Humillados Por La Mano de Dios

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Humillados por la mano de Dios Abdías 1: 4- 8 Si te remontares como águila, y aunque entre las estrellas pusieres tu nido, de ahí te derribaré, dice Jehová. 5 Si ladrones vinieran a ti, o robadores de noche (¡cómo has sido destruido!), ¿no hurtarían lo que les bastase? Si entraran a ti vendimiadores, ¿no dejarían algún rebusco? 6 ¡Cómo fueron escudriñadas las cosas de Esaú! Sus tesoros escondidos fueron buscados. 7 Todos tus aliados te han engañado; hasta los confines te hicieron llegar; los que estaban en paz contigo prevalecieron contra ti; los que comían tu pan pusieron lazo debajo de ti; no hay en ello entendimiento. 8 ¿No haré que perezcan en aquel día, dice Jehová, los sabios de Edom, y la prudencia del monte de Esaú? Introducción Una cosa es humillarse bajo la mano de Dios y otras es ser humillados por la mano de Dios. La primera trae bendición a nuestra vida y la segunda condenación, pues esa fue la condición de Edom, los descendientes de Esaú, no se humillaron ante Dios y por lo tanto fueron humillados por la mano de Dios a causa de su rebelión. Eso nos puede suceder a nosotros sino nos humillamos ante El. Dios es paciente y misericordioso, pero cuando seguimos en nuestros caprichos, orgullo, soberbia somos candidatos a ser humillados por Dios. Dios le dice al pueblo de Edom por medio del profeta Abdías: “Aunque te remontares como águila, y aunque en las estrellas pusieres tu nido, de ahí te derribara Jehová.” Para humillar a alguien primero tiene que estar en una posición elevada. El pueblo de Edom había construido su ciudad sobre un monte, en medio de rocas, parecido a los lugares donde el águila hace su nido, pero Dios le advierte de que ahí será derribado. Los seres humanos podemos construir cosas que para nosotros pueden estar en una posición elevada, pero cuando la comparamos con Dios, eso viene a quedar como algo insignificante, una nación o pueblo puede caer de la noche a la mañana cuando menos lo pensemos, la historia nos la ha marcado así, ¿Cuántos imperios han venido y a la misma vez se han ido, pero Dios siempre a seguido en su lugar? Veamos de qué cosas podemos ser humillados.

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Reconocer la diferencia entre humillarse ante la presencia de Dios y ser humillados por Dios

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Humillados por la mano de Dios

Abdas 1: 4- 8Si te remontares como guila, y aunque entre las estrellas pusieres tu nido, de ah te derribar, dice Jehov. 5 Si ladrones vinieran a ti, o robadores de noche (cmo has sido destruido!), no hurtaran lo que les bastase? Si entraran a ti vendimiadores, no dejaran algn rebusco? 6 Cmo fueron escudriadas las cosas de Esa! Sus tesoros escondidos fueron buscados. 7 Todos tus aliados te han engaado; hasta los confines te hicieron llegar; los que estaban en paz contigo prevalecieron contra ti; los que coman tu pan pusieron lazo debajo de ti; no hay en ello entendimiento. 8 No har que perezcan en aquel da, dice Jehov, los sabios de Edom, y la prudencia del monte de Esa?

IntroduccinUna cosa es humillarse bajo la mano de Dios y otras es ser humillados por la mano de Dios. La primera trae bendicin a nuestra vida y la segunda condenacin, pues esa fue la condicin de Edom, los descendientes de Esa, no se humillaron ante Dios y por lo tanto fueron humillados por la mano de Dios a causa de su rebelin. Eso nos puede suceder a nosotros sino nos humillamos ante El. Dios es paciente y misericordioso, pero cuando seguimos en nuestros caprichos, orgullo, soberbia somos candidatos a ser humillados por Dios.Dios le dice al pueblo de Edom por medio del profeta Abdas: Aunque te remontares como guila, y aunque en las estrellas pusieres tu nido, de ah te derribara Jehov. Para humillar a alguien primero tiene que estar en una posicin elevada. El pueblo de Edom haba construido su ciudad sobre un monte, en medio de rocas, parecido a los lugares donde el guila hace su nido, pero Dios le advierte de que ah ser derribado.Los seres humanos podemos construir cosas que para nosotros pueden estar en una posicin elevada, pero cuando la comparamos con Dios, eso viene a quedar como algo insignificante, una nacin o pueblo puede caer de la noche a la maana cuando menos lo pensemos, la historia nos la ha marcado as, Cuntos imperios han venido y a la misma vez se han ido, pero Dios siempre a seguido en su lugar? Veamos de qu cosas podemos ser humillados.

I. Humillados de nuestra fuerza

Cuando se est en la juventud se siente que las fuerzas son eternas, hasta hay jvenes que se burlan de la forma de actuar de un anciano, lo que no saben es que ellos ya vienen y el joven a penas va. Lo que debemos de estar conscientes es: As como vemos al anciano, as nos veremos en el futuro. A Daniel se le revelo esta gran verdad. Daniel 2:21 El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabidura a los sabios, y la ciencia a los entendidos. Hoy el que tiene fuerzas cree que nunca las perder y por tal razn hace dao al prjimo, hace dao a un nio, cuando en el futuro estos nios sern los que nos den la mano para poder valernos de la vida hoy tal vez usted dice: No necesito de nadie, pero algo si le digo: maana usted lo necesitara. Lo que usted hace hoy por su prjimo, maana lo harn por usted.Marcos 9:42 Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeitos que creen en m, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar.

II. Humillados de nuestras riquezas

Edom no quiso que su pueblo hermano (Israel) pasara por su territorio, se senta fuerte, valiente, enrgico (Nmeros 20: 14-21). Se sentan como que sus riquezas eran eterna, que estaran siempre con ellos, como si ellos nuca necesitaran de su hermano, pero lo que no saba es que esas fuerzas se acabaran. El hombre rico en lugar de pensar en su prjimo, pens solo para l, fue egosta. Lucas 12:18-20 Y dijo: Esto har: derribar mis graneros, y los edificar mayores, y all guardar todos mis frutos y mis bienes; 19 y dir a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos aos; repsate, come, bebe, regocjate. 20 Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, de quin ser?Las riquezas son pasajeras, hoy tenemos maana posiblemente no habr, nunca depositemos nuestra confianza en las riquezas, as lo reconoci Job al decir: Desnudo sal del vientre de mi madre, y desnudo volver all. Jehov dio, y Jehov quit; sea el nombre de Jehov bendito (Job 1:21).

ConclusinRecuerde: Si usted no se humilla delante de Dios, un da El, le humillara a usted, recordemos que no tenemos comprada la vida sobre esta tierra, somos personas necesitadas de Dios y que sin El no podremos vivir, cada respiro que damos es por su voluntad, porque cada maana es grande su misericordia. Lamentaciones 3:23 Nuevas son cada maana; grande es tu fidelidad.

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