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1 HISTORIA DE MIS ACUARELAS III FRANCISCO D. LÓPEZ Editorial MaJa

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HISTORIA DE MIS

ACUARELAS

III

FRANCISCO D. LÓPEZ

Editorial MaJa

2

Primera edición, 2017

© Del texto: Francisco D. López

© Portada e ilustraciones: Francisco D. López

Editorial MaJa

801 W. Green Valley Circle

Payson, AZ 85541

Teléfono 480-415-1661

[email protected]

Imprime: PostNet, EE.UU.

3

A LA PINTURA

A ti, lino en el campo. A ti, extendida

Superficie, a los ojos, en espera.

A ti, imaginación, helor u hoguera,

Diseño fiel o llama desceñida.

A ti, línea impensada o concebida.

A ti, pincel heroico, roca o cera,

Obediente al estilo o la manera,

Dócil a la medida o desmedida.

A ti, forma; color, sonoro empeño

Por que la vida ya volumen hable,

Sombra entre luz, luz entre sol, oscura.

A ti, fingida realidad del sueño.

A ti, materia plástica palpable.

A ti, mano, pintor de la Pintura.

(Rafael Alberti)

4

“No es suficiente con conocer las obras de un artista.

También hay que conocer cuándo las hizo, por qué,

cómo, en qué circunstancias…”.

(Picasso)

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ÍNDICE

Prefacio 6

Siempre los tendréis con vosotros 7

La buena mesa 9

Silueta de la miseria 10

Sin techo 12

Vetusta ciudad mediterránea 14

Rodeo 16

Monarch Butterfly 18

Autorretrato 20

Mi sirena texana 22

A quien amó y vivió la pobreza 24

El mielero 26

Otra cara de la infancia 28

Los navajos 30

“Platero” y el niño 32

Natalia Cosette 34

Estampa del antiguo Oeste 36

Madre e hija 38

Cien años cumplía… 40

Una ciudad sin par 42

La playa sin bicicleta 44

¿Otro San Martin? 46

En la Gran Depresión 48

Estando desnudo… 50

Junto al río 52

Mare Nostrum 54

¿Montañas azules? 56

La tragedia de los inmigrantes 59

En busca de otro hogar 61

Pony Express 63

Pintura para un salón 65

Acuarelas rápidas 67

Dibujos acuarelados viejos 69

6

Prefacio

Lector:

Lo que dijo Picasso (ver la cita temática al comienzo de este librito, arriba) es

algo que he buscado al hacer este trabajo pictórico-literario. Es, simplemente,

una explicación o aclaración de mis acuarelas.

Desde aquella feliz idea hace años de historiar mis acuarelas embelleciéndolas

con un ornamento literario he llegado al tercer volumen. Ya tengo en mi haber

más de 100 acuarelas. Ahora sólo uso papel de 300 lb de peso, en dos tamaños

clásicos (menos la excepción de la sección final). Continúo tomando clases

con el mismo instructor, Mr. Quinton, de quien aprendo menos aunque

considero sus comentarios. Asisto al mismo colegio, Gila County Community

College. Tengo como condiscípulos a algunos conocidos que repiten a lo largo

de los semestres y a otros nuevos. Con cierta frecuencia, me atrevo con

retratos, que sigo considerando difíciles, sobre todo, a la acuarela. Pinto más

sobre temas sociales (una tercera parte de estas acuarelas), aumentando mi

serie sobre la miseria. Y sigo entretenido en mi trabajo, que disfruto como

siempre.

Las obras de esta serie III de acuarelas comprende desde diciembre de 2014

hasta mayo de 2017. He añadido como apéndice unas acuarelas rápidas hechas

en un pequeño cuaderno de viaje y unos dibujos acuarelados viejos.

Espero que lo que sigue entretenga al menos.

7

Siempre los tendréis con vosotros

…Aunque esto no quiere decir que tengamos que seguir sin preocuparnos, sin

sentir remordimientos por nuestra inacción, sin intentar hacer algo para que la

vida de muchos pobres, como el de esta acuarela, no siga siendo una vida sin

futuro ni esperanza, porque “mirad, le llamó el pobre y el Señor oyólo, y lo sacó

de todas sus angustias” (Salmo 34, 7). Y también: “Señor…que al mísero libras

del potente, del salteador al pobre y desvalido” (Salmo 35, 10).

En diciembre de 2014, después de tres semanas por España, de nuevo

impactado al ver imágenes como la aquí pintada, añadí ésta, la sexta acuarela

de mi serie “Guerra a la miseria”. En ella, vemos la parte inferior de las

piernas y las botas de un pobre, llena de contraste de luz y sombra, con su

perro apoyado en una de sus piernas; su triste perro, soñando tal vez con su

amo o su dios, quizás el único amigo y compañero con quien comparte su

miseria durante los años que tiene de vida.

“Misery 6”

8

Don Miguel de Unamuno, en su Elegía en la muerte de un perro, escribió algo

que quizás se pueda aplicar a este el más fiel amigo del hombre:

La quietud sujetó con recia mano al pobre perro inquieto,

y para siempre fiel se acostó en su madre

piadosa tierra.

Sus ojos mansos no clavará en los míos

con la tristeza de faltarle el habla; no lamerá mi mano

ni en mi regazo su cabeza fina reposará.

…………………………….

Allá, en el otro mundo, tu alma, pobre perro,

¿no habrá de recostar en mi regazo espiritual su espiritual cabeza?

La lengua de tu alma, pobre amigo, ¿no lamerá la mano de mi alma?

……………………………

Mira, mi pobre amigo, mi fiel creyente;

al ver morir tus ojos que me miran, al ver cristalizarse tu mirada,

antes fluida, yo también te pregunto: ¿adónde vamos?

Y recuerdo las palabras que el 12 de diciembre de 2014 el Papa Francisco

decía: “El Paraíso está abierto para todas las criaturas de Dios”.

9

La buena mesa

A todos nos gusta la buena mesa. Una copa de buen vino y unos aperitivos

sanos, junto a la pareja o amigo, durante una agradable charla, es uno de los

bellos placeres de la vida.

Encontré tiempo atrás en Internet una foto interesante. Repetidas veces

consideré usarla; y de nuevo, parcialmente por la poca calidad de la pequeña

imagen, posponía usarla como modelo para una acuarela. Hasta que una vez,

pensando que quizás le gustaría a mi hija Maricarmen, decidí usarla. Y aquí

está. Hice la acuarela original, de 23 x 31 cm, en dos cortas clases y unos ratos

en casa. Pienso que los reflejos y contrastes es lo más valioso de la obra.

“Wine and Food”

Y el recuerdo del poeta español, del siglo XIII, surge con la pintura:

Quiero fer una prosa en román paladino, en cual suele el pueblo fablar con so vezino;

ca non so tan letrado por fer otro latino. Bien valdrá, como creo, un vaso de bon vino.

(Gonzalo de Berceo, Vida de Santo Domingo de Silos)

10

Silueta de la miseria

Una vez más, en Internet encontré una foto interesante como parte de un

concurso fotográfico de Fotografía Urbana de CBRE para el año 2014. La

ganadora, en la categoría de 13 a 15 años, Sarah Scarborough tituló su bella

fotografía “A Distant Silhouette”, hecha en una calle italiana. Me impresionó.

En particular, me hizo pensar en ocasiones semejantes en que encontré por

otros países escenas tan tristes e indignas de la sociedad humana. Y decidí

llevarla a la acuarela, como parte de mi serie sobre la miseria.

“Misery 7”

Es la primera vez que hago una acuarela realmente en blanco y negro. Sólo

usé el negro, el gris de Payne, apenas el Brown… y el blanco. Lo importante,

lo que le da valor al cuadro, es el contraste entre luz y sombra.

11

Viendo al pordiosero encapuchado, el recuerdo del poverello de Asís, vestido

de roto saco, mendigando y cantando a la “Dama Pobreza”, viene a la

memoria:

“Audite, poverelle dal Signor vocate”

(Escuchad, pobrecillas por el Señor llamadas ………………………………………..

Yo os ruego con gran amor que tengáis discreción de las limosnas que os da el Señor).

Sin duda alguna, esta estampa la contempló nuestro Señor Jesús en su vida. La

contempló también el joven Francisco de Asís en el siglo XIII y la jovencita

Sarah viajando por Italia; y la he contemplado yo numerosas veces en el

pasado y, tristemente, todavía en el presente. A cada uno le ha movido esta

escena de diversa manera. O al menos, la reacción ha sido distinta en cada uno

de nosotros. ¿Cuál es la respuesta correcta en el momento en que vivimos?

12

Sin techo

Hay millones de personas sin techo por todas partes del mundo. En Estados

Unidos sabemos de miles de soldados que, después de servir a la Patria, por

distintas razones, no tienen casa, malviven en la calle, pues pertenecen al gran

ejército de los Sin Techo. Oímos sobre esto en muchos lugares, se hacen

películas y programas de TV con este tema, pero quizás nosotros vivimos

despreocupados, gozando nuestras posesiones y bienestar.

Cuando vi la foto, modelo de mi acuarela, me impactó por lo triste, lo cruel, lo

injusto de esta repetida situación en nuestros pueblos y ciudades. Hemos oído

que el papa Francisco, vestido como simple sacerdote, abandona regularmente

el Vaticano por la noche para alimentar a los sin techo. Y sabemos que

subastó su moto Harley Davidson para ayudar a costear un albergue para los

pobres de Roma. Y ha dicho: “El dinero tiene que servir, no gobernar”.

La obra, pintada en ocho o diez horas a principios de febrero de 2015,

pertenece a mi serie de la miseria. Un soldado duerme en la calle nevada y

sucia. Es otro soldado desconocido, no enterrado en una tumba sin nombre,

sino ocupando un rincón de la calle, con sus pocos bártulos a cuestas,

durmiendo en un banco como pudiera hacerlo sobre un plástico o caja rota de

cartón en un sucio callejón. Nosotros pasamos de largo, con un gesto de

molestia, protestando que las autoridades no hacen nada y que pagamos tanto

y cuanto en impuestos. ¿Por qué las autoridades no buscan el modo de hacer

desaparecer esta miseria que agita la conciencia ciudadana, que tanto

molesta?, quizás pensamos.

En este sentido, Michelle Chen escribió el 2 de febrero de 2015 en un

periódico online que algunas ciudades quieren evitar la basura quitando los

cubos de basura…y aplican esto, de modo semejante, creando leyes que prohíban

a los Sin Techo en los lugares públicos. En octubre de 2014, Fort Lauderdale,

Florida, ha llevado esto al extremo prohibiendo que se distribuya comida a los

hambrientos en público. Y menciona a Arnold Abbot, un humanitario de 90

años, que dijo: “No se puede barrer a los Sin Techo bajo una alfombra…No hay

alfombra suficientemente grande para ello”.

13

La periodista continúa escribiendo que una encuesta del Centro Nacional y

Legal de los Sin Techo y Pobres a más de 180 ciudades indica que existen leyes

contra los sin techo por toda la nación. Aproximadamente un tercio de las

ciudades americanas prohíben “camping” en lugares públicos, lo que significa un

aumento del 60% desde 2011; prohíben desde sentarse en las aceras hasta actos

de grupos caritativos… Palo Alto prohíbe dormir en coches aparcados. Mobile no

permite en absoluto “la mendicidad agresiva”, que es simplemente pedir un

donativo de una persona haciendo cola. El año pasado, Fort Lauderdale autorizó a

la policía para prender a la gente que guardaba sus posesiones en cualquier

propiedad del Estad. “Realmente existe una guerra contra los Sin Techo con la

finalidad de que desaparezcan de los lugares públicos. Y esto está ocurriendo en

Fort Lauderdale y en todas partes del país”. Muchos de los Sin Techo son gente

con problemas de drogas, enfermedades mentales o daño emocional por trauma o

guerra, y que no puede pagarse una vivienda ni es aceptada en albergues… Estas

ciudades intentan que los sin techo sean invisibles…que es, en cierto modo, un

tipo de segregación.

Pero los pobres siempre estarán con nosotros, aun cuando intentemos no verlos.

Esta es la hipocresía de una ciudad moderna que alberga una pobreza bárbara en

su núcleo.

“Misery 8”

14

Vetusta ciudad mediterránea

En mis viajes y residencia temporal en Italia cuando joven nunca visité los

cinco pueblos importantes de Cinque Terre, en la región de Liguria. Pero en

fotos he gustado de estos pueblos del norte de Italia. Éste de Manarola me

atrajo especialmente cuando hace más un año una colega de mi clase, que

fotografió el lugar, lo pintó al óleo.

“Manarola, Italia”

Curiosamente, esta acuarela ha sido un volver a mis años jóvenes cuando

hacía dibujos con bolígrafo directamente de la realidad. Hace un par de años,

decidí ponerles unos rápidos y leves pigmentos de acuarela a aquellos

sencillos y pequeños dibujos de 1960. Por curiosidad del lector, los expondré

al final en este librito, con una breve nota explicativa (véanse págs. 69-71).

15

La acuarela de Manarola la hice dedicando más de una hora en dibujarla. y

luego puse los pigmentos acuarelados al detallado dibujo. Lo difícil de esta

acuarela ha sido intentar conseguir contrastes o valores varios en un cuadro

que es simplemente la foto de una ciudad en un momento del día sin apenas

sombras. Ha sido realmente entretenido y me ha causado gran placer añadir

esta obra a mi variada colección de acuarelas.

Manarola es un pueblo italiano cuya principal fuente de ingreso es la pesca y

la industria del vino. Últimamente, el turismo es importante, especialmente en

verano. Para mí, lo atractivo de esta ciudad es la unión de tierra y mar en el sol

mediterráneo.

Sera di Liguria

Lenta e rosata sale su dal mare la sera di Liguria, perdizione di cuori amanti e di cose lontane. Indugiano le coppie nei giardini, s'accendon le finestre ad una ad una come tanti teatri. Sepolto nella bruma il mare odora. Le chiese sulla riva paion navi che stanno per salpare.

(Vincenzo Cardarelli)

Tierra y mar

El horizonte es tu cuerpo,

el horizonte es mi alma.

Llego a tu fin: más arena.

Llegas a mi fin: más agua.

(Juan Ramón Jiménez, Eternidades)

16

Rodeo

En el pueblo arizoniano en que vivo con mi mujer ya 12 años se celebra

anualmente un rodeo importante. Es el rodeo continuo más antiguo de los

Estados Unidos. Entre los lances del rodeo, el más popular es montar a caballo

(a pelo o en silla). Éste salta furiosamente intentando desmontar al valiente

jinete que debe aguantar sobre el bronco por ocho segundos y que sólo se

sujeta al caballo con una especie de cincha o larga rienda trenzada.

“Rodeo”

17

El periódico local bisemanal, el Payson Roundup, trae, naturalmente, una gran

reseña de la celebración, con multitud de fotos. Una de ellas me atrajo lo

suficiente para hacer de ella una acuarela.

Después de cambiar un tanto la foto original, intenté plasmar la energía y la

acción de caballo y jinete, con su dramatismo, contrastando los valores

pictóricos necesarios para atraer al curioso que la contemplara.

Yo quiero un caballo negro, y unas espuelas de plata, para alcanzar a la vida, que se me escapa, que se me escapa. …………. Yo quiero un lazo trenzado, mezcla de toro y guanaco, para enlazar esos sueños, que se fugaron, que se fugaron.

Yo quiero un poncho que tenga, el color de los caminos, para envolverme en la noche, de mi destino, de mi destino. Caballo, espuelas y lazo, pienso que no han de servir. Ya ni el poncho me hace falta. Voy a dormir, voy a dormir, voy a dormir.

(Atahualpa Yupanqui, Yo quiero un caballo negro, canción)

¡Quién cabalgara el caballo de espuma azul de la mar!

De un salto ¡quién cabalgara la mar!

¡Viento, arráncame la ropa! ¡Tírala, viento, a la mar!

De un salto, quiero cabalgar la mar.

¡Amárrame a los cabellos, crin de los vientos del mar!

De un salto, quiero ganarme la mar.

(Rafael Alberti, El alba del alheli)

18

Monarch Butterfly

No recuerdo, ni importa, por qué quise pintar una mariposa monarca. ¿Quizás

para tomar un descanso y hacer algo fácil? Tomé como guía una mariposa y

una flor sacadas de dos fotos distintas.

El dibujo fue rápido y sencillo. Intenté que la mariposa fuera lo importante; no

la flor. Y entonces, al instructor, que no vio ni mi dibujo ni nada de la acuarela

hasta mostrársela ya acabada, le pareció que la flor debería ser un poco más

grande. Aquí empezó lo difícil, pues cuando se intenta corregir o añadir algo a

una acuarela después de pasado algún tiempo, es casi imposible encontrar ese

mismo tono de color. Pero le hice caso, corrigiéndola a regañadientes y

mostrándole mi disgusto. En total, dediqué un par de clases para hacer esta

obra.

“Monarch Butterfly”

19

La mariposa volotea y arde —con el sol— a veces.

Mancha volante y llamarada,

ahora se queda parada sobre una hoja que la mece.

………………………… Hoy una mano de congoja llena de otoño el horizonte.

Y hasta de mi alma caen hojas. …………………………

Todo se va en la vida, amigos. Se va o perece.

……………………….. La mariposa volotea,

revolotea, y desaparece.

(Pablo Neruda, “Mariposa de otoño”)

Tejida mariposa, vestidura colgada de los árboles, ahogada en cielo, derivada entre rachas y lluvias, sola, sola, compacta, con ropa y cabellera hecha jirones y centros corroídos por el aire. …………………………………..

(Pablo Neruda, “La ahogada del cielo”)

Mariposa del aire, qué hermosa eres,

mariposa del aire dorada y verde.

Mariposa del aire, ¡quédate ahí, ahí, ahí!...

No te quieres parar, pararte no quieres.

Mariposa del aire dorada y verde.

Luz de candil, mariposa del aire,

¡quédate ahí, ahí, ahí!... ¡Quédate ahí!

Mariposa, ¿estás ahí?

(Federico García Lorca, poema infantil)

20

Autorretrato

Muchos artistas frecuentemente y de diversas maneras han hecho algún tipo

de autorretrato. Aunque considero muy difícil hacer retratos a la acuarela,

recientemente encontré una buena foto que mi amigo Clark me hizo mientras

lo visitaba hace unos años en la isla americana de St. Croix. Almorzábamos en

un restaurante de playa, frente a la Isla de los Protestantes, un cementerio

antiguo mientras los católicos dominaban la isla. Una torre circular, quizás

antiguo molino de piedra, se encuentra en el lugar. Mi amigo jugueteaba con

su cámara y entonces me tomó la foto en un momento en que yo estaba un

tanto distraído. Meses después me mandó la foto que guardé en una alacena de

mi despacho, delante de algunos libros.

“Autorretrato”

21

Después de hecho el dibujo, dediqué unas cinco o seis horas para hacer mi

acuarela. Al poco de empezarla, sentí cierta frustración al pensar en la

dificultad de los retratos para quien ha hecho sólo setenta y tantas acuarelas.

Pero me dije que apenas estaba poniendo las bases de los pigmentos faciales

de mi obra. Poco a poco, las cosas fueron mejorando. Al final, quedé

satisfecho con el grato resultado que se ve arriba.

Y recordé mi poema de agosto de 1974, aquí un poco cambiado e incompleto:

Nacido antes de fratricida guerra en vieja villa, muy noble y leal,

de blasonado nombre de animal y famoso castillo moro en sierra,

tuve feliz niñez y juventud

en colegios religioso y privado, por padres y maestros educado

en ciencias, humanidades, virtud.

En dibujos y pinturas pasé las horas con un primo entretenido,

y de ilusión militar ya partido una carrera distinta tomé.

En Murcia y Madrid dediqué mi ser:

buena formación encontré en museos, conciertos, charlas, cines y paseos, amigos, libros y el diario quehacer.

………………………………..

Viajes por bellos rincones de Europa

y por continente maravilloso he experimentado nunca moroso con dinero, buenas fotos y ropa.

En la América norte que fue hispana años transcurrí en servicio amado, luego en libros hasta el doctorado para enseñar la lengua castellana.

Y en esta segunda patria mi vida lejos de los de mi sangre derrama su rojo calor en aquellos que ama, alumnos, hijos y esposa querida.

22

Mi sirena texana

Janie estaba sentada a mi izquierda en el mismo restaurante de St. Croix

mencionado en la sección anterior y frente a nuestro amigo. De su gran foto,

trabajosamente hice la acuarela presente. Las grandes gafas de sol de mi

esposa reflejaban parcialmente el mar, las palmeras, su sombrero, la mesa

donde comíamos, algunos utensilios y a quien escribe estas líneas.

Nuestro sosiego y descanso de entonces contrastó diametralmente con la

dificultad de mi obra de ahora, acabada en unas tres clases y unos ratos más en

casa para corregir un mal consejo del instructor. Quizás con esta imagen y la

anterior haya saciado mi apetito de hacer retratos.

“Janie”

23

En 1979 y 1983, escribí poemas inspirado por mi novia de entonces, ahora mi

esposa. He aquí algunos fragmentos de ellos tomados de mi poemario Olas de

mi tierra y otros poemas:

La flor del almendro apenas se abre y ya mi blancor brilla cual ébano, fría se pone la tarde y calor suave en mi corazón siento, la primavera aún no nace y una emoción brota, un anhelo en mi alma que causa alegría y desasosiego.

Sirena de mis tierras tejanas

que encantas desde tu isla pequeña de dulce agua,

tu cabello húmedo mi sudor lava

y tus redondas lunas, como la miel, me desplazan.

Es tu canto,

sirena de amor, tu ardiente abrazo

que atrae con pasión mi débil barco, y en tu puerto

sujetas esclavo.

(Sirena de Agua Dulce)

La de los largos cabellos es mi idolatrada;

cual sirena encanta

mi alma entera.

La del cuello esbelto es mi adorada;

cual cisne canta

mi amor firme.

(De mi amada, II)

24

A quien amó y vivió la pobreza

Por llevar su nombre, por lo que hizo en su vida, por su amor a los pobres y

por tantas cosas más, San Francisco de Asís es, sin duda, el santo a quien más

admiro.

Pero no recuerdo, en concreto, por qué me vino el deseo de pintar otra vez en

mi vida al poverello de Assisi. Y, curiosamente, lo he vuelto a representar

después de 63 años. Dibujé un San Francisco (“San Francisco y el hermano

Leo meditando sobre la muerte” del Greco; no dibujé al hermano) a lápiz

carbón cuando tenía 18 años, junto a mi primo Paco, en Torre Azul de Lavinia

(él también dibujó otro; al fin y al cabo nuestros nombres y aficiones

coincidían). Ahora he hecho esta acuarela de “San Francisco en oración”,

también del Greco, a los 81 años. ¡Curioso! La elección de dos Grecos se debe

simplemente a mi simpatía por este pintor.

“San Francisco”

25

Creo que tardé menos de tres clases de unas dos horas y media cada una en

junio de 2015. La dificultad de esta acuarela consistió en aplicar

repetidamente pigmentos para oscurecer las sombrar y encontrar valores

definidos. Con este cuadro me uno, con humilde y pobre copia, a tantos

grandes pintores que hicieron presente a uno de los santos más admirados en

la historia. Y expreso aquí el ideario franciscano con la oración atribuida a san

Francisco de Asís (1182-1226)

Señor, haz de mí un instrumento de tu paz:

donde haya odio, ponga yo amor, donde haya ofensa, ponga yo perdón, donde haya discordia, ponga yo unión,

donde haya error, ponga yo verdad, donde haya duda, ponga yo la fe,

donde haya desesperación, ponga yo esperanza, donde haya tinieblas, ponga yo luz,

donde haya tristeza, ponga yo alegría. Oh Maestro, que no busque yo tanto

ser consolado como consolar, ser comprendido como comprender,

ser amado como amar. Porque dando se recibe, olvidando se encuentra,

perdonando se es perdonado, y muriendo se resucita a la vida eterna.

(Dibujo del autor de 1952)

26

El mielero

Quizás en Internet, encontré esta foto de 1925 de un mielero en Madrid. Me

gustó y decidí convertirla en una acuarela. La foto en blanco y negro me

permitía gran libertad en cuanto a los colores que podría darle. Y recordando

las ropas, las calles y los vehículos de la época hice esta acuarela con más

libertad y rapidez que de ordinario (cinco o seis horas a lo más). Creo que

refleja una escena de la España de entonces. Esa época, como expone

Mesonero Romanos en sus Escenas matritenses, “como la zarzuela y otras

variantes literarias y artísticas… está… al servicio de una burguesía que…quiere

perpetuarse en "el mejor de los mundos posibles". Un mundo de pobres felices,

arrieros malhablados, pero honestos; criadas sisonas, pero vivarachas; marquesas

envanecidas, mas generosas; criados pillos, pero fieles… Entre el realismo crítico

de Galdós y el romanticismo revolucionario de Larra, está el naturalismo

aplaciente de Mesonero, que quiere consagrar la ruta del mielero alcarreño como

la de un astro en su órbita” (Francisco Umbral en El País, 30 abril 1982).

“El mielero de Madrid”

27

Las abejas de las flores sacan miel, y melodía del amor, los ruiseñores. (Antonio Machado, Proverbios y Cantares, XXV)

La miel es la palabra de Cristo,

el oro derretido de su amor. El más allá del néctar,

la momia de la luz del paraíso.

La colmena es una estrella casta,

pozo de ámbar que alimenta el ritmo de las abejas. Seno de los campos

tembloroso de aromas y zumbidos.

La miel es la epopeya del amor, la materialidad de lo infinito.

Alma y sangre doliente de las flores condensada a través de otro espíritu.

(Así la miel del hombre es la poesía

que mana de su pecho dolorido, de un panal con la cera del recuerdo

formado por la abeja de lo íntimo)

La miel es la bucólica lejana

del pastor, la dulzaina y el olivo, hermana de la leche y las bellotas,

reinas supremas del dorado siglo.

(F. García Lorca, El canto de la miel, fragmento)

Anoche cuando dormía soñé, ¡bendita ilusión!, que una colmena tenía dentro de mi corazón;

y las doradas abejas iban fabricando en él,

con las amarguras viejas, blanca cera y dulce miel.

(Antonio Machado, Anoche cuando dormía, fragmento)

28

Otra cara de la infancia

Una vez más tomé de Internet esta foto de un niño o niña, quizás de Mongolia,

una bella y feliz criatura, con su gatito, su tesoro. Me enamoró e hice una

impresión cuando el cartucho de color de la impresora estaba acabándose.

Salió de tres colores. Así mi trabajo con la acuarela fue mayor pero, una vez

más, tuve más libertad para casi elegir los colores de la ropa, saco y gatito.

Entre dos clases breves y ratos, repetidos a lo largo de varios días, di

felizmente por finalizada mi obra. Posiblemente tardé seis o siete horas. Y

quedé satisfecho por mi trabajo. Voy adquiriendo confianza con los retratos.

“Mirando con esperanza”

29

¿Qué tendrá la princesa? Los suspiros se escapan

de su boca de fresa, que ha perdido la risa,

que ha perdido el color. La princesa está pálida

en su silla de oro, está mudo el teclado

de su clave sonoro; y en un vaso olvidada se desmaya una flor.

(Rubén Darío, La princesa está triste...)

¿Cuál es la niña que coge las flores si no tiene amores?

Cogía la niña la rosa florida. El hortelanico

prendas le pedía, si no tiene amores.

(Gil Vicente)

Carne de yugo, ha nacido más humillado que bello, con el cuello perseguido

por el yugo para el cuello.

Nace, como la herramienta, a los golpes destinado,

de una tierra descontenta y un insatisfecho arado.

Contar sus años no sabe, y ya sabe que el sudor es una corona grave

de sal para el labrador.

A fuerza de golpes, fuerte, y a fuerza de sol, bruñido,

con una ambición de muerte despedaza un pan reñido.

(Miguel Hernández, El niño yuntero, fragmento)

30

Los navajos

Una señora amiga de Payson, Rose Marie Green, me dejó un viejo ejemplar de

la famosa revista Arizona Highways, de agosto de 1974. Su portada es la foto

de este bello cuadro hecho por el artista navajo, Jim Abeita.

En pocas horas (en clase y en casa) la convertí en mi acuarela de julio de

2015, llena de color y contraste. Me gusta.

“artesano navajo”

31

La Gran Nación Navajo es un territorio semiautónomo de nativos americanos

que ocupa un territorio de 71km2 de Arizona, Nuevo México y Utah (parte de

“the Four Corners” o las 4 esquinas). Fue establecido el 1 de junio de 1868.

Hoy día lo ocupan unos 300.000 habitantes, en cinco agencias o condados.

Para ser considerado navajo hay que tener un cuarto de sangre navajo.

Su economía se basa en ganado vacuno y lanar, producción de mantas y

alfombras, joyas de turquesa y plata, y minas de carbón y uranio. Hoy día hay

que añadir parques eólicos y casinos.

En el suroeste de los EE.UU. el idioma navajo es uno de los más usados; lo

hablan unos 170.000 indios.

Durante la II Guerra Mundial, se usó con éxito un código navajo, creado en

parte por jóvenes pastores navajos, que Alemania no rompió.

Hay una sola palabra navajo aceptada en inglés: hogan (de hooghan), que es la

casa tradicional de los navajos.

¡La voz que embellece la tierra! La voz de arriba, la voz del trueno, entre las nubes negras, está sonando y sonando, la voz que embellece la tierra.

¡La voz que embellece la tierra! La voz de abajo, la voz del saltamontes entre las flores y las hierbas, está sonando y sonando la voz que embellece la tierra.

Oración Todo sea bello delante de mí. Todo sea bello detrás de mí. Todo sea bello debajo de mí. Todo sea bello encima de mí. Todo sea bello alrededor de mí. En belleza esto termine. (fragmento)

(Ejemplos de poesía navajo, traducidas al español y recopilas por Ernesto Cardenal, Alianza Editorial, Madrid, 1979).

Bandera Sello

32

“Platero” y el niño

En la misma ocasión de la foto del artesano navajo, Rose Marie me dejó

además una foto de The Rim Review, 4 de septiembre de 2013, de la Feria del

Condado de Gila. En ella un niño de unos 6 años acaricia un burro.

Como me voy animando a pintar personas, me atreví con esta foto. En un par

de clases de comienzos del semestre de otoño del Colegio Gila y pocos

minutos en casa para alguna corrección rápida terminé la acuarela. Añadí una

cerca entre niño y asno porque el niño quedaba en la foto como flotando. Creo

que la cerca es una buena adición a la simpática y sencilla acuarela.

“´Platero´ y yo”

33

Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro. Lo dejo suelto, y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: "¿Platero?", y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal... Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar, los higos morados, con su cristalina gotita de miel... Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña ... pero fuerte y seco por dentro, como de piedra. Cuando paso sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo: --Tien´ acero ... Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.

(Juan Ramón Jiménez, Platero y yo)

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Natalia Cosette

De mi hija menor, de su matrimonio con Ben, ejecutivo australiano a quien

conoció cuando trabajaba en Londres, nació mi quinto nieto: una niña a quien

bautizaron con el nombre de Natalia Cosette en la misma pila bautismal de mi

parroquia española de Lavinia en que yo fui bautizado 80 años antes.

La hemos visto muchas veces por visitas a su casa y de ella a la nuestra. Y

tengo de ella muchas fotos. De una de ellas, me atreví a hacer este retrato a la

acuarela. Mi nieta tenía casi nueve meses cuando le tomé la foto. Me costó

elegir una para mi obra casi tanto como hacer la acuarela.

“Natalia Cosette”

Parte de la dificultad de esta acuarela es la falta de auténticas sombras, por ser

un retrato de frente, mirándome directamente. Estoy básicamente contento con

el resultado. Más por ser de mi nieta, me gustaría que mi acuarela fuera

perfecta. La hice en un par de clases y a ratos en casa en el mes de septiembre

35

de 2105, cuando ya Natalia, con su añito a cuestas, andaba por todas partes y

descubría más cosas de sí misma. Con esta obra, mi confianza en pintar

retratos aumenta particularmente.

Yo no quiero que a mi niña golondrina me la vuelvan; se hunde volando en el Cielo y no baja hasta mi estera; en el alero hace el nido y mis manos no la peinan. Yo no quiero que a mi niña golondrina me la vuelvan.

Yo no quiero que a mi niña la vayan a hacer princesa. Con zapatitos de oro ¿cómo juega en las praderas? Y cuando llegue la noche a mi lado no se acuesta... Yo no quiero que a mi niña la vayan a hacer princesa.

Y menos quiero que un día me la vayan a hacer reina. La subirían al trono a donde mis pies no llegan. Cuando viniese la noche yo no podría mecerla... ¡Yo no quiero que a mi niña me la vayan a hacer reina!

(Gabriela Mistral, Miedo)

Nombras el árbol, niña. Y el árbol crece, lento y pleno, anegando los aires, verde deslumbramiento, hasta volvernos verde la mirada. Nombras el cielo, niña. Y el cielo azul, la nube blanca, la luz de la mañana, se meten en el pecho hasta volverlo cielo y transparencia. Nombras el agua, niña. Y el agua brota, no sé dónde, baña la tierra negra, reverdece la flor, brilla en las hojas y en húmedos vapores nos convierte. No dices nada, niña. Y nace del silencio la vida en una ola de música amarilla; su dorada marea nos alza a plenitudes, nos vuelve a ser nosotros, extraviados. ¡Niña que me levanta y resucita! ¡Ola sin fin, sin límites, eterna! (Octavio Paz, Niña)

Natalia (foto del autor, 8 mayo 2015)

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Estampa del antiguo Oeste

En la ciudad del estado de Arizona donde vivo hay un gran espíritu y huellas

claras del antiguo Oeste americano. En la Calle Mayor, por ejemplo, todavía

quedan edificios viejos, de rotas maderas carcomidas; cerca hay también

cabañas de algunos pioneros del siglo XIX, al igual que una copia (la original

se quemó) de la del escritor de novelas del oeste Zane Grey. También durante

los últimos 45 años se viene celebrando en Payson un festival de violines (con

otros instrumentos de cuerda) honrando aquella herencia.

Me atrajo una foto que convertí, entretenido, en acuarela en poco más de dos

clases. Creo que es una composición interesante y agradable a la vista. Me

costó un poco más pues un anuncio tapaba algunos detalles de la fotografía. Y

pensé que la sencillez de ella me permitiría descansar del esfuerzo de la

acuarela anterior (el retrato de mi nieta).

“Un violín y un viejo sombrero”

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Estoy solo el domingo por la tarde.

…………………………………

Un bohemio violín del siglo XVII,

insiste por la radio en mentir un romance imaginario

con un Stradivarius.

(Claudio Madaires, Pájaro de dulce aguda cuerda de violín, fragmento)

Venid, venid todos, que está tocando allá abajo el viejo loco del roto violín.

Entonces yo digo esas blasfemias que tanto les asustan a los sacristanes

y mercaderes de la Lagunilla y escucho cómo me aplaude entusiasmada

toda la Corte Celestial… ¡Bravo, bravo!

Yo hago una cumplida reverencia con el violín bajo el sobaco…

Y digo: Gracias, muchas gracias. Entonces es cuando Dios se rasca las barbas

y se ríe complacido de este niño travieso

que ha cumplido ya 80 años (81 para ser más exacto).

(León Felipe, Pues ¿no dice este viejo poeta loco, fragmento)

¡Ay, qué trabajo me cuesta quererte como te quiero!

Por tu amor me duele el aire, el corazón

y el sombrero.

(García Lorca, Es verdad. Fragmento)

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Madre e hija

En abril de 2011, Janie y yo hicimos un crucero desde la Florida a España.

Desembarcamos en Valencia porque allí vivía nuestra hija menor y, ya de

muchos años, mi hermano segundo y toda su familia. No tenía sentido ir a

Barcelona, desembarcar allí un día después y tomar el tren para ir a Valencia.

El día antes habíamos parado en Cartagena, desde donde fuimos a la vecina

ciudad de Murcia a pasar unas horas con mi madre.

Con permiso de Holland America Lines enseñamos el barco a Maricarmen. Y

entonces tomé la foto que siempre me ha gustado particularmente de las dos

mujeres que tanto me han inspirado en la vida. Ahora es una acuarela mía.

“madre e hija”

39

Después de tres clases y algún breve toque en casa, consideré terminada esta

acuarela y una buena adición a mis retratos a la acuarela. Madre e hija me

dicen que les gusta mucho.

Rico pan de esta carne morena, moldeada

en un aire caricia de suspiro y aroma... Sirena encantadora y amante fascinada,

los cuellos enarcados, de sierpe o de paloma...

(Manuel Machado, Las mujeres de Romero de Torres, fragmento)

Es la mujer del hombre lo más bueno, y locura decir que lo más malo, su vida suele ser y su regalo, su muerte suele ser y su veneno.

Cielo a los ojos, cándido y sereno, que muchas veces al infierno igualo, por raro al mundo su valor señalo, por falso al hombre su rigor condeno.

Ella nos da su sangre, ella nos cría, no ha hecho el cielo cosa más ingrata: es un ángel, y a veces una arpía.

Quiere, aborrece, trata bien, maltrata, y es la mujer al fin como sangría, que a veces da salud, y a veces mata.

(Lope de Vega)

Nada mejor para cantar la vida, y aun para dar sonrisas a la muerte,

que la áurea copa donde Venus vierte la esencia azul de su viña encendida.

Por respirar los perfumes de Armida y por sorber el vino de su beso,

vino de ardor, de beso, de embeleso, fuérase al cielo en la bestia de Orlando, ¡Voz de oro y miel para decir cantando: la mejor musa es la de carne y hueso!

(Rubén Darío, Balada en honor de las musas de carne y hueso, fragmento).

40

Cien años cumplía…

Los cumplía rodeada de hijos y nietos. La nieta de su mismo nombre, mi hija

menor, vino de Londres a visitarla. Y como se ve en la acuarela, le hice

aquella foto, entre otras muchas. Abuela y nieta parecen dialogar mirándose

con cariño. Mi madre vieja, de lozana piel aún, pero con apenas vista por el

glaucoma; la nieta con la belleza de los años mozos, con limpidez alegre.

Quise con esta acuarela plasmar y guardar en el tiempo un momento

irrepetible. Esta foto, aunque mi memoria pueda ser a veces torpe, mantendrá

por largo tiempo una imagen real, jamás ofuscada. Desgraciadamente, no supe

captar bien la expresión verdadera de mi hija, como hice en otra acuarela

anterior. Aun así, me deleito en mi difícil obra.

“abuela y nieta”

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De los recuerdos de tu herencia triste, solo conservo, ¡oh madre!, tu rosario, sus cuentas me parecen el calvario que en tu vida de penas recorriste.

Donde los dedos al rezar pusiste,

como quien reza a Dios ante el santuario, en mis horas de enfermo solitario

voy poniendo los besos que me diste.

Sus cristales prismáticos y oscuros, collar de cuentas, y de besos puros, me forman al dormir, círculo bello.

Y de mi humilde lecho entre el abrigo me parece que duermes tú conmigo con los brazos, echados a mi cuello.

(Salvador Rueda, El rosario de mi madre)

Mi niño se fue de casa mi niña se fue a la mar, pero mi niña morena a mi lado me da paz. Ya mis amores lejanos en el cercano están, ya mis amores primeros se calman frente a mi lar, y mi niña pequeña a mi lado me da paz. Con la gran distancia sufren los que en el corazón van, y la pequeñuela triste los recuerda de verdad cuando mi niña presente a mi lado me da paz.

La malicia y la mentira robaron a los de allá, la soledad y la tristeza trajeron a la de acá, pero mi niña sonriente a mi lado me da paz. Mi buena sangre lejana allí fructificará, mi rica sangre cercana aquí se madurará mientras mi niña amorosa a mi lado me da paz. Mi niño se fue de casa, mi niña se fue a la mar, pero mi niña morena a mi lado me da paz. (Niña de paz, poema del autor)

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Una ciudad sin par

Hace unos años visité con mi esposa la gran ciudad de Venecia. Como bien se

sabe, el Mediterráneo se mete en la urbe, por lo que muchas de sus calles son

más canales. Palacios e iglesias, puentes y callejones, museos y tiendas…todo

y por todos los lugares, lo viejo es el denominador común. Por muchos de los

rincones de esta bellísima y única ciudad, hice muchas fotos; luego pensé

repetidamente convertir alguna en acuarela, pero no lo hice hasta que vi esta

imagen en alguna página de Internet. ¿Por qué? Quería algo diferente y

singular, como una fotografía de alguno de sus puentes con un vetusto palacio

reflejado en sus canales.

“Colgada sobre un canal”

Reproduje con mi impresora la imagen de Internet. No pudo salir peor. La

tinta del cartucho estaba casi agotada. Durante dos clases trabajé en mi

acuarela mirando la foto tan pobremente impresa, con colores variados y no

auténticos. Cuando luego miré la foto original en mi portátil me di cuenta que

43

había perdido tontamente unas horas de tiempo y creado una obra que

necesitaba ser corregida extensamente. Quizás también perdí algo de la

transparencia y nitidez de color que la acuarela podría tener. Pero aquí la

tengo para que el lector la juzgue amablemente.

Allí está, Venecia, la dueña opulenta De antiguos y nobles y libres blasones, Venecia la hermosa, la villa que cuenta Que a sueldo tenía soberbias naciones,

Señora del mar.

Que cuenta que un día imperios y reyes Su gala envidiaron, su nombre temieron,

Y el mar y la tierra besaron sus leyes, Y enviáronla buques, soldados la dieron;

Porque ella supiera batirse y triunfar. ………………………………..

¡Venecia la encantadora, La de los pardos pilares, De las ciudades señora, La señora de los mares, La corona de jardines

Colgada sobre canales! No son tu gala y festines

Los que valen lo que vales. Hechizo de Italia, sí, Mas del poeta la lira

No es por ti por quien suspira, No, Venecia, no es por ti.

¿Qué valen tus gondoleros,

Y tus regatas vistosas, Tus republicanos fueros, Tus máscaras revoltosas, Y tus timbres altaneros, Sin los ojos hechiceros

De tus hermosas?

(José Zorrilla, A Venecia, fragmento)

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La playa sin bicicleta

Cuando en 1961 vine a vivir a los EE.UU., con alguna frecuencia iba a la

playa. No en bicicleta sino en coche. En St. Augustine de la Florida, un día

dejé la llave dentro del cerrado coche, en la ancha y dorada arena de la playa.

Creo que fue un diputado del sheriff quien me ayudó a abrir mi coche. Otra

vez me atasqué en arena un poco blanda. Iba así aprendiendo y conociendo

este país.

A lo largo de muchas secciones arenosas y, sobre todo, rocosas del Atlántico

americano, como en otros países del mundo, se pueden encontrar lugares

como el pintado en la acuarela de abajo. Y con deseo de pasear por esos

lugares nos acercamos a ellos. El mar, en sus playas y zonas costeras, atrae el

espíritu del hombre. Pasear por esos lugares invita frecuentemente al silencio,

al recuerdo, a la meditación. Posiblemente esa fue la razón principal de pintar

esta escena que vi en una foto de un buen restaurante en muchas ciudades

americanas llamado Red Lobster.

“hacia el paseo solitario”

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Me resultó fácil hacer esta acuarela. En pocas horas formó parte de alguna que

otra acuarela mía de faros.

Así como del fondo de la música brota una nota

que mientras vibra crece y se adelgaza hasta que en otra música enmudece,

brota del fondo del silencio otro silencio, aguda torre, espada,

y sube y crece y nos suspende y mientras sube caen

recuerdos, esperanzas, las pequeñas mentiras y las grandes,

y queremos gritar y en la garganta se desvanece el grito:

desembocamos al silencio en donde los silencios enmudecen.

(Octavio Paz, Silencio)

“A aquel faro le gustaba su tarea, no sólo porque le permitía ayudar, merced a su sencillo e imprescindible foco, a veleros, yates y remolcadores hasta que se perdían en algún recodo del horizonte, sino también porque le dejaba entrever, con astuta intermitencia, a ciertas parejitas que hacían y deshacían el amor en el discreto refugio de algún auto estacionado más allá de las rocas.

Aquel faro era incurablemente optimista y no estaba dispuesto a cambiar por ningún otro su alegre oficio de iluminador. Se imaginaba que la noche no podía ser noche sin su luz, creía que ésta era la única estrella a flor de tierra pero sobre todo a flor de agua, y hasta se hacía la ilusión de que su clásica intermitencia era el equivalente de una risa saludable y candorosa.

Así hasta que en una ocasión aciaga se quedó sin luz. Vaya a saber por qué sinrazón mecánica el mecanismo autónomo falló y la noche puso toda su oscuridad a disposición del encrespado mar. Para peor de los males se desató una tormenta con relámpagos, truenos y toda la compañía. El faro no pudo conciliar el sueño. La espesa oscuridad siempre le provocaba insomnio, además de naúseas.

Sólo cuando al alba el otro faro, también llamado sol, fue encendiendo de a poco la ribera y el oleaje, el faro del cuento tuvo noción de la tragedia. Ahí nomás, a pocas millas de su torre grisácea, se veía un velero semihundido. Por supuesto pensó en la gente, en los posibles náufragos, pero sobre todo pensó en el velero, ya que siempre se había sentido más ligado a los barcos que a los barqueros. Sintió que su reacio corazón se estremecía y ya no pudo más. Cerró su ojo de modesto cíclope y lloró dos o tres lágrimas de piedra”.

(Mario Benedetti, El faro)

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¿Otro San Martin?

Se cuenta que San Martín de Tours, al encontrarse con un pobre que tiritaba

de frío, cortó el manto en que se envolvía y le dio la mitad al pobre. Se sabe

que, posteriormente, fundó monasterios y fue elegido obispo; tuvo fama por su

amor hacia los pobres y necesitados.

Cuando vi esta foto de un hombre de la calle en algún lugar del mundo

quitándose sus sencillas sandalias y dándoselas a una mujer mal vestida y

descalza, que parece avergonzarse por el gesto sencillamente generoso del

extraño, la historia del santo del siglo IV me vino a la cabeza, al igual que el

deseo de convertirla en la novena acuarela de mi serie de “Guerra a la

miseria”. Y en tres clases acabé esta obra.

“Misery 9”

Estas foto y obra me traen a la memoria pasajes del Evangelio. Por ejemplo, cuando Jesús de Nazaret, pobre entre los pobres, dijo: “Bienaventurados los

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pobres… Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia” (Mt 5, 3.7), y también “El Hijo del hombre…dirá a los que estarán a su derecha… Venid… porque … estando desnudo, me cubristeis”. Y, al preguntar cuándo lo hicieron, el Rey dirá a los que estén a su derecha: “El verdad os digo, siempre que lo hicisteis con alguno de éstos mis más pequeños hermanos, conmigo lo hicisteis”. (Mt 25, 31-40) También, frases como las siguientes: “La generosidad es un sentimiento que te puede hacer feliz eternamente” (Rosa Luxemburg); y “La verdadera generosidad, en relación con el futuro, consiste en dárselo todo al presente” (Albert Camus). Y todavía lo que dijo un pagano, contemporáneo de Jesús, que muestra experiencia, sentido común y cualidades o actitudes que no se ven frecuentemente: "Conviene, por una parte ser generoso cuando se da y, por otra, no mostrar dureza en reclamar lo que nos deben, y en toda suerte de transacciones cuando vendemos, cuando compramos, cuando damos o recibimos un alquiler, en las relaciones de vecindad en la ciudad y en el campo, manifestarse ecuánime, afable, dispuesto a ceder en muchos casos de su propio derecho, manteniéndose siempre en lo posible y más que en lo posible alejados de los pleitos. Renunciar un poco al propio derecho no solamente es generosidad, sino muchas veces también ventajoso. Pero hay que tener siempre en cuenta la hacienda familiar, porque ciertamente dejarla arruinar es algo vergonzoso; hay que proceder de forma que se eviten en todo momento las sospechas de avarientos y de miserables. El poder ser generoso, sin despojarse del patrimonio, es ciertamente el fruto mayor de la riqueza" (Cicerón, Fragmento de "Sobre los deberes").

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En la Gran Depresión

Es una foto clásica y fascinante. Una madre trabajadora en la época de la Gran

Depresión con tres de sus hijos aparentemente avergonzados. Cuando la

fotógrafa Dorothea Lange conoció a esta señora en 1936 era una viuda que

vivía con sus hijos en una carpa en un campamento de emigrantes de Nipomo,

California.

La señora Thompson dijo que tenía 32 años y siete hijos (luego tuvo tres más).

Vivían comiendo verduras medio heladas y pájaros que mataban los hijos.

Con el deseo que su foto sirviera para ayudar a otros muchos--ella nunca sacó

ni un céntimo por posar como modelo--aceptó ser fotografiada.

La señora Lange le tomó seis fotos. La Migrant Mother se convirtió en la foto

simbólica, casi mítica e inmortal, de la Depresión, una de las imágenes más

familiares del siglo XX. Con sus hijos acobardados bajo su protección,

escondiendo las caras, la madre emigrante mira como distraída a la distancia.

Ella y otras muchas familias vivían en la pobreza total.

Por décadas nadie supo qué le había pasado a esta mujer y su familia; ni

siquiera se sabía su nombre, pues la fotógrafa no se lo preguntó. En 1978, un

periodista la encontró en Modesto, California. La mujer se llamaba Florence

Owens Thompson y tenía entonces 75 años. Nunca dio su nombre para

proteger a sus hijos. Ya descubierta, contó su historia.

Nació en un tipi en el Territorio Indio, Oklahoma, en 1903, con el nombre de

Florence Leona Christie. Se casó a los 17 años. Embarazada con su sexto hijo,

a los 28 años, murió su marido de tuberculosis. Cuando cogía algodón, ponía a

sus bebés en bolsas y los llevaba con ella mientras andaba las filas cogiendo

de 450 a 500 libras de algodón por día, ella que no llegaba a pesar 100 libras.

A veces, vivía con sus hijos bajo puentes, como relata Steinbeck en The

Grapes of Wrath. Afortunadamente, después de casarse con un administrador

de hospital, la familia llegó a la clase media. En 1983 la señora Thompson

tuvo un ictus. Como sus hijos no podían pagar el hospital, usaron su identidad

como la Madre Emigrante para pagar la deuda. Murió el 16 de septiembre de

ese año.

Fue enterrada junto a su segundo marido en Hughson, California. En la lápida

se puede leer: “Florence Leona Thompson, Madre Emigrante—Una Leyenda

de Fuerza de la Maternidad Americana”.

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En una entrevista con la CNN, Katherine, la hija de la izquierda de la foto,

dijo que su madre era una “señora muy fuerte” y “el espinazo de nuestra

familia”. Y añadió: “Nunca tuvimos mucho, pero siempre se aseguró que

nosotros tuviéramos algo. A veces, ella no comía pero se aseguró que sus hijos

comieran”. La foto les hizo sentirse avergonzados y a la vez determinados a

no ser nunca más pobres. Troy, un hijo, indicó que recibieron más de 2.000

cartas con donativos para los gastos médicos. “La foto, que había sido siempre

un poco de maldición, les infundió orgullo”.

“Misery 10”

Mi acuarela, sacada de esta foto en blanco y negro, actualiza la miseria que

permea también en la sociedad moderna donde contrasta, a la vez, con su

creciente e increíble riqueza especialmente en pocos.

Hice mi pintura en unas seis o siete horas.

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Estando desnudo…

me cubristeis”, dijo Jesús de Nazaret (Mt 25, 36).

No recuerdo dónde encontré esta gran foto en blanco y negro (octubre, 2011)

de Sebastiao Salgado. Este estupendo fotógrafo brasileño, nacido en 1944, fue

primero economista, viajando a África para el World Bank. A partir de 1973,

se fue convirtiendo en fotógrafo socio-documental y fotoperiodista,

cooperando con otros profesionales del gremio hasta crear su propia agencia.

Ha viajado a más de 100 países por sus proyectos fotográficos. Ha recibido

multitud de premios por sus cientos de fotos, libros y una película basada en

su obra, entre otros el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1998. Es

Goodwill Ambassador para UNICEF desde 2001. Está considerado como uno

de los mejores fotógrafos del siglo XXI.

“Misery 11”

En unas cuantas horas, con la libertad que da poder elegir colores según mis

conocimientos y preferencias, acabé esta sencilla y dramática acuarela. Por el

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título y por el tema, es fácil ver que forma parte de mi serie “Guerra a la

miseria”.

Este pobre miserable, quizás saharaui, sin ropa, sin mucha comida, con un

esquelético perro, quizás su imagen, bajo el calor ecuatoriano, camina hacia su

lejano y pobre poblado, sobre tierra miserable e improductiva.

Yo, hijo de América,

hijo de ti y de África, esclavo ayer de mayorales blancos

dueños de látigos coléricos; hoy esclavo de rojos yanquis azucareros y voraces,

yo chapoteando en la oscura sangre en que se mojan mis Antillas; ahogado en el humo agriverde de los cañaverales;

sepultado en el fango de las cárceles; cercado día y noche por insaciables bayonetas;

perdido en la floresta ululante de las islas crucificadas en la cruz del Trópico;

yo, hijo de América, corro hacia ti, muero por ti.

(Nicolás Guillén, La voz esperanzada, fragmento).

Hombre que vas con tu perro,

con tu guardián.

Cuida mi voz, como el perro

cuida tu pan.

Perro que vas con un hombre

que amigo tuyo no es...

Acércate un poco al pobre,

huélelo bien.

(Hombre y perro, fragmento)

Negro simple,

tú que tienes

a tu vida y al mundo

dentro de un amuleto.

De ti,

sólo asciende

el humo de tu cachimbo.

Negro sin cielo,

tu indiferencia tenaz

es como la palabra Tierra.

(Este negro, fragmento)

(Manuel de Cabral)

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Junto al río

Por el sur de USA, muchos, incluso quien escribe estas líneas, pensarían que

esta acuarela es de un niño, su hermanita y su perro junto al Río Grande, a lo

largo de la frontera entre los Estados Unidos y México, que tantas veces he

cruzado. Pero no es así.

La foto, modelo de mi obra, según el subtítulo que aparece en la colección de

Sebastiao Salgado, en Internet, es de “un niño [que] llora mientras sostiene a

su hermanita después de una confrontación con ocupas y personal de la policía

en Katmandú, Nepal”. No se sabe quién hizo la foto; sólo que está hecha para

la Agencia Reuters.

“Misery 12”

El drama, la pena y, quizás, la pobreza son patentes en esta obra. Y,

considerando el origen de esta foto y el primer pensamiento al contemplarla,

no hay duda de la universalidad del dolor y la miseria humanos.

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En pocas horas en dos clases y algún rato en casa di por terminada la pintura,

otra más de mi serie sobre tristes situaciones humanas.

Según Wikipedia, “Nepal se encuentra entre los países más pobres y menos

desarrollados del mundo, con aproximadamente la mitad de su población viviendo por debajo de la línea de pobreza. En 2001 tenía un ingreso per cápita de apenas 240 dólares. Según datos del Banco Mundial y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el PIB per cápita había ascendido a 323 dólares estadounidenses en el 2006 y a unos 1100 dólares estadounidenses en 2007.

La agricultura es el sostén principal de su economía, proveyendo sustento para más del 80 % de la población y constituyendo un 41 % del PNB. La actividad industrial se limita al procesamiento de productos agrícolas, incluyendo yute, caña de azúcar, tabaco y grano. La producción de textiles y alfombras se ha expandido recientemente y ha representado alrededor de un 80 % del intercambio con el extranjero en años recientes. La mayor parte de la actividad industrial se encuentra enfocada alrededor del valle de Katmandú y las ciudades como Terai, Biratnagar y Birgunj. La producción agrícola posee un crecimiento de aproximadamente un 5 % en promedio comparada con el crecimiento demográfico anual del 3,3 %.

Desde mayo de 1991, el gobierno nepalí ha realizado diversas reformas económicas, particularmente en aquellas áreas que incentivan el comercio y las inversiones extranjeras; por ejemplo, reduciendo las licencias de negocios y el registro requeridos para simplificar los procedimientos para inversiones. El gobierno también ha reducido gastos limitando los subsidios a su población, privatizando industrias estatales y despidiendo funcionarios. Sin embargo, más recientemente la inestabilidad política (más de cinco gobiernos diferentes en los últimos años) ha trabado la posibilidad de Katmandú de aplicar más reformas económicas. Nepal posee un campo considerable para acelerar el crecimiento económico, por ejemplo mediante la explotación de su potencial en energía hidroeléctrica y turismo, áreas de reciente interés de inversores extranjeros. Sin embargo, las perspectivas de comercio o inversión extranjera en otros sectores, permanecen escasas debido en parte a su débil economía y su retraso tecnológico como así también por su lejanía, su ubicación geográfica sin salida al mar, su susceptibilidad a desastres naturales y su inestabilidad política. El papel de la comunidad internacional de financiar más del 60% del presupuesto de desarrollo nepalí y más del 28 % del total de los gastos presupuestarios posiblemente continúe siendo un ingrediente importante en su crecimiento”.

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Mare Nostrum

En mayo de 2016 trabajé en esta acuarela durante una clase. Sabía que no

podría terminarla hasta que no regresara de nuestras vacaciones, primero por

Europa: mi esposa y yo íbamos a pasar dos semanas por el Danubio y

ciudades cercanas y una semana con la familia en España. Y luego en Chicago

ayudando a Maricarmen con ocasión del nacimiento de Clara, nuestra última

nieta, que esperaban para finales de junio. Y por esto, casi a finales de agosto

reanudé las clases sin haber tocado un pincel en unos tres meses. Y en otra

clase más acabé mi obra.

“Mediterranean Seascape”

Es sencilla. Intenta plasmar ese sabor que tiene el bello Mediterráneo, o Mare

Nostrum de los romanos. Su azul es clásico. Y muchos de sus pueblos en

varios países destacan por sus casas blancas y sus colores que ya pueden

llamarse mediterráneos por su luminosidad, claridad y particularidad. Este tipo

de acuarelas, y paisajes de cualquier tipo, en general, me entretienen y

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motivan menos que antiguamente. Realmente, no sé por qué la hice. En algún

momento al recibir la foto en un e-mail me interesó, posiblemente al recordar

frecuentes viajes por las tres penínsulas y otros lugares del Mediterráneo.

Quizá porque mi niñez sigue jugando en tu playa y escondido tras las cañas duerme mi primer amor, llevo tu luz y tu olor por donde quiera que vaya, y amontonado en tu arena tengo amor, juegos y penas. Yo, que en la piel tengo el sabor amargo del llanto eterno que han vertido en ti cien pueblos de Algeciras a Estambul para que pintes de azul sus largas noches de invierno. A fuerza de desventuras, tu alma es profunda y oscura. A tus atardeceres rojos se acostumbraron mis ojos como el recodo al camino... Soy cantor, soy embustero, me gusta el juego y el vino, tengo alma de marinero... Qué le voy a hacer, si yo nací en el Mediterráneo. Y te acercas, y te vas

después de besar mi aldea. Jugando con la marea te vas, pensando en volver. Eres como una mujer perfumadita de brea que se añora y se quiere que se conoce y se teme. Ay, si un día para mi mal viene a buscarme la parca. Empujad al mar mi barca con un levante otoñal y dejad que el temporal desguace sus alas blancas. Y a mi enterradme sin duelo entre la playa y el cielo... En la ladera de un monte, más alto que el horizonte. Quiero tener buena vista. Mi cuerpo será camino, le daré verde a los pinos y amarillo a la genista... Cerca del mar. Porque yo nací en el Mediterráneo. Nací en el Mediterráneo. Nací en el Mediterráneo.

(Joan Manuel Serrat, Mediterráneo)

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¿Montañas azules?

En noviembre de 2015, mi hija Maricarmen se fue a vivir a Chicago con su

familia pues su compañía, y la de su marido, los trasladaron a la ciudad de los

vientos. Compraron entonces una hermosa casa. Para la decoración del

luminoso salón, Maricarmen me indicó que posiblemente yo podría pintarles

un cuadro que hiciera juego con los muebles y alfombra. El color azul oscuro

debía ser el dominante.

No sabía yo lo difícil que podría ser una acuarela usando básicamente el color

azul. Y empecé con mis experimentos. Para los dos primeros, usé azul celeste,

azul Prusia, azul ultramar y gris Payne (y un pequeño toque de blanco en el

primero). Quizás en dos clases y media, más unos minutos en casa, hice la

primera acuarela. Cuando la hice, como tantas otras veces, repetidamente me

preguntaba: ¿está acabada o debo seguir? Ésta fue claramente una práctica,

como la segunda obra, para posiblemente hacer después una acuarela de gran

tamaño para mi hija.

“blue mountains 1”

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Esta segunda acuarela la hice con más rapidez y soltura, en quizás tres o

cuatro horas.

“blue mountains 2”

Estas son en el tamaño pequeño, de 23 cm x 31 cm (ó 9 pulgadas x 12

pulgadas). Parece que prefiero cada vez más este tamaño.

Luego decidí hacer una tercera obra semejante, de casi tamaño doble (31 cm x

41 cm ó 12 pulgadas x 16 pulgadas), esta vez usando sólo el azul celeste. Lo

notable en la tercera acuarela, también de cadenas de montañas, son los

distintos tonos del mismo azul y sus diferentes valores. Entre dos clases y

ratos en casa, tardé unas siete horas en acabarla.

A continuación reproduzco la tercera obra, que tiene el honor de ser la número

100 de mi colección:

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“blue mountains 3”

No sé si haré el cuadro para mi hija, a quien le gusta más la segunda acuarela.

Pero, sin duda alguna, estas tres acuarelas han sido una buena práctica y

entretenimiento. Espero que estas mis “pinturas azules” agraden a mis

amables lectores.

Las montañas azules

Las montañas azules, en la profunda oscuridad, me llaman.

Si me soñaste, y soñaba yo en ti desde la infancia,

lanzo al viento esta dicha inquebrantable: porque somos mortales, merecemos el triunfo: mañana serán nuestras la soledad, la altura.

(Francisco Tobar García, de La luz labrada, fragmento)

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La tragedia de los inmigrantes

Los seres humanos no dejamos de hacernos la guerra, a pesar de los graves

problemas que esto causa. Entre ellos ¿qué hacer con esos desplazados que

huyen para salvar la vida dejando sus posesiones, su tierra, sus muertos?

Desde hace años vemos a diario la tragedia, que desgarra nuestros corazones,

de tantos hombres, mujeres y niños huyendo de sus países de origen. Estos

seres frecuentemente encuentran cerradas las puertas de muchos países ya sea

por el terror a un posible terrorista ya por sus costumbres o religión distintas al

país receptor ya por otras razones. Muchísimos de los que llegan encuentran

más dolor, más sangre, más tragedia, hasta la misma muerte que no respeta ni

al niño inocente. Entonces me pregunto sobre mi responsabilidad ante esta

situación y temo la respuesta, pues me quedo corto y no hago lo que debo, lo

que mi fe o mi humanidad me indican.

“Misery 13”

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Esta acuarela la hice en cinco o seis horas, casi dos de ellas en clase y luego en

varios ratos repetidos en casa. No me fue fácil, especialmente por combinar

dos escenas diferentes buscando la difícil unidad entre ellas. Realmente no me

satisface mucho. Pero el tema o el mensaje son importantes y he querido ser

testigo, una vez más, de la crueldad humana, publicándola por este medio ante

nuestra sociedad. Es otra acuarela más de mi serie sobre la guerra a la miseria.

Quizás sea la más dolorosa y aun luctuosa y deprimente de todas mis obras.

Pero quiero que sea un grito que clama, un desgarrador lamento desde mi

sencilla producción artística.

La parte izquierda retrata a Omran Daqueesh, pequeño de cinco años,

rescatado de entre los escombros causados por un ataque aéreo en Alepo,

Siria, sentado en una ambulancia, cubierto de sangre y polvo y traumatizado,

el 17 de agosto de 2016.

"Los estábamos pasando de un lado al otro".

(Mahmoud Raslan, fotorreportero de la icónica imagen. Dijo que había pasado tres cuerpos sin vida antes del niño herido)

La parte derecha de la obra retrata a Aylan Kurdi, otro niño sirio, de tres años,

que se ahogó junto a su hermano y a su madre en una playa turca cuando con

su familia y otros compatriotas salía de Turquía en dirección a Grecia en un

bote, el 2 de septiembre de 2016. Esta familia quería llegar a Canadá donde

tiene familiares. “Mis hijos eran los niños más hermosos

del mundo. ¿Hay alguien que no considere a sus hijos lo más preciado? Mis hijos eran

increíbles. Me levantaban cada mañana para jugar”.

(Abdullah Kurdi, padre de los dos niños fallecidos, a la prensa).

Y tantos otros…

Fueron veintidós, dice la crónica.

Diecisiete varones, tres mujeres, dos niños de miradas aleladas, sesenta y tres disparos, cuatro credos, tres maldiciones hondas, apagadas,

cuarenta y cuatro pies con sus zapatos, cuarenta y cuatro manos desarmadas, un solo miedo, un odio que crepita, y un millar de silencios extendiendo sus vendas sobre el alma mutilada.

(Piedad Bonnett, Cuestión de estadísticas)

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En busca de otro hogar

Estamos rodeados de emigrantes. Yo mismo soy un emigrante que vino, no

huyendo de nada, sino para ayudar a otros en 1961. A veces, parece que hoy

día no hay país en el mundo que no tenga muchos emigrantes o problemas por

o con la emigración. Y como las guerras existen en tantos lugares del mundo

por unas u otras razones, el problema de los emigrantes aumenta y se hace

patente y doloroso. Los medios de comunicación, especialmente la televisión

y los smart phones nos acercan a esta gran tragedia contemporánea. La gente

pierde sus hogares. Y, entonces, la gente busca nuevos hogares.

Los emigrantes me duelen. Sus imágenes me impactan con lágrimas. Quizás

por eso, no puedo dejar de plasmarlas con lamentos de mi corazón. La

presente acuarela quiere calmar mi angustia y explicar a los demás mi dolor.

“Misery 14”

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Quiero hacer guerra a la miseria; a la miseria del tipo que sea. En cuatro o

cinco clases, durante aproximadamente 12 ó 14 horas, pinté con amor y con

vergüenza, en colores esencialmente oscuros, el dolor y la tristeza de quienes

lo han perdido casi todo y llaman a las puertas de los que están mejor, quizás

en paz, pidiendo ayuda para sobrevivir la crueldad humana y las guerras. Y

muchos de estos países, por miedo, por egoísmo o por lo que sea, no abren sus

puertas. En ocasiones, parece que cada vez más frecuentes, es verdad lo que

dijo Cadalso que “el hombre es cruel desde la cuna al sepulcro”. O lo que

expresó Nietzsche, que “el hombre es consigo el más cruel de los animales”

Lo valioso de esta acuarela, después del testimonial, es el retrato de los

personajes centrales y sus expresiones de angustia y de tristeza, el shock en

que parece se encuentran. Y, de nuevo, recuerdo que en esta técnica pictórica,

el retrato es siempre difícil.

Es duro, cruel y agobiante

el devenir de la vida para ese pobre inmigrante que, en su tímido talante,

sufre al verla perdida. La duda le hace sufrir

porque en su corto horizonte no ve por donde ha de ir

que pueda sobrevivir y su futuro lo afronte.

(Rodolfo Sierra Mañueco, El Inmigrante, fragmento)

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Pony Express

Payson, Arizona, celebra anualmente el Hashknife Pony Express, hoy día el

recorrido más largo de Pony Express adoptado por el Departamento de

Correos de los EE.UU. y el único que existe actualmente en el mundo. Treinta

jinetes, oficialmente jurados como funcionarios de Correos, y sus caballos,

durante tres días de primeros de febrero, recorren 200 millas desde Holbrook

hasta Scottsdale, pasando por Payson, aproximadamente a mitad del recorrido.

Con este 59º evento, ya una tradición, se quiere preservar la herencia del Oeste

de distribuir el correo como se empezó en este país en 1860. Así los jinetes y

la comunidad repiten cada año, llueva o nieve, esta práctica a través de

Arizona. Alrededor de 20.000 cartas y tarjetas del estado y de muchas partes

del mundo, con su sello “Via Pony Express” puesto a mano, se entregan en la

oficina de correos de Scottsdale.

“Pony Express”

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La organización de este evento es difícil y detallada. Muchos de los caballos

llevan una especie de zapatos de goma. Los jinetes, vestidos con sus chaquetas

de piel, chaparreras y sombreros de cowboy, son acompañados por la Oficina

del Sheriff del Condado Navajo o por la Policía de Holbrook, y cerca marcha

un camión cerrado para proteger a jinetes y caballos de los vehículos que

circulan por la carretera. Cada jinete, por turno, durante seis o siete millas,

lleva el correo sobre su caballo en un clásico saco o cartera de correos.

En Payson y en Scottsdale esperan excitados multitud de niños de los colegios

locales y adultos, que tienen la oportunidad de hablar con los jinetes y otros

organizadores y acariciar a los caballos.

When the heralds of victory galloped along, They spurred their faint steeds, lest the tidings too late Might change a day's fortune, a throne, or a state. Though theirs was all honor and glory -- no less Is his, the bold Knight of the Pony Express. No corselet, no vizor, nor helmet he wears, No war-stirring trumpet or banner he bears, But pressing the sinewy flanks of his steed, Behold the fond missives that bid him "God-speed." Some ride for ambition, for glory, or less, "Five dollars an ounce" asks the Pony Express. Trip lightly, trip lightly, just out of the town, Then canter and canter, o'er upland and down, Then trot, pony, trot, over upland and hill, Then gallop, boy, gallop, and galloping still, Till the ring of each horse-hoof, as forward ye press, Is lost in the track of the Pony Express. By marshes and meadow, by river and lake, By upland and lowland, by forest and brake, By dell and by cañon, by bog and by fen, By dingle and hollow, by cliff and by glen, By prairie and desert, and vast wilderness, At morn, noon, and evening, God speed the Express. (Bret Harte, The Pony Express)

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Pintura para un salón

Por más de un año he planeado hacer la acuarela de esta sección para mi hija

Maricarmen. En su salón de la casa de Chicago, ella y Ben colocaron una

hermosa alfombra con un azul fuerte y el blanco. Comentamos entonces sobre

el tamaño y tema de la obra. Por ello, practiqué pintando unas acuarelas de

cadenas montañosas usando varios azules. Esto se puede ver en las acuarelas

de la sección de este libro (páginas 56-58) titulada “¿Montanas azules?”

Finalmente, compré papel Arches de 300 lb, que siempre uso, pero de tamaño

23 x 30 pulgadas. Después del sencillo y fácil dibujo, que repetidamente no

mantuve siempre como guía, en dos clases hice más de la mitad. Continué en

casa, puesto que el semestre de invierno del Colegio Gila se había acabado y

no iban a ofrecer clases de acuarela en verano. Calculo que tardé unas ocho

horas en total.

Y encontré dificultades serias pintando esta acuarela. Fundamentalmente, fue

el tamaño del papel, la falta de pinceles realmente grandes (no de la escasa

pulgada que tengo) para poder extender rápidamente el pigmento antes que

secara y la expansión de la gran lámina de papel en varias ocasiones, por no

poder fijarla, al mojarla y aplicar el color.

He hecho con cariño este cuadro pues era mi primera obra a comisión para mi

hija. Esto me resulta curioso y me hace sonreír, pues ni vendo mis obras ni

pinto para que me paguen. Pero he tenido dificultades inesperadas y no el

placer de haber hecho un buen cuadro.

A mis hijos les gusta, sin embargo. Cuando esté enmarcado, pienso que será

una buena adición en su nueva casa en Scottsdale, Arizona, donde se

trasladaron hace unos meses.

Con esta acuarela termino la Historia de mis acuarelas III. Es un final que

recuerda al del librito de Historia de mis acuarelas I con una acuarela

“doméstica” de mi casa actual. En este caso, sin embargo, pienso añadir una

especie de epílogo o colofón con otras acuarelas rápidas y unos dibujos

acuarelados de distintas épocas de mi quehacer pictórico.

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“Azules en salón”

No cabe duda. Ésta es mi casa aquí sucedo, aquí me engaño inmensamente. Ésta es mi casa detenida en el tiempo.

(Mario Benedetti, Ésta es mi casa, fragmento)

La mesa, hijo, está tendida en blancura quieta de nata, y en cuatro muros azulea,

dando relumbres, la cerámica. Ésta es la sal, éste el aceite

y al centro el Pan que casi habla. Oro más lindo que oro del Pan

no está ni en fruta ni en retama, y da su olor de espiga y horno

una dicha que nunca sacia.

(Gabriela Mistral, La casa, fragmento)

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Acuarelas rápidas

He hecho unas pocas acuarelas en una o dos horas cada una en un cuaderno de

viaje con papel de menos peso y calidad que el que suelo usar. De aquí que

hay que hacerlas pronto y con muy poco pigmento.

Las expongo a continuación en estas páginas casi sin comentario.

Vi la foto para esta acuarela en algo que recibí en el correo. Me gustó y con un

bolígrafo hice el dibujo y pronto la acuarela a mediados de 2014. Fue

entretenido y me parece un trabajo agradable.

La siguiente (el Templo de Hefesto) es una acuarela hecha de modo semejante

de una foto que tomé en Atenas cuando Janie y yo visitamos Grecia en marzo-

abril de 2012, después que mi madre cumpliera 100 años en Murcia el 12 de

marzo. El bello templo, muy bien conservado, especialmente por haber sido

usado como iglesia cristiana desde el siglo VII hasta 1834, está situado en el

ágora de Atenas y es del siglo IV a.C.

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Y de alguna foto encontrada sin información pero que me pareció podía ser de

un rincón andaluz, hice esta acuarela en junio de 2015, sin gran esfuerzo. Un

trabajo entretenido.

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Dibujos acuarelados viejos

En julio de 1960, hice un rudimentario bloc de papel liso y grueso, que aún

conservo aunque desgraciadamente sólo lo usé para estos cuatro dibujos. El

papel del bloc es bueno para dibujo, pero no para acuarelas; parece que

rechaza la pintura. Con rapidez, hice los dibujos que siguen con un simple

bolígrafo mientras contemplaba lo que tenía ante la vista. Son escenas

campestres de Villa Herrera, la finca de mis abuelos, luego de un hermano, o

de lugares cercanos que se ven desde ella. Y hace unos meses, quizás un año,

me entretuve y les puse un poco de color usando mis pinturas a la acuarela.

“Asno bajo granado”

Durante un descanso veraniego, mientras estaba bajo el vetusto pino doncel de

la finca, hoy día centenario, me entretuve dibujando un burro atado a un

granado del que más de una vez gusté su exótico fruto no agradable para todos

los paladares.

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“¿Casa Blanca?”

Realmente, la casa sobre la alta colina, al otro lado del Río Lavinia, es blanca

y así se le llama. Pero la pinté como se ve en la acuarela.

“Los Chopos de Abajo”

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Había otra casa, llamada simplemente Los Chopos, que fue derrumbada hace

pocos años. Fue por muchos años de un vecino de mi abuelo, y un señor muy

bien considerado en Lavinia, amable, de buen vivir y educado. Siempre nos

permitió cazar en su coto desde que yo recuerdo; la mayoría de mis cazas

juveniles, con mi padre y solo (o con mi tío Fausto, el cazador que más asustó

a conejos, liebres y perdices; ¡cuántos recuerdos!). La casa de los Chopos de

Abajo fue siempre, sin embargo, más pintoresca; por eso la dibujé.

“Casa de Luis”

Esta casa de un sencillo labrador llamado Luis está (o estaba, pues creo que el

“progreso” la ha tirado para hacer una urbanización en sus tierras), al otro lado

de la carretera que divide La Boticaria de El Lomo, el monte largo, arisco,

lleno de piedras y mármol de mi abuelo donde cazar era realmente una

aventura.

Estos cuatro dibujos marcan algo de mi interés artístico cuando tenía 26 años.

Y, con ellos, doy por terminado este tercer librito de mis acuarelas.

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