Recorridos por la música de cámara

IMANI WINDS, quinteto de maderas (Estados Unidos)

Domingo 5 de mayo de 2013 • 11:00 a.m.Bogotá, Sala de Conciertos Biblioteca Luis Ángel Arango

Lunes 6 de mayo de 2013 • 7:30 p.m.San Andrés, Hotel Sunrise

Jueves 9 de mayo de 2013 • 7:00 p.m.Armenia, Centro de convenciones

TOME NOTA• Los conciertos iniciarán exactamente a la hora indicada en

los avisos de prensa y en el programa de mano. Llegar con media hora de antelación le permitirá ingresar al concierto con tranquilidad y disfrutarlo en su totalidad.

• Si al momento de llegar al concierto éste ya ha iniciado, el personal del auditorio le indicará el momento adecuado para ingresar a la sala de acuerdo con las recomendaciones dadas por los artistas que están en escena.

• Agradecemos se abstenga de consumir comidas y bebidas, o

fumar durante el concierto, con el fi n de garantizar un ambiente adecuado tanto para el público como para los artistas.

• Durante el transcurso del concierto por favor mantenga

apagados sus equipos electrónicos, incluyendo teléfonos celulares, buscapersonas y alarmas de reloj. Esto ayuda a crear un ambiente propicio para disfrutar la música.

• Por respeto a los derechos de autor de los compositores e

intérpretes, no está permitido realizar grabaciones de audio o video ni tomar fotografías durante el concierto.

Los conciertos realizados en la Sala de Conciertos de la Biblioteca Luis Ángel Arango están autorizados por la Dirección Administrativa de la Secretaría de Gobierno de Bogotá, mediante la Resolución 051

del 15 de febrero de 2013

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Valerie Coleman, flauta; Toyin Spellman-Diaz, oboe; Mariam Adam, clarinete; Jeff Scott, corno francés; Monica Ellis, fagot.

Imani Winds se ha posicionado como una de las agrupaciones de música de cámara más exitosas de los Estados Unidos. Desde 1997, este quinteto, nominado para los premios Grammy, decidió tomar su propia senda labrándose una presencia distintiva dentro de la escena de la música clásica, caracterizada por una interpretación dinámica, programas de alto impacto cultural, colaboraciones estilísticamente trasgresoras y programas profundamente inspiradores. Con dos compositores como miembros y un compromiso férreo frente al encargo de nuevas obras, la agrupación no cesa de enriquecer el repertorio tradicional para quinteto de vientos mientras articula las tradiciones europeas, americanas, africanas y latinoamericanas.La extensa agenda de giras de Imani Winds los ha llevado a la mayoría de los escenarios más importantes de los Estados Unidos, incluyendo el Carnegie Hall, Lincoln Center, Disney Hall y el Kimmel Center. La

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agrupación aparece con frecuencia en distinguidos encuentros de música de cámara en Boston, San Francisco, Portland, Filadelfia y Nueva York, y ha tocado en la mayoría de los festivales y series de concierto de las principales universidades, tales como Amherst, Ann Arbor, Austin, Seattle, Stanford, Urbana y muchas otras. Su participación en festivales incluye el Chamber Music Northwest, Santa Fe Chamber Music Festival, La Jolla Music Society, Virginia Arts Festival, Bravo! Colorado y Ravinia Festival. La temporada actual comprende varias giras internacionales, incluyendo primeras presentaciones en Francia, China, Brasil y Colombia.

La agrupación continúa su Legacy Commissioning Project, a través del cual encargan, estrenan y presentan en giras obras nuevas para quinteto de maderas escritas por compositores, tanto nuevos como ya establecidos, provenientes de los contextos musicales más variados y de los lugares más diversos del planeta, lo que aporta un amplio abanico de sonidos y experiencias. El Legacy Project se inició en 2008 con estrenos de obras de Alvin Singleton y Roberto Sierra y desde entonces, sus proyectos han incluido piezas de Jason Moran, Stefon Harris, Danilo Pérez y Simon Shaheen. Terra Incognita, el quinto álbum del grupo con el sello E1 Music, constituye una auténtica celebración del Legacy Project, con obras nuevas escritas para el grupo por Shorter, Jason Moran y Paquito D’Rivera.

El amplio abanico de programas ofrecido por Imani Winds demuestra su misión en términos de expandir el repertorio y diversificar las fuentes musicales. Desde Mendelssohn, Jean Françaix, György Ligeti y Luciano Berio, hasta Ástor Piazzolla, Elliott Carter y John Harbison, pasando por los giros inesperados de Paquito D’Rivera y Wayne Shorter: esta es la búsqueda de Imani Winds tras la incorporación de nuevas músicas y nuevas voces al lenguaje clásico moderno. Dos de sus miembros, Valerie Coleman y Jeff Scott, contribuyen con frecuencia a esta misión aportando composiciones y arreglos que expanden aún más el repertorio del grupo y enriquecen la instrumentación tradicional con nuevos sonidos y texturas.

Sus encargos han llevado al quinteto a colaborar regularmente con artistas de la talla de Yo-Yo Ma y Wayne Shorter. Terra Incognita -primera composición que Shorter realizó para otra agrupación- estrenó Imani Winds, presentándola en numerosas presentaciones junto a Shorter, en los principales festivales de Europa y en diferentes escenarios estadounidenses. La residencia de la agrupación en la Chamber Music Society, del Lincoln Center, culminó con un recital en el Alice Tully Hall de Nueva York junto al célebre clarinetista, saxofonista y compositor Paquito D’Rivera.

Imani Winds ha trabajado de la mano de grandes artistas como el bandoneonista Daniel Binelli, los hermanos Brubeck, el clarinetista

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David Shifrin y los pianistas Gilbert Kalish, Shai Wosner, Éric Le Sage y Mohammed Fairouz. Su ambicioso proyecto titulado Josephine Baker: A Life of Le Jazz Hot! los reunió con la cantante René Marie en Nueva York, San Francisco, Los Ángeles y San Luis, donde recibieron un efusivo recibimiento y ovaciones por parte de la crítica.

De manera periódica el ensamble hace presencia a nivel nacional a través de todos los medios, incluyendo transmisiones en All Things Considered de la Radio Pública Nacional (NPR), Saint Paul Sunday de la APM, Performance Today, Notes with Ed Gordon y The World, de la BBC/PRI, así como extensos cubrimientos consagrados por diversas revistas y periódicos como el New York Times y el Wall Street Journal.

Su excelencia e influencia en el mundo de la música han sido reconocidas con el otorgamiento de premios como el ASCAP, edición 2007, el CMA/ASCAP como Programa Novedoso, edición 2002, el CMA/WQXR, por su debut y su grabación de Umoja. En 2001 el concurso internacional del Concert Artists Guild seleccionó a Imani Winds como la primera Agrupación Residente para la Formación, en reconocimiento a sus extraordinarias habilidades musicales e innovadores programas de concierto.

El compromiso del grupo frente a la educación es profundo. Imani Winds participa como ensamble en residencia de varias entidades a lo largo y ancho de los Estados Unidos, y ofrece anualmente clases magistrales a miles de estudiantes. En el verano de 2010, lanzó su Festival de Música de Cámara, que por medio de ediciones anuales reúne a jóvenes instrumentistas de todo el mundo alrededor de una intensa semana de exploración musical.

Imani Winds ha realizado cinco producciones discográficas con E1 Music, incluyendo The Classical Underground, nominada a un premio Grammy. En 2013 los podremos escuchar en las producciones discográficas Native Informant de Mohammed Fairouz y en Without a Net de Wayne Shorter. Próximamente su interpretación de la Consagración de la Primavera de Stravinski estará disponible a través de su sello musical independiente.

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INTERMEDIO

CONCIERTO No. 27

VALERIE COLEMAN(n. 1970)

ELLIOTT CARTER(1908-2012)

PAQUITO D’RIVERA(n. 1948)

ARTURO MÁRQUEZ(n. 1950)

MIGUEL DEL ÁGUILA (n. 1957)

Tzigane

Quinteto para vientosAllegretto

Allegro giocoso

Aires tropicalesAlborada

SonHabanera

Vals venezolanoDizzyness

ContradanzaAfro

Danza de mediodía

Quinteto No. 2, Op. 46Back in Time

In HeavenUnder the Earth

Far Away

PROGRAMA

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NOTAS AL PROGRAMA

Por Jaime Ramírez Castilla

El formato actual del quinteto para vientos se estableció a finales del siglo XVII y se presentó como una evolución del ensamble de vientos empleado en 1782 en la corte del emperador Joseph II en Viena, que consistía en parejas de oboes, clarinetes, cornos y fagotes. A medida que mejoraban los procesos de construcción los instrumentos, las posibilidades técnicas aumentaron, y así abría la posibilidad de desarrollar la idea de mantener un ensamble de cinco solistas en donde se pudieran replicar las aproximaciones de Haydn al cuarteto de cuerdas. Si bien en el siglo XVIII compositores como Rosetti, Cambini y Schmitt escribieron para este tipo de ensambles, el repertorio para quinteto de vientos se consolidó con las diferentes obras del compositor franco-bohemio Antoine Reicha (1770-1836) y el alemán de ascendencia italiana Franz Danzi (1763-1826).

Luego, y durante gran parte del siglo XIX, el repertorio para este nuevo ensamble no se mantuvo de manera estable; solamente hasta el siglo XX, el interés por la composición para quintetos de vientos renovó sus fuerzas por una gran diversidad de compositores. Entre los quintetos para vientos más notables escritos en el siglo XX se encuentran las obras de Hindemith, Nielsen, Schoenberg, Carter, Milhaud, Stockhausen y Ligeti, entre muchos otros. A partir de 1950, la interpretación de instrumentos de viento por parte de aficionados fue creciendo, lo cual llevó a un marcado interés en el mercado por obras para ensambles de vientos con carácter pedagógico, lo cual popularizó la presencia de los quintetos de vientos en diferentes salas de concierto.

El programa de este concierto de alguna manera refleja cómo el repertorio para los quintetos de vientos se caracteriza por un lenguaje típicamente moderno que presenta diversos nexos entre las tradiciones de la música erudita y la música popular de diferentes culturas. Asimismo, de manera muy particular, el repertorio escogido presenta un diálogo entre el exotismo, la exploración de técnicas instrumentales y el reconocimiento de diferentes influencias culturales que se reconectan desde una perspectiva aventuradamente vanguardista. Finalmente, este programa despierta especial interés por el reconocimiento del aporte de diferentes compositores latinoamericanos en la consolidación de un repertorio absolutamente idiomático que otorga al género una vigencia e identidad completamente consolidadas.

El concierto de hoy abre con Tzigane, obra compuesta especialmente para

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el ensamble Imani Winds por una de sus integrantes y fundadoras, Valerie Coleman (n. 1970, Louisville, Kentucky), quien inició sus estudios musicales a los once años de edad y rápidamente fue reconocida como un prodigio en su área, pues a los catorce años ya había compuesto tres sinfonías y había logrado varios premios de composición a nivel estatal. Posteriormente obtuvo una doble titulación de la Universidad de Boston en las áreas de teoría de la música y composición, así como en interpretación; formación que continuó en el Mannes College of Music de Nueva York, donde obtuvo su Maestría en Música como flautista. Durante este tiempo recibió varios premios y reconocimientos como intérprete a nivel nacional, entre los cuales se encuentran el Young Artist Competition Award de la Universidad de Boston, el Wombwell Kentucky Award del Festival de Música de Aspen, y el Michelle E. Sahm Memorial Award del Festival de Tanglewood.

Además de ser cofundadora de Imani Winds, es la compositora en residencia para el ensamble, habiendo compuesto numerosas obras para este. En particular su obra Umoja se ha convertido en una de las más características de esta agrupación, y ha sido acreedora de varios reconocimientos, entre los que se pueden mencionar su inclusión en el Top 101 Great American Works de Chamber Music America.

En general, la palabra Tzigane hace referencia a uno de los términos genéricos europeos que indica influencias de origen gitano; el vocablo francés gitan, y deriva a su vez del vocablo húngaro cigány. Si bien ha sido bastante frecuente la inclusión de elementos gitanos en la música de concierto a través de inclinaciones al exotismo por parte de diferentes compositores, es posiblemente Tzigane, de Maurice Ravel, la obra que genera una clara conexión con el folclor gitano, relacionándolo con una amplia muestra de virtuosismo y lirismo exacerbado para el violín.

Coleman describe Tzigane como una “enérgica y apasionada travesía por Europa Oriental al estilo gitano”. Compuso la obra en 2011 y señala dos hechos como su principal fuente de inspiración: la colaboración de Imani Winds con el reconocido músico palestino Simon Shaheen, y la finalización de su obra Roma, para banda sinfónica, que celebra la cultura romaní. En esta obra la experimentación técnica es substituida por una interpretación estilizada que retoma la intensidad y autenticidad de la música gitana para violín. Para esto, la obra requiere cierto nivel de libertad por parte de los intérpretes para que cada solo cobre vida sobre el continuo rítmico que domina la pieza.

El recientemente fallecido compositor neoyorquino Elliot Carter (1908-2012) fue una de las figuras más representativas de la escuela de composición estadounidense del siglo XX. Su formación artística fue excepcionalmente

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privilegiada y se podría considerar un crisol de influencias musicales de la más alta calidad. Como estudiante mantuvo una relación muy cercana con Charles Ives; luego, en Harvard, mientras estudiaba literatura, también estudió composición con Walter Piston. Posteriormente, entre 1932 y 1935, estudió en París con Nadia Boulanger. A su retorno a Estados Unidos, Carter mantuvo un estilo neoclásico, característico de los alumnos Boulanger, claramente afectado por el lenguaje de Stravinsky y que progresivamente tomó las características rítmicas que fueron desarrollando un lenguaje compositivo más personal. Dentro de las obras que sobresalen de este periodo están la Sonata para piano (1945 - 6), la Sonata para violonchelo (1948), el Quinteto para vientos (1948 - 9) y el Cuarteto para cuerdas No.1 (1951). El Quinteto para vientos está organizado en dos movimientos y su estilo refleja fuertes influencias de Nadia Boulanger, a quien está dedicada la obra. El primer movimiento (allegretto) tiene un carácter lírico que expone la naturaleza contrastante de cada instrumento, permitiéndoles desarrollar sus capacidades expresivas individuales. El segundo movimiento (allegro giocoso) presenta mayor actividad rítmica y genera más interacciones entre los diferentes miembros del ensamble; la forma se articula a través de un rondó caracterizado por figuras rítmicas sincopadas. Si bien la obra inicialmente se consideró difícil de interpretar y de complicado entendimiento para la audiencia, progresivamente fue reclamando un lugar especial en el repertorio y actualmente es sin duda una de las obras más representativas del repertorio camerístico para vientos del siglo XX.

Paquito D’Rivera (n. 1948) es considerado una de las personalidades más influyentes y determinantes en el mundo del jazz de los últimos treinta años. Su intensa labor como intérprete y compositor ha marcado tendencias y ha abierto innumerables posibilidades estéticas en donde las tradiciones tanto clásicas como vernáculas encuentran constante renovación mediante un contacto sincero y directo con las audiencias. Proveniente de una familia musical, D’Rivera inició sus estudios musicales a una edad muy temprana; a los diez años ya había tocado con la Orquesta del Teatro Nacional de Cuba y a los 17 fue invitado como solista en la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba. Sus actividades como solista fueron alternándose con trabajos en diferentes ensambles entre los que sobresalió Irakere. D’Rivera fue uno de los miembros fundadores y codirectores del grupo; esto le permitió hacer giras de conciertos internacionales y recibir un amplio reconocimiento artístico.

En 1981, D’Rivera decidió no volver a su Cuba natal y se radicó en Estados Unidos donde inició una carrera muy prolífica, tanto en los círculos del jazz como en la música clásica. Junto a Dizzy Gillespie fundó la United Nation

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Orchestra; un ensamble de quince músicos con los que exploró las fusiones entre las músicas latinas y del caribe junto con las influencias del jazz; paralelamente, D’Rivera mantuvo una estrecha agenda actuando como solista y director invitado en diferentes agrupaciones, acumulando una muy nutrida cantidad de reconocimientos y galardones artísticos. Hasta la fecha, D’Rivera ha grabado más de treinta producciones discográficas como solista; en su extensa carrera ha incursionado en una amplia diversidad de géneros y tendencias expandiendo como intérprete las capacidades técnicas y expresivas del clarinete y del saxofón, y como compositor ha demostrado las interminables influencias entre los géneros clásicos y las tradiciones populares.

Aires tropicales es una obra que demuestra la sinergia estilística ya mencionada. La obra, compuesta a manera de suite, fue comisionada por el Aspen Wind Quintet y se estrenó en Nueva York en 1994. Actualmente, Aires tropicales se ha incorporado al repertorio universal de los quintetos para vientos y su generalizada aceptación tanto por audiencias como por intérpretes la han convertido en una obra característica del repertorio moderno para este género. La obra está organizada en siete movimientos que reúnen diferentes tipos de danzas y tradiciones reinterpretadas desde una perspectiva claramente vanguardista. El primer movimiento (Alborada) tiene la misma función del preludio en la suite tradicional; abre la obra con un carácter improvisativo que en el momento de acoplarse a una estructura rítmica y formal más definida termina rápidamente para dar paso a los siguientes movimientos. El segundo movimiento (Son) mantiene una línea constante de acompañamiento en el fagot y en el corno, mientras el resto del ensamble reconstruye progresivamente la atmósfera propia del son cubano, dejando ver la influencia de los ritmos africanos que se asentaron en la isla desde el siglo XVIII. Asimismo, el tercer movimiento (Habanera) rescata la sensual y característica danza que rápidamente se propagó desde Cuba hacia toda Europa en el siglo XIX; en este movimiento la flauta, el clarinete y el fagot tienen un papel bastante protagónico. El cuarto movimiento (Vals venezolano) es una muestra de las adaptaciones del género que se desarrollaron en Latinoamérica; este movimiento está dedicado al famoso guitarrista y compositor venezolano Antonio Lauro. El quinto movimiento (Dizzyness) es un homenaje a Dizzy Gillespie, y es el de mayor complejidad armónica; de hecho, este complejo lenguaje armónico crea cierta atmósfera de vertiginosa ambigüedad que al mismo tiempo recrea el carácter indicado por el título del movimiento (Dizzyness). Los últimos dos movimientos de esta suite (Contradanza y Afro) representan un retorno a las tradiciones musicales cubanas reforzando cierto carácter cíclico en la obra; Contradanza retoma los principios de la tradicional danza cubana; este movimiento está dedicado al compositor y pianista cubano

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1 Citado por Ana R. Alonso-Minutti (2010), Notas a 100 Años de Música Mexicana para Quinteto de Alientos, Texas, CBR. 21144, 2011).

Ernesto Lecuona. El último movimiento (Afro) inicia con un solo de flauta que se conecta con otra danza aún más enérgica generada sobre un ostinato rítmico donde resuenan las influencias africanas.

La estética compositiva del compositor mexicano Arturo Márquez (n. 1950) se caracteriza por la inclusión de elementos tradicionales latinoamericanos en un lenguaje cosmopolita más amplio. Márquez nació en Sonora, México. Inició sus estudios musicales relativamente tarde, a los 16 años de edad, después de que su familia migrara a Los Ángeles, California. Allí estudió violín, tuba, trombón y piano, instrumentos para los cuales escribió sus primeras obras de manera empírica. Poco después, a los 17 años, retornó a Sonora, donde posteriormente se vinculó a la Banda Municipal de Navojoa, y a los veinte años inició sus estudios formales de piano en el Conservatorio Nacional de México. Luego continuó su formación como compositor en el Taller de Composición del Instituto Nacional de Bellas Artes de México, después en París, con Jacques Castérède, y en el Instituto de las Artes de California, donde estudió con Morton Subotnick, Mel Powell, Lucky Mosko y James Newton, donde incursionó en la computación aplicada a la música y sus obras presentaron un claro interés por fusionar la música latina, el jazz y la música contemporánea.

A su retorno a México se vinculó en 1990 al grupo Mandinga, junto a Irene Martínez y Andrés Fonseca, quiénes introdujeron al compositor en la estética del baile de salón, especialmente al danzón; de esta incursión surge el Danzón No. 1 para computador y sintetizadores. La inclinación de Márquez hacia la recientemente redescubierta estética de la música de salón claramente afectó su producción, desembocando en obras como Zarabandeo (1995), Octeto malandro (1996), Danza de mediodía (1996) y una colección de Danzones compuestos entre 1994 y 2008 para ensambles variables.

Danza de mediodía hace parte de esta serie de composiciones derivadas del interés de Márquez por las danzas de salón, propias de la cultura mexicana. La obra es un homenaje al danzón; baile de origen afrocubano, con claras conexiones con la contradanza y la habanera que se consolidaron en la cultura latinoamericana, con especial fuerza a partir del siglo XIX. Según el compositor, “la aparente ligereza del danzón es solo una carta de presentación para una música llena de sensualidad y rigor cualitativo que nuestros viejos mexicanos siguen viviendo con nostalgia y júbilo como escape hacia su mundo emocional”1.

La obra está organizada a manera de un rondó, preparado por una breve introducción que desarrolla una sonoridad casi impresionista generada por

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la superposición de fragmentos melódicos cortos sobre una línea ostinato del fagot. Progresivamente el fagot y el corno empiezan a generar el material motívico característico del danzón sobre el cual se presenta el estribillo, caracterizado por el contraste melódico mantenido entre el clarinete y la flauta. El estribillo alterna con episodios marcadamente líricos que dan prominencia a las líneas del oboe y el fagot. La obra finaliza con el retorno del último estribillo, ahora caracterizado por la eufórica reincidencia de un material rítmico inicial.

El compositor uruguayo Miguel del Águila (n. 1957) es considerado uno de los más destacados compositores de su generación, no solo por su gran número de obras sino también por la originalidad de su lenguaje musical. Su reconocimiento artístico a nivel internacional inició en 1983 en Europa, al estrenar su obra Messages, para violonchelo y ensamble de percusión, en el Musikvereinssaal, sede de la Orquesta Filarmónica de Viena. Posteriormente, gran parte de su obra comenzó a publicarse e interpretarse en importantes salas de concierto tanto en Europa como en América. A partir de 1990, el catálogo del compositor creció considerablemente tanto en composiciones como en grabaciones y reconocimientos. Actualmente la obra de Miguel del Águila supera los cien títulos, abarcando una gran diversidad de géneros y presentándose en diferentes grabaciones de los más reconocidos sellos discográficos a nivel internacional.

El Quinteto No. 2, Op. 46 fue compuesto en 1994 y estrenado el mismo año por la Camerata Bach, en Santa Bárbara. La obra obtuvo el galardón Kennedy Center Friedheim Award, por la excelencia en composición para música de cámara en 1995. La obra está organizada en cuatro movimientos que se relacionan mediante un programa tácito que llevan a la audiencia por cuatro lugares diferentes, como lo harían cuatro movimientos de una obra de teatro. El primer movimiento (Back in Time) tiene un carácter primitivo y ritual; la flauta, acompañada por un canto, interpreta una sencilla melodía modal; a medida que el movimiento avanza se mantiene la simplicidad de la estructura musical y del material melódico. El segundo movimiento (In Heaven) es una relajada, pero delicada danza caribeña; en este movimiento se emplean nuevas técnicas interpretativas y efectos que generan la impresión de un distante ensamble de percusión. El tercer movimiento (Under the Earth) es una oscura y realista descripción musical de la muerte; según el compositor, “El Quinteto es a menudo concebido como un ensamble controlado por los instrumentos agudos con un limitado soporte en los bajos. En este movimiento traté de hacer lo contrario explorando no solamente la profundidad del ensamble sino los extremos de los registros graves de algunos instrumentos”.

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El último movimiento (Far Away) transporta a la audiencia a una concurrida escena en el Medio Oriente. En el movimiento se entrelazan varias unidades entonativas microtonales, maqams, propias de la música árabe, con diferentes solos del oboe; todo esto sobre un ostinato en los bajos que evoca a un didgeridoo australiano. A medida que avanza el movimiento, se desarrolla una compleja textura en donde todo el ensamble lleva al límite sus habilidades técnicas para cerrar la pieza de manera completa.

TIM FAIN, violín (Estados Unidos)WILLIAM RANSOM, piano (Estados Unidos)

Miércoles 8 de mayo de 2013, 7:30 p.m.Biblioteca Luis Ángel Arango, Sala de Conciertos

Reconocido por sus colaboraciones junto a Philip Glass y Leonard Cohen, por ser el intérprete de la banda sonora de la película Black Swan (El cisne negro) y por su proyecto multimedia PORTALS —una plataforma que combina música en vivo y redes sociales—, Tim Fain es hoy en día uno de los grandes nombres de la escena clásica internacional. Intérprete de un violín italiano de 1717 construido por Francesco Gobetti, Fain presentará un repertorio dedicado a compositores estadounidenses del siglo XX, del que se destaca especialmente la Partita para violín solo de Philip Glass, su pieza para solista de mayor envergadura, escrita especialmente para este violinista. El programa incluirá la Suite de El lago de los cisnes en arreglo del intérprete para violín solo.

Tim Fain y William Ransom se presentarán en Manizales el jueves 9 de mayo y en Pereira el viernes 10 de mayo.

Recorridospor la Músicadecámara

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Programade

en elestudios

exterior

www.banrep.gov.co/estudios-exterior

Fecha límite para entrega de documentos: Posgrado en Derecho Económico 10 de mayo de 2013, hasta las 3:00 p.m.Doctorado en Economía 17 de mayo de 2013, hasta las 3:00 p.m.

Doctorado en Economía y en Derecho Económico

Fecha límite para entrega de documentos 3 de mayo de 2013 hasta las 3:00 p.m.

Jóvenes Talentos en Artes Plásticas

Entrega de documentos en Bogotá: calle 16 # 6 - 34 piso 2.Fuera de Bogotá: http://www.banrep.gov.co/el-banco/sc_bc.htm