HOMENAJE A LA MADRE PALLASQUINA

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DÍA DE LA MADRE ANTOLOGÍA POÉTICA Mayo es el mes de especiales y de grandes celebraciones. Una de ellas se refiere a dar brillo y destacar la figura materna, en muchas dimensiones: como esposa, trabajadora del hogar, maestra, funcionaria, comerciante, policía, médica y en todos los campos de la actividad humana. A este Ser que nos brindó todo de sí, en esta ocasión, le rendimos nuestro cálido tributo. Para ello, hemos

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DÍA DE LA MADRE

ANTOLOGÍA POÉTICA

Mayo es el mes de especiales y de grandes celebraciones. Una de ellas

se refiere a dar brillo y destacar la figura materna, en muchas

dimensiones: como esposa, trabajadora del hogar, maestra,

funcionaria, comerciante, policía, médica y en todos los campos de la

actividad humana. A este Ser que nos brindó todo de sí, en esta

ocasión, le rendimos nuestro cálido tributo. Para ello, hemos

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seleccionado la producción literaria de algunos vates pallasquinos,

que a través de su creación han plasmado las cualidades de la Madre.

El Proyecto Cultural Cantarria se aúna a estos festejos y desea que la

Madre de nuestro Perú alcance el peldaño que le corresponde y se le

reconozca con toda justicia los derechos que le asiste. Felicidades.

SERENATA A MI MADRE

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Vals criollo. Autor: Miguel Sifuentes Vásquez. “Pichuco”-

Cabana (*)

¡Hoy es un gran día muy sagrado!

Porque como hoy día al mundo llegó

Mi fiel madrecita que tanto me ha dado:

Ternura, consuelo y un sinfín de amor.

En tan fausto día, mi Santa viejita,

Yo, que soy tu hijo, con todo fervor

Pido a Dios por siempre seas tú bendita,

Y que muchas palmas te envíe el Señor.

Que todas las flores se vistan de gala,

Que raye la aurora con gran esplendor,

Y todas las aves batiendo sus alas

Escriban tu nombre a tu alrededor.

Que los ruiseñores te brinden sus trinos,

Que todos los astros irradien su luz...

Y del firmamento, en coros divinos,

La gran Serenata te envíe Jesús.

Es pues este día, día inigualable,

Porque cumple años mi buena mamá,

Mi viejita noble, de bondad intachable,

El mejor cariño, la única verdad.

En este tu día de gran regocijo

Que el cielo te colme de felicidad...

Y con toda el alma recibe de tu hijo

Este abrazo fuerte lleno de bondad.

(*) El Radar. No 9, 1962

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A MI MADRE

Por: Víctor H. Acosta (*) Pallasca

Hoy pagan tus caricias mis místicos cantares;

Los besos que me diste en plácido besar

De estas fugaces notas que aquí en lejanos lares

He logrado a las cuerdas de mi lira arrancar.

Hoy pago las ternuras que allá en mi noble cuna

Me diste, madre mía, entre gozo y dolor;

Hoy te mando en un rayo cansado de la luna

Los abrazos que mi alma te brinda con amor.

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Te adoro aunque me encuentro muy lejos de tu lado

Entregado a la pena y a este duro bregar,

Te adoro porque ¡Oh madre! Soy tu hijo más amado

Y el vate infelice nació para llorar...

(*) Autor de “Sentidas”-(Lima 1929) bello florilegio, surgido “a raíz

de una vida llena de dolores”. Nació en Pallasca-Ancash.

NOBLEZA DE MUJER

Por: Filomeno Sifuentes Fernández – Cabana (*)

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Brillo y luz propia,

Del polvo de estrella, por fortuna,

Llevan en el alma las mujeres;

Impulso no le falta a ninguna,

Para domésticos quehaceres,

Pues, con amor,

Todo lo resuelven ellas.

Hermosas mujeres

De trenzas bien cuidadas y

Caritas sonrosadas,

Trabajan en el campo con denuedo,

Alternando sus tareas variadas,

Con labores tradicionales de la casa,

Como el hilado y el tejido,

Como la costura y la cocina

Con arte fino y gracia divina.

Cuidan a los niños con esmero,

Prodigándoles amor a toda hora,

También cuidan al ganado

Como cuida una madre a sus rebaños.

(*) De: “Canto a Cabana”. Filomeno Sifuentes Fernández es

maestro cesante, de brillante trayectoria. Nació en Cabana (29-11-

1920) Su poesía es sencilla, de hondo lirismo y nostalgia.

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REMEMBRANZA MATERNA

Por: Arnulfo Moreno Ravelo- Tauca (*)

Hoy, me encuentro dentro de la Casa de Tapugón. Dentro de este

pequeño mundo de sentimientos, de tristezas, de tantos recuerdos, de

tantas horas tiradas en el pasado…

Miro a mis alrededores. Observo los asientos de barro y piedra, que

en su mayoría se han deteriorado; porque el paso del tiempo, los ha

estropeado, como páginas de la historia, leídas por las sombras.

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Dentro de estas tantas horas que se van quedando, perforando la

distante memoria de sus campos; puedo divisar la figura de mi madre,

como en aquellos tiempos de mi niñez y de mi adolescencia; la veo

cocinar, la veo peinar su ensortijada cabellera, que rebeldemente

descendían sus hombros, sobre su silueta, que simultáneamente

armonizaba con su tierna sonrisa y de rojo atuendo de polleras,

bordadas en alto relieve de diversas clases y colores de hilos; hasta

escucho su voz de madre y a veces me parece... llamarme dulce y

tiernamente con tanto amor.

Pero, Dios mío, que fugaz, es esta visión, que corta duración tiene esta

remembranza, que inmediatamente huye, tal como se permitió venir;

he ahí, cuando se siente, se experimenta, se percibe el dolor y la pena

por la madre muerta.

(*) De: “La Casa de Tapugón”-Lima 1998- En este pasaje Arnulfo

Moreno Ravelo, reconocido escritor y poeta nacional, recrea la

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figura de su madre, justo en la casa de campo dónde él vivió. Lo

hace con lenguaje tierno y con mucha reflexión.

LÁGRIMAS DE UN HIJO

Por: Miguel Sifuentes Vásquez (Pichuco) (*)

Tranquila estaba mi alma y en mi pecho sentía

deseos tan inmensos de un futuro mejor

más nunca en mi memoria siquiera presentía

que el destino inaudito clavara en mí su dolor.

Cayó enferma mi madre de enfermedad incurable

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la Ciencia era implacable para aliviar su mal

y mi hogar transformose en cuadro miserable

en una escena horrible, cruel y sentimental.

Murió mi madrecita mi viejita adorada

se fue tranquila y santa camino a la mansión

donde las almas puras en celestial morada

descansan y respiran el canto de oración.

Y en mi dolor sumido yo imploro a cada instante

por estar junto a ella y escuchar su bondad

pues el amor de madre queda siempre latente

e impregnado en el alma por toda eternidad.

¿Por qué te fuiste madre, por qué me abandonaste?

Dejándome en el mundo llorando por tu amor

he aquí a tu pobre hijo por quien sacrificaste

y a quien con tus consejos supiste dar honor.

¡Oh madrecita santa las lágrimas de tu hijo!

Son lágrimas que brotan desde mi corazón

y arrodillado madre delante un crucifijo

le imploro a Dios te tenga en tu eterna mansión.

(*) Pichuco es el nombre artístico de Miguel Sifuentes Vásquez.

Nació en Cabana y falleció en Lima. Ha dejado un buen ramillete

de composiciones musicales. Se destacan vals, polkas, huaynos.

“Madrigales”. “Cabana mía”, “Las Pochitas de Cabana”, “Amor

provinciano”, “Nelly”, “Olvidado” son algunas de ellas.

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TE RECUERDO MADRE

Por: Manuel Sifuentes Reyes –Cabana (*)

¡MADRE MÍA! Un mes de agosto, en que los maizales se mecen

alegremente por las caricias de suaves brisas, emprendiste ese viaje

sin retorno ni auroras.

Pero tu recuerdo vive eternamente y sobre el azul del cielo, un

permanente hálito de amor cae sobre tus hijos.

Te recuerdo, Madre, cuando en mis andanzas por los maizales y

trigales, con el Juan, el Alejandro y el Nico, íbamos a buscar nidos de

palomas y perdices o gozar con las toradas, y Tú; Madre, nos

llamabas: “Vengan hijos” y nos invitabas las semitas y el requesón.

Te recuerdo, Madre, cuando en mis noches de infantil bohemia, con

el “Jishu”, el “Vishe” y el Humberto, nos encaminábamos a dar

serenatas a “Las Mellizas”, a la Nila y La Esperanza; y a mi retorno,

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te encontraba rezando al pie de la Virgen y me decías: “No vas a ser

malito, hijo”.

Te recuerdo, Madre, cuando en mis viajes de estudiante, me impartías

tu bendición divina, y en voz muy queda, ahogada por el llanto, me

despedías y alentabas mi sed de superación.

Te recuerdo, Madre, cuando los esbirros de los tiranos, niño aún, me

llevaron a prisión; Tú, implorabas perdón, pero siempre me

aconsejabas llevar en alto el ideal.

Y cuando en mis años mozos, hube de encaminarme por la difícil tarea

del magisterio, Tú, Madre, me decías: “Brinda al niño amor y mucho

amor; porque el niño, sea rico o pobre, para ser feliz, requiere de

amor”.

Hoy que las lluvias golpetean constantemente en los tejados y me falta

tu regazo para guarecerme de los rayos y relámpagos y veo nevar las

lejanas cumbres del Macra y Mashgonga, me he dicho: “Cómo

encanecen las cumbres de los cerros, cómo va cayendo la nieve lenta

y atrozmente fría en nuestras vidas. ¡Madre !

Cabana, mayo de 1990

(*) Manuel Sifuentes Reyes nació y murió en Cabana. Se

desempeñó con Maestro de Educación Primaria en Bolognesi y en

Cabana. Además fue compositor, narrador y gran músico. Ejecutó

con emoción el violín y la mandolina.

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TE RECUERDO MADRE CABANISTA

Por: Enrique Vásquez Sifuentes- Cabana-Lima (*)

En esta ocasión me dirijo a ti Madre Cabanista para expresarte mi

saludo y al mismo tiempo para evocar tus múltiples ocupaciones que

sigues cumpliendo en Huayumaca, Pacchamaca, San Jerónimo y

Trujillo, los tradicionales barrios de Cabana; así como en las estancias

y caseríos de San Martín, San Pedro, Aija, Huambo, La Florida y

Cajapay.

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Me parece, ahora, verte caminar con tu hijo cargado en tu lliclla y

sobre tus espaldas por las distintas calles de mi pueblo, ya para

efectuar una compra, concurrir al mercado, asistir a la misa dominical

o transportar tus baldes de agua desde el Puquio de Santo Toribio a la

ciudad.

En otras ocasiones, he observado levantarte muy temprano y buscar a

los peones para los barbechos, siembras, deshierbos, cutidos o

cosechas de las ocas, papas, del trigo o del maíz; asomar muy

sudorosa por el Puente Maravillas, La Cruz Misionera o la cuesta de

Pashul, arreando tu ganado o tus pollinos cargados de leña o alfalfa,

para venderlos en la ciudad o ir a los Molinos a dejar los granos para

la alimentación del hogar.

¡Madre cabanista!, te he visto asistir puntualmente al templo a dar

gracias al Señor, al Campo Santo a recordar a los tuyos, concurrir el

primero de abril a la escuela llevando de la mano a tus hijos para que

sean dignos ejemplos de tu hogar y de tu pueblo.

(*) Enrique Vásquez Sifuentes estudió en el Colegio Nacional Mixto

Pallasca. Es profesor de Lengua y Literatura. Ha publicado a través

de la Asociación Cabanista “Imágenes de la Tierra de los Pashas”.

Tiene múltiples artículos costumbristas. Editorialista de la revista

radial “Mirando Nuestro Perú” que se emite por Radio Santa Rosa.

Sábados de 12 a 1 pm.

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SOLO DIOS SABE CUÁNTO TE EXTRAÑO!...

PARA JUANA CONSUELO SIFUENTES REYES

Edward E. Manrique Vásquez (*)

Te tengo presente en todo momento y cada vez que pronuncio tu

nombre “JUANITA” haré de esas siete letras expresiones de Paz,

Sabiduría y Ternura que siempre te caracterizaban por tu docencia

implantada a todos tus alumnas que hoy como profesionales te

recuerdan.

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Te recordaré, al igual que la Chela, Julio, Enrique y Juanato

pendientes hasta tus últimos días; porque cada día que nos

acompañaste hicimos los días, las horas las más felices de tu vida.

GRACIAS por tus regaños porque me hicieron la persona que soy.

GRACIAS por que detrás de mis errores y tristezas siempre

estuviste con los brazos abiertos para consolarme. GRACIAS

porque en mis grandes triunfos también estuviste para disfrutar

conmigo las grandes felicidades.

Gracias por el ejemplo de la honradez, del entusiasmo y la calidez,

por los regaños y desacuerdos, por las verdades y descontentos...

Gracias por enseñarme a dar de intensa forma y nada esperar, por los

consejos y las caídas, por enseñarme como es la vida....

¡Solo Dios sabe cuánto te extraño!...

(*) Edward Manrique Vásquez es nieto de la señora Juana

Consuelo Sifuentes de Vásquez. Como tal deja este mensaje para

su querida abuelita.

Plaza de Cabana. La Glorieta y al fondo la Iglesia matriz

Foto: José Carlos Sifuentes López