HMS. «Seal» de a Kriegmarine · 2017-03-15 · Aquí, en Aalborg, es donde verdade ... altura...

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La extraña historia de 1 submarino 1 a ... Una noticia daba vuelta al mundo velozmente, electrizándolo: "Alemania ataca a Polonia" . Así comenzaba la Se- gunda Guerra Mundial , el día de septiembre de 1939. Al día siguiente, en medio de los comunicados que informa- ban de las acciones bélicas sobre las tie- rras polacas, se propagaba una declara· ción emitida por Alemania que decía: "Alemania declara la inviolabilidad de Noruega, siempre y cuando no fuese ro- ta por una tercera potencia" . El 19 de septiembr e, a p esa r de la de- clara ción alemana , los in g leses comen- zaban a hac er prep arat ivos para cortar el suministro de mineral de hierro, que por vía marítima realizaban los alema- nes desde Narvik, a lo largo de las cos- tas noruegas . El Cons ejo Aliado de la Guerra deci- di ó, el 5 de febrero de 1940 , desembar- ca r cuatro divisiones en Narvik, las qu e tendrí a n p or objetivo la ocupaci ón de HMS. «Seal» de Kriegmarine los yacimientos suecos de mineral de hie- rro de Gallivare. Ante esta grave deci- sión que complicaba extraordinariamen- te la situación, el Mando Supremo de las fuerzas armadas alemanas comenzó a preparar la correspondiente contramedi- da, la Operación "Weserübung " : ello sig- nifi ca ría la ocupación de Noruega por las fuerzas germanas. A partir de este instan- te los hechos comenzaron a desencade- narse cada vez más rápidamente hasta llegar al acontecimiento que es el centro mismo de nuestra historia . A fines de marzo (el 28, exactamen- te), los altos mandos aliados daban la orden de "minar las aguas noruegas el 5 de abril". Aquel día comenzaba el mina- do de las aguas noruegas y a continua- ción el desembarco en Narvik, Dron - the im, Bergen y Stavanger. En verdad, se les adelantaron a los alemanes sólo en un as pocas horas. Por Pedro SAP UNAR Peri c, In genie ro Civil , Direc ció n Obr as Portuarias

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La extraña

historia de 1

submarino

1 a ...

Una noticia daba vuelta al mundo velozmente, electrizándolo: "Alemania ataca a Polonia" . Así comenzaba la Se­gunda Guerra Mundial , el día 1º de septiembre de 1939. Al día siguiente, en medio de los comunicados que informa­ban de las acciones bélicas sobre las tie­rras polacas, se propagaba una declara· ción emitida por Alemania que decía: "Alemania declara la inviolabilidad de Noruega, siempre y cuando no fuese ro­ta por una tercera potencia" .

El 1 9 de septiembr e, a p esa r de la de­clara ción alemana , los ingleses comen­zaban a hac er prep arat ivos para cortar el suministro de mineral de hierro, que por vía marítima realizaban los alema­nes desde Narvik, a lo largo de las cos­tas noruegas .

El Cons ejo Aliado de la Guerra deci­di ó, el 5 de febrero de 1940 , desembar­ca r cuatro divisiones en Narvik, las qu e tendrí an p or objetivo la ocupaci ón de

HMS. «Seal» de

Kriegmarine

los yacimientos suecos de mineral de hie­rro de Gallivare. Ante esta grave deci­sión que complicaba extraordinariamen­te la situación, el Mando Supremo de las fuerzas armadas alemanas comenzó a preparar la correspondiente contramedi­da, la Operación "Weserübung " : ello sig­nifi ca ría la ocupación de Noruega por las fuerzas germanas. A partir de este instan­te los hechos comenzaron a desencade­narse cada vez más rápidamente hasta llegar al acontecimiento que es el centro mismo de nuestra historia .

A fines de marzo (el 28, exactamen­te), los altos mandos aliados daban la orden de "minar las aguas noruegas el 5 de abril". Aquel día comenzaba el mina­do de las aguas noruegas y a continua­ción el desembarco en Narvik, Dron ­the im, Bergen y Stavanger. En verdad, se les adelantaron a los alemanes sólo en un as pocas horas.

Por Pedro SAP UNAR Peri c, Ingenie ro Civil , Direc ció n Obr as Portuarias

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90 REVISTA DE MARINA ( EN ERO-FEBRERO

La lucha se desarrolló así, fulminante y enconadamente por aire, mar y tierra, por el dominio y control de Noruega.

El grupo de lanzaminas encargado de minar las aguas noruegas fue protegido por el crucero de combate "Renown" y cuatro destructores, durante la realiza­ción de su tarea, la que cumplieron con precisión y rapidez, finalizándola feliz• mente el día 8.

A partir del día 8 de abril, los ingle­ses colocaron al acecho del tráfico ale­mán, una docena de submarinos en los estrechos daneses, el Kattegat y el Ska-gerrak. Para desgracia de los alemanes, todo su sistema de transporte marítimo de apoyo a sus fuerzas combatientes en Noruega, debía atravesar la zona de los estrechos daneses, lo que les significó su­frir pérdidas de importancia por la ac-ción del grupo de submarinos británicos allí desplegados . A finales de mes, y co­mo complemento a sus ataques submari• nos en los estrechos daneses, los ingieses comenzaron a minar con submarinos de gran tonelaje el Kattegat. Así, la defen­sa anti-submarina y la destrucción de submarinos británicos se convirtieron en los problemas más apremiantes de resol­ver para los alemanes, si querían atender satisfactoriamente el aprovisionamiento de sus fuerzas empeñadas en acción so-

bre suelo noruego. Esta tarea fue enco-mendada, entre otros, al Grupo de Avia­ción Costera Nº 706, cuyos hidroavio­nes se dedicaron durante semanas a la monótona labor de búsqueda de subma· rinos por cuadrículas.

En el extremo norte de la península de Jutlandia, más o menos a la altura de la mitad del Kattegat, está el profundo y largo fiordo Lim; tan largo, que corta la península de lado a lado dando origen a la isla más septentrional de Dinamarca . Penetrando en el fiordo Lim, unos 25 km. desde el Kattegat, se topa con un puerto de regul •ar importancia llamado Aalborg, cuya principal actividad son los astilleros. Allí habían instalado los ale­manes el Grupo de Aviación Costera Nº 706.

Aquí, en Aalborg, es donde verdade­ramente comienza nuestra historia, ya que todo lo dicho anteriormente ha sido una descripción breve del acontecer histórico para ubicar correctamente en el tiempo y las circunstancias a los protagonistas.

Recorramos Aalborg: veremos sus calles limpias, sus casitas de un piso, de techos rojos, típicamente nórdicas, sentiremos el vivir acompasadamente tranquilo de la vida provinciana ( esto antes de la gue-rra); al aproximarnos a la orilla del Lim sentiremos el olor a mar; guiándonos por él, dirijámonos hacia el puerto y los asti• lleros, ¡ Miren 1, qué hermoso transporte se está construyendo allí; tiene 3.800 ton. de desplazamiento, 340 pies de es­lora, 46 pies de manga y 19 pies de pun­tal, ¡ Qué extraño nombre tiene escrito en su popa: "Angamos" 1 Sí, efectiva· mente es nuestro "Angamos"; por un capricho del destino un trozo de Chile está entrelazado en esta exótica historia que ya comienza a tejerse .

Es el domingo 5 de mayo de 1940. Desde la base del Grupo de Aviación Costera 706, ubicada en Aarlborg, des­pegan dos hidroaviones Arado en misión de reconocimiento, de madrugada. Des­cribiendo una amplia espiral ascendente van tomando lentamente altura; bajo sus alas van pasando las casas, el puerto, los astilleros; sí, también nuestro , "An-gamos" a medio nacer ve partir y perder• se tras el horizonte, por el Oriente, a los dos pájaros metálicos que van al encuen­tro de su destino. En los mandos de los hidros están los tenientes segundos Karl Schmidt y Günther Mehrens, los que ini­cian la búsqueda con toda dedicación, ya que saben que los submarinos emergen de noche para cargar sus baterías y por lo tanto las mayores posibilidades de lo­calizar alguno, son en la madrugada.

Alrededor de las 02,30 horas volaba el aparato del teniente 2º Mehrens a me- dio centenar de metros sobre las aguas del Kattegat manteniendo un rumbo nor• te, no lejos de las aguas territoriales de Suecia. Mehrens, atento a los instrumen• tos de a bordo, vigilaba también cuida-dosamente las aguas del estrecho.

Repentinamente, a estribor del hidro " Arado" se destacó una sombra: Meh­rens hizo picar suavemente la máquina y se dirigió hacia allá. No había duda po­sible . ¡La sombra era la torrecilla de un submarino I Su proa estaba fuera del agua, en c.ambio, su popa estaba hundi­da . El piloto del hidroavión pudo obser­var, además, que se movía lentamente hacia el Este, hacia las aguas jurisdiccio­nales suecas.

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1971) LA HISTORIA DEL SUBMARINO MHS. "SEAL" 91

El teniente 2º Mehrens oprimió el dis­parador de sus cañones de 20 mm. tiran­do una ráfaga delante de la proa del sub­marino desconocido; luego tomó la lin­terna de señales con la que con sus des­tellos emitió la letra K en el código Mor­se, la que en lenguaje marítimo es la se­ñal internacional de inmediata detención. Luego, por medio de una nueva serie de destellos, pidió al submarino que diera su identificación y nacionalidad.

En el puente de la torrecilla del sub­marino, su comandante, el teniente de navío Rupert P. Lonsdale, ordenaba al señalero, el marinero Waddington, que ignorara el interrogatorio y que transmi­tiera señales ininteligibles.

El submarino que el teniente 2º Meh­rens había descubierto, navegando con grandes dificultades, era el submarino lanzaminas británico HMS. "Seal" ( en idioma inglés "Seal" significa "Foca"), un submarino de gran tamaño, de l . 5 2 O ton. de desplazamiento standard en su­perficie y 2. l 5 7 ton. de desplazamiento en inmersión, a plena carga. Sus dimen­siones eran: 289 pies de eslora, 25,5 pies de manga y 1 5, 5 pies de calado medio en superficie con desplazamiento standard. Sus motores diesel eléctricos que tenían una potencia de 3.300 HP al freno y 1.630 HP en el eje le permitían desarro­llar una velocidad de 15 nudos en su­perficie y 8, 7 5 nudos en inmersión.

Tenía estanques que le permitían al­macenar 136 ton. de petróleo. Su arma­mento consistía en un cañón sobre cubier­ta de 4 pulgadas, 2 ametralladoras y 6 tubos torpedos de 21 pulgadas ( todos ellos a proa); estaba acondicionado, ade­más, para llevar un cargamento de 50 minas, las que largaba por su popa. Su tripulación normal era de 50 hombres.

El submarino "Seal" fue construido en los astilleros británicos de H. M. Dock• yard en Chatham y fue lanzado al agua el 27 de septiembre de 1938. Pertenecía a la clase "Purpoise". Al submarino "Purpoise" ( cabeza de serie de los sub­marinos lanzaminas de su mismo tipo) le correspondió en suerte, durante la II Guerra Mundial, hundir al submarino alemán U-1, es decir el submarino con el que Alemania hizo renacer su flota submarina después de su aplastante y humillante derrota de 1919. El hundi­miento del U-1 se produjo por torpedos

lanzados por el "Purpoise", el que esta­ba al acecho al suroeste de Stavanger el día 16 de abril de 1940.

Ya que estamos recordando viejos he­chos de submarinos, bien vale la pena ci­tar este U-1 describiendo sus caracterís­ticas técnicas. Era un submarino pequeño tipo 11-A ( el tipo I, se construiría des­pués; algo muy germano por lo demás) el que estaba basado en los submarinos tipo UB-Il de la l Guerra Mundial. Ha­bía sido construido en Kiel, siendo lan­zado al agua en 19 35. Era un submarino costero que se destinó -como todos los de su tipo-, a instrucción, dado su corto radio de acción. Tenía un desplazamien­to de 254 ton. en superficie y 303 ton. en inmersión; estaba tripulado por 25 hombres.

Volvamos nuevamente a nuestra histo­ria, volvamos al "Seal", al que habíamos dejado haciendo señales ininteligibles con las que el mandante Lonsdale trataba de ganar, oesesperadamente, tiempo. El "Seal" había estado colocando minas en el estrecho de Kattegat y durante las ma­niobras de fondeo había chocado con una de ellas, la que explotó averiándolo tan gravemente, que casi envió al fondo del mar al submarino, ya que hizo hun­dirse al "Seal", el que después de varias horas de tremendos esfuerzos, por parte de su tripulación, logró salir a la super­ficie. Con una gran vía de agua y además, la popa hundida, podía desarrollar muy poca velocidad; por lo tanto, su única po­sibilidad de salvación estaba en entrar a aguas territoriales de Suecia, que era lo que intentaba hacer su comandante .

Cabe hacer notar que según historia­dores navales de la Segunda Guerra Mundial (británicos), el HMS. "Seal" habría chocado con una mina alemana fondeada en el Kattegat. En lo que coin­ciden todos los historiadores es en el he­cho en sí: el "Seal" chocó con una mina, la que hizo explosión averiándolo seria­mente.

La maniobra de aproximac1on a la costa sueca fue observada por el teniente 2º Mehrens, por lo que dedujo correcta­mente que debía tratarse de un sub­marino inglés. Elevó su aparato hasta unos 3.000 pies y procedió a radiar a su base la posición del submarino averiado . Luego inició una picada más o menos pronunciada, al término de la cual lanzó

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una bomba de 500 kg. enderezando des­pués su hidroavión "Arado". Instantes más tarde, a unos 3 5 metros del subma­rino, se levantó una gran columna de agua en el punto en que había caído la bomba . Günther Mehrens volvió a tomar altura para iniciar su segunda pasada de bombardeo; su segunda bomba tampoco dio en el blanco, A continuación, Meh­rens hizo una pasada disparando sus dos cañones de 20 mm. contra la torrecilla y contra el casco del submarino ( tratan­do de dar en la línea de flotación).

El comandante Londsdale, ante este último ataque, reaccionó tomando perso­nalmente la ametralladora doble tipo Lewis y haciendo fuego contra el hidro­avión atacante,

Una tercera bomba cayó junto al "Seal"; era el "Arado" del teniente 2º Schmidt que se había aproximado y con­tinuaba el ataque iniciado por Mehrens. Finalmente, la segunda bomba de Sch­midt (y cuarta del bombardeo) aunque tampoco hizo impacto directo, estalló tan cerca del submarino HMS. "Seal", que lo remeció violentamente de proa a popa, produciéndole nuevas vías de agua . A partir de este instante la situación del "Seal" fue desesperada; su equipo de TSH comenzó a emitir un angustioso S. O. S. El agua entraba a torrentes a la sala de motores, la que no podía ser achi­cada por las bombas con la rapidez ne­cesaria, por lo que el nivel del agua subía y subía inexorablemente hasta que llegó el momento en que el último Diesel, que aún funcionaba, terminó por detenerse, inmovilizando al afligido "Seal'' .

El comandante Lonsdale valoró la si­tuación y llegó a la conclusión de que era insostenible, por lo que pidió a un miem­bro de la tripulación un trapo blanco cualquiera, el que, una vez en sus manos, procedió a agitar en alto .

Karl Schmidt no salía de su asombro al contemplar aquel trapo blanco que se agitaba en la torrecilla; aquello signi• ficaba nada menos que dos hidroaviones "Arado" habían capturado un submari­no de gran tamaño. El teniente 2º Sch­midt pensó ·: "Esto no se ha visto jamás. y si el submarino lograra sumergirse, nin­guna persona creería lo sucedido"; el pi­loto decidió entonces obtener una prue­ba irrefutable de su hazaña, de su captu­ra y, para ello, se le ocurrió que, ninguna

prueba era mejor que la presencia del propio comandante del HMS. "Seal" .

Schmidt piloteó hábilmente su hidro­avión "Arado" haciéndolo amarizar jun­to al submarino, y una vez al lado de él gritó: ''¿Dónde está el capitán del sub­marino? ¡ Que salte inmediatamente al agua y venga aquí!".

Al teniente de navío Lonsdale no le quedó mas que sacarse los zapatos y ti­rarse a las frías aguas del Kattegat y, na­dando , se dirigió al hidroavión que se mecía al compás del oleaje. Schmidt lo esperaba ansioso; saltó de la cabina y lo ayudó a salir del agua, terminando por subirlo en vilo; una vez de pie en el ala le ordenó meterse en el puesto del oh-servador; a continuación se metió él mis­mo a la cabina, aceleró el motor, avanzó con el hidro velozmente sobre la super­ficie del mar, y se elevó raudamente ga­nando altura .

Lonsdale intentó protestar: ¡Son aguas territoriales suecas!, pero el piloto, mo­viendo la cabeza negativamente, le seña­ló con una mano la aún lejana costa sue­ca, dándole a entender su equivocación.

Schmidt enfiló rumbo a su base en Aalborg, feliz del resultado de su patru­llaj e. ¡Había hecho prisionero a un co­mandante de submarino inglés y lo traía a bordo!

Mientras tanto, el pesquero armado "Franken", al mando del teniente Llang, en misión de patrullaje antisubmarino, había sido localizado por el teniente 2º Mehrens, quien lo guió hasta el inmóvil "Seal". Llang ordenó abordar al subma· rino, aprisionar a los marinos británicos y luego de amarinear al sumergible pro­cedió a remolcarlo hacia Frederikshaven adonde llegó sin dificultades .

Volvamos a Aalborg, al puesto de mando del Grupo Nº 706 de Aviación Costera. Allí, en medio de gran algazara de los pilotos alemanes, era festejado un hombre totalmente mojado, el coman­dante Lonsdale. Los pilotos alemanes festejaban su cumpleaños, el que había sido descubierto accidentalmente al leér­sele su pla ca de identificación. Amargos 3 5 años recién cumplidos.

Dejemos al comandante Lonsdale y su gran amargura y volvamos al "Seal". Una vez llegado a la base de Frederikshaven, el "Seal'' fue sometido a una larga serie

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de reparaciones hasta que<lnr nuevumen• te en plenas condiciones de navegar. En­tonces el HMS. "Seal" perdió su nom-bre original y fue buutizado como "UB", pasando a formar parte de la Kriegmari­ne (Marina de Guerra Alemana),

El 11ubmarino UB fue destinado a ins­trucción, pero como todos los submari­nos capturados por los alemanes, su vida operacional fue breve, dadas las grandes dificultades con que se topó para su man­tenimiento, no siempre subsanables, de­bido al equipo no standard ( visto desde el punto de vista alemán). Así el UB, quedó muy pronto inmovilizado, amarra­do a las bitas de un malecón de Kiel, donde le sorprendió el fin de la guerra.

La Marina británica no tendría la sa­tisfacción de recuperarlo, porque el 3 de mayo de 1945 era barrenado y echado a pique por marinos alemanes de la Base Naval de Kiel.

La captura del submarino HMS. "Seal" fue un revés muy duro y amargo para la Real Armada Británica, durante la 11 Guerra Mundial, ya que aparte de dos embarcaciones costeras, que los alemanes capturaron más adelante (y de varios bu­ques secundarios que repararon los ene­migos de Inglaterra, después del abando­no por parte de los británicos de ciertas bases en el extranjero, particularmente en el Lejano Oriente a principios de 1942), el HMS. "Seal" fue el único bu­que británico que cayó en manos del ene­migo durante la II Guerra Mundial.

*

He aquí tres reacciones de tres britá-nicos ante este hecho.

El comandante del submarino HMS. "Seal", teniente de navío Lonsdale, dijo al justificar su rendición : "Y o era el res­ponsable de 60 vidas y el "Seal" no era más que algo muerto en situación deses­perada".

El historiador naval capitán S.W. Ros­kill R. N. en su libro "La Insignia Blan­ca" (La Marina británica en la guerra 1939-1945.) dice: "Los submarinos bri-tánicos todavía no tenían cargas de ba­rrena" ( con esto tratan de explicarse por qué Lonsdale no hundió su nave, per­mitiendo en cambio que fuera capturada, explicación que por lo demás me parece que no es muy satisfactoria), y continúa diciendo: "pero casi se puede asegurar que la principal responsabilidad del de­sastre la tuvieron los que enviaron a un navío tan grande y premioso a operar en aguas poco profundas, intensamente mi­nadas y constantemente patrulladas, y no su tripulación, que hizo lo imposible para librar a su barco de una situación tan sumamente peligrosa".

El gran estadista y leader británico, Winston Churchill, en sus voluminosas Memorias sobre la II Guerra Mundial, op­ta por ignorar este suceso, y sólo al final del tomo 1, en un cuadro resumen sobre "Pérdidas navales inglesas en la campa­ña de Noruega", aparece una lacónica línea que dice:

"Submarino "Seal" hundido por mina, 5 de Mayo".