Jaime Prats, treinta y tres años después

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  • 8/13/2019 Jaime Prats, treinta y tres aos despus

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    Jaime Prats, treinta y tres aos despus

    Haba trabajado hasta pasada la medianoche en la fbrica de conservas de Jaime Prats. Una cargade tomates al natural que sala a primera hora rumbo a Buenos Aires as lo ameritaba.

    Aquel verano del 67 estaba entre los ms calurosos de la historia. Aun a esa hora, el mercurio seencaramaba por sobre la marca de los treinta grados. Ni una brizna de viento suavizaba la

    pesadez del ambiente. El joven, apenas traspasado el portn del edificio central, se baj el overol

    hasta la mitad, anudndose las mangas en la cintura. Hubiese sido ms conveniente cambiarse la

    ropa, pero a diferencia de los dems trabajadores, a l le disgustaba andar acarreando un bolso.Tuvo que bordear una montaa de cajones de madera para alcanzar la base del tanque de agua,

    en donde encadenada a un cao haba dejado su vieja bicicleta.

    El rumor del agua, mezclado con un concierto de grillos y chicharras, se iba acrecentando a

    medida que se acercaba al camino. Este bordeaba el canal matriz y lo llevara en unos minutos ala interseccin con la Lnea de los Palos. Todo era oscuridad, alumbraban ms las estrellas que el

    delgado filo de la luna en cuarto menguante. Bendijo a la calle recin enripiada, si a la poca luz

    le hubiese sumado los posos y cascotes sueltos, el trayecto le habra insumido por lo menos

    media hora.

    Comenz a tararear una milonga campera. Cada tanto soltaba el manubrio y elevaba sus manosaplaudiendo. Estaba feliz, dos das libres lo esperabany que das. El sbado a la noche seria elgran baile en Alvear Oeste y por primera vez ira acompaado. La menor de los Salinas le regal

    el si despus de meses de insistencia. Por otra parte, el domingo en cancha del Deportivo Los

    Sifones se jugara el clsico distrital y l era capitn y goleador del Club Social y DeportivoJaime Prats.

    http://www.google.com/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&source=images&cd=&cad=rja&docid=pcHaSHT3iEyCMM&tbnid=LHRQ2u_Z7a5_2M:&ved=0CAUQjRw&url=http://entrefloresefuxicos.blogspot.com/2010/02/mundos-diferentes.html&ei=Gof9UrnWEcPUkQeBgIGIAg&bvm=bv.61190604,d.eW0&psig=AFQjCNErh7OvzBncPT9JDBcYCKdBgpVlpA&ust=1392433263624753
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    Armando Olegario Agero a sus diecisiete octubres empezaba a sentirse confortable con la vida.

    En gran parte se deba a la satisfaccin de poder ayudar econmicamente a su madre. Desde que

    su despreciable padre desapareci de la faz de la tierra, abandonndolos siete aos atrs, la pobrese haba tirado sobre el lomo la crianza de sus cuatro hijos.

    Unas ganas terribles de orinar lo obligaron a apoyar la bicicleta contra un sauce a unos pocosmetros de la finca de los Montoya. Cruz la hijuela por una toma y del otro lado de la alameda se

    abri la bragueta del mameluco. Al alzar la mirada, descubri un disco con luces intermitentes de

    un rojo vivo. Se hallaba suspendido sobre una hilera de eucaliptos al final de una plantacin depimientos recin cosechados. Termin de aligerar la carga de su vejiga y se qued unos minutos

    observando. Esa cosa se vea de un tamao considerable y no emita sonido alguno. Lo extrao

    era que no senta miedo, nicamente curiosidad. Tiempo despus solo recordara que dio un par

    de pasos en direccin al objeto y perdi el conocimiento.

    Lo primero que observ al despertarse fue la luna llena que regaba de blanco el paisaje. Se sent

    con dificultad, sintiendo que el corazn se le descompasaba y palp sus brazos y su torso. Estaba

    ms flaco y ms velludo. Todo pareca fuera de lugar. El pimental sobre el cual se desmay eraun tupido alfalfar y los eucaliptos se haban convertido en tamarindos. Espantado retrocedi

    hasta el canal, ni siquiera la toma se encontraba all. Por lo menos no tena agua y la pudotraspasar sin dificultad. Busc infructuosamente la bicicleta, no encontr ni las huellas. Luego de

    subir a la calle, ahora asfaltada, corri despavorido, como si el mismo diablo le pisara los pasos.

    Un sudor frio mojaba su rostro, corri por la Lnea de los Palos como un zumbido, su mente le

    exiga que se detuviese pero el corazn apretaba el acelerador. Haba cado en cuenta que la ropa

    que llevaba no era la de la fbrica y que la mayora de las casas de la zona tenan luz elctrica.

    Un auto le toc bocina obligndolo a moverse a un costado. Se qued pasmado mirando elvehculo. Era un Renault, lo identific por el rombo, aunque no tena ni idea que modelo ms

    raro era aquel. El solo conoca el 4L y el gordini y este se vea sper moderno, casi espacialpens Armando.

    Cuando por fin lleg a su finca, estaba amaneciendo. No se sorprendi porque la tranquera fuese

    ms grande y de otro color, ni por los olivos que ocupaban el lugar de los membrillos. Al menoslos aromos, los robles y los olmos seguan bordeando el camino de ingreso. La casa estaba casi

    igual, a excepcin del gris plido que suplantaba al amarillo y unas cortinas que le parecieron

    horrendas. Sobre una explanada de hormign, construida al costado, se hallaba una hermosacamioneta de una marca desconocida para l, Toyota. El galpn del fondo ya no exista. En su

    lugar un perro, con la cabeza apenas saliendo de su casucha, le ladraba desaforadamente.

    Nunca padeci tanto miedo ni tanta ansiedad como en el instante en que abran la puerta de

    enfrente y alguien sala.

    Mamita?pregunt Armando conmocionado.

    Haba alcanzado a reconocer en la canosa anciana septuagenaria, los rasgos de la persona ala que ms quera. Termin de petrificarlo el calendario que divis detrs , pegado en la puerta

    cerrada del comedor. Un reluciente almanaque del ao 2010.

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    Juana Agero abraz a su hijo y lo bes emocionada. Las lgrimas surcaban las arrugas de su

    cara. En su expresin no haba sorpresa ni temor, solo infinita alegra. Era como si el verlo all,

    treinta y tres aos despus, fuera la cosa ms normal del mundo, pens el muchacho. Era como

    si

    Te estbamos esperando Armandito. Sabamos que llegaras,dijo la anciana acariciando sucabeza.

    Pero la sorpresa mayor aun no le haba sido develada. Armando oy pasos que se acercaban pordetrs de la mujer. Iluminada por el farol de entrada, la figura de su padre se recort ntida bajo

    el umbral de la puerta. El impacto fue brutal, demasiadas emociones en tan corto tiempo. Joaqun

    Evaristo Agero estaba frente a l, como si nada, con los mismos veintiocho que tena en elsesenta, cuando los abandon.

    El hombre avanz un metro e intent tocarlo. El joven lo esquiv espantado y ya extenuado, sinpoder mantenerse en pie, cay abrazndose a las piernas de su madre. Un destemplado sollozo

    ahog su garganta. Unos segundos despus, Joaqun lo tom de los hombros ayudndolo aincorporarse y lo aprision en un abrazo del que ya no pudo, ni quiso escapar. Se abandon en

    ese apretn tantas noches soado, escuchando la voz tranquilizadora que lo arrullaba.

    No pasa nada mi nio, todo va a ir bien. Hay tantas cosas que ahora no entends. Vamosadentro y te tomas un boldo para que te calme un poco,agreg mientras haca seas a suesposa para que pusiera a calentar agua.

    Antes de entrar, con cara de total desconcierto, Armando mir a sus progenitores e inquiri

    entrecortadamente:No comprendo nada Qu carajos est pasando ac?

    Obviando el armario de caoba marrn y los cuernos de carnero donde se colgaban los abrigos, eljoven no reconoci las cosas que amoblaban el interior de su casa. Pasaron al living y se

    acomodaron en unos sillones de cuerina negra. Haba un aparato con una gran pantalla adheridoa la esquina de la pared. Se imagin que era un televisor, aunque no poda concebir que fuera tan

    chato y sin perillas. El equipo de msica con sus pequeos discos plateados (pese a que su madre

    le cont que tena varios aos) tambin lo impresion. Todo lucia como de ciencia ficcin, como

    en esas historietas sobre el futuro que saba leer en El Tony o el Fantasa.

    Tu padre regres dos meses atrs. Casi me muero de un infarto cuando lo vi aparecer aquella

    madrugada,le dijo su madre a la vez que le echaba dos cucharaditas de azcar al t.

    Regresaste? De dnde?pregunt Armando, mirando a Joaqun sin entender de lo queestaban hablando.

    Te juro que entiendo lo que sents. Durante la primera semana despus de mi regreso yotampoco me acordaba de nada. Me hallaba totalmente desorientado. Me cost horrores

    convencer a tu madre y a tus hermanas de que era yo. Dos veces estuvieron a punto de

    entregarme a la polica. Sin duda me ayud el hecho de que por esos das comenzaron a aparecer

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    otros adelantados en distintas partes del mundo. Por suerte hijo mo, vos tens a alguien que te

    ayude en estos primeros das.

    El hombre se levant y agarr una manzana Gran Smith de una canasta ubicada en el centro de la

    mesa. Le peg un mordisco y mientras se limpiaba con la mano unas gotas de jugo, prosigui el

    relato.

    Como al octavo da comenc a recordareran como flashes que me asaltaban por las noches.

    Imgenes de una vida en otroplaneta

    El muchacho lo cort en seco y se incorpor de un salto meneando la cabeza.

    Ests loco de remate No me digas mam que vos tambin le crees esta sarta de estupideces?

    La anciana lo mir con suma ternura y le hizo un ademn para que se calmase, invitndolo a

    sentarse nuevamente.

    Deja que tu pap termine de explicarte. A no ser que prefieras esperar una semana hasta que

    recuperes la memoria y comprendas que no te est mintiendo.

    Le vinieron nauseas de solo imaginar lo insoportable de semejante espera.

    Dale, segu,dijo Armando con los puos crispados por la ansiedad.

    De apoco me fui acordando que la madrugada del 60 en la que desaparec, haba sido secuestradopor extraterrestres y transportado a un remotsimo planeta de otra galaxia. Durante cuarenta aos

    humanos, fui educado con paciencia y dedicacin, hasta transformarme casi en uno ms de ellos.

    Pero para que? inquiri el joven atragantndose con las palabras.

    All voy, agreg Joaqun,sonriendo ante el hecho de que su pequeo pareca estar dispuestoa escucharlo.Como te dije antes, no somos los nicos. Para ser ms preciso, al finalizar el

    http://1.bp.blogspot.com/_6nLjINI7tqA/TQmFkCXaZ7I/AAAAAAAAAjU/PxUDyBZfLHE/s1600/ciencia_ficcion_amanecer_2.jpg
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    2010, habrn llegado los diez mil humanos adiestrados. Todos fuimos abducidos en la dcada del

    sesenta. Vos fuiste el nmero 9768 en volver.

    Armando se sorprenda de la manera culta en que se expresaba su padre, con palabras que no

    tena ni idea que existiesen. Un cambio radical para un campesino que a duras penas haba

    terminado el tercer grado de la primaria.

    Por que nos devuelven a la tierra?indag el adolescente siguindole el juego. Aun no se

    crea ni una pisca de la extraordinaria historia.

    Estamos repartidos en todo el planeta hijo mo,prosigui el hombre, haciendo caso omiso a loque acababan de preguntarle.Aun no hemos difundido ni una palabra de nuestra experiencia

    extraterrestre, ni de nuestro objetivo en la tierra. La fecha de la revelacin ser el primer minuto

    del 2011. Lo haremos a travs de la televisin y desde la misma capital mundial, Nueva York.

    Ustedes creen que les van a dar tanta publicidad a un puado de lunticos. Lo ms probable es

    que terminen todos en un manicomio.

    Ya est todo pautado, la gente se muere de inters por saber de dnde diablos han salido estos

    miles de desaparecidos. Adems de querer conocer la causa de que no hayan envejecido ni un

    solo da.

    Ante la cara de incredulidad de Armando y ya bastante fastidiado, Joaqun se acerc a latelevisin y despus de prenderla, encendi tambin el reproductor de DVD.

    Cmo explicas todo esto?le dijo sealando la imagen que apareca en la pantalla.

    Desde Pekn hasta Uln Bator se sucedan las entrevistas a los adelantados. Todos relataban elmismo tipo de experiencias. Al trmino de la grabacin se vea cinco o seis cortos promocionales(realizados por las principales cadenas de televisin del mundo) de El ao nuevo de los

    desaparecidos. As haba sido denominada la conferencia de prensa.

    La tv quedo a oscuras pero los ojos del muchacho no se movieron ni un milmetro. La curiosidad

    daba paso al miedo. Su mente sopesaba la chance de que la increble historia de su padre fuese la

    nica explicacin posible.

    Qu se supone que vamos a anunciar?pregunt temerosamente resignado. Sintindose por

    primera vez partcipe de los acontecimientos.

    El veinte de diciembre del dos mil doce, la nave nodriza proveniente de nuestro ex hogar,

    descender a cincuenta kilmetros de Al Ain en la Repblica Saharaui. Treinta y dos millonesde hermanos aliengenos descendern para compartir el planeta con nosotros.

    Por ms de cuatro horas Joaqun le cont sobre el planeta y la fabulosa civilizacin quealbergaba. Le dijo que el sol que les daba vida se estaba apagando y que la tierra se constitua en

    el nico planeta del universo conocido donde podan vivir sin problemas. El hombre remarc el

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    carcter pacfico y amigable de estos seres y los avanzados conocimientos que posean en todas

    las reas de la ciencia. Entre sus principales logros estaban la inmortalidad y el salto

    hiperespacial que les permita viajar a travs de los agujeros negros. Eran parecidos a loshumanos, solo que ms pequeos, con la cabeza ligeramente alargada y los brazos un poco ms

    largos. La boca solo la usaban para alimentarse, pues se comunicaban telepticamente, cualidad

    que ellos dos tambin haban adquirido. En sntesis, la misin de los diez mil adelantados eraconvencer a los terrqueos para que recibieran amistosamente al contingente aliengena. Estabandecididos a compartir su sabidura a cambio del hospedaje.

    La tarea es ardua y complicada hijo mo,dijo Joaqun mientras bostezaba y estiraba sus

    brazos desperezndose.El ser humano es egosta y destructivo por naturaleza, pero tambin

    puede ser inmensamente noble y generoso. Cuando al sptimo ao de mi arribo me preguntaron

    si deseaba traer alguien de la tierra para compartir las tres dcadas que an me quedaban, no lopens un segundo y ped por vos. Ahora estamos juntos en esto, de diez mil personas depende la

    supervivencia de nuestra especie.

    La apocalptica frase final sorprendi a Armando, frunci el ceo y pregunt:Lasupervivencia de los extraterrestres querrs decir

    Aun no te lo he dicho todo. Ellos son generosos y quieren convivir con nosotros, pero si el

    hombre se rehusa a darles cobijo se acabaran sus buenos modales.

    ?

    Y harn desaparecer a los homnidos de la faz del planeta en menos de un segundo. Les

    bastara con mover solo un simple interruptor.

    Armando abri los ojos sobresaltado, una puntada en la nuca lo oblig a apretar los dientes. Sehaba nublado y unos murcilagos revoloteaban a pocos metros de donde se hallaba tirado. Sinti

    su rostro y su cuerpo empapados en sudor, los miembros adormecidos. Se puso en cuatro patas ypareci que el piso se le mova. Respir profundamente buscando estabilizarse, parpade una y

    otra vez abriendo la boca al mximo, ms el mareo persista.

    Pasaron algunos minutos y luego de diez arcadas y un vmito se incorpor con cuidado.

    Rengueando y con un pronunciado bamboleo se dirigi al canal de riego. Cay en cuenta que

    luego de orinar seguro tropez con algo. Al caer debi haberse golpeado la cabeza. No tena ni

    idea por cunto tiempo perdi el conocimiento, solo saba que su madre estara esperndolopreocupada.

    Mientras cruzaba el canal casi a tientas (por la cerrada oscuridad), larg una estentrea carcajada.Le haba venido a la mente el ridculo sueo de su padre y los extraterrestres en el ao 2010.

    Puta que fue extrao el sueito de mierda!musit el joven y se dirigi pesadamente al

    lugar donde haba apoyado la bicicleta.

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    No haba nada, ni siquiera el pasto se hallaba achatado. Un helado escozor lo recorri desde la

    base del cuello al coxis. El pnico ralentiz an ms sus movimientos. Comenz una eterna

    media vuelta mientras imploraba que sus ojos no se encontrasen con el camino asfaltado.