INTEGRAL DE CANCIONES DE JOAQUÍN RODRIGO · A través de este generoso ramillete de canciones,...

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CICLO INTEGRAL DE CANCIONES DE JOAQUÍN RODRIGO ENERO 1997

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CICLO

INTEGRAL DE CANCIONES

DE

JOAQUÍN RODRIGO

ENERO 1997

Fundación Juan March

CICLO

INTEGRAL DE CANCIONES

DE JOAQUÍN RODRIGO

ENERO 1997

ÍNDICE

Pág.

Presentación 3

Programa general 5

Introducción general por Andrés Ruiz Tarazona 11

Primer concierto Notas al programa 17 Textos de las obras cantadas 22

Segundo concierto Notas al programa 30 Textos de las obras cantadas 34

Tercer concierto Notas al programa 42 Textos de las obras cantadas 47

Cuarto concierto Notas al programa 56 Textos de las obras cantadas 61

Participantes 69

A través de este generoso ramillete de canciones, todas las que Joaquín Rodrigo compuso para canto y piano (y algunas más) a lo largo de 64 años de actividad incansable, tendremos la oportunidad de seguir paso a paso la carrera musical de uno de nuestros compositores más universales.

Todos sus biógrafos señalan sin excepción que es precisamente en las canciones donde Rodrigo alcanza sus más altas cotas estéticas, aunque es preciso reconocer que su popularidad está cimentada en alguno o algunos de sus conciertos y especialmente en los guitarrísticos. La canción de concierto, como el lied germánico o la mélodie francesa, es por definición un arte más interiorizado y sutil, menos explícito y evidente. El diálogo con el poema elegido, sobre todo si procede de los clásicos (Gil Vicente, Marqués de Santillana, San Juan de la Cruz, Lope de Vega), plantea al compositor delicados problemas, no menores cuando los poemas son más recientes (Rosalía de Castro, Verdaguer, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado) y la relación no es historicista. Capítulo importante es el diálogo con los poemas de su esposa y fiel colaboradora, Victoria Kamhi.

Rodrigo vence sin aparente dificultad los obstáculos y muestra en las canciones toda la gama de su paleta sonora. Puede ser divertido, un mero juego encantador, o alcanzar profundidades de las que quitan el aliento; es popular o aristocrático, pasando por todos los matices del casticismo; pero en todas ellas campea, al margen de su excelente oficio, una cualidad que le define: la gracia, el instinto comunicador, la capacidad de conmover. Y, como consecuencia inevitable, el arte de sus canciones genera gratitud. La que la Fundación Juan March le expresa en su 95° aniversario, por seguir haciéndonos felices con su música y con su ejemplo.

Estos conciertos serán retransmitidos en directo por Radio Clásica, la 2 de RNE.

Joaquín Rodrigo en 1935 en Salzburgo

P R O G R A M A G E N E R A L

P R O G R A M A P R I M E R C O N C I E R T O

I

Ave María (1923) Cantiga (Gil Vicente) (1925) Romance de la infantina de Francia (Anónimo) (1928) Serranilla (Marqués de Santillana) (1928) Schifferliedchen (Barcarola) (Victoria Kamhi) (1933) Estribillo (Salvador J. Polo de Medina) (1934) Soneto (Juan Bautista de Mesa) (1934) Esta niña se lleva la flor (Francisco Figueroa) (1934) Cántico de la esposa (S. Juan de la Cruz) (1934)

II

Coplas del pastor enamorado (Lope de Vega) (1935) Fino Cristal (Carlos Rodríguez Pintos) (1935) Cuatre can?ons en llengua catalana (1935)

Cangó del teuladí (Teodoro Llórente) Canticel (Josep Carner) L'Inquietut primaveral de la donzella (Josep

Massó i Ventos) Brollador gentil (Joan Guasch)

Triptic de Mosén Cinto (1936) L'Harpa sagrada Lo violi de Sant Francese Sant Francese i la cigala

Intérpretes: A T S U K O K U D O , soprano A L E J A N D R O Z A B A L A , piano

Miércoles, 8 de Enero de 1997, 19,30 horas.

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PROGRAMA SEGUNDO CONCIERTO

I

Canción del grumete (Anónimo) (1938) Canción del cucú (Victoria Kamhi) (1937) Romance del Comendador de Ocaña (Lope de Vega. Adap.

Joaquín de Entrambasaguas) (1948) Romancillo (Anónimo) (1950) Cuatro madrigales amatorios (1947)

¿Con qué la lavaré? (J. Vásquez) Vos me matasteis (Anónimo) ¿De dónde venís, amore? (J. Vásquez) De los álamos vengo, madre (J. Vásquez)

II

Chimères (Victoria Kamhi) (1938) La chanson de ma vie (Juan Camp) (1938) Doce canciones populares españolas (1950)

¡Viva la novia y el novio! De ronda Una palomita blanca Canción de baile con pandero Tararán En las montañas de Asturias Estando yo en mi majada Adela En Jerez de la Frontera San José y María Canción de cuna

Un home, San Antonio (Rosalía de Castro) (1951) Primavera (Guil lermo Fernández-Shaw) (1953)

Intérpretes: ATSUKO K U D O , soprano A L E J A N D R O Z A B A L A , piano

Miércoles, 15 de Enero de 1997, 19,30 horas.

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P R O G R A M A T E R C E R C O N C I E R T O

I

Cuat ro Arias de "El hijo f ingido" (Lope de Vega. Adap . José M. Arozamena y Victoria Kamhi) (1955-60)

Canción de Bárbara Canción de Angela Arietta de Angela Romanza de Angela

Cuatro canciones sefardíes (Anónimos. Adap. Victoria Kamhi) (1963)

Respóndenos Una pastora yo amí Nani, nani Morena me llaman

Cuatro villancicos (1952) La espera (Victoria Kamhi) Aire y donaire (Anónimo. Adap'. Victoria Kamhi) Coplillas de Belén (Victoria Kamhi) Pastorcito Santo (Lope de Vega)

II

Dos canciones (Juan Ramón J iménez) (1961) Verde verderol Pájaro de agua

La Grot te: H o m e n a j e a Debussy (Louis Emié) (1962)

Sobre el cupey (Luis Hernández Aqu ino) (1963)

Despedida de Azucena (de "La Azucena de Quito" de José Ma Valverde) (1960)

Rosaliana (Rosalía de Castro) (1965) Cantart'ei Galicia ¿Por qué? Adiós, ríos, adiós fontes ¡Vamos bebendo!

Intérpretes: A T S U K O K U D O , soprano A L E J A N D R O Z A B A L A , piano

Miércoles, 22 de Enero de 1997, 19,30 horas.

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P R O G R A M A C U A R T O C O N C I E R T O

I

Con An ton io M a c h a d o (1971) Preludio Mi corazón te aguarda Tu voz y tu mano Mañana de abril Los sueños Cantaban los niños ¿Recuerdas? Fiesta en el prado Abril galán Canción del Duero

II

Cantos de amor y de guerra (Anón imos) (1965) Paseábase el rey moro ¡A las armas, moriscotes! ¡Ay, luna que reluces! Sobre Baza estaba el rey Pastorcico, tú que has vuelto

Dos canciones para cantar a los niños (Anónimos . Adap . Victoria Kamhi ) (1973)

Corderito blanco Quedito

Líricas castellanas (Anón imos ) (1980) San Juan y Pascua Despedida y soledad Espera del amado

Dos canciones (Fina de Calderón) (1987) Arbol ¿Por qué te llamaré?

In térpre tes : A T S U K O K U D O , soprano A L E J A N D R O Z A B A L A , p iano

Miércoles, 29 de Enero de 1997, 19,30 horas.

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A Joaquín Rodrigo y su música

¡Pero tú ves, Rodrigo...! El mágico paisaje, el supremo color... ¡El personaje del misterio que siempre va contigo! ...La suma Realidad, la Verdad pura que en el Reino Interior solo florece... la perfecta hermosura que solo en el jardín del alma crece. No a los ojos Amor, no Poesía . se brindan como al Sueño. Y es soñando como el poeta crea. La harmonía de Belleza y Verdad surge cantando. Así tú de ese mundo inenarrable el alma luz percibes, y en arpegios magníficos la inscribes... Y le das una voz y un colorido única expresión de lo inefable. ¡Ay, yo también, Rodrigo, de eso que no se ve soy el amigo!

Manuel Machado (Cadencia de cadencias. Madrid, 1943)

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I N T R O D U C C I O N G E N E R A L

LOS TESTIMONIOS

Es todo un acontecimiento lo que nos propone la Fun-dación Juan March: ofrecer el ciclo integral de canciones de Joaquín Rodrigo. Toda una hazaña, a realizar a lo lar-go del mes de enero en cuatro recitales, por la soprano At-suko Kudo y el pianista Ale jandro Zabala, intérpretes de la máxima solvencia artística.

Porque nos hallamos ante uno de los más importantes legados, en el género canción de concierto, de toda la mú-sica española del siglo XX, solo comparable en extensión al de Eduardo Toldrá.

N u e s t r o q u e r i d o m a e s t r o Fede r i co S o p e ñ a resa l ta -ba, además , su e n o r m e impor t anc i a es té t ica : " T o d o lo que es R o d r i g o y lo que es su música t i enen el r e su -men más h a c e d e r o , p r i e t o y d i rec to , en sus canciones , el " c o r p u s " más be l lo de la música e spaño l a actual . El e n c u e n t r o con g r a n d e s poe t a s , con Gil V icen te , con San Juan de la Cruz , con L o p e de Vega, se e f ec túa sin prejuic ios de arcaísmo, con un l engua je a rmón ico a t re-vido y jus to , sob re un p i ano s ingular q u e l evan ta una melod ía n í t ida , precisa . Al l í t e n e m o s todas las gamas : la t e r n u r a p r o f u n d a del Cántico de la Esposa, la gra-cia leve de los Madrigales amatorios, la l impia me lan -colía de los vi l lancicos, a la cabeza Pastorcito santo de Lope" .

También E n r i q u e Franco se f i ja e spec ia lmen te so-bre este aspec to de la creación del m a e s t r o valenciano: "Sobre la tónica cul tural de la persona l idad y la obra de Rodr igo nos dice mucho el s imple ca tá logo de sus obras con tex to" . Es cierto, como el compos i to r ha comen ta -do, que muchas veces escr ibió sus canc iones para de-t e r m i n a d a s c a n t a n t e s q u e conoc ía y a d m i r a b a , adap -tándose a las pa r t i cu la r idades de sus respect ivas voces (hay que decir que supo s iempre elegir muy bien a "sus" can tan tes ) , p e r o t ambién es ve rdad que su persona l i -dad se adivina no solo en los textos o las voces elegi-das, cuest ión c i e r t amen te r eve ladora , sino en la p rop ia música, tan ín t ima, r i sueña y pecul iar en lo a rmónico y lo rí tmico.

Por su parte, Francisco José León Tello, en un t rabajo publicado en la revista "Cuadernos Hispanoamericanos" (n° 355, Enero 1980, Madrid) y titulado "La estética de la música vocal de Joaquín Rodrigo: catorce canciones para canto y piano", insiste en la importancia de la obra Iiede-rística de Rodrigo con palabras muy certeras que vale la pena reproducir .

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"Es legítimo hablar de un renacimiento de nuestra mú-sica en el siglo XX. En el caso de Joaquín Rodrigo la afir-mación tiene un doble significado: estimativo y vinculati-vo. Su posición es e jemplar . Conoce las más modernas tendencias europeas. Afirma su personalidad. Pero acierta a valorar la obra de los maestros españoles de otras épocas. Se relaciona con el arte de los vihuelistas, con la guitarra de Gaspar Sanz, con el clave del P. Soler. No es dependencia es-tilística. Tampoco retornos: Rodrigo bebe siempre en su pro-pia copa labrada con cincel de su tiempo y mano original. Se trata de conexión voluntaria que inserta su producción en el proceso histórico de la música española.

Ha enriquecido todos los géneros. Quizá sea el com-positor de nuestro siglo a quien más debe la estética del concierto. Ha cultivado especialmente la canción. Le ins-pira la poesía: es una constante en su labor de compositor, Sopeña lo ha visto con mucho acierto: ha sabido indepen-dizarse de las sugerencias de la canción de Turina y Falla; crea su propio arte del Lied: pero en sus canciones el lied español muestra vocación de universalidad. Aun escritas en diferentes años, constituyen un conjunto coherente dentro de su catálogo general de compositor."

Ciertamente, Rodrigo ha dado un lenguaje nuevo y uni-versal a la canción de concierto sin renunciar a su espa-ñolidad. Y ese lenguaje es valioso no por lo que tenga de español, sino por ese algo indefinible, distintivo, que mar-ca al gran artista. El propio maestro, en su discurso de in-greso eñ la Real Academia de Bellas Artes de San Fer-nando, leído el 18 de noviembre de 1951, con el t í tulo "Técnica enseñada e inspiración no aprendida", decía co-sas que definen mejor que cualquier comentario, su pos-tura ante la música:

"¡El lenguaje musical! Ante él quedamos absortos; es algo mágico, por medio del cual la música se expresa por alusiones que, al menos en el campo sensorial y sentimental, llegan a efectivas concreciones: es la palabra de la música, pero no existe parangón posible entre ambas palabras, por-que el lenguaje musical es circunstancia propia al arte de los sonidos. Ni el poeta, ni el filósofo pueden inventar su propio lenguaje, los neologismos que introduzcan, siem-pre traducirán signos conocidos; la eufonía de una pala-bra, para siempre, tendrá que estar unida, y será su más pres-tigioso vehículo, amparada en un bello t imbre de voz. Agudamente lo hace notar Paul Valéry al decir que todo el boato musical de los poetas románticos y simbolistas se queda en nada cuando la música despliega su manto de magia, ante el cual se humilla la posibilidad simbólica del poeta o la capacidad conceptual del filósofo, únicos re-cursos de virtud musical y por medio de los cuales pueden renovar de veras su lenguaje."

¿No ha sabido, desde muy pronto, Rodrigo, darnos nue-vas imágenes sonoras, con lenguaje propio, un personal "paisaje acústico"?

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OBRA Y VIDA DE RODRIGO

Hace pocos días Joaquín Rodrigo celebró su nonagé-simo quinto cumpleaños.

Es una suerte que el maestro haya podido disfrutar tan largamente del aplauso y el reconocimiento de los públi-cos más diversos. Todo el mundo le admira y le solicita, desde Alemania a Japón, de Francia a Africa del sur, de Estados Unidos a Argent ina. En España veneramos su fi-gura y las jóvenes generaciones se asombran cuando en al-gún concierto sale a saludar "en persona" el autor del Con-cierto de Aranjuez.

Hace quince años, con motivo de su octogésimo ani-versario, la Orques ta Nacional de España rendía homena-je al maest ro en el Teatro Real de Madrid.

Se es t renaron entonces en España dos de sus últimas par t i turas , En busca del más allá y Concierto pastoral. Muchos pensaron que dichas obras const i tuían el canto de cisne del composi tor saguntino, pe ro años más ta rde daría a conocer o t ras dos composiciones de parecida en-vergadura: el Concierto como un divertimento para vio-loncello y orques ta (Julián Lloyd Weber lo tocó en Ma-drid el 22 de f eb re ro de 1985) y el Concierto para una fiesta, para gui tarra y orquesta . A m b a s creaciones fue ron la p rueba fehac ien te de que la .personal idad artística de Rodrigo no había sufrido menoscabo con el paso del tiem-po. Su gracia, lozanía y e m p u j e juvenil , seguían intactos. Hoy podemos decir que el maes t ro no ha perdido, pese al largo camino recorr ido, ni la ilusión ni la fuerza crea-dora.

Por ello parece sumamente oportuno y de la más estricta justicia la realización de este homena je a Joaquín Rodri-go, organizado por la Fundación Juan March. Porque to-dos sabemos que Joaquín Rodrigo es una de las f iguras más destacadas de la música española del siglo XX. Paul Dukas, su maes t ro en París, y el ilustre Manuel de Falla, vieron en él la continuidad sin ruptura del nacionalismo que tanta proyección internacional había otorgado a la mú-sica hispana. Esto es absolutamente cierto y quienes vivi-mos de cerca el f enómeno musical y nos interesamos por la estética y la historia, lo sabemos. Rodrigo ha enriqueci-do casi todos los géneros musicales Su aportación a algu-no de ellos -el concierto de solistas, la canción- ha sido ex-cepcional, superando lo realizado por los grandes maestros españoles del pasado.

Pero a veces se nos olvida que Rodrigo ha roto las ba-rreras nacionales y ha alcanzado la universalidad. Es un autor admirado en todas las latitudes, un clásico del siglo XX. Cierto es que la calidad de página, la belleza peculiar de su Concierto de Aranjuez (una de las obras musicales más aplaudidas de la historia), han sido una ayuda al res-to de su obra.

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Pero, desengañémonos, si lo demás no hubiera tenido la gracia, el color, la alegría, el sello distintivo de su arte, el prestigio del maestro hubiese ido decayendo y no en au-mento, como sucede en la actualidad.

Joaquín Rodrigo nació en Sagunto el 22 de noviembre de 1901, justamente el día de santa Cecilia, patrona de los músicos. Era hijo de Vicente Rodrigo Peirats, natural de Almenara (Castellón) y de Juana Vidre Ribelles, oriunda de Cuartell de los Valles (Valencia). Sus padres eran co-merciantes y terratenientes del País Valenciano de apre-ciable fortuna. Vicente Rodrigo había estado casado ya con anterioridad. De su primer matrimonio había tenido cuatro hijos y tuvo seis en el segundo con Juana Vidre, mu-jer de gran belleza física y moral. El benjamín de la casa fue precisamente el futuro compositor.

Apenas contaba tres años y medio cuando el pequeño Joaquín resultó afectado por una epidemia de difteria que causó la muerte de muchos niños de Sagunto y a él le pro-dujo la pérdida de la vista. Al comienzo de su proceso de ceguera, percibía luces y perfiles. Luego paulat inamente llegó la oscuridad total. Todos los intentos de recuperar la visión a lo largo de su vida han sido infructuosos, pero Joa-quín Rodrigo ha sabido aceptar esta limitación y trascen-derla en su arte, en el que, por fortuna, no ha necesitado de la luz corporal.

Cuando tenía cuatro años, sus padres se trasladaron a Valencia, huyendo de los graves disturbios que se produ-jeron en Sagunto en 1906. En la capital del Turia recibió Joaquín las primeras enseñanzas de piano y cultura gene-ral en la Escuela de Ciegos.

López Chávarri ha explicado lo que supusieron pa-ra el joven Rodrigo las clases de aquel p rofesor de la Escuela de Ciegos valenciana l lamado Francisco An-tich. "Por for tuna , en Valencia había un maes t ro al que no se ha hecho justicia: un organista de méri to , impro-visador valioso que adoraba a Cesar Franck cuando en nuestra t ierra se vivía todavía en Mercadan te y cono-cía a Wagner cuando sus paisanos es taban en Rossini y Meyerbeer" .

El carácter voluntar ioso de Rodr igo y su afán por crearse una sólida formación musical le llevaron a pro-curarse una síntesis del Tratado de ins t rumentación de Gevaer t , que López Chávarri le dictaba car iñosamente . Y muy pronto, antes del anhelado viaje a París, tradición de todos los músicos españoles, surgieron las pr imeras composiciones de Rodrigo: los Dos esbozos, Op. 1, pa-ra violín y piano (1923), la Suite para piano (1923), la Ber-ceuse de otoño (1923) también para piano, la Cangone-ta para violín y o rques t a de cue rdas y Juglares, para orquesta , obra en la que se descubre una personal idad ya formada , con una voz propia que va a llevarle pron-to a la fama.

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Estas vi r tudes c readoras del músico español fue ron inmedia tamente apreciadas por Paul Dukas, en cuya cla-se de composición de la Escuela Normal de Música de París ingresó Rodr igo en el año 1927. París fue para el jo-ven valenciano una verdadera universidad en la que sa-ciar su sed de conoc imien tos y exper ienc ias musicales. Allí, además de con el e j emplo de Dukas, contó con la amistad de Ravel, Roussel , Poulenc, Iber t , Enesco, Ho-negger y sus compatriotas Manuel de Falla, Federico Mom-pou, Emil io Pujol , a quien dedicó el Preludio al gallo ma-ñanero, uno de sus g randes éxitos de entonces, y Jesús Arámbar r i .

En Par ís tuvo lugar t a m b i é n un a c o n t e c i m i e n t o cla-ve en la vida de Rodr igo : su re lac ión p ro f e s iona l pri-mero, amistosa después y de amor f inalmente , con la pia-nis ta V ic to r i a K a h m i , nac ida en E s t a m b u l , de p a d r e turco y m a d r e aus t r íaca . D e s p u é s de largos años de no-viazgo, lo que hab ía c o m e n z a d o con una p ro fé t i c a ad-mi rac ión de Vicky hacia e l mús ico va lenc iano , a c a b ó en boda , c e l e b r a d a en Valencia el 19 de e n e r o de 1933. Vic tor ia ha s ido no sólo la e t e r n a y a m o r o s a c o m p a -ñera de J o a q u í n , s ino su más ef icaz c o l a b o r a d o r a mu-sical, c o m o i n t é r p r e t e de sus obras , y l i t e ra r ia , pues es autora de muchos textos a los cuales el maes t ro ha pues-to música .

A partir del 9 de noviembre de 1940, día del triunfal es t reno del Concierto de Aranjuez en Barcelona, la carre-ra de Rodr igo como autor fue ya ininterrumpida. El es tal vez el músico que se ha dedicado con mayor regularidad a las tareas compositivas de cuantos han t raba jado en la España de la postguerra.

La obra de Rodr igo part icipa de los planes de reno-vación del lenguaje de la música española p ropues tos por los de la Generac ión de! 27, así l lamada por homologa-ción con la generación l i teraria que cerró filas en to rno al cen tenar io de Góngora , c o n m e m o r a d o en 1927. Estos planes comprend ían un acercamiento a las disciplinas in-telectuales, una objet ividad que propiciara un nuevo neo-clasicismo, un afán de perfección, de obra bien hecha, y el rechazo de toda grandilocuencia y farragosidad. En de-finitiva, se habían p ropues to despo ja r a la música de su-blimidades.

D e n t r o de la obra total de Rodrigo, deberemos hacer referencia a sus canciones, a sus obras para piano, de cá-mara, corales, orquestales, a su música incidental para la escena y el cine, e incluso a sus obras dest inadas al teat ro lírico. Es decir, a una variada muestra de su versatilidad cre-adora.

En t re sus obras para canto y piano recordemos el Cán-tico de la Esposa, sobre san Juan de la Cruz; los Cuatro Madrigales Amatorios, donde nos p ropone no ya el retor-no a nuestro renacimiento, sino una nueva valoración del

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arte español de nuestra época; los Tres villancicos, las diez canciones Con Antonio Machado, etc.

La obra para piano, estudiada con detalle por Antonio Iglesias, contiene piezas de magistral factura; así el Prelu-dio al gallo mañanero, A l'ombre de Torre Bermeja, las Cuatro Estampas Andaluzas, las cinco Sonatas de Castilla con toccata a modo de pregón.

En la música de cámara podrán citarse la Sonata Pim-pante, para violín y piano, y la Sonata a la breve, para vio-lonchelo y piano. De la Sonata Pimpante se ha dicho que era exactamente una imagen de su título: pimpante, salta-rina, centelleante y ligera.

Entre las obras corales ha ganado merecida fama la Música para un códice salmantino, basada en la Oda a Sa-lamanca de Unamuno.

En cuanto a las obras orquestales no podemos olvi-dar ese vigoroso homenaje a Luys de Milán, el vihuelista valenciano del siglo XVI, que Rodrigo tituló Zaraban-da lejana, y los ref inamientos armónicos de las cuatro berceuses que conforman Música para un jardín. Es di-fícil resumir la trayectoria de un artista tan personal y extraordinario como Rodrigo. Desde Per la flor del lli-ri blau, poema sinfónico de corte post-romántico, hasta Palillos y panderetas, se extiende un paisaje musical de muy variados tintes, pero de una admirable coherencia estilística.

En e l p l ano s in fón ico , no o b s t a n t e , las m a y o r e s consecuencias del m a e s t r o español se han p roduc ido en el c a m p o de la música c o n c e r t a n t e . Bas t a r í a re-cordar los t í tulos de Concierto de Aranjuez, Fantasía para un gentilhombre, Concierto Madrigal, Concierto Andaluz, Concierto para una fiesta, t odos el los con una, dos y hasta cua t ro gu i ta r ras solistas; el Concier-to Heroico, para piano, el Concierto Galante y el Con-cierto como un Divertimento, ambos para violoncelo; el Concierto de Estío, pa ra violín; el Concierto Sere-nata y Sones de la Giralda, pa ra a rpa , y el Concierto Pastoral para f lau ta .

Grandes solistas y primerísimas orquestas han sido ve-hículo de esta singular obra, que permanece tan llena de vida, tan atrayente y mágica como cuando salió de la men-te y el corazón de Joaquín Rodrigo.

Andrés Ruiz Tarazona

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P R I M E R C O N C I E R T O

NOTAS A L P R O G R A M A

La dulce y breve Ave María que inaugura este ciclo mo-nográfico dedicado a Joaquín Rodrigo, se r emon ta a la prehistoria del compositor , aquella que para f raseando a Gerardo Diego, podr íamos denominar Prejoaquín de An-terrodrigo. En efecto, Rodrigo compone su Ave María en 1923 para voz de mujer y siete instrumentos (dos flautas, un oboe, dos clarinetes y dos fagotes, cuando aún se hallaba asimilando -muy bien, por cierto-, las enseñanzas de ar-monía y composición de Francisco Antich (1860-1926), ilus-tre organista y composi tor valenciano. De aquel mismo año datan varias composiciones del músico saguntino, en-tre ellas su primer ensayo sinfónico "Juglares", y un gru-po de obras para piano, algunas perdidas, como "Lied" y "Sus manos", pero otras fel izmente existentes; así la "Sui-te para piano", es t renada por Ricardo Viñes en París años después, y la "Berceuse de o toño" , la cual, una vez or-questada, formará parte de "Música para un jardín" .

De esa época es la versión para canto y órgano del Ave María, sobre la que Rodr igo haría una versión para coro mixto en 1954, en la cual se evidencia mejor los valores es-pirituales de esta pieza dulce y breve. El coro de cámara "Ave Sol", de Riga (Letonia) , realizó en 1986 una exce-lente versión del "Ave Mar ía" de Rodrigo, al lado de otras de Arcadelt , Desprez, Gomber t , Liszt, Gounod, Brucker y Mendelssohn.

El Ave María para voz y acompañamiento no figura en es-ta sección del catálogo de Joaquín Rodrigo, inaugurado con la Cantiga (1925) de Gil Vicente "Muy graciosa es la doncella". Es esta pieza el ejemplo más temprano del sobrio y deliberado arcaísmo que caracteriza buena parte de la producción de Ro-drigo para voz y piano, llena de sutilezas armónicas destinadas a otorgar validez y visos de autenticidad a su música para tex-tos renacentistas. En este caso, una cantiga del poeta y drama-turgo luso Gil Vicente (c. 1465-1536), cuya poesía en portugués y en castellano entronca con elementos tradicionales.

Algo posterior, pero en la misma órbita de lo arcaico y tradicional, debemos poner las dos canciones que siguen, el Romance de la infantina de Francia, sobre texto anónimo y la Serranilla, con texto de Iñigo López de Mendoza (1398-1458), Marqués de Santillana y Conde del Real de Manzanares, aca-so el introductor del soneto petrarquesco en España.

La Serranilla es la muy célebre "Moga tan fermosa / non vi en la f rontera / como una vaquera / de la Finojosa" (Serranilla VI en la edición de Manuel Durán ; Clásicos Castalia; Madrid, 1975). Rodr igo marca bien la estructura

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de la Serranilla, separando el refrán y cada una de las cin-co estrofas.

La música del refrán se repite en los cuatro últimos versos de la primera, segunda, cuarta y quinta estrofas y solo desaparece en la tercera "Non creo las rosas / de la primavera". La música desprende el fresco aroma que po-see también el texto de esta estilizada pastorela del poeta de Carrión de los Condes.

Tanto el Romance como la Serranilla fueron estrenados en París en 1930 por la cantante María Cid, acompañada al piano por el propio Joaquín Rodrigo, quien orquestaría la par-te de piano de la "Serranilla" poco después. Discípula de Vera Janacópulos, María Cid marchó muy joven a París, con una beca de la Diputación de Tarragona. En la capi-tal francesa y en otras ciudades europeas se distinguió co-mo intérprete de música española.

Ya hemos comentado en la introducción la enorme im-portancia que Victoria Kamhi. la esposa del maestro, ha te-nido sobre su obra, pero muy especialmente en el aparta-do que nos ocupa. Victoria no sólo estimuló el espíritu creador de Rodrigo sino que es autora de numerosos tex-tos de sus canciones, así como de la traducción de otros a diferentes idiomas para facilitar su difusión. Barcarola o Schifferliedchen es uno de esos casos. Escrita el año 1933, poco después de su feliz matrimonio en Valencia, y posi-blemente en la casa familiar de Estivella, Lola Rodríguez de Aragón y el propio Rodrigo la dieron a conocer quin-ce años después en el madrileño Círculo Medina siendo más tarde dedicada a la soprano aragonesa Pilar Lorengar (1928-1996). La Barcarola sigue la extinta tradición vene-ciana de cantar el amor y la libertad con nostalgia y ritmo cadencioso.

Estribillo es de 1934 y se basa en un poema del mur-ciano Salvador Jacinto Polo de Medina (1603-1676). Es uno de los característicos poemas del autor de "Academias del jardín" y "El buen humor de las Musas", punzante e iró-nico en sus versos barrocos de estirpe gongorina. Rodrigo interpreta el estribillo -"Y muera yo de amor por Peri-narda / desde que nace el sol hasta que para"- con un mo-tivo de aire tradicional, pero a lo largo del poema realiza todo un ejercicio de comprensión del sentido del texto, bien con humor o con altisonante elocuencia. Estribillo es-tá dedicada a la soprano madrileña Angeles Ottein (1895-1981) (llamada en realidad Angeles Nieto), que realizaba una gran carrera internacional por aquellos años. Angeles Ottein fue maestra de Pilar Lorengar, Consuelo Rubio y Marimí del Pozo, entre otras extraordinarias cantantes, to-das ellas intérpretes de Rodrigo.

Soneto es también obra del joven Rodrigo surgida en el fecundo 1934, año durante el cual Rodrigo pasó mo-mentos muy tristes, separado de su querida Victoria. Aquel

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año era n o m b r a d o profesor del Colegio de Ciegos de Ma-drid, recibía el P remio del Círculo de Bellas Ar tes de Va-lencia por su p o e m a sinfónico "Per la f lor del lliri b l au" y le era concedida la beca Conde de Car tagena para ampliar estudios en París. Soneto se basa en uno del poe ta rena-centista Juan Bautista de Mesa, recogido en la primera par-te de las "Flores de poe tas ilustres de E s p a ñ a " de Pedro Espinosa (Valladolid, 1605), aquel que comienza " D o r m í a en un p rado mi pas tora he rmosa / y en to rno della e r raba entre las f lores" . La música r e sponde al cuadro bucólico y primaveral p resen tado por Mesa, a quien no debemos con-fundir con el ilustre poe ta ex t r emeño Cristóbal de Mesa (1561-1633), au tor del gran poema narra t ivo "La res tau-ración de E s p a ñ a " y admi rado por Cervantes y por Lope de Vega. En real idad, Juan Baptista de Mesa era el seu-dónimo del his tor iador madr i l eño Tomás Tamayo de Var-gas (1587-1641), cronista de Castilla y de Indias.

Rodr igo sabe transmit ir la dulce imagen con el miste-rio y el lirismo que p ide el texto. El verso decimotercero , "par te conmigo el néctar que robas te" , clave del soneto, queda p e r f e c t a m e n t e des tacado por la serie parale la de acordes que sost ienen la bella melodía .

Francisco de Figueroa (1536-1617), a quien Cristóbal de Mesa llamó "el Divino", era nacido en Alcalá de Henares y con la complutense María de Vargas casó en 1574. A él per tenece la célebre poesía basada en el estribillo Esta ni-ña se lleva la flor, a la cual Rodr igo pone una música muy adecuada por su justeza a los versos, pero sobre todo por el equilibrio en la disposición de las estrofas. A través de to-da la canción, el piano da unidad al conjunto y repite un motivo sencillo y breve, pero muy vivaz y alegre. Si Sone-tos está dedicado a la gran soprano barcelonesa Victoria de los Angeles, Esta niña se lleva la flor lo está a otra insigne barce lonesa , la mezzosop rano Conchi ta Supervía (1895-1936). A m b a s canciones son del año 1934.

El 19 de ene ro de 1934, día de su pr imer aniversario de boda, Victoria Kamhi y Joaquín Rodr igo se despedían en la estación de Valencia. Ella regresaba a París con su ma-dre, a la casa pa te rna de la rué Danie l Stern. El se queda-ba en España , pues en Madr id podía t r aba ja r y pedir la beca que les permi t ie ra reunirse de nuevo.

" R e c i b í a muy a m e n u d o ca r t as de Joaqu ín , l lenas de nos ta lg ia - c u e n t a Vic tor ia K a h m i en sus m e m o r i a s ( " D e la m a n o de Joaqu ín Rodr igo , F u n d a c i ó n B a n c o Ex te r io r ; Madr id , 1986). Y dice más ade l an t e : " D u r a n t e esos me-ses de so ledad , J o a q u í n c o m p u s o var ias canciones , y en-t re el las el Cántico de la Esposa, sob re el t ex to de San Juan de la Cruz , su ob ra p r ed i l ec t a " . Y no solo del ma-estro; t a m b i é n uño de los m e j o r e s e s tud iosos del músi -co sagun t ino , F e d e r i c o S o p e ñ a (1917-1991), decía q u e "esa canc ión es una cima abso lu t a de la música e s p a ñ o -la y e u r o p e a " .

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La perfección y trascendencia de la poesía de San Juan de la Cruz (1542-1591), en este caso de las cuatro primeras estrofas del "Cánt ico" (espiri tual) , su hondo misticismo, encuent ran nítida respuesta en la música cal lada del maest ro , su rec i tado lento que, como en otras ocasiones, conecta con lo mejor de la música tar-do-renacentis ta en su nueva o "seconda prat t ica" . Po-esía y música se funden maravi l losamente en una can-ción cuya escritura nos traslada al momento en que fue escrita, pero también a los t iempos del gran poeta de Fontiveros.

La segunda parte del recital de hoy, se inicia con dos canciones el año 1935. La primera es la muy divulgada Co-plas del pastor enamorado, escrita para el tercer centena-rio de la muerte de Lope de Vega, sobre unos versos del poeta madrileño en la comedia "La buena guarda". La be-lla introducción pianística da paso a un seco y triste reci-tativo, acompañado luego por un piano muy sobrio, pero sugerente y sensible. Rodrigo acierta al repetir al final la primera de las cinco estrofas de que consta la canción, así como valiéndose de cambios modales reforzar la aparen-temente escasa expresividad de la misma.

Michel Benois, acompañado del propio compositor, estrenó esta canción el 6 de junio de 1939 en la Escuela Normal de Música de París. Un año y medio más tarde, el 17 de diciembre de 1940, Lola Rodríguez de Aragón, (1915-1984) daba a conocer en Madrid Fino cristal con texto de Carlos Rodríguez Pinto, dedicada a Conchita Badía. Canción breve, casi infantil, cuidada en sus mo-dulaciones y contrastes, trata de dar vida sonora a las fu-gaces imágenes del texto, a veces con recursos como la repetición del diseño melódico de "palomitas del aire / vienen y van".

Carlos Rodríguez Pintos (1895-1986) es un poeta uru-guayo que, en 1930, ya aparece en la antología de Alberto Guillén "Poetas jóvenes de América (M. Aguilar Editor, Ma-drid). Formado en París es autor del tríptico de poemas "El niño de cristal", que él mismo ilustró con dibujos surrealis-tas al publicarlo, incluyendo la música del tercero de los po-emas, el titulado "Corazón de mi niño" obra de Ernesto Halffter, que puso música también a los otros dos, "Fino cris-tal" y "A jugar juega jugando". Rodríguez Pintos era de Mon-tevideo y estudió arte en la Sorbona parisiense. En 1937 re-gresó a su ciudad natal, donde fue profesor de Historia del Arte. Publicó "Distancias y un poema en el océano" (1937) y "Canto de amor" (1946). Su poesía es de expresión con-tenida y conecta con las corrientes de los años 30, culta, de gran perfección formal y aristocraticismo. Los tres poemas de "El niño de cristal" merecieron ser traducidos al francés por su ilustre paisano Jules Supervielle (1884-1960).

En la obra de Joaquín Rodrigo hay también una pre-sencia de la li teratura en su lengua natal. Este progra-

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ma se c ier ra con dos g rupos de canciones , o r ig ina lmen-te escri tas para voz y o rques t a . El p r i m e r o es el de las Cuatre canqons en lengua catalana del año 1935. La pri-mera , "Cani jo del t eu l ad í " (Canc ión del go r r ión) lleva texto de T e o d o r o L ló ren t e (1836-1911), e l i lustre poe ta y t r a d u c t o r va lenc iano , f igura clave de la Rena ixenga . Es un p o e m a re la t ivamente largo, en tres es t rofas con di-f e r en t e s n ú m e r o de versos (12, 11 y 9) y es tos con mé-trica muy var iada . R o d r i g o e m p l e a la misma música en las t res e s t ro fa s y el es t r ibi l lo de la p r i m e r a i n t roduce a las res tan tes . El l a m e n t o del gor r ión , su de sconso l ado piar, q u e d a p l a s m a d o por la música de una bel la y emo-tiva melod ía .

Sobre e l m i smo tex to de Josep C a r n e r (1884-1970) utilizado en 1923 por Toldrá para su "Cant icel" , traza Ro-drigo el suyo, a d a p t a d o por G e r a r d o D i e g o al castel la-no y t i tu lado in ic ia lmente "Trovadoresca" . La índole y o n d u l a n t e me lod ía de Todrá pa rece p u g n a r p o r r eapa -rece r aqu í , p e r o lo i m p i d e u n a m a y o r senci l lez y so-br iedad , du lc i f icada ú n i c a m e n t e por los aco rdes a rpe -giados que la sos t i enen . " L ' i n q u i e t u t p r imave ra l de la donze l la" , con t ex to de Josep Massó y " B r o l l a d o r gen-til" (Sur t idor gentil) , sobre un poema de Juan M. Guasch (1878-1961) c ie r ran este g r u p o de canciones , e s t r e n a d o el 17 de n o v i e m b r e de 1946 por Vic tor ia de los Ange le s en el Pa lau de la Música de Ba rce lona . Dir ig ió la Or -ques ta F i la rmónica de Ba rce lona el m a e s t r o Pich San-tasusana . La " C a n g o del t e u l a d i " (1934) y " C a n t i c e l " (1938) p a s a r o n del or ig ina l p ian í s t i co a la ve r s ión or-questal . Las dos ú l t imas f u e r o n conoc idas en 1946 de es-ta úl t ima fo rma .

En e l m i s m o c o n c i e r t o del P a l a u de la Mús ica Ca -t a l ana en e l q u e se e s t r e n a r o n las " C u a t r o C a n g o n s en l engua c a t a l a n a " v i e ron la luz, en h o n o r de Lluis Mi-llet, las t r e s q u e c o n f o r m a n el Triptic de Mossén Cin-to, Las c a n c i o n e s de l t r í p t i co n a c i e r o n p a r a o r q u e s t a y voz de sop rano , la cual ha de e n t o n a r t res p o e m a s del m a g n í f i c o c a n t o r de la A t l á n t i c a y del C a n i g ó , es de -cir, de Jacint V e r d a g u e r i S a n t a l ó (1895-1902) . La p r i -mera de es tas canc iones , h o n d a m e n t e m e d i t e r r á n e a , e s la más l ír ica y se r e f i e r e al a r p a mí t ica con la q u e el rey D a v i d se a c o m p a ñ a b a en los c é l e b r e s sa lmos . Las o t r a s dos se b a s a n en s e n d o s p o e m a s de l l ib ro " S a n t F r a n c e s c " (1895). V e r d a g u e r e ra t e r c i a r io de San Fran-cisco y s u p o c a n t a r c o m o p o c o s a l " p o v e r e l l o de As í s " . "El viol í de S a n t F r a n c e s c " t i e n e m u c h o del más ca-r ac t e r í s t i co y j u g u e t ó n R o d r i g o , con e v o c a c i o n e s del l e n g u a j e c lavec in í s t i co . C i e r r a e l t r í p t i co " S a n t F r a n -cesc i la c iga la" , q u e alza su be l la m e l o d í a s o b r e una o r q u e s t a e s t á t i ca en la q u e br i l l an los i n s t r u m e n t o s de v ien to , s o b r i a m e n t e d e s p l e g a d o s p a r a s u b r a y a r l a in-q u i e t a n t e m e l o d í a c a n t a d a . La r e d u c c i ó n p ian ís t ica del "Tr ip t i c" , una de las o b r a s m á s be l las de R o d r i g o , e s de K l a u s - D i e t e r Ludwig .

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TEXTOS DE LAS OBRAS CANTADAS

Ave María

Ave Maria, gratia plena, Dominus tecum, benedicta tu in mulieribus et benedictus fructus ventris tui, Iesus.

Sancta Maria, Mater Dei, ora pro nobis peccatoribus, nunc et in hora mortis nostrae. Amen.

Cantiga (Gil Vicente)

Muy graciosa es la doncella. Digas tú el caballero

que las armas vestías si el caballo o las armas o la guerra es tan bella.

Digas tú el marinero que en tus naves vivías

si la nave o la vela o la estrella es tan bella.

Digas tú el pastorcico que el ganadico guardas si el ganado o los valles o la sierra es tan bella.

Muy graciosa es la doncella.

Romance de la Infantina de Francia (Anónimo)

De Francia partió la niña, de Francia la bien guarnida; íbase para París, do padre y madre tenía. Errado lleva el camino, errada lleva la guía; arrimárase a un roble por esperar compañía. Vio venir un caballero, que a París lleva la guía. La niña, desde lo vido, de esta suerte le decía:

-Si te place, caballero, llévesme en tu compañía.

-Pláceme -dijo-, señora, pláceme -dijo-, mi vida.-Apeóse del caballo por hacelle cortesía; puso la niña en las ancas y él subiérase en la silla. En el medio del camino de amores la requería. La niña, desque lo oyera, díjole con osadía:

-Tate, tate, caballero, no hagáis tal villanía;

hija soy de un malato y de una malatía; el hombre que a mí llegase, malato se tornaría.-Caballero con temor palabra no respondía. A la entrada de París la niña se sonreía.

-¿De qué vos reís, señora? ¿de qué vos reís, mi vida?

-Rióme del caballero, y de su gran cobardía, ¡tener la niña en el campo, y catarle cortesía!-Caballero con vergüenza estas palabras decía:

-Vuelta, vuelta, mi señora, que una cosa se me olvida.-La niña, como discreta, dijo: -Yo no volvería, ni persona, aunque volviese, en mi cuerpo tocaría: hija soy del rey de Francia y la reina Constantina, el hombre que a mí llegase muy caro le costaría.-

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Serranilla (Marqués de Santillana)

Moga tan fermosa non vi en la f rontera , como una vaquera de la Finojosa.

Faciendo la via del calatraveño a Santa Maria, vencido del sueño, Por tierra fragosa perdía la carrera, do vi la vaquera de la Finojosa.

En un verde prado de rosas e flores guardando ganado con otros pastores, la vi tan graciosa que apenas creyera que fuese vaquera de la Finojosa.

Non creo las rosas de la primavera

sean tan fermosas nin de tal manera , fablando sin glosa si antes supiera de aquella vaquera de la Finojosa.

Non tanto mirara su mucha beldad, por que me dexara en mi libertad. Mas dixe: "Donosa" (por saber quien era, aquella vaquera de la Finojosa).

Bien como riendo, dixo: "Bienvengades, que ya bien ent iendo lo que demandades: Non es deseosa de amar, nin lo espera, aquesa vaquera de la Finojosa".

Schifferliedchen (Victoria Kamhi)

Fahre munter , kleines Schiflein, Gleite durch die Flut, Klar und lieblich ist der Himmel Und die See geht gut.

Trage mich bis an die Hü t t e Wo ich Liebchen find, Blase du die weissen Segel, Frischer, guter Wind.

Fahre munter , kleines Schifflein, Segle himmelwärts, Heut drück'ich mein holdes Liebchen Fest, fest an mein Herz!

Barcarola

Corre, corre, mi barquito, Surca el verde mar, Que los vientos son propicios Para navegar.

Llévame a una cabana Donde en el umbral Rizos negros, ojos pardos, Boca de coral...

Corre, vuela, mi barquito, A la luz del albor; ¡Que en esa feliz ribera Me espera el amor!

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Estribillo (Salvador J. Polo de Medina)

Y muera yo de amor por Perinarda, desde que nace el sol hasta que para.

Canten las aves, suenen las ramas, y los pajarillos, tiples alados, cantos arpados, suenen sonoros en suaves coros.

Y muera yo de amor por Perinarda, desde que nace el sol hasta que para.

Canten en su capilla en gran maravilla. Con su voz ingrata, aquel arroyuelo, capón de plata.

Soneto (Juan B. de Mesa)

Dormía en un prado mi pastora hermosa, y en torno della erraba entre las flores, de una y otra usurpando los licores, una abejuela, más que yo dichosa,

Que vió los labios donde amor reposa, y a quien el alba envía sus colores, que al vuelo refrenando los errores, engañada, los muerde, como a rosa.

¡Oh, venturoso error, discreto engaño! ¡Oh, temeraria abeja, pues tocaste donde aún imaginarlo no me atrevo!

Si has sentido de envidia el triste daño, parte conmigo el néctar que robaste, te deberé lo que al amor no debo...

Esta niña se lleva la flor (Francisco de Figueroa)

Esta niña se lleva la flor, ¡que las otras no!

Esta niña hermosa cuyos rizos son la cuna en que el día se recuesta al sol, cuya blanca frente la aurora nevó con bruñidos copos de su blanco humor, pues en cuerpo y manos tal mano le dió de carmín nevado cual nunca se vió.

Esta niña se lleva la flor, ¡que las otras no!

Arcos son sus cejas con que hiere Amor, con tan linda vista que a ninguno erró. Canela y azúcar sus mejillas son,

y quien las divide, de leche y arroz, no es nada la boca, pero allí encontró sus perlas la aurora, su coral el sol.

Esta niña se lleva la flor, ¡que las otra no!

No lava la cara con el alcanfor porque avergonzado de verla quedó. Y en sus descuidillos siempre confió como en los cuidados de mi tierno amor. Pues si canto, canta, llora cuando yo, ríe cuando río y baila a mi son.

Esta niña se lleva la flor, ¡que las otras no!

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Cántico de la esposa (San Juan de la Cruz)

A d ó n d e te escondiste , A m a d o , y me de jas te con gemido? C o m o el ciervo huíste, h a b i é n d o m e fer ido; Salí t ras ti c lamando , y ya eras ido.

Pas tores los que fuéredes , allá po r las m a j a d a s al o tero , si por ven tura v iéredes a aquel q u e yo más quiero, decidle que adolezco, p e n o y muero .

Buscando mis amores , iré po r esos m o n t e s y r iberas; ni cogeré las flores, ni t e m e r é las fieras, y pasa ré los fue r t e s y f ron te ras .

¡Oh, bosques y espesuras , p lan tados p o r la m a n o del A m a d o ! ¡Oh p r a d o de verduras , de f lores esmal tado , decid si po r vosot ros ha pasado!

Coplas del pastor enamorado (Lope de Vega)

Verdes r iberas amenas , f rescos y f lor idos valles, aguas puras , cristalinas, altos m o n t e s de quien nacen . G u i a d m e p o r vues t ras sendas, y pe rmi t i dme que halle esta p r e n d a que perdí , y me cuesta a m o r tan grande . Llevo, teñ idas en sangre, las abarcas y las manos , rotas de apa r t a r jarales; de do rmi r sobre la a r ena de aquel la des ie r ta margen , t raigo e n h e t r a d o el cabello, y c u a n d o el a u r o r a sale, m o j a d o por el rocío que p o r mi cabeza esparcen las nubes del sol huyen , h u m e d e c i e n d o los aires.

Verdes r iberas amenas , f rescos y f lor idos valles, aguas puras, cristalinas, altos m o n t e s de quien nacen. . .

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Fino cristal (Carlos Rodríguez Pintos)

Fino cristal, mi niño, f ino cristal, palomitas del aire vienen y van.

R e d o n d o el sol, redondo, ba jo el pinar, ligero, el viento negro corre detrás.

Ay que ay, de mi niño sobre la mar... en t re las nubes blancas, f ino cristal...

Cuatre cançons en llengua catalana

1. Cançô del Teuladí (Teodoro Llórente)

Joyos cassadoí . passa; Busca mes brava cassa I deixam quiet a mí, Jo soch l 'amich de casa, Jo soch lo teuladí.

Jo no tinch la p loma de la cadernera Q u e d 'or i de grana tiny la pr imavera; No tinch la veu dolça que te ' l rossinyol; Ni de l 'o roneta joliva i l leugera Les ales que creuen la mar d 'un sol vol. De parda es tamenya, sens flors, sense llistes, Vestit pobre duch; Mes penes i glories, alegres o tristes, Les cante com puch.

Les aligues niuen damun t de la roca Del gorch qu ' en t re t imbes aizampla la boca; En branca fullosa lo viu passarell; La tor tora en l ' a rbre que ja obrí la soca, La gralla en els runes d ' enfonsa t castell. Jo al h o m e confie la meua niuada, I pobre i panruch, E n t r e la familia, baix de la teulada, M ' a m p a r e com puch.

Les frui ts del bosch busca la torcac; la griva, Janglots entre ' ls pampols; l 'estornell , la oliva; A serps verinoses, los vistos f lamench; La llántia del temple, la óvila fur tuva , I anyells l 'aborr ívol condor famolench. Jo vise de l 'a lmoyna que al humil mai falla; I em sent benas t ruch; Lo grá qu ' en les eres se perd ent re palla, Rep legue com puch.

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2. Canticel (Josep Carner)

Per una vela en el mar blau, Daria un ceptre, Per una vela en el mar blau, Cept re i palau.

Per l 'ala lleu d 'una virtut, Mon goig daria, Y el tros que em resta mig romput De juventut .

Per una fior de romani , L 'amor daria, Per una fior de romani , L 'amor doni...

Trovadoresca (Adaptación poética de Gerardo Diego)

Por una vela en la alta mar, daría un trono, por una vela en la alta mar, azul del mar.

Por ver el rostro a una virtud, mi gozo diera y medio rota en mi laúd, mi juventud.

Por una flor del verde abril, mi amor perdiera, por una flor del verde abril, mi amor perdí.

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3. L'Inquietut primaveral de la donzella (Josep Massó y Ventos)

Ara voldria submergirme toda Dintre l'aire de mar que el eos perfuma I en l'aigua clara d'una platja ignota Riallera del sol i flor d'escurna.

Despues vindria a jenre per la prada Xopa i subtil la cabellera boj a: Cercaría una flor ben aromada Per fondrehien un bes ma boca roja.

Enjoiaria després mon eos de Dea Ambramatges florits de les fontanes, I arrancaría a correr pel's camins.

Embrigada del sol de les clarianes Tôt oint l'a llunyada melopea D'un fluviol de satir boscendins.

4. Brollador gentil (Joan Guasch)

Nit, perfums i claror dolga Raja l'aigue al brollado El bon pare de la molsa Va tocant el guitarro.

En la pica regalada Cada nota es va eixamplant Fins que amor empresonada Per les pedres del voltant.

Ell deis trobador és el cantaire, El del riure sanitós, El que tot pujant en laire Va tornant-se lluminós.

Ell és tota l'alegria D'aquell repós beneit, Si ell callés es moriria Lo que és ara més florit.

Patriarca de vendara Mai se sent el llavi Per xocanta avui encara Com en plena joventut.

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Triptic de Mosén Cinto

1. L'Harpa Sagrada

A L 'Arbre divi Penjada n 'és l 'Harpa .

L 'Harpa de David, en Sion amada .

Son clavier és d 'or , Ses cordes de plata, Mes, com algun temps, Ja l ' amor no hi canta, Que hi fa set gemecs De dol i enyorança .

S 'obr ien los cels, L'infern se tancava, I al cor de son D é u La terra és lligada.

A l 'ultim gemec Lo dia s 'apaga, I es t r enquen los rocs Topant l ' un amb l 'altre.

2. Lo violi de Sant Francese

De Greccio en lo pessebre, davant FInfant divi, Ronca la cornamusa, Sona lo tambori, La flauta hi espigueja, La fiuta i lo flauti.

La pastorel, la dolca Francese la voi seguir. No té ferrets ni gralla, Gralla ni bandoli. Culi dos bastons que troba Llengcats vora el carni, Se'n posa un a l'espatlla A tali de violi, Passant l'altre per sobre com un arquet d'or fi.

Lo violi és de freixe, L'arquet dun brot de pi, Mes en ses mans sagrades Gran mùsica en sorti. ¿No n'ha d'eixir de mùsica. Si els toca un Serafi?

També es t renca el cor D ' u n a Verge Mare Que, escoltant los sons, A l 'ombra plorava:

-Angele ts del cel, Despen jau -me L 'Harpa , Q u e de tan amunt No puc abastar-la;

Baixau-la, si us plau, Mes de branca en branca, No s 'esf loren pas Ses cordes ni caixa.

Posau-la en mon pit, Q u e puga tocar-la; Si ha pe rdu t lo so, Li to rna ré encara;

Si no l 'ha perdut , Mori ré abragant-la Le meva H a r p a d 'o r Q u e el món alegrava!

3. Sant Francese y la cigala

Lo convent és tan petit Que una se rment l ' engar-

landa, On un dia al pie del sol S'ou cantar una cigala. Zigaluzet.

Ja li crida Sant Francese: -Vine, vine, oh ma germana; Vine i canta una can?ó Al bon Déu que t 'ha criada. Zigaluzet.

La cigala no fa el sort, Sobre sos dits se posava, 1 canta que cantarás La can^ó de l'estiuada. Zigaluzet.

Cada dia al dematí Brunzidora redevalla; Quan vuit dies son passats Ja li diu tot amoixanlla: Zigaluzet.

Cigaló, bon cigaló, T 'hem sentit una vuitada; On Deu te vulla ara ves A puntejar la guitarra. Zigaluzet.

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PRIMER CONCIERTO

NOTAS AL PROGRAMA

Formando parte de la música a un proyecto cinemato-gráfico del realizador y actor francés Abel Gance, director de la ambiciosa película "Napoleón" (1925), Joaquín Ro-drigo escribe en 1938, sobre una letra anónima, la Canción del grumete. La poesía es sumamente conocida y está apli-cada a cantos infantiles tradicionales. Con una breve intro-ducción pianística, Rodrigo se adentra por ella con la ma-yor sencillez. Su afán por resaltar lo tradicional del poema, se aprecia en las claras armonías y en los acordes arpegia-dos que acompañan la última estrofa. La expresividad dul-ce y serena de la obrita no impide un cierto énfasis en la sección central. Está dedicada a Lola Rodríguez de Aragón.

Durante la estancia del matrimonio en Friburgo nació la Canción del cucú (1937), sobre un pequeño poema de Victoria Kamhi, largos días de nostalgia por la tierra es-pañola perdida y además desgarrada por el torbellino de la guerra. El canto del cuclillo suscita la angustiada pregunta de la poetisa "Dime si otros bosques / un día yo veré / si la lejana tierra / muy pronto hallaré".

Un motivo principal impone sus características, tanto en la parte cantada como en al del piano, al cual se adap-ta aquella con perfección. La Canción del cucú fue estre-nada por Michele Benois en París en 1939 y está dedicada a Alice van Walleghem.

El 5 de abril de 1948, Ataúlfo Argenta, al frente de a Or-questa de Cámara de Madrid, daba a conocer en el Teatro Español el Romance del Comendador de Ocaña, cantado por Lola Rodríguez de Aragón, a quien está dedicado.

Se trata de un pasaje de Lope de Vega adaptado por el po-eta y catedrático de Historia de la Literatura Joaquín de En-tambasaguas, bien conocido por sus dos volúmenes de estu-dios sobre el gran poeta y dramaturgo madrileño. El propio Rodrigo hizo inmediatamente la versión para voz y piano.

El precioso y humanísimo Romancillo (Por mayo, era por mayo) ha conmovido desde hace siglos a cuantos han sufrido, en las duras condiciones de una celda carcelaria, la privación de la libertad. Es el antiguo romance de "El prisionero" glo-sado en el siglo XV por Garci Sánchez de Badajoz. Como era de esperar, el maestro saguntino no ha querido caer en dra-matismos fáciles, obtenidos de modo sutil por medio del con-traste, al cantar jubilosamente el esplendor de la primavera. Como en otras ocasiones, Rodrigo aplica una música arcai-zante tras el preludio pianístico. Acordes rasgueados y una me-lodía muy ajustada a la estética renacentista del romance, amén de la tensión que sabe crear en los versos donde se cuenta la

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muerte del pájaro cantor, hacen de esta canción una pequeña obra maestra y modelo de las prácticas armónicas, siempre ac-tuales, del compositor valenciano. Romancillo está dedicado a Consuelo Rubio (1927-1981), que lo estrenó en recital en el Teatro de la Comedia de Madrid el 30 de octubre de 1950, acompañada al piano por la profesora Carmen Diez Martín.

Insiste Rodrigo en el Renacimiento español en sus cele-bérrimos Cuatro madrigales amatorios, pero ahora sin inven-tar las melodías sino tomando la propia música para, como ha dicho Carlos Gómez Amat , acertadamente, hacer "algo muy nuevo y muy antiguo a la vez". En efecto, Rodrigo, que en el año de su composición, 1947, crea e imparte clases desde la cá-tedra Manuel de Falla en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Madrid, ha tomado melodías de ilus-tres compositores españoles del siglo XVI. Y les ha otorgado un carácter más moderno, evitando, gracias a su buen gusto y sabiduría, el evidente riesgo de su desvirtuación. Tres de ellas "Con qué la lavaré", "Vos me matasteis" y " D e los álamos vengo", proceden del libro "Recopilación de Sonetos y Vi-llancicos a Quat ro y a Cinco" (Sevilla, 1560), del que es autor Juan Vázquez. El ilustre compositor ext remeño dedicó esta obra a don Gonzalo de Moscoso, hidalgo descendiente de los Mosoco de Badajoz y de los Cáceres Peña "de la provincia hermana". En 1946 apareció transcrita, en edición moderna llevada a cabo por monseñor Higinio Anglés (Instituto Espa-ñol de Musicología del C.S.I.C., Barcelona).

" ¿De dónde venís amore?" figura en el libro de Enríquez de Valderrábano. "Silva de sirenas", publicado en Valladolid en 1547 y dedicado a don Francisco de Zúñiga, hijo del se-gundo Conde de Miranda, a quien el vihuelista castellano ha-bía servido en Peñaranda de Duero. Q u e recordemos, al me-nos dos de los villancicos de Vázquez fueron intabulados por los vihuelistas, para lo que ellos l lamaban " tañer compostu-ra", es decir, obras ya compuestas vocalmente. Por ejemplo en "Los seys libros del Delphin" (Valladolid, 1538) de Luys de Narváez, figura una glosa de este famoso vihuelista granadi-no de "Con qué la lavaré", así como en "Orphenica lyra" (Se-villa, 1554) de Miguel de Fuenllana. Este mismo compositor ciego, natural de Navalcarnero (Madrid), intabuló "De los ála-mos vengo", cuya melodía recogió Manuel de Falla en su "Con-cierto para clave y cinco instrumentos". Si los dos primeros Ma-drigales amatorios de R o d r i g o r ec r ean con senci l lez los originales renacentistas, " ¿ D e dónde venís, amore?" posee una trabajadísima y exigente escritura vocal y " D e los álamos vengo, madre" es el broche de oro de la colección, sumamente "rodriguera" en su pimpante gracia, frescura y delicadeza. El maestro saguntino realizó una versión para voz y orquesta de los cuatro madrigales, dedicados respect ivamente a Blanca María Seoane, Celia Langa, María Angeles Morales y Car-men Pérez Durias, ilustres cantantes -algunas ya desapareci-das y otras aun en activo como Celia Langa-, felices intérpre-tes de las cuatro canciones el día del es t reno en el Círculo Medina de Madrid acompañadas por el maestro al piano (4 de febrero de 1948).

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Del año 1938 es la canción titulada Chimères (Quime-ras), hoy fuera de catálogo, pese a lo cual ha sobrevivido, al igual que La chanson de ma vie, de los años parisienses del maestro. La primera tiene texto de Victoria Kamhi y la segunda de Jean Camp, que firmaba como Joan Camp era uno de los escritores que acudían a las tertulias en ca-sa de la escritora española Matilde Pomés, a las que solí-an asistir los Rodrigo, Mompou, Paul Valéry, Aurelio Vi-ñas, Jean Cassou y otros muchos.

Ambas canciones francesas obedecieron a un repenti-no impulso de escribir música ligera por si algún famoso "chansonnier" las popularizaba y conseguía salir de apu-ros económicos. Según Victoria Kamhi, aunque fueron edi-tadas por la casa Max Eschig, no sabe si llegaron a estre-narse en París. "En cambio -dice- sí fueron interpretadas en alguna "boite" de Estambul, gracias a mi padre, quien hacía de manager benévolo e iba en persona a ver a los ar-tistas más en boga para entregarles las partituras".

Las Doce canciones españolas del año 1951 se estrena-ron en el Ateneo de Madrid en un recital de la soprano Ma-rimí del Pozo, ilustre cantante madrileña, catedrática de la Escuela Superior de Canto. Le acompañó al piano la es-posa del compositor, Victoria Kamhi, adaptadora de los textos de estas doce canciones tradicionales, elaboradas por Rodrigo al modo de Falla en sus "Siete canciones po-pulares españolas". Rodrigo las escribe por encargo del Instituto de Musicología de Barcelona que presidía Higi-nio Anglés. Existe una versión para guitarra y voz de las tituladas "De ronda", "Adela" y "En Jerez de la Fronte-ra", agrupadas bajo el título "Tres canciones españolas".

Las "Doce Canciones" son una de las contribuciones más importantes de Rodrigo al acervo de la canción espa-ñola de concierto. La colección se inicia con aires nupcia-les castellanos en Puerto Lápice (Ciudad Real). Sigue en Palazuelo de Orbigo (León) con la canción "De ronda" y sus vigorosos e insistentes rasgueos. "Una palomita blan-ca" presenta una dulce y sencilla melodía de León. Es ful-minante y de gran efecto la "Canción de baile con pande-ro" de Palazuelo de Orbigo, un poco bartokiana. De la misma procedencia y similar vigor en canto y piano es "Por-que toco el pandero", durante la cual escuchamos en el piano el repiquetear del instrumento. El villancico con-quense "Tararán", famoso texto estrófico con su insisten-te estribillo horario posee un piano gracioso y lleno de fan-tasía, que nos hace esperar algo distinto cada vez.

Sigue un romance también de fuente conquense, de Pu-yatos de la Sierra, titulado "En las montañas de Asturias". Es muy directo y con un fuerte sabor popular.

"Estando yo en mi majada" es una canción extremeña, de Montánchez (Cáceres), cuya melodía es de difícil en-tonación.

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U n a de las canciones más f amosas de la colección es el inquietante r o m a n c e "Ade la" , recogido en Loja ( G r a n a d a ) . La melod ía es muy h e r m o s a y pa té t ica y comienza con un a c o m p a ñ a m i e n t o que r ecue rda a l de G r a n a d o s en "E l mi-rar de la m a j a " , una de las "Tonadil las en estilo an t iguo" .

" E n Je r ez de l a F r o n t e r a " es u n a canc ión de o r igen manchego, p e r o dest i la go tas de anda luc i smo diec ioches-co. La canción e x t r e m e ñ a "San José y M a r í a " es un senci-llo y apacible villancico. En c u a n t o a la "Canc ión de cu-na", or iginar ia de La Pueb la del Pr ínc ipe (C iudad Rea l ) , se inscr ibe e n t r e las piezas de R o d r i g o que con jugan ter-nura y de l icadeza con v e r d a d e r a maes t r í a .

¡Un home, San Antonio! le f u e encargada por la Excma Diputación Provincial de O r e n s e para un "Album de Can-ciones" dedicadas a l crítico o r ensano A n t o n i o Fe rnández -Cid (1916-1995) por d iversos compos i to r e s españoles . El texto está t o m a d o de los " C a n t a r e s ga l legos" (1863), se-gundo libro de poesías de Rosal ía de Cas t ro (1836-188). La poetisa gallega lo dedicó a su colega la novelista Cecilia Bóhl de Faber, "Fe rnán Cabal le ro" . Rodr igo elige e l p o e m a num. XIII , cuyo estribillo o cantar dice: "San A n t o n i o bendi to , / dádeme un h o m e / a n q u e me mate, / a n q u e m 'es fo le" . Ro -salía lo glosa en ocho es t rofas de siete versos, de las cuales Rodrigo ha pues to música a las tres primeras. Cada par te tie-ne la misma es t ruc tura y añade , casi como en el p o e m a , una coda final con reexposición de los dos p r imeros versos de la in t roducción. El " c a n t a r " es iniciado por la voz, y ya se advierte en la en tonac ión y el a compañamien to , que esta-mos ante una canción llena de h u m o r e ironía, en la cual lo gallego q u e d a como fondo , p e r o sin recurr i r a la cita con-creta. P e n s e m o s en pasa jes c o m o " a u n q ' o s pes t eña coxos".

Cier ra es te s e g u n d o conc ie r to del ciclo R o d r i g o la can-ción Primavera, escr i ta en 1953 s o b r e un t e x t o de G u i -l lermo F e r n á n d e z Shaw. Gui l l e rmo, c o m o su h e r m a n o Ra -fael. f u e t a m b i é n p o e t a y au to r de u n a exce len te b iogra f ía d e s u p a d r e ( " U n p o e t a d e t r ans i c ión" . E d . G r e d o s , M a -drid 1969). N a c i d o en M a d r i d en 1893, G u i l l e r m o es au-tor, p o r e j e m p l o , del l i b re to de la ó p e r a de c á m a r a "By-ron e n V e n e c i a " , m ú s i c a de l p o l í t i c o E d u a r d o A u n ó s . J u n t o a su h e r m a n o R a f a e l , t r a z ó e l l i b r e to de " E l ca-nasti l lo de f r e s a s " o b r a p o s t u m a e i n a c a b a d a del m a e s t r o Jacinto G u e r r e r o . J u n t o a F e d e r i c o R o m e r o escr ib ió nu-merosos l ib re tos de zarzue las , a lgunas de g ran éxito, co-m o " D o ñ a F r a n c i s q u i t a " , " L a canc ión de l o lv ido" , " L a rosa del a z a f r á n " , " E l c a s e r í o " , " L u i s a F e r n a n d a " , " L a vi l lana", " L a c h u l a p o n a " , " L a meiga" . . .

Primavera e s t á e sc r i t a y d e d i c a d a a M a r i m í de l Po-zo, q u e la e s t r e n ó d u r a n t e un rec i ta l en S a l a m a n c a . Exis-te una ve r s ión de f l a u t a , p i a n o y voz , r e a l i z a d a p o r Mi-g u e l Z a n e t t i , e x c e l e n t e i n t é r p r e t e a l p i a n o d e l a s c anc iones de R o d r i g o . La c a n c i ó n es difíci l p o r su a b u n -d a n t e c o l o r a t u r a .

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TEXTOS DE LAS OBRAS CANTADAS

Canción del grumete (Anónimo)

En la mar hay una torre, y en la torre una ventana, y en la ventana una niña que a los marineros llama.

Por allí viene mi barco, que lo conozco en la vela, y en el palo mayor lleva los rizos de mi morena...

Canción del cucú (Victoria Kamhi)

Cuclillo, cuclillo canta, días son de cantar, pronto el duro cierzo corre por el pinar.

Díme si otros bosques un día yo veré, si la lejana tierra muy pronto hallaré.

Di si por estos mundos vagando siempre iré, o si mi vida errante muy pronto acabaré.

Pájaro, buen pajarillo, díme si es verdad: ¡Ella dice que siempre, siempre me seguirá!...

Romance del Comendador de Ocaña (Lope de Vega. Adap. Joaquín de Entrambasaguas)

Más quiero yo a Peribáñez con su capa la pardilla que al Comendador de Ocaña con la suya guarnecida.

La mujer de Peribáñez la más bella es de la vida y el Comendador de Ocaña de amores la requería.

La mujer es virtuosa cuanto hermosa y cuanto linta; mientras su esposo está ausente de esta suerte respondía:

Segador que desde lejos has venido a nuestra villa convidado del agosto ¿quién te dió tanta malicia?

Cuando salgan las estrellas a tu descanso camina, y no te metas en cosas de que algún mal se te siga.

Quiero mejor ver mi dueño en su jaca la tordilla, llena de escarcha la barba y de nieve la camisa.

La bel la está a t r avesada y a m a r r a d o s a la silla dos perd ices o cone jos y el p o d e n c o de trai l la ,

que ver a l C o m e n d a d o r con gabán de seda rica, ado rnados de d i a m a n t e s el j u b ó n y la capil la,

de caza con sus m o n t e r o s caba lgando en yegua f ina con el ha lcón en la m a n o y el puña l de o ro en la cinta.

Más quiero yo a Peribáñez con su capa la pardilla, que al Comendador de Ocaña con la suya guarnecida.

El C o m e n d a d o r de O c a ñ a servirá a d a m a de es t ima no con sayuelo de g rana ni sar ta de a rgen te r í a .

Le hab la rá en discretas car tas de su a m o r a maravi l la , no campes inos de sdenes envuel tos en señor ía .

Llegará en genti l ca r roza los d isantos a la misa , no vendrá en ca r ro de es tacas de los c a m p o s a las viñas.

Ole rá a guan te s de amba r , a p e r f u m e s y pastillas, no a tomi l lo ni a can tueso , mentas y zarzas floridas.

Vete, pues, el segador , mala f u e r e la tu dicha, que si P e r i b á ñ e z viene, no verás la luz del día.

Y aún c u a n d o el C o m e n d a d o r me a m a r e c o m o a su vida y se diese en f a m a y h o n r a por amorosas ment i ras .

Más quiero yo a Peribáñez con su capa la pardilla que al Comendador de Ocaña con la suya guarnecida.

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Romancillo (Anónimo)

Por mayo, era por mayo, cuando hace la calor, cuando los trigos encallan y están los campos en flor; cuando canta la calandria y responde el ruiseñor, cuando los enamorados van a servir al amor. Menos yo, ¡triste cuitado!, que vivo en esta prisión, que no sé cuándo es de día, ni cuándo las noches son, sino por una avecica que me cantaba al albor.-Matómela un ballestero... ¡Dios le dé mal galardón!

Cuatro madrigales amatorios

1. ¿Con qué la lavaré? (J. Vásquez)

¿Con qué la lavaré Lávanse las casadas la tez de la mi cara? con agua de limones. ¿Con qué la lavaré Lávome yo, cuitada, que vivo mal penada? con penas y dolores.

2. Vos me matasteis (Anónimo)

Vos me matasteis, niña en cabello, vos me habéis muerto.

Riberas de un río, vi moza virgen, niña en cabello,

Vos me matasteis, niña en cabello, vos me habéis muerto.

3. ¿De dónde venís, amore? (J. Vásquez)

¿De dónde venís, amore? Bien sé yo de dónde. De dónde venís, amigo, fuere yo testigo.

4. De los álamos vengo, madre (J. Vásquez)

De los álamos vengo, madre, de ver cómo los menea el aire.

De los álamos de Sevilla de ver a mi linda amiga.

Chimères (Victoria Kamhi)

Un a m o u r sans r e t o u r m 'en lève t o u t e la jo ie de vivre. Une image qui m ' e n i v r e rempli t t ou te s mes nui ts chargées d ' insomnie .

Je te vois sans cesse au bras d ' u n e maî t resse . Ta main la caresse, tu passes, je te suis de ma f e n ê t r e jusqu 'à te voir d i spara î t re insensible, f ro id et d is tant .

Et p o u r t a n t dans le temps, tu m 'ava is bien dit: " je t ' a i m e " . Tu me chan ta i s tes poèmes , aux sons l angoureux d ' u n b a n j o capric ieux.

J ' e n t e n d s tes paroles , ton ha le ine me f rô le , je t remble , je m 'a f fo le . Ô toi, se peut-i l q u e tu oubl ies le doux s e r m e n t q u e nous lie, qui nous lie p o u r t o u j o u r s ?

Nul espoi r de te voir. Mon coeur t r is te me réconfo r t e . Tu suis d u r e m e n t ma por te , volage a m a n t d ' u n t r o p cour t ins tant .

Q u e faut- i l d o n e fa i re pour e n c o r e te p la i re O ma d o u c e c h i m è r e ? Dis-moi, s i m o n corps soup le de bacchan te , s i t ou te ma j eunes se a rden te , ne mér i t en t plus ton baiser .

La chanson de ma vie (Juan Camp)

Pour mieux t e f a i re e n t e n d r e cet te be r ceuse t e n d r e que m o n coeu r en émoi , dans sa jo ie avait revéc p o u r toi, j 'avais dans un p o è m e avoué que je t ' a ime , et ma lèvre à mi-voix te m u r m u r a i t ravie la chanson de ma vie.

Le j o u r où j e chan ta i s p o u r toi, tes yeux br i l la ient de plus de f l amme , e t je senta is v ibrer dans ton â m e un doux émoi .

Mais r ien ne fu i t plus q u e l ' a m o u r du coeur de l ' h o m m e ou de la f e m m e , le t emps d ' a i m e r para i t t r op cour t tou jours .

Mon coeur j ama i s n ' o u b l i e la chanson de ma vie.

D ' a u t r e s v i e n d r o n t sans d o u t e

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murmurer sur ta route tous ces mots caressants dont l'accent enflammera mon sang. Et pour d'autres maitresses tu fuis et me délaisses, et toi disparaissant, alors sera finie la chanson de ma vie.

Le jour où je chantais pour toi, etc.

Doce canciones populares españolas

1. ¡Viva la novia y el novio!

¡Viva la novia y el novio y el cura que los casó, y el padrino y la madrina, los convidados y yo!

¡Viva la novia y el novio y la madre que los parió, y el padrino y la madrina, los convidados y yo!

2. De ronda

Manzanita colorada, ¿cómo no te caes al suelo? ¡Toda la vida he andado, la resalada, por alcanzarte y no puedo!

Dentro de mi pecho tengo dos escaleras de vidrio: Por una sube el querer, la resalada, por otra baja el cariño.

3. Una palomita blanca

Una palomita blanca como la nieve, baja al rio a beber agua, bañarse quiere.

Paloma, si vas al monte, mira que soy cazador. Si tiro un tiro y te mato, para tí será el dolor.

4. Canción de baile con pandero

En el mar, hay un pescado, que tiene las puntas verdes, En este pueblo hay un mozo, que todas las mozas quiere. En el río en el río, lavando, en el río, me ha dicho un soldado: Si quieres venir conmigo, te montaré en mi caballo. Yo le dije: ni quiero ni puedo, que soy niña, de amores no entiendo.

5. Tararán

Tararán, si viés a la una , verás al N iño en la cuna . Y el Be lén en el por ta l , que no hay, tararán, como a d o r a r al Niño. Q u e no hay, tararán, como al N i ñ o adora r . Tararán, si viés a las dos, verás al H i jo de Dios... Tararán, si viés a las tres, verás al N i ñ o o t r a vez... Tararán, si viés a las cua t ro , verás al N i ñ o en el cuarto. . . Tararán, si viés a las cinco, darás al N i ñ o un besico... Tararán, si viés a las seis, verás la múla y el buey... Tararán, si viés a las ocho, t raerás al N i ñ o un bizcocho.. . Tararán, si viés a las nueve , empina la b o t a y bebe. . .

6. En las montañas de Asturias

En las m o n t a ñ a s de As tu r i a s una as tu r iana vi, de ca torce a qu ince años, r egando su ja rd ín .

Pasó un cabal lero , q u e p ide una f lor , y la Bella a s tu r i ana le dice q u e no.

Q u e d a con Dios, as tu r iana , me la tiés que pagar ;

por la cuest ión de una flor, te t engo q u e ma ta r .

Pasó un caba l l e ro . . .

7. Estando yo en mi majada

E s t a n d o yo en mi m a j a d a , me m a r c h é pa ra Fa ldea , a ver la f i eh ta del C o r p u h , que dicen q u ' e h cosa b u e n a . ¡Ay va, b o m b a , va! Q u e del c o r p u h la y a m a n m o r e n a . Q u e del C o r p u h la y a m a n por cosa cier ta , ¡Ay va, b o m b a , va!

8. Adela

Una m u c h a c h a guapa , l lamada A d e l a ,

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los amores de Juan la lleva enferma, y ella sabía, que su amiga Dolores lo entretenía.

El tiempo iba pasando, y la pobre Adela, más blanca se ponía y más enferma, y ella sabía Que de sus amores se moriría.

9. En Jerez de la Frontera

En Jerez de la Frontera había un molinero honrado, Que ganaba sustento con un molino alquilado. Pero es casado con una moza como una rosa, como es tan bella, el corregidor nuevo prendó d'ella.

En Jerez de la Frontera ríese la molinera, y al corregidor decía, Que amores le pedía: "Ay, sois gracioso, muy generoso, muy lisonjero, también caballero, mas quiero a mi molinero, es mi dueño.

10. San José y María

San José y María van por Tierra Santa, A cumplir la ley qu'el César leh manda, Pueh con ser los Reyeh de cieloh y tierrah, A cumplir la ley guhtosoh se prehtan. Por ehto nos dicen que a l'autoridá Grandeh y pequeñoh sujetoh ehtán.

11. Canción de cuna

En tu puerta, Teresa, canta un canario, échale cañamones que cante claro. Cambrú, serenado, serenadito, Cambrú, que a los pies de la cama llora el niño de la U, y su madre le dice: ea, vaya, calla, no llores, que viene el bú, serenadito, Cambrú, ea. Al arrullo, al arrullo, duerme mi niño, Duerme al arrullo. Cambrú, Cambrú, serenado, serenadito, Cambrú, Que a los pies de la cama llora el niño de la U, y su madre le dice: ea, vaya, calla, no llores, que viene el bú, serenadito, Cambrú, ea.

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Un home, San A n t o n i o (Rosalía de Castro)

San A n t o n i o bendi to , d á d e m e un h o m e , anque me ma te , anque m 'es fo le .

M e u San to San A n t o n i o , daime un homiño , anqu 'ó t a m a ñ o t e ñ a d 'un gran de millo.

Da imo , m e u Santo , anqu 'os pés t aña coxos, mancos os brazos .

U n h a mul le r sin home. . . ¡Santo bend i to ! E co rp iño sin a lma, festa sin trigo.

Pau vi radoiro , q u ' o n d a que i r a q u e vaya, t roncho q u e t roncho .

Mais en t e n d ' u n homiño , ¡Virxe do C a r m e ! Non hay m u n d o q u e c h e g u e para un folgarse .

¡Que z a m b ' o u t renco , sempr ' é b ó t e r u n h o m e para un r e m e d i o !

Primavera (Guil lermo Fernández Shaw)

Nacen aves y flores y los aires se llenan de trinos y aromas en la tarde de amor y paz de mil colores. Todo tiembla y palpita bajo un cielo de nácar que brilla gozoso con latidos de luz del sol y con canciones. Muere tibia la tarde, y en la rama de un tilo Todo tiembla y palpita desgrana su canto bajo un cielo de nacar ruiseñores que trinan que brilla gozoso

Pajarillos que cruzan el encaje de oro y con canciones. al sol dorado. con latidos de luz del sol

salpicado de azul, tramonto solar con sus plumas pintadas en un rapto de amor se han lanzado a volar ¡Si palpitas de amor pajarillo de abril no te importe ser flor!

La luz del sol se va en brazos del amor. Nacen aves y flores en la tarde que muere y allá a lo lejos, cantando queda la voz del agua.

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TERCER CONCIERTO

NOTAS AL PROGRAMA

En 1955, Rodrigo pasaba los meses de verano en To-rrelodones (recuerdo perfectamente la casa) cuando reci-bió la visita del libretista vasco Jesús María de Arozame-na Berasategui, quien le propuso poner música a un libreto que él había adaptado a partir de la comedia de Lope de Vega "De donde acá nos vino".

Se trataba de escribir una obra lírica, no exactamente una zarzuela, para un concurso convocado por el Ministe-rio de Educación nacional. Al maestro le gustó el libreto que con el título de El hijo fingido, le presentó Arozamena días después. Los versos de Lope le entusiasmaron y habí-an de inspirarle arias bellísimas. Pero la obra no resultó pre-miada, ni siquiera se llevó el segundo ni el tercer premio que ofrecía el concurso (ganado por Manuel Parada), fallo que viene a desmentir la pregonada proclamación de Rodrigo como compositor oficial o mimado del régimen franquista.

Pasaron los años y fue la cantante y profesora Lola Ro-dríguez de Aragón, madrina de Cecilia Rodrigo, la hija del maestro, quien sugirió a este que compusiera algunos nú-meros más y dotarle a El hijo fingido de pasajes corales cu-ya ausencia era la posible causa de su fracaso en el con-curso. Victoria Kamhi revisó de nuevo el libreto, llevando a cabo una profunda reforma que lo acercaba más al ori-ginal de Lope y suprimía expresiones de dudosa comicidad, a su juicio inadmisibles en un texto clásico. Recurrió a otra comedia de Lope de Vega "Ramilletes de Madrid", y des-pués de un trabajo concienzudo, dejó preparado el libre-to, al que Rodrigo puso una música de gran belleza, evo-cadora, una vez más, del siglo de oro, y cuya peculiar lirismo permite adscribirla inmediatamente a su pluma.

El hijo fingido se estrenó en el Teatro de la Zarzuela de Madrid el 5 de diciembre de 1964, al margen del Festi-val de Amigos de la Opera de Madrid, iniciado aquel año y en el cual se pudo ver "Pepita Jiménez", de Albéniz, en la versión de Sorozábal. Dirigió la escena Luis Escobar y la orquesta Odón Alonso. La obra consta de un prólogo y dos actos. La crítica del día del estreno captó la finura de la instrumentación y lo primoroso de una música que bus-ca dar nueva savia a la tradición de un teatro lírico barro-co español completamente olvidado. De los veinte núme-ros que integran la partitura, seis fueron publicados para voz y piano con el título de "Seis arias del hijo fingido".

Hoy escuchamos cuatro de ellas, comenzando por la Canción de Doña Bárbara, "Vivo y es mucho deciros, jun-to a la Plaza Mayor", que cantó en su estreno la mezzo-

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soprano Inés Rivadene i ra . Sigue la canción de Angela , "Yo pagaré la p o s a d a " , q u e a c o m p a ñ a el v io lonchelo en la pa r -titura original . E l pape l de Ange l a , hija de d o ñ a B á r b a r a , fue e n c a r n a d o p o r o t r a i lustre c a n t a n t e e spaño la , l a so-p rano m o n t a ñ e s a Isabel Penagos . Se escuchan t a m b i é n en este recital o t ros dos bellos m o m e n t o s de Ange la . La ae-rieta q u e can ta en e l s e g u n d o acto, a c o m p a ñ a d a de a rpa , "Mal e m p l e a d o s sen t imien tos míos" y la r o m a n z a an te r io r a l conce r t an t e f inal " M a d r e , un caba l le ro" , cuyo melodis -mo f u e muy e log iado p o r la crítica en a m b o s casos.

El hijo fingido ha s ido pub l i cada r e c i e n t e m e n t e p o r el I C C M U , en edición a cargo de R a m ó n Sobr ino con la co-laboración de Miguel Zane t t i .

Por su or igen y ascendenc ia sefard í , la cu l tura hebra i -ca es algo famil iar a Victor ia Kamhi , la esposa de Joaqu ín Rodrigo. N o t a b l e pianis ta , musicóloga y escr i tora , Vicky Kamhi nació en Besiktas , ba r r io de E s t a m b u l (Turquía) , hija de un p r ó s p e r o c o m e r c i a n t e o t o m a n o y de Sofia Ar -ditti, pa r i en t e p r ó x i m a de El ias Cane t t i , p r e m i o N o b e l de L i t e ra tu ra . Vic tor ia c o m e n z ó sus e s tud ios en Viena con Jerzy Lalewicz (1877-1951), exce len te p r o f e s o r po laco q u e acabó sus días c o m o p r o f e s o r Jo rge Lalewicz en e l Con-servator io de B u e n o s Aires . En Par ís ampl ió es tudios con el belga Laza re Lévy (1882-1964) y con el e spaño l Ricar-do Viñes (1875-1943). J u n t o al p ianis ta ca ta lán se inició en el r epe r to r io español . C o n o c i ó en Par ís a Joaqu ín R o d r i -go en 1928 y c o n t r a j o m a t r i m o n i o con él en 1933.

A u n q u e siguió t o c a n d o e l p i a n o espec ia lmente , Victo-ria r enunc ió a una ca r r e ra br i l lante p a r a consagra r se a la vida y ob ra de su e sposo (ha escr i to una h e r m o s a biogra-fía de ambos : " D e la m a n o de Joaqu ín Rodr igo . La his to-ria de nues t r a v ida" . F u n d a c i ó n B a n c o Ex te r io r . M a d r i d 1986), y es a u t o r a de b u e n n ú m e r o de textos de canc iones de Rodr igo , a d e m á s de los a r g u m e n t o s de los bal le ts "Pa -vana rea l " y " J u a n a y los ca lde re ros" . También escr ibió los textos de " H i m n o s de los neóf i tos de Q u m r a n " , a como-dación poé t ica de los r e c i e n t e m e n t e descub ie r tos m a n u s -critos del M a r M u e r t o .

De Vic tor ia K a m h i son las a d a p t a c i o n e s de los textos de las Cuatro canciones sefardíes q u e f iguran en es te reci-tal. La p r i m e r a " R e s p o n d e m o s " es una canción rel igiosa, muy sobr ia y o r i en ta l i zan te , R o d r i g o la ded icó a la m e -moria de su sueg ro Isaac Kamhi . La segunda , ded icada al p rofesor B e r n a d e t t e , es una poé t ica evocación de la ama-da. La " C a n c i ó n de c u n a " es tá d e d i c a d a a l m a t r i m o n i o Walter y Pilar Rub in . El la e ra p in to ra y él dirigía el pro-grama españo l de la base amer i cana de Tor re jón de Ar -doz. Wal te r R u b i n , g ran especial is ta en Galdós , f u e luego profesor de l i te ra tura española en la Unive r s idad de Hous -ton (Texas). Tras esta canción t í p i camen te sefardí , es de-cir, j u d e o - e s p a ñ o l a del siglo XV, la colección f inal iza con " M o r e n a me l l aman" , u n a muy a legre y e s p e r a n z a d a can-

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ción juvenil. Está dedicada a la soprano Isabel Penagos, a quien, en 1961, acompañó Victoria Kamhi el ciclo de "Lie-der españoles", de Hugo Wolf, en la Facultad de Filosofía y Letras, recital precedido de una conferencia del maestro Rodrigo. Las Cuatro canciones sefardíes se estrenaron en el Ateneo de Madrid el 18 de noviembre de 1965 cantadas por la soprano venezolana Fedora Alemán, con el autor al piano.

Los Cuatro villancicos que figuran a continuación da-tan de 1952 y deben situarse entre lo mejor escrito por Ro-drigo en el género de la canción de concierto. Cuando los compone está en el apogeo de su capacidad creadora. Aquel año recibe la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el sa-bio y un gran homenaje en la Universidad Central.

"La espera" tiene texto de Victoria Kamhi. Es una can-ción dramática, pero delicada, que Rodrigo dedicó a Mont-serrat Caballé. En realidad es una versión del maestro del último de los "Villancicos y canciones de Navidad" para so-prano, bajo y coro, de aquel mismo año 1952.

"Aire y donaire" está originalmente escrita para so-prano y orquesta sobre un texto anónimo y la reducción para voz y piano es del propio Rodrigo. Con una músi-ca que responde al título, "Aire y donaire" está dedica-do a Gloria Franco de Alonso, esposa del conocido di-rector de orquesta Odón Alonso, uno de los mejores intérpretes de la música sinfónica del maestro Rodrigo. "Coplillas de Belén", también llamado "La palmera", es uno de los textos más conseguidos de Victoria Kamhi. Rodrigo ha puesto una música castiza y, al mismo tiem-po, enternecedora que dedicó a la soprano María de los Angeles Morales.

Pero donde lo afectuoso y lo sensible se dan la ma-no con maestría, es en "Pastorcito Santo", dedicado a un gran amigo de los Rodrigo, el doctor Jack Schermant, del que hizo pronto una verdadera creación la gran Victoria de los Angeles. Pastorcito Santo sobre un texto de Lope de Vega está en la línea del "Cántico de la esposa", con su precioso y célebre estribillo "Dónde vais que hace frío / tan de mañana".

La anhelada conjunción de música y poesía alcanza en esta canción una altísima cota de espiritualidad y ternura.

Isabel Penagos estrenó los Dos Poemas (1963) de Juan Ramón Jiménez, dedicados a Teresa Berganza y a Fedora Alemán. Tanto "Verde, verderol / ¡endulza la puerta del sol!", como "Pájaro del agua" pertenecen al libro del po-eta de Moguer "Baladas del Monsurio" (1907), nombre la-tino de Moguer, desde donde pasaron al libro "Baladas de primavera" (1910). Rodrigo escribe estas canciones para voz y flauta, aunque admite versiones alternativas para violín y voz, y voz y piano (mano derecha).

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En 1962, con m o t i v o del c e n t e n a r i o de l n a c i m i e n t o de C l a u d e Debussy , e l M a y o Mus ica l de B u r d e o s o rga -nizó un c o n c i e r t o en el C a t e a u de la B r é d e , v i n c u l a d o a la gran f i gu ra h i s tó r i ca de M o n t e s q u i e u . En é l se es t re -nó La Grotte (La g r u t a ) , e n c a r g o q u e el Fes t iva l h a b í a hecho a J o a q u í n Rodr igo . Es casi un p e q u e ñ o p o e m a can-tado, a l es t i lo de " P s y c h é " de Falla, con sus m i s t e r i o s o s acordes q u e e v o c a n a l a u t o r de " P e l l e a s e t M e l i s a n d e " . E l p o e m a es un h o m e n a j e a D e b u s s y esc r i to p o r Lou i s E m i é , q u i e n as is t ió al e s t r e n o e inv i tó a a u t o r e in té r -p re tes (Vic tor ia K a m h i y la c a n t a n t e F e d o r a A l e m á n ) a su casa b o r d e l e s a .

En 1963, R o d r i g o d i c tó un cu r so s o b r e h i s to r i a de l a música en l a U n i v e r s i d a d de R í o P i ed ra s , P u e r t o Rico . Al l í c o n o c i ó a l c a t e d r á t i c o Luis H e r n á n d e z A q u i n o , lin-güista e i lus t re e sc r i t o r p u e r t o r r i q u e ñ o . Las N a v i d a d e s de a q u e l a ñ o las p a s ó e l m a t r i m o n i o R o d r i g o en casa del p r o f e s o r H e r n á n d e z A q u i n o y allí su rg ió e l v i l lanci-co Sobre el cupey d e d i c a d o a la c a n t a n t e p u e r t o r r i q u e -ñ a M a r í a E s t h e r R o b l e s , i n t é r p r e t e d e los " C u a t r o m a -drigales a m a t o r i o s " y de los " D o s p o e m a s de Juan R a m ó n J i m é n e z " en un c o n c i e r t o q u e h a b í a t e n i d o luga r en e l G r a n T e a t r o de l Fes t iva l e l d ía 6 de n o v i e m b r e de 1963.

S i l a d e s a p a r e c i d a M o n t s e r r a t A l a v e d r a f u e l a p r i -m e r a en g r a b a r La grotte, su co lega A n a H i g u e r a s g ra -vó Sobre el cupey p o r vez p r i m e r a . A m b a s a c o m p a ñ a -das d e l p i a n i s t a M i g u e l Z a n e t t i , i n d i s p e n s a b l e e n l a h i s to r ia d e l a c a n c i ó n e s p a ñ o l a d e c o n c i e r t o . C o m o e n o t ras m u c h a s o b r a s d e R o d r i g o , V i c t o r i a K a m h i s e en -cargó de t r a d u c i r e l t e x t o a l f r a n c é s y a l a l e m á n . P a r a J o a q u í n R o d r i g o , e l v i l l anc ico se d i f e r e n c i a de l " c a r o l " inglés y de la " c h a n s ó n de N o e l " p o r q u e su m ú s i c a es más senc i l l a , m á s b u l l i c i o s a , y su e s t r u c t u r a m á s a se -quib le .

E l m a g n í f i c o p o e t a y t r a d u c t o r e x t r e m e ñ o J o s é M a -ría V a l v e r d e (1926-1996) , e s e l a u t o r de l t e x t o de l o r a -to r io i n a c a b a d o de R o d r i g o La azucena de Quito, ini-c iado con u n a a y u d a d e l a F u n d a c i ó n M a r c h e n 1960, p e r o de l q u e s o l o c o m p u s o a l g u n a s e s c e n a s d e l a p r i -m e r a p a r t e . D u r a n t e u n c o n c i e r t e h o m e n a j e a l m a e s t r o en 1962, I s a b e l P e n a g o s c a n t ó e l a r i a " D e s p e d i d a de A z u c e n a " a c o m p a ñ a d a d e l a O r q u e s t a N a c i o n a l d e E s -p a ñ a , d i r i g i d a p o r C r i s t ó b a l H a l f f t e r . L a v e r s i ó n or ig i -nal es p a r a s o p r a n o , o b o e , c o r n o ing lés y c e l e s t a . El li-b r e t o de l p o e t a d e V a l e n c i a d e A l c á n t a r a , s e c e n t r a e n l a v ida de l a s a n t a q u i t e ñ a M a r i a n a de Jesús , e x c e l e n -te g u i t a r r i s t a .

C o n m o t i v o de l I Fes t iva l de Ga l ic ia , o r g a n i z a d o p o r e l A y u n t a m i e n t o d e L a C o r u ñ a , R o d r i g o e s c r i b i ó p o r enca rgo su Rosaliana p a r a s o p r a n o y o r q u e s t a . La o b r a se e s t r e n ó en La C o r u ñ a d u r a n t e d i c h o Fes t iva l , e l 29 de jul io de 1965. La s o p r a n o f u e A n a H i g u e r a s , a q u i e n la

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obra está dedicada, hoy profesora de los famosos Cur-sos de Música en Compostela. Le acompañó la Orques-ta Municipal de La Coruña. El maestro saguntino se va-le aquí, además de sus muchos saberes musicales, de cuatro poemas de Rosalía de Castro de Murguía, la ex-traordinaria poetisa compostelana, de quien ya había to-mado parte de su "cantar gallego" "San Antonio ben-dito". quince años antes. Esta vez se vale de la última sección del I cantar que abre el libro "Cantares gallegos" (1863), la glosa que comienza "Cantart 'ei , Galicia,/ teus dulces cantares". Ella conforma la primera canción de "Rosaliana".

La segunda canción "Por qué", es un tristísimo poema incluido en el libro V de "Follas novas", ("Hojas nue-vas") (1880) el gran libro en lengua gallega de Rosalía, en cuyo prólogo, Emilio Castelar acertó a decir de ella que "desde el principio al fin, dos sentimientos la pose-en: sentimiento de tristeza melancólica por las desgracias universales de la vida humana y sentimiento de tristeza exaltada por las desgracias particulares de la vida galle-ga. La propia Rosalía, en sus palabras preliminares, hablaba de sus versos "como un romor máis, como un perfume agreste que nos trai consigo algo de aquela poe-sía, que nacendo ñas vastas soidades, ñas campías sempre verdes da nosa térra, e ñas prayas sempre hermosas dos nosos mares, ven direitamente a buscar o natural agari-mo nos coragós que sufren e aman esta querida térra de Galicia".

La tercera canción procede de "Cantares gallegos", aquel famoso "Adiós ríos, adiós fontes,/ adiós regatos peque-nos...". La cuarta y última es la muy irónica y desengañada "Vamos bebendo", al comienzo del libro III, "Varias", de "Follas novas", la obra que Rosalía escribió pensando en el campesinado de Galicia y para pagar el aprecio y el cariño que despertaron sus "Cantares gallegos".

Aunque la insigne poetisa pensaba, al publicar "Follas novas", que su libro nacía, por su propia índole, condenado "a eterna olvidanza", la bella música de Rodrigo y los ince-santes lectores de sus versos inmortales muestran que, como la paloma de Alberti, Rosalía se equivocaba.

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T E X T O S D E L A S O B R A S C A N T A D A S

Cuatro Arias de "El hijo fingido" (Lope de Vega. Adap. José M. Arozamena y Victoria Kamhi)

1. Canción de Bárbara

Vivo, y es m u c h o deciros, jun to a la Plaza Mayor , ¿Sabéis la calle Imper i a l ? Pues p o r allí vivo yo.

Tras ladó la p r i m a v e r a sus vest idos de color p o r q u e esa calle tuviera todo el año h i e rba y flor.

L a b r a d o r e s y a ldeanos de G e t a f e y A lco rcón , macetas y rami l le tes como cuad ros de labor .

La q u e es h e r m o s a se m u e s t r a en t re las f lores, me jo r ; la fea no desag rada , tanto p u e d e e l b u e n olor .

Por eso, son los claveles, el jazmín y el girasol , ramil letes de M a d r i d jun to a la Plaza Mayor .

Con tes t é a vues t ra p r egun ta : pues p o r allí vivo yo.

2. Canción de Ange la

Yo p a g a r é la p o s a d a como nad ie la pagó , pues por lo q u e no du rmió , mi a lma aqu í de jé e m p e ñ a d a .

Yo p a g a r é la p o s a d a como nad ie la pagó , e l a lma d e j ó e m p e ñ a d a toda es tuvo desve lada .

Toda e s tuvo desve lada , y ante vos cayó de h ino jos suf r iendo dulces enojos .

Al ve ros cerca t a m b i é n porque nad ie d u r m i ó b ien dándole el sol en los ojos.

C o m o nad ie la pagó , pues por lo que no du rmió , mi a lma aqu í d e j é e m p e ñ a d a , toda es tuvo desve lada , y ante vos cayó de hinojos.

Al veros cerca t a m b i é n po rque nad ie d u r m i ó bien dándole el sol en los ojos, yo p a g a r é la p o s a d a c o m o nad ie la pagó .

3. Arietta de Angela

Mal empleados sentimientos míos, aún antes de nacidos, acabados; pero en buena sazón desengañados, que puedo remediar mis desvarios.

Derriba amor, de nieves montes fríos, que consuma el rigor de tus cuidados; que vuelvan imposible declarados, mis intentos atrás que no son ríos.

Si se suele sacar la sangre en copia para templar el fuego de las venas, sangrarme yo de amor no es cosa impropia.

Leonardo, si de tí las tengo llenas, sal de mis brazos que eres sangre propia, para que cese el fuego de mis penas.

4. Romanza de Angela

Madre, un caballero que a las fiestas sale, que mata a los toros sin que ellos le maten. Más de cuatro veces pasó por mi calle, miranto mis ojos porque le mirase. Rabia le dé, madre, rabia que le mate.

Músicas me daba para enamorarme, papeles y cosas que las lleva el aire. Siguióme a la Iglesia, siguióme en el baile, de día y de noche sin querer dejarme. Rabia le dé, madre, rabia que le mate.

Sabiendo que es mío, madre, como sabes, su amor que es mi vida tú quieres robarme,

Me amargan los celos que con tus palabras me vienes a darme. Los dos nos queremos sin temor a nadie.

Cuatro canciones sefardíes (Anónimos. Adap. Victoria Kamhi)

1. Respóndenos

Respóndenos, Dio de Abraham, respóndenos. Respóndenos, El que responde en la ora de voluntad. Respóndenos, pavor de Yitshak, respóndenos. Respóndenos, el que responde, en ora de angustia. Respóndenos, Fuerte de Yaakov, respóndenos. Respóndenos, Dio de la merkava, respóndenos. Respóndenos, o Padre piadoso y gracioso.

2. Una pastora yo ami

Una pastora yo ami, una hija hermoza, de mi chiques que l'adori,

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más qu 'e l la no a mí. Un día q u e e s t avamos

en la h u e r t a asen tados , le dixe yo: "Por tí, mi flor, me m u e r o de a m o r " .

3. Nani, Nani

Nani, nani , q u e r e el hi jo de la madre , de chico se haga g rande . Ay, dúrmi te , mi a lma, dúrmite, mi vida, que tu p a d r e v iene con m u c h a alegría. -Ay, avr imex la pue r t a , avrimex, mi d a m a , que vengo muy cansado de arar las huer tas . --Ay, la p u e r t a yo vos avro, que venix cansado , y verex d u r m i d o al h i jo en la cuna.-

4. Morena me llaman

" M o r e n a " m e l laman, yo blanca nací. De pasear , ga lana , mi color perd í .

De aquel las ven tan icas m 'a r ron jan f l echas ; si son de amores , vengan , vengan derechas .

Cuatro villancicos

1. La espera (Victoria Kamhi)

C u a n d o llegue, ay, yo no sé ¿por qué t engo que ocul tar , p o r q u é ? ¿No canta , no, el j i lguero que regresa al t ibio n ido cuando el día ya se ha ido? Pero yo, triste, espero. . .

Dímelo, ay, avecilla tú , ¿por qué t e n e m o s q u e huir , p o r q u é ? Dímelo tú, la f uen t e , la que b ro t a s de la e n t r a ñ a de esa ár ida m o n t a ñ a , cristalina y t r a n s p a r e n t e . Dímelo, pues yo no lo sé, ¿Por qué t e n e m o s q u e huir , p o r q u é ?

Hijo del a lbo rada , lucerito que yo vi, dímelo si p a r a mí en Be lén

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habrá esta noche posada? Dímelo, por tu fé, ¿Por qué tenemos que huir, por qué?

Escúchame, Señor, no me abandonas Tú, lo sé, Confiada caminaré, un portal no ha de faltar... De tu mano, sí, firme iré, feliz, un sol ha de nacer, lo sé. ¡Oh ven, Niño divino!

2. Aire y donaire (Anónimo. Adap. Victoria Kamhi)

Aire y donaire, gitanillas, al baile, toca y repica, sonajuelas y castañeticas. ¡Ay, qué tamaño! no le llega Juanico al zapato. ¡Ay, qué zagala, cuanto vá que es su madre sin falta. Ande, corra, siga, sonajuelas y castañeticas, gitanillas al baile, aire y donaire. ¡Ay, qué buen viejo! que ha tenido sus flores es cierto. ¡Ay, qué animales! como aquestos hay mil semejantes. Aire y donaire, toca y repica, sonajuelas y castañeticas, gitanillas al baile. ¡Aire y donaire!

3. Coplillas de Belén

Si la palmera supiera que al Niño en cuna tan bella caído se le ha una estrella, su abanico le tendiera para que el Niño meciera.

Del monte por la ladera, qué alegre va el pastorcillo, montado en su borriquillo. Corre, que el Niño te espera y es corta la Nochebuena.

En Belén la Virgen pura le reza al Niño que espera. Canta la Virgen María, el Niño le sonreía. Qué triste está la palmera. Si la palmera supiera lo que espera...

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4. Pastorcito Santo (Lope de Vega)

Zaga le jo de perlas , hijo del A l b a , ¿dónde vais q u e hace f r ío tan de m a ñ a n a ?

C o m o sois luce ro del a lma mía , al t raer el día nacéis p r imero ; pastor y c o r d e r o sin choza y lana, ¿dónde vais q u e hace f r ío tan de m a ñ a n a ?

Perlas en los ojos, risa en la boca ,

las a lmas p rovoca a p lacer y enojos ; cabel l i tos rojos, boca de g rana , ¿ d ó n d e vais q u e hace f r ío tan de m a ñ a n a ?

Q u e tené is que hacer , pas to rc i to santo , m a d r u g a n d o t a n t o lo dais a e n t e n d e r ; a u n q u e vais a ver d i s f r azado el a lma , ¿ d ó n d e vais q u e hace f r ío t an de m a ñ a n a ?

Dos canciones (Juan Ramón Jiménez)

1. Verde verderol

Verde verderol ¡endulza la puesta del sol!

Palacio de encan to , el pinar t a rd ío arrulla con l lan to la huida del río. Allí el n ido u m b r í o tiene el ve rde ro l .

Verde verderol iendulza la puesta del sol!

La úl t ima br isa es susp i radora , el sol ro jo irisa al pino que l lora. ¡Vaga y len ta h o r a nuestra, ve rde ro l !

Verde verderol ¡endulza la puesta del sol!

Soledad y ca lma, si lencio y g randeza . La choza del a lma se r eco je y reza . De p r o n t o ¡belleza! can ta el ve rdero l .

Verde verderol ¡endulza la puesta del sol!

Su can to e n a j e n a (¿se ha p a r a d o el v i en to? ) e l c a m p o se l lena de su sen t imien to . Malva es el l amen to , v e r d e el ve rdero l . Ve rde ve rde ro l ¡endulza la pues t a del sol!

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2. Pájaro de agua

Pájaro de agua, Mi canto, también qué cantas, qué cantas? es canto de lágrimas...

Desde los rosales de mi jardín, llama a esas nubes grises

En mi primavera, la nube gris baja hasta los rosales de mis esperanzas.

cargadas de lágrimas... quisiera, en las rosas, Pájaro de agua! ver gotas de plata.

Amo el canto errante

A la tarde rosa das una esperanza de música gris,

Pájaro de agua! y gris, que desgranas en las hojas verdes, en la fuente c la ra -No te vayas nunca, corazón con alas!

de niebla dorada; el sol está triste sobre tu sonata.

Pájaro de agua, qué cantas, qué cantas?

Pájaro de agua!

La Grotte: Homenaje a Debussy (Louis Emié)

Dans cette grotte où le silence Ignore encor qu'il nous fait peur, J'écoute le coeur de ton coeur Dans les ombres qu'il me dispense.

Ces ombres n'ont qu'un seul visage Et tu l'as choisi pour qu'un jour Il soit plus fidèle à l'amour Que toi-même à mon paysage.

Amour, dans cette grotte obscure Où nous l'attendons à genoux Ne s'approchera point de nous S'il n'est notre ombre la plus pure.

Quelle est cette ombre qui m'accable Dans cette grotte où je t'attends, Où la plus belle fleur du temps N'est jamais que rose de sable.

Cette ombre dont ton ombre est faite Flotte sur des eaux qui s'en vont Au-delà d'un ciel si profond Qu'il ne charme qu'un corps sans tête.

Tu n'es de chair et de visage Que pour l'ombre qui m'éblouit. Rose de sable que la nuit, Rose encor, divise et partage.

Si j'existe encor sur la terre Où les ombres n'existent pas, C'est que mon ombre, entre tes bras, Se fait chair d'un autre mystère.

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Dans ce t t e g ro t t e e t ce m u r m u r e , Qui nous che rche p o u r s ' é cou te r , Mon o m b r e doi t -e l le d o u t e r Ce celle qui la t r ans f igu re?

A m o u r , n ' e s - tu d o n c q u ' u n visage Dont les yeux ne son t que mes yeux Dans ce t t e g ro t t e où je ne veux Me voir q u ' a t r ave r s t on image?

Sobre el cupey (Luis Hernández Aquino)

Palomicas de o r o en el chinar , quiebran el a ire q u i e t o con su can ta r .

Va la Vi rgen t e n d i e n d o sobre el cupey los paña les d ivinos del N iño Rey.

D u e r m e e l N i ñ o su sueño, can ta el coquí , y la t a r d e se t iñe de á m b a r y añil.

As í can ta la Vi rgen con voz de miel : " d u e r m e , sol de mi a lma , ¡flor de I s rae l !"

Despedida de Azucena (José M" Valverde)

Mejor ser ía a h o r a m i s m o marchar, y no volver más. ¿Por qué r epe t i r d e s p u é s e l dolor q u e es to me d a ? El subir las esca le ras ¿para q u é me sirve ya? Ahora me desga r ra r í a pasar de n u e v o p o r e l umbra l , si estos p e l d a ñ o s subiera . . . los t endr ía q u e besar . Decir adiós a las p iedras , por pos t r e ra vez mi r a r el cielo p o r mi ven t ana ; Ver a los n iños q u e es tán por úl t ima vez j ugando , y en el b o r d e de su edad , de grandes , a b a n d o n a r l e s , sin saber c ó m o será . Puesto q u e es toy en c a m i n o no debo mi r a r a t rás ; no he de paga r el t r i bu to del corazón q u e se va. Si ahora e m p i e z o a d e s p e d i r m e de mis años, ya j a m á s acabaré; todos , adiós, t iempo sin tocar ; que un dulce o lv ido os sepul te , de jadme con Dios , en u n o p o r u n o mis días m e r o d e a r á n ; balando c o m o c o r d e r o s por la caricia f inal . Adiós, mi casa; adiós, mi paz.

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Rosaliana (Rosalía de Castro)

1. Cantart'ei Galicia

Cantart'ei, Galicia, teus doges cantares, qu'así mó pediron na veira do mare.

Cantart'ei, Galicia, na lengua gellega, consuelo dos males, alivio das peñas.

Mimosa, soave, sentida, queixosa; encanta si ríe, conmove si chora.

Cal ela, ningunha tan do^e que cante soidades amargas, sospiros amantes.

Misterios da tarde, murmuxos da noite; cantart'ei, Galicia, na veira das fontes.

Qu'así mó pediron, qu'así rao mandaron, que cant'e que cante na lengua qu'eu falo.

2. ¿Por qué?

¿Por qué, miña almiña, por qu'hora non queres o que antes querías?

¿Por qué pensamento, por qu'hora non vives d'amantes deseyos?

¿Por qué, meu esprito, por qu'hora te humildas, cand'eras altivo?

¿Por qué, corazón, por qu'hora non falas falares d'amor?

¿Por qué xa non bates con doce batido que calma os pesares?

¿Por qué, en fin, Dios meu, a un tempo me faltan á térra y ó ceo?

¡Ou ti, roxa estrela que din que comigo naciche, poideras

por sempre apagarte, xa que non pudeche por sempre alumarme!...

3. Adiós ríos, adiós fontes

Adiós rios, adiós fontes, adiós regatos pequeños adiós vista dos meus allos, non sei cándo nos veremos.

Miña térra, miña térra, térra donde m'eu criey hortiña que quero tanto, figueiriñas que pran tey.

Prados, ríos, arboredas, pinares que move ó vento paxariños piadores, casiña de meu contento.

Muhiño d'os castañares, noites eraras de luar, campaniñas timbradoras dá igresiña dó lugar.

Amoriñas d'ás silveiras qu'eu lie dab' ó meu amor, caminiños antr' ó millo, ¡adiós para sempr' adiós!

¡Adiós groria! ¡Adiós contento! ¡Deixo á casa onde nacin deixo á aldea que cono§o, por un mundo que non vin!

Deixo amigos por extraños, deixo á veiga pó-lo mar, deixo, en fin, canto ben quero... ¡Que pudera non deixar!...

4. ¡Vamos bebendo!

Teño tres pitas brancas e un galo negro, que han de poñe r bós hovos, andand ' ó tempo. Y hei de vendel-os caros pol-o Xaneiro, y hei de xuntal-os cartos para un mantelo, y heino de levar posto no casamento, y hei... Pos mira, Marica, vai por un neto, e an t ramentas non quitas eses cerellos, y as pitas van m e d r a n d o c' ó galo negro, para poñel-os hovos, e todo aquelo d' ó Xaneiro, d 'os cartos, y ó casamento, miña prenda da alma, ¡vamos bebendo!

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CUARTO CONCIERTO

NOTAS AL PROGRAMA

Finaliza este interesantísimo ciclo dedicado a las can-ciones de concierto de Joaquín Rodrigo con un programa iniciado por su colección Con Antonio Machado, acaso la más ambiciosa y lograda de cuantas el maestro saguntino ha llevado a término a lo largo de su vida. Por lo que se refiere al número -diez- solo ha sido superada por las "Do-ce canciones populares españolas" del año 1950, pero la impronta creativa del autor es aquí absoluta, pues todas ellas, aun las de mayor aire popular, ("Fiesta en el prado", por ejemplo), son creación "ex novo", si es que esta ex-presión puede utilizarse en lo realizado por un ser huma-no.

La importancia y la belleza de la poesía de Antonio Machado Ruiz (Sevilla, 1875 - Cotlliure, 1939) ha sido re-conocida desde el mismo momento en que fue publicada, y por voces tan autorizadas como las de Juan Ramón Ji-ménez, Rubén Darío, Ortega y Gasset, Federico de Onís, Enrique Diez Cañedo, Rafael Cansinos Assens, etc.

Rodrigo se acerca por vez primera -musicalmente, se entiende- a la poesía de A. Machado en 1972, es decir, en plena madurez, cuando la mayor parte de su obra está con-cluida. Lo hace al recibir un encargo de la Comisaría Ge-neral de la Música del Ministerio de Educación y Ciencia en homenaje a Joaquín Turina. El propio compositor, a propósito de su trabajo, dice lo siguiente: "Solamente tres títulos, de los diez de esta colección, son del propio Ma-chado: "Preludio", "Los sueños" y "Canción del Duero", ya que Machado, en general, se limita a numerar sus poe-mas. Por lo tanto, para titular las otras siete he recurrido al uso habitual de tomar las primeras palabras del poema o entresacar alguna que fuera significativa al sentido o con-cepto del verso. No forman un ciclo, como ocurre con "La bella molinera" de Schubert o "El amor del poeta" de Schumann, porque no he encontrado en las "Poesías Com-pletas" de este autor un grupo de poesías que aludiera a una persona o a un continuado sentimiento".

Al margen de que estemos o no de acuerdo con esta última afirmación de Rodrigo, la elección de los poemas es realmente acertada si bien el maestro, o su esposa Vic-toria a quien está dedicada la colección, han espigado en diversos libros y épocas de la obra poética del gran escri-tor sevillano.

Rodrigo acierta, en cambio, al resumir los atractivos de la poesía del autor de "Soledades", así como sus virtu-des para ser musicados: "Antonio Machado fue el cantor de Castilla o de su propio corazón. Cantó con predilección

las sierras azul y nieve de Soria, los verdes pinos, las par-das encinas y el alto Duero . Can tó con rei teración las ro-sas y las dulces tardes de abril y la amada con voz de niña que le a r reba tó la muer t e tan p ron to y tan quedo. Los po-emas de A n t o n i o M a c h a d o son cortos y concent rados y porque dejan en la penumbra de sus sent imientos muchas cosas, convienen a la música. Sigo creyendo en la melodía, en la f rase completa y medida cuando de canción se trata, y por ello esta colección responde a esta manera de hacer, de la que jamás me he apar t ado" .

Suponemos que Rodrigo mane jó el libro "Poesías com-pletas" (Espasa-Calpe, Colección Austral) , del que se hi-cieron repet idas ediciones, autor izadas por los he rederos del autor , en 1940 (2), 42, 46, 49, 52, 56, etc.

La colección Con Antonio Machado se inicia con "Pre-ludio" poema inaugural de la sección "Del camino" , den-tro del p r imer l ibro de A n t o n i o Machado , " S o l e d a d e s " (1903), comenzado en 1899 por su autor . En 1907 Macha-do publica un segundo libro de poesía, el cual es, a su vez, una ampliación (más del doble de poemas) de "Soledades" y lo titula "Soledades. Galerías. Ot ros poemas" . Consta de seis secciones, una de las cuales, "Galer ías" es completa-mente nueva. La canción va encadenando las tres estrofas de cuat ro versos de ar te mayor, apoyada por ios acordes de un piano que solo muy levemente separa las estrofas, refuerza la tensión en el verso décimo y la relaja al fin de la palabra "pa loma" .

"Mi corazón te agua rda" está den t ro de "Soledades" y es el poema XII en las citadas "Obras completas" , aquel que comienza "Amada , el aura dice", de becquer ianas re-sonancias. Es una cantinela sostenida por acordes que va ensombreciéndose al r ecuerdo de la amada muer ta , para Machado su joven esposa Leonor Izquierdo Cuevas, falle-cida el 1 de agosto de 1912 a los 18 años de edad.

"Tu voz y tu m a n o " es el p o e m a "Soñé que tú me lle-vabas" incluido en " C a m p o s de Cast i l la" (1912), dedica-do t ambién a Leonor , a un bello r ecue rdo que en el sue-ño parecía rea l idad. La música, a legre y apoét ica , ref le ja bien la e spe ranza del poe ta en que no todo se acabe con la muer t e .

"Mañana de abril" figura en la sección "Canciones" del libro "Soledades. Galerías. Ot ros poemas" . La música, ale-gre y nostálgica al t iempo, ref leja con maestr ía la estruc-tura del poema, que empieza "Era una mañana y abril son-reía..."

"Los sueños" se incluye en la sección "Gale r ías" del citado libro, la pa r te nueva que Machado añadió a la edi-ción de 1907 de sus "Soledades" . Poema bellísimo, cuyas primeras palabras son "El hada más hermosa" , es una can-ción cuya alegre y saltarina introducción pianística nos di-

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ce ya mucho de su carácter. Rodrigo salva, con indudable talento, el inevitable recuerdo de "Margarita en la rueca" de Schubert.

Volvemos a "Soledades" en la canción "Cantaban los niños", sobre el poema "Yo escucho los cantos / de viejas cadencias". Rodrigo traza una hermosa melodía, sencilla y con deje infantil, que va como anillo al dedo al texto de Machado. La melodía se repite, pero hay modulaciones que le dan un sentido y una ternura muy especiales.

"¿Recuerdas?" pertenece a la sección "Del camino" (es el poema "¿Mi amor?... ¿Recuerdas, dime...?) y se ba-sa en un texto muy triste y lleno de símbolos de desolación y muerte. Rodrigo no se muestra dramático en el sentido tradicional, pero, poco a poco, nos va llevando hacia ese vacío desesperanzado del poema.

Los tres últimos textos de la colección "Con Antonio Ma-chado" proceden del libro "Nuevas canciones", publicado en 1924 (Ed. Mundo Latino). Es un libro comenzado en Baeza en 1917 y terminado en Segovia en 1920. Su conte-nido es muy variado, pues, junto a largos poemas de corte parnasiano, encontramos magníficos sonetos, como los que integran la sección "Los sueños dialogados" y los breves cantares que evocan el paisaje de Baeza y de Ubeda.

Rodrigo parece retornar al espíritu de sus "Doce can-ciones populares españolas" con la canción "Fiesta en el prado", sobre el poema "Hay fiesta en el prado verde", a cuyo término el poeta suspira por el regreso de la ama-da.

"Abril galán" se basa en "Mientras danzáis en corro" y canta ya la alegría de la primavera desde la introduc-ción del piano.

Del poema titulado "Canciones del alto Duero" elige Ro-drigo algunas estrofas para su "Canción del Duero", brillan-te clausura de la colección. El paso rápido del agua queda re-flejado en el piano del primer cuarteto de cada estrofa. Los tres últimos versos se convierten en un estribillo de ritmo vi-vaz y agitado. La canción es sobria y vivaz al tiempo.

Con Antonio Machado se estrenó en Sevilla el 4 de oc-tubre de 1972 por la soprano canaria María Orán y el pia-nista cordobés Rafael Gómez Senosiain. Poco después, los mismos intérpretes grababan por vez primera la obra pa-ra el sello Hispavox.

Los "Cantos de amor y de guerra" son un encargo de Radio nacional de España. Rodrigo elige una serie de tex-tos anónimos de los siglos XV y XVI y la obra, para so-prano y orquesta, se estrena el 15 de marzo de 1968. El es-treno tiene lugar dentro de un concierto extraordinario organizado por las Promociones XVI y XVII del plan 1964

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de Ingenieros Aeronáut icos , en el audi tor io del Ministerio de Información y Turismo de Madr id . La Orques ta Sinfó-nica de R T V E f u e dirigida por O d ó n Alonso y la solista fue A n a Higueras.

Vuelve el maes t ro med i t e r r áneo a los or ígenes del Re-nacimiento español y, como Monteverd i , canta las hazañas guerreras, en este caso de la Reconquis ta , y los amores del Renacimiento. Es un Rodr igo despo jado de toda retórica, de vuelta de todo, que dedica la obra a su hija Cecilia.

"Paseábase el rey m o r o " es un romance de la conquis-ta de Alhama , la ciudad próxima a Granada , con la que se inició, en la noche del 23 de f eb re ro de 1482, la guerra que llevaría a conquis tar la capital del úl t imo re ino á rabe en la Península Ibérica. El pad re Mar iana gustaba mucho de es-te romance, muy glosado du ran te el siglo XVI , lo que in-dica su popular idad . Li te ra tos célebres de toda E u r o p a , Southey, Lord Byron, Geibel , Mer imée y otros, lo t radu-jeron. En el siglo XVI , los vihuelistas Luis de Narvaez, Pi-sador y Fuenllana lo recogen en sus respectivos libros. Tam-bién Venegas de Henes t rosa y Fernández Palero se hacen eco de él en sus obras musicales. Hay una versión para voz y p iano del musicólogo y folklor is ta as tu r iano E d u a r d o Mart ínez Torner (1888-1955).

Sigue o t ro romance morisco antiguo, "A las a rmas mo-riscotes y la canción "Ay, luna que reluces", que puso en música el aragonés Pedro R imon te (1565-1627) en su "Par-naso español de madrigales y villancicos a cuatro, cinco y seys" (Amberes , 1614). En R i m o n t e se t rata de un villan-cico a seis voces. El "pa rnaso" está dedicado a Francisco Gómez de Sandoval , duque de Lerma, valido de Felipe III. Rodr igo deja que a la en tonac ión de la soprano repi ta la de un ins t rumento .

El romance "Sobre Baza estaba el rey" se ref iere al cer-co que Fe rnando el Católico puso a la ciudad de Baza en 1489, duran te la Guer ra de Granada . Deb ió ser escrito po-co antes de la toma, ocurr ida en diciembre de aquel año, un mes, más o menos, después de la llegada de la reina Isa-bel al c ampamen to cristiano. La última canción es amoro-sa "Pastorci to tu que has vuel to / de lo alto de esa monta-ña / dime tú, buen pastorci to / si hallaste a mi enamorada" .

La reducción para voz y p iano de los Cantos de amor y de guerra ha sido llevada a cabo por el composi tor va-lenciano Vicente Asencio (1908-1979), el l lorado au tor de la "Elegía a Manue l de Falla".

Las Dos canciones para cantar a los niños están dedicadas por Joaquín Rodrigo y por Victoria Kamhi, autora de la adap-tación de la letra, a su nieta Pati, hija de Cecilia Rodrigo y de su esposo, el excelente violinista y profesor canario Agustín León Ara. La ternura del maestro se plasma como pocas ve-ces en la canción "Corderito blanco que durmiendo está", una

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de las más bellas canciones de cuna de la música española. Un pequeño "scherzo" es la segunda canción "Quedito pasito, si-lencio, chitón", decididamente juguetona e infantil.

Líricas castellanas es una de las últimas aportaciones de Rodrigo a la canción de concierto. El estreno tuvo lugar en el Real Coliseo Carlos III de San Lorenzo de El Esco-rial el 17 de julio de 1990, en presencia de Su majestad la Reina, a quien están dedicadas. Son tres canciones basa-das en tres villancicos tradicionales escritos en el siglo XV, mucho antes de que este nombre se aplicase a un tipo de canción que alude a la Natividad de Cristo. Rodrigo las escribe para soprano y un pequeño conjunto de cámara, que el día del estreno tuvo como intérpretes a Alvaro Marías, flauta de pico; Francisco Rubio, corneta de ma-dera; y Juan Carlos Rivera, vihuela. Fue solista la so-prano Ana Higueras.

La reducción para voz y piano ha sido realizada por Alexander Breit y los textos, adaptados por Victoria Kam-hi. Provienen del "Romancero General" (Medina del Cam-po, 1602), que recoge villancicos y romances cuyo origen, a veces, está en los siglos XIV y XV, y aun antes, pero cu-yo desarrollo tuvo lugar a lo largo del siglo XVI. "San Juan y Pascua" es el título del villancico iniciado por "Que no cogeré yo verbena / la mañana de San Juan". Pascual Al-dave le ha puesto música modernamente. "Despedida y soledad" se refiere al segundo villancico incluido bajo ese título en el "Romancero", es decir, aquel cuyas primeras palabras son "Vanse mis amores, madre". El incluido en es-te recital con el título "Espera del amado", es el más ve-ces puesto en música, desde el "Cancionero de Palacio" hasta Bacarisse. Su primer verso es "Al alba venid buen amigo", al cual sigue, también con el epígrafe "Espera del amado", el titulado "No tardes, que me muero, carcelero" glosado por Juan de la Enzina. Son piezas de absoluta des-nudez, de un Rodrigo que apenas nos recuerda al de los años treinta y cuarenta.

Algo parecido ocurre en las Dos canciones del año 1987, sobre textos de la poetisa y compositora Josefina Attard, conocida por Fina de Calderón tras su matrimo-nio con el marqués de Mozabamba del Pozo. Tanto "Ar-bol" como "¿Por qué te llamaré yo?" son ejemplos del estilo despojado, de máxima sobriedad, al que llega Jo-aquín Rodrigo en sus últimos años. "Arbol" deja libre la voz después de la introducción pianística. El piano solo va subrayando las intervenciones de la voz. En "Por qué te llamaré" son las notas Sol - Mi las que irán dando la respuesta a las pequeñas estrofas cantadas. Fina de Cal-derón dedicó esta canción a su nieto Antonio mientras estaba gravemente enfermo.

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T E X T O S D E LAS O B R A S C A N T A D A S

Con Antonio Machado

Preludio

Mientras la sombra pasa de un santo amor, hoy quiero poner un dulce salmo sobre mi viejo atril. Acorda ré las notas del órgano severo al suspirar f ragan te del p í fano de abril.

Madura rán su a roma las pomas otoñales la mirra y el incienso salmodiarán su olor; exhalarán su fresco p e r f u m e los rosales, ba jo la paz en sombra del tibio huer to en flor.

Al grave acorde lento de música y aroma, la sola y vieja y noble razón de mi rezar levantará su vuelo suave de paloma y la palabra blanca se elevará al altar.

Mi corazón te aguarda

Amada , el aura dice tu pura veste blanca No te verán mis ojos: ¡Mi corazón te aguarda!

El viento me ha traido tu nombre en la mañana ; el eco de tus pasos repite la mon taña No te verán mis ojos: ¡Mi corazón te aguarda!

En las sombrías torres repican las campanas No te verán mis ojos: ¡Mi corazón te aguarda!

Los golpes del martillo dicen la negra caja; y el sitio de la fosa los golpes de la azada No te verán mis ojos: ¡Mi corazón te aguarda!

Tu voz y tu mano

Soñé que tú me llevabas por una blanca vereda, en medio del campo verde, hacia el azul de los cielos, hacia los mundos azules, una mañana serena.

Sentí tu mano en la mía, tu mano de compañera , tu voz de niña en mi oído como una campana nueva, como una campana virgen, de un alba de pr imavera .

¡Eran tu voz y tu mano, en sueños, tan verdaderas! Vive, esperanza, ¡quién sabe lo que traga la t ierra!

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Mañana de Abril

Era una mañana y abril sonreía. Frente al horizonte dorado moría la luna, muy blanca y opaca; tras ella cual tenue ligera quimera, corría la nube que apenas enturbia la estrella.

Como sonreía la rosa mañana al sol del Oriente abrí mi ventana; y en mi triste alcoba penetró el Oriente en canto de alondras, en risa de fuente y en suave perfume de flora temprana.

Fue una tarde clara de melancolía, abril sonreía. Yo abrí las ventanas de mi casa al viento. El viento traía perfumes de rosas, doblar de campanas.

Doblar de campanas lejanas, llorosas, suave de rosas aromado aliento. ¿Dónde están los huertos floridos de rosas? ¿Qué dicen las dulces campanas al viento?

Pregunté a la tarde en abril que moría: ¿Al fin la alegría se acerca a mi casa? la tarde de abril sonrió: la alegría pasó por tu puerta; y luego sombría; pasó por tu puerta. Dos veces no pasa.

Los sueños

El hada más hermosa ha sonreído al ver la lumbre de una estrella pálida que en hilo suave, blanco y silencioso se enrosa la huso de su rubia hermana.

Y vuelve a sonreir, porque en su rueca el hilo de los campos se enmaraña. Tras la tenue cortina de la alcoba está el jardín envuelto en luz dorada.

La cuna casi en sombra. El niño duerme, dos hadas laboriosas lo acompañan, hilando de los sueños sutiles copos en ruecas de marfil y plata.

Cantaban los niños

Yo escucho los cantos de viejas cadencias, que cantan los niños cuando al corro juegan y vierten en corro sus almas que sueñan cual vierten sus aguas las fuentes de piedra.

Con monotonías de risas internas, que no son alegres, con lágrimas viejas, que no son amargas y tienen tristezas tristeza de amores de antiguas leyendas.

En los labios niños las canciones llevan confusa la historia y clara la pena, como clara el agua lleva su conseja de viejos amores que nunca se cuentan.

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Jugando a la sombra de una plaza vieja, los niños can taban . La fuen t e de p iedra vertía su e te rno cristal de leyenda.

Can taban los niños canciones ingenuas, de un algo que pasa y que nunca llega la historia confusa y clara la pena , sigue su cuento la f u e n t e serena; bor rada la historia, con taba la pena .

¿Recuerdas?

¿Mi amor? ¿Recuerdas , dime, aquellos juncos tiernos, lánguidos y amaril los que hay en el cauce seco?

¿Recuerdas la amapola que calcinó el verano, la amapo la marchi ta , negro crespón del campo?

¿Te acuerdas del sol yer to y humilde, en la mañana , que brilla y t iembla ro to sobre una fuen t e he lada?

Fiesta en el prado

Hay fiesta en el p r ado verde -Pífano y tambor-con su cayado f lor ido y sus abarcas de o ro vino un pastor .

Del m o n t e ba jé , sólo por bailar con ella; al m o n t e me tornaré .

E n t r e los árboles del hue r to hay un ruiseñor; canta de noche y de día, canta a la luna y al sol.

Ronco de cantar; al hue r to vendrá la niña y una rosa cor tará .

E n t r e las negras encinas hay una f u e n t e de piedra , y un cantar i l lo de ba r ro que nunca se llena.

Por el encinar, con la blanca luna, ella volverá.

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Abril galán

Mientras danzais en corro, niñas, cantad:

"Ya están los prados verdes, ya vino abril galán, a la orilla del río, por el negro encinar sus abarcas de plata hemos visto brillar".

Mientras danzais en corro, niñas, cantad:

"Ya están los prados verdes, ya vino abril galán".

Canción del Duero

Molinero es mi amante, tiene un molino bajo los pinos verdes, cerca del río.

Niñas, cantad: "Por la orilla del Duero yo quisiera pasar".

En la sierras de Soria, azul y nieve, leñador es mi amante de pinos verdes, ¡Quién fuera el águila para ver a mi dueño cortando ramas!

¡Ay, garabi! Bailad, suene la flauta y el tamboril.

Cantos de amor y de guerra

1. Paseábase el rey moro

Paseábase el rey moro por la ciudad de Granada, cartas de guerra venidas cómo Alhama era ganada. ¡Ay, mi Alhama!

2. A las armas, moriscotes

A las armas, moriscotes, si lo has de voluntad, que si te entran los franceses, los que en romería van.

3. ¡Ay, luna que reluces!

¡Ay, luna que reluces, toda la noche me alumbres! . ¡Ay, luna tan bella, a lúmbresme a la guerra , por do vaya y venga toda la noche me alumbres.

4. Romance del cerco del Baza

Sobre Baza es taba el rey, lunes, después de yantar ; miraba las ricas t iendas que es taban en su real, miraba las huer tas grandes, y miraba el ar rabal , miraba el adarve fue r t e que tenía la c iudad, miraba las to r res espesas que no las p u e d e contar .

Un moro , tras una a lmena , comenzóle de hablar : -Vete, el rey don Fernando , non quer rás aquí envernar , que los f r íos de esta t ierra no los podrás compor ta r ; pan t enemos por diez años, mil vacas para salar; veinte mil moros hay dent ro , todos de a rmas tomar , ochocientos de cabal lo para el escaramuzar , siete caudillos t e n e m o s tan buenos como Roldán , y j u r a m e n t o t ienen fecho: ¡"antes mor i r que se da r" !

5. Pastorcico, tú que has vuelto

Pastorcico, tú que has vuel to de los al to de esa mon taña , dime; tú, buen pastorcico, si hal laste a mi e n a m o r a d a .

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Dos canciones para cantar a los niños

1. Corderito blanco (Anónimo, adap. Victoria Kamhi)

Corderito blanco que duermiento estás déjate, bien mío, déjate arrullar. Si te duermes, amor mío, yo te quiero despertar, pues vinieron desde Oriente los tres Reyes a adorar.

No te duermas, mi vida: No te duermas, mi cielo: Arroró, arroró... que te arrullo yo.

2. Quedito (Anónimo, adap. Victoria Kamhi)

Quedito, pasito, silencio chitón, que duerme un infante, que tierno y constante, al más tibio amante derpierta al calor.

Quedito, pasito, silencio chitón, no le despierten, no: A la e, a la o. No le despierten, no.

¡Duerme, mi amado, descansa, mi amor! A la e, a la o.

Líricas castellanas

San Juan y Pascua

Que no cogeré verbena la mañana de San Juan pues mis amores se van. Que no cogeré claveles, madreselva, ni miraveles, sólo penas tan crueles cual jamás se cogerán pues mi amores se van.

Despedida y soledad

Vanse mis amores, madre luengas tierras van morar, yo no los puedo olvidar. ¿Quién me los hará tornar?

Yo soñara , madre , un sueño, que me dix nel corazón que se iban los mis amores a las t ierras de Aragón .

Allá se van a morar , yo no los p u e d o olvidar. ¿Quién me los hará to rnar?

Espera del amado

Al alba venís, buen amigo, al alba venís. Amigo el que yo más quería , venid al alba del día Amigo el que yo más amaba venid a la luz del alba. Venid a la luz del día, non trayais compañia . Venid a la luz del alba, non trayais gran compañia .

Dos canciones (Fin de Calderón)

Arbol

Arbol , f lo réceme o t ro sueño, la t a rde es grana, y tu serás mi t ronco y yo tu rama acoralada .

Arbol , f lo réceme o t ro sueño, duran te el alba, y yo seré tu abrazo, corteza blanca du ran t e el alba, blanca de f ru to , roja de llama.

Por qué te llamaré

¿.Por qué te l lamaré yo mi grani to de café, si t ienes el pe lo rub io y t ienes blanca la piel?

¿Por qué te l lamaré yo mi pedaci to de pan , si el h a m b r e de tu car iño no me la puedes quitar .

¿,Por qué te l lamaré yo mi lucero o mi clavel, si cuando estás f r en t e a ellos ni astros ni flores se ven?

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P A R T I C I P A N T E S

A T S U K O K U D O

Nació en S a p p o r o (Japón) . Se f o r m ó en la Uni-versidad de Otan i en Sapporo , d o n d e es tudió C a n t o con Michiko Fuj i ta y más t a rde con M o t o k o Eguchi en Tokio. En 1983 se t ras ladó a España , rea l izando es tudios en la Escuela Super ior de C a n t o de Madr id con Mar imí del Po-zo y Félix Lavilla. A m p l i ó sus conocimientos en París con G é r a r d Souzay y en Salzburgo con Paul Schilhavsky. En 1987 ganó el Pr imer P remio del Concurso Yamaha y el Se-gundo P remio del Concurso de la O N C E .

Ha actuado como solista en Alemania , Francia, Ja-pón, Italia, Suiza, y especialmente, en España, con obras de Vivaldi (Gloria), Bach (Magnificat), Pergolesi (Stabat Ma-ter), Mozart (Misa en Do mayor, Requiem), Rossini (Stabat Mater) , Verdi (Requiem), Fauré (Requiem), Schumann (Es-cena de Fausto), Beethoven (la novena Sinfonía), Mahler (la octava Sinfonía, Lieder eines fahrenden Gesellen), Bruckner (Te Deum) , Wagner (Wesendonck-Lieder) , Elger (The Dre-am of Gerontius) , Schônberg (Gurre-Lieder) , Ravel (Chan-sons madécasses, Trois poèmes de Stéphane Mallarmé, Sché-hérazade); ópera de Las Bodas de Figaro (Condesa) de Mozart, Las Golondrinas (Lina) de Uzandizaga.

Ent re directores cuya batuta ha actuado citamos a Jôrg-Peter Weigle (Orquesta Sinfónica de Dresde), Rober to Benzi (Orquesta de Bordeaux-Aquitaine) , Horia Andreescu (Orquesta Filarmónica George Enesco), Manf red Ehrhorn (Orquesta de N D R de Hannover) , Odón Alonso (Orquesta de RTVE, con las canciones "Cantos de amor y de guerra" de Rodrigo), E d m ó n Colomer (Joven Orquesta Nacional de España), Enrique García Asensio (Orquesta Sinfónica de Bil-bao), Manuel Galduf (Orquesta Municipal de Valencia), Jo-sep Pons (Orquesta de Ciudad de Granada y Orquesta de Cámara de Teatre Lliure), José Ramón Encinar (Grupo Ko-an), A r t u r o Tamayo ( O r q u e s t a de C á m a r a de TVE) . . .

A t s u k o K u d o ha d e m o s t r a d o sus dotes como lie-derista o f r ec i endo gran n ú m e r o de recitales y es t renos de des tacados composi tores . También ha sido invi tada en di-versos fest ivales in ternacionales de Música y, gracias a las colaboración de la Fundac ión Juan March, le ha sido po-sible real izar diversas giras con los p rog ramas integrales de las canc iones de Mon t sa lva tge (1992) y de M o m p o u (1993), a c o m p a ñ a d a a l p iano por A l e j a n d r o Zaba la .

Ha real izado numerosas grabaciones discográficas y de la radiotelevis ión.

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ALEJANDRO ZABALA

Realiza sus estudios en el Conservatorio de Mú-sica de San Sebastián, donde se gradúa con primeros pre-mios de Piano y Música de Cámara. Obtiene también el Pre-mio "Paulino Caballero". Estudia luego con Emma Jiménez de Achúcarro.

Se decide desde fecha temprana por la música ca-merística y el acompañamiento vocal. Trabaja con Paul Schilhawsky y, muy especialmente, con Félix Lavilla.

Es requerido para los másters impartidos por pres-tigiosos cantantes en diversos centros europeos. Colabora en varios Concursos Internacionales de Canto, siendo, du-rante doce años, pianista oficial en Toulouse.

Desarrolla una intensa actividad concertística, ha-biendo acompañado a artistas como Ileana Cotrubas -a re-señar el Recital en el Maggio Musicale de Florencia-, Mar-garet Price, Elena Obraztsova, Dennis O'Neill , Paolo Gavanelli, etc.

Acompaña también a destacados cantantes e ins-trumentistas de la nueva generación. Son relevantes sus actuaciones con Atsuko Kudo: las Integrales de Mompou y de Montsalvatge en la Fundación March, la Integral de Escudero en la Quincena donostiarra, el Homenaje a Vi-cente Aleixandre de la Universidad Autónoma de Madrid, los recitales en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, etc.

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I N T R O D U C C I O N G E N E R A L

Y N O T A S A L P R O G R A M N A

A N D R É S RUIZ T A R A Z O N A

N a c i d o e n M a d r i d , L i c e n c i a d o e n D e r e c h o . E s t u -d ios de p i a n o y de H i s t o r i a y E s t é t i c a de l A r t e con los p r o f e s o r e s S o p e ñ a , G a y a Ñ u ñ o y A z c á r a t e . F u n -d a d o r de l a r e v i s t a " A r i a " , c o l a b o r a d o r de R a d i o 2 de R a d i o N a c i o n a l de E s p a ñ a y de Te l ev i s ión E s p a ñ o l a d o n d e h a p r e s e n t a d o y d i r i g i d o n u m e r o s o s p r o g r a m a s mus i ca l e s .

A u t o r de t r a b a j o s l i t e ra r ios , s o b r e a r t e y p r inc ipa l -m e n t e s o b r e mús ica , en m u y d ive r sas r ev i s t a s y e d i t o -riales. H a p u b l i c a d o ve in t e b iog ra f í a s d e c o m p o s i t o r e s y ha s ido p r o f e s o r de H i s t o r i a y E s t é t i c a de la Mús ica en la F a c u l t a d de C ienc ia s de la I n f o r m a c i ó n de la U n i -ve r s idad C o m p l u t e n s e . H a e j e r c i d o c o m o cr í t ico mus i -cal en e l d i a r i o " E l Pa í s " , en " H o j a del L u n e s " y en las rev i s tas " S c h e r z o " , " R i t m o " , y " T e m p o r a d a s " .

F u n d a d o r y d i rec to r de " G a c e t a R e a l Mus ica l" , socio f u n d a d o r de la Soc i edad E s p a ñ o l a de Musico logía , Pre-mio N a c i o n a l de Crí t ica Di scogrà f i ca en 1980. D i r e c t o r del se l lo d i scog rà f i co E T N O S , con e l q u e o b t u v o p r e -mios nac iona le s del disco. Ha s ido S u b d i r e c t o r de la Re -vista de Mus ico log ía de l a S.E.M. R e s p o n s b l e de l A r e a d e M ú s i c a d e l a S o c i e d a d E s t a t a l Q u i n t o C e n t e n a r i o , de l A u l a de C u l t u r a A x a S e g u r o s y C o n s e j e r o Mus i -co lòg i co d e d i scos Q u i n t o C e n t e n a r i o . D e s d e 1988 e s A s e s o r d e M ú s i c a d e l a C o m u n i d a d d e M a d r i d , d e s d e l a q u e h a d i r i g i d o i m p o r t a n t e s a c t i v i d a d e s , c o m o e l Fes t i va l d e M ú s i c a d e C á m a r a d e M a n z a n a r e s e l R e -a l y los c ic los de la O r q u e s t a S i n f ó n i c a de M a d r i d en e l A u d i t o r i o N a c i o n a l . En 1994 ha p u b l i c a d o e l l ib ro "Di sco teca E s e n c i a l " y " B r e v e Hi s to r i a de la Mús ica" .

H a p r o n u n c i a d o c o n f e r e n c i a s e n l a U n i v e r s i d a d d e S a l a m a n c a , M u s e o de l p r a d o , R e a l A c a d e m i a d e B e -llas A r t e s d e San F e r n a n d o , Sa la T r i c o l o r de l A y u n -t a m i e n t o d e R e g i o E m i l i a , A c a d e m i a Lisz t d e B u d a -p e s t , U n i v e r s i d a d d e S a n t i a g o d e C o m p o s t e l a . R e s i d e n c i a d e E s t u d i a n t e s , S o c i e d a d G e n e r a l d e A u -t o r e s y E d i t o r e s , U n i v e r s i d a d de O v i e d o , D i p u t a c i ó n de Burgos , A y u n t a m i e n t o de Tolosa ; C o n s e r v a t o r i o s de Sevi l la , M á l a g a , L a C o r u ñ a , e tc . ; F u n d a c i ó n M a r c e l i -n o B o t í n , e t c .

Es m i e m b r o n u m e r a r i o de la A c a d e m i a de A r t e s y L e t r a s d e San D á m a s o ( M a d r i d ) , d e s d e n o v i e m b r e d e 1996

La Fundación Juan March, creada en 1955,

es una institución con finalidades culturales y científicas.

En el campo musical organiza regularmente, ciclos de conciertos monográficos,

recitales didácticos para jóvenes (a los que asisten cada curso más de 25.000 escolares),

conciertos en homenaje a destacadas figuras, aulas de reestrenos,

encargo a autores y otras modalidades.

Su actividad musical se extiende a diversos lugares de España.

En su sede de Madrid tiene abierta a los investigadores

una biblioteca de Música Española Contemporánea.

Depósito Legal: M. 44866-96 Imprime: Gráficas Don Bosco. Arganda del Rey (Madrid).

Fundación Juan March Salón de Actos. Castellò, 77. 28006 Madrid Entrada libre.