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INFORME ENTREVISTAS LÍDERES DE OPINIÓN PODER JUDICIAL DE CHILE Preparado por Tironi Asociados Enero 2014

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INFORME ENTREVISTAS LÍDERES DE OPINIÓN PODER JUDICIAL DE CHILE

Preparado por Tironi Asociados

Enero 2014

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TABLA DE CONTENIDOS INTRODUCCIÓN 3 FICHA TÉCNICA 4 1. CARACTERIZACIÓN DEL PODER JUDICIAL 6 1.1 CARACTERIZACIÓN GENERAL 6 1.1.1 HISTORIA 6 1.1.2 CAMBIOS 8 1.1.3 FORTALEZAS 8 1.1.4 DEBILIDADES 10 1.2 FUNCIONAMIENTO Y TENSIONES INTERNAS 16 1.2.1 JERARQUÍA Y AUTORIDAD 16 1.2.2 TENSIÓN GENERACIONAL 17 2. EL PODER JUDICIAL Y LA CIUDADANÍA 21 2.1 RELACIÓN LEJANA 21 2.2 CIUDADANÍA MÁS EMPODERADA 22 2.3 DESCONOCIMIENTO DEL ORDEN INSTITUCIONAL 23 2.4 DESIGUALDAD EN EL ACCESO A LA INFORMACIÓN Y LA JUSTICIA 25 3. EL PJUD Y LOS OTROS PODERES DEL ESTADO 27 3.1 CONFLICTOS Y TENSIONES 27 3.2 HORIZONTE 30 4. POSICIONAMIENTO EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN 31 4.1 LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y EL PODER JUDICIAL 31 4.1.1 CONSTRUCCIÓN DE LA IMAGEN DEL PODER JUDICIAL 31 4.1.2 INFLUENCIA DE LA IMAGEN COMUNICACIONAL 33 4.2 EL PODER JUDICIAL Y LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN 35 4.2.1 PARTICIPACIÓN DEL PODER JUDICIAL EN LOS MEDIOS 35 4.2.2 VOCERÍAS 35 4.2.3 PEDAGOGÍA Y ESCLARECIMIENTO 37 5. EL MUNDO ACADÉMICO Y EL PODER JUDICIAL 38 6. DESAFÍOS 39 6.1 DESAFÍOS INSTITUCIONALES 39 6.1.1 MODERNIZACIÓN 39 6.1.2 FORMACIÓN Y CAPITAL HUMANO 40 6.1.3 RENDICIÓN DE CUENTAS Y TRANSPARENCIA 41 6.1.4 PROACTIVIDAD 42 6.2 DESAFÍOS COMUNICACIONALES 43 6.3 DESAFÍOS CÍVICO-POLÍTICOS 45 6.3.1 GARANTIZAR LA IGUALDAD ANTE LA LEY 45 6.3.2 PODER JUDICIAL COMO GARANTE DE LOS DERECHOS 46 CONCLUSIONES 47

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INTRODUCCIÓN

Este informe contiene los principales resultados del estudio desarrollado entre líderes de opinión en el contexto de la “Consultoría de imagen y posicionamiento estratégico del Poder Judicial”. Por líderes de opinión entenderemos a personas con amplio conocimiento que, desde los lugares que ocupan en la sociedad – periodistas, académicos, abogados, personas ligadas al Poder Judicial, políticos, organizaciones civiles, etc. –, pueden iluminar o reflexionar sobre aspectos claves de esta institución. En la conducción de estas entrevistas se les ha pedido a los entrevistados hacer un retrato sin concesiones del Poder Judicial, de manera que este diagnóstico sirva efectivamente para identificar las fortalezas y debilidades, las potencialidades y los desafíos que tiene hoy en día la institución. En este sentido, no hemos querido perpetuar la crítica, sino utilizarla como un mecanismo capaz de plantear desafíos y perspectivas, en las cuales intentamos ahondar lo más profundamente posible. Los planteamientos de los entrevistados los hemos ordenado en ejes que estructuran el relato, los cuáles surgen de la pauta de entrevistas y de las hipótesis ya planteadas en la fase preliminar de este estudio.

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FICHA TÉCNICA

Objetivo: Caracterizar el Poder Judicial desde el punto de vista de sus fortalezas, debilidades y desafíos, tomando en cuenta fundamentalmente su posicionamiento e imagen en los líderes de opinión. Técnica: 20 entrevistas semi-estructuradas a líderes de opinión de diferentes ámbitos – mundo político, medios de comunicación, académicos, abogados, organizaciones civiles, etc. – que tuvieran algún tipo de reflexión sobre el Poder Judicial. Muestra: Mundo Político

Hernán Larraín (Senador UDI)

Jorge Burgos (Diputado DC)

Miguel Crispi (Coordinador Revolución Democrática)

Ignacio Piña (Subsecretario de Justicia)

Mundo Académico

Ernesto Ottone (Académico UDP)

Patricio Donoso (Vicerrector Económico y de Gestión UC)

María Olivia Monckeberg (Directora Instituto Com. e Imagen U. Chile)

Medios de Comunicación

Cristián Bofill (Director de Prensa Canal 13)

Mirko Macari (Director El Mostrador)

José Luis Santa María (Director Qué Pasa)

Víctor Carvajal (Director La Segunda)

Sociedad Civil y Movimientos

Antonio Delfau (Director Revista Mensajes)

David Abuhabda (Creador Agrupación Amor de Papá)

Lorena Fries (Directora Instituto Nacional de DDHH)

Instituciones Asociadas

Georgy Schubert (Defensor Nacional)

Catalina Mertz (Directora Paz Ciudadana)

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Sabas Chahuán (Fiscal Nacional)

Olga Feliú (Consejera Colegio de Abogados)

Rodrigo Cerda (Pdte. Asociación Nacional de Magistrados)

Mundo del Derecho

Jorge Bofill (Abogado Derecho Penal)

Humberto Nogueira (Abogado Derecho Constitucional)

Período de aplicación entrevistas: Noviembre y diciembre 2013

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RESULTADOS 1. CARACTERIZACIÓN DEL PODER JUDICIAL

En una primera instancia solicitamos a los entrevistados que caracterizaran al Poder Judicial en términos generales, que exploraran y verbalizaran la imagen que proyecta éste en su entorno. Inicialmente, esta caracterización se dirigió a la imagen que proyecta como institución para luego dar paso a la visión que los entrevistados tienen de sus estructuras y dinámicas internas.

1.1 Caracterización general

1.1.1 Historia

Un pasado marcado por la dictadura

Para buena parte de los entrevistados la situación actual del Poder Judicial no puede ser comprendida si no se considera la historia política e institucional del país. Hay un pasado que afecta y condiciona no sólo lo que se percibe de éste sino también su funcionamiento y su manera de proceder.

“Me da la impresión de que el Poder Judicial heredó una mala imagen de la época de Pinochet, su pasividad frente a la violación de los derechos humanos, un Poder Judicial donde había harta corrupción y que hoy está haciendo ajustes".

Sin embargo, de acuerdo al parecer de los entrevistados, el Poder Judicial ha sido capaz de desmarcarse progresivamente de ese pasado, no sólo a nivel de la imagen, sino también en los hechos concretos, en la administración de la justicia y en su funcionamiento como institución.

“Creo que está asumiendo su rol, por así decirlo. No tiene nada que ver o tiene poco que ver con ese Poder Judicial a fin al Gobierno, a la dictadura hasta el año 90”. “Yo creo que el Poder Judicial ha ganado esencialmente en independencia. Hoy día sería difícil sostener que no es un poder del Estado independiente. Ha ganado su independencia y la ha ganado fundamentalmente a través de sus resoluciones, de sus fallos. Yo creo que eso hoy en día no está en discusión”.

Este proceso de transformación tomó, para una parte de los entrevistados, particular fuerza en el momento en que el Poder Judicial adquirió una actitud más decidida respecto

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de los juicios por violaciones a los derechos humanos ocurridas durante el régimen militar, lo cual constituyó una muestra de independencia y un claro indicio de que éste estaba retomando el rol que le compete en la sociedad, el de impartir justicia.

“Encuentro que si uno piensa, por ejemplo, en las causas de derechos humanos yo diría que han avanzado, lentamente algunas, pero han avanzado en los últimos años. O sea, yo siento que hay algo distinto en los últimos años. Ahora uno siempre quisiera más a lo mejor, pero creo que hay avances”.

“En relación con el tema de los derechos humanos yo diría que el Poder Judicial ha demostrado mayor independencia y libertad para actuar, que no la tuvo en lo absoluto en tiempos de la dictadura y que es una vergüenza. Y que en los primeros años de la democracia estuvo muy amarrado, ya sea por leyes o por interpretaciones que los mismos jueces hicieron mientras todavía se sentía la fuerza del poder de los militares. O sea hay un cambio grande”.

Ahora bien, la dictadura dejó no sólo un legado negativo para el Poder Judicial, debido a esta complicidad que se extendió a los primeros años de democracia, sino también un desajuste en cuanto a la relación entre la infracción de la ley y las medidas institucionales que el Estado toma frente a ella. Como lo expresa el análisis histórico de uno de los entrevistados:

“Parte de los problemas que ha tenido el retorno a la democracia, ha tenido que ver precisamente eso, porque bajo el régimen militar el sistema era de por sí más represivo, más policial o incluso había más soldados en las calles. Eso permitió una reducción de la delincuencia. Cuando se vuelve a la democracia, desaparece el estado policial, hay más libertad, hay más respeto, pero, al mismo tiempo, como que de a poco se suelta. Entonces, todas estas cosas se fueron relajando y recayeron mucho en el Poder Judicial, porque se fue cambiando la legislación, una legislación más permisiva, un sistema más garantista, que le daba derecho a los imputados. Eso generó una percepción, de que los delitos se podían cometer con más facilidad y no había consecuencias”.

Así, el Poder Judicial se encuentra desde hace unos años en medio de un gran desafío que es asumir una institucionalidad inserta en una democracia, con los problemas y beneficios que ello conlleva, y frente al cual se han ido produciendo transformaciones que instalan la expectativa de que éstas se vayan profundizando en la medida que la institución evoluciona para responder con celeridad y pertinencia a las demandas que hoy le impone esta sociedad.

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1.1.2 Cambios

RPP : Una nueva justicia en Chile

El principal cambio observado por los entrevistados tiene relación con la Reforma Procesal Penal que ha constituido, según ellos, un gran avance en términos de transparencia. La que ha sido llamada la “nueva justicia” constituye una indudable y muy valorada “puesta al día” del Poder Judicial con la democracia del país. En general, esta reforma es muy bien evaluada y señala la forma en la que el Poder Judicial debiera transitar en el futuro.

“Ha ido cambiando su modalidad. Sobre todo con la Reforma Procesal Penal, se abrió un espacio de desempeño, de desarrollo de esta función algo distinta, en donde se incorpora el principio de transparencia, se hace una reforma del Estado que busca separar roles que estaban confundidos, de acusación y juez, y por lo tanto, tomar una mayor distancia, una mayor independencia de lo que es la labor judicial”. “Yo creo que ha mejorado mucho el Poder Judicial en transparencia. En los últimos veinte años ha mejorado una barbaridad. La Reforma Procesal Penal te dio acceso a una serie de cosas que antes tú no tenías. El juicio lo ves en frente, ves los testimonios, puedes ver todas las cosas. Antes era todo secreto”. “Siendo una institución jerárquica, yo creo que hoy el Poder Judicial es más visible para todos los ciudadanos, antes era mucho más invisible e impenetrable. Yo creo que es una institución que se puso más porosa a la sociedad”.

Estos cambios, consecuencia en gran medida de la Reforma Procesal Penal, han permitido que el Poder Judicial, de a poco, se distancie de la imagen sombría que adquirió en tiempos de dictadura y se conecte con la población a través de un servicio que intenta ser prestado de la mejor manera posible. Para la mayor parte de los entrevistados, en la actualidad, el Poder Judicial se ubica en una posición valorable sin obviar las críticas que comúnmente se le hacen al sistema de Justicia. Aparecen así en el diagnóstico de los entrevistados varias fortalezas que en el contexto de este estudio es importante tomar en cuenta.

1.1.3 Fortalezas

Un poder del Estado: Independiente, sólido y estable

Una de las primeras fortalezas que aparece en las entrevistas es la solidez del Poder Judicial, el hecho de que funcione, pese a ciertas falencias, de manera bastante correcta.

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Al momento de compararlo, por ejemplo con otros países de la región, el Poder Judicial chileno destacaría por su probidad y estabilidad institucional.

“Aquí no hay un Poder Judicial en crisis, como hay en otros países, o sea, el Poder Judicial capturado por el poder político. Aquí no ocurre eso. Un Poder Judicial corrupto, totalmente corrupto, aquí no ocurre, no es que no haya algo, pero no ocurre eso. Un Poder Judicial desprestigiado, tampoco ocurre eso. Hay, claro, embates, hay opinión... hay una visión y la preocupación al camino del desprestigio, pero no es que ya esté desprestigiado”.

Este diagnóstico de que el Poder Judicial, no obstante las críticas que se le puedan hacer, es una institución que no sufre de desprestigio reside fundamentalmente en su independencia y en su capacidad de hacerla valer.

“Principal característica...yo creo que la imparcialidad, y en eso está bien logrado. O sea, yo creo que el Poder Judicial es un poder independiente del Estado y ellos lo hacen saber. No se dejan amedrentar por el Gobierno, no se ve coimeado, no se ve oscuro”. “Es una institución que será realmente autónoma e independiente en juzgarte, en establecer una opinión y una decisión respecto a una situación de conflicto, y yo creo que el entorno valora que tenemos esa instancia”. “Con todo, sumando y restando, yo tengo una buena imagen del Poder Judicial chileno, creo que es serio en general”.

El hecho de que el Poder Judicial sea visto como una institución seria, independiente, no sujeta a la corrupción o a grandes irregularidades, debe ser considerado como una buena base desde la cual partir. Es decir, el Poder Judicial parte desde el hecho que es un Poder del Estado respetado y respetable, que no es objeto de críticas graves en su funcionamiento e institucionalidad, o sea cumple con lo elemental para su funcionamiento en una democracia: independencia y seriedad.

De estos sólidos cimientos pueden planearse estrategias y tácticas que permitan mejorar aquellos puntos en los que es más débil o en los que sus transformaciones no han sido suficientes y donde se exigen una revisión y replanteamiento. Tal como lo ha expresado uno de los entrevistados, al Poder Judicial hay que cuidarlo y fortalecerlo, pues es, con todas sus falencias, una institución que ejerce correctamente sus funciones y que es capaz de entregar garantías en la resolución imparcial de los conflictos.

“Creo que todavía Chile tiene un Poder Judicial bastante decente comparado con otros países. Hay que cuidarlo, hay que fortalecerlo, hay que agilizarlo, hacerlo más expedito. Hay que cuidarlo, hay que cuidarlo mucho”.

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Teniendo en cuenta esta recomendación revisaremos a continuación aquellos puntos en los que el Poder Judicial efectivamente puede mejorar y que constituyen, de acuerdo a los entrevistados, sus principales debilidades. 1.1.4 Debilidades

Contexto General : crisis de la institucionalidad chilena

Para entender correctamente el cuestionamiento del que es objeto el Poder Judicial, aun cuando en sus principales funciones sea bien evaluado, es necesario contextualizar el estado actual de las instituciones, los cuales a juicio de los entrevistados atraviesan una crisis generalizada. Hay que considerar entonces:

“Lo primero, es que tú no puedes analizar el Poder Judicial sin analizar en general la crisis de las instituciones y de la democracia representativa y esa crisis no es chilena, es global”. “La pérdida de prestigio de las instituciones en general… eso de todas las instituciones más poderosas, que no es un fenómeno chileno, es un fenómeno mundial, pero repercute en Chile”.

Es pues en ese contexto sociológico y político que los cuestionamientos al Poder Judicial deben ser comprendidos como una interpelación y crítica que si bien le afecta directamente, no le es exclusiva y que en este informe se definen como deficiencias jurídicas, críticas en torno al capital humano, falta de rendición de cuentas y corporativismo y clausura. 1.1.4.1 Deficiencias Jurídicas

Un derecho que require actualización

Una crítica que plantearon los entrevistados más ligados al ámbito académico o con un mayor conocimiento del derecho, tiene que ver con un cierto desajuste entre la aplicación de las leyes que se hace en Chile, basada en los códigos y normativas nacionales, y las nuevas tendencias del derecho que exigen una aplicación de leyes tanto locales como internacionales.

“Existe una resistencia muy fuerte a utilizar, por ejemplo, el derecho internacional de los derechos humanos y eso es producto fundamentalmente de una formación en que el Derecho para ellos es el derecho interno, el resto del derecho no forma parte de su visión y aplicación del derecho”.

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Por otro lado, parte de los entrevistados advirtieron que, a pesar de los avances que se han hecho en términos de los procesos penales y los esfuerzos que se han hecho en mejorar la justicia de familia y medio ambiente, existe aún un punto en el que el ejercicio del Poder Judicial evidencia un gran retraso: la Justicia Civil.

“En donde sí hay un retraso enorme es en materia de Justicia Civil, o sea, ahí derechamente para el ciudadano común, en la práctica es casi una negación. La gente ahí puede tener razones mas bien fundadas para criticar, es decir, hay una negación del acceso a la justicia, porque si tengo una respuesta, con suerte lo voy a tener entre cinco o diez años más”. “Los Juzgados Civiles, yo creo que son una provincia medio pobre, lejana, que hoy día no tiene la importancia que alguna vez tuvo”.

Así, en estas dos áreas del funcionamiento estrictamente judicial – la aplicación del derecho internacional y los procesos civiles – el Poder Judicial muestra claros retrasos que a juicio de los entrevistados debieran ser subsanados. 1.1.4.2 Capital humano

Cuestionamiento a la calidad de los jueces

En cuanto al capital humano del Poder Judicial aparecen, aunque no de manera unánime, ciertos cuestionamientos a la calidad de los jueces, principalmente por falta de conocimiento y especialización, motivación y/o vocación sumado a la percepción de que los mejores abogados hoy no optarían por la carrera judicial (al menos una buena parte de ellos).

“Algunos dicen que los jueces no tienen el entrenamiento o que no hay especialización dentro de los jueces suficiente para adentrarse en temas que a veces son muy complejos desde el punto de vista económico por ejemplo”. “No creo que tenga los mejores abogados, los mejores abogados no van a ser jueces. Las lumbreras no estudian para juez”. “Que haya una base de reclutamiento que sea una base menos adversa y más vocacional. Hoy en día la base no es adversa, es como estudiar pedagogía, entran los que no quedan en otras cosas y no los que quieren ser profesores. Entonces, en la medida que eso cambie, si se amplía la base y se mejora la formación… porque muchos de los que entran a la carrera judicial vienen de familias que son primera generación de universitarios, entonces tendría mucho efecto que se produjeran los cambios que se piensan y que se tienen que producir ahí”.

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Esta falta de excelencia de los jueces, se debería según uno de los entrevistados, a que la carrera judicial llama a una cierta mentalidad conservadora, sin grandes aspiraciones y que se apega a las burocracias para avanzar en su carrera muy distinto a lo que sucedería fuera de ella donde los abogados se desarrollan en base a redes y logros laborales que definen su futuro.

“Es una carrera que la elige una determinada mentalidad, que es una mentalidad más bien de carrera burocrática. Eso significa entrar a un sistema donde no están aspirando los mejores, que suelen ser también los de clase más alta y suelen ser también los que tienen mayores redes”.

Indicios de una mejoría en la excelencia

Así, el Poder Judicial no estaría siendo capaz de reclutar los elementos más brillantes de las facultades de derecho. Sin embargo, no hay acuerdo total sobre este punto, pues desde ciertos sectores se reconoce un mejoramiento del capital humano del Poder Judicial: respecto de su preparación, capacidades, aptitudes y conocimiento si se lo compara con el de hace unas décadas.

“Yo creo que en general ha ido aumentado la gente de calidad que opta por la carrera judicial porque también han ido mejorando las condiciones de trabajo y de remuneraciones”.

Además de esta mejora en las condiciones de trabajo, el rol que ha jugado la Academia Judicial es destacado como un esfuerzo que ha tenido frutos en la formación de los jueces.

“En la Academia Judicial hay un esfuerzo por subir el piso, la Academia Judicial con el tiempo ha ido subiendo los estándar y subiendo mas la nota, ya tienen un mejor nivel”.

De esta manera, y como en la mayoría de las críticas que se le hacen al Poder Judicial, existe el matiz de que aún cuando una situación sea problemática, se reconoce un avance respecto de la situación que había en tiempos pasados. El Poder Judicial avanza, aunque a veces es deseable más rapidez en los procesos de transformación, que muchas veces son caracterizados como lentos para los tiempos actuales.

1.1.4.3 Falta de rendición de cuentas

Resistencia a la apertura y fiscalización

Uno de los puntos en los que más consenso hay entre los entrevistados es la falta de una cultura de rendición de cuentas por parte del Poder Judicial. La transparencia y el estar a disposición del control y fiscalización de la ciudadanía, y las otras instituciones, aparece

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como uno de los aspectos que el Poder Judicial debiera mejorar para integrarse plenamente a un contexto democrático. La actitud negativa, o al menos resistente, del Poder Judicial respecto de la transparencia, la rendición de cuentas y el someterse a fiscalización, es caracterizada de la siguiente forma.

“Yo creo que si hay algo que todavía le falta al Poder Judicial es entender que está sujeto a escrutinio público”. “Tal vez hay un poco de soberbia. Como de decir: “Yo, yo soy independiente y no tengo porque andar rindiendo cuentas”.

Esta actitud del Poder Judicial se traduce, según los entrevistados, en una cierta indiferencia para con la sociedad. Lo que además, perjudica su propia imagen pues no se sabe qué es lo que hace. Al no rendir cuentas, el Poder Judicial está perdiendo una oportunidad de posicionarse como la institución sólida y funcional que es.

“Hay déficit en términos de información útil para la ciudadanía y que les permita dar cuenta de la buena labor que están haciendo”. “Tiene que haber más cuenta pública, más accountability”. “Todos estamos pagando esos sueldos con nuestros impuestos. Y eso está bien, nadie tiene que entrometerse en cómo juzgan. Pero la ciudadanía tiene derecho a saber cómo está funcionando el Poder Judicial en términos generales. En eso no hay ninguna equivocación”.

Si bien los entrevistados reconocen que ha habido una apertura de parte del Poder Judicial, la cual ha mejorado sus niveles de transparencia ya que efectivamente hoy las causas y procesos están disponibles para la consulta pública, manifiestan que esta apertura de sus archivos no es suficiente. El Poder Judicial debiera adoptar una actitud más proactiva en este sentido y no sólo entregar la información, sino sistematizarla y transformarla en datos útiles para la ciudadanía y el resto de las instituciones.

“Esto de que los fallos son todos públicos: Sí, pero imposibles de mirar de una forma que permita un análisis, porque no hay una sistematización”.

Esta falta respecto a la rendición de cuentas se produce, según los entrevistados, por una fuerte cultura corporativista que habita al interior del Poder Judicial y que tiende a encerrarlo sobre sí mismo y distanciarse de la institucionalidad y la ciudadanía.

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1.1.4.4 Corporativismo y clausura

Una institución cerrada e impenetrable

Desde distintos puntos de vista, los entrevistados retrataron al Poder Judicial como un cuerpo institucional que opera con clausura sobre sí mismo y bastante impenetrable para el ciudadano común y corriente.

“Mi percepción es que el Poder Judicial sigue siendo una ostra, algo impenetrable”. “Es un sistema que tiene una cultura corporativa muy tradicional. Más cercana a la burocracia que a un verdadero poder. Es poderoso, es importante, en la medida en que la cultura legal en Chile es muy importante”. “Me da la impresión de que es un poder quizás un poco atrapado por un peso inercial de una institucionalidad muy formalista, que le ha costado asumir un rol un poco más dinámico, con más iniciativa, y siempre está como al final. Es como la última pieza que hay que modificar. En parte por defensa, para no perder su independencia, autonomía, y no mezclarse con los procesos políticos o sociales que vive el país”. “Un cuerpo muy corporativizado, yo creo que ésa es la otra característica y creo que es una institución que le va tomando el pulso a los tiempos aunque creo que todavía un poco lento”.

En general, el Poder Judicial aparece como una institución corporativista y formalista, que en defensa de su autonomía e independencia ha construido en consecuencia una cultura burocrática y conservadora, muy resistente a los cambios, a las transformaciones y a la actualización.

“Los jueces resisten todas las reformas, porque la Reforma Procesal Penal fue contra la opinión de la mayoría de los Supremos, la Laboral también y para qué te digo la Civil. O sea, se resisten, porque todas las reformas le han quitado poder a la Corte Suprema. Entonces resisten su limitación de poder”. “El que sea una institución de jerarquía que está basada en la antigüedad, mata cualquier intento de cambio, o sea, eso es la resistencia al cambio”.

Con alta resistencia y dificultad al cambio

El corporativismo y el formalismo del Poder Judicial, anclado en su tradición, prefiere el status quo a la incertidumbre de los cambios, por muy necesarios y urgentes que sean. Sin embargo no todos los entrevistados ven esta característica como negativo sino que

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algunos matizan esta crítica argumentando que esta resistencia es cultural y por tanto normal, lo que le permite avanzar cautelando la estabilidad institucional.

“Resistencia a los cambios siempre hay, a nadie le gusta salir de la comodidad así como así no más. Ahora yo creo que es sensato amortiguar los cambios tan abruptos aprovechando la experiencia, o sea, me parece que es algo natural. No lo veo como un problema sino, al revés, como una virtud”.

Pese a este matiz, gracias al cual efectivamente esta resistencia puede ser entendida como prudencia, la sensación generalizada se ancla en un Poder Judicial que es lo suficientemente apegado al estado de cosas como para que no tengan lugar los cambios necesarios para mejorar su posicionamiento y funcionamiento. De esta forma no hay mucha esperanza, en los entrevistados, de que las iniciativas de transformación provengan desde el interior del Poder Judicial.

“Yo creo que si no hay una presión desde fuera, va a ser muy difícil hacer la transformación”.

Una institución pasiva respecto de sí misma

En definitiva esta cultura corporativista y formalista hacen que el Poder Judicial sea muy pasivo en cuanto al devenir de sí mismo como institución. Sin embargo, esta resistencia y pasividad – la falta de proactividad, por ponerlo en términos negativos – no sólo se debe a una antigua cultura burocrática y defensiva, profundamente arraigada en sus empleados, sino también en la estructura, organización y funcionamiento de esta institución, temas que pasamos a revisar en el siguiente aparatado.

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1.2 Funcionamiento y tensiones internas

Aprovechando el conocimiento que ciertos entrevistados tenían de las estructuras y dinámicas internas del Poder Judicial consideramos importante incluir en esta caracterización, ciertos aspectos de su funcionamiento y las tensiones que derivan de ellos.

1.2.1 Jerarquía y poder

Alta jerarquización

Uno de los puntos más recurrentes que aparece a la hora de caracterizar el funcionamiento interno del Poder Judicial, y asociado al corporativismo y el conservadurismo de sus elementos, es el de la estructura profundamente jerárquica en base a la cual se organiza y que, sin ser necesariamente una falta, constituye una causa de muchos de los problemas que hoy en día enfrenta, o al menos un obstáculo para hacer frente a ellos.

“Es una estructura piramidal jerárquica fuerte, fuerte”.

“Como es una organización jerárquica, que tiene que ver con el paso del tiempo, se ve muy anticuado”.

Una Corte Suprema con excesivo poder

En esta organización jerárquica, la Corte Suprema es vista como una instancia en la que se concentran excesivamente los poderes, algunos de los cuales debieran estar distribuidos de otra manera, es decir separando el gobierno judicial de su labor de tutela.

“Tenemos un Poder Judicial con una Corte Suprema muy potenciada en relación con el derecho comparado. De hecho tenemos una Corte Suprema que ejerce superintendencia económica, disciplinaria, cosa que no es normal en el derecho comparado. Generalmente las tareas de gestión económica, disciplinaria y de nombramiento de magistrados en el derecho comparado no las tiene la Corte Suprema como las tiene en el caso chileno”.

Este exceso de poder de la Corte Suprema genera, entre otras cosas, que éste se comporte como un cuerpo ordenado y unívoco en donde el debate, la diversidad de puntos de vista y la diferencia no tendrían cabida o serían marginales.

“La disidencia es sancionada, entonces -y en ese sentido- la Corte Suprema hace de corcho”.

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Así, la Corte Suprema, con todo el poder que concentra puede manejar instancias inferiores de su estructura piramidal, controlando las distintas fuerzas que existen dentro del Poder Judicial. Uno de los mecanismos más potentes e institucionalizados para dicho propósito, es la decisión de los ascensos y promociones de los jueces al interior de los tribunales, es decir el control de la carrera judicial. Para subsanar esta situación varios entrevistados proponen un cambio de la estructuración del Poder Judicial que permita una clara distinción de los poderes al interior de este organismo y que evite así el excesivo control que ejerce la Corte Suprema y que hace que el Poder Judicial en muchos aspectos sea incapaz de renovarse.

“Separar la función jurisdiccional de la función de gobierno judicial. Entonces, los jueces a juzgar, a resolver los casos, y otro órgano distinto a cargo de los nombramientos, promociones, disciplina, evaluación de desempeño, otro órgano distinto”.

Esto permitiría, a juicio de los entrevistados, que las promociones y nombramientos se funden en los méritos y logros profesionales, jurídicos, y no en asuntos externos como tendencias en los fallos, obediencia a cierta doctrina o a cierta cercanía a corrientes internas del quehacer jurídico, como muchas veces sucede en el estado actual de las cosas.

“Los jueces inician una carrera burocrática y esa carrera burocrática va pasando más por antigüedad que por merito o va pasando mas por antigüedad, redes, contactos que por méritos”.

Pese al carácter estático del Poder Judicial, por todas las razones ya señaladas– corporativismo, resistencia y jerarquía –, los entrevistados reconocen una novedad en las nuevas generaciones de jueces que causa hoy en día una cierta tensión con las generaciones más antiguas al interior del Poder Judicial y en donde se debaten en buena medida las posibilidades de cambio dentro de la institución.

1.2.2 Tensión generacional

Una nueva generación más abierta y permeable

Los entrevistados reconocen, en su mayoría, que existe hoy en día en el Poder Judicial una nueva generación de jueces cuya actuación se caracteriza por una menor obediencia a la estructura jerárquica, menos corporativismo, con un menor conservadurismo para enfrentarse a los cambios, que se mostrarían mas autónomos y que evidencian una actitud distinta para con la ciudadanía.

“Yo creo que llegó un grupo de jueces jóvenes, particularmente en el ámbito penal, los denominados jueces garantistas, que tienen más libertad para opinar y que un par de veces han sido motivantes de resoluciones de la Corte Suprema”.

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“El Proceso Penal le da a los jueces de garantías bastante más autonomía en sus resoluciones, no todas las resoluciones son susceptibles de llevarse al conocimiento de la Corte de Apelaciones y a la propia Corte Suprema. En consecuencia eso les dio un mayor grado de libertad y de autonomía”. “No te digo que se haya instalado un desobediencia ni nada que se le parezca, pero sí se atreven más”. “Ahora, recién, hay unos jueces que están adquiriendo poder y que tiene que ver con la Reforma Procesal Penal, con la dotación o conformación de nuevos grupos de jueces al alero de nuevas ideologías determinantes o no, en el derecho occidental. Y en ese sentido, están concibiéndose como actores sociales, cumpliendo una función en la sociedad. Eso es muy reciente. Y eso tiene que ver con un proceso de modernización de los años noventa. Y hoy día recién lo estamos viendo”. “Las generaciones más nuevas de los jueces están con otra dinámica, con otro espíritu, y se genera una confrontación. Las nuevas generaciones de jueces no son tan formalistas”.

En general, la impronta de los nuevos jueces es vista con buenos ojos, pues genera un impulso de renovación y de apertura del Poder Judicial. En ese sentido la tensión es vista como algo positivo pues ha abierto espacios e iluminado aspectos del Poder Judicial que para las antiguas generaciones no eran visibles.

“No están tan convocados por la estructura, o sea, la jerarquía no te vincula de la misma manera que a los más antiguos”. “Yo creo que es una tensión proactiva, es una tensión y un crecimiento. O sea, ha implicado que se vayan abriendo a nuevas formas, quizás otras estructuras más distintas, menos problemáticas para la independencia judicial, y para sentirse cómodos dentro del Poder Judicial. O sea, ciertos tratos protocolares que se ven como obligatorios, resultan absurdos. O sea, el respeto por el temor no tiene ningún sentido. En cambio el respeto porque el otro es un trabajador valioso, es lo que debiera primar. Entonces, me parece que los cambios que se han ido generando desde esta llegada de nuevos aires, para mí son positivos. Y han influido, poco a poco, pero han ido influyendo en lo que es la concepción de lo que queremos como estructura dentro del Poder Judicial”.

Otro asunto que han introducido los jueces jóvenes, según cierto sector de los entrevistados, es una nueva forma de entender el derecho y el ejercicio de la judicatura. Si para las generaciones más antiguas la labor del juez debe limitarse a la aplicación de la ley, para las nuevas generaciones, o parte de ellas, el juez puede, e incluso debe, asumir un cierto compromiso con los problemas de la sociedad e intentar aportar a su resolución.

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“Jueces que consideran que los fallos deben ser un aporte, que sienten responsabilidad de que a partir de los fallos haya una acción, un movimiento, que tenga consecuencias en el sistema en general. Y hay otros que son apegados al pie de la letra”. “Quizás, están, la palaba me va a quedar grande, pero no puedo evitarla, están más politizados en cierto sentido. Sienten más compromiso con la sociedad, o a lo mejor eso es menos politizado”.

Una apertura riesgoza

Sin embargo, para ciertos sectores esto puede constituir una amenaza a un elemento central de la identidad y proceder del Poder Judicial: la independencia y neutralidad para desarrollar su labor. La discusión sobre este punto es extensa, para algunos debe ser un elemento de facto a considerar para otros sería inconcebible administrar justicia bajo la sospecha de pérdida de neutralidad.

“A mí lo que más me complica son los jueces justicieros, que creen que básicamente su función es corregir los males de la sociedad y no hacer su pega. Y creer que ellos son, que ellos encarnan, las virtudes de la justicia y no el sistema. En el fondo son poco institucionales”.

Poca esperanza de cambio en el largo plazo

Ahora bien, pese a que efectivamente hay una impronta diferente de parte de las nuevas generaciones de jueces, los entrevistados son cautelosos al momento de evaluar cuán transformadoras pueden ser efectivamente estas nuevas generaciones en una institución con la tradición y cultura del Poder Judicial.

“Se reconocen muy distintos, pero el peso de la historia en la institución existe, es muy fuerte en la institución, las costumbres”. “Van a llegar y van a hacer cosas bastante parecidas a los otros, porque el Poder modera bastante”. “Yo creo que la estructura jerárquica tiende en general a “chuparlos” como una súper aspiradora. El sistema no propende a la diversidad de opiniones, de líneas, ni nada”.

Es decir, según los entrevistados, es alta la probabilidad de que estos nuevos jueces a medida que vayan ascendiendo en la carrera judicial vayan respondiendo cada vez más a los cánones ya establecidos dentro de la institución y obedeciendo disciplinadamente a su jerarquía y tradición, lo que estaría fuertemente asociado a sus posibilidades de ascender en la institución y que en consecuencia limitaría las posibilidades de cambio aunque sin duda son un elemento potencialmente transformador.

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Una imagen en tensión

Quizás en este punto, podemos utilizar la metáfora manifestada por uno de los entrevistados, el cuál utiliza el concepto de bipolaridad para ensayar una especie de conclusión de la imagen general que se tiene del Poder Judicial entre los entrevistados.

“Yo creo que proyecta una imagen como bipolar: Por un lado, una imagen de modernidad, con la Reforma Procesal Penal, que generó en las personas la idea de un Poder Judicial más moderno, más ágil, un Poder Judicial incluso un poco más cercano, porque la gente puede ver en la televisión el registro de las audiencias. Ve jueces jóvenes, la mayor parte de los funcionarios que ve son personas jóvenes, ve que estas cosas funcionan rápido, que los juicios son orales, en fin. Y por otro lado, tiene todavía esa imagen de la lentitud del Poder Judicial, de esa cosa que tiene que ver un poco con lo tradicional de nuestro Poder Judicial. Y con esa imagen que quedó como pegada”.

Aquí bipolar, no debemos entenderlo necesariamente en su connotación psiquiátrica ni peyorativa, sino más bien como una situación en la cual dos polos tensan las relaciones y el funcionamiento de una entidad. En este caso el Poder Judicial estaría tensado por una la modernidad y transformación, la necesidad de progreso y avance, encarnada por la Reforma Procesal Penal, las nuevas generaciones de jueces, los intentos de transparencia, y por otro lado una mentalidad más tradicional y burocrática encarnada por el excesivo corporativismo, la resistencia al cambio, la concepción tradicional del derecho, entre otros puntos. En torno a esta tensión, que afecta todas las esferas de su quehacer – su relación con la sociedad, con los otros poderes del Estado y con los medios de comunicación –, se debate hoy el Poder Judicial.

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2. EL PODER JUDICIAL Y LA CIUDADANÍA

Uno de los temas que provocó una mayor reflexión entre los entrevistados, fue el referente a la relación del Poder Judicial con la sociedad. Aquí es donde se enuncian diversos problemas, con distintas aristas, que exigen una revisión y esfuerzos para poder ser, si no solucionados al menos mejorados. Para detallar los puntos de desencuentro entre la sociedad y el Poder Judicial primero es necesario caracterizar esa relación.

2.1 Relación lejana

Una imagen negativa

Un primer punto que permite caracterizar la relación entre el Poder Judicial y la sociedad es la existencia de una percepción y evaluación negativa del Poder Judicial de parte de la ciudadanía. Así lo expresa uno de los entrevistados:

“Cualquier encuesta de opinión en que se le pide a la ciudadanía ponerle nota o decir cuán bien o mal creen que hacen su trabajo, los jueces están muy mal evaluados. O sea, eso expresa una disconformidad con cómo ellos perciben lo que están haciendo los jueces”.

Según los entrevistados este mal posicionamiento hace pensar que hay un desencuentro entre esta institución y la sociedad. Desencuentro, o distancia, que está dado en buena medida por una actitud lejana que el Poder Judicial proyecta.

“Bueno, yo diría que por regla general, los miembros del Poder Judicial son bastante cerrados frente a la sociedad civil, de hecho muchos de ellos se niegan a participar en actividades que no sean propiamente las jurisdiccionales”. “Está muy muy alejado de la ciudadanía”.

“Yo creo que la relación es insuficiente, es mínima, es básica”.

“Uno tiende a sentirse amenazado ante un señor que tiene demasiado poder. Uno va como a la defensiva, ojalá nunca tengas que ir a un Tribunal, de cualquier tipo”.

De acuerdo a los entrevistados esta actitud parca, y lejana del Poder Judicial con la ciudadanía, es consecuencia del apego a valores definidos como fundamentales: independencia y neutralidad. En la base misma de la función del juez, su imparcialidad debe ser defendida y proyectada a la sociedad, pues la importantísima tarea que cumplen no puede, o no debiera, estar sujeta a sospechas de parcialidad. Sin embargo, esta actitud, profundamente anclada en las mentalidades de los jueces, no debiera, de acuerdo a la gran mayoría de los entrevistados, traducirse en una lejanía, exceso de autoridad o indiferencia.

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“Pero ahí es donde tienen que aprender a hacer la distinción. Esa aura de respeto, no puede significar que en la manera de relacionarse con los justiciados del lado que sea, exista esta relación de que “yo soy el poder y tu eres objeto de mi poder”, creo que son cosas distintas”.

En esta perspectiva los entrevistados llaman a buscar un equilibrio entre las justificadas y necesarias imparcialidad junto a un trato abierto y acogedor con la ciudadanía.

“Tiene que lograr una combinación, o sea la razón por la cual el juicio y la audiencia son publicas es porque los usuarios tienen derecho a ir y evaluar, observar, criticar, y de saber cómo se ejerce la justicia, porque quien está ahí, por mucho poder que tenga es un servidor público y se debe a sus ciudadanos y a su comunidad”.

“Yo creo que se requiere saber más y sentir que el Poder Judicial es más amigable respecto de la ciudadanía, que está de parte de resolver los problemas de la ciudadanía”.

Tensión “Poder del Estado” v/s “Servicio del Estado”

Aparece entonces una tensión entre una institución que debe plantearse – vía solemnidad y retiro – como un Poder del Estado con autoridad y probidad, pero al mismo tiempo ser cercano a los ciudadanos y tratarlos adecuadamente. Su solemnidad, autoridad e imparcialidad no deben ser opuestas a la cercanía y buen trato con la ciudadanía. Debiera entonces concebirse al mismo tiempo como un Poder y como una institución al servicio de la ciudadanía, en una ecuación que puede ser difícil de formular y resolver.

“Va a tener que ser también un servicio, ya no puede ser un poder, porque tiene que transar con los que pasa en la sociedad y entonces tiene que tomar un aspecto más parecido al de la sociedad”.

Entre Poder y Servicio, el Poder Judicial debe relacionarse con una sociedad que, según todos los entrevistados, aparece hoy con niveles de empoderamiento mucho mayores que los de hace unas décadas atrás, lo que dibuja un nuevo escenario socio-político en el cual el Poder Judicial debe desenvolverse y al cual debe integrarse. 2.2 Ciudadanía más empoderada

Ciudadanos activos y empoderados

Según los entrevistados la ciudadanía hoy está mucho más empoderada, transformándose en un actor mucho más activo y demandante, que está más consciente de sus derechos y que está dispuesto a hacerlos valer.

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“Ha habido un cambio muy grande en Chile en estos últimos veinte años en que la ciudadanía está muy consciente de sus derechos y por lo tanto hoy en día ciertas prácticas del pasado, también en el Poder Judicial, aparecen como insoportables”. “Están las exigencias de los usuarios, que han ido creciendo. Ahí es donde se produce esta exigencia de los usuarios, porque a nadie le gusta que lo traten mal, que lo hagan esperar”.

Que exigen ser un “Servicio del Estado”

Los entrevistados reconocen, entonces, que en los últimos años ha aparecido una ciudadanía que exige un servicio que debe ser prestado de manera impecable junto a una ciudadanía atenta respecto del funcionamiento de dichas instituciones, de las que se rechaza una dinámica propia de enclaves de poder que las posicionan como intocables y autoritarias. En este sentido, tanto el Poder Judicial como otras instituciones, son requeridas en su rol de instituciones garantes de los derechos de la sociedad y sus integrantes.

“Yo creo que tienen una sociedad que va más hacia una sociedad de derecho. ¿Qué esperan de los jueces? Yo creo que esperan que los protejan”.

Sin embargo, aunque la ciudadanía está más empoderada y consciente de sus derechos, parece ser que la distancia, desconocimiento y mal entendimiento de las competencias, atribuciones y formas de proceder del Poder Judicial por parte de la ciudadanía, sigue siendo, como lo han expresado estudios anteriores, un tema que afecta basalmente el posicionamiento de las instituciones de Justicia.

2.3 Desconocimiento del orden institucional

Alto desconocimiento de la ciudadanía

En la relación del Poder Judicial con la sociedad, el desconocimiento del orden institucional, de la forma en que las instituciones se organizan y funcionan, por parte de ésta, minan la posibilidad de establecer nexos positivos de retroalimentación, así como también perjudican la imagen que se tiene del Poder Judicial, pues se esperan de él cosas que están fuera de sus atribuciones o capacidades. Así, para los entrevistados, la relación entre el Poder Judicial y la sociedad está mediada por un gran vacío en la cultura cívica de esta población.

“La primera característica que se me viene a la cabeza es que el Poder Judicial es absolutamente incomprendido, o sea, uno de los grandes problemas que tiene ha sido lograr transmitir exactamente a qué se dedica y cuáles son las responsabilidades que le caben y muchas veces parece estar imbricado en una serie de problemas distintos a los propios de su naturaleza”.

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“Hay una mala formación en general de la ciudadanía. En este país se perdió la educación cívica una vez que se instaló el régimen militar y no se ha recuperado”.

“La sociedad tiene una visión de la labor del Poder Judicial, pero muy desinformada por poca comprensión del rol del Estado en democracia y por eso me parece preocupante, porque ese desaliento completo lo que hace es ir eliminando la confianza que tiene la gente en la Institución”.

Expectativas infundadas y no cumplidas

Esta desinformación genera entre las personas una serie de expectativas y demandas que no están bien fundadas, siendo la principal de ellas una mayor severidad – la mano dura – con los delitos depositando la función de prevención del delito en el poder judicial.

“La gente en esto tiene una aproximación muy básica y muy instintiva. La gente quiere que una persona que roba, lo metan preso. Y lo dejen preso mucho rato, si ha robado varias veces, con mayor razón”. “Yo creo que la sociedad espera del Poder Judicial que sea policía y sistema penitenciario, al mismo tiempo”. “La justicia le da la libertad a un tipo que atropelló a una persona, y entonces, la gente dice "¡cómo es posible!” La gente quisiera que lo colgaran al tiro en la esquina. Entonces, le achacan la culpa al Poder Judicial. Y creo que, al final, en general, la gente tiene una visión crítica del Poder Judicial, pero por ignorancia”.

“La principal demanda de la ciudadanía probablemente esté equivocada. Que los jueces tienen que mandar a todos los delincuentes presos es un error. Si no, no necesitaríamos jueces, sería un Estado policial, lo que es la negación misma del rol del juez”.

De acuerdo con esta línea de argumentación habría una distancia entre lo que desde las élites intelectuales, la tecnocracia y la clase política se entiende como una manera civilizada de resolver conflictos, defendiendo y respetando los derechos de todas las personas – imputados y demandantes – y lo que la ciudadanía quiere como castigo en un sentimiento instintivo. Esta distancia se produce, a juicio de los entrevistados, por la insuficiente explicación y fundamentación de los principios y procedimientos que rigen el quehacer de la justicia.

“Yo considero que el mayor desprestigio del Poder Judicial tiene su origen en la judicatura criminal. Y Rubén Ballesteros lo ha planteado. Ha dicho “mire yo hice una Reforma Procesal, pero a la gente no se le explicó que esto significaba darles garantía a las

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personas”. Pero no son garantías a los delincuentes, es darles garantías a las personas.”. “El tema de la puerta giratoria es una cuestión que está instalada. A todo nivel. Y es que es súper inentendible para el ciudadano común y corriente que alguien que cometió un delito, o que pareciera que cometió un delito, o que hay pruebas de que cometió un delito, esté libre porque las pruebas fueron mal formuladas, por ejemplo. Ese tipo de cosas yo creo que hacen pedazos al Poder Judicial y tiene su base en el desconocimiento de cómo funciona”. “Entonces ahí hay un tema que es quizás entender mejor cuáles son las razones por las cuales el Poder Judicial resuelve y quizás hay un desconocimiento del derecho, de las condiciones que se requieren para poder juzgar a alguien”.

Este desconocimiento del funcionamiento de las instituciones, por parte de la ciudadanía, es lo que genera críticas y demandas infundadas que mancillan la imagen de la Justicia. Según los entrevistados no es responsabilidad exclusiva del Poder Judicial, pues la educación cívica no forma parte de sus atribuciones, sin embargo, existen ciertas prácticas del Poder Judicial que impiden la correcta comprensión por parte de la sociedad de lo que sucede al interior de los tribunales, en los cuales se producen sanciones y fallos que determinan la vida de los involucrados así como también condicionan las de la sociedad en su conjunto. En este sentido el lenguaje jurídico, utilizado por jueces y abogados, genera una distancia inmediata con la sociedad.

“De verdad, debiesen hablar en castellano, no en otro idioma. Porque estamos hablando de ciudadanos que tienen derechos, y tienen derecho a entender lo que está pasando”.

Así, el desconocimiento o falta de formación de la ciudadanía habla no sólo de una falencia del sistema educativo o de la cultura ciudadana, sino que también de un acceso desigual a la información judicial y, a fin de cuentas, a la Justicia. 2.4 Desigualdad en el acceso a la información y la justicia

Un mundo que no se entiende y se vuelve poco accesible

Frente a los distintos niveles de formación y educación de la ciudadanía, los entrevistados esperarían del Poder Judicial una actitud que tendiera a hacer más accesible el enclaustrado y técnico mundo de la Justicia, en miras de hacerla, dentro de las posibilidades en una sociedad tremendamente desigual, un poco más equitativa.

“El Poder Judicial podría ser más claro en trasmitirle la respuesta a la gente, a la opinión púbica”.

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“Yo no observo ningún esfuerzo por tratar de hacer algo un poquitito más cercano a nadie”. “Yo creo que hay un derecho de la ciudadanía, sobre todo cuando está siendo sujeta a un juicio, o a una situación compleja, a entender lo que está pasando. Y es muy fácil para los jueces abusar y hacer como la falacia de la autoridad y de la ignorancia también. De usar un lenguaje que los otros no entienden”. “Bueno, es que transparencia al final engloba todo, porque tiene que ver con que el ciudadano entienda. Cuando digo que entienda, no es que compartan necesariamente, sí que se entienda. El problema es que no se entiende. No se entiende la redacción del fallo, no se entiende por qué un señor queda libre o no. Tú puedes no compartir, decir: “los jueces son pésimos”, pero, estoy yendo a lo más inicial: que no se entiende nada”.

“Los jueces tienen que ser conscientes de eso. Y tienen que, por lo tanto, generar condiciones distintas para el público que no tiene el lenguaje para enfrentarse a un juicio”.

Una justicia desigual

Esta situación de poca claridad, que se traduce finalmente en un acceso desigual a la información, a los procesos y a las sentencias del Poder Judicial, viene a acentuar, según los entrevistados, el acceso desigual a la Justicia en general, en donde, como en todas las esferas de una sociedad no equitativa, el poder económico se transforma en mayores capacidades para la resolución de conflictos por la vía judicial, lo que indudablemente genera un gran malestar en la población.

“En el Poder Judicial se dan las mismas situaciones de inequidad que se dan en el resto de la sociedad. O sea, por supuesto que hay sectores socioeconómicos que tienen más acceso al Poder Judicial, con más facilidad que una persona que no tiene por ejemplo educación, cultura, etc. Hay mucha gente que, a lo mejor ve dificultado su acceso, por su propia condición de vulnerabilidad”.

“Un vector en el cual la frustración es muy grande es el vector -llamémoslo así - de clase, un vector económico y ese vector está bastante intacto”.

“Me parece que es un poder justo, pero que no se hace cargo de las injusticias y las desigualdades que hay en la sociedad. Y en eso se genera un acceso diferenciado a la justicia”.

El Poder Judicial opera, entonces, sobre la base de las desigualdades de la sociedad, y si bien no está en sus manos acabar con esa inequidad, sí se espera que intente garantizar un acceso más igualitario a la justicia, para transformarse así en un garante de las libertades y derechos de toda la ciudadanía.

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3. EL PJUD Y LOS OTROS PODERES DEL ESTADO

Otro eje que suscitó una serie de comentarios y anotaciones por parte de los entrevistados fue las relaciones entre el Poder Judicial y el Poder Legislativo y Ejecutivo, que si bien se desenvuelven en un contexto totalmente normal de democracia, republicanismo e institucionalidad, no están exentas de conflictos y tensiones.

3.1 Conflictos y tensiones

Un poder con dependencia de sus pares

En general los conflictos y tensiones entre el Poder Judicial y los otros poderes del Estado dicen relación con la defensa de la autonomía y la independencia y la debida separación de sus funciones y atribuciones, y parecen ser de carácter estructural, al menos en el actual ordenamiento institucional del país. En ese contexto, según los entrevistados, dos de los puntos más problemáticos son la autonomía económica que siempre genera una serie de debates y negociaciones y el nombramiento de los ministros, que implica, o podría implicar, un cálculo político de parte de los jueces. Estos dos asuntos producen una especie de dependencia y subordinación, al menos organizacional, del Poder Judicial a los otros poderes del Estado.

“La relación es más de subordinación en general. En general se subordina, porque el Poder Judicial necesita más al Ejecutivo y al Legislativo. O sea, su presupuesto depende del Poder Ejecutivo y dependen también del Congreso para llegar a la Corte Suprema”.

“Dependen del presupuesto. No son económicamente autónomos y entre comillas podrían ser castigados si al Ejecutivo y al Legislativo, no les gustara lo que dicen”. “Ese ministro de Corte de Apelaciones que está aspirando a que algún día lo nombren Supremo, que sabe que va a haber un Presidente de la Republica o una Presidenta de la Republica que tiene que postularlo y que sabe que tiene que haber un Senado de la Republica que lo apruebe, entonces ¿se tendrá que portar bien, más o menos bien, o puede tener una independencia real? Esta es una pregunta que uno se hace y yo entiendo que siempre ha sido así”.

Así, la independencia del Poder Judicial no sería total, ya que se ve interrumpida por asuntos económicos y políticos, lo que repercute en un cuestionamiento a su funcionamiento y a su relación sobre todo con el Poder Ejecutivo. Sin embargo, según los entrevistados, las tensiones entre el Poder Judicial y los otros poderes del Estado no se limitan a asuntos de subordinación o de dependencia estructural sino que se extienden hacia los lugares en los que estos se intersectan, vale decir en

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aquellos espacios donde los asuntos se vuelven sistémicos, donde no es claro el borde y donde las responsabilidades especificas de uno u otro poder son difusas. Respecto del poder legislativo, hay consenso sobre los vacíos que hoy porta el corpus legal chileno, desactualizado y obsoleto en variadas temáticas, dejando al Poder Judicial operando sobre un instrumento deficiente y haciéndose cargo de una cantidad creciente de conflictos sociales que ha dejado como consecuencia la llamada judicialización de los conflictos.

“Hemos visto que cuestiones súper complejas como la política energética y la educación terminan judicializadas, porque las instancias políticas de resolución que no debían ser judiciales parece que no están funcionando adecuadamente”.

Esta judicialización, definida como el proceso mediante el cual la sociedad ha visto mermada sus instancias y capacidades para resolver sus desencuentros y que en consecuencia debe recurrir cada vez al sistema judicial en busca de resolución, impacta negativamente la imagen del Poder Judicial. Por un lado se vuelve más lento y por otro debe dirimir sobre asuntos que no son necesariamente de su competencia y generar expectativas de resolución de problemas que en una sociedad robustecida debieran ser subsanados en otras instancias.

Cuestionamiento político: tensiones entre los poderes del Estado

Esta confusión de las funciones y atribuciones de los distintos poderes del Estado, es a veces y a juicio de los entrevistados, utilizada con fines políticos. Muchas de estas tensiones tendrían entonces su origen en cálculos estratégicos donde las distintas instituciones intentan deshacerse de la responsabilidad que tienen en la solución de problemas que aquejan a la sociedad.

En este escenario es que surge el cuestionamiento de parte del poder político a la labor del Poder Judicial lo que para un sector de los entrevistados, sobre todo para aquellos ligados al derecho, constituye un error grave tanto del Poder Legislativo y, en especial, del Poder Ejecutivo, pues atenta contra la necesaria autonomía de los poderes del Estado

“Pretender intervenir o cuestionar la labor de la justicia, de parte del Poder Ejecutivo, lo considero muy grave”.

Otros sectores, sin embargo no ven tan desconfiadamente las opiniones que los otros poderes del Estado puedan hacer respecto de la labor del Poder Judicial, pues no lo consideran intervencionismo, sino simple diálogo democrático.

“A lo mejor no lo tengo tan claro, pero encuentro que es una tontera que un Presidente de la República no pueda opinar sobre un fallo y que automáticamente se entienda que esto es una intervención en el Poder Judicial. O sea, la autonomía no está dada por lo que dices o no dices, sino que por las acciones concretas que puedas hacer".

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Ahora, sobre lo que sí existe consenso es sobre las relaciones particularmente tensas que se han dado entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial durante el actual Gobierno del presidente Sebastián Piñera, gatillado por la problemática de la delincuencia y el compromiso del ejecutivo de terminar con ella durante su mandato.

“El Gobierno de Sebastián Piñera, primero promete que iba a tener solucionado el problema de seguridad y no lo logra, empieza a buscar culpables y los culpables son los jueces”. “Es que el Poder Judicial puede ser un buen chivo expiatorio para todas esas instituciones. Pero tú tienes una cadena. Y además este Gobierno, particularmente, se dio cuenta de que podía traspasar la responsabilidad por el orden público a fallas del Poder Judicial. Que yo creo que en alguna medida tiene razón, pero claramente es una forma de “sacarse el pillo”. “Ahí lo que hay es una campaña comunicacional tremenda en contra de los jueces de parte del Gobierno”.

Los entrevistados consideran que el Poder Judicial ha sido altamente cauto a estas interpelaciones y en ese contexto rescatan algunos momentos de mayor fuerza, por ejemplo, las declaraciones del Ministro Ballesteros sobre el Observatorio Judicial. En general, advierten que esa actitud, quizás excesivamente prudente, puede ser leída como una cierta sumisión o exceso de cierre social. Frente a este punto, es que la presentación de datos empíricos sobre la delincuencia con la vocería del ministro fue altamente valorada y reconocida como un hito en términos comunicacionales.

“No pueden llevar las cosas al extremo, tienen dos compadres que pelean. Tiene que haber una contención. Pero esa contención no debiera confundirse con sumisión, porque no puede haber sumisión”.

Como sea, la relación con el actual Gobierno es evaluada como un obstáculo para el avance del Poder Judicial en sus necesarias transformaciones, pues ha estancado y entorpecido no sólo las buenas relaciones entre los poderes sino las posibilidades de avanzar conjuntamente en la resolución de problemas.

“Yo creo ha sido un retroceso en la imagen de los Tribunales y de los jueces, porque han tenido que reforzar su defensa de la independencia más que construir una política”.

3.2 Horizonte

Una relación naturalmente en tensión

Frente a estas tensiones preguntamos a los entrevistados cuál podría ser un horizonte hacia el cual debieran avanzar los tres poderes del Estado para establecer relaciones sanas

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y conducentes. Un primer punto que recalcaron fue el hecho de que los tres, particularmente el Poder Judicial, debe aceptar y hacer frente a conflictos y debates, que forman parte de la vida democrática y que son consecuencia de la demanda creciente por transparencia.

“Si son poderes autónomos naturalmente tienen que aprender a vivir en conflicto. Lo que pasa es que los jueces les da susto, porque no están acostumbrados. Es un poco como funcionan las cosas en el país, la elite en el país. Nadie dice nada de nadie. Entonces, un conflicto que es normal en una sociedad democrática, ellos lo asimilan con una mentalidad provinciana, en que nada se puede mover, que nadie se conflictúe. Es un trauma de una generación, con trauma al conflicto”.

“Hay un área en que de repente se tiene que producir un conflicto, porque a lo mejor de ese conflicto surge la posibilidad de cambiar. De lo contrario, sigues en la inercia, y sigues capturado por una cierta tradición, que puede no necesariamente ser la mejor”.

En colaboración y reciprocidad

Ahora, si bien el Poder Judicial tiene que aceptar los conflictos y no temerles, ni esconderse de ellos, la actitud deseable de parte de los tres poderes del Estado es la de la cooperación productiva y conducente. La idea, según los entrevistados, es que haya mayor coordinación y colaboración entre los tres poderes del Estado, para asegurar y garantizar el orden democrático.

“Aquí uno lo que debería tratar de hacer es proteger más bien a este poder del Estado y obviamente colaborar a mejorar aquellas cosas que hay que mejorar”. “Como se debieran vincular el Poder Ejecutivo y los demás organismos del Estado con el Poder Judicial es con las normas de respeto, de comunicación y de solución de conflicto. Y no estar en la polémica del día a día y creo que ahí se requiere liderazgos políticos que cada institución va a tener que levantar ”. “El Estado de derecho democrático descansa en las decisiones de los jueces. Si tú tienes un buen sistema judicial, serio, honesto, vas a tener probablemente un sistema ordenado. Pero eso tiene que ser producto, no sólo de los jueces, sino que de todo un sistema que permita que los jueces operen y actúen bien”.

De esta manera el buen funcionamiento del Poder Judicial, garante del estado de derecho y de la democracia en el país, es responsabilidad no sólo del Poder Judicial mismo, sino de todas las instituciones. Lo que está en manos del Poder Judicial en este escenario es propiciar un buen clima de convivencia con los otros poderes e instituciones del Estado, tendiente a la colaboración y la cooperación.

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4. POSICIONAMIENTO EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

En una sociedad en donde la realidad y la información es construida y está mediada por los medios de comunicación, la imagen de las instituciones, las percepciones y evaluaciones que de ellas se hacen, pasan en buena medida por la prensa. En el caso particular del Poder Judicial esto es aún más extremo ya que la clausura sobre la que opera hace que el peso de la prensa sea clave en su imagen pública.

4.1 Los medios de comunicación y el Poder Judicial

4.1.1 Construcción de la imagen del Poder Judicial

Una imagen fuertemente influida por la editorial de los medios

Al momento de preguntarles sobre la construcción de la imagen del Poder Judicial en los medios de comunicación, la mayoría de los entrevistados comenzaron por aclarar que los medios obedecen a la ideología de sus propietarios y que en tal sentido construyen realidad de acuerdo a los intereses de quienes los financian o de quienes representa.

“Yo creo que eso tiene que ver con las líneas editoriales de los medios, tiene que ver con quiénes son los dueños de los medios”.

En este escenario los entrevistados ven que la construcción de la imagen del Poder Judicial se centra fundamentalmente en una visión de los jueces como excesivamente garantistas, lo que, según los entrevistados, sería una de las causas de lo que se ha llamado “la puerta giratoria”.

“La prensa ha sido bien proclive a este Gobierno y por lo tanto ha facilitado la difusión de esta visión del Poder Judicial como extremadamente garantista”.

“Los medios le asignan al Poder Judicial, en materia penal, un rol esencialmente garantista y se ha instalado que los jueces están más preocupados de los derechos de los imputados que de los derechos de la víctima y eso está instalado y aunque el Poder Judicial diga que eso no es así, les llega igual”. “Es que además el producto ya está diseñado. Lo que vende es qué juez se equivocó dejando libre a alguien y además hay un anclaje de políticos que vienen detrás repitiendo la historia de la puerta giratoria y todas esas cosas”. “Hay una retroalimentación entre una opinión negativa de la ciudadanía con una crítica permanente de la clase política, que a su vez motiva a la ciudadanía y a los medios de comunicación, transformando como comodín una crítica permanente al Poder Judicial”.

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Por otro lado, según los entrevistados, los medios además de obedecer a una cierta ideología, que connota y parcializa la labor del Poder Judicial, muchas veces emiten juicios y entregan informaciones sin el conocimiento necesario de la justicia, contribuyendo así más a la confusión que a la aclaración de los procesos judiciales. Sin mucho conocimiento de la causa, emiten informaciones que no tienen fundamento en la realidad organizacional de la Justicia chilena, dañando así injustamente la imagen del Poder Judicial.

“El periodismo chileno no es un periodismo especializado. Entonces, a cualquier periodista lo mandan a cubrir cualquier información sin tener la formación suficiente como para poder discernir qué es lo que hay en esa información y cuáles son los hechos que están en tela de juicio y en ese caso el periodismo más bien distorsiona los hechos que forma a la comunidad o a la opinión pública sobre los problemas reales. Y ese es un problema grave”. “Luego, dan por cierta información que es dudosa, o de la que no se tienen antecedentes, o se presenta de una forma tal que no hay otra verdad posible. Entonces creo que los medios no ayudan en nada”.

Además de la desinformación en base a la que – paradójicamente – los medios de comunicación informan, los entrevistados identifican también una distorsión que se produce en el hecho de que los medios de comunicación informan sobre una parte muy parcial del Poder Judicial, los casos emblemáticos. Así, el Poder Judicial aparece en la prensa fundamentalmente cuando se trata de casos controvertidos, normalmente ligados al ámbito penal, quedando fuera de su imagen todo el resto de su labor, lo que evidentemente perjudica la percepción que se tiene de él.

“Creo que el principal problema hoy en día es que la imagen del Poder Judicial se esta construyendo desde la perspectiva del funcionamiento del Sistema Penal”. “Lo más probable es que la gran mayoría de los jueces sean súper buenos jueces, pero efectivamente se dan los casos más problemáticos los que aparecen en la opinión pública. O sea, hay una sobre representación de jueces que cometen acciones que son incomprendidas por el público en general. Y eso se va instalando”. “El problema de cuando apareces en los medios, es que apareces por casos que no son el promedio. Los medios de comunicación distorsionan las cosas en ese sentido. Ellos nunca van al promedio. O por una falla muy grande o por un acierto muy grande. O por personalidades. Y los casos que acostumbran a salir en la prensa son casos controvertidos. Y cuando falla el Poder Judicial, ahí es más complejo”.

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De esta manera, la información sobre el Poder Judicial no sólo es ideológicamente orientada sino que también parcial, lo que tiene una influencia decisiva en su imagen y funcionamiento. 4.1.2 Influencia de la imagen comunicacional

4.1.2.1 Influencia de la imagen en la opinión ciudadana

Esta construcción del Poder Judicial, que se hace desde los medios, va generando según los entrevistados, una percepción y sensación de inseguridad en la ciudadanía, sobre la que muchas veces se le atribuyen responsabilidades al Poder Judicial.

“Hay una sensación, una percepción, de victimización, que probablemente está muy influenciada por los medios de comunicación, sobre todo por la televisión. O sea, cuando uno ve canales como Chilevisión, que les entregan una dedicación muy intensa y prioritaria a este tipo de delitos, los delitos se magnifican. Y pareciera que todos somos víctimas de esos delitos, en circunstancia que no lo somos, nos sentimos más de lo que somos, eso es percepción. Y por lo tanto, la tentación de la voz ciudadana es siempre más penas, más cárcel, más dureza, etc. Y esta acción de los medios de comunicación como te digo, especialmente la televisión, creo ha sido un factor que ha empoderado la victimización”. “Ahora, lo que a mí me parece que ha producido un efecto negativo es el excesivo reportaje de la crónica policial de sangre o la más truculenta. Y eso produce un efecto”.

Por lo tanto el Poder Judicial resulta perjudicado por un clima generalizado de inseguridad instalado en buena medida por los medios, en donde el Poder Judicial jugaría un rol negativo, pues contribuiría a la “impunidad” de la delincuencia. Es decir, los medios de comunicación acentúan, en vez de salvar, la distancia que hay entre el lenguaje, las normas y las dinámicas que rigen al Poder Judicial y lo que la ciudadanía comprende y espera de la justicia.

4.1.2.2 Influencia en la judicatura

La mediatización de la Justicia hace que el periodismo y los medios de comunicación cumplan un rol importante en generar un ambiente en la ciudadanía y formar el juicio de la sociedad que corre paralelamente al juicio estrictamente judicial, lo que a juicio de los entrevistados podría ejercer una cierta presión sobre los jueces o, al menos, podría influir en su toma de decisiones.

“Los abogados entendieron hoy día, que ellos ganan una causa en los tribunales y en la opinión pública”.

“Cuando tú trabajas, hoy en día, es difícil que tú ganes una causa si la has perdido en los medios de comunicación. Y a lo mejor ahí

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se puede provocar una distorsión que puede perjudicar al Poder Judicial. En la medida en que tú ganas una causa comunicacionalmente y la sentencia es opuesta; si la gente está convencida comunicacionalmente con una verdad y la verdad que da el Poder Judicial es otra, ahí tú tienes un problema”. “Cuando un caso no conlleva prensa, uno puede esperar que la solución del caso sea más sensata, más razonable en el sentido de apegada al merito del caso y a lo que dice la ley. Uno espera que el diálogo que se produce entre las partes y de éstas con los jueces sea un diálogo más controlado desde el punto de vista de los extremos. Cuando se mete la prensa cambia todo”.

Ahora, esta situación no es necesariamente negativa, pues constituye una consecuencia inevitable de la transparencia y la apertura del Poder Judicial a la comunidad. No debe pues, según los entrevistados, ser temida, sino que se deben tomar las medidas necesarias para que esta apertura y susceptibilidad no empañe la labor judicial. Intentar salvar al máximo la imparcialidad e independencia en un contexto que, claramente, es muy distinto al que el Poder Judicial estaba acostumbrado, parece ser uno de los desafíos que comunicacionalmente debiera asumir el Poder Judicial.

“O sea, mientras la cuestión es cerrada y opaca, no se ve no más. Pero ahora en la medida en que, sobre todo con la Reforma Procesal Penal, que te abre todo y ves lo que está pasando...es de locos poh. Entonces hay un avance en transparencia, pero al mismo tiempo un miedo porque los van a cuestionar más. Sin embargo es mejor que la opacidad, en algo tan relevante como la justicia. Mejor el debate, es mejor la contraposición, los contrapuntos, es mejor que a un juez lo tengan que echar aquí por allá por haber metido las patas. Que un Supremo tenga que dar explicaciones por determinada conducta. Eso es mucho mejor al "aquí no ha pasado nada".

En el escenario actual, el Poder Judicial está inevitablemente sujeto a la observación y juicio de la ciudadanía y frente a eso debería reaccionar de manera decidida e, inevitablemente, entrar en el mundo de las comunicaciones, para poder resguardar su independencia y autonomía, pero al mismo tiempo para aclarar, esclarecer, instruir e informar de acuerdo a su propia visión de los hechos. En este sentido, y a juicio de los entrevistados, participar en los medios de comunicación, de manera adecuada y cauta, lejos de obstaculizar o teñir su imparcialidad, le permitiría avanzar más aún en transparencia y transformarse en un interlocutor capaz de aclarar todos aquellos puntos confusos que merman la correcta comprensión de sus labores y funcionamiento.

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4.2 El Poder Judicial y los medios de comunicación

4.2.1 Participación del Poder Judicial en los medios

Excesiva distancia con los MMCC

Pese al escenario medial que reina hoy en día en el mundo, el Poder Judicial se ha mantenido muy distante de los medios de comunicación. Para la mayoría de los entrevistados, si bien el Poder Judicial ha avanzado en el manejo de su imagen comunicacional, sus intervenciones y su estrategia son aún insuficientes.

“Creo que hoy en día la imagen del Poder Judicial es sólo de los medios de comunicación. El Poder Judicial trata de salir a aclarar un par de cosas o de repente sale con una cuestión, pero es súper irrelevante”. “El Poder Judicial no habla, a diferencia del resto de los actores del sistema. Yo creo que hay una cuestión cultural de por medio, o sea a nosotros nos lo enseñaron en la universidad, el axioma “los Jueces hablan por sus sentencias” era algo que te decían los profesores o sea no hay otros canales de explicación”.

“Yo le veo muy poca voz, creo que en parte ha sido porque tiene este sistema tan curioso de un gobierno medio colegiado, en el que para que saquen la voz tienen que tener mucho consenso, si no tienen que decir puras generalidades”.

“Probablemente, el Poder Judicial no ha sabido sobrellevar el impacto mediático porque ha tenido una tradición que hablan a través de la sentencia y además nadie puede hablar sin la autorización y por tanto hablan poco y cuando hablan lo hace la Corte Suprema”.

4.2.2 Vocerías

Ausencia de vocería : una necesidad urgente

En este sentido los entrevistados no identifican una vocería clara. Aunque reconocen que ha habido una mayor participación mediática, sobre todo de parte de los ministros de la Corte Suprema, juzgando su labor como insuficiente.

“Yo creo que no es muy eficaz la relación que tiene la Corte Suprema con los medios de comunicación. Vale decir, las personas que están a cargo de hacer esa relación con los medios de comunicación no lo hacen en los términos que debieran hacerla, porque la hacen muy puntualmente sobre uno u otro caso y eso es como una gotita de sal dentro de un océano que no aporta mucho respecto de esta perspectiva general, yo diría que en ese sentido

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hace falta un aparato comunicacional mucho más fuerte de parte del Poder Judicial”.

Según los entrevistados, esta falencia comunicacional del Poder Judicial, debiera ser subsanada, decidiéndose a tener una mayor participación en los medios de comunicación, que según la mayoría de los entrevistados debiera tomar la forma de un sistema de vocerías.

Necesidad de vocerías: cautas y planificadas

Las vocerías aparecen en el contexto actual, según la mayor parte de los entrevistados, como algo necesario, esperable y deseable.

“Yo no sé si pueden hacerlo pero yo creo que el Poder Judicial debería pronunciarse de vez en cuando con más claridad respecto de las críticas que se le hacen, sobre todo cuando claramente se le piden cosas que no caben dentro de sus competencias y dentro de sus obligaciones”. “Yo creo que siempre es bueno que haya más información, por tanto una vocería me parece bien”.

Ahora bien, estas vocerías, a juicio de los entrevistados, deberían ser cuidadas y planeadas, pues el Poder Judicial debe mantener siempre un equilibrio entre una apertura a la sociedad y la mantención de su independencia e imparcialidad, entre participación en la vida pública y la debida proyección de su carácter de autoridad. El Poder Judicial debiera hablar, pero sus voceros no debieran convertirse en personajes con opiniones propias sobre todos los temas y debates de la agenda pública, sino que deben ser justamente los representantes de lo que el Poder Judicial en su conjunto y de manera estratégicamente planeada quiere y debe transmitir.

“Lo peor son los dos extremos que existen. De una parte el juez burócrata sin ninguna relación con la sociedad, que le da lo mismo el mundo. Y después el otro sistema de avance que es el juez estrella”. “El tema de la autonomía, tiene que estar resguardado. Pero yo no creo que esté sacrificando autonomía por emitir una opinión ilustrada. Lo que pasa es que el que opina tiene que opinar ilustradamente”.

En este sentido el Poder Judicial debiera referirse a los temas que le competen y de una manera explicativa, haciendo particular hincapié en que sus resoluciones, comunicados, fallos y decisiones sean comprensibles para la ciudadanía en su conjunto, no necesariamente instruida en el lenguaje y los códigos del derecho y la judicatura.

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“Yo creo que el Poder Judicial debería ser más claro para establecer ciertas cuestiones cuando es indispensable, cuando es necesario que el Poder Judicial tenga una opinión institucional en en un tema. Y ellos yo no sé a quién le hablan, es como que no le hablaran a nadie, le hablan a las leyes. Y ahí se equivocan. Yo creo que debiesen hablarle a la ciudadanía, en un lenguaje que sea ciudadano, sino, uno no entiende la declaración del juez”. “Los jueces tienen que hablar, el Poder Judicial tiene que hablar con la ciudadanía, no con los abogados. Yo creo que todavía está dedicada a hablar con los abogados”.

Hacia el rol educador

En esa línea y considerando el desconocimiento general de la ciudadanía respecto del funcionamiento de las instituciones y de la cultura cívica, que se suma a la información muchas veces distorsionada – intencional o casualmente – que entregan los medios de comunicación, para los entrevistados uno de los roles que debiera jugar el Poder Judicial en la opinión pública es el de pedagogo, siendo capaz de “traducir” su funcionamiento a un lenguaje más mundano y así mismo procurar la correcta comprensión de su quehacer.

4.2.3 Pedagogía y esclarecimiento

A juicio de los entrevistados, el Poder Judicial, en tanto institución autónoma e independiente, debiera hacerse cargo de ser bien comprendida por la sociedad. Esa es una responsabilidad que debe asumir y para ello debe clarificar cuáles son sus funciones y cómo suceden sus procedimientos. Esto exige una apertura y trabajo en conjunto con la ciudadanía y con los medios de comunicación, con vistas a, no a limpiar su imagen o evitar los conflictos, sino a generar el conocimiento y la información necesarios para que esos conflictos estén bien fundados.

“Me parece que debiera salir hacia la comunidad más claramente, con lo que son realmente sus funciones, y no estar haciéndose cargo muchas veces desde el silencio de atribuciones de responsabilidad que no le corresponden”.

“Ahora a los medios hay que entregarle la información procesada, porque precisamente como no son periodistas especializados no sacan nada con entregarle una información en forma bruta, porque no van a ser capaces ellos de procesarla adecuadamente, entonces desde ese punto de vista debiera haber una unidad mucho más potente dentro de Poder Judicial encargada de ver la relación con los medios y con la opinión pública en general en esa materia. Ahora yo creo que esa conciencia no es muy fuerte todavía en el Poder Judicial”.

De esta forma el Poder Judicial debe iniciar un debate verdadero en torno a su quehacer, propiciando que la ciudadanía y los medios desestimen aquellos argumentos que no

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tienen fundamento o están basados en desconocimiento. Esto pensando, no en la eliminación de los cuestionamientos o críticas, sino en el potenciamiento de aquellas que efectivamente puedan servir a una mejora de su funcionamiento.

5. EL MUNDO ACADÉMICO Y EL PODER JUDICIAL

En las conversaciones con los entrevistados, y especialmente con personalidades del mundo académico apareció muy fuertemente el llamado a una colaboración más estrecha entre el Poder Judicial y las universidades y centros de estudio. Por eso hemos querido incluir este ámbito de manera específica para hacer notar que existe un sector de la sociedad y de la institucionalidad que declara estar dispuesto de colaborar con el Poder Judicial en aquellos aspectos que a su juicio exigen transformación. Particularmente, respecto de la posibilidad de la creación de un Observatorio Judicial, si bien todos los entrevistados manifestaron lo inapropiado que era el hecho de que esta iniciativa viniera del Poder Ejecutivo o de sus aspirantes, todos rescataron la idea como algo necesario y que ayudaría a transparentar su quehacer, permitiéndole mejorar su posicionamiento. Teniendo en cuenta este requerimiento muchos de los entrevistados, no sólo aquellos ligados al mundo académico, plantearon que una universidad pública, fundada al igual que el Poder Judicial en la autonomía, imparcialidad e independencia, sería un buen aliado para llevar a cabo un proyecto de esa envergadura e importancia.

“Tendría que ser muy cuidadoso, yo creo que podría ubicar un observatorio propio en el mismo Poder Judicial en alianza con una universidad pública. Algo que le dé garantías al país”. “Otra cosa es que se nos hubiese ocurrido a nosotros como una universidad, mira, “vamos a hacer un observatorio de seguimiento de no sé, funcionamiento de algunas actividades del Poder Judicial”… pero esto fue una iniciativa del Gobierno, entonces es ahí donde se inicia el problema”.

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6. DESAFÍOS

Como dijimos al comienzo de este informe, un aspecto importante del diagnóstico que hemos realizado, contempla los desafíos que en base a las debilidades del Poder Judicial pueden ser asumidos para mejorar su posicionamiento. Los principales desafíos planteados por los entrevistados pueden ser agrupados en tres categorías que serán importantes a la hora de proyectar una estrategia.

6.1 Desafíos Institucionales

De acuerdo a lo planteado por las personas consultadas, los desafíos que el Poder Judicial debiera asumir en términos de su funcionamiento son los siguientes.

6.1.1 Modernización

Pese a los grandes avances que ha realizado el Poder Judicial en términos de modernización de sus operaciones, aún faltan ciertos aspectos que mejorar. Para ello se debe tener en cuenta que, como lo expresa uno de los entrevistados, modernización no es sinónimo de digitalización, imagen y eficiencia, sino que abarca todo el espectro del funcionamiento que debiera estar orientado a mejorar la calidad de la justicia.

“Que se modernice y que no sea una modernización en que solo hayan más computadores y mayor rapidez, sino que haya una calidad de imposición de justicia mucho mejor”.

Teniendo esto en consideración, uno de los aspectos que deben ser revisados es la atención a los usuarios, en donde, sin dudas, hay aún un desafío de alcanzar una mayor cercanía y simpatía con la ciudadanía.

“Yo creo que hay una tarea micro que es de mejorar aún más el servicio que se le presta a los usuarios y mejorar en base a una mirada comprensiva de lo que se está entregando y lo que se está esperando”.

En la misma dirección de mejorar la atención, agilizar los procesos y modernizar la administración de la justicia, aparece una reforma que, si bien no depende del Poder Judicial, se esperaría que éste hiciera todo lo que esté a su alcance para que se produzca. Esta transformación necesaria dice relación con la Reforma Procesal Civil, que como vimos en apartados anteriores, es sin lugar a dudas el punto más “retrogrado” de la Justicia hoy en Chile.

“Una cosa que yo creo que es importante, y que ojalá se pueda realizar lo antes posible, es la Reforma Procesal Civil, porque es una de las cosas que yo creo que más tiene atragantada a la ciudadanía común y corriente”.

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“Completar el proceso de modernización del Poder Judicial. O sea, ya avanzamos en Tribunales de Familia, avanzamos en Tribunales Ambientales, en lo Penal, ahora viene lo Civil, y lo Civil en general son la mayoría de las causas. Entonces, mucho de la imagen que hay de un Poder Judicial lento tiene que ver con lo Civil, donde un juicio puede demorar hasta 12 años”.

Un último punto importante a considerar, en cuanto a la modernización del Poder Judicial, tiene que ver con los nombramientos y ascensos de los jueces, que a juicio de muchos entrevistados debe proceder de una manera distinta, que asegure al mismo tiempo la independencia del Poder Judicial y la debida fiscalización por parte de otros organismos y de la sociedad en general. Si bien este punto, al igual que al anterior, no depende del Poder Judicial en sí mismo, es esperable que éste tome y defienda una posición, frente a los otros poderes del Estado, por transformar este mecanismo.

“El Poder Judicial debería luchar por perfeccionar el sistema de generación de sus autoridades. Yo sé que existen los méritos y las hojas y todas esas cosas son importantes pero quizás perfeccionarlo un poco más, quizás presionar al Legislativo y al Ejecutivo de manera de preservar un poco más su independencia”.

6.1.2 Formación y capital humano

En la formación del personal del Poder Judicial, sobre todo de los jueces, aparece una vez más el reconocimiento de que es un punto en el que se ha avanzado bastante, sin embargo aún se identifican insuficiencias. Los entrevistados consideran que el capital humano del Poder Judicial podría ser aún mejor. En ese sentido el Poder Judicial debiera seguir avanzando en lograr que sus jueces tengan un nivel de excelencia en aumento.

“Yo creo que hay algo que es muy importante: es la preparación, formación y actualización judicial. Y en ese sentido, creo que la academia judicial, acuerdos con las facultades de derecho y la especialización, son parte indispensable en la labor judicial, porque la legislación cambia y cambia bastante. Pero no solamente cambia la legislación, muchas veces las interpretaciones cambian sin que cambie la ley, porque se aplican a realidades nuevas”.

Los jueces debieran contar, pues, con una mayor especialización y sobre todo estar actualizados en aquellos temas que su labor requiera. Uno de esos temas en los que, según los más entendidos del derecho, el Poder Judicial evidencia un retraso importante es la incorporación del derecho internacional a la judicatura nacional.

“Yo diría que deben asumir los nuevos paradigmas que están surgiendo del derecho. Yo diría que tienen que empezar a plantearse la perspectiva de un derecho único con distintos tipos de fuentes”.

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“Yo creo que tiene que dar un paso más en la incorporación del derechos internacional. Tienen que hacer un esfuerzo por darle validez al derecho internacional”.

Ahora bien, para que la formación, en la que tienen responsabilidad tanto el Poder Judicial como las facultades de derecho – y en ese sentido se confirma la idea planteada anteriormente de establecer alianzas más permanentes y fructíferas con universidades –, tenga efectivamente frutos en el funcionamiento del Poder Judicial, éste debiera ofrecer una carrera atractiva para los abogados y ser capaz a su vez, a través de ciertos incentivos y beneficios, de mantener en sus filas los elementos de buen nivel ya formados.

“Hay que mejorar la formación de los jueces, me parece fundamental los incentivos también para que personas de buena calidad accedan a la carrera judicial”. “Un desafío es la retención de gente. que el Poder Judicial quede constituido por tipos de excelencia académica, profesional. Creo que puede ser un tremendo desafío”.

6.1.3 Rendición de cuentas y transparencia

Dentro de los desafíos necesarios para un mejor funcionamiento, ya no tan enfocado a lo interno sino más bien a su relacionamiento con la ciudadanía, los entrevistados mencionan la necesidad de incorporar de manera profunda y sincera la cultura de la rendición de cuentas. Esto, aparece como una meta fundamental para mejorar su posicionamiento y comportarse de una manera adecuada a los tiempos democráticos y con una ciudadanía cada vez más empoderada de sus derechos.

“Yo siento la necesidad de incorporar más el concepto de rendición de cuentas. Porque los jueces, está bien que tengan autonomía e independencia, pero eso no los hace independientes de responsabilidades frente a la comunidad, frente a la sociedad. Deben ser rendiciones de cuenta que garanticen transparencia. Pero también rendición de cuentas es autoevaluación y autocrítica”. “Tendrían que hacer el trabajo de levantar información. O sea, tú tienes que demostrarle a la ciudadanía que las realidades instaladas no son tales. Tú lo tienes que hacer con evidencia empírica”.

Los entrevistados agregan que la rendición de cuentas y la transparencia – cosas que el Poder Judicial ya hace – no deben limitarse a hacer pública la información, sino que deben ser capaces de traducirla y sistematizarla para que ésta sea útil para la comunidad. Esto es

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algo que el Poder Judicial debe hacer urgentemente para hacer frente a cualquier tipo de crítica y cuestionamientos respecto de sus procedimientos.

“Debe hacer la labor de acopio de información útil para la ciudadanía porque hoy es pública, pero de una forma que no es escrutable humanamente”.

Así, el Poder Judicial debiera volverse accesible y translúcido, ser capaz de entregar a la ciudadanía toda la información que ésta requiera para que los juicios y su labor sean escrutados y por lo tanto percibidos como algo transparente. Esto, además, permitiría avanzar constantemente en mejorar aquellos puntos que son objeto de críticas que, en base a la información sistematizada y al juicio fundado de la ciudadanía, puedan formulársele.

“Claro, pero no es rendir cuentas en cantidad de juicios, ni de esas cuentas públicas que son una lata. Si no que los procedimientos sean más transparentes, que el proceso completo esté más iluminado”. “Yo creo que el tema de la transparencia es fundamental, que todos puedan conocer con mayor transparencia cómo se toman las decisiones”.

Por ejemplo, uno de los entrevistados imagina que una salida brillante que el Poder Judicial podría hacer frente al impasse del Observatorio Judicial, sería realizar un observatorio, o al menos los datos necesarios para estudiar su desempeño, al interior del Poder Judicial mismo, facilitando así, por voluntad propia de transparencia y democracia, la fiscalización de la ciudadanía e instituciones y dando prueba de su transparencia y proactividad.

“Un golpe a la cátedra, por ejemplo, sería que la Corporación Administrativa del Poder Judicial dijera “no, no, no, yo voy a poner a disposición del medio toda esta información”, que la Corte o la Corporación Administrativa de Poder Judicial dijera “sabe qué nosotros vamos a hacer esta pega. Aquí esta sistematizada, trasparentemente.”

6.1.4 Proactividad

Lo anterior nos lleva mencionar una de los asuntos más recalcados por los entrevistados: la pasividad del Poder Judicial. A juicio de ellos debiera ser cambiada por una actitud más proactiva.

“El Poder Judicial tiene un problema -a mi juicio- que no ha sido capaz de resolverlo, ha mejorado en ciertos aspectos, pero sigue

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siendo demasiado corporativo, en el peor de los sentidos que es el de auto protegerse, de no ir en la delantera. A mí gusta un Poder Judicial mas empoderado y eso es importante en democracia”. “Tienes dos posibilidades como siempre en la vida, o agarras la batuta y lideras el cambio o recibes los embates que te de el sistema político, y eso va a pasar”.

“Yo creo que para mejorar el tema de la imagen, ser un poder más moderno, más transparente, no necesitan ni una atribución más. Para demostrar que es un poder que se puso al día con una democracia distinta, que da cuentas, que sanciona a los jueces malos, no necesitan muchas más atribuciones, creo que con las que tienen podrían hacerlo perfectamente”. “Es un poder que tiene que seguir avanzando en modernidad y tiene que seguir avanzando en transparencia y transformarse en un interlocutor técnico en el desarrollo de políticas publicas que lo afectan. No puede no estar y tiene que hacer mas esfuerzos, esfuerzos que tienen que ser coherentes y sistemáticos”. “Debería pensarse a sí mismo, pensarse a sí mismo y dar luces para que se pongan en el medio las discusiones correctas de sus necesidades y en políticas públicas también”.

En último término este desafío consiste en plantearse como institución que tiene que ocuparse de sí misma y realizar los cambios que sean necesarios y, en caso de que éstos no estén a su alcance, hacer lo posible para que sucedan, interactuando con los otros poderes del Estado, instituciones y la sociedad en su conjunto.

“Esas son peleas, peleas políticas. Los tribunales tienen que contagiarse de los movimientos sociales, si quieren cambiar. Ir a pedir. Nadie les va a dar nada”.

6.2 Desafíos Comunicacionales

Como ya se puede prever, a partir del diagnóstico hecho por los entrevistados sobre la imagen del Poder Judicial proyectada por los medios, existe una serie de desafíos que éste debiera asumir para mejorar las consecuencias que tiene sobre su posicionamiento el inevitable tratamiento de su labor por parte de la prensa. Sin embargo, para evitar frustraciones y no generar falsas expectativas, es importante subrayar lo que dice uno de los entrevistados.

“El juicio público va a seguir siendo más fuerte y se tienen que acostumbrar a eso”.

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Los entrevistados señalan que el Poder Judicial debe comprender, pues, que sus relaciones con la ciudadanía y con los medios de comunicación nunca van a estar del todo equilibradas. Sin embargo se requiere una preocupación constante que tienda a disminuir las tensiones, sin que ello signifique en ningún caso su eliminación, pero deben ser vistos como posibilidades de cambios y mejoras, en la medida que estén bien fundados.

En el contexto actual, y como han indicado otros estudios y consultorías encargados por el Poder Judicial, un sistema de vocerías y una dirección de comunicaciones activa, propositiva y potente se reitera como necesaria.

“No basta con los fallos, obviamente los fallos es lo central, estoy de acuerdo con eso. O sea, mientras se esté impartiendo justicia realmente uno debiera estar relativamente tranquilo, pero no totalmente tranquilo, ese es el punto creo yo”. “El Poder Judicial debería tener una estructura que se haga cargo de esta realidad. Por ejemplo, tener voceros institucionales y que diariamente den conferencias - así como hay vocero de Gobierno - un vocero de la Corte Suprema que se refiera a estos casos polémicos, que presionen para colocar esa opinión en los medios, dar la cara y mostrarse y ser un actor en esto donde al final lo tienen como el “jamón del sándwich” “Tendría que concentrarse en hacer vocería como lo hace el ministro vocero de Gobierno y como lo hacen los voceros de los partidos políticos y todo el mundo que está hablando permanentemente, coordinados con los magistrados, con un “staff”.

Los entrevistados recalcan que esta estrategia que debiera asumir el Poder Judicial, debe necesariamente acompañarse de vocerías responsables y pertinentes.

“Pero no tiene que ser más activo per se, sino que más activo en torno a temáticas en las cuales efectivamente se justifica que haya opinión. O sea, yo no creo que tengamos que tener de “opinólogos” a los miembros del Poder Judicial, pero si es que se está produciendo una discusión, bueno, ahí es importante que aparezca una opinión ilustrada”.

En una estrategia comunicacional el Poder Judicial debiera además, y como ya se ha dicho anteriormente, incluir una dimensión de educación que no pase necesariamente por los medios de comunicación tradicionales sino que apunte a un relacionamiento más directo con la ciudadanía, con las organizaciones sociales y los distintos segmentos de la población.

“Yo creo que en lo macro hay un tema comunicacional que requiere de un esfuerzo, probablemente un siguiente escalón de

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esfuerzo, que va más allá del vocero, va más allá de la información general y de la formación más general sobre lo que es el Poder Judicial. Que probablemente requiere atacar segmentos específicos, que probablemente requiere mensajes más específicos. Yo creo que ese nivel de mayor sofisticación en el vínculo y la comunicación con segmentos de la sociedad, es parte del desafío”.

6.3 Desafíos Cívico-políticos

Otro desafío que mencionaron los entrevistados, dice relación con una actitud más comprometida que debiera tener el Poder Judicial con la sociedad. Debiera, como vimos en el apartado de Proactividad, dejar su actitud pasiva y sujeta a la acción de los otros actores – mundo político, medios de comunicación – y asumir una postura que hemos llamado cívico-política respecto de cómo debiera ser la justicia en el país atendiendo a las críticas que se le hacen tanto desde la ciudadanía como del mundo académico, político y de las organizaciones civiles. En este sentido, desafíos novedosos, aunque necesarios, son los de ser capaces de garantizar la igualdad ante la ley, es decir, mejorar activamente, el acceso a la justicia de todos los sectores de la población, lo que conduce a un segundo gran desafío cívico-político: el de constituirse y proyectarse como el gran garante de los derechos de la ciudadanía. 6.3.1 Garantizar la igualdad ante la ley

Los entrevistados manifiestan que así como lo supone el concepto mismo de justicia, de igualdad ante la ley, que rige los sistemas democráticos, el acceso a ésta debiera tender a ser lo más equitativo posible. Todo esto en aras de impartir una justicia que sea, efectivamente equitativa, es decir garante de que las desigualdades sociales o económicas no se traduzcan en desigualdades al momento de ser juzgados. En este sentido según los entrevistados, el Poder Judicial debiera hacer todos los esfuerzos por garantizar un acceso igualitario a la justicia.

“Yo diría que es fundamental avanzar en una verdadera igualdad ante la ley”. “Si compartieran el diagnóstico de una sociedad desigual, debieran preocuparse más de los que tienen menos. De los más desaventajados”. “Ellos no pueden crear una sociedad más igualitaria, pero pueden contribuir a una sociedad más igualitaria con otra actitud frente a los casos”.

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Ahora, si bien la desigualdad social no es responsabilidad exclusiva Poder judicial, es deseable, para una parte importante de los entrevistados, que el Poder Judicial asuma un rol activo en avanzar hacia una acceso cada vez más igualitario, que le permita administrar la justicia de una manera cada vez más equitativa, que es en último término su principal objetivo y la principal demanda por parte de la sociedad. En ese sentido el Poder Judicial debiera impulsar las reformas necesarias, desde sus competencias y atribuciones, pero también hacérselas ver al resto de las instituciones y poderes del Estado de las que éstas dependan.

“El Poder Judicial podría manifestar las falencias porque si no está en sus manos poder hacer algo, entonces podría tener una voz más critica ya sea frente al Poder Político que no ha hecho lo suficiente para que la justicia sea más equitativa, ya sea a quien le corresponda, porque evidentemente esto pasa por recursos, esto pasa por leyes, esto pasa por cambios en los códigos”.

6.3.2 Poder Judicial como garante de los derechos

En la medida que el Poder Judicial asuma desafíos cívico-políticos, que se comprometa con los ciudadanos, con sus derechos, con la sociedad, podrá dar una imagen de sí mismo como garante de los derechos democráticos. Este desafío puede transformarse en una de las más importantes recomendaciones o líneas de planificación: el Poder Judicial debiera tender a ponerse del lado de los ciudadanos y posicionarse así como aquel Poder del Estado que garantiza los derechos de la ciudadanía.

“Respecto del ciudadano, el Poder Judicial debiera ser percibido, como el principal instrumento de defensa de sus derechos”. “Demostrar que el Poder Judicial es una instancia que efectivamente ayuda a resolver situaciones de conflicto, es súper importante”. “Yo creo que el Poder Judicial debiese ponerse como meta ser la imagen de los defensores de los ciudadanos. Y no preocuparse de la pelea chica. Que den un mensaje de que ellos son los defensores de los ciudadanos. Defensores de los derechos de los ciudadanos. No es un tema de beneficencia, los ciudadanos tienen derechos y nosotros vamos a cumplir los derechos de los ciudadanos. Y en eso yo creo que hay un desafío, eso es el Chile de hoy”.

Este desafío, que engloba a la mayoría de los otros, es en último término el de identificarse como una institución central dentro del desenvolvimiento sano de la vida social y asumir las responsabilidades – comunicacionales, sociales, políticas, institucionales – que su correcto funcionamiento y proyección hacia el futuro implican.

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CONCLUSIONES

Los resultados de las entrevistas realizadas a los líderes de opinión arrojaron diversos hallazgos referentes a la imagen y posicionamiento del Poder Judicial, los cuales dieron luces de las fortalezas y debilidades de éste, pero principalmente de los desafíos-en el panorama actual- que tiene hoy la institución. En cuanto a la caracterización general del Poder Judicial, éste es visto como una institución seria, independiente y que cumple su función. Se reconocen grandes avances respecto del Poder Judicial heredado de la dictadura y en ese sentido manifiestan que se ha avanzado por un buen camino hacia la independencia, la transparencia y la legitimidad. Sin embargo, desde el punto de este vista de este grupo de entrevistados, el Poder Judicial tendría un alto desconocimiento por parte de la ciudadanía, tanto de su labor, funciones y los límites de su quehacer. Lo anterior, se relacionaría con el acceso desigual a la justicia existente en Chile, sea por la inequidad en la distribución de la información legislativa y jurídica o por una transferencia del poder político o económico en una mayor capacidad por parte de las élites de llevar a buen destino los juicios que les incumben. Si bien estas problemáticas no son de exclusiva responsabilidad del Poder Judicial, pues emanan de una sociedad profundamente desigual, es esperable, según los entrevistados, que el Poder Judicial hiciera lo que esté a su alcance para subsanar esta situación, lo que le permitiría mejorar su relacionamiento con la ciudadanía, así como cumplir con su misión cabalmente. Otra de las conclusiones que se desprenden de los resultados de las entrevistas refiere a la visión de los entrevistados respecto al relacionamiento del Poder Judicial con los otros poderes del Estado. Si bien mencionan que las relaciones con el Ejecutivo y Legislativo se desenvuelven dentro de un clima sano- con las tensiones propias de los temas de presupuesto y de nombramiento de autoridades- con el gobierno de Sebastián Piñera reconocen una tensión mayor, ligada principalmente al tema de la delincuencia. Aparentemente la imposibilidad del actual gobierno de cumplir su promesa de disminuir significativamente la delincuencia, lo ha hecho atribuir la responsabilidad de ese fracaso a otras instituciones como el Poder Judicial, lo que ha repercutido negativamente en la imagen de éste. El tema de la relación del Poder Judicial con los medios de comunicación se analizó con bastante profundidad por los entrevistados de los distintos ámbitos, principalmente porque en buena medida, es ahí donde se construye la imagen del Poder Judicial. Si bien la imagen de éste, proyectada por los medios de comunicación, responde a la línea editorial del medio que trata los temas, y se concentra en los casos emblemáticos y muchas veces en las faltas- que a juicio de la ciudadanía- incurriría el Poder Judicial. La impronta de los medios de comunicación en los juicios tiene como resultado la creación

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de una imagen muchas veces deformada, pero clave a la hora de formar un juicio en la opinión pública. Frente a esta imagen mediatizada del Poder Judicial, la participación de éste es vista como insuficiente a la hora de mostrar sus posiciones y esclarecer sus decisiones. En ese sentido, se esperaría un sistema de vocerías más presente y eficiente que fuera capaz de defender el Poder Judicial en su conjunto y aclarar aquellos puntos en los que la desinformación genera críticas injustificadas. Así el rol comunicacional del Poder Judicial debiera contemplar una cierta dimensión pedagógica, teniendo siempre en cuenta que el receptor de su comunicación es la ciudadanía en general y no solo los abogados, por lo que el lenguaje utilizado pasa a tomar un rol clave. Respecto de los puntos que aún exigen ciertas mejoras o transformaciones los entrevistados mencionaron la calidad de los jueces, el excesivo corporativismo, el desarrollo de una real cultura de rendición de cuentas basada en información útil para la ciudadanía y la aplicación del derecho internacional en el derecho local. Estas pueden ser consideradas las principales falencias en el funcionamiento interno del Poder Judicial. Se destaca además una estructura excesivamente jerárquica y conservadora que obstaculiza su capacidad de transformación y de dirección activa de los cambios que requiere. En este mismo sentido, la discusión sobre la concentración de poder en la Corte Suprema que provocaría incompatibilidades entre la labor de gobierno judicial y la labor jurisdiccional ya se encuentra instalada. Finalmente, se le pide al Poder Judicial la instalación de una actitud proactiva respecto de su devenir que le permita estar a la vanguardia de los cambios y transformaciones que se necesitan en Chile, posicionándose como un real gestor de estos cambios con el objeto de fortalecer su posición como el principal garante de derechos ciudadanos.