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ÍNDICE GENERAL
PRIMERA PARTE: Marco histórico de España, finales del siglo XIX, princípios del siglo XX
INTRODUCCIÓN .................................................................................................... …..7
CAPÍTULO I. ESPAÑA A FINALES DEL SIGLO XIX .................................... …..8
1. La Restauración ............................................................................................................ 8
2. La II República ........................................................................................................... 10
3. La Guerra Civil ........................................................................................................... 11
CAPÍTULO II. LA IGLESIA EN LA EDAD CONTEMPORANEA ...................... 13
1. El Concilio Vaticano I. Pío IX .................................................................................... 13
2. León XIII .................................................................................................................... 13
3. Pío X y Benedicto XV ................................................................................................ 14
4. Pío XI y Pío XII .......................................................................................................... 14
CAPÍTULO III. ............................................................................................................ 16
1. La Iglesia Católica en España (1875-1931) ................................................................ 16
2. La Iglesia Católica en España (1931-1939) ................................................................ 18
3. La Iglesia Católica en España (1939-1953) ................................................................ 19
4. La espiritualidad y el apostolado (1875-1936) ........................................................... 20
SEGUNDA PARTE: Boceto sicológico y ascético
INTRODUCCIÓN .................................................................................................. …..23
CAPÍTULO I. MARCO BIOGRÁFICO .............................................................. …..24
CAPÍTULO II. LA SICOLOGÍA Y EL ASCETISMO DE D. ANTONIO ....... …..27
CAPÍTULO III. SU ITINERAIO ESPIRITUAL ................................................ …..31
CAPÍTULO IV. LA SANTIDAD SACERDOTAL DE D. ANTONIO .................... 34
1. La santidad sacerdotal según el C. V. II ..................................................................... 34
2. Sacerdote, siempre sacerdote ...................................................................................... 35
3. Un santo de hoy .......................................................................................................... 38
TERCERA PARTE: Un sacerdote que discierne los signos de los tiempos
INTRODUCCIÓN ................................................................................................. …..43
CAPÍTULO I. PRESUPUESTO FUNDAMENTAL .......................................... …..44
1. Discernir los signos de los tiempos ............................................................................ 45
2. Sacerdote y fundador .................................................................................................. 50
3. La fe y la pureza como respuesta ................................................................................ 54
CAPÍTULO II. LA SANTIDAD .................................................................................. 55
1. Analogía de la santidad............................................................................................... 55
2. Sintonía con el Concilio Vaticano II .......................................................................... 56
3. La santidad es para todos ............................................................................................ 57
CAPÍTULO III. SEGUIMIENTO DE CRISTO. ....................................................... 59
2
CUARTA PARTE: D. Antonio, El primero en vivir el carisma.
Hacia una secularidad consagrada
INTRODUCCIÓN ................................................................................................. …..63
CAPÍTULO I. SE PUEDE VIVIR LA CONSAGRACIÓN EN EL MUNDO .. …..65
1. La defensa de la pureza .............................................................................................. 67
2. Estar en el mundo sin ser del mundo .......................................................................... 70
3. Hacia la secularidad consagrada ................................................................................. 72
CAPÍTULO II. “PRO VIDA MATER ECCLESIA” .......................................... …..75
CAPÍTULO III. LA ALIANZA EN JESÚS POR MARÍA ................................. …..77
QUINTA PARTE: Dimensiones del carisma
INTRODUCCIÓN ................................................................................................. …..83
CAPÍTULO I. DIMENSIÓN NEUMATOLÓGICA .......................................... …..85
CAPÍTULO II. DIMENSIÓN CRISTOLÓGICA .............................................. …..89
CAPÍTULO III. DIMENSIÓN MARIOLÓGICA ............................................... …..92
CAPÍTULO IV. DIMENSIÓN ECLESIAL ........................................................ …..95
SEXTA PARTE: Su proyección en la Iglesia
INTRODUCCIÓN ................................................................................................. …..98
CAPÍTULO I. EL CARISMA FUNDACIONAL: PUREZA-VIRGINIDAD .. …..99
1. La virginidad cristiana ................................................................................................ 99
2. El carisma en la Iglesia ............................................................................................. 100
3. El carisma en la Alianza ........................................................................................... 103
CAPÍTULO II. LA PROYECCIÓN DE LA ALIANZA. ........................................ 106
1. Inspriración y ensayo ................................................................................................ 106
2. Un poco de historia ................................................................................................... 107
3. La Alianza es apostolado .......................................................................................... 109
4. La Alianza a la luz de la fe ....................................................................................... 113
3
ABREVIATURAS
Cart. Cartas de D. Antonio.
CF. Correspondencia familiar.
DR. Mi día de retiro o un día con Jesús.
EA. Escritos autógrafos.
G. Getsemaní.
JE, I Jesús del Evangelio, Tomo I.
JE, II. Jesús del Eevangelio, Tomo II.
L. Lilium inter spinas.
MF. Manual de formación aliada.
S. Seminator Casti Consilii.
SF. Sic facite.
Or. Oracional de la Alianza en Jesús por María.
Q. Quiero.
VA. Vocación Aliada.
II. DOCUMENTOS Y BIOGRAFÍAS.
ACG. Actas del Consejo General de la Alianza en Jesús por María.
C. Constituciones del Instituto Secular Alianza en Jesús por María.
OS. Opúsculos “Sembrador”.
Proc. Actas del proceso de Beatificación y Canonización del Siervo de Dios.
III DOCUMENTOS CONCILIARES Y PONTIFICIOS.
AA. Decreto Apostolicam actuositatem.
AG. Decreto Ad Gentes.
AIS. PABLO VI Alocución al primer congreso de Institutos Seculares.
APME. Alocución en el 25º aniversario de la P.M.E.
EC. LEÓN XIII (s.c Episcoporum et Regularium) Decreto Eclesia catholica.
LG. Constitución Lumen Gentium.
PC. Decreto Perfectae Caritatis.
PF. PÍO XII Motu proprio Primo Feliciter.
PME. PÍO XII Constitución Provida Mater Eclesia.
SV. PÍO XII Encíclica Sacra Virginitas.
CV II Concilio Vaticano II.
CDC Código de Derecho Canónico.
4
INTRODUCCIÓN
“La Puerta de la fe (Cf. He 14,27), que introduce en la vida de comunión con Dios y
permite la entrada en su Iglesia, está siempre abierta para nosotros. Se cruza ese
umbral cuando la Palabra de Dios se anuncia y el corazón se deja plasmar por la gracia
que transforma. Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura toda la
vida”1.
De esta manera comienza su S.S. Benedicto XVI la Carta Apostólica Porta Fidei
con la que ha convocado un “Año de la fe”, (11 de Octubre del 2012 hasta 24 de
Noviembre del 2013); junto con el cincuenta aniversario del Concilio Vaticano II, el
aniversario de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica y la celebración del
Sínodo de Obispos para la Nueva Evangelización.
De esta manera he querido comenzar este Trabajo de Memoria con el Titulo de
Espiritualidad y Carisma de un fundador: D. Amundarain.
En estos tiempos que el Señor nos ha concedido vivir, se hace necesario revitalizar
nuestra fe como confianza en la salvación ya obtenida por el Señor Jesús. Jesús nos
invita de nuevo a creer en El (Cf. Jn 4,14). A lo largo de la historia ha habido hombres y
mujeres que han creído, que han tenido un encuentro personal con Jesucristo, que les
ha transformado sus vidas y así han sido presencia de Dios en la sociedad, nos han
recordado, con su forma de vivir, que Dios existe y que estamos salvados. La Iglesia se
ha preocupado de ponérnoslos delante, reconociéndolos como beatos, santos o doctores.
Desde una vida alimentada por la Palabra de Dios, y el Pan de vida, se han
preguntado “¿Qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?” (Jn 6,28).
Entre ellos se encuentra la persona de D. Antonio Amundarain Garmendia,
sacerdote vasco que vivió a caballo entre los siglos XIX y XX. Desde una
espiritualidad recia y escuchando los anhelos y necesidades de tantas personas que se
acercaban a él a través del confesionario y dirección espiritual sintió una llamada
especial a intentar en el siglo una nueva forma de consagración.
Soy consagrada y durante mis años de estudio en el Instituto he ido optando por la
asignatura de vida consagrada, estas razones me ha impulsado a elegir este tema.
Quiero comenzar contextualizando la vida de D. Antonio que nos dará las claves
para entender el por qué de su fundación. Pasar a un rápido recorrido por su biografía,
1 BENEDICTO XVI Carta Apostólica Porta Fidei (Roma 10/10/2011)
5
deteniéndome en D. Antonio sacerdote que intuye una nueva vocación en la Iglesia.
Finalizando cómo desde una experiencia del Espíritu y una vida centrada en Cristo se
puede transmitir a otros el carisma recibido que tiene una repercusión eclesial y social,
siendo un evangelizador de su tiempo siempre fiel a la Iglesia.
El método de trabajo consistirá en un acercamiento a la historia de España y de la
Iglesia, a través de Enciclopedias y Diccionarios; en los siguientes apartados,
juntamente, con datos bien escritos por D. Antonio, bien sobre él, manejaré documentos
pontificios y eclesiales.
Antonio Amundarain Garmendia (1885-1954) fue un cristiano sacerdote que llevó
a sus últimas consecuencias las exigencias del bautismo, y que por eso le vemos hoy
candidato a Santo con el visto bueno de la Congregación para las Causas de los Santos.
Es difícil resumir la rica y recia personalidad de este hombre, humilde sacerdote, a
quien los fieles de las parroquias por las que pasó, y las religiosas que atendió como
capellán, llamaban “don Antonio”, y sus hijas, los miembros del Instituto Secular
“Alianza en Jesús por María”, llaman sencillamente “el Padre”.
6
PRIMERA PARTE
Marco histórico de España.
Final del siglo XIX, principio del siglo XX.
Capítulo I ESPAÑA; FIN DEL SIGLO XIX –XX
1. Restauración reinado de Alfonso XIII (1874-1931)
2. La II República (1931-36)
3. La Guerra Civil (1936-39)
Capítulo II LA IGLESIA EN LA EDAD CONTEMPORÁNEA
1. Pío IX y El Concilio Vaticano I
2. León XIII
3. Pío X y Benedicto XV
4. Pío XI y Pío XII
Capítulo III LA IGLESIA CATÓLICA EN ESPAÑA
1. (1875-1931)
2. (1931-1939)
3. (1939-1953)
4. Espiritualidad y Apostolado (1875-1936)
7
INTRODUCCIÓN
Comienzo este trabajo sobre “La espiritualidad y carisma en un
fundador”; describiendo, muy brevemente, la situación histórica, política,
social y religiosa de España desde final del siglo XIX hasta comienzo del
siglo XX. Época que le tocó vivir a D. Antonio.
Esta contextualización nos ayudará a entender su lenguaje, el modo de
vivir su sacerdocio, la óptica que tuvo de la realidad y la respuesta que dio
a la sociedad de su tiempo.
En el Capítulo II ofreceré unas pinceladas sobre la Iglesia universal a
las puertas del Concilio Vaticano II; los Papas de ese momento y su
influencia en el catolicismo y en la sociedad.
Para terminar con el III Capítulo recogiendo una breve y sencilla
panorámica de cómo vivió la Iglesia esa etapa histórica en España, que
tanto la ha determinado en el momento presente.
8
Capítulo I ESPAÑA; FIN DEL SIGLO XIX –XX
1. Restauración y reinado de Alfonso XIII (1874-1931)
Obra ante todo de Antonio Cánovas del Castillo, político liberal-
conservador cuya idea era crear un régimen de libertad y concordia, un
sistema de poder civil apoyado en partidos políticos, construir un estado
centralizado con una Constitución (abierta) de soberanía compartida con la
Corona y las Cortes; donde la defensa de valores tradicionales como la
familia, la religión y la propiedad fueran compatibles con un cierto
intervencionismo por pare del estado. España quedo pacificada tras la
derrota del Carlismo 1876 y el fin de la guerra colonial. Se restaura la
monarquía con Alfonso XIII.
En segundo lugar la Constitución de 1876 fue incorporando principios
democráticos, además como determinados derechos políticos: el matrimonio
civil, el juicio por jurado y la libertad de cátedra.
En tercer lugar la cultura liberal se implanta, creando un clima de
tolerancia y libertad, reconociendo el catolicismo como religión oficial del
Estado, entregando a la Iglesia el control de la educación.
Esa nueva alianza entre Iglesia y Estado asumiendo los poderes
constituidos del papa León XIII, dio a la Iglesia un gran poder social,
destacando los seis congresos católicos celebrados entre 1889-1902 y la
especial presencia que en la vida pública tuvieron determinados
personalidades de la Iglesia (como los cardenales Cascajares, Sancha o
Monescillo).
Órdenes y congregaciones religiosas, vocaciones, peregrinaciones,
procesiones y otras formas de culto tuvieron un desarrollo espectacular: en
1910 había en España 8.271 eclesiásticos.
9
En 1884 se iniciaron en Madrid las obras para la construcción de una
nueva catedral (La Almudena); en 1888 la de la Sagrada Familia en
Barcelona; en 1897 se terminó la catedral de San Sebastián (Buen Pastor).
En 1886, los jesuitas crearon la Universidad de Deusto. En 1904, el
Seminario pontificio de Comillas (Santander) que pasó, posteriormente a
ser Universidad pontificia. En 1908, el Padre Ayala creó la Asociación
Católica Nacional de Propagandistas; y Pedro Poveda, ya en 1924, la
Institución Teresiana para la educación de la mujer.
En 1910 aparecieron dos discretos periódicos católicos regionales, El
Correo de Andalucía y La Gaceta del Norte. En 1910, Ángel Herrera Oria
lanzó El Debate, un diario católico y moderno.
En 1919, España fue consagrada al Sagrado Corazón.
Pero el balance intelectual del catolicismo fue pobre. La formación de
los eclesiásticos por lo general muy deficiente. Es cierto que en Granada, el
Padre Manjón, promovió las primeras escuelas para la formación
profesional y cristiana. Pese a la admirable labor de las órdenes religiosas
femeninas en hospitales, orfelinatos, asilos y centros asistenciales, la
Iglesia apareció asociada a las clases acomodadas.
Por eso durante la Restauración, fue la cultura liberal, y no la católica,
la cultura dominante en España.
España no quedó al margen de las transformaciones intelectuales,
científicas y artísticas que se produjeron en Europa a finales del s. XIX. La
Iglesia intentó la recatolización del País, pero chocó en todo momento con
el proceso de secularización que esos cambios llevaban. Positivismo y
evolucionismo, neokantismo, empirismo y cientifismo constituyeron el
horizonte último del pensamiento español de la Restauración.
La Santa Sede no quería partidos políticos en España, sino, en todo
10
caso, la integración de los católicos en el régimen restaurado.
En política, el socialismo fue desarrollándose lentamente por iniciativa
de un reducido número de trabajadores por el año 1869. Pero hasta 1910 el
PSOE no tuvo representación en el Parlamento español.
El comportamiento de Alfonso XIII y de su viuda María Cristina
prestigió la Monarquía. Este régimen creó las condiciones para impulsar
un proceso de modernización y desarrollo industrial.
Para centrarnos más en concreto; San Sebastián y Santander se
convirtieron en los centros del veraneo elegante de esa nueva España.
Junto con el avance industrial el movimiento obrero iba adquiriendo
fuerza.
En los años 90, elementos extremistas (anarco-comunistas) optaron
por la violencia terrorista (con bombas en el Liceo de Barcelona y en la
Procesión del Corpus).
En los primeros años del siglo XX prevaleció la oligarquía y el
caciquismo, el resurgir de los nacionalismo catalán y vasco que junto al
cansancio del canovismo dieron lugar a insurrecciones antiespañolas fuera
y dentro de España. Siguió una crisis parlamentaria. A partir de 1919,
España experimentó fuertes niveles de conflictividad social, la monarquía
se debilitó.
En 1923 se produce el golpe militar por el General Primo de
Rivera.
La Dictadura trajo la República y esta la Guerra Civil.
2. La Segunda República (1931-36)
Durante la Segunda República se limitó la influencia de la Iglesia, se
secularizó la vida social y se promovió una educación liberal y laica.
11
Al llegar la República la Iglesia tuvo que pagar numerosos errores
cometidos durante la Monarquía y durante la dictadura de Primo de
Rivera, debido a su estrecha unión con el poder político a veces injusto y
desprestigiado. La Iglesia española, por otra parte, estaba muy atrasada
respecto al progreso civil y eclesiástico con respecto a otros países, aunque
no faltaron nunca ejemplos de buena voluntad.
El anticlericalismo en España tuvo una doble raíz, intelectual y
popular2. El laicismo y el anticlericalismo subieron al poder con la
República. La Iglesia respondió con cierta moderación, si bien no faltaron
excepciones intransigentes. La Santa Sede, recomendó a los sacerdotes,
religiosos y fieles el máximo respeto a los poderes públicos. Por otra parte
se realiza la quema de conventos, expulsiones clericales y una legislación
sectaria.
En la Constitución de 1933 se separa el Estado de la Iglesia, disolución
de la compañía de Jesús, prohibición de la enseñanza a las órdenes
religiosas, libertad de cultos, la introducción del divorcio, la supresión del
presupuesto del clero y la secularización de los cementerios, quema de
conventos y expulsión del Cardenal Segura.
3. La Guerra Civil
El 18 de Julio de 1936 se produce la sublevación militar, España se ve
envuelta en una guerra civil.
La Dictadura de Franco (1939-1975). La victoria de Franco en la
guerra civil conllevó la instauración de un Estado Nuevo, estado fuerte,
caudillaje militar, unidad de España, principios sociales cristianos de la
Iglesia, se apeló a los valores tradicionales y arraigados en la sociedad
2J. CONELLY ULMAN La semana trágica. Estudio sobre las causas económicas del anticlericalismo en España
(Barcelona, Ariel, 1972) Temas 32-43
12
española (catolicismo, familia, orden, trabajo).
• La educación quedó en manos de la Iglesia, la cultura católica
adquirió un papel dominante. Toda la legislación laicista de la II República
fue derogada.
• España celebró oficialmente en 1950 el Año Santo y la declaración del
Dogma de la Asunción de la Virgen. En 1952 Franco presidió, en
Barcelona, El Congreso Eucarístico. En 1954 España fue consagrada al
Inmaculado Corazón de María.
• En 1953, se firma con el Vaticano, un Concordato que regula las
relaciones entre el Estado y la Santa Sede3.
3 J. P. FUSI y J. PALAFOX España: 1808-1996. El Desafío De La Modernidad (Madrid, España Calpe, 1997)
pp153-159.
13
Capítulo II LA IGLESIA EN LA EDAD CONTEMPORÁNEA
1. Pío IX y El Concilio Vaticano.
Desde el Concilio Vaticano I al Concilio Vaticano II la centralización
de la Iglesia fue muy fuerte, tanto que se ha llegado a identificar esta parte
de la historia con la historia del papado.
Pío IX (1846) al iniciar su pontificado transmite un talante moderno y
neoliberal, pero ante los acontecimientos pensó que liberalismo y
anticlericalismo iban de la mano. Lo que le llevó a una defensa
intransigente de los principios cristianos y una condena del liberalismo y
laicismo.
El Concilio Vaticano I (Roma 1869) se celebra con el objetivo de
aclarar la doctrina católica; sobre la fe, la definición de infalibilidad del
Papa, reforzando la unidad y la universalidad.
Aparecen las primeras asociaciones laicales católicas y congresos.
Pío IX intento ejercer una política concordataria con Rusia, España,
Austria, Portugal.4
2. León XIII.
En 1878 fue elegido Papa León XIII que trabajó a favor del
restablecimiento del Estado Pontificio, defendiendo el poder temporal de la
Iglesia; fue árbitro en el campo político, comprometido en la defensa de los
intereses religiosos.
Reconcilió a la Iglesia con la cultura, con él se introdujeron algunas
novedades, pero en algunos puntos fue igual de intransigente que Pío IX
La Iglesia toma verdadera posición en materia social con la Encíclica
4INSTITUTO SUPERIOR DE C.C.R.R. “SAN AGUSTIN” Historia de la Iglesia II (Madrid 1997) pp. 71-81
14
“Rerum Novarum” (1891). En su planteamiento no valora positivamente la
democracia.
3. Pío X y Benedicto XV.
Pío X (1903) elige como lema “Instaurar todas las cosas en Cristo”;
realiza una serie de reformas: -dentro de la Curia romana; - la compilación
del código de derecho canónico, que por desgracia Pio X no pudo verlo,
siendo Benedicto XV quien lo promulgara en 1917; -en la formación
cristiana; -en la práctica sacramental. Mantiene sus reservas con el
sindicalismo y el modernismo.
Benedicto XV (1914) tuvo como primer objetivo condenar la guerra y
su actividad en favor de la paz, intentó frenar los crecientes nacionalismos.
Adaptó medidas para aliviar los daños morales y materiales ocasionados
por la guerra. Impulsó la actividad misionera de la Iglesia frente a los
colonialismos.5
4. Pío XI y Pío XII.
Pío XI (1922) potenció la acción católica, atenuando el laicismo; y las
relaciones concordatarias con los Estados, obteniendo la libertad en el
ejercicio de la religión. Denunció los totalitarismos, continuó la
reestructuración interna de la Iglesia.
Pío XII (1939) intentó impedir la segunda guerra mundial, pero no lo
consiguió. Palió sus consecuencias. Presentó la democracia como un valor,
reforma la liturgia y la concepción de la eclesiología, aprueba los institutos
seculares, condena el comunismo y a algunos teólogos, favoreciendo el
5INSTITUTO SUPERIOR DE C.C.R.R. “SAN AGUSTIN” Historia de la Iglesia II (Madrid 1997) pp. 95-100
15
centralismo.6
En 1959 es elegido Juan XXIII y con él el comienzo de la celebración
del Concilio Vaticano II, pero esta época es posterior a la muerte de D.
Antonio. Aunque supondría una confirmación al carisma de la vida
consagrada en el mundo y una atención especial a la santidad exigida a
todo el pueblo de Dios.
6INSTITUTO SUPERIOR DE C.C.R.R. “SAN AGUSTIN” Historia de la Iglesia II (Madrid 1997)pp.103-109
16
Capítulo III LA IGLESIA CATÓLICA EN ESPAÑA
1. La Iglesia católica en España (1875-1931).
La restauración de la monarquía borbónica en la persona de Alfonso
XIII (1875-85) fue recibida por las masas católicas de la nación con enorme
júbilo y esperanza. Se deseaba que se volviese a poner en concordia el trono
con la Iglesia.7
Ya hemos considerado la importancia de Cánovas para el panorama
religioso español, de entonces.
“Se dará a la Iglesia y a sus miembros toda la protección que se les debe en una
nación como la nuestra eminentemente católica”8.
Aunque hubo voces pidiendo tolerancia, los años del reinado de
Alfonso XIII y los de la regencia de su segunda mujer Mª Cristina (1885-
1902), fueron de paz entre la Iglesia católica y la Corona.
El testimonio público de la fe experimentaba transformaciones, se
innovaban las directrices catequísticas, se potenciaba la prensa
confesional, la enseñanza impartida en los Seminarios. Las congregaciones
y las órdenes religiosas conocieron un gran impulso. El objetivo de los
prelados era la elevación cultural del clero.9
Sin embargo, a pesar del afianzamiento de la obra canovista,
comenzaron a amontonarse en el panorama de Iglesia – Estado, algunas
nubes como: la pujanza del positivismo, del movimiento republicano y las
medidas adoptadas en nuestra vecina Francia, tomadas en materia
religiosa. Todo esto ayudó a colocar, en los años iniciales del siglo XX, en
7J.M. CUENCA TORIBIO El catolicismo español en la Restauración. Historia de la Iglesia en España V
(Madrid BAC 1979) pp. 277-288 8M.ESPADAS BURGOS, Alfonso XII y los orígenes de la Restauración. (Madrid 1973) pp. 123ss
9J.M. CUENCA TORIBIO El catolicismo español en la Restauración p. 290. Véase también AMENOS, J. M., El
fomento de las vocaciones eclesiásticas en España durante la segunda mitad del siglo XIX, en Seminarios. (1955)
17
primer plano al anticlericalismo10
Con el gobierno de Sagasta la bandera anticlerical está más alta si
cabe, especialmente con “La Ley de Asociaciones”.11 La Santa Sede y el
gobierno español lograron un modus vivendi, reconociendo la legalidad de
todas las asociaciones religiosas.12
El apostolado se ejerció dentro de los ámbitos parroquiales. Una
espléndida renovación por parte de jesuitas dominicos y agustinos.
“Nacieron abundantes Institutos religiosos, especialmente consagrados al
testimonio de la caridad. La religiosidad popular se alimentaba de: peregrinaciones,
cultos sacramentales, procesiones, romerías...”13.
Al mismo tiempo convive una trivialización de lo sagrado, bañado por
la superstición y el paganismo y por otra parte un elevado índice de
analfabetismo. El campesinado y el obrerismo estaban más volcados en la
acción revolucionaria.
Hasta la llegada de Canalejas, con Maura, el anticlericalismo
reverdecía una y otra vez, llevando las negociaciones con el Vaticano a un
punto muerto, en ese momento está al frente de la Iglesia Pío X y el joven
Cardenal Merry del Val.14
El pontificado de Pío X fue decisivo en los destinos del catolicismo
español contemporáneo. Nace, a principios del siglo XX, Las Ligas
Católicas, acentuando la presencia del cristiano en la vida pública,
especialmente en la prensa. Canalejas se hace con el poder. Aparece la
famosa “Ley del Candado” (24-XII-1910) por la que se prohibía la
residencia de nuevas órdenes religiosas.
10
,J. CONNELLY ULLMAN A study of anticlericalism in Spain. 1875-1912 (Harvard ,1968) pp 32-43 11
Véase Legislación del PARLAMENTO LARGO 1887 12
José Andrés Gallego realizó en la Universidad de Navarra una tesis sobre La política anticlerical del último gabinete
Sagasta. ofreciendo una visión de conjunto sobre el tema. 13
,J., CARO BAROJA Proporciona abundantes testimonios sobre estas prácticas populares en sus Estudios sobre la vida
tradicional española.(Barcelona, 1968) 14
J.M., JAVIERRE Merry del Val (Barcelona, 1965) pp.403-27
18
Después de este periodo se vive una etapa de paz. Con el breve
pontificado de Benedicto XV, en España, se vive una distensión entre
Iglesia y Estado y la preocupación por la temática social por parte de clero
y fieles.
Con la llegada de la Dictadura de Primo de Rivera, la Iglesia junto con
otros sectores de la sociedad la recibe con ciertas esperanzas, De hecho el
poder político se sirvió de la Iglesia para sus fines. Si que existe:
“Una permanencia de arraigadas costumbres clericales, propensas a servirse de los
recursos del poder, aun en perjuicio de la paz social y del recíproco respeto entre la
Iglesia y el estado”15.
2. La Iglesia católica en España (1931-39).
“Al llegar la República, la Iglesia española tuvo que pagar numerosos errores
cometidos durante la Monarquía, y en concreto durante la Dictadura de Primo de
Rivera, por su estrecha unión con el poder político y por su apoyo incondicional a un
régimen injusto y desprestigiado”16.
Es cierto que la Iglesia estaba muy retrasada respecto al progreso
alcanzado por la sociedad civil y al panorama eclesiástico de otros países.
“Había comenzado a brotar en esos años,..., un clero con gran sentido social,
traducido en obras positivas, que no llegó a dar frutos...había una profunda sima entre
jerarquía y pueblo, que procuraba ahondar en el anticlericalismo. Alejada cada vez más
de las realidades vivas del país, la Iglesia se presentó como una aliada de las clases
burguesas”17.
Este aspecto será el más grave, ya que es el reproche que se le ha
hecho y se le hace a la Iglesia española. Nacen dos tipos de
anticlericalismo: el del campo cultural, atacándola de “enemiga del
progreso”; y el popular atacándola de unirse al “poder económico”. Se
15
M CUENCA TORIBIO,. El catolicismo español en la Restauración .pp. 286-289 16
V. CARCEL ORTIZ, , La Revolución burguesa Cap. III La Primera República pp. 268-274 17
J.M., GIL ROBLES, No fue posible la paz (Barcelona, Planeta, 1978) p.44
19
comprueba durante La Semana Trágica de Barcelona.18
El laicismo y el anticlericalismo subieron al poder con la República.
Con la Dictadura de Primo de Rivera y tras su caída, el rey Alfonso
XIII, por su apoyo a la dictadura, tuvo que retirarse.
A partir de ahí se van desencadenando violaciones contra la Iglesia:
quema de conventos, expulsión de prelados, sustracción de documentos.19
La Guerra Civil (1936-39).
“No cabe la menor duda de que la guerra desde su inicio y durante todo su
desarrollo tuvo un fondo religioso, que desencadenó odios y pasiones en los dos bandos
contendientes”20.
No hay datos que demuestren la colaboración de la Iglesia en el
alzamiento frente a la República, pero si es cierto el clima de atropello
contra los católicos, durante la república. Hubo una persecución brutal, el
tributo de sangre rendido por la Iglesia alcanza cifras impresionantes.
Montero ofrece estadísticas sobre víctimas eclesiásticas y templos y
objetos sagrados destruidos.21
3. La Iglesia católica en España (1939-1953).
Terminada la guerra, la gran tarea era la organización de la paz, que,
debido a la radicalidad del enfrentamiento, se iba a configurar como una
administración de los unos sobre los otros.
La Iglesia iba a desarrollar una autentica pastoral de cristiandad y
la enseñanza, la cultura, la sociedad y la legislación se abrían
generosamente al influjo de la Iglesia. La primera tarea recristianizar
España, volver a los acuerdos con la Santa sede. 18
J., CONNELLY ULLMAN, La Semana trágica. Estudio sobre las causas socio económicas del anticlericalismo en
España. (Barcelona, Ariel, 1972) 19
Gaceta de Madrid, 21 agosto 1931, pp.1367-68 20
V. CARCEL ORTIZ La Guerra Civil (Madrid, BAC, 1979) p 363 21
A. MONTERO MORENO o.o.c., Historia de la persecución religiosa en España 1936-39 (Madrid, BAC, 1991)
pp 33-35.
20
La Iglesia tenía en sus manos todos los recursos imaginables. La
acción pastoral fue intensa, caracterizada por un fuerte patriotismo y
masividad. La Acción Católica, las Misiones Populares, la Revista Ecclesia,
llegaban a todos. Nace el Opus Dei, agrupación laical que aportaba toda
una mística del trabajo y la secularidad.
4. Espiritualidad y apostolado (1875-1936).
Religiosidad y piedad popular.
“Hombres y mujeres generosos y clarividentes lucharon por salvar y mejorar la
religiosidad y piedad populares”22.
Las misiones populares, el culto abundoso, heredado de siglos
anteriores, numerosos catecismos alimentaron la religiosidad del pueblo.
Sin embargo, hubo mucha rutina, mucho vivir de reservas; en conjunto fue,
a pesar de todo, la consecuencia de la fe que hay hoy en España.
Algunas características desde finales siglo XIX al XX:
Doctrinalmente pobre, más bien negativa; preponderantemente,
moralizante, individualista y devocional, activa y práctica, romántica.
Del clero, su espiritualidad y pastoral dependieron de las
circunstancias y formación, instinto de defensa, en política tradicionalista.
Los religiosos pudieron subsistir en medio de grandes
dificultades.
Ya en el siglo XX se van creando las cofradías, las asociaciones
eucarísticas, marianas23, asociaciones de formación y apostolado, Obras de
propaganda, obras catequísticas, obras de enseñanza general y obras
benéficas, por clasificarlas de alguna manera.
En cuanto a la espiritualidad, había santidad; santidad sencilla en
22
J.H. NEWMAN El asentimiento religioso (Barcelona, 1960) p. 78 23
E. LLAMAS Mariología en Diccionario de historia eclesiástica, de España III (Madrid, 1973) pp.1428-25
21
muchos cristianos sinceros y virtuosos, la mayoría mártires y fundadores,
entre muchos aparece el sacerdote vasco Antonio Amundarain Garmendia:
“En 1925 funda D. Antonio Amundarain (+1954) la Pía Unión (luego Instituto
Secular) de la Alianza en Jesús por María que ha agrupado a miles de aliadas por
España y fuera de España, consagradas virginalmente en medio del mundo”24.
Hay un despertar generalizado de los estudios de espiritualidad.
Quiero terminar con esta reflexión de Jiménez Duque que nos invita a
reflexionar sobre la misión de la Iglesia que se mantiene, gracias al
Espíritu Santo, en medio de tempestades originadas por ideologías y
gobiernos:
“La Iglesia no tiene otras armas más que las de proclamar el Evangelio, invitar a
aceptar la fe, y la esperanza y la caridad que ha venido a traernos Jesucristo. Y esto lo
harán sus ministros y sus cristianos a base de sacrificio y cruz...Su fuerza únicamente
está allí. Y, desde luego, esa fuerza sobrehumana y sobrenatural se da en la Iglesia, a
pesar de todos los pesares: debilidad y pobreza de los de dentro y persecuciones
violentas o tamizadas de los de fuera... Y sin embargo, ella sigue haciendo presente en
medio del mundo a Jesucristo”25.
24
B. JIMNEZ DUQUE Espiritualidad y Apostolado Historia de la Iglesia en España (Madrid, BAC, 1981) pp 459 25
Ib pp. 401-59
22
SEGUNDA PARTE
Boceto psicológico y ascético
INTRODUCCIÓN
Capítulo I MARCO BIOGRÁFICO.
Capítulo II LA SICOLOGÍA Y EL ASCETISMO DE
D. ANTONIO.
Capítulo III SU ITINERARIO ESPIRITUAL.
Capítulo IV LA SANTIDAD SACERDOTAL DE
D ANTONIO.
1. La santidad sacerdotal según el C.V.II
2. Sacerdote, siempre sacerdote.
3. Un santo de hoy.
23
INTRODUCCIÓN
En esta segunda parte haré un breve recorrido por la vida de D.
Antonio; consultando Escritos autobiográficos, del mismo, recogidos en
papel a caligrafía manual, me ayudo de otros escritos sobre él en Retazos
de una vida, escrita por un sacerdote amigo de D. Antonio, en Recuerdos y
documentos para una biografía que nunca llegó a publicarse.
Un paseo por su vida, por su familia, los lugares donde vivió, los
destinos que acogió; un acercamiento a sus rasgos personales de carácter,
de cualidades de deseos, van a aportarnos los datos necesarios para
entender la figura de este sacerdote. Siempre desde una espiritualidad
recia, de una determinación y unas certezas que le hicieron no abandonar
nunca el camino emprendido, confiando y dejando que el Señor tuviera la
última palabra, sobrellevando con admirable fortaleza su precaria salud, la
incomprensión y la soledad como fundador.
Resalto su santidad y con la sencillez y la claridad como norma,
trabaja sin detenimiento por la santidad de todos aquellos que encuentra
en su camino.
Su vida está enmarcada en dos etapas: la de sacerdote como coadjutor
y la de sacerdote como fundador. Entre las dos hay un hilo que las une la
Eucaristía vivida como una misa sin ruptura (como él mismo nos confiará)
que comienza en Aranzazú y termina en Madrid a su muerte.
24
Capítulo I MARCO BIOGRÁFICO
«Cada niño que nace trae la noticia de que Dios no anda hastiado de los hombres»
(R. Tagore).
A pocos kilómetros de Tolosa, en el pueblecito de Elduayen
(Guipúzcoa), a unos 30 kilómetros al sur de San Sebastián, en un caserío,
el de Sales, bien alejado del pueblo, nació el niño Antonio el 26 de abril de
1885.
Hijo de Teresa Antonia Garmendia Goicoechea, la tercera esposa que
tuvo Juan Bautista Amundarain. Ya tenía, Juan, cinco hijos; tres del
primer matrimonio quedando uno vivo, José Martín que fue
posteriormente hermano lego franciscano y misionero en Argentina. Los
dos niños del segundo matrimonio murieron al nacer. Con Teresa le
nacieron cinco hijos, muriendo dos al nacer y quedando: Pedro Antonio,
José María y ANTONIO JOSE (nuestro protagonista). El padre, Juan
Bautista vivirá hasta 1912 y Ama Teresa Antonia, que vivirá nada menos
que hasta 1934; José María sobrevivirá a nuestro biografiado.
Lo bautizan al día siguiente de nacer. Fray Francisco Antonio de
Sasiaín, párroco en funciones de Elduayen, levanta acta en el libro 4° de
bautizados:
"En la villa de Elduaien, correspondiente a la provincia de Guipúzcoa, obispado de
Vitoria, a 27 de abril de mil ochocientos ochenta y cinco, yo, el infrascrito /... bauticé
solemnemente a un niño, que nació a las siete de la noche anterior... "
En la pila Bautismal de la Parroquia de Santa Catalina, fue llamado
por Dios hijo mío. Allí recibió el don de la fe, y cerca de su sagrario fue
creciendo y madurando en la misma, hasta grados heroicos.
Dios le regaló una singular educadora, en la persona de su madre,
Teresa Antonia Garmendia, sencilla mujer, de quien su hijo pudo escribir:
25
La fe era su vida, ser y ser cristiana era lo mismo para ella. El niño
Antonio creció en la fe conducido por la fe de su madre.
Desde los ocho años ayudaba como monaguillo. El Caserío de Sales
donde vivía la familia está bien retirado de la Parroquia. Allí maduró
especialmente su vocación sacerdotal.
Sus estudios comienzan en la Preceptoría de Baliarrain, pasando
después como alumno externo al Seminario de Vitoria y obtiene sus
mejores éxitos en los estudios, ya como alumno interno, en Teología, al
final de su carrera. Amundarain destacaba con mucho entre todos por lo
aplicado y por lo serio. Era de fiar. El sabía que Jesús le miraba y amaba y
le llamaba para que le siguiera. Se ordenó sacerdote el 18 de diciembre de
1909 y celebró su primera misa el 21 de diciembre en el Santuario de
Aranzazu, a los pies de la “Virgen del Espino”.
Aparentemente los caminos de D. Antonio son los corrientes. Primero
ecónomo de Baroja (Álava), enseguida Capellán del Asilo Hospital de las
Mercedarias de Zumárraga; luego coadjutor en esta misma población. Un
salto a la capital como coadjutor de la Parroquia de Santa María (San
Sebastián), y luego en San Ignacio. Vuelta a Zumárraga como párroco,
teniendo que renunciar en 1932 por causa de su salud quebrantada, porque
la tónica de su vida fue de celo incontenible de trabajo hasta no poder más;
predicación, catequesis, confesionario (seis horas diarias). Era un buen
catequista, buen músico, compositor de melodías piadosas.
Ejercicios Espirituales a jóvenes, atención a las religiosas de
Zumárraga como Capellán, atención esmerada a quienes padecen
enfermedad… Le agota la entrega al trabajo y su salud se resquebraja. Es
nombrado capellán de las Carmelitas Descalzas de San Sebastián y
atiende al mismo tiempo la Obra (desde el comienzo de esta manera
26
llamará a La Alianza).
Se traslada a Madrid en 1946 y se instala en la Mutual del Clero. En
ese periodo de tiempo hasta su muerte atenderá de una manera directa y
continua a la Obra, después Instituto Secular Alianza en Jesús por María.
Moría un 19 de abril, lunes de Pascua, de 1954, en olor de santidad. Sus
restos descansan en la Casa de Formación que tiene la Alianza en Griñón
(Madrid). Su proceso de canonización se clausuró en Madrid el 19 de abril
de 1986, siendo actualmente Venerable.26
26
Véase: A. AMUNDARAIN Escritos autógrafos con numeración única, contenidos en 7 tomos
I. ALVAREZ SÁNCHEZ Una vida marcada por la fe. Antonio Amundarain (Madrid 1985) 118 páginas.
27
Capítulo II LA SICOLOGÍA Y EL ASCETISMO DE D. ANTONIO
“Lo que se vive es lo que más se ama; porque lo que se vive lo hacemos de alguna manera
nuestro, y lo nuestro lo amamos mucho más que lo ajeno”27.
D. Antonio fue siempre hombre de fe, lo dicen sus muchos escritos;
bien para los miembros de la Alianza, bien para los sacerdotes sus
colaboradores. Escribe como piensa y siente con sencillez y libre de todo
artificio.
Los que le conocen dicen de él:
“Un vasco. Carácter duro y austero; silencioso, observador, no parlero. Con mirada
penetrante, que obliga a ser comedidos en palabras; y sin embargo, aquella bondadosísima
sonrisa, que le caracterizaba y conservó hasta la muerte, era la demostración más viva de la
total posesión de sí mismo y que hacía conocer con toda evidencia que era un alma grande”28.
Desde la niñez y la adolescencia parte una trayectoria rectilínea, en la
que se entrelazan haces de luz e hilos de fidelidad.
“Desde muy niño,…coinciden en destacar la seriedad, el espíritu de sacrificio, la
reciedumbre de voluntad, el fuerte sentido de laboriosidad y de responsabilidad”29.
Comienza desde muy temprano a ponerse en movimiento una
poderosa fuerza de tracción y de arrastre, una firme persuasión de que hay
que ir enraizándose en los mismos sentimientos de Cristo; vocacionado
por antonomasia, para llevar a cabo una preparación y la obra de su misión
redentora. El es y marca la pauta suprema de entrega y de servicio.
“Una nota a destacar desde los comienzos es la uniformidad, sin altibajos ni
quiebras en sus decisiones, ideas, temperamento y emociones…una suma de equilibrio y
de grande libertad de iniciativas y de autonomía”30.
El día treinta de julio, víspera de San Ignacio, gran fiesta patronal en
Guipúzcoa, Antonio daba cabo feliz al bachillerato elemental de entonces
27
A. AMUNDARAIN Seminator Casti Consilii. (1940. XI-XII) p 4 28
A. AMUNDARAIN Lilium inter spinas . (1954. VII-VIII) p 110 29
L. RUANO DE LA IGLESIA .o.c.d. Carisma y Espiritualidad (Madrid, Publicaciones A.J.M2 2002) p 24.
30L. RUANO o.c.d. “Carisma y Espiritualidad (Madrid, A.J.M.
2, 2002) p 24
28
(1901). Durante esos meses de verano hubieron de ultimarse las diligencias
para ingresar en Vitoria como seminarista.
Ordenado, respetuoso y responsable. En lo del estudio tiene mayor
mérito, pues hubo de superar con lentitud y esfuerzo las enormes
distancias que se interponían entre su total ignorancia del castellano y
aquel programa de asignaturas apuntando ya a la gran carrera del
sacerdocio. Dada la configuración de gramática y de sintaxis, seguramente
que le costaba menos el latín. Prueba de su aplicación es el "meritus"
(aprobado) con que daba las pruebas suficientes de conocimientos básicos
en gramática, ciencias y aritmética. Lo importante era abrir puertas en
Vitoria.
“Fue pobre, afectiva y efectivamente, porque no disponía de bienes propios ni de dinero,
salvo lo necesario para sus propias necesidades”31.
La pobreza fue y continuaría siéndolo el patrón más fiel y el más
amable para un sacerdote que se propone vivir la radicalidad del Evangelio
y que va a ser, como en el caso presente, el depositario de un carisma de
perfección evangélica. Todo es una consecuencia.
“Para mí el Siervo de Dios siempre cultivó la virtud de la pobreza, y lo digo porque en una
ocasión, en la que subió el coste de la Mutual, se me manifestó a mí, que era encargada de los
cobros, que no podía pagar esa pensión porque no disponía de medios económicos, rogándome
que le diera otra habitación más corriente. Y así lo hice. Y el Siervo de Dios dejó la habitación
que tenía, que disponía además de un cuarto de aseo y de un despacho, y se pasó a otra que
carecía de estos servicios, en la cual tenía lo estrictamente necesario”32.
Esta pobreza se traducía al exterior en prescindir de todo si hubiera
menester:
“Nunca veía al Siervo de Dios cosa de lujo ni superflua. En una ocasión que vine de paso
por Madrid, y me quise hospedar en la Mutual del Clero, no había ninguna habitación libre,
31
P. SUBIÑAS SALGIBAR Proc . fol. 323 32
Sor I. VIZCARRA OLAECHEA Proc. , fol 1353
29
sino únicamente la del Siervo de Dios, que en aquellos días estaba ausente; pude apreciar todo
esto que digo porque la utilicé yo por la noche”33.
Todo, con la más alegre naturalidad, en absoluta libertad sin
dependencia de valoración de personas y circunstancias, instalado en la
conciencia del deber y de la voluntad de Dios.
Otra virtud a destacar en su persona y por la que le recordaran todos
los que lo trataron fue la humildad:
“El Siervo de Dios era muy humilde…nunca le oí hablar de sí mismo; nunca le vi aferrado
a su propio juicio, sabiendo valorar la opinión de las personas que vivíamos en el mundo, para
tenerlas en cuenta…”34.
Humilde en cuanto a la conciencia que tenía de sí:
“Para mí, el Siervo de Dios practicó la humildad por que jamás le vi vanagloriarse por el
hecho de ser fundador. Se consideraba pecador” 35.
“No sólo no se alababa, sino que con facilidad reconocía sus defectos, y cuando alguna cosa
salía mal, el que tenía la culpa siempre era él, porque se la echaba a sí mismo”36.
Durante la época que le toco vivir esperando la aprobación pontificia
de su Obra los testimonios sobre su humildad nos confirman esta virtud en
él:
“Según las referencias del agente de preces: Don Carlos Calaf; del Padre Larraona; del
Padre Goyeneche; del Padre Gutiérrez; así como de algunos alumnos del Colegio Español de
Roma, el Siervo de Dios dio grandes muestras de paciencia y de humildad, caridad y
conformidad con la voluntad de Dios, hasta el punto de que no se le oyó la más leve queja ni
signo de contrariedad. Observaron en aquel tiempo, sobre todo los del Colegio Español, que el
Siervo de Dios intensificó su vida de oración y de penitencia, y así se explica que ante dicha
actitud el Padre Larraona dijera la siguiente expresión: “de tal hombre tal Obra”, según lo
hemos oído decir al Padre Siervo Goyeneche”37.
Ya siendo sacerdote, destacamos en este texto lo arraigado de su fe:
“Era humano y sobrio al mismo tiempo. Estaba siempre a disposición de cualquiera, sobre
todo si era sacerdote, pero nunca empleaba una palabra de más. Exigente hasta el máximo
33
D. BELTRAN RODRIGUEZ Proc. fol 1246 34
M. PASCUAL LARREINA Proc., fol. 716 35
Sor E. M. Mº BELLVER CORTÉS Proc,. fol. 761-762
36
Mº. GLORIA FRAILE PEDROSA Proc., fol. 437 37
M. MULAS Proc. , fol 1540-1541
30
consigo mismo, trataba de ayudar a los demás a serlo…pero con un gran sentido de
compresión”38.
Esta fe era alimentada por una sólida espiritualidad, que le hacía
mirar a los grandes místicos:
“Gran estudioso de los mejores autores espirituales, conocía a la perfección los escritos del
entonces beato Juan de Ávila, de Santa Teresa de Jesús, de San Juan de la Cruz. Cuando nos
dio durante un año los Retiros mensuales a los sacerdotes del arciprestazgo, nos admiraba con
su conocimiento profundo de los mismos, así como de otros autores modernos y de su vivencia
personal…como todos los hombres de Dios, Don Antonio fue un hombre de virtudes
profundamente vividas. Si tuviera que destacar la que más me llamó la atención en él tendría
que decir que fue su profunda fe y su fortaleza de espíritu. Era como una roca a la que podíamos
asirnos cuando nos sentíamos débiles”39 .
Su frecuente vida de oración y vida eucarística eran una permanente
que le hacía progresar en la virtud y en su unión con Dios:
“Demostró el Siervo de Dios su fe en el ejercicio de la oración mental y vocal; mental, estar
permanentemente presente en Dios; vocal el verle con su breviario casi permanentemente…
devoción muy destacada a la presencia real de Cristo en la Eucaristía”40.
El sentido del sacrificio también lo vivió en grado heroico, según la
Iglesia, y lo plasmó como parte del lema de la Obra:
“El se mortificaba corporalmente y usaba instrumentos para ello” 41.
Sacrificio que se traducía en una exquisitez en el trato con las
personas:
“En él, entre otras virtudes suyas, hubo unas características: su amabilidad, sencillez,
mansedumbre, bondad” 42.
Abramos otro testimonio, donde se resalta la conformidad con la
voluntad de Dios:
“Nunca le vi preocupado ni desalentado y sí le he oído muchas veces, sobre todo durante la
enfermedad, manifestar su conformidad con la voluntad de Dios al decir: “lo que Dios quiera,
cuando Dios quiera y como Dios quiera”43.
38
L. RUANO de la IGLESIA o.c.d. Recuerdos y documentos para una biografía 39
Ib. 40
L. RUANO de la IGLESIA ocd. Proc fol 342-44 y 345 41
Dr. T. MARTÍNEZ ALVAREZ Proc.. fol 159 , 160, 162 42
AMUNDARAIN A. Correspondencia familiar. 1956 nº14, 33
31
Capítulo III SU ITINERARIO ESPIRITUAL
Es el mismo Siervo de Dios quien constata, al final de su vida, el
cambio que sobre todo, en el orden de perfección sacerdotal y vida de
santidad ha experimentado su sacerdocio.
Con su incomparable sencillez habla él mismo de sus primeros deseos
de ser sacerdote, que desde el Sagrario, atribuye a la mirada amorosa del
Señor:
"Ahora, postrado en las mismas gradas de entonces, sin poder disimular el llanto
repito al Señor: Oh, cuantas veces me miraste desde ahí... me escogiste... me amaste... me
llamaste...! ¡Cuán lejos andaba de lo que Tú, Señor, pensabas y querías de mí! Cuando
yo me entretenía con la palmatoria o la campanilla, Tú, Señor cubriendo con el manto
de tu misericordia mis repetidas caídas, me mirabas con cariño... y hasta te recreabas,
no en lo que era al presente y veías en aquel distraído monaguillo, sino mirando en él al
futuro sacerdote"44.
Y añade:
"Vocación tan latente que, si alguna vez pensé en ella debió ser por pura vanidad.
El esfuerzo de la familia y el propio personal nos habían encumbrado a esta sublime
dignidad"45.
A pesar de la sencillez con la que se desenvuelve su ministerio deja en
todas partes la huella de su sacerdocio ejemplar. El secreto está en su
cercanía a Jesús, en su fe, en su amor apasionado a Cristo.
Apuntes de ejercicios:
Ya en 1908 en los Ejercicios espirituales que practica como
preparación para el subdiaconado escribe:
43
Sor. I. VIZCANA OLAECHEA Proc; fol 1340 44
A. AMUNDARAIN L (1948. VIII) p 158 45
A. AMUNDARAIN S. (1954, I-III) p 1
32
"Humildad: en todas las obras buscar la mayor gloria de Dios y no la propia
estimación y honra y a este fin renovaré la intención al principio de cada obra".
En 1912 recién estrenado su sacerdocio, escribe en otros apuntes de
Ejercicios:
"Si soy sacerdote para alabar a Dios en mi nombre y en nombre de los fieles
mediante el rezo divino… si para servirle, estoy dispuesto donde quiera, como quiera y
en lo que quiera”.
Su plan de vida por esas fechas, que lo vemos prácticamente repetido a
lo largo de la vida empieza a las 4,30 de la mañana, y se abre con la
meditación. A las 5,30 en la Iglesia, confesonario, misa, horas... Señala
horas fijas de estudio a la mañana y a la tarde.
Estos textos suyos nos hablan de la autenticidad, de la determinación
y del sacrificio:
“Que tu piedad, tu oración, tus virtudes, lleven el sello de la autenticidad, que es la
sencillez y el ocultamiento. Que tu conducta sea al natural, sin fingimiento, sin disimulo
u orgulloso pregón de tu santidad”46.
Los obstáculos, las incomprensiones y los desagradecimientos nunca le
apartaron de lo que él creía que Dios le pedía:
“Entremos decididamente (…) a vivir y a dar a todos los hombres el verdadero programa
del Maestro y de sus Apóstoles, el programa integral del Evangelio”47.
“Un apostolado sin sangre de sacrificio es una siembra infructuosa y estéril”48, es
el secreto santificador de la entrega y de aquel tomar a pecho a punto
siempre de arranque. Así durante 44 años largos, con espíritu juvenil, en
miles de horas de trabajo anónimo, de confesionario, de predicación, de
catequesis, de conversación amistosa con muchachos, niños, viejos,
enfermos, de viaje, de pluma incansable, de dirección espiritual, de
46
A. AMUNDARAIN Jesús del Evangelio II (Vitoria, A.J.M. 1946) p 196 47
A. AMUNDARAIN S. (1940, V.VI y 1945. IV) p 3 y p 30 48
A. AMUNDARAIN S. (1946. X) p 77
33
“factotum” parroquiales dispuesto a toda improvisación y a tapón de
agujeros.
“La obra no es más que permanencia de su espíritu. El no hizo más que plasmar en la
Obra todo cuanto el Señor le inspiró. Ser y obrar es todo el ser completo. El era así y obro así”49.
San Juan de la Cruz nos describe la personalidad mística de cualquier
fundador:
“Pocas almas llegan a esto- fuego de amor que nace del corazón del espíritu-; más algunas
han llegado, mayormente las de aquellos cuya virtud y espíritu se había de difundir a la
sucesión de sus hijos, dando Dios riqueza y valor a las cabezas en las primicias del espíritu
según la mayor o menor sucesión que habían de tener en su doctrina y espíritu”50.
Volvemos a retomar algunos apuntes de ejercicios que nos siguen
dibujando el cuadro de su itinerario espiritual:
En 1923, le vemos en San Sebastián como coadjutor de Santa María y
de unos Ejercicios Espirituales cuyas meditaciones resumidas escribe,
copiamos:
“Esto debo hacer con mi persona: que desaparezca mi personalidad y no haya aquí
más persona que Jesús y sean suyas las obras”.
En 1945 escribe: "(Alter Christus!) Formar a Cristo perfecto en mi persona... Mi
influencia en las almas depende de la influencia de Jesús en mí... Seré siquiera el eco de
Jesús".
Y en 1946 leemos todo un programa de vida sacerdotal: "El acto supremo
del sacerdote es su doble Misa. El sacrificio del Altar donde la Hostia es Jesús; el
sacrificio de mi sacerdocio… No me basta celebrar la primera me es necesario celebrar
diariamente la segunda".
"Menos yo y más Jesús... Vida interior... recogimiento. Enjesusarme".
Poseía verdadera veneración por la Sagrada Escritura y los Santos
Padres. La castidad era una de las virtudes características y predilecta
del Siervo de Dios; fue el ideal de su Obra y el motor de su apostolado.
49
A. AMUNDARAIN Correspondencia familiar 1956, nº 14, 35 50
J. de la CRUZ Llama de amor viva ( Madrid, B.A.C. 1972, 2,12) p 915
34
Capítulo IV LA SANTIDAD SACERDOTAL DE D. ANTONIO.
1. La santidad sacerdotal según el Concilio Vaticano II.
En el Decreto “Ministerio y vida de los Presbíteros”, comienza el
Concilio estableciendo el punto central santificador de la vida del
sacerdote, y dice:
“Todos los ministerios eclesiásticos y las obras del apostolado, están íntimamente trabados
con la sagrada Eucaristía y a ella se ordenan… por ella, los hombres son invitados y
estimulados a ofrecerse a sí mismos, es la celebración de la Eucaristía el centro de la
congregación de los fieles que preside el presbítero…Enseñen los presbíteros a los fieles a que
sometan sus pecados con corazón contrito a la Iglesia en el sacramento de la penitencia… exciten
también en ellos una oración sincera; que les lleve como de la mano a un espíritu de oración
cada vez más perfecto… E introduzcan a los más fervorosos hacia los consejos evangélicos…”51.
D. Antonio vivió para la Eucaristía; su vida, en palabras suyas, era
una eucaristía unida a la de Cristo y así lo transmitió y enseñó.
“Los presbíteros, en el cumplimiento de su ministerio, imiten el ejemplo de Cristo Nuestro
Señor, cuyo alimento era cumplir la voluntad de Aquel que le envió a completar su obra…”52.
El Concilio exhorta a los sacerdotes a que, usando los medios
oportunos recomendados por la Iglesia, se esfuercen siempre hacia una
mayor santidad… Lo cual no es posible si:
“Los mismos sacerdotes no penetran más íntimamente cada vez por la oración en el
misterio de Cristo…Estando siempre preparados a buscar no su voluntad, sino la voluntad de
quien les envió. Pero como es ministerio sacerdotal es el ministerio de la misma Iglesia, no puede
efectuarse más que en la unión jerárquica de todo el cuerpo…consagren su voluntad propia por
la obediencia al servicio de Dios y sus hermanos, recibiendo con espíritu de fe y cumpliendo los
preceptos y recomendaciones emanados del Sumo Pontífice…gastando y desgastándose de buena
gana en cualquier servicio que se les haya confiado…Finalmente, investiguen prudentemente
nuevos caminos para mayor bien de la Iglesia y propongan confiadamente sus proyectos
51
CONCILIO VATICANO II Decreto Presbyterorum Ordinis nº5 52
CV II P. O nº9
35
dispuestos siempre a acatar el juicio de quienes desempeñan la función principal en el régimen
de la Iglesia de Dios…”53.
Otro aspecto que vivió con radicalidad y que posteriormente fuera el
sello de la Obra fue la virginidad:
“Por la virginidad o celibato consagrados por el Reino de los Cielos, se consagran a Cristo
de una nueva y excelente forma, se unen a Él con un corazón indiviso, sirven más explícitamente
a su Reino y a la obra de la regeneración sobrenatural y así se dedican al ministerio que se les
ha confiado, es decir, de desposar a los fieles con un solo varón y presentarlos a Cristo como una
virgen casta, y con ello evocan el misterioso matrimonio establecido por Dios que ha de
manifestarse plenamente en el futuro”54.
En el siguiente apartado iremos desgranando como todos estos
aspectos, expuestos en este Decreto sobre la santidad sacerdotal se ven
reflejados en la vida de D. Antonio.
2. Sacerdote siempre sacerdote.
Se ordenó sacerdote el 18 de diciembre de 1909 y celebró su primera
misa el 21 de diciembre en el Santuario de Aranzazu.
“Perpetuar el sacerdocio de Cristo. No hay más que un sacerdocio, el mío es
participación del suyo. He ahí mi sacerdocio:
a) Mirar al Padre, su gloria; soy glorificador oficial;
b) a mí mismo, sacrificio, vencerme, vaciarme, no buscarme...
c) santidad de las almas.
Mi fin esencial la gloria de Dios.- Mi fin próximo, vivir mi sacerdocio.
Mi entrega -Generosa- total -incondicional para todo lo que quiera disponer"55.
Estas notas, revelan en él un sacerdote enamorado de su vocación.
La "doble misa" donde él mismo es hostia con Jesús, nos parece que
se inicia con su sacerdocio aquel 21 de diciembre de 1909 en Arantzazu: sí,
allí empieza a levantar y consagrar su propia hostia. Se puede leer entre
53
CV II P.O. nº 9 54
CV II PO nº 9 55
A. AMUNDARAIN Escritos autógrafos del Siervo de Dios tomo LIII,
36
líneas:
"El Señor me apartó de los míos todos y me llevó a aquellas sierras, para lo cual
no faltaron renuncias dolorosas y penas y contrariedades al estilo de Nazaret y Belén"56.
Así vive su oficio sacerdotal celebrando una doble misa, esta idea será
constante y repetitiva en su vida y en sus escritos, a lo largo de sus 44 años
sacerdotales. Lo sabe bien:
"AI levantar en la consagración la Hostia diaria, con ella hemos de consagrar y
levantar nuestra propia hostia, nuestra alma y nuestro cuerpo. Y esta nuestra
consagración supone una como preparación de la hostia que es la vida de inmolación
continua, que es menester vivir de continuo"57.
Esta ofrenda continua es por el pueblo, el sacerdote que intercede y
que a la manera de Cristo ofrece su vida por los demás:
"¡Sufrir por las almas, vencerse por las almas, callar, humillarse, privarse,
abnegarse, mortificarse! ¡Ser pan de Cristo y hostia por las almas!"58
Su ser ya no se entendía fuera del ministerio, su misión, su vocación:
“ Qué bello sacerdocio! ¡Qué divina misión sacerdotal!"59.
D. Antonio quiso rodearse de amigos sacerdotes, a ellos acudía a por
consejo y a por colaboración. Con su pluma nació una revista para
sacerdotes que colaboraban en la Obra “Seminator Casti Consilii” de ahí
extraemos estas ideas sobre el sacerdocio:
“Somos sacerdotes, no por voluntad nuestra, sino por elección divina. Él por amor nos
hace participar de su sacerdocio”60.
Hagamos sólo una selección de textos para adentrarnos en el profundo
significado que tuvo la palabra Fiat en la vida de D. Antonio y que después
transmitiría a sus hijas:
“La voz del verbo en el seno del Padre…es Quiero: su voz en el seno de María Inmaculada,
56
A. AMUNDARAIN Cart. 2025-741 aliada 57
A. AMUNDARAIN S. (1947, IX) p 81 58
A. AMUNDARAIN S. (1947, I) p 2 59
A. AMUNDARAIN S. (1947, IX) p 82 60
A. AMUNDARAIN S. (1940, I-II) p2
37
en el tiempo; dijo entre sollozos en las pajas del portal; escucharon mil veces los viejos muros del
taller y de la casita de Nazaret. Quiero que el pecador se convierta y viva, dirá sudando y
fatigado por los caminos de Galilea; Quiero la voluntad de mi Padre, dirá entre agonías de
muerte en el Huerto Santo…; el perdón para todos, dirá, por fin como grito de amor en las
torturas de su muerte en la cruz”61.
Este Fiat se ve potenciado, sustentado en María, modelo de entrega:
“Por su parte, María, desde que se ofreció incondicionalmente (como) verdadera esclava
del Señor, le acompañará con asombrosa sumisión y fidelidad en toda la carrera de su vida
mortal”62.
En el capítulo anterior hemos hablado de la humildad, del sacrificio y
de su espiritualidad como virtudes en él; en este apartado las trataremos
como condiciones indispensable en su ser sacerdotal y en su ser de
fundador.
Una base necesaria: la humildad. Por una parte, él tenía conciencia
clarísima de que Dios le llamaba para el apostolado de la pureza, y por la
otra, Dios le hacía ver con esa luz su propia incapacidad personal, su
propio vacío, que es una de las condiciones indispensables para que el
Espíritu Santo rebose en un alma.
“De que la humildad es la única tierra de la virginidad. Aquel fiat hablador y sonriente de
la Encarnación, y aquel otro fiat mudo y también sonriente del Calvario”63.
Le acompañó, desde muy pequeño, la cruz propia: su falta de salud. La
otra cruz fueron las dificultades en la Alianza y la incomprensión por parte
de muchos tanto fuera como dentro de la Iglesia.
Pero la santidad personal de Don Antonio se apoyaba en una
aceptación de la voluntad de Dios, unión permanente con Cristo, sostenida
por la oración y sazonada con el sacrificio. Una existencia así vivida era
claramente una ascensión continua al monte de la santidad.
Su espiritualidad es atestiguada por muchos que le trataron:
61
A. AMUNDARAIN JE. I ( Vitoria A.J.M.2 1947) p 238
62 A. AMUNDARAIN L.(1938, III) p 42
63 A. AMUNDARAIN L (1966, III-IV) p 22
38
“Su espiritualidad era inmensa, demostrándolo en que era un hombre de oración. Y la
proyectaba en la elección de sus decisiones, en la vida pastoral”64.
Prolongados e intensos momentos de oración, a imitación de Jesús que
se retiraba para orar:
“El Siervo de Dios dedicaba poco tiempo al sueño, y lo digo porque muchas noches, cuando
nosotras nos retirábamos al descanso, él se quedaba en la Iglesia haciendo oración, y por la
mañana, a las seis ya tenía la luz de su habitación encendida”65.
Como hemos podido comprobar anteriormente, una Eucaristía
celebrada ininterrumpidamente era su alimento:
“Hasta dos días antes de morir, el Siervo de Dios celebraba la santa misa en la sala de
juntas, que estaba junto a su habitación, y hacía la oración mental y vocal cuando ya no salía de
ella”66.
Algunos testimonios de él nos hablan destacando, singularmente la
virtud de la castidad:
“El Siervo de Dios gozaba de fama de hombre casto y enamorado de esta virtud ”67.
“Para mí el Siervo de Dios practicó la virtud de la castidad en grado heroico, porque
siempre le vi muy ejemplar en todo su contenido”68.
3. Un santo de hoy.
D. Antonio, desde una constante apertura al Espíritu, supo entender
y vivir la santidad; así la intuía para las personas, una santidad popular,
una santidad que se puede y se debe vivir en cualquier circunstancia como
María, como José; la lógica consecuencia de ser cristiano.
“El ideal de la santidad no es un fenómeno pretérito ni extraño. Es inquietud de palpitante
actualidad. Los tiempos son así, y las circunstancias nos obligan y empujan. Es tremenda la
alternativa. Ya no quedan términos medios. Decididamente hemos de hacernos santos”69.
En Seminator les habla a los sacerdotes de la santidad:
64
D. BELTRAN RODRIGUEZ Proc. , fol 1226 65
Sor I. VIZCANA OLAECHEA Proc. , fol 1351
66
Ib. Proc. , fol 1357 67
Sor. T. ELCORO IDIGORA Proc. , fol 396-397 68
Mº A. USANDIZAGA MARTÍNEZ Proc. , fol 93 69
A. AMUNDARAIN L. (1952, I-II) p196
39
“Un hombre elegido por especialísima vocación…, señalado y sellado con carácter divino,
(…) debe sin descanso trabajar por ser santo. El Espíritu Santo quiere que el sacerdote sea santo
Todos estamos llamados a la santidad. Seamos instrumentos de Dios; seamos adecuados para el
fin al que somos elegidos. Seremos santos a la medida que nos vaciemos de lo que no lo es”70.
En otra publicación suya para las aliadas de la Obra define cómo él
entiende que debe ser la santidad para todos y está será su constante:
“La santidad sencilla y escondida; la santidad eminentemente (popular), sin distingos; la
santidad llana, sin atavíos que deslumbren o desalienten; santidad que entra fácilmente en el
hogar, en la fábrica, en el taller y en la oficina; que entra en la populosa ciudad, en la aldea
silenciosa y en el solitario cortijo”71.
Sencillez y humildad van de la mano para vivir la santidad:
“Almas sencillas, perdidas en el trajín de la vida, cuya santidad pasó desapercibida hasta
de sí mismas”72.
Sigue escribiendo en Seminator, ahora, acerca de la santidad
sacerdotal:
“Tú eres mi santidad sacerdotal, para eso te hiciste sacerdote humano. La entrega
es el camino seguro de la santidad, como nos lo ha trazado con su ejemplo Cristo. La
santidad depende de la entrega. Quien no se entrega vive para sí, queda en sí, no se
transforma en Dios"73.
Quiero concluir este epígrafe acerca de la santidad sacerdotal de D.
Antonio con un paralelismo que él mismo hace de su vida que va desde la
celebración de su primera misa a la última, ya en la Mutual del Clero
donde se encuentra definitivamente con el Padre.
Su primera misa.
La fecha memorable, de su ordenación, el 18 de diciembre de 1909,
sábado de témporas de adviento, fiesta de la Expectación de Nuestra
Señora, ambientará y enmarcará ya para siempre la ordenación sacerdotal
de don Antonio El obispo que ordenó sacerdote a Antonio Amundarain fue
70
A. AMUNDARAIN S. (1940 I-II) p3 71
A. AMUNDARAIN Manual de Formación. (Vitoria A.J.M. 1944) p 62 72
A. AMUNDARAIN M.F. p 63 73
A. AMUNDARAIN S. (1963, I-III) p 4
40
D. José Cadena y Eleta que, representando a Cristo, fue abrazando y
besando a cada ordenado al terminarse el rito sagrado. Sería el momento
en que Antonio pudo formular solemnemente aquello: "No has de seguir a
Cristo por lo que Él da, sino por lo que Él es; tú, otro Cristo eres en Él".
Su primera misa la celebraba el día del apóstol Santo Tomás, 21 de
diciembre, en el Santuario de Nuestra Señora de Aránzazu. Se dirigió allá
directamente desde Vitoria. Si iba a Elduaien ocasionaría gastos, aunque
modestos, que debería ahorrarles a sus padres. Un notita a su madre era
inevitable: (Celebraré mi primera misa en el santuario de Nuestra Señora
de Aránzazu. Al fin y al cabo es la otra madre que tanto me ha ayudado).
Para (amatxu) bastaba. Se lo decía todo. Ella condimentaba con sabor de
lágrimas el gran sacrificio de no poder estar presente y la acción de gracias
a Dios. También a él le sangraba el corazón. La presencia de la madre en la
primera misa de un sacerdote es la más vistosa patena y el mejor adorno
de su altar. De la familia, el único presente fue el tío Pedro Gabirondo.
Su última misa.
Así desde la primera "doble" misa hasta la última "doble" misa,
justamente la de aquella Semana Santa de 1954, en que a partir del
domingo de Ramos ya "no puede celebrar". Toda la Semana está
"celebrando una larga, su doble última Misa". Vive con intensidad los
misterios de la Pasión del Señor en una entrega constante y amorosa a la
Voluntad de Dios. Sufre, sufre en el cuerpo, apenas puede sostenerse, le
falta la voz, sus movimientos y energías se van perdiendo... "cuesta mucho
ser Padre, para ser Padre hay que sufrir mucho" confiesa con sencillez a
una hija que le visita.
La Semana Santa entera es de oración y recogimiento especial.
"Nunca he vivido una Semana Santa así... Los sacerdotes tienen que vivir
41
la Semana Santa para los fieles...”. El Siervo de Dios vive una serena
entrega a la voluntad de Dios. Y goza al recibir la noticia de que el Señor le
espera ya muy pronto.
"Hoy, Jueves Santo, Jesús Sacerdote, yo sacerdote: mañana El víctima, y yo unido
a Él; luego Sábado de gloria y después Resurrección"74.
Nada más exacto. Aquel pequeño monaguillo que soñaba con ser
sacerdote está llegando a la cumbre. El Sábado Santo es el destinado para
la administración del Viático y la Extremaunción que recibe con fervor
extraordinariamente sencillo descrito por un testigo presencial:
"... solo Dios pudo recoger los momentos más íntimos y más sublimes en su
sencillez." Y añade: "Doy gracias al Señor por este regalo suyo: el encuentro con un
Sacerdote Santo"75.
Está muy cerca la Pascua. Pero ha de pasar todo el domingo de
Resurrección antes del abrazo definitivo con el Señor, que se consuma el 19
de abril, lunes de Pascua.
Conservamos el relato de una aliada, que estuvo presente durante “la
última hora”:
“A las ocho y veinte de la mañana está sentado en su cama, con su gran crucifijo en
las manos. Es la hora de recibir a Jesús Sacramentado. Acabando de comulgar el Siervo
de Dios permanece recogido llevando casi incesantemente a los labios su crucifijo… Son
las nueve de la mañana (…) son los últimos momentos. La vida terrena termina y hace
ya rato que algo no de este mundo se venía percibiendo. Seguidamente se reza la oración
por el triunfo de la pureza. "76.
El Credo de su fe y la oración por el triunfo de la pureza repetida,
coincide con el postrero aliento de su vida.
Ha comenzado la vida nueva, la resurrección para el sacerdote que ha
sabido vivir unido a su Cristo.
74A. M. PEREZ ORMAZABAL O S. II Si el grano de trigo no muere. ( Vitoria A.J.M. 10/8/ 1954) p 38
75 A. M. PEREZ ORMAZABAL O S. II (S, Sebastián A.J.M. 30/10/43) pp 43-45 76
A. M. PEREZ ORMAZABAL O S. II (S, Sebastián A.J.M. 30/10/43) pp 47, 49
42
“Una aceptación plenísima de la voluntad de Dios, que así lo había permitido,
sino una aceptación amorosa y querida de la voluntad del Señor. Y como esto, en sana
ascética, es santidad, en el sentido de que si la santidad es amar a Dios y este amor
consiste en cumplir con su Voluntad”77.
El arco iris de sus virtudes se fundieron en luz blanca. Algunos
testimonios después de su muerte nos hacen un retrato de su santidad y
carisma como sacerdote y fundador:
“La característica de su espiritualidad era una vida interior muy intensa, muy asceta y
austera para consigo mismo; mientras que para los demás era comprensivo y caritativo, y
fomentaba la confianza en la providencia y la misericordia de Dios”78.
77
AMUNDARAIN A. L. (1966, III- IV) p 22 78
P. SUBIÑAS SALGIBAR Proc. , fol 298, 299
43
TERCERA PARTE
Un sacerdote que discierne los signos de los tiempos
INTRODUCCIÓN
Capítulo I PRESUPUESTO FUNDAMENTAL
1. Discernir los signos de los tiempos
2. Sacerdote y fundador
3. La fe y la pureza como respuesta
Capítulo II LA SANTIDAD
1. Analogía de la santidad
2. Sintonía con el Concilio Vaticano II
3. La santidad es para todos
Capítulo III SEGUIMIENTO DE CRISTO
44
INTRODUCCIÓN.
“La Providencia, que todo lo dispone con admirable orden, pensó desde la
eternidad el lugar que cada uno de nosotros habíamos de ocupar en el mundo, poniendo
a nuestra disposición con tal fin, las gracias, y las cualidades necesarias”79.
En esta tercera parte, nos vamos a adentrar en la nota específica de
todo fundador: por una parte en la gracia y el don concedido por el Espíritu
que le posibilita descubrir a Dios y su voluntad, y por otra las necesidades
que reclama la realidad.
Un don que el Espíritu concede a quienes viven en permanente
presencia de Dios y por ello tienen la capacidad de escuchar y discernir lo
que viene del espíritu y lo que no es del espíritu y por tanto aleja de Dios.
Su vida de sacerdote, los lugares donde ha tenido que ejercer la labor
de pastor, el momento histórico social, su sensibilidad hacia la niñez,
juventud, su contacto con la vida religiosa; le llevan a preguntarse por qué
no vivir en el mundo una consagración y para ello como escudo, como
protección la virginidad y una gran pureza de vida. Ayudados por sus
abundantes textos escritos de primera mano, iremos avanzando desde sus
primeras inquietudes hasta hacerlo vida.
Se conservan muchos de sus escritos, guardados por sus hijas, pocas
veces imprimidos. En ellos D. Antonio parece repetitivo en sus
formulaciones, por ello algunas citas de él nos pueden parecer iguales, pero
no es así. Su estilo viene determinado por la incidencia continua que hace
de lo que él ve y piensa.
79
A. AMUNDARAIN Vocación aliada (Vitoria, A.J.M. 1948) p 7
45
Capítulo I PRESUPUESTO FUNDAMENTAL
1. Discernir los signos de los tiempos.
“Las circunstancias son especialmente acuciadoras. Basta ser simplemente
cristiano y mirar el cuadro de la actualidad a través del prisma de la fe, para sentirse
ardorosamente apóstol y sembrador de la doctrina de Cristo”80.
A lo largo de la historia de la humanidad y de la Iglesia, han existido
hombres y mujeres cuyas vidas, fundamentadas en una fuerte experiencia
espiritual, han sentido la necesidad de evangelizar y dar respuesta al
hombre, en su momento histórico. D. Antonio lo expresa de esta manera:
“En el mundo se ha producido un vacío de espíritu, y ese vacío necesariamente tiene
que llenarse con algo. Hemos llegado a un extremo en que, fracasado todo lo demás, no
queda sino esta terrible alternativa: o un ateísmo brutal, materialista; o un cristianismo
con todo su espiritualismo proyectado en la sociedad a través de una vida más pura,
más alta, y más cerca a Dios”81.
Antes como ahora, se percibía un desentendimiento de lo divino, un
querer apartar a Dios de la vida del hombre y del ambiente. Hay que
ponerse a trabajar:
“No descuidemos nuestra misión en una época en que más se precisa y
urgentemente se nos pide”82.
El Magisterio de la Iglesia, en el Concilio Vaticano II en su
Constitución “Gaudium et Spes” nos habla de la importancia de discernir
los signos de los tiempos:
“Para cumplir esta misión (de Cristo) es deber permanente de la Iglesia escrutar a
fondo los signos de la época- “signa temporum”- e interpretarlos a la luz del
Evangelio, de forma que, acomodándose a cada generación, pueda la Iglesia responder a
los perennes interrogantes de la humanidad sobre el sentido de la vida presente y de la
80
A. AMUNDARAIN Seminator Casti Consilii. (Publicación periódica para la Alianza 1950, III) p 18 81
A. AMUNDARAIN Lilium inter espinas. (Publicación periódica para la Alianza 1952 III-IV) p 225 82
A. AMUNDARAIN S. (1949 VI) p 39
46
vida futura y sobre la mutua relación de ambas. Es necesario por ello conocer y
comprender el mundo en que vivimos, sus esperanzas, sus aspiraciones y el sesgo
dramático que con frecuencia nos caracteriza”83.
Mirando ese “sesgo dramático” D. Antonio intenta responder:
«Creo que el primer pensamiento- y pensamiento central y fundamento de lo demás
fue éste: Con extrañeza, ¿por qué no se intentaba la santidad virginal en medio del
mundo? Este pensamiento data del año 23 aproximadamente, cuando yo había perdido
ya la cuenta de las muchas almas que había dirigido al claustro.”
D. Antonio ha dirigido espiritualmente a bastantes personas para la
vida religiosa, ha tenido que escuchar los deseos y dificultades ante una
vocación, una llamada a la vida consagrada pero que tal vez, por
circunstancias no se podía realizar en comunidad. Pero el temor ante esta
novedad que se encontraba y su conciencia humilde le hacía interrogarse,
cómo nadie había caído en ello:
“Tal vez esa abundancia de vocaciones o direcciones hacia la santidad religiosa
claustral motivó el susodicho pensamiento, extrañándome muchísimo que en tantos
siglos de vida cristiana y entre tantos y tan calificados hombres nadie haya pensado esto
que a mí incesantemente me atormentaba... y cuando aún tenía yo camino al claustro
una buena y escogida porción de almas, decidí intentarlo, no sin creer ser una temeridad
hacer yo lo que en tantos siglos no habían hecho otros más aventajados”84.
Su fin animar a la santidad, el impedimento la fuerza contraria en la
sociedad, su medio una gran pureza para descubrir a Dios:
“Llevar a estas almas a la santidad sin llevarlas al claustro… Y como éstas dejan
de ser fervorosas y firmes en la vida espiritual cuando se dan a la sensualidad o
impureza, el camino había de ser necesariamente una gran pureza en una ciudad
corrompida, que cabalmente necesitaba ejemplos y modelos de pureza virginal, como
vienen siendo éstas que yo tenía al abrigo de la Virgen del Coro. Pero esto exigía
muchísima mortificación, un gran vencimiento, vida de retiro y de huída del mundo”85.
83
CONCILIO VATICANO II Constitución Gaudium et Spes. 4 84
A. AMUNDARAIN Actas del proceso de beatificación y canonización del siervo de dios. Dat.1948.Proc: 2437-39 85
Ib.
47
Así de sencillo, como el pequeño grano de mostaza escondido en la
tierra, así se esconde en el corazón sacerdotal de D. Antonio, un anhelo,
que va madurando y que se hace visible la víspera del 2 de febrero de 1925
¿Pero qué es lo que ve? Ve que falta espíritu, y se pierde la conciencia
del bien y del mal, para remediarlo propone una vida de oración y unión
con Dios.
“Perdemos inconscientemente la sensibilidad del mal, sobre todo si no procuramos
afirmar y espiritualizar este contacto con los hombres por medio de la oración y de la
unión constante con Dios”86.
En los siguientes textos va describiendo, con el lenguaje propio de su
época, el ambiente en el que vive, motivo fundamental para llegar al
carisma:
“Las palabras “Pecador, pecado… impiedad, maldad”… resuenan en nuestros
oídos casi como otra palabra cualquiera inofensiva. Tan hechos están el oído, la mente,
el corazón, que nuestra conciencia los pasa desapercibidos, quedándose como dormida
en una engañosa tranquilidad”87.
La conciencia se ha adecuado se ha domesticado en el mal, andamos
entre la mentira, la envidia, el interés propio; hemos hecho de estos
comportamientos lo más natural.
“Como no tenemos conciencia clara de la verdad, no aprobamos todo cuanto
hacemos, pero lo hacemos porque nos esclaviza la fuerza del ambiente”88.
El hombre vive en el trajín y en la prisa no hay tiempo para parase,
para pensar, para entrar dentro de uno mismo.
“El afán de gozar hace corto el tiempo. Se vive deprisa, y este ritmo tan precipitado
nos alcanza también a nosotros, sin poder dar reposo ni paz a nuestro espíritu”89.
86
A. AMUNDARAIN S. (1949, III) p 14 87
A. AMUNDARAIN S. (1949, III) p 14 88
A. AMUNDARAIN S. (1952, III-XII) p 1 89
Ib.
48
Con la experiencia que le da el contacto frecuente con las gentes
guipuzcoanas tanto dentro como fuera de los templos, D. Antonio va
detallando como se encuentran las personas y su necesidad apremiante de
Dios:
“No hay sosiego ni en las resoluciones ni en las obras. No hay paciencia para
esperar ni calma para obrar. Los estudiosos, no se contentan con una sola carrera, y los
genios se agotan y se gastan prematuramente. Lo mismo le pasa al artista, al
comerciante y al mismo obrero, y, claro, la Iglesia se siente obligada a seguir el mismo
ritmo que siguen los demás”90.
Hasta los creyentes que intentan vivir coherentemente desde su fe,
encuentran en el ambiente dificultades fuertes para mantenerse:
“La vida presente, es triste y angustiosa. El ánimo más esforzado llega a sentir
flaquezas y desalientos ante la lucha y oposición, en medio de las cuales ha de vivir
necesariamente. Habrá de ir a buscar fortaleza en el Señor si quiere permanecer fiel a su
vocación cristiana”91.
Pero, como S. Pablo nos exhorta que donde abundó el pecado
sobreabundó la gracia; toda dificultad puede ser un impulso para el
crecimiento:
“Los grandes males requieren grandes remedios, y la Providencia los ha prevenido
con oportunidad admirable: Si pocas veces estuvo tan mal el mundo, pocas también
hubo hombres de tan extraordinaria capacidad y virtud y santidad como los que
actualmente rigen los destinos de la Iglesia”92.
Hay sed de Dios, y sólo esa sed puede saciarse si acudimos a Él.
“La sociedad confiesa cada vez más abiertamente su sed de Dios, la necesidad de ir
a Dios y de buscar en su amor el remedio para nuestros males”93.
El mundo, en sentido de alejamiento de Dios, produce insatisfacción.
“Las cosas del mundo no sirven más que para avivar la sed, y no para quitarla”94.
90
A. AMUNDARAIN S. (1947, X) p 90 91
Cf. A. AMUNDARAIN A. J E. II, (Vitoria A.J.M. 1946) p 154 92
A. AMUNDARAIN L. (1952 I-II) p 194 93
A. AMUNDARAIN L. (1952, III- IV) p 227 94
A. AMUNDARAIN J. E. I, p 147
49
Ante este panorama de increencia D. Antonio propone una entrega al
Señor como forma de reparación:
“Seamos optimistas. Frente a un mundo de prevaricaciones se levanta hoy- en
expresión de Pío XII- otro mundo de expiación y de reparación…hay crímenes que
provocan la ira de Dios; pero también hay sacrificios, heroísmos, amores, que conmueven
las entrañas de misericordia y de amor de Dios”95.
Ver la realidad con los ojos de Dios, a la luz de la fe, bajo la inspiración
del Espíritu:
“Luz divina es esa con que ves lo que el ojo humano no es capaz de ver; el don del
Espíritu Santo se comunica a las almas con maravillosa profusión en estos tiempos de
tanta oscuridad y confusión en que vivimos. No dejará de tener su buen campo el
ejercicio de la fe, pues en Dios existen abismos insondables, que sólo la luz de la fe
pueden confirmarlos. Claro, cuanto más el alma va entrando en el conocimiento de Dios,
mejor se ve”96.
Pero al mismo tiempo, como en todo fundador vocacionado, percibe su
realidad de hombre pecador, su pequeñez ante esta misión a la que se ve
abocado:
“Y luego ves tu nada; es la misma luz con que ves lo grande de Dios, lo que te hace
ver la pequeñez y nada de tu ser. De ahí nacen los fundamentos de la verdadera
humildad; con dos miradas ves todo, y eso te pone en la verdad, y en esa verdad debemos
andar siempre. “Conózcate a Ti, Señor, y conózcame a mí” decía San Agustín, ahí está
todo. ”97.
El tiene clara conciencia de que hay que actuar con prudencia,
despacio, viviendo y esperando el tiempo de Dios:
“Por eso en la manifestación de la voluntad de Dios en sus inspiraciones y mociones
internas, hay que tener y obrar con mucha prudencia. Quiere Dios que obremos con
naturalidad y sin forcejeos; como dices muy bien, lo que sale al paso sin ir a buscarlo”98.
95
A. AMUNDARAIN S. (1950, V) p 36 96
A. AMUNDARAIN O S Rumbo a Dios. (S, Sebastián A.J.M. 30/10/43) p 1 97
Ib 98
A. AMUNDARAIN O.S Rumbo a Dios (S. Sebastián A.J.M. 21/2/44) p 8
50
En muchas ocasiones, las circunstancias, parecen: no darle la razón,
que no son las que más ayudan a la hora de vivir la Voluntad divina, que
no responden a nuestras expectativas; es entonces cuando tenemos que ser
fieles a lo que hemos visto en la luz:
“Ya ves que tienes pruebas de que es el Señor el que anda por todo esto y Él quiere
que te santifiques por los caminos que se te indican y señalan. Aprovecha esas horas de
luz. Lo visto en aquellos momentos mantiene tu vida, y allí se confirma la fe, la
esperanza (confianza) y el amor. Y ahora más cuando ya la Iglesia ha dado su rotunda
afirmación en favor de las almas que siguen en el siglo la vida de la perfección
evangélica. Esto nos confirma la verdad de la Alianza”99.
2. Sacerdote y fundador.
“Amar, amar a Jesús, amarle más y más y hacer que otros le amen, que le ame el
mundo entero…y en esa obra gastar mi vida toda”100.
En una visita a su pueblo natal, a sus sesenta y tres años de edad, D.
Antonio permanece fiel a la primera llamada y medita el paso del Señor
por su vida. Está clara la llamada, la elección amorosa del Señor, aún
cuando se enmarque en el plano sencillo y corriente de tantas y tantas
vocaciones sacerdotales. Y está clara la singular estima que el Siervo de
Dios tuvo siempre de su sacerdocio. No parece que "por vanidad" se siga
adelante en un empeño que comienza con obstáculos muy serios. Las
primeras dificultades económicas.
La segunda dificultad el idioma: no es fácil que “por vanidad" se pase
los tres años de Preceptoría en Baliarrain bajo la dirección del celoso D.
Luis Antonio Sarasola, salvando la no pequeña dificultad del aprendizaje
simultáneo del castellano y el latín.
Otra dificultad los estudios: no parece tampoco propicio el ambiente
99
A. AMUNDARAIN O.S Rumbo a Dios (Madrid A.J.M. 7/7/47) p 35 100
A. AMUNDARAIN Cart. 2171/886, 28-XII-1925 aliada
51
que le toca vivir la mayor parte de sus años de Seminario en Vitoria. Por
entonces la vida de interno en el Seminario se reducía a los dos últimos
años de carrera. Y entretanto, según el testimonio del propio Siervo de
Dios, el cultivo de la vocación sacerdotal no era precisamente muy
cuidadoso. Por último se sumarian las incomprensiones.
Desde el principio de su sacerdocio siente una inquietud concreta, una
predilección, como él llama a su inspiración de Fundador, que comenzó
como un deseo de encaminar a las personas “no sólo a la salvación, sino a las
alturas de la santidad”101.
Mucho antes de que el Concilio Vaticano II hablase de la vocación
universal a la santidad, D. Antonio trabajó y orientó por esos caminos a
quienes se ponían a su alcance. Y su labor en la catequesis, con las
catequistas, en el confesionario, empuja, exige. Y va a traducirse (jamás él
lo hubiera soñado en su humildad) en un Instituto Secular que vive
calladamente una veintena de años, antes de que la “Próvida Mater
Ecclesia” dé carta de naturaleza a esta forma de vida.
El tiene clara identidad de su ser sacerdotal y de su misión, de poner a
disposición los dones y gracias recibidas, tanto como sacerdote como de
fundador, de llevar las almas a la santidad:
“Nuestro carácter, nuestra carrera, nuestra dignidad, nuestra vocación, nuestra
vida y hasta nuestra santidad, son para beneficio de las almas”102.
Es sacerdote por pura gracia de Dios y tuvo durante toda su vida la
certeza de haber sido llamado y que a ello tenía que responder:
"Dios concede su espíritu y distribuye sus dones a la medida de sus designios.
Todos tenemos una vocación"103.
101
Cf. A. AMUNDARAIN L, (1948, VIII) pp 158-159 102
A. AMUNDARAIN S. (1940 III-IV) p2 103
A. AMUNDARAIN S. (1947, X) p 90
52
En su faceta de sacerdote y fundador, con sus mismas palabras, vuelve
a repetir como encuentra este mundo y como de esta mirada nace en él una
necesidad imperiosa de orar y de mirar a María en el misterio de su
Concepción:
"Hoy los hombres se creen ya demasiado civilizados como para admitir a un dios
falso, pero no para creer en el Dios verdadero. Por eso la inmensa mayoría prescinde de
Él. Frustrados todos los demás medios, sólo queda, y es el más eficaz, el remedio del
retorno a Dios su salvador. Frente a este paganismo, he aquí que se aparece de nuevo la
Virgen Santísima Inmaculada, radiante de hermosura"104.
Los carismas tienen sus sueños y sus profecías, desde que en junio de
1919 D. Antonio puso el pie en San Sebastián, justo al comienzo de la
estación veraniega, vivió la tremenda paradoja de almas paganizadas que
de espaldas a sus aspiraciones legítimas, a su fe y a los compromisos
cristianos, vivían una vida sin Dios. Así lo refleja él en sus escritos
autobiográficos:
“¡Es terrible este invierno de almas! Con los calores del verano se enfrían por
dentro porque se alejan de su vida de oración, de piedad y no frecuentan los
sacramentos”105.
Seis horas de confesionario al día le proporcionaron el mejor de los
ficheros y buen almacén de datos y radiografías de conciencias. El espectro
de situaciones es amplísimo. Se las proveían las playas, las salas de juego y
de diversión, el anonimato de unas gentes que buscaban precisamente
aquel ambiente de confusión para disimular el vicio sin mirar al dinero y
sin pudor social. En aquella «Babilonia» como él la nombra se rompían los
moldes de cualquier convencionalismo, incluso para personas que en sus
lugares de procedencia cuidaban más de sus apariencias morales y
religiosas. El relajamiento y el descoco imperaban en aquel ambiente
104
A. AMUNDARAIN S. (1947, X) p 90 105
A. AMUNDARAIN Escritos autógrafos (Archivo de la causa, Madrid, A.J.M.)
53
pagano y hacían estragos, a veces irreparables, en no pocas jóvenes.
El confesionario era su laboratorio principal. Aquí es donde el celoso
coadjutor de Santa María practicaba su callada artesanía de ensayo.
Numerosas jovencitas que iban entrando en el círculo magnético de su
simpatía y de ese confesionario se percataron, desde que comenzaron a
dirigirse con él, hacia donde apuntaba. Se lo recordaban las repetidas
alusiones al mismo tema preocupante en la predicación. Contagiaba ansias
de colaborar y hacer algo por aquel ideal de pureza.
D. Antonio sigue sencillamente la exigencia de Dios. Cuando el dos de
febrero de 1947 el entonces papa Pío XII firma la Constitución “Próvida
Mater Ecclesia” D. Antonio salta de alegría, como también lo hará más
tarde cuando el 2 de febrero de 1950 la Alianza en Jesús por María fue
admitida por la Santa Sede entre los Institutos Seculares. Poco le falta que
hacer. Su vida sacerdotal gastada al máximo. Su obra está en manos de la
Iglesia.
Quiero destacar, dos notas importantes, que se dieron en él como
fundador y que comprobamos en la vida de tantos y tantas fundadoras: la
convicción de ser Padre y las incomprensiones que conlleva esta misión:
“Y tuvo que beber, del Cáliz de los sinsabores, sea por las críticas y duras
impugnaciones que le atrajo su proceder, sea por la dolorosa disconformidad con el
genuino espíritu de la Alianza produjo en algunos de sus miembros”106.
Unido al dolor, experimento, también el consuelo de tantos sacerdotes
como le ayudaron, del apoyo de Obispos, y del reconocimiento de la Obra a
nivel pontificio:
“Que le ofrecieran su colaboración y se sumaran a ese movimiento sacerdotal que
tanto ha contribuido a la difusión de la Alianza. El que Pastores de la Iglesia acogiesen
tan benevolente la Obra. El que su campaña por el triunfo de la pureza se extendiese
106
A.M PEREZ ORMAZABAL O S Así era el Padre (Vitoria, 1954) p 50
54
cada vez más y la oración por él. Y la oportunísima erección de la Obra en el Instituto
Secular”107.
3. Fe y Pureza, como respuesta.
“Gran parte del mundo cristiano vive ignorando quien es Aquel que en el fondo de
los sagrarios, en los mismos corazones, mendiga amor. Sólo los limpios de corazón son
capaces de ver a Dios, porque sólo ellos poseen el don que ilustra, acerca y une”108.
Frente a este rechazo y negación de Dios, D. Antonio se detiene en
María Inmaculada, es María quien da la respuesta a sus inquietudes:
“De nuevo estamos ahora frente a frente del paganismo. Pues bien, frente a ese
paganismo, he aquí que se aparece de nuevo la Virgen Santísima Inmaculada, radiante
de hermosura”109.
Reflexiona, estudia y ora cómo se ha podido llegar a esta situación:
“El paganismo primitivo vivía completamente de espaldas a Dios; sin embargo, no
negaba la divinidad Hoy tenemos frente a nosotros un paganismo “sin Dios” 110.
La falta de fe, la senda ancha del propio placer, el egoísmo que
ensucia:
“La falta de fe es también hoy el gran pecado de los creyentes”111.
“Hoy el camino “ancho” en el mundo es el de la lujuria. El camino contrario el
“estrecho” y espinoso deberá ser el de la pureza”112.
“El mundo no ve a Dios, no le conoce. Es que el mundo no está limpio”113.
Es entonces cuando formula la dicotomía –pureza, los limpios de
corazón, frente a la -impureza o incapacidad de ver a Dios. Insiste es
necesaria una gran fe y pureza para poder vivir vida de Dios.
107
A.M. PEREZ ORMAZABAL O S Así era el Padre (Vitoria, 1954) p 51 108
A. AMUNDARAIN Mi día de Retiro (Vitoria A.J.M. 1937) pp 295-296 109
A. AMUNDARAIN L. (1943, VIII-IX) p 136 110
A. AMUNDARAIN L. (1943, VIII-IX9 p 135 111
A. AMUNDARAIN Mi día de retiro o un día con Jesús (Vitoria 1937). p 173 112
A. AMUNDARAIN Manual de formación aliada (Vitoria 1944) p 67 113
A. AMUNDARAIN J. E II, pp 135-136
55
Capítulo II LA SANTIDAD
1. Analogía de la santidad.
“La santidad-escribe el Siervo de Dios- o perfección sobrenatural consiste
esencialmente en la perfección de la caridad. Porque la caridad es la unión del alma con
Dios, que es su fin. El grado de caridad para llegar a la perfección no depende más que
de la libre voluntad de Dios: Es el Espíritu Santo, según Santo Tomás el que lo
distribuye según su voluntad”114.
La santidad es una realidad que se aplica a Dios y a los hombres. Estamos
ante realidades distintas aunque relacionadas. Cuando se habla de Dios,
su realidad es superlativa, y en este sentido, Cristo dice: “Sed perfectos como
vuestro Padre celestial es perfecto”115. Dios es Santo y Santificador.
Cuando hablamos del hombre, su santidad es una participación de la
santidad de Dios.
Tanto en lo que tuvo de santidad personal como de proyección
apostólica en la Alianza, D. Antonio afirma categóricamente:
“Que todos seamos santos, porque santos quiere Dios y el mundo”116.
Según Don Antonio santidad es sinónimo de hacer la voluntad de
Dios, ésta es la clave y esencia de la santidad: el descubrir cuál es la
voluntad de Dios sobre la propia vida y el cumplir dicha voluntad.
“Demos a Dios lo que Dios nos pide, no lo que nosotros queramos. Si Él quiere
palabra, hablemos su palabra; si acción, movámonos; si inactividad, quedémonos
tranquilos y estémonos donde y como El quiera, sufriendo con paz la impotencia; si
oración, oremos…si sacrificio, suframos todo cuanto El disponga…”117.
114
A. AMUNDARAIN M.F p 73 115
SAGRADA BIBLIA ( Mt 5,48)
116
A. AMUNDARAIN .L (30,IX-X) p 15 117
A. AMUNDARAIN S (1947, X) p 90
56
2. Sintonía con el Concilio Vaticano II.
Quizá nunca se ha expresado tan claramente la universal vocación a la
santidad en la Iglesia como en la Constitución apostólica “Lumen Gentium”
del Concilio Vaticano II:
“Todos en la Iglesia son llamados a la santidad, según aquello del Apóstol: (Porque
esta es la voluntad de Dios: Vuestra santificación)118. Esta gracia del Espíritu produce
la santidad en los fieles y se expresa de múltiples modos en todos aquellos que se acercan
en su propia vida a la cumbre de la caridad”119.
Uno de esos fieles fue el Venerable Antonio Amundarain. Antes de
este magisterio expresado en el Concilio, D. Antonio así lo vivió y lo exigió.
La Obra estaba llamada a la perfección o lo que es lo mismo a la santidad.
Poco después la Iglesia ratificaría la idea de santidad para todos y el
estado de perfección en el siglo, tanto en los documentos conciliares como
papales, desde Pío XII hasta el actual Benedicto XVI.
Puesto que la Alianza fue reconocida como Instituto Secular, es
oportuno recordar lo que el Concilio enseña sobre este carácter específico
de la santidad seglar.
“Reconozcan y promuevan sinceramente los presbíteros la dignidad de los seglares
y el papel que desempeñan éstos en la misión de la Iglesia… y descubran, con el sentido
de la fe, los múltiples carismas de los seglares, entre los que merecen especial cuidado
aquellos que son atraídos a una vida espiritual más elevada… y estén dispuestos a
emprender nuevos caminos pastorales guiados por el espíritu del amor, que sopla donde
quiere”120.
118
SAGRADA BIBLIA (1 Tes. 4, 3) 119
CONCILIO VATICANO II LG 39 120
C.V.II P.O 9
57
3. La santidad es para todos.
“Jesús nos llama a todos; delante de todos habla y hace elogios de la perfección”121.
Si bien en la Iglesia no todos van por el mismo camino, sin embargo,
todos están llamados a la santidad y “han alcanzado idéntica fe por la justicia de
Dios”122.
D. Antonio tuvo muy claro esto desde el principio y fue providente con
la Obra que fundara.
“El Evangelio es para todos. San Pablo habló para todos”123.
La vocación a la santidad es universal, el llamamiento de Cristo a
seguirle es para todos, pero cada cual desde una misión y lugar particular,
de una manera distinta de realizarse:
“Demos, pues, por sentado que el llamamiento de Cristo a la perfección evangélica
es general. Demos también por supuesto y sabido que la gracia de este llamamiento es
general y que está preparada para todos: luego esa vocación inicial es extensísima en la
universal variedad de grados, de formas y de clases”124.
En otro momento, vuelve sobre esta idea desde la Redención de Cristo
y su valor para todos los pueblos, hombre y mujeres de cualquier raza y
nación:
“No le puede satisfacer del todo a Dios que lo tan caro le costó no lleve sino un
(minimun) de ganancias y de fruto. La voluntad de Dios es nuestra santificación”125.
Antes del Concilio la expresión perfección evangélica se atribuía al
estado de vida religioso, después de éste la Iglesia ha utilizado de una
forma más frecuente y general el término santidad de la que participa
todo el pueblo de Dios:
“…En la Iglesia, todos, están llamados a la santidad”126.
121
A. AMUNDARAIN Vocación aliada (Vitoria, A.J.M. 1946) p 11 122
SAGRADA BIBLIA Cf. (2 P 1,1) 123
A. AMUNDARAIN S. (1940,V-VI) pp 1-2 124
A. AMUNDARAIN V.A. p 11 125
Cf. A. AMUNDARAIN L. (1951, IX-X) pp 130-131 126
CONCILIO VATICANO II Constitución, Lumen Gentium. nº 39
58
En sus escritos, D. Antonio, incide una y otra vez en la perfección para
todos, no es de unos pocos, es voluntad de Dios, cada uno según su misión y
lugar:
“Fue y es voluntad de Cristo que todo cristiano sea un perfecto seguidor e imitador
suyo”127.
“La perfección cristiana no está vinculada a una clase de personas o profesiones
determinadas…”128.
“Hoy como ayer es la voluntad de Dios que nos santifiquemos. Esta voluntad y ese
llamamiento de Dios para todos”129.
“Dios es siempre el principal agente de santificación de las almas, y toma de
hombre lo que el hombre quiere darle con su buena voluntad; de unos toma la palabra,
de otros la acción, de aquellos el ejemplo, de estos el simple deseo y amor, y de algunos la
paciencia, la humillación, la conformidad, la resignación…”130.
D. Antonio no habla sólo de que la santidad, la perfección, es para todo
cristiano; sino que expone el modo para vivirla y lo concreta en la unión de
la voluntad del hombre y en su colaboración con la gracia:
“Desde el momento en el que se apunta hacia la cumbre de la santidad, el camino
para alcanzarla es el del sacrificio”131.
Una santidad que pide un sincero querer, una decisión y una
determinada determinación:
“Para ser santo todo está en querer, en una decisión valiente, en un arranque
generoso del corazón, poniendo en juego todos los medios que Dios inspira y que la
Iglesia establece”132.
La gracia acompaña al que inicia este camino, de permanente
actualidad:
“La perfección, con la gracia de Dios, está al alcance de nuestra mano. El ideal de
la santidad no es un fenómeno pretérito ni extraño, es inquietud de palpitante
127
A. AMUNDARAIN L. (1951, XI-XII) p 162 128
A. AMUNDARAIN V.A. p 6 129
A. AMUNDARAIN L. (1947, IX) p 195 130
A. AMUNDARAIN .S (1947, X) p 90 131
A. AMUNDARAIN S (1945, III) p 25 132
A. AMUNDARAIN M.F. p 59
59
actualidad San Pablo, desde su primera epístola, comienza a marcar a los primeros
cristianos el camino hacia las cumbres de la santidad”133.
El deseo de la santidad lo compara el Siervo de Dios a las sensaciones
naturales del hambre y la sed:
“hambre y sed en el orden natural significa la buena salud y disposición del sujeto;
hambre y sed en el orden espiritual deberá también significar un estado de vigor”134.
Repetidas veces, D. Antonio anima a todos a la santidad y
especialmente tanto para la vida religiosa, como para la consagración
secular. Lo testimonia el abundante epistolario que conservamos de él.
Escribe a una religiosa:
“Puedes ser santa, y serás santa, ahí, donde estás y como estás”135.
En otra carta a una aliada profundiza en dejar hacer a Dios:
“Es cierto que lo difícil muchas veces no es precisamente el “hacer”, sino dejar a
Dios “hacer” Nuestro “yo” es el gran estorbo para que Jesús obre en nosotros”136.
Insiste en la confianza plena y absoluta en Dios que es el que lleva a la
persona a su plena realización:
“Por eso, que tengas miedo o desconfianza de ti misma, está bien; pero a eso se debe
añadir siempre la otra parte, la confianza en Aquél que conforta con poder divino”137.
La santidad va directamente al ser de la persona y no a su quehacer:
“Bien sabes que la santidad no está en multiplicar cosas, sino en la fidelidad de lo
poco y suficiente”138.
El fundador insiste en la llamada a la santidad para su Obra y en la
necesidad de esta para la misión:
“La idea de la santidad, como ideal de nuestra vida, es hoy una necesidad; es que el
Señor nos solicita con urgencia”139.
133
A. AMUNDARAIN L (1947,IX) p 195 134
A. AMUNDARAIN J.E. II (Vitoria, 1946) p 110 135
A. AMUNDARAIN Cart. Religiosa (30-04-38,1177) 136
A. AMUNDARAIN Cart. Aliada (15-03-42, 2029) 137
A. AMUNDARAIN Cart. Aliada (23-09-43, 633) 138
A. AMUNDARAIN Cart . Aliada (11-02-44, 1127) 139
A. AMUNDARAIN Cart. Aliada ( 04-10-49. 1168)
60
Capítulo III SEGUIMIENTO DE CRISTO
“No todos los que oyen a Jesús le siguen, ni todos los que creen seguirle obran
eficazmente. Escasean los seguidores activos, los verdaderos obradores de la justicia y de
la santidad, aquellos que de veras se dan a la obra de su perfección y santificación, a la
adquisición práctica y real de las virtudes cristianas”140.
Toda vocación es una llamada de Dios en la Iglesia para el servicio del
Reino. Es ante todo una elección gratuita, antecediendo a cualquier
colaboración consciente y libre de la persona.
“Después subió a la montaña y llamó a los que quiso”141.
Cristo elige, con una llamada personal. Llama a una convivencia con
Él, que, lógicamente se traduce en convivencia con los hermanos.
“No me habéis elegido vosotros a mí, sino que Yo os escogí a vosotros para que
vayáis y deis fruto”142.
Esta llamada es un encuentro con Dios que toca personalmente a la
conciencia más honda del individuo que imprime una orientación decisiva
a su existencia. Lo que Dios pide a la persona es que se fíe especialmente
de Él y se ponga disponible a su acción y a su palabra, sin poner
resistencia.
“Jesús no fuerza a nadie. Reina sólo sobre cuántos van a El por puro amor. Llama
y espera, proponiéndoles a todos un mismo camino, una misma ley: la ley del amor”143.
La vocación es una llamada personal y divina a vivir con Cristo y con
los que Él ha llamado también, para que viviendo como Él, se configuren
según el estilo y carisma propio para compartir su misión.
“El hijo de Dios vino al mundo a incorporarnos consigo y hacernos vivir de Él como
El vive del Padre”144.
140
A. AMUNDARAIN J.E. II pp 57-58 141
SAGRADA BIBLIA ( Mc 3,13) 142
SAGRADA BIBLIA (Jn 15,16) 143
A. AMUNDARAIN L (1937 VI) p 99 144
A. AMUNDARAIN S. (1940, V-VI) p 2
61
El punto de referencia de la misión es la persona de Jesús, enviado por
el Padre, bajo la acción del Espíritu Santo, para anunciar la Buena Nueva
a toda la humanidad.
En el inicio de su vida pública, Jesús se presentó en Nazaret y se
aplicó a sí mismo el texto de Isaías “ungido y enviado para anunciar la Buena
Nueva” 145.
La misión en la Alianza en palabras del Padre Fundador es:
“La misión en la Alianza es… dar a Jesús en el mundo, en el llano de la vida…”146.
Los llamados al seguimiento de Cristo, para continuar su misión se
sitúan en la dinámica del Reino que ya ha empezado para poder anunciar
el Evangelio con el propio testimonio, al estilo del mismo Jesús.
“El verdadero cuadro vivo de amor que nosotros habremos de estudiar para tratar
de imitarlo, es el de Jesús colgado en la Cruz o encerrado en el Sagrario, amando a todo
el mundo. Este amor es nuestro distintivo. Por ahí conocerán todos los que sois mis
discípulos, si os amáis unos a otros”147.
En una carta D. Antonio concreta esta vida en una cristificación:
“Transformarse en Cristo, hacerse otro, formar en nosotros a Cristo”148.
Ser otro Cristo es hacer presente el Reino, es dejar actuar a Cristo:
“¡Ser Cristo de este siglo! ¡Qué bien! ¡Hacerse otro Cristo! Para lo cual, primero
hacerse una “nueva humanidad”; alma de Cristo, cuerpo de Cristo. Alma de Cristo:
pensamientos de Cristo, voluntad de Cristo, corazón de Cristo, amor de Cristo. Cuerpo
de Cristo: mortificación de Cristo, pureza de Cristo, trabajos de Cristo, etc. Segundo unir
esta humanidad con Cristo, con el Verbo, por la fe, por el amor, por la identificación, por
la conformidad, por la unión de la voluntad. Resultado: un mismo pensamiento, una
misma voluntad, un mismo sentir, un mismo querer, un mismo amor”149.
145
SAGRADA BIBLIA ( Lc 3,18-19) 146
A. AMUNDARAIN M.F. pp 44,322 147
A. AMUNDARAIN J.E. II, p185 148
A. AMUNDARAIN Cart, Aliada . (04-12-44, 2023) 149
Ib
62
CUARTA PARTE
D. Antonio, el primero en vivir el carisma.
Hacia una secularidad consagrada.
INTRODUCCIÓN
Capítulo I SE PUEDE VIVIR LA CONSAGRACIÓN
EN EL MUNDO.
1. La defensa de la pureza
2. Estar en el mundo sin ser del mundo
3. Hacia la secularidad consagrada
Capítulo II “PROVIDA MATER ECCLESIA”
Capítulo III LA ALIANZA EN JESÚS POR MARÍA UN HECHO
ECLESIAL.
63
INTRODUCCIÓN
“La aliada tiene que ser en medio del mundo, una como prolongación mística del
gran misterio de la Encarnación, para dar a Jesús al mundo en el llano de la vida”150.
La consagración secular es una forma de consagración en sentido
pleno y total. Esta nueva consagración en la vida de la Iglesia (siglo XIX),
está ya presente, en la vida de las primeras comunidades cristianas.
Podemos entrever los orígenes de la vida consagrada en la elección de la
virginidad y la continencia, testimoniada, desde la era apostólica, por
hombres y mujeres que se sintieron movidos a responder a la invitación del
Señor.
La I Carta de Pablo a los Corintios atestigua la existencia de personas
que viven la virginidad (I Cor. 7, 25-34)151.
El Papa Pio XII con la Constitución apostólica “Provida Mater
Ecclesia” (sobre los estados canónicos e Institutos seculares para adquirir
la perfección evangélica), es cuando comienza a hablar, jurídicamente, de
este nuevo estilo de vida consagrada:
“Estas Asociaciones, que por ello recibirán el nombre de Institutos Seculares,
comenzaron a fundarse, no sin especial inspiración de la Divina Providencia, en la
primera mitad del siglo pasado, para fielmente seguir en el mundo los consejos
evangélicos”152.
Transcurrido un año de la promulgación de la Constitución PME, Pío
XII alaba y confirma la vida “que aspira a la santidad en el mundo”153 con
el Motu propio “Primo Feliciter”:
“Consagran alegremente a Dios toda la vida con un corazón grande y ánimos
decididos… eficaz fermento que, obrando siempre y donde quiera…se esfuerzan…por la
150
A. AMUNDARAIN Manual de Formación (Madrid, A.J.M. 1944) nº 282, p 322 151
ISCR Históricas de la Vida Consagrada (Madrid, 1997) p 9 152
PIO XII Constitución Provida Mater Ecclesia (Roma, (2 de Febrero de 1947) nº9 153
PÍO XII Motu proprio Primo Feliciter (12 de Marzo de 1948)
64
palabra, por el ejemplo y por todos los modos, hasta informar toda la masa de manera
que toda sea fermentada en Cristo”154.
Más tarde el Concilio Vaticano II vuelve a hablar a estos hijos que han
sido llamados a ser sal y luz:
“Los Institutos Seculares, afirma el Concilio, llevan sin embargo consigo, la
profesión verdadera y completa, en el siglo, de los Consejos evangélicos reconocidos por
la Iglesia”155.
Comienzo, este apartado, presentando la necesidad que se le plantea a
D. Antonio, desde su confesionario y dirección: ¿Por qué no vivir una
consagración sin tener que irse al claustro?
Una segunda cuestión: ¿Cómo vivir esta consagración a la intemperie?
Y por último la necesidad de una gran pureza de vida para poder vivir
una consagración virginal.
Es uno de los apartados más extensos. Por otra parte he tomado
abundantes textos del Fundador y los que he creído necesarios del
Magisterio.
154
PÍO XII PF 155
CONCILIO VATICANO II Const. Perfecta Caritatis, 11
65
Capítulo I SE PUEDE VIVIR LA CONSAGRACIÓN EN EL MUNDO.
“Los que tratan de concertar una paz fingida y falsa con el mundo admitiendo
condiciones, haciendo concesiones, cediendo terreno, jamás gozarán de la verdadera paz
del alma”156.
Desde el principio de su sacerdocio siente una inquietud concreta, una
predilección, como él llama a su inspiración de Fundador; que comenzó
como un deseo de encaminar a las personas “no sólo a la salvación, sino a
las alturas de la santidad”.
“Este mundo que sangra necesita almas compasivas y caritativas si no queremos
que la herida se encone. El bálsamo de la misericordia ha de traernos la paz”157.
Llevar a Jesús por donde se va, donde se esté:
“Creed y avivad continuamente la fe de que sois porta dioses, de que estáis unidos a
Jesús y Jesús a vosotros, lo mismo cuando estáis en la Iglesia como cuando estáis en el
trabajo, en la calle y en el estudio… (Todo hace falta)”158.
D. Antonio trabajó y orientó por esos caminos a quienes se ponían a
su alcance. Y su labor en la catequesis, con las catequistas, en el
confesionario, empuja, exige. Y va a traducirse – jamás él lo hubiera
soñado en su humildad – en un Instituto Secular que vive calladamente
una veintena de años, antes de que la “Provida Mater Ecclesia” dé carta de
naturaleza a esta forma de vida.
D. Antonio da por sentado que el llamamiento de Cristo a la perfección
evangélica es de carácter general. Da por supuesto y sabido que la gracia
de este llamamiento e inspiración, o sea, el auxilio sobrenatural que incita
a la prosecución de esa perfección evangélica, es general y que está
preparado para todos; luego esa vocación inicial es extensísima en la
universal variedad de grados, de formas y de clases. Intuye que en el
156
A. AMUNDARAIN Jesús del Evangelio II (Vitoria, A.J.M. 1947) p142 157
Ib. 127 158
A. AMUNDARAIN Lilium inter spinas (Madrid 1934, XII) p 300
66
quehacer diario se puede vivir exclusivamente para Dios y que unidas a
otras, formar una familia:
“¿Por qué la virginidad no ha de unirse en una espiritual alianza? ¿Por qué esas
almas diseminadas en el mundo no han de formar una comunidad, pero viviendo cada
una en su casa, en su taller, en su fábrica, en su cuarto, y muchas veces en el lecho de
dolor ”159.
Ello implica mirar la vida como una acción del Espíritu que capacita
para vivir sana y correctamente en medio del mundo, tal como está; de
saber relacionarse y vincularse a la realidad como fuente de vida, como
fuente de santidad, como lugar de presencia de Dios, para que otros
puedan recuperar una sana relación con el mundo:
“Creemos estar en la verdad de asegurar que estas almas en íntima relación unas
con otras, y formando una estrecha y espiritual alianza…puede llegar a ser lo que una
Orden religiosa o Instituto en el tiempo de su mayor fervor” 160.
La espiritualidad secular, se presenta, como forma de vivir la
consagración bautismal de una manera total y radical:
“También ellos, tienen en su vida consagrada un medio privilegiado de
evangelización eficaz. A través de su ser más íntimo, se sitúan dentro del dinamismo de
la Iglesia, sedienta de lo Absoluto de Dios, llamada a la santidad. Es de esta santidad
de la que ellos dan testimonio”161.
La secularidad consagrada es una vivencia profunda de las
consecuencias de la fe en el misterio de la Encarnación del Verbo, asumir
la realidad temporal y llenarla de Dios. Es santificar desde dentro, es
encarnarse, no sólo en una realidad sociológica de presencia en el mundo,
sino acercarse al mundo para salvarlo.
“¡A la calle, no os arrinconéis en vuestras casas, ni huyáis al retiro, a la lucha con
Jesús y para Jesús”162.
159
A. AMUNDARAIN L. (1926, VI) pp 24-26 160
A. AMUNDARAIN Seminator Casti Consili. (1945, I) p 6. 161
PABLO VI Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi ( Roma,8 de diciembre 1975) nº 69 162
Ib. p 30
67
Es un comportamiento que significa la actitud de convencimiento
interior y conversión continua que nos sitúa en un progresivo crecimiento
en la fe y en la vida espiritual:
“Romped con las doctrinas del mundo, con sus máximas, con sus costumbres y
relajada moral. Vivid vida de fe, vida de Evangelio, vida espiritual y sobrenatural”163.
1. la defensa de la pureza.
"Mientras nuestro pulso pueda sostener la pluma y nuestra lengua pueda
pronunciar una palabra, esta palabra dicha o escrita será: vivir vida de pureza para
poder vivir vida de Dios”164.
Volviendo a la inspiración que tuvo D. Antonio que frente al
paganismo que se había impuesto en su época y cuyas consecuencias eran
una impureza en todos los sentidos que alejaba al hombre de Dios; formula
la misión de la aliada en vivir, defender e irradiar la pureza de vida. Lo
comprobamos en varios textos suyos:
“Tenemos cristianismo, es decir, tenemos masa de harina, pero su vida floja y tibia
requiere una levadura de gran potencia, capaz de hacer fermentar toda la masa”165.
En la sociedad de entonces D. Antonio ve una y otra vez, que el
alejamiento de Dios es consecuencia de una vida sensual, dominada por el
placer, una vida manchada por la lujuria, el desenfreno.
Tanto en el siglo XX como en este el siglo XXI, se da también una
ausencia de Dios, más bien una lejanía del hombre respecto a Dios. El
hombre se ha erigido en centro, Dios estorba, el hombre es incapaz de
reconocerle; dominado por el poder, el dinero, la ambición. Los últimos
papas han ido describiendo este alejamiento, aquí presento algunas
reflexiones:
163
A. AMUNDARAIN JE. I. p 166 164
A. AMUNDARAIN Cart. aliada (38-II-25: 1624). 165
A. AMUNDARAIN Seminator Casti Consilii. (1945, V) p 36
68
“En efecto, la época que estamos viviendo, con sus propios retos, resulta en cierto
modo desconcertante. Tantos hombres y mujeres parecen desorientados, inseguros, sin
esperanza, y muchos cristianos están sumidos en este estado de ánimo. Hay numerosos
signos preocupantes”166.
De igual manera el Papa Benedicto compara el secularismo con un
desierto:
“El Papa advierte que Europa se puede convertir en “un desierto inhóspito” debido
al secularismo”167.
Este alejamiento de Dios, la apostasía, la desertización, términos que
utiliza, la Iglesia, hoy; en D. Antonio equivalía a una gran impureza que
era lo mismo que decir – no poder ver a Dios- porque no había mirada
limpia. El desierto es producido por la falta de Dios, falta de vida de Dios,
incapacidad de ver más allá, de trascender. La pureza es lo que te permite
ver a Dios, vivir vida de Dios, presencia de Dios; el desierto se convierte en
vida. Por ello invita a seguir el camino de la pureza, relacionada
estrechamente con la limpieza de corazón porque ellos verán a Dios.
“Jesús tiene en medio de la indiferencia, frialdad y hostilidad del mundo
semipagano, muchedumbres que escuchan con fe y piedad esta divina doctrina, viva y
vivificadora, y le siguen cautivados por su verdad y por su amor”168.
El apostolado predilecto de D. Antonio, aquel al cual consagró todos
los afanes y las energías de su sacerdocio ¿De dónde le pudo venir tamaña
preocupación por este gran ideal, el de virginizar la juventud? ¿Fue su
ferviente amor a la pureza?
¿O las poderosas reacciones que, como sucesivas descargar eléctricas,
sacudieron su espíritu de celo incontenible ante la inmoralidad reinante?
166
J. PABLO II , Exhortación Apostólica Ecclesia in Europa ( Roma,28 de junio de 2003) nº7 167
BENEDICTO XVI En la 64º Asamblea general de obispos de Italia. (Roma 25/5/ 2012) 168
A. AMUNDARAIN JE II p 55
69
Estaba al acecho de todo lo que pudiera favorecer su empresa.
Particularmente, cuando Pio XII o algún Prelado hablaban de virginidad
o de pureza, inmediatamente lo recogía para comentarlos.
“Queremos levadura de pureza para que, aplicada a la masa la haga
pura…queremos levadura de amor sobrenatural, para que a su contacto toda la masa
fría y muerta se levante y se encienda; queremos levadura de sacrificio, para que la
masa sepa mortificarse y vencerse; queremos fermentos de piedad, de caridad, de
fermentos evangélicos…de espiritualidad, para que fundidos y mezclados en la
masa…la hagan vivir con la vida del fermento”169.
En la siguiente cita, relaciono ese camino de pureza con la virginidad
vivida como carisma en la Alianza:
“La Alianza en su régimen y vida interna ha enseñado y formado a sus miembros
en un extraordinario amor a la virginidad. En un sentido más amplio y que pueda
aplicarse a toda clase de personas y sociedades con el nombre de PUREZA se ha dado
siempre la cara al público, y porque su fragancia se perciba en todas partes se ha
trabajado y se sigue trabajando en medio del mundo”170.
En el interior del hombre se juega la vida, lo que mata al hombre no
viene de fuera sino de su corazón, lo que mancha son los deseos y e
intenciones:
“El hombre terreno sólo da tierra, de la inocencia sin mancha nace el amor puro y
virginal produce a Jesús”171.
La pureza virginal , la pureza, la virginidad; son los basamentos de la
Obra, es lo que aporta a la Iglesia es su carisma:
“Nosotros al decir en la pureza virgen, buscamos franca y denodadamente el
triunfo de la virginidad en la obra y aun fuera de ella... Nuestra gloria en la Alianza
está en la gloria de la Virginidad”172.
169
A. AMUNDARAIN S. p 37 170
A. AMUNDARAIN L.( 1953 III-IV) p418 171
A. AMUNDARAIN Mi día de retiro o un día con Jesús (Victoria 1937) p 152 172
A. AMUNDARAIN Correspondencia familiar, (1952)
70
A continuación una pequeña muestra de lo que fue su llamamiento;
fundamentado en la experiencia que tuvo del carisma, (desde los primeros
años de su sacerdocio), y correspondido por el siervo de Dios con generosa
entrega y fidelidad hasta el punto de que pudo escribir con sencillez
humilde:
"Yo sigo esperando mucho y contra toda esperanza, en el porvenir de la Alianza, y
por ella en el reino de la pureza y del amor en el sacrificio de una vida profundamente
cristiana"173.
“Dejemos a Dios la mano libre para que obre no como nosotros queremos, sino
como El quiere, que quiere bastante mejor que nosotros"174.
"Con el triunfo de la pureza virginal, abrimos una era de elevación sobrenatural,
muy evangélica, muy divina"175.
2. Estar en el mundo pero sin ser del mundo.
“En todas partes y lugares puede haber, y conviene que haya, almas muy de Dios
(…), en el siglo, (…) almas total y exclusivamente consagradas a Dios”176.
En sentido teológico, la secularidad es asumir conscientemente en
primera persona, la propia condición secular, para convertirla en signo y
lugar específico, en dimensión cualificadora de la propia vocación.
Estar en el mundo sin ser del mundo es una expresión del Magisterio
de la Iglesia, que tiene su fundamento en la oración sacerdotal de Jesús, en
el Evangelio de San Juan, antes de su Pasión y muerte:
“No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del maligno. No son del
mundo, como tampoco yo soy del mundo” 177.
Es una vida que se convierte en presencia, levadura y testimonio:
173
A. AMUNDARAIN Cart. aliada (40-I-29:1930) 174
A. AMUNDARAIN Cart. aliada (38-II-25: 1624) 175
A. AMUNDARAIN Cart. aliada (48-1-6: 1525) 176
A. AMUNDARAIN M.F. pp 44, 56 177
SAGRADA BIBLIA (Jn 17,15).
71
“La virtud es espiritual e invisible; pero, practicada y vivida, se hace sensible y
visible”178.
Pablo VI habla a los Institutos Seculares de esta nueva forma de
consagración:
“La vuestra es una forma de consagración nueva y original, sugerida por el
Espíritu Santo para ser vivida en medio de las realidades temporales, y para introducir
la fuerza de los Consejos Evangélicos – es decir de los valores divinos y eternos- en medio
de los valores temporales”179.
Especificando cómo se ha de realizar esta nueva manera de estar en el
mundo:
“Sois laicos, consagrados como tales por los sacramentos del bautismo y de la
confirmación, pero habéis escogido el acentuar vuestra consagración a Dios con la profe-
sión de los consejos evangélicos aceptados como obligaciones con un vínculo estable y
reconocido. Permanecéis laicos, empeñados en el área de los valores seculares propios y
peculiares del (laicado)180, pero la vuestra es una (secularidad consagrada)181 vosotros
sois "consagrados seculares"182.
"Secularidad" indica vuestra inserción en el mundo. Significa no sólo una posición,
una función que coincide con el vivir en el mundo ejerciendo un oficio, una profesión
"secular". Debe significar, ante todo, toma de conciencia de estar en el mundo como
"lugar proprio vuestro de responsabilidad cristiana"183
D. Antonio intuye esta nueva forma de consagración y lo expresa de
esta manera:
“Has de querer ser como una nueva humanidad suya, otro El, unido a Él en el
amor, para pasar con El por el mundo, por entre las gentes, por sus avenidas y calles,
por sus fábricas, talleres y oficinas, por sus escuelas y hogares, irradiándole,
mostrándole, internándole hasta en los espíritus más cerrados”184.
178
A. AMUNDARAIN S. (1945. VII) p 54 179
PABLO VI “Discurso a los Responsables Generales de los Institutos Seculares”(13/2/ 1972) nª15 180
CV II Constitución Lumen Gentium nº 31 181
PABLO VI, Ib 182
PABLO VI, Discurso a los participantes en el Congreso Internacional de los Institutos Seculares, (26/9/1970),
Enseñanzas al Pueblo de Dios, p.372. 183
PABLO VI “Discurso a los Responsables Generales de los Institutos Seculares” 1972 nª12 184
A. AMUNDARAIN M. F. p 211
72
Este estar en el mundo, viviendo una consagración, no es complicada,
no se trata de extraordinarios, se fundamenta en una sencillez de vida:
“Para ello no se requieren sistemas complicados cuyo estudio tal vez no entra en
nuestras cabezas; puedes ser santo en el hogar, en el taller, en la escuela, sin cambiar de
postura; así acaecía en Nazaret”185.
Una santidad en el lugar que Dios ha colocado a la persona:
“Santidad en plena calle, con destellos y fragancias de pureza…y amor a Jesús,
viviendo en un martirio a fuego lento sobre la parrilla del sacrificio cotidiano”186.
Una santidad que actúe a manera de fermento:
“La santidad de la Aliada es eminentemente popular; nada la distingue. Santidad
llana que penetre en el hogar, taller, fábrica, en las grandes oficinas, ciudades
populosas, en pueblos en cortijos perdidos en los campos”187.
3. Hacia la secularidad consagrada.
“Es característico de la Alianza en Jesús por María hacer vivir la verdadera
santidad evangélica a todos sus miembros, sin salir de su condición de vida, llevando
los gérmenes de santidad a todos los rincones del mundo, amando a Dios especialmente
donde no es amado. Por nuestra consagración en secularidad permanecemos dispersas
en medio del mundo, sin cambiar generalmente por nuestro ingreso en el Instituto, de
profesión y residencia. Como seglares consagradas estamos llamadas a comprometernos
en las realidades temporales: familia, profesión y propio ambiente, haciendo presente el
Reino por caminos de virginidad y pureza y siendo fuertes en la fe, esperanza y
caridad”188.
La Consagración y la Secularidad constituyen la identidad propia,
distinta, esencial. Hay que partir de esta realidad identificadora para
demostrar el verdadero significado y la peculiar forma de evangelizar: en el
mundo y desde el mundo a manera de levadura en la masa.
“Mediante la síntesis, propia de ellos, de secularidad y consagración, tratan de
introducir en la sociedad las energías nuevas del reino de Cristo, buscando transfigurar
185
A. AMUNDARAIN Mi día de retiro o un día con Jesús (Vitoria 1937) p 131 186
A. AMUNDARAIN S. (1950, VI) p 42 187
A. AMUNDARAIN S. (1945, II) p 13 188
ALIANZA EN JESÚS POR MARÍA C nº 24 (Madrid A.J.M. 2009)
73
el mundo desde dentro con la fuerza de las bienaventuranzas. De este modo, mientras la
total pertenencia a Dios les hace plenamente consagrados a su servicio, su actividad en
las normales condiciones laicales contribuye, bajo la acción del Espíritu, a la animación
evangélica de las realidades seculares”189.
D. Antonio se encuentra con personas que piden vivir consagradas al
Señor pero por diversos motivos no pueden ir al convento, y así lo expresa:
“Sin embargo, estas almas no aspiran, al menos por el momento, a la vida
propiamente religiosa, ya porque todavía son jóvenes, o su vocación no está
definitivamente orientada, o por que no cuentan con medios suficientes, o no tienen
salud, o porque en sus casas son del todo necesarias. Estas almas, lo confesamos,
siempre nos han llamado la atención, nos han atraído con preferencia; por ellas hemos
sentido más interés, casi obsesión; y soñando algo bueno para ellas, hemos vivido
muchos años"190.
Secularidad y Consagración. Son esenciales y complementarias en la
vocación.
La vida es un "estar con" Cristo y un "estar con" los hombres del
propio tiempo, con quienes, la vocación recibida, les propone vivir, conocer
y amar, con el deseo en el corazón, con la esperanza, de que un día ellos
mismos reconocerán a Aquel que les da la vida y dignidad. Se trata, por
tanto de estar con Cristo de un modo inteligible para sus contemporáneos,
porque:
"No se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla
en el candelero y que alumbre a todos los de la casa" (Mt 5,15).
Un mundo brillante, sorprendente, cruel también en muchas
ocasiones; pero un mundo en ebullición y desbordante de vida; un mundo
en el que los progresos de la ciencia y de las técnicas posibilitan
maravillosas realizaciones al servicio de la vida humana, de la
comunicación y del desarrollo de los pueblos. Progresos de la ciencia y
189
JUAN PABLO II Exhortación apostólica "Vita Consecrata" (Roma 25/3/1996) nº 35
190AMUNDARAIN A. M. F .nº 2
74
técnica que al mismo tiempo manipulan y destrozan la vida humana, la
naturaleza; que hacen mayores las diferencias entre los pueblos; que
rompen la comunicación. También un mundo de sobreabundancia, de
conocimientos, de informaciones, de solicitaciones en todos los terrenos, y
al mismo tiempo falta cubrir las necesidades vitales, existe marginación,
pobreza, carencia de lo más elemental.
"La iglesia tiene una auténtica dimensión secular, inherente a su naturaleza
íntima y a su misión, cuyas raíces se hunden en el misterio del Verbo encarnado, y que
se realizó de diversas formas por sus miembros"191.
La secularidad consagrada consiste en vivir de Jesús y con Jesús en
medio de las tareas ordinarias:
“Amar a Jesús en medio de este mundo…Amar a Jesús en el trajín de la vida
seglar, en medio de la agitación mundanal… Amar a Jesús ahí, donde nadie le ama y
muchos le ofenden”192.
La secularidad consagrada es lo que define a un Instituto Secular, en
este caso es lo que define a la Alianza.
191
JUAN PABLO II. Discurso a los II.SS. 1.972 192
A. AMUNDARAIN M. F. p 69
75
Capítulo II Provida Mater Ecclesia
La Iglesia, que es un organismo vivo, demuestra su vitalidad con el
movimiento inmanente que la anima. Este movimiento es, muchas veces,
algo más que una mera adaptación al ambiente: es una intromisión en él,
con ánimo positivo. La Iglesia, conducida por el Espíritu Santo, no
transita por este mundo como a través de una carrera de obstáculos, para
ver cómo puede esquivarlos o para seguir los meandros abiertos según la
línea de menor resistencia sino que, por el contrario, camina sobre la tierra
con paso firme y seguro, abriendo ella camino, y consciente, además, de
que trae en su seno el signo de contradicción para la ruina y la salvación de
muchos.
Una de estas mutaciones en la vida de la Iglesia lleva consigo la
Constitución Apostólica Provida Mater Ecclesia del 2 de febrero de 1947,
un verdadero "documento histórico en la vida interna de la Iglesia", como
lo titulaba “L’ Osservatore Romano” cuando semanas más tarde -el 14 de
marzo de 1947- publicaba su texto íntegro.
Desde que Cristo invitó a todos a seguirle por el camino de los
consejos evangélicos, brotó ya desde los primeros tiempos, con fuerza
irresistible en el alma de muchos fieles, el deseo de poner por obra, en
cuanto es posible a la naturaleza humana, la perfección de vida trazada
por el Evangelio y practicada por el mismo Jesucristo: vida de santidad
personal y de actividad apostólica. Esta vida de perfección, reconocida
jurídicamente por la Iglesia y regulada en sus elementos esenciales y en
otros accidentales añadidos con el transcurso del tiempo, dio origen al
estado religioso.
76
Un breve recorrido, en el tiempo, situará el nacimiento de la
secularidad consagrada:193
I. El ascetismo como fruto del Evangelio.
II. La vida monástica.
III. Órdenes mendicantes y clérigos regulares
IV. Congregaciones de votos simples
V. Sociedades de vida común sin votos.194
VI. Una última forma: la sancionada en la “Provida Mater Ecclesia”.
La Iglesia ha ido siguiendo con interés y ha sancionado con su
aprobación de hecho esta evolución; pero no ha regulado y encauzado
definitivamente esta situación especial hasta la Constitución Próvida
Mater Ecclesia, que lleva por título: “De statibus canonicis Institutisque
saecularibus christianae perfectionis adquirendae” (Acta Apostolicae
Sedis, XXIX, nº. 4-5), promulgada después de un atento y diligente
examen.
Seguidamente transcribiré los números que hablan, concretamente,
sobre la secularidad consagrada:
“7. Ordenados todos estos detalles con sabiduría, prudencia y amor, se había
atendido con amplitud a la multitud de almas que dejando el siglo desearan abrazar un
nuevo estado canónico estrictamente dicho, consagrado única e íntegramente a la
adquisición de la perfección. Pero el benignísimo Señor que sin acepción de personas
invitó una y otra vez a todos los fieles a perseguir y practicar la perfección en todas
partes, dispuso con el consejo de su admirable providencia divina que aun en el siglo,
por tantos vicios depravado, sobre todo en nuestros tiempos, florecieran y florezcan en
gran número almas selectas que no solamente arden en el deseo de la perfección
individual, sino que permaneciendo en el mundo por una vocación especial de Dios,
puedan encontrar óptimas y nuevas formas de asociación, cuidadosamente acomodadas
193
I.S.C.R. “S. AGUSTÍN” .Formas históricas de la Vida Consagrada Resumen de todas las unidades didácticas. 194
Sobre toda esta materia, vid. S. CANALS NAVARRETE Los institutos seculares de perfección y apostolado, en
Revista Española de Derecho Canónico, 1947, vol. III, sept.-dic.,
77
a las necesidades de los tiempos, que les permitan llevar una vida magníficamente
adaptada a la adquisición de la perfección cristiana… sino sólo de aquellas que en su
constitución interna, en la ordenación jerárquica de su régimen, en la plena entrega, sin
limitación de otro vínculo alguno, que de sus miembros propiamente dichos exigen, en la
profesión de los consejos evangélicos y, finalmente, en el modo de ejercer los ministerios y
el apostolado, se acercan en la sustancia a los estados canónicos de perfección, y
especialmente a las Sociedades sin votos públicos, aunque no usen de la vida común
religiosa, sino de otras forma
9. Estas Asociaciones, que por ello recibirán el nombre de "Institutos Seculares",
comenzaron a fundarse, no sin especial inspiración de la Divina Providencia, en la
primera mitad del siglo pasado, para fielmente "seguir en el mundo los consejos
evangélicos y ejercitar con mayor libertad los oficios de la caridad, que a duras penas o
de ningún modo podían ejercitar las familias religiosas, por la malicia de los tiempos"
11. En nuestro siglo, los Institutos Seculares se han multiplicado silenciosamente y
han revestido formas muy variadas y diversas entre sí, bien autónomas o unidas de
diferentes formas a otras Religiones o Sociedades”195.
Haciendo una confrontación, paso a transcribir los números, que, en el
Nuevo Derecho Canónico, ordenan este nuevo tipo de consagración:
Parte III de los Institutos de Vida Consagrada y de las Sociedades de
Vida Apostólica
TÍTULO III DE LOS INSTITUTOS SECULARES (Cann. 710 – 730)
Art. II. § 1. Como los Institutos Seculares ni admiten los tres votos públicos de
religión, ni imponen a todos sus miembros la vida común o morada bajo el mismo techo,
según la norma de los cánones:
1° Por la profesión hecha ante Dios del celibato y castidad perfecta, afirmada con
voto, juramento o consagración que obligue en conciencia, según la norma de las
Constituciones.
195
PIO XII Constitución Apostólica "Provida Mater Ecclesia" 1947 nº7,9 y 11
78
2° Por el voto o promesa de obediencia, de tal modo que, ligados por un vínculo
estable, se entreguen por entero a Dios y a las obras de caridad o apostolado, y estén
siempre y en todo, moralmente, bajo la mano y dirección de los Superiores, según la
norma de las Constituciones.
3° Por el voto o promesa de pobreza, en virtud del cual no tengan libre uso de los
bienes temporales, sino uso definido y limitado, según las normas de las Constituciones.
Art. VII. § 1. Los Institutos Seculares que consiguieren la aprobación o Decreto de
alabanza de la Santa Sede se hacen de Derecho pontificio (cc. 488, 3°; 673, § 2).196
Y por último expongo los números que en el Catecismo hacen
referencia concretamente a los IISS:
“Un instituto secular es un instituto de vida consagrada… que viviendo en el
mundo…procuran la santificación de éste…desde dentro de él.
Miran a ordenar, según Dios las realidades temporales y a penetrar el mundo con
la fuerza del Evangelio…, asumen los consejos evangélicos y observan entre sí la
comunión y la fraternidad propias de su modo de vida secular”197.
196
J. PABLO II Código de Derecho Canónico Dado en Roma, el día 25 de Enero de 1983 197
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (Madrid, BAC, 1992) nº, 928-929
79
Capítulo III La Alianza en Jesús por María un hecho eclesial.
“El 2 de Febrero de 1950, se despachó en Roma el rescripto de la S. Congregación,
autorizando su aprobación y erección canónica como Instituto Secular, a tenor de la
Constitución Provida Mater Ecclesia”198.
Un primer momento.
“Mis primeros pasos, escribir un pequeño cuaderno explanando esta idea: Vida
perfecta y santa, amor a base de pureza y sacrificio; y se lo di a mi arcipreste... Le gustó.
Díjome que era conveniente lo redactase bien. Yo esperé... Lo cierto es que un buen día
me dijo que el dicho cuaderno había desaparecido y que no lo encontraba. Ahí terminó
mi primer intento.
Se había desencadenado una propaganda infame a base de las más in decorosas
libertades, una señorita valiente, la Directora del Internado Teresiano, que hacía cuanto
estaba de su parte por contrarrestar esa propaganda, planeó algo semejante y me lo
quiso enseñar, para ver qué me parecía. Mi respuesta fue enseñarle los borradores a
lápiz que desde hacía tres años dormían en mi mesa el sueño de los justos… Al saberlo
ella, no sólo aplaudió mi proyecto, sino que se atrevió a reprenderme por no haberlo
llevado adelante. Sus palabras me animaron y me puse a trabajar con empeño.
Primera convocatoria a los pies de la Virgen del Coro la víspera de la Purificación,
2 de Febrero de 1925, con unas veinte almas, todas confesadas mías, de las que
aceptaron el proyecto una docena…”199.
D. Antonio sigue sencillamente los impulsos de Dios. Tenemos unas
notas suyas, como testimonio de primera mano:
A los pies de la Virgen del Coro en su Camarín, revela su secreto a
una veintena de jóvenes, que ya venían viviendo esta vida orientadas por
D. Antonio.
“…Desde aquí lanzamos una idea muy pequeña, muy sencilla, muy escondida; un
secreto, muy significativo. Era una idea vaga, una palabra, un ideal…un
198
AJM C (1951) p 4 199
A. AMUNDARAIN Datos que me pides (Nota mecanografiada y firmada por él 1948) Proceso de Beatificación y
Canonización del Venerable Antonio Amundarain 2437-2438
80
misterio…como si dijéramos, las líneas de una Obra, que ninguno de los que estábamos
allí sabíamos lo que iba a ser”200.
Y nace en la Iglesia una Obra que se va a llamar “Alianza en Jesús
por María” con la señal clara de las obras de Dios, oscura y humilde. Dios
bendice y alienta, por medio de los Obispos; y el Fundador sigue adelante
con su firme e inquebrantable fe, entre oscuridades y pruebas.
La Alianza en Jesús por María es un Instituto Secular Femenino
fundado en 1925 por Antonio Amundarain Garmendia, sacerdote secular.
Esta vocación es una llamada al amor total que lleva a la opción de un
estilo de vida marcado por la respuesta personal de amar sin límites a
Jesucristo y desde Él a toda la humanidad.
Su espiritualidad
Centrar la vida en Cristo para configurarse con Él.
Encontrar en María el Camino seguro para ir a Jesús.
Vivir en comunión con la Iglesia.
Sencillez como estilo de vida.
Todo esto siendo fermento transformador en la sociedad en la
que viven.
Su misión consiste en:
Reflejar y proyectar la virginidad de Cristo y de María.
Orar, suscitar y promover por todos los medios a su alcance
principalmente con el testimonio de su vida virgen, el amor gratuito y
personal y la verdadera pureza en todos los estados de vida.
“¿Quién diría, que a los seis años la Alianza cruzaría España entera de norte a
sur, de este a oeste? ¿Quién pensaba que a los seis años más de quinientas almas
consagradas a Dios y a la Obra, unidas habrían de vivir vida de amor y pureza?”201.
200
A. AMUNDARAIN L (.34, XI) p 289 201
A. AMUNDARAIN L. (1931, I.II) p 4
81
La Iglesia lo va autorizando. A partir de 1928 fue aprobada la Obra
por el Obispo diocesano. En 1934 el propio fundador, en persona, fue a
Roma a por un reconocimiento más solemne. Regresó lleno de esperanza
con la perspectiva de una Pía Unión Primaria de derecho diocesano.
Cuando el dos de febrero de 1947 el entonces papa Pío XII firma la
Constitución “Provida Mater Ecclesia”. El 2 de febrero de 1950 la Alianza
en Jesús por María fue admitida por la Santa Sede entre los Institutos
Seculares.
“Hija sumisa de la Iglesia y de su Jerarquía, con el corazón lleno de gratitud y la
voluntad rendida en todo a las disposiciones contenidas en la adjunta “Constitución
Apostólica”202.
Puesto está al lado de la firma de la Iglesia. “Esto es lo que yo
quería”203.
La misión carismática del fundador, ensayada desde veinticinco años
antes de que la Carta institucional de la Iglesia la promulgase como
“hecho” eclesial 204 y 40 años antes de que el Concilio Vaticano II definiese
el “desafío” del Laicado205, es hoy una realidad.
El 11/5/1982 la Sagrada Congregación para las causas de los Santos
concede el Nihil obstant para comenzar el Decreto de Introducción de la
Causa y el Tribunal se constituía (27/11/1982), bajo la presidencia y
autoridad del Eminentísimo Señor Cardenal- Arzobispo de Madrid, D.
Vicente Enrique y Tarancón.
Precisamente es la Iglesia la que se manifiesta. Dice la S.
Congregación en el Decreto citado:
«Su padre fundador y legislador fue Antonio Amundarain, sacerdote piadosísimo y
encendido en entusiasmo apostólico”.
202
A. AMUNDARAIN L (1947, IV) p 76 203
A. AMUNDARAIN L. (1969, V-VI) pp 17-18 204
Pio XII P.M.E. 205
CV II Constitución Dogmática. “Lumen Gentium” (Roma 21/11/1964) nº 30-33.
82
QUINTA PARTE
Dimensiones del Carisma
INTRODUCCIÓN
Capítulo I DIMENSIÓN NEUMATOLÓGICA.
Capítulo II DIMENSIÓN CRISTOLÓGICA.
Capítulo III DIMENSIÓN MARIOLÓGICA.
Capítulo IV DIMENSIÓN ECLESIAL.
83
INTRODUCCIÓN
Eclosión del carisma de la Alianza .
“La víspera del día de la Purificación de Nuestra Señora de 1925, una veintena de
jóvenes muy piadosas celebraba una reunión íntima en el Camarín de la Virgen del
Coro de la Ciudad de San Sebastián. Aquello fue el principio de la llamada ALIANZA
EN JESÚS POR MARÍA”206.
Cada carisma tiene, en su origen, una triple orientación: hacia el
Padre, sobre todo en el deseo de buscar filialmente su voluntad mediante
un proceso de conversión continua, en el que la obediencia es fuente de
verdadera libertad, la castidad manifiesta un corazón satisfecho del amor
infinito, y la pobreza alimenta el hambre y la sed de justicia que Dios
prometió saciar (cf. Mt 5, 6).
Posee también una orientación hacia el Hijo, llevando a cultivar con
Él una comunión de vida íntima y gozosa, en la escuela de su servicio
generoso de Dios y de los hermanos. De este modo, la mirada
progresivamente cristifícada, aprende a alejarse de lo exterior, del
torbellino de los sentidos, es decir, de cuanto impide al hombre la levedad
que le permitiría dejarse conquistar por el Espíritu, y posibilita así ir a la
misión con Cristo, trabajando y sufriendo con Él en la difusión de su reino.
Por último, cada carisma comporta una orientación hacia el Espíritu
Santo, ya que dispone a la persona a dejarse conducir y sostener por El.
Los elementos histórico-teológicos del propio Carisma comprenden: las
intenciones, la mente, los propósitos, la intuición fundamental de los
Fundadores; las obras preferenciales, el conjunto de rasgos y de actitudes
que constituyen y definen la "espiritualidad" de cada Instituto, a partir de
la experiencia del Espíritu Santo. O sea, lo que se llama el "patrimonio
espiritual propio" de un Instituto.
206
A. AMUNDARAIN L. (1929, I-II) p 6
84
“El carisma del fundador, es por tanto para nosotros aquel don personal que,
estando al origen de la experiencia de la fundación, traza los lineamientos espirituales
esenciales que caracterizan la identidad propia del Instituto, su misión en la Iglesia, su
peculiar espiritualidad”207.
A la Iglesia le corresponde discernir si los carismas provienen del
Espíritu Santo, con el criterio de la caridad que impulsa al crecimiento del
cuerpo, de la Iglesia y colaboran en la salvación del mundo desde una
vocación especial.
“Los Institutos religiosos en la Iglesia son muchos y diversos, cada uno con su
propia índole”208.
Todos contribuyen a la construcción de la Iglesia:
“Pero todos aportan su propia vocación, cual don hecho por el Espíritu, por medio
de hombres y mujeres insignes”209.
Nacen en y para la Iglesia:
“Y aprobado auténticamente por la sagrada Jerarquía”210.
Reciben del Espíritu el carisma para bien de la Iglesia:
“El carisma mismo de los Fundadores se revela como una experiencia del
Espíritu”211.
Ese carisma se perpetúa en los miembros cuando viven de la misma
experiencia y lo van adecuando al momento presente:
“Transmitida a los propios discípulos para ser por ellos vivida, custodiada,
profundizada y desarrollada constantemente en sintonía con el Cuerpo de Cristo en
crecimiento perenne”212.
207
GIUSEPPE BUCCELLATO, Carisma e Rinnovamento, (Edizioni Dehoniane, Bologna, 2002), p28. 208
Cf CV II Constitución Perfectae Caritatis 7,8,9 y 10 209
Cf CV II C. Lumen Gentium 45 210
Cf CV II PC 1 y 2 211
PABLO VI Exhortación apostólica Evangelium Nuntiandi (Roma 8/8/1975) 11 212
S. CONGREGACIÓN PARA LOS RELIGIOSOS E INSTITUTOS SECULARES, Mutuae Relationes (Roma, 14 de
Mayo de 1978) 11
85
Capítulo I DIMENSIÓN NEUMATOLÓGICA.
“Dios Padre, por Jesucristo en el Espíritu, llamó a nuestro fundador, Antonio
Amundarain Garmendia, sacerdote secular de profunda vida espiritual y apostólica, a
una particular misión en la Iglesia con la fundación de la Alianza en Jesús por María,
el 2 de febrero de 1925”213.
La palabra carisma “Vocablo griego que hace referencia al objeto y
resultado de la gracia divina, un regalo de Dios otorgado a los creyentes”214
es el término más adecuado para definir: la naturaleza propia, la índole
peculiar, el espíritu, la identidad teológica y la misión más esencial de un
instituto. Porque esta palabra apunta directamente al origen específico de
la vida consagrada y de cada una de sus formas en la Iglesia, que son
esencialmente 'carismáticas', ya que obedecen al impulso vigoroso y
espontáneo del Espíritu Santo, y no a cálculos humanos o a razones
sociológicas, y ni siquiera a la iniciativa de la misma Iglesia.
El carisma fundacional, es decir -el carisma recibido por el fundador
en cuanto fundador-, constituye y define a un Instituto dentro de la Iglesia
y determina, su manera de ser, su espiritualidad y la misión que está
llamado a desempeñar en favor de los demás. Pero ¿en qué consiste
esencialmente este carisma?
Es ésta, sin duda, una afirmación clave y decisiva para entender en
toda su profundidad teológica el carisma fundacional, que es el núcleo vivo
y el germen primero del patrimonio espiritual de un Instituto. Esa
donación de gracia no es algo estático, sino una realidad vital, una
verdadera experiencia. Y no es sólo una experiencia 'espiritual', sino una
experiencia del Espíritu Santo. Supone, por tanto, una especial
213
A.J.M. C. (Madrid 2009) nº 1 214
A. APARICIO RODRIGUEZ y J. CAÑALS CASA cmf Diccionario teológico de la vida consagrada
(P. Claretianas 1989)
86
comunicación del mismo Espíritu Santo al fundador y una conciencia, por
parte de éste, del don sobrenatural recibido.
Será el documento “Mutuae Relationes” quien defina por primera vez
el carisma:
“Todo carisma auténtico lleva consigo una cierta carga de genuina novedad en la
vida espiritual de la Iglesia, así como de peculiar efectividad, que puede resultar tal vez
incómoda e incluso crear situaciones difíciles, dado que no siempre es fácil e inmediato
el reconocimiento de su proveniencia del Espíritu”215.
“Por eso la Iglesia defiende y sostiene la índole propia de los diversos Institutos
religiosos”216.
“La índole propia lleva además consigo, un estilo particular de santificación y
apostolado que va creando una tradición típica cuyos elementos objetivos pueden ser
fácilmente individuados. Es necesario por lo mismo que en las actuales circunstancias
de evolución cultural y de renovación eclesial, la identidad de cada Instituto sea
asegurada de tal manera que pueda evitarse el peligro de la imprecisión con que los
religiosos sin tener suficientemente en cuenta el modo de actuar propio de su índole, se
insertan en la vida de la Iglesia de manera vaga y ambigua”217.
De esta definición partirán y harán referencia muchos estudios y
documentos posteriores del Magisterio.
El mismo documento del magisterio eclesiástico que define el carisma
de los fundadores, advierte que, para que haya auténtica vida consagrada y
auténtico carisma, debe existir:
"Una profunda preocupación por configurarse con Cristo para testimoniar una
dimensión de su misterio"218.
El fundador lo va expresando progresivamente en distintas ocasiones,
es la misma idea pero quiero resaltar como se va repitiendo a lo largo de
los años:
215
SCRI MR 12 216
CV II LG 44; Cf. CDC 33; 35, 1, 2, etc. 217
SCRI MR 11 218
SCRI MR 51,b.
87
1927: “Nuestra querida Obra va creciendo. Esto no es obra nuestra, es obra de Dios.
Dios sabe a quienes ha elegido”.
1928:“Ciego debería estar quien no vea aquí la mano de Dios espléndida, no, no lo
hemos hecho nosotros”.
1933:“Digo y declaro que lo que he hecho no es obra mía, sino del Señor…”
1937: “(En el trance peor): Dejemos obrar al Espíritu Santo…”.
1938:“Vamos a buscar la voluntad de Dios. Vamos a decir al Señor, ¿qué queréis
que haga?”.
1946:“Pocas veces he tenido la confianza que hemos venido a buscar la voluntad de
Dios”.
1949:”Ninguno de sus momentos se puede explicar sin la intervención directa de
esta virtud de Dios, por ruegos de su Madre”219.
En las Constituciones viene refrendada la dimensión espiritual de esta
vocación:
“La vocación a la Alianza es un don gratuito y personal de Dios que nos da la
capacidad para responder, apoyándonos en su infinita fidelidad. La realizamos en una
consagración peculiar reconocida por la Iglesia”220.
El Espíritu Santo es el gran mediador en nuestra elección y
consagración por el Padre en el Hijo y en nuestra comunión con el Padre y
con el Hijo. Él es concretamente quien revela a Jesús. Él es, quien
convierte la "Presencia de Dios" en "Presencia espiritual" y
espiritualizante. La vida consagrada no es simple decisión de la libertad
personal; es fruto de una inspiración del Espíritu Santo. Es Él, con sus
dones y carismas y como DON personal del Padre y del Hijo, quien llama y
capacita para llevar a la práctica el modo de seguir e imitar al Jesús del
Evangelio.
El Espíritu Santo es quien "espiritualiza" la misión. Bastaría evocar el
encarecido ruego y hasta mandato de Jesús resucitado a los apóstoles de
219
A. AMUNDARAIN L. (1970, V-VII) pp, 54 a 76, Resumen de Asambleas Generales 220
A.J.M C. nº 23
88
no iniciar su misión antes de recibir el don del Espíritu. En la Iglesia toda
misión tendrá como protagonista al Espíritu Santo, y Él será quien dirija
sus actividades y las haga fecundas.
El Espíritu Santo es el "Creator Spíritus" de la Iglesia como Esposa y
Cuerpo de Cristo. Concretamente, la comunidad consagrada, como
expresión visibilizadora de la Iglesia, es una comunidad carismática del
Espíritu. Él es el mediador inmediato del encuentro como relación
interpersonal de sus miembros.
El Espíritu Santo es el "inspirador" de la oración como expresión de la
relación dialogal de la persona o de la comunidad con Dios. Bajo la acción
del Espíritu, la oración está tejida de "gemidos inefables", en especial
cuando la comunidad se reúne para el culto. Es entonces cuando más al
vivo se percibe el grito "Abba, Padre" como proveniente del Espíritu.
El carisma de la vida consagrada que:
“Lejos de ser un impulso nacido de la carne y de la sangre o que se conforma con el
mundo presente” (Jn.1,13) .
es:
“El fruto del Espíritu Santo que actúa siempre en la Iglesia”221.
221
PABLO VI Exhortación apostólica “Evangelica Testificatio” (Roma 29/6/1971) 11
89
Capítulo II DIMENSIÓN CRISTOLÓGICA.
“Como la principal vida de Jesús está en el Evangelio, viviendo el Evangelio como
lo vivieron los primeros cristianos, como ellos seremos cristianos, nos pareceremos a
Jesús”222.
El fundador percibió en algunos pasajes del evangelio y en algunas
actitudes de Jesús (o de María) una peculiar resonancia interior y hasta un
vigoroso impulso que le movía a vivir aquel mensaje descubierto y a
reproducir en sí mismo ese particular rasgo o comportamiento del mismo
Jesús. En esta relectura espiritual del evangelio se encuentra el origen, la
identidad y la misión primordial del instituto de vida consagrada por él
fundado. El carisma se convierte en una verdadera clave de interpretación
de todo el Evangelio. Y es una perspectiva unitaria desde la que todo se
comprende y todo se intenta vivir.
Para D. Antonio vivir de Jesús es vivir de su Evangelio y de esta
manera lo recomienda insistentemente en su Obra:
“Las sublimidades del Evangelio deben ser contempladas con fe divina”223.
“Leed el Evangelio de cara a Jesús, poseyendo a Jesús, viviendo a Jesús, amando
a Jesús”224.
“Desmenuzad el Evangelio, sin perder punto, ni escena, ni palabra, ni detalle”225.
La creciente configuración con Cristo se va realizando en conformidad
con el carisma y normas del Instituto al que el religioso pertenece. Cada
Instituto tiene su propio espíritu, carácter, finalidad y tradición, y es
conformándose con ellos, como los religiosos crecen en su unión con Cristo.
El objetivo más inmediato de toda vocación, consagración y misión
propias de la vida consagrada es seguir a Jesús, configurarse con Él; fijar
su atención en algún aspecto específico de la figura de Cristo, como el
222
A. AMUNDARAIN M. F. nº 122 223
A. AMUNDARAIN L. (1933, XII) p 290 224
A. AMUNDARAIN L. (1933, XII) p 287 225
A. AMUNDARAIN L. (1933, V) p 102
90
medio más idóneo, sugerido por el Espíritu, para paliar dicha necesidad.
No se excluyen otros medios, o, expresado en forma más clara, todos los
demás medios de los que pueda echar mano el fundador o la fundadora
nacen del gran impulso que experimenta al salir al encuentro de la
necesidad a través del aspecto específico de la persona de Cristo, que el
Espíritu le ha sugerido. Para el fundador solamente Cristo puede aliviar
la necesidad que ha dado origen a su obra. Su vida estará dedicada a
configurarse lo más posible con el aspecto específico del Cristo que ha
experimentado. Lógicamente cada Instituto tiene su carisma peculiar en
este seguir a Jesús.
“ (La Alianza es la vocación de la virginidad, y, en la virginidad, la perfección
evangélica, y, en ésta, el amor más ardiente y más puro a Cristo Jesús)226. Este es
nuestro carisma en la Iglesia, una experiencia del Espíritu Santo que nos configura real
y progresivamente con Cristo en el misterio de su virginidad”227.
Perpetuar en la Iglesia, de modo sacramental, el misterio de
anonadamiento y de sacrificio total de sí mismo, es la misión del
consagrado. Al mismo tiempo representa, hace de nuevo visiblemente
presente a Cristo en la Iglesia y para el mundo desde estas tres
dimensiones (castidad, pobreza y obediencia) esenciales de su proyecto de
vida. En esto consiste la identidad y misión de la vida consagrada.
Una nota especifica del fundador y en su Obra es la espiritualidad
cristocéntrica:
“ Nuestra consagración implica el seguimiento de Cristo. Nuestro ideal es “vivir en
todo y por todo de Jesús, en Jesús, por Jesús, para Jesús y como Jesús”,228 plenamente
en el mundo y para el mundo, orando y trabajando en el proyecto de la realización del
Reino de Dios.”229
226
A. AMUNDARAIN S. (19 46, VIII) p60 227
A.J.M C. (Madrid 2009) nº3 228
A. AMUNDARAIN M.F. nº 194 229
A.J.M C. nº 12
91
Jesús vivió su consagración precisamente como Hijo de Dios:
dependiendo del Padre, amándole sobre todas las cosas y entregado por
entero a su voluntad.
Por eso, toda consagración debe entenderse en referencia explícita e
inmediata a Jesucristo como una real configuración con Él en una
dimensión de su misterio. En consecuencia, allí donde haya una verdadera
conformación con Cristo, allí habrá verdadera consagración.
El Hijo de Dios se encarna para consagrar toda esa realidad humana y
desde ella, todo el mundo del hombre, asumiéndola, trascendiéndola y
redimiendola.
Cristo en la encarnación y desde la encarnación, renuncia al brillo, al
poder, a la gloria y a la majestad, no hace valer sus derechos y se presenta
en estado de debilidad. De este modo desanda el camino recorrido por
Adán, quien hizo alarde de una categoría que no le correspondía e hizo
valer unos derechos que no tenía. Como toda la vida de Jesús fue un estado
de virginidad, de pobreza y de obediencia, en realidad toda su vida fue un
continuo anonadamiento y vaciamiento de sí mismo (kenosis), es decir, un
perenne sacrificio y un proceso ininterrumpido de consagración.
“Que reine Jesús en vuestros sentidos, en vuestras miradas, en vuestras
conversaciones, con rendimiento absoluto al dulce imperio de su amor”230.
230
A. AMUNDARAIN L. (1933. V) p 103
92
Capítulo III DIMENSIÓN MARIOLÓGICA.
“Jesús vino al mundo por el camino de la virginidad. María es el camino
misterioso por donde Dios bajó a la tierra. Y por María, por la virginidad, va el mundo
a Dios”231.
Existe una profunda sintonía entre la esencia evangélica de la vida
consagrada y ciertos elementos fundamentales de la vida de la Virgen, tal
como la presenta el Evangelio. Es dicha sintonía la que explica la conexión
secular, por una parte, y la relación cordial, por otra, entre “espiritualidad
mariana” y “vida consagrada”, entre secularidad y consagración.
“He aquí la primera joven purísima, la primera virgen del siglo. La aliada debe
tomarla como modelo. De una manera especial, vea en ella los dos rasgos más salientes
la virginidad y la pureza”232.
La Alianza, con una explícita nota mariana en su título, ha puesto su
vida consagrada y su misión evangelizadora bajo la tutela de la Virgen,
declarando encontrar en ella ejemplo e inspiración para el cumplimiento de
su fin específico en la Iglesia.
“La espiritualidad mariana es parte esencial en nuestra vida. Para nosotras,
María es camino para ir a Jesús e impulsora de nuestra misión apostólica”233.
La Iglesia, en sus numerosos documentos sobre la vida consagrada,
ha destacado el papel primordial de la Virgen en el seguimiento a Cristo.
“La Virgen es maestra de seguimiento incondicional a Cristo y de servicio a todos.
Es modelo de consagración al Padre, de unión con el Hijo y de docilidad al Espíritu. Por
tanto, identificarse con el estilo de vida de virginidad, pobreza y obediencia de Cristo,
significa asumir también el estilo de vida de María. Nuestra relación filial con Ella es el
camino privilegiado para crecer en fidelidad a la vocación recibida y una ayuda eficaz
para avanzar en ella y vivirla en plenitud”234.
231
A. AMUNDARAIN M. F. 67 232
A. AMUNDARAIN Reglamento (1925 -1928) p 18; p 46 233
A.J.M C. nº 13 234
Cf. JUAN PABLO II Exhortación Apostólica Vita Consacrata (Roma 25/3/1996) nº 28
93
La misión de María es traernos a Jesús, ella es intercesora,
colaboradora en el plan de salvación y por María vamos a Jesús.
“En el seno, en el corazón, en los brazos de la virgen, el Hijo de Dios se ha abrazado
con la humanidad, y después, con cada uno de nosotros”235.
El Fundador se inspiró de una manera expresa, en la Santísima
Virgen como inagotable realidad-símbolo.
“En su maternal regazo se fraguó la primera idea de la Obra”236.
Y subrayó que no se trata de algo anecdótico o pasajero, sino de
experiencias existenciales; suscitadas por el mismo Espíritu Santo para
enriquecer progresivamente la vida y misión de la Iglesia, así como para
manifestar y prolongar, dentro de la vida consagrada, el carácter modélico,
por una parte, y la presencia operante, por otra, de María en la misma
Iglesia.
“Nuestra obra debe ser y será, si vosotras queréis una copia en miniatura de la
misma Inmaculada y, como Ella, tener a Jesús y darlo al mundo”237.
“ Sea María Inmaculada vuestra guía y modelo”238.
María Virgen, consagrada ya desde el principio de su existencia por su
Concepción Inmaculada, que supone no sólo la ausencia total de pecado,
sino la plenitud inicial de gracia; es consagrada de nuevo por la gracia de
la maternidad divina, en la Encarnación, quedando toda ella introducida
vitalmente en el ámbito de la Trinidad, invadida por el Espíritu,
“La primera flor de la celestial virtud de la virginidad fue plantada en el mundo
por el Espíritu Santo en el corazón de María…”239.
Asociada a la Paternidad del Padre y relacionada intrínsecamente con
el Hijo, a quien engendra, por una acción generativa propia, según la
naturaleza humana. Y, en ese mismo momento, inicia también ella todo un
235
A. AMUNDARAIN Mi día de retiro o un día con Jesús (Vitoria, 1937) pp 98-99 236
A. AMUNDARAIN L.(1940, VII) p 97s. 237
A. AMUNDARAIN L. (1926, XI) p, 6 238
A. AMUNDARAIN L. (1976. I-II) p 53 Oracional de la Alianza en Jesús por María (Vitoria 1953) pp. 7-9-75 239
A. AMUNDARAIN M. F. nº 292
94
proceso de anonadamiento ,de consagración hasta su Asunción gloriosa a
los cielos. María Virgen, al igual que Jesús, no hace alarde de su categoría;
se presenta como una mujer cualquiera; se proclama a sí misma sierva,
cuando otros la llaman Señora y Reina; no hace valer sus derechos. De
este modo, con su Hijo, desanda el camino recorrido por Eva y deshace el
nudo de la desobediencia y de la incredulidad que Eva había hecho.
María, viviendo en virginidad-pobreza-obediencia, se vivió en sacrificio
de sí misma y en autodonación a Dios y a los hombres. Por eso, justamente
es llamada "Modelo y amparo de toda vida consagrada" (Can. 663,4).
D. Antonio, desde niño, creció en una relación muy íntima con la
Madre. A su vida van asociados Santuarios y Camarines. En su primera
misa elige Aranzazu. Y la Obra comienza en el Camarín de la Virgen del
Coro. En María se ha hecho realidad su inquietud de fundador, en María
ha encontrado las palabras para expresar el carisma. Todo esto lo
encontramos en sus abundantes escritos sobre la Virginidad de María, que
a continuación, transcribo:
“¿No es, por ventura, ella la que ha inspirado, ordenado, dispuesto, dado vida y
calor a la Alianza, desde el primer instante de su fundación?240
“En María ha descansado siempre, desde su cuna, la vida de la Alianza…María la
encarnación de la virginidad…María, protectora de la pureza”241.
María es la primera virgen seglar, el modelo para la aliada, la lleva en
su nombre y en su medalla, la lleva en su carisma y en su espiritualidad:
“María es, modelo de perfecta aliada. En ella todo es imitable, porque todo es
sencillez y pequeñez”242.
240
A. AMUNDARAIN MF (1944) p 91 241
A. AMUNDARAIN L. (51,I—II) p 4 242
A. AMUNDARAIN L (1935, III) p 53
95
Capítulo IV Dimensión Eclesial.
“La Alianza en Jesús por María es un Instituto Secular femenino, de derecho
pontificio, basado en el magisterio de la Iglesia sobre los Institutos Seculares y en estas
Constituciones.”243.
El carácter eclesial de un Instituto no lo es (aunque lo incluye) por el
solo hecho de recomendar una obediencia filial al Papa y demás pastores
de la Iglesia; como tampoco por simplemente recomendar y promover una
participación en la pastoral de la Iglesia local o universal.
Sí, ha de tener conciencia de haber nacido en la Iglesia y que su misión
se realiza dentro de ella. Ha de estar en consonancia con la ec1esiología del
Magisterio, y hoy, concretamente con el Vaticano II y de su teología de la
vida consagrada; debe resaltar la vida consagrada naciendo de, en y para
la Iglesia, por una parte, y como “parábola”, “icono”, “imagen” y
"signo" de la misma Iglesia, por otra y vista siempre la Iglesia como
misterio de salvación, que hunde sus raíces en el misterio trinitario244,
como comunidad de fe, de amor y de misión, como pueblo de Dios, como
Iglesia universal y local.
El carisma que recibe el fundador en cuanto fundador, no es un don
para sí, sino para la Iglesia y el mundo. Por eso, es transmisible a sus
seguidores y, a través de ellos, es perdurable en la Iglesia. Ese carisma se
convierte en un legado patrimonial, en una herencia del fundador en
cuanto padre, transmitida por el Espíritu Santo a todos sus hijos. Estos la
reciben como un don gratuito y como una responsabilidad. Tienen, frente a
él, el deber y el derecho de acogerlo, de incorporarlo a la propia vida, de
custodiado y de irlo acrecentando y enriqueciendo progresivamente. El
243
A.J.M C. nº 2 244
Cf. LG 2-4; 5
96
carisma es un don dinámico, que exige crecimiento y desarrollo
permanente.
“El carisma de la secularidad consagrada es una forma que el Espíritu ha
aportado a la Iglesia, para realizar su misión en el mundo y desde el mundo”245.
Juan Pablo II en la exhortación apostólica “Redemptionis Donum”
habla explícitamente del carisma como un don, tanto para las personas
consagradas como para la comunidad y no duda en afirmar que en ese don,
se encuentran elementos válidos para vivir la consagración.
“Este amor ha nacido siempre de aquel don particular de vuestros Fundadores, que
recibido de Dios y aprobado por la Iglesia, ha llegado a ser un carisma para toda la
comunidad. Ese don corresponde a las diversas necesidades de la Iglesia y del mundo en
cada momento de la historia. En cada uno de estos elementos os acompaña la bendición
constante de la Iglesia y, a la vez, su pastoral y maternal solicitud”246.
El carisma es eclesial, porque a través del fundador y de su
comunidad se le ofrece a toda la Iglesia para su edificación dinámica y la
iglesia está llamada a acoger el fruto de esta particularidad.
El mismo Catecismo incide en la eclesiología del don:
“Los carismas son dones especiales del Espíritu Santo concedidos a cada uno para
el bien de los hombres, en particular, para la edificación de la Iglesia, a cuyo Magisterio
compete el discernimiento sobre ellos”247.
Los seglares consagrados, están llamados a manifestar la apertura
real a los valores del mundo actual (auténtica secularidad) y la plena y
profunda entrega de corazón a Dios (espíritu de consagración).
“Redunda en bien mismo de la Iglesia el que todos los Institutos tengan su
carácter y fin propios. Por tanto, han de conocerse y conservarse con fidelidad el espíritu
y los propósitos de los Fundadores, lo mismo que las sanas tradiciones, pues, todo ello
constituye el patrimonio de cada uno de los Institutos”248.
245
A.J.M C. nº 21 246
JUAN PABLO II Exhortación Apostólica “Redemptionis Donum” (Roma, 25/3/1984) nº 15 247
CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA (Madrid, BAC, 1992) nn 779-881 248
CV II, Decreto Perfectae Caritatis, 28.10.1965, n. 2b.
97
SEXTA PARTE
Su proyección en la Iglesia
INTRODUCCIÓN
Capítulo I EL CARISMA FUNDACIONAL
PUREZA- VIRGINIDAD.
1. La virginidad cristiana
2. El carisma en la Iglesia
3. El carisma en la Alianza
Capítulo II LA PROYECCIÓN DE LA ALIANZA.
ALIANZA ES DECIR APOSTOLADO.
1. Inspiración – ensayo
2. Un poco de historia
3. La Alianza es apostolado
4. La Alianza a la luz de la fe.
98
INTRODUCCIÓN.
“Pío XII, cuando tuvo que dirigirse especialmente a las juventudes, la nota clara,
rotundamente clara y extremadamente destacada (en que pondría su énfasis) fue siempre la
invitación a una vida espiritual alta y delicadamente pura y virginal. Parece que en su mente y
en su corazón no vio ni sintió virtud más extraordinariamente propia y necesaria que la pureza
en la juventud, como práctico remedio para los males presentes”249.
Hemos ido paseando por la vida de este sacerdote, y en ella hemos
encontrado razones para entender su carisma de fundador. Hemos sido
testigos, a través de sus escritos, del hecho de hacer realidad una
consagración secular y su forma concreta de vivirla.
Nos hemos acercado a los textos del Magisterio, que han avalado y
encauzado este estilo de vida.
Ahora concretamos este carisma de Virginidad, según la vivió y la
entendió él. Para concluir con la misión del Instituto en el mundo y en la
Iglesia, en este Año de la fe y de la Nueva Evangelización.
Una pequeña aclaración: D. Antonio, como hombre de su tiempo,
utiliza frecuentemente apostolado en lugar de misión. Por ello define la
Alianza como apostolado.
“Vida de apostolado sin ruido, individual, suavemente insinuadora, cautivadora, que se
filtra con disimulo en el mundo de nuestras profesiones, oficios y empleos; apostolado a que nos
lleva el cumplimiento de nuestro deber y que justifica nuestra presencia en todo lugar”250.
249
A. AMUNDARAIN L. (1951, III-IV) p 34 250
A. AMUNDARAIN Correspondencia Familiar. (1951) pp 1,4
99
Capítulo I EL CARISMA FUNDACIONAL PUREZA VIRGINIDAD.
“Jesús vino al mundo por el camino de la virginidad. María es el camino misterioso por
donde Dios bajó a la tierra; y por María, por la virginidad, va el mundo a Dios”251.
1. La virginidad cristiana.
Me ha parecido acertado ofrecer esta fundamentación teológica de la
Virginidad que hace D. Demetrio, Obispo de Córdoba en unas jornadas
sobre la vida consagrada, junto a algunos textos de D. Antonio:
Trinitario: Dios Padre es virgen y engendra virginalmente a su Hijo
eterno, en el amor del Espíritu Santo.
“Dios es virgen, infinitamente puro. La virginidad más pura unida con la
fecundidad más prodigiosa nos da su razón de ser en el gran misterio de Dios uno y
trino. He aquí el principio y origen de la excelsa virtud de la virginidad”252.
Cristológico: Jesucristo, el verbo hecho carne, es virgen en su
humanidad santa. Se parece a su Padre. Y en esta virginidad se desposa
con la humanidad (con la suya singular y con cada hombre). “Por su
Encarnación, el Hijo de Dios se ha unido de alguna manera con cada hombre”253.
“El mismo Jesús, ¿qué es sino una maravilla de la virginidad? Jesús, en cuanto
Dios, viene de una fuente virginal, de un Padre infinitamente virgen, y en cuanto
hombre, de otra fuente virginal, de una Madre-Virgen”254.
Mariológico: María, la mujer que ha colaborado en el misterio de la
redención es virgen, “Madre de Dios y virgen antes del parto, en el parto y después del
parto”255. Y con ella, José, padre virginal de Jesús.
“¡La Virginidad! He ahí el secreto de María”256.
251
A. AMUNDARAIN M. F. nº 67 252
A. AMUNDARAIN Semillas de Inquietud (Madrid, AJM, 1975) nº 1578 253
CV II G.S. nº 22 254
A. AMUNDARAIN S I nº 1580 255
II Concilio de Constantinopla (Año 553) 256
A. AMUNDARAIN S I nº 1583
100
Eclesiológico: La Iglesia esposa virginal de Cristo, prolonga en la
historia la redención, a imagen de María.
“¡Cuánta gloria para Dios, para la Iglesia”257.
Estado de vida consagrada: Jesús llama a vivir este estado como
expresión de una relación especial con él. Juan el discípulo amado, es
virgen. En la historia de la Iglesia son miles, varones y mujeres, los que en
el seguimiento de Cristo son vírgenes por el Reino de los cielos.
La virginidad cristiana, por tanto es original. No tiene nada que ver
con la virginidad de los cultos paganos. La virginidad cristiana es vida en
plenitud, como la del Padre eterno, como la del Hijo hecho hombre
Jesucristo, como la de María, que concibe a su Hijo en plenitud de vida,
como la de la Iglesia santa258.
En una presentación del Documento Vida Consagrada de Juan Pablo
II, se recoge esta idea de la virginidad:
“Si las varias formas de vida consagrada tienen su origen en la historia, la vida
consagrada, en cuanto tal, ha tenido su origen en el Señor mismo. Que ha elegido para sí y para
su madre esta forma de vida”259.
2. El carisma en la Iglesia.
Todo fundador tiene un modo peculiar de asimilar y de vivir los
elementos constitutivos y comunes de la vida cristiana y evangélica. En
respuesta a una peculiar vocación, se siente impulsado a meditar
preferentemente y a reproducir en la propia vida algunos rasgos especiales
de la vida de Jesús y de su misterio260.
257
A. AMUNDARAIN S I nº 1592 258
Cf D. FERNANDEZ GONZÁLEZ Obispo de Córdoba en La III jornada sobre la Vida Consagrada en la Iglesia de
España ( Madrid el 27 de noviembre de 2010) 259
Monseñor SOMALO MARTÍNEZ en la PRESENTACIÓN DEL DOCUMENTO SOBRE LA VIDA CONSAGRADA 260
S. MARÍA ALONSO cmf. PALABRAS MENORES Articulo Religioso (25 de Octubre del 2007)
101
La palabra carisma es la transcripción literal de un vocablo griego, que
se encuentra principalmente en las cartas de San Pablo y que expresa un
concepto básico de su teología. El sustantivo járisma sirve para designar el
resultado o efecto de una acción propia del Espíritu Santo. El carisma es
un don especial de gracia, concedido por el Espíritu Santo. Un don que,
además, proviene del Espíritu de manera directa e inmediata y de modo
permanente. Es decir, es un don enteramente gratuito, que está
proviniendo de forma ininterrumpida del Espíritu Santo y que, por lo
mismo, no se desvincula en ningún momento de su principio de origen. Por
eso, el carisma nunca se posee como propio; sino que siempre se posee como
recibido y de hecho se está recibiendo permanentemente.
Todos los carismas se articulan en el Cuerpo místico de Cristo, es
decir, en la Iglesia. Son dones del Espíritu, que se reciben siempre en el
ámbito 'teológico' de la misma Iglesia, aunque no siempre a través de sus
estructuras visibles, y que siempre redundan en bien de la Iglesia entera.
San Pablo, en (1 Cor 12, 7) afirma: "A cada uno se da la manifestación
del Espíritu para utilidad” (pròs ton symphéron=ad utilitatem).
Fue Santo Tomás de Aquino el que, en plan de comentario, añadió, por
su cuenta y riesgo: "scilicet, aliorum", de los otros. Y esta 'añadidura', que
no tiene base en San Pablo y que, por supuesto, no pertenece al texto
original, ha sido incorporada, como si a él perteneciera, por los exegetas y
traductores. Porque traducen: "para utilidad común".
Todo carisma, en cuanto don de gracia otorgado por el Espíritu, es en
sí mismo útil y provechoso para todos; pero, comenzando por la persona o
personas que lo reciben. Y que, si a ésta o a éstas, de hecho, no les es
provechosa y útil, será por su propia 'culpa', no por la naturaleza propia del
carisma.
102
Concretamente, el carisma de la vida consagrada y de cada una de sus
formas, no es nunca sólo un don para los otros, sino, ante todo, un don de
gracia para la persona o personas que lo reciben. Pero un don, que redunda
siempre y necesariamente en bien de los demás. Porque, en sentido
cristiano, no existe don alguno o gracia tan particular, que beneficie sólo y
exclusivamente a quien lo recibe. En este preciso sentido, no existen
privilegios. Aunque existen dones y gracias y carismas, que ciertamente no
todos reciben, y que "Ni siquiera todos entienden, sino sólo aquellos a
quienes les ha sido dado" (Mt 19, 11).
Hay carismas que podríamos llamar 'institucionalizados'. Unos, por
Cristo mismo, como el sacramento de la confirmación, del orden, la
jerarquía, etc. Otro, por la Iglesia, como la vida religiosa, pero sobre la base
doctrinal y ejemplar de Cristo.
La Iglesia misma es el gran "Carisma", desde el cual y en el cual
tienen sentido todos los demás carismas. Carisma e institución no se
contradicen ni se oponen, sino que se complementan y se explican
mutuamente.
Todo verdadero carisma muestra una relación intrínseca y esencial
con la caridad. Más aún, todo carisma es caridad. Porque la caridad
contiene, resume y condensa en sí misma todos los carismas. Ella misma es
el gran Carisma, el "Carisma mayor".
No brota nunca del resentimiento, del orgullo herido o del desamor, ni
puede tener nunca como propósito o finalidad hacer sufrir o provocar la
desunión o la rebeldía. Pero, justamente por eso, puede ser no pocas veces
amor dolorido, que valientemente 'pone el dedo en la llaga' para evitar que
ésta se cierre en falso, y que al mismo que cumple esta misión 'carismática'
103
de amor, es a quien más le duele tener que hacerlo, por el inevitable
sufrimiento que provoca en los demás261.
3. El carisma en la Alianza
“El triunfo del amor; el perfecto amor, el amor evangélico, el amor sin mezclas ni
divisiones, al amor puro, virginal”262.
Para definir el carisma en la Alianza, pensamos que no hay ningún
testimonio mejor que el del propio fundador. Testimonio por otro lado muy
disperso en diversas publicaciones y apuntes inéditos. Con todo, nos parece
que tenemos datos suficientes para poder exponer los comienzos de una
Obra de Dios, que nace en 1925, al calor y en el regazo de la Virgen del
Coro, en San Sebastián.
El fundador era, no cabe duda, un escrutador de las necesidades de la
Iglesia y del mundo. Diríamos mejor, que el amor le hizo ver mucho más
allá de lo que la razón comprende. A D. Antonio sólo se le puede
comprender desde su apasionado amor a Cristo. Este grito, lo define, es la
razón de todos sus afanes, que le hacen buscar, sin descanso, soluciones
para la falta de amor que advierte en el entorno que le rodea. Y encuentra
salida, una salida que parece extraña, casi una utopía. Esta salida se
define en una nueva identidad que integra:
Un don de Dios, el carisma, virginidad fecunda, porque Dios nos da
vida abundante. “He venido para que tengan vida abundante” (Jn 10,10);
Una espiritualidad, vida en el Espíritu: cristocéntrica, mariana y
eclesial, “ser instrumento de unidad de todo el género humano”263.
Un lema: amor, pureza y sacrificio.
261
Cf. S. MARÍA ALONSO cmf. PALABRAS MENORES Articulo Religioso X-2007 262
A. AMUNDARAIN Instrucciones sobre puntos fundamentales en la Alianza (1950) p 8 263
CV II LG 1
104
La vivencia de los consejos evangélicos y las bienaventuranzas,
como camino de felicidad.
Y la secularidad consagrada en las entrañas del mundo.
"En la Alianza, la idea de la virginidad y del apostolado prevalente por su triunfo en las
almas escogidas y capaces de cultivarla, ha ocupado siempre el primer puesto... La Alianza... es
una institución virgínea, que, en sus constituciones, en su lema y en la médula de su vida... lleva
la consigna de trabajar, de vivir, de sacrificarse y de morir por el triunfo de la virginidad”264.
Las aliadas han sido llamadas a vivir la virginidad consagrada a
ejemplo de Cristo virgen, a configurarse con Él en esta dimensión de su
vida, a seguirle e imitarle, hasta el punto, de convertirse en testigos para
los demás, de Cristo virgen.
En medio del mundo y desde el mundo vivir con toda responsabilidad
los quehaceres propios, y las condiciones normales de vida dentro de la
familia, profesión y cualquier campo de acción: cultural, social o de
cualquier índole, donde puedan gestionarse los asuntos temporales
orientándolos explícitamente a la construcción del Reino.
El carisma en la Alianza de pureza virginal está íntimamente
relacionado con la sexta Bienaventuranza. D. Antonio en el segundo tomo
de Jesús del Evangelio, comienza el capítulo 13 centrándose en Los de
corazón limpio, con las siguientes citas bíblicas:
“Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios” (Mt 5,8) “Crea en mí,
¡oh Dios! Un corazón puro, y renuévame por dentro con espíritu firme” (Sal 50,12) “Huye de las
pasiones juveniles, y procura practicar la justicia, la fe, la caridad y la paz con aquellos que
invocan al Señor con limpio corazón” (2Tm, 2,2)
Esta intuición es la que permanece y va configurando la Obra.
“Algo que está desde los primeros momentos y que permanece inalterable es la clara
conciencia que tiene el Fundador respecto del carisma de su Obra, que confirma la idea
fundacional, le llena de gozo y lo expresa con estas palabras:
264
A. AMUNDARAIN L (19 53, III-IV) pp 418s
105
“Yo no he concebido jamás la Alianza sin una completa libertad para izar muy alta la
bandera de la virginidad”265.
El carisma fundacional de la Alianza comporta, sin duda, una
comprensión particular del Evangelio o de un rasgo del mismo,
convirtiéndose así en una exégesis viviente, ya que a través de él se hacen
visibles a la comunidad eclesial unos rasgos peculiares, concretamente
aquellos que se refieren de un modo directo a Cristo virgen. De este modo,
las aliadas contribuyen con su estilo de vida y de misión a una mejor
comprensión del Evangelio desde lo que constituye su identidad
evangélica.
El carisma de la virginidad es un don de Dios. Nadie puede pretender
este estilo de vida si el Señor no le llama, pues supera todas las
capacidades del ser humano. Toda persona, hombre o mujer, ha nacido
para el amor esponsal. Todos llevamos cincelada en nuestra naturaleza
esta cualidad. Hemos nacido para amar. Para la mayor parte de las
personas la vía ordinaria es el matrimonio. Pero a algunos cristianos, el
Señor les concede el don de la virginidad. Gracias a este don, viven una
relación esponsal personal y exclusiva con Él, entregándole su corazón y su
afectividad con un amor total, exclusivo e indiviso.
“La virginidad, en sus diferentes modalidades, ha sido siempre y es hoy-después
del martirio- el más rico tesoro de la Iglesia”266.
265
I. ALVAREZ SANCHEZ Historia de la Alianza en Jesús por María (Madrid, AJM, 2001) p. 46 266
A. AMUNDARAIN M F (Madrid, AJM, 1975) nº 49
106
Capítulo II LA PROYECCIÓN DE LA ALIANZA.
ALIANZA ES DECIR APOSTOLADO.
“Nosotros entendemos por apostolado el desbordamiento y expansión del verdadero amor.
El apóstol que no convierte en vida propia aquello que predica, a lo más dice y enseña; mas el
que lo vive, lo asimila y hace sustancia propia, ése da doctrina, se da a sí y a Dios en la doctrina
y en sí”267.
Juan Pablo II, escribe en Vida Consagrada, la misión de la mujer en
la Iglesia:
“Las mujeres consagradas, están llamadas a ser de una manera muy especial, y a
través de su dedicación vivida con plenitud y con alegría. Un signo de la ternura de Dios
hacia el género humano y un testimonio singular del misterio de la Iglesia, la cual es
virgen, esposa y madre”268.
1. Inspiración – ensayo.
Unos años anteriores, de la primera reunión en 1925, el fundador
relata los detalles de cómo comenzó este camino:
“En el año 1921 ó 1922 conocí a una persona de la aristocracia…muy dada a la vida del
mundo…por haber hecho unos Ejercicios, obtuvo que la gracia divina la tocase…y se resolviese
darse a Dios. Yo que lo veía, pensaba muchas veces: ¡Cuán fácil es para ella llegarse a Jesús
cuando se resuelve a desprenderse de lo que le estorba!... Y así, se me ocurrió, que sería un
apostolado importantísimo y urgente separar del mundo a unas pocas que viviesen
completamente desprendidas de él y entregadas del todo a Jesús…Y soñé. Me puse a escribir y,
con apuntes a lápiz que había hecho y que daban una idea solamente de lo que ahora es la
Alianza, me presente a mi Párroco… Nada se hizo, porque todavía no había llegado la hora de
Dios”269.
Ahí queda suspendida esta primera inspiración. Se ha lanzado a una
aventura muy arriesgada, pero persiste en ese pensamiento:
267
A. AMUNDARAIN S F (Vitoria, 1946) pp.23-24 268
JUAN APBLO II Exhortación apostólica Vita Consecrata (Roma, 25/3/1996) nº 57 269
A. AMUNDARAIN L. (1933, IX) pp 196-197
107
“La experiencia en el ministerio de las almas nos ha demostrado que existen en el siglo
gran número de almas puras que sienten hambre de Dios y de santidad. Aun fuera del claustro
hay almas que desean aspirar a vida más perfecta y santa que un simple cristiano”270.
2. Un poco de historia
En una fecha posterior el fundador coincide con las líneas
fundamentales de su pensamiento – la idea de la virginidad en el mundo-
es la hora de Dios:
Era una idea vaga, una palabra, un ideal…un misterio…como si dijéramos, las
líneas de una Obra, que ninguno de los que estábamos allí sabíamos lo que iba a
ser…Ellas y yo no éramos más que meros instrumentos que nos habíamos dejado en
manos de la Providencia y, si algo nuestro podemos atribuiros, diremos que fue el haber
seguido cuanto Dios nos empujaba… ese granito de mostaza, que cayó aquí, que se
deslizó por el manto de la Virgen del Coro y se sembró en veinte almas” 271.
El joven sacerdote, providencialmente, destinado como coadjutor en
Santa María ve cercana la realidad de su sueño:
“Esta Virgen miraba al otro lado…las puertas cerradas: Abrimos una rendija y
aquí, de rodillas, 20 almas escogidas…”272.
Antes que nada es preciso vivir, y en sí mismo ha hecho vida el ideal
que propone y como ha prendido la llama, persevera:
“Segunda convocatoria en el mismo Camarín y a los pocos días, a la que asistieron
las anteriores y algunas nuevas. Un poco de espera prudente y trabajo personal en el
confesionario con todas ellas. Algunas no se deciden y se retiran. Varias reuniones
donde, rodeando al pequeño Sagrario, orábamos mucho. Se descubre el secreto, y
comienzan las pruebas…El rumor se extiende y hay que acudir arriba”273.
Hay que ponerlo por escrito y reglamentar este secreto para que sea
aprobado por la Iglesia:
270
A. AMUNDARAIN R. (1928) nº 5 271
A. AMUNDARAIN L. (1934, XI) p 289 272
A. AMUNDARAIN L (19.34, XI) p 287 273
A. AMUNDARAIN Datos que me pides (Nota mecanografiada y firmada por él 1948) Proc Fol. 2438 p 41
108
“Escribí precipitadamente un cuaderno, que se guardaba, gracias a la diligencia
de una religiosa de San Bartolomé…Y entrevista con el Vicario don Asunción
Gurruchaga que me alimenta y anima. Don Antonio Ormazábal cae a nuestro favor, y
también don Julián Ayestarán, don Wenceslao Mayora, don Andrés Olaechea, etc”274.
“Y en efecto, la Sagrada Congregación de Roma, después de haber examinado
detenida y minuciosamente las Constituciones de la Obra, la ha encontrado madura,
completa y digna de que sea incluida en la nueva modalidad de perfección cristiana, de
Institutos Seculares, a tenor de la Constitución Provida Mater Eclesia”275.
He aquí el proceso de la evolución del nombre que confirma la
permanencia de la virginidad como carisma, desde los comienzos de la
Obra:
1º “Esclavita de la Virgen del Coro”276. Sello mariano, proyección local
2º “Alianza Virgínea o esclavita de Jesús por María”277. se destaca, en
primer término, su carisma especifico; y se matiza el nombre primitivo con
una referencia cristológica y una proyección geográfica más amplia.
3º “Alianza Virgínea” 278 .
4º “Alianza con Jesús por María”279.
5º “Alianza en Jesús por María”280. ¿Por qué el cambio de preposición?
“por indicación superior”281, del Dr. Eijo Garay282 a quien le parecía que la
preposición con colocaba a la Alianza en el mismo plano con Jesús, como
igualándola con El.
274
A. AMUNDARAIN Datos que me pides (Nota mecanografiada y firmada por él 1948) Proc Fol. 2438 p 41 275
A. AMUNDARAIN Proc; fol 2566. este autógrafo lleva el siguiente encabezado: “Desde el presbiterio en Santa
María de San Sebastián, el 2 de Febrero de 1950, se leyó a la Alianza y al pueblo esta noticia”. Y contra lo usual en el
Siervo de Dios, lo terminaba poniendo la fecha: “San Sebastián, once y media de la noche del 1 de Febrero 1950. A
Amundarain” Rubricado. 276
A. AMUNDARAIN R (1931); L (1933, IX) p 197 277
A. AMUNDARAIN R (1925) 278
A. AMUNDARAIN L (1926, V-VI) pp 3, 23,26 279
A. AMUNDARAIN R (1927); L (1927, XI-XII) pp 85. 102 280
A. AMUNDARAIN L (19 33,II) p 32; R (1933); L (1937, XI) p197; C (1964) nº.9 281
A. AMUNDARAIN L (1948, XII) p 246; S (1950, X) p 71 282
A. AMUNDARAIN L (1969, V-VI) p 20,
109
Antes de hablar del apostolado específico de la Alianza quiero
fundamentar la consagración aliada, a la luz del magisterio reciente;
porque en ella encontramos el origen y el sentido de su misión:
“La consagración aliada se realiza mediante los tres votos”283.
“Aunque los compromisos aliados son diversos, según el grado de incorporación a la
Obra, todos los miembros de la Alianza “aspiran a esta consagración” total y definitiva”284.
“Compromiso definitivo, que la aliada no puede romper arbitrariamente.”285.
“Consagración, sustancialmente idéntica a la religiosa”286.
“La consagración es el alma de la secularidad”287.
3. La Alianza es apostolado.
“En Nuestro estilo de vida secular, en dispersión, nos permite llegar a todos los ámbitos
de la sociedad en los que debemos hacer visible la presencia amorosa y salvadora de Cristo,
desde nuestro carisma, y tal como nos lo propone el Evangelio.”288.
El Instituto Secular tiene su propia y genuina identidad,
consagración y secularidad constituyen la unidad; habrá, pues, que partir
de esta realidad identificadora, para encontrar la verdadera significación,
también propia y peculiar, de la forma como evangeliza el Instituto
Secular. Como notas distintivas de esa evangelización propia de los
miembros del Instituto Secular, podíamos señalar:
Primacía de Dios. En una referencia constante y permanente. Todo
en Dios. Todo por Dios. Todo para Dios. Caridad eximia, esperanza
incansable, fe viva, gozo de ayudar y servir... Es amor de castidad por el
Reino de Dios, que ofrece la propia vida en amor gratuito. Es amor de una
generosidad inmensa. Amor que es expresión de una libertad
incondicionada.
283
A. AMUNDARAIN MF nº 234; LG 44a, PC 11a 284
A. AMUNDARAIN MF nº 234; PC 11a 285
A. AMUNDARAIN MF nº 235; LG 47 286
A. AMUNDARAIN MF nº 236; Provida Mater 9; Primo Feliciter II; Cum Sanctissimus 7 287
A. AMUNDARAIN MF nº 236; PC 11a 288
ALIANZA EN JESÚS POR MARÍA C nº 7
110
Imprescindible, en este modo de evangelizar, es vivir en pobreza. O
lo que es igual, tener a Dios como la única riqueza, como el único valor
imprescindible. Dios es lo más querido, lo más apreciado, lo que nunca se
puede canjear por nada.
Tu rostro buscaré, Señor (Sal 26, 8). La obediencia es como
expresión del gran deseo de tener cerca a Dios. Escuchar su palabra y
seguir incondicionalmente y sin reservas su voluntad. Y acepta las
mediaciones que Dios ofrece en su hijo Jesucristo.
Partiendo de aquí, ahora, vuelvo a D. Antonio que incluye en la
formación sobre el apostolado, unas cuantas verdades fundamentales
tomadas del librito de oro de D. Chautard:289
“Seis verdades fundamentales:
Primera: Ante Dios la vida interior es superior a la vida activa.
Segundad: La vida de apostolado no es más que el desbordamiento de la vida
interior.
Tercera: Las obras de celo deben ir impregnadas de vida interior.
Cuarta: La vida activa es peligrosa sin vida interior.
Quita: El alma de obras apostólicas, sin vida interior, caerá en la tibieza.
Sexta: La fecundidad de las obras está en la vida interior”290.
“Cristo, enviado por el Padre, es la fuente y origen de todo el apostolado de la Iglesia. La
misión de Cristo consiste en revelarnos, con su vida y con su palabra, que Dios es nuestro Padre,
y que somos realmente sus hijos y todos hermanos en el Espíritu. La fecundidad del apostolado
depende de la unión vital de cada uno con Cristo”291.
La aliada entiende que el verdadero apostolado es un desbordamiento
y expansión del verdadero amor. Sobre todos los demás métodos, busca un
apostolado convertido en amor, hecho vida, apostolado vivido y viviente. El
289
J. B. DOM CHAUTARD Abad cisterciense El alma de todo apostolado (Traducción de la 9ª edición francesa,
tipografía de Martín A. Valladolid, 1927) 290
A. AMUNDARAIN M F (Madrid, AJM, 1975) nº 278 291
Cf. PABLO VI Decreto Apostolicam Actuositatem 4 (Roma 18/11/1965)
111
primer fruto de su apostolado debe ser su propia santidad. D. Antonio
insiste en no dejar de mirar a Jesús para orientar la misión en el mundo:
“El maestro de todo apóstol es Jesús, hay que distinguir en Jesús tres clases de
apostolado: apostolado oculto, o público y doloroso por inmolación”292.
“La misión de la Alianza, es dar a Jesús al mundo en el llano de la vida. Y darle
como María, sin que el mundo se dé cuenta de este gran misterio”293.
Así lo ha definido D. Antonio y como tal, estimula siempre a avivar el
amor. Pero tiene gran cuidado de ayudar a quienes viven una intensa
actividad apostólica, centrando su vida en la humildad, la confianza en
Dios, y en el sacrificio:
"He ahí tu gran misión de [maestra] apóstol. Ojalá que cada pueblo... tuviese un alma
consagrada. Maestra para formar los futuros de la niñez en los cimientos de la fe
cristiana…Sustituta del sacerdote en muchos ministerios compatibles. Madre para enjugar
muchas lágrimas, ayudar muchas necesidades y remediar muchas orfandades"294.
El apostolado de la oración, en primer puesto y desde ahí beben todos
los otros apostolados. El más eficaz el que está al alcance de todas las
aliadas, la oración:
“La oración es la que ha de salvar al mundo. Ora al Padre. Ora para que sea Él
glorificado en todo el mundo. Ora porque reine Jesucristo, Rey de amor. Ora por la Iglesia, por
el Papa, por la Jerarquía; ora por los que no oran y necesitan de las oraciones de sus
hermanos”295.
El apostolado de la palabra, de la vida, del testimonio, del sacrificio,
van a ser los otros apostolados; resumiendo la virtud vivida:
“Una palabra suave, caritativa, cariñosa y prudente, en la fábrica, en el taller, en
la oficina, en la calle. Más haremos por las personas con nuestro diario y continuo
sacrificio, unido en la santa misa… que con nuestra palabra y acción. Obra en silencio,
ama el apostolado humilde ¿Sabes que el secreto para hacer el bien no está en hablar
292
A. AMUNDARAIN M F (Madrid, AJM, 1975) nº 279 293
A. AMUNDARAIN M F (Madrid, AJM, 1975) nº 282 294
A. AMUNDARAIN Cart. Aliada 38-XII-1 7 295
A. AMUNDARAIN M F (Vitoria, AJM, 3/8/1944) pp 312-343
112
mucho y bien, hacer cosas de mucho brillo y llamar la atención? ¿Qué hizo María en
casa de Isabel? Llevar y dar a Jesús”296.
“El apóstol que no convierte en vida propia aquello que predica, a lo más dice y
enseña; mas el que lo vive, lo asimila y hace sustancia propia, ése da doctrina, se da a sí
y a Dios en la doctrina y en sí”297.
Hay que destacar el apostolado específico de la Alianza el triunfo de la
pureza en sí y en los demás, es el gran ideal de la Alianza, según reza su
definición.
Reflejar y proyectar la virginidad de Cristo y de María.
“En la Alianza, la idea de la virginidad y apostolado por su triunfo en las almas escogidas
y capaces de cultivarlas, ha ocupado siempre el primer puesto”298.
La Alianza debe llevar al mundo pureza de corazón que es
especialmente cuando la acción externa es puro reflejo del interior. Pureza
de intención, cuando Dios llena totalmente la finalidad de nuestras
acciones, cuando no hay división en nuestro espíritu y todo él está
orientado a Dios.
La aliada apóstol tiene clara su vida en dispersión, que su primera
misión es la fidelidad a la propia vocación:
“Casi toda la vida de Jesús consistió en el apostolado oculto y humilde…nos enseñó
viviendo”299.
Los ámbitos más habituales de su apostolado son:
Familia: "La Alianza tiene un gran apostolado en la vida del hogar”300.
Profesión:“La eficacia de vuestro apostolado profesional, arranca de la integridad ”301.
Social:“Dios será su vida, Jesús su ideal, querrá ser una nueva humanidad suya ”302
296
Ib. 297
A. AMUNDARAIN S F (Vitoria, 1945) p 24 298
A. AMUNDARAIN L (marzo-abril, 1953) 299
A. AMUNDARAIN M.F 318-319 300
A. AMUNDARAIN Constituciones. y comentarios (1953) p. 41 301
A. AMUNDARAIN C.F. (1953), n 6, 46 302
A. AMUNDARAIN M.F. 44 p. 241
113
Infancia y juventud: “Las niñas.- He ahí el primer campo y el que tal vez está más
a mano de las hermanitas”303.
Apostolados propios: Escuela de Jesús."Una palabra que es una súplica que os
hacemos desde lo más íntimo del corazón; que no olvidéis jamás esta porción"304.
Participación en actividades de la Iglesia local: "El campo preferente
de la Obra de la Alianza es la Parroquia respectiva"305.
Estos son los campos ordinarios, pero quiero resaltar que su acción es
preferentemente individual y silenciosa.
“Evangelizar es, ante todo, dar testimonio, de una manera sencilla y directa, de Dios
revelado por Jesucristo mediante el Espíritu Santo”306 .
4. La Alianza a la luz de la fe.
“La fe en Cristo, he ahí el principio de todo apostolado, gran fe, viva fe, intensa fe”307.
La fe es precisamente una real participación en la existencia de Jesús:
encarnación-cruz-resurrección. El prójimo que se encuentra en el camino, y
no las tareas que se realizan, es lo verdaderamente trascendente. Jesús fue
el Hombre para los demás; porque vivió enteramente como Hijo del Padre,
pudo vivir como Hermano de todos los hombres.
“Creer admirando, disfrutando, amando, viviendo lo que creemos, creer así es creer
positivamente, es vivir la fe. Esta fe es la que nos hace vivir de Dios y en Dios”308.
Quienes han optado carismáticamente por el seguimiento cercano de
Cristo en la vida consagrada deben ser evangelizadores por su propio ser
antes que por su quehacer. Consagración y misión no son dos realidades
separables y ni siquiera adecuadamente distintas, la misión no es más que
la consagración en su sentido dinámico.
303
A. AMUNDARAIN .MF 44 p.326 304
A. AMUNDARAIN Silbidos del Pastor (1934, VIII) nº10, p.8 305
A. AMUNDARAIN M.F. 44, 332 306
PABLO VI Exhortación apostólica Evangelii Nuntiandi 26 (Roma. 8/8/1975) 307
A. AMUNDARAIN L. (1933, IV) p 75 308
A. AMUNDARAIN L. (1933, XII) p 286
114
“Cree firmemente, vive de la fe, vive del Evangelio, vive de Jesús. No hay otro nombre, no
hay otro Salvador”309.
El apostolado en secularidad es una actitud, un comportamiento
y una forma de espiritualidad.
Como actitud, es asumir la realidad temporal y llenarla de Dios. Es
santificar desde dentro. Es encarnarse, es la disposición permanente,
íntima y convencida, del Instituto Secular.
Es un comportamiento que está significando, exteriormente, la
pertenencia a Dios. Y como el ámbito apropiado de la vocación del laico.
Una espiritualidad, como forma de vivir el misterio en el que se cree.
Se expresa en un estilo personal y comunitario.
“Comencemos nosotros sembrando y Dios coronará igualmente al que siembra que al que
siega. El esfuerzo de la siembra sin ver el fruto inmediato es más costoso, y esto, en algunos,
produce desaliento”310.
La Alianza es también misionera.
“Colabora generosamente en la empresa misionera de la Iglesia como signo de su entrega
plena a la evangelización del mundo”311.
“Jamás, en los veinte años que lleva de vida la Alianza, ha renunciado a su carácter
activo, apostólico y misional. Si la Alianza no tuviese apostolado, moriría de asfixia”312.
Quiero concluir con estos textos del Fundador que animan a vivir de la
fe, a buscar sólo la gloria de Dios y a un abandono en la Divina Providencia
que guía la historia a la salvación total y definitiva:
“Dios prueba nuestra fe, y nosotros, cuanto más contratiempos tengamos, más firmemente
hemos de creer, con un completo abandono en las manos de Dios y de la Virgen, Cuando menos
pensemos sonará la hora de Dios”313.
309
A. AMUNDARAIN JE II (Vitoria, 2/5/1946) p 33 310
A. AMUNDARAIN S. (1948, V) p 34 311
AJM C nº 69 312
A. AMUNDARAIN S. (1945, VII) p 52
313
A. AMUNDARAIN carta (Zaragoza7-2-49, 110) D. Guillermo Legaz
115
CONCLUSIONES
“El testigo es el que vive desde la inmediatez de Dios, y es el que nos reenvía, una y
otra vez, a la misión, a la evangelización”314.
Creo que con este rápido recorrido por su vida por su momento histórica-social,
leyéndolo a través de sus escritos, nos hacemos una pequeña idea de la experiencia que
tuvo como sacerdote y como fundador apremiado por la urgencia a la santidad.
El fue uno, entre muchos de los fundadores de movimientos de tipo espiritualista y
sobrenatural que en aquel entonces surgieron en España y concretamente en San
Sebastián. Dedicado a la pastoral era la estampa viva del predicador popular que, con
un lenguaje claro, vivo animaba a vivir de la fe a una radicalidad de vida cristiana y
un inmenso amor a María. Todos los que se acercaban lo encontraban pero su
especialidad, el campo de sus predilecciones, era animar y ayudar a aquellos que se
sentían atraídos por la vocación consagrada. Ahí, metido en ese misterioso mundo de
las almas, supo discernir, cribar, valorar y orientarlas con mano segura por la senda
de la más auténtica piedad cristiana. A la vez que descubría, atónito, los inmensos
tesoros que se encierran bajo las apariencias más humildes y modestas.
Él fue un adelantado de su tiempo, arriesgo una nueva forma de vivir la
consagración, siempre le movió la evangelización y dar a conocer el amor de Dios.
De este modo iba echando los cimientos de esa gigantesca obra llamada “La
Alianza en Jesús por María” Y determinó organizar a estas almas, que aspiran a una
vida perfecta sin salir del mundo, estructurando un reglamento, unas bases, a las
cuales habrían de someterse. Así era el Padre.
314
XCIX Asamblea Plenaria de la CEE La Nueva Evangelización Plan pastoral 2011-15 (Madrid 26/4/2012)
116
BIBLIOGRAFÍA
FUENTES:
I. ESCRITOS DEL SIERVO DE DIOS 315
¹
Cartas (son 2.285) recogidas en 17 tomos. se citan con el número de orden y la fecha.
Correspondencia familiar. Publicación periódica de orden interno para las Aliadas. Se citan con
número, año y mes.
Mi día de retiro o un día con Jesús (Vitoria, 1937) 304 páginas.
Escritos autógrafos con numeración única, contenidos en 7 tomos
Getsemaní (Vitoria, 1946) 278 páginas. Colección de “Horas Santas”
Jesús del evangelio tomo I y II (Vitoria, 1946 /1947) 2ª edic. 288 – 232 páginas.
Lilium inter spinas, desde su comienzo en 1926 hasta 1950, y Lirios, a partir de 1951. Publicación
periódica de la Alianza, se cita con año, mes. (n. romano) y página.
Manual de formación aliada (Vitoria, 1944) 348 páginas.
Seminator Casti Consilii. Publicación periódica para directores y colaboradores de la Alianza. se cita
con año, mes (n. romano) y página
Sic facite (Vitoria 1946) 80 páginas. Orientaciones para directores y colaboradores de la Alianza.
Oracional de la Alianza en Jesús por María (Vitoria 1953) 2ª edic. 316 páginas
Vocación Aliada (Vitoria, 1946) 54 páginas. Orientaciones generales
II. DOCUMENTOS Y BIOGRAFÍAS
Actas del Consejo General de la Alianza en Jesús por María. Se citan indicando el libro (n. romano) el
n. del acta (arábigo) y la fecha.
Constituciones del Instituto Secular Alianza en Jesús por María (Madrid, A.J.M., 2009).
ALVAREZ SÁNCHEZ I Una vida marcada por la fe. (Madrid 1985) 118 páginas.
PÉREZ ORMAZÁBAL A. Mª Opúsculos “Sembrador” es una serie de folletos editados por la
Alianza. Gran conocedor del Siervo de Dios, esbozó en los cuatro primeros (420) páginas los
principales aspectos de la vida de d. Antonio.
Actas del proceso de Beatificación y Canonización del Siervo de Dios. Consta de dos partes: la prueba
testifical y la documental, que tiene una única numeración.
RUANO, DE LA IGLESIA L o.c.d. Recuerdos y documentos para una biografía. Texto no editado
que se guarda en el Archivo de A.J.M. en Madrid.
III DOCUMENTOS CONCILIARES Y PONTIFICIOS
Decreto Apostolicam actuositatem (18 de Noviembre de 1965)
Decreto Ad Gentes (7 de Diciembre de 1965)
PABLO VI Alocución al primer congreso de Institutos Seculares (26 de Septiembre de 1970)
Alocución en el 25º aniversario de la P.M.E. (2 de Febrero de 1972)
LEÓN XIII (s.c Episcoporum et Regularium) Decreto Eclesia catholica (11 de Agosto de 1889)
Constitución Lumen Gentium (21 de Noviembre 1964)
Decreto Perfectae Caritatis (28 de Octubre 1965)
PÍO XII Motu proprio Primo Feliciter (12 de Marzo de 1948)
PÍO XII Constitución Provida Mater Eclesia (2 de Febrero de 1947).
PÍO XII Encíclica Sacra Virginitas (25 de Marzo de 1954).
Concilio Vaticano II (Madrid, BAC, 1968).
Código de Derecho Canónico (Madrid, BAC, 1983).
315
Todos los escritos están publicados, menos las series Cart. y E.A. cuyos originales se conservan en el Archivo de la
Postulación.
117
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
PABLO VI:
A los participantes en el encuentro Internacional de los II. SS. (1970.
En el XXV aniversario de la "Provida Mater Ecclesia" (1972).
A los responsables generales de los Institutos Seculares (1972).
Una presencia viva al servicio del mundo y de la Iglesia (1976).
En el XXX aniversario de la "Provida Mater Ecclesia" (1977).
JUAN PABLO II:
Cambiar el mundo desde dentro (1980) .
Los II.SS. expresión de la Eclesiología del Vaticano II (1983).
Animar las realidades temporales con el espíritu evangélico (1984).
Misión y perspectivas para el año 2000 (1988) .
Llevad la novedad del Evangelio (1992).
Seguir a Jesucristo virgen, pobre y obediente (50° aniversario de la P.M.E) (1997).
SAGRADA CONGREGACIÓN PARA LOS RELIGIOSOS Y LOS INSTITUTOS SECULARES:
Las personas casadas y los II.SS. (1976).
La formación en los II.SS. (1980) .
Institutos Seculares y Consejos evangélicos (1981) .
ASAMBLEA PLENARIA DE LA CONGREGACIÓN PARA LOS RELIGIOSOS Y LOS II.SS.:
Mensaje a los II.SS (1983).
Carta a las Conferencias Episcopales (1983).
Identidad y misión de los II.SS (3-6.5.1983) .
Comunicación sobre el Código (1984) .
Carta a los Moderadores Generales de los II.SS. (1988).
CONGREGACIÓN PARA LOS INSTITUTOS DE VIDA CONSAGRADA Y LAS ASOCIACIONES
DE VIDA APOSTÓLICA:
Card. Ildebrando Antoniutti:
- Discurso de apertura en el I Congreso Internacional de los II.SS. (1970).
Card. Eduardo Pironio:
- Palabras introductorias a la Asamblea de Responsables generales (1976).
- Mensaje al II Congreso Latinoamericano de II.SS. (1979).
- Discurso de Apertura al Congreso Mundial de II.SS. (1980) .
Card. J. Jérôme Hamer:
- Introducción al Congreso Mundial de los II.SS. (1984).
- Conclusiones del Sínodo sobre los laicos y sus consecuencias para los II.SS. (1988).
III Conferencia general del Episcopado Latinoamericano Puebla (1979).
I PARTE:
CONELLY ULMAN J. La semana trágica. Estudio sobre las causas económicas del anticlericalismo en España
(Barcelona, Ariel, 1972) A study of anticlericalism in Spain. 1875-1912 (Harvard 1968).
FUSI J. P. y PALAFOX J. España: 1808-1996. El Desafío De La Modernidad (Madrid, España Calpe, 1997) .
ESPADAS BURGOS, M. Alfonso XII y los orígenes de la Restauración. (Madrid, España Calpe, 1997) .
INSTITUTO SUPERIOR DE C.C.R.R. “SAN AGUSTIN” Historia de la Iglesia II (Madrid, 1997).
CARO BAROJA, J. Estudios sobre la vida tradicional española. (Barcelona, 1968).
JAVIERRE J.M., Merry del Val (Barcelona, 1965).
GIL ROBLES, J.M., No fue posible la paz (Barcelona, Planeta, 1978).
GACETA DE MADRID, 21 agosto 1931, p.1367-68.
118
NEWMAN J.H. El asentimiento religioso (Barcelona, 1960).
LLAMAS E. Mariología en Diccionario de historia eclesial de
España III (Madrid, 1973).
GARCÍA VILLOSLADA R. Historia de la Iglesia en España, La España contemporánea
V Volumen (Madrid, BAC, 1979).
CUENCA TORIBIO J. M. El catolicismo español en la restauración (1875-1931) V Volumen
(Madrid, BAC, 1979) .
CÁRCEL ORTI V. La II República y la Guerra Civil (1931-39) V Volumen (Madrid, BAC,1979)
JIMENEZ DUQUE B. Espiritualidad y Apostolado V Volumen (Madrid, BAC, 1979).
LUIS ORTEGA J. La Iglesia española desde 1939 hasta 1975 V Volumen (Madrid, BAC, 1979).
II PARTE, III PARTE y IV PARTE:
SAGRADA BIBLIA Conferencia episcopal española (Madrid, BAC, 2010).
ESCRITOS DEL SIERVO DE DIOS (Ver Fuentes).
DOCUMENTOS Y BIOGRAFÍAS (Ver Fuentes).
ESCRITOS SOBRE EL FUNDADOR:
RUANO DE LA IGLESIA L. o.c.d. Carisma y espiritualidad (Madrid, AJM, 1986).
ÁLVAREZ SANCHEZ I. Historia de la Alianza en Jesús por María. (Madrid, AJM, 2001)
ÁLVAREZ SANCHEZ I Una vida marcada por la fe (Madrid, AJM2, 1987).
GIL DE MURO E. Balada del Siervo inútil (Burgos, Monte Carmelo, 2004).
DE SOBRINO Y MERELLO J.A. sj. Desafío y esperanza.(Madrid, BAC, 1960).
CONCILIO VATICANO II Documentos LG, PO, GS, (Madrid, BAC39
, 1985).
DOCUMENTOS CONCILIARES Y PONTIFICIOS (Ver Fuentes).
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA:
.AA. VV., Los institutos seculares después del Vaticano II, (Bilbao, Mensajero, 1969.).
AA. VV., Spiritualitá degli Istituti secolari, (Milán, Ancora, 1973)
BEYER, J, Los institutos de vida consagrada, (Madrid, BAC, 1978).
CANALS, S, Institutos seculares y estado de perfección, (Madrid, Rialp, 1981).
ESCUDERO. G. Los institutos seculares. Su naturaleza y su derecho, (Madrid, Coculsa, 1954).
GEMELLI, A, Secularidad y vida consagrada, (Bilbao, Mensajero, 1968).
OBERTI, A, Vocación y misión de los Institutos seculares (Bilbao, Mensajero, 1968).
PERINELLE, J, Los caminos de Dios. La vida religiosa y los institutos seculares (Barcelona, Ele. 1962).
PERRIN, J.M, Consagración a Dios y presencia en el mundo. Los institutos seculares,(Bilbao, Desclée, 1966).
V PARTE y VI PARTE:
DOCUMENTOS CONCILIARES Y PONTIFICIOS.
ESCRITOS DEL SIERVO DE DIOS.
DOCUMENTOS Y BIOGRAFÍAS.
APARICIO RODRIGUEZ A. Y CAÑALS CASA J. cmf “Diccionario teológico de la vida consagrada” (P.
Claretianas 1989).
GIUSEPPE BUCCELLATO, “Carisma e Rinnovamento”, ( Bologna, Dehoniane, 2002) .
CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA (Madrid, BAC, 1992) .
FERNANDEZ GONZÁLEZ D. Obispo de Córdoba en La III jornada sobre la Vida Consagrada en la Iglesia de
España en Madrid (Córdoba 27 de noviembre de 2010).
MARTÍNEZ SOMALO Presentación del documento sobre la vida consagrada,
SEVERINO Mª A. cmf - Palabras Menores (Jueves 25 de Octubre del 2007).
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA:
ALVAREZ GÓMEZ J. El profetismo de los fundadores y el ministerio profético de sus discípulos Rev. Vida
Religiosa 40 1975.
DUFOUR LEON X.. Diccionario de Teología Bíblica (Barcelona, Herder, 1975). FERNANDEZ GONZÁLEZ D. Obispo de Córdoba en La III jornada sobre la Vida Consagrada en la Iglesia de
España en Madrid (Córdoba 27 de noviembre de 2010).
MARTÍNEZ SOMALO Presentación del documento sobre la vida consagrada,
SEVERINO Mª A. cmf - Palabras Menores (Jueves 25 de Octubre del 2007).
119
CRONOLOGÍA del Venerable Antonio Amundarain.
1885 26 y 27 Abril Nace en Elduaien (Guipúzcoa) Recibe el Santo bautismo
1981 8 Mayo Recibe el sacramento de la confirmación
1983 Comienza su oficio de monaguillo
1898-1901 Estudia latín y castellano en la Preceptoría de Baliarrain (Guipúzcoa)
1901-1909 Seminarista en Vitoria
1907 15 Marzo Recibe la tonsura y órdenes menores
1908 19 Diciembre Subdiácono
1909 6 Marzo Diácono
18 y 21 Diciembre Ordenación Sacerdotal. Primera misa en el Santuario de Arantzazu (Oñate)
1910 7 Febrero Es nombrado cura ecónomo de Baroja (Alava)
1911 1 Febrero Nombramiento de capellán del Hospital-asilo de Zumárraga (Guipúzcoa)
1917 31 Marzo Es nombrado coadjutor de la parroquia en la misma localidad de Zumárraga
1919 28 Mayo Nombramiento de coadjutor de la parroquia de Santa María de San Sebastián
1925 1 Febrero Funda la “Alianza en Jesús por María” en el Camarín de la Virgen del Coro, de esta
parroquia.
19 Diciembre Se le nombra coadjutor de la parroquia de San Ignacio, de San Sebastián
1928 10 Julio Primera aprobación diocesana del Reglamento por el Sr. Obispo de Vitoria, D. Mateo
Múgica
1929 23 Octubre Es nombrado cura párroco de Zumárraga (Guipúzcoa)
1932 16 Diciembre Renuncia al curato de Zumárraga. Queda adscrito a la misma parroquia
28 Enero Viaja a Roma para solicitar la aprobación pontificia de la Alianza.
20- 30 Septiembre Peregrinación a Roma con 70 Aliadas. Audiencia de Pío XI
1937 22 Abril Es nombrado capellán de las Carmelitas Descalzas de San Sebastián
1946 2 Diciembre Traslada su residencia a Madrid para atender la Alianza
1950 2 Febrero Aprobación de la Alianza como Instituto Secular
1954 19 y 20 Abril Santa muerte Sus retos son enterrados en la Sacramental de Santa María de Madrid
1966 26-28 Mayo Traslado de los restos a la Casa de Formación de la Alianza, en Griñón (Madrid)
1971 11 Junio Sus restos son depositados definitivamente en la Cripta de la Casa de Formación en
Griñón.
1982 27 Noviembre Solemne apertura del Proceso de Beatificación y Canonización del Siervo de Dios en
la Iglesia de San Jerónimo el Real, de Madrid.
1986 19 Abril Clausura Solemne del Proceso de de Beatificación y Canonización en la Catedral de
San Isidro, de Madrid.
1996 Junio D. Antonio es declarado Venerable