Jonathan Gutierrez
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UNIVERSIDAD ADVENTISTA DE BOLIVIA
FACULTAD DE TEOLOGA
FORMAS O SIMBOLOS QUE REPRESENTAN AL
ESPRITU SANTO
MONOGRAFA
PRESENTADA EN CUMPLIMIENTO PARCIAL
DE LOS REQUISITOS DE LA MATERIA DE
TEOLOGIA SISTEMTICA
POR
JONATHAN GUTIERREZ
VINTO, COCHABAMBA
JUNIO 2015
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TABLA DE CONTENIDO
Captulo
I. INTRODUCCIN.............. 1
II. ACEITE..........................................................................................................................2
III. AGUA............7 .
IV. FUEGO....10
V. VIENTO....12
VI. PALOMA.13
BIBLIOGRAFA...14
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CAPTULO I
INTRODUCCIN
Aunque la Biblia abunda en metforas, smiles, smbolos, parbolas, alegoras y
emblemas, es necesario recordar que detrs de cada forma de expresin hay verdad
oculta, verdad que no ha de ser subestimada por la forma en que es presentada1. Todas
estas varias formas de expresin que emplea la Biblia son directamente seleccionadas y
utilizadas por Dios, el Espritu Santo. Ellas en ningn sentido representan nicamente las
meras nociones literarias de los hombres.2
Es ms que un pasajero inters que el Espritu Santo mismo se presenta bajo
diferentes tipos y smbolos. Los smbolos y tipos que anunciaba a la Segunda Persona se
han efectuado y cumplido concretamente, en forma visible a travs de Su encarnacin;
pero la Persona y obra de la Tercera Persona quedan en oculto de lo que lo inteligible y lo
invisible siempre implica3. En vista que el conocimiento en cuanto al Espritu Santo
depende mayormente de lo que se dice de l ms bien que de lo que se ve o se siente, es
necesario prestarle atencin a cada insinuacin. Aunque en las Escrituras hay buen
nmero de smbolos secundarios, nos centraremos en los ms notorios que presentan el
Antiguo y Nuevo Testamento.
1 Charles, Ryrie. El Espritu Santo (Michigan: Portavoz, 1993), 76. 2 Mateo, Lucas F. Dios uno y trino (Navarra: EUNSA, 1998), 564. 3 Edwin H, Palmer. El Espritu Santo. (Barcelona: El estandarte de la Verdad, 1995), 98.
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CAPTULO II
ACEITE
Como el aceite se usaba para sanar, para confortar, para iluminar y para ungir con
determinados propsitos, as el Espritu Santo, sana, conforta, ilumina y consagra. En la
ofrenda de flor de harina, denominada oblacin de presente, de Levtico 2:1-16, en la que
Cristo es tipificado en sus perfecciones humanas, el aceite aparece primero mezclado con
flor de harina, y luego derramado sobre ella.
Todo esto tpicamente anticipa la vida y el ministerio de Cristo en Su relacin
singular con el Espritu Santo, relacin mantenida aqu en la tierra, una relacin en la que
la humanidad de Cristo fue sustentada y sus acciones, investidas de potencia por el
Espritu Santo. De igual modo era posible, y hubiera sido natural, para Cristo haber
sostenido su humanidad por el Poder de Su propia Deidad; adems, como hombre, de ser
sostenido por el Espritu Santo y no por la Segunda Persona, y siendo que Cristo es el
hombre ejemplar y el hombre ideal de Dios, se requiere que l tambin se apoyara en el
Espritu Santo con respecto a cada necesidad y limitacin que presentara su humanidad.
En tipo (Lv. 2:4, 5, 7) la flor de harina es mezclada con aceite, sugiriendo que, con
respecto a Su humanidad, Cristo fue engendrado por el Espritu Santo; y, otra vez (Lv.
2:1, 6, 15), el aceite derramado sobre la harina anuncia la uncin de Cristo por el Espritu
Santo, como se efectu en Su bautismo. Hay un real significado en la ordenanza del
sacerdote, en la limpieza del leproso (Lv. 14: 1 0-32), habra de aplicarse el aceite en la
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forma prescrita especficamente. La obra de Cristo en la sanidad fsica, como en la
transformacin espiritual, fue operada por el poder del Espritu Santo. La limpieza del
leproso es un tipo de los ms evidentes en cuanto a Cristo, ya que prenuncia la salvacin
del pecado. C. H. Mackintosh dice lo siguiente: Y el sacerdote tomar del log del aceite y
lo echar en la palma de su mano izquierda: y mojar su dedo derecho en el aceite que
tiene en su mano izquierda, y esparcir del aceite con su dedo siete veces delante de
Jehov: Y de lo que quedare del aceite que tiene en su mano, pondr el sacerdote sobre la
ternilla de la oreja derecha del que se purifica, y sobre el pulgar de su pie derecho, sobre
la sangre de la expiacin por la culpa: y lo que quedare del aceite que tiene en su mano,
pondr sobre la cabeza del que se purifica; y har el sacerdote expiacin por l delante de
Jehov (Lv. 14: 15-18). As, no solo son limpiados nuestros miembros por la sangre de
Cristo, sino tambin consagrados a Dios en el poder del Espritu. La Obra de Dios no es
slo negativa, sino positiva. El odo es ya no ms el vehculo para comunicar
contaminacin, sino para estar prontos para or la voz del Buen Pastor; la mano no es ya
ms usada como un instrumento de injusticia, sino para extenderse en actos de justicia, de
gracia y de santidad; el pie no es ya ms para hollar las sendas del vicio, sino para andar
en los caminos de los santos mandamientos de Dios; y, finalmente, el hombre en su
totalidad es para ser consagrado a Dios en la energa del Espritu Santo. Es en gran
manera interesante ver que el aceite fue puesto sobre la sangre de la 'ofrenda por la
culpa (sacrificio por el pecado). La sangre de Cristo es la base divina de la operacin del
Espritu Santo. La sangre y el aceite van juntos. Como pecadores, nada sabramos del
ltimo aparte de la base de la primera. No se podr poner aceite sobre el leproso hasta
que la sangre del sacrificio por el pecado fuera aplicada primero. En el cual tambin
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desde que cresteis fuisteis sellados con el Espritu Santo de la promesa. La exactitud
divina del tipo evoca la admiracin de la mente regenerada. Cuanto ms de cerca lo
escudriamos, cuanta ms luz de la Escritura concentramos sobre el tema, tanto ms de
su belleza, fuerza y precisin se percibe y se goza. Todo, como justamente debe
esperarse, est en la ms hermosa armona con la entera analoga de la Palabra de Dios.
Otra vez, en Exodo 40: 10, 13 y 15 se registra el requisito con respecto a tres ungimientos
particulares: el del altar, que habla de la muerte de Cristo por el Espritu eterno; el de
Aarn como Sumo Sacerdote, que habla del Espritu reposando sobre Cristo (ls. 61:1); y
el de los hijos de Aarn, tipo de los creyentes de esta dispensacin y cuya uncin
contempla la presente relacin del Espritu Santo con los cristianos. En la teocracia
antigua, los reyes fueron ungidos (1 S. 16: 12) como oficiales que fueron (1 S. 10:1); y
todo esto indica la autoridad directa de Dios sobre Su pueblo en esa forma de Su
gobierno. Un tipo igualmente bello del Espritu Santo se nota en el hecho que el aceite
serva como una fuente de luz. A los israelitas se les orden proveer el aceite para las
luces en el tabernculo (Ex. 25:6). Dos verdades vitales estn implicadas en esta tipologa
especial, como son: que Dios Espritu Santo es la luz esencial y que el creyente ha de
andar a la luz que el Espritu Santo vierte sobre su mente y corazn, y haciendo as los
creyentes mismos son como luces en el mundo. La luz que los cristianos pueden
esparcir es una manifestacin de la presencia y poder del Espritu Santo en sus vidas. En
las luces de los tiempos antiguos haba aceite, llama y pbilo, que serva como
intermediario entre el aceite y la llama. Tena que haber contacto entre el aceite y el
pbilp, as ste habra de estar libre de partculas de carbn. Tena que despabilarse para
permanecer limpio.
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Esta verdad tan esencial es obvia para toda efectividad espiritual. Las diez vrgenes de
Mateo 25:1-13 fueron o sabias o fatuas de acuerdo con su preparacin espiritual, hecho
que el aceite simboliza en la parbola. Cinco habrn de ser excluidas del palacio del Rey
cuando
El vuelva a la tierra, y cinco van a encontrarlo con la preparacin debida y
entrarn con El en el palacio. Las vrgenes representan a Israel sobre la tierra esperando
el retorno del Mesas con Su Esposa (Lev. 12:35, 36; Sal. 45:8-15).
Aparecen otros tres temas todava en conexin con la tipologa que representa el aceite.
En el Salmo 45:7 hay referencia al leo y gozo. El fruto del Espritu es gozo.
Mientras que en Salmo 104: 15 se prescribe el aceite para hacer brillar el rostro, y en
Salmo 23:5 David alaba a Dios que ha ungido su cabeza con aceite, todo lo cual es un
presagio de la presencia y poder del Espritu en el creyente.
Escribiendo del aceite como un smbolo del Espritu Santo, el Dr. Juan F. Walvoord
declara: Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento el Espritu Santo
frecuentemente se halla en este tipo. En el tabernculo, el aceite de oliva puro que
mantiene ardiendo continuamente la lmpara en el lugar santo habla elocuentemente del
ministerio del Espritu Santo en la revelacin y la iluminacin, sin el cual el pan de la
proposicin (Cristo) hubiera quedado invisible en la obscuridad, y el camino hacia el
lugar santsimo no se hubiera aclarado (Ex. 27: 20, 21). El aceite jug un papel
importante en los sacrificios (Lv. 1-7). Se us en el ungimiento de los sacerdotes y en la
consagracin del tabernculo (Lv. 8). Se us para instalar en su oficio a los reyes ( 1 S.
10: 1; 16: 13; 1 R. 1: 39; etc.). En adicin a estos usos sagrados, se usaba como alimento,
(Ap. 6:6), medicina (Mr. 6: 13), y an como un medio de intercambio (1 R. 5: 11). Los
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ejemplos de referencia al aceite en el Antiguo Testamento exceden en nmero a los del
Espritu Santo. Segn la Concordancia de Young hay 175 referencias al aceite en el
Antiguo Testamento y una docena de veces en el Nuevo, siendo las ms notables: Mt.
25:3-8; He. 1:9; Stg. 5:14. Una referencia interesante en Jn. 3: 34, que habla el Espritu
que no se da por medida en Cristo. De los distintos usos del aceite en la Biblia podemos
llegar a la conclusin que el aceite habla de la santidad, santificacin, revelacin,
iluminacin, dedicacin y sanidad.
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CAPTULO III
AGUA
Este elemento tan comn y tan vasto en el mundo sirve como tipo de juicio (Ej.: el
diluvio, la destruccin en el Mar Rojo, y los ros descritos por Cristo en Mt. 7:25), de la
Palabra de Dios (Jn. 3:5; Tit. 3:5; 1 Jn. 5:6, 8), y del Espritu Santo. En Su conversacin
con la mujer samaritana, Cristo habl del agua que El dara como agua de vida, la cual
es simbolizada en el tipo como corrientes de aguas. El Espritu Santo est tipificado por
el agua, y este cuerpo de verdad es realmente extenso. Como el agua es esencial para la
limpieza, satisfaccin, renovacin y refrigerio, as el Espritu Santo es vital para el hijo de
Dios. Este tema general se puede dividir en tres partes: (a) El Espritu aplica la sangre de
Cristo para toda limpieza, (b) el Espritu como morador, y (e) las manifestaciones del
Espritu fluyendo. Estas tres divisiones aqu son consideradas ms extensamente. (a) El
aspecto de limpieza est tipificado por el bao de los sacerdotes en conexin con su
iniciacin en su oficio sacerdotal. Ellos entonces eran baados enteramente y una vez por
todas por el Sumo Sacerdote (Ex. 29:4; Lv. 8:6), bao que representa el lavamiento una
vez por todas de la regeneracin operada para el sacerdote creyente a su entrada tanto a
su estado de salvo como a su servicio para Dios como sacerdote. As tambin, hay una
limpieza constante para el cristiano en su andar, el cual se anticipa en tipo, por la
limpieza provista por el sacrificio y las cenizas de la vaca roja (Num. 19:2). El antitipo
del Nuevo Testamento est declarado en 1 Jn. 1:9 Si confesamos nuestros pecados, l es
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fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad (Ef. 5: 26). Es
el Espritu Santo el que aplica la sangre de la limpieza. Como un acto simblico, Cristo
lav los pies de los discpulos (Jn. 13: 1-17). (b) Como el Santo Espritu morador, Cristo
le dijo a la Samaritana: Mas el que bebiere del agua que yo le dar ser en l una fuente
que salte para vida eterna (Jn. 4: 14). El Espritu Santo que habita en el creyente es una
realidad y Su presencia, una bendicin inconmensurable, en todos los que l est siempre
activo. Como un pozo artesiano, l est vertiendo para vida eterna. La vida eterna es no
slo ganada y lograda por la operacin del Espritu Santo, sino que es mantenida, como
son todas sus manifestaciones, por el Espritu. (e) Con relacin al Espritu fluyendo, la
promesa de Cristo, segn San Juan 7:37-39, es central. All est escrito: En el postrer da
de la fiesta, Jess se puso en pie y alz la voz, diciendo: Si alguno tiene sed venga a m y
beba. El que cree en m, como dice la Escritura, de su interior corrern ros de agua viva.
Esto dijo del Espritu que haban de recibir los que creyesen en El; pues an no haba
venido el Espritu Santo, porque Jess no haba sido an glorificado. El ro mismo es
interpretado por algunos como un tipo aparte del Espritu Santo, y, en tal caso mucho se
debe al ro predicho por Ezequiel que saldr de la misma presencia de Jehov en la Era
por venir (Ez.4 7: l-12), simbolizando el vasto aumento de las bendiciones y poder del
Espritu en aquel da.
La gran mayora de los cristianos interpretan el agua, o ritual, el bautismo como
un signo externo o smbolo de la obra interna del Espritu Santo en el creyente. Por tanto,
para algunos, este tipo (el agua) representa todos los aspectos de la obra del Espritu
Santo en el cristiano; para otros est ms especficamente relacionado al bautismo del
Espritu. Entre los ltimos se cree que el un bautismo de Efesios 4:5 se refiere al
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bautismo por el Espritu Santo, pero tambin incluye su seal externa o smbolo, ambos,
el real y el ritual, juntos combinados para formar el un bautismo. El acceso del Espritu
al creyente con todo lo que Su graciosa presencia garantiza est simbolizado por la
aplicacin del agua en el bautismo; y esto, a su vez, corresponde completamente con el
uso tpico del agua a travs de todo el Antiguo Testamento (Is.52: 15; Ez.36:25). Un
rasgo encomiable de esta interpretacin del rito bautismal se ve en el hecho de que
ningn bautismo diverso, separado o independiente se ha apartado del bautismo por el
Espritu Santo el cual obligara a reconocer los dos bautismos -el del Espritu y el ritual -
a la luz de la asercin de la Escritura que hay un bautismo. En toda esta verdad
respecto a bautismo, por los que as lo interpretan, el agua viene a ser una vez ms, un
emblema del Espritu Santo.
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CAPTULO IV
FUEGO
Con referencia al fuego como un smbolo del Espritu Santo, el autor F.E. Marsh,
de Londres, escribe: A menudo encontramos que un smbolo puede representar dos o
ms cosas.
Len, por ejemplo, se usa como una metfora en cuanto a Cristo y a Satn, y aun
con sus diferencias, porque mientras se usa para expresar el valor y hazaas de nuestro
Seor, simboliza la crueldad y ferocidad de Satn (Ap.5:5; 1 P. 5:8).
El fuego tambin es usado para diferentes cosas. Es un smbolo de la presencia del
Seor, en consecuencia, Jehov apareci a Moiss en llama de fuego (Ex.3:2). El fuego
es seal de la aprobacin divina. As en conexin con el tabernculo (Lv 9: 24), en la
dedicacin del templo (2 Cr. 7: 1), y en el Monte Carmelo, vino fuego del cielo y
consumi el sacrificio como muestra de la aprobacin y aceptacin de Dios (1 R.l8:38).
El fuego est asociado con la proteccin de la presencia de Dios, de aqu que era como
una columna de fuego para los hijos de Israel para iluminarlos y defenderlos (Ex.13:21),
y El promete ser un muro de fuego para Su pueblo (Zac.2:5). El fuego es un smil de su
disciplina y de la prueba. Cuando el Seor purifica a los hijos de Lev, lo hace como un
joyero purifica al oro, por la accin del fuego (Ma1.3:3); y cuando Cristo escudria a las
siete iglesias, se describe como 'una llama de fuego (Ap l:14); y cuando los creyentes son
probados se les recuerda que la prueba de vuestra fe es 'mucho ms preciosa que el oro, el
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cual perece, se prueba con fuego (1 P. 1: 7). Y as mismo se nos recuerda que Nuestro
Dios es fuego consumidor (He.l2: 29). El fuego es un emblema de la Palabra de Dios, que
arde y calienta. La declaracin de Dios a Jeremas fue: He aqu que yo pongo mis
palabras en tu boca por fuego y despus, cuando el profeta resolvi no hablar la Palabra,
tuvo que confesar: Y dije: No me acordar ms de l, ni hablar ms en Su nombre; no
obstante, haba en mi corazn un fuego ardiente metido en mis huesos; trat de sufrirlo y
no pude (Jer.5: 14; 20:9). El fuego habla del juicio de Dios. Cuando los hijos de Aarn
trajeron el fuego extrao en su atrevido egosmo, sali fuego de delante de Jehov y los
quem (Lv.l0:2); tambin el fuego es una emblema del Espritu Santo, porque es
comparado a siete lmparas de fuego que ardan delante del trono (Ap.4: 5), y cuando
descendi en el Pentecosts se compara a lenguas repartidas como de fuego (Hch.2:3).
Directa e indirectamente el poder del Espritu puede ser comparado con el fuego. El ardor
del servicio, la llama del amor, el fervor de la oracin, la sinceridad del testimonio, la
devocin de la consagracin, el sacrificio de la adoracin, y el poder gneo de su
influencia, se atribuyen al Espritu.
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CAPITULO V
VIENTO
El aliento de Dios es comparado al viento, y pudiera ser como un juicio (Is.40:24),
o como una bendicin. Las Escrituras, por ejemplo, son aliento divino. Despus de Su
resurreccin, Cristo sopl sobre sus discpulos y dijo, Recibid el Espritu (Jn. 20:22).
As tambin cuando fue creado el hombre, Dios sopl en la forma sin vida y el hombre
fue un alma viviente. Cristo compar la obra del Espritu a la accin del viento al hablar
con Nicodemo y le dijo: El viento de donde quiere sopla y oyes su sonido, ms no sabes
de dnde viene ni a dnde va, as es cualquiera que es nacido del Espritu (Jn.3: 8).
Asimismo el Espritu movi a los santos hombres de la antigedad para escribir el Texto
Sagrado. Ellos fueron traldos como una nave es impelida por el viento. Pedro afirma:
Porque nunca la profeca fue trada por voluntad humana, sino que los santos hombres
de Dios hablaron siendo inspirados por el Espritu Santo (2 P. 1: 21). El Espritu vino en
el Pentecosts como un viento recio que soplaba y as viene como un poder animador y
vivificante para salvar a los perdidos.
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CAPITULO VI
PALOMA
Fue en el bautismo de Cristo cuando el Espritu Santo descendi sobre El en
forma corporal como paloma. De este momento importante de la vida terrenal de Nuestro
Seor, Juan el Bautista declar: Este es aquel de quien yo dije: Despus de mi viene un
varn, el cual es antes de m, porque era primero que yo. Y yo no le conoca; ms para
que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua. Tambin dio Juan
testimonio, diciendo: Vi al Espritu que descenda del cielo como paloma, y permaneci
sobre El. Y yo no le conoca; pero el que me envi a bautizar con agua, aquel me dijo:
Sobre quien veas descender el Espritu y que permanece sobre El, se es el que bautiza
con el Espritu Santo. Y yo le vi, y he dado testimonio de que ste es el Hijo de Dios (Jn
l: 30: 34 ). Hay muchos detalles en que el Espritu Santo puede ser comparado a una
paloma. Como por el carcter de una paloma, C. H. Mackintosh escribe acerca de la
paloma que No dej ir del arca. Este emblema, como todos los dems que se encuentran
en las Escrituras, es escogido directamente, indicado y usado como tal por Dios, Espritu
Santo.
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BIBLIOGRAFIA
Ryrie, Charles. El Espritu Santo. Michigan: Portavoz, 1993.
Palmer, Edwin H. El Espritu Santo. Barcelona: El estandarte de la Verdad, 1995.
Morgan, G. Campbell. El Espritu de Dios. Terrassa, Espaa: CLIE, 1973.
Hilberath, Bernd Hochen. Pneumatologa. Barcelona: Herder, 1996.
Congar, Yves. El Espritu Santo. Barcelona: Herder, 1991.
Chafer, Lewis Sperry. Teologa Sistemtica. Espaa: Dusman, 1974.
Mateo, Lcucas F. Dios uno y trino. Navarra: EUNSA, 1998.