Salidas profesionales en Organismos Públicos de Investigación
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Informe final de investigación
Expectativas profesionales de los estudiantes de pregrado de Medicina de
noveno a decimosegundo semestre
Andrés Felipe Contreras Moreno.
Noviembre de 2020.
Universidad Piloto de Colombia.
Especialización en Docencia Universitaria.
Sistematización de la experiencia
ii Dedicatoria
A mi mamá, mi sustento en la tierra, y ahora mi guía desde el cielo
iii Agradecimientos
Gracias a la Universidad Piloto de Colombia, y especialmente a los docentes de la
especialización virtual en Docencia Universitaria, por su disposición y compromiso.
iv Resumen
Introducción: Actualmente en Colombia hay una sobrepoblación de egresados de programas de
pregrado de Medicina con respecto a la oferta laboral del sector, lo cual acentúa la crisis del
ejercicio médico y compromete la realización profesional. La medicina general resulta cada vez
más insuficiente para los estudiantes de pregrado, quienes contemplan diversas alternativas futuras
con el fin de crecer en el área médica, procurar mejores condiciones económicas, desarrollar el
proyecto personal, tener mejores probabilidades de dignidad laboral, recibir respeto por parte de
la sociedad, entre otros.
Objetivo: Identificar las expectativas profesionales que tienen los estudiantes de pregrado de
Medicina de noveno a decimosegundo semestre de una universidad pública de Bogotá (Colombia)
en 2020, al momento de culminar sus estudios.
Método: estudio descriptivo transversal. Se aplicará un cuestionario mixto (principalmente cerrado
con espacios de respuesta abierta) a los estudiantes de pregrado de medicina de una universidad
de Bogotá, de noveno a decimosegundo semestre, que indaga a través de opciones de selección
múltiple con única respuesta y enumeración ordinal, acerca de sus expectativas profesionales
posteriores a la obtención del título como médicos generales, y las motivaciones para su
escogencia.
Conclusiones: se logran discriminar las diferentes alternativas de ejercicio profesional para un
graduado en pregrado de Medicina, y se reconocen factores personales y externos que influyen
protagónica o parcialmente las preferencias de los estudiantes de pregrado sobre su futuro en el
ejercicio médico.
© 2020 Universidad Piloto de Colombia. Especialización en Docencia Universitaria
v Tabla de Contenidos
Introducción………………………………………………………………………………..1
Problematización…………………………………………………………………………..3
Descripción………………………………………………………………………...3
Formulación………………………………………………………………………..4
Objetivos…………………………………………………………………………..5
Justificación……………………………………………………………………….5
Marcos de referencia………………………………………………………………………8
Referentes conceptuales…………………………………………………………...8
Referentes históricos……………………………………………………………..17
Referentes normativos……………………………………………………………22
Proceder metodológico…………………………………………………………………...30
Enfoque metodológico……………………………………………………………30
Perspectiva epistemológica……………………………………………………….30
Diseño metodológico……………………………………………………………..31
Método……………………………………………………………………………32
Técnicas e instrumentos de recolección de información…………………………32
Formulación de la propuesta……………………………………………………………...34
Sujetos de investigación…………………………………………………………..34
Instrumento………………………………………………………………………..35
Preparación de la comunidad……………………………………………………..36
Aplicación del cuestionario……………………………………………………….36
Triangulación hermenéutica………………………………………………………37
Clasificación, análisis e interpretación de datos…………………………………..37
Conclusiones………………………………………………………………………………38
Recomendaciones…………………………………………………………………………39
Bibliografía………………………………………………………………………………..40
Anexos…………………………………………………………………………………….42
Vita……………………………………………………………………………………..…45
1
Expectativas profesionales de los estudiantes de pregrado de Medicina de noveno a
decimosegundo semestre
Introducción
En Colombia existen 58 programas activos de pregrado en Medicina, distribuidos
entre 47 Instituciones de Educación Superior, de los cuales el 31% son del sector oficial y
el 69% de carácter privado. Cifras voluminosas teniendo en cuenta que hasta la aparición
de la ley 30 de 1992 sólo se contaba con 21 programas. Tan sólo en 2016 se presentaron
81386 aspirantes a este programa a nivel nacional, de los cuales fueron admitidos 12478,
es decir el 15%; finalmente se matricularon 9605 (11.8%), probablemente porque algunos
aspiraron a varios programas. El total de estudiantes de medicina en el país es de 90979,
para un promedio de 355 por facultad (aproximadamente 30 estudiantes por semestre). En
las últimas dos décadas se han graduado más de 60000 médicos en nuestro país. Esta
producción en masa no es proporcional al número de alternativas laborales existentes para
el médico general en la actualidad (ASCOFAME, 2016).
De hecho, nuestra sociedad ha reducido el valor de este título en varios aspectos.
Primeramente, en el colectivo ideológico pareciera que este pregrado representara una
especie de ‘técnica en salud’, porque la mayoría de las personas, durante una conversación
convencional, al enterarse que hablan con un médico, tienden a interrogar si es especialista
en alguna rama en particular. Segundo, los pacientes de un médico general suelen romper
la línea del respeto con facilidad, y expresan diferentes tipos de maltrato evidente o tácito,
2
discriminan los conceptos y decisiones de este profesional, y manifiestan la preferencia por
el acceso a un especialista (por vía de remisión a través del médico general en el caso de
las Entidades Prestadoras de Salud, o accediendo a planes complementarios que les ‘eviten
la incomodidad’ de pasar por esta consulta). Tercero, lastimosamente los propios
especialistas médicos zahieren a sus colegas de medicina general, a veces delante de los
pacientes, generando menor credibilidad y confianza.
Un panorama tan sombrío, ahondado por las condiciones laborales y salariales
deficientes que se están imponiendo en la actualidad entre las Instituciones Prestadoras de
Servicios de Salud, naturalmente desaniman al actual estudiante de Medicina, y lo llevan a
considerar otras opciones en su desempeño tras la consecución del título a futuro. En
muchas otras áreas, el pregrado es suficiente para aspirar a una aceptable vacante y contar
con el asentimiento social, y el posgrado es una alternativa positiva de progreso formativo
que se podría contemplar. Para el médico general el pregrado pareciera resultar escaso,
algo irónico tratándose de una carrera de doce semestres, con el requerimiento de la
prestación de un año de servicio social obligatorio, y con una carga académica superior a
muchos programas, además del alto costo económico que representa.
3
Problematización
Descripción.
El programa de pregrado de Medicina tiene una duración de doce semestres,
discriminados en ciencias básicas (generalmente vistas en dos años), áreas clínicas y
quirúrgicas (vistas en tres años) y el internado (período de un año en que se pretende
reforzar los conocimientos prácticos y teóricos requeridos para el ejercicio profesional). A
criterio de muchos facultativos, algunos de ellos miembros de la Asociación Colombiana
de Facultades de Medicina, el currículo está viciado, dedicando mucho tiempo a áreas
básicas, y abreviando el requerido para rotaciones esenciales (como Cirugía plástica,
Medicina de urgencias, Otorrinolaringología, entre otras). La medicina ha evolucionado en
sus conceptos, destrezas y herramientas, lo que ha fortalecido las especializaciones y
supraespecializaciones, y ha tornado más utópico el concepto de un médico que sepa
abordar el todo de las diferentes disciplinas en salud.
Además, no hay posibilidad de ingresar al mundo laboral de forma oficial hasta
cumplir el servicio social obligatorio, en muchos casos en zonas de riesgo (uno de los más
recientes ejemplos ocurrió en 2019, al ser asesinado un médico rural en Antioquia,
aparentemente por la absurda reacción incomprensiva de un familiar de una de sus
pacientes, ante el inconformismo por la atención recibida), e irónicamente sin validez de
experiencia laboral para muchas empresas del sector, pese a tratarse de un ejercicio con
título certificado. Al obtener la tarjeta profesional, las opciones laborales se reducen,
porque en la mayoría de instituciones del sector salud exigen experiencia mínima de dos
años, además de cursos vigentes de Soporte Vital Básico (cuyos certificados caducan
4
rápidamente), entre otros, que tienen costos elevados. De hecho, pese a adquirir dichos
empleos, el sistema de contratación ha mudado rápidamente al formato de contratación por
prestación de servicios (contrato civil, no laboral), que resta estabilidad y seguridad en todo
nivel, y desmotiva al profesional por el desbalance entre las exigencias laborales en
relación con los beneficios obtenidos. Por tal motivo, gran parte de los médicos buscan
otras alternativas futuras, como especializaciones médicas o quirúrgicas, o aquellas que
permitan hacer parte del área administrativa. Son muy escasos quienes consideran la
investigación o la docencia como una opción (Patiño, 2000).
Estas alternativas son ideológicamente viables, pero no de fácil acceso para todos
los recién egresados, teniendo en cuenta que muchos cursan el pregrado con financiación
(motivo por el cual no resulta fácil inclinarse por prorrogar el endeudamiento), y los cupos
disponibles para estos programas son muy escasos. Los pocos que osadamente, o
forzosamente por sus circunstancias, se mantienen en el ejercicio de la medicina general,
lo hacen en condiciones difíciles, muchas veces cumpliendo con dos o tres trabajos
simultáneos, y sufriendo el agotamiento generado por una calidad del sector cada vez más
decepcionante.
Formulación.
¿Qué expectativas profesionales e intereses a futuro tienen los estudiantes de
pregrado de Medicina de noveno a decimosegundo semestre de una universidad pública de
Bogotá (Colombia) en 2020, al momento de culminar sus estudios?
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Objetivos
General.
Identificar las expectativas profesionales que tienen los estudiantes de pregrado de
Medicina de noveno a decimosegundo semestre de una universidad pública de Bogotá
(Colombia) en 2020, al momento de culminar sus estudios.
Específicos.
Establecer alternativas de ejercicio profesional y campos de acción a futuro
comunes a los egresados de medicina en Colombia.
Identificar las preferencias que tienen los estudiantes de pregrado en Medicina
para inclinarse por alguna de las diferentes opciones de futuro profesional en su campo.
Identificar factores relacionados con las expectativas y la optación por
determinadas alternativas de ejercicio profesional a futuro.
Justificación.
La medicina es un área profesional de avance dinámico en sus conceptos,
herramientas tecnológicas y destrezas variables dentro de la práctica diaria, que
demandan saberes y competencias numerosos e ineludibles, para el ejercicio de la
atención integral en salud, terreno que, al menos idealmente, no desea tener margen de
error. Los conocimientos protocolarios de la formación en pregrado pueden sufrir
fácilmente modificaciones parciales o totales en el futuro mediato, y la realidad del
ejercicio profesional en nuestro contexto temporal y social es cada vez más compleja. Es
difícil, casi onírico, convertirse en un egresado que lo sepa y domine todo, pero que esté
6
en la parte más baja de esta ‘escala evolutiva o jerárquica’ que se ha generado, donde al
médico general se le exige tener habilidades de especialista, pero se le trata con menor
dignidad a la de su propio título; aquí se concentra principalmente la intención de los
estudiantes y aún de los egresados (Bernal, 2009). En muchos casos hay interés aún más
ambicioso, pues el posgrado solo representa un trampolín para una supraespecialización
o un fellowship (equivalente a un posdoctorado). Un ejemplo de esta prolongada y
dispendiosa cadena es el médico general, especializado en Cirugía general,
supraespecializado en Coloproctología, con fellowship en Coloproctología oncológica.
En muy raras ocasiones se considera la ruta de la investigación (quizás por la escasa
formación en esta línea durante el pregrado) o la docencia (que requiere idealmente una
inclinación vocacional).
No es objeto de este estudio condicionar a los estudiantes en la preferencia o
rechazo por determinada expectativa profesional. Simplemente se pretenden identificar
las diferentes alternativas existentes, y las motivaciones que los estudiantes de medicina
tienen tras ellas, para entender su conducta contemporánea, y considerar, como sugieren
algunos expertos del área, el replanteamiento del currículo, para formar desde el pregrado
profesionales con inclinación a ciertas áreas de especialización, y abandonar la idea
quimérica del médico general omnisciente, que corre el riesgo de pretender abarcar un
sinnúmero de conocimientos en todos los campos de la salud, sin la capacidad de crear
destrezas significativas en ninguno.
7
Marcos de referencia
Referentes conceptuales
Expectativas en el ejercicio de la medicina en Colombia1
En las últimas décadas el campo de acción del médico general se ha estrechado; su
perfil no satisface los requerimientos de sus pacientes, su trabajo es forzadamente
institucionalizado, convirtiéndose en dependiente salarial con muy pocas posibilidades de
tener consulta privada particular. No es infrecuente la frustración personal y familiar,
porque se disminuyen sus posibilidades de crecimiento social, patrimonial, laboral e
incluso académico. Su intensa jornada laboral dificulta espacios de actualización; la
probabilidad de especializarse es mínima, pues los cupos de posgrado en las universidades
son muy reducidos y de alto costo, y condicionan, al menos desde lo normativo, a tener
total disponibilidad horaria para los diferentes programas de posgrado, lo cual limita la
alternativa de un trabajo concomitante (aunque algunos sortean su agenda y su bienestar
para lograr por momentos este paralelismo).
En el XXIII Congreso Colombiano de Medicina Interna, celebrado en Cartagena
en 2014, se abordó esta problemática, sugiriendo la urgente alternativa de una
reestructuración curricular; en este espacio surgieron cuatro propuestas reformistas: dirigir
la orientación al médico comunitario, centrado en Atención Primaria; disminuir la
intensidad de la formación en Ciencias Básicas, y fortalecer las Ciencias Clínicas;
concentrar la formación del médico general en enfermedades comunes de alto impacto; no
formar más médicos generales, orientando los currículos únicamente a la formación de
médicos especialistas, incluyendo en Cuidado Primario. La implementación de algunas de
8
estas propuestas resulta muy compleja, pero algunas instituciones de educación superior
ya han dado pasos interesantes, tales como asignar áreas de profundización que fortalezcan
conceptos y habilidades específicas en áreas diferenciales según la preferencia del
estudiante.
¿Cuáles son los caminos disponibles actualmente? El ejercicio de la medicina
general asistencial en consulta externa o en servicios de urgencias, la investigación, las
actividades administrativas en servicios de salud, la docencia, y la especialización en
alguna rama de la medicina. Esta última alternativa es la más apetecida por el grueso de
estudiantes de medicina, al menos aparentemente, por diversas razones como el
crecimiento de la ciencia, mejores condiciones laborales, jornadas de trabajo previsibles,
mejores salarios, estatus y respeto social, entre otras7. Las motivaciones son diversas y
sujetas a los criterios subjetivos, pero la ejecución de dichas expectativas depende de
muchos otros factores, algunos ajenos al médico en formación o recién graduado, y no
siempre pueden llevarse a feliz término.
Motivaciones y expectativas profesionales en las etapas finales de la carrera de Medicina
en Latinoamérica2,3,4
Legislar en salud en América Latina resulta complejo por la crisis multifactorial del
sector salud, favorecida por la insuficiencia de profesionales a nivel mundial, la brecha
preventivo-curativa y rehabilitadora que excluye de los servicios básicos de salud a casi la
mitad de la población. Se generan sufrimientos, invalidez y muertes, se suman
trascendentes limitaciones cualitativas técnico-científicas e interpersonales que amenazan
con deshumanizar una profesión humana en esencia y convertir las gestiones integrales de
salud en una práctica altamente frustrante para los pacientes, sus familiares, la comunidad
9
y los miembros del equipo de salud en sus diferentes perfiles de trabajo. Este escenario, a
veces sombrío, es el que acompañará a los futuros profesionales de la medicina,
independientemente de las alternativas laborales escogidas o forzosamente asumidas, y
tienen una marcada influencia en la emocionalidad del estudiante de pregrado a la hora de
inclinarse hacia una u otra área de ejercicio, según sus esferas volitiva, cognitivo-
conductual y motivacional (Gutiérrez Ávila, 1985)..
Teóricamente los contenidos curriculares deberían estimular y perfeccionar
actitudes favorables hacia los aspectos preventivos y sociales de la medicina. Sin embargo,
en muchos casos, existe una incongruencia entre objetivos y contenidos, pues los primeros
se han formulado según principios de carácter general (como la historia natural de la
enfermedad y la situación del sector salud en la región), mientras que los segundos están
orientados principalmente a satisfacer los requerimientos que exige la práctica médica
profesional vigente, condicionada por la administración de las entidades prestadoras de
servicios de salud, en su mayoría ejercida por personas que no pertenecen al sector, y
priorizan resultados organizacionales lucrativos, desconociendo realidades propias de la
atención en salud, disminuyendo la calidad de la atención a los pacientes, y la calidad de
vida del personal asistencial (Padilla Cuadra, 2012).
Indudablemente la crisis del sector modifica gradualmente el pensamiento del
estudiante de pregrado, quien muy probablemente ingresó a la carrera con estímulos
románticos enfocados al servicio casi altruista, pero que fácilmente pueden diluirse en el
avance de la carrera profesional, tras el entorno desmotivador que la realidad del sector
evidencia en Latinoamérica. La entrega incondicional se transforma en una búsqueda de
calidad de vida por parte del futuro médico, traducida en la aspiración de marcadas mejoras
económicas, condiciones propicias laborales, un trato digno (así sea simulado) por parte de
los pacientes y los directivos institucionales, un estatus social, y una mejora representativa
del proyecto de vida laboral construido gradualmente desde el inicio de su proceso
formativo.
Demandas curriculares por parte de los alumnos de pregrado5,6
10
En la formación médica se deben procurar estrategias educativas que proporcionen
a los estudiantes competencias adicionales a las meramente teóricas, tales como las
habilidades comunicativas y de gestión de situaciones con alta carga emocional, mayor
peso de la bioética en el currículo, gestión hospitalaria, entre otros. La metodología
aplicada debe ayudar a involucrar al alumno de una forma más profunda a su proceso de
aprendizaje, relegando el papel del docente a un facilitador, motivando y guiando a la
adquisición de competencias. El aprendizaje basado en problemas, tras la presentación de
casos clínicos dentro de estructuras grupales reducidas abordados de forma autónoma, para
posterior exposición individual al resto del grupo, obteniendo ganancias secundarias como
expresión ante un público, herramientas de comunicación, trabajo en equipo, “aprender a
aprender”, etc13.
La práctica clínica ofrece una visión global de la profesión médica. El alumno
puede observar directamente la interacción del médico dentro de un ambiente sanitario y
del equipo interdisciplinar, entrar en contacto con pacientes y familiares, formándose con
un enfoque más humano, adquiriendo consciencia de las implicaciones de la patología y
las distintas estrategias terapéuticas para el paciente y su entorno cercano, dejando atrás el
modelo centrado primordialmente en la enfermedad. El estudiante debería involucrarse en
prácticas cuyo objetivo sea el análisis y la adquisición de competencias de comunicación
con el paciente y gestión de la carga emocional de la práctica clínica (García-Huidrobo,
2006). No hay que menospreciar el abordaje emocional, como suele suceder en las escuelas
de medicina, y en general en el mundo de la salud, pues numerosos estudios el impacto que
tiene en los pacientes14,15.
Es necesario recuperar la figura original del hospital universitario, un aula natural,
injustamente descuidada pese a que hay un decreto con su regulación desde 1986. Si se
cumplieran criterios mínimos de calidad se podría garantizar la adquisición de
competencias necesarias para el estudiante de medicina, y así facilitar no solo su formación
del pregrado, sino facilitar su visión objetiva hacia su no tan lejano futuro profesional,
ayudándole a escoger la ruta más favorable desde su preferencia vocacional y sus destrezas
desarrolladas con mayor notoriedad. No se da un reconocimiento relevante al docente
clínico, asumiendo que tiene una actividad tangencial (aunque alguno tristemente lo
11
asumen así, casi en forma de sobrecarga en sus funciones), ya que existen médicos
verdaderamente comprometidos con la formación integral de estudiantes de medicina.
Perfil médico idealizado por alumnos de pregrado5
Los mismos médicos, estudiantes de medicina, personal del equipo de salud,
pacientes y cuidadores, han logrado aportar características importantes al perfil del médico
ideal para nuestros tiempos. Destacan características técnicas, comunicacionales y
espirituales. Pero en las expectativas de cada uno de estos actores del sector salud hay gran
heterogeneidad: por ejemplo, para un médico, el rol puede adoptar todo tipo de variedades,
puede ser desde «un intermediario entre el hombre y Dios», hasta ser un «hombre con
suficientes capacidades para curar y sanar a otra persona», o simplemente «una persona
compasiva y humana, interesada en el cuidado de su paciente». Hay también visiones
poéticas del quehacer médico, e incluso, algunos llegaron a aventurarse a diseñar un ABC
para configurar al que asumen sería el «buen doctor».
En general, en la percepción de los médicos respecto a lo que sería la figura onírica
del médico del siglo XXI se encuentran elementos comunes, como profesionalismo,
altruismo, el amor por la docencia, siempre enfatizando en la predominante relevancia que
tiene «centrarse en el paciente». A pesar de esto, también se pueden encontrar referencias
a la «desprofesionalización» por parte de los médicos dado por una falta de protección a
los intereses y el bienestar del paciente. Así, ha nacido un cuestionamiento del quehacer
médico, llevando consigo un aumento en demandas, y desconfianza por parte de los
pacientes. Otras cualidades importantes para los médicos, es el aprendizaje y entrenamiento
continuo, tanto de conocimientos técnicos, como de habilidades comunicacionales y de
atención focalizada en el paciente. También son importantes la buena coordinación con el
equipo de salud para el cuidado de sus pacientes, las visitas domiciliarias y la continuidad
en la atención, la honestidad y la ética y poseer actitudes humanitarias (Troncoso Pantoja,
2016).
¿Qué tanto pueden influir las características de este médico de ensueño en las
preferencias que el estudiante de pregrado en medicina va desarrollando en torno a su
12
futuro profesional? Inevitablemente, el contacto con la crudeza y amenazante realidad del
sector salud en nuestra región derrumba con facilidad el romanticismo y hace brotar raíces
de pragmatismo y hasta egoísmo en el médico en formación. Empieza a considerar
primeramente su comodidad, su beneficio lucrativo, su buen nombre y reconocimiento en
el medio, lo cual no necesariamente es malo, pero no debería anular las motivaciones
humanas y la voluntad de servicio. Hay ramas del actuar médico que difieren en su nivel
de contacto con pacientes, sus oportunidades laborales, y hasta en cierta categorización
social que les asigna un estatus virtual que favorece actitudes de aceptación o menosprecio
hacia ellas16,17,18,19.
Estructura curricular del año de internado, y su aporte a la aspiración profesional del
estudiante de medicina
El internado de pregrado es una etapa fundamental de la formación médica, cursado en el
último año (últimos dos semestres) de carrera, en la cual el alumno pone en práctica
aptitudes y actitudes adquiridas en ciclos previos, y desarrolla nuevas en un escenario real,
en el que se combinan una función educativa, para la adquisición de nuevos conocimientos,
habilidades y destrezas, y una actividad de servicio a los enfermos atendidos en unidades
del sector salud, en donde ejercitan una actitud de servicio, el trabajo en equipo, el aspecto
afectivo y comunicacional en el trato con los pacientes y el personal de la unidad, la
autocrítica y la toma de decisiones en la solución de problemas, experiencias que son de
utilidad para su formación personal y profesional; todo ello, bajo la supervisión y la
asesoría del personal médico responsable de la institución. Es un primer acercamiento,
asistido, aunque con ciertos niveles de autonomía, a la práctica médica que ejercería como
profesional.
Por tal motivo es un momento más que idóneo y crucial del estudiante de pregrado
en medicina para decidir, o al menos tener un acercamiento significativo, acerca de su
futuro en el ejercicio médico, bien sea como trabajador (asistencial, investigador, docente)
o en extensión de sus estudios (en áreas clínicas o administrativas), con sus características,
valores y actitudes específicos. El interno pretende durante esta fase realizar
13
procedimientos médico-quirúrgicos, apoyar al médico de base, hacer diagnósticos, tener
responsabilidad directa de pacientes, estudiar temas relevantes del área de rotación con
mayor profundidad, interpretar estudios paraclínicos con un punto de vista crítico y
resolutivo, hacer historias clínicas respetando los esquemas conocidos e imprimiendo su
propio estilo, hacer turnos donde pueda aplicar conocimientos adquiridos, analizar casos
clínicos dentro de sus rotaciones (Torres Serna, 2016).
Por tal motivo, el aprendizaje que el alumno espera adquirir durante el internado
implica: realizar procedimientos médico-quirúrgicos, dar tratamientos, integrar
diagnósticos, reforzar conocimientos, correlación diagnóstico-terapéutica, mejorar la
relación médico-paciente, ser más responsable, reforzar habilidades clínicas, correlación
clínica-paraclínica, relacionarse con el equipo de salud, tomar decisiones, participar en el
manejo del paciente crítico, lectura crítica de textos médico-científicos, y tener autonomía
e independencia. No obstante, al revisar la mayoría de la literatura que abarca el
pensamiento del interno en Latinoamérica, no se evidencian contemplaciones de puntos
críticos y amenazantes en este período, y que pueden condicionar decisiones sobre el futuro
individual, tales como los turnos extenuantes, períodos prolongados de ayuno o desórdenes
de la calidad alimentaria, tiempo de estudio y descanso muy limitados, síndrome de burnout
(afección emocional clásica de quienes ejercen funciones al relacionarse directamente con
personas y sus problemas), y hasta la práctica de bullying en formas diferentes ejercida por
quienes encabezan el tácito rango jerárquico dentro del organigrama del servicio
(especialistas, médicos residentes en sus distintos años de estudio).
Estudios que contemplan expectativas de estudiantes de medicina en su primer
acercamiento a las áreas clínicas y quirúrgicas
La gran mayoría de los currículos en medicina contemplan una etapa transicional
de aplicación de conceptos adquiridos en el desarrollo de áreas básicas en los primeros
semestres, y un acercamiento más directo con los pacientes en escenarios reales de atención
en salud, durante el tercer año de la carrera. Estudios como los de Prislin y cols, desde hace
más de dos décadas, demuestran que los alumnos consideran la práctica como fundamental
14
para desarrollar una competencia clínica; la forma en que perciben sus estudios, es la forma
en que interactuarán con el currículo. Otros estudios complementarios como el de Iríbar y
cols. evidencian una preocupante desvinculación entre los procesos de enseñanza
aprendizaje entre las áreas básicas y clínicas, lo que conduce fácilmente a que el alumno
espere realizar actividades que no necesariamente corresponden a lo que el programa de la
carrera señala, y a su vez se enfrenten con escenarios, funciones y responsabilidades no
contempladas con antelación.
Fincher y cols. señalaron que los alumnos que realizaban frecuentemente
actividades prácticas se sentían más competentes en su formación médica y hablaban de
los logros con mayor seguridad en sí mismos. Elzubier y cols. señalaron que el estudiante
desde el inicio de la carrera considera a los docentes médicos como modelos a seguir, lo
que favorece el proceso de aprendizaje; y cuando llegan al tercer año ya han sido
influenciados por ellos y por sus compañeros en sus expectativas de lo que será su práctica
clínica, por lo que muchas veces esta imagen está separada de la realidad. Mirón y cols.
señalaron que los estudiantes se sintieron satisfechos al ser encuestados porque se les
reconoció. La elaboración de instrumentos que midan y analicen el rendimiento docente,
con el fin de retroalimentarlo en relación a cambios que deban hacerse en el modelo de
enseñanza, en los programas y asignaturas; favoreciendo el aprendizaje significativo, son
útiles para considerar las opiniones de los alumnos.
Este fenómeno analizado retrospectivamente debería ser estudiado desde que el
alumno ingresa al tercer año con el fin de ver si su motivación preliminar puede ser un
factor en la confianza que desarrolla en su práctica, basada en un punto de vista muy
personal de lo que va a hacer. Tiene la ilusión de funcionar como médico, colocando
sondas, haciendo buenas historias clínicas e integrando diagnósticos; y por otro lado,
reconoce algunos limitantes de la clínica de su tercer año como el no poder responder a
todas las preguntas que le hace el paciente. Las sugerencias de integración temprana entre
las asignaturas básicas y clínicas que hace Iríbar en su estudio, por motivos de enseñanza,
puede resultar práctico, considerando que en el plan de estudios vigente se puede ayudar a
la integración de las unidades académicas mencionadas, para mejorar sus expectativas,
facilitando su adaptación a un nuevo ambiente, y aprovechar en forma óptima su estancia
15
hospitalaria.
Expectativas al inicio del pregrado en Medicina
La presencia de motivación para el desarrollo de actividades laborales constituye
un comportamiento adaptativo con el que se responde en forma eficaz a las demandas que
se presentan en el trabajo. Un buen ambiente laboral necesita de esfuerzo social y de
recursos para el logro de metas individuales y colectivas. En el ámbito de la salud, se
identifican como factores que condicionan la motivación en el desempeño y compromiso
laboral de los agentes sanitarios a la vocación de servicio que presente el profesional; el
nivel de remuneraciones obtenido; el clima laboral/organizacional y la capacidad de crecer
profesionalmente en el lugar en donde desempeñe sus funciones disciplinares. Sin
embargo, se reconocen como aspectos negativos en la vida laboral en esta misma área a la
carga de trabajo que presentan los funcionarios; el limitado apoyo directivo y,
lastimosamente, la falta de motivación en el trabajo.
Es importante destacar que lo esperado de un estudiante que ha decidido iniciar un
proceso de formación profesional en un programa de Medicina, que no solo esté motivado
en estudiar esta disciplina, sino que además sienta la vocación por formarse en ella. La
motivación se relaciona a los gustos o preferencias que la persona quiere desarrollar bajo
diversas circunstancias, en cambio la vocación se entiende como el llamado o la necesidad
imperiosa de cumplir con un destino, un propósito de vida. Por tal motivo, en el trascurso
de la vida, se puede estar motivado a realizar una determinada acción sin presentar
necesariamente vocación al ser desarrollada. La vocación en carreras del área médica
depende del interés de casa individuo, complementado por un ambiente social y familiar
que fortalecen y estimulan su desarrollo, con el fin de lograr una actitud positiva para la
atención a la población que necesita de sus servicios.
Los nuevos integrantes de los programas de Medicina son cada vez más jóvenes, e
influenciados por la estigmatización social como millenials y centenials, impregnados de
un idealismo insondable tanto en su proyección de vida como en el ejercicio romántico del
servicio a los demás a través de esta profesión, creyentes de un futuro lucrativo indiscutible,
16
y amplias posibilidades de profundización académica, con aspiraciones laborales increíbles
a ejercer en Colombia o el exterior. La emocionalidad suprime la objetividad, y no permite
evaluar la presencia o no de una genuina vocación de servicio, determinante hacia el futuro
menos onírico que el contemplado hasta ese momento, según lo dictado por la realidad del
sector salud en nuestra región, y las complejas demandas sociales (pacientes, familias,
instituciones de salud, Gobierno, y otros) de un médico omnisciente, incansable, altruista,
eficiente, eficaz y económico.
Referentes históricos14
Punto de giro del currículo del programa colombiano de Medicina en el Siglo XX
No hay una intención de dirigir la mirada a un pasado muy remoto en la historia de
la formación en Medicina en Colombia, pero hay detalles que innegablemente trazaron una
ruta determinante en la construcción del perfil del médico colombiano. Por tal motivo,
resulta útil rebobinar el casete hasta el año 1948, cuando arribó a nuestro país la llamada
Misión Médica, proveniente de los Estados Unidos con el fin de hacer un diagnóstico del
estado de la enseñanza y las prácticas médicas, y así dar recomendaciones para la
adecuación y modernización de las facultades y hospitales nacionales. Se basaban en
premisas que a principios de ese siglo Abraham Flexner había sugerido acerca de los
centros de Educación Médica de Canadá y Estados Unidos: “La enseñanza es casi
exclusivamente oral y por libros de texto, usándose muchos textos franceses [...] Falta por
completo el énfasis en los principios de los cuidados quirúrgicos, juzgando por las
apariencias, y los estudiantes se permiten en los hospitales sólo como observadores lejanos.
El arte de tomar historias es completamente desconocido [...] Es poco evidente una
enseñanza real al lado de los pacientes, tanto para los estudiantes como para los internos”.
17
Por tal motivo, en 1950 se creó un nuevo currículo, el mismo para todas las
facultades de medicina del país, acorde con los currículos y las formas de enseñanza de las
universidades norteamericanas: “Al comparar este currículo con los anteriores,
identificamos: la anulación del año premédico, recientemente creado; la importancia que
todavía se le daba a la enseñanza de la Anatomía, con alta intensidad horaria durante los
primeros años; la aparición de una materia también relacionada con la Anatomía, como era
la cátedra de Dibujo Médico, y el planteamiento de un ciclo de materias básicas separadas
de las clínicas, según el modelo de Flexner”. En los años cuarto, quinto y sexto aparecieron
las materias clínicas; siguiendo las recomendaciones de la Misión Unitaria se propuso
intensificar el contacto con los pacientes, de modo que en estas materias predominaba la
enseñanza práctica sobre la teórica.
Un médico en formación debe reconocer su historia, su realidad, su entorno, el
origen de su presente, sembrado en el pasado, determinante de su futuro, no solo como
profesional, sino como ser social. Quizás no se fundamenta en el misticismo del tegua, pero
sí representa ante el paciente un foco de credibilidad equivalente. No es el pseudo infalible
de otrora, pero hay muchas expectativas sobre sus facultades y su actuar profesional. Se
debe al paciente, mas no a la enfermedad; cerrar la brecha y fortalecer la relación médico-
paciente fue un cambio disruptivo en el ejercicio médico, y comprendió una de las claves
del éxito formativo en salud. Desde entonces también se identificó la necesidad de la
evaluación curricular constante, ya que la estructura que a veces se torna intocable puede
estar priorizando áreas de menor impacto, y por ende, descuidando aquellas que facilitan
el éxito de la práctica médica y su función preferiblemente resolutiva.
18
Currículo global a finales del Siglo XX
Se incursionó en el modelo conductista, basado en la tecnología educativa; si bien
la metodología de enseñanza seguía siendo memorística, adquirieron relevancia los
laboratorios; los objetivos eran pilares para el desarrollo de los contenidos y la adquisición
de habilidades y destrezas, mediante actividades programadas. La enfermedad se
manifiesta como un conjunto de signos y síntomas que, de acuerdo con la forma de
presentación, hacen el diagnóstico para el cual hay un determinado tratamiento. Adquieren
un gran auge los algoritmos y los manuales médicos, que lo preparan para que tenga una
respuesta (tratamiento) frente a un estímulo (signos y síntomas). La evaluación se centraba
en los exámenes tipo test (falso y verdadero, selección múltiple y pregunta abierta), para
verificar el logro de los objetivos.
Tras la creación en los años noventa de la Unión Europea, las facultades de
medicina implementaron varias reformas curriculares en el marco de la creación del
Espacio Común Europeo de Educación Superior (Acuerdos de Bolonia): crear currículos
basados en competencias; reducir las actividades teóricas, generar acercamiento al paciente
desde los primeros semestres de formación médica, lo que facilita la adquisición temprana
de las habilidades clínicas, y un aprendizaje centrado en la práctica clínica. A nivel
colombiano, principalmente en Antioquia, se propuso la diversificación de las fuentes de
información, la supresión del enciclopedismo, la selección de los escenarios de práctica
más pertinentes, la vinculación temprana a la práctica profesional y el ejercicio
investigativo.
19
Los recursos pedagógicos hasta hace muy poco seguían priorizando la adquisición
de conceptos concretos sobre una postura crítica y analítica frente a los problemas de salud.
No obstante, el acercamiento precoz al ámbito clínico facilitó un desarrollo igualmente
tempranero de habilidades pertinentes, y consolidó los avances cognitivos que cobraban
sentido al enfrentar al paciente enfermo más que a la enfermedad misma. De hecho, el
entendimiento y la vinculación del paciente en el proceso terapéutico dejó una enseñanza
de responsabilidad compartida en la búsqueda del objetivo de curabilidad y/o estabilización
esperados. La practicidad operativa a través de modelos de atención ante enfermedades
prevalentes y el fortalecimiento de la investigación son privilegios menospreciados en la
actualidad, pero son herencias importantes de aquella época.
Metamorfosis contemporánea en el currículo de Medicina
Actualmente la enseñanza de la medicina se orienta por un currículo alternativo,
con estrategias didácticas centradas en la resolución de problemas y con una posición muy
activa del estudiante; pretende una formación médica y humana integral y un abordaje
interdisciplinario del conocimiento para adquirir un enfoque holístico del paciente; las
propuestas curriculares rescatan la importancia de los sujetos que participan en los procesos
de enseñanza y aprendizaje; se tiene un currículo de acuerdo con la definición propuesta
por Gimeno Sacristán: “Una práctica en la que se establece un diálogo, por decirlo así,
entre agentes sociales, elementos técnicos, alumnos que reaccionan ante él y profesores
que lo modelan” y que trasciende el plan de estudios, como lo propone Abraham Magendzo
quien reconoce que el currículo no son solo los planes y programas de estudio y lo
20
redimensiona dando importancia a la cultura de las instituciones, a los eventos que ocurren
en el aula de clase y a las relaciones entre los sujetos de los que se ocupan la didáctica, el
profesor y sus alumnos.
Uno de los mejores ejemplos nacionales lo ofrece el currículo implementado desde
el año 2000 en la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, estructurado en
dos componentes programáticos: el central y el flexible; el primero incluye el estudio de
las áreas esenciales para el buen desempeño del médico general en su quehacer diario; el
segundo pretende que el estudiante profundice en los conocimientos de su interés, los
cuales se clasifican en cursos de contexto, de profundización y de cultura y deporte, con
énfasis en temas específicos de las ciencias clínicas, sociales, humanas y artes, entre otras.
El componente central está diseñado en dos ciclos: el de fundamentación y el de
profesionalización; el primero presenta un enfoque por sistemas, que pretende ofrecer una
visión integradora de áreas como Biología Molecular, Genética, Morfología y Fisiología;
además, pretende hacer un acercamiento a la clínica para que estos conocimientos sean
mucho más relevantes incluyendo aspectos de la Semiología, el diagnóstico clínico y
paraclínico y la Farmacología básica y aplicada. La profesionalización está estructurada de
acuerdo con el ciclo vital humano: niñez, adolescencia, adultez y vejez, de tal manera que
se pueda enfocar integralmente al paciente.
La renovación del currículo debe involucrar tanto la investigación formativa como
la formación en investigación para desarrollar competencias científicas, y crear una actitud
crítica ante el conocimiento. Es útil presentar a los estudiantes problemas como los que
enfrentarán en la práctica profesional, para que encuentren soluciones congruentes y
21
acertadas, donde el docente sea guía del proceso de aprendizaje. Los medios principales
pueden comprender desde el internet y los programas interactivos hasta la propia historia
clínica del paciente. La evaluación debe centrarse en el análisis, el discernimiento y la
autoevaluación y menos en aspectos memorísticos, buscando diversas alternativas
incluyendo el perfil de lo formativo, sin descuidar la evaluación de producto cuando la
situación lo amerite, conduciendo al logro de una autoevaluación generadora de autonomía,
autocrítica, autocomprensión, autodirección, responsabilidad y sentido ético.
Referentes normativos
Ley 14 de 1962 – por la cual se dictan normas relativas al ejercicio de la medicina y
cirugía
Para entender los pormenores de la formación universitaria en pregrado y posgrado
de Medicina en Colombia, y la forma en que el programa tiene influencia, bien sea
tangencial o protagónica, en las motivaciones de los estudiantes para escoger las diferentes
alternativas existentes para el ejercicio profesional de un facultativo (más allá del natural
reconocimiento de otros factores influyentes en la decisión o inclinación, tales como perfil
psicológico, situación socio-económica del estudiante, ubicación geográfica, oferta de
programas, conocimiento amplio de alternativas profesionales disponibles, entre otras), es
necesario partir de las condiciones mínimas con las que se debe contar para poder ejercer
la profesión médica en nuestro país, según la legislación nacional. Y obligatoriamente
resulta necesario partir de esta ley, firmada el 28 de abril de 1962, para regular las prácticas
clínicas y quirúrgicas.
22
En esta ley el ejercicio de la medicina y cirugía es entendido como la aplicación de
medios y conocimientos para el examen, diagnóstico, prevención, tratamiento y curación
de las distintas enfermedades, y de igual forma para la rehabilitación de las ciencias o
defectos, bien sean de naturaleza física, mental o de otro orden, que pudieran llegar a
afectar a las personas, o que se encuentren relacionados con su desarrollo o bienestar. Por
tal motivo limita esta práctica a: quienes hayan adquirido el título de médico y cirujano
expedido por alguna de las facultades reconocidas por el Estado y que funcionen o hayan
funcionado legalmente en el país; los colombianos o extranjeros que adquieren o hayan
adquirido el título correspondiente en facultades de países con los cuales Colombia tenga
celebrados tratados o convenios sobre reciprocidad de títulos universitarios en los términos
de los respectivos convenios; los colombianos en el exterior con títulos de una escuela
universitaria reconocida competencia en concepto de la Asociación Colombiana de
Facultades de Medicina -ASCOFAME- (en caso de un concepto desfavorable emitido por
la entidad, el interesado deberá aprobar un examen de idoneidad reglamentado por el
Gobierno); los extranjeros graduados en países con los cuales Colombia no tenga
celebrados tratados de equivalencia de títulos universitarios, que posean título de médico
y cirujano adquirido en universidades de reconocida competencia en concepto de
ASCOFAME, y que hayan obtenido licencia del Gobierno mediante la superación de un
examen de idoneidad en una de las facultades de medicina del país. De hecho, si el
Gobierno considera que el número de médicos en ejercicio es suficiente para suplir sus
necesidades, deberá abstenerse de considerar nuevas solicitudes de profesionales
extranjeros.
23
Cuando un estudiante de pregrado en medicina culmina sus estudios, como
requisito para su graduación debe cumplir un año de internado obligatorio, el cual se ha de
encontrar incorporado dentro del plan de estudios establecido por la facultad respectiva.
Para que las Secretarías o Direcciones de Salud Pública departamentales puedan inscribir
a los profesionales y dar aviso a los Ministerios de Educación Nacional y Salud, con el
propósito de refrendar los diplomas y poder expedir la autorización para el ejercicio de la
profesión, los interesados deben cumplir un año como médico en un puesto o centro de
salud indicado y aprobado por el Ministerio de Salud, o un año en una campaña de
salubridad organizada por el Ministerio de Salud o las secretarías, o haber adelantado
estudios de especialización en cualquier rama de la medicina o del profesorado dentro de
un hospital universitario por un lapso no menor de dos años. Todos estos requisitos han de
ser considerados por quienes ingresan al programa de pregrado para poder proyectarse en
su futuro posgradual.
Decreto 0917 de mayo 22 de 2001 – por el cual se establecen los estándares de calidad
en programas académicos de pregrado en Ciencias de la Salud
Así como la ley 14 de 1962 reguló el ejercicio médico en Colombia, este decreto
estableció condiciones mínimas para garantizar la excelencia requerida en los programas
de áreas de salud ofrecidos por las instituciones de educación superior. Todo programa
creado, ofrecido o desarrollado debe ser justificado por: las necesidades de salud nacionales
y regionales en el marco de un contexto globalizado, la demanda estudiantil en el área de
la profesión, oportunidades potenciales o existentes de desempeño y las tendencias del
24
ejercicio profesional en el área del programa; el estado actual de la formación en el área de
conocimiento de la profesión específica, en el ámbito regional, nacional e internacional;
los aportes que lo diferencian de otros programas de las ciencias de la salud de la misma
denominación o semejantes, que ya existan en el país; y la coherencia con la misión y con
el Proyecto Educativo Institucional.
Los programas de formación académica profesional en Ciencias de la Salud, según
su enfoque, deben ser coherentes con la fundamentación teórica, metodológica de cada
campo profesional, y con las normas legales que regulan el ejercicio de cada profesión. El
programa propuesto deberá hacer explícita la estructura y organización de los contenidos,
el trabajo interdisciplinario, el desarrollo de la actividad científica – tecnológica, las
estrategias pedagógicas, y los contextos posibles de aprendizaje para el logro de objetivos
y el desarrollo de las características y las competencias esperadas. El programa debe
garantizar una formación integral, que le permita al profesional desempeñarse en diferentes
escenarios de la salud, con el nivel de competencia, científica y profesional que las
funciones propias de cada campo le señalan.
Para cada programa se establecen competencias y destrezas profesionales, y las
áreas de formación en los campos de Medicina, Enfermería, Odontología, Fisioterapia,
Nutrición y Dietética, Fonoaudiología, Terapia ocupacional, Optometría y Bacteriología.
Un estudiante de medicina en pregrado debe reconocer los puntos coyunturales entre las
diferentes disciplinas del sector salud, y por ende entre sus respectivos programas de
formación, y no puede proyectarse en su futuro como un hermitaño laboral, sino que su
proyecto profesional debe considerar la interacción interdisciplinaria como parte de su
25
preferencia vocacional, y el desarrollo de la competencia de trabajo en equipo. Además,
debe sujetar sus preferencias acerca de su futuro disciplinar, de manera objetiva, a los
conocimientos, actitudes y habilidades que su perfil demanda.
Decreto 1665 de 2002 – por el cual se establecen los estándares de calidad de los
programas de Especializaciones Médicas y Quirúrgicas en Medicina
Se requería un instrumento que garantizara la calidad de la oferta educativa en este
campo, así como un perfil del egresado que responda a las necesidades de salud de la
población en patologías que requieren alto nivel de formación y complejidad para su
resolución en la medida en que el ejercicio de estas especializaciones implica un alto riesgo
e impacto social. Primeramente define las especializaciones médicas y quirúrgicas como
programas de educación formal de posgrado, que permiten al médico la profundización en
un área del conocimiento específico de la medicina, adquiriendo conocimientos,
competencias y destrezas avanzados, para la atención de pacientes en las diferentes etapas
de su ciclo vital, con patologías de los diversos sistemas orgánicos que requieren atención
especializada, a través de un proceso de enseñanza–aprendizaje teóricopráctico en el marco
docente–asistencial, respondiendo a las necesidades de salud, servicio social, docentes e
investigativas que requiere Colombia.
Estos programas han de desarrollarse exclusivamente en la metodología presencial
y con una dedicación de tiempo completo por parte de los estudiantes, incorporando formas
concretas de organización de las actividades académicas y prácticas, tales como:
discusiones de casos clínicos interesantes, revistas de servicio, casos clínico–patológicos,
26
entre otras; que vinculen activa y participativamente a los estudiantes. De igual forma
deben incorporar la investigación desarrollada en el área de conocimiento, incluyendo
procesos orientados a la formación investigativa de los estudiantes contando con
publicaciones u otros medios de información que permitan la participación y difusión de
aportes de los profesores y de los estudiantes. El estudiante debe adquirir un compromiso
ético y social responsable, contribuyendo a la resolución de problemas de salud prevalentes
en cada especialización, desde la promoción, prevención, diagnóstico, tratamiento y
rehabilitación y así modificar positivamente el perfil epidemiológico nacional.
Indiscutiblemente la gran mayoría de los estudiantes de pregrado en Medicina en
la actualidad se inclinan a continuar un plan de estudios de posgrado en áreas clínicas o
quirúrgicas, e incluso avanzar a supraespecialidades y, los más osados, hasta un
‘fellowship’ o post doctorado. Entre más avanzan los conceptos y las tecnologías
biomédicas, la medicina se torna menos genérica, y se ajusta en forma detallada a áreas
muy definidas. La misma sociedad ha incurrido en una marcada, y en muchos casos
mimetizada, discriminación contra el médico general, y condiciona la percepción de
atención de calidad en salud a la prestación de servicios por parte de un especialista, por lo
cual cada vez menos profesionales desean limitarse al título de pregrado, aunque no todos
tienen la posibilidad de acceder a estas alternativas.
Acuerdo 3 de 2016 del Consejo Nacional de Educación Superior (CESU) – por medio
del cual se adoptan y aprueban los lineamientos de las especialidades médicas
27
Los programas médicos de posgrado, ajustándose a lo establecido por el Acuerdo
03 de 2014, en el que el CESU expidió los lineamientos para la acreditación de alta calidad
de las instituciones de educación superior, orientados a su evaluación, cualquiera sea su
carácter académico y modalidad bajo la cual ofrezca sus programas, teniendo en cuenta la
síntesis de características que permitan reconocerlas mediante un juicio sobre la distancia
relativa entre el modo como la institución ofrece el servicio público de la educación y el
óptimo que corresponde a su naturaleza. La evaluación de la calidad con miras a la
acreditación institucional, implica la evaluación integral de la Institución como un todo.
Las características de alta calidad de una institución desde la perspectiva de la acreditación,
son referentes a partir de los cuales orienta su acción.
Hasta la firma del acuerdo 3 de 2016, apenas 19 programas de Ciencias de la Salud
se encontraban acreditados, menos de uno de cada diez programas de posgrado acreditados
correspondían a especialidades médicas, 7 de ellos especialidades médico-quirúrgicas. A
la fecha se encuentran acreditados 117 programas pertenecientes al área de salud,
distribuidos en 98 de pregrado y 19 de posgrado. En Medicina hay 24 programas
acreditados, que corresponde al 24,5% (23/98) del total de programas de pregrado de salud
acreditados. Con relación a los programas de especialidad médica acreditados, del total de
470 programas autorizados para ser ofertados en el país, se encuentran acreditados
únicamente 7, lo que representa el 1.5% de estos programas, curiosamente
correspondientes a una única universidad en una sola ciudad, sugiriendo la necesidad de
fomentar, estimular y acompañar los procesos de acreditación de alta calidad de estos
programas, a partir de la voluntad de las IES que los ofertan.
28
Los requisitos mínimos iniciales para optar por la acreditación de alta calidad son:
tener Registro Calificado vigente expedido por el Ministerio de Educación Nacional;
demostrar una trayectoria de mínimo 8 años a partir del ingreso de los primeros estudiantes;
y mínimo quince graduados en toda su trayectoria; programas de primera especialidad con
una duración mínima de 3 años, programas de segunda y tercera especialidad una duración
mínima de 2 años; no tener vigente ninguna sanción emitida por la autoridad competente,
ni haberla tenido en los últimos 5 años; tener concepto favorable de verificación de
condiciones iniciales emitido por el CAN, emitido posteriormente a la expresión de
voluntad de la Institución para solicitar el ingreso al Sistema Nacional de Acreditación para
un programa o un grupo de programas de especialidad médica, en los casos que se requieran
y a la correspondiente visita de verificación, que se realizará en los casos que así lo
requieran.
29
Proceder metodológico
Enfoque metodológico
El presente ejercicio investigativo tiene un enfoque cuantitativo. Pretende
determinar las expectativas profesionales que tienen los estudiantes de pregrado de
Medicina de quinto y sexto año (entiéndase, semestres noveno a decimosegundo) de una
universidad de Bogotá (Colombia); debido al creciente bajo interés de ejercer la medicina
general, con el fin de iniciar planes de acción y mejoramiento, dirigidos a la Facultad de
Medicina de la institución, destinados a reevaluar el currículo, en favorecimiento de la
proyección laboral de los futuros graduandos. Si bien es cierto que la mayoría de las
investigaciones de esta naturaleza se inclinan por enfoques cualitativos o mixtos, el
propósito del presente ejercicio investigativo es determinar la fuerza de correlación entre
las expectativas mencionadas y factores potenciales sugeridos por los referentes teóricos,
intentando recrear la máxima objetividad, con el fin de comprender la tendencia actual de
los estudiantes de medicina. Quizás los resultados de este ejercicio no representen a todos
sus pares a nivel nacional, pero van a permitir identificar las principales preferencias y las
motivaciones más comunes, para orientar a las instituciones en cuanto a la integralidad que
debe ser tenida en cuenta a la hora de hacer reestructuraciones curriculares.
Perspectiva epistemológica
En relación con la perspectiva epistemológica contemplada para este ejercicio
investigativo será de tipo interpretativa. La realidad de la formación médica de pregrado
no puede conocerse obviando a la persona que la vive (en el caso de este ejercicio
30
investigativo, el estudiante de medicina) y su contexto. Se deben tomar en cuenta el sentido
y los significados subjetivos; los contextos en los cuales construyen dichos significados; y
los parámetros de interpretación que siguen en su desarrollo académico, como en su
cotidianidad. Las circunstancias son variables con el avance curricular y las experiencias
teórico-prácticas, así como en su dinámica de vida en otros escenarios, y serán concebidas,
esquematizadas, organizadas o proyectadas. Las percepciones y expectativas referidas por
los participantes frente a su futuro posgradual serán motivo de exploración, evidenciando
posibles relaciones existentes con las categorías de análisis derivadas de la revisión
documental, teórica, normativa e histórica.
Diseño metodológico
Se buscan las causas y consecuencias de las expectativas frente al futuro del
ejercicio profesional de los actuales estudiantes de medicina de últimos semestres del
pregrado, así como las diferentes motivaciones que los han conducido a optar por ellas. No
solo se trata de buscar el porqué, sino de encontrar las justificaciones prospectivas, con el
fin de entender los fenómenos actuales relacionados, tales como la minusvalía de la
medicina general, la alta demanda de especialidades medicoquirúrgicas, el incremento en
ofertas de especialidades administrativas, entre otros. Aunque quienes pertenecemos a las
áreas de la salud, especialmente a la medicina, conocemos características comunes que
pueden llegar a responder la pregunta de investigación, la subjetividad de quienes están
inmersos en un desarrollo curricular específico en la actualidad, pueden diversificar las
variables a tener en cuenta, y clarificando la perspectiva proyectada.
31
Método
Este ejercicio investigativo se basa en un estudio descriptivo transversal. La
decisión de un rumbo en el ejercicio profesional de la Medicina es, naturalmente, de índole
personal, impregnada de los rasgos de personalidad, y estructuración subjetiva del proyecto
de vida. Sin embargo, el estudiante de pregrado se ve influenciado en esta decisión por
agentes externos, dentro de los cuales el currículo, la experiencia docente, la socialización
con pares inmediatos, las vivencias puntuales; en su gran mayoría directamente
relacionados con el aula y la institución, por lo cual, la universidad no puede ser indolente
con la construcción del futuro de sus egresados. De hecho, no todo lo que el estudiante
pudiera pretender se cristalizará en lo que en su condición profesional pueda realizar, ya
que otras circunstancias (familiares, sociales, económicas, políticas, entre otras) pueden
cambiar el curso. La subjetividad amplía las posibilidades motivacionales para la toma de
decisiones, y el estudio de casos facilita identificar particularidades entre los estudiantes
de medicina abordados para este ejercicio, tratando de encontrar puntos comunes que
pudieran sugerir la facilidad de generalización, o al menos, dar cierto grado de objetividad
a las hipótesis surgentes.
Sin embargo, la intención de este estudio no es hacer un acompañamiento
longitudinal de la experiencia del estudiante durante el pregrado, y la subsecuente
influencia sobre sus expectativas laborales, sino identificar, puntualmente, su percepción
al final del programa, por lo cual resulta pertinente el método sugerido. Vale la pena aclarar
32
que estas concepciones subjetivas han de cotejarse con los referentes anexados en la
revisión documental.
Técnicas e instrumentos de recolección de información
Se pretende buscar datos que ayuden a comprender las diferentes situaciones
surgidas durante la observación de los estudiantes de medicina abordados, así como
identificar elementos que puedan generar conflicto posterior (contradicciones),
posiblemente porque estaban condicionados por mi propia percepción del caso.
El instrumento que se utilizará en el presente ejercicio de investigación será un
cuestionario cerrado/mixto. Aunque conocer las motivaciones de los estudiantes de
medicina para estructurar su futuro profesional, podría implicar un sinnúmero de
posibilidades subjetivas, las expectativas en el área se encuentran, de alguna forma, bien
delimitadas, y dentro del ejercicio médico hay circunstancias evidentes y comunes que
facilitan la agrupación de información en categorías fácilmente identificables (ejercicio de
la medicina general, especialización y/o supraespecialización médico-quirúrgica o
administrativa, investigación, docencia universitaria). Por lo anteriormente mencionado,
un cuestionario cerrado permitiría obtener respuestas breves, específicas y determinadas.
La estructuración de preguntas se podría dar con alternativas de respuestas por categorías
(Anexo 1), generando algunas ventajas técnicas en la codificación, como la limitación de
respuestas, facilidad de diligenciamiento por parte de población estudiada (estudiantes de
pregrado medicina en últimos cuatro semestres), procura de objetividad, y facilidad de
clasificación y análisis.
33
El resumen del diseño metodológico se encuentra en el Anexo 2.
Formulación de la propuesta
Sujetos de investigación
Con el fin de facilitar los trámites de permisos y la realización pragmática del
trabajo de campo, se optó por elegir a los estudiantes de pregrado de Medicina de la
Universidad Militar Nueva Granada de Bogotá, facultad ubicada en el terreno del Hospital
Militar Central en la localidad de Chapinero, debido a que es mi alma máter de pregrado,
y me permite tener canales de comunicación con algunos de los directivos y docentes. La
escogencia de estudiantes de últimos dos años de carrera obedece a la presunción de una
mirada más objetiva del ejercicio médico, al encontrarse al final de programa, con amplio
conocimiento de las áreas médico-quirúrgicas, y participación extramural en escenarios
reales de práctica; los de noveno y décimo semestre están cursando las últimas asignaturas,
y los de último año se encuentran en el internado, fortaleciendo conceptos de áreas ya
cursadas.
Teniendo un estimado para el presente período académico de 160 estudiantes de la
facultad de medicina de la Universidad Militar entre los cuatro semestres mencionados, a
través de la calculadora en línea SurveyMonkey se calculó el requerimiento de una muestra
de 114 estudiantes (71.25%), de acuerdo con un nivel de confianza del 95% y un margen
de error del 5%. Como paso previo a la recolección de datos en el campo mencionado, se
sugiere realizar una prueba piloto (test preliminar) aplicando el cuestionario a una
34
población semejante a la escogida para el presente ejercicio de investigación. Debido a que
la porción sugerida para la muestra es muy alta con respecto a la cifra total, se prefiere
buscar estudiantes de medicina de pregrado de los mismos semestres que pertenezcan a
otra universidad, por la alta probabilidad que participantes del piloto puedan coincidir en
la muestra escogida para el estudio oficial, en el caso que se escogiera población de la
Universidad Militar.
Para esta prueba se propone consolidar un grupo equivalente al 15% de la muestra
original, equivalente a 17 estudiantes aproximadamente, a través de un muestreo aleatorio
simple, con el finde garantizar que el cuestionario preelaborado sea ajustado para garantizar
su comprensión y respetar su relación con los objetivos trazados en la presente
investigación (tipos de preguntas adecuados; enunciados correctos, comprensibles y de
extensión adecuada; categorización correcta de las respuestas; resistencias psicológicas o
rechazo a algún tipo de preguntas; ordenamiento interno lógico, duración aceptable).
Instrumento
Como se mencionó con antelación, se propone la aplicación de un cuestionario
predominantemente cerrado con dos opciones abiertas, a elaborar idealmente a través de
un software especializado (como Rotator Survey). Para efectos del desarrollo del presente
informe de investigación, basado en material teórico referido a la metodología de
elaboración de cuestionarios de investigación, se creó una primera propuesta del
instrumento (Anexo 3). La estructura contempla: datos básicos (edad, género, semestre en
curso), expectativa profesional (alternativas detalladas y opción de respuesta abierta
35
diferente a las sugeridas), factores influenciadores (motivaciones sugeridas y espacio
abierto para alguna no contemplada), comparativo entre las expectativas al inicio y final
de la carrera, y percepción de viabilidad de cristalización de dicha expectativa. Para la
elaboración de las preguntas se contemplan de selección múltiple (dos de ellas con
respuesta abierta) con única respuesta, de enumeración ordinal, y usando escala de Likert.
Preparación de la comunidad
Se requiere hacer contacto previo con el vicedecano y/o la directora de pregrado de
la facultad de Medicina de la Universidad Militar Nueva Granada, así como con docentes
y alumnos, con el fin de hacer la presentación oficial, informar los detalles del estudio,
solicitar el consentimiento para su ejecución, vincular con los objetivos y los resultados
potenciales, y explicar el instrumento.
Aplicación del cuestionario
La selección del grupo de 114 sujetos sugerida por la calculadora SurveyMonkey,
se realizará mediante muestreo aleatorio; aunque la forma más sencilla de aplicación sería
de tipo simple, se puede presentar un error debido al tamaño de la muestra y sus
características poblacionales, por lo que se prefiere un muestreo de tipo estratificado,
mediante afijación proporcional, garantizando homogeneidad en la representación de cada
uno de los cuatro semestres académicos contemplados. Directamente en las instalaciones
de la facultad de Medicina, o en las instalaciones del Hospital Militar Central (según sea la
ubicación de los estudiantes al momento de la aplicación del cuestionario, de acuerdo con
36
su rotación vigente en los servicios programada en su momento curricular) se hará
recopilación de datos primarios. Posteriormente, se realizará la identificación de datos
secundarios para su uso posterior a la hora de cotejar información.
Triangulación hermenéutica
La selección de la información del cuestionario permitirá discriminar la
información útil y de menos relevancia, verificar la pertinencia según la preconcepción de
las expectativas profesionales de los estudiantes de medicina e incorporando elementos
novedosos o complementarios, y verificar la relevancia según el nivel de asertividad. Por
cada estamento se agruparán las respuestas por tendencias, con varios niveles de síntesis,
según coincidencias o divergencias; y se generarán conclusiones según los resultados
obtenidos por categoría, así como aquellas de segundo y tercer nivel. Se evaluará la
información entre todos los estamentos, de carácter general a partir de las conclusiones de
tercer nivel, y de carácter específico desde las categoriales. Finalmente, se hará una
revisión y una discusión reflexiva con base en la literatura pertinente recopilada.
Clasificación, análisis e interpretación de datos
La significación sociológica de los datos recolectados se orientará a la comunidad
médica y en general del sector salud, así como directamente en la facultad de Medicina de
la Universidad Militar Nueva Granada (con la posibilidad de transpolar algún tipo de
equivalencia a otras facultades), y aún en la percepción de la sociedad en general.
Respetando la categorización y subcategorización establecida dentro de este ejercicio
37
investigativo, la sistematización, el recuento y la clasificación se finiquitarán de forma
factible y en adecuado tratamiento de la información para evitar sesgos. Para tal fin, se
realizará codificación de las variables por categoría mediante una asignación numérica
equivalente; de igual forma, con fines de tabulación se llevará un registro electrónico en
tablas de Excel, y asimismo el escaneo de los cuestionarios respondidos en formato PDF
(sin embargo, se tendrán archivados en físico los documentos originales, en caso tal que
sean requeridos).
Se resumirán los datos recopilados y se hará la comparación correspondiente de los
mismos, según las variables contempladas (edad, género, semestre en curso, expectativas
profesionales, motivaciones, comparación de expectativas al inicio final del programa
académico, percepción de viabilidad del proyecto) dentro de las categorías preestablecidas.
Una vez se haya generado el análisis de los datos se verificará su nivel de respuesta al
problema formulado en el estudio. Para dar un significado mucho más amplio a las
respuestas se tendrán en cuenta los diferentes contextos (pregrado de Medicina, sector
salud, sociedad en general), y adicionalmente se profundizará en las justificaciones de los
resultados según las respuestas sujetos estudiados, muy probablemente influidas por sus
emociones, el entorno, el currículo vigente de la facultad de Medicina, sus docentes, su
condición socioeconómica, su proyecto de vida, la oferta laboral, entre otros factores
expuestos por el material teórico estudiado.
38
Conclusiones
Debido a que al momento de la presentación formal de este ejercicio de
investigación no ha existido trabajo de campo para la aplicación del instrumento y, por
ende, se carece de resultados para tabular y analizar, este espacio busca argumentar el
aporte del presente trabajo. La expectativa de los estudiantes de medicina en pregrado
respecto a su futuro una vez obtengan el título es determinante para entender la realidad
actual del sector salud y generar posiciones predictivas que sugieran acciones y reacciones
frente al currículo de los programas de pregrado y posgrado, y al escenario laboral.
En primer lugar, a partir de los referentes conceptuales, históricos y normativos
anexados, se logran discriminar, tanto de forma general como detallada algunos casos, las
diferentes alternativas de ejercicio profesional para un graduado en pregrado de Medicina.
Segundo, se reconocen factores personales y externos que influyen protagónica o
parcialmente las preferencias de los estudiantes de pregrado sobre su futuro en el ejercicio
médico. Tercero, se rescata la importancia del factor individual (aunque se reconoce que
la encuesta no tiene la capacidad de indagar sobre emocionalidad y conducta), pese a tener
una población expuesta a factores similares que podrían encauzar sus expectativas en
determinados rumbos.
39
Recomendaciones
Llevar este trabajo a su plena realización promete aportar elementos de
entendimiento de un sector en crisis en nuestro país, con deficientes oportunidades y
condiciones laborales, que contrasta con la alta demanda de cupos para programas de
pregrado en Medicina. La estructuración del estudio y la información acumulada y
organizada del presente texto, sugieren focos de mayor atención y estudio posterior
derivados del escenario problémico: expectativas y motivaciones según diversas variables
(socioeconómicas, geográficas, experienciales, etc), nivel de heterogeneidad entre
estudiantes de diferentes instituciones académicas colombianas, perfil psicoemocional de
los estudiantes, estructura curricular del pregrado en Medicina en Colombia, entre otros.
Asimismo, se sugiere retomar la intención inicial de hacer un estudio de casos,
contemplando la aplicación de varios instrumentos que permitan añadir variables o
desarrollar con más precisión las consideradas en este trabajo.
Resultaría idóneo que este trabajo fuese un punto de partida para investigaciones
posteriores (cualitativas y cuantitativas) dentro de otros programas de medicina de
diferentes universidades colombianas, deseando ambiciosamente que, a partir de los
resultados acumulados, se establezca una reforma educativa en áreas de la salud,
promovida por todos los actores del sector.
40
Bibliografía
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42
Anexos
Anexo 1. Categorías y subcategorías derivadas del marco conceptual
Anexo 2. Resumen del diseño metodológico
43
Anexo 3. Cuestionario mixto para la prueba piloto
CUESTIONARIO EXPECTATIVAS PROFESIONALES DE ESTUDIANTES DE
MEDICINA DE NOVENO A DÉCIMOSEGUNDO SEMESTRE
1. EDAD: ___ años
2. SEXO: □ Femenino □ Maculino
3. SEMESTRE EN CURSO: □ 9° □ 10° □ 11° □ 12°
4. ¿En su carrera médica, cuál es su expectativa de ejercicio profesional, una vez haya
culminado el pregrado en Medicina? (en el caso que lo considere pertinente, puede escoger
una o más opciones de la lista)
a. □ Ejercer como médico general de consulta externa
b. □ Ejercer como médico general de urgencias
c. □ Ejercer como médico general de hospitalización
d. □ Ejercer como médico general en ayudantía quirúrgica
e. □ Realizar una especialización médico-quirúrgica definitiva
f. □ Realizar una especialización médico-quirúrgica, con el fin de, posteriormente,
realizar una supraespecialización o fellowship
g. □ Realizar una especialización en administración hospitalaria, gerencia en salud,
auditoría en salud o afines
h. □ Dedicarse a la investigación científica
i. □ Ser docente universitario en Medicina u otras áreas de la salud
j. □Otro.¿Cuál? _______________________________________________________
k. Sin definir
5. Planea alcanzar lo anteriormente enunciado:
a. Tan pronto culmine el pregrado y realice su servicio social obligatorio
b. A mediano plazo
c. A largo plazo
d. No tiene presupuestado un lapso específico
6. Califique de 1 a 5, según su criterio y experiencia, la influencia que los siguientes factores
tienen sobre su propósito anteriormente mencionado, siendo 1 Baja relevancia, y 5 Muy
alta relevancia
a. ___ Sus gustos y preferencias
b. ___ Opinión familiar o de allegados
c. ___ El currículo ofrecido por la universidad durante su estancia
d. ___ Los docentes con los que tuvo contacto académico
e. ___ Su experiencia personal en los espacios teóricos y prácticos
f. ___ La realidad del mercado laboral actual para los médicos en Colombia
g. ___ El beneficio lucrativo
h. ___ La demanda social
i. ___Otros. ¿Cuáles? __________________________________________________
44
7. El cumplimiento o incumplimiento de sus actuales expectativas profesionales tiene
consecuencias directas sobre el crecimiento integral de:
a. Usted: □ Totalmente □ Parcialmente □ Es irrelevante
b. Sector salud colombiano: □ Totalmente □ Parcialmente □ Es irrelevante
c. Su universidad de pregrado: □ Totalmente □ Parcialmente □ Es irrelevante
8. Sus actuales expectativas y motivaciones, en comparación con las que ingresó al programa
de pregrado en Medicina…
a. □ Son iguales o similares
b. □ Cambiaron completamente
c. □ No tenía definido un enfoque específico al inicio de la carrera
9. Según su condición actual, considera que existe una gran probabilidad de cumplir su
expectativa profesional
a. □ Totalmente en desacuerdo
b. □ En desacuerdo
c. □ Ni de acuerdo ni en desacuerdo
d. □ De acuerdo
e. □ Totalmente de acuerdo
10. En psicología, el modelo de los cinco factores de personalidad es una de las taxonomías
más aceptadas para evaluar la relación entre personalidad y desarrollo académico y
profesional. Elija la opción en cada ítem que más se aproxime a su perfil
a. Apertura a la experiencia: □ inventivo / curioso vs. □ consistente / cauteloso
b. Conciencia: □ eficiente / organizado vs. □ extravagante / descuidado
c. Extroversión: □ sociable / enérgico vs. □ solitario / reservado
d. Amabilidad: □ amigable / compasivo vs. □ desafiante / insensible
e. Neuroticismo: □ susceptible / nervioso vs. □ resistente / seguro
11. Respecto a su punto de vista frente al programa de pregrado en Medicina que cursa
actualmente, considera (responda de forma breve y concisa):
a. La mayor fortaleza: __________________________________________________
b. La mayor debilidad: __________________________________________________
c. La influencia positiva principal para su formación médica:
__________________________________________________________________
d. La mayor influencia negativa dentro de su formación médica:
__________________________________________________________________
45
Vita
Médico cirujano de la Universidad Militar Nueva Granada (2003). Experiencia
laboral en medicina: Coordinador programa de Enfermedad Renal Crónica, CafeSalud,
Regional Bogotá. Coordinador programa de Riesgo Cardiometabólico CafeSalud/Medimás
Bogotá, sedes Restrepo y Puente Aranda. Médico del programa de Paciente crónico en
Nueva EPS, sede Puente Aranda. Médico general de consulta externa en SaludCoop, sedes
de Bogotá y Zipaquirá; en CafeSalud, sedes Kennedy, Restrepo y Puente Aranda; en Salud
Total EPS, sede Fontibón; actualmente en la Subred Integrada de Servicios de Salud
Suroccidente, sede CAPS Trinidad Galán.
Técnico profesional en Locución y medios audiovisuales del Colegio Superior de
Telecomunicaciones (2011). Experiencia laboral que incluye: Anchor de revista médica
‘Consultorio 1305’ en Colmundo Radio; miembro de mesa de trabajo y anchor suplente en
revista juvenil ‘La Tribu’, en Colmundo Radio; miembro de mesa de trabajo de programas
radiales especiales; maestro de ceremonias, presentador.
Teoterapista coordinador máster de la Confederación Internacional de Teoterapia –
Centro Internacional de Teoterapia Integral (2007). Conferencista, tallerista, docente.
Cantante y compositor, bajo el nombre artístico ‘Andrés Viktoria’.