Howard P. Lovecraft - El Morador de Las Tinieblas

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  • 8/13/2019 Howard P. Lovecraft - El Morador de Las Tinieblas

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    El morador de las tinieblas

    H. P. Lovecraft

    (Dedicado a Robert Bloch)

    Yo he visto abrirse el tenebroso universoDonde giran sin rumbo los negros planetas,

    Donde giran en su horror ignoradoSin orden, sin brillo y sin nombre.

    Nmesis

    as personas prudentes dudar!n antes de poner en tela de "uicio la e#tendida opini$n de %ue aRobert Bla&e lo mat$ un rayo, o unshocknervioso producido por una descarga elctrica. 's cierto %ue laventana ante la cual se encontraba permaneca intacta, pero la naturalea se ha mani*estado a menudo

    capa de haa+as an m!s caprichosas. 's muy posible %ue la e#presi$n de su rostro haya sidoocasionada por contracciones musculares sin relaci$n alguna con lo %ue tuviera ante sus o"os- en cuantoa las anotaciones de su diario, no cabe duda de %ue son producto de una imaginaci$n *ant!stica, e#citadapor ciertas supersticiones locales y ciertos descubrimientos llevados a cabo por l. 'n lo %ue respecta alas e#tra+as circunstancias %ue concurran en la abandonada iglesia de ederal /ill, el investigadorsaga no tardar! en atribuirlas al charlatanismo consciente o inconsciente de Bla&e, %uien estuvorelacionado secretamente con determinados crculos esotricos.

    0or%ue despus de todo, la vctima era un escritor y pintor consagrado por entero al campo de lamitologa, de los sue+os, del terror y la superstici$n, !vido en buscar escenarios y e*ectos e#tra+os yespectrales. Su primera estancia en 0rovidence 1con ob"eto de visitar a un vie"o e#travagante, tanpro*undamente entregado a las ciencias ocultas como l21haba acabado en muerte y llamas. Sin duda*ue algn instinto morboso lo %ue le indu"o a abandonar nuevamente su casa de 3il4au&ee para venir a0rovidence, o tal ve conoca de antemano las vie"as leyendas, a pesar de negarlo en su diario, en cuyocaso su muerte malogr$ probablemente una *ormidable superchera destinada a preparar un #ito

    literario.No obstante, entre los %ue han e#aminado y contrastado todas las circunstancias del asunto, hay

    %uienes se adhieren a teoras menos racionales y comunes. 'stos se inclinan a dar crdito a lo constatadoen el diario de Bla&e y se+alan la importancia signi*icativa de ciertos hechos, tales como la indudableautenticidad del documento hallado en la vie"a iglesia, la e#istencia real de una secta heterodo#allamada 5Sabidura de las 'strellas6 antes de 2788, la desaparici$n en 279: de cierto periodistademasiado curioso llamado 'd4in 3. illibridge, y 1sobre todo1 el temor monstruoso y trans*igurador%ue re*le"aba el rostro del "oven escritor en el momento de morir. ue uno de stos el %ue, movido por une#tremado *anatismo, arro"$ a la baha la piedra de !ngulos e#tra+os con su estuche met!lico desingulares adornos, hallada en el chapitel de la iglesia, en el negro chapitel sin ventanas ni aberturas, yno en la torre, como a*irma el diario. ;un%ue criticado o*icial y pblicamente, este individuo 1hombreintachable, con cierta a*ici$n a las tradiciones raras1 di"o %ue acababa de liberar a la tierra de algodemasiado peligroso para de"arlo al alcance de cual%uiera.

    'l lector puede escoger por s mismo entre estas dos opiniones diversas. os peri$dicos hane#puesto los detalles m!s palpables desde un punto de vista escptico, de"ando %ue otros reconstruyan laescena, tal como Robert Bla&e la vio, o crey$ verla, o pretendi$ haberla visto. ;hora, despus de estudiarsu diario detenidamente, sin apasionamientos ni prisa alguna, nos hallamos en condiciones de resumir laconcatenaci$n de los hechos desde el punto de vista de su actor principal.

    'l "oven Bla&e volvi$ a 0rovidence en el invierno de 29:ollege Street, en lo alto dela gran colina 1>ollege /ill1 inmediata al campus de la Bro4n ?niversity, a espaldas de la Biblioteca@ohn /ay. 'ra un sitio c$modo y *ascinante, con un "ardn remansado, lleno de gatos lustrosos %uetomaban el sol pac*icamente. 'l edi*icio era de estilo georgianoA tena mirador, portal cl!sico conescalinatas laterales, vidrieras con traado de rombos, y todas las dem!s caractersticas de principios delsiglo C. 'n el interior haba puertas de seis cuerpos, grandes entarimados, una escalera colonial deamplia curva, blancas chimeneas del perodo ;ram, y una serie de habitaciones traseras situadas unostres pelda+os por deba"o del resto de la casa.

    2aseEl Vampiro Estelar,de Robert Bloch

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    'l estudio de Bla&e era una piea espaciosa %ue daba por un lado a la pared delantera del"ardn- por el otro, sus ventanas 1ante una de las cuales haba instalado su mesa de escritorio1 miraban aoccidente, hacia la cresta de la colina. Desde all se dominaba una vista esplndida de te"adospintorescos y msticos crepsculos. 'n el le"ano horionte se e#tendan las viol!ceas laderas campestres.>ontra ellas, a unos tres o cuatro &il$metros de distancia, se recortaba la "oroba espectral de ederal /illeriada de te"ados y campanarios %ue se arracimaban en le"anos per*iles y adoptaban siluetas *ant!sticas,cuando los envolva el humo de la ciudad. Bla&e tena la curiosa sensaci$n de asomarse a un mundodesconocido y etreo, capa de desvanecerse como un sue+o si intentara ir en su busca para penetrar enl.

    Despus de haberse trado de su casa la mayor parte de sus libros, Bla&e compr$ algunosmuebles antiguos, en consonancia con su vivienda, y la arreglo para dedicarse a escribir y pintar. ivasolo y se haca l mismo las sencillas *aenas domsticas. Cnstal$ su estudio en una habitaci$n del !ticoorientada al norte y muy bien iluminada por un amplio mirador. Durante el primer invierno %ue pas$all, escribi$ cinco de sus relatos m!s conocidos -El Socavador, La Escalera de la Cripta, Shaggai, Enel Valle de Pnath y El Devorador de las Estrellas- y pint$ siete telas sobre temas de monstruosin*rahumanos y paisa"es e#traterrestres pro*undamente e#tra+os.

    >uando llegaba el atardecer, se sentaba a su mesa y contemplaba so+adoramente el panoramade ponienteA las torres sombras de 3emorial /all %ue se alaban al pie de la colina donde viva, eltorre$n del palacio de @usticia, las elevadas agu"as del barrio cntrico de la poblaci$n, y sobre todo, ladistante silueta de ederal /ill, cuyas cpulas resplandecientes, puntiagudas buhardillas y calles

    ignoradas tanto e#citaban su *antasa. 0or las pocas personas %ue conoca en la localidad se enter$ de%ue en dicha colina haba un barrio italiano, aun%ue la mayora de los edi*icios databan de los vie"ostiempos de los yan%uis y los irlandeses. De cuando en cuando paseaba sus prism!ticos por a%uel mundoespectral, inalcanable tras la neblina vaporosa- a veces los detena en un te"ado, o en una chimenea, oen un campanario, y divagaba sobre los e#tra+os misterios %ue poda albergar. ; pesar de losprism!ticos, ederal /ill le segua pareciendo un mundo e#tra+o y *abuloso %ue enca"abaasombrosamente con lo %ue l describa en sus cuentos y pintaba en sus cuadros. 'sta sensaci$n persistamucho despus de %ue el cerro se hubiera di*uminado en un atardecer aul salpicado de lucecitas, y seencendieran los proyectores del palacio de @usticia y los *ocos ro"os del Erust Cndustrial d!ndole e*ectosgrotescos a la noche.

    De todos los le"anos edi*icios de ederal /ill, el %ue m!s *ascinaba a Bla&e era una iglesiasombra y enorme %ue se distingua con especial claridad a determinadas horas del da. ;l atardecer, lagran torre rematada por un a*ilado chapitel se recortaba tremenda contra un cielo incendiado. a iglesia

    estaba construida sin duda sobre alguna elevaci$n del terreno, ya %ue su *achada sucia y la vertiente delte"ado, as como sus grandes ventanas o"ivales, descollaban por encima de la mara+a de te"ados ychimeneas %ue la rodeaban. 'ra un edi*icio melanc$lico y severo, construido con sillares de piedra, muymaltratado por el humo y las inclemencias del tiempo, al parecer. Su estilo, segn se poda apreciar conlos prism!ticos, corresponda a los primeros intentos de reinstauraci$n del F$tico y deba datar, por lotanto, del 272G $ 272=.

    ; medida %ue pasaban los meses, Bla&e contemplaba a%uel edi*icio le"ano y prohibido con uncreciente inters. Nunca vea iluminados los inmensos ventanales, por lo %ue dedu"o %ue el edi*icio debade estar abandonado. >uanto m!s lo contemplaba, m!s vueltas le daba a la imaginaci$n. y m!s cosasraras se *iguraba. leg$ a parecerle %ue se cerna sobre l un aura de desolaci$n y %ue incluso laspalomas y las golondrinas evitaban sus aleros. >on sus prism!ticos distingua grandes bandadas dep!"aros en torno a las dem!s torres y campanarios, pero all no se detenan "am!s. ;l menos, as lo crey$l y as lo constat$ en su diario. 3!s de una ve pregunt$ a sus amigos, pero ninguno haba estadonunca en ederal /ill, ni tenan la m!s remota idea de lo %ue esa iglesia pudiera ser.

    'n primavera, Bla&e se sinti$ dominado por un vivo desasosiego. /aba comenado una novelalarga basada en la supuesta supervivencia de unos cultos paganos en 3aine, pero incomprensiblemente,se haba atascado y su traba"o no progresaba. >ada ve pasaba m!s tiempo sentado ante la ventana deponiente, contemplando el cerro distante y el negro campanario %ue los p!"aros evitaban. >uando lasdelicadas ho"as vistieron los rama"es del "ardn, el mundo se colm$ de una bellea nueva, pero lasin%uietudes de Bla&e aumentaron m!s an. 'ntonces se le ocurri$ por primera ve, atravesar la ciudad ysubir por a%uella ladera *abulosa %ue conduca al brumoso mundo de ensue+os.

    ; ltimos de abril, poco antes de la *echa sombra de Halpurgis, Bla&e hio su primeraincursi$n al reino desconocido. Despus de recorrer un sin*n de calles y avenidas en la parte ba"a, y deplaas ruinosas y desiertas %ue bordeaban el pie del cerro, lleg$ *inalmente a una calle en cuesta,*lan%ueada de gastadas escalinatas, de torcidos porches d$ricos y cpulas de cristales empa+ados.;%uella calle pareca conducir hasta un mundo inalcanable m!s all! de la neblina. os deterioradosletreros con los nombres de las calles no le decan nada. uego repar$ en los rostros ateados y e#tra+os

    de los transentes, en los anuncios en idiomas e#tran"eros %ue campeaban en las tiendas abiertas al piede a+osos edi*icios. 'n parte alguna pudo encontrar los rincones y detalles %ue viera con los prism!ticos,

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    de modo %ue una ve m!s, imagin$ %ue la ederal /ill %ue l contemplaba desde sus ventanas era unmundo de ensue+o en el %ue "am!s entraran los seres humanos de esta vida.

    De cuando en cuando, descubra la *achada derruida de alguna iglesia o algn desmoronadochapitel, pero nunca la ennegrecida mole %ue buscaba. ;l preguntarle a un tendero por la gran iglesia depiedra, el hombre sonri$ y neg$ con la cabea, a pesar de %ue hablaba correctamente ingls. ; medida%ue Bla&e se internaba en el laberinto de calle"ones sombros y amenaadores, el para"e le resultaba m!sy m!s e#tra+o. >ru$ dos o tres avenidas, y una de las veces le pareci$ vislumbrar una torre conocida.De nuevo pregunt$ a un comerciante por la iglesia de piedra, y esta ve habra "urado %ue *inga suignorancia, por%ue su rostro moreno re*le"$ un temor %ue trat$ en vano de ocultar. ;l despedirse, Bla&ele sorprendi$ haciendo un signo e#tra+o con la mano derecha.

    0oco despus vio sbitamente, a su i%uierda una agu"a negra %ue destacaba sobre el cielonuboso, por encima de las *ilas de oscuros te"ados. Bla&e lo reconoci$ inmediatamente y se adentr$ pors$rdidas calle"uelas %ue suban desde la avenida. Dos veces se perdi$, pero, por alguna ra$n, no seatrevi$ a preguntarles a los venerables ancianos y obesas matronas %ue charlaban sentados en losportales de sus casas, ni a los chi%uillos %ue alborotaban "ugando en el barro de los oscuros calle"ones.

    0or ltimo, descubri$ la torre "unto a una inmensa mole de piedra %ue se alaba al *inal de lacalle. 'l se encontraba en ese momento en una plaa empedrada de *orma singular, en cuyo e#tremo sealaba una enorme plata*orma rematada por un muro de piedra y rodeada por una barandilla de hierro.;ll *inali$ su bs%ueda, por%ue en el centro de la plata*orma, en a%uel pe%ue+o mundo elevado sobreel nivel de las calles adyacentes, se ergua, rodeada de yerba"os y aras, una masa tit!nica y lgubre

    sobre cuya identidad, aun vindola de cerca, no poda e%uivocarse.a iglesia se encontraba en un avanado estado de ruina. ;lgunos de sus contra*uertes se

    haban derrumbado y varios de sus delicados pin!culos se vean esparcidos por entre la malea. asdenegridas ventanas o"ivales estaban intactas en su mayora, aun%ue en muchas *altaba el a"ime depiedra. o %ue m!s le sorprendi$ *ue %ue las vidrieras no estuviesen rotas, habida cuenta de lasdestructoras costumbres de la chi%uillera. as s$lidas puertas permanecan *irmemente cerradas. aver"a %ue rodeaba la plata*orma tena una cancela 1cerrada con candado1 a la %ue se llegaba desde laplaa por un tramo de escalera, y desde ella hasta el p$rtico se e#tenda un sendero enteramente cubiertode malea. a desolaci$n y la ruina envolvan el lugar como una morta"a- y en los aleros sin p!"aros, yen los muros desnudos de yedra, vea Bla&e un to%ue siniestro imposible de de*inir.

    /aba muy poca gente en la plaa. Bla&e vio en un e#tremo a un guardia municipal, y se dirigi$a l con el *in de hacerle unas preguntas sobre la iglesia. 0ara asombro suyo, a%uel irlands *uerte y sanose limit$ a santiguarse y a murmurar entre dientes %ue la gente no mentaba "am!s a%uel edi*icio. ;l

    insistirle, contest$ atropelladamente %ue los sacerdotes italianos prevenan a todo el mundo contra dichotemplo, y a*irmaban %ue una maldad monstruosa haba habitado all en tiempos, y haba de"ado suhuella indeleble. 'l mismo haba odo algunas oscuras insinuaciones por boca de su padre, %uienrecordaba ciertos rumores %ue circularon en la poca de su ni+e.

    ?na secta se haba albergado all, en a%uellos tiempos, %ue invocaba a unos seres %ue procedande los abismos ignorados de la noche. ue necesaria la valenta de un buen sacerdote para e#orciar laiglesia, pero hubo %uienes a*irmaron despus %ue para ello habra bastado simplemente la lu. Si elpadre IJ3alley viviera, podra aclararnos muchos misterios de este templo. 0ero ahora, lo me"or erade"arlo en pa. ; nadie haca da+o, y sus antiguos moradores haban muerto y desaparecido. /uyeron ala desbandada, como ratas, en el a+o 88, cuando las autoridades empearon a in%uietarse por la *orma en%ue desaparecan los vecinos y hablaron de intervenir. ;lgn da, a *alta de herederos, el 3unicipiotomara posesi$n del vie"o templo, pero m!s valdra de"arlo en pa y esperar a %ue se viniera aba"o por ssolo, no *uera %ue despertasen ciertas cosas %ue deban descansar eternamente en los negros abismos dela noche.

    Despus de marcharse el guardia, Bla&e permaneci$ all, contemplando la ttrica agu"a delcampanario. 'l hecho de %ue el edi*icio resultara tan siniestro para los dem!s como para l le llen$ deuna e#tra+a e#citaci$n. KLu habra de verdad en las vie"as patra+as %ue acababa de contarle el policaMSeguramente no eran m!s %ue *!bulas suscitadas por el lgubre aspecto del templo. 0ero aun as, eracomo si cobrase vida uno de sus propios relatos.

    'l sol de la tarde sali$ de entre las nubes sin *uera para iluminar los sucios, los tinados murosde la vie"a iglesia. 'ra e#tra+o %ue el verde "ugoso de la primavera no se hubiese e#tendido por su patio,%ue an conservaba una vegetaci$n seca y agostada. Bla&e se dio cuenta de %ue haba ido acerc!ndose yde %ue observaba el muro y su ver"a herrumbrosa con idea de entrar. 'n e*ecto, de a%uel edi*icio parecadesprenderse un in*lu"o terrible al %ue no haba *orma de resistir. a cancela estaba cerrada, pero en laparte norte de la ver"a *altaban algunos barrotes. Subi$ los escalones y avan$ por el estrecho rebordee#terior hasta llegar al bo%uete. Si era verdad %ue la gente miraba con tanta aversi$n el lugar, notropeara con di*icultades.

    Recorri$ el reborde de piedra. ;ntes de %ue nadie hubiera reparado en l, se encontraba ante elbo%uete. 'ntonces mir$ atr!s y vio %ue las pocas personas de la plaa se ale"aban recelosas y hacan conla mano derecha el mismo signo %ue el comerciante de la avenida. arias ventanas se cerraron de golpe,

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    y una mu"er gorda sali$ disparada a la calle, recogi$ a unos cuantos ni+os %ue haba por all y los hioentrar en un portal desconchado y miserable. 'l bo%uete era lo bastante ancho y Bla&e no tard$ enhallarse en medio de la malea podrida y enmara+ada del patio desierto. ; "ugar por algunas l!pidas%ue asomaban erosionadas entre las yerbas, debi$ de servir de cementerio en otro tiempo. ista de cerca,la enhiesta mole de la iglesia resultaba opresiva. Sin embargo, venci$ su aprensi$n y prob$ las tresgrandes puertas de la *achada. 'staban *irmemente cerradas las tres, as %ue comen$ a dar la vuelta deledi*icio en busca de alguna abertura m!s accesible. Ni aun entonces estaba seguro de %uerer entrar ena%uella madriguera de sombras y desolaci$n, aun%ue se senta arrastrado como por un hechioinsoslayable.

    'n la parte posterior encontr$ un tragalu abierto y sin re"as %ue proporcionaba el accesonecesario. Bla&e se asom$ y vio %ue corresponda a un s$tano lleno de telara+as y polvo, apenasiluminado por los rayos del sol poniente. 'scombros, barriles vie"os, ca"ones rotos, muebles... de todohaba all- y encima descansaba un sudario de polvo %ue suaviaba los !ngulos de sus siluetas. os restosenmohecidos de una caldera de cale*acci$n mostraban %ue el edi*icio haba sido utiliado y mantenidopor lo menos hasta *inales del siglo pasado.

    Ibedeciendo a un impulso casi inconsciente, Bla&e se introdu"o por el tragalu y se de"$ caersobre la capa de polvo y los escombros esparcidos en el suelo. 'ra un s$tano abovedado, inmenso, sintabi%ues. ; lo le"os, en un rinc$n, y sumido en una densa oscuridad, descubri$ un arco %ueevidentemente conduca arriba. ?n e#tra+o sentimiento de ahogo le invadi$ al saberse dentro de a%ueltemplo espectral, pero lo desech$ y sigui$ e#plorando minuciosamente el lugar. /all$ un barril intacto

    an, en medio del polvo, y lo rod$ hasta colocarlo al pie del tragalu para cuando tuviera %ue salir.uego, haciendo acopio de valor, cru$ el amplio s$tano plagado de telara+as y se dirigi$ al arco delotro e#tremo. 3edio so*ocado por el polvo omnipresente y cubierto de suciedad, empe$ a subir losgastados pelda+os %ue se perdan en la negrura. No llevaba lu alguna, por lo %ue avanaba a tientas,con mucha precauci$n. Despus de un recodo repentino, not$ ante s una puerta cerrada-inmediatamente descubri$ su vie"o picaporte. ;l abrirlo, vio ante s un corredor iluminado dbilmente,revestido de madera corroda por la carcoma.

    ?na ve arriba, Bla&e comen$ a inspeccionar r!pidamente. Ninguna de las puertas interioresestaba cerrada con cerro"o, de modo %ue poda pasar libremente de una estancia a otra. a nave centralera de enormes proporciones y sobrecoga por las monta+as de polvo acumulado sobre los bancos, elaltar, el plpito y el $rgano, y las inmensas colgaduras de telara+a %ue se desplegaban entre los arcosapuntados del tri*orio. Sobre esta muda desolaci$n se derramaba una desagradable lu plomia %ueprovena de las vidrieras ennegrecidas del !bside, sobre las cuales incidan los rayos del sol agoniante.

    ;%uellas vidrieras estaban tan sucias de holln %ue a Bla&e le cost$ un gran es*uero desci*rar lo%ue representaban. Y lo poco %ue distingui$ no le gust$ en absoluto. os dibu"os eran emblem!ticos, ysus conocimientos sobre simbolismos esotricos le permitieron interpretar ciertos signos %ue aparecanen ellos. 'n cambio haba escase de santos, y los pocos representados mostraban adem!s e#presionesabiertamente censurables. ?na de las vidrieras representaba nicamente, al parecer, un *ondo oscurosembrado de espirales luminosas. ;l ale"arse de los ventanales observ$ %ue la cru %ue coronaba el altarmayor era nada menos %ue la anti%usima ankho crux ansatadel antiguo 'gipto.

    'n una sacrista posterior contigua al !bside encontr$ Bla&e un escritorio deteriorado y unasestanteras repletas de libros mohosos, casi desintegrados. ;%u su*ri$ por primera ve un sobresalto deverdadero horror, ya %ue los ttulos de a%uellos libros eran su*icientemente elocuentes para l. Eodosellos trataban de materias atroces y prohibidas, de las %ue el mundo no haba odo hablar "am!s, a no sera travs de veladas alusiones. ;%uellos volmenes eran terribles recopilaciones de secretos y *$rmulasinmemoriales %ue el tiempo ha ido sedimentando desde los albores de la humanidad, y aun desde lososcuros das %ue precedieron a la aparici$n del hombre. 'l propio Bla&e haba ledo algunos de ellosA

    una versi$n latina del e#ecrable Necronomicon, el siniestro Lier !vonis, el abominable Cultes des"oulesdel conde dJ'rlette, el #naussprechlichen $ultende von @unt, el in*ernal tratado De Vermis

    %ysteriis de udvig 0rinn. /aba otros muchos, adem!s- unos los conoca de odas y otros le erantotalmente desconocidos, como los %anuscritos Pnak&ticos, elLiro de D'yan, y un tomo escrito encaracteres completamente incomprensibles, %ue contena, sin embargo, ciertos smbolos y diagramas declaro sentido para todo a%uel %ue estuviera versado en las ciencias ocultas. No caba duda de %ue losrumores del pueblo no mentan. 'ste lugar haba sido *oco de un 3al m!s antiguo %ue el hombre y m!svasto %ue el universo conocido.

    Sobre la desvenci"ada mesa de escritorio haba un cuaderno de piel lleno de anotacionestomadas a mano en un curioso lengua"e ci*rado. 'ste lengua"e estaba compuesto de smbolostradicionales empleados hoy corrientemente en astronoma, y en al%uimia, astrologa, y otras artese%uvocas en la antigedad 1smbolos del sol, de la luna, de los planetas, aspectos de los astros y signosdel odaco1, y aparecan agrupados en *rases y apartes como nuestros p!rra*os, lo %ue daba la impresi$n

    de %ue cada smbolo corresponda a una letra de nuestro al*abeto.>on la esperana de desci*rar m!s adelante el criptograma, Bla&e se meti$ el libro en elbolsillo. 3uchos de a%uellos enormes volmenes %ue se hacinaban en los estantes le atraan

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    irresistiblemente. Se senta tentado a llev!rselos. No se e#plicaba c$mo haban estado all durante tantotiempo sin %ue nadie les echara mano. K;caso era el, el primero en superar a%uel miedo %ue habade*endido este lugar abandonado durante m!s de sesenta a+os contra toda intrusi$nM

    ?na ve e#plorada toda la planta ba"a, Bla&e atraves$ de nuevo la nave hasta llegar al vestbulodonde haba visto antes una puerta y una escalera %ue probablemente conduca a la torre del campanario,tan *amiliar para el desde su ventana. a subida *ue muy traba"osa- la capa de polvo era a%u m!s espesa,y las ara+as haban te"ido redes an m!s tupidas, en este angosto lugar. Se trataba de una escalera decaracol con unos escalones de madera altos y estrechos. De cuando en cuando, Bla&e pasaba por delantede unas ventanas desde las %ue se contemplaba un panorama vertiginoso. ;un%ue hasta el momento nohaba visto ninguna cuerda, pens$ %ue sin duda habra campanas en lo alto de a%uella torre cuyaspuntiagudas ventanas superiores, protegidas por densas celosas, haba e#aminado tan a menudo con susprism!ticos. 0ero le esperaba una decepci$nA la escalera desembocaba en una c!mara desprovista decampanas y dedicada, segn todas las traas, a *ines totalmente diversos.

    a estancia era espaciosa y estaba iluminada por una lu apagada %ue provena de cuatroventanas o"ivales, una en cada pared, protegidas por *uera con unas celosas muy estropeadas. Despusse ve %ue las re*oraron con s$lidas pantallas, %ue sin embargo, presentaban ahora un estado lamentable.'n el centro del recinto, cubierta de polvo, se alaba una columna de metro y medio de altura y comomedio metro de grosor. 'ste pilar estaba cubierto de e#tra+os "erogl*icos toscamente tallados, y en sucara superior, como en un altar, haba una ca"a met!lica de *orma asimtrica con la tapa abierta. 'n suinterior, cubierto de polvo, haba un ob"eto ovoide de unos die centmetros de largo. ormando crculo

    alrededor del pilar central, haba siete sitiales g$ticos de alto respaldo, todava en buen estado, y trasellos, siete im!genes colosales de escayola pintada de negro, casi enteramente destroadas. 'stasim!genes tenan un singular parecido con los misteriosos megalitos de la Csla de 0ascua. 'n un rinc$nde la c!mara haba una escala de hierro adosada en el muro %ue suba hasta el techo, donde se vea unatrampa cerrada %ue daba acceso al chapitel desprovisto de ventanas.

    ?na ve acostumbrado a la escasa lu del interior, Bla&e se dio cuenta de %ue a%uella ca"a demetal amarillento estaba cubierta de e#tra+os ba"orrelieves. Se acerc$, le %uit$ el polvo con las manos yel pa+uelo, y descubri$ %ue las *igurillas representaban unas criaturas monstruosas %ue parecan no tenerrelaci$n alguna con las *ormas de vida conocidas en nuestro planeta. 'l ob"eto ovoide de su interiorresult$ ser un poliedro casi negro surcado de estras ro"as %ue presentaba numerosas caras, todas ellasirregulares. Lui! se tratase de un cuerpo de cristaliaci$n desconocida o tal ve de algn raro mineral,tallado y pulido arti*icialmente. No tocaba el *ondo de la ca"a, sino %ue estaba sostenido por una especiede aro met!lico *i"o mediante siete soportes horiontales 1curiosamente dise+ados1 a los !ngulos

    interiores del estuche, cerca de su abertura. 'sta piedra, una ve limpia, e"erci$ sobre Bla&e un hechioalarmante. No poda apartar los o"os de ella, y al contemplar sus caras resplandecientes, casi pareca %ueera translcida, y %ue en su interior tomaban cuerpo unos mundos prodigiosos. 'n su mente *lotabanim!genes de paisa"es e#$ticos y grandes torres de piedra, y tit!nicas monta+as sin vestigio de vidaalguna, y espacios an m!s remotos, donde s$lo una agitaci$n entre tinieblas indistintas delataba lapresencia de una conciencia y una voluntad.

    ;l desviar la mirada repar$ en un sorprendente mont$n de polvo %ue haba en un rinc$n, al piede la escala de hierro. No saba bien por %u le resultaba sorprendente, pero el caso es %ue sus contornosle sugeran algo %ue no lograba determinar. Se dirigi$ a l apartando a manotadas las telara+as %ueobstaculiaban su paso, y en e*ecto, lo %ue all haba le caus$ una honda impresi$n. ?na ve m!s ech$mano del pa+uelo, y no tard$ en poner al descubierto la verdad- Bla&e abri$ la boca sobrecogido por laemoci$n. 'ra un es%ueleto humano, y deba de estar all desde haca muchsimo tiempo. as ropasestaban deshechas- a "ugar por algunos botones y troos de tela, se trataba de un tra"e gris de caballero.Eambin haba otros indiciosA apatos, broches de metal, gemelos de camisa, un al*iler de corbata, una

    insignia de periodista con el nombre del e#tinguido Providence (elegram, y una cartera de piel muyestropeada. Bla&e e#amin$ la cartera con atenci$n. 'n ella encontr$ varios billetes antiguos, un pe%ue+ocalendario de anuncio correspondiente al a+o 279:, algunas tar"etas a nombre de 'd4in 3. illibridge,y una cuartilla llena de anotaciones.

    'sta cuartilla era sumamente enigm!tica. Bla&e la ley$ con atenci$n acerc!ndose a la ventanapara aprovechar los ltimos rayos de sol. Deca asA

    El Pro)* Enoch +oen regresa de Egipto, mayo l..* Compra vie/a iglesia 0ederal 1ill en/ulio* %uy conocido por sus traa/os ar2ueol&gicos y estudios esot3ricos*

    El Dr* Droe, anaaptista, exhorta contra la 4Saidur5a de las Estrellas6 en el serm&n del 78de diciemre de 9..*

    8: )ieles a )inales de 9.;*9. desapariciones?* primera menci&n del (rape'oedro @esplandeciente*

    : desapariciones en 9.* Comien'o de rumores sore sacri)icios de sangre*La investigaci&n de 9;> no conduce a nada? s&lo ruidos sospechosos*

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    El padre AB%alley hala del culto al demonio mediante ca/a hallada en las ruinas egipcias*)irma invocan algo 2ue no puede soportar la lu'* @ehuye la lu' suave y desaparece ante una lu')uerte* En este caso tiene 2ue ser invocado otra ve'* Proalemente lo sae por la con)esi&n de 0rancis* 0eeney en su lecho de muerte, 2ue ingres& en la 4Saidur5a de las Estrellas6 en 9.8* Esta gentea)irma 2ue el (rape'oedro @esplandeciente les muestra el cielo y los dems mundos, y 2ue el %oradorde las (inielas les revela ciertos secretos*

    @elato de Arrin +* Eddy? 9;:= !nvocan mirando al cristal y tienen un lengua/e secretoparticular*

    @eun* de 7FF & ms en 9? sin contar a los 2ue han marchado al )rente*%uchachos irlandeses atacan la iglesia en 9

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    Durante los das siguientes, Bla&e no cont$ a nadie su e#pedici$n y se dedic$ a leerdetenidamente ciertos libros, a revisar peri$dicos atrasados en la hemeroteca local, y a intentar traducirel criptograma %ue haba encontrado en la sacrista. No tard$ en darse cuenta de %ue la clave no erasencilla ni mucho menos. a lengua %ue ocultaban a%uellos signos no era ingls, latn, griego, *rancs,espa+ol ni alem!n. No tendra m!s remedio %ue echar mano de todos sus conocimientos sobre lasciencias ocultas.

    0or las tardes, como siempre, senta la necesidad de sentarse a contemplar el paisa"e deponiente y la negra agu"a %ue sobresala entre las eriadas techumbres de a%uel mundo distante y casi*abuloso. 0ero ahora se a+ada una nota de horror. Bla&e saba ya %ue all se ocultaban secretosprohibidos. ;dem!s, la vista empeaba a "ugarle malas pasadas. os p!"aros de la primavera habanregresado, y al contemplar sus vuelos en el atardecer, le pareci$ %ue evitaban m!s %ue antes la agu"anegra y a*ilada. >uando una bandada de aves se acercaba a ella, le pareca %ue daba la vuelta y cada unase escabulla despavorida, en completa con*usi$n... y aun adivinaba los gor"eos aterrados %ue no podapercibir en la distancia.

    ue en el mes de "ulio cuando Bla&e, segn declara l mismo en su diario, logr$ desci*rar elcriptograma. 'l te#to estaba en a&loQ , oscuro lengua"e empleado en ciertos cultos diab$licos de laantigedad, y %ue l conoca muy someramente por sus estudios anteriores. Sobre el contenido de esete#to, el propio Bla&e se muestra muy reservado, aun%ue es evidente %ue le debi$ causar un horror sinlmites. 'l diario alude a cierto 3orador de las Einieblas, %ue despierta cuando alguien contempla*i"amente el Erapeoedro Resplandeciente, y aventura una serie de hip$tesis descabelladas sobre los

    negros abismos del caos de donde procede a%ul. >uando se re*iere a este ser, presupone %ue esomnisciente y %ue e#ige sacri*icios monstruosos. ;lgunas anotaciones de Bla&e revelan un miedo atro a%ue esa criatura, invocada acaso por haber mirado la piedra sin saberlo, irrumpa en nuestro mundo. Sinembargo, a+ade %ue la simple iluminaci$n de las calles constituye una barrera in*ran%ueable para l.

    'n cambio se re*iere con *recuencia al Erapeoedro Resplandeciente, al %ue cali*ica de ventanaabierta al tiempo y al espacio, y esboa su historia en lneas generales desde los das en %ue *ue talladoen el enigm!tico Yuggoth, muchsimo antes de %ue los 0rimordiales lo tra"eran a la tierra. ;l parecer,*ue colocado en a%uella e#tra+a ca"a por los seres crinoideos de la ;nt!rtida, %uienes lo custodiaroncelosamente- *ue salvado de las ruinas de este imperio por los hombres1serpientes de alusia, y millonesde a+os m!s tarde, *ue descubierto por los primeros seres humanos. ; partir de entonces atraves$ tierrase#$ticas y e#tra+os mares, y se hundi$ con la ;tl!ntida, antes de %ue un pescador de 3inos lo atraparaen su red y lo vendiera a los cobrios mercaderes del tenebroso pas de hem. 'l *ara$n Ne*rn1aedi*ic$ un templo con una cripta sin ventanas donde alo"ar la piedra, y cometi$ tales horrores %ue su

    nombre ha sido borrado de todas las cr$nicas y monumentos. uego la "oya descans$ entre las ruinas dea%uel templo maligno, %ue *ue destruido por los sacerdotes y el nuevo *ara$n. 3!s tarde, la aada dele#cavador lo devolvi$ al mundo para maldici$n del gnero humano.

    ; primeros de "ulio los peri$dicos locales publicaron ciertas noticias %ue, segn escribe Bla&e,"usti*icaban plenamente sus temores. Sin embargo, aparecieron de una manera tan breve y casual, %ues$lo l debi$ de captar su signi*icado. 'n s, parecan bastante trivialesA por ederal /ill se habae#tendido una nueva ola de temor con motivo de haber penetrado un desconocido en la iglesia maldita.os italianos a*irmaban %ue en la agu"a sin ventanas se oan ruidos e#tra+os, golpes y movimientossordos, y haban acudido a sus sacerdotes para %ue ahuyentasen a ese ser monstruoso %ue converta sussue+os en pesadillas insoportables. ;simismo, hablaban de una puerta, tras la cual haba algo %ueacechaba constantemente en espera de %ue la oscuridad se hiciese lo bastante densa para permitirle saliral e#terior. os periodistas se limitaban a comentar la tena persistencia de las supersticiones locales,pero no pasaban de ah. 'ra evidente %ue los "$venes periodistas de nuestros das no sentan el menorentusiasmo por los antecedentes hist$ricos del asunto. ;l re*erir todas estas cosas en su diario, Bla&e

    e#presa un curioso remordimiento y habla del imperioso deber de enterrar el ErapeoedroResplandeciente y de ahuyentar al ser demonaco %ue haba sido invocado, permitiendo %ue la lu delda penetrase en el enhiesto chapitel. ;l mismo tiempo, no obstante, pone de relieve la magnitud de su*ascinaci$n al con*esar %ue aun en sue+os senta un morboso deseo de visitar la torre maldita paraasomarse nuevamente a los secretos c$smicos de la piedra luminosa.

    'n la ma+ana del 28 de "ulio, el Gournalpublic$ un artculo %ue le provoc$ a Bla&e unaverdadera crisis de horror. Se trataba simplemente de una de las muchas rese+as de los sucesos deederal /ill. >omo todas, estaba escrita en un tono bastante "ocoso, aun%ue Bla&e no le encontr$ lagracia. 0or la noche se haba desencadenado una tormenta %ue haba de"ado a la ciudad sin lu durantem!s de una hora. 'n el tiempo %ue dur$ el apag$n, los italianos casi enlo%uecieron de terror. osvecinos de la iglesia maldita "uraban %ue la bestia de la agu"a se haba aprovechado de la ausencia de luen las calles y haba ba"ado a la nave de la iglesia, donde se haban odo unos torpes aleteos, como de uncuerpo inmenso y viscoso. 0oco antes de volver la lu, haba ascendido de nuevo a la torre, donde se

    Q;&loA mtico lengua"e inventado por ;rthur 3achen enEl Puelo +lanco*

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    oyeron ruidos de cristales rotos. 0oda moverse hasta donde alcanaban las tinieblas, pero la lu laobligaba invariablemente a retirarse.

    >uando volvieron a iluminarse todas las calles, hubo una espantosa conmoci$n en la torre, ya%ue el menor resplandor %ue se *iltrara por las ennegrecidas ventanas y las rotas celosas era e#cesivopara la bestia a%uella %ue haba huido a su re*ugio tenebroso. '*ectivamente, una larga e#posici$n a lalu la habra devuelto a los abismos de donde el desconocido visitante la haba hecho salir. Durante lahora %ue dur$ el apag$n las multitudes se api+aron alrededor de la iglesia a orar ba"o la lluvia, con ciriosy l!mparas encendidas %ue protegan con paraguas y papeles *ormando una barrera de lu %ue protegieraa la ciudad de la pesadilla %ue acechaba en las tinieblas. os %ue se encontraban m!s cerca de la iglesiadeclararon %ue hubo un momento en %ue oyeron cru"ir la puerta e#terior.

    Y lo peor no era esto. ;%uella noche ley$ Bla&e en el +ulletin lo %ue los periodistas habandescubierto. 0ercatados al *in del gran valor periodstico del suceso, un par de ellos haban decididodesa*iar a la muchedumbre de italianos enlo%uecidos y se haban introducido en el templo por eltragalu, despus de haber intentado intilmente abrir las puertas. 'n el polvo del vestbulo y la naveespectral observaron se+ales muy e#tra+as. 'l suelo estaba cubierto de vie"os co"ines desechos y *undasde bancos, todo esparcido en desorden. Reinaba un olor desagradable, y de cuando en cuandoencontraron manchas amarillentas parecidas a %uemaduras y restos de ob"etos carboniados. ;brieron lapuerta de la torre y se detuvieron un momento a escuchar, por%ue les pareca haber odo como siara+aran arriba. ;l subir, observaron %ue la escalera estaba como aventada y barrida.

    a c!mara de la torre estaba igual %ue la escalera. 'n su rese+a, los periodistas hablaban de la

    columna heptagonal, los sitiales g$ticos y las e#tra+as *iguras de yeso. 'n cambio, cosa e#traordinaria,no citaban para nada la ca"a met!lica ni el es%ueleto mutilado. o %ue m!s in%uiet$ a Bla&e 1aparte lasalusiones a las manchas, chamuscaduras y malos olores1 *ue el detalle *inal %ue e#plicaba la rotura delos cristales. 'ran los de las estrechas ventanas o"ivales. 'n dos de ellas haban saltando en pedaos alser taponadas precipitadamente a base de remeter *undas de bancos y crin de relleno de los co"ines en lasrendi"as de las celosas. /aba troos de raso y montones de crin esparcidos por el suelo barrido, como sialguien hubiera interrumpido sbitamente su tarea de restablecer en la torre la absoluta oscuridad de %uego$ en otro tiempo.

    as mismas %uemaduras y manchas amarillentas se encontraban en la escalera de hierro %uesuba al chapitel de la torre. 0or all trep$ uno de los periodistas, abri$ la trampa desli!ndolahoriontalmente, pero al alumbrar con su linterna el *tido y negro recinto no descubri$ m!s %ue unamasa in*orme de detritus cerca de la abertura. Eodo se reduca, pues, a puro charlatanismo. ;lguienhaba gastado una broma a los supersticiosos habitantes del barrio. Eambin pudo ser %ue algn *an!tico

    hubiera intentado tapar todo a%uello en bene*icio del vecindario, o %ue algunos estudiantes hubieranmontado esta *arsa para atraer la atenci$n de los periodistas. a aventura tuvo un eplogo muy divertido,cuando el comisario de polica %uiso enviar a un agente para comprobar las declaraciones de losperi$dicos. Eres hombres, uno tras otro, encontraron la manera de soslayar la misi$n %ue se les %ueraencomendar- el cuarto *ue de muy mala gana, y volvi$ casi inmediatamente sin cosa alguna %ue a+adiral in*orme de los dos periodistas.

    De a%u en adelante, el diario de Bla&e revela un creciente temor y aprensi$n. >ontinuamentese reprocha a s mismo su pasividad y se hace mil re*le#iones *ant!sticas sobre las consecuencias %uepodra acarrear otro corte de lu. Se ha comprobado %ue en tres ocasiones 1durante las tormentas1tele*one$ a la compa+a elctrica con los nervios desechos y suplic$ desesperadamente %ue tomarantodas las precauciones posibles para evitar un nuevo corte. De cuando en cuando, sus anotaciones hacenre*erencia al hecho de no haber hallado los periodistas la ca"a de metal ni el es%ueleto mutilado, cuandoregistraron la c!mara de la torre. agamente presenta %uin o %u haba intervenido en su desaparici$n.0ero lo %ue m!s le horroriaba era cierta especie de diab$lica relaci$n ps%uica %ue pareca haberse

    establecido entre l y a%uel horror %ue se agitaba en la agu"a distante, a%uella bestia monstruosa de lanoche %ue su temeridad haba hecho surgir de los tenebrosos abismos del caos. Senta l como una*uera %ue absorba constantemente su voluntad, y los %ue le visitaron en esa poca recuerdan c$mo sepasaba el tiempo sentado ante la ventana, contemplando absorto la silueta de la colina %ue se elevaba alo le"os por encima del humo de la ciudad. 'n su diario re*iere continuamente las pesadillas %ue su*rapor esas *echas y se+ala %ue el in*lu"o de a%uel e#tra+o ser de la torre le aumentaba notablementedurante el sue+o. >uenta %ue una noche se despert$ en la calle, completamente vestido, y caminandoautom!ticamente hacia ederal /ill. Cnsiste una y otra ve en %ue la criatura a%uella saba d$ndeencontrarle.

    'n la semana %ue sigui$ al :G de "ulio, Bla&e su*ri$ su primera crisis depresiva. 0as$ variosdas sin salir de casa ni vestirse, encargando la comida por tel*ono. Sus amistades observaron %ue tenavarias cuerdas "unto a la cama, y l e#plic$ %ue padeca de sonambulismo y %ue se haba visto *orado aatarse los tobillos durante la noche.

    'n su diario re*iere la terrible e#periencia %ue le provoc$ la crisis. a noche del :G de "ulio,despus de acostarse, se encontr$ de pronto caminando a tientas por un sitio casi completamente oscuro.S$lo distingua en las tinieblas unas rayas horiontales y tenues de lu aulada. Notaba .tambin una

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    insoportable *etide y oa, por encima de l, unos ruidos blandos y *urtivos. 'n cuanto se movatropeaba con algo, y cada ve %ue haca ruido, le responda arriba un rebullir con*uso al %ue semeclaba como un roce cauteloso de una madera sobre otra.

    leg$ un momento en %ue sus manos tropearon con una columna de piedra, sobre la %ue nohaba nada. ?n instante. despus, se agarraba a los barrotes de una escala de hierro y comenaba aascender hacia un punto donde el hedor se haca an m!s intenso. De pronto sinti$ un soplo de airecaliente y reseco. ;nte sus o"os des*ilaron im!genes caleidosc$picas y *antasmales %ue se diluan en elcuadro de un vasto abismo de insondable negrura, en donde giraban astros y mundos an m!stenebrosos. 0ens$ en las antiguas leyendas sobre el >aos 'sencial, en cuyo centro habita un dios ciego eidiota 1;athoth, Se+or de Eodas las >osas1 circundado por una horda de danarines amor*os yestpidos, arrullado por el silbo mon$tono de una *lauta mane"ada por dedos demonacos.

    'ntonces, un vivo estmulo del mundo e#terior le despert$ del estupor %ue lo embargaba y lerevel$ su espantosa situaci$n. @am!s lleg$ a saber %u haba sido. Eal ve el estampido de los *uegosarti*iciales %ue durante todo el verano disparaban los vecinos de ederal /ill en honor de los santospatronos de sus pueblecitos natales de Ctalia. Sea como *uere, de"$ escapar un grito, se solt$ de la escalaloco de pavor, yendo a parar a una estancia sumida en la m!s negra oscuridad.

    'n el acto se dio cuenta de d$nde estaba. Se arro"$ por la angosta escalera de caracol, chocandoy tropeando a cada paso. ue como una pesadillaA huy$ a travs de la nave invadida de inmensastelara+as, *lan%ueada de altsimos arcos %ue se perdan en las sombras del techo. ;traves$ a ciegas els$tano, trep$ por el tragalu, sali$ al e#terior y ech$ a correr atropelladamente por las calles silenciosas,

    entre las negras torres y las casas dormidas, hasta el portal de su propio domicilio.;l recobrar el conocimiento, a la ma+ana siguiente, se vio cado en el suelo de su cuarto de

    estudio, completamente vestido. 'staba cubierto de suciedad y telara+as, y le dola su cuerpotremendamente magullado. ;l mirarse en el espe"o, observ$ %ue tena el pelo chamuscado. Y not$adem!s %ue su ropa e#terior estaba impregnada de un olor desagradable. 'ntonces le sobrevino unata%ue de nervios. Despus, vencido por el agotamiento, se encerr$ en casa, envuelto en una bata, y selimit$ a mirar por la ventana de poniente. ;s pas$ varios das, temblando siempre %ue amenaabatormenta y haciendo anotaciones horribles en su diario.

    a gran tempestad se desencadeno el 27 de agosto, poco antes de media noche. >ayeronnumerosos rayos en toda la ciudad, dos de ellos e#cepcionalmente aparatosos. a lluvia era torrencial, yla continua sucesi$n de truenos impidi$ dormir a casi todos los habitantes. Bla&e, completamente locode terror ante la posibilidad de %ue hubiera restricciones, trat$ de tele*onear a la compa+a a eso de launa, pero la lnea estaba cortada temporalmente como medida de seguridad. Eodo lo iba apuntando en su

    diario. Su caligra*a grande, nerviosa y a menudo indesci*rable, re*le"a en esos pasa"es el *renes y ladesesperaci$n %ue le iban dominando de manera incontenible.Eena %ue mantener la casa a oscuras para poder ver por la ventana, y parece %ue debi$ pasar la

    mayor parte del tiempo sentado a su mesa, escudri+ando ansiosamente 1a travs de la lluvia y porencima de los relucientes te"ados del centro1 la le"ana constelaci$n de luces de ederal /ill. De cuandoen cuando garabateaba torpemente algunas *rasesA 5No deben apagarse las luces6, 5sabe d$nde estoy6,5debo destruirlo6, 5me est! llamando, pero esta ve no me har! da+o6 /ay dos p!ginas de su diario%ue llen$ con *rases de esta naturalea.

    0or ltimo, a las T,2T e#actamente, segn los registros de la compa+a de *luido elctrico, lasluces se apagaron en toda la ciudad. 'l diario de Bla&e no constata la hora en %ue esto sucedi$. S$lo*igura esta anotaci$nA 5as luces se han apagado. Dios tenga piedad de m.6 'n ederal /ill habatambin muchas personas tan e#pectantes y angustiadas como l- en la plaa y los calle"ones vecinos altemplo maligno se *ueron congregando numerosos grupos de hombres, empapados por la lluvia,portadores de velas encendidas ba"o sus paraguas, linternas, l!mparas de petr$leo, cruci*i"os, y toda clase

    de amuletos habituales en el sur de Ctalia. Bendecan cada rel!mpago y hacan enigm!ticos signos detemor con la mano derecha cada ve %ue el aparato elctrico de la tormenta pareca disminuir.inalmente cesaron los rel!mpagos y se levant$ un *uerte viento %ue les apag$ la mayora de las velas,d *orma %ue las calles %uedaron amenaadoramente a oscuras. ;lguien avis$ al padre 3eruo de laiglesia del 'spritu Santo, el cual se present$ inmediatamente en la plaa y pronunci$ las palabras dealiento %ue le vinieron a la cabea. 'ra imposible seguir dudando de %ue en la torre se oan ruidose#tra+os.

    Sobre lo %ue aconteci$ a las T,:= tenemos numerosos testimoniosA el del propio sacerdote, %uees "oven, inteligente y culto- el del polica de servicio, Hilliam @. 3onohan, de la >omisara >entral,hombre de toda con*iana, %ue se haba detenido durante su ronda para vigilar a la multitud, y el de lamayora de los setenta y ocho italianos %ue se haban reunido cerca del muro %ue ci+e la plata*ormadonde se levanta la iglesia 1muy especialmente, el de a%uellos %ue estaban *rente a la *achada oriental1.Desde luego, lo %ue sucedi$ puede e#plicarse por causas naturales. Nunca se sabe con certea %u

    procesos %umicos pueden producirse en un edi*icio enorme, antiguo, mal aireado y abandonado tantotiempoA e#halaciones pestilentes, combustiones espont!neas, e#plosi$n de los gases desprendidos por laputre*acci$n... cual%uiera de estas causas puede e#plicar el hecho. Eampoco cabe e#cluir un elemento

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    mayor o menor de charlatanismo consciente. 'n s, el *en$meno no tuvo nada de e#traordinario. ;penasdur$ m!s de tres minutos. 'l padre 3eruo, siempre minucioso y detallista, consult$ su relo" variasveces.

    'mpe$ con un marcado aumento del torpe rebullir %ue se oa en el interior de la torre. Yahaban notado %ue de la iglesia emanaba un olor desagradable, pero entonces se hio m!s denso ypenetrante. 0or ltimo, se oy$ un estampido de maderas astilladas y un ob"eto grande y pesado *ue aestrellarse en el patio de la iglesia, al pie de su *achada oriental. No se vea la torre en la oscuridad, perola gente se dio cuenta de %ue lo %ue haba cado era la celosa de la ventana oriental de la torre.

    Cnmediatamente despus, de las invisibles alturas descendi$ un hedor tan insoportable, %uemuchas de las personas %ue rodeaban la iglesia se sintieron mal y algunas estuvieron a punto demarearse. ; la ve, el aire se estremeci$ como en un batir de alas inmensas, y se levant$ un viento *uertey repentino con m!s violencia %ue antes, arrancando los sombreros y paraguas chorreantes de lamultitud. Nada concreto lleg$ a distinguirse en las tinieblas, aun%ue algunos creyeron ver desparramadapor el cielo una enorme sombra an m!s negra %ue la noche, una nube in*orme de humo %ue desapareci$hacia el 'ste a una velocidad de meteoro.

    'so *ue todo. os espectadores, medio paraliados de horror y malestar, no saban %u hacer, nisi haba %ue hacer algo en realidad. Cgnorantes de lo sucedido, no abandonaron su vigilanciaA y unmomento despus elevaban una "aculatoria en acci$n de gracias por el *ogonao de un rel!mpago tardo%ue, seguido de un estampido ensordecedor, desgarr$ la b$veda del cielo. 3edia hora m!s tardeescamp$, y al cabo de %uince minutos se encendieron de nuevo las luces de la calle. os hombres se

    retiraron a sus casas cansados y sucios, pero considerablemente aliviados.os peri$dicos del da siguiente, al in*ormar sobre la tormenta, concedieron escasa importancia

    a estos incidentes. 0arece ser %ue el ltimo rel!mpago y la e#plosi$n ensordecedora %ue le sigui$ habansido an m!s tremendos por el 'ste %ue en ederal /ill. 'l *en$meno se mani*est$ con mayor intensidaden el barrio universitario, donde tambin notaron una tu*arada de insoportable *etide. 'l estallido deltrueno despert$ al vecindario, lo %ue dio lugar a %ue m!s tarde se e#presaran las opiniones m!s diversas.as pocas personas %ue estaban despiertas a esas horas vieron una llamarada irregular en la cumbre de>ollege /ill y notaron la ine#plicable manga de viento %ue casi de"$ los !rboles despo"ados de ho"as ymarchitas las plantas de los "ardines. 'stas personas opinaban %ue a%uel ltimo rayo imprevisto habacado en algn lugar del barrio, aun%ue no pudieron hallar despus sus e*ectos. ; un "oven del colegiomayor Eau Imega le pareci$ ver en el aire una masa de humo grotesca y espantosa, "ustamente cuandoestall$ el *ogonao- pero su observaci$n no ha sido comprobada. os escasos testigos coinciden, noobstante, en %ue la violenta r!*aga de viento proceda del Ieste. 0or otra parte, todos notaron el

    insoportable hedor %ue se e#tendi$ "usto antes del trueno reagado. Cgualmente estaban de acuerdo sobrecierto olor a %uemado %ue se perciba despus en el aire.Eodos estos detalles se tomaron en cuenta por su posible relaci$n con la muerte de Robert

    Bla&e. os estudiantes de la residencia 0si Delta, cuyas ventanas traseras daban en*rente del estudio deBla&e, observaron, en la ma+ana del da nueve, su rostro asomado a la ventana occidental, intensamentep!lido y con una e#presi$n muy rara. >uando por la tarde volvieron a ver a%uel rostro en la mismaposici$n, empearon a preocuparse y esperaron a ver si se encendan las luces de su apartamento. 3!starde, como el piso permaneciese a oscuras, llamaron al timbre y, *inalmente, avisaron a la polica para%ue *orara la puerta.

    'l cuerpo estaba sentado muy tieso ante la mesa de su escritorio, "unto a la ventana. >uandovieron sus o"os vidriosos y desorbitados y la e#presi$n de loco terror del semblante, los policasapartaron la vista horroriados. 0oco despus el mdico *orense e#plor$ el cad!ver y, a pesar de estarintacta la ventana, declar$ %ue haba muerto a consecuencia de una descarga elctrica o por el cho%uenervioso provocado por dicha descarga. ;penas prest$ atenci$n a la horrible e#presi$n- se limit$ a decir

    %ue sin duda se deba al pro*undo shock%ue e#periment$ una persona tan imaginativa y dese%uilibradacomo era la vctima. Dedu"o todo esto por los libros, pinturas y manuscritos %ue hallaron en elapartamento, y por las anotaciones garabateadas a ciegas en su diario. Bla&e haba seguido escribiendo*renticamente hasta el *inal. Su mano derecha an empu+aba rgidamente el l!pi, cuya punta se habadebido romper en una ltima contracci$n espasm$dica.

    as anotaciones e*ectuadas despus del apag$n apenas resultaban legibles. >iertosinvestigadores han sacado, sin embargo, conclusiones %ue di*ieren radicalmente del veredicto o*icial,pero no es probable %ue el pblico d crdito a tales especulaciones. a hip$tesis de estos te$ricos no seha visto *avorecida precisamente por la intervenci$n del supersticioso doctor De#ter, %ue arro"$ al canalm!s pro*undo de la Baha de Narragansett la e#tra+a ca"a y la piedra resplandeciente %ue encontraron enel oscuro recinto del chapitel. a e#cesiva imaginaci$n y el dese%uilibrio nervioso de Bla&e agravadospor su descubrimiento de un culto sat!nico ya desaparecido, son sin duda las causas del delirio %ue turb$sus ltimos momentos. /e a%u sus anotaciones postreras, o al menos, lo %ue de ellas se ha podido

    desci*rarA

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    La lu' todav5a no ha vuelto* Deen de haer pasado cinco minutos* (odo depende de losrelmpagos* KA/al addith haga 2ue continIenM pesar de ellos, noto el in)lu/o maligno* La lluvia ylos truenos son ensordecedores* a se est apoderando de mi mente*

    (rastornos de la memoria* @ecuerdo cosas 2ue no he visto nunca= otros mundos, otrasgalaxias* Ascuridad* Los relmpagos me parecen tinielas las tinielas, lu'*

    pesar de la oscuridad total, veo la colina y la iglesia, pero no puede ser verdad* Dee seruna impresi&n de la retina, por el deslumramiento de los relmpagos* Kuiera Dios 2ue los italianos

    salgan con sus cirios, si paran los relmpagosMODe 2u3 tengo miedoJ ONo es acaso una encarnaci&n de Nyarlathotep, 2ue en el antiguo y

    misterioso $hem tom& incluso )orma de homreJ @ecuerdo uggoth, y Shaggai, aIn ms le/os, y unvac5o de planetas negros al )inal*

    Largo vuelo a trav3s del vac5o* !mposile cru'ar el universo de lu'* @ecreado por lospensamientos apresados en (rape'oedro @esplandeciente* Enviado a trav3s de horriles aismos delu'*

    Soy +lake= @oert 1arrison +lake* Calle East $napp,