Hoja Dominical 3 de Junio de 2012

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El año en que murió el rey Ozías, vi al Señor sentado en un trono muy alto; el borde de su manto llenaba el templo. Unos seres como de fuego estaban por encima de él. Cada uno tenía seis alas. Con dos alas se cubrían la cara, con otras dos se cubrían la parte inferior del cuerpo y con las otras dos volaban. Y se decían el uno al otro: «Santo, santo, santo es el Señor todopoderoso; toda la tierra está llena de su gloria.» Al resonar esta voz, las puertas del templo temblaron, y el templo mismo se llenó de humo. Y pensé: «¡Ay de mí, voy a morir! He visto con mis ojos al Rey, al Señor todopoderoso; yo, que soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios impuros.» En ese momento uno de aquellos seres como de fuego voló hacia mí. Con unas tenazas sostenía una brasa que había tomado de encima del altar, y tocándome con ella la boca, me dijo: «Mira, esta brasa ha tocado tus labios. Tu maldad te ha sido quitada, tus culpas te han sido perdonadas.» Entonces oí la voz del Señor, que decía: «¿A quién voy a enviar? ¿Quién será nuestro mensajero?» Yo respondí: «Aquí estoy yo, envíame a mí.» Mundo Impresos Creativos28 Tel; 6851568 No. 76 AÑO 02 ESTACION DESPUES DE PENTECOSTES 3 DE JUNIO DE 2012 Iglesia Episcopal en Colombia - Comunión Anglicana Iglesia Episcopal en Colombia - Comunión Anglicana Centro Diocesano Cra. 6 No. 49-85 Piso 2 Tels: (57)-1-2883167,1-2883187, 1-2883248 e-mail: [email protected] - Apartado Aéreo 52964 Bogotá D.C. - Colombia Oh Dios, tu infalible providencia ordena todas las cosas en el cielo como en la tierra: Aparta de nosotros todo mal, te suplicamos, y concédenos aquellos beneficios que puedan ayudarnos; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén. COLECTA. Rvdsmo. FRANCISCO DUQUE - Obispo Diocesano Rvdsmo. FRANCISCO DUQUE - Obispo Diocesano Tomada del libro del Profeta Isaías 6;1-8 Artículos de la Religión PRIMERA LECTURA Palabra del Señor...!!! Congregación: Demos gracias a Dios. Artículos de la Religión (LOC 763) VII. Del Antiguo Testamento. VIII. De los Credos. IX. Del pecado original. X. Del libre albedrío. El Antiguo Testamento no es contrario al Nuevo, puesto que en ambos, Antiguo y Nuevo, se ofrece vida eterna al género humano por Cristo, que es el único Mediador entre Dios y el hombre, siendo él Dios y Hombre; por lo cual no deben escucharse a los que pretenden que los antiguos patriarcas solamente buscaban promesas transitorias. Aunque la Ley de Dios dada por Moisés, en cuanto a ceremonias y ritos, no obliga a los cristianos, ni deben necesariamente recibirse sus preceptos civiles en ningún Estado; no obstante, no hay cristiano alguno que esté exento de la obediencia a los mandamientos que se llaman morales. El Credo Niceno y el comúnmente llamado de los Apóstoles deben recibirse y creerse enteramente, porque pueden probarse con los testimonios de las Sagradas Escrituras. El pecado original no consiste (como vanamente propalan los pela- gianos) en la imitación de Adán, sino que es la falta y corrupción en la naturaleza de todo hombre que es engendrado naturalmente de la estirpe de Adán; por esto el hombre dista muchísimo de la rectitud original, y es por su misma naturaleza inclinado al mal, de manera que la carne codicia siempre contra el Espíritu y, por lo tanto, el pecado original en toda persona nacida en este mundo merece la ira y la condenación de Dios. Esta infección de la naturaleza permanece aun en los que son regenerados; por lo cual la concupiscencia de la carne, llamada en griego Frovnμa sapkós, (que unos interpretan como sabiduría, otros sensualidad, algunos afecto y otros el deseo de la carne), no está sujeta a la Ley de Dios; y aunque no hay condenación alguna para los que creen y son bautizados, aún así el apóstol confiesa que la concupiscencia y la lujuria tienen en si misma naturaleza de pecado. La condición del hombre después de la caída de Adán es tal que no puede convertirse niprepararse con su propia fuerza natural y buenas obras a la fe e invocación de Dios. Por lo tanto, no tenemos poder para hacer buenas obras que sean gratas y aceptables a Dios, sin que la gracia de Dios por Cristo nos prevenga, para que tengamos buena voluntad, y obre en nosotros, cuando tenemos esa buena voluntad.

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Domingo de Trinidad

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El año en que murió el rey Ozías, vi al Señor sentado en un trono muy alto; el borde de su manto llenaba el templo. Unos seres como de fuego estaban por encima de él. Cada uno tenía seis alas. Con dos alas se cubrían la cara, con otras dos se cubrían la parte inferior del cuerpo y con las otras dos volaban. Y se decían el uno al otro:«Santo, santo, santo es el Señor todopoderoso; toda la tierra está llena de su gloria.» Al resonar esta voz, las puertas del templo temblaron, y el templo mismo se llenó de humo. Y pensé: «¡Ay de mí, voy a morir! He visto con mis ojos al Rey, al Señor todopoderoso; yo, que soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios impuros.»

En ese momento uno de aquellos seres como de fuego voló hacia mí. Con unas tenazas sostenía una brasa que había tomado de encima del altar, y tocándome con ella la boca, me dijo:«Mira, esta brasa ha tocado tus labios.Tu maldad te ha sido quitada, tus culpas te han sido perdonadas.»Entonces oí la voz del Señor, que decía:«¿A quién voy a enviar?¿Quién será nuestro mensajero?»Yo respondí:«Aquí estoy yo, envíame a mí.»

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No. 76 AÑO 02 ESTACION DESPUES DE PENTECOSTES 3 DE JUNIO DE 2012

Iglesia Episcopal en Colombia - Comunión AnglicanaIglesia Episcopal en Colombia - Comunión Anglicana

Centro Diocesano Cra. 6 No. 49-85 Piso 2 Tels: (57)-1-2883167,1-2883187, 1-2883248e-mail: [email protected] - Apartado Aéreo 52964 Bogotá D.C. - Colombia

Oh Dios, tu infalible providencia ordena todas las cosas en el cielo como en la tierra: Aparta de nosotros todo mal, te suplicamos, y concédenos aquellos beneficios que puedan ayudarnos; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

COLECTA.

Rvdsmo. FRANCISCO DUQUE - Obispo DiocesanoRvdsmo. FRANCISCO DUQUE - Obispo Diocesano

Tomada del libro del ProfetaIsaías 6;1-8

Artículos de la Religión

PRIMERA LECTURA

Palabra del Señor. . .!!! Congregación: Demos gracias a Dios.

Artículos de la Religión (LOC 763)

VII. Del Antiguo Testamento.

VIII. De los Credos.

IX. Del pecado original.

X. Del libre albedrío.

El Antiguo Testamento no es contrario al Nuevo, puesto que en ambos, Antiguo y Nuevo, se ofrece vida eterna al género humano por Cristo, que es el único Mediador entre Dios y el hombre, siendo él Dios y Hombre; por lo cual no deben escucharse a los que pretenden que los antiguos patriarcas solamente buscaban promesas transitorias. Aunque la Ley deDios dada por Moisés, en cuanto a ceremonias y ritos, no obliga a los cristianos, ni deben necesariamente recibirse sus preceptos civiles en ningún Estado; no obstante, no hay cristiano alguno que esté exento de la obediencia a los mandamientos que se llaman morales.

El Credo Niceno y el comúnmente llamado de los Apóstoles deben recibirse y creerse enteramente, porque pueden probarse con los testimonios de las Sagradas Escrituras.

El pecado original no consiste (como vanamente propalan los pela-gianos) en la imitación de Adán, sino que es la falta y corrupción en la naturaleza de todo hombre que es engendrado naturalmente de la estirpe de Adán; por esto el hombre dista muchísimo de la rectitud original, y es por su misma naturaleza inclinado al mal, de manera que la carne codicia siempre contra el Espíritu y, por lo tanto, el pecado original en toda persona nacida en este mundo merece la ira y la condenación de Dios. Esta infección de la naturaleza permanece aun en los que son regenerados; por lo cual la concupiscencia de la carne, llamada en griego Frovnµa sapkós, (que unos interpretan como sabiduría, otros sensualidad, algunos afecto y otros el deseo de la carne), no está sujeta a la Ley de Dios; y aunque no hay condenación alguna para los que creen y son bautizados, aún así el apóstol confiesa que la concupiscencia y la lujuria tienen en si misma naturaleza de pecado.

La condición del hombre después de la caída de Adán es tal que no puede convertirse niprepararse con su propia fuerza natural y buenas obras a la fe e invocación de Dios. Por lo tanto, no tenemos poder para hacer buenas obras que sean gratas y aceptables a Dios, sin que la gracia de Dios por Cristo nos prevenga, para que tengamos buena voluntad, y obre en nosotros, cuando tenemos esa buena voluntad.

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Alaben al Señor, seres celestiales: alaben el poder y la gloria del Señor, alaben el glorioso nombre del Señor,adoren al Señor en su hermoso santuario. R/

La voz del Señor resuena sobre el mar; el Dios glorioso hace tronar: ¡el Señor está sobre el mar inmenso!

La voz del Señor resuena con fuerza; la voz del Señor resuena imponente; La voz del Señor desgaja los cedros. R/

¡El Señor desgaja los cedros del Líbano! Hace temblar los montes Líbano y Sirión;

¡los hace saltar como toros y becerros! R/

La voz del Señor lanza llamas de fuego; La voz del Señor hace temblar al desierto; ¡el Señor hace temblar

al desierto de Cadés! La voz del Señor sacude las encinasy deja sin árboles los bosques. R/

En su templo, todos le rinden honor. El Señor gobierna las lluvias; ¡el Señor gobierna cual rey eterno! El Señor da fuerza a su pueblo;

el Señor bendice a su pueblo con paz. R/

SALMO 29 (LOC 519)R/ ¡El Señor da fuerza a su pueblo!

Tomada de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 8:12-17

SEGUNDA LECTURA

SANTO EVANGELIO

De Nuestro Señor Jesucristo según San Juan 3:1-17

Había un fariseo llamado Nicodemo, que era un hombre importante entre los judíos. Éste fue de noche a visitar a Jesús, y le dijo: —Maestro, sabemos que Dios te ha enviado a enseñarnos, porque nadie podría hacer los mila-gros que tú haces, si Dios no estuviera con él. Jesús le dijo:—Te aseguro que el que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios.Nicodemo le preguntó: —¿Y cómo puede uno nacer cuando ya es viejo? ¿Acaso podrá entrar otra vez dentro de su madre, para volver a nacer? Jesús le contestó: —Te aseguro que el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de padres humanos, es humano; lo que nace del Espíritu, es espíritu. No te extrañes de que te diga: “Todos tienen que nacer de nuevo.” El viento sopla por donde quiere, y aunque oyes su ruido, no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así son también todos los que nacen del Espíritu.Nicodemo volvió a preguntarle: —¿Cómo puede ser esto?

Congregación: Gloria a ti, Cristo Señor!”

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo/Congregación: Como era en...

Palabra del Señor...!!!Congregación : Demos gracias a Dios

Así pues, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir según las inclinaciones de la naturaleza débil. Porque si viven ustedes conforme a tales inclinaciones, morirán; pero si por medio del Espíritu hacen ustedes morir esas inclinaciones, vivirán.

Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios. Pues ustedes no han recibido un espíritu de esclavitud que los lleve otra vez a tener miedo, sino el Espíritu que los hace hijos de Dios. Por este Espíritu nos dirigimos a Dios, diciendo: «¡Abbá! ¡Padre!» Y este mismo Espíritu se une a nues

tro espíritu para dar testimonio de que ya somos hijos de Dios. Y puesto que somos sus hijos, tam-bién tendremos parte en la he-rencia que Dios nos ha prometido,

la cual compartiremos con Cristo, puesto que sufrimos con él para estar también con él en su gloria.

Jesús le contestó:—¿Tú, que eres el maestro de Israel, no sabes estas cosas? Te aseguro que no-sotros hablamos de lo que sabemos, y somos testigos de lo que hemos visto; pero ustedes no creen lo que les deci-mos. Si no me creen cuando les hablo de las cosas de este mundo, ¿cómo me van a creer si les hablo de las cosas del cielo?»Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo; es decir, el Hijo del hombre. Y así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así también el Hijo del hombre tiene que ser levantado, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.

»Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para sal-varlo por medio de él.

El Evangelio del Señor...!!!Congregación : Te alabamos Cristo Señor.