IPPforum-Enero2013

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año 1 número 6 enero 2013 i forum pp forum www.institutodepoliticapublica.org “La política no debe ser nunca manejo de pequeñeces. Es, por el contrario, el arte que nos permite contribuir con orgullo al constante mejoramiento del país. La obra que reclama Puerto Rico es superior a toda consideración partidista. Debe ser ante todo una obra de la conciencia puertorriqueña, una obra de la habilidad puertorriqueña, una obra de la esperanza y de la fe de los hijos de esta tierra.” Jesús T. Pinero Sistema Universitario Ana G. Méndez Un mensaje de ayer en el contexto de hoy por: Por: Jaime Partsch Mc Millan Historiador, Biblioteca Jesús T. Piñero Universidad del Este Puerto Rico enfrenta grandes retos. De eso todos estamos conscientes. Al terminar un año de debates, discursos y tensiones y comenzar otro que llega con incertidumbre, compartimos con nuestros lectores, como una invitación a la reflexión, segmentos del discurso de Jesús Piñero en su toma de posesión como gobernador en septiembre de 1946. “Todos conocemos la magnitud de las dificultades que rodean nuestra vida económica. Pero igualmente grandes son nuestro empeño y nuestra voluntad para enfrentarnos con ellas. Las soluciones han de depender en gran medida de nuestra fe, de nuestro espíritu de solidaridad y de nuestra firme intención de mejorar continuamente las prácticas y normas de nuestro gobierno. No debemos olvidar nunca en ningún momento que somos un pueblo esencialmente pobre. Nuestra penuria colectiva exige el máximo sentido de responsabilidad en los funcionarios públicos. El gobierno no existe para resolver problemas personales sino para afrontar y resolver los problemas colectivos...” Piñero y su generación enfrentaron retos enormes: una gran merma en los ingresos del fisco, un floreciente enero 2013 En este número Un mensaje de ayer en el contexto de hoy.................................1 Lo viejo muere y lo nuevo no puede nacer..............2 IPPforum es publicado mensualmente por el Instituto de Política Pública Copyright ©2013 EDITORA EN JEFE Lcda. Ivonne Lozada COORDINADORA Sra. Grace M. Matos Asesores Dr. Carlos Padín Lcdo. César Vázquez Lcdo. Antonio Monroig Diagramación y Arte Gráfico Lcda. Ivonne Lozada Para suscripciones y copias impresas puede comunicarse a: [email protected] Igualmente puede llamar o escribir a: Instituto de Política Pública PO Box 21345 San Juan, PR 00928-1345 Tel. (787) 751-0178 www.institutodepoliticapublica.org Las opiniones vertidas por los colaboradores invitados no necesariamente representan la opinión del Instituto de Política Pública y su cuerpo directivo. Los escritos de opinión son el punto de vista de cada columnista colaborador y no representan necesariamente el punto de vista de sus patronos o firmas. La información en este boletín ha sido obtenida de fuentes confiables, pero su corrección e integridad, o la opinión en la cual se basa, está garantizada. Si tiene alguna pregunta relacionada al contenido de este publicación, puede contactar a la oficina de la Directora Ejecutiva del Instituto de Política Pública. El contenido de esta publicación no podrá ser reproducido, almacenado en sistema de recuperación, o transmitido sin previa autorización del Instituto de Política Pública.

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Un mensaje de ayer en el contexto de hoy. Instituto de Política Pública, Sistema Universitario Ana G. Méndez. San Juan, Puerto Rico.

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“La política no debe ser nunca manejo

de pequeñeces. Es, por el contrario, el

arte que nos permite contribuir con

orgullo al constante mejoramiento del país.

La obra que reclama Puerto Rico es superior

a toda consideración partidista. Debe ser ante todo una obra

de la conciencia puertorriqueña, una obra de la habilidad puertorriqueña, una

obra de la esperanza y de la fe de los hijos de

esta tierra.”Jesús T. Pinero

Sistema UniversitarioAna G. Méndez

Un mensaje de ayer en el contexto de hoy

por: Por: Jaime Partsch Mc Millan Historiador, Biblioteca Jesús T. Piñero

Universidad del Este

Puerto Rico enfrenta grandes retos. De eso todos estamos conscientes. Al terminar un año de debates, discursos y tensiones y comenzar otro que llega con incertidumbre, compartimos con nuestros lectores, como una invitación a la reflexión, segmentos del discurso de Jesús Piñero en su toma de posesión como gobernador en septiembre de 1946. “Todos conocemos la magnitud de las dificultades que rodean nuestra vida económica. Pero igualmente grandes son nuestro empeño y nuestra voluntad para enfrentarnos con ellas. Las soluciones han de depender en gran medida de nuestra fe, de nuestro espíritu de solidaridad y de nuestra firme intención de mejorar continuamente las prácticas y normas de nuestro gobierno. No debemos olvidar nunca en ningún momento que somos un pueblo esencialmente pobre. Nuestra penuria colectiva exige el máximo sentido de responsabilidad en los funcionarios públicos. El gobierno no existe para resolver problemas personales sino para afrontar y resolver los problemas colectivos...” Piñero y su generación enfrentaron retos enormes: una gran merma en los ingresos del fisco, un floreciente

enero 2013

En este númeroUn mensaje de ayer en elcontexto de hoy.................................1

Lo viejo muere y lo nuevono puede nacer..............2

IPPforumes publicado mensualmente por el

Instituto de Política PúblicaCopyright ©2013

EDITORA EN JEFELcda. Ivonne Lozada

COORDINADORASra. Grace M. Matos

AsesoresDr. Carlos Padín

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Diagramación y Arte GráficoLcda. Ivonne Lozada

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común y a un futuro mejor. Ser servidor público no era una oportunidad de cuatro años para el enriquecimiento personal sino una manera de pensar y actuar que respondía a una visión de lo que puede ser una vida con hondo sentido de compromiso. Aún existen en Puerto Rico miles de hombres y mujeres que diariamente se esfuerzan por vivir una vida digna, que trabajan para crear en sus hogares y en sus comunidades un ambiente de respeto, de cordialidad, de libertad. Dentro de las estrecheces

mercado negro, los comienzos de la Guerra Fría, las ataduras de un régimen colonial. Sin embargo existía entre ellos la convicción de que los puertorriqueños tenían la capacidad de razonar, de entender, de ver más allá de sus necesidades individuales y trabajar para el país. Hicieron un llamado a la gran reserva de dignidad y decencia del pueblo y movilizaron a miles para lograr avances en la infraestructura, la educación, la salud. Pudieron hacer de la frase “servidor público” una invitación a aportar al bien

del presente, luchan para construir una mejor sociedad y no simplemente el enriquecimiento egoísta. Responden a los argumentos de la razón y el ejemplo claro y honesto. Faltan los servidores públicos que sepan darlos. Falta la coherencia entre la retórica y la acción. Falta poder ver que existen prioridades en la agenda del gobierno y que ellas responden a las necesidades del pueblo. Falta poder percibir que aún dentro de los recursos limitados que tenemos, existe la voluntad de ponerlos a trabajar para el bien común.-

uiero comenzar planteando la clave interpretativa a través del cual hasta el momento he contemplado la política electoral reciente en Puerto Rico, incluyendo las recientes elecciones generales y el plebiscito del 6 de noviembre de 2012. Para ello, me doy de la mano del teórico político Antonio Gramsci, cuando en sus Quaderni del carcere, en una nota sobre el tema de la crisis de autoridad, queriendo decir el debilitamiento o deterioro progresivo de las relaciones entre dirigentes y dirigidos, expresa que por un largo tiempo durante este proceso se da una situación en la que “lo viejo muere y lo nuevo no puede nacer”. Una situación en la que por mucho tiempo el viejo orden o estado de situación continua a prevalecer e incluso a reproducirse, pero no enteramente con todas sus determinaciones usuales. De manera sencilla, en términos de la política electoral en Puerto Rico, ha habido varios síntomas y expresiones del deterioro de la política electoral y partidista dominante y de sus instituciones y componentes tradicionales, que en años recientes

se han tendido a manifestar cada vez con mayor fuerza sin que todavía subvierta las instituciones, elementos y jugadores dominantes envueltos. Sin pretender agotar todos los posibles problemas y asuntos al respecto, quiero aprovechar el proceso electoral reciente para bosquejar algunos de los elementos claves en el cambiante proceso de la política electoral y partidista en Puerto Rico.

El surgimiento de nuevos partidos políticos y un nuevo discurso

político Aunque a través de los últimos cuarenta añ os el sistema de partidos en Puerto Rico ha sido un sistema bipartidista de facto, el escenario electoral tradicional durante mucho de ese tiempo era uno en el que dos partidos realmente se disputaban el poder de gobierno –el Partido Popular Democrático (PPD) y el Partido Nuevo Progresista (PNP)– mientras uno siempre podía contar con una tercera opción, el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP). Los tres partidos son a la misma vez sintomáticos de las posiciones que han definido o

marcado tradicionalmente el espectro político en Puerto Rico. Dado en parte a la naturaleza territorial y colonial que marca la relación de Puerto Rico con los Estados Unidos, en vez de tener el espectro político partidista sostenido por la distinción política clave entre izquierda y derecha, este ha sido ocupado y definido por partidos que apoyan alguna opción de status específica: ya sea la estadidad (PNP), el Estado Libre Asociado (ELA) o alguna forma modificada (PPD), o la independencia (PIP). Luego, ese criterio es usualmente impuesto dentro de la cultura política hegemónica para redefinir lo que significa ser de izquierda o de derecha, de forma tal que en el discurso común en Puerto Rico ser de izquierda usualmente significa apoyar la independencia, ser de derecha significa apoyar la estadidad, con un campo de centro que se hace espacio y que sería ocupado por aquellos que apoyan al ELA o alguna forma de este modificada. Esta transfiguración es de por sí histórica y políticamente explicable, pero no deja de ser un poco bizarra ya que malentiende que la división entre izquierda y derecha (como se entiende en el resto del mundo) se refiere realmente

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‘Lo viejo muere y lo nuevo no puede nacer’:

Algunos comentarios y observaciones sobre el proceso electoral del 2012 en Puerto Rico‘

por: Manuel S. Almeida, Ph.D.Catedrático Auxiliar

Universidad del Este

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Me refiero específicamente al discurso presente en el PPT y el PPR. Como comentábamos, el discurso tradicional en Puerto Rico está articulado alrededor de la cuestión del issue del status, y eso a su vez se imponía a la distinción de izquierda y derecha. El PPT, presentándose a sí mismo claramente en la izquierda, promovía una agenda de política pública que giraba en torno a la justicia social, a los derechos de los trabajadores, a los derechos de la comunidad gay-lesbiana-transgénero-transexual, a la legalización de ciertas drogas, etcétera. Hizo campaña urgiendo el voto del electorado que se identificaba con esta agenda, irrespectivamente de si apoyaban la estadidad, la independencia, la libre asociación, el ELA o alguna forma modificada. Reconocía el status como un problema que había que atender cuando llegara el momento, pero le recordaba al electorado que las elecciones no eran en sí mismas un plebiscito de status. Por lo tanto, uno debiera votar por una agenda de política pública a ser implementada independientemente del status. En concreto, por ejemplo, esto significó que mientras el candidato a gobernador por el PPT apoyaba en su carácter personal la independencia, tenía otros candidatos a puestos electivos que apoyaban la estadidad. Se sabe que hubo individuos que votaron bajo la insignia del PNP y a la misma vez por el candidato a gobernador del PPT, o personas que votaron por el PPT y que en el plebiscito votaron por la estadidad. Acciones como estas son contra-intuitivas para muchos puertorriqueños que suponen tradicionalmente (equivocadamente) que la estadidad y la izquierda son, necesariamente, enemigos naturales. La identificación clave no era preferencia de status, sino si uno se ubicaba en la izquierda, poniendo en práctica la crítica que adelanté antes en torno al discurso político tradicional. Si uso al PPT como ejemplo principal de esto y no al PPR es porque en el caso del último había un intento general de procurar electores de todos los bandos pero con una agenda mucho menos definida (aunque realmente centrada más en cuestiones ambientales) en torno a

a si uno concibe una mejor sociedad como aquella que tiene mayor (izquierda) o menor (derecha) igualdad entre sus ciudadanos. De forma tal que, en rigor, nada excluye la posibilidad de que se apoye la independencia y se sea de derecha (como algunos partidos y movimientos nacionalistas), o que se apoye la estadidad y se sea de izquierda (de los que cada vez se escuchan más voces). Este proceso electoral más reciente vio una continuación de algo que se había puesto en movimiento en menor grado durante las elecciones de 2008, en relación con algunas de las cosas que he dicho hasta aquí. Primero, las elecciones de 2012 vio no tres, sino seis partidos políticos en contienda. Además del PNP, el PPD y el PIP, compitieron Puertorriqueños por Puerto Rico (PPR), el Movimiento de Unión Soberanista (MUS) y el Partido del Pueblo Trabajador (PPT). Es de notar que de estos el PPR compitió por primera vez en las elecciones de 2008, en las que incluso llegó a obtener más votos que el tercer partido tradicional, el PIP. Hay varias posibles explicaciones –muchas igualmente incluso se refuerzan recíprocamente– para el surgimiento de estos nuevos partidos. Por un lado, un deterioro de la estima pública y la confianza en los partidos tradicionales. No obstante la lealtad y afiliación partidista tradicional, hay un sector del electorado que identifica como motivo de los problemas económicos y sociales de Puerto Rico a la falta de efectividad gubernamental y administrativa de parte de ambos partidos dominantes, el PPD y el PNP, mientras que a la vez consideran al PIP como habiendo perdido su clásico filo histórico y su voluntad fiscalizadora. Otra explicación es que la ley electoral fue revisada, incluyendo la reducción de los requisitos para la inscripción de nuevos partidos. Estas revisiones fueron originalmente cuestionadas por algunos (particularmente el PPD) porque se veían como acciones dirigidas a diluir votos entre diferentes opciones partidistas, y por lo tanto hipotéticamente incrementando las posibilidades de una victoria del PNP. No obstante, el PPD ganó las elecciones, y los resultados para los cuatro partidos minoritarios fueron muy pobres (el PIP obteniendo

tercer lugar con cerca del 2.52% de los votos, mientras que en cuarto lugar, el PPT obtuvo cerca de .96%). Esto no significa el fin para los nuevos partidos, pues aunque aún no tenemos los números finales de la Comisión Estatal de Elecciones, muchos argumentamos que el PPD ganó las elecciones debido principalmente a dos razones: 1) parece que muchos electores del PNP (tal vez entre 60,000 y 80,000) simplemente no salieron a votar por sus candidatos, en especial por el gobernador saliente, Luis Fortuño, debido a una falta de satisfacción con su administración, y 2) la posibilidad de que muchos electores optaron por los candidatos del PPD como una forma de castigar a la presente administración por el pobre estado de situación de Puerto Rico en relación a la economía, el crimen, la educación, medidas antipáticas como el despido de miles de empleados públicos, la Vía Verde, una polémica alta cantidad de contratos de gobierno a personas privadas y organizaciones en distintas capacidades por motivos que fueron vistos como innecesarios, entre otras cosas. Debido a este crítico estado de situación (que en 2008 le dio al actual gobernador saliente una victoria histórica al entonces gobernador, Anibal Acevedo Vilá del PPD), muchos electores que en otras circunstancias pudieron haber votado por una alternativa distinta, optaron por usar al PPD como vehículo para derrotar a la presente administración. Tal vez algo de ello se sostiene por el hecho de que muchas de las encuestas previo a la elección daban a todos los partidos minoritarios al menos 1% de los votos (con el PIP obteniendo hasta 4 o 5%), reflejando la intención de muchos electores, quienes quizás al final del día, en la privacidad de la caseta de votación, optaron por otra vía. En todo caso, la presencia de nuevos partidos es algo que vale notar, ya que uno no cambia un sistema bipartidista enraizado de la noche a la mañana. Acompañando el surgimiento de nuevos partidos políticos, este último proceso electoral trajo al centro de la discusión un discurso político que era diferente en naturaleza al tradicional.

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posiciones políticas particulares, y más bien acudiendo al significante vació del consenso. El consciente posicionamiento del PPT en una agenda de izquierda provee para un argumento más fuerte. Este discurso político es uno con potencial en tanto tiene objetivamente a donde ir. Es decir, el partido político marginal típico se había posicionado en torno a una opción particular de status y, aún más, usualmente de modo antagónico a la estadidad, dejando a muchos ciudadanos a favor de la estadidad con la opción de apoyar al PNP o apoyar a algún otro partido que no contemplara a la estadidad como una opción. Con este nuevo discurso político, y nuevos partidos potenciales, el pool de electores potenciales al cual tratar de interpelar es mucho más vasto. Al final, el sistema bipartidista de facto en Puerto Rico aún prevalece, pero tiende a presentar cada vez mayores grietas.

Una breve nota sobre el debilitamiento de

la identificación partidista El científico político Peter Mair (2006) ha argumentado que en tiempos recientes uno de los síntomas de la crisis de los sistemas políticos democráticos, es el desapego del electorado hacia los partidos políticos. Es decir, que hay un continuo debilitamiento de identificación partidista, pero a la vez que los partidos continúan dominando la escena política. El resultado es uno en el que la democracia representativa tiende a ser menos representativa, poniendo en entredicho a la democracia misma. En el caso de Puerto Rico, he estado diciendo que tiene un sistema bipartidista de facto que podría implicar identificación fuerte con los dos partidos principales. Además, hay una noción general (basada en una forma no del todo propia de medir participación electoral que ha sido costumbre de la CEE) de que Puerto Rico sigue teniendo una participación electoral alta comparada con los Estados Unidos. Por lo tanto, ¿por qué incluir a Puerto Rico bajo la categoría de identificación partidista debilitada?

Simple y brevemente planteo dos puntos al respecto. Primero, aunque todo sistema democrático necesariamente implica ciertos grados de clientelismo, el sistema político en Puerto Rico es uno en el que las relaciones clientelistas son muy fuertes. Por lo tanto, hay apoyo de partes del electorado a partidos y candidatos, no necesariamente basado en posiciones bien pensadas de política pública, sino en favores, promesas de promoción, o ganancias o pérdidas sentidas como individuales o personales. No es atípico encontrar electores que optan por un candidato porque él o ella va a ayudar a un sobrino, me ayudará a tener una promoción en el empleo (si soy empleado público), o porque a través del fondo del barrilito ha beneficiado alguna demanda específica de mi comunidad. En la medida en que relaciones clientelistas sean fuertes la afiliación partidista se debilita. Segundo, tanto las elecciones de 2008 como de 2012 han mostrado que, irrespectivamente de la identificación partidista, si las cosas van mal en general (economía, crimen, educación), la lealtad partidista no es suficiente para movilizar a todos los electores. En el 2008, hubo decenas de miles de electores del PPD que no salieron a votar por su falta de satisfacción con estado de las cosas. Parece que lo mismo pudo haber pasado al PNP esta vez en el 2012. Finalmente al respecto, este último punto fortalece las posibilidades de nuevos partidos políticos en el futuro.

Finalmente sobre el asuntodel status y el plebiscito

En una nota final, quiero hacer un comentario o dos sobre el asunto de status que estuvo presente durante las últimas elecciones ya que se celebró un plebiscito a la misma vez. En términos de los resultados, son ya bien conocidos e incluso han sido comentados en editoriales de periódicos estadounidenses. El plebiscito consistió de dos partes. La primera le preguntaba a los electores si estaban satisfechos con el actual status territorial, y aquí el 54% expresó

su falta de satisfacción con el status actual. La segunda parte iba más bien dirigida a aquellos que habían votado que no en la primera parte. Se le preguntaba entonces al elector su opción de status no territorial de preferencia, estadidad, independencia o estado libre asociado soberano. En esta segunda parte, el voto oficial le dio la victoria a la estadidad con un 61%. El resultado de esta segunda parte es cuestionado por algunos por motivo de que si uno añade los votos por las otras opciones con el número de papeletas de esa segunda parte dejadas en blanco, el apoyo de la estadidad solo logra el 45%. Añádasele a esto que en Puerto Rico ha habido la práctica de contabilizar las papeletas dejadas en blanco (o dañadas). Hasta el momento a habido al respecto una guerra de números, con los diferentes jugadores políticos sumando o restando a conveniencia, al menos en torno a la segunda parte. La primera parte, no obstante, ha provocado al menos recientemente comentarios de parte de los co-presidentes del Comité Interagencial de la Casa Blanca así como del director de Casa Blanca sobre asuntos hispanos, reconociendo al menos la voluntad de los puertorriqueños de querer resolver el asunto del status. Si algo de ello rinde fruto, estará por verse. Sin nada más, al menos estas últimas elecciones en Puerto Rico han mostrado la persistencia de algunos problemas y asuntos de la política electoral reciente en el país, ha visto el surgimiento de nuevos partidos, nuevos discursos e incluso de nuevas esperanzas de parte de algunos que tal vez hasta el asunto del status finalmente verá el comienzo de su fin. Estará por verse.-

----------------------------------------------------------1 Este texto es una versión abreviada y traducida al español de una presentación en el panel Perspectives on Puerto Rican Politics: The 2012 Elections, en Connecticut College, auspiciado por el Departmento de Government and International Relations, Departmento de Hispanic Studies, el Holleran Center for Community Action and Public Policy, Departamento de Sociology, y el American Studies Program, el miércoles 5 de diciembre de 2012.2 Esto es sin tomar en consideración un número de partidos que surgieron en coyunturas específicas, como el Partido de Acción Cristiana, el Partido del Pueblo, el Partido Socialista Puertorriqueño, el Partido del Pueblo, el Partido Renovación, etcétera.