HISTORIA SOCIAL GRUPO -TALLER DE HISTORIA POPULAR El Imperialismo fase superior del capitalismo.
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HISTORIA SOCIAL
GRUPO -TALLER DE HISTORIA POPULAR
El Imperialismo fase superior del
capitalismo
En general, con el término Imperialismo se ha designado al conjunto de mecanismos a través de los cuales unos países dominan o controlan a otros
y se apropian de sus riquezas.
El concepto científico de Imperialismo es propio de una época histórica específica: el
modo de producción capitalista ha llegado a una fase de su desarrollo donde dominan los
monopolios.
A partir del siglo 20, el capitalismo imperialista se constituyó en un sistema mundial de
dominación y explotación de la mayoría de los pueblos y naciones del mundo por un puñado de
países imperialistas.
Introducción
El proceso que da origen a los monopolios se inicia hacia 1870.
Sobre la base de un gran desarrollo de la industria,
con nuevos inventos y perfeccionamientos
técnicos, la producción se fue concentrando en
pocas empresas cada vez más grandes.
Se concentraron: los
capitales y la producción;
la fuerza de trabajo; el
control y uso de las
materias primas y la
energía.
¿Cómo surgieron los monopolios?
A lo largo del siglo 19, a través de los auges
económicos y las crisis, la libre competencia llevó a la
concentración y centralización de capitales.
“El pez grande se come al chico”.
Así, en los principales países capitalistas surgieron los
monopolios:
Grupos empresariales enormes, con miles de
obreros, pasaron a dominar ramas fundamentales:
minería, petróleo, acero, química, electricidad,
ferrocarriles, automóviles, bancos, caucho, frigoríficos,
comercialización de cereales, etc.
Se produce una gran concentración del capital
Todos estos procesos fueron respaldados desde el Estado.
Los Estados imperialistas se convirtieron, cada vez más, en representantes de los intereses de los grandes monopolios
industriales y bancarios.
Valiéndose de sus posiciones dentro del
Estado, los monopolios obtienen toda
clase de privilegios:
- concesiones exclusivas,
- tarifas proteccionistas,
- obras públicas en su beneficio
-créditos bancarios y, además,
- respaldo diplomático, político y militar para
segurar su expansión a escala mundial.
Lenin estudió las características del
Imperialismo y destacó 5 Rasgos económicos esenciales.
V.I. Lenin
Editorial Agora
1. Los monopolios, como resultado del proceso de concentración (del capital, las materias primas, la producción, los bancos, etc.) dominan toda la vida económica y social de los países capitalistas más desarrollados.
2. El capital financiero. El capital monopolista de la industria y el de los bancos se fusionan originando el capital financiero moderno y sobre esa base se constituye, en la cima de la burguesía imperialista de cada país, una oligarquía financiera.
La oligarquía financiera tiende una espesa red de relaciones de dependencia y dominación sobre todas las instituciones
económicas y políticas de la sociedad burguesa contemporánea haciéndola cada vez más opresiva.
Las corporaciones, holdings o grupos económicos surgen de la “unión personal” o entrelazamiento de los poderosos monopolios
de los bancos con los de la industria y, al producirse la “unión personal” con el gobierno, surge la oligarquía financiera.
3. Predomina la exportación de capitales. Los monopolios invierten su capital también fuera de sus fronteras para obtener ganancias extraordinarias, en particular en los países atrasados donde:
• Explotan mano de obra barata.
• Se apropian de las fuentes de materias primas.
• Los endeudan a través de los préstamos (la deuda externa).
• Dominan los mercados: son los grandes “formadores de precios” (comprando o vendiendo).
4. El reparto económico del mundo entre los monopolios. Se forman asociaciones y acuerdos internacionales de monopolistas para repartirse (y disputar) los mercados nacionales y el mundo.
5. Se completa el reparto territorial del mundo entre las grandes potencias a principios del siglo 20.
A principios del siglo 20, hasta el último rincón del planeta había sido sometido por las grandes potencias bajo la forma de colonias,
semicolonias y países dependientes.
Bélgica
Inglaterra
Francia
Italia
España
Portugal
Alemania
Independientes
AFRICA
No hay correspondencia mecánica entre el poder económico,
político y militar de cada una de las
potencias que se disputan cada rincón
del planeta.
Se agudiza el desarrollo desigual y a saltos
entre los monopolios, las ramas de
producción y entre los propios países imperialistas.
Todo esto hace que ningún “reparto” sea
estable, que la disputa sea permanente, y que las grandes `potencias recurran a las guerras
para forzar nuevos “repartos”.
Desde entonces, las grandes potencias imperialistas disputan por nuevos repartos económicos y políticos
del mundo.
Inglaterra, Alemania, Rusia, Francia y Japón repartiéndose China, hacia 1910.
El imperialismo ha dividido al mundo en dos polos:
En uno, el puñado de naciones opresoras.
En el otro, la inmensa mayoría de naciones y
pueblos oprimidos, a los que dominan
económica, política, militar y culturalmente.
• Colonias: Territorios y pueblos dominados directamente por el Estado imperialista de la Metrópoli.
• Semicolonias: Países con gobierno propio y con su soberanía muy limitada por la ingerencia directa de los Estados imperialistas.
• Países dependientes: Tienen un Estado propio. Los imperialismos los dominan principalmente a través de la asociación subordinada de las clases dominantes nativas.
Mediante préstamos, instalación de filiales, asociaciones, sobornos, amenazas y el uso de la fuerza, los monopolios y los
Estados imperialistas se reparten y disputan territorios y esferas de influencia en todo el mundo.
Las burguesías de los países imperialistas no sólo
explotan a la clase obrera y oprimen a los pueblos de sus países, sino que explotan a los obreros, y saquean las riquezas de las colonias y
países dependientes donde los monopolios radican sus
empresas.
El imperialismo, con los monopolios, concentra la producción y a la clase obrera en gigantescas unidades productivas, socializando aún más la producción, transformando al
proletariado mundial en una clase poderosa.
Esto ocurre también en los países oprimidos (dependientes, coloniales y semi-coloniales) donde los monopolios instalan sus empresas para explotar directamente, allí también, a la
clase obrera de esos países.
En los países dependientes invierten en empresas,
campos y minas, adueñándose de sus
riquezas, super-explotando a los obreros y
despojando a los campesinos y a los
pequeños empresarios.
+ Manejan los precios internacionales y el
crédito.
+ Compran alimentos, minerales y productos no
elaborados y venden bienes de capital y
productos industriales.
+ Instalan sus propios bancos y empresas.
+ Remiten las ganancias al exterior, no reinvierten y
destruyen el medio ambiente.
El capital financiero tiende sus redes a todos los países del mundo. Es decisivo en todas las
relaciones económicas internacionales.
A partir del siglo 20, la historia ha estado signada por:• El parasitismo propio del
capital monopolista;
• el crecimiento extraordinario de la
exportación de capitales y del rasgo especulativo del
capital financiero;
• la opulencia de un reducido grupo de países
imperialistas que vive de la explotación de las colonias y
países dependientes, condenando a la miseria a la
mayor parte de la humanidad;
• El desarrollo desigual y a saltos y la competencia
entre los monopolios que se traducen en disputa entre
los estados imperialistas por nuevos repartos del mundo; el militarismo y la guerra.
En esta fase del Capitalismo
monopolista se verifica,
por un lado, la más elevada producción
social y, por el otro,
la más concentrada apropiación privada
capitalista de los bienes y riquezas
producidos.
Esta contradicción estalla violentamente en las Crisis, cada vez
más frecuentes, profundas y prolongadas.
El imperialismo agudiza el desarrollo desigual
del capitalismo y determina, también, un desarrollo desigual de
las crisis.
El imperialismo agudiza al máximo la contradicción básica del capitalismo
Los gigantescos avances científico-técnicos producen más explotación y desocupación. Bajo el
capitalismo, la tecnología no se aplica para ahorrarle esfuerzo al trabajador sino para
aumentar la productividad y las ganancias de los capitalistas.
En los períodos de crisis mundial disminuyen la producción y el comercio y se cierran fuentes de trabajo. Los imperialistas
descargan el peso principal de las crisis sobre la clase obrera mundial y los pueblos de los países oprimidos.
Desde el siglo 20 se han sucedido crisis profundas y generalizadas, múltiples agresiones a los países oprimidos, dos
guerras mundiales y, como respuesta, grandes revoluciones socialistas y de liberación nacional.
La explotación, la opresión, las crisis y las agresiones imperialistas hundieron en el hambre, el
dolor y la desesperación a cientos de millones de personas.
Se instaló un nuevo sistema mundial de esclavización de la mayoría de las naciones y
pueblos. Es el producto de esta fase del capitalismo: la reacción en toda la línea.
Las luchas nacionales contra el imperialismo enfrentan a los bastiones del capitalismo mundial y, por eso, confluyen con la lucha de la clase obrera
contra la explotación y por el socialismo.
En esta nueva época, se demostró que sólo por un camino revolucionario y con la dirección de la clase
obrera, pueden triunfar las luchas de liberación nacional y social de los países oprimidos y garantizar su independencia con el paso al
socialismo.
Lenin afirmó en 1916 que el imperialismo
lleva las contradicciones del
capitalismo a límites extremos, más allá de los cuales comienza la
revolución.
Desde entonces, hasta la actualidad, la
historia lo ha comprobado.
La Primera Guerra Mundial y la
Revolución Rusa en 1917 fueron señales de
que el mundo había ingresado en una
nueva época histórica:
La época del imperialismo y las
revoluciones proletarias.
La dominación imperialista
en la ArgentinaEn nuestro país, la dominación del
imperialismo y el latifundio han deformado y trabado el desarrollo integral e independiente del país.
En la Argentina, en las últimas décadas del siglo
19, los grandes terratenientes y
comerciantes del puerto de Buenos Aires
hegemonizaron un bloque de clases dominantes que desarrolló el país sobre el eje del litoral pampeano.
Estos sectores le abrieron las puertas a los capitales
extranjeros, consolidando una economía productora de materias primas para las potencias capitalistas de
Europa e importadora de sus manufacturas y capitales.El Puerto de Buenos Aires, hacia
1890
Los capitales (ingleses, alemanes, belgas, franceses y yanquis,) penetraron invirtiendo en ferrocarriles,
frigoríficos, electricidad, puertos, finanzas, empresas cerealeras, etc.).
Estación Rosario Central - 1910
Banco de Boston – Buenos Aires
Una gran parte del producto del trabajo de los obreros y de los campesinos pobres y medios se exportó desde entonces al
mercado mundial, realizándose así las super-ganancias de los monopolios y engordando las rentas de los grandes
terratenientes.
En 1916, Lenin puso a la Argentina como ejemplo de país dependiente ya
que, por su grado de dependencia financiera
y diplomática con respecto a Londres, era en la práctica
una “colonia comercial” inglesa.
Los países dependientes gozan
formalmente de independencia política
pero, en realidad, están oprimidos por los
Estados imperialistas y sus monopolios.
Estos dominan a los países dependientes económica, política,
militar y culturalmente, a través de la asociación y subordinación de las
clases dominantes nativas.
Antigua Bolsa de Comercio de Buenos Aires
La Argentina se convirtió en un país dependiente
A los países imperialistas occidentales, principalmente Inglaterra, Estados Unidos, Alemania, Italia, Francia,
España se agregaron, entre otros, primero Rusia y luego
China, (transformadas en potencias imperialistas luego
de la restauración del capitalismo en esos países).
En la Argentina dependiente quedó instalada también la
disputa interimperialista por el control económico y político del
país.
Los monopolios de las potencias imperialistas, al penetrar en nuestro país, se convierten en parte de las clases
dominantes y controlan importantes resortes del poder estatal.
Monopolios Petroleros Yanquis, Ingleses, Chinos y Rusos en la
Argentina.
La exportación de capitales (inversiones
en el extranjero) impone un nuevo tipo de
relaciones internacionales.
Las relaciones no son de simple asimetría
comercial: son relaciones de
explotación y de opresión nacional.
El imperialismo opera desde afuera (como
factor externo) y desde adentro de nuestras economías, con sus
empresas y sus socios locales (como factor
interno).
Rasgos y efectos del dominio de los monopolios
La mayor parte del trabajo argentino se convierte en super-ganancias de los monopolios imperialistas y sus socios locales que las remiten al exterior y traban el desarrollo
independiente del país.
División Internacional del Trabajo: - Argentina, productora de materias primas y minerales (hoy cadena de la soja, minería y petróleo). - Los países imperialistas monopolizan la industria pesada y la alta tecnología.
La deuda externa ilegítima y usuraria nos ahoga y es usada por las grandes potencias para el chantaje económico
y político.
Los monopolios controlan las nuevas tecnologías y restringen el avance de
la ciencia y la tecnología nacional.
Los imperialismos oprimen a nuestra nación y explotan a la
clase obrera y al pueblo:
• Por medio de la presencia directa de sus monopolios, la
usurpación colonial de las Malvinas, su penetración militar y
sus agentes de espionaje y provocación.
• A través de la asociación subordinada de las clases dominantes nativas: los
terratenientes y la burguesía intermediaria (grandes
capitalistas que se asocian y subordinan a distintos imperialismos) y sus
representantes políticos, militares, sus ideólogos, etc.
• Así, su dominación es económica y política, con el
Estado oligárquico a su servicio.
• La disputa interimperialista por el control del país se libra
principalmente a través de la pugna entre distintos sectores de las clases dominantes argentinas.
Bandera utilizada por los británicos en las Islas Malvinas
Ambos presidentes brindan por la relación bilateral en la cena de
honor.
La clase obrera y el pueblo de la Argentina han enfrentado en incontables luchas la dominación oligárquico-imperialista. En algunos períodos se lograron conquistas importantes pero no se logró terminar con la dependencia y con el poder estatal que la garantiza. En las últimas décadas se ha profundizado la dependencia respecto de distintos imperialismos.
Sólo se podrá realizar la liberación nacional y social por medio de una revolución popular dirigida por la clase obrera que imponga un poder ejercido por las mayorías, un Estado de
nuevo tipo, abriendo el camino al socialismo.
F i n