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Herramientas Financieras y Choques Laborales en el Campo Colombiano:
Efectos sobre los ingresos en el mediano plazo.
Emily Dayana Vásquez Sierra*
Asesor: Jorge Higinio Maldonado
Resumen
Este trabajo analiza el efecto de las herramientas financieras sobre el ingreso de los hogares
rurales colombianos en el mediano plazo, frente a un choque de tipo laboral. Se utiliza el método
Propensity Score Matching y los datos de la Encuesta Longitudinal Colombiana de la Universidad
de los Andes (ELCA). De este estudio se concluye que las familias con herramientas del sistema
financiero, en comparación con los hogares que carecen de ellas, tienen una mejor variación de su
ingreso en el mediano plazo. Sin embargo, la diferencia entre esas variaciones de los ingresos no
es estadísticamente significativa. Por otro lado, se encuentra que la combinación de herramientas
financieras, tanto formales como informales, permiten que las familias rurales tengan una
variación positiva de su ingreso. Así, frente a un choque laboral, la variación del ingreso de los
hogares con ambos tipos de herramientas financieras, es mejor que la variación del ingreso de los
hogares que no cuentan con dichos instrumentos; esa diferencia es estadísticamente significativa.
Palabras Clave: Hogares rurales, variación del ingreso, Propensity Score Matching,
encuestas longitudinales, choques laborales, herramientas financieras formales e informales.
* E-mail: [email protected]
Mis agradecimientos a Jorge Higinio Maldonado por su paciencia, apoyo y dirección en el desarrollo de este proyecto.
Igualmente, a Alejandro Sánchez Becerra por su tiempo y colaboración. Todos los errores u omisiones son míos.
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1. Introducción
Los hogares del campo colombiano deben enfrentar una gran cantidad de riesgos de diversa
naturaleza y una alta probabilidad de que ocurran choques adversos. Esto se debe a que la principal
actividad en el área es la agricultura, lo que hace que el ingreso de los hogares dependa
fundamentalmente de condiciones climáticas y socio-económicas (Deaton, 1992).
Algunos de los choques adversos que sufren las familias son de tipo global mientras que
otros afectan particularmente a ciertos hogares; estos últimos son importantes, pues según la
literatura explican en gran medida la volatilidad del ingreso (Barrera & Pérez, 2007). Entre los
principales choques que afectan la economía de las familias del campo, sobresalen los choques
laborales y los choques a activos utilizados en actividades agropecuarias que les generan ciertos
ingresos (Ballesteros & Jaramillo, 2011).
Ante dichos riesgos, los hogares optan por medidas de protección extremas que suavizan
el ingreso en el corto plazo pero no en el mediano plazo y que en su mayoría, son estrategias de
mitigación más no de prevención. Algunos estudios realizados para el caso colombiano han
encontrado que las estrategias de protección más poderosas son el aumento de la participación
laboral por parte de los hijos y del cónyuge (Prada, 2006), la venta de activos fijos, la des-inversión
en capital humano y la migración al exterior (Gaviria, 2001). También, se ha encontrado que la
pérdida del empleo causa tanto una disminución en los gastos como una reestructuración de los
patrones de consumo, provocando en ambos casos pérdidas importantes de bienestar (Prada, 2006).
Lo anterior implica que para enfrentar esos choques los hogares rurales no cuentan con los
servicios que ofrece el mercado financiero (Paxson, 1992), ya que conllevan altos costos de
transacción, altas tasas de interés y reducidos montos en préstamos. Así mismo, las entidades
financieras privadas tienen pocos incentivos para ampliar su red de oficinas en el campo; debido a
que tienen un racionamiento de su oferta basado en la selección adversa, el riesgo moral y el
cumplimiento de contratos, y a que las condiciones del sector rural no son favorables, tienen difícil
acceso geográfico y poca seguridad.
De esta forma, la incidencia de los choques económicos sobre los hogares rurales
colombianos y el rezagado acceso a las herramientas financieras, hacen que los hogares
campesinos sean más propensos a tomar medidas extremas de mitigación que disminuyen su
bienestar y desarrollo (Urrea, 2011).
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Este trabajo busca demostrar que el acceso a herramientas financieras juega un papel
importante en la variación del ingreso de los hogares rurales en el mediano plazo, cuando sufren
choques de tipo económico. La hipótesis que se maneja en el documento hace referencia a que los
instrumentos del sistema financiero disminuyen la variación del ingreso de las familias rurales. El
estudio apunta a responder esta pregunta de investigación utilizando la metodología Propensity
Score Matching, para estimar los efectos de los ahorros, los créditos y los seguros sobre la
variación del ingreso de los hogares rurales encuestados por la Encuesta Longitudinal Colombiana
de la Universidad de los Andes (ELCA).
Así, se encuentra que la variación del ingreso es mejor cuando las familias rurales cuentan
con herramientas del sistema financiero; sin embargo, esa variación no es tan diferente a la
variación del ingreso de los hogares que no cuentan con dichas herramientas. Por otro lado, se
halla que la combinación de herramientas financieras, tanto formales como informales, permiten
que las familias rurales tengan una variación positiva de su ingreso. De tal manera, frente a un
choque laboral, la variación del ingreso de los hogares con ambos tipos de herramientas financieras
es mejor que la variación del ingreso de los hogares que no cuentan con dichos instrumentos; esa
diferencia es estadísticamente significativa.
2. Marco Teórico y Revisión de Literatura
Esta sección se encuentra dividida en tres partes, la primera ilustra la clasificación de los
choques a los que están expuestos los hogares. La segunda parte presenta una clasificación de las
estrategias que acogen las familias para mitigar los efectos de los choques. Por último, se presenta
una descripción de los tipos de herramientas financieras y del racionamiento que tienen las
entidades financieras a la hora de otorgar créditos, seguros y cuentas de ahorros.
2.1. Choques
Según el Banco Mundial (2000), los choques son aquellos cambios inesperados e
impredecibles que afectan el bienestar de los individuos o los hogares, con efectos directos sobre
el ingreso y que se ven reflejados en las sendas de consumo.
La literatura económica plantea que el análisis de la incidencia y de los efectos de los
choques sobre los hogares, así como de las estrategias que estos acogen para mitigarlos, depende
fundamentalmente de las características del choque al que se esté haciendo referencia (Holzmann,
Sherburne-Benz, & Tesliuc, 2003). En este contexto, Morduch (1997), basado en las circunstancias
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principales con las que deben lidiar los individuos o los hogares, clasifica los choques de acuerdo
a tres categorías importantes: su magnitud y frecuencia, correlación y alcance.
Al analizar los choques según su magnitud y frecuencia se tienen dos clasificaciones, los
catastróficos que hacen alusión a los eventos de baja frecuencia pero con efectos severos sobre los
ingresos de los hogares y los no catastróficos que ocurren con alta frecuencia pero que no tienen
efectos severos sobre el ingreso de las familias (Holzmann & Jorgensen, 1999). Respecto a la
correlación de los choques, estos se clasifican en únicos o repetidos, es decir, si ocurren de manera
independiente o si están correlacionados con otros choques, como son las enfermedades que
algunas veces terminan en muertes.
Finalmente, según el alcance de los choques se tienen los de tipo idiosincrático y los de
tipo covariado. Los primeros hacen referencia a los choques de nivel micro que afectan a
individuos u hogares específicos, tales como las enfermedades no transmisibles o el desempleo
friccional1. En cambio, los choques covariados son aquellos que afectan a todos o a la mayoría de
individuos en una comunidad, por ejemplo, los eventos naturales como terremotos e inundaciones
(Morduch & Sharma, 2002). Los choques también se pueden clasificar según la fuente que los
ocasiona, ya que pueden ser de origen natural o producto de actividades humanas; de esta forma
pueden ser choques de salud, choques sociales, choques económicos, choques políticos o choques
naturales (Holzmann, Sherburne-Benz, & Tesliuc, 2003).
Este trabajo se enfoca únicamente en los choques de tipo económico que incluyen los
eventos relacionados con las pérdidas de empleo de los miembros del hogar. En Colombia, estos
choques son determinantes en el análisis de las variaciones del ingreso, ya que como lo plantea
Prada (2006) en su estudio La Efectividad de los Mecanismos de Protección Social ante un Choque
de los Hogares Colombianos, los salarios laborales representan más del 70% del ingreso total de
las familias. Por este motivo, un choque de pérdida del empleo implica una reducción importante
en el ingreso de las mismas.
2.2. Estrategias
En un contexto donde existe pleno acceso al sistema financiero, las familias pueden acceder
herramientas óptimas de aseguramiento para mitigar los efectos negativos de los choques. Sin
1 Desempleo friccional: Es el desempleo producido cuando una persona deja su trabajo por buscar otro, es decir
corresponde a la transición de un empleo a otro.
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embargo, los hogares que no cuentan con estos servicios se ven obligados a implementar
estrategias que en su mayoría ofrecen soluciones inmediatas pero con altos costos futuros y que
no eliminan la vulnerabilidad a la que se encuentran expuestas las familias. Estas estrategias
pueden ser clasificadas dependiendo del momento en que son efectuadas, si son antes (ex-ante) o
después (ex-post) de que ocurra algún choque. A su vez, estas medidas tienen un alcance más allá
de su temporalidad y pueden ser clasificadas de acuerdo a otros criterios.
Las estrategias ex-ante pueden ser de dos tipos. En primer lugar, las familias pueden
implementar medidas preventivas enfocadas en la suavización del ingreso por medio de la
diversificación y estabilidad laboral (Holzmann & Jorgensen, 1999). Entre ellas se encuentran las
estrategias de combinación de salarios por trabajos estables, sin importar si son de baja
remuneración; el favorecimiento de actividades de producción de menor riesgo; la acumulación
de ahorros preventivos y la diversificación de las líneas de créditos. Sin embargo, Morduch (1994)
concluye que aunque los hogares suavizan sus ingresos con estas estrategias, también disminuyen
su bienestar futuro porque pierden la oportunidad de incurrir en actividades económicas que
aumentan su capital productivo y su riqueza.
Por otro lado, los hogares pueden incurrir en actividades riesgosas y prepararse con
anticipación para mitigar los efectos negativos de las fluctuaciones. Estas medidas se enfocan en
la acumulación de capital mediante la construcción de activos líquidos, entre ellos los financieros,
que les permite protegerse de las pérdidas asociadas a un choque y asegurar el consumo futuro en
tiempos de crisis (Holzmann, Sherburne-Benz, & Tesliuc, 2003). Justamente, los ahorros de
precaución son considerados como un mecanismo ex-ante para manejar los impactos de los
choques (Urrea, 2011).
Ahora bien, las estrategias ex-post hacen referencia a las medidas adoptadas por el hogar
para sobrellevar las pérdidas relacionadas a los choques. Es decir, aquellas prácticas enfocadas en
el manejo de pérdidas o suavización del consumo, tales como el aumento del uso de la fuerza
laboral, el uso de transferencias del gobierno o la des-acumulación de activos. Urrea (2011) dice
que aunque estas estrategias les permiten a las familias solventar las necesidades inmediatas de
consumo en momentos de crisis, pueden generar pérdidas de bienestar a largo plazo a causa de la
subutilización o mala asignación del capital humano y físico.
Según Maldonado y Urrea (2010), en su estudio sobre el programa Familias en Acción,
aquellos hogares colombianos que utilizan estrategias ex-post son considerados vulnerables, ya
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que estas medidas comprometen fuertemente el bienestar de los hogares y pueden generar pérdidas
de utilidad en el periodo presente o futuro. En cambio, el uso de estrategias ex-ante reduce la
vulnerabilidad pero limita el crecimiento de ingresos, porque incrementa el consumo del hogar, y
permite la movilidad y la diversificación de empleos (Mosley, 1996).
2.3. Herramientas Financieras
Las herramientas financieras son los seguros, los créditos y los ahorros que pueden proteger
el bienestar de los hogares en situaciones de fluctuaciones frecuentes en sus ingresos. Estos pueden
ser de carácter informal o formal. Dentro de los primeros se encuentran los préstamos y
trasferencias de dinero por parte de familiares, el auto aseguramiento como el ahorro comunitario,
los seguros de riesgo compartido, entre otros.
En contraste, las herramientas formales son aquellas emitidas por entidades financieras
reguladas por la ley. Se caracterizan por tener efectos importantes sobre la protección del consumo
de las familias para que no incurran en prácticas perjudiciales a largo plazo (Tejerina, Bouillón &
Demaestri, 2006) y contrario a las herramientas informales, promueven la construcción de activos
para mejorar las condiciones de pobreza y vulnerabilidad (Morduch & Arméndariz de Aghion,
2005).
Cabe destacar que las herramientas financieras formales se caracterizan por un
racionamiento de la oferta para algunos segmentos de la población (Stiglitz & Weiss, 1981). Dicho
racionamiento se explica por tres problemas de agencia: selección adversa, riesgo moral y
cumplimiento de contratos (Ghosh, Mookherjee & Ray, 2000). Estas características dejan sin
protección a varios hogares que se encuentran expuestos a choques económicos, con graves
consecuencias sobre sus ingresos.
La selección adversa hace referencia a la incapacidad que tienen las instituciones
financieras de observar el tipo y el riesgo de cada persona. Por otra parte, el riesgo moral consiste
en un escenario de información incompleta, donde los oferentes no observan si el cliente realiza
su mejor esfuerzo para cumplir el contrato establecido entre ambas partes. Finalmente, el problema
de cumplimiento de contratos se presenta cuando los clientes deciden estratégicamente dejar de
cumplir con sus obligaciones y por lo tanto se hace necesaria la existencia de medidas adicionales
para proteger el capital del prestamista (Ghosh, Mookherjee, & Ray, 2000).
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Igualmente, Morduch (2004) argumenta que las personas ubicadas en zonas rurales tienen
problemas adicionales que limitan su acceso al sistema financiero, como los altos costos de
transacción que enfrentan las entidades bancarias al llevar sus productos a estas regiones de difícil
acercamiento, ya sea por condiciones geográficas o de violencia, pues se dificulta la obtención de
información de esos posibles clientes. Además, los productos a los que acceden estas familias son
de cantidades muy reducidas, por lo que aumenta el costo de las instituciones por ofrecer sus
servicios (Ledgerwood, 1999).
De ese modo, los aseguramientos formales son potencialmente efectivos para transferir
recursos en el tiempo, pero tienen un impacto limitado por el bajo nivel de desarrollo que presentan
en los países pobres. Ledgerwood (1999) explica que por las restricciones de acceso a los
instrumentos financieros formales, las personas recurren a fuentes informales de ahorro y crédito,
como son los prestamistas y las ROSCAS2. Estos mecanismos ofrecen beneficios que el sistema
formal no está en la capacidad de ofrecer, ya que se adaptan a las necesidades de cada uno de los
deudores y al mismo tiempo logran generar incentivos de cumplimiento (Mansell, 1995), porque
se basan en contratos que parten de relaciones interpersonales desarrolladas a través de los años o
las generaciones (Holzmann & Jorgensen, 1999). Sin embargo, a pesar de que los mecanismos
informales solucionan los problemas de selección adversa, riesgo moral y cumplimiento de
contratos, su campo de acción y sus recursos son limitados, la calidad de sus servicios es muy baja
y la demanda no es completamente satisfecha.
Dado este contexto, se abre el espacio para discutir a profundidad los patrones que
caracterizan el manejo de riesgo entre la población sobre la que se desarrolla este estudio. A
continuación se realiza una presentación detallada de la información disponible para cuantificar el
efecto de los ahorros, seguros y créditos financieros, sobre el ingreso de los hogares rurales de
Colombia. Posteriormente, se discutirá la metodología implementada para realizar las
estimaciones de los efectos de los instrumentos financieros y se expondrán los principales
resultados.
2 ROSCAS: Rotating savings and credit associations. Es un mecanismo de ahorro utilizado por un grupo de personas
conocidas entre sí que consiste en fijar una cuota monetaria que se desembolsa regularmente (semanal, mensual, etc.)
en una bolsa y esta es sorteada, rifada o asignada jerárquicamente entre los participantes. Son un mecanismo de crédito para quienes reciben el pago en el primer periodo y un mecanismo de ahorro para la última persona que recibe la
cantidad de dinero, porque cada periodo va abonando las cuotas para finalmente recibir su saldo.
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3. Datos y Estadísticas
Para evaluar el efecto de las herramientas financieras sobre el ingreso de los hogares rurales
del país, se utilizan los datos de la Encuesta Longitudinal Colombiana de la Universidad de los
Andes (ELCA). En esta sección se da una breve descripción de la encuesta y su utilidad para este
trabajo. Así mismo, se presenta una caracterización de las variables más importantes de los hogares
de la muestra.
3.1. Base de Datos
La Encuesta Longitudinal Colombiana de la Universidad de los Andes (ELCA) tiene como
objetivo “aumentar la compresión de los cambios sociales y económicos a nivel individual y de
los hogares en Colombia” (CEDE, 2011). La misma cuenta con una muestra inicial de 10.800
hogares, de los cuales 4.800 son de la zona rural y son representativos “de 4 subregiones
internamente homogéneas en su economía campesina, pero diferentes en su modelo económico”
(CEDE, 2011). Por ser una encuesta de carácter longitudinal, hace seguimiento cada dos años,
durante por los menos 10 años, al jefe del hogar, cónyuge, hijos y nietos de los hogares
seleccionados de la muestra (CEDE, 2011).
Actualmente, esta encuesta lleva dos rondas, una en el 2010 y otra en el 2013, las cuales
recogen información de un total de 4.305 hogares que permanecieron en la zona rural para las dos
rondas. En este trabajo se utilizan dos bases de datos de la ronda del 2010, la base de hogares
rurales que contiene información de las características socioeconómicas de cada hogar y la base
de personas rurales que comprende la información de los individuos que integran cada familia.
Igualmente, de la ronda del 2013 se toman dos bases de datos, la base hogares rurales que
tiene la información necesaria de cada hogar para observar el cambio del ingreso en el mediano
plazo, y la base de choques 2013 que indica si los hogares sufrieron un choque durante los años
2010 y 2013 y el tipo de choque que tuvieron.
3.2. Estadísticas Descriptivas
Los hogares de la muestra cuentan con una serie de servicios financieros que les resultan
útiles a la hora de manejar el riesgo –Tabla 1-. Para este estudio, se evalúan solo las medidas de
aseguramiento de mercado, es decir, las herramientas financieras formales como créditos, ahorros
o seguros que están vinculadas con alguna institución regulada por el sistema financiero, tales
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como los bancos, fondos de empleados, cooperativas, almacenes de cadena, cajas de
compensación, asociaciones financieras y entidades financieras en el exterior. Adicionalmente, los
seguros se clasifican en dos categorías, los voluntarios e involuntarios; los primeros hacen
referencia a aquellos seguros adquiridos por los hogares para cubrirse frente a un acontecimiento
desfavorable, a cambio del pago de una prima de aseguramiento. Por otro lado, los seguros
involuntarios son aquellos que provee el Estado en forma de asistencia y/o protección social
(Prada, 2006). De esta forma, se considera que un hogar tiene herramientas financieras formales
si cuenta con al menos uno de los siguientes instrumentos: créditos formales, ahorros formales o
seguros voluntarios.
Tabla 1. Porcentaje de hogares con herramientas financieras en el 2010
Como se observa en la Tabla 1, el 28% de los hogares encuestados cuenta con al menos
una herramienta financiera formal y de estas herramientas, los créditos formales son los más
comunes pues más del 25% de las familias los adquieren. La situación es diferente para los ahorros
formales y los seguros voluntarios, ya que el porcentaje de familias que cuentan con estos
instrumentos no supera el 3%. Sin embargo, se destaca que más del 14% de los hogares ahorran
parte de sus ingresos mensuales y que la tenencia de seguros, voluntarios e involuntarios, es muy
común en las familias rurales. Esto último se justifica principalmente en que la mayoría de los
seguros son de carácter involuntario, lo que indica que gran parte de la población rural está afiliada,
cotiza o es beneficiaria de alguna entidad de seguridad social.
Así mismo, es importante resaltar que los hogares acceden moderadamente a los
mecanismos financieros pero que en su mayoría no son de orden formal, lo que refleja la amplia
brecha entre las familias y el sistema financiero. Las tres principales razones por las que los
Frecuencia Porcentaje
Herramientas Financieras Formales 1209 28.08
Ahorros (Formales e Informales) 630 14.63
Ahorros Formales 126 2.92
Créditos (Formales e Informales) 1502 34.88
Créditos Formales 1095 25.43
Seguros (Voluntarios e Involuntarios) 4132 95.98
Seguros Voluntarios 128 2.97
Fuente: Cálculos del autor
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hogares no acceden a las herramientas financieras son la tardía disponibilidad del dinero, la baja
rentabilidad y el alto costo de acceso a los servicios –Gráfica 1-.
Gráfica 1. Razones por las que no se tienen herramientas financieras formales
Para realizar un mejor análisis de la muestra a trabajar es necesario dividirla en dos grupos,
un grupo formado por los hogares que tienen al menos una herramienta financiera formal y otro
grupo formado por los hogares que no tienen ninguna herramienta. En el Anexo A.1 se muestran
las características principales de cada grupo y se examinan las diferencias estadísticas entre ellos.
Las pruebas estadísticas sobre la diferencia de las medias de varios rasgos de ambos grupos,
permiten inferir que existen diferencias estadísticamente significativas en la mayoría de las
variables descriptivas. Lo anterior sugiere que ambos grupos de hogares no se encuentran
balanceados, es decir, las familias que cuentan con al menos una herramienta formal son diferentes
a las familias que carecen de ellas. Este resultado sugiere que existen sesgos de selección en la
estimación del efecto de las herramientas financieras sobre la variación del ingreso de las familias.
Por otra parte, para contextualizar el uso de herramientas financieras en la zona rural, es
importante mencionar algunas características importantes de las familias campesinas. Entre ellas
se destaca que el 40% de los hogares con herramientas financieras formales residen en la subregión
Cundiboyacense y tan solo el 17% pertenecen a la subregión Centro-oriente. También se encuentra
que el tamaño promedio de los hogares para ambos grupos es de 4.7 miembros y que el 68% de
las familias con instrumentos financieros tienen vivienda propia, mientras que la proporción de
familias sin herramientas financieras que cuentan con este bien es del 50%.
Respecto al nivel de activos, se observa que los bienes de mayor valor monetario son poco
comunes entre las familias del campo, tan sólo el 26% de los hogares cuenta con activos fijos que
incluyen motocicletas, automóviles, casas, oficinas o lotes y tan solo el 8% cuenta con activos
24%
19%16%
13%9% 9%
7%2%
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
1 2 3 4 5 6 7 8
1. Tardía disponibilidad del dinero. 5. Muchos trámites.2. Baja rentabilidad. 6. Poca confianza en el sistema financiero.3. Altos costos. 7. Bajos montos.4. Grandes distancias. 8. Otros
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financieros como inversiones en fondos, cesantías, bonos del gobierno o bonos de empresas. Así
pues, se calcula un valor promedio del total de activos de las familias rurales equivalente a
$1,720,000.
Por último, las familias de la muestra tienen un ingreso mensual promedio para el 2010
equivalente a $390,000 y un gasto mensual promedio de aproximadamente la misma cantidad. Sin
embargo, al examinar individualmente los ingresos y gastos, se encuentra que el 51% de los
hogares tienen un gasto mensual mayor al valor monetario de su ingreso mensual. Este hecho
permite inferir que los hogares deben acudir a estrategias de asignación inter-temporal de recursos
para satisfacer sus necesidades de consumo (Maldonado & Urrea, 2010).
4. Marco Metodológico
Las estadísticas anteriores permiten inferir que existen diferencias relevantes en la mayoría
de características de los hogares, es decir, el impacto de las herramientas financieras formales,
sobre la variación del ingreso, está compuesto por el efecto de las mismas y el sesgo de selección
(Bernal & Peña, 2011). Dado lo anterior, es necesario utilizar metodologías que evalúen dichas
diferencias entre los hogares y garanticen que los grupos de familias que se están comparando son
comparables con base en sus características observables. Así pues, la metodología que se alinea al
objetivo de este trabajo es el método de emparejamiento Propensity Score Matching.
Esta metodología es una aproximación semi-paramétrica al problema de identificación del
efecto de un tratamiento determinado sobre las variables de resultado. La idea es encontrar dentro
del grupo de hogares que no pertenece al programa, o sea que no tienen herramientas financieras
formales, un grupo de contrafactuales muy parecidos al grupo de hogares que sí es tratado por el
programa. Bajo esta técnica todas las diferencias en las variables de resultado son capturadas por
sus características observables y, por lo tanto, la única diferencia entre los dos grupos es la
participación en el programa, de esta manera se aísla el efecto del tratamiento (Bernal & Peña,
2011).
Además de esto, la metodología Propensity Score Matching establece el supuesto de que
los hogares con rasgos iguales tienen probabilidad positiva de ser tanto participantes como no
participantes (Bernal & Peña, 2011). Esto indica que no se pueden utilizar hogares con
características que exhiban probabilidades positivas de tener herramientas financieras formales,
pero nulas de no tener dichas herramientas. Si lo anterior no se cumple, no existiría un hogar que
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fuera un buen control pues todos tendrían una probabilidad muy parecida de ser parte del
tratamiento.
En esta sección se plantea un modelo empírico con una explicación de la obtención de sus
variables y se da una formalización de la medición del impacto de las herramientas financieras
sobre el ingreso de los hogares.
4.1. Modelo Empírico
El modelo empírico asume que la variación del ingreso que tiene cada hogar, entre el 2010
y el 2013, se determina por una serie de características propias de la familia -Ecuación 1-.
∆𝑌ℎ = 𝛽0 + 𝛽1𝐻𝐹ℎ,2010 + 𝛽2𝐶𝐸ℎ,2013 + 𝛽3𝑋ℎ,2010 + 𝜀ℎ (1)
Donde ∆𝑌ℎ = 𝑌ℎ,2013 − 𝑌ℎ,2010, es la denotación de la variación del ingreso del 2010 al
2013 para cada hogar. Dicha variación está en función de si el hogar tiene herramientas financieras
antes de que ocurra el choque, es decir, en el 2010 (𝐻𝐹ℎ,2010); si sufre un choque laboral entre el
2010 y 2013 (𝐶𝐸ℎ,2013); y de una serie de variables sociales, económicas y demográficas de las
familias de la muestra (𝑋ℎ,2010).
Bajo esta especificación, la variable 𝐻𝐹ℎ,2010 es una variable dicótoma que toma el valor
de uno cuando el hogar, en el año 2010, tiene al menos una de las herramientas financieras que se
están evaluando (créditos, ahorros o seguros) y toma el valor de cero cuando el hogar no cuenta
con ninguno de ellos. Así mismo, la variable 𝐶𝐸ℎ,2013 es una dummy que toma el valor de uno si
el hogar sufrió un choque laboral entre los años 2010 y 2013 y tiene el valor de cero en el caso
contrario.
Respecto al vector 𝑋ℎ,2010, este incluye variables sociales como: el tipo de tenencia de la
vivienda, es decir, si es propia o no; las condiciones generales de la residencia y el tamaño de la
familia. Además, considera variables económicas del jefe del hogar como su género, su grado de
escolaridad y su situación laboral. Por último, se introduce una serie de variables demográficas
para controlar las diferencias entre las subregiones donde residen los hogares de la muestra.
4.2. Formalización de la Medición de Impacto
Ahora bien, una formalización de la medición de impacto parte del hecho de que se tienen
dos tipos de hogares (Bernal & Peña, 2011): los que tienen tratamiento, es decir, servicios
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financieros formales, y los que son hogares de control, que no tienen herramientas del mercado
financiero. Por lo tanto, para determinar el efecto promedio de las herramientas financieras
formales sobre la variación del ingreso (ATT3), se toman los hogares que participaron en el
programa4 y se evalúa la diferencia entre el valor esperado del ingreso con tratamiento y el valor
esperado del ingreso sin tratamiento -Ecuación 2-.
𝐴𝑇𝑇 = 𝐸(𝐼|𝐻𝐹 = 1) = 𝐸(𝑌𝐻𝐹|𝐻𝐹 = 1) − 𝐸(𝑌𝑆𝐻𝐹|𝐻𝐹 = 1) (2)
En este caso 𝑌𝐻𝐹 es la variación del ingreso para cada hogar beneficiario del programa;
𝑌𝑆𝐻𝐹 hace referencia a la variación del valor del ingreso en el caso de no recibir el tratamiento y
𝐻𝐹 es la variable que indica si el hogar participa en el programa o no lo hace.
El problema de esto es que solo se observa uno de los resultados para cada hogar, por
ejemplo, se conoce la variación del ingreso cuando el hogar tiene herramientas financieras,
𝐸(𝑌𝐻𝐹|𝐻𝐹 = 1), pero no se sabe el escenario contrafactual, es decir, el cambio que tendrían esos
hogares en su ingreso si no tuvieran herramientas financieras, 𝐸(𝑌𝐻𝐹|𝐻𝐹 = 0).
Para solucionar este problema se crea el grupo de control con características similares (X)
al grupo de tratamiento. Donde X es un vector de covariantes que está conformado por aquellas
variables que afectan la decisión de las familias de tener herramientas financieras, pero no afecta
la variación del ingreso. Este vector, no debe incluir variables que se vean afectadas por el
tratamiento.
Ahora bien, para determinar el efecto promedio de las herramientas financieras sobre el
cambio en el ingreso, involucrando el vector X dentro del análisis, se evalúa la diferencia de la
variable de resultado entre los dos grupos de la muestra. En este sentido, el efecto de las
herramientas financieras puede determinarse por medio de una diferencia simple de los resultados
promedios de los hogares con y sin herramientas financieras -Ecuación 3-.
𝐼(𝑋) = 𝐸(𝑌𝐻𝐹|𝑋, 𝐻𝐹 = 1) − 𝐸(𝑌𝑆𝐻𝐹|𝑋, 𝐻𝐹 = 0) (3)
Para garantizar una estimación insesgada en el efecto promedio del tratamiento, se debe
suponer que el valor esperado de la variación del ingreso, para los hogares con herramientas
financieras cuando no las adquieren, es igual al valor esperado de la variación del ingreso en los
3 Average Treatment on the Treated. 4 El programa hace referencia al hecho de tener al menos una herramienta financiera formal
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hogares que no tienen herramientas financieras -Ecuación 4-. Así pues, en ausencia de mecanismos
financieros, las características de los hogares de ambos grupos de la muestra deben ser iguales.
𝐸(𝑌𝑆𝐻𝐹|𝑋, 𝐻𝐹 = 1) = 𝐸(𝑌𝑆𝐻𝐹|𝑋, 𝐻𝐹 = 0) (4)
Dado lo anterior, la metodología apropiada para este análisis es el emparejamiento por
probabilidades similares, Propensity Score Matching, en donde las familias que tienen
características semejantes, pero se diferencian únicamente en el uso de productos financieros
formales, serán emparejadas. De esta forma, se construyen grupos de comparación para estimar el
efecto sin sesgo alguno (Urrea, 2011).
Esta metodología sigue un proceso de dos etapas; la primera consiste en estimar la
probabilidad de pertenecer a un programa determinado, a partir de modelos paramétricos de
elección binaria, en este caso un modelo probit, que toma como variables independientes las
características observables de los hogares. Esta probabilidad estimada se conoce como Propensity
Score (PS) -Ecuación 5-.
𝑃𝑆 = 𝑝(𝑋) = 𝑃(𝐻𝐹 = 1|𝑋) (5)
Para estimar el Propensity Score se involucran las variables sociales y económicas que
afectan el acceso a herramientas financieras formales -Anexo A.2-. Por un lado se consideran
variables que reflejan el valor monetario de los activos, las condiciones físicas de su residencia y
los derechos de propiedad que tengan las familias sobre su vivienda. También se considera el
tamaño del hogar y características del jefe de familia como el género, la edad, la educación y la
situación laboral; estas variables pueden influir en que las familias sean racionadas del sistema
financiero formal y por lo tanto alteren el uso de instrumentos financieros. Por último, se
consideran variables dicótomas para controlar las posibles diferencias por subregiones y se toma
como subregión base el eje cafetero.
En la segunda etapa se calcula el efecto del tratamiento; para esto, a partir del cálculo de
las diferencias en el Propensity Score, entre los hogares que tienen herramientas financieras
formales y los que no las tienen, se construye el grupo de contrafactuales o grupo de control, es
decir, con los coeficientes encontrados en la primera etapa se predice la probabilidad de
participación de cada grupo en el programa. A pesar de que la distribución de estas probabilidades
15
es similar entre ambos grupos -Anexo A.3-, es necesario restringir la muestra a un soporte común5
que permita comparar la variación del ingreso entre los hogares que reciben el programa y los
hogares del grupo de control más cercanos en probabilidad.
Con el soporte común establecido se procede a realizar el emparejamiento. Existen diversos
mecanismos para esta fase pero en este trabajo se utilizan solo dos métodos: el estimador por
vecino más cercano y el estimador por Kernel. El primero consiste en emparejar cada hogar del
grupo de tratamiento con el hogar del grupo de control que tenga la probabilidad de participación
más cercana; con este mecanismo es necesario aleatorizar el orden de los datos pues se presentan
casos en los que, a la misma distancia de un solo hogar de tratamiento, hay varios hogares del
grupo de control. En contraste, el estimador por Kernel empareja a cada hogar del grupo de
tratamiento con un promedio ponderado de todos los hogares del grupo de control, esta
ponderación se calcula utilizando una función de densidad normal.
Para concluir, Propensity Score Matching es la metodología más apropiada para medir el
efecto de las herramientas financieras formales sobre la variación del ingreso, ya que con tan solo
la muestra de los hogares emparejados, permite calcular estimadores menos sesgados y más
robustos con relación a otras metodologías para evaluaciones de este tipo (Urrea, 2011).
5. Resultados
Para estimar si las herramientas financieras formales reducen la variación del ingreso de
las familias rurales después de sufrir un choque de tipo laboral, se emparejan los hogares con base
en su puntaje de propensión calculado a partir de las variables presentadas en el Anexo A.2. Este
puntaje de propensión se utiliza para emparejar a los hogares entre los dos grupos, por medio de
dos mecanismos diferentes: el vecino más cercano (N(1)) y Kernel -Tabla 2-. Estos resultados son
iguales para ambos algoritmos de emparejamiento ya que se cuenta con una muestra grande; por
lo tanto, acá solo se reportan los datos obtenidos por el emparejamiento de Kernel.
5 Soporte Común: Hace referencia a las observaciones de los individuos que son beneficiarios de un programa y que
tienen pares con probabilidades similares en la población de control. Así, si en la población de control no existen
observaciones con altos/bajos valores en el PS, las respectivas observaciones en la población de tratamiento se
encuentran fuera de la región de soporte. (Garcia, 2010)
16
Tabla 2. Estimación del efecto de las herramientas financieras formales sobre la variación del
ingreso frente a un choque laboral
Variación con Emparejamiento Kernel
(COP)6
Variación sin Emparejamientos
(COP)
Tratados Controles Diferencia Estadístico
T Tratados Controles Diferencia
Variación del Ingreso
Herramientas Financieras
Formales -32,079 -69,276 37,194 0.16 -40,574 11,675 -52,249
(231,870) (81,197)
Error Estándar en paréntesis *** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1 Fuente: Cálculos del autor
El análisis paramétrico indica que las herramientas financieras formales tienen un efecto
negativo en la variación del ingreso, es decir, aquellos hogares que cuentan con créditos formales,
seguros voluntarios o ahorros formales, disminuyen sus ingresos en $32,079 pesos; así mismo,
aquellas familias que no cuentan con ninguna de estas herramientas, disminuyen su ingreso en
$69,276 pesos; la diferencia entre ambas variaciones corresponde a $37,194 pesos. A pesar de que
la variación del ingreso es mejor para los hogares con al menos una herramienta financiera, la
diferencia entre el cambio de los ingresos de ambos grupos no es significativa.
Dado lo anterior, se considera necesario evaluar el efecto de cada herramienta financiera
formal para obtener un análisis más profundo. En este caso se vuelve a calcular la probabilidad
que tienen las familias de pertenecer a cada uno de los grupos de tratamiento (uso de ahorros, uso
de créditos y uso de seguros voluntarios) -Anexo A.4-. Con el puntaje de propensión calculado se
emparejan los hogares por los mecanismos mencionados anteriormente y los resultados de los
análisis se presentan en la Tabla 3.
Para comenzar, se encuentra que los efectos de los ahorros formales y los seguros
voluntarios no son estadísticamente significativos; sin embargo, el efecto de los créditos formales
tiene una significancia estadística del 10%. También se encuentra que para los seguros voluntarios
y créditos formales, la diferencia entre la variación del ingreso de ambos grupos. Así mismo, la
variación del ingreso del grupo de tratamiento comparado con el grupo de control, es de mayor
magnitud cuando se usan créditos formales que cuando se usan seguros voluntarios. Respecto a
los ahorros formales se encuentra que los hogares con este servicio tienen una variación negativa
6 COP: Pesos Colombianos
17
de su ingreso al sufrir un choque laboral, es decir, el ingreso de aquellas familias con ahorros en
el sistema financiero disminuyó entre el año 2010 y 2013.
Tabla 3. Estimación del efecto de cada herramienta financiera formal sobre la variación del
ingreso frente a un choque laboral.
Variación con Emparejamiento Kernel (COP) Variación sin Emparejamientos
(COP)
Tratados Controles Diferencia Estadístico
T Tratados Controles Diferencia
Variación del Ingreso
Ahorros Formales -323,669 32,140 -355,809 -1.01 -492,499 12,100 -504,600**
(351,580) (-215,464)
Créditos Formales 66,137 -123,452 189,589* 1.91 66,137 -6,619 72,757
(99,483) (92,470)
Seguros Voluntarios -130,476 -201,798 71,322 0.29 -179,008 5,965 -184,974
(249,296) (196,386)
Error Estándar en Paréntesis *** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1 Fuente: Cálculos del autor
El hecho de que el efecto de los ahorros formales sea negativo, indica que las familias no
pueden utilizar estos instrumentos para protegerse de choques laborales, ya que las entidades
financieras son rígidas con cada tipo de depósito. En este sentido, el 60% de las familias rurales
ahorran para invertir en la educación de sus hijos y el 40% ahorran para montar un negocio. Esto
permite inferir que los ahorros formales tienen la función de acumular activos mas no de suavizar
ingresos en el mediano plazo; en otros términos, sus efectos solo podrán ser visibles en un largo
período de tiempo.
En el caso de los créditos formales se observa un efecto positivo en la diferencia de las
variaciones del ingreso, es decir, la variación del ingreso es mejor para las familias que cuentan
con créditos formales que para las que no los tienen, esa diferencia es estadísticamente significativa
al 10%. Lo anterior indica que ante un choque laboral las familias recurren a préstamos bancarios,
pero aun así estas herramientas son poco comunes entre los hogares rurales debido al amplio
número de trámites y garantías, por lo que aún utilizan otro tipo de medidas para mitigar los
choques.
Por el lado de los seguros, la diferencia en el cambio del ingreso es la esperada, la variación
fue de menor magnitud en las familias que cuentan con este instrumento que en las que no lo
tienen, aunque esta diferencia no es significativa. Lo anterior se debe a que la mayoría de seguros
18
con los que cuenta la muestra no son útiles para suavizar el ingreso, ya que corresponden a seguros
de vida, seguros de vehículo y seguros de vivienda.
Dado que los seguros y ahorros dependen básicamente del fin último que tengan, se
considera pertinente ver el efecto que tiene cada instrumento en la variación del ingreso, cuando
los hogares se enfrentan a choques de tipo idiosincrático y a choques de tipo covariado. En la Tabla
4 se presentan los resultados del efectos de las herramientas financieras formales sobre la variación
del ingreso cuando se presenta un choques idiosincrático.
Tabla 4. Estimación del efecto de las herramientas financieras formales sobre la variación del
ingreso frente a un choque idiosincrático.
Así mismo, en la Tabla 5, se presenta la estimación del efecto de las herramientas financieras
formales sobre la variación del ingreso frente a un choque covariado.
Variación con Emparejamiento Kernel (COP) Variación sin Emparejamientos
(COP)
Tratados Controles Diferencia Estadístico
T Tratados Controles Diferencia
Variación del Ingreso
Herramientas
Financieras Formales 82,833 99,616 -16,783 -0.55 87,702 74,378 13,324
(30,580) (22,860)
Ahorros Formales 8,954 12,812 -3,857 -0.03 8,954 80,748 -71,793
(129,126) (58,981)
Créditos Formales 91,042 127,625 -36,582 -1.19 89,763 74,103 15,660
(30,784) (23,518)
Seguros Voluntarios 187,749 -37,908 225,658** 2.30 175,449 75,263 100,185
(97,980) (60,234)
Errores Estándar en paréntesis *** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1 Fuente: Cálculos del autor
19
Tabla 5. Estimación del efecto de las herramientas financieras formales sobre la variación del
ingreso frente a un choque covariado.
Como se observa, cada instrumento financiero formal tiene efectos diferentes sobre la
variación del ingreso según el tipo de choque. Por el lado de los ahorros se encuentra que la
diferencia de los ingresos, entre el grupo de tratamiento y el de control, es negativa cuando se
presenta un choque idiosincrático, este efecto es similar al que tienen los ahorros sobre el ingreso
cuando se vive un choque laboral; y es positiva cuando se presenta un choque covariado, pues
aunque los hogares destinan parte de sus ahorros para mitigar choques, esta herramienta no es
adquirida con ese fin sino para acumular activos en el largo plazo. Así mismo, es importante
mencionar que los ahorros tienen un mayor efecto ante choques covariados que ante choques
idiosincráticos.
En el caso de los créditos la variación del ingreso es mejor para quienes no cuentan con
este instrumento, debido a que cuando las familias sufren un choque de cualquier tipo se vuelven
más vulnerables y con menos posibilidades de acceder a préstamos bancarios. Por su parte, los
seguros permiten una variación positiva del ingreso ante los dos tipos de choques; sin embargo, es
importante resaltar que tienen un mejor efecto ante los choques idiosincráticos, ya que la diferencia
en la variación del ingreso de ambos grupos es de $225,658 pesos, siendo estadísticamente
significativo al 5% bajo los métodos de emparejamiento.
Ahora bien, el tener al menos una herramienta financiera formal, ya sea ahorros formales,
créditos formales o seguros voluntarios, no marca la diferencia en la variación del ingreso ante un
Variación con Emparejamiento Kernel (COP) Variación sin Emparejamientos
(COP)
Tratados Controles Diferencia Estadístico
T Tratados Controles Diferencia
Variación del Ingreso
Herramientas Financieras
Formales 61,140 103,825 -42,684 -0.7 61,140 61,127 13
(57,788) (49,324)
Ahorros Formales 224,101 46,026 178,075 0.93 224,101 55,272 168,829
(191,716) (119,557)
Créditos Formales 69,995 148,174 -78,179 -0.79 68,342 58,803 9,538
(98,673) (51,002)
Seguros Voluntarios 211,955 -34,165 246,121 1.29 211,955 56,555 155,400
(190,432) (129,479)
Errores Estándar en paréntesis *** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1 Fuente: Cálculos del autor
20
choque idiosincrático ni ante un choque covariado, esto debido a que los hogares rurales tiene
múltiples razones para no acceder a instrumentos financieros, entre las cuales se destacan: la tardía
disponibilidad del dinero, la baja rentabilidad, los altos costos y la poca confianza en el sistema
financiero.
Por lo anterior, es pertinente evaluar el efecto de las herramientas financieras, tanto
formales como informales, frente a un choque laboral. Para esto se calcula nuevamente la
probabilidad que tienen las familias de acceder a herramientas formales e informales -Anexo A.5-
y con el puntaje de propensión calculado se emparejan los hogares por el estimador del vecino más
cercano y el estimador de kernel. Los resultados de este análisis se presentan en la Tabla 6.
Tabla 6. Estimación del efecto de las herramientas financieras formales e informales sobre la
variación del ingreso frente a un choque laboral
Variación con Emparejamiento Kernel
(COP)
Variación sin Emparejamientos
(COP)
Tratados Controles Diferencia Estadístico
T Tratados Controles Diferencia
Variación del Ingreso
Herramientas Financieras
Formales e Informales 3,103 -329,780 332,883* 2.02 -18,741 11,547 -30,289
(164,476) (71,665)
Errores Estándar en paréntesis *** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1 Fuente: Cálculos del autor
Los resultados señalan que las herramientas financieras, tanto formales como informales,
permiten una variación positiva del ingreso cuando se sufre un choque laboral, es decir, aquellos
hogares que cuentan con créditos, seguros voluntarios o ahorros, aumentan sus ingresos en $3,103
pesos; en cambio, aquellas familias que no cuentan con ninguna de estas herramientas, disminuyen
su ingreso en $329,780 pesos; la diferencia entre ambas variaciones corresponde a $332,780 pesos,
este resultado es estadísticamente significativo al 10%. Lo anterior se explica por el hecho de que
las familias pueden acudir no solo a instituciones financieras sino también a prestamistas
informales, como amigos y tenderos, que les resultan oportunos en momentos de crisis, pues les
facilitan el dinero sin exigir trámites complejos.
6. Conclusiones
Este trabajo se centra en evaluar la importancia que tienen las herramientas financieras y
muestra la habilidad de contar con estas fuentes para reducir el impacto delos choques laborales
21
en el ingreso de las familias del campo. Los ahorros formales, los créditos formales y los seguros
voluntarios, son considerados por la literatura como instrumentos relevantes para los hogares que
se enfrentan a flujos de ingreso volátil, porque les permiten reasignar los recursos entre periodos
y suavizar el consumo (Urrea, 2011).
El resultado principal de este estudio muestra que los hogares con herramientas financieras
tienen mejor variación de sus ingresos, en comparación con los hogares que carecen de dichos
instrumentos, pero la diferencia entre ambas variaciones no es estadísticamente significativa. Lo
anterior indica que existen otros factores para determinar el cambio en el ingreso después de un
choque laboral y que no se explica únicamente por el acceso a herramientas financieras formales.
Así mismo, este resultado se debe a que muy pocas familias rurales acceden al sistema financiero
pues este no les brinda una solución eficiente ante las emergencias, ya que para disponer del dinero
son necesarios varios trámites y garantías con altos costos de transacción, baja rentabilidad y tardía
disponibilidad del dinero.
Por otro lado, al incluir los instrumentos financieros informales, se encuentra que la
diferencia en la variación del ingreso de los dos grupos trabajados, cuando estos experimentan un
choque laboral, es significativa; lo que se explica por la cantidad de hogares que recurren a las
herramientas informales ya que son instrumentos más líquidos y de fácil acceso, mientras que las
herramientas formales sirven principalmente para acumular activos fijos en el largo plazo.
Es importante mencionar que los choques de tipo laboral tienen un efecto reducido en la
variación del ingreso, pues las familias rurales se caracterizan por tener trabajos agropecuarios en
el hogar y por fuera de este, es decir, tienen diversificadas sus fuentes de entradas monetarias. Lo
anterior indica que si el jefe del hogar, el cónyuge u otro miembro de la familia pierden su empleo,
pueden pasar a trabajar en los cultivos propios sin tener cambios drásticos en sus ingresos.
Por otro lado, al observar la variación del ingreso frente a choques covariados, como
desastres naturales y daños ambientales, se encuentra que ninguna de las herramientas financieras
formales propicia un cambio significativo en la variación del ingreso. Esto se debe a que las
principales estrategias que las familias acogen ante estos choques, corresponden a medidas de
protección social impartidas por el Estado.
Este estudio se enfrenta a una limitación principal, la cual hace referencia a la necesidad
de tener mayor información sobre la presencia de los servicios financieros en el campo, como la
22
distancia de los hogares a sucursales bancarias y el número de oficinas en cada subregión, ya que
son factores importantes para determinar el acceso a herramientas financieras.
En conclusión, para que las herramientas financieras formales sean efectivas a la hora de
mitigar los choques laborales en el campo, es necesario que estén acompañadas por instrumentos
financieros informales, ya que las entidades bancarias propician un mercado incompleto con una
oferta insipiente de sus servicios, a raíz de los problemas de selección adversa, riesgo moral e
incumplimiento de contratos, así como los problemas de acceso geográfico y de seguridad en la
zona rural. Sin embargo, a pesar de que estos problemas se solucionan con servicios financieros
informales, la calidad de esas herramientas es baja y su campo de acción y sus recursos son
limitados.
Si la situación fuera contraria a la mencionada, es decir, si el sistema financiero fuera más
sólido en dicha región del país, no sería necesario recurrir a herramientas informales para satisfacer
la demanda de instrumentos financieros. Por esto, se recomienda que las políticas del sistema de
protección social del país promuevan una mayor inclusión financiera para las familias campesinas,
incluyendo instrumentos que se ajusten a las necesidades de esa zona de Colombia. De esa forma,
las familias rurales tendrán una menor exposición a choques que perjudiquen sus ingresos.
23
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26
Anexo A.1. Características de los grupos de comparación7
Controles8 Tratados9 Diferencia de
Medias
Estadístico
T
Desviación
Estándar
Controles
Desviación
Estándar
Tratados
Herramientas Financieras
Formales
Ingreso total 2010 350,000 500,000 -160,000*** -6.742 622,000 830,000
Ingreso total 201310 400,000 590,000 -190,000*** -12.186 371,000 621,000
Valor total de los activos 830,000 4,000,000 -3,200,000*** -10.170 4,900,000 15,300,000
Tamaño del hogar 4.713 4.794 -0.081 -1.145 2.072 2.135
Vivienda propia 0.496 0.684 -0.188*** -11.297 0.500 0.465
Vivienda inadecuada 0.500 0.305 0.195*** 11.738 0.500 0.461
Subregión Cundiboyacense 0.200 0.403 -0.203*** -14.024 0.400 0.491
Subregión Atlántica media 0.295 0.190 0.104*** 7.007 0.456 0.393
Subregión Centro-oriente 0.281 0.171 0.109*** 7.502 0.449 0.377
Años de educación del jefe
de hogar 3.922 5.011 -1.089*** -9.631 3.135 3.710
Estado de empleo del jefe
de hogar 0.815 0.814 0.001 0.078 0.388 0.389
Edad del jefe de hogar 45.87 46.39 -0.519 -1.240 12.49 12.00
Género del jefe de hogar 0.800 0.865 -0.065*** -5.015 0.400 0.342
Sufrieron choques laborales 0.097 0.087 0.010 1.015 0.296 0.282
Ahorros Formales
Ingreso total 2010 380,000 780,000 -400,000*** -6.514 690,000 790,000
Ingreso total 2013 440,000 880,000 -430,000*** -10.457 430,000 844,000
Valor total de los activos 1,500,000 8,500,000 -7,000,000*** -8.400 8,500,000 22,600,000
Tamaño del hogar 4.752 4.183 0.570*** 3.018 2.100 1.632
Vivienda propia 0.544 0.698 -0.154*** -3.427 0.498 0.461
Vivienda inadecuada 0.451 0.246 0.205*** 4.578 0.498 0.432
Subregión Cundiboyacense 0.254 0.349 -0.095** -2.415 0.435 0.479
Subregión Atlántica media 0.269 0.151 0.118*** 2.957 0.443 0.359
Subregión Centro-oriente 0.253 0.143 0.110*** 2.820 0.435 0.351
Años de educación del jefe
de hogar 4.162 6.349 -2.188*** -7.284 3.270 4.696
Estado de empleo del jefe
de hogar 0.814 0.833 -0.019 -0.548 0.389 0.374
Edad del jefe de hogar 46.02 45.76 0.258 0.231 12.39 11.26
Género del jefe de hogar 0.817 0.865 -0.048 -1.387 0.387 0.343
Sufrieron choques laborales 0.094 0.087 0.007 0.264 0.292 0.283
7 El ingreso total 2010, ingreso total 2013 y el valor total de los activos son unidades en Pesos Colombianos (COP) 8 Controles: Grupo de hogares sin herramientas financieras 9 Tratados: Grupo de hogares con al menos una herramienta financiera. 10 El ingreso total 2013 se pasó a precios constantes tomando como año base el 2010 y utilizando como deflactor el
IPC a diciembre del 2010 sobre el IPC a diciembre del 2013, dicha proporción es equivalente a 0.923
27
Créditos Formales
Ingreso total 2010 360,000 490,000 -130,000*** -5.373 630,000 800,000
Ingreso total 2013 420,000 570,000 -150,000*** -9.548 404,000 535,000
Valor total de los activos 1,100,000 3,600,000 -2,600,000*** -8.033 6,400,000 14,500,000
Tamaño del hogar 4.697 4.848 -0.151** -2.068 2.059 2.175
Vivienda propia 0.501 0.689 -0.189*** -10.976 0.500 0.463
Vivienda inadecuada 0.491 0.311 0.180*** 10.450 0.500 0.463
Subregión Cundiboyacense 0.207 0.401 -0.193*** -12.893 0.406 0.490
Subregión Atlántica media 0.292 0.186 0.106*** 6.891 0.455 0.390
Subregión Centro-oriente 0.274 0.178 0.096*** 6.389 0.446 0.383
Años de educación del jefe
de hogar 3.996 4.909 -0.913*** -7.796 3.204 3.634
Estado de empleo del jefe
de hogar 0.815 0.814 0.001 0.092 0.388 0.390
Edad del jefe de hogar 45.86 46.46 -0.600 -1.388 12.43 12.13
Género del jefe de hogar 0.802 0.867 -0.065*** -4.835 0.399 0.340
Sufrieron choques laborales 0.098 0.084 0.013 1.320 0.297 0.278
Seguros Voluntarios
Ingreso total 2010 380,000 620,000 -230,000*** -3.798 690,000 700,000
Ingreso total 2013 450,000 830,000 -380,000*** -9.300 447,000 737,000
Valor total de los activos 1,500,000 9,600,000 -8,100,000*** -9.844 8.033e+06 26,800,000
Tamaño del hogar 4.742 4.539 0.203 1.080 2.100 1.716
Vivienda propia 0.546 0.648 -0.103** -2.299 0.498 0.479
Vivienda inadecuada 0.455 0.125 0.330*** 7.448 0.498 0.332
Subregión Cundiboyacense 0.245 0.625 0.380*** -9.790 0.430 0.486
Subregión Atlántica media 0.268 0.180 0.088** 2.227 0.443 0.385
Subregión Centro-oriente 0.256 0.0390 0.217*** 5.613 0.437 0.195
Años de educación del jefe
de hogar 4.158 6.541 -2.383*** -7.818 3.282 4.370
Estado de empleo del jefe
de hogar 0.814 0.852 -0.038 -1.091 0.390 0.357
Edad del jefe de hogar 46.09 43.57 2.517** 2.272 12.40 10.65
Género del jefe de hogar 0.817 0.867 -0.051 -1.461 0.387 0.341
Sufrieron choques laborales 0..093 0.125 -0.032 -1.217 0.291 0.332
Herramientas Financieras
en General
Ingreso total 2010 340,000 450,000 -100,000*** -4.973 680,000 700,000
Ingreso total 2013 390,000 540,000 -150,000*** -10.595 376,000 513,000
Valor total de los activos 730,000 2,900,000 -2,200,000*** -7.850 5,000,000 12,600,000
Tamaño del hogar 4.722 4.753 -0.032 -0.500 2.101 2.077
Vivienda propia 0.517 0.589 -0.073*** -4.763 0.500 0.492
Vivienda inadecuada 0.520 0.353 0.167*** 11.134 0.500 0.478
Subregión Cundiboyacense 0.188 0.342 -0.154*** -11.704 0.391 0.475
Subregión Atlántica media 0.298 0.225 0.073*** 5.387 0.457 0.418
28
Subregión Centro-oriente 0.288 0.202 0.086*** 6.538 0.453 0.402
Años de educación del jefe
de hogar 3.684 4.906 -1.222*** -12.043 3.005 3.607
Estado de empleo del jefe
de hogar 0.802 0.831 -0.029** -2.439 0.399 0.375
Edad del jefe de hogar 47.18 44.57 2.609*** 6.926 12.36 12.19
Género del jefe de hogar 0.784 0.860 -0.076*** -6.485 0.412 0.347
Sufrieron choques laborales 0.095 0.093 0.002 0.171 0.293 0.291
*** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1 Fuente: Cálculos del autor
Anexo A.2. Ejercicios econométricos para determinar el puntaje de propensión asociado al uso de
herramientas financieras formales
Herramientas Financieras
Valor total de los activos 1.89e-08***
(3.22e-09)
Subregión Atlántica media -0.238***
(0.0658)
Subregión Cundiboyacense 0.337***
(0.0611)
Subregión Centro-oriente -0.274***
(0.0655)
Tamaño del hogar 0.0388***
(0.0104)
Género del jefe de hogar (Hombre=1) 0.406***
(0.0614)
Edad del jefe de hogar 0.00647***
(0.00197)
Empleo del jefe de hogar 0.118**
(0.0589)
Vivienda propia 0.430***
(0.0453)
Vivienda inadecuada -0.219***
(0.0500)
Años de educación del jefe de hogar 0.0534***
(0.00708)
Constante -1.709***
(0.147)
Prob > chi2 0.000***
Pseudo R-cuadrado 0.070
Observaciones 4,249
*** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1 Fuente: Cálculos del autor
29
Anexo A.3. Histograma de las probabilidades predichas
Anexo A.4. Ejercicios econométricos para determinar el puntaje de propensión asociado al uso de
cada herramienta financiera formal.
Ahorros Formales Créditos Formales Seguros Voluntarios
Valor total de los activos 7.78e-09*** 1.45e-08*** 7.79e-09***
(2.59e-09) (3.79e-09) (2.78e-09)
Subregión Atlántica media -0.339*** -0.203*** 0.217
(0.127) (0.0760) (0.144)
Subregión Cundiboyacense -0.103 0.422*** 0.576***
(0.106) (0.0702) (0.121)
Subregión Centro-oriente -0.377*** -0.167** -0.406**
(0.126) (0.0765) (0.194)
Tamaño del hogar -0.0426* 0.0554*** -0.000687
(0.0232) (0.0160) (0.0232)
Género del jefe de hogar (Hombre=1) 0.170 0.432*** 0.225*
(0.119) (0.0697) (0.124)
Edad del jefe de hogar 0.00219 0.00611*** 0.000553
(0.00374) (0.00235) (0.00407)
Número de hijos en el hogar -0.0501**
(0.0238)
Empleo del jefe de hogar 0.0117 0.124* 0.0205
(0.114) (0.0684) (0.119)
Vivienda propia 0.279*** 0.465*** 0.146
(0.0892) (0.0517) (0.0930)
Vivienda inadecuada -0.173* -0.198*** -0.429***
(0.0997) (0.0572) (0.122)
Años de educación del jefe de hogar 0.0561*** 0.0465*** 0.0593***
01
23
4
0 .5 1 0 .5 1
Propensity Score Herramientas Financieras Propensity Score Herramientas Financieras
Grupo de Control Grupo de TratamientoD
ensi
ty
Graphs by Tienen Herramientas Financieras
30
(0.0114) (0.00856) (0.0122)
Constante -2.163*** -1.790*** -2.655***
(0.278) (0.169) (0.308)
Prob > chi2 0.000*** 0.000*** 0.000***
Pseudo R-cuadrado 0.089 0.100 0.147
Observaciones 4,249 4,249 4,249
*** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1 Fuente: Cálculos del autor
Anexo A.5. Ejercicios econométricos para determinar el puntaje de propensión asociado al uso de
herramientas financieras formales e informales.
Herramientas Formales e Informales
Valor total de los activos 1.78e-08***
(3.41e-09)
Subregión Atlántica media -0.0914
(0.0601)
Subregión Cundiboyacense 0.299***
(0.0589)
Subregión Centro-oriente -0.149**
(0.0596)
Tamaño del hogar 0.0282***
(0.00967)
Género del jefe de hogar (Hombre=1) 0.425***
(0.0563)
Edad del jefe de hogar -0.00648***
(0.00181)
Empleo del jefe de hogar 0.0519***
(0.00673)
Vivienda propia -0.0593
(0.0554)
Vivienda inadecuada 0.212***
(0.0416)
Años de educación del jefe de hogar -0.222***
(0.0459)
Constante -0.558***
(0.133)
Prob > chi2 0.000***
Pseudo R-cuadrado 0.072
Observaciones 4,249
*** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1 Fuente: Cálculos del autor