Introducción al ensayo
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Introducción al ensayo
Cuando usamos los términos literarios de narrativa, poesía o teatro, todos comprendemos su
significado. La palabra ensayo, sin embargo, parece que se usa para todo aquello que no es poesía, teatro
o narrativa. Cuando un profesor asigna un “ensayo” como trabajo final para una clase, normalmente no
se refiere a un “ensayo literario” sino a un trabajo de investigación. Aquí vamos a estudiar el ensayo
como uno de los géneros literarios.
Vamos a comenzar con una definición que empiece a establecer el marco del género: El ensayo es un
escrito en prosa de extensión moderada que se caracteriza por ser una cala profunda sobre un tema que
no se pretende agotar. El ensayo es una reflexión desde la perspectiva personal de un autor implícito que
se presenta como proyección artística del autor real. El ensayo es un género literario en el que el fin
estético surge entrelazado con el proceso reflexivo sin sacrificarse el uno al otro. El ensayo muestra las
ideas en el proceso de su formación, por lo que el juicio que se articula es tan importante como el
proceso mediante el cual se conciben y organizan las ideas. Como todo escrito, nace en tensión con el
ambiente cultural en que se concibe, pero busca trascenderlo al hacer del ser humano punto de partida y
destino a la vez. La ensayística procura alejarse del dogmatismo que aporta el pensamiento hecho –del
tratado, por ejemplo– al presentar la idea en su gestación y como invitación, implícita o explícita, al
lector a participar y a continuar las reflexiones en su propio pensamiento.
1. Esta definición tiene muchos aspectos que necesitan más explicación para poderla comprender.
¿Desde qué perspectiva se ha escrito la definición?
Hemos hablado de tres momentos: el autor, el texto y el lector. Los tres momentos se relacionan en el
acto de comunicación y son a la vez independientes en cuanto al proceso de codificación y
decodificación. El autor produce el texto siguiendo los principios de la comunicación que hemos
estudiado al hablar de géneros naturales e históricos de la comunicación. El lector, al leer el texto
reconoce dichos principios de la comunicación. La definición anterior está escrita desde la perspectiva
de los géneros literarios.
2. ¿En qué sentido es el ensayo un género natural y cuándo se empieza a formar como género
histórico?
Como género literario histórico, el ensayo surge como forma de pensar sin una retórica precisa; es
decir, sin una serie de características formales que lo limiten. En este sentido podemos remontarnos a la
Grecia clásica y hablar de la ensayística de Platón en sus Diálogos, o de los ensayos de Séneca en lo que
él denominó Epístolas. El término ensayo lo fija Michel Montaigne en 1580 al publicar la primera
edición de sus Essais. Dentro del mismo siglo XVI, en 1597, comienzan a publicarse los primeros
ensayos de Francis Bacon. Ambos escritores fijan los principios históricos del nuevo género literario.
3. ¿Qué quiere decir que la definición anterior del ensayo está escrita desde la perspectiva de los
géneros literarios?
Queremos decir que para construir esa definición hemos usado la percepción del ensayo como género
natural –cuyo objetivo principal es la persuasión en la comunicación–, junto con las construcciones
históricas. Podemos estudiar el ensayo considerando sucesivamente sus características desde la
perspectiva del autor, desde la perspectiva del texto y desde la perspectiva del lector (las características
que se anotan en el siguiente gráfico tienen enlace a textos más amplios).
4. ¿Cuáles son las características del ensayo desde la perspectiva del autor?
Cuando un escritor decide comunicar sus ideas a través de un ensayo, acepta también de modo implícito
comunicarse según ciertos principios de la retórica del ensayo:
El ensayista busca influir en la opinión del lector; pero no lo hace dando ideas hechas (como en
un tratado o como en las obras didácticas). El ensayista desea que el lector adopte su modo de
pensar (o lo comprenda como un posible modo de pensar).
El ensayista exterioriza su subjetividad en el ensayo; es como una confesión intelectual del autor,
al expresar una forma de pensar. El autor se proyecta en el texto, por eso es frecuente el uso de la
primera persona.
La estructura del ensayo se aproxima a la comunicación oral, en el sentido de incluir frecuentes
digresiones y de seguir una estructura interna (unas ideas sugieren otras).
El ensayista prefiere temas de actualidad en conexión con la condición humana. Por eso, en los
mejores ensayos, lo actual transciende lo temporal. Muestra diversas perspectivas que
transcienden lo particular cultural.
El ensayista reflexiona sobre un tema; no pretende ser exhaustivo, sólo desea profundizar en
alguno de los aspectos del tema tratado.
El ensayista escribe para la generalidad de los cultos. Es decir, no escribe para profesionales; usa
muy pocos términos técnicos y cuando los usa, lo hace en un contexto para que pueda se
comprendido por la generalidad de los lectores.
5. ¿Cuáles son las características que nos permiten reconocer el texto ensayístico?
La forma de un poema o de un cuento es por lo general suficiente para reconocer el poema o el cuento.
Para diferenciar un artículo de un ensayo publicados en el mismo periódico, necesitamos leerlos y
conocer las características del ensayo y del artículo. En el ensayo lo importante son las reflexiones, en el
artículo nos interesan los datos.
El ensayo es un escrito en prosa de extensión moderada (raramente supera las 30 páginas de
extensión). Por eso hablamos de libros de ensayos; o sea, de libros donde se recogen varios
ensayos que pueden leerse de modo independiente.
La extensión del ensayo y los objetivos de tratar sólo un aspecto del tema, no significa que el
ensayo sea un fragmento. Un fragmento es una parte de un todo (un capítulo de un tratado, por
ejemplo). El ensayo es una forma de pensar, un modo de presentar una perspectiva diferente, y
como éste es su objetivo, el ensayo es también completo auque sea breve y no pretenda ser
exhaustivo.
La publicación original de los ensayos suele ser en la página de opinión de los periódicos, en los
suplementos culturales o en revistas. Como forma de diálogo, el ensayo busca un público
inmediato que pueda responder al contenido del ensayo (muchas de las cartas al editor son parte
de ese diálogo entre el ensayista y sus lectores).
El texto del ensayo omite la documentación propia del artículo (notas a pie de página,
bibliografía, etc.), pues lo importante del texto no son los datos sino la perspectiva del ensayista.
En el contenido, el ensayo cuestiona los contextos culturales de su momento al presentarlos
desde una perspectiva personal.
6. ¿En qué sentido podemos hablar del ensayo desde la perspectivas del lector?
La comunicación se hace posible cuando existe un código compartido entre el autor y el lector:
El lector se aproxima al ensayo con una percepción de lo que es el género del ensayo. Por
ejemplo, no leemos del mismo modo un ensayo sobre la educación en la página de opinión de un
periódico, que un artículo sobre la situación de la educación secundaria según los resultados de
los exámenes estandarizados. En el primer caso buscamos opiniones que nos motiven a pensar:
buscamos el diálogo. En el segundo caso buscamos datos que clasifiquen una situación:
buscamos aprender.
El lector no busca conclusiones en el ensayo, desea encontrar nuevas perspectivas, nuevos
modos de aproximarse a un tema.
El lector lee los ensayos como participante activo (en contraste, por ejemplo, mantenemos una
posición pasiva de aceptación cuando leemos un cuento).
Cuando deseamos leer sobre un tema, buscamos un tratado, sin que nos importe mucho con
frecuencia su autor. Cuando deseamos leer ensayos buscamos un autor, sin que nos importe
mucho los temas que trata.
Cuando hablamos del valor de un ensayista, nos referimos tanto a las ideas que expresa como a
la forma artística en que expresa dichas ideas.
7. Lo que se describe anteriormente es un lector que sigue la retórica del ensayo. Pero al estudiar
al lector se habló de su independencia y de que el lector puede leer un texto independiente e
indiferente de la retórica de los géneros.
Sí, es cierto. Los puntos anteriores hacen referencia a la retórica del ensayo y nos sirven para
comprender lo que es la lectura de ensayo desde nuestro punto de vista académico. Por otra parte, los
puntos anteriores describen también una lectura crítica. En nuestro momento actual vivimos una cultura
de la información que demanda una lectura crítica. La antigua afirmación de “es verdad porque lo he
visto escrito”, nunca fue totalmente cierta. Pero antes, la publicación de un libro o un artículo pasaba por
numerosas etapas de evaluación. Hoy en día, cualquier persona puede publicar en Internet lo que desee.
Por eso, la lectura crítica se ha convertido en una nota distintiva de la persona culta. Podemos decir que
hoy día se impone una lectura ensayística de cualquier texto.
(Gómez-Martínez)