INTERACCIÓN ENTRE LOS HERBICIDAS METSULFURÓNMETIL, 2,4-D Y ...

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INTERACCIÓN ENTRE LOS HERBICIDAS METSULFURÓNMETIL, 2,4-D Y GLIFOSATO EN MEZCLA DE TANQUE APLICADOS SOBRE UN BIOTIPO DE BRASSICA RAPA L. RESISTENTE NATURALIZADO EN EL PARTIDO DE AZUL FOGEL MASSON, María Agustina Practica Pre- Profesional de Integración Carrera de Ingeniería Agronómica Facultad de Agronomía UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CENTRO DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES Azul, 16/4/19 República Argentina

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INTERACCIÓN ENTRE LOS HERBICIDAS METSULFURÓNMETIL, 2,4-D Y GLIFOSATO EN

MEZCLA DE TANQUE APLICADOS SOBRE UN BIOTIPO DE BRASSICA RAPA L. RESISTENTE

NATURALIZADO EN EL PARTIDO DE AZUL

FOGEL MASSON, María Agustina

Practica Pre- Profesional de Integración

Carrera de Ingeniería Agronómica

Facultad de Agronomía

UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CENTRO

DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES

Azul, 16/4/19

República Argentina

2

Aprobado por:

--------------------------------------------------------------

Veedor de la Facultad

Presidente del Tribunal Evaluador

----------------------------------------------------------------

Docente de la Facultad

Miembro del Tribunal Evaluador

---------------------------------------------------------------------

Docente de la Facultad

Miembro del Tribunal Evaluador

--------------------------------- --------------------------------

Codirector del Trabajo Director del Trabajo

Nuñez Fre, Federico Juan, Victor

3

AGRADECIMIENTOS

A la Facultad de Agronomía de Azul por permitirme estudiar gracias a la educación pública.

A mi familia y amigos por el apoyo incondicional de siempre.

A la Cátedra de Terapéutica vegetal, en especial a mi director y codirector que siempre

estuvieron predispuestos y me brindaron todo su apoyo para la realización del trabajo.

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Índice General

Resumen……………………………………………………………………………………………………Págs. 6

Introducción………………………………………………………………………………………………Págs. 7-12

Planteo del problema.………………………………………………………………………………..Págs. 13

Hipótesis y objetivos…………………………………………………………………………………..Págs. 14

Materiales y métodos…………………………………………………………………………………Págs. 15-16

Resultados y discusión………………………………………………………………………………..Págs. 17-26

Conclusiones………………………………………………………………………………………………Págs. 27-28

Bibliografía…………………………………………………………………………………………………Págs. 29-30

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Índice de Figuras y Tablas

Figura 1……………………………………………………………………………………………………Pág. 17

Tabla 1…………………………………………………………………………………………………….Pág. 18

Figura 2…………………………………………………………………………………………………...Pág. 19

Tabla 2…………………………………………………………………………………………………….Pág. 20

Figura 3……………………………………………………………………………………………………Pág. 21

Figura 4……………………………………………………………………………………………………Pág. 22

Figura 5……………………………………………………………………………………………………Pág. 23

Figura 6……………………………………………………………………………………………………Pág. 23

Figura 7……………………………………………………………………………………………………Pág. 24

Tabla 3……………………………………………………………………………………………………..Pág. 25

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Resumen

Las brasicáceas representan una importante familia vegetal, que incluye varias especies invasoras

que interfieren con los principales cultivos desarrollados por el hombre. Entre estas, Brassica rapa

L.(nabo) es una de las malezas más importantes en el Sudeste Bonaerense. En 2014 fueron

halladas las primeras poblaciones de esta especie con resistencia a glifosato y posteriormente

hasta el presente, se han reportado biotipos con resistencia múltiple a glifosato, a inhibidores de la

ALS y 2,4-D. El objetivo del trabajo fue evaluar la interacción de herbicidas de diferentes

mecanismos de acción como metsulfurón metil (Inhibidor de ALS), 2,4-D (hormonal) y glifosato

(Inhibidor de EPSP´s), cuando son aplicados en mezcla de tanque sobre un biotipo de B. rapa con

resistencia múltiple. Se realizaron tres ensayos que consistieron en aplicaciones post emergentes

de las diferentes mezclas de los herbicidas cuando las plantas alcanzaron el estado de roseta de 4 a

6 hojas.En los primeros dos ensayos independientes entre sí, se mezclaron dos productos: glifosato

(1350 g e.a./ha) con metsulfurón (0, 4, 8, 16 y 32 g i.a./ha) y glifosato con 2,4-D (0, 300, 600, 1200

y 2400 g e.a./ha). El tercer ensayo consistió en la mezcla de los tres herbicidas y los tratamientos

consistieron en las combinaciones de las dosis de metsulfurón, 2,4-D y glifosato, mencionadas

precedentemente. A los 7, 14, 21 y 30 días desde la aplicación se realizaron los relevamientos de

fitotoxicidad y al finalizar el ensayo se determinó biomasa seca aérea y eficacia de control. En la

mezcla de glifosato y metsulfurón se observó que incrementos importantes en la dosis de

metsulfurón provocó efectos leves en cuanto a la fitotoxicidad y no se detectaron diferencias

significativas en peso seco entre los tratamientos. En la mezcla de glifosato y 2,4-D se destaca que

los aumentos de dosis del herbicida hormonal provocan un incremento significativo en la

fitotoxicidad y en la eficacia de control. La biomasa seca fue reducida significativamente por todos

los tratamientos que contienen 2,4-D respecto del tratamiento que solo tiene glifosato. Con

respecto a la mezcla triple, para la dosis normal de uso de metsulfurón se observó que el

incremento de fitotoxicidad fue provocado básicamente por el aumento de dosis de 2,4-D. Se

destaca que podría existir una posible interacción negativa que se pone de manifiesto en la menor

dosis de metsulfurón combinada con las diferentes dosis de 2,4-D, que debería ser

específicamente estudiada.

Palabras claves: resistencia múltiple, mecanismos de acción.

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1. Introducción:

Las brasicáceas o crucíferas (Brassicaceae) son una importante familia vegetal monofilética,

que incluye 338 géneros y 3.709 especies, distribuidas ampliamente en los más diversos climas

alrededor del mundo (Al-Shehbaz et al., 2006).

La importancia económica y social de las crucíferas es destacada, por incluir especies que han

sido cultivadas por siglos para la alimentación humana, como fuente de aceites industriales y

comestibles, condimentos y productos hortícolas. El cultivo oleaginoso más importante de la

familia es la colza canola (Brassica napus L.), mientras que como condimentos son utilizadas

varias especies de mostazas, en especial B. nigra (L.) Koch, B. juncea (L.) Czernohorsky y Sinapis

alba L.

Esta familia es también conocida por presentar especies invasivas, que interfieren en los

cultivos más significativos de la humanidad. Se conocen más de 120 especies crucíferas que

son malezas, varias de ellas son cosmopolitas y se presentan en los sistemas productivos de

todo el mundo (Pandolfo, 2016).

Una de las malezas más importantes pertenecientes a esta familia es Brassica rapa L., cuyo

nombre vulgar es “nabo”, “nabo silvestre”, o “nabo salvaje”.

Es una planta anual o bienal, de tallos erguidos, ramificados de hasta 1,5 m de altura. Hojas

inferiores cortamente pecioladas, lirado-pinatífidas, dentadas, con lóbulo terminal grande.

Hojas superiores lanceoladas, enteras, totalmente abrazadoras en la base. Presentan

pubescencia, las inferiores con pelos híspidos en la lámina.

Flores amarillas, dispuestas en racimos en los extremos de las ramas, con las flores abiertas

superando en altura a los pimpollos. Pétalos amarillos de 7-12 mm de longitud, en cruz. Los

frutos son silicuas bivalvas, lineales, cilíndricas, de 5-6 cm de largo, dehiscentes, terminadas en

un rostro indehiscente. Las semillas están dispuestas en una hilera, son globosas, de color

castaño-rojizas a negras, de 1,2-1,5 mm.

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Es una maleza de ciclo invernal, que florece desde el invierno y principios de primavera hasta

fines del verano.Por su ciclo, se encuentra presente en casi todos nuestros cultivos ya sean de

invierno o verano, siendo una especie fuertemente invasora (Marzocca, 1976).

Es una especie de origen euroasiática, en nuestro país se encuentra distribuida en las 23

provincias. Comúnmente se halla en lotes agrícolas, rastrojos, a orilla de caminos, zanjas y

terraplenes de ferrocarril. La dispersión se produce a través de semillas que son de tamaño

pequeño (REM 2016).

Las malezas son plantas que interfieren con la voluntad del hombre en determinado tiempo y

lugar. Constituyen uno de los factores bióticos adversos de mayor importancia en los cultivos,

ya que son capaces de competir por agua, luz y nutrientes, siendo más eficientes en el uso de

los recursos y además por su variabilidad genética tienen mayor posibilidad de adaptarse a

ambientes diversos. También son hospederas de patógenos e insectos perjudiciales, generan

pérdidas económicas por mermas de rendimiento, menor calidad de granos, aumento en los

costos de cosecha, entre otras.

Existen diversas estrategias de control de malezas, ya sean métodos preventivos, físicos,

culturales, biológicos, mecánicos o químicos. Sin embargo, durante los últimos 40 años, el

control químico con herbicidas ha sustituido en gran medida las anteriores prácticas de control

físicas, y mecánicas, contribuyendo significativamente a la alta productividad de la agricultura

mundial (Diez de Ulzurrum, 2013).

La WSSA (WeedScienceSociety of America) define la resistencia a herbicidas como la habilidad

hereditaria que algunos biotipos dentro de una población adquieren para sobrevivir y

reproducirse a determinada dosis de un herbicida, a la cual la población original era

susceptible. El uso repetido de un mismo herbicida o de herbicidas con el mismo modo de

acción expone a la población a una presión de selección que conduce a un aumento en el

número de individuos resistentes (Diez de Ulzurrum, 2013).

La presión de selección es el impacto que provoca una técnica de control sobre una población

eliminando individuos que no la toleran y sobreviviendo los que soportan el tratamiento.

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Además, factores intrínsecos del herbicida como la especificidad, la eficacia de control, la

residualidad y factores de manejo como la dosis y frecuencia de uso, entre otros, influyen en la

evolución de la resistencia afectando fundamentalmente la presión de selección ejercida sobre

la maleza (Rem, 2014).

La resistencia a herbicidas se desencadena mediante dos tipos de mecanismos, aquellos de

sitio activo (resistencia específica) y la resistencia por exclusión (no específica).

La resistencia de sitio activo se origina por modificaciones en el sitio de acción afectado por el

herbicida, y generalmente está ocasionada por mutaciones en la secuencia del gen que

codifica una enzima, resultando en una pérdida de afinidad del herbicida y evitando por ende

el proceso fitotóxico. Habitualmente la resistencia mediada por cambios en el sitio activo

genera supervivencia a altas dosis de herbicida ya que la planta se torna insensible al efecto

del mismo (Rem, 2014).

El desarrollo de resistencia a herbicidas mediante mecanismos no específicos puede deberse a

la combinación de uno o varios mecanismos que limitan la cantidad de herbicida que

interactúa con el sitio activo. Es decir, se provoca una reducción de la cantidad de herbicida

que llega al sitio de acción, ya sea por disminución de la penetración del herbicida en la planta,

menor transporte, o incrementos en los niveles de secuestro-metabolización del herbicida.

La resistencia a herbicidas puede estar conferida por uno o varios mecanismos, y puede

brindar insensibilidad a uno o varios herbicidas. Es así, que surgen los conceptos de resistencia

cruzada y resistencia múltiple. El término resistencia cruzada hace referencia a biotipos

resistentes a dos o más herbicidas con igual modo de acción. En cambio, el termino resistencia

múltiple implica biotipos resistentes también a uno o varios herbicidas, pero en este caso con

distinto mecanismo de acción (Rem, 2014).

Las rotaciones de herbicidas de diferente mecanismo de acción o la mezcla de ellos son

estrategias imprescindibles en el manejo de la resistencia, ya que minimizan la presión de

selección ejercida sobre las poblaciones de malezas. No todos los herbicidas generan la misma

presión de selección, siendo la misma una característica intrínseca del grupo (Rem, 2014).

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En Argentina, existen 36 biotipos de 20 especies resistentes a diferentes herbicidas con cuatro

mecanismos de acción y 11 casos de resistencia múltiple (Rem, 2019).

El glifosato (ácido N-fosfonometil glicina) es un herbicida de la familia química derivado de la

fosfonometilglicina, no selectivo, salvo para cultivos modificados genéticamente. De acción

sistémica, postemergente, se absorbe por hojas y tallos no lignificados de las malezas, se

transporta a través del floema, siguiendo la ruta de los fotosintatos, hacia las raíces y órganos

vegetativos subterráneos, ocasionando la muerte total de las malezas. No es absorbido por el

sistema radical ya que se inactiva en contacto con el suelo.

Es un producto de amplio espectro que se usa para controlar malezas perennes con sistema

radicular profundo; y especies anuales y bianuales, gramíneas y latifoliadas en áreas cultivadas

y no cultivadas.

La actividad inicial y los efectos visuales se manifiestan entre 2 y 4 días después de la

aplicación en las especies anuales y entre 7 y 10 días en las perennes, dependiendo de la

especie y de las condiciones climáticas.

El ingrediente activo (ácido N-fosfonometil glicina) para ser formulado debe ser transformado

en sales solubles, siendo las más utilizadas: sal isopropilamina (la más difundida), sal

monoamónica (en formulaciones solidas) y sal potásica (en formulaciones liquidas de alta

concentración).

Respecto al mecanismo de acción, es un inhibidor de la síntesis de aminoácidos aromáticos

(fenilalanina, tirosina y triptófano) actuando sobre la vía del ácido shikimico inhibiendo la

enzima enol piruvil shikimato fosfato sintetasa (EPSP´S). También existen alteraciones en otros

procesos bioquímicos que se consideran efectos secundarios, pero que tienen importancia en

la acción herbicida final (CASAFE, 2015).

Durante 2014 en los partidos de Necochea y Balcarce (sudeste de la provincia de Buenos Aires)

fueron halladas poblaciones de B. rapa, que no eran controladas con aplicaciones de glifosato

a dosis normal de uso (Pandolfo et al., 2015). Los ensayos de dosis-respuesta y el test

inmunológico demostraron que el origen de esta resistencia era transgénico y además, se

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demostró que el mismo biotipo presentaba resistencia múltiple a varios herbicidas inhibidores

de la aceto lactato sintetasa (ALS).

En 2016, integrantes de la Cátedra de Terapéutica Vegetal de la Facultad de Agronomía

(UNCPBA), detectaron en el partido de Azul un biotipo de nabo que también presentó

resistencia múltiple a inhibidores de la ALS y glifosato (Ciolli et al., 2016).

El metsulfurón (Metil 2-[((((4-metoxi-6-metil-1,3,5-triazin-2-il) amino) carbonil) amino) sulfonil]

benzoato) es un producto de la familia química Sulfonilureas que actúa inhibiendo la síntesis

de aminoácidos de cadena ramificada tales como valina, leucina e isoleucina, ya que provoca

una inhibición de la actividad de la enzima ALS. La deficiencia de dichos aminoácidos provoca

una disminución en la síntesis de proteínas que conduce a una caída drástica en la tasa de

división celular (CASAFE, 2015).

Es un herbicida postemergente de acción sistémica que controla malezas de hoja ancha en

cultivos de trigo y cebada, también se utiliza en barbechos químicos. Se absorbe rápidamente

a través del follaje y raíces de la planta. Es más efectivo sobre malezas pequeñas en activo

crecimiento. Tiene además una actividad residual que permite el control de muchas malezas

que germinen después del tratamiento (Diez de Ulzurrum, 2013).

El desarrollo de síntomas es lento (7-14 días), y se presenta principalmente en los tejidos

meristemáticos, donde se lleva a cabo en mayor proporción la biosíntesis de aminoácidos. Las

plantas tratadas detienen su crecimiento, se marchitan y adquieren un color rojizo debido a la

acumulación de antocianinas inducidas por el estrés. En gramíneas se observan clorosis

internervales, y coloraciones rojizas en las hojas nuevas, en tanto, en latifoliadas se observa

clorosis, acortamiento de entrenudos y coloraciones moradas en las nervaduras.

En el año 2016, se pudo corroborar el primer caso de resistencia a 2,4-D en Argentina, en otro

biotipo de Brassica rapa, estudiado a partir de ensayos de dosis respuesta (Juan et al., 2017).

Este hecho motivó la sospecha sobre la existencia de biotipos resistentes a los tres

mecanismos de acción, teniendo en cuenta la presencia ya demostrada en la zona de biotipos

de nabo resistentes a inhibidores de la ALS y glifosato.

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El 2,4-D (ácido 2,4 diclorofenoxiacético) es un herbicida perteneciente a la familia de los

hormonales, específicamente a la subfamilia clorofenoxiaceticos. Se utiliza para el control

postemergente de malezas de hoja ancha en diversos cultivos (cereales, pasturas de

gramíneas y campos naturales). Es sistémico de acción hormonal, se absorbe vía foliar, se

transporta por floema y se acumula en los puntos de crecimiento (CASAFE, 2015).

Actúa de la misma forma que las auxinas, siendo la principal el ácido indolacético (IAA). Las

auxinas estimulan procesos tales como la elongación y división celular, diferenciación de los

meristemas florales, fototropismo, senescencia, dominancia apical y formación de raíces. Por

lo tanto, la aplicación de este herbicida genera un desbalance hormonal, cambios en la

permeabilidad de las membranas, movilización de reservas de carbohidratos y proteínas,

rápido metabolismo de azucares y aminoácidos solubles, incremento en la síntesis de

proteínas provocando crecimientos desorganizados, perdida de turgencia, nastias, tumores,

obturaciones de los sistemas de conducción, callos en tejidos y posterior muerte (Diez de

Ulzurrum, 2013).

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2. Planteo del problema:

Por tratarse de una especie que presenta un alto porcentaje de alogamia y dada la presión de

selección ejercida, los casos de resistencia en Brassica rapa se difunden rápidamente. Como ya

fue mencionado inicialmente, en 2014 fueron halladas las primeras poblaciones resistentes a

glifosato en los partidos de Necochea y Balcarce (sudeste de la provincia de Buenos Aires).

Posteriormente en Azul en 2016, se presentaron casos de biotipos con resistencias múltiples a

inhibidores de la ALS y glifosato, y otros resistentes a glifosato y 2,4-D. En el último año se

reportaron biotipos con resistencia a los tres mecanismos ALS, hormonal e inhibidores de la

EPSP´s.

Todos estos estudios fueron realizados a partir de curvas de dosis respuesta de cada uno de

los herbicidas aplicados por separado.

Normalmente en los barbechos es común que glifosato, metsulfurón y 2,4-D se apliquen en

mezcla de tanque, dada la complementariedad de los espectros de control entre glifosato y

2,4-D y la residualidad en el suelo que aporta el metsulfurón.

Debido a que no hay información acerca de la interacción entre estos productos en mezclas, se

propone realizar un estudio con este objetivo.

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3. Hipótesis :

Es posible controlar el biotipo resistente a través de la mezcla de los tres herbicidas a los que

presenta resistencia en forma individual.

4. Objetivo:

Objetivo general

Evaluar la interacción de herbicidas de diferentes mecanismos de acción como

metsulfurón metil (Inhibidor de ALS), 2,4-D (hormonal) y glifosato (Inhibidor de EPSP´s),

cuando son aplicados en mezcla de tanque sobre un biotipo de Brassica rapa con

resistencia múltiple.

Objetivos específicos

i) Evaluar la fitotoxicidad provocada por las mezclas de glifosato con diferentes dosis

de 2,4D, glifosato con diferentes dosis de metsulfurón y la mezcla de los tres

productos.

ii) Evaluar la biomasa seca aérea acumulada en las plantas tratadas con las mezclas de

herbicidas al final del ensayo.

iii) Detectar posibles interacciones como potenciaciones, antagonismos u otras que se

manifiesten a partir de los parámetros evaluados.

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5. Materiales y métodos

Se procedió a la realización de tres ensayos independientes en el campus de la Facultad de

Agronomía de Azul. Los mismos se llevaron a cabo sobre plantas enteras, utilizando macetas

plásticas de 1000 cm3, con sustrato suelo y perlita, donde se sembraron una cantidad uniforme

de semillas del biotipo resistente en cada maceta. Las macetas fueron colocadas en el

invernáculo de la Facultad en condiciones semi controladas de humedad y temperatura.

Cuando las plantas alcanzaron el estado de roseta con 4-6 hojas, se realizaron los tratamientos

con herbicidas en condiciones de laboratorio (cámara de pulverización); aplicando las

diferentes dosis mediante un equipo de CO2 con una presión constante de 3 bares, con una

pastilla de aspersión de abanico plano estándar 8001 con un caudal equivalente a 130 L/ha.

Los tratamientos dentro de cada ensayo fueron los siguientes:

Formulación Conc.

Formulación

Dosis

Ensayo

1

Metsulfurón +

Glifosato Sal K

WP

SC

60%

54 % Acido

0, 4, 8, 16 y 32 g i.a./ha

1350 g e.a./ha

Ensayo

2

2,4-D DMA +

Glifosato Sal K

CS

SC

50% Acido

54 % Acido

0, 300, 600, 1200 y 2400 g e.a./ha

1350 g e.a./ha

Ensayo

3

Metsulfurón +

2,4-D DMA +

Glifosato Sal K

WP

CS

SC

60%

50 % Acido

54 % Acido

0, 4, 8, 16 y 32 g i.a./ha

0, 300, 600, 1200 y 2400 g e.a./ha

1350 g e.a./ha

DMA: Sal dimetilamina // Sal K: Sal potásica

En los ensayos 1 y 2 se realizaron mezclas de glifosato a una unica dosis (1350 g e.a/ha) con

cinco dosis de metsulfurón (GM0, GM1, GM2, GM4 y GM8) y con cinco dosis de 2,4-D (GD0,

GD1, GD2, GD4 y GD8), respectivamente.

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En el ensayo 3 los tratamientos fueron 20, y consistieron en diferentes combinaciones de las

dosis de 2,4-D con cada dosis de metsulfurón, en todos los casos utilizando glifosato a la

misma dosis que en los ensayos descriptos previamente.

Nomenclatura:

0X 1X 2X 4X 8X

Glifosato g e.a./ha 1350

G

Metsulfuróngi.a./ha 0

M0

4

M1

8

M2

16

M4

32

M8

2,4-D ge.a./ha 0

D0

300

D1

600

D2

1200

D4

2400

D8

De esta forma las combinaciones de los herbicidas se denominaron: GD0M1, GD1M1, GD2M1,

GD4M1, GD8M1, GD0M2, GD1M2, GD2M2, GD4M2, GD8M2, GD0M4, GD1M4, GD2M4,

GD4M4, GD8M4, GD0M8, GD1M8, GD2M8, GD4M8 y GD8M8.

Los tratamientos propuestos contaron con cuatro repeticiones y en todos ellos se agregó un

coadyuvante siliconado (Silwet) a razón de 30 cc/100 L.

A los 7, 14, 21 y 30 días desde la aplicación (DDA) se realizaron los relevamientos de

fitotoxicidad según la escala de evaluación visual de la acción de herbicidas propuesta por la

Asociación Latinoamericana de Malezas “ALAM” (Chaila, 1986), donde 0 es la ausencia de

síntomas y 100 es la mortandad total de plantas. Además se cortaron las plantas al ras del

suelo y se llevaron a cámara de secado a 60°C hasta peso constante para la determinación de

la biomasa seca aérea.

El diseño estadístico de los ensayos 1 y 2 fue completamente al azar con 4 repeticiones; y el

ensayo 3 fue un diseño factorial de 5x5, con 4 repeticiones. Los datos fueron procesados

estadísticamente mediante ANOVA y las medias se compararon mediante el test de Tukey (p

≤0,05) utilizando el software estadístico INFOSTAT.

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6. Resultados y discusión

Mezcla de glifosato y metsulfurón

En la figura 1 se puede observar la evolución semanal de la fitotoxicidad evaluada sobre

plantas de nabo resistente en el ensayo de mezclas de glifosato (1350 g i.a./ha), en

combinación con las diferentes dosis de metsulfurón probadas.

Se observa que a la dosis normal de uso (GM1 = 4 g i.a./ha) la fitotoxicidad en las plantas del

biotipo resistente fue leve, provocando como máximo 15 % de daño.

La fitotoxicidad observada para dosis doble (GM2) y cuádruple (GM4) llegó apenas al 20% y

con la dosis 8X al 40%.

Se destaca que en este biotipo incrementos importantes en la dosis de metsulfurón

provocaron manifestaciones leves en cuanto a la fitotoxicidad.

Figura 1: evolución de la fitotoxicidad provocada por la mezcla de glifosato con diferentes

dosis de metsulfurón (GM0, GM1, GM2, GM4 Y GM8) hasta los 30 días desde la aplicación.

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

7 14 21 30

Fito

toxi

cid

ad (

%)

Días desde la aplicación

GM0 GM1 GM2 GM4 GM8

18

En la tabla 1 se presentan los resultados de eficacia de control expresados como porcentaje

respecto a tratamientos sin herbicida y peso seco aéreo, ambos determinados al final del

ensayo. Se observa que los niveles de control obtenidos fueron como máximo del 15% a partir

del doble de la dosis recomendada de metsulfurón. Los tratamientos con este herbicida se

diferenciaron del tratamiento de glifosato solo que no provocó mortandad de plantas, aunque

no se registraron diferencias significativas entre ninguna de las dosis de metsulfurón probadas.

Tabla 1. Eficacia de control (%) y peso seco determinados a los 30 DDA provocado por las

mezclas de glifosato con diferentes dosis de metsulfurón (GM0, GM1, GM2, GM4 Y GM8).

Tratamientos Eficacia de control (%) Peso seco (g)

GM0 0 3,18

GM1 8,75 3,52

GM2 15 3,33

GM4 15 2,96

GM8 15 2,84

DMS(p<0,05) 10,82 1,78

En cuanto a peso seco, no se detectaron diferencias significativas entre ninguno de los

tratamientos. Se observa una leve tendencia hacia la disminución de este parámetro en las

dosis 4X y 8X de metsulfurón que no se lograron diferenciar del tratamiento sin metsulfurón.

Estos resultados de fitotoxicidad, mortandad y peso seco están acordes con los reportados en

trabajos previos realizados para determinar la resistencia de este mismo biotipo a metsulfurón

(Ciolli et al., 2016; Juan et al., 2018). Dichos autores reportan un alto índice de resistencia para

metsulfurón con máximo de 30 % de fitotoxicidad y sin diferencia significativa en la biomasa

seca acumulada en la máxima dosis evaluada, que fue 32 g i.a./ha y que representa ocho veces

la dosis de marbete.

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Mezcla de glifosato y 2,4-D

En la figura 2 se observa la evolución semanal de la fitotoxicidad provocada por la mezcla de

glifosato con las diferentes dosis de 2,4-D probadas.

Para la dosis de marbete recomendada de 2,4-D (300 g e.a./ha: GD1) se observa un nivel

máximo de fitotoxicidad del 45% a los 30 DDA. Con doble dosis la fitotoxicidad llega al 60% y

con 4X y 8X se alcanzan niveles aproximados al 80 y 90% respectivamente.

Figura 2: evolución de la fitotoxicidad provocada por la mezcla de glifosato con diferentes

dosis de 2,4-D (GD0, GD1, GD2, GD4 Y GD8) hasta los 30 días desde la aplicación.

Se puede destacar que en el caso de los tratamientos con 2,4-D, los aumentos de dosis del

herbicida provocan un incremento significativo en la fitotoxicidad lo que conlleva a una baja

supervivencia de plantas en los tratamientos GD4 y GD8.

En la tabla 2 se presentan los resultados de eficacia de control y peso seco determinados a los

30 DDA, para los tratamientos de glifosato en mezcla con 2,4-D.

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

7 14 21 30

Fito

toxi

cid

ad (

%)

Días desde la aplicación

GD0 GD1 GD2 GD4 GD8

20

Se observa que en este biotipo con resistencia a hormonales la dosis de marbete de 2,4-D

(GD1) alcanzó niveles de control del alrededor del 60%, lo que implica que un 40% de los

individuos sobrevivieron al tratamiento. Con doble dosis se logró un incremento significativo

de la mortandad que alcanza casi el 80% y con 4X y 8X se superó el 90% de control y resultaron

significativamente superiores a todos los tratamientos restantes.

Estos incrementos en la eficacia de control a medida que aumenta la dosis de 2,4-D son

característicos de este biotipo y ya han sido mencionados en trabajos previos. Juan et al.

(2017) concluyen que el biotipo de referencia tiene un índice de resistencia de

aproximadamente 5 con respecto a las poblaciones de Brassica rapa, sensibles a 2,4-D.La

biomasa seca fue reducida significativamente por todos los tratamientos que contienen 2,4-D

respecto del tratamiento que solo tiene glifosato (GD0). Si bien los aumentos de dosis de 2,4-D

no presentaron diferencias significativas entre sí, se debe tener en cuenta que al momento de

la aplicación las plantas tenían una importante biomasa acumulada, ya que hasta el estado de

roseta entre 4 y 6 hojas todas crecieron en condiciones similares sin herbicida.

Tabla 2. Eficacia de control (%) y peso seco determinados a los 30 DDA provocado por las

mezclas de glifosato con diferentes dosis de 2,4D (GD0, GD1, GD2, GD4 Y GD8).

Tratamientos Eficacia de control (%) Peso seco (g)

GD0 0 3,51

GD1 63,75 2,76

GD2 78,75 2,80

GD4 93,75 1,73

GD8 97,50 1,47

DMS(p<0,05) 9,45 2,03

21

Mezcla de glifosato, 2,4D y metsulfurón

Dado que en el análisis estadístico factorial en los ensayos de mezcla de los tres productos se

detectó interacción entre las dosis de metsulfurón y 2,4-D, se analizaron los datos de las

diferentes dosis de 2,4-D dentro de cada dosis de metsulfurón.

En las figuras 3, 4, 5 y 6 se presentan los resultados de la evolución de la fitotoxicidad

provocada por las diferentes dosis de 2,4-D en cada una de las combinaciones de dosis de

metsulfurón (M1=1X, M2=2X, M4=4X Y M8=8X) respectivamente.

Figura 3: evolución de la fitotoxicidad provocada por la mezcla de glifosato con 4 g i.a./ha de

metsulfurón (M1) y diferentes dosis de 2,4-D (GD0, GD1, GD2, GD4 Y GD8)hasta los 30 días

desde la aplicación.

Para la dosis normal de uso de metsulfurón (Figura 3) se observó que el incremento de

fitotoxicidad fue provocado básicamente por el aumento de dosis de 2,4-D. Esto coincide con

los resultados presentados en la Figura 2, donde se indicaban incrementos significativos en

fitotoxicidad y mortandad con aumentos de dosis de este herbicida hormonal. Nótese que el

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

7 14 21 30

Fito

toxi

cid

ad (

%)

Días desde la aplicación

GD0M1 GD1M1 GD2M1 GD4M1 GD8M1

22

tratamiento que no tiene 2,4-D (GD0M1) a los 30 DDA apenas alcanzó un 10% de fitotoxicidad,

mientras que con la mínima dosis de 2,4-D llegó al 40 % en ese mismo intervalo.

Con 8 g i.a./ha de metsulfurón (figura 4) si bien se observó un incremento en la fitotoxicidad

en el tratamiento GD0 que llegó al 20 %, continúa manifestándose que 2,4-D fue el

responsable principal del efecto fitotóxico sobre el biotipo resistente.

Figura 4: evolución de la fitotoxicidad provocada por la mezcla de glifosato con 8 g i.a./ha de

metsulfurón (M2) y diferentes dosis de 2,4-D (GD0, GD1, GD2, GD4 Y GD8) hasta los 30 días

desde la aplicación.

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

7 14 21 30

Fito

toxi

cid

ad (

%)

Días desde la aplicación

GD0M2 GD1M2 GD2M2 GD4M2 GD8M2

23

Figura 5: evolución de la fitotoxicidad provocada por la mezcla de glifosato con 16 g i.a./ha de

metsulfurón(M4) y diferentes dosis de 2,4-D (GD0, GD1, GD2, GD4 Y GD8) hasta los 30 días

desde la aplicación.

Figura 6: evolución de la fitotoxicidad provocada por la mezcla de glifosato con 32 g i.a./ha de

metsulfurón(M8) y diferentes dosis de 2,4-D (GD0, GD1, GD2, GD4 y GD8) hasta los 30 días

desde la aplicación.

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

7 14 21 30

Fito

toxi

cid

ad (

%)

Días desde la aplicación

GDOM4 GD1M4 GD2M4 GD4M4 GD8M4

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

7 14 21 30

Fito

toxi

cid

ad (

%)

Días desde la aplicación

GD0M8 GD1M8 GD2M8 GD4M8 GD8M8

24

Con las dosis más altas de metsulfurón (Figuras 5 y 6) se observó que ambos productos fueron

capaces de generar fitotoxicidad dado que, por ejemplo para 2,4-D1X con 32g de metsulfurón

se detectó un 80% de fitotoxicidad.

En la Figura 7 se presenta la eficacia de control obtenida para las mezclas de 2,4-D en cada

dosis de metsulfurón.

Igual que para la fitotoxicidad, en general se puede observar que en ausencia de metsulfurón,

la dosis de 2,4-D presenta la mayor influencia en la eficacia de control obtenida, pero a medida

que se incrementan las dosis de metsulfurón el efecto del 2,4-D reduce su influencia en los

resultados obtenidos.

Figura 7. Eficacia de control de la mezcla de glifosato con las diferentes dosis de metsulfurón y

2,4-D. Las comparaciones son solamente entre las diferentes dosis de 2,4-D dentro de cada

dosis de metsulfurón. Letras distintas significan diferencias significativas entre los tratamientos

(Tukey p<0,05).

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

GDXM0 GDXM1 GDXM2 GDXM4 GDXM8

Efic

acia

de

Co

ntr

ol (

%)

0 X 1 X 2 X 4 X 8 X

D

C

B

B

B

A

B

B

A

B

B

A

B

B B

B

B

C

B

B

AB

BB

BC

BB

C

B

B

D

B

B

A

B

B

B

B

B

C

B

B

A

B

B

A

B

B

A

B

B

A

B

B

B

B

B

A

B

B

A

B

B

A

B

B

25

Por ejemplo, para 32g de metsulfurón que representa 8 veces la dosis de marbete, todos los

tratamientos de 2,4-D generaron controles ≥ 90%. En contraste, con 4 g de metsulfurón la

dosis de 300 g de 2,4-D (1X) no alcanzó el 50% de eficacia presentando diferencias

significativas con doble, cuádruple y óctuple dosis del herbicida hormonal.

Tabla 3. Biomasa seca aérea determinada a los 30 DDA para las diferentes combinaciones de

dosis de glifosato con metsulfurón y 2,4-D. Las comparaciones son solamente en cada

columna. Letras diferentes indican diferencias significativas entre los tratamientos (Tukey

p<0,05).

2,4-D dosis

(1X=300 g

e.a./ha)

Metsulfurón dosis (1X=4 g i.a./ha)

0X 1X 2X 4X 8X

0X 3,51 A 3,52 A 3,33 A 2,96 A 2,84 A

1X 2,76 AB 3,10 A 2,79 AB 2,57 AB 1,93 A

2X 2,80 AB 3,33 A 2,86AB 2,10 AB 2,12 A

4X 1,73 AB 2,55 A 2,05 AB 1,55 B 1,60 A

8X 1,47 B 2,35 A 1,34 B 1,36 B 1,51 A

En cuanto al peso seco, se observa la influencia del 2,4-D dentro de cada dosis de metsulfurón.

Se destaca que aparentemente existiría una posible interacción negativa que se pone de

manifiesto en la menor dosis de metsulfurón (evaluada en este caso) combinada con las

diferentes dosis de 2,4-D. Se observa que con 4g de i.a./ha de metsulfurón ninguna dosis de

2,4-D presentó diferencias significativas con el testigo sin herbicida hormonal, mientras que en

ausencia de metsulfurón (0X) la mayor dosis de 2,4-D (8X) se diferenció significativamente del

tratamiento sin 2,4-D, causando un 58% de reducción de peso seco.

26

Por último, en las mezclas con la mayor dosis de metsulfurón la influencia del 2,4-D representa

solamente una tendencia de reducción de biomasa sin diferencias significativas entre

tratamientos.

Con respecto a interacciones entre herbicidas uno de los ejemplos más estudiados es el

antagonismo entre graminicidas y herbicidas hormonales (Barnwell y Cobb, 1994), aunque

también se han visto interacciones de tipo antagónicas entre fenoxaprop y metsulfurón

(Gharde et al., 2017).

Otros estudios indican interacciones positivas o sinérgicas para mezclas herbicidas, por

ejemplo Joseph et al. (2018), encontraron efectos de sinergismo para el control de malezas

latifoliadas en las mezclas de glifosato o glufosinato de amonio con 2,4-D o dicamba.

También se ha observado sinergismo en el control de Brassica napus entre MCPA y

metsulfurón (Hollaway et al., 1996), pero contrariamente a esto Mathiassen y Kudsk (1993)

observaron antagonismo de esa misma mezcla para el control de Stellaria media y Lamium

purpureum.

En definitiva la complejidad de las interacciones entre herbicidas en relación a la biología de

las malezas, permite evidenciar que para una misma mezcla de herbicidas en algunas especies

se puedan manifestar efectos sinérgicos y en otras especies antagónicos.

En nuestros ensayos de mezclas de dos productos se aprecia que en las mezclas de barbecho

de glifosato, incrementos en la dosis de metsulfurón no hicieron un aporte significativo en los

parámetros evaluados. Este comportamiento hace presumir que la resistencia de nabo a

inhibidores de la ALS puede ser un caso de resistencia de sitio activo, donde grandes

incrementos de dosis provocan efectos muy limitados en las plantas resistentes.

Contrariamente en el tratamiento con glifosato, el incremento en la cantidad de activo de 2,4-

D mostró una respuesta destacada, un típico efecto dosis respuesta, y si bien el biotipo es

resistente, los aumentos de dosis tuvieron una influencia sobre prácticamente todos los

parámetros de crecimiento y supervivencia de las plantas lo que es concordante con las

características de la resistencia por exclusión o metabólica.

27

En cuanto a las mezclas de los tres productos se nota claramente que el mayor efecto estuvo

dado por el aumento de la dosis de 2,4-D; y si bien altas dosis de metsulfurón también fueron

capaces de provocar una mortandad significativa dichas cantidades no son compatibles con el

uso práctico dada la residualidad que presenta el producto en el suelo y que inhibiría la

siembra de cualquier cultivo posterior a la aplicación

Se observó que con la mínima dosis de metsulfurón (4 g i.a./ha) existiría una interacción

negativa en la eficacia de control lograda por la mezcla de este herbicida con 2,4-D más

glifosato, respecto de la misma mezcla en ausencia de metsulfurón. Este aspecto debería ser

estudiado en detalle ya que podría ser un posible caso de hormesis.

A dosis normales de uso la mezcla de los tres productos no presentó ningún aporte que

mejore el nivel de control que pueden obtener los productos aplicados individualmente.

28

7. Conclusiones

Si bien se demostró que con un aumento significativo de la dosis de 2,4D los individuos

resistentes de Brassica rapa pueden ser controlados, esto a su vez generaría una mayor

presión de selección sobre el biotipo problema.

Por otra parte, altas dosis de metsulfurón no hicieron un aporte significativo al control y

además la residualidad que quedaría en el suelo haría incompatible la implantación de

cualquier cultivo.

De esta forma, la hipótesis planteada no es aceptada ya que la mezcla de los tres herbicidas no

mejoró la eficacia de control que se puede lograr con los productos aplicados de forma

individual a la misma dosis.

29

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