Historias Entre El Mineral y El Cielo

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  • 7/30/2019 Historias Entre El Mineral y El Cielo

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    JorDanRamrez

    2013

    Cerro de Pasco

    HISTORIASENTRE EL MINERAL Y EL CIELO

    6

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    Todos los contenidos del presente libro estn debidamente registrados en el Registro de

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    Introduccin

    Pronto a mi alejamiento total del mundo de la poesa y el verso no ledo, de la prosa

    fantstica y las madrugadas de lectura, me he dado a la tarea de presentar tal y como fue

    concebida esta historia que hoy pongo antes sus miradas. Las siguientes lneas son elfruto de un trabajo de aos atrs cuando mi corazn empezaba a investigar y amar letra

    a letra a la ciudad ms alta del mundo.

    Ms all de una historia, las siguientes lneas levantan unas voces de protesta desituaciones que son desconocidas o simplemente ignoradas; los escritos en todas las

    pginas han sido inspirados en las costumbres observadas y odas de los pobladores de

    este lugar de mundo, en los diferentes caminos que he recorrido.

    Caminando como siempre he coincidido con alguien que me ha hablado del ayer y queha recordado con nostalgia aquellos das cuando esta ciudad aun conservaba su historia,

    como olvidar a un anciano que en Yanacancha antigua que me habl del camino detierra y ahora de asfalto que otrora tiempo llevaba hasta la casa de un alcalde?comoolvidar tambin la primera vez que me dieron informacin de aquel cementerio que

    Manuel Scorza hace referencia en redoble por Rancas.?

    Este lugar en el mundo, que aprecia al visitante que se atreve a retarse a si mismo y

    vencer el mito de la altura, y de a pocos comienza a amar esta tierra, aquel que unamaana se descubre parte de los pobladores y se va acostumbrando a la lluvia

    impredecible.Tan igual que ellos tambin yo me he internado en las calles y he alargado mi

    curiosidad por conocer un poco ms de su pasado y en honor a la verdad, mientras ms

    conozco la Historia de cerro de Pasco, ms he llegado a amar a esta tierra. Pero debotambin de mencionar que existe poco material y mucha de la historia no se encuentra

    en los libros, sino en las palabras de los pobladores mayores. A veces he pensadocuanta historia duerme en las calles y cuanto se pierden los nios en no caminar y tocaresa historia?

    Ahora les presento la historia de Doa Francisca que comienza su camino desde el

    barrio conocido como Champamarca chica, su vida reflejada en pocas pginas, sudevocin por el seor de exaltacin, sus penas y un par de milagros, tambin los das deDon Manuel, un hbil contador de cuentos y tradiciones que reclama desde el pasado el

    derecho de conocer un poco ms de todo aquello que es parte del pasado y debera deformar parte del futuro.

    Mi objetivo al presentarles estas historias digitalizadas no fueron el que mereconocieran, mi objetivo principal siempre fue el despertar la curiosidad de la lectura,

    que alguien se atreva darle un vistazo a mis lneas y se sienta capaz de escribir algosuperior y lo haga. Mi tributo eterno siempre para aquel que me sienta inferior y logre

    una obra que llame al olvido a todos mis trabajos..

    JorDan RamrezCerro de Pasco, Mircoles 15 de mayo del 2013

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    ndice

    Pgina

    Introduccin 4

    HISTORIAS ENTRE EL MINERAL Y EL CIELO

    CAPITULO I..... 6

    CAPITULO II.... 11

    CAPITULO III.... 24

    CAPITULO IV... 28

    CAPITULO V.............................................. 33

    CAPITULO VI 39

    CAPITULO VII... 43

    CAPITULO VIII... 48

    CAPITULO IX... 54

    CAPITULO X.... 69

    CAPITO XI.. 72

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    Historias entre el mineral y el cielo

    I

    Hace muchos aos cuando las plantas conocidas como Paragsha emprendieron su

    huida y das despus que se iban alejando un poco ms de los hombres; no seria por

    que ellos lo utilizaran en sus estufas como combustible para cocer sus alimentos o por

    ser utilizadas como sahumerios por su agradable aroma, mas bien seria por que

    presentan que todo comenzaba a cambiar, no slo el color del cielo, sino tambin el

    viento que empezaba a alterarlas, aquel viento haba aprendido como arrancarle a

    una paragsha su matiz y aun su vida, y la tierra crepitaba debajo de sus races; ellas

    tan inocentes y faltas de maldad, incapaces de sospechar siquiera de alguien nuncasupieron por que tuvieron que alejarse; quizs tenan que irse por el advenimiento de

    pobladores de los pueblos y departamentos que iban llegando a esta parte del Per

    en busca de trabajo en la Empresa Minera Cerro de Pasco Corporacin, pero es mas

    que seguro que no huyeron sino que fueron exterminados por la Contaminacin

    ambiental a causa de la minera. De aquellas antiguas pobladoras de los cerros del

    actual centro poblado slo quedo su nombre con el cual fue bautizado este lugar

    ubicado entre el mineral y el cielo que antes de recibir como nica herencia este

    nombre era conocido como el Barrio Progreso.

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    La Abuela Doa Francisca habra nacido en esta hermosa tierra glida

    coincidentemente con la construccin del pique Lourdes que reemplazara al pique

    esperanza all por el ao 1927, en el lugar conocido por los antiguos pobladorescomo Yanaseniga, luego fue llamado Champamarca Chica, se dice que se le

    llamaba as por que las viviendas estaban construidas de champa y piedra con techos

    de paja; aos despus seria conocido como El barrio de Miraflores, Por qu

    Miraflores? Por que se cuenta que hace mucho tiempo en el cerro donde sobrevivi

    este barrio minero crecan una florerillas amarillas, seria suficiente que los pobladores

    se asomaran a las puertas de sus viviendas para poder observarlas vistiendo al cerro

    de un traje amarillo.

    El barrio de Miraflores desde sus inicios no era un lugar seguro, Doa Francisca casi

    nunca dej salir a jugar a sus dos pequeos nietos solos, aun as estos reclamaran e

    hicieran pataletas, cuando Doa Francisca no tenia tiempo haba que esperar.

    Aquel era un lugar donde los relaves de la Empresa corran libremente por medio

    del barrio desprendiendo olores ftidos, apenas si estaban cubiertas por unas mallas

    casi transparentes los grandes canales, que en lugares estaban a la intemperie por

    donde se deslizaban los relaves, el peligro amenazaba, ella pensaba, Qu pasara siuno de ellos cae a algunos de los canales? .

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    Su desconfianza se acrecent el atardecer en que perla un pequeo perro que

    resguardaba su vivienda y que dorma en una casita de maderas y calaminas junto a

    la puerta de su vivienda no retorno a la hora de la cena, estuvieron llamndola unlargo rato, le dejaron la comida con la esperanza de que retorne, pero a la maana

    siguiente tampoco lo hallaron; se pasaron casi todo aquel da buscndola. Ya casi al

    comienzo de la noche, divisaron su pequeo cuerpo casi sumergido por completo en

    una zanja por donde se arrastraban los relaves.

    Doa Francisca habra de haber contenido las lgrimas para que los pequeos no se

    contagien de su pena,

    - no llores Marquito, cuando nos visite el to Armando le vamos a decir que nos regale

    un cachorrito, vas a ver que va ser mas bonito, la perlita ya estaba viejita -

    pero mas tarde habra llorado sola mientras trataba de sacar el cuerpo de su querida

    perla con el mango de una escoba vieja . Tard mucho rato y cuando la miraban

    ocultaba sus lagrimas fingiendo que eran salpicaduras de las aguas contaminadas

    que discurran por esos canales; en un momento con el cuerpecito ya fuera y mientras

    esperaba que se secara un poco, su mirada se habra impregnado en las mallas del

    vecino culpable, y levantando un puo que apretujaba cada vez mas, habra

    enmudecido por no lanzar injurias, hasta se habra atrevido a lanzar una piedra;

    sentira ganas de ingresar a la Empresa e ir a quejarse a alguna de sus oficinas,

    pero que les iba a importar a ellos la vida de un perro?, si saban bien que todos los

    pobladores corran peligro pero nunca hicieron nada.

    Aquella noche escondi el cuerpecito en su casita desde la cual, vigilaba su hogar ymuy de maana para que sus pequeos nietecitos no tuvieran la mala experiencia

    de volver a verla, lo coloc dentro de un costal de arroz y camin buscando un

    lugar donde sepultarla, pero donde podra hacerlo?, si por donde miraba estaba

    cubierto de mineral, verdoso y mal oliente, todo el camino que llevaba a

    Chaupimarca y mas aun el camino hacia Paragsha y San Juan; tendra que caminar

    mucho, por el cerro que observa a Paragsha camino arriba, pero como toda mujer

    cerrea no haba nada que la detuviera; quizs impulsada por el dolor no le import

    el peso de su costal ni la pala que llevaba.

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    Camin casi hasta la cumbre de un cerro donde encontr una cueva que ella miraba

    con respeto, por que haba aprendido bien que lugares as eran habitados por el

    abuelo, no se poda ingresar all si no se le traa algo; cualquiera que se atreviera aingresar sin su permiso, caera enfermo y no existira hospital que pudiera curarlo; as

    que despus de unos minutos de observarla a cierta distancia continuo su camino.

    Luego encontrndose aun ms arriba, se acomod el sombrero blanco que llevaba,

    gir un poco la cabeza y not que desde donde se encontraba se poda apreciar al

    centro poblado de Paragsha casi en su plenitud, ms all a San Juan y por el otro

    lado un poco mas distante una pequea parte de Chaupimarca, pero lo que ms

    resaltaba eran las instalaciones de la empresa minera, y el tajo un enorme agujero

    que lograba distanciar a todos los dems pueblos cercanos.

    Pens que aquel lugar era el indicado para dejar a su pequea guardiana que traa

    en un costal apoyado en la espalda sobre su paoln azul; luego de un rato y no

    con poco trabajo logr hacer un agujero lo suficientemente grande el cual le sirvi de

    sepulcro a su muy querida perla.

    Luego de haberla colocado dentro y sepultado con la tierra procedente del agujero,

    se sent a contemplar los alrededores.

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    -aqu estar bien- pens- a ella le gustaba jugar mucho los das cuando el sol

    abrigaba- y entristeci un poco ms, el animalito que acababa de sepultar era un

    regalo que sus hijos le haban echo la ultima vez que la visitaron, hacia ya muchos

    aos de eso

    Para que no nos extraes aqu te vamos a dejar a tu hijito negro- le habran dicho la

    tarde que retornaban a la capital de la Repblica despus de una breve visita.

    -Qu seria de ellos? Armandito seguira estudiando y trabajando en aquel taller? Y

    Jos estara viviendo bien con su esposa?, seguramente les estara hiendo bien por

    que ya no se acordaban de visitarsu padre casi nunca hablaba de ellos, al parecer los

    estaba olvidando, pero ella nunca haba dejado de pensar en ellos,

    Cada maana al comenzar a limpiar la casa oraba frente a su estampita del Seor

    de Exaltacin a quien le encargaba que los cuide y los lleve por el buen camino, le

    encenda velas, los das en que sus dos traviesos se le aparecan en sus sueos,

    -seguramente estarn pensando en mi o tendrn problemas- deca a veces, o -quizs

    estn enfermos-. Pero las velas eran infaltables los das en que ellos cumplan aos.

    -Tayta Icsha Padrecito lindo, Protgemelos! que nada les pase, si algo ha de pasarles

    que me pase a mi!- deca; y se quedaba largo rato con la mirada en aquella imagen

    colocada en una repisa, muy cerca de un reloj muy antiguo que pareca una casa con

    muchas avecillas por todas partes, del cual se colgaban dos cadena delgadas las

    cuales terminaban en una especie de mazorcas de metal, de aquel reloj cada hora se

    abra una pequesima puerta para permitirle la salida a un pajarito muy pequeo

    que los nios miraba emocionados, escuchando su canto exacto.

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    II

    El viento se puso ms frio pero Doa Francisca no se alarm, slo junto las manos y

    ahora observaba a las instalaciones de la Empresa que por aquel tiempo ya era

    conocida como Centromin Per S.A., La Empresa haba cambiado de nombres pero

    no de corazn, segua siendo la misma desde el comienzo que se remontaba muchos

    aos antes de sus abuelos.

    Doa Francisca recordaba las muchas historias que sus padres le haban narrado .

    los dueos de la Empresa minera haban echo lo que queran y nadie los haba

    escuchado; por que simplemente las autoridades que supuestamente se encargaran de

    impartir justicia no eran de Cerro de Pasco, los policas, los jueces, los gobernadores y

    dems todo eran costeos, expertos en tratar con indiferencia y altanera a los

    pobladores de la sierra, casi con un odio naturaly por si esto fuera poco estaban los

    gringos quienes no se juntaban con el pueblo ni siquiera en los das de fiesta, no, ellos

    estaba demasiado ocupados enriquecindose con el trabajo de los obreros.

    Desde siempre las minas estuvieron ah, todos trabajaban pero casi nadie se podaenriquecer como ellos; era tan ilgico, minas ricas en minerales y el pueblo que

    trabajaba en ella siempre pobre como hasta el da de hoy.

    No hay que hacer mucho esfuerzo para saber que en la poca de la invasin

    espaola al Imperio Incaico; traicionado y capturado Atahualpa Inca, ofreci tres

    cuartos llenos de riquezas a cambio de su libertad y que la mayor parte de los

    obsequios de plata salieron desde las minas de este lugar.

    Existe tambin la leyenda de que un pastorcito que amenazado por el clima cerreo,

    inconstante como el cario de una mujer, en plena nevada y siendo ya tarde, sin la

    posibilidad de retornar con su rebao de ovejas a la hacienda de su patrn, se refugi

    en una cueva donde para abrigarse hizo un cmulo de piedras para hacer una

    fogata, seguramente utiliz las plantas conocidas como paragshas, para formar y

    darle vida a las llamas de su fogn. Al da siguiente descubri que las piedras haban

    llorado lagrimas de plata y aquel pastorcito conocido slo como Huaricapcha, las

    entreg a su patrn, un espaol encomendero y este al poco tiempo se hizo muy rico,

    su nombre y sus posesiones quedaron enmarcados en la historia, pero de aquelpastorcito no se sabe nada, seguramente sigui pobre hasta el final de sus das.

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    Todos eran de lugares muy distantes seria por eso que a este lugar lo veran nada

    mas como una opcin de negocio o una forma de enriquecerse, no tendran amor por

    estas tierras ni mucho menos por sus habitantes por que les eran ajenos. Llenarse los

    bolsillos y retornar a sus pueblos eso era todo para ellos.

    Doa Francisca recordabaque su madre le coment que por aquellos das en que la

    empresa minera todava conservaba el nombre de Cerro de Pasco Cooper Corporation,

    mas o menos por 1930, ante las exigencias de los pobladores del Barrio Progreso por

    contar con el servicio de agua potable, en la calle Cantolao (hoy Huancavelica). la

    empresa como muestra de buena voluntad puso una pileta entre casas de paredes de

    tapial con techos de paja, en medio de la calle, para que todos pudieran utilizar; pero

    los pocos que emocionados se atrevieron a beber de aquellas aguas enfermaron, por

    que el agua provena de las minas y estaba contaminada, los pobladores jams

    volvieron a hacer uso de ella. Vaya buena voluntad!. Pero los pobladores no

    necesitaban de esos favores a medias, ellos desde siempre haban echo el uso de los

    puquiales para tener agua limpia.La naturaleza les daba de beber sin pedirles nada a

    cambio

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    La abuela Doa Francisca record tambin quecierta tarde del ao 1943 siendo ella

    aun muy joven, un presidente se haba atrevido a trepar hasta Cerro de Pasco y ms

    aun, iba a llegar muy cerca de su barrio, pero l no vendra a escuchar los pedidos de

    la poblacin, ni mucho menos para darle solucin a sus problemas.

    El excelentsimo Presidente de la Republica Manuel Prado se hacia presente para

    inaugurarla planta concentradora de minerales de Paragsha, para aquellos tiempos

    una de las mas modernas de esta parte del continente.

    A ella sus padres no la dejaron siquiera acercarse a las muchas muestras de cario

    que le prepararon los vecinos con mucha alegra; cuanto le hubiera gustado apreciar

    al hombre que gobernaba nuestro pas.

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    Sumergida ya en sus recuerdos, tambin record aquellos lugares que visitaba luego

    de haber cumplido con las labores en su hogar y aprovechando el tiempo y

    escapando de la soledad, (mientras su esposo trabajaba y sus hijos estudiaban) en la

    poblacin antigua donde su hermana Marcela luego de haberse casado y de haber

    vendido sus tierras y sus rebaos all por Yanahuanca, se haba echo de una propiedad

    muy grande, donde albergaba casi a toda la familia; incluso habitaban all sus hijos

    con su nietos como una gran familia; se encontraba ubicada cerca al Jirn Diputacin

    en la cual exista la Casa Carrin. Se le llamaba as al domicilio signado con el

    N 115 lugar donde radic el Mrtir de la Medicina Peruana y Mundial, el Doctor

    Daniel Alcides Carrin Garca. Sus paredes blancas y sus techos rojizos se mostrabanorgullosos.

    Las tardes que haba pasado en compaa de su hermana y de sus pequeos hijos

    seria uno de los recuerdos mas preciados de su vida.

    Muchas tardes de visita,Doa Francisca y Doa Marcela se perdan en interminables

    conversaciones, hasta que la radio se hizo presente y con ella las radionovelas, los

    nios eran apartados de la sala mientras se transmitan estas

    Ustedes tiene sus programas para nios-

    Les habra dicho su madre muy seria, pero los curiosos habran de mirar a escondidas

    a las atentas oyentes, y cuando eran sorprendidos eran amonestados.cuanta inocencia la de aquellos tiempos!.

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    Habra tambin de recordar un marzo en poca de carnavales luego de haber

    suspendido muchas visitas se diriga presurosa al encuentro de su hermana mayor un

    sbado por la tarde. Mientras caminaba pudo observar grupos muy animados que con

    una alegra desbordante cantaban mulisas y huaynos en todos los barrios, pareca que

    el pueblo entero estaba de fiesta y tenan mucho que celebrar. A pesar de que ahora

    formaban parte de una pequea ciudad, la mayora provena de los pueblos cercanos y

    tenan un pasado donde se celebraba la herranza o tinya donde las celebraciones se

    daban en todas las estancias cuando el patrn contaba sus ovejas, se entremezclaba

    con sus pastores y les ofreca mucha comida y el aguardiente huanuqueo.

    Todo comenzaba cuando pintaban a los animales con anilina y les ponan cintas de

    colores como si fueran aretes, la msica provena de un tamborcito que se

    entremezclaba con las voces, creando una meloda casi ceremonial y mstica,

    interpretaban canciones carnavalescas sobrevivientes al tiempo. La fiesta no estaba

    completa sin el licor que alegra las grandes celebraciones, estos hacan su aparicin de

    la mano de los padrinos de los animales; la alegra llegaba al desborde total cundo

    comenzaban a jugar con anilinas, con harina y hasta el lodo era utilizado para cubrirel rostro o la indumentaria de los alegres celebrantes, esto se celebraba entre los das

    domingos y los mircoles.

    Doa Francisca contagiada de aquella alegra de las calles, ante la invitacin de su

    hermana e impulsada por su curiosidad, habra de retornar al siguiente da, dejando

    de participar en las celebraciones de su querido barrio de Miraflores; es as que aquel

    domingo, despus de la hora del almuerzo se dirigi otra vez por entre medio de la

    calles al hogar de Doa Marcela, pero esta vez venia acompaada de su esposo Don

    Manuel quien se haba contagiado de su alegra, adems de no ser da laborable,

    - Que milagro don Manuel, seguramente esta tarde va solear- saludo Doa Marcela de

    manera picaresca.

    -claro a donde yo voy siempre va la alegra- contest el visitante.

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    Luego de una conversacin amena se dirigieron en un mediano recorrido hacia la

    plaza, exactamente al Jirn Grau que era la calle principal donde se encontraba el

    monumento a Daniel Carrin, lugar donde se reunan las comparsas y todo el pueblo

    en general. Para la ocasin ya se haban instalado muchas carpas donde se podan

    saborear los diversos platos preparados por manos de las Cerreas.

    Estas carpas eran muy abarrotadas ah que ofrecan el charquicn, tambin los

    picarones que preferan los jvenes, los panes de maz salpicados de pequesimos

    caramelos de colores, que esperaban a los nios.

    No tardaron mucho el encontrarse con la gente del pueblo que se haban vestido de las

    formas ms graciosa posibles, todos estaban disfrazados; por aquel da los trajes

    habituales eran guardados para que los pobladores se vistieran de mineros con

    mascaras burlonas; diablos de todos los colores corran entre payasos, no faltaban los

    que vestan como alguno de sus personajes preferidos del cine o de las revistas.

    Don Manuel se entretuvo largo rato al observar a un hombre pequeo que pareca un

    minero mal vestido, pero el juraba que era el muqui, este danzaba, se rea y

    molestaba a todo el que se cruzaba en su camino.

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    las damas vestan tambin con trajes muy vistosos, pero llevaban caretas y otros

    disfraces, entre el bullicio haban quienes iban cantando acompaados de sus

    guitarras, montados en hermosos caballos vestidos tambin para la ocasin,

    bailarines, msicos, mujeres, hombres y nios desfilaban por las calles, envueltos en un

    descontrol, haba que festejar al Rey Momo. A media tarde se vea a la calixtrada

    partir desde la Calle Hunuco, y luego desplazarse por todos los barrios, atravesaban

    lugares histricos como la Calle Parra, Ijurra hasta llegar a la plaza, all comenzaba

    la verdadera celebracin, se beba, se coma, se bailaba al compas de la msica

    cerrea, los huaynos y las mulizas, todo era un descontrol; era un da de celebracin,

    de olvidarse de la Empresa Minera que siempre estaba de espaldas a las celebraciones

    del pueblo, (se comenta que en das de carnavales la gente humilde y los palomillas

    aprovechaban para jugarles bromas a los ilustres de las Ciudades, aprovechando sus

    disfraces y su anonimato, los salpicaban de agua, le pintaban la cara al alcalde y

    nada ni nadie se escapaba de los vecinos que por alguna razn tenan algn

    resentimiento hacia otro, pero siempre las autoridades eran el blanco predilecto, que

    hasta teman el salir de sus viviendas, ese da era el indicado para vengarse).

    Muy entrada la tarde Doa Francisca y su esposo retornaron a su barrio, manchados

    de harina, luego de que Don Manuel al haber coincidido con unos vecinos hubieran

    compartido un calientito. Al momento de retornar a su hogar notaron que la fiesta

    no le prestaba la menor atencin al tiempo, lejos de que la poblacin se retire a sus

    casas haban muchos grupos de personas que todava se dirigan hacia la plaza

    aquello si era celebrar!

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    Era ex trao por que tantas veces haba recorrido aquel lugar pero era este recuerdo en

    particular la que guardara por que poco tiempo despus (all por el ao 1953) nacera

    el tajo Mc Cune Pit y se alimentaria de las tierras de aquel lugar; en su voraz hambre

    insaciable no se conformara con las tierras de Paragsha, sino tambin con las de los

    alrededores, Todos sufrieron por esto, incluso los muertos en Yanacancha tuvieron que

    irse, una iglesia muy antigua tambin fue engullida.

    La empresa ya no se limit slo a la explotacin del cobre, ahora tambin al Zinc y

    al Plomo lo transformaban en ganancias.

    Construiran una ciudad nueva en un lugar llamado San Juan pampa para todos los

    habitantes; un lugar moderno con calles bien diseadas, con pistas.

    -ahora si van a vivir como gente!- dijeron los de la Empresa.

    Aquello de las calles de tierra, paredes de tapial y techos de paja serian cosa del

    pasado, la empresa se ofreci incluso a trasladarlos con todos sus bienes, All

    habitaran en casas de concreto, de ladrillos, techos de calamina materiales nobles

    (todo inicia en el ao 1956).

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    19 | H i s t o r i a s e n t r e e l m i n e r a l y e l c i e l o

    Doa Francisca sufra por este hecho en silencio, pues su Hermana Marcela, con quien

    haba compartido casi toda su vida y sus amados sobrinos, habitaban justamente

    sobre el lugar destinado a desaparecer, pero todava haba una esperanza, quizs

    habra que caminar un poco ms pero de todas maneras estaran cerca.Pero esta esperanza se deshizo la tarde de un mircoles, cuando Doa Marcela visit

    el barrio de Miraflores para comunicar que se iba, pero no con los pobladores a la

    nueva Ciudad de San Juan. Era hora de buscar nuevos rumbos y comenzar una vida

    nueva lejos del frio y de los problemas con la Empresa;haban decido en consejo

    familiar con su esposo y sus hijos el aprovechar bien el dinero por la venta de sus

    propiedades para buscar un lugar mejor, habran de comprar una casa en la Capital.

    El clima les hara bien por que ellos pronto serian viejos y sus hijos tendran las

    oportunidades que ellos no tuvieron

    Quin no quera estudiar en Lima aquellos das?,

    Doa Francisca odio un poco ms a la Cerro de Pasco Corporation, pero callaba,

    cuanto hubiera querido decirle a su hermana -que no se fuera-, -que se quedara

    cerca-, -que ella necesita de su compaa-; pero simplemente le dijo:

    -si quieres ir ve-

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    20 | H i s t o r i a s e n t r e e l m i n e r a l y e l c i e l o

    Inclusive bromeo a cerca de cambiar sus costumbres y de olvidarse de su tierra. A lo

    que la hermana respondi:

    - voy a volver varias veces al ao, adems me puedes llamar por telfono,

    seguramente pronto tambin van a llegar hasta tu barrio, cuando te paguen vienes

    a vivir donde yo voy a estar, te estar buscando un terreno -

    Pero Doa Francisca amaba su tierra nunca hubiera pensado siquiera en la

    posibilidad de irse lejos, pero le respondi:

    -si, solo me avisas-, jugando quizs a escapar de la pena y no entristecer a los dems.

    Los das corrieron uno tras otro tan rpido que no dio tiempo siquiera para

    despedirse bien. Una tarde, Doa Marcela despus de haber echo un trato por una

    vivienda a mas de 9 horas de la Ciudad llegaba a despedirse; las lgrimas no tardaron

    en aparecer, las palabras quedaban a medio decir cortadas por el dolor en la garganta,

    los pequeos presentan algo que no saban explicar, se contagiaron de la pena y

    abrazaron a su ta, y mojaron su paoln azul con lagrimitas de adis.

    Tranquila pero no con menos pena Doa Marcela le entreg a su hermana una

    estampita en la cual estaba impresa la imagen del Seor de Exaltacin, que fue

    colocada en una repisa alta,

    -Para que te cuide, y para que no te olvides de nosotros- dijo.

    Y luego de un beso en la frente y un abrazo a Don Manuel, los cudate! Se

    entremezclaron, luego salieron caminando por los caminos de tierra y mineral del

    antiguo barrio de las flores.

    Doa Francisca sali corriendo detrs de ellos y los acompa hasta la carretera

    simulada, que era transitada por los vehculos de la empresa durante todas las

    horas.

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    21 | H i s t o r i a s e n t r e e l m i n e r a l y e l c i e l o

    Despus de haber caminado sola por mucho rato, luego de haber visto a su amada

    hermana, a su esposo y sus amados sobrinos, perderse por entre medio de la carretera

    con direccin hacia el paradero de los vehculos que llevaban hasta Chaupimarca;

    retorn a su casa y guardo silencio.

    Aquella noche llor sobre su almohada y so con su madre que la consolaba como

    cuando era una nia. La maana siguiente la primera vela fue encendida para

    iluminar a la estampita que le obsequio su hermana al despedirse. Los dems das

    fueron de silencio y encierro en el hogar la bromas de Don Manuel su esposo no

    fueron rivales para su pena, el acostumbrado a crear carcajadas en todos, se pasabalos dias tratando de consolarla, sus hijos la acompaaban con su silencio, solo a veces

    hablaban en voz bajatodos estaban tristes.

    No mucho despus los caminos desaparecieron.

    detrs de una cerca una ciudad comenz a ser exterminada, camiones inmensos y

    maquinarias antes no vistas se deslizaban por todas la calles del Barrio Progreso, por

    los caminos a Chaupimarca y por Yanacancha; en algn momento la plaza

    centenario con su monumento en memoria del soldado desconocido, y la casa de

    Daniel Alcides Carrin se convirtieron en leyendas. Las calles, los clubes, las casas,

    historias y tradiciones, todo fue destruido.

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    22 | H i s t o r i a s e n t r e e l m i n e r a l y e l c i e l o

    Pero a su barrio ni lo tocaron, pareca que la empresa se haba olvidado de ellos.

    Con el correr de los das todos los vecinos se fueron. Su Miraflores amado se quedaba

    cada da ms solo.

    A la empresa no le importaba nada, no sabia de sentimientos slo de produccin y

    ganancias

    Cansada quizs de tanto extraar, una noche comenz a soar con aquella estructura

    oscura, aquella torre vecina alta, parecida al esqueleto de algn ser colosal, conocida

    como el Castillo de Lourdes, la mas grande construccin en el barrio de Miraflores ; los

    mineros transitaban todos los das y durante algunas horas con direccin a ella, pues

    era la puerta de ingreso hacia las minas de Cerro de Pasco, (era tambin conocido

    como el pique de Lourdes, 1932), transportaba a los mineros que laboraban en los

    socavones de la Cerro de Pasco Cooper Corporation (por aquellos das), para ello

    decenas de obreros mal vestidos con protectores de diversos colores se acomodaban

    en una especie de jaula metlica muy grande.

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    23 | H i s t o r i a s e n t r e e l m i n e r a l y e l c i e l o

    En sus sueos. ella poda elevarse por encima de los techos de las viviendas, para luego

    apreciar a todo el Barrio Progreso y a su Miraflores querido en una sola mirad;, pero

    no observaba personas, las calles parecan desiertas; luego poda elevarse hasta la

    cima de aquel castillo y mirar hacia Lima y en la distancia reconoca a su hermana

    que la saludada con la mano en alto, ella le hablaba pero no poda orla, y sus sobrinos

    apuntaban cos sus dedos, como quien dice all esta!, sonrean y gritaban, pero

    tampoco poda orlos; ella trataba de hablarles, comenzaba con palabras y luego

    gritaba con todas sus fuerzas, y el castillo de Lourdes comenzaba a estremecerse, toda

    tierra temblaba, todo comenzaba a caerse en pedazos, todo se destrua. pareca que un

    gran terremoto cubriera toda la tierra y al finalizar slo quedara el tajo que se haba

    tragado todo, todo menos su barrio; perro luego la torre oscura tambin comenzaba a

    ser destruida.

    Era cuando deportaba y el sueo se caa de sus ojos;

    Entonces retornaba a la realidad, a un lugar que se encontraba perdido en un sitio del

    mundo, y ella slo era alguien que cada da se iba quedando ms lejos de los que

    amaba.

    Los das transcurran detrs de este sueo que se repeta noche tras noche, as ocurri

    durante muchos das.

    La Empresa sabia como herir; construa soledad la cerro arrancaba lo importante .

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    24 | H i s t o r i a s e n t r e e l m i n e r a l y e l c i e l o

    III

    Escapando a medias de sus recuerdos y despus de largos minutos de estar sentada,

    intentando abrigarse con los escasos rayos de sol que aqu no saben abrigar, sino

    quemar la piel, la existencia de Doa Francisca comenzaba el descenso, caminaba

    impulsada por la costumbre, se le vea descender muy lentamente, pero su mente

    recorra los das pasados.

    Fue cuando retorn hacia ella aquel da en que el sueo y la pena comenzaron a

    desvanecerse de a pocos, pues algunos meses despus, uno de sus amados sobrinos

    retornara a la Ciudad de Cerro de Pasco, su querida Dolores no se habra

    acostumbrado al clima y mucho menos a las costumbres capitalinas; adems su esposo

    habra aceptado un puesto de trabajo en la Centromin y para su buena suerte le

    haban ofrecido en venta una de las modernas vivienda en San Juan Pampa. Esto

    despert en ella un poco de la alegra que ya estaba olvidando.

    Transcurrido los das y luego de haberse instalado ya en la casa, ubicada en la nueva

    Ciudad en el distrito de Yanacancha. En una reunin su amada Dolores dijo:

    nosotros queremos que usted y don Manuel bautice a nuestro hijo-

    Peticin que fue aceptada con algaraba, (por aquellos tiempos se acostumbraba que

    las personas a quemes reclamaban por padrinos para su hijos eran las mayores y mas

    respetadas de las familias) esto significaba para ella y su esposo no slo un gran

    respeto sino tambin el echo de unir aun ms el lazo de la familia. Fue as que a

    comienzos de los 80s Doa Francisca y Don Manuel, una tarde cargaron al nico hijo

    varn de Doa Dolores y Don Alfredo para darle la bienvenida a la vida Cristiana, en

    la Iglesia San Miguel de Chaupimarca, prueba de ello quedan una fotografas que

    muestran a Don Manuel cargando un nio regordete acicalado con un traje diminuto

    similar al suyo con la mirada al techo y llorando, un Clrigo sonriente con una jarra en

    la mano vertindole el agua bendita sobre su cabeza; Doa Francisca mostrando su

    cabellos canos, tambin una sonrisa, los padres con la mirada orgullosa y un grupo depersonas observando atentos.

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    25 | H i s t o r i a s e n t r e e l m i n e r a l y e l c i e l o

    Los compadres y el apadrinado salieron felices y organizaron una gran fiesta con toda

    la familia, en la casa de San juan casi vaca de muebles, pero no de amistad y cario.

    Este fue el principio de una nueva forma de ver la vida ahora tenan a su ahijado que

    los esperaba en los cumpleaos, en la navidad, en actividades de la escuela y lo

    acompaaron hasta cuando se hizo la primera comunin en la iglesia Virgen del

    Rosario en la nueva Ciudad de San Juan Pampa.

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    26 | H i s t o r i a s e n t r e e l m i n e r a l y e l c i e l o

    Doa Francisca ya comenzaba sentir el paso de los aos, pero aun as hacia el

    esfuerzo por ir a visitarlo, y como quien le rinde un tributo a aquellos das en los que

    caminaba hasta la casa de su hermana, gustaba mucho de ir a pie hasta donde seencontraba su ahijado en compaa de su esposo. Atravesaban todo Miraflores,

    caminaban por el camino que reptaba casi hasta San Juan, entre la muralla de

    postes blancos sosteniendo paredes de alambres casi invisibles que separan a la

    Ciudad de las instalaciones de la Empresa Minera, estas paredes estaba coronadas

    con unos alambres con pas filosas amenazantes. El camino era una combinacin

    de minerales de color verdusco y tierra hmeda los das de lluvia, y un polvo

    amarillento que ocasionaba lagrimones a los ojos de las personas que transitaban por

    all, los escasos das en que asomaba el sol.

    Su recorrido comenzaba casi exactamente frente a las oficinas de la Empresa,

    continuaba frente al comedor de empleados hasta ingresar a la calle principal de

    Paragsha, luego doblar en una esquina para continuar la travesa, subiendo por unas

    escaleras oxidadas y pasar frente a los campamentos; siempre deban de estar

    atentos por que por all no existan veredas, y los camiones, maquinaria y camionetas

    que laboraban en la Minera pasaban a gran velocidad sin imprtales nada;

    salpicaban el lodo o hacan correr a las personas.Las pocas veces en que se vio algo molesto a Don Manuel era cuando se mostraba

    algn tipejo, que se crea dueo de la especie de carretera aquella. Aquel camino

    llegaba hasta la nueva Ciudad, donde cambiaba de rostro, se vesta de cemento y

    se perda por entre las calles.

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    27 | H i s t o r i a s e n t r e e l m i n e r a l y e l c i e l o

    Los das continuaron envejeciendo calendarios y construyendo pasados; Las noticias

    viajaban de vez en cuando muchas horas, en papeles y letras bien resguardadas en

    sobres blancos salpicados de cuadraditos rojos al contorno.

    Luego de haber recibido escazas cartas de su hermana preguntando por su salud y de

    la familia, encargndole el cuidado de su ahora comadre Dolores, le pasaba a dar

    cuenta de las muchas cosas que haba conocido en Lima: ella le deca que all la vida

    era muy diferente, todo era mejor, se poda estudiar, trabajar y hasta pareca que cada

    da su salud se fortaleca; en una de aquellas misivas le pas a narrar que sus hijos

    estaban estudiando en la universidad y que pronto seria profesionales, que si los hijos

    de Doa Francisca quisieran estudiar all, ella con mucho gusto los recibira en su

    casa, pues sus hijos ya estaban trabajando y uno de ellos hasta tenia ya una novia, que

    seguramente pronto tomaran su propia camino.

    Esto despert la curiosidad en sus hijos, la idea de estudiar en Lima les habra estado

    dando la vuelta en la cabeza; Ellos estaban enterados de lo que decan aquellas cartas

    por que Doa Francisca se las lea en voz alta y hasta se la prestaba.

    Una tarde sus dos hijos honrando la invitacin se fueron para la Capital

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    28 | H i s t o r i a s e n t r e e l m i n e r a l y e l c i e l o

    IV

    Casi sin percibirlo, ya se encontraba en el camino de tierra que atravesaba las

    puertas de su hogar

    - Buenas Tardes Abuelita!- saludaba, sonriente su vecina

    -buenas tardes- contest sin reconocer a quien la haba saludado.

    Ingres a su hogar casi sin prestarle atencin a la casita de maderas y calaminas quehabitaba su querida mascota que haba sepultado aquella maana; slo la explosin

    proveniente de la Empresa Minera le habra devuelto plenamente a la realidad, ya

    que ella acostumbraba a encerrarse con sus nietos en su habitacin,

    -para que no se asusten- deca, y para evitar que el polvo proveniente del vecino que

    se dedicaba a contaminar no los afectara, lo peor de todo era que las casas

    temblaban

    -Dios no quiera, pero podran caerse- pensaba, y temblaba con la sola idea de que a

    sus pequeitos algo les pudiera ocurrir,

    -acaso al pequeo hijo de la vecina no le haba cado un trozo de tapial del muro de

    su patio?-

    Al or el tiro se apresur en ir a buscarlos: pero ellos se encontraban al cuidado de

    su madre, Jesenia, hija de Doa Francisca, que revisaba los exmenes de algunos de

    sus alumnos, pues ella era maestra en una escuela en San Juan y su esposo era

    docente tambin en un pueblo cercano, era por ello que no haban encontrado mejor

    lugar para vivir sino en la casa de sus padres

    no existira mejor cuidado que el de su abuelita Pancha y su abuelito Manuel

    - quien mejor que ellos para darles cario y ensearles sobre la vida?, si ellos haba

    criado muy bien a sus hijos; en especial la Abuelita Francisca que era quien los

    acompaaba a la escuela y los cuidaba casi todo el da, por que el abuelo Manuel

    trabajaba en una carpintera en Chaupimarca.

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    29 | H i s t o r i a s e n t r e e l m i n e r a l y e l c i e l o

    Despus de un breve saludo y al notarla triste su hija Jesenia

    - te sientes mal? - interrog,

    - no, estoy cansada, he caminado mucho le contest

    - estas triste por tu perro, yo te voy a buscar uno

    - no, para que y sali de la habitacin.

    Su hija la sigui; quizs buscando algn rastro de consuelo le dijo:

    - no ests triste mejor vamos a llamar a mi ta y a preguntarle por tus hijos -

    Minutos despus se dirigieron hacia las calles de Paragsha

    Al retornar a su hogar luego de haber realizado la corta e ingrata travesa de ida y

    retorno y despus de haberse comunicado con su hermana unos pocos minutos;

    encontraron a Don Manuel sentado con sus nietos en de rededor, con el televisor

    encendido tratando de llamar la atencin; pero los pequeos estaban muy atentos a

    otra historia que el abuelo sabia narrar como nadie.

    l era un narrador muy expresivo, sabia hacer ruidos con las manos, silbaba,

    caminaba por la habitacin, pona sus manos en su cabeza, danzaba, hacia todo

    cuanto le fuera posible para que sus historias lleguen a ser muy entretenidas; cuando

    el hablaba sus ojos ancianos brillaban con picarda, pareca un nio a punto de haceruna travesura, nadie contaba historias de condenados como l.

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    30 | H i s t o r i a s e n t r e e l m i n e r a l y e l c i e l o

    Aquel anciano sabia la historia verdadera de Juan Oso, la haba contado muchas

    veces a toda la familia, lastima que nadie se dio el trabajo de escribirla!, pero la

    versin que existe y es difundida actualmente es realmente inferior a la que lconoca, todos sus relatos se entremezclaba con una serie de bromas y exageraciones,

    como cuando cantaba en quechua, aquello si era gracioso!

    Al ver a su hija y a Doa Francisca hizo como si fuera el quien se hubiera encargado

    de la casa durante todo el da,

    -reclamaba como una seora! - habran comentado sus nietos mas tarde.

    Don Manuel disfrutaba de la compaa de sus pequeos nietos quienes

    aprovechaban para tratar de sacarle alguna respuesta que les sirviera en sus tareas

    escolares; pero realmente l no tenia mucho en que ayudar, sino slo a buscar en los

    libros y hacer algunos dibujos. No seria por que el abuelo no supiera nada; al

    contrario l conoca mucho a cerca de esta Ciudad ubicada entre el mineral y el cielo,

    el echo es que en las escuelas te pueden ensear mucha historia, mucha literatura de

    pases tan lejanos que uno ni siquiera se imagina que existen y de personajes cuyos

    apellidos ni siquiera los pueden pronunciar los mismos maestros: casas. Monumentos,

    personajes, hechos; de todo sucede en el planeta, pero de la Historia de Nuestro Cerro

    de Pasco no se hablaba, no apareca en los libros,

    Cerro de Pasco es una Ciudad que no existe en los libros!

    -Como era posible que los nios aprenderan a conocer y a querer a su tierra sinadie les enseaba nada?- se quejaba Don Manuel.

    Su queja lleg a la cima de su clera cuando encontr una publicacin donde en

    letras grandes deca que en Bolivia se encontraba la Ciudad mas alta del mundo,

    que tal mentira!, ah presentaban una ciudad que apenas si esta elevada ms all

    de los 3000 metros en cambio aqu nos encontramos a 4338 sobre el nivel del mar,

    pero eso parece que a nadie le import, por que hasta el da de hoy esa mentira

    sigue corriendo por todos los medios de comunicacin extranjeros.

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    31 | H i s t o r i a s e n t r e e l m i n e r a l y e l c i e l o

    Estudiar a los presidentes tambin era un asunto que le pona de mal humos al

    abuelo Don Manuel.

    - acaso le importaba esta Ciudad a algn presidente?- se preguntaba en voz alta

    - habra algn poltico que se atreviera a mirar un poco mas debajo del

    Huaguruncho?

    - Cual de ellos siquiera ensuci sus zapatos en el camino de Paragsha a

    Chaupimarca?,

    - cual de ellos ha respirado el plomo y se ha convertido en hermano de sangre de

    los pobladores? o brinda con el agua que de modo irnico esta lleno de minerales?

    Cerro de Pasco? No! Ni pensarlo!, maana mismo a primera hora presento mi

    certificado mdico que dice que no puedo trabajar a mas altura que mi oficina.

    Que se habran credo esos de la punta del cerro!- Si quieren algo que vengan a

    Lima con unos papeles y que los presenten por la mesa de partes- se habran

    horrorizado los mandatarios.

    Despus de todo Quin les dijo a los pobladores de aquel frgido lugar que nosotros

    les solucionaramos los problemas? Adems Pasco es pequeo, all los votantes son

    slo unos miles que no significan si siquiera un 2% de votos para que ir all?, hay

    ciudades mas grandes, con mejor clima. All slo se va en poca de elecciones, se hace

    un mitin de una hora de paso a Hunuco- esto cometaria los polticos en sus oficinas

    con las puertas cerradas. Deca esto El abuelo Don Manuel muy serio y sin ocultar su

    enojo.

    Mientras tanto se acercaban los das de nuevas elecciones, a l ya no le importaba ni

    quienes eran los candidatos.

    Durante toda su vida la Empresa Minera haba echo lo que le daba la gana con las

    tierras de Pasco, mas aun Paragsha,

    - Qu importaba quien saliera electo?-

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    El sabia que esto no era un simple problema de quejarse, por que las quejas de nada

    sirvieron cuando la antigua ciudad fue destruida, la historia seores se fue al hoyo,

    Paragsha se quedo hurfana de testimonios que tuvo un pasado.Y muchas veces se escucho que los gringos tenan la culpa, que ellos hacan lo que

    queran, quizs sea una verdad a medias, por que en realidad fueron nuestros

    compatriotas quienes terminaron por traicionar a nuestra gente.

    Don Manuel habra de recordar que desde siempre habran habido enfrentamientos

    por las tierras y que siempre habra terminado los enfrentamientos entre peruanos,

    todas las autoridades quien sabe por que (pero es fcil de presumir), vestan de

    justicia el abuso.

    l no olvidara que all por los aos 60, una maana un efectito de la guardia civil,

    armados como para una guerra y al mando de un militar aejado en las malas artes,

    (con un estandarte de billetes) marcharon en una gran Caravana; parecan que iban

    a una guerra, pero el contrincante no eran mas que unos cuantos campesinos que

    reclamaban lo que les perteneca, herencia de sus antepasados; l sinti pena por que

    haba escuchado que por todas partes le arrancaban sus tierras a los campesinos por

    la buena o por la mala.Al siguiente atardecer se escuch la noticia que en la comunidad de Rancas haba

    ocurrido una masacre (Huayllacancha, 2 de mayo de 1960), haban asesinado a tres

    comuneros, hombres sin compasin le habran disparado a un nio, habran

    incendiado chozas y destruido todo a su paso, slo un Alcalde habra sido el que con

    un grupo de personas de Cerro de Pasco habra llegado para impedir que la masacre

    contine,

    Don Manuel no le prest consideracin a la nueva campaa poltica, l sabia desde

    siempre que: aquel quien obtiene poder, adquiere tambin un Alzheimer

    selectivo que hace que se olviden de sus promesas, sus tierras y sus

    vecinos

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    33 | H i s t o r i a s e n t r e e l m i n e r a l y e l c i e l o

    V

    El tiempo no lo cura todo, pero adormece las penas cotidianas y nos regala un poco

    de tranquilidad, aquellas penas en algn momento quedan como adormecidas y

    ms aun cuando se tiene el cario de la familia; es as que llegan los das de

    celebracin en su Barrio; momentos en que uno se olvida de toda la contaminacin

    que cada da va llenado de plomo la sangre a los habitantes y hasta a la tierra,

    (auspiciada por la Empresa minera) y uno abriga el corazn con algo de risa y se

    entremezcla en las celebraciones.

    Diciembre haba llegado y algunas ventanas mostraban ya lucecitas de colores, La

    navidad arribara pronto con sus costumbres y sus esperanzas; el 24 por la tarde era el

    momento para dirigirse a Chaupimarca, a una feria improvisada que se

    desperdigaba por todo el jirn San Cristbal, incluso haban vendedores de otras

    ciudades que con sus carpas ocultaban a la plaza.

    Los ahora abuelos Doa Francisca y Don Manuel siempre fueron a comprar solos,

    todo el ao haban ahorrado y era el momento de comprarle obsequios a los nios y

    tambin a sus nios grandes (nunca crecen los nios para sus padres), la feria seria

    muy grande ya para la una de la tarde, habra que apurarse por que los

    trabajadores de la Empresa saldran de trabajar a las tres y se dirigiran hacia all,

    seria muy difcil de comprar.

    Ambos salieron apurados, aquellas tardes hasta el camino de minerales que conduce

    a Chaupimarca no era tan molesto; ellos caminaban haciendo planes, al llegar al

    centro de la Ciudad los esperaba el quinto (kinto), llamaban as a los trozos de

    rboles, ramas, arbustos, frutas verdes y todo lo necesario para armar elnacimiento.

    El armado del nacimiento se realizaba sobre una mesa en donde se formaba un arco

    verde de aquellas ramas verdes (kinto), sujetadas slo con cordones, con las cuales

    tambin se colgaban las frutas verdes, luego eran adornadas con formas echas de

    papeles brillantes y para darle vida algunas luces; en la parte de la mesa que hacia

    las veces de suelo se colocaba unos musgos que aprontaba el suelo de una lugar

    rustico. en seguida de todo este preparativo, se colocaba a Jos, Mara, los padres de

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    nuestro seor Jesucristo, acompaados de los pastorcitos y sus rebaos; siempre

    teniendo el cuidado de colocar a cada figura en su posicin correcta. Los pequeos al

    ver que todas las figuras estaba ya bien ubicadas, se peleaban por quien iba aponer al nio; pero habra que esperar a que sea medianoche, esta era una

    tradicin que se repeta cada ao.

    Para los abuelos aquella tradicin era cosa seria, hacan hasta lo imposible por

    comprar el mejor grupo de ramas, por que ellos haban que armar el nio# de su

    compadre y el compadre se lo retribuira de la misma manera, por eso apenas se

    encontraban en Chaupimarca se dirigan rpidamente hasta un lugar muy cercano a

    los muros de una escuelita que forma parte de la historia, luego de dar un vistazo y

    despus de hacer un trato, pagaban por adelantado y luego se iban internando poco

    a poco entre una multitud de personas que se desplazan presurosos por todas partes,

    en minutos estaban sumergidos en la feria y ocupados comprando juguetes para los

    nios, ropas para los grandes y no se olvidaban de sus ahijados; Doa Francisca

    cargaba con un gran canasto de colores, Don Manuel se preocupaba por los vinos y

    los panteones, tambin por los cohetes,- habra que recibir la navidad con mucha

    alegra pensaba. Doa Francisca no le era partidaria en eso de los cohetes; luego

    retornaban muy rpido donde su compra ya estara lista para ser llevada.

    Contrataban y le pagaban muy bien a un triciclero que trasportara aquella carga

    hasta la casa del compadre, siempre tenia que llegar lo mejor posible.

    Doa Francisca se iba en un taxi a su hogar con su gran canasta y con parte de la

    compra, mientras que el abuelo caminaba un largo trecho charlando con el

    triciclero.La abuela era esperada impacientemente por los nios que ingresaban y salan

    constantemente de la casa.

    Luego de haber armado los nacimientos en las casas de los compadres, muy

    entrada la tarde y casi ya de noche, habra que ir a la iglesia para or el mensaje del

    sacerdote y recibir su bendicin.

    Otra vez al camino de deshechos de mineral y en minutos se encontraban en

    Paragsha y unos cuanto minutos ms en la iglesia.

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    los abuelos se quitaban los sombreros y mostraban sus canosos cabellos, los pequeos

    con las gorras en las manos ingresaban y trataban de no hablar en voz alta,

    -hay que ser respetuosos, en la iglesia, no se juega y no se habla, debemos dejar de

    escuchar la misa a todos- repeta Don Manuel, dentro de un traje crema.

    El mensaje del Sacerdote era precioso, hablaba de paz, olvidar los rencores, de que

    todos somos hermanos y que no importaba en donde se encontraran las personas, el

    nio Jess nacera para todos aquella noche

    De retorno en casa los nios trataban de ver que era aquello que los abuelos le

    habran trado.

    Aquella noche todas las familias estaban reunidas en sus hogares, la gente caminaba

    por todas partes cargados con cosas, los panteones desfilaban de las manos de los

    obreros, todos sonrean se saludaban, incluso las ventanas de las casas se hacan

    seales de luces.

    Don Manuel, aprovechaba para narrar la historia de como nuestro seor naci en un

    pesebre en un lugar muy lejano, los nios, los grandes, toda la familia lo escuchaban,

    el televisor se aburra otra vez en una esquina observando comerciales capitalinos, las

    agujas del reloj avanzaban mas lento que de costumbre, los mas pequeos queran

    esperar la medianoche pero se quedaban dormidos por todas partes.

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    La llegada de las 12:00 en punto era anunciada por los cohetes que explotaban por

    encima de los techos, los pequeos se apresuraban en colocar al nio Jess en su

    pesebre, Doa Francisca y su hija ocupadas con el chocolate y cortando panteones.

    Don Manuel rompa la costumbre de abrazarse poco, luego todos lo imitaban;

    despus salan a las puertas a reventar sus cohetes, los nios lo miraban desde

    adentro, algunos apegaban sus narices a las ventanas, los mas osados salan a ayudar

    al abuelo, era una fiesta. Muchos minutos despus los vecinos se acercaban a saludar,

    no faltaba el que se meta hasta la cocina, era cuando los pequeos recordaban los

    regalos y Doa Francisca era quien empezaba repartirlos y cada nio se pona muy

    contento; entre panteones, tazas de chocolates se reuna la familia. Ya estaba bueno

    de estar triste!, aquella noche era para celebrar, para agradecer a Dios el estar juntos,

    el tener al lado a la gente que uno ama, pensar un poquito en los que estn lejos, solo

    un poco, era hora de estar feliz, Por qu estar triste?acaso el nio Dios no haba

    nacido? Nochebuena haba llegado para acariciar los corazones de los habitantes de

    Paragsha; de Miraflores, de Pasco, de todo el mundo

    El ao nuevo tambin traa panteones, chocolate y cohetes, aquella noche el 31 de

    diciembre arribaban familiares de todas partes, aquella casa era el lugar predilecto

    para reunirse el ltimo da del ao y recibir las primeras horas del nuevo. Algunos

    vecinos quemaban cosas viejas frente a su hogares; Don Manuel no estaba de

    acuerdo con aquella costumbre, pero aquella noche algunos familiares visitantes

    decidieron armar un mueco de ropas viejas, como hacan tambin algunos

    vecinos; todos contribuyeron con algo, lo que ya era pequeo, lo que no se utilizaba,

    aquello que nunca les haba gustado, Don Manuel algo inconforme aporto con sus

    zapatos chancabucos que tenia guardados como recuerdos de los das que haba

    trabajado en la Empresa Minera,

    - estos zapatos son muy seguros, tienen acero en las puntas por si algo llegara a caer

    no se lastimaran los pies- dijo mientras los alcanzaba-.

    Los nios no le creyeron que gracioso el abuelo, acero en los zapatos!- sonrean,

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    Sin anunciarse hacia su aparicin el libro de los compromisos que slo se dejaba

    presentaba dos veces al ao, en ese momento uno por uno iba hasta donde se

    encontraba el encargado de anotar todo lo que se prometa para el prximoarmado del nacimiento del nio, todos ofrecan de todo desde misas, hasta

    animalitos y los que no saban que iban a traer slo decan que iban a sorprender.

    Todas las figuras que eran recogidas con un previo compromiso eran guardadas muy

    delicadamente en una caja por la abuela Doa Francisca, ella los iba envolviendo

    uno por uno en papeles blancos como lo haba echo casi toda la vida, ya que aquel

    nacimiento, era el mismo que le perteneci a sus padres.

    Luego de terminar las anotaciones y el total de las adoraciones, el compadre

    comenzaba a desmontar las ramas y las iba entregando a todos, la msica suba de

    volumen y envolva hasta la casa de los vecinos, todos los participantes cogan una

    rama y bailaban graciosamente mientras seguan bebiendo el quemadito que

    esperaba en pequeas teteras y eran servidas en copas pequeas, (se bebe esto en

    Cerro de Pasco por que adems de alegrar a los invitados tambin calienta el

    cuerpo) pero no tardan mucho en aparecer las cervezas.

    Un ao antes la fiesta estaba tan alegre que cuando si previo aviso la Ciudad quedopor un largo rato sin servicio elctrico, todos los danzantes continuaron bailando en la

    oscuridad, slo acompaados por la risa y el canto de las ramas que se rozaban con la

    ausencia de luz.

    Esta vez celebraron hasta muy tarde y tanta fue la alegra que quien sabe por que

    en esta oportunidad los vecinos no haban visitado su hogar, y ellos quizs demasiado

    alegres por las bebidas o resintiendo la ausencia, salieron a las calles y fueron dejando

    una rama grande de puerta en puerta, en los hogares de todos los ausentes a la

    celebracin del desate, luego en casa estuvieron celebrando y bailando,

    zapateando y pensando en lo que iban a pensar en la maana aquellos que

    encontraran aquellas ramas, esta era quizs la fiesta mas importante de la familia,

    Doa Francisca segua extraando abrazada por un paoln verde.

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    39 | H i s t o r i a s e n t r e e l m i n e r a l y e l c i e l o

    VI

    Cuando los Carnavales asomaban sus celebraciones en el mes de febrero y el barrio

    de Miraflores se mostraba otra vez alegre, hombres y mujeres con nostalgia de sus

    tierras se reunan en una fiesta vecinal. Pero aquel ao Doa Francisca, no tendra

    muchas ganas de participar, en cambio se quedo en su hogar extraando a su

    hermana y a la antigua casa que compartan

    - all donde ahora es tajo -dijo tristemente,

    El abuelo Don Manuel que estaba acompaado de sus pequeos nietos, aprovechpara recordar los carnavales de Paragsha:

    -Hace muchos aos allpor los 60 en la Calle Ayacucho - comenz a narrar- all

    se celebraba a lo grande, cuando todos salan disfrazados para la calixtrada,

    caminaban hasta Yanacancha donde se reunan todos los grupos y desde all iban por

    toda la ciudad; hombres abrigados debajo de sus ponchos color canela y debajo de

    sombreros de vicua en preciosos caballos muy grandes y fuertes de raza Alazn, sedesplazaban orgullosos en medio de toda la caravana hasta Chaupimarca, duranteel

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    camino y al llegar se jugaba, pero no como ahora que apenas uno se descuida le

    manchan la ropa con agua que sabe Dios de donde sali, no!, aquellas fechas se

    jugaba con talco, serpentina y hasta perfumes en chisguetes, despus eljalapato y el

    cortamonte

    -perfume en chisguetes?- Interrumpi el nio Marco. Y mir sorprendido a su

    hermano,

    -si as era, no como ahora!- respondi Don Manuel, algo contrariado

    Que gracioso el abuelo! ya estaba tan linda la historia pero sala con una broma

    como esa, pens. l nunca les haba mentido, pero chisguetes perfumados era algo

    que no podan creer.

    Pasados los meses, y durante los das de la Semana Santa Doa Francisca entristeci

    por que su familia ya no era la misma, quizs por que extraaba demasiado a su

    hermana y no se atreva a viajar,No quiero molestar a nadie, habra pensado. Pero

    el viernes haba que cumplir con la tradicin de salir de paseo e ir al campo a ver si

    en una de esas casualidades encontraban flores para la procesin de la noche, cuando

    Nuestro Seor Jesucristo sale en una urna iluminada, asi es que durante la maana se

    dedico a comprar duraznos, higos y pescados para el almuerzo, el esposo de su hija los

    llevara un poco lejos con su vehculo hasta donde hubiera un buen lugar; los nios

    el viernes santo se ponan felices y estaban ansiosos por que casi todos iban en busca

    de flores, por aquellos das ya ni en Miraflores, ni en alrededores de Paragsha, ni masall de Ayapoto se poda encontrarlas, pero ellos sentan que tenan que encontrarlas,

    no podran acompaar a la procesin sin nada!; asi que de alguna manera salan

    todos,

    Doa Francisca acostumbrada desde siempre a caminar grandes distancias en pleno

    campo nunca dej que la ayudaran a subir ni a bajar a pesar de sus aos, ella deca:

    - no necesito de nadie-, pero no dejaban de acompaarla en todo momento.

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    41 | H i s t o r i a s e n t r e e l m i n e r a l y e l c i e l o

    Don Manuel a pesar de sus aos, hacia lujo de su fuerza caminando siempre adelante

    y esta vez reuniendo a todos los que le seguan el paso , les deca:

    -que hubo una poca cuando el era nio que las personas los viernes santos se sentan

    en verdad tristes y que hasta algunos lloraban recordando los padecimientos de

    nuestro seor Jesucristo y su muerte a las tres de la tarde-

    los nios se contagiaban de aquella historia que le narraba, pero slo por unos

    momentos ya que en todas las salidas al campo se sumaban mas familiares que

    traan a sus hijos y ellos mientras escuchaban las historias del abuelo, observaban a la

    pelota en una esquina llamndolos a ratos para que jueguen con ella, a lo que ellos

    respondan sin dudar.

    La tarde corra entre jugar y recoger flores, caminar un poco; y al retornar a casa

    cambiarse las ropas para acudir a la misa, y acompaar un trayecto a la procesin.

    Cada ao las flores eran mas difciles de encontrar, seria por que muchas personas las

    buscaban o quizs que como las paragshas y las para para haba escapado de lacontaminacin producida por la empresa minera.

    Las flores que eran tradas no solo las utilizaban para la procesin, tambin las eran

    empleadas para hacerles la Jubiada a los nios que sufran de susto.

    Esto era un bao de flores realizado segn los conocimientos, creencias y sabidura de

    los pobladores; luego de la jubiada las florecillas eran tiradas a las calles.

    La maana siguiente de la procesin del viernes santo, haban flores tiradas por

    donde pas la procesin y tambin por todas partes; a las que estaban muy alejadas

    del paso de la peregrinacin no se atrevan casi ni siquiera a mirarlas;

    -podran ser pues flores de una jubiada y el mal que le haban sacado poda caer

    sobre aquel que se atreviera recogerlos o siquiera a pisarlos- habra dicho Don

    Manuel.

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    42 | H i s t o r i a s e n t r e e l m i n e r a l y e l c i e l o

    El Domingo de Resurreccin era esperado ansiosamente por todos en casa, los nios

    decan que estaran listos a las seis de la maana para asiatir con sus padres y en

    especial con el abuelo Don Manuel que lo sabia todo; pero ellos como era tradicional

    se quedaban dormidos hasta muy entrada la maana, slo para esperar el retorno

    de los mayores que si haban asistido, el abuelo les deca:

    - Que pas-

    ellos con las caras rojas aguantando las ganas de llorar no le contestaban, pero el les

    contaba todo lo que se haban perdido y como cada ao recordaba:

    - cuando yo era nio la misa comenzaba a las cinco de la maana, y no como hoy que a

    las seis solo unos cuantos se hacen presentes -.

    Haban motivos para estar felices, por que aquella procesin donde Mujeres y

    Varones caminan separados en procesin, unas acompaando a la Virgen Mara y

    otros a Nuestro Seor Resucitado, llegaba el momento del encuentro como el de

    nuestro Seor con su madre y luego se escenificaba la Ascensin, y realmente

    comenzaba la Pascua de Resurreccin, durante esta escenificacin se escuchaba

    msica alegre, haba que estar felices, todo el palmeta deba de festejar Nuestro

    seor haba vencido a la muerte conforme a su promesa y ahora estaba vivo al lado

    de Nuestro creador.

    El abuelo Don Manuel se emocionaba al momento del encuentro de la imgenes, su

    corazn le dola de un modo dulce, y cuando el sacerdote deca Cristo Vive!, siempreacudan las lgrimas a la cita con sus mejillas desde muy joven, hasta ahora que

    tenan carreteras de piel por donde dirigirse al suelo y algunas hasta tocaban la

    garganta ahogada del anciano, aquellas maanas l era feliz.

    Nuestro Seor Jesucristo. Hacia renacer la esperanza y le abrigaba el corazn.

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    44 | H i s t o r i a s e n t r e e l m i n e r a l y e l c i e l o

    -pero no era eso lo que ellos decan?-

    -claro que no! de chonguinada a chunguinada hay una gran diferencia-, este fue el

    comienzo de una nueva historia que los nios escucharon mientras miraban a los

    danzantes que se haban detenido frente a una casa vecina y estaban muy

    atareados con cintas de colores.

    -La chunguinada con u- dijo, es una danza que naci en Cerro de Pasco, es la danza

    que identifica a estas tierras, viene desde hace mucho tiempo desde la poca colonial,

    cuando aqu habitaban muchos Europeos entre ellos los espaoles; ellos tenan sus

    costumbres que las practicaban y los cerreos observaban, como los espaoles eran

    abusivos, los pobladores muy astutos copiaron sus bailes; pero no bailaban como ellos

    sino lo hicieron para burlarse.Un gran maestro dice que le pusieron el nombre de chunguinada por que proviene de la

    palabra CHUNGA que quiere decir BURLA.

    Antes slo lo bailaban los varones, hasta se vestan de mujeres para ser parejas de los

    chunguinos, por que por aquellos aos de la colonia a la mujer la discriminaban y la

    trataban como si no tuviera derecho a participar casi en nada, ellas no tenan derecho

    a opinar en ninguna decisin, se les crea demasiado frgiles como para asumir

    responsabilidades, para ellos eran seres muy dbiles quedeban de ser cuidados.

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    pero esto tambin era aprovechado por los pobladores que participaban en esta danza,

    por que a los seores espaoles y menos a las damas les agradara ver que eran

    representados por varones.

    Fjense bien y vern como estn vestidos los chunguinos,

    Acaso no le encuentran un parecido con la forma de vestir de los espaoles?

    Mas aun en sus rostros, esas mascaras que tiene ojos azules como los europeos y su

    bigote, las mascaras de las mujeres que ahora casi nunca las utilizan, tambin

    mostraban ojos verdes, azules y cara de mueca de apariencia de mujeres finas de piel

    blanca, muy distinta a las pobladoras del Per,

    Pero no faltaba el peruano que es representado por el chuto, alguien me dijo que chuto

    quiere decir chusco; el es el sirviente, el con su ropa simple su poncho, su chullo, su

    hualqui. Este sirviente no es tonto lo pueden ver en su cara que siempre tiene una

    mirada graciosa y va por las calles molestando y bromeando con las personas, son mas

    vivos que los chunguinos; Mientras ellos danzan finsimamente, forman figuras, bailan

    con sus parejas, estos bailan delante, detrs entre medio cuando les da la gana, no

    respetan a nadie, aunque tambin son ellos los encargados de abrirles el paso a los

    danzantes.

    (Se cuenta que los chutos representaban a los pobladores de Chacayan, cuando all

    por los buenos aos cuando en Pasco existan dos lagunas una la que utilizaban apara

    lavar y la otra para prepara sus alimentos y de esta laguna estos hombres

    transportaban el agua hasta las casa a cambio de una propina se dice que eranhombres muy graciosos y trabajadores).

    para la historia una maana del ao 1966 en Paragsha se presenta el primer cuadro

    mixto, donde los varones chunguinos, vestan sus mejores trajes en plata y oro, vestidos

    elegantemente con paraguas en una de sus manos y las damas Paragshinas sus

    preciosos trajes multicolores, no faltaron los chutos, tampoco los mayordomos. Las

    mujeres tenan derecho tambin a mostrase no como damas europeas sino mas bien

    como la belleza que Dios les regalo a las pobladoras de nuestras tierras-

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    Don Manuel luego los mir, mientras ellos escuchaban atentamente cada palabra y

    contino diciendo:

    muchas ciudades vecinas reclaman ser el lugar del nacimiento de esta danza natural de

    Cerro de Pasco, por esi al cambiarle el nombre aunque as slo fuera una letra le

    estaramos dando al razn a ellos,

    Cmo se sentiran si el vecino viene a casa les cambia de nombres y los reclama como

    sus hijos?, por eso hay que sentirnos orgullosos de lo que es nuestro en Cerro de

    Pasco seores naci y vive la Chunguinada!-

    terminada la narracin se quedaron un largo rato en las puertas de la casa

    observando a los danzantes.Ni siquiera notaron cuando Doa Francisca se acerc para curiosear.

    Mientras los nios observaban en silencio y pensaban en la historia que acaban de

    escuchar.

    Todo tenia un por que, el abuelo tenia razn en ponerse serio por que por una vocal

    ellos estaban renunciando a uno de los ms grandes orgullos de Cerro de Pasco y de

    Paragsha. Aquello no lo enseaban en la escuela, seria por eso que ellos igual que casi

    todos los nios siguen nombrando a esa danza de manera incorrecta.

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    47 | H i s t o r i a s e n t r e e l m i n e r a l y e l c i e l o

    Pasados un par de das la fiesta de la chunguinada mas animada y con paso

    apurado llego al encuentro de Doa Francisca mientras observaba el atardecer

    quizs extraando otra vez mas a u hermana, hacia mucho que no sabia nada de

    ella.

    el fin de fiesta conocido como el ayhual (aywal) venia recorriendo las calles de su

    barrio, dos chutos cargaban una cabeza de toro, con el cual asustaban a todos los

    transentes, otros chutos fingan estar toreando a la cabeza lo que causaba gracia,

    mucha gente venia detrs de ellos en un gran grupo de personas bailando una

    meloda muy alegre, mientras cohetones explotaban a gran altura.

    Los nios de la casa salieron corriendo a ver lo que pasaba, pero luego de un rato y al

    ver a los chutos con la cabeza se abrazaron fuertemente a la abuela Doa Francisca,

    a ratos apegaban sus cabezas contra el paoln azul que vesta y luego le daban

    una miradita a lo que estaba ocurriendo

    - no van a hacer nada, no tengan miedo- deca la abuela sonriente,

    Luego de unos breves minutos los danzantes siguieron su camino alborotando a los

    dems vecinos.

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    50 | H i s t o r i a s e n t r e e l m i n e r a l y e l c i e l o

    A media maana se realiza una misa donde se entremezclan todos los pobladores.

    Despus la

    imagen sale en procesin por las calles seguida de muchos devotos que se apretujan ydesbordan por las esquinas.

    Por aquellos das Don Manuel haciendo de lado el cansancio natural que le haban

    trado los aos, en compaa de doa Francisca quisieron hacerse presentes en la misa

    de las once de la maana en la capilla; pero al llegar all notaron que aunque

    faltaba un buen rato para la hora indicada, aquel lugar ya estaba lleno, concurrieron

    tantas personas que incluso, los que no haban logrado ingresar se encontraban

    afuera en frente de las puertas.

    Sin ninguna otra opcin se mantuvieron ellos tambin detrs de aquellas personas

    por unos minutos, despus caminaron un poco por las calles, y no tardaron en

    reconocer a algunas personas que hacia mucho se haban marchado de aquel lugar yque llegaban de todas partes.

    Mas tarde minutos despus de iniciarse la procesin, y de haberla seguido por algunas

    calles, decidieron retornar a su hogar. Casi llegando a las puertas notaron que Doa

    Dolores, su esposo y su amado ahijado, tocaban a las puertas madera vestidas de un

    color verde, y a ratos el pequeo trataba de asomarse por una de las ventanas

    vestidas de manera similar a las puertas, pero que ya no mostraban aquel color por

    que estaban enmascaradas con el polvo contaminado que haba aprendido tambin

    a empaar los vidrios de las ventanas.

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    51 | H i s t o r i a s e n t r e e l m i n e r a l y e l c i e l o

    Ellos arrastrados tambin por la celebracin de las festividades se hacan presentes y

    aprovechaban para visitar a los ancianos. (Hay que recordar que ellos tambin eran

    de Paragsha, que ahora radicaban en san juan a causa de la empresa).

    Apenas se reconocieron se enredaron en frases y saludos cariosos; despus todos

    ingresaron a su hogar, y comenzaron a hablar de todo y de todos los que estaban

    ausentes, hablaron de muchas cosas, pero en un momento Don Manuel not que su

    ahijado le preguntaba algo a su madre en voz baja, entonces ella dijo:

    - El quiere saber quien es Tayta Icsha

    Don Manuel acostumbrado a las preguntas de los pequeos y siempre guardando

    una historia clida comenz a hablar:

    - De esto ya pas mucho tiempo, sin embargo aun se cuenta de aquel mal tiempo

    que sumi al barrio legendario en una mezcla de desolacin y muerte.

    En ese da inesperado, la lluvia azoto intensamente a las calles que estrepitosa se

    convertan en ros tumultuosos, que ingresando a las casas destrua con cualquier cosaque se les cruzare en el camino, cocinas, ollas, vajillas y todo.

    Se escuchaban gritos de terror combinados con splicas, indicio de remordimiento por

    algn acto culposo, que crean ser el origen de tan espeluznante escena, a lo lejos

    lastimera, la sirena minera alertaba a los trabajadores para poder huir de los

    socavones y salvarse de una muerte segura.

    El agua que se acumulaba por tal inclemencia, segua arrebatando en su camino

    con hogares enteros, la gente mora ahogada en su afn de quedarse en sus casas

    que tanto esfuerzo les haba costado.

    La gente residente en el barrio paragshino y su diario caminar pareca haber llegado

    a su fin, que ni grandes, ni chicos, ni trabajadores, ni gentes humildes veran otra vez

    al sol resplandecer sobre aquel lugar

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    52 | H i s t o r i a s e n t r e e l m i n e r a l y e l c i e l o

    Cuentan que de pronto, detrs del cerro Shucuypunta, una rfaga de luz

    proveniente de un rayo, ilumin todo de manera funesta, y se vio alzarse entre tanta

    desolacin a un hombre delgado, con barbas que le colmaban el bajo rostro, quetenia el cuerpo cubierto con un mameluco gris y botas para facilitar su travesa entre

    el barro y las piedras.

    Instantes despus Se vea como aquel misterioso hombre se acercaba presuroso donde

    los pobladores, con intenciones de querer ayudarlos, esto se le distingua claramente

    en sus ojos.

    Era notable la agilidad que tenia para realizar increbles prodigios de fuerza y

    destreza, con las que salvaba de una inevitable muerte a las personas en peligro.

    Todos slo atinaban a observar los movimientos exactos con los que el misterioso ser

    pona a buen recaudo a los pobladores. Cuentan que con cada iluminacin de luz

    centellante proveniente de los relmpagos, se le poda observar por instantes muy

    hbil y arriesgado, correr incansablemente de un lado a otro, socorriendo a todos los

    que se encontraba en su trayecto.

    Era inconcebible e ilgica la manera de como aquel misterioso hombre poda

    aparecer en varios lugares al mismo tiempo; ayudaba a los mineros a salir de los

    profundos socavones los varios niveles y tambin se le vea en la superficie, desviando

    la aguas para ayudar a los nios de la escuela, al os ancianos, a los invlidos,

    animales y lo poco de comida que se poda rescatar de las destruidas viviendas.

    - es tayta icsha! - Exclamaron muchos convencidos de era que aquel desconocido

    socorredor.Quien otro podra ser capaz de gran proeza?!

    - si es l- confirmaban la identidad de aquel salvador, que ese trgico medioda

    haba realizado grandes gestas de habilidad para poder ayudar a la desconsolada

    poblacin del barrio paragshino

    Muchos lo describen como el mismo Dios que baj de los cielos, para poder dar

    socorro a quienes ms lo necesitaban.

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    IX

    Cuando lleg Octubre, Doa Francisca estaba aprendiendo a vivir extraando a su

    hermana y a sus hijos, que seria de ellos?

    Extraaba los octubres de su juventud, cuando todos estaban tan cerca y el extraar

    era solo un mito, aquellos octubres cuando se rinde el culto desde siempre a Nuestro

    Seor Jesucristo Crucificado, recordaba a los castillos que iluminaban las calles un da

    antes del da central, las santas misas de las cinco de la maana, la imagen de Nuestro

    seor de los Milagros, que recorra todo Pasco. Se desplazaba por las calles que

    todava existan en sus recuerdos,

    como olvidar la calle Grau?, su paso por la plaza Centenario (mostrando al soldado

    desconocido) rumbo a la iglesia de Yanacancha, la santa imagen no se olvidaba ni

    siquiera de su querido barrio, cuando llegaba a Paragsha los devotos lareciban con

    bandas de msica, las calles adornadas y las caras felices; luego la llevaban hasta el

    castillo de Lourdes, los mineros la esperaban all para pedir su bendicin y adornarsus

    andas con flores, el barrio estaba feliz, hasta el peque Lourdes se vea distinto, luego

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    Doa Francisca escogi unas cuantas y algunas otras cosas mas.

    Al amanecer del primero de noviembre se puso a cocinar muy temprano;

    seguidamente acomod sobre una mesa un mantel muy blanco y sobre ellas a las

    tantawawas, a cada uno le puso un plato un vaso y algunos floreros que

    mostraban flores amarillas en el centro de la mesa; pareca que se iba a realizar un

    almuerzo muy importante, pero los invitados eran unas cuantas tantawawas, la

    abuela colocaba una por cada uno de sus padres y de los dems familiares que

    haban fallecido aos atrs, les haba cocinado la comida que a ellos tanto les haba

    gustado en vida, en sus platos les sirvi, las alverjitas con carne, a otros el charquicn

    con papas, tambin les puso vasos donde se les sirvi la blanqusima chicha de man

    de un aroma inolvidable, le dej una jarra llena tambin, les puso frutas, pltanos y

    naranjas fueron repartidos. Tambin encendi una vela que lo iluminaba todo.

    Muchos aos haban visto esta costumbre los pequeos, pero en aquella oportunidad

    Don Manuel se esmer en acomodar lo mejor posible la mesa que la abuela haba

    armado, lo hizo en silencio, quizs presintiendo que el prximo ao una

    tantawawatambin lo representara a l

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    empujones y mucha incomodidad, adentro se puede ver toda clase de personas y de

    actividades, todo el ao olvidado el cementerio, por aquellos das se viste de colores,

    hay msicos que les cantan a los difuntos, muchos pequeos mal vestidos se acercan ydicen: -cultivo ta!-; ellos se ganan la vida repintando cruces y nichos, no faltan los

    cantores que ofrecen el responso y cantan frente a los nichos y tumbas, con voces y

    rezos que parecen tristes e incomprensibles, algunos incluso llevan consigo violines o

    acordeones; muchos visitantes pasan sus tardes bebiendo cervezas y otros tomndose

    fotografas sobre replicas de caballitos y llamas muy cerca al obelisco de los

    bomberos, los grupos de nios esperan impacientes su oportunidad.

    Don Manuel se mostraba su molestia diciendo esto parece una feria!-

    Las coronas no faltan, algunos deben de extraar las coronas que elaboraba la ta

    Vicky en Paragsha para la ocasin, el cementerio hierve de gente, se camina casi sin

    poder ver los pies, pero Doa Francisca no dejaba de visitar a ninguno de sus difuntos

    familiares, como todos los domingos.

    El cementerio por aquellos das esta lleno por dentro y por fuera, es visitado aun por

    los ingratos que radican en la Ciudad pero no lo visitan; ms que por sus familiares

    venan arrastrados por las ferias y los amigos.

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    Don Manuel estaba muy contento de que sus nietos podran conocer por fin un lugar

    distinto, que pudieran sentir el clima costeo, el calor y ver una ciudad realmente

    grande como lo es Lima, La Lima que el recodaba era la de aquellos tiempo cundo

    un tranva llegaba cerca a la Plaza San Martin, l sabia que todo haba cambiado

    pero aun as les narr una corta historia que los pequeos casi no entendieron.

    Luego de cargar a los viajeros con muchos saludos los vieron partir en su vehculo, por

    las calles de su Barrio, se quedaron tristes los dos ancianos, hacia muchos aos que no

    estaban solos, trataron de vivir como en aquellos das de su juventud pero el tiempo

    ya haba pasado y ellos no eran los mismos.

    Doa Francisca como siempre no haba dejado de encargarle al seor de Exaltacinpor todos, le habra encendido una vela por su hermana, por sus hijos.

    Los viajeros seguramente ya habran llegado y le habran ledo la carta breve que

    ella misma haba bosquejado,

    Los dos ancianos habran compartido su tiempo, si bien es cierto que dos soledades no

    hacen una compaa, ellos dos solos haban formado una gran familia en un pasado

    cada vez ms distante.

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    A la maana siguiente, Don Manuel luego de haber visitado San Juan Pampa,

    retorn casi a la hora en que el pito anunciaba las once de la maana, cuando

    algunos obreros salen presurosos rumbo a sus hogares para almorzar y retornar

    rpidamente a la Empresa, llego abrazado de uno de los vecinos que dijo que le

    pareca que se encontraba enfermo, pero l deca que estaba muy agradec