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Iglesia de San Miguel(Jerez de la Frontera)
Desde la Plaza del Arenal hacia el sur, se descubre la esbelta torre de la iglesia de
San Miguel. Su construcción, se prolongó durante varios siglos, dando
lugar a un excelente conjunto de porte
catedralicio donde se conjugan elementos propios del último gótico jerezano
con otros del inicio y plenitud del renacimiento y
del barroco. Es bien de Interés Cultural, y fue declarada Monumento
Histórico-Artístico Nacional en 1931.
Es considerada como el mejor templo jerezano.
En 1.230 en las afueras de Jerez se libró una batalla entre el infante don Alonso (hermano de Fernando III el Santo) y el rey musulmán Abén Hud. En el lugar había una ermita que más tarde Alfonso X el
Sabio, en agradecimiento, dedicó a la advocación de San Miguel. Un siglo después, tras la batalla del Salado y el fin de la amenaza
musulmana, la población creció fuera de las murallas originando arrabales junto a dichas ermitas.
Por la fecha de la placa existente en la puerta de la fachada gótica del evangelio (1484), cabe pensar que la construcción de la Iglesia,
donde se encontraba la antigua ermita, fue consecuencia de la súplica de la ciudad a los Reyes Católicos en la visita realizada por
éstos en el año 1484.
La abigarrada torre-fachada, compuesta de cuatro cuerpos, fue levantada entre 1.672 y 1.701 por
Diego Moreno Meléndez, jerezano al que también se le debe la traza y primera dirección de la catedral.
El primer cuerpo, que forma pórtico con arco de medio punto, lleva
columnas dóricas pareadas de estilo barroco colonial y, en los
intercolumnios, esculturas de los Padres de la Iglesia; el interior, decorado con el mismo criterio,
contiene imágenes de los Evangelistas (debidas, como
aquéllas, a Francisco Gálvez, autor también de las esculturas de la
fachada de la iglesia de la Cartuja y del retablo de la Merced).
El segundo cuerpo presenta dos columnas corintias ornamentadas y jarrones barrocos;
el tercero lleva unas pilastras empotradas y el cuarto es la torre octogonal con roleos y rematado por un vistoso capitel revestido por
azulejos en azul y blanco.
Las portadas laterales empezaron a levantarse en 1.482. Dentro del gótico terciario (propio del casco general del edificio), son de tipo
borgoñón: situadas entre contrafuertes (que soportan arbotantes), el vano rectangular está delimitado por pilastrones laterales. Se
decoran con repisas y doseletes; el arco es apuntado, con un tímpano muy desarrollado decorado con tracerías y trasdosado por gabletes
curvilíneos. La de la epístola se llama de la Inmaculada y la del evangelio, de San José por las imágenes barrocas puestas en el siglo
XVIII.
La fachada de la capilla del sagrario, tiene columnas corintias, llevando en su
entablamento estatuas que representan en un nicho al Buen Pastor y a sus lados,
dos alegorías del Viejo y del Nuevo Testamento; sobre su frontón la Fe y a sus lados, dos alegorías eucarísticas.
De planta cuadrada y bellas proporciones, es coronada
por una airosa cúpula renacentista con casetones y
decorada con placas de pizarra, que da como
resultado en su conjunto uno de los espacios interiores
más logrados de la arquitectura renacentista
andaluza.
En su interior se encuentra un valioso conjunto de piezas mueble, en su mayoría barrocas.
Destacan el Santo Crucifijo de la Salud atribuido a José de Arce, el tabernáculo de la Capilla del Sagrario, obra del siglo XVIII relacionado con los trabajos del ensamblador local Andrés Benítez, o la custodia
procesional labrada por Juan Laureano de Pina en el siglo XVII.
El templo de planta rectangular, se divide en tres naves, la central más alta que las laterales, por pilastras de estilo gótico florido
adornadas por doseletes de gran variedad entre sí, las más cercanas a la cabecera que se cubre con una magnífica bóveda de crucería, y de mayor simplicidad las que se encuentran cerca de los pies de la
iglesia; y con un crucero que no sobresale en planta pero sí en altura. La solería era de barro cocido antes de la actual, de mármol,
colocada a fines del XIX.
El techo lo sustentan ocho bellísimos pilares. Los cuatro de los pies son
cilíndricos con base poligonal y llevan delgados baquetones muy separados
entre sí, rematando en capiteles anillados, al gusto renacentista. Los
cuatro próximos al altar están decorados desde las bases hasta las bóvedas con doseletes, cardinas y otras formas vegetales, molduras
geométricas y animales, naturalistas y fantásticos; son diferentes entre sí,
siendo más cercanos al Renacimiento los de la Epístola, donde una banda
está decorada con “candelieri” alternando con otras franjas
tardogóticas. El diseño del cancel de la puerta principal se debe a José Esteve,
así como el del órgano que está encima y forma un solo bloque con
aquél en estilo neogótico.
Las bóvedas del cuerpo son cuatripartitas y la del crucero
estrellada con nervios angrelados renacientes.
En las claves y cascos de las capillas laterales se ven
adornos y figuras del estilo renacentista.
En el siglo XVIII la iglesia fue blanqueada y desde 1866 a
1880 la restauró desinteresadamente José
Esteve.
El gran retablo mayor, es de estilo renacentista, sobre ábside de cinco
lados y todo en madera de haya. Consta de tres cuerpos, con catorce
columnas corintias de fuste entorchado y orden compuesto.
Lo diseña y ejecuta en gran parte el prestigioso imaginero Juan Martínez
Montañés a partir de 1609, terminando los cuatro relieves
laterales que restaban por hacer, así como cuatro figuras de talla
completa, su discípulo José de Arce. Antes había en el ábside un retablo
plateresco de piedra atribuido a Andrés de Ribera y cuyos restos
subsisten. A ambos lados hay dos columnas de fustes cortados sobre
ménsulas. A la altura del ático pueden apreciarse motivos de
candelieri, querubines y balaustres. El dorado y estofado fue de Jacinto Soto y la policromía, de Francisco
Pacheco, de Alonso Cano y de Gaspar de Ribas.
Hay siete cuadros en altorrelieve, los de la calle central representan la Batalla de los Ángeles, la Transfiguración y Resurrección y cuatro
en hornacinas, Santiago el Mayor, Santiago el Menor y los Arcángeles Gabriel
y Rafael, y un gracioso templecito para Sagrario.En la coronación se lee “Quis sicut Deus” (quién como Dios),
interpretación de la palabra hebrea Miguel.
Las calles laterales representan el Nacimiento, la Adoración, la Circuncisión y
la Anunciación.Hay cuatro estatuas en cuatro repisas; San Pedro, San Pablo, San Juan Bautista y San
Juan Evangelista.
El templo recibe luz por veintitrés ventanas ojivales
decoradas con variadas lacerías; en las seis de la nave principal está representado el
apostolado y en las dos del ábside, que son de arco y no
ojivales, San Miguel y San Gabriel.
Los cristales fueron fundidos en el XIX por una fábrica de Tours, bajo diseño del pintor Jiménez
y Aranda.
En la nave lateral derecha, junto al presbiterio, está la capilla del Socorro, con baquetones y estrella mixtilínea propios del último
tercio del gótico. En el retablo decimonónico está la imagen neoclásica debida al valenciano Esteve Bonet, que también trabajó
para la Cartuja y llegó a ser escultor de cámara de Carlos IV.Además de la pintura de San Cristóbal vemos un cuadrito del siglo XVI representando “La Piedad”, una copia de Zurbarán y un cuadro
dieciochesco de “San Jerónimo”.
El retablo de Ánimas está a los pies de la iglesia, atribuido a
Pedro Roldán (su hija hizo el homónimo de
San Lucas). Se trata de un altorrelieve muy grande rodeado de
elementos arquitectónicos con un gran remate; el frontal es una magnífica labor
de incrustación con piedras duras y semipreciosas.
La verja, de crestería y con profusión de
curvas, es de hierro forjado y dorado.
La Capilla bautismal es la más antigua de la iglesia (y la probable ubicación de la ermita); su portada, de principios del XVI, es un arco rebajado coronado por moldura mixtilínea decorada con cardinas, flanqueada de dos esbeltas agujas o pináculos, todo bajo alfiz (con
flores de lis), a semejanza del gótico cisneriano; también se emplean motivos de origen portugués (principalmente la moldura pentagonal). La bóveda, casi plana, es de crucería estrellada y recuerda al gótico
flamenco; la pila, de mármol blanco se labró en el siglo XVII. La entrada al campanario se decora a juego.
En la Capilla de los Pavón está el cuadro de Zurbarán “Santa Faz”(un escorzo sobre bien tratado lienzo) y el retablo de San José. El mármol
rosa es el enterramiento del caballero veinticuatro Diego Pavón. El Cristo del Túmulo es posterior al siglo XVI.
Retablo Virgen de los Reyes
Retablo San PedroCapilla del Carmen
Capilla del Pilar
La pintura de San Cristóbal es del Padre Palma, maestro de “El
Tahonero”. Capilla Virgen del Socorro
Pintura de la Inmaculada Realizada por Miguel Luna en 1777
Azulejos exterior del templo
Santo Crucifijo de la Salud La Inmaculada
Calvario de CristoVia Crusis
http://www.semanasantadejerez.com/jaab20/img/htm/20-templo.html
http://www.jerezsiempre.com/index.php/Iglesia_San_Miguel
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