Invest de La Tarde Comple2
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1
INTRODUCCION
En el presente trabajo queremos mencionar algunos puntos de lo que es el trabajo
infantil y las consecuencias físicas y psicológicas que atrae consigo este
fenómeno social. Queremos resaltar los atropellos de los derechos que tiene hacia
los infantes, obligándolos a llevar una cuota a sus casas o incluso a personas que
se aprovechan del miedo que tienen los niños y de su inocencia a no conocer de
sus derechos y no poder exigir que se cumplan.
Pretendemos dar a conocer a la sociedad como este problema necesita que se le
dé la importancia correspondiente, ya que nadie y ni el gobierno se preocupa por
combatir y cambiar la triste realidad de muchos niños.
En nuestro país la sociedad esta tan acostumbrada a ver esta problemática que no
piensan en los riesgos que corren estos menores. Podemos observar que en este
fenómeno el género más afectado es el masculino, un ejemplo que podemos
observar a diario en las calles y buses que la mayoría de veces son los niños los
que andan corriendo o subiéndose a los buses para poder vender, y podemos
observar a las niñas vendiendo en los mercados, pero no como los niños lo hacen,
no dejando de ser trabajo infantil.
2
ANTECEDENTES
La historia de un sector de la población comúnmente olvidado: los niños
trabajadores. Desde las décadas que siguieron a la Revolución Mexicana de 1910
y en el grupo de trabajadores infantiles de la Ciudad de México a la actualidad. En
esos años se advierte una posición paradójica del Estado mexicano, que por un
lado busca limitar las jornadas laborales de miles de niños que trabajaban en las
ciudades y el campo; por otro, un interés de fomentar el trabajo de los niños de los
sectores populares en la calle, las escuelas o los centros correccionales, bajo el
argumento de que el trabajo formaría para una vida “útil” y permitiría el desarrollo
no sólo de los niños y sus familias sino también de la economía nacional.
En la actualidad se considera que el trabajo infantil se debe erradicar, se entiende
que es una forma de abuso sobre los niños y una actividad propia de la vida
adulta; a un niño que trabaja se le describe con frecuencia como un individuo que
ha “perdido” o a quien le han “robado” la niñez. Sin embargo, estas apreciaciones
surgen como parte de una larga historia en la que el trabajo infantil se pensó de
muy diversas maneras. En muchas sociedades del pasado que los niños
trabajaran era algo comúnmente aceptado, incluso se valoraba y se consideraba
una experiencia intrínseca a la vida infantil. La infancia, la niñez o el trabajo son
conceptos históricos, es decir, se transforman y cambian a lo largo del tiempo.
Esto quiere decir que cuando hablamos de trabajo infantil deberíamos tomar en
cuenta de que este fenómeno, en cualquier época histórica, ha estado
condicionado por características sociales, políticas, culturales y económicas, por
los espacios en los que acontece, por los contextos determinados, los conflictos y
contradicciones de cada sociedad y sus actores.
Aunque miles de niños trabajaban en la ciudad de México en las más variadas
actividades, el trabajo infantil no fue una prioridad en los amplios proyectos de
protección a la infancia de los regímenes de Álvaro Obregón, Plutarco Elías
Calles, los gobiernos del Maximato o el de Lázaro Cárdenas, tampoco abarcó
grandes titulares de la prensa ni estuvo entre las principales demandas del
movimiento obrero. Sin embargo, diversos actores sociales y políticos —
3
maestros, funcionarios, abogados, psicólogos, médicos, pedagogos y un
importante grupo de mujeres de clase media y alta que vieron en los proyectos de
protección infantil, una forma de activismo político — coincidieron unas veces, y
discreparon otras, sobre el lugar que los niños debían ocupar en la sociedad
mexicana y la función del gobierno en esta construcción.
Durante la posrevolución las posturas que existieron sobre el trabajo infantil fueron
heterogéneas y hubo definiciones ambiguas sobre lo que constituía un trabajo
aceptable para los niños. Pocas voces denunciaron los efectos nocivos del trabajo
sobre la infancia y reconocieron a este fenómeno como un escándalo. Esto se
debe, en parte, a que predominaba una visión de que los niños de las clases
populares debían contribuir lo más temprano posible a la economía familiar. Los
niños trabajadores fueron ganando presencia en la discusión nacional y
aparecieron cada vez más posturas críticas que enfatizaban que la infancia debía
ser una etapa alegre, de juegos y risas y que el lugar de los niños por
antonomasia era la escuela.
Aunque las hubo, las referencias al trabajo infantil hechas por periodistas, inte-
lectuales, profesionistas, funcionarios públicos, obreros o maestros durante el pe-
riodo no dejan de ser escasas, esporádicas y contradictorias. En ellas se
conjugaban ideas sobre los efectos benéficos del trabajo a nivel económico y
moral, así como argumentos sobre las consecuencias nocivas del trabajo en el
desarrollo físico y la salud de los niños. La postura estatal sobre el trabajo infantil
también fue imprecisa y ambivalente. Los políticos, funcionarios y trabajadores
sociales no plantearon eliminar ni prohibir el trabajo infantil. Tampoco lo hicieron
las familias populares.
Durante la posrevolución, y quizá desde mucho antes, su ética se construyó sobre
la premisa de que los niños deberían contribuir económicamente en sus hogares
desde la edad más temprana posible. Los niños formaron parte activa de las
estrategias de subsistencia familiar y sus actividades más importantes como ir a la
escuela, al trabajo o ayudar dentro del hogar estuvieron comúnmente condi-
cionadas por las necesidades colectivas y familiares, pero esto no implica que los
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niños no pudieran tomar decisiones autónomas e independientes, especialmente
aquellos que carecían de una estructura familiar.
El Censo Obrero Industrial de 1924 y el Primer Censo Industrial de 1930 son
fuentes documentales que nos han permitido aproximarnos a las cifras del
universo de trabajadores infantiles de la ciudad de México en los años de la
posrevolución. La población de la capital de la República era de 615 367
habitantes. Pero estos censos muestran que los niños y adolescentes que
trabajaban en el sector manufacturero de la ciudad de México eran alrededor de
tres mil. No sólo los que tenían los 12 años legales para hacerlo sino incluso niños
más pequeños. Es decir, alrededor del 7 por ciento de los obreros y artesanos en
el Distrito Federal en 1923 no habían cumplido los 16 años. Los trabajadores
infantiles aportaban significativos ingresos económicos a sus familias.
En estos años, por ejemplo, los menores de edad en el sector manufacturero
ganaban en promedio cincuenta centavos diarios, lo cual significaba que al
finalizar su jornada un niño podía llevar a su casa medio kilo de arroz, un cuarto de
kilo de azúcar, medio kilo de café, un cuarto de kilo de manteca y un litro de
pulque. Además, tenían la posibilidad de guardar unos centavos para dulces o
diversiones como el cine, el box o las carpas. Si en 1934 el salario mínimo era de
1.50 pesos, podemos ver que el costo de la vida superaba con creces las
ganancias diarias de los trabajadores.
En el Censo Obrero hemos encontrado que en los talleres e industrias, cuanto
más niños trabajadores había, menor era la presencia de mujeres, lo cual apunta a
una competencia laboral entre estos dos grupos. Los menores de edad comple-
mentaban el trabajo adulto masculino y, en cambio, provocaban un desplazamien-
to del trabajo femenino. Es decir, a quienes más afectó la contratación de niños
fue a las mujeres obreras y esta competencia se dio en términos salariales. Los
niños generaban menos problemas que las trabajadoras adultas en cuestión de
demandas, organización o reclamos laborales, tenían la posibilidad de entrar en
lugares reducidos o pasar gran número de horas agachados o de rodillas, se les
podía pagar poco o nada; eran una mano de obra atractiva.
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PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
El trabajo infantil en México es un fenómeno complejo y multidimensional en el
cual es muy difícil separar sus componentes educativos, sociales, culturales y
económicos. Es bien sabido que en México, la sociabilización y la educación de
niños y niñas requiere que éstos contribuyan, ayuden, cooperen y colaboren en
muchas actividades familiares, algunas de ellas clasificadas como actividades
económicas en el marco de diversos esquemas de formación familiar. El trabajo
de niños y niñas con frecuencia está vinculado a contextos familiares con
costumbres y tradiciones particulares, donde éste es un eje ordenador y
estructurador de pautas de comportamiento. En particular, este estudio trata del
trabajo económico y del trabajo doméstico realizado por niños y niñas residentes
en viviendas particulares en el país.
En las siguientes páginas quiero no sólo hacer que los niños surjan del anonimato
en el que los ha mantenido la historia sino enfatizar su acción social. Los trabaja-
dores infantiles fueron actores sociales definidos por su función económica, fueron
productores y vendedores de manufacturas, proveedores de servicios, elementos
clave para la reproducción social y la transmisión de valores, sujetos que
cumplieron un papel de bisagra entre generaciones marcando continuidades,
rupturas y cambios con el pasado. Quiero centrarme en los años que siguieron a
la Revolución Mexicana y en la ciudad de México, ya que este periodo y este
espacio geográfico constituyen una ventana que nos permite observar cómo,
desde diversos ámbitos se valoró económicamente a los niños, se les consideró
actores y sujetos claves en el desarrollo económico de México y por lo tanto, se
les conminó a formarse como trabajadores.
Fenómenos que imprimirían un cambio fundamental en las formas de ver, tratar y
discutir a la infancia en México; El Primer Congreso Mexicano del Niño, celebrado
en 1920 en la ciudad de México; no sólo fue testigo de decenas de propuestas e
iniciativas para mejorar la situación de la niñez mexicana sino también fue un
detonante para la aparición e instrumentación durante toda la década de una serie
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de políticas, asociaciones, instituciones, leyes, reglamentos, acciones educativas,
higiénicas, deportivas y de control social, así como la proliferación de
publicaciones, libros, tesis, estudios, artículos sobre el mundo infantil.
Se expandió también la convicción de que los niños y los adolescentes debían
tener un lugar específico en todos los ámbitos, ser tratados de manera
diferenciada de los adultos en el campo judicial, civil, laboral y educativo. Se
marcó también por las repercusiones del artículo 123 de la Constitución Política
Mexicana de 1917 y por su subsiguiente legislación reglamentaria, que regulaban
el trabajo infantil. Aunque las leyes determinaron el marco normativo al que debían
ajustarse ciertos aspectos del trabajo infantil, no consideraron las labores
agrícolas o de calle, actividades que permanecieron libres de regulación. En
México la legislación sobre el trabajo infantil fue laxa y en este periodo nunca se
intentó eliminar el trabajo de los niños sino más bien asegurarles un mínimo de
protección y la posibilidad de dividir su tiempo para asistir también a la escuela.
En ello residía gran parte del proyecto posrevolucionario para la infancia
mexicana. En lo concerniente al trabajo infantil y a muchos aspectos de la vida de
la sociedad mexicana, hubo enormes contradicciones entre ideales, leyes y
prácticas cotidianas. Los informes levantados por los inspectores de fábricas
traslucen que a pocos años de la promulgación del artículo 123 éste era infringido
por grandes empresas, pequeños talleres y funcionarios encargados de velar por
su cumplimiento.
En ciertos grupos de la población mexicana, como los indígenas, el trabajo infantil
presenta diversos matices, desde el trabajo que se le asigna a los y las niñas
como parte de un proceso de socialización hasta situaciones de mayor
precariedad por las condiciones de carencias económicas y pobreza en las que
viven, siendo frecuente por consiguiente que muchos niños y niñas desde
pequeños tengan que contribuir al ingreso del hogar.
En la actualidad la preocupación por la situación y futuro de los niños y las niñas
en el mundo y en México es un tema central de diferentes organizaciones
internacionales y de todos los países. La celebración de la Convención sobre los
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Derechos de los Niños por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el
sinnúmero de programas auspiciados por el Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia (UNICEF), la adopción del convenio 182, relativo a “las peores formas de
trabajo infantil”, por parte de los países miembros de la Organización Internacional
del Trabajo (OIT) y la puesta en marcha del Programa Internacional para Erradicar
el Trabajo Infantil (IPEC) en el mundo, son una muestra del interés y de las
acciones emprendidas a escala mundial para atender los problemas de los niños y
las niñas con el fin de garantizar su pleno desarrollo.
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OBJETIVO GENERAL
Dar a conocer como el trabajo infantil es una problemática destructiva para
la niñez mexicana, y a consecuencia de ello no hay desarrollo económico.
OBJETIVOS ESPECIFICOS
Indagar el origen y evolución del trabajo infantil a través de la historia.
Conocer los tipos de trabajo infantil que existen.
Investigar los artículos penales en contra del trabajo infantil.
Conocer los derechos de los niños explotados.
Indagar las consecuencias del trabajo infantil.
Investigar los programas destinados para ayudar a los niños que están
siendo explotados en México.
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HIPOTESIS
El niño pobre se configuró como un sujeto económicamente valioso, tanto para
sus familias como para el gobierno y la sociedad. Las familias populares estable-
cieron como una de sus estrategias de sobrevivencia la inserción de sus hijos en
el mercado laboral lo cual, a su vez, hizo que el trabajo se considerara un aspecto
propio del desarrollo de los niños y de la vida familiar de los sectores populares.
La incipiente industrialización, los efectos de la crisis económica, las migraciones
del campo a la ciudad y, la novísima preocupación por la infancia, contribuyeron a
develar los efectos más desfavorables del trabajo sobre los niños. Todo esto
provocó que de manera paulatina el fenómeno adquiriera una connotación
negativa.
La preocupación para la protección a la infancia en términos de salud, educación o
corrección de la delincuencia, la aplicación de la política y de las leyes no siempre
fue coherente. Los “éxitos” de estos proyectos pro-infancia tuvieron matices, la
educación no logró cubrir la demanda; la pobreza continuó signando la vida de los
sectores populares; la delincuencia infantil no logró abatirse; los logros en higiene
y salud fueron lentos.
Los menores de edad de los sectores populares son protagonistas activos en el
amplio mundo laboral urbano y trabajaron tanto como pueden; El trabajo infantil y
la formación en los oficios se integraron al salón de clases para formar individuos
esencialmente prácticos. Si los adultos se formaban desde pequeños, a la escuela
se le delegó la tarea de formar a la nueva infancia mexicana. Los gobiernos de la
época mostraron que la escuela y el trabajo infantil no debían ser incompatibles ni
irreconciliables.
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JUSTIFICACION DEL TEMA
En este trabajo nosotros como equipo tomamos a bien escoger esta problemática
que es “el trabajo infantil en México ” ya que nos llamó mucho la atención debido
al descuido y poca importancia que se le da en nuestro país y en el mundo entero,
como jóvenes queremos investigar y responder nuestras dudas y poder conocer
más de este tema y no ser ignorantes al dolor de tantos niños y niñas que sufren
en nuestro país, y de ahora en adelante poder orientar a más personas para que
tomen conciencia de lo que en realidad es el trabajo infantil y como deja secuelas
y consecuencias en los menores.
Desgraciadamente en nuestro país desde hace muchos años atrás se ha tenido la
costumbre de tener cierta cantidad de hijos, sin planificarlos, es decir, no controlar
o tener una planificación familiar pues esto se da más que todo en las zonas
rurales que prácticamente viven el día a día sin pensar en el mañana y en el futuro
de sus hijos, sin importarles como darán el bienestar, y bases de educación a los
infantes.
Esto también causa que en nuestro país no haya un mejor desarrollo, puesto que
muchos niños se quedan sin estudiar, sin saber que tan importantes es tener un
buen nivel académico en esta sociedad. Y es preocupante ver que los propios
padres no quieran que sus hijos tengan un mejor nivel de vida y se superen en
todos los aspectos académicos, laborales y espirituales, desafortunadamente
México es un país pobre en cuestión de educación y no porque no se tengan los
recursos necesarios o adecuados sino por la falta de orientación hacia las
poblaciones más marginadas, a muchos nos intimida cuestionar las cosas que se
dan a nuestro alrededor y la manera en que se desarrollan pensamos,
erróneamente, que no tenemos derecho a cuestionar sobre nuestros derechos
como seres humanos y crecemos con esa barrera que no nos permite crecer
como personas ni tampoco desarrollar nuestras habilidades para poder aspirar a
un mejor nivel de vida. El pobre piensa que por ser pobre no tiene derecho a soñar
que puede llegar a terminar la escuela y esto se da porque en su mayoría los
padres de niños trabajadores son hijos de personas que por su nivel social no
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tuvieron las oportunidades de desarrollar su infancia como debe ser, siempre se
mantuvieron trabajando sin cuestionar nada y esa es la herencia que le dejan a
esos niños. Sin pensar sin saber que daño tan grande les están haciendo, es en la
niñez que los niños obtienen sus cimientos para poder desarrollarse dentro de la
sociedad es ahí donde aprendemos de valores donde desarrollan sus capacidades
donde alimentan sus sueños volviéndolos en aspiraciones y así estas se
conviertan en metas.
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1. MARCO TEORICO
Al parecer ahora en día el desempleo es uno de los mayores factores que hace
que en nuestro país haya gran cantidad de niños trabajando en las calles, en el
campo etc. Muchas veces estos niños que trabajan provienen de familias
numerosas es decir de miembros de cinco, siete a diez hijos en un matrimonio y
no queda más que sacrificar o mandar a sus hijos a producir dinero para mantener
ese hogar.
El trabajo infantil al cual nos referimos y cuya eliminación es la meta común de los
175 Estados Miembros de la OIT corresponde a alguna de las tres categorías
siguientes:
Un trabajo realizado por un niño o niña que no alcance la edad mínima
especificada para un determinado trabajo y que, por consiguiente, impida
probablemente la educación y el pleno desarrollo del niño o de la niña.
Un trabajo que se denomina “trabajo peligroso” porque, ya sea por su
naturaleza o por las condiciones en que se realiza, pone en peligro el
bienestar físico, mental o moral de adolescentes o niños y niñas que están
por encima de la edad mínima para trabajar.
Cualquiera de las incuestionablemente peores formas de trabajo infantil,
que internacionalmente se definen como esclavitud, trata de personas,
servidumbre por deudas y otras formas de trabajo forzoso, como el
reclutamiento forzoso de niños para utilizarlos en conflictos armados,
explotación sexual comercial y pornografía, y actividades ilícitas.
Algunas características del trabajo infantil:
Se da a más temprana edad en el campo que en la ciudad.
El 80% de los niños y niñas trabajan en la economía informal.
El 10% se ocupa en sectores más organizados.
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El trabajo les impide ir a la escuela o les limita el rendimiento escolar.
Tres de cada cuatro niños trabajadores abandonan los estudios.
Condiciones de trabajo
Jornadas Laborales superiores a los límites máximos establecidos por las
legislaciones nacionales para un trabajador adulto.
Ingresos Inferiores: El 90% de los niños y niñas trabajadores entre los 10 y
14 años perciben una remuneración igual o menor que el salario mínimo, es
decir, alrededor de un 20% menos de lo que gana un adulto con 7 años de
escolaridad, incluso salarios inferiores, o se les paga en especie (drogas,
licor, cigarros)
Derechos Laborales Inexistentes y en empleos precario
Las causas son múltiples:
Pobreza
Violencia intrafamiliar
Patrones culturales
Falta de oportunidades
Falta de cobertura, calidad y cumplimiento de la obligatoriedad de la
educación
2 TIPOS DE TRABAJO INFANTIL
2.1 Explotación infantil:
es un concepto más restringido que hace referencia a los niños y niñas que
trabajan en condiciones que contravienen los principios comprende a los menores
de 12 años que desempeñan cualquier actividad económica, y niños y niñas de 12
a 14 años que realizan actividades peligrosas. Para construir un entorno protector
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para la infancia es necesario poner en marcha servicios de educación que sean
gratuitos, obligatorios, pertinentes, y atractivos.
Todos los niños tienen derecho a la educación, pero desafortunadamente no se
está defendiendo ese derecho de los niños. Es importante que los infantes tanto
como sus progenitores consideren que la escuela es una alternativa mejor que el
trabajo. Los gobiernos deberían asegurarse que todos los niños tengan acceso a
una educación obligatoria como primera propuesta para obstaculizar el trabajo
infantil, por medio de mecanismo que incentiven o despierten el interés de las
personas para que permitan la asistencia de los niños a las escuelas, y ofreciendo
mejores oportunidades de empleos seguros a los padres.
2.2 Trabajo doméstico:
El trabajo infantil domestico abarca a todas las niñas y niños que trabajan en el
servicio doméstico que no han cumplido con la edad mínima legal de admisión al
empleo.
La explotación es económica cuando los niños y niñas tienen que trabajar en
horarios prologados sin disponer de tiempo libre o recibe un salario bajo o ninguna
remuneración.
A los trabajadores infantiles domésticos se les explota porque normalmente
carecen de protección social y jurídica, suelen ser sometidos a duras condiciones
de trabajo y realizan tareas peligrosas como, por ejemplo: la manipulación de
sustancias toxicas.
A estas personas menores de edad que trabajan se les niegan los derechos, que
como niños/as tienen; estudiar jugar, a la salud y a estar a salvo del abuso, y el
acoso sexual; a visitar a sus familias o ser visitados por ella, a reunirse con
amigos, a un alojamiento digno y a la protección contra el maltrato físico y mental.
También se debe tomar en cuenta la invisibilidad del trabajo infantil femenino, en
las tareas domésticas. Los niños y niñas que trabajan en el servicio doméstico
reciben por lo general un salario muy reducido, o a veces nada, a cambio de
alimentos y vivienda. Muy a menudo el servicio doméstico se convierte en una
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labor de 24 horas, en la que el niño se encuentra constantemente en servicio de
los alimentos de toda la familia. Además, estos niños y niñas que trabaja en esto
son especialmente susceptibles a sufrir daños físicos y psicológicos.
2.3 Trabajo en la calle:
La realidad según datos estadísticos: un estudio realizado revelo que México con
255 menores que trabajan en las calles, en muchos casos estos infantes se
dedican a cuidar carros, limpiar parabrisas, vender periódico, comestibles, flores,
lotería y otros artículos. El estudio comprobó que, como ingreso mínimo promedio,
los infantes ganan poco más de $1.50 diario y como máximo $3.50. Es interesante
que se encontraron en menores que dedicándose exclusivamente a pedir limosna,
obtienen ingresos mayores a los que trabajan.
Los menores de la calle están especialmente expuestos a la drogodependencia,
sobre todo los inhalantes merecen especial mención, puesto que esta droga es
utilizada en forma de pago por los adultos que los explotan.
2.4 Explotación sexual:
Los niños son vulnerables especialmente a los abusos sexuales en el ámbito
doméstico y laboral. A esto se unen toda serie de redes internacionales que se
dedican a la pornografía y prostitución infantil, negocios que afectan miles de
niñas y niños en varios países de Asia y americe. Esta explotación de la infancia
deja enormes secuelas psicológicas especialmente profundas, cuando no
enfermedades venéreas o el propio SIDA. Desgraciadamente este es un
fenómeno que cada año aumenta debido a que es más frecuente el turismo
sexual.
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3 CONSECUENCIAS DEL TRABAJO INFANTIL
Como algunas consecuencias que sufren estos niños y niñas tenemos: Las
consecuencias físicas: que sufren estos niños al trabajar son: el riesgo del
sobreesfuerzo (extensión de jornadas, sobrecarga física, malas posturas) y en el
ambiente que trabajan pueden sufrir de (mucha contaminación, temperaturas
altas, humedad, exponerse a productos peligrosos químicos). No todas las
actividades laborales provocan estos efectos, aunque muchas veces el riesgo está
latente.
Las consecuencias psicológicas: que estos niños sufren es al ingresar a mundo
laboral, a una temprana edad, hace que el niño o niña se relacione con personas
que no pertenecen a su ambiente; lo que involucra un efecto de socialización de
un niño o niña y en su proceso de construcción de la identidad.
Las actividades realizadas por estos niños y niñas no corresponderían a su edad,
con respecto a esto, estudio de UNICEF, afirma que “estas labores no van con su
naturaleza de niño, lo alejarían de sus espacios propios y limitarían o impedirían el
desarrollo de la etapa de la vida. Esto generaría apatía, precocidad, emancipación
prematura etc.
Con independencia de la modalidad o las condiciones de trabajo, con respecto a
esto también existen posturas que hablan de los efectos positivos que tendría el
trabajo infantil, al referirse a la adquisición de destrezas y valores de suma
importancia en el niño como la responsabilidad, una mayor autoestima y madurez,
sin embargo creemos que con firmemente que un niño no debe trabajar para
desarrollar estos aspectos positivos, refiriéndonos al trabajo como una actividad
perjudicial para su desarrollo, siendo posible poder desarrollar estos aspectos en
la escuela o dentro del ámbito familiar.
3.1 Consecuencias sociales:
Los niños dentro de la sociedad podemos ver como estos niños que trabajan no
tienen tiempo para jugar con otros niños, debido a que el tiempo que tienen en la
semana para compartir con los amigos lo utilizan para cumplir con su trabajo. En
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consecuencia, esto implica que los niños se alejen de sus actividades propias de
su edad. Si bien el trabajo dignifica y si está enmarcado dentro de una tradición
familiar es un generador de valores importantes, cuando interfiere en el normal
desarrollo de los niños y no respeta sus derechos, deja inmediatamente de
dignificar.
Muchos niños que trabajan terminan dejando la escuela debido a que no tienen
tiempo y mejor se dedican al cien por ciento al trabajo, un trabajo que no es bien
remunerado y que con los años se seguirá manteniendo ese aspecto, ya que el
niño que se convierte en un adulto sin estudios es un ser que no tendría la
preparación necesaria para desenvolverse en esta sociedad globalizada.
3.2 Consecuencias académicas.
El 26 de agosto de 1920 se publicó en el diario oficial la ley de instrucción primaria
obligatoria, la que determinaba la asistencia mínima obligatoria en cuatro años,
esta ley fue un primer paso hacia la obligación de doce años de educación para
todos los niños y adolescentes del país, si bien se encuentra en bajo nivel de
clasificación de ley, existen aún obstáculos para que esta se cumpla como debe
ser.
El trabajo infantil aleja a los niños de la escuela, si no es durante la enseñanza
básica, arremete cuando ingresan a la educación media. Las consecuencias del
trabajo infantil son diferentes dependiendo del tipo de trabajo. Es común ver a
niños y niñas retrasadas en sus estudios somnolientos, cansados, no permitiendo
asimilar los conocimientos y desapareciendo del sistema escolar. Un estudio
hecho en el país revelo lo siguiente:” los niños y adolescentes que realizan
quehaceres del hogar son los que presentan mayores problemas de abandono
escolar, ya que un 3,2% (13.697 niños y adolescentes) se marginan del sistema
educacional.
Una parte importante de ellos, ya ha dejado de asistir a las escuelas, y de los que
aun acuden muchos faltan regularmente a clases o no están en el grado que les
corresponde”. Es la triste realidad de tantos niños tener que trabajar, en una edad
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en la que se supone deberían jugar, estudiar, vivir sin preocupaciones,
dependientes y cuidados por sus padres, sin embargo, estos niños que son parte
del trabajo infantil tienen que aprender a ser independientes desde muy temprana
edad, a cuidarse por ellos mismos, sin un apoyo ni amor de padres. En nuestro
país cada día vemos como la economía tiene un decaimiento en lugar de una
mejoría, es por eso que la pobreza siempre ha sido el principal factor para los
diferentes problemas sociales que se presentan en nuestra sociedad.
El trabajo infantil constituye un fenómeno complejo y multidimensional, del cual los
niños que trabajan y viven en la calle, los niños que trabajan en la calle y otros
espacios públicos, los niños jornaleros, los niños víctimas de la explotación sexual
comercial y los niños residentes en viviendas particulares que desempeñan
actividades económicas y domésticas, son solamente algunas de sus diversas
manifestaciones.
Asimismo, el trabajo agrícola que incorpora desde temprana edad a muchos niños,
así como el trabajo doméstico y el trabajo pesado o peligroso que desempeñan los
niños y las niñas en el país, requiere investigarse y cuantificarse para diseñar las
acciones que permitan brindarles la atención necesaria para garantizar su sano
desarrollo y el respeto de sus derechos.
Como sociedad deberíamos apoyar fundaciones o lugares adonde se les brinda
ayuda a los niños maltratados, pero la realidad es que hay personas que ni
siquiera se preocupan por lo que pasa en nuestro país y mucho menos con
nuestra infancia mexicana.
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CONCLUSION
Es necesario integrar una comisión del poder legislativo para modificar la edad
mínima de ingreso al trabajo, de los 14 a los 16 años, por un lado para atender la
recomendación de la OIT, que señala que dicha edad no debe ser menor a la
edad en que termina la educación básica o en todo caso a los 15 años, y por el
otro, para garantizar congruencia del artículo 123 (que estipula en 14 años la edad
mínima para trabajar) con el artículo 3º constitucional, que establece que la
educación básica abarca la primaria y secundaria, la cual termina alrededor de los
15 años.
Asimismo, es conveniente que los estados del país promulguen, promuevan y
apliquen la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y
Adolescentes, y así atender lo que establece el Artículo 4º de la Constitución
Mexicana, en lo que respecta a respetar y cumplir con los derechos de los niños.
Es de suma importancia contar con un diagnóstico completo del trabajo infantil en
México y disponer en forma regular de información estadística para fines de
evaluación y seguimiento de las acciones orientadas a erradicar dicho trabajo y
brindar atención a los problemas que afectan a los niños y a las niñas mexicanas.
En este sentido, es importante garantizar el levantamiento de censos especiales
acerca del trabajo infantil con una periodicidad no muy amplia para así poder
conocer las diversas manifestaciones del fenómeno.
También se propone, en un marco interinstitucional, la realización de estudios
detallados sobre la evolución del trabajo de las niñas, niños y adolescentes.
Contar con información permanente sobre las características, tipos y motivaciones
de los niños en condiciones de vulnerabilidad nos permitirá diseñar, instrumentar y
evaluar las acciones y políticas dirigidas hacia ellos. La construcción de una
política integral de atención a la infancia y particularmente aquella diseñada para
erradicar el trabajo infantil y mejorar la situación de las niñas, niños y adolescentes
en condiciones de vulnerabilidad, requiere como herramienta insustituible, el
conocimiento de la realidad que se busca transformar.
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Para avanzar de manera seria y decidida en la lucha por la erradicación del trabajo
infantil, es necesario, como lo recomienda la OIT, el diseño e implementación de
un plan nacional integral, que se plantee erradicar el trabajo infantil en México, que
involucre al gobierno, los organismos internacionales, las organizaciones no
gubernamentales, la sociedad civil y a los propios niños.
Garantizar la educación básica a todos los niños y las niñas, y el combate a la
pobreza, son las condiciones más importantes, lo que, aunado con el respeto de
sus derechos, permitirá que paulatinamente cada vez sea menor la incidencia del
trabajo entre la población infantil del país.
Es importante que todos comprendamos que en asuntos que conciernan a la
población infantil, los primeros involucrados deben ser precisamente las niñas y
los niños, y que debemos emprender cuanto antes las acciones a nuestro alcance
para que se haga realidad la consigna de la Organización de las Naciones Unidas:
todos los derechos a todos los niños.
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ANEXO
ORGANIZACIONES QUE PROTEGEN A LOS NIÑOS SON.
AGE: Apoyo a la Gestión Escolar
ATT: Efecto medio de tratamiento sobre los tratados
ATE: Efecto medio de tratamiento
CIET: Conferencia Internacional de Estadísticas del Trabajo
CONAFE: Consejo Nacional de Fomento Educativo
CONEVAL: Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo
Social
CIIU: Clasificación Industrial Internacional Uniforme de todas las
Actividades Económicas
DGEI: Dirección General de Educación Indígena
ENCASEH: Encuesta sobre las Características Socioeconómicas de los
Hogares
ENCEL: Encuesta de Evaluación de los Hogares Rurales
ENCELURB: Encuesta de Evaluación de los Hogares Urbanos
ENE: Encuesta Nacional de Empleo
ENEU: Encuesta Nacional de Empleo Urbano
ENJO: Encuesta Nacional de Jornaleros Agrícolas
ENLACE: Evaluación del Logro Académico en Centros Escolares
ENOE: Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo
EVE: Esperanza de vida escolar
IDM (WDI): Indicadores de Desarrollo Mundial (Word Development
Indicators)
ICLS: Conferencia Internacional de Estadísticas del Trabajo
IMSS: Instituto Mexicano del Seguro Social
INEGI: Instituto Nacional de Estadística y Geografía
IPEC: Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil
LFT: Ley Federal del Trabajo
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LGDS: Ley General de Desarrollo Social
LGE: Ley General de Educación
MTI: Módulo de Trabajo Infantil
OCDE: Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
OIT: Organización internacional del Trabajo
PAJA: Programa de Atención a Jornaleros Agrícolas
PEC: Programa Escuelas de Calidad
PIB: Producto interno bruto
PND: Plan Nacional de Desarrollo
PREVENIMSS: Estrategias de Prevención y Promoción de la Salud de
Línea de Vida
PROMAJOVEN: Programa de Becas para Madres Adolescentes y Jóvenes
Embarazadas
PRONABES: Programa de Becas de Educación Superior
PRONIM: Programa de Educación Básica para Niñas y Niños de Familias
Jornaleras Agrícolas Migrantes
PROPADETIUM: Programa de Prevención, Atención, Desaliento y
Erradicación
Del Trabajo Infantil Urbano Marginal
SCN: Sistema de Cuentas Nacionales
SEDESOL: Secretaría de Desarrollo Social
SEP: Secretaría de Educación Pública
SNTE: Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación
SPS: Seguro Popular de Salud
SS: Secretaría de Salud
STPS: Secretaría de Trabajo y Previsión Social
TLC: Tratado de Libre Comercio de América del Norte
UCW: Understanding Children´s Work
UNICEF: Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia
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CRONOGRAMA DEL PROCESO DE INVESTIGACION
ACTIVI
DADES
Semana 1 Semana 2 Semana 3 Semana 4 Semana 5 Semana 6
L M M J V S D L M M J V S D L M M J V S D L M M J V S D L M M J V S D L M M J V S D
Anteced
entes
del
problem
a
Plantea
miento
del
problem
a
Hipótesi
s
Objetivo
general
y
especifi
co
Justifica
ción
Marco
teórico
Cronogr
ama
24
FUNDAMENTOS CONSULTADOS
Barreiro García, Norma (2002). op.cit. p. 51. 111 SEDESOL, SEP, SS
(2002). op cit. pp. 141-142
3 OIT (1997). op. cit. Documento de síntesis. p. 2. 74 Addison (1997).
Steinberg y Dornbush (1991). D’amico, (1984). Citados en Richard Anker
(2000). op. cit. p. 288.
Gobierno Mexicano (2001). Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos. Artículo 123. Fracción III.