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PARA ANALIZAR POR DONDE SEGUIR Y ELEGIR EL MODO(COMO REFLEXION A PARTIR DEL ARTICULO DE TEXIER):
Ana Cecilia Dinerstein (*)
Escribir a partir del artículo de Texier implica, en primer
término, que hemos aceptado de buena gana el desafío que supone
discutir acerca de nuevas perspectivas, sobre una base que no
es exactamente de apogeo y esplendor de las ideas socialistas
sino, como todos sabemos, todo lo contrario. En segundo lugar,
significa que estamos dispuestos a hacerlo aplicando el criterio
del antidogmatismo al que Texier se refiere. Y, en tercer lugar,
implica que, justamente por no querer ser dogmáticos y pretender
reconstruir nuestra utopía, no debemos dejar de lado las
especificidades de nuestro continente latinoamericano, porque
quiénes sino nosotros podría explicar ó dar cuenta de estas
particularidades ante los teóricos y políticos de Europa; la
significación de muchas cuestiones implican grandes diferencias
y uno de los aspectos del antidogmatismo es justamente aprender
la realidad tal cual es y dar cuenta de la expresión histórica
de los problemas teóricos. Partiendo entonces de que "lo real no
es inmóvil, dado, acabado...es devenir, y por lo tanto
posibilidad"1, aceptamos la tarea sabiendo que es el inicio de
un arduo y áspero camino.
I - INTRODUCCION
Vivimos épocas de grandes cambios económicos sociales,
políticos e ideológicos; los discursos se vacían cada vez más de
contenido, y la "crisis" que vive nuestra sociedad se vuelve
1 Henri LEFEVRE : El marxismo EUDEBA, 1985, p 55
crónica: es herencia y al mismo tiempo, como un designio,
condiciona las posibilidades de cambio futuro. Lejos de
convertirse en gestadora de lo nuevo, se vuelve el lugar desde
donde se implementan las políticas gubernamentales, y el medio
desde donde se aceptan estas políticas, que aparecen tan ligadas
a la idea de crisis, que aparentan ser las únicas posibles o
probables. Existe así un "malestar" con el que hay que convivir
permanentemente, que dificulta los procesos creativos y, además,
y lo que es peor aún, acrecienta los procesos destructivos.
La crisis de la que hablamos ha afectado también al
pensamiento crítico que, como en el caso de Latinoamérica, ha
llevado a un verdadero retroceso en el debate y a una aceptación
-si bien no siempre a raja tablas, y en gran parte a disgusto ó
por verdadera imposibilidad de respuesta política- del proyecto
neoliberal conservador actual que se implementa en casi todos
estos países, justamente porque lo que se ha puesto en duda es
la utopía que nos convocaba a la crítica y la creatividad, a la
discusión y al debate. Este proceso, como clara expresión de esa
"tendencia de ceder a la cultura dominante" de la que Texier
habla, tuvo y tiene víctimas reales que no son precisamente los
intelectuales sino la clase trabajadora, los desocupados, los
hoy denominados "marginales" o "con las necesidades básicas
insatisfechas".
Uno de los grandes temas entonces, tanto para la práctica
política como para cualquier teorización acerca de ella
(inseparables por cierto), es la cuestión de ese algo nuevo que
debe ser gestado por parte de aquellos que no abandonamos la
posibilidad de mejorar nuestra vida en sociedad, en un contexto
de crisis profunda de ciertos paradigmas que creímos sino
infalibles, al menos fuertes y "contenedores" de nuestras
necesidades como intelectuales y políticos. Es verdad que existe
una relación ineludible entre cualquier intento de elaborar un
proyecto ideológico-político y el contexto real en el que nos
movemos como intelectuales. Pero también lo es el hecho de que
en las épocas de mayor crisis y necesidad han surgido las
grandes propuestas teórico-políticas de la historia de la
humanidad. La realidad siempre ha sido compleja, contradictoria,
multidimensional y caótica, ordenada y recortada por los
analistas, nada más que a efectos de su comprensión.
Posiblemente, hayamos pretendido que ella fuera sencilla a toda
costa, y que también lo fueran los instrumentos utilizados para
su análisis; pero la imposibilidad de lograr una síntesis no es
motivo para no seguir trabajando, sobre todo si advertimos
cierta ventaja en el hecho de hallarnos frente a una realidad
que se nos muestra hoy muy rica en infinidad de posibilidades
que eran impensadas.
Por ello, en primer término debemos aceptar que los hechos
nos han superado en muchos aspectos, y que padecemos de cierta
parálisis teórica temporal. Pero, por otro lado, esto no debiera
hacernos sentir dispersos ni asustarnos, sino enriquecernos,
amén de que cualquier proceso de de-construcción y re-
construcción aparecerá siempre como incierto. Confiamos en que
la inmensa riqueza y heterogeneidad de la vida humana no nos
hará perder de vista los ejes desde donde se produce la
contradicción que sigue siendo la fundamental, como lo es la
contradicción capital-trabajo, ya que "...en la medida en que la
relación salarial siga siendo la relación fundamental que
organiza la vida económica en nuestros países, estamos hablando,
aunque no queramos, al interior del universo teórico descrito
por Marx..."2
Necesitamos del criterio del antidogmatismo que nos propone
Texier "...para asir el sentido y la comprensión del pensamiento
crítico...", y necesitamos que el hecho de enriquecernos con la
multiplicidad y diversidad no implique la renuncia"a la idea
guía, que debemos concebir y poner en marcha, de otro tipo de
racionalidad y nuevas formas de coordinación y de cooperación
para intentar resolver los dramáticos problemas que debemos
afrontar"
Lejos del pragmatismo de poco vuelo que tiñe la ideología
neoliberal conservadora, nuestro antidogmatismo -si evitamos no
abandonar lo que es digno de sostenerse- significará libertad,
creatividad y un manos a la obra obligado, un compromiso.
Los dueños del dogmatismo total deberán ser ahora los que
crean a toda costa en la efectividad del capitalismo y su
democracia tal cual se da en la realidad; los que confíen
fehacientemente en el Kosmos y renieguen del Taxis3 para
perpetuar la injusticia; y la utopía lejana será ahora de los
que crean que simplemente con el "retorno" a las reglas del
2 Atilio BORON : Frustraciones, perplejidades y perspectivas de la izquierda EN Maria J. LUBERTINO BELTRAN (COMP) : EVOLUCION Y CRISIS DE LA IDEOLOGIA DE IZQUIERDA/1,CEAL, Biblioteca política Argentina, vol.317, p.703 Según Von Hayek el Kosmos es el orden espontaneo y el Taxis el orden deliberadamente ordenado y organizado desde arriba.A este último le da una valoración negativa
mercado se puede convivir en paz. Librados de nuestros propios
dogmas, tenemos todo el campo abierto para trabajar, discutir y
capitalizar experiencias, con el límite que impone justamente el
sufrimiento de los marginados, y el marco que nos den nuestros
principios4.
II.-LA UTOPÍA SOCIALISTA Y LA PROBLEMÁTICA LABORAL: EL
TRABAJADOR COMO SUJETO HISTÓRICO:
La cuestión del Socialismo, como bien plantea Texier, ha
devenido muy problemática. Por un lado, el "Socialismo real" nos
deja una herencia difícil de superar. Sus detractores eternos
tienen hoy más de un motivo para aprovechar la caída de los
grandes muros y con ellos de los grandes dogmas y,
simplificando, asociar esto, mecánicamente, a la imposibilidad
general de llevar a la práctica el socialismo. Y tienen éxito en
la reproducción del anticuerpo que siempre estuvo presente en
nuestras sociedades (gracias a las bondades de la socialización
capitalista), ya que utilizan los aparentemente indiscutibles
motivos para descartar toda posibilidad de alternativa al modelo
imperante. La idea de Revolución, totalmente moderna, ha sido
puesta entre paréntesis por la izquierda, y enterrada por la
derecha (¿ó al revés?) mientras paradojalmente el capitalismo
supuestamente triunfante sigue sin solucionar, (e incluso
agudizando) los problemas y las cuestiones básicas de la
convivencia y sobrevivencia humana en el mundo. La visión de
unidireccionalidad del progreso ilimitado, que era planteada
4 Decimos junto a Texier que "debemos hacer política sin dogmas pero no podemos hacer política sin principios"
tanto desde el socialismo como desde el capitalismo se ha
quebrado: la historia parece no ir en aquel único sentido
planteado y el progreso tecnológico logrado no es aprovechado
por las grandes mayorías.
Por otro lado, nuestra realidad (Argentina 1992) muestra
justamente que el protagonista de aquella Revolución está
alejándose paulatinamente y cada vez más, de la posibilidad de
convertirse en fuerza política, ya que desde el poder político
hegemónico se están arbitrando los medios necesarios para
lograr una irreversible redefinición de la correlación de
fuerzas a favor de los capitalistas, en un contexto de crisis de
la organización político-sindical y el deterioro del nivel de
vida de los trabajadores.
Nuestro Sujeto Histórico está averiado, y la problemática
laboral que lo envuelve abarca -además del amplio espectro que
incluye cuestiones objetivas (que remiten al modelo de
acumulación de capital, a la situación estructural de relaciones
de producción concretas actuales, cuestiones institucionales y
regulación estatal, y a la misma relación obrero-patronal al
interior de una empresa)- una dimensión subjetiva5, que refiere
a un sentimiento de derrota y desarme que el ajuste estructural
implica para la clase trabajadora, que está perdiendo sus
beneficios históricos. Este punto parece importante, ya que se
está produciendo una gran debilidad relacional6 que debe ser
5 Subjetividad aquí entendida como interacción de lo psíquico y lo social6 Robert CASTEL : Los desafiliados: precariedad del trabajo y vulnerabilidad relacional EN Revista TOPIA NRO., Bs. As. 1991 pp28-35 Desde la perspectiva sociológica, y sin desestimar la cuestión económica ya que es la causa del fenómeno, Castel llama desafiliación a una forma particular de disociación del vínculo social. Al eje de análisis de integración-no integración con respecto al trabajo, se suma un eje de inserción-no inserción en una "sociabilidad socio-familiar", que implica la ruptura o
entendida como ruptura de los lazos solidarios, más allá de que
junto a ella se den nuevas formas de organización (como lo es el
caso de la creación del Sindicato de Trabajadores Desocupados7
donde esos mecanismos solidarios están agudizados con el objeto
de permanecer como grupo). La precariedad en el trabajo más la
desocupación comportan un fenómeno importante a tener en cuenta.
Cualquier intento de teorizar acerca de las posibilidades de
socialismo o al menos de nuevas formas de solidaridad, deberá
ver todos estos aspectos y, por sobre todas las cosas, no
renegar otra vez de las cuestiones subjetivas, ideológicas y
culturales que hacen a la posibilidad de creer y constituir un
orden alternativo. En la mágica combinación de los dos aspectos
residirá la sabiduría de nuestros planteos8.
III - LA ACCION COLECTIVA Y EL CAMBIO
Nos preguntamos junto a Texier entonces, por qué deberíamos
deshechar la idea de un cambio para mejorar. ¿Por qué "impugnar
la idea de una acción colectiva que (..).pudiera arribar a un
cambio de sociedad" justamente en sociedades como la nuestra
donde las mayorías están mal? ¿Cuál es el camino para re-generar
el espacio común, el espacio de todos, que no necesariamente
inscripción respecto del sistema de relaciones sociales en el seno del cual él reproduce su existencia afectiva y social.7 Ex-trabajadores que se organizan con objetivos básicos de supervivencia; obtienen la solidaridad de otros gremios y de CGT para conseguir descuento en medicamentos, atención medico-sanitaria, etc. Lo importante a destacar es que su razón de ser es no una rama de la producción, sino el "no ser".Lo que tienen en común es que no trabajan, cuestión que se presenta como novedosa, contrarrestandose con lo poco novedoso de su forma de organizarse:" el sindicato. Son trabajadores, por estar en ese Sindicato, y eso hace que su "desocupación" sea temporal. Esto tiene sin ninguna duda, graves repercusiones en cualquier tipo de acción colectiva que sea planteada desde aquí.8 El hincapié en la construcción de una nueva subjetividad para el trabajador se hace con el objeto de llamar la atención acerca de los peligros para una sociedad de la ruptura paulatina de las formas de comunicación y solidaridad, de las que la instancia de los trabajadores es un
caso. La nueva subjetividad que deberá construirse a partir de esta derrota aún no tiene
verdadera expresión política, salvo en algunos casos aislados.
debe ser estatal? ¿Desde dónde construir esa "cultura de la
emancipación" de la que nos habla Texier? ¿Cuáles han de ser las
bases materiales de esa nueva concepción? Y nos preguntamos
también si debemos dejar de lado la posibilidad de que los
trabajadores sean protagonistas del cambio, y qué sucederá
"mientras tanto", mientras la vida misma se deteriora y
desvaloriza día a día...
Un hecho que debemos apuntar es que hoy, la inseguridad y la
incertidumbre aparecen como el medio en el que debemos trabajar,
ya que aparentemente "sobrellevan mejor el desamparo quienes
están aprendiendo a sobrevivir en la inseguridad, el que no
busca desesperadamente olvidarse de su herida, ni de su
sombra"9. Al mismo tiempo, debemos intentar captar, si de los
trabajadores se trata, la profunda crisis del movimiento obrero
y la necesidad de reformulación de una subjetividad que deberá
re-constituirse a partir de otras premisas donde no estará
presente el paternalismo estatal que caracterizó la relación
Estado-movimiento obrero en Latinoamérica. La flexibilización
laboral ha penetrado en las relaciones sociales y en la
conformación de la identidad de la clase obrera de manera
siniestra: queda muy lejos la idea de trabajar para engrandecer
la nación a partir del bienestar del trabajador, la idea de a
más trabajo, más progreso individual y por ende social. La
política de deconstrucción de Welfare (o su similar
latinoamericano) afecta profundamente la organización y
9 Carlos KREIMER (Director de la Revista UNO MISMO): Después del machismo en PAGINA/12 DEL 7.12.91 SUPLEMENTO FUTURO
posibilidad de acción política de los trabajadores. Toda
propuesta alternativa deberá coadyuvar a la reintegración del
trabajador en su capacidad de autogestión y realización y la
restitución de los lazos que permiten la acción colectiva, por
pequeña que esta sea.
La experiencia nos enseñó que no basta la situación objetiva
de la explotación capitalista y la pertenencia a una clase
social, para que los sujetos que las componen se conviertan en
actores de la lucha de clases. La creencia en la dominación
legítima del capitalismo y de las democracias parlamentarias es
una fuerte "trinchera" que puede más, por el momento, que
cualquier injusticia dentro de la cual se pueda vivir. El
statu quo está enraizado en la sociedad de forma tal que la
"política alienada"10 parece ser la forma de funcionamiento
político de estas (pseudo)democracias latinoamericanas.
Deberíamos entonces buscar por cuáles sendas pasa, y de qué
diversas maneras se produce hoy la dominación y la explotación,
y para ello el interesante aparato conceptual gramsciano es un
buen camino inicial, ya que queda bastante claro que cualquier
intento de simplificación nos llevará a un callejón sin salida.
IV - REFLEXION FINAL
Al pensar la idea de Texier acerca de la posibilidad de
constitución de nuevos espacios políticos y del enriquecimiento
de los que ya existen; al pensar que "el mundo del trabajo queda
10 Es un término acuñado por Alan Wolfe que remite a un paralelo entre alienación política y alienación económica. La alienación política refiere a la cesión del poder que se vuelve en contra de los ciudadanos al igual que la aceptación de la extracción del plusvalor en las democracias, que luego no hace otra cosa que beneficiar a los dueños de los medios de producción
sin retornar a la sociedad. Ver Alan WOLFE: Los límites de la legitimidad, Siglo XXI, 1987
siempre amenazado de subalternidad" y "pena por darse un estar-
ahí político sin el cual no tiene un ser para sí sólo podemos
decir que es muy difícil hoy, observando los aspectos políticos
de los planes de ajuste en Latinoamérica, que la clase
trabajadora tenga posibilidades de ampliar el ámbito político y
aportar a un espacio de concertación en el Estado.
La ciudadanía como bisagra que incluye y excluye a la vez,
lo mismo que la igualdad, libertad y fraternidad están puestas
en tela de juicio de un modo fatal en las democracias
latinoamericanas: la inclusión política de grandes sectores
sociales a través del voto es rasgada por la exclusión
socioeconómica de esos sectores semi y totalmente marginados. La
forma de la lucha de clases se ha modificado, pero ésta no ha
muerto: en el subdesarrollo, la corrupción de los altos cargos
dirigentes, la apatía y el desinterés de las capa medias, la
desesperación y la carencia de sentido para la propia vida en
las capas más perjudicadas, conviven en una forma perversa. El
trabajo se deshumaniza, pero no por aplicación de la razón
instrumental y la tecnología que invade el mundo-de-vida como en
los paises desarrollados, sino al contrario, por el atraso, con
mano de obra poco capacitada y extracción casi directa de
plusvalía. Por ello, si bien la reflexión de Texier viene
justo a colaborar con nuestros intentos de seguir la búsqueda,
y que es real que cualquier planteo tiene que, casi
indefectiblemente, capitalizar la realidad -y nos atreveríamos a
decir, jugar delicadamente con ella, para que nos alimente y
conduzca-, la especificidad de las dificultades de nuestros
países nos lleva a actuar con cautela y a no engañarnos. La
"caída del muro del dogma" puede ser utilizada a favor de las
fuerzas progresistas en el sentido de la aceptación de la
diversidad, de la multiplicidad que permite tener más visiones,
más colores, más puntos de convergencia del mundo, mientras
mantengamos claro el marco de la contradicción fundamental y
preservemos al menos dos cuestiones básicas: aquellos
instrumentos de análisis e ideas que creamos válidas, más allá
de las modas, y nuestra pasión por mejorar la sociedad en la que
vivimos sin conformarnos con falsas justificaciones. Es muy
difícil en América Latina" asumir acríticamente el fin de la
historia (...) proclamar la perversión del Estado, renunciar a
formular proyectos colectivos, celebrar el fin de las ideologías
y utopías..."11
A pesar de Alain Touraine - quien plantea que hoy, para
orientar la acción colectiva, de lo que se trata, más que de la
construcción de un mundo prometeico, es de la reafirmación de
cada individuo en su propia individualidad12- lo político, como
instancia colectiva de organización, como lo público en sentido
amplio, es el motor para construir la utopía. En este sentido,
derrotar a la tecnocracia significa derrotar su idea de la
política como arte de lo posible, para oponerle una visión de lo
político que sea, no sólo el arte de hacer posible lo que
actualmente se presenta como imposible: el bienestar de la
mayoría (democracia), sino que sea constitutivo de la vida en
11 María Cristina REIGADAS: Modernidad y posmodernidad - Preguntando desde América Latina EN Posmodernidad? Bs. As. BIBLOS 1988 pp142-145 EN Marta LOPEZ GIL: FILOSOFIA MODERNIDAD POSMODERNIDAD, BIBLOS, 1990, p.8412 Alain TOURAINE : El retorno del actor Bs. As. EUDEBA, 1987,pp.11-13
sociedad: que la lucha/tarea por vivir mejor sea no una
actividad extra sino parte de la vida misma de los integrantes
de la polis.
Aunque no se denominara Socialismo, la posibilidad de
construir un sistema donde se desarrollara la individualidad
social como real emancipación del hombre -que no puede ser
simple y solamente espiritual, moral o intelectual- debe ser
nuestro objetivo político. Podrá hablarse entonces de un nuevo
económico, alternativo al capitalista, con un modo de
socialización diferente, donde la potencia del hombre contribuya
a la potencia social; donde la instancia colectiva de
organización se dé por impulsión de todos los sentimientos y
potencialidades y no por sumisión y falsa delegación del poder.
Pensamos en un hombre con todas sus capacidades y
potencialidades abiertas y en permanente cambio, en una continua
relación dialéctica con los demás y con la naturaleza. Lo social
deberá ser realmente el punto de equilibrio entre lo subjetivo
(en tanto potencialidad individual) y lo objetivo, lo
externalizado que encarna lo social propiamente dicho.
Si la dominación capitalista se basa en el fetichismo de la
mercancía que nos muestra lo estatal como instancia neutral, y a
la relación laboral como un mero contrato entre iguales, y
sabemos que las crisis "desfetichizan" las relaciones sociales,
porque permiten mostrar mejor aún que en épocas de bonanza las
injusticias de la producción y distribución, la tarea de unir
Política con Economía que plantea Texier, que ha sido siempre la
tarea más importante de la izquierda, hoy es crucial. En la
práctica política concreta debemos buscar como desfetichizar,
que acción nos lleva a ello, cuales son los lugares13 donde
debemos poner el acento.
La pregunta que se hace Gorz14 acerca de sobre qué tenemos
realmente necesidad, qué deseamos, qué nos falta para
comunicarnos con los demás para "...llevar una vida más
relajada, y establecer relaciones más fraternales..."15 sigue en
pie; y safar de las nuevas escaseces y carencias que el sistema
nos crea permanentemente sigue siendo difícil. Por eso nos
parecen importantes todas aquellas "nuevas formas de vivir en
comunidad, de consumir, de producir y cooperar...la importancia
de las tecnologías alternativas que permiten hacer más con menos
ampliando la autonomía de los individuos y de las comunidades de
base"16
Creemos junto a Texier que hay que "emancipar el trabajo del
capital (o de toda otra forma de opresión del mundo moderno que
no fuese el capital) porque"... es siempre un objetivo
potencialmente universal..." para lo cual "...sería útil retomar
el concepto gramsciano de hegemonía (...) para definir la
política no como simple relación de fuerza, sino como esfuerzo
hacia un proyecto colectivo portador de universalidad
concreta...". Pero Texier también nos habla de que "para
introducir un proceso de desalienación es necesario...encarar
13 Hablamos de lugares como zonas donde a partir de la práctica social se resalte aspectos del
individuo que no responden a la lógica delirante del consumo y el progreso como motor de la
vida.14 André GORZ : Adiós al proletariado Imago Mundi, Bs. As. 1989 15 idem ant.p. 12716 idem ant p. 130
formas de gestión directas al nivel de las unidades de
producción por oposición a las formas de gestión global" como
formas de desmercantilización parciales; y de la cooperación
como el principio sobre el que debemos apoyarnos, que podría ser
base del proceso de trabajo socialista.
Algo queda claro de su planteo : no debería ser la
izquierda, esta vez, la que defendiera la organización estatal
capitalista, salvo coyunturalmente. Pero sí debería ser la
izquierda la que capitalizara estos procesos de
descentralización impulsados desde el poder conservador para
convertirlas en instancias de real desconcentración del poder
político, sobretodo en América Latina donde grandes "zonas"
geográficas y sociales no pueden entrar ya en la lógica del
mercado capitalista, y son copadas por instancias alternativas
que no superan la relaciones sociales que nos da el capitalismo
(guerrilla estéril, narcotráfico). ------------------------------------------------------------
----* - Lic. en Ciencia Política (UBA)- Docente de Sociología
Política - Carrera de Ciencia Política-Facultad de Ciencias Sociales- UBA