Historia Antigua de La Península Ibérica
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Historia Antigua de
la Península IbéricaTema 0. Introducción general. Fuentes para el estudio de
la Historia Antigua de la Península Ibérica.
Las FHA o Fontes Hispaniae Antiquae es una obra promovida por Schulten que recoge
todos los fragmentos que se refieren a la Hispania Antigua organizados por fascículos
monográficos o cronológicos. Colecciona los textos originales, una traducción y un
comentario. La obra requiere una actualización, por lo que se está publicando las THA o
Testimonia Hispaniae Antiqua con una estructura semejante pero con comentarios más
interesantes. Cada vez hay más traducciones a un nivel más reducido.
A continuación se analizan los distintos autores que se han dedicado a la reconstrucción
de la historia de la Península Ibérica:
- el más antiguo es Heródoto (siglo V a.C.), fuente fundamental para la reconstrucción
de las Guerras Médicas. Era un viajero que iba recopilando historias de una manera
crítica y las plasmaba sin más. Dos de esas historias tienen que ver con el
descubrimiento de Tarteso, de la llegada del comercio griego.
- del siglo II a.C. Polibio es una de las fuentes de información más importantes para la
reconstrucción de la República. Se trataba de un noble aristócrata griego (aqueo)
deportado por los romanos tras la batalla de Pidna (168 a.C.) a Roma, donde pasaría el
resto de su vida. Polibio defendí a ultranza la hegemonía romana por su sociedad, sus
estructuras y su cultura. Escribió Historias que pretendía explicar el modo en el que
Roma había logrado el dominio del mediterráneo entre el 220 y el 146 a.C., la
destrucción de Corinto y la conversión del reino de Macedonia en provincia romana. Lo
que importa a la Península Ibérica son los datos sobre la Segunda Guerra Púnica, pues
menciona algunos de los conflictos ocurridos posteriores entre romanos e indígenas. En
Roma se integró en los círculos aristocráticos, amigo de los Cornelios Escipiones,
entabló amistad con Escipión Emiliano (destructor de Numancia) que en 151 había
luchado también contra los celtíberos. Es muy probable que Polibio le acompañase en
estas campañas con el fin de historiar sus hazañas en Hispania. Parece que escribió la
hazaña de Numancia que no se conserva.
- Un poco antes escribe su obra Catón, quien fuera censor, agrónomo, senador… y que
escribió Origines (la primera historia de Roma en latín).
- Fabio Píctor fue un importante senador que inauguró la tradición de historiadores que
eran senadores. Escribió en torno al 200 a.C. la primera historia de Roma. La Segunda
Guerra Púnica convierte a Roma en potencia del Mediterráneo, pero no tiene historia.
Fabio Píctor escribe esta historia en griego al igual que lo harán los escritores
posteriores de los próximos cincuenta años, salvo la excepción de Catón, con cierta
reivindicación patriótica. Como cónsul en 195 estuvo en Hispania y acabó con la última
revuelta de los pueblos ibéricos, lo que reflejó en Origines, obra que se conserva por
menciones de autores posteriores, que contiene alguna referencia anecdótica a Hispania.
Es el primer romano que habla del ciercus (cierzo). También habla del Ebro. La
conclusión que de ello podemos sacar es que Catón no vino sólo como general, sino que
era también un explorador.
- Del siglo I a.C. cabe destacar a Julio César, quien además de ser una importante figura
política fue uno de los más avezados propagadores de sí mismo en la antigüedad. Vio
necesario trasmitir sus puntos de vista y se encargó de escribir personalmente la obra
Sobre la Guerra Civil. Dentro del comienzo hay un episodio sobre la batalla de Ilerda
(Lérida) y narra su victoria con todo tipo de detalles. En los años siguientes la guerra se
desarrolló sobre el resto del Mediterráneo, una guerra que terminó en Hispania. Los
hijos de Pompeyo se refugiaron en el sur de Hispania y lograron el apoyo de varias
ciudades hispanas. La batalla final en Munda (46-45) supuso la victoria de César, que
fue escrita por un lugarteniente de César en De Bellum Hispaniae.
- Un poco posterior es Diodoro, que terminó su obra Biblioteca Historica hacia el 30
a.C. y que abarca desde los orígenes de la humanidad (guerra de Troya) hasta sus días.
Hispania tiene alguna aparición, lo más destacado es el uso como mercenarios que se
hace de los ibéricos en las guerras libradas en Sicilia en los siglos V y IV a.C. entre
Cartago y los griegos. Esto nos dice que había pueblos que no tenían medios suficientes
para sobrevivir y por eso una parte de la población se vendía como recursos militares,
nos está dando datos socioeconómicos. Además nos aporta información sobre las
guerras celtíberas, guerras contra los lusitanos, y sobre Sertorio (general romano
marionista antisilano que se refugió en Hispania).
- del periodo augústeo una figura importante es la de Tito Livio, principal fuente de
información sobre la República romana. Escribió Desde la fundación, historia que va
desde la fundación de Roma hasta sus días y de la que se conserva la parte inicial y lo
que va desde 220 hasta 67 a.C. Lo siguiente se ha perdido, pero se conservan unos
resúmenes (perioche) de los libros de Livio. Livio narra con detenimiento la Segunda
Guerra Púnica y el inicio de la conquista romana de Hispania. Después de 167 lo único
reseñable es un fragmento del libro 91 en el que habla de Sertorio y de su presencia en
el valle medio del Ebro.
- en el comienzo del Principado destacan dos historiadores: Valerio Máximo que
escribió Facta et dictia memorabilia, una obra pensada para el uso de los oradores, que
acostumbraban a emplear ejemplos de personajes antiguos. Sobre Hispania recoge
sucesos de las guerras celtíberas y lusitanas y sobre Sertorio. El otro historiador es
Veleyo Patérculo, que escribió la historia de Roma desde sus orígenes hasta Augusto en
solo dos libros, completa lo que no hay en Livio, da información una vez más sobre las
guerras celtíberas y lusitanas y sobre Sertorio pero añade información referente a las
guerras cántabras.
- de la segunda mitad del siglo I a.C. contamos con el primer autor hispano: Marcial
nació en Bílbilis y siendo joven marchó a Roma donde entró en los círculos
intelectuales y en la corte de Nerón. Tras su muerte regresó a Bílbilis. Escribe poesía,
sobre todo el género de los epigramas (poemas muy breves de diferente temática). Da
algunas informaciones interesantes sobre su tierra (Bílbilis) y reivindica su condición de
celtíbero.
- en ese mismo periodo aparece la figura de Silio Itálico, un autor menor que escribió
Púnica, sobre la Segunda Guerra Púnica, no es una obra histórica, sino un poema épico,
crea una ficción literaria.
- Suetonio, en el siglo II d.C. escribe su obra más famosa, La vida de los doce césares,
una biografía de doce emperadores que recoge una buena información histórica. Como
muchos de eso emperadores tuvieron una relación con Hispania, lo que aparece en las
biografías relativo a ello nos interesa.
- a comienzos del siglo II d.C. Frontino escribió una obra dedicada a las estructuras
militares reservando un espacio a Sertorio.
- escritores notables griegos del siglo II son Plutarco y Apiano. Plutarco escribió Vidas
paralelas que confrontan un personaje ilustre romano con un personaje ilustre griego,
comparándolos. Ofrece biografías sobre personajes que tuvieron relación directa con
Hispania, sobre todo tres biografías de gobernadores provenientes de Hispania: Emilio
Paulo, Catón y Sertorio (personaje sobre el que es la fuente más importante) Se mueve
entre la historia y la novela histórica, busca divertir.
Apiano es un alejandrino, escribió una breve historia de la expansión romana a través de
historiar sus guerras con fascículos monográficos de las guerras. Nos interesan dos
libros: Sobre Haníbal, que trata de la Segunda Guerra Púnica y de la Península Ibérica,
y Sobre Iberia, que trata de la conquista romana de Iberia. Es la única obra conservada
que describe todo el periodo de conquista republicana. Le interesan los personajes
heroicos por lo que articula la conquista (218-133 a.C.) a través de personajes a los que
dota de un cierto dramatismo. Apiano presta atención a los Escipiones, también a
personajes indígenas, sobre todo a Viriato y al heroísmo de Numancia. Después de 133
a.C. hasta época de Augusta apenas presta dedicación.
- de la misma época Floro también escribe la historia de guerras de Roma en dos libros:
hay información sobre Sertorio y sobre las campañas cántabras de Augusto. Vivió en
Tarraco y nos da algún dato importante sobre la conversión de Tarraco en colonia
romana.
- En el siglo III Casio Dion, representante de la cultura griega, es un ciudadano romano
que escribe desde la fundación de Roma hasta sus días, se conservan algunos
fragmentos, lo que más interesa para la Península son los relativos a la Guerra Civil en
Hispania y a las guerras cántabras con Augusto.
- Justino es un epitomista, no es autor original sino que hace el resumen de una época
escrita en época de Augusto por Pompeyo Trogo, que escribió una historia del
Mediterráneo. El cuarto libro está dedicado a Hispania. Justino lo resumió, lo más
importante es un texto referido a Tarteso.
- Orosio, autor cristiano del siglo V, escribió Historias contra paganos. Nos
proporciona noticias sobre Sertorio, las campañas cántabras de Augusto y las guerras
celtibéricas.
El único período del que tratan los historiadores es del republicano (218-133 a.C.). A
partir de Augusto Hispania deja de interesar a los historiadores. Ese periodo lo
reconstruimos a partir de la epigrafía.
Además contamos con datos proporcionados por geógrafos (como autores que aportan
variedad de datos):
- Avieno, en el siglo IV escribió Ora Maritima, que es un periplo (género literario que
consiste en describir las costas de un territorio) de las costas del sur y del este de la
Península Ibérica. Schulten propuso una hipótesis en la que la Ora Maritima tomaría
sus datos de un periplo escrito en Massalia en el siglo VI a.C. Esto fue aceptado durante
décadas pero hoy día se cuestiona esta hipótesis y se debate sobre ella.
- Estrabón es un geógrafo griego de Asia Menor, sus datos si tienen credibilidad,
escribió en 29 a.C. Geografía que es una geografía del mundo mediterráneo y dedicó el
tercer volumen a Hispania. Proporciona una información de enorme importancia para
nosotros pues da multitud de nombres de ciudades, accidentes geográficos… y da
algunas noticas históricas de tipo administrativo y económico, todo ello desde una
perspectiva que es la de barbarie frente a la civilización.
- De un tiempo posterior es Mela, un hispano que escribió en época de Claudio (primera
mitad del siglo I) en el que hace una descripción de los costes de la Península Ibérica, da
un buen número de nombres de accidentes geográficos. Es el primer geógrafo latino
importante.
- Plinio el viejo, es un erudito que escribió Historia Natural, una enciclopedia de 37
libros en los que trata todos los campos. Fue muy amigo de los Flavios, y se cree que
tuvo acceso a archivos estatales, por lo que su información debe ser creíble. Los libros
tercero y cuarto tratan de la geografía de Hispania, en el tercero sobre la Bética y la
Tarraconense, y el cuarto sobre el resto de la Tarraconense y Lusitania. Recoge
múltiples nombres y sobre todo nos da el estatuto jurídico de las ciudades y refleja el
modo en el que estaban administradas las provincias: subdivisiones llamadas conventos
jurídicos. Es también el único autor que habla del edicto de latinidad. Es casi la única
fuente sobre el principado.
- Ptolomeo, escribió en la primera del siglo 2 a.C. la obra Indicatorio geográfico. Se
trata de un nomenclátor en el que recoge más de 8000 ciudades ordenadas por regiones
administrativas y étnicas. Para cada ciudad da su longitud y latitud para poder situarlas
en el mapa.
- El Papiro de Artemidoro apareció hace una década hallado en el Egipto Medio en
manos de un coleccionista austríaco que no aclaró su hallazgo. Lo dio a estudiar a dos
expertos que publicaron sus estudios. Según estos investigadores el papiro habría tenido
varias vidas, una hacia el siglo I a.C. en la que alguien habría encargado a un copista
plasmar la obra de Artemidoro y dibujar un mapa. En la misma cara del papiro se
habrían añadido otros dibujos. Y en épocas posteriores alguien dibujó en la otra cara
animales. Artemidoro hacía el 100 a.C. escribió una obra sobre la geografía del
Mediterráneo, hay quien piensa que Estrabón se basó en este texto. Un texto que trata de
Iberia y aparece también en Estrabón. EL mapa estaría ilustrando la obra de
Artemidoro, los investigadores creen que este mapa reflejaría una parte de la Península
Ibérica. Hace un año, un investigador italiano, Canfora publicó un libro en el que
consideraba como falso este papiro
Las fuentes cristianas buscan el origen del cristianismo en Hispania o favorecen la
dispersión de dichas creencias. Entre las que tratan el origen del cristianismo en la
Península Ibérica se pueden incluir epístolas escritas entre comunidades cristianas. Otro
tipo de información cristiana son las Actas Martiriales contra cristianos, los cuales
fueron perseguidos.
Prudencio, natural del Valle medio del Ebro, escribió un peristéfanon, Sobre las
Coronas: el día de los mártires, una serie de poemas donde se recoge el martirio de
distintos personajes. Entre ellos se encuentra un buen número de cesaraugustanos.
Un tercer tipo de fuentes cristianas son las Actas conciliares, reuniones de obispos para
tomar distintas decisiones. En Hispania hubo diferentes concilios, que en ocasiones, sus
decisiones (cánones), se conservan. Conocemos los cánones de tres concilios
importantes: Iliberri o Elvira (Granada), a comienzos del siglo IV en el que se recogen
cuestiones de orden interno; el primer concilio de Zaragoza, en 379-800, que tiene un
protagonista contra el que va dirigido el concilio: Prisciliano, obispo de Ávila que tiene
un comportamiento ascético, trata de la expansión del priscilianismo y que hacer contra
él; y el primer concilio de Toledo, en torno al año 400.
Tema 1. La colonización semita: fenicios y cartagineses.
El periodo general cuenta con tres fases diferenciadas: precolonización, colonización y
aculturación.
Precolonización
Posiblemente los aspirantes a colonizar buscan en un territorio aquellos productos que
pueden servir de beneficio y conocer la actitud de los indígenas. Es un período más o
menos largo de contactos esporádicos entre colonizadores e indígenas, del que tenemos
escasas fuentes. Los indígenas aportan materias primas mientras que los comerciantes
del Mediterráneo ofrecen productos manufacturados.
Colonización
Esta fase se caracteriza por el establecimiento de comunidades de comerciantes
europeos en territorios indígenas sobre todo en la costa, este establecimiento supone un
aumento y la diversificación de los objetos importados que llegan al grupo indígena.
Una parte de la sociedad indígena necesitará esos productos como elementos de
prestigio.
Hay una interacción entre colonizadores e indígenas, no se da una conquista ni una
llegada masiva de colonizadores. Su establecimiento se produce previo acuerdo con los
indígenas. Los colonizadores obtienen materias primas que venderán en la metrópoli,
mientras que los indígenas amplían su mercado. Esa relación entre indígenas y
colonizadores poco a poco se refleja en una imitación de los indígenas de productos y
formas de vida de las colonizaciones. Se inicia así el proceso de aculturación, que
depende en su intensidad de la duración de la colonización, de la intensidad poblacional
de los colonizadores y de la capacidad receptiva que tengan los indígenas hacia los
colonizadores.
Aculturación
Esta aculturación se aprecia desde el punto de vista tecnológico en la aparición del torno
de cerámica, la introducción del hierro, la introducción de cultivos y animales, la
aparición de códigos sociales (pesos y medidas), de escritura y religiosos, pues los
colonizadores llevan consigo sus rituales y divinidades que los indígenas sintetizan
(sincretismo).
Las formas de comercio en el Mediterráneo son las siguientes: hasta la llegada de
Roma, las colonias en la Península Ibérica son comerciales. Se trataba de comerciar con
ánforas que servían de recipientes para transportar los productos con que se comerciaba:
productos de primera necesidad como madera, sal, salazones de pescado, carne, pieles,
ganado, esclavos… Sobre todo se comerciaba con metales: plata, estaño, cobre, oro…
Se trata de un comercio de intermediarios a diferentes niveles. En el Mediterráneo hay
una multiplicidad de corrientes comerciales que compiten por los mercados, en la parte
occidental hay etruscos, fenicios, cartagineses, griegos de muy diferente procedencia…
No solo llevan sus propios productos, sino también productos de otros estados que
podían considerase sus competidores. Si encontramos un objeto de una determinada
procedencia eso no quiere decir necesariamente que ese objeto haya sido transportado a
ese lugar por los fabricantes de ese producto.
El otro tipo de intermediación se da entre los colonizadores y los indígenas, los
indígenas levan a las materias primas a los colonizadores y estos las venden en la
metrópoli.
Navegación y rutas de navegación en el Mediterráneo.
La distancia entre Fenicia y Cádiz (los dos extremos del Mediterráneo) es considerable.
Tanto fenicios como griegos adoptaron rutas ya en funcionamiento desde el II milenio
a.C. o incluso antes. El Mediterráneo tiene una serie de ventajas para la navegación de
alta mar: casi siempre hay tierra firme relativamente cerca como referencia. Las
navegaciones de comercio se producen sobre todo desde la primavera hasta el inicio del
otoño.
Hay una corriente dominante norte-sur desde la desembocadura del río Ródano y que
iba hasta el golfo de Rosas, donde se sitúan Ampurias y Roses. Desde el estrecho de
Gibraltar salen dos corrientes dominantes de oeste a este, una sigue hasta Túnez, en
paralelo a la costa norteafricana (Cartago) y la otra va más cerca de la costa sur de la
Península Ibérica hasta Ibiza. Estos dos ramales dificultaban la navegación hacia el
oeste.
La ruta fenicia hacia el oeste parte de Tiro, pasa por Chipre, las islas de Rodas y Creta,
el sur del Peloponeso, Malta, Sicilia, Cerdeña y una vez allí la ruta lógica hacia el oeste
era pasar por Ibiza (punto intermedio en las navegaciones). Desde Ibiza la ruta habitual
sería ir a la Península Ibérica, hasta Cartagena, seguir la costa y pasar el cabo de Gata, y
de allí la navegación iría muy pegada a la costa hacia el oeste. En las colonias fenicias
del siglo VI no parece haber influencia cartaginesa.
La ruta de regreso sigue la costa norteafricana de manera cómoda hasta la cosa de
Túnez y a partir de ahí la ruta tiene que descender y la navegación se haría siguiendo la
costa hasta Fenicia.
Colonización fenicia en la Península Ibérica
Los fenicios son un pueblo semita situado en la costa sirio-palestina. Sabemos de su
existencia desde el 2000 a.C. El nombre fenicio es griego y viene del color púrpura de
su ropa. La primera vez que tenemos notica sobre ellos es en Homero, que los retrata
con desconfianza. En algunas tablillas micénicas se habla de unos Po-ni-ki-jo, que
serían antecedentes de los fenicios. En el Antiguo Egipto se menciona la madera de
Byblos, importante ciudad fenicia. Fenicia es una región geográfica, no es un estado. Se
trata de una serie de ciudades-estado, las más importantes son Byblos, Sidón y Tiro. La
vida de las ciudades fenicias se mueve constantemente entre autonomía y dependencia.
Cuando tiene lugar la crisis del siglo XIII a.C. se abre un periodo de autonomía más
largo que de costumbre de las ciudades fenicias, de esplendor cultural y económico.
Hiram va a llevar a Tiro a ejercer una hegemonía sobre el resto de los fenicios. A partir
de esa bonanza económica llega la colonización, que es fundamentalmente comercial.
Se basa en la creación de una reden el Mediterráneo con un número de pequeños
establecimientos y un número reducido de ciudades importantes.
La geografía de la expansión fenicia: la colonización no se produce en el Mediterráneo
oriental. La colonización comienza desde Sicilia hacia occidente. La parte occidental de
Sicilia es la zona fenicia, con varias ciudades, la más importante Motya, y la parte
oriental de la isla es la zona griega. En Cerdeña las colonias fenicias están en el extremo
sur.
En el norte de África, por un lado están las colonias atlánticas: Lijus y Mogador. Los
fenicios fueron grandes exploradores que llevaron a cabo navegaciones de alto riesgo
tanto hacia el sur como hacia el norte. La mayor parte de las ciudades fenicias se halla
en Túnez: las más importantes son Cartago y Útica.
La cronología de estos asentamientos es muy debatida, hay fuentes escritas que llevan la
fundación de Útica en torno al 1100 a.C. pero la arqueología no permite convalidar la
colonización fenicia tan temprano. Es más homogénea a establecer el inicio de la
colonización en torno al 800 a.C.
Hay una serie de autores antiguos que ofrecen una fecha de fundación para Gadir hacia
el 1100 a.C. asimilado a la llegada de los fenicios a la Península Ibérica, también para
estas fechas la fundación de Útica.
Tres son los geógrafos más destacados: Estrabón, Mela y Primia, además de Veleyo
Patérculo. Relacionan la llegada de los fenicios con el final de la guerra de Troya. Es un
contexto lógico, pero ¿qué puede haber de cierto?
Es importante saber si los autores han llegado a esa noticia por distintas fuentes o si han
llegado a esa conclusión por un mismo método, el cual es el caso. Gadir tenía algo que
la hacía famosa en la antigüedad, el Templo de Heracles Melqart: una de las principales
divinidades fenicias. Tenía un papel religioso y económico. Dentro de él había un
oráculo al que acudieron personajes históricos importantes. No existe ninguna
argumentación en las fuentes que de verosimilitud a la fecha de 1100 a.C.
En la Península Ibérica, desde un punto de vista arqueológico no existe ningún dato
anterior a la segunda mitad del siglo IX. La fecha de 1100 a.C. es pues falsa, no podría
ser antes de la segunda mitad del siglo IX. Algunos autores han defendido una larga fase
de precolonización que corresponde a esa fecha. Se basan en que han aparecido objetos
anteriores al siglo IX: marfiles, “el Sacerdote de Cádiz” (una estatuilla), alguna
cerámica… Pero estos objetos no han aparecido en contextos arqueológicos. Solo se
puede datar a partir de la comparación con otros objetos similares, pero esto no ha dado
datos seguros.
En definitiva, el único dato seguro para señalar el inicio de la colonización fenicia nos
lo da a arqueología, para las últimas décadas del siglo IX. Quienes defienden la idea de
precolonización hablan también del texto de Estrabón pues piensan que sería un relato
simbólico sobre la precolonización.
Colonias fenicias en el Mediterráneo andaluz.
Las colonias se hallan en una zona costera fértil muy estrecha limitada por las
montañas. Todas las ciudades fenicias estaban situadas en una isla frente a la
desembocadura de un río en un lugar bien protegido, en territorio poco poblado por los
indígenas en llanuras aluviales. La necrópolis está situada al otro lado del río. Los
fenicios, desde su llegada, vinieron para quedarse, eran gente que creó un urbanismo
desarrollado con casas sólidas y donde las necrópolis muestran su permanencia.
Las ciudades fueron creciendo a partir de unos enclaves muy pequeños a lo largo del
siglo VIII, diversificaron su economía y recibieron un impulso demográfico en torno al
año 700 a.C. A partir de ese momento se inicia el período de esplendor de estas
colonias. Una de las colonias fenicias que mejor conocemos es Toscanos. Hay en ella
dos elementos destacables: se ha localizado el foso de la ciudad y algunos restos de la
muralla, se trata por tanto de una ciudad amurallada, la única en la Península Ibérica.
¿Por qué? Algunos historiadores piensan que se trataba de un núcleo centralizador,
sobre todo a partir del hallazgo de un gran almacén donde había ánforas que habían
contenido vino, aceite... ¿Qué número de habitantes pudo haber en Toscanos? Niemeyer
estima entre 1000 y 1500 habitantes. ¿Cuál es la función económica de estos
establecimientos? El objetivo fundamental de la colonización fenicas en la costa
andaluza es la búsqueda de metales: estaño, cobre, oro y, sobre todo, plata, que era muy
demandada por los asirios en el P.O.A. Los fenicios ofrecían a los indígenas productos
manufacturados bien propios (cerámica roja de barniz, tejidos, joyas), bien eran
productos fabricados en las mismas colonias fenicias de occidente, o bien productos en
los que hacían de intermediarios. Tradicionalmente cuando se hablaba de estas ciudades
fenicias se hablaba de factorías porque se pensaba que eran puertos de comercio.
Las excavaciones arqueológicas han mostrado sin embargo que se trataban de auténticas
ciudades por su estructura y por la diversidad de sus funciones: allí había un trabajo
metalúrgico importantísimo. La Edad del Hierro e inicia en el sur de la Península
Ibérica con la llegada de los fenicios. Las excavaciones han demostrado que la púrpura
era elaborada en las colonias a partir de las conchas de varias especies de productos y
que se aplicaban a las telas. En Toscanos han aparecido un gran número de Conchiles.
También se han encontrado artesanías en marfil.
¿También hay actividad agrícola? Las excavaciones han demostrado que la agricultura
tuvo un papel importante: han aparecido un buen número de huesos de animales
(algunos viejos, que habrían sido empleados para el trabajo en el campo) de bóvidos,
ganado ovino, gallinas… Además se han encontrado molinos de piedra para la
transformación del cereal en harina. A partir de esta constatación cabría plantearse si los
fenicios buscaron tierras fértiles donde asentarse. Hace muchos años, Whittaker planteó
un modelo que defendía que en la colonización fenicia en occidente tuvo un papel tan
importante la agricultura como la búsqueda de metales. Albar y Wagner defendían que
los fenicios se habrían asentado en el valle del Bajo Guadalquivir en colonias agrícolas,
se apoyaban para ello en el hecho de que hay algunas necrópolis donde han aparecido
en los ajuares joyas de factura oriental. Los rituales de enterramiento son también de
tipo oriental pero siempre se ha considerado que eran necrópolis indígenas muy
influenciadas por los fenicios. Estos investigadores plantearon que se trataba de
necrópolis fenicias, que corresponderían a ciudades fenicas en el valle del Bajo
Guadalquivir.
La tesis más probable es que Sevilla se tratase de un puerto de mar, y que la actual
Doñana fuese un gran golfo. El nombre originario de Sevilla con toda probabilidad es
Spal (nombre semita) por lo que seguramente Sevilla era un establecimiento semita. A 2
km. Está El Aljarafe, donde se halla el yacimiento de El Carambolo, en el cual se
encontraron unas joyas de carácter orientalizante. Parece que se trataba de un templo
fenicio dedicado a Astarté, un santuario situado en alto, dominando el mar en el que
Astarté ejercía como protector de los barcos.
La agricultura y la ganadería, pues, tuvieron su importancia en la colonias de la costa
mediterránea andaluza y en el Bajo valle Guadalquivir.
Gadir
Gadir llegó a ser la ciudad fenicia más importante de occidente. En la antigüedad la
topografía no era la misma que en la actualidad. Era un archipiélago, tal como reflejan
las fuentes antiguas griegas, que lo llaman La Gadeira. La ciudad se concentraba debajo
de donde ocupa el núcleo de la ciudad actualmente. En la isla más septentrional pudo
haber un templo fenicio dedicado a la diosa Astarté, además de una necrópolis en el
norte de la isla central (Bacal) y en el sur un santuario (Melqart). Sabemos el nombre de
las islas gracias a las fuentes griegas. Se trata de un conjunto de islas situadas enfrente
del estuario del río Guadalete. Sigue el mismo patrón que las demás ciudades fenicias
que conocemos en la Península Ibérica: situada en un lugar protegido.
Gadir está en un lugar privilegiado para intercambiar productos con los indígenas, muy
cerca del gran golfo en el que desemboca el río Guadalquivir, una zona minera
metalúrgica indígena de gran rango. Además, hacia el noroeste se llegaría rápidamente a
Huelva y a las desembocaduras de los ríos Tinto y Odiel, gran foco de productos
metalúrgicos y minerales. Se trataba de obtener plata y estaño (que procedía sobre todo
del Atlántico norte). Era un punto terminal del oro que se producía en el noroeste de la
Península ibérica, que seguiría una ruta interior hasta la zona de Cádiz.
Gadir tiene el problema arqueológico de que la ciudad moderna está superpuesta, es una
arqueología muy fragmentaria. La Gadir fenicia es muy mal conocida. Han aparecido
sobre todo objetos a partir del siglo III, algunos de final de siglo IX. Se mantienen
dudas sobre el origen de Gadir, alimentadas por el yacimiento del Castillo de Doña
Blanca. Se conoce desde hace unos quince años, en un primer momento se pensó que
era un poblado indígena muy orientalizado. Apareció un gran volumen de cerámica de
barniz rojo, objetos de marfil de tipo orientalizante, fíbulas de doble resorte… El
sistema de fortificación era muy complejo y la viviendas de 3 ó 4 habitaciones, con una
estructura fenica y un urbanismo desarrollado, se trataba de una ciudad grande con una
cronología que se iniciaba al menos hacia el siglo VIII. Apareció una inscripción en
fenicio donde ponía Gadir. Por todo ello, hoy se piensa que era una ciudad fenicia.
Existen dos posibilidades: que este castillo fuese la primera Gadir y que después se
trasladara al archipiélago de Gaderia, y que se tratase de una prolongación de Gadir en
el continente para abastecer de alimentos a los ciudadanos de la isla. La mayoría piensa
que era otra ciudad fenicia, una más de las ciudades fenicias del Atlántico hispano.
Fachada levantina
En toda la costa hay hallazgos de materiales fenicios, sobre todo ánforas que contenían
vino y aceite. En algunos puntos se han encontrado en mayor número: Vinarragell, el
Bajo Ebro, Ampurdán… Esto indica que había un comercio de objetos fenicios. No se
sabe si el comercio era llevado a cabo por los fenicios o si sólo era de sus objetos.
Ambos casos son posibles. ¿Desembocó esto en una colonización? Hoy en día la
respuesta es NO, no se ha encontrado ninguna colonia fenicia en esta región. Pudo haber
un comercio de precolonización, pero no culminó en colonización. La antigua albufera
de Elche era un gran golfo, la costa llegaría cerca de Illici. Destacan dos yacimientos:
- el de Peña Negra, donde se han encontrado objetos de tipo orientalizante y sobre todo
cerámica de barniz rojo en cantidad. Al analizar la pasta de la cerámica podemos saber
si es local o importada, en este caso una mayor parte fue fabricada allí, en algunas se
han encontrado escritos en fenicio. Peña Negra es en principio un yacimiento indígena
donde es posible que viviera un grupo de artesanos fenicios. Se hablaría de un contacto
estable en la región.
- el de La Fonteta (en la desembocadura del río Segura), que probablemente era en la
antigüedad una isla habitada, donde se han encontrado unas fortificaciones notables, un
urbanismo destacado, una cronología para el periodo entre los siglos VIII y VI a.C.,
abundante cerámica de barniz rojo, talleres metalúrgicos y artesanía cerámica fabricada
in situ. Parece que La Fonteta es un yacimiento fenicio. ¿Por qué en esta zona? Por la
fertilidad del territorio, la existencia de salinas y, sobre todo, su posición estratégica: los
barcos de Ibiza llegaban hasta allí desde allí seguirían su viaje por cabotaje, y porque
está en la salida natural desde el Alto Guadalquivir. Los productos que se obtuvieran en
el Alto Guadalquivir (una de las zonas mineras más importantes) tenían fácil salida al
Mediterráneo a través del rio Segura.
Baleares, y en concreto Ibiza
Fue llamada por los semitas en la antigüedad Ibusim. Su significado ha sido interpretado
como “tierra de Bes”. Bes es una divinidad de origen egipcio, personaje grotesco con un
carácter protector. Adquirió una gran popularidad en todo el P.O. En las monedas
acuñadas en Ibiza aparece en el reverso el dios Bes. Bes era el símbolo parlante de la
ciudad, lo que nos indica una más que probable colonización semita.
La arqueología está caracterizada por una serie de pequeños yacimientos rurales
dispersos. El yacimiento de mayor importancia es la necrópolis situada junto a la ciudad
de Ibiza, la necrópolis de Puig des Molins, que cuenta con varios miles de tumbas,
excavada a principios del siglo XIX. Se recogió una gran cantidad de materiales pero se
han pedido muchos datos. Su cronología ha sido muy discutida, se fija para los siglos VI
a IV a.C.
En cuanto a los datos literarios se refiere, Diodoro afirma que Ibusim fue fundada por
cartagineses hacia el 650 a.C. Se ha revisado el material depositado en el museo y se ha
encontrado material del siglo VII a.C., lo que apoya la fecha dada poda por Diodoro.
Todos esos objetos proceden de un área pequeña de la necrópolis con características
más sencillas, por tanto hoy se piensa que el origen de Ibusim dataría de la primera
mitad del siglo VII, pero los materiales no son cartagineses sino que son fenicios.
Barceló se pregunta de dónde saca Diodoro su información. Su suposición es que
Diodoro toma la información de Timeo, que escribe la historia de la Península Ibérica a
finales del siglo II a.C. Escribe en una época en la que los fenicios de oriente ya no
tienen importancia internacional, pero sí la tienen los cartagineses. Barceló propone que
Timeo se dejara arrastrar por la importancia de los cartagineses y les atribuye la
fundación de Ibusa.
Estrabón habla de Ibusim y dice que los primeros pobladores de la isla fueron fenicios.
Estrabón sabe distinguir en su obra entre fenicios y cartagineses, por lo que si habla de
fenicios quiere decir eso. Además, esta tesis va en la línea con las rutas de navegación
fenica en su trayecto hacia el sur de la Península Ibérica y que los fenicios empleasen
Ibiza como apoyo de su comercio.
Por todo ello se piensa que a partir del siglo VII a.C. existiera en Ibiza una pequeña
colonización fenicia y que en una segunda fase cartaginesa se asentase la ciudad. La
colonización fenicia entra en crisis a partir del VI a.C., las colonias comienzan a
despoblarse y a perder actividad metalúrgica y algunas de ellas son abandonadas. Esto
sucede por dos interpretaciones:
- exógena, que intenta ver la causa en el P.O. A lo largo de la primera mitad del siglo VI
hay un cambio de hegemonía en el P.O. Los asirios son sustituidos por los babilonios, lo
que afecta a Fenicia y a la ciudad de Tiro, que fue destruida en 573 por el rey babilonio.
Algunos investigadores piensan que esa podría ser la razón del abandono de las colonias
fenicas en la Península Ibérica. Otros piensan que tal vez fuera la falta de metales y de
demanda la causa del abandono.
- endógena, aquellos que piensan que los recursos mineros indígenas se agotaron o que
los indígenas ya no los producían o buscaron otros mercados. Otra posibilidad es que la
ruta del estaño y plata procedente del Atlántico norte se cerrara y que se abriera la ruta
que desde el Atlántico llega al Mediterráneo a través de Francia.
En cualquier caso, la mayor parte de las ciudades abandonadas en la primea mitad del
siglo VI a.C. son ocupadas dos o tres generaciones posteriores por gente del norte de
África, ocupación que va a llegar hasta el siglo III. Los fenicios trajeron una nueva
tecnología y con ello impulsos económicos e intelectuales: lo más fundamental fue la
metalurgia del hierro.
Esto supone un cambio radical en la economía y en la sociedad del mundo indígena.
Hay otros cambios importantes como son la introducción del torno para la cerámica y
del horno oxidante. Esto lleva a la fabricación de una cerámica mucho más rápida y
duradera. También se fabricarán piezas de orfebrería. Además se introduce la púrpura y
otro tipo de innovaciones pudieron centrarse meramente económicos. Algunos
historiadores consideran que los fenicios pudieron ser, sino los introductores, los
impulsores de los cultivos de la vid y el olivo y de productos derivados. Los fenicios
utilizaron los recursos pesqueros en torno al estrecho de Gibraltar (las monedas incluían
símbolos relacionados con la pesa, sobre todo con el atún). Ello implica la fabricación
de barcos, redes y ánforas para transportar el producto (sobre todo el garum: salsa de
pescado).
Pudo haber también la introducción de animales como la gallina. La presencia fenicia
supuso un desarrollo urbanístico, se comenzaron a construir casas más complejas, se
desarrollaron las vías de comunicación terrestre y se introdujo la escritura. Otro tipo de
influencias pudieron ser en el ámbito religioso y funerario. Los fenicios contribuyen a
hacer más compleja la estructura social y cultural indígena.
Tema 2. Tarteso.
Tarteso (o Tartessos según las fuentes griegas) es probablemente la cuestión más
debatida de la historia de la Península Ibérica. La historiografía ha utilizado Tartessos
como un instrumento identitario, identificado con lo español en unas ocasiones y como
lo contrario en otras.
En el siglo XVI se escribieron algunas Historias de España. Dos personajes fueron los
cronistas oficiales de Carlos I y Felipe II: Florián de Ocampo y Ambrosio de Morales.
Sus versiones estaban influidas por la visión de los Austrias, los principios básicos que
querían defender eran el de unidad de España y el de monarquía. Presentan Tartessos
como la primera monarquía española luchando contra el enemigo exterior. Lo que se
buscaba era una genealogía épica del presente.
Ocampo presentaba en su obra a Tarteso como un lugar de inmensas riquezas naturales,
organizado como un reino del Mediterráneo, y esa riqueza habría atraído a los fenicios y
cartagineses (considerados avariciosos) y a los griegos (bien vistos).
La obra de Juan de Mariana es la primera Historia de España desde los orígenes hasta
sus días. Fue la obra canónica hasta 1850 aunque no aporta gran cosa. Hizo mucho
hincapié en la figura de Argantonio (rey de Tarteso). Ese punto de vista se iba a ver
fortalecido por la idea de que Tarsis también era Tarteso, lo que suponía vincular a
Tarteso y a la Historia de España con la Biblia.
Schulten parte de la ecuación de que Tarsis es igual a Tarteso, una ecuación que dice
que existía desde la antigüedad. Pero no es cierto, en la antigüedad esa ecuación no
existió nunca. Tarsis se ubicó en lugares muy diferentes. En el siglo XVI un médico
holandés, Becano, fue el rimero que mantuvo la hipótesis de que Tarteso era lo mismo
que la Tarsis bíblica. Una conclusión muy bien recibida en España, porque significaba
conectar la Historia de España con la Historia Sagrada. Esta tesis fue bien recibida por
Juan de Pineda, un jesuita que escribió una Historia de España en el siglo XVII que hizo
muy popular esta tesis, sobre todo en Andalucía.
A nivel internacional, Bouchart escribió una Enciclopedia de antigüedades sagradas, en
la que acepta la ecuación Tarsis igual a Tartessos. Este proceso internacional se culminó
con una obra de De Huet en el siglo XVII donde se daba por buena esa tesis.
En el siglo XVII, el marqués de Valdeflores escribió Anales de la nación española, que
cambió la visión de los fenicios. Pensaba que los tartesios eran los fenicios hispánicos.
En consecuencia, los fenicios venían a ilustrar a los indígenas. Ese papel positivo
atribuido a los fenicios fue aceptado en el siglo XVIII por algunos de los grandes
ilustrados de la época, pero duró poco, se dio una reacción que volvió a igualar a
Tarteso con los indígenas hispanos. En el siglo XIX Tarteso cayó en el olvido, porque
se pensó que Valdeflores había creado una imagen poco favorable a Tartessos, se
consideró españoles de verdad a los pueblos del interior y del norte. En 1850 Modesto
Lafuente publicó una Historia General de España que durante casi un siglo será la
Historia oficial de España.
Schulten se dedicó mucho a la búsqueda de Tarteso, escribió Tartessos en 1921,
traducida al castellano en 1924, gozó de una gran popularidad. A la ecuación Tarsis
igual a Tarteso añadió que originalmente se llamaría Tursa o Turta. Para ello se basó en
que en su opinión los tartesios serían uno de los pueblos del mar, una parte de los
tirsenos establecidos en el sureste de la Península Ibérica que habrían fundado una
ciudad, Tartesos. Schulten acepta totalmente las fuentes escritas y a partir de ellas
recreó toda una historia sobre la colonización de la Península Ibérica. Schulten pensaba
que Tera era una ciudad riquísima y que se había convertido en un auténtico imperio
que comprendería el sur de la Península Ibérica. Sería una monarquía regida desde
Tarteso y que se podía hablar de una auténtica dinastía. Buscó en un lugar rodeado de
agua pero que no fuera costero en el Coto de Doñana. Insistió en la búsqueda de la
ciudad. De nuevo se planteaba a los tartesios como extranjeros, algo que no tuvo éxito
en la historiografía española.
Durante el franquismo se volvió a la tesis de siempre. García y Vellido retomó la tesis
españolista de Tarteso y con él los demás historiadores. En 1970 la situación comenzó a
cambiar en el momento en el que se pasó a primar la arqueología como fuente. Eso
ocurrió en el V Simposio de Prehistoria peninsular. Allí, por primera vez, los
arqueólogos y prehistoriadores se preguntaron cómo definir a Tarteso desde el punto de
vista arqueológico. Diez años después, se empezaron a obtener algunos resultados
teóricos. Se celebraron las Primeras Jornadas arqueológicas sobre las colonizaciones
orientales. Allí se fijaron una serie de criterios de identificación de Tartesos desde el
punto de vista cronológico, arqueológico y étnico-cultural. La cultura tartesia se situaría
en el Bajo Guadalquivir y Huelva. Es una cultura indígena que ya existiría durante el
Bronce Final. Los fenicios la modificaron, lo que daría lugar a la fase orientalizante de
la cultura tartesia. A partir del siglo VI a.C. esa cultura desaparece y es sustituida por la
cultura de los turdetanos o de los túrculos.
Fuentes Bíblicas
Existen tres tipos de fuentes bíblicas, las que ven a Tarsos con como antropónimo, las
que lo ven como un navío y las que lo hacen como un topónimo.
Las que lo tratan como un antropónimo: la manera que tenían los hebreos de explicar el
mundo que los rodeaba era atribuir a cada pueblo el nombre de un antecesor que habría
originado aquel pueblo. Explican los pueblos del P.O. a través de los hijos de Noé. En el
Génesis, Tarsis, hijo de Javán, podría ser antecesor de los habitantes de Tarsis.
Las que se refieren a las naves que van a Tarsis: se trataría de naves que permitirían
llegar a un lugar alejado lleno de riquezas. Las naves que iban a Tarsis tardaban tres
años en ir y volver, y regresaban cargadas de riquezas. Estas naves unirían con Ofir,
situado en la ruta del Mar Rojo, y se hacían en Asiongaber, en el Mar Rojo.
Por último, las que hablan de Tarsis como un topónimo: narran algo similar a lo anterior
referente a los navíos. Jope es un puerto palestino en el Mediterráneo, de allí salían
barcos a Tarsis, que estaría en el Mediterráneo. A partir de aquí, para Tarsis se han dado
muchas identificaciones: Tarteso; Cartago; el occidente del Mediterráneo;
denominación general para un territorio minero que en algunas de las menciones
bíblicas corresponde a Tarso, en el sur de Turquía; e incluso algún lugar del índico
(como hace suponer la importación de productos como marfil, monos y pavos, palabras
hindúes). El análisis de los marfiles trabajados nos lleva también al ámbito hindú, y en
el obelisco de Salmanasar III aparece un elefante hindú y unos monos.
Todo esto nos hace indicar que en la antigüedad debía haber un comercio antiguo entre
la franja sirio palestina y el mundo índico.
Una enciclopedia escrita en el siglo X d.C. incluye la palabra Tarsis y se dice que era un
territorio de la india de donde llegaba a Salomón el oro. Esta ubicación explicaría que el
recorrido de ida y vuelta durase tres años. Para la mayor parte de textos bíblicos, donde
aparece la palabra Tarsis se trata de una región del Índico, la Tarsis bíblica no es
Tartesos.
Fuentes Clásicas
El conjunto de información referido a Tarteso surge entre finales del siglo VII y el siglo
V a.C. Aparece en un contexto de expansión griega hacia occidente y oriente. Los
griegos sitúan como escenario para algunos de sus héroes territorios místicos. La
primera mención a Tarteso aparece en Estesícoro de Himera, que escribió Gerioneida,
un poema épico. Su obra se ha perdido pero se conservan algunos pasajes gracias a
Estrabón. Se trata de un contexto literario que presenta a Tarteso como un río, pero
¿cuál? Tradicionalmente siempre se ha implicado con el río Guadalquivir. Otra
posibilidad es que se tratase de los ríos Tinto y Odiel.
La siguiente mención a Tarteso corresponde a una obra poética de Anacreonte. Se trata
de un pasaje muy breve en el que se habla de la extrema longevidad del rey de Tartesos.
Por tanto, es un reino y en algún momento debió de existir algún monarca muy longevo
que podría ser Argantonio.
El siguiente es Hecateo. Su obra se ha perdido pero la conocemos gracias a autores
posteriores, sobre todo gracias a Esteban de Bizancio. Habla del Estrecho de Gibraltar y
menciona a Tarteso como una ciudad y una región. Además diferencia entre Tartesos e
Iberia.
Heródoto, hacia la mitad del siglo V a.C. escribe dos pasajes muy interesantes. El
término emporio que utiliza Estrabón es un lugar de intercambio en territorio indígena
en el que la autoridad indígena garantiza los intercambios comerciales. Dice que Tarteso
es un territorio todavía no explotado. Otro texto reflejaría la llegada de foceos a
Tartesos, que parece ser una región. Se repite la idea de que hay una monarquía. Los
tartesios son por primera vez presentados como un pueblo. Con Heródoto se llega a un
punto de inflexión, porque a partir de este momento, el término Tarteso va a dominar en
las fuentes clásicas.
En la segunda mitad del siglo V, Heródoros hace una relación de pueblos que viven en
torno al Estrecho de Gibraltar y nombra a los tartesios. Se concentra en un territorio
muy concreto. Los demás autores griegos que mencionan a Tartesos o a los tartesios son
Aristófanes, Teopompo y Éforo.
Un texto de Avieno resume las distintas acepciones (hidrónimo, etnónimo, corónimo,
topónimo…) en su obra Ora Maritima, un periplo en el que se describen las costas
mediterráneas de la Península Ibérica y que menciona a Tarteso y a los tartesios
En conclusión, los griegos creían saber sobre Tartesos que había sido una ciudad, un río,
una región y un pueblo, más allá de las columnas de Hércules, donde vivían los
tartesios. Se trataría de una ciudad rodeada de agua, rica en metalurgia, donde había un
emporio y que sería gobernada por una monarquía y quizás llegase a formar un imperio.
Estos textos griegos nunca hablan de los fenicios ¿por qué? Algunos piensan que se les
ignora conscientemente por una cuestión política, otros piensan que utilizasen otro
término para referirse a los fenicios.
Justino resume la Historia Universal de Pompeyo Trogo, en latín el siglo III. Hay un
pasaje en el que se habla del mundo tartésico. Cita a los curetes, los cuales vivían en una
zona agreste d montaña (saltus Tartessiorum), gobernados por Gárgoris, quien tuvo un
nieto con su hija, del que intentó deshacerse, no lo consiguió y lo nombró sucesor. Su
nombre era Habis, quien creó una aristocracia frente al pueblo y enseño al pueblo a
cultivar. A su muerte le siguieron una serie de descendientes, con lo que se instaura una
dinastía.
Este texto nos sirve para entender como los intelectuales helenísticos crearon un modelo
de evolución de todas las sociedades humanas. Los curetes son en la mitología griega
los inventores de la caza, un medio de vida propio de sociedades no civilizadas.
Gárgoris aparece como el descubridor de la miel (abastecimiento esencial para los
escitas) Se recoge el proceso de conversión de esos bárbaros a la civilización. También
refleja la idea de que la aristocracia no debe trabajar.
Arqueología sobre Tarteso
La cuestión comenzó a plantearse a partir de 1970. ¿Cómo identificar la cultura material
tartésica? ¿Desde cuándo se puede hablar de cultura tartesia? ¿Quiénes son los tartesios?
Se han propuesto diferentes identificaciones exógenas para Tarteso: algunos autores
piensan que serían los fenicios occidentales, se basan para ello en que los objetos que
normalmente se han identificado como tartésicos tienen una calidad tecnológica que no
puede pertenecer a los indígenas, sino que provendrían de las colonias fenicas de
occidente. Esta tesis se fue poco a poco abandonando. Otra hipótesis exógena defiende
que los tartesios fueron indoeuropeos que cruzaron los Pirineos y que llegaron hasta el
sudeste de la Península. Hay una tercera hipótesis que es la que quiere hacer de los
tartesios griegos. Bendala considera que hubo una colonización griega anterior o
contemporánea a la colonización fenicia y que lo que los griegos consideraban Tarteso
era a estos colonizadores griegos.
Hoy en día la mayoría de los historiadores rechazan la tesis exógena y consideran que la
cultura tartésica es indígena. Los datos arqueológicos que tenemos hoy para el Bajo
Guadalquivir, Huelva y la Bahía de Cádiz hacia el siglo IX no indican que hubiera una
cultura tartesia con un nivel de desarrollo extraordinario. Tampoco hay indicios de
asentamientos foráneos. Sí hay un cambio que se produce en el Bronce Final a lo largo
del siglo IX y comienzo del siglo VIII: un desarrollo económico notable, un crecimiento
de la actividad metalúrgica acompañado por materiales cerámicos de mayor calidad
(cerámica de retícula bruñida), junto con cerámicas indígenas hechas a mano, un
aumento considerable de asentamientos (incremento de población, hay más riqueza y
medios) con diversificación en sus tamaños y con un mayor grado de jerarquización,
que carecen de sistemas defensivos, lo que indica una época pacífica.
Las estelas decoradas del sudoeste llegan hasta llegan hasta el Tajo, donde predominan
las estelas con decoración militar, en un segundo grupo, en el Bajo Guadalquivir,
destacan las figuras humanas y algunos elementos armamentísticos, y un tercer grupo,
localizado en el sur de Portugal, es una mezcla de los dos anteriores. El problema de
falta de cronología de las estelas viene por la falta de contexto arqueológico. Hay que
comparar pues la iconografía de las estelas con iconografías datadas en otros lugares.
Algunos historiadores sitúan la cronología de las estelas entre los siglos XII y IX a.C.,
otros entre los siglos X y VI a.C. Tratan de datar mediante la tipología de los objetos
que aparecen. Ocurres así con los escudos de escotadura en uve, los cascos con
cuernos… pero todos estos objetos pueden ser de importación del Mediterráneo oriental
o del Atlántico Norte.
Nos indica que había en esta sociedad una élite guerrera. No sabemos para qué servían
estas estelas, tal vez el lugar de un enterramiento, pero no han aparecido con tumbas,
por ello algunos historiadores consideran que simbolizan el lugar donde el guerrero
había caído o donde había tenido lugar una batalla victoriosa, otros que fueron rutas de
trashumancia. Sobre este mundo indígena en desarrollo actúa la presencia acelerando el
desarrollo. Para algunos investigadores esta es la fase tartésica, que se iniciaría con la
llegada e influencia de los fenicios (de los siglos VIII a VI a.C.). Otros historiadores
opinan que habría dos etapas tartesias, una de precolonización (anterior a la llegada de
los fenicios) y otra colonial u orientalizante. Unos y otros coinciden en que los tartesios
son los mismos indígenas que había en el período anterior a la llegada de los fenicios.
Lo que define ese mundo tartésico es la actividad metalúrgica. Hay sobre todo dos
zonas donde la producción minera fue especialmente importante: río Tinto, donde se
han encontrado hasta 16 millones de toneladas de escoria que indican sobre todo la
producción de plata en un yacimiento que va desde el siglo VIII a.C. hacia adelante. La
salida natural de ese yacimiento es el curso del río Tinto. En Huelva han aparecido una
serie de yacimientos con una gran cantidad de escoria, con una cronología del siglo VIII
a.C., una ampliación posterior y una necrópolis. Se trata de yacimientos indígenas.
La otra zona minera es la situada en Aznalcollar, con salida por Tejada y Almonte
donde ha aparecido yacimientos del siglo VIII. Desde Almonte y Huelva los productos
irían hasta Gadir, desde donde se exportarían al Mediterráneo oriental.
La minería estaría en manos indígenas. Habría un pacto entre los colonizadores y las
élites indígenas. Ese mundo tartesio entraría en decadencia en la segunda mitad del siglo
VI a.C. Muchos poblamientos tartesios pierden población y algunos son abandonados.
¿Se produjo un agotamiento de los recursos mineros? ¿Hubo un retraimiento de la
demanda del P.O.? ¿Fue una mezcla de los dos factores? No parece que haya ningún
enfrentamiento militar. Sabemos muy poco de Tartesos: es difícil ir más allá de que
existía la conciencia de los griegos de que había una civilización en occidente rica en
metales y gobernada por una monarquía. Un mundo indígena sobre el que se produce la
llegada de los fenicios que da una aceleración al desarrollo de la cultura indígena, y que
entra en decadencia a partir del siglo VI.
Las últimas hipótesis al respecto de Manuel Álvarez parten del análisis de fuentes
escritas. Álvarez considera que la evolución de las fuentes griegas puede estar
reflejando un proceso de comprensión de los griegos y también un proceso de
autopercepción de los indígenas. Desde su punto de vista los griegos que llegaban a
occidente no distinguían entre indígenas y fenicios. Así, el corónimo Tartesos sería un
término genérico en el que habría indígenas y colonizadores fenicios, lo que explicaría
por qué no aparecen nombrados los fenicios. Álvarez piensa que en un segundo
momento, en el siglo V, los semitas que habitaban las colonias fenicias del sur se
autodenominaron con el término Tartesios.
Tema 3. La colonización griega.
La colonización griega de la Península Ibérica forma parte de la colonización llevada a
cabo por los griegos por todo el Mediterráneo como consecuencia de la stasis entre los
siglos VIII y VI a.C. con el objeto de búsqueda de tierras y mercados. La Apoikia es
una colonia fundamentalmente agrícola que se caracteriza por tener un territorio amplio
(chora) y en muchas ocasiones las Apoikiai suponen un enfrentamiento con los
indígenas. Emporion es un puerto de mercado abierto a comerciantes de muy diversas
procedencias. Se trata de un pequeño enclave con poca población y poca tierra de su
propiedad. En la Península Ibérica parece haber dominado el tipo Emporion entre las
colonias griegas.
Las fuentes literarias son escasas, poco explícitas, por lo que las localizaciones de las
poblaciones griegas en la Península Ibérica son inseguras. Los datos arqueológicos, en
general, no corresponden a la época más arcaica. El problema de la arqueología es que
quedó limitada a la ciudad de Ampurias. Arece que en los últimos años a comenzad a
paliarse.
¿Pudieron existir contactos precolonizadores antes del siglo VI a.C.? ¿Hubo
colonización griega entre los siglos VIII y VI a.C.? Los nostoi son poemas épicos que
tratan del regreso a casa de los héroes de Troya. En el siglo II a.C. un autor griego,
Escimno, afirmó que los rodios habrían sido los fundadores de la ciudad de Rhode
(actual Rosas, en la Costa Brava). Esta tesis fue retomada por Estrabón. Se habría
fundado a comienzos del siglo VIII a. C., lo que contradice el contexto de la
colonización griega. Uno de los apoyos de esta teoría sería la existencia de un cierto
número de topónimos terminados en –oussa característicos de la talasocracia rodia.
Estos topónimos por sí solos no indican una presencia griega.
Desde el punto de vista arqueológico han aparecido cerámicas rodias y otras griegas de
los siglos VIII y VII a. C. en el sur de Francia (cerca de lo que sería Massalia), pero
podrían haber sido llevadas por no griegos. En la Península Ibérica encontramos restos
rodios en las provincias de Almería y de Huelva, pero pudieron ser fruto de un
intercambio esporádico griego o de un comercio fenicio.
Hoy por hoy no hay ninguna confirmación inequívoca de una colonización rodia en el
siglo VIII a.C. en el Mediterráneo y en la Península Ibérica, ni de que Rhode sea una
colonia rodia. Otros candidatos a ser los protagonistas de esta colonización son lo
samios y los foceos. Algunos autores han puesto en relación con el texto de Heródoto la
presencia de una colonia griega en el Mediterráneo andaluz, llamada Mainake. En las
fuentes griegas se menciona Maniake para una región de esta zona. La localización
precisa de Mainake es desconocida. Antes del 600 a.C. en la Península Ibérica debieron
de existir “viajeros aventureros”, contactos esporádicos sin que la precolonización
culminara en una colonización.
La colonización griega en la Península Ibérica comienza a partir del 600 a.C. llevada a
cabo por los foceos. Fundaron en occidente a la ciudad de Alalía (en Córcega) y la
ciudad de Massalia (Marsella), destinada a convertirse en la autentica metrópoli griega
de occidente. Desde Massalia o poco después de fundar dicha ciudad fue fundada la
ciudad de Emporion (Ampurias), que es hoy en día considerada la ciudad griega más
importante de la Península Ibérica.
Ampurias
La arqueología ha demostrado la certeza de las fuentes antiguas cuando hablaban de
dos ciudades griegas fundadas en momentos distintos: Palaiapolis, en lo que sería una
isla, con dos momentos arqueológicos distintos, en el primero se trataría de un poblado
indígena de la Edad del Bronce entre lo a.C. En la fase final aumenta el material
importado. A comienzo del siglo VI a.C. se creó un pequeño enclave griego que
corresponde a Palaiapolis. Esto quiere decir que los griegos se asentaron en la
Palaiapolis con consentimiento de los indígenas. La relación debió tener éxito porque
hacia el 550 a.C. la ciudad antigua se abandona para trasladar a tierra firme donde los
grupos crearon la Neapolis.
Las fuentes hablan de una ciudad indígena de gran tamaño. ¿Dónde está? Hoy en día
sigue siendo un misterio. Sí se ha confirmado la existencia de una ciudad romana
iniciada con la creación de un campamento permanente por Catón a principios del siglo
II a.C. Esta ciudad fue creciendo hasta tener gran importancia en torno al 100 a.C. Está
situada al oeste de la ciudad griega, algo elevada. Allí ha aparecido una muralla que
demuestra que era más grande que la ciudad griega, en el interior se ha encontrado una
serie de casas muy romanizadas y al sur el foro y una serie de templos y de edificios
administrativos. Fuera de la muralla han aparecido dos edificios: una palestra y el
anfiteatro.
¿Por qué Ampurias se fundó donde se fundó? ¿Cuál era la relación con los indígenas?
Las causas fueron:
- la fácil navegación desde Massalia hasta esta región.
- el golfo permite colocar Rhode y Emporion en lugares protegidos.
- en la antigüedad era una zona de marisma que facilitaba el contacto desde la costa
hacia el interior. En Emporion Confluyen dos ríos (Fluvia y Ter) y en Rhode otro
(Llobregat).
Los griegos buscaban el comercio ¿para intercambiar qué? Los griegos proporcionaban
cerámica y productos de artesanía. Además en Ampurias hubo una producción propia de
lino y esparto. Los griegos deseaban obtener materias primas (sobre todo metales) pero
esta zona no es especialmente rica en minería. Parece que buscaban de los indígenas
productos agropecuarios, sobre todo cereal, para el consumo propio y para la
exportación, el cereal del área más próxima y también del interior. ¿Por qué se piensa
esto? Porque había cerca una serie de yacimientos indígenas contemporáneos al menos
de Emporion. En todos ellos encontramos grandes campos de silos (enormes tinajas de
cerámicas enterradas que servían para almacenar el grano) tanto dentro como fuera de
los poblados. Todos estos poblados indígenas se encontraban más o menos a la misma
distancia de Emporion y Rhode (unos 15 Km. al oeste), una distancia que tal vez
pudiera tener que ver con el territorio propiedad de los griegos.
Ullastret es el poblado indígena más importante: una ciudad con unas impresionantes
murallas, con campos de silos y con una enorme cantidad de cerámica griega,
especialmente ánforas también fabricadas por fenicios, cartagineses y etruscos. Crece en
paralelo a Emporion. Son dos centros que dependen el uno del otro.
La arqueología indica que en una primera fase en Emporion hay una dependencia
económica de Massalia, incluso algunos investigadores piensan que hubo también una
dependencia política, que Emporion estuviese quizás administrada por unos enviados
(episkopoi) de Massalia. Poco a poco Emporion debió emancipar tanto económica como
políticamente de la metrópoli masaliota. Lo indica la acuñación de moneda en
Emporion y en Rhode, uno de los símbolos de autonomía. En el siglo IV a.C. tanto
Emporion como Rhode acuñan monedas propias, dracmas de plata (las primeras
acuñadas en la Península Ibérica). Ya serían entonces autónomas. Contienen un dibujo
de la Ninfa Arethusa. En el reverso de la monea de Rhode aparece una rosa con cuatro
pétalos, en el de Emporion un aparece un caballo. Ambas monedas tienen sendas
inscripciones, la de Rhode: Ro, y la de Emporion Em, que significa de los de
Rhode/Emporion. Esto indica una comunidad, una polis.
¿Hubo más ciudades griegas en la costa mediterránea de la Península Ibérica? Estrabón
dice que había tres más entre el río Júcar y Cartagena. Solo da el nombre de una de
ellas: Hemeroskopeion. Las otras dos serían Akra Leuke y Alonis. La arqueología cree
haber encontrado la tercera.
- Hemeroskopion: Significa atalaya sobre el mar, un nombre descriptivo del lugar
donde estaba la ciudad, por ello se ha querido ubicar en lugares como el Peñón de Ifac,
o identificar con El Montgo (Denia). La arqueología nunca ha encontrado ningún resto.
- Akra Leuka: Leuka tiene que ver con la luz, significaría ciudad de la luz. De época
romana existe Lucentum (Alicante) que también significa ciudad de la luz, por ello se
ha pensado que es la misma ciudad. Algunas fuentes dicen que fue fundada por los
cartagineses. Desde el punto de vista arqueológico, cerca de Alicante, existe una ciudad
del sigo III a. C. que parece indígena.
- Alonis: en la antigua albufera de Elche parece que se ha encontrado esta ciudad.
Cabezo Lucero es un yacimiento excavado desde los años 90 donde ha aparecido mucho
material griego e indígena, pero el poblado no parecía griego. Los arqueólogos pensaron
que sería un poblado indígena y que cerca hubiera una ciudad griega con la que se
relacionase. En Santa Pola se excavó el yacimiento de La Picola, que ha resultado ser un
poblado griego, fortificado de manera muy compleja, con planta recta, muy poco
material indígena y mucho griego. Se creó en la segunda mitad del siglo V a.C. y duró
aproximadamente un siglo ¿qué ciudad es? Como hipótesis se ha dicho que es Alonis,
fruto de la expansión emporitana.
Tema 4. Los pueblos del ámbito ibérico
Tema 5. Los pueblos indoeuropeos y los vascones.
En la Península Ibérica diferenciamos tres ámbitos culturales: ibérico, céltico o
indoeuropeo y vascónico. La diferenciación se basa en criterios lingüísticos. Otras
diferencias se reconocen a través de la arqueología (hay un mayor desarrollo técnico y
cultural en la costa, ámbito ibérico, que en el interior, pueblos celtas).
Los pueblos celtas hispanos ocuparon la cornisa cantábrica, las dos Mesetas y lo que es
hoy Portugal. Durante décadas la explicación que se dio a los establecimientos
celtibéricos en la Península Ibérica. El carácter indoeuropeo de esas gentes es
reconocible a través de la antroponimia y de la toponimia. Conocemos un buen número
de nombres célticos a partir de fuentes greco latinas. La toponimia (nombre de
ciudades) céltica se caracteriza por el sufijo –briga (ciudad), que indica territorio
céltico. Aparece poco el sufijo -dunum (también céltico).
La definición de lo ibérico es más complicada, en negativo. Es ibérico lo que no es
indoeuropeo. No hay elementos de comparación. Hay cientos de inscripciones en lengua
ibérica. No sabemos traducir. Gómez Moreno, en la primera mitad del siglo XX se
dedicó a descifrar el lenguaje ibérico, a través de las monedas. El nombre de los íberos
viene de los griegos, que encontraron en el Mediterráneo un río: Íber (Ebro) y llamaron
Iberia a la zona litoral mediterránea, e íberos a los que vivían en esa zona. Iberia se
amplió a toda la Península. El término íbero solo se empleó para la zona mediterránea.
¿De dónde venían los íberos? La explicación más habitual hasta 1970 era que los íberos
habían venido del norte de África y los celtas desde el norte de los Pirineos, se habrían
fusionado. Otros pensaron que procedían de Egipto o que estaban relacionados con los
iberii que cita Estrabón en el Cáucaso. Todas estas tesis son rechazables por lo que lo
ibérico no es étnico sino cultural. Quien inició esa línea de investigación fue Domingo
Fletcher. Lo ibérico es el resultado de una cultura indígena en la que sobre esos pueblos
se produce la influencia de los colonizadores dando lugar a una cultura nueva: la ibera, a
partir del siglo V a.C. En los siglos IV y III a.C. se da su pleno apogeo, y desde finales
del siglo III a.C. recibe domina la influencia romana.
En el mundo ibérico, todos los pueblos ibéricos hablaban una lengua no indoeuropea o
un conjunto de lenguas no indoeuropeas emparentadas entre sí. Hay una lista de
nombres que no suenan célticos y que se piensa que son ibéricos. La toponimia y la
etnonimia se caracterizan por el prefijo Il-.
Para el ámbito vascónico no hay nada escrito en lengua vascónica, sólo leyendas de sus
monedas (en signario ibérico). Los criterios por los que los diferenciamos son que
tenemos algunos nombres no indoeuropeos, no ibéricos, propios de la onomástica
vascónico-aquitana. Los antiguos vieron una distinción entre pueblos. Hay un dato
definitivo: la pervivencia del euskera hasta nuestros días.
La cuestión del vascoiberismo surgió a partir de la publicación de un libro de Humbold.
Intentó desarrollar una teoría a partir de la cual creía posible traducir el ibérico antiguo a
partir del euskera de la actualidad. Serían la misma lengua, que habría quedado reducida
a un ámbito geográfico muy reducido. Nadie cree esto, pero hay coincidencias en la
estructura del sistema fonológico, de la estructura gramatical, en el vocabulario… Lo
más probable es que estemos en presencia de dos lenguas que estuvieron en contacto
durante siglos.
¿Cuál era el territorio de los vascones en la Península Ibérica en la antigüedad? De
acuerdo con las fuentes antiguas se trataría de la actual Navarra. Solemos diferenciar
dos territorios:
- el Saltus, zona montañosa, al norte de Navarra, podría ser el territorio original de los
vascones. Tovar escribió una teoría según la cual el nombre de vascones pudiera
proceder de una raíz *Bhar, que significaría los altos, los que viven en lo alto o los
altivos. Habría una ciudad que acuñaría moneda como Baskunes.
- el Ager, territorio al sur de Pamplona, basado en la actividades agropecuarias.
Ptolomeo es un autor que cuando hace repaso a las ciudades vascónicas sitúa a algunas
fuera del territorio navarro: Calahorra, Alfaro, Cascante, Alagón, Jaca… El territorio
vascón habría llegado al Pirineo central y al sur del Ebro. ¿Se trataría de una expansión
vascona? Los vascones recibieron tierra extra de los romanos ¿por qué? La primera vez
que los vascones aparecen en las fuentes antiguas es tras las Guerras Sertorianas, entre
83 y 72 a.C. Dos son las tesis planteadas, que los vascones nunca fueron conquistados
por Roma y por eso no aparecían en las fuentes, esto no es así; que los vascones fueran
aliados de Roma, sin confirmación en las fuentes. Se ha creído que se podía confirmar a
través de la actuación vascónica en la Guerra Sertoriana Salustio dice que Pompeyo
mandó a los romanos a por trigo al territorio de los vascones y que decidió pasar allí el
invierno. Plutarco dice que pasó allí el invierno entre los vacceos (según interpreta
Schulten). Pompeyo como recompensa a los vascones por su apoyo en la guerra habría
fundado una ciudad que se convertiría en capital: Pompelo. Estrabón corrobora esta
hipótesis. Roma habría concedido a los vascones una ampliación de territorio.
El término vascón es exógeno probablemente. La onomástica es muy variada, no sería
una expansión vascona, sino que podría tratase de una circunscripción romana. ¿Desde
cuándo se hablaba lengua vascónica en el territorio navarro? ¿Desde siempre? ¿Desde la
antigüedad tardía, traído de Aquitania?
Tema 6. Los pueblos indígenas del valle medio del Ebro.
Esta zona es de confluencia cultural, un tricinio paleohispánico. Ptolomeo dice que
Alaún es vascónico, la cultura ibérica llegaba hasta el río Gállego por el norte y hasta el
Huerva por el sur. Así, en la ciudad de Salduie se cree que había una cultura ibérica.
Contrebia Belaisca era celtibérica. El yacimiento de Peñalba de Villastar (cerca de
Teruel) de más de un kilómetro de roquedo cuenta con multitud de inscripciones en
latín, en lengua celtíbera e inscripciones. Durante mucho tiempo ha sido considerado un
templo celtíbero dedicado a Lug, pro ahí pasaría la frontera entre los ámbitos celtíberos
(al oeste) e íbero (al este).
Íberos
Las sociedades indígenas del valle medio del Ebro pueden ser consideradas fronterizas,
habría entre ellas una comunicación, mestizajes culturales.
La iberización del valle medio del Ebro es un proceso entendido como la asimilación
paulatina de las poblaciones indígenas de una serie de influencias procedentes del
Mediterráneo. Arqueológicamente se aprecia en el desarrollo de la urbanización, la
jerarquización del territorio, la generalización del hierro, la introducción del torno de
alfarero para la fabricación de cerámica, un nuevo tipo de cerámica con iconografía y
formas semejantes a la de Levante de clara influencia griega.
Había dos vías de penetración natural: la zona del bajo Ebro hasta la zona del Matarraña
y el Bajo Aragón (Caspe, Mazaleón y Calaceite); y la zona correspondiente a los ríos
Mijares y Turia. Este proceso debió iniciarse a finales del siglo VI a.C. y consolidarse
en torno al V a.C. La iberización es un proceso de contaminación cultural. Hay indicios
de que tal vez hubo una emigración por:
- fuentes literarias: Hecateo habla en la costa mediterránea catalana y levantina de tres
pueblos que se piensa que estaban en orden norte-sur en el mismo orden en que se
mencionan. Son los misgetes (N.E. de Cataluña), los ilaraugates (en torno al bajo Ebro)
y los edetes. Para cuando volvemos a tener datos de esta zona ya no se nombra a estos
pueblos, sino otros diferentes. La hipótesis que es que los ilaraugates se habrían
escindido en los ilergavones (en la costa) y en los ilergetes (en el interior). Lo mismo
habría ocurrido con los edetes, divididos en edetanos (en la costa) y sedetanos (en el
interior).
Desde el punto de vista arqueológico, a finales del siglo VI y principios del V a.C. se
produce en el Bajo Aragón el abandono y destrucción de algunos yacimientos ¿por la
llegada de pueblos del Mediterráneo? Lo más probable es que sea así.
- Ilergetes: los únicos datos que se tienen sobre ellos corresponden a la 2ª Guerra
Púnica, donde fueron muy activos en la oposición a Roma. A partir de ser conquistados
ya no aparecen más en las fuentes. En 218 a.C. la principal ciudad era Atanagrum
(tomada por Roma y destruida), que no ha sido identificada, sería sustituida por
Ilirta/Ilerda. En ese primer periodo todo parece indicar que lo ilergetes tenían como
zona nuclear la zona baja del Segre y el Cinca.
Tolomeo, cuando escribe en el siglo II d.C. enumera pueblo a pueblo, incluyendo a las
ciudades, entre ellas a las de los ilergetes: Lérida, Kelse, Bolskan/Osca, Burtina,
Sucossa… situadas entre el Segre (al este, el Gállego (al oeste) y el Ebro (al sur).
- Sedetanos: se trata de un pueblo olvidado por la historiografía durante décadas hasta
que lo redescubrió Guillermo Fatás. Sus argumentos fundamentales son de tipo literario.
Plinio habla de una Regio Sedetania. En el siglo el editor de su texto decidió que la s era
un error y que se trataba de Regio Edetania, en su opinión los edetanos habían ocupado
desde Sagunto hasta el valle medio del Ebro y se pensó así durante los años posteriores.
No hay razón para creer esta idea. Tito Livio, en diversas ocasiones, habla del Ager
Sedetanorum (tierra de los sedetanos).
Otros argumentos menores son de tipo numismático: conocemos una ceca que acuñó
moneda con la leyenda Sedeisken, sken sería un genitivo plural, hoy se piensa que es un
sufijo de ciudad, sería moneda de una ciudad llamada Sedei, indicio a favor de la
existencia de los sedetanos; y de tipo geográfico-histórico: no es normal que un solo
pueblo (los edetanos) tuviesen un territorio tan amplio y diverso, además Sagunto,
ciudad de los edetanos, es aliada de Roma, mientras que los pobladores del valle medio
del Ebro son su enemigos.
Así pues, existió un pueblo llamado sedetanos, en el valle medio del Ebro, que incluiría
la ciudad de Damaniu y Osicerda (que correspondería a La Puebla de Híjar o al
yacimiento de El Palao en Alcañiz). Después de la II Guerra Púnica este pueblo también
desaparece.
Cabe la posibilidad de que exista un tercer pueblo ibérico: los ausetanos del Ebro. Las
fuentes antiguas que hablan de finales del siglo III a.C. y principios del II a.C.
mencionan a un pueblo que viviría junto al río Ebro: los ausetanos. Catón acaban en 195
a.C. con las revueltas de los indígenas. Tito Livio nos dice que en el valle medio del
Ebro acaba con sedetanos, sesetanos, ausetanos y jacetanos. Nunca más vuelven a
aparecer, ocuparían la zona en torno a los ríos Matarraña y Guadalope.
Además se suelen situar al sur de la provincia de Teruel a los lobetanos (que
seguramente ni existieron) y a los turboletas (que plantean muchos problemas sobre sus
existencia y su ubicación).
Pueblos pirenaicos
Las fuentes antiguas tratan muy poco de ellos, desde el punto de vista arqueológico son
zonas casi vírgenes. El nombre de cerretanos aparece en dos territorios distintos, unos
en la Cerdaña, que no hay duda de que era un pueblo ibero. Fatás planteó la hipótesis de
que hubiese unos cerretanos en la parte más occidental del Pirineo aragonés y oriental
navarro. Plinio menciona en este orden a ausetanos, jacetanos, cerretanos y vascones, de
este a oeste. Por eso Fatás los sitúa ahí. En las fuentes altomedievales, tanto árabes
como cristianas (siglos VIII y XI) aparece con bastante frecuencia la mención de unos
Sarataniyyin o Sirtaniyyun. Fatás piensa que pudo ser una evolución de los cerretanos
de esa zona antes indicada. La Chanson de Roland habla de una Terre Certain que
podría ser una referencia al territorio de los cerretanos.
Los jacetanos, hubo una ciudad en la antigüedad llamada Iacca. Siempre se les ha
considerado como un pueblo ibérico, pero no existe un argumento de peso que lo
justifique. En los últimos años el avance en los estudios de onomástica y homonimia ha
hecho ver que en esa zona aparecen identificados nombres muy parecidos a los
vascónicos, por ello se sitúa a los jacetanos en el ámbito vascónico-aquitano o
vascónico-pirenaico.
El otro pueblo pirenaico son los volcianos, solo aparecen por primera vez mencionados
en las fuentes antiguas, por Tito Livio, sobre los acontecimientos del año 218 a.C., el
senado romano envía a la Península Ibérica embajadores para tratar con indígenas. Os
volcianos dan una respuesta negativa y a partir de ello no se sabe nada más de ellos en
las fuentes, por lo que se piensa que puedan ser una invención retórica de Tito Livio.
Francisco Marco defendió la existencia de los volcianos y los relacionó con los volcas,
pueblo celtíbero que vivía al otro la do del Pirineo, sabemos que llegaron allí en el 111
a.C. F. Marco piensa que un apare de ellos atravesó los Pirineos y que se estableció en
torno al río Cinca, donde aparece el término Labitolosa. La capital de los volcas en el
sur de la Galia era Tolosa, algo más abajo aparece el término Tolous.
Los suesetanos, en la zona de las Cinco Villas, son mencionados en las fuentes antiguas
en diferentes conflictos bélicos contra los romanos hasta que en 184 a.C. fue tomada su
capital, Corbio (que quizás se tratase de Corbinos), y desaparecen del relato histórico y
de las fuentes de tipo geográfico y administrativo. La tesis habitual ha sido que los
suesetanos eran un pueblo indoeuropeo, se les relaciona con unos suesiones, pueblo
galo-belga. Podrían tratarse de una escisión que habría emigrado a la península. La
ciudad más importante de estos galo-belgas es Soissons. Existe una ceca, Sektia, que se
atribuye a los suesetanos, asociada a la ciudad de Ejea Tendría una raíz indoeuropea,
seg, que significaría victoria.
Un investigador alemán, Untermann, llamó la atención sobre el hecho de que en
contextos ibéricos encontramos raíces semejantes a la de los suesetanos. Se ha puesto
además en duda que la raíz indoeuropea seg signifique victoria. El material
arqueológico está muy mezclado. Francisco Marco dice que no estarían ubicados en las
Cinco Villas, sino al este del río Gállego, pues Plinio habla de unos oscenses de la Regio
Uessetania, por ello los sesetanos pudieron estar al este del río Gállego.
Celtíberos
Todo parece indicar que el término celtíberos, correspondiente a los pueblos
indoeuropeos situados al sur del Ebro, fue evolucionando en su significado. Los
romanos llamarían Celtiberia a todo el territorio de Iberia donde se hablaba una lengua
céltica y poco a poco se habría ido restringiendo a este territorio concreto. Durante
mucho tiempo se pensó que celtíberos era unión de celtas e íberos. Eso hoy parece
abandonado, lo que se piensa es que Celtiberia significaría la céltica de Iberia. En el
territorio hoy aragonés conocemos tres pueblos celtíberos:
- los belos: hay un buen número de noticias en las fuentes antiguas relativas a la guerra
entre indígenas y romanos a mediados del siglo II a.C. La principal ciudad era Segeda,
que acuño monedas con la leyenda Sekaida Hubo dos Segedas. En 154/3 a.C. fue
abandonada y nunca más habitada y junto a ella se fundó una nueva Segeda ¿habitada
por quién? Es algo que no se sabe, parece que fue sustituida por Bílbilis como ciudad
más importante de los belos. La Bílbilis celtibérica estaría a una cierta distancia de la
romana ¿dónde exactamente? En la localidad de Valdeherrera (al este de Calatayud).
Una serie de excavaciones llevadas en el centro de Calatayud han sacado restos de una
ciudad celtíbera destruida en torno al siglo II a.C. Ocuparía en Jalón y la ciudad de
Nertóbriga.
¿Habitaban la zona del Huerva? No se sabe, en este valle conocemos una ciudad,
Contrebia Belaisca (Botorrita) que significaría Confederación de los Belaiscos, que
nunca aparece con el nombre completo en las fuentes antiguas. ¿Es una parte de los
belos? ¿un pueblo diferente? Hay un Beligium, que es una ceca que acuñó monedas que
debía estar en ese entorno (se ha propuesto Azuara). Existe una ciudad mencionada por
Apiano, Belgeda, para la que se ha propuesto Belchite.
- los titos: solo son protagonistas en 1 el 154 a.C. porque son absorbidos por los belos
de Segeda. Vivían cerca de los belos, en el alto alón, y se les atribuye la ciudad de
Arcobriga y las monedas que fueron acuñadas en la antigüedad con la leyenda titium o
titiacos.
- los lusones: los encontramos luchando contra Roma en el primer tercio del siglo II a.C.
Apiano nos dice que vivían cerca del Ebro, se les atribuye la ciudad de Carauis, que se
cree que es Magallón, y a su término pertenecería Turiaso (Tarazona) y Bursa (Borja).
Tema 7. Cartago en la Península Ibérica: la conquista
bárquida y la guerra anibálica.
Cartago fue fundada en torno al 800 a.C. y a partir de ese momento va a convertirse en
la principal ciudad semita de occidente. Va a ejercer un imperialismo indirecto mediante
el control de mercados y el establecimiento de tratados económicos de prioridad con
puertos y ciudades del Mediterráneo. Un ejemplo de ese expansionismo lo da Himilcón,
cartaginés que conocemos gracias a Plinio. Viajó en una exploración hacia el Atlántico
norte, entre finales del siglo VI y principios del V a.C. Llegó supuestamente a Thule
(Islandia quizás) y fue uno de los que determinaron que la Península Ibérica era
efectivamente una península. Iba en busca de materias primas y riqueza, porque desde
Cartago se estaban promoviendo este tipo de viajes, en este caso buscaría la ruta del
estaño. Hannon descendió por la costa africana. Son símbolos del expansionismo
cartaginés de la época.
Gadir debió de seguir siendo la gran intermediaria en la Península respecto a Cartago,
muy probablemente se establecieron colonos cartagineses allí o la influencia cartaginesa
fue muy fuerte. Sabemos que había ciudades cartaginesas importantes a partir de
monedas: Malaka (Málaga), Abdera (Adra), Sexs (Almuñécar), Villaricos…
Hasta el siglo III a.C. nunca hubo una conquista cartaginesa de la Península Ibérica y de
las islas. En la segunda mitad del siglo III a.C. la situación cambió por la Primera
Guerra Púnica (264-241 a.C.). Roma y Cartago chocaron en el Mediterráneo, el
resultado fue la victoria de Roma y el castigo para Cartago, forzando a que perdiese los
territorios de los que obtenía sus principales riquezas (Sicilia y Cerdeña, que pasan a ser
provincias del Imperio Romano) e imponiendo Roma a Cartago una enorme suma de
dinero como indemnización.
Ello amenaza con llevar a la ruina económica a Cartago. Según nos dicen las fuentes
antiguas romanas o prorromanas surge un debate en Cartago sobre cómo afrontar la
situación. Tito Livio nos dice que un grupo o liderado por Hannon proponía abandonar
el comercio mediterráneo y convertir Cartago en un estado agrario norteafricano, la
facción de Amílcar Barca, un miembro de la familia de los Bárquidas, por contrario
defendía la conquista de Hispania, un territorio que contaba con muchas riquezas, que
necesitaba para pagar a los mercenarios que formaban parte del ejército cartaginés y
para pagar a Roma. Además aportaría cereales y hombres. La conquista de este
territorio no chocaba con los territorios romanos. Tito Livio nos dice que la facción de
Hannon fue derrotada y que Amílcar llevó a cabo una movilización popular y que la
conquista fue aprobada. Lo que probablemente ocurrió es que las posturas eran más
cercanas. Cartago era una potencia comercial, el abandono del comercio suponía la
ruina para mucha parte de la población, cambiar la estructura de la sociedad cartaginesa.
Los cartagineses decidieron expandirse hacia la Península Ibérica, conquista iniciada en
237 a.C. por Amílcar. Tito Livio ve este proyecto más personal que estatal, por lo que
algunos investigadores han pensado que la Península Ibérica habría sido una monarquía
bárcida, algo refrendado por las monedas que contaban con retratos de tres personajes
diferentes. Seguramente los bárcidas en Hispania. ¿Es una monarquía independiente?
No parece que así sea, por lo que sabemos los bárcidas siempre tomaron sus decisiones
de acuerdo con el senado cartaginés.
Amílcar va a remontar el valle del Guadalquivir en busca de las minas de plata. Una vez
conquistada esta zona, Amílcar prosiguió su camino hacia el sudeste, hacia el
Mediterráneo, conquistó el territorio d los conquestanos. Diodoro nos dice que Amílcar
fundó una ciudad. Akraleuke, la ciudad de la luz, que se identifica con Lucentum
(Alicante), pero no se ha encontrado. Amílcar muere en 229 a.C. en un enfrentamiento y
es sustituido por Asdrúbal, su yerno.
Asdrúbal cambia la política cartaginesa en Hispania, busca acuerdos con los indígenas
que le permiten fortalecer el domino, además organiza la explotación sistemática de los
recursos económicos de la Península Ibérica y fija los tributos que los indígenas
sometidos deben pagar a Cartago, para lo que toma rehenes de los pueblos indígenas
para obligar a pagar impuestos. Asdrúbal mejoró la explotación de las minas
incorporando un número mayor de esclavos y técnicas de trabajo que mejoraban la
productividad. Fundó una ciudad: Carthago Nova (Cartagena), una declaración de
principios de la ciudad que habría de convertirse en la capital cartaginesa. Era un gran
puerto natural, con salinas cercanas y situado en el punto de salida de todas las materias
primas que se obtenían en el interior de la Península Ibérica. Llegó una embajada
romana a Hispania para tratar con Asdrúbal con el fin de frenar el avance cartaginés. Se
firmó en 226 a.C. un tratado ¿cuál es el contenido exacto? Este tratado se conoce como
Tratado del Ebro. La única clausula segura que conocemos de esa época es la que nos
proporciona Polibio: los cartagineses no llevarían la guerra más allá del río Iber
(probablemente el Ebro). Tito Livio añade un dato más (que no se sabe si es cerito), dice
que se renovó el tratado (pues no es el primero, hubo uno supuestamente en 509 a.C., y
dos en los siglos IV y III donde se fijaban algunos límites en cuanto a navegación), dice
que la frontera entre ambos sería el río Iberus, y que la ciudad de Sagunto, situada entre
ambos, permanecería en libertad en tanto que era ciudad aliada de Roma. Algunos
investigadores piensan que el Iber o Iberus no sería el río Ebro, sino el Júcar o el
Segura. El 90% de los investigadores piensa que es el río Ebro. Existe la posibilidad de
que Roma ya estuviese pensando ocupar territorios en Hispania.
Asdrúbal falleció en 221 a.C., siendo sustituido por Aníbal, hijo de Amílcar. Aníbal
cambia la estrategia y se reanuda la actividad bélica con campañas hacia el interior de la
península. Conquistó dos ciudades Helmántica (Salamanca) y Arbucala (que no se sabe
todavía donde estuvo). Era una expedición en busca de botín y de carácter exploratorio.
A la vuelta de Aníbal se inició el episodio saguntino. Saguntum estaba en territorio
sedetano, había tenido una importancia comercial durante siglos. Según los romanos
tenía un acuerdo de amistad con Roma que obligaba a las dos partes a acudir en defensa
del otro en caso de necesidad. Según las fuentes antiguas, los turboletas se quejaron a
Aníbal de que estaban siendo agredidos por Sagunto. Aníbal asedió Sagunto, que pidió
ayuda a Roma, pero Roma no acudió. Tras 8 meses Aníbal ocupó la ciudad. Roma no
acudió, según la versión oficial, porque el ejército romano estaba intentando vencer una
revuelta en el Adriático. Autores posteriores dicen que hubo un debate en el senado
romano entre los que decían que era mejor quedarse en Italia, y los que veían una
posibilidad de expansión. Una tercera explicación es que Roma habría dejado que
Sagunto fuera vencida para tener un pretexto con el que poder declarar la guerra a los
cartagineses.
El senado romano mandó un ultimátum a Cartago y pidió la entrega de los culpables o
declararían la guerra a los cartagineses. Cartago no entregó a Aníbal y Roma declaró la
guerra, en 218 a.C. comienza la Segunda Guerra Púnica. Roma pretendía que la guerra
tuviera lugar en Hispania, para Aníbal debía trasladarse a Italia. Aníbal partió con su
ejército desde Carthago Nova hacia el norte, atravesó el río Iber, no por la costa, sino
por el interior, y ascendió por el río Segre hacia los Pirineos (durante unas 6 semanas
según Polibio). Aníbal se vio favorecido porque el ejército romano tuvo que enfrentarse
a una revuelta de galos en el norte de Italia.
Los romanos fueron a Massalia y allí se enteraron de que los cartagineses ya habían
pasado por aquel lugar, una parte del ejército volvió a Italia (y fue derrotado por Aníbal)
y la otra fue a Hispania a enfrentarse a una parte del ejército cartaginés.
Los romanos desembarcaron en el 218 a.C. en Emporion dando inicio a la conquista de
Hispania.
Tema 8. La conquista romana de Hispania.
Visión geográfica que los antiguos tenían de la Península Ibérica
El interior de Hispania era desconocido, poco a poco fue descubriéndose, durante toda
la antigüedad hubo un error que condicionó el concepto que los antiguos de ala tuvieron
de occidente en los siglos posteriores: la orientación de los Pirineos. Los antiguos
pensaban que era de norte a sur.
Cuando las fuentes griegas hablan de Pyrene se refieren a los Pirineos. Heródoto lo hace
como una ciudad, desde su perspectiva, el Danubio nace en los Pirineos y atraviesa toda
Europa dividiéndola por la mitad hasta desembocar en el Mar Negro.
Un siglo después, Aristóteles considera que Pyrene es una cadena montañosa, en la que
sigue naciendo el Danubio y el río Tarteso (que no sabemos cuál es).
Polibio (a mediados del siglo II a.C.) supone un avance importante, hace una
descripción geográfica más detallada del occidente. Considera que los Pirineos están al
este de Iberia. Dice que la Iberia más atlántica no tiene denominación, se está
descubriendo en esos momentos. Iberia es un término griego, Hispania es romano, viene
de la palabra fenicia Schepyanim. Se ha pensado que significaría tierra de los metales.
Que los romanos no tengan un nombre propio para este territorio quiere decir que
tardaron mucho en tener interés por él.
Estrabón continúa situando los Pirineos de norte a sur, al este de Iberia. La orientación
general de la Península es bastante correcta, pero la orientación más septentrional
estaría desplazada. La orientación deficiente de los Pirineos se mantuvo durante siglos.
Plinio establece las dimensiones para la península y Ptolomeo aproxima los Pirineos un
poco más a la disposición que tienen en realidad. Solo hay un autor antiguo que no da
estos mismos datos sobre la orientación de los Pirineos y de Europa en general, Flavio
Josefo, que sitúa los Pirineos al sur de la Galia.
En ocasiones en los triunfos romanos había mapas que iban representando el territorio
conquistado. Había templos en que se pintaba el territorio conquistado por algún general
romano. Los datos geográficos que se iban a acumulando de las tierras que Roma iba
conquistando pasaban al archivo oficial.
Características generales de la conquista
- Roma, mientras conquistaba Hispania, está interviniendo en otras regiones europeas y
en el norte de África.
- Las características de la actuación romana en occidente no tienen que ver con lo que
hace en el Mediterráneo oriental y en el norte de África, donde hay estados firmes, con
monarcas con un amplísimo territorio, con numerosos recursos y muchos súbditos,
donde hay una tradición urbana larguísima. Roma en esos territorios actúa primero con
prudencia, y comenzando a intervenir en los asuntos internos, poco a poco va tomando
el papel de potencia hegemónica y termina por anexionar el territorio. Sustituye al
monarca del territorio por un gobernador representante de Roma, las estructuras ya
existen, Roma se heleniza culturalmente.
En Hispania y el resto de occidente, Roma se encuentra una multitud de unidades
políticas primarias, una atomización de pueblos indígenas, a los que cuando Roma
vence se encuentra con uno detrás de otro. Eso explica que la conquista romana de
Hispania sea más lenta que la conquista de territorios más desarrollados y con mayor
potencial militar. Roma se siente superior y únicamente se plantea la anexión,
provincializa el territorio desde el primer momento. Tiene que crear una administración,
Hispania será el campo de pruebas para la administración imperial romana. Impone sus
costumbres y ejerce una latinización.
En el 218 a.C., Roma está ocupada en dos grandes territorios, Hispania e Italia.
Desembarca uno de los Escipiones en Emporion (gran aliada de Roma) y el primer
objetivo es expulsar a los cartagineses situados al norte del Ebro. Roma tendrá que
hacer frente también a los pueblos indígenas situados cerca de Ampurias, vence a los
ilergetes y a los ausetanos, y consigue arrastrar a los cartagineses hacia el sur del Ebro.
Los romanos vencen en la batalla naval de Cesse, y allí se hacen fuertes y establecen su
sede, Tarraco, la primera fundación romana extraitálica. Para los años siguientes las
fuentes nos describen varias escaramuzas, como la victoria en Hibera (Tortosa). Los
Escipiones cruzan el Ebro.
En 123-122 Roma se apodera de Sagunto. Este logro es presentado por Roma como una
liberación del opresor cartaginés. Roma se presenta como libertador. En 211 los
romanos sufren dos derrotas importantes y mueren los dos Escipiones, tienen que
retroceder al norte del Ebro. Llega a Hispania P. Cornelio Escipión (Escipión el
Africano), no cumplía los requisitos adecuados para ser enviado como procónsul, pero
el senado y el pueblo romano lo consideran válido para las funciones. Emprendió desde
Tarraco una campaña de conquista hacia el sur. En 209 a.C. tomó Carthago Nova, privó
a los cartagineses de su principal base naval. Cartago quedó reducida al valle del
Guadalquivir. Escipión liberó a los rehenes indígenas y firmó acuerdos con los líderes
indígenas de la zona. Se apoderó de un gran botín.
En los años siguientes avanzó por el valle del Guadalquivir logrando dos importantes
victorias en Baecula e Ilipia. El último episodio fue la rendición sin lucha de Gades, que
siguió siendo una ciudad importantísima. Los cartagineses vuelven al norte de África.
En el 206 a.C. la guerra finaliza con la fundación de itálica con los romanos heridos en
la batalla de Ilipa. No será privilegiada en su estatuto jurídico.
A partir de este momento surge la resistencia indígena, en 206-105 a.C. las primeras
grandes revueltas son protagonizadas en el nordeste por los ilergetes, liderados por
Indibil y Mandonio, junto con lacetanos y ausetanos.
Escipión recibió el cargo de dotar al territorio hispánico de una organización bajo el
poder de Roma. Toda el área cultural ibérica estaba en manos de Roma. La
provincialización estaba en germen. Años ´más tarde Roma envió a dos promagistrados
a encargarse de la zona meridional y nororiental. En 197 a.C. se produjo la división del
territorio hispánico en dos provincias: Hispania Citerior (la más cercana a Roma) y
Ulterior (la más alejada).
Roma, para administrar el territorio, enviará un pretor a cada una de las provincias.
Coincide con la gran revuelta de todos los pueblos del área ibérica, lo que provoca un
inmediata reacción de Roma, que envía a un Cónsul, Catón, para acabar con la revuelta
en 195 a.C., con dos legiones y los pretores (en total son cuatro legiones). Desembarca
en Ampurias porque quiere acabar con la revuelta de norte a sur. Somete a los pueblos
del nordeste, salvo a lo bergistanos, que se niegan a rendirse a Roma. Son derrotados, su
territorio es desmembrado y repartido entre sus vecinos, sus ciudades destruidas y sus
habitantes esclavizados.
Catón marcha hacia el sur, donde los turdetanos son el principal pueblo rebelde, no son
dados a la guerra, por lo que ofrece dinero a los mercenarios y los turdetanos se quedan
in apoyo militar y se rinden.
Hay un debate historiográfico sobre la vuelta de Catón hacia el norte, si fue por la costa
o si fue por el interior. Parece más probable por el interior, por primera vez un general
romano se internaría en la península. Un autor dice que dio un discurso en Numancia.
En el valle medio del Ebro venció a los suesetanos y a los iacetanos. Regresó a Roma
triunfante, con un gran botín y habiendo fijado unas fronteras estables que permanecen
durante años. La consolidación de las fronteras supone abrir nuevos adversarios, en el
sur los lusitanos, y en la Hispania Citerior los celtíberos.
En los quince años siguientes a la estancia de Catón en Hispania hay algunos
enfrentamientos aislados (victorias en Calagurris, Toletum…) Las fuentes romanas
inflan las cifras enemigas por el interés de los generales romanos para lograr el triunfo
en Roma.
Entre 180 y 179 a.C. Tiberio Sempronio Graco intentó ampliar el territorio romano en la
Celtiberia estabilizando la frontera y regular las relaciones entre indígenas y romanos.
Consiguió una gran victoria sobre una coalición de celtíberos cerca del Moncayo y se
firma un acuerdo con los celtíberos, en concreto con belos, titos y arévacos. Se firman
una serie de obligaciones con roma: se obliga a los indígenas a entregar cada año un
número determinado de soldados como tropas auxiliares para Roma, la fijación de un
tributo anual (en un primer momento en especie, se discute sobre si el tributo fijado por
Graco pudo estar el origen de la acuñación de moneda por los indígenas), la prohibición
de fortificar ciudades. A cambio Graco no hizo ninguna concesión especial, únicamente
la fundación de una ciudad con la que se quiere representar la voluntad de Graco de
sedentarizar a los celtíberos: Gracchurris (Alfaro). Es una de las primeras veces que una
ciudad recibe el nombre de un general romano. Se trataba de una paz opresiva, no muy
duradera. El territorio vivió una inestabilidad, siguiendo existiendo conflictos con los
indígenas.
Guerras celtíbero-lusitanas (154-133 a.C.)
Son una sucesión de enfrentamientos simultáneos en los dos territorios peninsulares
pero no coordinados.
Para los lusitanos hay una doble motivación de causa:
- la misma desigualdad interna en la propia sociedad lusitana: búsqueda de tierras para
aquellos que no tienen. Era un territorio pobre e improductivo. Había un reparto de la
riqueza desigual. Por ello, cada vez que los lusitanos vencieron a Roma pidieron tierra
fértil para ellos.
- su independencia. Viriato es el gran personaje que simboliza la lucha. Los lusitanos,
con él consiguieron algunos triunfos. En 140 a.C. venció a un ejército consular, firmó
una paz con Roma que lo convertía en amigo del pueblo romano y los lusitanos reciben
en propiedad territorios. La guerra se reinició y Roma consiguió derrotar a los lusitanos.
Décimo Julio Bruto en 137 a.C. llegó hasta el Duero y consiguió ganar a una parte de
los galaicos.
En la Hispania Citerior el enfrentamiento era contra los celtíberos. La causa fueron los
segedenses. En 154 a.C., los titos van a vivir a Segeda. Los segedenses ampliaron la
ciudad y construyeron una nueva muralla, los segedenses se negaron y se declaró la
guerra. Roma envió un ejército consular, Los segedenses abandonaron la ciudad, que
nunca volvió a ser ocupada. Se refugiaron entre los arévacos y se unieron a ellos en la
lucha contra Roma. Durante 20 años surgen otros enfrentamientos en toda la Celtiberia,
e incluso en parte del Duero. La ciudad más importante fue Numancia, que acabó
sometida tras un asedio en el que fracasaron varios generales romanos. Escipión
Emiliano disciplinó al ejército romano y creó una serie de campamentos alrededor de
Numancia. El asedio tuvo éxito y la ciudad se rindió en 133 a.C.
Roma creía haber conquistado ya casi toda la Península.
Etapa postnumantina (133-82 a.C.)
Era necesaria una reorganización de los territorios conquistados. Enviaron una
embajada senatorial de diez miembros con el objetivo de decidir las nuevas fronteras,
entre las provincias Citerior y Ulterior, y premiar y castigar a los distintos pueblos
indígenas. Se produjo un aumento de la inmigración desde Roma, se adivina una
política de reorganización a través de una red viaria. Los primeros miliarios constan de
entre 118 y 112 a.C.
A partir de 114 a.C. hubo nuevos enfrentamientos contra celtíberos y lusitanos (114-93
a.C.). En 104 los cimbrios van a atravesar los Pirineos y llegan al norte del Ebro. Fueron
los celtíberos los que los expulsaron, lo que demuestra la debilidad del ejército romano.
En 93 a.C. finaliza esa nueva guerra, pero los romanos no habían avanzado.
La conquista de las Islas Baleares
Entre 123-121 a.C. el cónsul Quinto Cecilio Metelo conquista las Baleares para acabar
con la piratería. La Galia Narbonense estaba en guerra y dificultaba el tránsito naval y
terrestre entre Italia y la Península Ibérica. Las Baleares servirían para asegurar el
contacto. Además las islas eran ricas en recursos y los honderos baleáricos eran
queridos como tropas auxiliares. Cecilio Metelo fundó dos ciudades: Palma y Pollentia.
Guerra Sertoriana (82-72 a.C.)
Son luchas entre romanos que tienen lugar en la Península Ibérica. Sertorio era un
antisilano convencido y rápidamente marchó a Hispania, donde fue nombrado
gobernador de la Citerior, pero Sila lo destituyó y huyó al norte de África, donde recibió
la invitación de los lusitanos para ponerse al frente de ellos en una nueva rebelión contra
Roma, que dura casi toda la década de los años 70 del siglo I a.C. Encontró la
justificación ideológica de muchos de los exiliados que llegaban a la península para
ayudar. Se hizo fuerte en el valle medio del Ebro, y Osca (Huesca) se convierte en su
centro de operaciones. El senado envió a Pompeyo a Hispania para acabar con Sertorio.
Poco a poco limita el territorio bajo el control rebelde. Sertorio es asesinado por uno de
los suyos y en el 72 a.C. el movimiento sertoriano es capitulado. Se premia a los
indígenas que habían apoyado la causa senatorial y se castiga a los que ayudaron a
Sertorio.
Sertoiro fue visto como un traidor a Roma. La interpretación más correcta es la que ve
en Sertorio a una persona que quería acabar con la dictadura de Sila y con sus
transformaciones en Roma.
Hispania y las Guerras Civiles (72-30 a.C.)
En los años siguientes no hay excesivos episodios conocidos, hay rebeliones indígenas
aisladas. En 61 a.C. César es pretor de la Ulterior, vence a los lusitanos y conquista
Galicia. En los años 50 hay un reparto entre Pompeyo, César y Craso. A Pompeyo le
tocan las dos Hispanias, que gobierna a través de legados.
Entre 49 y 45 a.C. tiene lugar la Guerra Civil. En 49 a.C. César acude a Hispania y
vence a Afranio y Petreyo en Ilerda (Lérida) y se apodera de las dos Hipanias. La guerra
terminaría en Hispania en el 46 a.C. porque quedaba un aparte de ejército pompeyano
refugiado en el sur de Hispania, liderado por los hijos de Pompeyo: Cneo y Sexto.
Córdoba era su cuartel general. César les vence en la batalla de Munda.
La Pax Augusta
Augusto somete a cántabros y astures entre 29 y 19 a.C. El gran artífice de la victoria es
Agripa. Hay una reorganización del territorio urbano y en 19 a.C. finaliza la conquista
de la Península Ibérica.
Tema 9. Ejército, administración provincial y explotación
económica durante el periodo republicano (siglos II-I a.C.)
El ejército romano durante la conquista de Hispania podemos calificarlo como un
ejército permanente, no como un ejército de ocupación. El ejército romano está
compuesto fundamentalmente por legionarios (ciudadanos de pleno derecho). Los socii
itálicos (aliados) acompañan siempre a la legión en número semejante. Las tropas
auxiliares son indígenas, combaten con sus propias armas.
En Hispania en cada una de las provincias gobierna un pretor, que cuenta con una
legión, un grupo de socii y algunos auxilia. Una legión oscilaba entre 4500 y 6000
soldados. Cada año el senado decidía en función de las necesidades cuántos soldados
debían ser reclutados. En ocasiones había un ejército consular. El cónsul tenía derecho a
dos legiones, más dos cuerpos de socii. Durante el siglo I siempre hay más efectivos de
los habituales.
¿Hasta qué punto el ejército romano influyó en la romanización de Hispania? Su
influencia es escasa, pero se da una interacción con los hispanos que forman parte del
ejército. Las tropas auxiliares hispanas solo combaten en Hispania y no llegaron a
integrarse totalmente. La situación cambió a lo largo del siglo I a.C. A partir de 89 a.C.
todos los itálicos son ciudadanos romanos de plenos derecho. Había que reclutar en
otros lugares, entre ellos Hispania, lo que supone una mayor integración en el ejército
romano y el aumento de conexión de derechos romanos.
El significado de provincia en latín era un concepto abstracto, el ámbito de competencia
de un magistrado, las tareas que se le habían encargado, sin que ello tuviese que estar
circunscrito a un territorio concreto. Ese término aplicado a los magistrados superiores,
pretores y cónsules, se atribuyó a un territorio concreto controlado por un magistrado
con imperium. En Hispania, a partir de 206 a.C., de facto, pero no de derecho, podemos
hablar de una división del territorio en dos zonas. Una que va desde el nordeste hasta el
valle medio del Ebro incluyendo la franja levantina, la Citerior, y otra en el sur,
correspondiente al valle del Guadalquivir, la Ulterior, que pasan a ser de derecho a
partir de 197 a.C.
Las fronteras entre ambas no son dadas por las fuentes. Probablemente tampoco existió
una frontera perfectamente marcada. Sabemos que Carthago Nova estaba situada en
Hispania Citerior, el límite entre la Citerior y la Ulterior estaría al sur de Carthago
Nova. Se ha planteado el río Almanzora como frontera natural. Los romanos habrían
heredado una frontera ya establecida en época cartaginesa. Lo que las fuentes llaman el
Saltus Castulonensis (zona de Sierra Morena) pertenecería a la Citerior.
Las dos provincias fueron creciendo de manera irregular a medida que avanzaban las
conquistas.
¿Existieron capitales? Oficiales no existieron, porque en realidad la capital estaba donde
estaba el gobernador, que se encontraba siempre en movimiento.
En la Citerior, había dos ciudades importantes: Tarraco y Carthago Nova, dos ciudades
costeras y de reciente creación. Se podría pensar en una cierta competencia entre ambas,
que es ganada finalmente por Tarraco. En la Ulterior la competencia es entre Hispalis
(Sevilla), de origen semita, y Corduba (Córdoba), de origen romano, que finalmente
gana en la lucha por la hegemonía. ¿Quiénes fueron los gobernadores provinciales? A
partir de 197 a.C. lo habitual era designar un pretor para cada una de las provincias. Se
elegían cada año 6 pretores, dos más de lo habitual que había sido hasta ese momento,
que irían a Hispania para un año. Hay muchos casos excepcionales, pro lo habitual es
que se nombraran dos pretores, uno para cada provincia. ¿Cuál era el equipo de
gobierno del Estado romano en Hispania? Durante época republicana, hubo poca
presencia en el terreno administrativo, económico y político. Roma se plantea cómo
explotar los recursos económicos. En un primer momento se plantea una explotación
estatal. Roma se da cuenta de que puede ser más interesante una explotación privada:
cede las empresas a los publicani a través de subastas. Roma se aseguraba los beneficios
sin tener que crear una infraestructura de explotación.
El gobernador provincial llegaba con sus legados militares. Por debajo de él existía un
cuestor, su mano derecha en el terreno militar, y se ocupaba d las cuestiones financieras
(del botín, del cobro de tributos e impuestos que los indígenas debían pagar al dominio
romano, es el responsable de la acuñación de moneda…) y tenía una función judicial
(delitos menores).
El imperium de gobernador provincial le permite llevar a cabo la fundación de ciudades,
conceder la ciudadanía romana a indígenas, imponer castigos y tributos a los indígenas,
encargar la emisión de moneda a cecas… todo ello bajo el control del senado romano,
que tiene que aprobar las decisiones de los gobernadores provinciales. Además existían
prefectos: cargos eventuales para desempeñar funciones muy precisas (militares,
judiciales, financieras…) Había también funcionarios al servicio del Estado romano.
La Cohors preatoria o amicorum se refiere a un consejo que acompañaba al gobernador
durante su estancia en la provincia. Eran un tipo de especialistas en tareas a las que
podía enfrentarse el gobernador, de su plena confianza. A veces en esa Cohors va un
historiador.
¿Existió en Hispania una lex provincia? No parece haber existido una ley para el
Imperio de aplicación universal, sí normas específicas para una provincia. En Hispania
no hay ninguna confirmación ni mención en las fuentes escritas ni epigráficas. Algunos
historiadores piensan que debió existir tras la toma de Numancia.
Tema 10. El proceso de Romanización: emigración itálica,
urbanización y colonización, concesión de ciudadanía
romana, municipalización.
Los criterios para establecer el significado de romanización son:
- criterio de la cultura material: la existencia de la terra sigilata, el tipo de cerámica más
característico de los yacimientos romanos. ¿Podemos hablar de un territorio romanizado
por la presencia de esta cerámica? No es suficiente, pues han aparecido restos en
territorios que seguro que no fueron romanizados. El criterio material en general no es
determinante.
- criterio jurídico: un ciudadano romano de pleno derecho ¿está romanizado? ¿y el
territorio en el que la población es ciudadana de pleno derecho? La ciudadanía puede
tardarse muchos años en recibirse, como sucede en el Mediterráneo occidental, en el
Mediterráneo oriental, se sigue manteniendo la cultura griega. Este criterio tampoco
sirve pues.
La romanización no puede definirse a través de fenómenos aislados, sino por un
conjunto de procesos graduales por los que una población acepta formas de vida
romanas: la lengua (latinización), la religión (cultos romanos), la adquisición del
derecho romano y de determinadas pautas artísticas y, por encima de todo, la
civilización romana es urbana, y los romanos traen a Hispania un concepto de ciudad:
un sistema de vida ciudadana, una ciudad creada en torno a un foro y un conjunto de
edificios que se repiten que son definitorios del mundo romano.
¿El proceso de romanización fue voluntario por parte de Roma? Quizás no haya un plan
preconcebido pero sí una voluntad por parte de os romanos de impartir su cultura. Uno
de los cambios más trascendental es el de ver el proceso como algo bilateral: hay un
diálogo intercultural. El resultado de ese diálogo es la romanización.
Concesión de la ciudadanía romana
En el Imperio Romano ser ciudadano romano presenta una serie de ventajas
económicas y jurídicas. Significa pertenecer a un estado superior. Para muchos
indígenas era una aspiración y fue utilizada por el Estado romano como un arma
política, una recompensa por la actitud favorable hacia Roma. En muchas ocasiones el
Estado romano creó desigualdades jurídicas dentro de una comunidad indígena: cuando
se premia a los aristócratas locales con la ciudadanía. Dos son los tipos de concesión de
ciudadanía:
- individual: Durante la época republicana el número de concesiones de ciudadanía a
hispanos es escaso. El primero tiene lugar en 211 a.C. según nos cuenta Tito Livio. Nos
habla de un íbero: Moericus; que dice que combatía en el ejército cartaginés contra
Roma. Se pasó al bando romano y como recompensa se le concedió la ciudadanía. Una
obra de Bandiam, Las clientelas extranjeras dice que las clientelas provinciales estarían
extraordinariamente extendidas en el Imperio y que la manera de conseguirlas
directamente sería a través de la concesión de ciudadanía e indirectamente la manera de
visualizar esas clientelas sería a través de la onomástica (los nombres de las personas).
Badiam trabaja con inscripciones del siglo I d.C. donde aparecen indígenas hispanos
con nombres romanos, que según él serían descendientes de aquellos que en época
republicana habrían recibido la ciudadanía romana a título individual y se habrían
convertido en clientes. Quien recibe la ciudadanía asume el nombre de quien se la
concede. Esta metodología y sus conclusiones tienen que ser cuestionadas. En el siglo I
a.C. la situación varió ligeramente. Muchos indígenas hispanos pasaron a formar parte
del ejército romano como auxilia, y sí recibieron la ciudadanía romana de pleno
derecho.
El Bronce de Ascoli, es un ejemplo de concesión individual de la ciudadanía romana,
que debemos ubicarlo en el contexto de la guerra de los aliados (91-88 a.C.), que
enfrentó a Roma contra una buena parte de sus aliados itálicos sublevados para intentar
formar parte jurídicamente del Estado romano o para ser independiente.
Los itálicos dese hacía siglos formaban una buena parte del ejército romano. En el 91
a.C. Roma se quedó sin la mayor parte de las tropas auxiliares itálicas, y tuvo que
reclutar en las provincias, sobre todo en la Galia Narbonense, el norte de África e
Hispania, donde fueron reclutados un número significativo de soldados. Uno de ellos
aparece en el Bronce de Ascoli. Este texto se puede dividir en cuatro partes bien
definidas:
- las tres primeras líneas contienen la idea fundamental.
- la parte central contiene nombres itálicos.
- una tercera parte, situada abajo a la izquierda, con nombres indígenas.
- la cuarta, abajo a la derecha, completa la inscripción con condecoraciones y sirve para
completar también la parte superior del bronce.
Este texto cita a Cneo Pompeyo Estrabón, que fue un personaje importante durante la
guerra de los aliados dirigiendo a las tropas en la parte centro-septentrional, que tuvo
como punto caliente la ciudad de Asculum (Ascoli). Se da así mismo el título de
imperator, dotado de mando militar, lo que le autoriza a conceder la ciudadanía romana.
Convirtió en ciudadanos romanos a unos jinetes hispanos, a causa de su valentía y su
coraje en el campamento que estaba frente a la ciudad de Asculum, durante el desarrollo
de la guerra de los aliados. Sabemos el día que ocurrió, 14 días antes de las calendas
(día 1) de diciembre, pero no el año. El encabezamiento se cierra con que Pompeyo
Estrabón hizo esta concesión de acuerdo con la ley Julia, de la que sabemos que había
un apartado por el que se concedía la ciudadanía romana a todos los itálicos que no s e
sublevasen contra Roma. Esto tuvo lugar de acuerdo con su consejo.
En la parte central del documento aparecen los nombres de los miembros de ese
consejo.
La tercera parte contiene el nombre de los jinetes hispanos que reciben la ciudadanía.
Una turma es un escuadrón de caballería, normalmente compuesta por 30 individuos.
Saluitana es un adjetivo e la turma, durante un tiempo se pensó que podría provenir de
quien mandase el escuadrón. Esa teoría estaba desechada, hoy se piensa que Saluitana
viene de Salduie, la ciudad indígena anterior a Cesaraugusta. Sería pues la turma de
Salduie donde serían reclutados los jinetes, que partirían desde allí hacia Italia. Es el
centro de reclutamiento porque está en el centro del valle del Ebro, donde confluían los
jinetes de los distintos lugares. Salduie es la única ciudad indígena situada junto al río
Ebro y por tanto contaría con u puerto fluvial, a partir del cual se trasladarían hasta
Tortosa. Cada uno de los jinetes de la turma está citado por la ciudad de la que
provienen. La manera de mencionar sus nombres es muy romana. No hay ninguna
mención de tribus y pueblos, sólo por ciudades, lo que nos sitúa ante la voluntad romana
de primar la ciudad por encima de las etnias. Los que proceden de Ilerda poseen nombre
romano, pero sus padres tienen nombre indígena, lo que plantea serios problemas de
interpretación. Teóricamente sólo los ciudadanos romanos pueden poseer nombres
romanos, por lo que hay que pensar que no tenían la ciudadanía romana pero que ya
tenían el nombre de antes, lo que sería un signo de lealtad a Roma.
Estos hombres fueron reclutados, según algunos historiadores, para luchar en el ejército
de Pompeyo Estrabón. En el año 90 a.C. roma pidió ayuda a las provincias para recoger
tropas auxiliares. Valerio flaco sería el encargado del reclutamiento, envío a los jinetes a
Italia, donde serían distribuidos. Estos hispanos serían miembros de las elites locales.
Lo más probables es que volvieran a sus lugares de origen.
La cuarta parte añade un dato que complementa los datos anteriores: unas
condecoraciones para los soldados y sus caballos. Además se les concede una ración
doble de trigo ¿Cuándo y de qué modo? No se sabe cómo se puede llevar a cabo esa
concesión.
La tabula contrebiensis es complementaria del Bronce de Ascoli. Muestra un pleito por
la utilización de un terreno para construir una canalización de aguas. Los protagonistas
son los habitantes de Salduie, que compraron un terreno a los sosinestanos, que no
aparecen en ninguna fuente literaria, son totalmente desconocidos, se habla como
hipótesis de la ciudad de Sosinesta. Este documento nos pone de manifiesto la
importancia que tenía el uso del agua entonces. También aparecen mencionados los
alavonenses, de la ciudad de Allabona (romana), antes Alaun (indígena), actualmente
Alagón, que protestan porque consideran que este territorio es suyo y que la venta es
ilegal. Todo parece indicar que Sosinesta podría ser una ciudad secundaria que
dependiese de Allavona. El gobierno romano cedió el caso a una cuarta ciudad indígena,
Contrebia Belaisca, quien tomó la decisión fue el senado contrebiense, que dio la razón
a los saluienses. La inscripción está datada, el 15 de mayo del año 87 a.C.
Lo interesante es que encontramos varias comunidades indígenas que pertenecen a
ámbitos culturales distintos, con diferentes lenguas. Se observa pues, la pluralidad
cultural, la intervención romana (el texto se hace en latín para que sea entendido por
todos los pueblos) y la progresiva implantación del derecho romano. Se ha planteado
que Contrebia Belaisca fuese un archivo de causas judiciales. Quien sancionó esa
sentencia como representante romano es Cayo Valerio Flaco.
- colectiva: que llamamos proceso de municipalización. Primero hay que entender el
concepto latino de municipium, un municipio no es nunca una ciudad de nueva creación,
sino una población indígena ya existente que cambiad de estatuto jurídico, pasa a ser
privilegiada, a cambio, una colonia es siempre una ciudad nueva, porque el solar donde
se asiente estaba desocupado, porque la fundación de la colonia lleva implicada una
llegad de colonos (deductio). Para ambos, municipios y colonias, encontramos dos tipos
de estatutos diferentes, latino y romano. Un municipio y una colonia con el mismo
estatuto son iguales. El término latino proviene del uis latii (derecho latino), que
consistía en tener la protección del estado romano en el comercio, el derecho limitado
de voto en Roma, etc. Cuando Roma comienza a conquistar territorios se lleva consigo
el derecho latino, que permite en las provincias crear jerarquías sociales y jurídicas. El
derecho latino es un estado intermedio entre peregrino y ciudadano romano de pleno
derecho.
Las colonias y municipios latinos se caracterizan por tener una organización similar a
los romanos, pero sus habitantes no son romanos, son latinos. Aunque quienes ejercen
las magistraturas automáticamente, ellos y sus familias, se convierten en ciudadanos
romanos de pleno derecho. En los municipios y colonias romanas todos los habitantes
libres se convierten en ciudadanos romanos.
Roma como ciudad urbana introduce en Hispania el concepto de ciudad “a la romana”,
eso no quiere decir que no existiesen ciudades cuando Roma llega a la Península
Ibérica. Los romanos ya eran conscientes de ello. Utilizan tres términos para referirse a
la ciudad: civitas (que indica más bien comunidad), urbs (más empleada para referirse a
Roma), y oppidum (más general), pero no hay una graduación. Las ciudades indígenas
son dediticias (que se han rendido) en su mayoría, por lo que el estado Romano
automáticamente se convierte en el dueño de esas tierras, pero a su vez devuelve las
tierras a sus antiguos habitantes. Casi todas las ciudades indígenas dediticias en
Hispania se convierten en estipendarias, que debían pagar un stipendium, símbolo del
sometimiento de esas ciudades a Roma. Se trata de un impuesto, que puede tener
diferentes formas.
Además de las ciudades estipendarias (la mayor parte), existen dos grupos con un
estatuto superior, aunque como peregrinas: las ciudades libres e inmunes, y las ciudades
federadas. Su organización es muy parecida, tienen una organización interna autónoma,
están libres de pagar impuestos a Roma. En las ciudades libres su condición procede de
una concesión unilateral llevada a cabo por el senado de Roma a través de la lex data, el
senado otorga el estatuto a la ciudad. Las ciudades federadas reciben su condición a
través de un foedus (tratado) con Roma en igualdad de condiciones. El número de este
tipo de ciudades en Hispania es pequeñísimo, en época de Augusto había unas siete
ciudades libres e inmunes y cerca de 6 federadas.
Algunas son ciudades con gran tradición semita: Gades, Ebusus, Malaka… Sobre estas
ciudades peregrinas se va a producir la municipalizacion, algo que en Hispania no
ocurre hasta César, que consideraba que había que dar una mayor posibilidad de
participación a los provinciales. Promovió una colonización y un proceso de
municipalización. Un cierto número de ciudades se convirtieron en municipios, sobre
todo de derecho latino y en menor número de derecho romano, en su mayor parte en la
costa mediterránea y en el valle del Guadalquivir. La municipalización confirma la
romanización de una ciudad. Augusto seguiría la política de César y la municipalización
se extiende más hacia el interior. Los Flavios son el tercer momento importante de
municipalización.
Roma es una civilización básicamente urbana, y como parte fundamental en el proceso
de municipalización promovió de diferentes maneras la urbanización: mediante la
creación de nuevos centros urbanos (las colonias), fomentando el desarrollo de ciudades
indígenas existentes, e interviniendo en la propia red urbana.
Bajo la dirección de Roma, un reducido número de ciudades indígenas cambió de
ubicación buscando el asentamiento junto a las nuevas vías. Como ejemplo tenemos las
ciudades indígenas de Baetulo (Badalona) e Iluro (Mataró), que en la segunda mitad del
s. II a. C. acuñaban moneda con esos nombres. Estas ciudades fueron abandonadas en el
año 100 a. C., aunque las fuentes siguen hablando de las mismas. Lo que ocurrió fue el
cambio de asentamiento de las mismas (algo que conocemos por la arqueología) y la
paulatina adquisición de un estatuto jurídico privilegiado. También podemos mencionar
a Bilbilis, cuyo asentamiento indígenas estaba a 8 Km. de la Bilbilis romana.
Por ahora no estamos hablando de colonias, sino de ciudades indígenas que cambian de
ubicación, adecuándose a las nuevas vías, sin cambiar de estatuto. La potenciación de la
ciudad por parte de Roma, permite que la ciudad suplante a las etnias, a la vez que es el
lugar desde donde se irradian a Hispania las formas de vida romana.
Se fundan nuevas ciudades, es la colonización, en términos generales, pero habría que
matizar, ya que la colonización no implica la fundación de colonias. Es decir, no todas
ciudades eran colonias, ni todas las ciudades estaban formadas exclusivamente o
parcialmente por romanos o itálicos, puesto que había ciudades pensadas y habitadas
para y por indígenas, con o sin un estatuto privilegiado.
Cuando hablamos de la emigración, o lo que es lo mismo, romanos que llegan a
Hispania, no podemos decir que esta fuera masiva, ya que la emigración sigue a la
conquista, no la precede. No hay un asentamiento romano como avanzadilla, sino un
asentamiento romano e itálico tras la pacificación territorial. Esta pacificación no llega
hasta el s. I a. C., y todavía después se producen acontecimientos en Hispania como las
guerras civiles. Por lo que la verdadera emigración llega con César y Augusto, algo que
implicará un ámbito de colonización.
Un indicio en el bajo nivel de emigración en época de la Roma republicana lo tenemos
en los pocos epígrafes latinos existentes hasta la época de Augusto, epígrafes que se
hallan en la zona costera. Además también hay una escasa mención en las fuentes
antiguas a los conventus civium romanorum (reunión de ciudadanos romanos), que
significa una presencia de ciudadanos romanos de pleno derecho en un ámbito indígena.
¿Qué tipo de romanos e itálicos se asientan en Hispania, porqué, y cuáles fueron sus
actividades económicas?
Estos emigrantes están en la zona costera mediterránea. Se trata de una emigración
ligada a la presencia permanente del ejército. Algunos veteranos de guerra permanecen
en Hispania de forma individual o colectiva y llegan a fundar ciudades. Los que
permanecen a título individual no han dejado huella. Pero sí la han dejado los civiles
que vivían del ejército. En términos latinos son:
- Redemptores: Abastecen al ejército de alimentos, preferentemente cereales. Pueden ser
hispanos vencidos o individuos que podían vivir temporadas en Hispania.
- Mercatores: Comerciantes de menudeo. Son los que siguen permanentemente al
ejército para comprar todo o parte del botín.
- Mangones: Los que comercializaban los prisioneros de guerra. Se debe a que el estado
romano deriva parte de la explotación provincial a privatus (privados), dentro de la
política de evitar el crecimiento burocrático.
Hay personajes meramente civiles que viven de la explotación de las materias primas de
Hispania, del comercio, o del cobro de tributos:
- Negotiatores: Son negociantes en muy distinto grado, como prestamistas,
transportistas, etc. Estos negotiatores están sustentados por compañías ubicadas en
Roma o en las zonas costeras de la Campaña (Nápoles), siendo sus representantes, y los
puestos ocupados en muchas ocasiones por libertos. Al dominar y ampliar mayor
territorio hispano, se amplían las relaciones comerciales entre la Península Itálica e
Hispania, de las cuales se ocupan los negotiatores. Se ubican en los centros urbanos
costeros. Tenemos referencias de inscripciones en Tarraco y Cartagho Nova.
- Publicani: Forman sociedades llamadas por las fuentes como societates publicanorum.
Se caracterizan por obtener, mediante subasta pública, concesiones para la explotación
del cobro de impuestos o de las minas y canteras. El precio fijado en la subasta del Foro
de Roma se paga al estado, los beneficios son para la empresa. Esto no parece haber
sido siempre así. Al principio, cuando Roma llega a Hispania se pregunta qué hacer, si
someter a los indígenas o llevar a esclavos (debemos recordar que para Roma, Hispania
es un territorio de experimentación), algo que hace al principio desde la obligación que
como estado tiene de organizar un territorio. A mediados del s. II a. C., Roma observa el
crecimiento del gasto burocrático, ya que hay más provincias además de las existentes
en Hispania, y decide encargar a sociedades determinadas funciones.
En Cartagho Nova se han encontrado lingotes de plata con nombres de personas que
comercializaban los productos.
Redemptores, mercatores, mangones, negotiatores, y publicani, que eran pocos en el
conjunto de Roma, se ubicaban en las zonas costeras, y en términos cualitativos
manejaban gran riqueza que iba a parar a las manos de romanos.
Las dos primeras ciudades fundadas por Roma fueron Tarraco e Itálica.
- Tarraco (Tarragona). Fundada como establecimiento permanente de guarnición
romana en el 218 o en el 217 a. C. Se convierte al tiempo en la capital de la Hispania
Citerior, pero en los primeros decenios de su fundación es un campamento romano
permanente que poco a poco va dotándose de murallas y un grado de urbanismo. Su
condición de colonia la adquiere en el 40 a. C., por lo que no conocemos el estatuto
jurídico que tendría al principio de su fundación, aunque se cree que en sus inicios
estaría poblada por romanos, itálicos e indígenas, siendo un caso de dípolis.
- Itálica (Santiponce, en Sevilla) Fundada por los heridos de la batalla de Ilipa en el 206
a. C. Batalla final del enfrentamiento de Cartago y Roma. Toponímicamente se
identifica con los itálicos. No es una colonia, y hasta el s. I a. C. no tuvo un estatuto
privilegiado. No obstante, la arqueología nos dice que se funda junto a una ciudad
ibérica preexistente, que desde un principio vivió con los veteranos del ejército
asentados en Itálica, por lo que tenemos otro caso de dípolis.
- Tiberio Sempronio Graco, funda en el 179 a. C. Gracurris (Gracchurris); se le atribuye
la fundación de Iliturgis, que se cree estaba en la Hispania Ulterior; y Complega, que no
se sabe si estaba por la zona del Moncayo. Tres ciudades que posiblemente funda
Graco, son para indígenas y peregrinas.
- En el 171 a. C. se funda Carteia (Algeciras). Este nombre indica un origen semita. Es
la única ciudad de la que sabemos su estatuto jurídico en el s. II a. C. debido al relato de
Livio acerca de su fundación, el cual nos dice que unos hombres nuevos, hijos de
mujeres hispanas y de romanos, se dirigieron a Roma con el fin de que reconociera su
situación y que por ser el padre romano, deberían tener algún tipo de derecho (no eran
ciudadanos romanos, ya que para serlo debían serlo sus padres). Roma decide fundar
una colonia con el título de colonia latina, lo que implica que también había colonias
con un derecho romano y colonias con un derecho latino. Carteia se habitaría por
libertos, ciudadanos de pleno derecho, y por toda la población indígena que quisiera
integrarse, lo implica una colonia mixta, es decir, una dípolis como Tarraco o Itálica.
- Corduba. Fundada por Claudio Marcelo en una de sus dos visitas a Hispania, bien en
el 169 a. C. como pretor, o en el 152 a. C. como cónsul. La fecha más aceptada es el
152-151 a. C., aunque no cuadra, ya que cuando vino como cónsul, lo era de la Citerior.
Corduba adquirió la suficiente importancia como para convertirse primero en capital de
la Hispania Ulterior, y posteriormente de la Bética.
No es una fundación exnovo, sino que se yuxtapone a una ciudad ibérica existente, lo
que implica la existencia de una dípolis formada por veteranos militares y por los
indígenas de la Colina de los Quemados, colina que deja de ser habitada a mediados del
s. II a. C.
No conocemos su estatuto jurídico, pero en un principio quizá no fuera una colonia, sino
una ciudad peregrina, y sus habitantes itálicos.
En la época final de la guerra contra los lusitanos, Décimo Julio Bruto (gobernador de la
Ulterior entre los años 138 y 133 a.C., fundó dos ciudades:
- Brutobriga: no conocemos su existencia por las fuentes literarias, sino a través de las
fuentes numismáticas. Se desconoce su ubicación, probablemente entre el Tajo y el
Guadiana. Seguramente habría sido creada para lusitanos y, como consecuencia
peregrina. Los romanos en ocasiones utilizaron la estrategia de la deportación: el
traslado forzoso de población, sabemos que Decimo Julio Bruto, al final de la guerra
lusitana, trasladó a algunos ciudadanos lusitanos y los ubicó más al sur.
- Valentia: Hay que identificarla con la Valencia levantina, como ha demostrado la
arqueología, fundada en torno a 139 a.C. Los fundadores fueron gentes de Italia.
Valentia fue una colonia latina desde su fundación.
En el siglo II a.C. fueron fundadas Palma y Pollentia por Cecilio Metelo, tras la
conquista de las Islas Baleares. Parece probable que desde el comienzo fueran colonias
latinas.
En el siglo I a.C. las ciudades siguientes llevan nombre de general romano:
- Valeria: al sur de la provincia de Cuenca, en la frontera de la Celtiberia, en un paso de
acceso. Nadie nos habla de su fundación, se atribuye hipotéticamente a Cayo Valerio
Flaco. Es una ciudad peregrina, aunque más tarde debió de convertirse en ciudad de
derecho latino.
- Metelinum: Medellín (Cuenca), fundada por Cecilio Metelo, debió surgir a partir de un
campamento de la guerra sertoriana, parece peregrina.
- Pompelo: Pamplona, fundada por Pompeyo en torno al 72 a.C., es peregrina.
De todas estas tan solo una ha sido fundada por el senado, Carteia, el resto lo han sido
por un magistrado con imperium. Debemos dar por hecho que estas fundaciones fueron
admitidas por el senado. La mayor parte son peregrinas, solo Carteia, Valentia, Pollentia
y Palma son latinas.
A partir de César la situación se altera. Hay una ruptura con la práctica romana
tradicional. El senado se había opuesto a la fundación de colonias romanas, y César
promueve un buen número de estas colonias. Su política se ve favorecida porque la
guerra civil se vio centrada en el inicio y final en Hispania, lo que supuso que César
lograse mucho terreno público, donde fundó colonias romanas, que reparte entre nuevos
colonos, fundamentalmente veteranos de guerra, así entregaba tierra a sus veteranos,
lograba desmovilizar a un buen número de soldados y conseguía gente fiel en estos
territorios.
Dio tierras a gente de la plebe urbana en Roma que aceptó ir a las provincias a cambio
de tierra. Hubo una emigración importante de romanos e itálicos a la Península Ibérica.
El problema para identificar las colonias fundadas por César es que las fuentes apenas
nos dan información, lo sabemos por los nombres de las ciudades, Julia, que puede ser
también una fundación de Augusto. Las posibles colonias de ciudadanos romanos
fundadas por César a consecuencia de la guerra civil se encuentran en su mayor parte
situadas en la Ulterior, en el valle del Guadalquivir.
- Acci: Guadix (en Granada), de ella conocemos acuñaciones monetales, que nos dicen
que la fundación se llevó a cabo con veteranos de las legiones primera y segunda que
combaten en la guerra civil con César.
- Corduba: había sido la capital de los pompeyanos en su lucha contra César, por ello
cuando César les vence, instala allí a colonos que le son afines. A parir de este momento
se llamará Colonia Patricia Corduba. Este nombre nos indica que corresponde a una
fundación cesariana.
- Hasta Regia: en Mesa de Asta, en Cádiz. ¿De dónde procede Regia? Lo más
probablemente es que tuviera que ver con la familia de los Marcii Reges, familia
emparentada a César.
- Hispal(is): El único dato conocido que atribuye la fundación a César es de Isidoro de
Sevilla (siglo VI).
- Ituci: Baena, en Córdoba. Su fundación fue llevada a cabo con veteranos de guerra.
- Ucubi: corresponde a espejo, también en Córdoba.
- Urso: Osuna, se conserva buena parte de su constitución interna, donde aparece que
fue fundada en 44 a.C. por Marco Antonio. Plinio se refiere a Urso como Urbanurum
(la de los de la Urbs, de Roma), la ciudad habría sido fundada con gente de la plebe
urbana de Roma.
- Scallibis: Santarem, en Portugal. Su origen es militar, habría sido un campamento en
Lusitania que se convirtió en ciudad y en colonia romana.
Todas estas son ciudades de la Ulterior. De la Citerior solo conocemos dos ciudades
cesarianas, que son refundaciones de ciudades ya preexistentes.
- Tarraco: en 45 a.C. fue convertida en colonia por César.
-Carthago Nova: fundada hacia el año 42 a.C.
En la época triunviral, inmediatamente posterior a la muerte de César tuvo lugar en
Hispania la fundación de dos ciudades:
-Norba (Cáceres). Norbano fue gobernador de Hispania en los años 30 a.C. y debió de
ser entonces cuando la fundó.
- Celsa (Velilla del Ebro): Lépido, uno de los triunviros, fue quien la habría fundado.
Tras desaparecer de la escena política su nombre fue borrado del nombre del nombre la
colonia y pasó a llamarse Celsa. Tuvo un rápido desarrollo en la zona, pero duró muy
poco, fue abandonada en la época de Claudio o Nerón, pero no se sabe porqué.
Augusto culmina la conquista e intensifica proyectos iniciados antes de su mandato,
llevando a cabo un plan de urbanización y fundación de colonias allí donde no había
preexistentes.
En el Valle del Guadalquivir fundó unas cuantas ciudades, entre ellas Astigi (Écija),
Barcino (Barcelona) y Cesaraugusta (Zaragoza)… En Lusitania, fundó Pax Iulia (Beja)
y Emérita Augusta (Mérida). Ésta última en el 25 a.C., algo que sabemos por las
acuñaciones y por el nombre, fundada por veteranos del ejército de Augusto. Estaba
llamada a convertirse en capital de la nueva provincia de Lusitania y a medio plazo en la
gran capital de Hispania. En el noroeste de la Península ibérica, Augusto fundó tres
ciudades que también iban a ser el centro de la red viaria y capitales de los conventos
jurídicos noroccidentales: Lucus Augusti (Lugo), Asturica Augusta (Astorga) y Braca
Augusta (Braga). Además fundó Iulobriga (Reinosa).
Durante bastante tiempo se pensó que la fecha de fundación de Cesaragusta era 24 a.C.
Con las excavaciones que se han llevado a cabo se ha sabido que la ciudad fue fundada
en 14-13 a.C., justo cuando terminan las campañas contra cántabros y astures.
Cesaraugusta es la única ciudad del imperio que lleva el nombre oficial del emperador.
Augusto estuvo en un par de ocasiones en Hispania, se ha planteado que Augusto
eligiera el lugar de fundación de la ciudad y que le diera su nombre, como celebración
por su 50 cumpleaños. La ciudad fue fundada para convertirse en un polo de atracción
para los indígenas del entrono, estaba en un cruce de caminos. Se fundó sobre una
ciudad indígena preexistente, Salduie. La fundación tuvo lugar con veteranos de guerra,
de las legiones IV, VI y X, que habían luchado contra cántabros y astures. Lo sabemos
por las monedas.
En la ciudad había una línea de manzanas que iban de norte a sur donde estaban los
edificios públicos. Habitualmente, los foros de las ciudades romanas estaban situados en
el centro de la ciudad. En el caso de Cesaraugusta, estaría cerca del Ebro, del puerto,
que sería el gran lugar de intercambio comercial. Tendrían una curia, una basílica y un
templo. En la misma manzana están las termas y más hacia el sur el teatro. Del resto de
la ciudad nos e conocen edificios de importancia, pero sí que se conoce la muralla. A
aparte de alguna vivienda se conservan tres necrópolis.
Parece que la intervención romana en época republicana sobre el paisaje hispano fue
reducida. Hay una serie de ciudades indígenas con un urbanismo romano que no
cambian su nombre pero sí su ubicación, sobre todo en torno al 100 a.C. Esto ocurre por
ejemplo en la costa catalana en Iluro (Mataró) y Baetulo (Badalona). Todo parece que
se tratase de una decisión voluntaria de las elites indígenas, con la aprobación romana.
Lo miso parece haber ocurrido en Gerunda (Gerona), Iesso, Aesso, Ilerda (Lérida) y
Osca (Huesca), o con Bilbilis (Calatayud), que habría sido de indígenas y de itálicos.
Ese cambio del paisaje urbano producido por Roma, cualitativo y cuantitativo, pudo por
ello ser mayor.
Tema 11. Ejército y administración provincial durante el
Principado.
El ejército, con Augusto pasa de ser de conquista a ser de ocupación, estable, con un fin
concreto: estacionarse en lugares determinados para defender el territorio de cualquier
peligro interno o externo. A partir de Augusto se va a producir en hispana una
hispanización de las tropas. El mando corresponde a una única persona: el legatus
augusti, que recibe el gobernando de la Citerior, el único lugar de Hispania donde había
soldados.
En todo el imperio Augusto va a llevar a cabo una reducción drástica de tropas, para
reducir el gasto y para evitar riesgo de traiciones. Solo habrá tres legiones: la IV, cerca
de Iulobriga y la VI y la X, más al oeste, junto al territorio galaico astur. Con Claudio,
la situación cambio, conquistó Britania y llevó a la IV legión allí. A la muerte de Nerón,
Galba aspirará al poder siendo gobernador de Hispania, reclutó una legión solo con
hispanos, la VII Galbiana. Vespasiano fue quien finalmente se hizo con el poder, que en
parte lo logró con ayuda de las legiones de Hispania. Tan sólo devolvió una legión a
Hispania, la VII, que pasó a llamarse VII Gemina, formada por hispanos y por gentes de
otros lugares del imperio. Desde entonces quedaría establecida en León, formada en su
mayoría por hispanos.
En el periodo republicano existían dos provincias, la Citerior y la Ulterior, sin capitales
fijas. Habían ido creciendo de manera irregular a medida que Roma iba conquistando
más territorios. De acuerdo con Casio Dión, en 27 a.C., Augusto llevó a cabo una
reorganización de las provincias del Imperio. Hispania estaba todavía en guerra. En el
conjunto del imperio, a partir de entonces, se dividieron las provincias en senatoriales e
imperiales, bajo el control del emperador, en la práctica las gobierna un enviado del
emperador, legatus augusti pro praetore, se trata de senadores enviados directamente
por el emperador. Las más importante serán confiadas a antiguos cónsules, el resto a
expretores. Estos delegados del emperador estaban dotados de imperium. Las provincias
senatoriales eran gobernadas por procónsules sacados a sorteo entre los cónsules tanto
senadores como pretorianos. No tenían tropas, y ejercían su cargo en la provincia
durante un año. Por estar Hispania en guerra, no quedó terminada la reorganización
hasta más allá de 27 a.C.
El Edicto de Bierzo o Bronce de Bembibre es un documento público, para ser exhibido.
Tiene tres partes desiguales en extensión. La primera, la superior, con el nombre y los
atributos imperiales de Augusto; la central, la más extensa, presenta el contenido del
texto; y la tercera el lugar y la fecha de promulgación (por Augusto en Narbona en 14-
14 de febrero de 15 a.C.). Es el primer documento que se refiere a la zona noroccidental
de la península recientemente dominada. Se nombran pueblos ya conocidos por otros
documentos epigráficos posteriores, y aparecen otros pueblos menores, algunos de ellos
son premiados por Augusto por su comportamiento durante la guerra, por haberle
apoyado; y castiga a otros por haberse opuesto al ejército romano.
Se menciona una provincia Transduriana, que nunca había aparecido en las fuentes.
¿Cómo debemos entender esta mención? Lo más probable es que fuese una tercera
provincia que se refería al territorio recientemente conquistado al norte del Duero. Un
texto de Estrabón habla de la existencia en Hispania Citerior de tres legados; uno viviría
en la zona más romanizada, y los otros dos, con mando militar, en el norte de la
península. ¿Se refiere Estrabón a esta fase de experimentación? Puede ser. Ello nos
llevaría a fechar la definitiva división de Hispania en tres provincias entre el 15 y 12
a.C. El 12 a.C. porque en el mapa de Agripa, Lusitania ya estaba situada como una
provincia independiente, y Agripa muere en ese año.
La división final fue en tres provincias: Citerior Tarraconense, Ulterior Bética y Ulterior
Lusitana. Las fronteras entre las provincias Bética y Tarraconense eran las mismas que
las que habían sido durante la época republicana. Todavía en época de Augusto, entre 7
y 2 a.C., el territorio del sureste pasó a pertenecer a la Citerior y la frontera se desplazó
al oeste, para que la Citerior controlase los recursos mineros de esa zona. La frontera
entre la Bética y la Lusitania sigue el curso del río Guadiana, salvo que en Emerita
Augusta se desplaza hacia el sur. Entre la Lusitania y la Tarraconense la frontera está
delimitada por el cuso medio y final del río Duero.
Estas fronteras se mantuvieron hasta el siglo III con pocas variaciones. Una de ellas
habría sido en época de los Flavios. La zona de Mirobriga pasó a pertenecer a la
tarraconense y en la Tarraconense, la zona de Avela, pasó a pertenecer a Lusitania.
Asturias y Galicia en algún momento habrían podido independizarse, en los dos
primeros siglos no está confirmado. Lo que ocurre es que la Tarraconense era una
provincia muy extensa, por lo que existirían legados y administradores en esta zona
noroccidental. A comienzos del siglo III d.C., con Caracalla, probablemente esta zona
pasó a ser una provincia independiente. Con Dioceclano, a finales del siglo III si ocurrió
así, la provincia de Gallaecia.
En cada provincia existen unas subdivisiones territoriales de las provincias: los
conventos jurídicos. Su función es fundamentalmente jurídica. El origen está en una
práctica de época republicana. Existieron desde época de Augusto, creados al mismo
tiempo que creó las tres provincias.
En la Bética existen cuatro:
- El gaditano, cuya capital era Gades. Es una zona muy homogénea culturalmente, es la
zona semita.
- El hispalense, con Hispalis como capital.
- El astigitano, cuya capital era Astigi.
- El cordubense, con Córdoba como capital de provincia y de la Bética.
En Lusitania habría tres:
- El pacense, con capital en Pax Iulia.
- El escallabitano, con capital en Scallabis.
- El emeritense, cuya capital Emerita Augusta, lo es también la provincia.
En la Tarraconense había 7:
- El bracaraugustano, cuya capital es Bracara Augusta.
- El Lucense, con capital en Lucus Augusti.
- El de los astures, cuya capital es Asturica Augusta.
- El Cluniense, con capital en Clunia (Coruña del Conde). Es la única ciudad de época
romana con importancia que no ha subsistido hasta nuestros días.
- El cartaginense, cuya capital es Carthago Nova.
- El cesaraugustano, con capital en Cesaraugusta.
- El tarraconense, cuya capital Tarraco, es además capital provincial.
Funciones de los conventos jurídicos:
- judicial: el gobierno provincial, de manera periódica, visita la capital del gobierno
jurídico donde tenía que decidir sobre los casos judiciales que se le presentan.
- religiosa: existía un concilium conventus, los ciudadanos aristócratas más importantes
se reunían en la capital del convento para organizar el culto imperial: velar por que los
templos al emperador estén en buen estado, comprobar que se cumplan los ritos y
nombrar al sacerdote conventual (flamen), un cargo de gran prestigio.
- fiscal: es una función no confirmada. Se ha planteado la posibilidad de que del
convento se llevara a cabo la gestión del censo de la población y a partir de ahí una
gestión fiscal. Podría haber existido un censitor encargado de estas funciones.
- militar: ¿pudieron ser centros de reclutamiento de legiones y sobre todo de tropas
auxiliares? No está claro. Encontramos a cohortes hispanas combatiendo en distintas
provincias del Imperio, en ocasiones su nombre coincide con el de un convento jurídico.
Tema 12. La extensión de derecho latino en Hispania
durante la dinastía flavia: lees municipales e instituciones
ciudadanas.
Con Vespasiano en particular y con los flavios en general tiene lugar:
- la promoción jurídica de las ciudades: todas las ciudades hispanas van a recibir el
derecho latino (ius latii).
- la promoción del estatuto jurídico individual.
- el desarrollo enorme de la urbanización en Hispania de acuerdo con los modelos
romanos.
Consecuencias:
- se acelera la desaparición de las estructuras sociopolíticas indígenas.
- el desarrollo de la romanización en Hispania da lugar a que un cierto número de
hispanos entre en la carrera política de Roma y lleguen a ser senadores.
Edicto de latinidad
La única referencia indirecta está en Plinio, que nos dice que Vespasiano otorgó a Toda
Hispania el derecho latino cuando se vio involucrado en las luchas por el poder.
Hispania, única provincia a la que Vespasiano concede el derecho latino, debió de
colaborar de manera decisiva en el ascenso al poder de Vespasiano. Plinio no nos indica
la fecha de esta concesión. No antes del año 70, cuando Vespasiano lucha por el poder,
para aplicar el edicto era necesario conocer el paisaje urbano de Hispania, realizar un
censo. Para ello hay una serie de inscripciones para honrar a Vespasiano y a Tito, su
hijo siendo censores en 73, por tanto a partir de entonces es cuando empezarían a
aplicarse.
¿Cómo se produce la concesión del derecho latino?
- A título individual.
- A través de la municipalización de las ciudades hispanas. Todas aquellas poblaciones
de Hispania con cierto carácter urbano se convirtieron en ciudades de derecho latino.
Todas aquellas poblaciones de Hispania con cierto carácter urbano se convirtieron en
ciudades de derecho latino. Los romanos tratan de establecer jerarquías sociales dentro
de las ciudades, el acceso a las magistraturas dentro de las ciudades suponían la
conexión de la ciudadanía romana.
¿Qué ciudades en concreto recibieron la latinidad? Actualmente se cree que el edicto, o
la promoción jurídica, se aplicó allí donde hubiera centros urbanos equiparables a los de
Roma e Italia. En lugares de poblamiento disperso no se aplicaría, o se haría de otra
manera. Esto nos lleva a la parte septentrional y del noroeste de Hispania, donde más
que un proceso de municipalización, el ius latii se otorgaría a través de la prestación del
servicio militar como tropas auxiliares. No hay una lista de ciudades, pero si datos de
que esa promoción jurídica fue realmente concedida, ya que hay municipios que son
citados como municipios flavios, algo que indica que se recibió el estatuto de municipio
en la época flavia. Otro indicio lo tenemos en la adscripción de ciudadanos a la tribu
Quirina (la de los flavios). Era habitual que un individuo fuera inscrito en la tribu de
aquel que le concedía la ciudadanía romana. También encontramos nombres de
magistrados locales con su cursus honorum, algo que indica la existencia de una
organización municipal en una determinada ciudad. Por lo que al darse en esta época
suponemos que se fundamenta en el edicto de latinidad.
En definitiva, el derecho latino se otorga mayormente en el último tercio del s. I, pero en las zonas menos romanizadas la promoción es a través del ejército.
La lex Ursonensis (de época republicana) es una ley colonial. César planificó la
creación de la colonia de Urso, aunque quien la llevó a cabo fue Marco Antonio en 44
a.C. Esta lex permite excepcionalmente el matrimonio entre miembros del ejército y
mujeres hispanas, sus hijos serán ciudadanos romanos.
Hay dos posibles leyes municipales de época julio-claudia: la ley municipal de Clunia,
que fue convertido en municipio por Tiberio y sería en esa época presumiblemente
cuando recibiría la carta de municipalidad; y la ley municipal de Ampurias, que fue
convertida en municipio por Augusto, en ella se habla sobre el nombramiento de un
patrono.
Las leyes flavias sí que sabemos que son municipales y que corresponden a municipios
latinos convertidos por los flavios.
- La lex Italicensis fue hallada de manera irregular, posiblemente encontrada en Itálica,
corresponde al capítulo 90 de la ley flavia municipal.
- La lex Ostipponensis corresponde a los capítulos 62 y 62.
- De la lex Salpensana conocemos una tabla que ha sido datada en los años 80 del siglo
I d.C., correspondiente a los capítulos 21 a 29 de la ley flavia municipal. Reconoce
expresamente la ciudadanía romana a los exmagistrados locales y a los ascendientes y
descendientes de estos individuos. Dice que es posible ofrecer al emperador el cargo de
magistrado supremo de la ciudad y que existe el derecho de veto dentro los magistrados
con superioridad de veto entre el magistrado superior al inferior.
- La lex Malacitana era correspondiente a Malaka, que era una ciudad federada. Se
conserva una tabla que contiene una información única, trata de las elecciones dentro de
un municipio latino.
Hace unos veinte años apareció la lex Irnitana. Seis tablas (II, V y la que va entre VII y
X) con los capítulos 19 a 31, 19 a 50 y 59 a 97 de la ley flavia municipal, datada en 91
d.C. Se ha debatido sobre si habría una ley general para Hispania o si se hacía
individualmente para cada municipio. La ley irnitana parece haber solucionado esta
cuestión, que se tratase de algo general. Este sería el texto modelo que se copiaría para
las propias copias de una ciudad determinada.
Probablemente en la época tardo-republicana debió de redactarse una ley par
administración local pensada fundamentalmente para Italia. Ese modelo sería utilizado
por Augusto en él se basarían los Flavios para elaborar su ley de municipalización.
La ley Flavia municipal tenía cuatro partes diferenciadas:
- en la primera estaba contenido el funcionamiento institucional de la localidad. Los
primeros 18 fragmentos no se conservan pero hablarían de la constitución de la ciudad,
de las formas de gobierno y algunos capítulos tratarían de los diunviros.
- la segunda parte regulaba las elecciones municipales.
- la tercera parte estaba dedicada a la vida económica municipal y a las actuaciones
derivadas de las decisiones de los magistrados.
- la cuarta parte estaba dedicada a la jurisdicción municipal. Habría jueces municipales
agrupados en las decurias, pero los magistrados también tendrían competencias
jurisdiccionales.
Los habitantes de una ciudad se distinguían por su origo y por su domicilium. La origo
podría ser la “nacionalidad” de un individuo. En domicilium es el lugar donde vive. Allí
ese individuo es un incula (vive en una ciudad de la que no procede). El incola votará
en una única unidad de voto. Existe la posibilidad de que un individuo reciba la origo
por concesión del senado local, lo que se llama la adlectio, así tendría más de una
origo.
El ciudadano de pleno derecho de la ciudad tiene unos derechos (participar en las
asambleas, presentarse a los cargos públicos…) y unos deberes o munera, unas tareas
comunitarias de muy distinta categoría social, pueden ser cargos de prestigio o que
impliquen el trabajo físico.
Roma exporta a las provincias occidentales del Imperio el modelo republicano formado
por senado, magistraturas y asambleas populares.
- El senado local u ordo decurionum: sus miembros son los llamados decuriones. El
número de decuriones varía en función del tamaño, importancia y riqueza de la ciudad.
En ciudades del nivel de Tarraco o Cesaragusta serían en torno a cien. Para ser senador
había que pagar la llamada summa honoraria (una cantidad también variable). Al ordo
decurionum se accede a través de tres maneras diferentes:
- a través de las magistraturas: los exmagistrados se convierten automáticamente en
decuriones.
Existen otras dos formas por si el número de decuriones no se completaba por este
sistema o para recompensar a alguien:
- mediante la adlectio: los decuriones eligen a alguien de fuera del ordo para que sea
miembro del senado.
- mediante la elección de la asamblea popular.
Se era miembro de manera vitalicia salvo que la conducta fuera incorrecta y se
procediese a la expulsión.
El ordo era el órgano político más importante y supervisaba todos los asuntos de la
ciudad, como por ejemplo vela por el cumplimiento de los rituales religiosos, legislar en
el ámbito local y, sobre todo, estaban en sus manos las finanzas de la ciudad. El lugar
donde se reunía se llamaba curia, uno de los elementos característicos de cualquier foro
municipal.
Para los magistrados de los municipios existía también un cursus honorum. Había tres
tipos de magistrados:
- cuestores.
- ediles.
- dunviros.
- Los cuestores aparecen muy pocas veces nombrados en las inscripciones de Hispania,
por lo que no todos los municipios tendrían esta magistratura o sería un cargo de poca
importancia. Es probable que el cargo de cuestor fuera una carga cívica, un munus. Se
encargaría de las cuestiones financieras.
- Por encima estaban los ediles, que se ocupaban de la cura urbis, del cuidado de la
ciudad, abastecimiento, mercados, urbanismo, orden público, control de pesos y
medidas… Era un cargo “trampolín” para acceder a la magistratura superior por lo que
organizaban también juegos para ganar popularidad.
- Los dunviros hacían como los cónsules en Roma: tenían capacidad legislativa, eran
ejecutores máximos de la administración, convocaban y presidían las asambleas
populares… Debían residir en la ciudad o no alejarse a más de una milla. Si fallecían o
debían ausentarse existía un prefecto para ejercer el campo temporalmente hasta una
nueva elección de dinviros.
La religión romana es cívica, nacional. Los devotos se comunicaban con los dioses a
través de los magistrados y de los sacerdotes (pontífices, augures, arúspices, y sobre
todo los encargados del culto imperial: flamen y seviros).
En torno a estas magistraturas había también una serie de funcionarios y subalternos.
Dos representantes elegidos anualmente
Las asambleas populares: en las provincias existen los comicios por curias. Los
dunviros convocan las elecciones y aceptan a los candidatos que se presentan. Era un
voto individual emitido dentro de la circunscripción o curia correspondiente. Había un
total de 12 curias. Las asambleas no tienen una función legislativa, pero sí una electoral.
Tema 13. La crisis del siglo III y el tránsito a la
Antigüedad Tardía: reforma de las divisiones
administrativas y principales comunidades urbanas.
Crisis como término implica un tiempo corto. Gibbon, a finales del siglo XVIII es quien
acuña esta palabra, para compararla con la etapa anterior, ala de los Antoninos, de oro.
Rostovtezff habla en 1926 de una revolución en el imperio, que destruye las estructuras
sociales, económicas y políticas. Una decadencia durante doscientos años. Esta teoría
carece hoy de valor, porque a finales del siglo III hay una cierta recuperación. Christol
(mitad del siglo XX) matiza la imagen de anarquía militar, habla de varias crisis (244-
53, 260 y 268-70), con periodos de estabilidad, que no legan a afectar a Hispania. Blois
y Wistchel no creen que la crisis afecte a todo el imperio, sólo a ciertas provincias.
Tradicionalmente se ha sostenido que hubo dos entradas de bárbaros en la península.
Los primeros problemas que tiene el imperio son del siglo II cuando se producen
incursiones en busca de botín desde el norte de África. Podemos hablar de dos
invasiones, una franca en el 260, “año de los desastres”, porque hay una entrada de
godos en Oriente. En la península destruyen Gerona y Lérida en la Tarraconense. La
invasión franca se basa en una serie de tesoros que se han ido encontrando en la
Península Ibérica. La segunda invasión es la de los alamanes.
La Constitutio Antonina, recogida en el Edicto de Caracalla, se conoce por el papiro
Huyesen. Supone la concesión de ciudadanía romana a todos los habitantes libres del
imperio. Uno podía en caso de juicio acogerse a la ley romana o a la de su propia
ciudad. Hay quien ve en ella únicamente funciones fiscales: a más contribuyentes mayor
recaudación. Supone la integración de los provinciales en Roma. Algunas élites urbanas
no ven con buenos ojos estas medidas y buscaron elementos para diferenciarse:
Honestiores y Humiliores.
Diocecliano llevó a cabo una reforma administrativa del imperio:
- se pasa de 48 provincias a unas 104.
- a los gobernantes de cada provincia les va a a quitar el mando militar.
- agrupa las provincias en unidades mayores. Divide el imperio en tres prefecturas.
Occidental (prefectura de las Galias), central y oriental. A la cabeza de cada una hay un
prefecto del pretorio. La prefectura se divide en unidades menores: diócesis.
Diocecliano elimina la diferenciación entre provincias. Todas pasan a manos del
prínceps y a cargo de cada una pone unos praeses. Los conventos jurídicos desaparecen.
Lo más probable es que la capital de la diócesis hispaniense sea Emérita Augusta. Las
provincias tarraconense, cartaginesa, balear y tinguitana serán presidenciales, la
Gallaecia cambia a consular.
La organización administrativa es la siguiente (los miembros no tienen funciones
militares):
- Prefecto del pretorio: con la tetrarquía se adscribe un prefecto del pretorio para cada
emperador. Constantino las disuelve y el cargo queda vacío de contenido. Le da nuevas
funciones, solo civiles, actuando en cada una de sus regiones como vice-emperadores en
materia civil y judicial. Su gran ámbito de actuación son las actividades fiscales y es el
segundo juez de apelación. Hay una serie de cargos que vigilan su actuación:
Agentes in rebús: cuerpo de seguridad y vigilancia del emperador.
Aerarium privatum: encargado de la administración del patrimonio imperial.
Comes hispaniarum: jefe militar.
- Vicarios: encargados de las diócesis. Es la máxima autoridad civil y judicial y son los
primeros jueces de apelación. Tienen función fiscal y controlan a los agentes de la
administración central. Son asistidos por numerosos funcionarios.
- Praesides y consulares: gobernadores provinciales, que dejan de ser nombrados por el
senado, responsables del orden, materias fiscales o judiciales, actúan como jueces de
primera instancia, mantienen las infraestructuras y se dedican a recaudar impuestos.
Controlan los presupuestos de las ciudades. También tiene una serie de funcionarios que
les asisten en su función.
Administración municipal: Había problemas económicos en las ciudades por lo que en
el siglo III y IV se produce un mayor intervencionismo estatal en la gestión de las
ciudades. Su actividad como centros de recaudación de impuestos va a aumentar,
además albergan a los cargos administrativos, gracias lo cual pueden mantenerse:
- una curia, presidida por dunviros.
- aediles: encargados del mantenimiento de las obras públicas.
-cuestores: funciones fiscales.
Surge un primer cargo, el Curator Civitates, elegido por la cancillería imperial,
interviene en todos los asuntos de la ciudad, pero se centra en las funciones fiscales y en
la recaudación en impuestos por lo que los cuestores tienden a desaparecer. Tras el 363
es la curia quien elige a esta figura. Solo supervisan la recaudación, quien lo hace de
manera efectiva son los curiales, que estaban muy mal vistos en sus comunidades. Se
exporta un cargo oriental, el defensor civitatis, para denunciar los abusos de los curiales
sobre la población. Hasta 363 eran nombrados por el prefecto del pretorio, desd
entonces lo serán por la curia. Se fortifican una serie de estaciones a lo largo de los
caminos.
Ejército imperial: Diocecliano reduce las legiones a 1500 hombres por legión, perdiendo
efectividad, están las legiones de limitanei (en la frontera) y crea una fuerza móvil
(comitatenses) cercana que va de un lado a otro para solucionar los problemas. El
responsable de los limitanei es el dux. La fuerza móvil es mejorada por Constantino,
formada por unos 100.000. Estarían a cargo de un magister peditum (la infantería) y de
un magister equitum (la caballería) ya desde el siglo II se integran las caballerías
bárbaras en los comitatenses. Dentro de las mismas había unas tropas de élite: legiones
palatinae (infantería), y vexiliationes palatinae (caballería). En el caso de Hispania
había una legión establecida en León y una serie de tropas móviles de comitatensis en la
cornisa cantábrica, con unos 105.000 hombres. Las tres estarían centradas controladas
por el comes hispaniarum Lo más probables es que se tratase de una zona rica en
mineral y para controlar el valle del Ebro y la entrada de invasores por los Pirineos. La
tingitana también tenía un comes propio con cortes de limitanei y otras de comitatenses.
Cristianización en Hispania: Se extendería más rápidamente en los centros urbanos. En
el campo la pervivencia del paganismo será mucho mayor. Las primeras noticias de
cristianismo en Hispania nos las da tertuliano. El Concilio de Elvira, en Granada, es el
primer concilio hispano, de fecha indecisa, unos autores consideran que es años antes de
la persecución de Diocecliano (2959, otros en plena persecución y otros en 312 tras el
edicto de Milán (lo más probable) Asisten al menos 19 obispos y 23 presbíteros. Es un
cristianismo lo suficientemente asentado para que exista una jerarquía establecida. Este
concilio podría reflejar que el cristianismo en Hispania tuviera sus raíces en Numidia y
en el África Proconsular. Otros historiadores, usando la arqueología, dicen que llegaría
de Asia Menor. Se trata de marginalizar el paganismo. Se regula pero no se prohíbe el
culto imperial. Prohíbe los sacrificios animales, se reinterpreta y se vacía de contenido
el culto al emperador sin llegar a perderlo.
Se dan beneficios económicos y sociales a los convertidos y se castiga a los
funcionarios que se niegan a la conversión. Los templos son empelados para restaurar
edificaciones no paganas. Hay una pervivencia muy grande de las prácticas paganas
porque la autoridad imperial va a aplicar estas medidas en momentos de peligro.
Los siglos IV y V es pronto para hablar de una cristianización plena de los territorios
hispanos. Los obispos son una figura carismática y poco a poco aumentan de poder,
aprovechando la presencia de restos de mártires y santos en sus ciudades. Los obispos
van a tener competencia entre ellos alrededor de las ciudades, en la cristianización del
campo, surgen así las parroquias rurales. Este éxito debe achacarse también a los
grandes propietarios terratenientes que financian estas construcciones, para legitimarse
ante sus colonos y para acercarse más a Dios.
Tema 14. La religión romana en Hispania.
La religión romana es el conjunto de creencias y prácticas rituales tanto públicas como
privadas que son propias de los romanos y de los latinos. La religión romana exportada
a occidente tiene una enorme influencia desde el Mediterráneo oriental, helenizada en
algunos aspectos. La religión romana, como politeísta que es, no es excluyente. Roma
va asumiendo rituales y dioses de los lugares por donde pasa. Se da un sincretismo
importante. La religión romana en Hispania es una mezcla de lo helenístico, lo romano,
y lo propiamente hispano.
Contamos con distintas fuentes para el estudio de la religión romana:
- literarias.
- numismáticas (sobre todo a través de la iconografía).
- epigráficas: inscripciones religiosas en las que una comunidad o un individuo la hace a
una divinidad pidiéndole algo.
- arqueológicas: santuarios, templos, altares…
Divinidades oficiales y el culto al emperador
A la cabeza del panteón romano está Júpiter, que tiene su casa en el Capitolio, templo
principal de Roma, que siempre tuvo tres espacios, el central para Júpiter, flanqueado
por las divinidades femeninas de Juno y minerva. Este modelo se exporta a los lugares
romanizados. En Hispania no han sido identificados muchos templos capitolinos. En las
ciudades de fundación romana en época republicana existiría un capitolio.
El modelo capitolino republicano sería sustituido a partir de Augusto por el culto
imperial. El culto imperial es un elemento propagandístico romano. Se trata de buscar
lealtades políticas a través de lealtades religiosas. Había una creencia en la divinidad del
emperador. El culto imperial tiene su origen en el Mediterráneo oriental, en el culto
helenístico, fundamentalmente en la basileia helenística. En el caso de Hispania se ha
propuesto que la idiosincrasia hispana había favorecido a una predisposición del culto al
individuo.
¿Cuñando se inicia el culto imperial? El primer imperator que es divinizado es Julio
César, a su muerte, Augusto hará un uso inteligente de ello. En vida no recibe ningún
honor en especial, aunque sí se da la erección de algunos altares que anticipan ese culto
imperial, hay uno de esos altares en Tarraco, del 15 a.C.
Tras su muerte, Augusto también se convierte en Dios y nace definitivamente el culto
imperial paralelamente en occidente y oriente. Tarraco es el que toma la iniciativa. Pide
permiso a tiberio para construir un templo en honor a Augusto y Tiberio da el visto
bueno. A partir de Tiberio todos los emperadores romanos reciben algún tipo de
veneración en Hispania, con la excepción de los que fueron oficialmente olvidados.
¿Qué es lo que se venera cuando hablamos de culto imperial? El emperador reinante no
es un dios presente, pero sí un ser mortal superior a los demás, porque tiene una serie de
virtudes que le acercan a la divinidad. Por ello cuando recibe un culto lo recibe como
Augustus. El emperador cuando muere se convierte en divinizado, divi. El culto imperial
es una mezcla del emperador vivo y sus antepasados muertos divinizados con los que
forma una fuerte cadena. En el caso de Hispania el culto a los Augustus se vio
acompañado por el culto a roma, que es también un dios. A esto hay que unir el
conjunto de la familia imperial, las divaes, las emperatrices. El genius es un espíritu
protector personal. El genius augusti es venerado en inscripciones con relativa
frecuencia.
La organización del culto imperaial distingue tres niveles:
- municipal: es el primero que surge, de manera espontánea, en Hispania lo encontramos
en todas las ciudades donde la epigrafía es abundante, sobre todo en las zonas más
romanizadas. El nombre del sacerdote que se ocupa del culto imperial del municipio es
flamen/flamines (siempre es un cargo masculino miembro de la aristocracia y elegido
por el ordo decuriorum y miembro del mismo). En ocasiones aparece el término
flaminica, cargo femenino que se ocupa del culto a las emperatrices.
- conventual: el conciluim reúne anualmente a las ciudades para elegir al flamen
conventus.
- provincial. El concilium provincial elige al flamen provincial, un cargo de
extraordinaria influencia política, de un prestigio mayor. El siguiente paso es llegar al
senado de Roma.
Se trata de cargos vitalicios.
Lo que pretende el culto imperial es crear un cauce de expresión para la aristocracia
indígena en su vinculación a roma y darle unas vías de ascenso social. Los serviri (6
individuos) son libertos (esclavos liberados) a los que se les a la oportunidad de ser
miembros de este colegio sacerdotal.
Religiones místicas
Había unos rituales de iniciación que solo algunos elegidos podían llevar a cabo, que
podemos llamar “bautismo”: bañar al iniciado con agua o con sangre. La iniciación
implica pasar a formar parte de una comunidad cerrada, en la que sus miembros cran un
sistema de solidaridad entre ellos. Son religiones salvíficas, ofrecen una vida mejor en
el más allá. Todas estas religiones compitieron por un mismo tipo de público, por lo que
las vemos extendidas en las mismas regiones, en el mismo grupo de población, incluso
intercambiando símbolos y ritos. La diferencia que tiene el cristianismo es que es
monoteísta, solo se admite a sí misma.
En Hispania la presencia de las distintas divinidades orientales es muy desigual. En los
siglos II y III es cuando aparecen la mayoría de restos arqueológicos que nos indican la
presencia de estas religiones.
Mitra es un dios que tiene una presencia escasa en Hispania porque:
- se caracteriza por su invencibilidad. En Hispania el número de soldados estables es
reducido y su origen es endogámico, lo que dificulta que el mitraísmo penetre.
- pudiera ser que alguna divinidad indígena cumplir las funciones que desempeña Mitra.
Se ha hablado del dios Lug, principal divinidad céltica.
La diosa Cibeles, llamada también Magna Pater, es procedente de Asia menor. Los
restos de esta religión que conocemos en Hispania son los taurobolium o criobolium
(sacrificios de toro o carnero), altares donde se llevaban a cabo rituales en honor a esta
divinidad.
Muy vinculado a Cibeles aparece una divinidad masculina llamado Attis, de origen
frigio, que acaba por ser guardián tutelar de los muertos. Es un dios que sufre, muere y
resucita, busca la salvación de sus devotos con su propio sacrificio. En Hispania lo
encontramos en mausoleos, dos característicos están en los Torreones (cerca de
Tarraco), y en el de Sofuentes. Otras divinidades como Sabacio y Némesis (que tiene
mucho éxito entre los gladiadores) y algunas egipcias como Isis tienen una presencia
menor en la Península.
Cristianismo
Sobre su origen hay un mito de la historiografía española, el de la temprana
cristianización de Hispania. En realidad se inicia más tarde que en otras zonas como el
norte de África o la Galia. La causa es la escasa presencia de judíos en la Península. El
cristianismo se predica en un primer momento sobre los judíos y sobre los hablantes
griegos, no hay ni unos ni otros en Hispania.
Las hipótesis sobre el temprano cristianismo en Hispania son a partir de dos leyendas:
- Los siete varones apostólicos: discípulos de los apóstoles enviados para evangelizar
Hispania. Se asientan en la Bética y allí con su primera predicación consiguen formar
las primeras comunidades cristianas.
- La llegada de Santiago a Hispania, para predicar.
Ambas son difíciles de creer. Una tercera hipótesis pero con mayor peso histórico parte
de que Pablo de Taso en una de sus cartas a los romanos les dice que espera verlos
cuando vaya a predicar a Hispania. Es dudoso que viniera. Si lo hizo no parece haber
tenido un gran éxito en cuanto a la expansión del cristianismo.
Todo lleva a concluir que en el siglo I y II es difícil hablar de cristianismo en Hispania.
Hay que esperar al siglo III.
Desde la perspectiva romana los cristianos ponían en peligro la estabilidad del orden
romano de la sociedad romana, sobre todo en el cumplimiento de la Pax Deorum (la paz
con los dioses). Había una serie de normas para respetar a esos dioses, los cristianos no
los respetaban, se negaban a llevar a cabo los rituales romanos y ponían en peligro la
Pax Deorum. Por ello se inician las persecuciones. En el siglo III empiezan a abundar en
Hispania. Se les obliga a rendir culto al emperador. Muchos de los mártires cristianos
son comerciantes africanos. Esta podría ser una vía de penetración del cristianismo en
Hispania: el norte de África y el comercio. La situación cambia después del Edicto de
Milán, y más tarde Teodosio convierte el cristianismo en religión oficial del Imperio.