JOSÉ ANGEL MEDINA DIRECTOR DE LA ESCUELA DE …de ellos están entre las mejores obras de estos...

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68 DIARIO 2 Diario de Navarra Domingo, 19 de abril de 2015 E N el prólogo a la Guía de Arquitectura Navarra del siglo XX, el arquitec- to tudelano Rafael Mo- neo apuntaba a la creación de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra como factor determinante de la mejo- ra de la calidad que experimenta la arquitectura navarra en las úl- timas décadas del siglo. Moneo iba más allá al señalar que en es- tos años se había generado una auténtica “escuela navarra” de arquitectura cuyos rasgos más acusados serían, a su juicio, la racionalidad y el uso mesurado de materiales y formas. Es obvio que para la arquitec- tura navarra hay un antes y un después de la creación de la Es- cuela de Arquitectura en 1964. Son muchas y muy variadas las razones que justifican este aser- to. Está en primer lugar el hecho de que la posibilidad de estudiar la carrera de arquitectura se abría así a un mayor número de navarros, mientras que el nuevo centro universitario atraía estu- diantes venidos de distintos puntos de España. Está también la actividad en torno a la arqui- tectura que genera una institu- ción de estas características con un inevitable efecto en el am- biente cultural navarro. Y está la propia producción de los arqui- tectos egresados de la escuela, una producción que, en térmi- nos generales, ha alcanzado una notable cota de calidad, impul- sada por un responsable ejerci- cio de la disciplina y por la inevi- table competencia derivada de la presencia, en una comunidad tan pequeña, de un elevado nú- mero de profesionales. El proceso de creación de la escuela supuso también la llega- da a Navarra de una serie de ar- quitectos foráneos para incorpo- rarse como profesores, que abrieron sus despachos en la Co- munidad Foral y que provocaron el enriquecimiento de la oferta en un momento en el que Nava- rra se hallaba inmersa en un ci- clo de expansión con la transfor- mación de su tejido productivo. Además de su contribución al de- sarrollo del recién nacido centro docente, arquitectos como Igna- cio Araujo, Juan y Javier Lahuer- ta o Rafael Echaide, sumaron su calidad profesional a la produc- ción arquitectónica local. No todos los profesores de la nueva escuela llegaron de fuera, un buen grupo de profesionales navarros se incorporó a la tarea docente, lo que permitió el en- raizamiento con la tradición lo- cal; fue el caso de Miguel Gorta- ri, Ramón Urmeneta, Fernando Nagore, Fernando San Martín, Carlos Sobrini o Fernando Re- dón. La propia construcción de los edificios de la Universidad ha supuesto un hito para el parque edificado de Pamplona; algunos de ellos están entre las mejores obras de estos últimos cincuen- ta años. También hubo profesores que no han dejado mucha huella construida en Navarra pero cu- yo impacto sobre sus alumnos ha sido poderoso, condicionan- do esa manera de hacer propia a la que antes me he referido. Es el La arquitectura navarra y la Escuela de Arquitectura caso del malogrado Francisco Inza a cuyo alrededor se origina- ron los primeros atisbos de una posible “escuela”. Su temprano fallecimiento en el verano de 1976, dejó huérfano este primer brote; sin embargo, su hueco pronto sería ocupado por una fi- gura todavía más carismática, Javier Carvajal, un arquitecto tan prestigioso en el ámbito pro- fesional como en el académico y cuyo protagonismo en la conso- lidación de la Escuela de Arqui- tectura fue extraordinario du- rante los más de veinte años que se prolongó su labor docente en Pamplona. Hoy en día son legión los arquitectos titulados por la escuela –y no sólo navarros- que se consideran discípulos suyos. No obstante, conviene deste- rrar cualquier atisbo de unifor- “Al arquitecto ahora ya no le basta con poner una placa en el portal” JOSÉ ANGEL MEDINA DIRECTOR DE LA ESCUELA DE ARQUITECTURA La Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra cumple medio siglo. Lo celebrará esta semana con la presencia de los tres premios Pritzker ibéricos (Rafael Moneo, Álvaro Siza y Eduardo Souto de Moura) y otros actos. José Angel Medina, ayer, en el célebre tubo de entrada a la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra. el super boom. Cuando yo entré aquí había 16 escuelas de arqui- tectura y ahora hay 34. ¿El boom del ladrillo? Efectivamente. Es difícil de afron- tar, no hay una institución global, salvo que el ministerio dijera que hay números clausus. En países avanzados como Suiza hay tres es- cuelas de arquitectura. Antes da- ba igual cualquier título porque había trabajo, ahora se valora mu- cho de qué escuela vienes. Pero creo que es bueno también, te obli- ga a no despistarte, a no entrar en las tentaciones de cierta superiori- dad, te centras en ser mejor. El sindicato de los arquitectos de- nuncia que más del 70% de la pro- fesión está en paro tras la crisis. Y sin embargo siguen saliendo mi- les de licenciados cada año, ¿es sostenible este modelo? En Madrid entran 500 alumnos al año, yo personalmente lo conside- ro una irresponsabilidad. No pue- des pretender que todo siga igual. Creo que se ha cerrado solo una es- cuela. También está el modelo de la profesión, que ya estaba cam- biando antes de la crisis. ¿En qué sentido? Antes el arquitecto ponía una placa en el portal y ya se ponía a hacer trabajos para familiares y para amigos. Eso se ha termina- do. Se ha hecho mucho más com- pleja la situación. ¿Cuántos alumnos salen de aquí? Nuestro número son 85-90. Cuan- do la carrera tenía mucha deman- da llegó a tener 110. Precisamente no se dio el paso de ampliar el nú- mero por evitar el desmadre. El curso pasado hemos tenido 65. Seguimos haciendo selección, muy poca, porque curiosamente se ha dado una autoselección. Te- nemos una de las notas medias más altas de la universidad, 8,64. ¿Cuánto cuesta estudiar aquí? Nuestra matrícula es de en torno a 12.000 euros. Normalmente el precio de matrícula de las priva- das oscila entre los 8.000 y los 16.000 euros. Es un precio más o menos, medio-alto. ¿Si un hijo estuviera pensando en hacer arquitectura le animaría? ION STEGMEIER Pamplona El primer día de 1975 nació en San Sebastián José Ángel Medi- na Murua, y a finales de ese mis- mo año se ponía en el campus de la Universidad de Navarra la pri- mera piedra del edificio que aho- ra dirige. No son, de todos modos, de la misma quinta. La escuela le gana en antigüedad, ya que antes de que Carlos Sobrini, Rafael Echaide y Eugenio Aguinaga di- señaran su sede, uno de los edifi- cios más especiales del campus, antes funcionó primero en el Edi- ficio Central y luego en el de Bi- bliotecas. Este legazpiarra, licen- ciado y doctor en arquitectura, dirige la escuela desde 2012, con lo que le ha tocado presidir el 50 cumpleaños del centro. ¿Se acuerda la primera vez que pisó este edificio? Claro. Vine a hacer el examen de admisión, creo que era un 1 de ju- nio del 93. Las pruebas ahora se hacen en tres convocatorias, pero entonces era solo una, de repente ver a todos los candidatos juntos daba bastante respeto. También recuerdo el espacio largo de los talleres, que impresionaba: los di- bujos, las maquetas... Desde entonces han salido es- cuelas de arquitecturas como se- tas, ¿cómo lo afrontan? Es uno de los dramas del panora- ma español. Ésta es la cuarta en antigüedad. Durante mucho tiempo hubo cinco escuelas en España. A finales de los 70 se am- plían a ocho o diez, y en los 90 es Sí. Para empezar porque es una carrera fascinante. Te da una for- mación creativa muy importante, analítica, sabes dibujar, adquieres mucha cultura de arte, de diseño. Y por otro lado tienes mucho co- nocimiento técnico, de cómo se 50 aniversario de la Escuela de Arquitectura m

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68 DIARIO 2 Diario de Navarra Domingo, 19 de abril de 2015

E N el prólogo a la Guía de Arquitectura Navarra del siglo XX, el arquitec-to tudelano Rafael Mo-

neo apuntaba a la creación de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra como factor determinante de la mejo-ra de la calidad que experimenta la arquitectura navarra en las úl-timas décadas del siglo. Moneo iba más allá al señalar que en es-tos años se había generado una auténtica “escuela navarra” de arquitectura cuyos rasgos más acusados serían, a su juicio, la racionalidad y el uso mesurado de materiales y formas. Es obvio que para la arquitec-

tura navarra hay un antes y un después de la creación de la Es-cuela de Arquitectura en 1964. Son muchas y muy variadas las

razones que justifican este aser-to. Está en primer lugar el hecho de que la posibilidad de estudiar la carrera de arquitectura se abría así a un mayor número de navarros, mientras que el nuevo centro universitario atraía estu-diantes venidos de distintos puntos de España. Está también la actividad en torno a la arqui-tectura que genera una institu-ción de estas características con un inevitable efecto en el am-biente cultural navarro. Y está la propia producción de los arqui-tectos egresados de la escuela, una producción que, en térmi-nos generales, ha alcanzado una notable cota de calidad, impul-sada por un responsable ejerci-cio de la disciplina y por la inevi-table competencia derivada de la presencia, en una comunidad

tan pequeña, de un elevado nú-mero de profesionales. El proceso de creación de la

escuela supuso también la llega-da a Navarra de una serie de ar-quitectos foráneos para incorpo-rarse como profesores, que abrieron sus despachos en la Co-munidad Foral y que provocaron el enriquecimiento de la oferta en un momento en el que Nava-rra se hallaba inmersa en un ci-clo de expansión con la transfor-mación de su tejido productivo. Además de su contribución al de-sarrollo del recién nacido centro docente, arquitectos como Igna-cio Araujo, Juan y Javier Lahuer-ta o Rafael Echaide, sumaron su calidad profesional a la produc-ción arquitectónica local. No todos los profesores de la

nueva escuela llegaron de fuera,

un buen grupo de profesionales navarros se incorporó a la tarea docente, lo que permitió el en-raizamiento con la tradición lo-cal; fue el caso de Miguel Gorta-ri, Ramón Urmeneta, Fernando Nagore, Fernando San Martín, Carlos Sobrini o Fernando Re-dón. La propia construcción de los

edificios de la Universidad ha supuesto un hito para el parque edificado de Pamplona; algunos de ellos están entre las mejores obras de estos últimos cincuen-ta años. También hubo profesores

que no han dejado mucha huella construida en Navarra pero cu-yo impacto sobre sus alumnos ha sido poderoso, condicionan-do esa manera de hacer propia a la que antes me he referido. Es el

La arquitectura navarra y la Escuela de Arquitecturacaso del malogrado Francisco Inza a cuyo alrededor se origina-ron los primeros atisbos de una posible “escuela”. Su temprano fallecimiento en el verano de 1976, dejó huérfano este primer brote; sin embargo, su hueco pronto sería ocupado por una fi-gura todavía más carismática, Javier Carvajal, un arquitecto tan prestigioso en el ámbito pro-fesional como en el académico y cuyo protagonismo en la conso-lidación de la Escuela de Arqui-tectura fue extraordinario du-rante los más de veinte años que se prolongó su labor docente en Pamplona. Hoy en día son legión los arquitectos titulados por la escuela –y no sólo navarros- que se consideran discípulos suyos. No obstante, conviene deste-

rrar cualquier atisbo de unifor-

“Al arquitecto ahora ya no le basta con poner una placa en el portal”

JOSÉ ANGEL MEDINA DIRECTOR DE LA ESCUELA DE ARQUITECTURA

La Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra cumple medio siglo. Lo celebrará esta semana con la presencia de los tres premios Pritzker ibéricos (Rafael Moneo, Álvaro Siza y Eduardo Souto de Moura) y otros actos.

José Angel Medina, ayer, en el célebre tubo de entrada a la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra.

el super boom. Cuando yo entré aquí había 16 escuelas de arqui-tectura y ahora hay 34. ¿El boom del ladrillo? Efectivamente. Es difícil de afron-tar, no hay una institución global, salvo que el ministerio dijera que hay números clausus. En países avanzados como Suiza hay tres es-cuelas de arquitectura. Antes da-ba igual cualquier título porque había trabajo, ahora se valora mu-cho de qué escuela vienes. Pero creo que es bueno también, te obli-ga a no despistarte, a no entrar en las tentaciones de cierta superiori-dad, te centras en ser mejor. El sindicato de los arquitectos de-nuncia que más del 70% de la pro-fesión está en paro tras la crisis. Y sin embargo siguen saliendo mi-les de licenciados cada año, ¿es sostenible este modelo? En Madrid entran 500 alumnos al año, yo personalmente lo conside-ro una irresponsabilidad. No pue-des pretender que todo siga igual. Creo que se ha cerrado solo una es-cuela. También está el modelo de la profesión, que ya estaba cam-biando antes de la crisis. ¿En qué sentido? Antes el arquitecto ponía una placa en el portal y ya se ponía a hacer trabajos para familiares y para amigos. Eso se ha termina-do. Se ha hecho mucho más com-pleja la situación. ¿Cuántos alumnos salen de aquí? Nuestro número son 85-90. Cuan-do la carrera tenía mucha deman-da llegó a tener 110. Precisamente no se dio el paso de ampliar el nú-mero por evitar el desmadre. El curso pasado hemos tenido 65.

Seguimos haciendo selección, muy poca, porque curiosamente se ha dado una autoselección. Te-nemos una de las notas medias más altas de la universidad, 8,64. ¿Cuánto cuesta estudiar aquí? Nuestra matrícula es de en torno

a 12.000 euros. Normalmente el precio de matrícula de las priva-das oscila entre los 8.000 y los 16.000 euros. Es un precio más o menos, medio-alto. ¿Si un hijo estuviera pensando en hacer arquitectura le animaría?

ION STEGMEIER

Pamplona

El primer día de 1975 nació en San Sebastián José Ángel Medi-na Murua, y a finales de ese mis-mo año se ponía en el campus de la Universidad de Navarra la pri-mera piedra del edificio que aho-ra dirige. No son, de todos modos, de la misma quinta. La escuela le gana en antigüedad, ya que antes de que Carlos Sobrini, Rafael Echaide y Eugenio Aguinaga di-señaran su sede, uno de los edifi-cios más especiales del campus, antes funcionó primero en el Edi-ficio Central y luego en el de Bi-bliotecas. Este legazpiarra, licen-ciado y doctor en arquitectura, dirige la escuela desde 2012, con lo que le ha tocado presidir el 50 cumpleaños del centro.

¿Se acuerda la primera vez que pisó este edificio? Claro. Vine a hacer el examen de admisión, creo que era un 1 de ju-nio del 93. Las pruebas ahora se hacen en tres convocatorias, pero entonces era solo una, de repente ver a todos los candidatos juntos daba bastante respeto. También recuerdo el espacio largo de los talleres, que impresionaba: los di-bujos, las maquetas... Desde entonces han salido es-cuelas de arquitecturas como se-tas, ¿cómo lo afrontan? Es uno de los dramas del panora-ma español. Ésta es la cuarta en antigüedad. Durante mucho tiempo hubo cinco escuelas en España. A finales de los 70 se am-plían a ocho o diez, y en los 90 es

Sí. Para empezar porque es una carrera fascinante. Te da una for-mación creativa muy importante, analítica, sabes dibujar, adquieres mucha cultura de arte, de diseño. Y por otro lado tienes mucho co-nocimiento técnico, de cómo se

50 aniversario de la Escuela de Arquitectura m

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DIARIO 2 69Diario de Navarra Domingo, 19 de abril de 2015

midad entre las diferentes gene-raciones de arquitectos forma-dos en esta Escuela. El buen ha-cer de estos profesionales se ha desarrollado en los campos más diversos y han participado con naturalidad en los distintos de-bates que se han sucedido en el seno de la disciplina; desde las posturas revisionistas de finales de los setenta, la preocupación por la ciudad en los ochenta, la vuelta a la abstracción en los no-venta o los polémicos formalis-mos del fin de siglo. Todo ello en medio de un ambiente profesio-nal muy competitivo que ha pro-piciado que la arquitectura na-varra pasara a ocupar un lugar de relevancia creciente entre las arquitecturas periféricas que, con el progreso de la descentra-lización administrativa, habían ido destacando con personali-dad propia en el panorama na-cional e incluso internacional. Por otra parte, la calidad as-

cendente de la producción ar-

quitectónica navarra en este pe-ríodo ha corrido pareja con la también creciente capacidad de esta sociedad y sus instituciones para entender y valorar el traba-jo de los arquitectos. Ello se ha debido fundamentalmente al trabajo de los profesionales na-varros, pero sin duda también a la intensa labor de formación, divulgación e investigación que se ha desarrollado en la Escuela. Por todo ello, en mi doble con-

dición de Presidente de la Dele-gación Navarra del COAVN y profesor, no puedo menos que felicitar públicamente a la Es-cuela de Arquitectura de la Uni-versidad de Navarra por la cele-bración de su primer medio si-glo de existencia.

Mariano González Presencio es Presidente de la Delegación Navarra del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro (COAVN) y profesor de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra.

MEDIO SIGLO EN NÚMEROS

TOTAL 50 AÑOS En este tiempo se han impartido: 2 grados: Arquitectura e Ingenie-ría de la Edificación 8 diplomas. 3 másteres: Diseño Arquitectóni-co, Diseño y Gestión Ambiental de Edificios, Teoría e Historia de la Ar-quitectura. Programa internacional: Global Architecture Program 7.927 graduados han pasado por la Es-cuela en estos cincuenta años, de los que: 2.801 son navarros 551 son extranjeros

De los 7.927 graduados hoy están en el extranjero 403 graduados. Profesores: han sido 489 a lo lar-go de este tiempo. Publicaciones totales: 213. AACC: 10 Arquitecturas de Autor : 58 Memoria de Proyectos: 30 Colección textos: 9 Lecciones de Arquitectura: 17 Revista de Edificación: 40 Revista de Arquitectura: 15 Actas Congresos: 9 Varios: 25 Nacionalidades: 40 países Prácticas gestionadas: 1.600.

DN Pamplona

Las celebraciones por el 50 ani-versario de la Escuela de Arqui-tectura vivirán sus días más im-portantes este viernes y sábado. El viernes tres premios Pri-

tzker (considerado el Nobel de la arquitectura), los únicos conce-didos en la península ibérica, se reunirán por primera vez. A las 10 horas dará comienzo la confe-rencia del portugués Álvaro Siza (Pritzker 1992); una hora des-pués tomará el testigo el tudela-no Rafael Moneo (Pritzker 1996), y a las 12 horas será el tur-no del también portugués Eduardo Souto de Moura (Prit-zker 2011). A las 13.00 horas los tres mantendrán una mesa re-donda allí mismo. Rafael Moneo (Tudela, 1937)

inauguró precisamente en ene-ro el Museo Universidad de Na-varra, a escasos metros de la es-

cuela, en la que es su última gran obra. Es autor, entre otras, del Museo Nacional de Arte Ro-mano de Mérida, el Kursaal de San Sebastián, la Catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles o la Ampliación del Prado. Entre las obras más impor-

tantes de Álvaro Siza (Moto-sinhos, 1933) cabe destacar la Fundación Serralves en Oporto, las Piscinas en Leça de Palmeira, la Schlesisches tor Housing en Berlín o el Centro Gallego de Arte Contemporáneo de Santiago. Eduardo Souto de Moura

(Oporto, 1952), por último, dise-ñó el mercado municipal de Bra-ga, las casas en Nevogilde en Oporto; la vivienda para la Quin-ta do Lago o el Estadio Municipal de Braga, entre otras. El sábado, la Escuela quiere

reunir a todos los alumnos, em-pleados, profesores y amigos que han pasado por sus talleres. El programa comenzará con una visita guiada al Museo Uni-versidad de Navarra y por la tar-de se ha programado una misa, un acto académico en el propio Museo y, antes de cenar, tendrá lugar el acto de encendido de la nueva iluminación del edificio.

Álvaro Siza, Rafael Moneo y Eduardo Souto de Moro participan en los actos por el 50 aniversario esta semana

Tres ‘Pritzker’, una gala y una nueva iluminación

EDUARDO BUXENS

EN FRASES

“En Madrid siguen entrando 500 alumnos al año, es una irresponsabilidad, no se puede pretender que todo siga igual”

“La mentalidad de ‘titulitis’ ya no funciona, en cambio hay más trabajo que nunca en todo el mundo, el campo es muy ancho”

“Hay una arquitectura de la globalización y se corre el peligro de que todas las ciudades se parezcan. La velocidad va en contra de la buena arquitectura”

hacen las cosas, de procesos de fa-bricación, de construcción, y ayu-da a muchísimas cosas. ¿Y si quiere trabajar? Hay que currárselo. La mentali-dad de “titulitis” ya no funciona. En cambio hay más trabajo que nun-

ca en todo el mundo, trabajo sobre gestión de la ciudad, la movilidad, el territorio, el paisaje... el campo es muy ancho. Si cuando yo entré el referente era “voy a montar un despachito en mi pueblo”, ya... ...ni en tu pueblo, ni ahora. Eso es. Se ha hecho más complejo e interesante. La industria de la construcción era bastante lineal, sin una gran carga tecnológica, ni de innovación y en estos años de crisis se ha visto que hay alternati-vas de cambio de modelo. Lo que es más fascinante son los alum-nos, cómo encaran eso. Les ves que se mueven, que ha viajado, que ha trabajado aquí y allí... Esta semana en la Bienal de Ar-quitectura Latinoamericana se ponía el ejemplo de la “arquitec-tura afectiva” mexicana, ¿falta aquí algo de eso? México tiene el primer premio Pritzker latinoamericano que fue Luis Barragán. Es una arquitectu-ra muy poética, con materiales po-bres pero énfasis en la luz y el co-lor. Aquí los requisitos técnicos son cada vez más exigentes. No quiere decir eso que apague la carga más poética de la arquitec-tura, pero a veces sí que la coarta. Los edificios tienen que ser bue-nos, confortables, pero si tú miras la arquitectura del norte de Euro-pa a veces tiene una gran carga tecnológica pero se puede echar en falta esa ausencia de emoción. En cualquier caso la arquitectura ibérica es muy buena, tienen esa chispa de arte que fascina en todo el mundo y al mismo tiempo tec-nológicamente es rigurosa. ¿Esa arquitectura fría, de torres de cristal todas iguales en todas partes, es la que más vende hoy? Hay una arquitectura de la globa-lización, se ve en China y en los países donde el desarrollo es muy rápido. Se ha adoptado un modelo quizá más vulgar pero muy eficiente. Se corre el peligro de que todas las ciudades se pa-

rezcan. Hace poco he estado en China con uno de nuestros profe-sores, Patxi Mangado, y es un drama ver cómo lamentable-mente han tenido una época en la que no han hecho más que copiar e importar elementos del mundo occidental. Puedes ver un edificio de Zaha Hadid casi repetido cin-co veces en distintas ciudades. La velocidad seguramente va en contra de la buena arquitectura. Esos edificios hasta hace poco daban votos a los alcaldes pero ahora empiezan a provocar casi un rechazo en la población, ¿no? La arquitectura tiene una compo-nente con el poder muy estrecha. Pero eso ya ha pasó antes. El Par-tenón arruinó a Atenas, la Ópera de Sydney a Sidney... Es verdad que cuando aquí pensábamos que éramos ricos se abusó mucho de eso. Parecía que daba una ren-tabilidad política muy rápida. Cla-ro, la gente no sabía cuánto se es-taba endeudando. Yo terminé el doctorado en Zurich y en el siste-ma suizo para encargar cualquier edificio público el proceso es tan riguroso que esa tentación de ra-pidez se corta rápido. Asismismo hay procesos de control para que los presupuestos no se vayan que tienen consecuencias penales. Pues si se aplicara aquí media Va-lencia estaba en la cárcel. No solo Valencia, también otros edificios que por desgracia están en toda España. Es verdad que muchas veces los arquitectos he-mos sido cabeza de turco. Parece que la culpa de lo de Valencia es de Calatrava. Claro, a él todo se lo han encargado. Él tenía que ha-ber dicho: no, quizá ya es sufi-ciente con esto? Es difícil. La-mentablemente en esos casos el origen de esos abusos es político. De todas maneras en España to-do esto, por otro lado ha permiti-do un desarrollo de la arquitectu-ra fascinante, es una cultura que se admira en todo el mundo.

Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra. DN

7DIRECTORES Ignacio Araujo 1964-1966 Javier Lahuerta 1966-1979 Leopoldo Gil 1979-1991 Antonio García Valcarce 1991-1994 Juan Miguel Otxotorena 1994-2009 Mariano González Presencio 2009-2012 José Ángel Medina 2012-actuali-dad CURSO 2014/2015 Alumnos por titulaciones: Grado: 560 Máster: 51 Doctorado: 45 Profesores: 174 en plantilla y aso-ciados Inserción laboral: 86% de ocupa-dos en los seis primeros meses tras graduarse

50 aniversario de la Escuela de Arquitectura