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    HUMANOS: SERES EMOCIONALES QUE ACTAN Y PIENSAN1Manuel Antonio Velandia Mora

    Espaa, mayo de 2013

    Nuestro cerebro y las emociones fijan la manera de conocer, lo que decidimosconocer y cmo lo explicamos, determinando que ms que seres racionales somos

    seres emocionales que actan y piensan.

    Manuel Antonio Velandia Mora

    Las decisiones mal llamadas conscientes no son sino la racionalizacin interesada y aposteriori de mecanismos inconscientes.

    Eduardo Punset (2010)

    Los rastreos cerebrales mdicos, posibles gracias a los avances de la tecnologa,prueban que desde el cerebro sentimos, actuamos y pensamos, razn por la queadems nuestro cerebro determina quines somos y, por tanto, nuestra identidad.

    La comunidad cientfica no descubri hasta muchos aos ms tarde, en la dcada de1960, los neurotransmisores que impactan al cerebro. Sesenta aos despus, Dice(Punset, El viaje a la felicidad, nuevas claves cientficas, 2010):

    casi he comprendido la clave biolgica de aquel acontecimiento, aunque como dice la psicloga y escritora Sue Gerhardtsus cimientos se construyan,sin que nos demos cuenta, durante los nueve meses del embarazo y los dosprimeros aos de vida. Es entonces cuando se modula el cerebro social y seestablecen tanto la forma como los recursos emocionales de una persona. Esgentico, s; pero no nicamente. Lleva su tiempo admitir nunca pens aeste respecto en el verbo 'resignarse', porque ello implicara que la posiblealternativa era mejor: mejor en qu? que no eleg a mis padres, ni ladireccin de las fuerzas colosales, ms potentes que los movimientos de lascapas tectnicas, que iban a desencadenar mis flujos hormonales y, endefinitiva, mi carcter potencial para toda la vida.

    Ningn padre ha elegido tampoco a sus hijos, contina Punset.

    Estamos aqu porque alguien sac de un bombo gigantesco la bola con nuestro

    nmero. Pudo ser otro. Y sera distinto (con la sola excepcin de un gemelo

    1Velandia Mora, Manuel Antonio. Doctor por la Universidad de Alicante y Diploma deEstudios avanzados DEA- en Enfermera y Cultura de los Cuidados, DEA y Doctorandoen Intervencin Psicopedaggica. Mster en Gestin de las polticas pblicas eInterculturalidad, Mster en Educacin, Socilogo, Filsofo, Sexlogo, Especialista enGerencia de proyectos educativos institucionales.

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    monocigtico, aunque, incluso en este caso, la epigentica se encargara deque la expresin de los genes no fuera idntica). Venimos al mundo gracias aun festival silencioso que escenifican billones de genes desde hace millonesde aos.

    Cada proceso que nuestro cerebro realiza se efecta en un rea determinada del

    mismo y dicho proceso est orientado a una funcin especfica. Una neurona es unbloque constructivo del cerebro que induce a sentir, actuar o pensar disparandoimpulsos nerviosos a travs de ramas de neuronas que estn conectadas a otroscientos de ramas que a su vez estn interconectadas a otros cientos de ramas y assucesivamente. Las cadenas de neuronas conectadas unas a otras en realidad no setocan, sino que se produce entre ellas un campo qumico que se activa cada vez queuna neurona dispara su energa; es precisamente ese cctel de sustancias qumicasllamadas neurotransmisores el que controla la actividad cerebral. Las neuronas hacencien millones de millones de conexiones o sinapsis.

    El cerebro funciona como un sistema, por tanto, es ms que la suma de todas suspartes. Las emergencias del cerebro no se producen en una sola neurona, sino en

    muchas de ellas que trabajan conjunta y simultneamente. Cada grupo de neuronasse encarga de un proceso y posibilita diferentes habilidades fsicas ms desarrolladascomo el lenguaje o la memoria, o menos desarrolladas como el movimiento. Laforma, el color, la temperatura se procesan separadamente y sumndolas tenemosuna visin coherente del mundo. Las habilidades menos desarrolladas se realizanautomticamente sin pensarlas y son ordenadas desde el cerebelo. Una actividad quese ha practicado reiteradamente es aprendida por el cerebelo y realizadaautomticamente. El cerebelo da el comando necesario al resto del cuerpomandando instrucciones sin que nos percatemos de ello; de hecho su funcionamientoes ms preciso cuando se realiza sin que se haga conscientemente. Desde el cerebeloestamos igualmente en capacidad de usar cualquier herramienta y hacerla unaextensin de nuestro cuerpo; con ella estamos en capacidad de modificar el mundo.

    Un chimpanc tan slo tiene la capacidad de utilizar noventa herramientasdiferentes. En algunos mamferos, como la rata, casi la totalidad de su cerebro escerebelo. En los seres humanos el cerebelo ha cambiado muy poco en su proceso deevolucin y por el contrario el resto del cerebro s ha crecido en su volumen yposibilidades. Un chimpanc no puede hacer herramientas porque no tiene ademsotras estructuras que s tienen los humanos, como el pulgar oponible que nos permitemanipular con enorme destreza. El desarrollo del cerebro y el cuerpo secomplementan mutuamente de tal manera que el desarrollo de uno implica eldesarrollo del otro y viceversa.

    Con el crecimiento del cerebro se posibilit la organizacin del caos externo,ordenando, clasificando, categorizando. Tenemos, adems, diferentes tipos dememoria: la memoria del trabajo que nos posibilita recordar datos por un tiempo nomayor de siete minutos y en una cantidad de aproximadamente siete artculos y quese emplea para recordar datos que debemos comprobar inmediatamente y luego sepueden desechar. La memoria de larga duracin requiere que la informacinobtenida llegue al crtex (parte frontal y exterior del cerebro) y all se almacene. Seconsidera que los recuerdos son compartidos simultneamente por muchas neuronasy que las rutas que la informacin toma y las conexiones que se crean deben serfortalecidas continuamente.

    Una persona promedio puede recordar aproximadamente un milln de datos. Quienesposeen una gran memoria realmente lo que tienen es una gran capacidad para

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    conectar datos, de ah que las historias que construimos son una extensin de lamemoria y aprendemos construyendo historias; sin embargo, la tarea ms difcil querealiza nuestro cerebro es la comprensin de las otras personas para posibilitar laconvivencia, ya que la sociedad humana es la ms compleja de todas las sociedades yla forma como nos relacionamos con los(as) otros(as) slo es posible gracias aldesarrollo de nuestras capacidades cerebrales.

    La conciencia de s y de los(as) dems es la habilidad ms grande que hemosdesarrollado. El desarrollo de la personalidad nos permite entrar prevenidos anuestras actividades y pensamientos, ya que sin la conciencia seramos algo ms querobots atravesando por la vida sin emociones. La conciencia est directamenterelacionada con nuestras emociones y nos permite apreciar y valorar las cosas de lavida, el amor, la ciencia, a nosotros(as) mismos(as) y a los(as) otros(as).

    1.1

    EL PAPEL DE LAS EMOCIONES

    Estudios realizados por Humberto Maturana, Daniel Goleman, Antonio Damasio,Claude Steiner, Richard Davison, Tom Jennings y Joseph Le Doux, entre otros,demuestran que las emociones juegan un papel fundamental en nuestras relacionescon nuestros semejantes y con el entorno. Durante mucho tiempo se pens quenuestro cerebro estaba dividido en dos y, por tanto, tambin lo estaban sus procesosy funciones; que el pensamiento era una cosa y las emociones otra y, que cuando lasemociones interferan en el pensamiento perdamos grandes posibilidades como seresracionales que ramos. Actualmente se sabe que existe una relacin muy armnica eintegrada entre las reas de las emociones y las reas del pensamiento y, que seafectan mutuamente.

    Daniel Goleman (1996) plantea en La Inteligencia Emocional que una visin de lanaturaleza humana que pasa por alto el poder de las emociones es lamentablementemiope y, que el mismo nombre de Homo Sapiens, la especie pensante, resultaengaoso a la luz de la nueva valoracin y visin que ofrece la ciencia con respecto

    al lugar que ocupan las emociones en nuestra vida. Este autor alega que en unsentido muy real tenemos dos mentes, una que piensa y otra que siente. Estas dosformas fundamentalmente diferentes de conocimiento interactan para construirnuestra vida mental. La mente racional es la forma de comprensin de lo que somostpicamente conscientes: ms destacada en cuanto a la conciencia, reflexiva, capazde analizar y meditar. Pero junto a sta existe otro sistema de conocimientoimpulsivo y poderoso, aunque a veces ilgico: la mente emocional.

    Como lo afirma Jennings (2001), es imposible tener un sistema de razonamiento quefuncione bien sin un sistema de emociones que lo haga correctamente. Lo que lapersona piensa, lo que la persona cree, los problemas que solucione, sus formas derazonar no existen en el vaco, ya que siempre hay un respaldo de las emociones.

    Para l no somos mquinas pensantes, sino mquinas emocionales que piensan. Susinvestigaciones han demostrado que si el cerebro pierde la regin relacionada con lacreacin de sensaciones no es que se elimine la capacidad de producir emociones,sino la de sentir las que se producen al no poder experimentar la conciencia de laemocin. En la entrevista realizada por Daniela Rusowsky, titulada Cambiemosnuestras conversaciones y haremos un mundo distinto, publicada en la Internet, lopina Decimos que los seres humanos son seres racionales. Yo pienso que eso no esverdad. La razn la usamos para justificar las emociones.

    Jennings, al igual que Goleman (1966), considera que las emociones son generadaspor estructuras ocultas en lo profundo del cerebro. La amgdala es la primera en

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    reaccionar a un evento emocional desencadenando una serie de reaccionesinstantneas dentro del centro emocional. Ondas de impulsos nerviosos viajan por eltallo cerebral produciendo una respuesta inmediata a lo largo del cuerpo. Gran partedel tiempo, incluso en los periodos de vigilia, la maquinaria que produce lasemociones est trabajando, sin que nos demos cuenta de ello, creando posturas yexpresiones faciales, alterando adems el funcionamiento de los rganos internos ypreparando al cuerpo para cuando necesite actuar, creando respuestas qumicas delas que no nos enteramos y constituyendo as un estado emocional. Para la mayorade las personas que logran darse cuenta de una emocin, hacerla consciente puedeocurrir unas milsimas de segundo despus de que sta es generada. El cerebro envaseales a la parte encargada del pensamiento y as podemos tomar conciencia denuestras emociones.

    Antonio Damasio (1966), neurlogo de la Facultad de Medicina de la Universidad deLowa, llev a cabo estudios en pacientes que tenan daado el circuito ubicado en lazona prefrontal-amgdala, tratando de comprender cules eran las consecuencias quese presentaban a partir de ello. l concluy que a pesar de que la inteligencia enestos pacientes segua intacta, las elecciones que hacen son desafortunadas tanto en

    los negocios, como en su vida personal y pueden hasta llegar a obsesionarsepermanentemente por tomar decisiones sencillas, porque han perdido acceso a suaprendizaje emocional; razn por la que pueden considerarse tan inteligentes comola gente que no posee dichas lesiones y razonar con la misma rapidez, pero nopueden tomar decisiones correctas, no aprenden de los errores y no tienensentimientos de culpa. Desde esta perspectiva, como punto de confluencia entrepensamiento y emocin, el circuito prefrontal-amgdala es una puerta fundamentalpara el almacenamiento de gustos y disgustos que adquirimos en el curso de nuestravida, por la que concluye que las emociones son tpicamente indispensables para lasdecisiones racionales, ya que ellas nos sealan la direccin correcta donde la puralgica puede ser utilizada.

    Al perder contacto con las emociones se pierde contacto con el pasado; los recuerdosy las emociones que nos acompaan guan cada una de nuestras decisiones. Todas lassituaciones que la persona experiencia en la vida estn inevitablemente relacionadascon algn tipo de emocin. Toda decisin que la persona toma est relacionada porsu similitud con una previa. Cuando la persona debe decidir, aparece en su memoriaun recuerdo emocional que se manifestar como un presentimiento que lo guiarhacia una u otra opcin. Desde esta visin las emociones pueden considerarse unmapa de navegacin que nos apoya en la toma de una decisin que emocionalmentedeterminamos como correcta. Si dicho mecanismo emocional no funcionara lapersona quedara a merced de sus procesos lgicos y estos no seran suficientes parala toma de decisiones.

    Segn lo expresa Richard Davison (2001) de la Universidad de Wisconsin, Madison,tenemos emociones especficas que son parte de nuestro repertorio para pensar,pues ellas nos ayudan a resolver problemas. Para l, la rabia, por ejemplo, es unpaquete de respuestas que facilitan nuestra capacidad de eliminar obstculos que seencuentran en nuestro camino para lograr metas y, el miedo tiene como principalobjetivo poner fuera de peligro al organismo, de modo que podemos huir de unpredador o quedar paralizados ante su presencia. Para Davison, el problema surgecuando una emocin persiste durante ms tiempo del que realmente debiera durar.

    Cuando se presenta cualquier situacin, la amgdala se activa rpidamente y reclutaa las dems reas del cerebro para manejar dicha circunstancia. Ese hecho puede ser

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    tanto una situacin de peligro como el encuentro con alguien que amamos o undilogo establecido con otra persona. Segn Joseph Le Doux, de la Universidad deNew York, la amgdala enva seales al cuerpo para que se tensen los msculos, seliberen hormonas, se incremente la presin sangunea y en su conjunto se genere unarespuesta ante dicha situacin.

    En un sistema normal la amgdala funciona como un sistema de alerta temprana perono funciona por s sola; la corteza frontal, donde pensamos y razonamos, juega unpapel crucial. Hay dos rutas paralelas del procesamiento de las emociones en elcerebro. Una conduce directamente a la amgdala, es una va rpida quedesencadena una emocin inconsciente, de ah que la amgdala puede ejercercontrol sobre lo que hacemos, incluso mientras el cerebro est ocupado tomado unadecisin; la otra, cuando la informacin va lentamente a la corteza, posibilita questa perciba ciertas diferencias; por ejemplo, al or una frase generada por unapersona yo puedo reaccionar inmediatamente de manera agresiva, pero al procesarla informacin por la corteza darme cuenta que lo que fue tomado como unaagresin era simplemente un comentario y, esto es posible porque la corteza envaun mensaje a la amgdala y sta desencadena un proceso que me permite, desde mis

    emociones y recuerdos previos, interpretar la informacin de una forma diferente. Elneocrtex, que es una pieza fundamental para el comportamiento, es un gran bulbode tejidos plegados entre s que configuran el estrato superior del sistema nervioso.Es ah donde se procesan las seales del exterior, se aprenden y se memorizan, loque entre otras nos permite hacer planes y tener expectativas.

    Ciertas emociones crean situaciones en las que se producen hormonas que nospermiten afrontar esas o experiencias similares, tal y como lo considera James L.McCaugh de la Universidad de California, quien opina que as la persona tendr unrecuerdo ms vivo de las circunstancias y podr usar dicha informacin para tomardecisiones sobre lo que har en el futuro. Igualmente opina que cuando lasemociones se salen de control se producen consecuencias devastadoras. Las

    emociones, afirma, nos ayudan a determinar qu hay de bueno y de malo en nuestromundo. La emocin nos da una imagen de nosotros(as) mismos(as) pero podemosperder el control de esa imagen y sentir que no hay futuro para nosotros(as). Porejemplo, en un estado de depresin severa la persona pierde el equilibrio entre lasemociones, el pensamiento y la razn.

    El cerebro es capaz de generar toda una coleccin de pensamientos, pero es laemocin la que ocupa el centro de nuestra vida; en consecuencia, la vida estregulada por las emociones y la interaccin de ellas con los procesos de pensamientoes lo que somos. Ms que seres racionales somos seres emocionales ya que ennuestras vidas no hay ningn momento libre de emociones, de ah la importancia decentrarnos en conocerlas.

    1.2

    QU SON LAS EMOCIONES?

    En el artculo Qu queremos de la educacin? escrito por Maturana (2002) ypublicado en la Internet, ste afirma: Lo que gua la conducta humana son lasemociones o confianzas bsicas. Las emociones son clases de conductas relacionales;cuando se coordinan las emociones se coordinan las conductas relacionales. Estemismo autor (1991) considera que las emociones son disposiciones corporalesdinmicas que definen distintos dominios de accin en los que nos podemos mover.Echeverra (1996) afirma que las emociones son quiebres que nos suceden en el sinnmero de posibilidades de acciones y, que se presentan como apertura, ampliacin

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    o cierre de dichas posibilidades. Adems, argumenta que en los seres humanos,muchas de las emociones tienen su origen en el lenguaje, tal como lo manifiestan laspersonas cuando siente envidia, vergenza, rechazo, etc.

    Siguiendo a Echeverra se puede aseverar que el vivir humano se da en la continuainteraccin con los(as) otros(as) en el lenguaje y en el fluir del emocionar que se

    genera de esta. Es importante aclarar que las acciones humanas no se definen en elacto como una operacin particular, sino en la emocin que lo posibilita y loconstituye como tal. Es decir, no podemos propiciar cambios en los(as) otros(as) atravs de discursos racionales, impecables y perfectos, si el emocionar de los queescuchan o hablan est situado en emociones distintas o se encuentra en la mismapero afectado por otras emociones (enojo o tristeza) que los hace cambiar deescucha o sordos a la misma. Por lo tanto, si queremos entender las accioneshumanas debemos reconocer que los actos no se dan por s, sino que son constituidospor la emocin que los posibilita.

    Daniel Goleman (1996) plantea que: Toda las emociones son impulsos para actuares decir, que las emociones son los motores de la accin humana, son los recursos

    para enfrentarnos a la vida y sus mltiples relaciones.En el contexto de ste mdulo, las emociones no son concebidas como lo quecorrientemente llamamos sentimientos, sino como las plantea Maturana, es decir,disposiciones corporales dinmicas que definen distintos dominios de acciones en quenos movemos o en que se encuentra un animal (humano o no).

    Al respecto, en el dilogo de Mara de la Luz Urquieta con Humberto Maturana(citado en la World Wide Web Amor y democracia, 2001), ste asevera: En loemocional somos mamferos. Los mamferos son animales en que el emocionar es, enbuena parte, consensual y en los que el amor en particular juega un papelimportante. Se ve en los animales domsticos. Si no se le hace cario al perro, sepone triste, se enferma Somos animales, pero animales especiales. Lo especial del

    modo de vivir humano es el lenguaje entrelazado con el emocionar. El amor esconstitutivo de la vida humana pero no es nada especial.

    En la entrevista (citado en la World Wide Web Un problema de deseo, 2001)realizada por Sarrs Jadue, Maturana afirma: Las emociones, desde el punto devista biolgico, son cambios internos de configuracin que transforman la reactividaddel ser vivo, de modo que ese ser vivo en el espacio relacional es distinto El serhumano puede realizar una mirada sobre su emocionar, puede reflexionar porquetiene el lenguaje. Pero el animal, que Descartes trata tan negativamente comoautmata, no tiene cmo hacer esa mirada reflexiva. Parafraseando a Maturana sepuede afirmar que la emocin del animal es como la emocin del ser humano cuandono se da cuenta de ella.

    Maturana (1997) propone que Las emociones son en esencia impulsos para actuar,planes instantneos que la evolucin nos ha, dado, para enfrentarnos a la vida, loque sugiere que en toda emocin hay implcita una tendencia a actuar. Es decir,plantea que las emociones son impulsos arraigados que nos llevan a actuar, motivopor el cual los bilogos no dudan en otorgarle a las emociones un papel fundamentalen la evolucin humana. Dicen que las respuestas emotivas de nuestros antepasadosms remotos fueron pieza clave en la supervivencia de la especie: el miedo hace quela sangre fluya con ms fuerza hacia los msculos y facilita que huyamos o golpeemosal agresor; la sorpresa aumenta el tamao de las pupilas y mejora nuestra

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    informacin visual. Estas tendencias biolgicas a actuar estn moldeadas adems pornuestra experiencia de la vida y nuestra cultura.

    En la ya citada entrevista realizada por Daniela Rusowsky a Maturana, ste expresa:A m me gusta referirme a la ms fcil de todas las emociones que es el amor y, casiquedarme en ella. Igualmente, Maturana, reflexionando sobre el amor, considera

    que ste es fundamento de lo social, pero no toda convivencia es social. Es laemocin que funda lo social: sin la aceptacin del otro en la convivencia no hayfenmeno social. El amor es la emocin que constituye el dominio de acciones en quenuestras interacciones recurrentes con otro hacen al otro un legtimo otro en laconvivencia. En cambio, las interacciones recurrentes en la agresin interfieren yrompen la convivencia.

    Como puede leerse en la entrevista con Urquieta, citada previamente, Maturanadiscurre: Todo vivir humano ocurre en conversaciones y es en ese espacio donde secrea la realidad en que vivimos Los seres humanos usamos el hacer para justificar onegar la emocin donde nos encontramos. Existimos en el entrelazamiento dellenguajear y el emocionar. Este entrelazamiento yo lo llamo conversar, que viene del

    latn dar vueltas juntos.Segn dicho investigador, todo vivir humano ocurre en conversaciones y es en eseespacio donde se crea la realidad en que vivimos. Las historias que contamos sobrecmo vivimos constituyen el mundo que vivimos. Si queremos vivir distinto slotenemos que vivir distinto, generar conversaciones que constituyan ese otro vivir.Cambiemos nuestras conversaciones y haremos un mundo distinto El lenguaje nopuede haber surgido en la agresin que restringe la convivencia, sino en el amor.

    No se niega que en cuanto a lo racional, somos racionales, ya que tenemos sistemasde argumentos desde los cuales argimos. Maturana igualmente responde que: Todosistema racional se funda en alguna emocin que da validez a sus premisas.Escogemos ciertas premisas como puntos de partida y como elementos que en sus

    coordinaciones, de acuerdo con sus propiedades y caractersticas, constituyen elsistema racional. Entonces, en nosotros(as) lo racional no es una cosa en s, propia yparticular que pueda ser la misma en cualquier circunstancia. Yo digo que haydistintos sistemas racionales, cada uno definido desde un conjunto de premisasfundamentales, de las cuales se constituye cada sistema de argumentaciones Noporque somos racionales dejamos de ser emocionales. Es a eso a lo que yo hagoreferencia cuando digo que todo lo humano se da en el conversar.

    Este bilogo afirma: Todas las acciones humanas se fundan en alguna emocin. Elamor es una de ellas. Pero tambin estn la agresin, el miedo, la pena, lavergenza, la envidia, la codicia. El ser humano es intrnsecamente emocional y lasemociones constituyen los fundamentos que especifican los dominios de acciones en

    que nos movemos en cada instante. Por esto digo que las distintas emocionesconstituyen distintos dominios de acciones Del amor tambin naci el lenguajecomo un sistema de coordinaciones conductuales consensuales. El lenguaje, comodominio de coordinaciones conductuales consensuales, puede surgir solamente enuna historia de coordinaciones conductuales consensuales. Esto exige una convivenciabasada en la aceptacin mutua. Si no hay interacciones en la aceptacin mutua, seproduce separacin o destruccin. En otras palabras, si en la historia de los seresvivos hay algo que no puede surgir en la competencia, eso es lenguaje.

    Si queremos entender las acciones humanas no tenemos que mirar el movimiento o elacto como una operacin particular, sino a la emocin que lo posibilita. Un dilogo

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    entre dos personas ser vivido como agresin o accidente, segn la emocin en laque se encuentran los(as) participantes. No es el encuentro lo que define lo queocurre, sino la emocin que constituye dicho encuentro como acto. De ah que losdiscursos racionales, por impecables y perfectos que sean, son completamenteinefectivos para convencer a otro si el habla y la escucha se llevan a cabo desdeemociones distintas.

    Maturana (1991) dice que cuando nos encontramos en una conversacinsupuestamente racional, se pueden producir dos tipos de discrepancias que sediferencian por las clases de emociones que surgen de ellas, pero que usualmente nodistinguimos porque nos parecen distintos modos de reaccionar ante un error lgico.Estas pueden ser discrepancias lgicas o ideolgicas.

    Prez (2001), al respecto, afirma que las discrepancias lgicas son aquellas quesurgen cuando los participantes en la conversacin cometen un error en la aplicacinde las coherencias operacionales que definen al dominio racional en que sta se da y,que las discrepancias ideolgicas son las que surgen cuando los participantes en laconversacin argumentan desde distintos dominios racionales como si estuviesen en

    el mismo. En ste caso, las discrepancias lgicas las vivimos como intranscendentes,mientras que las discrepancias ideolgicas las vivimos como diferenciastrascendentes al no reconocer el error lgico se acusa al otro de ceguera otestarudez. Tratamos a estas discrepancias como si surgieran de errores lgicos, perolas vivimos como amenazas a nuestra existencia al no ver que lo que ocurre es queestamos en dominios racionales distintos y que nuestras diferencias se deben a quepartimos de premisas a priori distintas y no a que uno u otro ha cometido un error enla aplicacin de ellas.

    Al tener claro esto, se nos hace evidente que cuando estamos en una cierta emocinpodemos hacer algunas cosas y otras no y, que aceptamos argumentos querechazamos bajo otra emocin, porque son las emociones las que definen el dominiode acciones en que nos podemos mover y la lgica de los raciocinios que hagamospara argumentar o para validar lo que escuchamos. Es ms, todo sistema racional seerige a partir de premisas bsicas que han sido aceptadas apriorsticamente desdeuna determinada emocin que le subyace.

    Si sabemos la importancia determinante de las emociones se entiende la necesidadde darles el espacio que les corresponde en los procesos que conllevan en el trabajoen equipo. Para ello se hace prioritario aceptar su legitimidad; en consecuencia, separte de reconocer que lo humano no se constituye exclusivamente desde loracional. Ello se dificulta si estamos inmersos en una cultura patriarcal, en unpensamiento lineal y hacemos nfasis en la importancia de lo racional. De donde sederiva que aun cuando es evidente que lo racional es importante en el tipo de vidaque vivimos, dar el primer paso consiste en aceptar que entrelazado a un razonarest siempre presente un emocionar. Por ejemplo, cuando a una persona lepreguntan qu le est pasando, dicha pregunta est orientada a mirar el propioemocionar y no a mirar el propio razonar. La persona que responde a dicha preguntacentrndose en lo preguntado, necesariamente responde desde la mirada a suemocionar y en consecuencia, al ser aceptada esa mirada, entonces se evidencia lapresencia continua de la emocin y como corolario el fluir emocional se haceaparente. Por supuesto, el temor a ser comprendidos como irracionales al crearuna ruptura con la preponderancia de la razn tiene una marcada influencia en lafalta de reconocimiento que los(as) cientficos(as) e investigadoras(es) como tambinla academia han, dado a las propuestas tericas centradas en lo emocional.

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    Maturana, en el artculo ya citado: Qu queremos de la educacin?, considera que eldeseo de controlar las emociones tiene que ver con nuestra cultura patriarcalorientada a la dicotoma de lo bueno y lo malo; se enfatiza como lnea central de lavida la lucha entre el bien y el mal y, la educacin pasa entonces a ser un modo decontrolar la maldad, lo que se logra con la razn ya que sta nos acerca a lo bueno.

    Igualmente, reflexiona que es importante recalcar dos enunciados sistmicos quepueden referenciarse para el nivel humano: el primero, consiste en que: Cuando enun conjunto de elementos comienzan a conservarse ciertas relaciones, se abreespacio para que todo lo dems cambie en torno a las relaciones que se conservan;el segundo: La historia humana y, la de los seres vivos en general, sigue el curso delas emociones (en particular, de los deseos), no el de los recursos o la tecnologa..

    Con respecto al primero de los enunciados, el autor evidencia la importancia quetiene el que tan slo una de las personas en una relacin desee cambiar, ya que sidicha persona lo hace, por ejemplo, desde la emocin del amor, necesariamente seafecta a s misma y dicha afectacin afecta a la otra, por tanto, el resto de sus vidascambia: cambian los lugares donde se mueven, duermen, las cosas que comen, las

    personas con quienes conversan, los temas que tratan en sus conversaciones, lascosas que hacen juntos(as) y con los(as) dems, en torno a la conservacin de larelacin constituida por la pareja.

    Retomando el segundo de los enunciados, puede concluirse que la historia dependede nuestras emociones y deseos. La historia que construya cada persona ser aquellaque surja de sus deseos y emociones, es decir, de lo que quieran hacer. De ah que elnivel ms importante a nivel educacional sea precisamente el emocional. En ste seforma la persona. De hecho todos podemos aprender a usar herramientas, incluso amanipularlas, porque, en definitiva, todos los seres humanos somos igualmenteinteligentes. No es cierto que haya seres ms inteligentes que otros. La diferenciaest en las emociones, en lo que uno quiere. Si alguien desea cambiar la forma comose relaciona lo va a lograr. Y lo contrario tambin es cierto: si a una persona no legusta o no quiere relacionarse desde el amor no asumir nada al respecto. Lascapacidades intelectuales se potencian desde la formacin fundamental de la nia yel nio, que es la formacin humana en el nivel emocional. La inteligencia, laconducta inteligente, ocurre en la participacin, en la colaboracin, por tanto, tieneque ver con la consensualidad.

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    Ilustracin N 1. Emociones como motores de la accin humana

    Para concluir podramos afirmar que tres de las emociones son determinantes en laconstruccin de procesos que impliquen el trabajo en equipo: el amor, el rechazo yla indiferencia (Ver Ilustracin N 1, Pgina anterior). Recordemos que segnMaturana las emociones afectan la conductainteligente. Concretamente, el miedo,

    la ambicin, el enojo, la competitividad, reducen la inteligencia humana. Tenemosincluso expresiones populares que se refieren a esto: tal persona est `ciega deenvidia, o `ciega por ambicin, es decir, se trata de personas que afectadas poruna emocin negativa restringen su mirada, su visin de las cosas. Tales emocionesgeneran una negacin del otro.

    Planteo trabajar desde tres emociones: el amor, el rechazo y la indiferencia. ParaMaturana, la nica emocin que ampla la conducta inteligente es el amor.

    Con cada persona que se conoce se establecen relaciones y en ese encuentro surgeuna de tres emociones bsicas: el amor, el rechazo y la indiferencia.

    El amor es aceptar al(a) otro(a) como autntico(a) otro(a), al aceptar la legitimidad

    del(a) otro y sus circunstancias, uno ve al(a) otro(a); es decir, lo reconoce comoparte del equipo de trabajo. Al surgir el amor las personas nos parecen agradables,mostramos inters por ellas y sus necesidades; en la medida en que pasa el tiempo,generalmente, el espacio fsico intercorporal se torna menor, posibilitando incluso eltoque, el abrazo y la caricia. Cuando el territorio social emocional con una personase asume de manera positiva se genera confianza hacia ella; en ese caso se nosfacilita trabajar conjuntamente, aceptamos fcilmente sus ideas y acompaamos conmayor tranquilidad sus propuestas e intereses.

    El desamor tiene efectos tan potentes en la psicologa de las personas: por un ladodesestructura y por otro el que es rechazado no se siente digno de ser amado. Esun efecto doblemente negativo. Afirma Punset que:

    Paradjicamente, de adultos no se dispone de ms herramientas para hacerfrente al desamor que las que tenamos de nios para combatir la ansiedadde la separacin. Porque los mecanismos y las hormonas que fluyen por ellosson los mismos. A lo largo del primer ao de vida, el nio busca lainteraccin. La proximidad del cara a cara y la mirada a los ojos son muyimportantes. Se ha comprobado, repetidas veces, la importancia de lacomunicacin visual en los primates sociales.

    Estamos sugiriendo, ni ms ni menos, que la ansiedad de la separacinactivada por el abandono tiene efectos equivalentes a los del temor a lamuerte o el estado emocional previo al suicidio, tanto en los nios como enlos adultos.

    Al emerger el rechazo asumimos que dichas personas son lejanas a nosotros, conestas personas preferimos que el espacio fsico intercorporal sea muy amplio yperdemos inters en cualquier tipo de vinculacin laboral y afectiva. Para Punset:

    La densidad demogrfica resulta un engao. Entre las personas hay tantovaco como en su interior, en donde la distancia entre un electrn y el ncleode sus tomos es parecida, en trminos proporcionales, a la que separa a laTierra de la Luna. Fundamentalmente, slo hay vaco. Y la especie slo tieneun recurso en forma de emocin para salvarlo: el amor () porque laintensidad de las seales disminuye cuando no encuentran respuesta.

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    La mayora de las personas genera en nosotros la emocin de la indiferencia, cuandonos encontramos en ella somos insensibles a lo que las personas hacen, dicen, dejande hacer o de decir. En la indiferencia el otro o la otra no se asume comoautnticos(as) otros(as), por cuanto para ser reconocido como tal, debemos darleexistencia, reconocer que existen, pues no se existe por estar ah sino porquenuestro cerebro los ubica conscientemente como parte de nuestro entorno. Laemocin de la indiferencia nos conduce a no reconocer.

    Posteriormente y en otro documento profundizaremos sobre la propuestametodolgica de la co-construccin del conocimiento en la que trabajaremos sobrecmo Hacerse cargo de las relaciones y situaciones propias del trabajo en equipo.

    Las redes a las que los(as) estudiantes pertenecen, sus grupos de amigos, suscompaeras(os) de estudio, de trabajo y sus familias son territorios emocionales; encada territorio las relaciones establecidas se experiencian y se explican de acuerdo ala emocin experienciada. Las situaciones cotidianas generan cambios emocionales yen consecuencia modificaciones en las relaciones. Al cambiar la emocionalidad haciaalguien se modifica igualmente la manera como se concibe la relacin que con ella se

    tiene. Es as como la persona puede sentir real simpata por alguien quienpreviamente no le atraa o perder todo el inters por una persona a quienmanifestaba un gran afecto. Esto conduce a darse cuenta que los(as) estudiantespueden abrirse a trabajar con otros u otras por quienes inicialmente sentan rechazoy encontrar en ellos y ellas nuevas posibilidades de intercambio y socializacin.

    Al cambiar el modelo de la educacin vertical por uno relacional desde la teora delas emociones como motores de la accin humana, se estn creando las condicionespara que la felicidad se haga posible y en consecuencia para que seres felices serelacionen con otros seres y les apoyen en su inters de ser felices, es decir, paralograr la realizacin mutua, en el respeto y la colaboracin.

    Reconocer al(a) otro(a), amarlo(a) es un aprendizaje que asume del(a) otro(a) y en

    el/la otro(a) una historia que es preciso respetar y promover. Para concluir, como loafirma Maturana, la tarea ms importante de la educacin: es crear convivencia enla confianza, vivir los valores y hablar de ellos cuando sea estrictamente necesario(Maturana, 1998).

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