roberto Zucco, adaptación de Joan Fullana (2009, Factoría IT), o Maria, Hedda, Júlia,

Ofèlia, escrita y dirigida por Manel Dueso (Institut del Teatre de Barcelona, 2009). Actualmente, se encuentra

dentro del grupo de investigación y compañía de la actriz y directora Anna Estrada y es miembro de la CIA

RetreT Teatre.

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Ivan Padilla Segués

Licenciado en Arte Dramático por el Institut del Teatre de Barcelona. Completa su formación con cursos

impartidos por Charlote Munskö y Jordi Figueras. Forma partd del reparto de la primera temporada de la

serie La Riera (TVC, 2010). Sus últimos trabajos teatrales son Oceà d’Alessandro Baricco, adaptada y dirigida

por Ivan Padilla (teatro Versus, 2013), K.L. Reich: Home vs. Camp, dirigida por Ivan Padilla (Kursaal Manresa,

2013); Llàstima que sigui una puta! de John Ford, dirigida por Anna Estrada (Teatro Akadèmia, 2012);

Háblame de Lorca, Miguel (Gira por Cataluña, 2012-2013) La Ventafocs. El musical amb ritme dels 50 (Teatro

Victòria, 2011); Uns drames, uns sants de Joan Manel Albinyana (Gira por Cataluña, 2011-2013); Drapets al

sol (Kursaal Manresa, 2011); Polvos màgics (Kursaal Manresa, 2010); Excés de Neil LaBute (Kursaal Manresa,

2009); Una cosa així com Roberto Zucco, adaptación de Joan Fullana (Factoría IT, 2009); Uns amors, uns

indrets de Víctor Sánchez (La Columna, Sagunto, 2009); El crit de Howard Barker, dirgido por Ramon Simó

(Institut del Teatre, 2008). En la actualidad, forma parte del grupo de investigación teatral de Anna Estrada,

La Pell, y es miembro de la compañía Retret Teatre.

Bàrbara Roig Grifoll

Licenciada en Arte Dramático por el Institut del Teatre de Barcelona. Completa su formación con cursos

impartidos por Peter Clough, Charlote Munskö, Claudia Massari, Cristina Castrillo, Kristian Lupa y Esteve

Rovira. Como actriz, ha participado en los siguientes montajes teatrales L’olor sota la pell de Marta Buchaca,

bajo la dirección de Juan Carlos Martel (Sala Beckett), S.O.S. de Oriol Nogués (Àrea Tangent), Uns amors, uns

indrets de Víctor Sánchez (La Columna Rota), Roberto Zucco de Bernard Marie Koltés, bajo la dirección de

Joan Fullana (Factoría IT), Alicia bajo tierra de Lewis Carrol, bajo la dirección de Michal Derlatka, El mal de la

juventut de Ferdinand Bruckner, bajo la dirección de Oriol Tarrasón (Sala Muntaner), La Intrusa de Maurice

Maeterlinck, bajo la dirección de Jorge Gallardo, La mort i la primavera de Mercè Rodoreda, bajo la dirección

de Georgina Oliba (Factoría IT), Un mirall, una bogeria, bajo la dirección de Albi (espectáculo juvenil hecho

en diferentes institutos de Cataluña), Anita Coliflor, tragedia de brebajes de Pablo Rosal (Teatre Gaudí y Círcol

Maldà), Públic # (REUS) de Oriol Nogués (CAER), Hivern de Jon Fosse, bajo la dirección de Ester Roma (Sala

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Porta 4) y Molt soroll per no res de William Shakespeare, bajo la dirección de Oriol Tarrasón (Sala Muntaner),

Oceà d’Alessandro Baricco, adaptada y dirigida por Ivan Padilla (teatro Versus, 2013).

Francesca Vadell Cubells

Licenciada por el Institut del Teatro de Barcelona. Ha actuado en diferentes montajes producidos por el

Teatro de Manacor y Tau Teatro: Els enamorats de C. Goldoni o La cantant calva, de E. Ionesco. Ha trabajado

en diferentes obras de Produccions de Ferro: ,Assaig Obert, La llei dels Grimm, Història de Closques dirigidas

por J. M. Albinyana. Durante el último año, con la Cía. Retret Teatre, ha participado los montajes siguientes:

Roberto Zucco, de BM Koltés, dirigida por Joan Fullana, y Un mirall, una bogeria, i Uns drames i uns

Sants dirigida por JM Albinyana. Otros montajes en los que ha trabajado: Negret de Guinea (ganador de

Premio de Escenificaciones del Institut del teatre), Història Robada, de Producciones La Fornal (Ganadora de

Ayudas del Consejo de Mallorca y ganador del premio Alcover al mejor montaje de las Islas Baleares de 2011)

y,Benaventurats a partir de la obra de Miquel Àngel Riera y dirigida por Eulàlia Bergadà (finalista del concurso

Bòtil de Teatre). Las últimas producciones han sido Ricardo III y El camp de Martin Crimp y Les llargues nits

de Can Salas con dirección de Toni Galmés.

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Háblame de Lorca, Miguel.

Sinopsis

Año 1939: Tres actrices se citan en un pequeño teatro abandonado de las afueras de Madrid. Ellas,

Mª Carmen García, Pilar Aguado y Rosario Castro, pese a saber que sus acciones pueden tener

graves consecuencias, no tiemblan ante su propósito: recitar las palabras del que fuera un gran

amigo suyo, Federico García Lorca.

La guerra ha cambiado sus vidas por completo. Ellas deseaban poder actuar en el Teatro Real de

Madrid, hacer giras por Buenos Aires o que su director, Lorca, les diese un papel protagonista en su

próximo montaje. Nada de eso sucederá, ya hace demasiado tiempo que la guerra ha roto sus

sueños.

Hoy representaran escenas de Bernarda Alba y Yerma ante un reducido público, sólo unos pocos

amigos y conocidos. Hace tres años que Lorca murió y no conocen mejor manera de rendirle

homenaje si no es dando vida a su obra.

Al terminar la representación, ellas recogen el vestuario y se desmaquillan porque saben que tienen

que volver a sus casas como si este encuentro no se hubiese producido nunca. Entre risas se

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explican anécdotas divertidas, experiencias inolvidables, recuerdos que perduraran y que tienen

como eje la figura de Federico García Lorca.

Antes de marcharse, reciben la visita un espectador que se acerca a ellas para felicitarlas. Él es

Miguel Hernández, que acaba de salir de la cárcel madrileña de la calle Torrijos.

Miguel conoce y ama la obra de Lorca, incluso llegaron a intercambiarse cartas, asimismo las

actrices aman los poemas de Hernández y se sienten privilegiadas por haber actuado delante de un

autor como él.

Compartirán poemas, canciones, risas, versos… luego Miguel regresará a su Orihuela para estar con

su familia. Meses más tarde será detenido de nuevo, encarcelado y al cabo de unos pocos años;

morirá.

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Las actrices nunca olvidaran aquella mágica noche. Recitar Lorca a Miguel Hernández y ser público

de la voz del poeta del pueblo.

Háblame de Lorca, Miguel.

SELECCIÓN DE POEMAS DE MIGUEL HERNÁNDEZ

(DEL AY AL AY, POR EL AY, Poemas Sueltos II)

Hijo soy del ay, mi hijo,

hijo de su padre amargo.

En un ay fui concebido

y en un ay fui engendrado.

En un ay nací: en un ay

y en un ay , ¡ay! fui criado.

Del ay al ay, por ay,

a un ay eterno he llegado.

Vivo en un ay, y en un ay

moriré cuando haga caso

de la tierra que me lleva

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del ay al ay trasladado.

(ELEGÍA PRIMERA, Viento del pueblo)

Entre todos los muertos de elegía,

sin olvidar el eco de ninguno,

por haber resonado más en el alma mía,

la mano de mi llanto escoge uno.

Federico García

hasta ayer se llamó: polvo se llama.

Ayer tuvo un espacio bajo el día

que hoy el hoyo le da bajo la grama.

¡Tanto fue! ¡Tanto fuiste y ya no eres!

Tu agitada alegría,

que agitaba columnas y alfileres,

de tus dientes arrancas y sacudes,

y ya te pones triste, y sólo quieres

ya el paraíso de los ataúdes.

Vestido de esqueleto,

durmiéndote de plomo,

de indiferencia armado y de respeto,

te veo entre tus cejas si me asomo.

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Se ha llevado tu vida de palomo,

que ceñía de espuma

y de arrullos el cielo y las ventanas,

como un raudal de pluma

el viento que se lleva las semanas.

Primo de las manzana,

no podrá con tu savia la carcoma,

no podrá con tu muerte la lengua del gusano,

y para dar salud fiera a su poma

elegirá tus huesos el manzano.

Tú, el más firme edificio, destruido,

tú, el gavilán más alto, desplomado,

tú, el más grande rugido,

callado, y más callado, y más callado.

Caiga tu alegre sangre de ganado

como un derrumbamiento de martillos feroces,

sobre quien te detuvo mortalmente.

Salivazos y hoces

caigan sobre la macha de su frente.

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Muere un poeta y la creación se siente

herida y moribunda en las entrañas.

Un cósmico temblor de escalofríos

mueve temiblemente las montañas,

un resplandor de muerte la matriz de los ríos.

Oigo pueblo de ayes y valles de lamentos,

veo un bosque de ojos nunca enjutos.

avenidas de lágrimas y mantos:

y en torbellinos de hojas y de vientos,

lutos tras otros lutos y otros lutos,

llantos tras otros llantos y otros llantos.

Silencioso, desierto, polvoriento

en la muerte desierta,

parece que tu lengua, que tu aliento,

los ha cerrado el golpe de una puerta.

Como si paseara con tu sombra,

paseo con la mía

por una tierra que el silencio alfombra,

que el ciprés apetece más sombría.

Rodea mi garganta tu agonía

como un hierro de horca

y pruebo una bebida funeraria.

Tú sabes, Federico García Lorca,

que soy de los que gozan de una muerte diaria.

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(VIENTOS DEL PUEBLO ME LLEVAN, Viento del pueblo)

Vientos del pueblo me llevan,

vientos del pueblo me arrastran,

me esparcen el corazón

y me aventan la garganta.

[68, Cancionero y romancero de ausencias]

Cerca del agua te quiero llevar,

porque tu arrullo trascienda del mar.

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Cerca del agua te quiero tener,

porque te aliente su vívido ser.

Cerca del agua de quiero sentir,

porque la espuma te enseñe a reír.

Cerca del agua te quiero, mujer,

ver, abarcar, fecundar, conocer.

(EL HERIDO, El hombre acecha)

Para la libertad sangro, lucho, pervivo.

Para la libertad, mis ojos y mis manos,

como un árbol carnal, generoso y cautivo,

doy a los cirujanos.

Para la libertad siento más corazones

que arenas en mi pecho: dan espuma mis venas,

y entro en los hospitales, y entro en los algodones

como en las azucenas.

Para la libertad me desprendo a balazos

de los que han revolcado su estatua por el lodo.

Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,

de mi casa, de todo.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,

ella pondrá dos piedra de futura mirada,

y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan

en la carne talada.

Retoñarán aladas de savias si otoño

reliquias de mi cuerpo que pierdo a cada herida.

Porque soy como el árbol talado, que retoño:

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porque aún tengo la vida.

(TUS CARTAS SON UN VINO, Poemas Sueltos II)

A mi gran Josefina adorada.

Tus cartas son un vino

que me trastorna y son

el único alimento

para mi corazón.

Desde que estoy ausente

no sé sino soñar,

igual que el mar tu cuerpo,

amargo igual que el mar.

Tus cartas apaciento

metido en un rincón

y por redil y hierba

les doy mi corazón.

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Aunque bajo la tierra

mi amante cuerpo esté,

escríbeme, paloma,

que yo te escribiré.

(NANAS DE LA CEBOLLA, Cancionero y romancero de ausencias)

La cebolla es escarcha

cerrada y pobre:

escarcha de tus días

y de mis noches.

Hambre y cebolla:

hielo negro y escarcha

grande y redonda.

En la cuna del hambre

mi niño estaba.

Con sangre de cebolla

se amamantaba.

Pero tu sangre,

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escarchaba de azúcar,

cebolla y hambre.

Una mujer morena,

resuelta en luna,

se derrama hilo a hilo

sobre la cuna.

Ríete, niño,

que te tragas la luna

cuando es preciso.

Alondra de mi casa,

ríete mucho.

Es tu risa en los ojos

la luz del mundo.

Ríete tanto

que en el alma, al oírte,

bata el espacio.

Desperté de ser niño.

Nunca despiertes.

Triste llevo la boca.

Ríete siempre.

Siempre en la cuna,

defendiendo la risa

pluma por pluma.

Vuela niño en la doble

luna del pecho.

Él, triste de cebolla.

Tú, satisfecho.

No te derrumbes.

No sepas lo que pasa

ni lo que ocurre.

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FRAGMENTOS DE FEDERICO GARCÍA LORCA

La casa de Bernarda Alba

ESCENA PRIMERA

CRIADA: Ya tengo el doble de esas campanas metido entre sienes.

PONCIA: Llevan ya más de dos horas de gori-gori. Han venido cures de todos los pueblos. La Iglesia está

hermosa. En el primer responso se desmayó la Magdalena.

CRIADA: Es la que se queda más sola.

PONCIA: Era la única que quería al padre. Ay! Gracias a Dios que estamos soles un poquito! Yo he venido a

comer.

CRIADA: Si te viera Bernarda....!

PONCIA: Quisiera que ahora, como no come ella, que todas nos muriéramos de hambre! Mandona!

Dominata! Pero se fastidia! Le he abierto la orza de los chorizos.

CRIADA: ¿Por qué no me das para mi niña, Poncia?

PONCIA: Entra y llévate también un puñado de garbanzos. ¡Hoy no se dará cuenta!

VOZ: Bernarda!

PONCIA: La vieja. ¿Está bien cerrada?

CRIADA: Con dos vueltas de llave.

PONCIA: Pero debes poner también la tranca. Tiene unos dedos como cinco ganzúas.

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PONCIA: Ya viene! Limpia bien todo. Si Bernarda no ve relucientes las coses me arrancará los pocos pelos que

me quedan.

CRIADA: Que mujer!

PONCIA: Tirana de todos los que la rodean. Es capaz de sentarse encima de tu corazón y ver cómo te mueres

durante un año sin que se le cierre esa sonrisa fría que lleva en su maldita cara. ¡Limpia, limpia ese vidriado!

MEZCLA DE ESCENAS DE LA TRAMA

MARTIRIO: ¿te encuentras bien?

ADELA: Si.

MARTIRIO: ¿Entonces?

ADELA: ¡Déjame ya! ¡Bien o mal!, no tienes por qué meterte en lo mío! ¡Yo hago con mi vida lo que me

parece!

MARTIRIO: ¡Sólo es interés por ti!

ADELA: Interés o inquisición. ¿No recogiendo? Pues sigue. ¡Quisiera ser invisible, estar por las habitaciones

sin que preguntases dónde nada!

PONCIA(B): Vuestra madre os llama, está el hombre de los encajes.

ADELA: ¡No me mires más! Si quieres te daré mis ojos, que son frescos, y mis espaldas para que te

compongas la joroba que tienes, pero vuelve la cabeza cuando yo paso. (MARTIRIO SE VA). Estoy harta de

que me siga a todos lados. A veces se asoma a mi cuarto para ver si duermo. No me deja respirar. Y siempre:

“¡Qué lástima de cara”, “¡Qué lástima de cuerpo que no vaya a ser para nadie!” ¡Y eso no! Mi cuerpo será de

quien yo quiera.

PONCIA: De Pepe el romano. ¿No es eso? Mata esos pensamientos!

ADELA: Metete en tus cosas, ¡oledora!, ¡pérfida!

PONCIA: ¡Sombra tuya he de ser!

ADELA: En vez de limpiar y acostarte para rezar a tus muertos, buscas como una vieja marrana asuntos de

hombres y mujeres para babosear en ellos.

PONCIA: ¡Velo! Para que las gentes no escupan al pasar por esta puerta. No os tengo ley a ninguna, pero

quiero vivir en casa decente. ¡ No quiero mancharme de vieja!

ADELA: Ya es tarde. No por encima de ti, que eres una criada; por encima de mi madre saltaría para

apagarme este fuego que tengo levantado por piernas y boca. ¿ Que puedes decir de mí? ¿ Que me encierro

en mi cuarto y no abro la puerta? ¿Qué no duermo? ¡Soy más lista que tu! Mira a ver si puedes agarrar la

liebre con tus manos.

PONCIA: No me desafíes, Adela, no me desafíes. Porque yo puedo dar voces , encender luces y hacer que

toquen las campanas.

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ADELA: Trae cuatro mil bengalas amarillas y ponlas en las bardas del corral. Nadie podrá evitar que suceda lo

que tiene que suceder.

PONCIA: ¡Tanto te gusta ese hombre!

ADELA: ¡Tanto! Mirando sus ojos me parece que bebo su sangre lentamente.

PONCIA: Yo no te puedo oír.

ADELA: ¡Pues me oirás! Te he tenido miedo. ¡Pero ya soy más fuerte que tú!

MARTIRIO (entrando): Voy a cerrar la ventana que ya vienen los hombres del trabajo.

PONCIA: ¡Con este sol!

ADELA: ¡ Ay, quién pudiera salir también a los campos. A los hombres se les perdona todo.

MARTIRIO: Nacer mujer es el mayor castigo.

MIGUEL: que más dá ser mujer o hombre, el problema haber vivido esta guerra!

MARTIRO: no sé lo tomé así, enseguida nos enroscamos con La casa de Bernarda Alba, es nuestra preferida, y

Rosario está loca por Adela, le encanta hacerla, como es tan joven…

ADELA: Me gustaría segar para ir y venir. Así se olvida lo que nos muerde.

MARTIRIO: ¿Qué tienes tú que olvidar?

ADELA: Cada una sabe sus cosas.

MARTIRIO: ¡Cada una!

PONCIA: ¡Callar! ¡Callar!

ADELA: Tu también tienes que callar.

MARTIRIO: Ha llegado el momento que yo hable. Esto no puede seguir así.

ADELA: esto no es más que el comienzo. He tenido fuerza para adelantarme. El brío y el mérito que tú no

tienes. He visto la muerte debajo de estos techos y he salido a buscar lo que era mío, lo que me perecía.

MARTIRIO: Ese hombre sin alma vino por otra. Tú te has atravesado.

ADELA: Vino por el dinero, pero sus ojos los puse siempre en mí. Sabes mejor que yo que no la quiere. Sabes,

porque lo has visto, que me quiere a mí! Me quiere a mi!!! Por eso procuras que no vaya con él. No te

importa que abrace a la que no quiere; a mí, tampoco. Lo que te importa es que me abrace a mí, eso te hace

terrible, porque tú también lo quieres!!!!

MARTIRIO: ¡Sí! Déjame decirlo con la cabeza fuera de los embozos. ¡Sí! Déjame que el pecho se me rompa

como una granada de amargura. ¡Le quiero!

ADELA: Martirio, Martirio, yo no tengo la culpa.

MARTIRIO: ¡No me abraces! No quieras ablandar mis ojos. Mi sangre ya no es la tuya. Aunque quisiera verte

como hermana, no te miro ya más que como mujer.

ADELA: Aquí no hay ningún remedio. La que tenga que ahogarse que se ahogue. Pepe el Romano es mío. Él

me lleva a los juncos de la orilla.

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MARTIRIO: ¡No será!

ADELA: Ya no aguanto el horror de estos techos después de haber probado el sabor de su boca. Seré lo que él

quiera que sea. Todo el pueblo contra mí, quemándome con sus dedos de lumbre, perseguida por los que

dicen que son decentes, y me pondré la corona de espinas que tienen las que son queridas de algún hombre

casado.

MARTIRIO: ¡Calla!

ADELA: Sí, sí. Vamos a dormir, vamos a dejar que se case con Angustias, ya no me importa, pero yo me iré a

una casita sola donde él me verá cuando quiera, cuando le venga en gana.

MARTIRIO: Eso no pasará mientras yo tenga una gota de sangre en el cuerpo.

ADELA: No a ti, que eres débil; a un caballo encabritado soy capaz de poner de rodillas con la fuerza de mi

dedo meñique.

MARTIRIO: No levantes esa voz que me irrita. Tengo el corazón lleno de una fuerza tan mala, que, sin

quererlo yo, a mí misma me ahoga.

ADELA: Nos enseñan a querer a las hermanas. Dios me ha debido dejar sola en medio de la oscuridad,

porque te veo como si no te hubiera visto nunca.

ESCENA FINAL

MARTIRIO: ¡Madre, madre!

BERNARDA: Quietas, quietas. ¡Qué pobreza la mía, no poder tener un rayo entre los dedos!

MARTIRIO: (señalando a Adela) ¡Estaba con él! ¡Mira esas enaguas llenas de paja de trigo!

BERNARDA: ¡Esa es la cama de las mal nacidas! (se dirige furiosa hacia ADELA).

ADELA: (haciéndole frente) ¡Aquí se acabaron las voces de presidio! (ADELA arrebata un bastón a su madre y

lo parte en dos). Esto hago yo con la vara de la dominadora. No dé usted un paso más. En mí no manda nadie

más que Pepe.

MARTIRIO: ¡Adela!

ADELA: Yo soy su mujer. Entérate Angustias (que no está pero la ubicamos fuera de escena) y ve al corral a

decírselo. El dominará toda esta casa. Ahí fuera está, respirando como si fuera un león.

MARTIRIO: ¡Dios mío!

BERNARDA: ¡La escopeta! ¿Dónde está la escopeta? (sale corriendo)

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ADELA: ¡Nadie podrá conmigo! ( va a salir)

MARTIRIO: Vete dónde no te veamos nunca más.

(suena un disparo)

BERNARDA: (entrando) Atrévete a buscarlo ahora.

MARTIRIO: (entrando) Se acabó Pepe el Romano.

ADELA: ¡Pepe! ¡Dios mío! ¡Pepe! (sale corriendo)

MARTIRIO: ¿Lo habéis matado?

BERNARDA: No. Salió corriendo en su jaca. No fue culpa mía. Una mujer no sabe apuntar. Aunque es mejor

así. (suena un golpe). ¡Adela, Adela!

MARTIRIO: (en la puerta) ¡Abre!

BERNARDA: Abre. No creas que los muros defienden de la vergüenza.

MARTIRIO: (entrando) ¡Se han levantado los vecinos!

BERNARDA: (en voz baja como un rugido) ¡Abre, porque echaré abajo la puerta! (pausa. Todo queda en

silencio). ¡Adela! (se retira de la puerta). ¡Trae un martillo! (MARTIRIO da un golpe y consigue entrar en la

habitación de ADELA. Al entrar da un grito y sale) ¿Qué?

MARTIRIO: ¡No entres!

BERNARDA: No. ¡Yo no! Pepe, tú irás corriendo vivo por lo oscuro de las alamedas, pero otro día caerás.

¡Descolgarla! ¡Mi hija ha muerto virgen! Llevadla a su cuarto y vestirla como una doncella. ¡Nadie diga nada!

Ella ha muerto virgen. Avisad que al amanecer den los clamores las campanas.

MARTIRIO: Dichosa ella mil veces que lo pudo tener.

BERNARDA: Y no quiero llantos. La muerte hay que mirarla cara a cara. ¡Silencio! (dirigiéndose a diferentes

hijas.) ¡A callar he dicho! ¡Las lágrimas cuando estés sola! Nos hundiremos todas en un mar de luto. Ella, la

hija menor de Bernarda Alba, ha muerto virgen. ¿Me habéis oído? ¡Silencio, silencio, he dicho! ¡Silencio!

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Yerma

¿Por qué estoy yo seca? ¿Me he de quedar en plena vida para cuidar aves o poner cortinas planchadas en mi

ventanillo? No, haré lo que sea, aunque me manden clavarme agujas en el sitio más débil de mis ojos. Mi

marido me lo dio mi padre y yo lo acepté. Con alegría. Esta es la pura verdad. Pues el primer día que me puse

novia con él ya pensé… en los hijos… Y me miraba en sus ojos. Conozco muchas muchachas que han

temblado y que lloraban antes de entrar en la cama con sus maridos. ¿Lloré yo la primera vez que me acosté

con mi marido? Yo pienso muchas cosas, muchas, y estoy segura que las cosas que pienso las ha de realizar

mi hijo. Yo me entregué a mi marido por él, y me sigo entregando para ver si llega, pero nunca por

divertirme. Estoy llena de odio. ¿tengo yo la culpa? ¿Es preciso buscar en el hombre al hombre nada más?

Entonces, ¿Qué voy a pensar cuando te deja en la cama con los ojos tristes mirando al techo y se da media

vuelta y se duerme? ¿he de quedarme pensando en él o en lo que puede salir relumbrado de mi pecho? Las

muchachas que se crían en el campo, como yo, tienen cerradas todas las puertas. Todo se vuelven medias

palabras, gestos, porque todas estas cosas dicen que no se pueden saber. Tener un hijo no es tener un ramo

de rosas. Hemos de sufrir para verlos crecer. Cada mujer tiene sangre para cuatro o cinco hijos, y cuando no

los tenemos se nos vuelve veneno. Tengo sed y no tengo libertad. Yo quiero tener a mi hijo en los brazos para

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dormir tranquila, y aunque ya supiera que mi hijo me iba a martirizar después y me iba a odiar y me iba a

llevar de los cabellos por las calles, recibiría con gozo su nacimiento, porque es mucho mejor llorar por un

hombre vivo que nos apuñala que llorar por este fantasma sentado año tras año encima de mi corazón.

Bodas de sangre

LEONARDO ¿La novia llevará una corona grande, no? No debía ser tan grande. Un poco más pequeña les

sentaría mejor. ¿Y trajo el novio el azahar que se tiene que poner en el pecho?

NOVIA Lo trajo.

CRIADA No salgas así.

NOVIA ¿Qué más da? ¿Por qué preguntas si trajeron el azahar? ¿Llevas intención?

LEONARDO Ninguna. ¿Qué intención iba a tener? Tú, que me conoces, sabes que no la llevo. Dímelo. ¿quién

he sido yo para ti? Abre y refresca tu recuerdo. Pero dos bueyes y una mala choza son casi nada. Ésa es la

espina.

NOVIA ¿A qué vienes?

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LEONARDO A ver tu casamiento.

NOVIA ¡También yo vi el tuyo!

LEONARDO Amarrado por ti, hecho con tus dos manos. A mí me pueden matar, pero no me pueden escupir. Y

la plata, que brilla tanto, escupe algunas veces.

NOVIA ¡Mentira!

LEONARDO No quiero hablar, porque soy hombre de sangre y no quiero que todos estos cerros oigan mis

voces.

NOVIA Las mías serían más fuertes.

CRIADA Estas palabras no pueden seguir. Tú no tienes que hablar de lo pasado.

NOVIA Tiene razón. Yo no debo hablarte siquiera. Pero se me calienta el alma de que vengas a verme y

atisbar mi boda y preguntes con intención por el azahar. Vete y espera a tu mujer en la puerta.

LEONARDO ¿Es que tú y yo no podemos hablar?

CRIADA No; no podéis hablar.

LEONARDO Después de mi casamiento he pensado noche y día de quién era la culpa, y cada vez que pienso

sale una culpa nueva que se come a la otra; ¡pero siempre hay culpa!

NOVIA Un hombre con su caballo sabe mucho y puede mucho para poder estrujar a una muchacha metida

en un desierto. Pero yo tengo orgullo. Por eso me caso. Y me encerraré con mi marido, a quien tengo que

querer por encima de todo.

LEONARDO El orgullo no te servirá de nada.

NOVIA ¡No te acerques!

LEONARDO Callar y quemarse es el castigo más grande que nos podemos echar encima. ¿De qué me sirvió a

mí el orgullo y el no mirarte y dejarte despierta noches y noches? ¡De nada! ¡Sirvió para echarme fuego

encima! Porqué tu crees que el tiempo cura y que las paredes tapan, y no es verdad, no es verdad. ¡Cuando

las cosas llegan a los centros no hay quien las arranque!

NOVIA No puedo oírte. No puedo oír tu voz. Es como si me bebiera una botella de anís y me durmiera en una

colcha de rosas. Y me arrastra, y sé que me ahogo, pero voy detrás.

CRIADA ¡Debes irte ahora mismo!

LEONARDO Es la última vez que voy a hablar con ella. No temas nada.

NOVIA Y sé que estoy loca y sé que tengo el pecho podrido de aguantar, y aquí estoy quieta por oírlo, por

verlo menear los brazos.

LEONARDO No me quedo tranquilo si no te digo estas cosas. Yo me casé. Cásate tú ahora.

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CURIOSIDADES

Carta que Lorca le escribió a Federico

«Me acuerdo mucho de ti porque sé que sufres con esas gentes puercas que te rodean y me apeno de ver tu

fuerza vital y luminosa encerrada en el corral dándose topetazos por las paredes. Pero así aprendes. Así

aprenderás a superarte en ese terrible aprendizaje que te está dando la vida. Tu libro está en el silencio, como

todos los primeros libros, como mi primer libro, que tanto encanto y tanta fuerza tenía. Escribe, lee, estudia.

¡LUCHA! No seas vanidoso de tu obra. Tu libro es fuerte, tiene muchas cosas de interés y revela a los buenos

ojos pasión de hombre, pero no tiene más cojones, como tú dices, que los de casi todos los poetas

consagrados. Cálmate. Hoy se hace en España la más hermosa poesía de Europa. Pero por otra parte la

gente es injusta. No se merece "Perito en lunas" ese silencio estúpido, no. Merece la atención y el estímulo y

el amor de los buenos. Ese lo tienes y lo tendrás porque tienes la sangre de poeta, y hasta cuando en tu carta

protestas tienes en medio de cosas brutales (que me gustan) la ternura de tu luminoso y atormentado

corazón. Yo quisiera que pudieras superarte de la obsesión, de esa obsesión de poeta incomprendido, por

otra obsesión más generosa política y poética.»

Canción de “LA BARRACA”, el grupo de teatro de Lorca

La farándula pasa, bulliciosa y triunfante,

es la misma de antaño, la de Lope burlón

transplantada a este siglo, de locura tonante

es el carro de Tespis, con motor de explosión.

Al coche de La Barraca

nunca le falta una pena

ya se le rompe un cristal

ya se le funde una biela.

Cita de Lorca

“El teatro es una escuela de llanto y de risa y una tribuna libre donde los hombres pueden poner en evidencia

morales viejas o equivocadas y explicar con ejemplos vivos normas eternas del corazón y el sentimiento del

hombre”

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HÁBLAME DE LORCA, MIGUEL - memoriadelesilles.org stima que sigui una puta! de John Ford, dirigida...

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