José María Rosa - Historia Argentina Tomo IV

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    ENCICLOPEDIADEHISTORIAARGENTINA(TOMO1)ndice

    HISTORIAARGENTINA Pg.1

    LOSTIEMPOSESPAOLES(14921805) Pg.2I AntesdeEspaa Pg.4

    Losprimeros Pg.5Losindiosdelaconquista Pg.7Habitantesdelassierras Pg.8Habitantesdellitoral Pg.10Habitantesdelallanura Pg.11Habitantesdelosmontes Pg.13

    Habitantesdel

    sur

    Pg.16

    IILaMadrePatria Pg.18Espaadueadelmundo Pg.19Larutadeoccidente Pg.23Coln,elvisionario Pg.29

    IIIElNuevoMundo Pg.37Descubrimientodelcontinenteaustral Pg.38Espaolesyportugueses Pg.43Elmardulce Pg.44Abandonodelarutadeoccidente Pg.46Enbuscadelreyblanco(15261531) Pg.47

    IVLaConquista Pg.52

    La

    maldicin

    del

    Plata

    y

    el

    poblamiento

    de

    Indias Pg.53Losadelantados Pg.57Elpoblamientodeciudades Pg.61

    VLosConquistadores Pg.63PedrodeMendoza,elenfermoilusionado Pg.63Irala,elcaudillo Pg.74EntradasporelTucumnyCuyo Pg.79JuandeGaray,elfundador Pg.84LaPatagonia Pg.93

    VIElpuertocontraelpas Pg.97Hernandarias,elprotector Pg.98BenemritosyConfederados Pg.102

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    VIILasRepblicasIndianas Pg.113Evolucindelmunicipiocastellano Pg.114Elmunicipioindiano Pg.116

    LasRepblicas

    de

    espaoles

    Pg.117

    Ladominacinsobreelindgena Pg.122VIIILosReinosdeIndias Pg.127

    LeyesdeIndias Pg.128Elmonarca Pg.131ConsejoSupremodeIndias Pg.132Casadecontratacin Pg.134Audiencias Pg.134Virreyesyotrosfuncionariosreales Pg.136IglesiaindianayRealPatronato Pg.140

    IXGobernadoresyCorregidores Pg.142GobernadoresdeBuenosAires(despusdeRuizdeBaigorri) Pg.143GobernadoresdelTucumn(posterioresaFernandodeZrate) Pg.145

    Corregidoresde

    Cuyo

    Pg.148

    Misionesguaranes Pg.149XSociedadesIndianas Pg.151

    Laciudad Pg.152Lacampaa Pg.155Laeconoma Pg.158Lainstruccinylacultura Pg.160

    XIDelosReinosdeIndiasalascoloniasdeAmrica Pg.162LacuestindelaColoniadelSacramentoyelrepartode

    UtrechtPg.163

    EspaayelRodelaPlatadespusdeUtretch(17131766) Pg.167ElcomndeAsuncin Pg.169

    LaVecindad

    de

    Corrientes

    Pg.172ExpulsindelosJesuitas Pg.175

    LasMalvinasylosingleses Pg.177LascoloniasdeAmrica Pg.180

    XIIElVirreinato Pg.183CreacindelVirreinatodeBuenosAires Pg.184OrganizacindelVirreinato Pg.187LosvirreyeshastaSobremonte Pg.189Fracasodelmercantilismoespaol Pg.192TupacAmaru Pg.195Sociedadycultura Pg.198Organizacinmilitar(hasta1807) Pg.200

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    HISTORIA ARGENTINA

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    J OS MARA ROSA

    HISTORIAARGENTINATOMO I

    LOS TIEMPOS ESPAOLES(1492 1805)

    EDITORIAL ORIENTE S.A.BUENOS AIRES

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    a Vicente Rosa

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    I

    ANTES DE ESPAA

    1. Los primeros.2. Los indios de la conquista.3. Habitantes de las sierras.4. Habitantes del litoral.5. Habitantes de la llanura.6. Habitantes de los montes.7. Habitantes del sur

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    1. LOS PRIMEROS

    Los habitantes de las barrancas.

    No se sabe de dnde vinieron. Pero en tiempos alejadsimos cuando los contornos de la tierra no haban tomado sudiseo actual, los ros no surcaban sus cauces de ahora, se haca sentir un clima hmedo y pesado y vagaban por lapampa cubierta de cinagas los grandes mamferos extinguidos, haba seres humanos en los acantilados de la costaatlntica entre Mar del Plata y Baha Blanca. Un atlas encontrado en Monte Hermoso y dos molares de Miramar losmuestran de pequea estatura (no ms de 1m60), pero de constitucin robusta. Ameghino atribuy a quieres llamabaprothomos (antes del hombre) la antigedad remotsima del perodo terciario, y conjetur fuesen los antecesores de laespecie humana. Su hiptesis hizo escndalo, y no fue aceptada por los investigadores europeos. Desde luego habaerrores, y gruesos, en las conclusiones del naturalista argentino: el horizonte contemplado por el ser de las barrancas erael llamado chapadmalensey no corresponda al terciario sino al cuaternario inferior; y desde ese tiempo haba restosindudablemente humanos en yacimientos ingleses y alemanes (el hombre de Heidelberg, el hombre de Pitcairn).

    Las huellas de la industria rudimentaria del habitante de las barrancas del Atlntico y el anlisis de sus restosfsiles, permiten asegurar que este cuaternario argentino puede clasificarse dentro de la especie hombre si bien difiereen algunos rasgos del homo sapiens contemporneo. Por eso se le da el nombre de homo chapadmalensis. Era unhombre bastante hbil, cuya tcnica hachas de piedra percutida, boleadoras de piedra con surcos desgastados porlos tientos de cuero o fibra lo colocaba a la cabeza de la humanidad primigenia; pues sus contemporneos deHeidelberg y Pitcairn, mientras los hallazgos eneolticos no digan otra cosa, se servan apenas de piedras de slex

    manejadas con el puo.Ameghino le dio un origen americano; pero la presuncin de unos homnculos antropoides vagando por laPatagonia formulada por el naturalista no tuvo bases firmes, pues nunca se encontraron sus fsiles, y no es aceptada hoyen da. Pero entonces, de dnde vino el hombre de las barrancas? Debemos manejarnos por conjeturas y conprecauciones en cosas no establecidas de modo fehaciente. Si debi llegar de alguna parte, solamente pudo hacerlo atravs de ese puente que segn los gelogos una al Viejo y al Nuevo Mundo en las primeras capas del cuaternario: ladelineacin de los continentes no era como hoy, y poda cruzarse a frica y Europa por una perdida Atlntida queyace bajo el mar.

    Suponemos que vino tras los animales que le servan de alimento, cuya emigracin de oriente a occidente y denorte a sur a principios del cuaternario ha sido establecida con certidumbre. La pampa, clida, hmeda y pantanosa deentonces, era un refugio admirable para las especies que huan de las inclemencias en el primer perodo glacial europeo,y en su persecucin debieron llegar y establecerse los hombres de las barrancas.

    Eran seres rudimentarios, pero ms hbiles que sus contemporneos europeos. Por los rastros esparcidos en las

    barrancas sabemos que hendan la piedra para fabricar hachas y puntas de lanzas, aguzaban huesos y molares de losgrandes mamferos pampeanos (los toxodonesfuertes y pesados, los esmilodones tigres enormes de salientes colmillos)dndoles formas de punzones, y ataban tientos, que debieron ser de cuero, a los guijarros redondeados empleados comobolas arrojadizas. Sobre todo eran seres sociables, lo que no puede afirmarse de sus congneres de Heidelberg yPitcairn. En los acantilados de la costa se han encontrado depsitos de escorias vtreas y tierras calcinadas que sesuponen rastros de fogones, los primeros alumbrados del mundo. Protegidos por el fuego de las inclemencias del tiempoy el terror de las noches debieron vivir los hombres de Chapadmalal: all, en la incipiente asociacin del hogar, en unlentsimo proceso de milenios, sus gritos guturales que expresaban emociones se fueron haciendo lenguaje enunciativoy designativo.

    Eran cazadores: se ha encontrado un fmur y algunas vrtebras de toxodones con puntas de lanzas incrustadas.Mientras los hombres cazaban, debieron las mujeres trabajar las hachas, punzones, boleadoras y los indudables peroperdidos instrumentos de madera o confecciones de pieles o cuero (pues el transcurso del tiempo no perdon aquelloque no fuera piedra o hueso) que los ayudaran a vencer la naturaleza.

    Nada ms se sabe de los hombres de Chapadmalal. Ignoramos sus habitaciones, si las tuvieron, o si se abrigaban enlas anfractuosidades de la barranca. Nada de sus costumbres, forma de asociacin, lenguaje que sin duda poseyeron, nisi usaban el fuego para asar o cocer sus alimentos o los ingeran crudos. Slo podemos afirmar que estuvieron all, enlos acantilados del Atlntico, en una edad remotsima que se cuenta por centenas de milenios; fueron fuertes eindustriosos, y protegidos por su ingenio incipiente se mantuvieron en el litoral y el perodo ntegro del cuaternarioinferior.

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    Los pampeanos.

    Paso el tiempo. Transcurrieron el cuaternario inferior y el medio con sus alternados perodos de precipitacionespluviales y pausas de relativa sequedad, que caracterizan a los tiempos glaciales en el hemisferio sur. Durante esaspausas se adentran los hombres a la pampa que ofrece un piso ms firme a su paso: van en persecucin de losgliptodontes(armadillos gigantescos de dos metros de largo y metro y medio de altura) de carne sabrosa y tierna, o delos andes y gacelas reproducidos en gran nmero en la tierra liberada de cinagas. Dejan sus huellas en Ensenada.Carcara, Baradero (piso ensenadense), Lujn, Esperanza (piso lujanense) Eran descendientes de los habitantes delcuaternario inferior, estos hombres pampeanos (homos pampeus) que en la etapa media corren tierra adentro al andcon sus boleadoras y matan y descarnan los gliptodontes con hachas y punzones tallados o pulidos? O pertenecen a unaraza extranjera que extermin, o se mezclo, con la aborigen? No podemos saberlo. Pero descendientes o vencedores dequienes habitaron las barrancas, los que se internan en la pampa tienen sus mismas hachas y punzones de piedra, lanzasde hueso y boleadoras hendidas: pero ya ha aprendido a tallarlas el ensenadense y a pulirlas el lujanense. Han tradoo inventado? el arco y las flechas con puntas de piedra o hueso, arma preciosa; trabajan ingeniosos anzuelos de huesocon extremos hbilmente retorcidos y posiblemente redes de pescar de fibra vegetal con las agujas, tambin de hueso,encontradas en estos pisos arqueolgicos. Conjeturablemente coseran pieles con las mismas agujas para los techos delos toldos que los abrigaran de la lluvia y la noche; aunque algunos estudiosos, por haber encontrado huellas del homopampeus junto a corazas descarnadas a hacha o punzn de gliptodontes, conjeturan que pudieron stas servirles dehabitacin.

    Los osarios ensenadense o lujanense nos dicen el tipo fsico de los hombres pampeanos: de la misma talla

    1m60 de los de Chapadmalal, tenan salientes los pmulos, cabezas alargadas sin arcos superciliares y con rbitaspropias de ojos oblicuos (de las caractersticas faciales del hombre de las barrancas nada puede saberse, por no haberseencontrado huesos de sus crneos). Eran los pampeanos ya verdaderos hombres de la especie homo sapiens, del tipoque los antroplogos llaman mongoloide: los ms antiguos mongoloides del mundo, mucho ms remotos que losencontrados en otras partes.

    Los australoides.

    A fines del cuaternario piso aimarense el horizonte ha tomado una fisonoma aproximada de la actual: losgrandes ros corren por sus cauces ahora, y la costa tiene aproximadamente el trazado contemporneo. La pampa esahora una inmensa y rida llanura, habindose secado o reducido las cinagas y pantanos que la anegaban. Un climaestable sustituye las inclemencias intermitentes de los tiempos glaciales, y han desaparecido para siempre, extinguidospor las duras condiciones del ltimo perodo pluvial, los toxodones, esmilodones y gliptodontes que la poblaban. La

    fauna y la flora son aproximadamente las que habr en la Argentina a la llegada de los espaoles.El hombre sobrevive. Al tipo mongoloide primitivo se mezcla otra raza llegada del norte en busca de las riquezascinegticas de la pampa, de alta frente, arcos superciliares marcados, ndice dolicocfalo y talla mayor (1m70). Son losaustraloides (homo Australis), que los brasileos llaman hombres de Lagoa Santa. Durante un tiempo conviven lasdos razas sin mezclarse, posiblemente en lucha, y los yacimientos muestran los crneos de ambos en el mismo pisoarqueolgico; pero luego se nota la fusin de pampeanos y australoides en un tipo con caractersticas de uno y otro, conpreponderancia de los ltimos. Se hizo por predominio de un pueblo conquistador que domin y se mezcl con partedel dominado, mientras los mongoloides emigraban a regiones alejadas? No se ha dicho la ltima palabra.

    Desde la invasin australoide a la pampa hasta el arribo de los espaoles, en un largo transcurso de siglos, elhombre de la llanura no mostrar modificaciones esenciales. Cuando los bosques chaqueos y las sierras del noroeste sepueblan con otra gente venida conjeturablemente de las montaas y altiplano del norte, los habitantes de la llanurasiguen persiguiendo al and y al venado con boleadoras inventadas por el remotsimo cazador de Chapadmalal,contemporneo de megaterios y milodones, y transmitidas de vencidos a vencedores como el instrumento preciso para

    dominar la pampa y sus veloces moradores. Mediante ellas parece sobrevivir el espritu de la tierra.

    2. LOS INDIOS DE LA CONQUISTA

    Importancia de su estudio.

    La dominacin espaola no fue la violenta sustitucin de un pueblo vencido por otro vencedor como ocurri con lacolonizacin inglesa de Amrica del Norte. Fue una imposicin que hizo a los espaoles seores de la tierra, peromantuvo a los indgenas, convertidos y ms o menos mestizados, como capa proletaria de la sociedad americana. Fue entodo caso, una sustitucin de superficie debajo de la cual sobrevivi la masa indgena sometida, y a sus mrgenes lospueblos bravos que resistieron la conquista y el cristianismo. Los espaoles impusieron su religin, lenguaje, modos deproducir, costumbres familiares y organizacin poltica. Pero la simple dominacin, aunque acabe por aceptarse o

    tolerarse como en Amrica espaola, y coincida con una mezcla de sangres, y sobre todo una unidad religiosa, no hizodesaparecer todas las caractersticas de los dominados. Algo de la cultura aborigen sobrevivi en las formas que tomarel cristianismo americano, habr giros y palabras vernculas incorporados al lenguaje corriente (en algunas partes lalengua indgena lleg a prevalecer sobre el mismo castellano, aun entre los conquistadores), y mucho quedar de la

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    manera de ser y pensar aborigen en las costumbres sociales y realidades polticas plasmadas en las Indias despus dela conquista. Aun los espaoles puros sin y palabras de sus encomendados, y tambin de los pueblos indmitos contraquienes combatan.

    De all la necesidad de conocer a los pueblos aborgenes como preliminar previo a la historia de los argentinos.

    Clasificacin.

    La clasificacin en grupos, ramas, naciones o tribus no resulta del todo convincente. Fueron comunes losdesplazamientos y mestizajes de los indgenas pre y post colombinos, y mucha la influencia recproca de suscostumbres, formas religiosas, armas de guerra y sobre todo lenguaje. As los habitantes del litoral, de origen mezcladocon prevalecencia de pueblos chaqueos, hablaban el idioma de sus vecinos guaranes o formas dialcticas conpreeminencia de ste; los tonicotes y lulesde Santiago del Estero y Tucumn, aunque pertenecen racialmente, a la grannacin cazadora y guerrera mataca de los bosques chaqueos, han recibido de sus vecinos diaguitas del noroesteserrano las nociones del cultivo de las tierras y se transformaron en pueblos sedentarios y ms o menos pacficos, queacabaron por resignarse con la dominacin espaola. Lo que no ocurri a sus hermanos del Chaco.

    Por suhbitat, que coincide con el sometimiento o no a los espaoles, he clasificado a los indgenas argentinos encinco grandes grupos. Loshabitantes de las sierras (diaguitas, huarpes, comechingones, omaguacas y atacamas), que ala llegada de los conquistadores tenan ms o menos contacto con el imperio incsico y haban recibido la influencia delas culturas del norte. Loshabitantes del litoral de los grandes ros (guaranessobre todo, chans, timbres, charras ypueblos afines), a los que podra agregar los chiriguanos de Salta, de raza, lengua y cultura guaran a (aunque se

    discute si estaban en el siglo XVI en territorio argentino). Los habitantes de la llanura, que corran la Pampa (losllamados pampas de primitivo lenguaje het, vencidos y mezclados despus de la conquista espaola, con losaraucanosde Neuqun y Chile). Loshabitantes de los montes (matacos y guaycures, a excepcin de tonicotes y lules).Y finalmente los habitantes del sur (tehuelches y onas). Quedaran fuera los yaganes y alacalufes en los canalesfueguinos, pero estos indgenas no habitaron un territorio que se mantuvo argentino.

    3. HABITANTES DE LAS SIERRAS

    Comprenden cuatro grupos: los diaguitas, conocidos con el nombre genrico de calchaques por uno de suspueblos, el ms belicoso y difcil de dominar; los huarpesy sus congnerescomechingones y sanabirones de Crdoba ySantiago del Estero; los atacamasy omaguacas de Jujuy y oeste de Salta y Catamarca; y finalmente las parcialidadesde origen mataco como los tonicotes y lules, que a pesar de conservar su lengua y organizacin primitiva, eran

    agricultores y aceptaron la dominacin espaola. Por esta causa, a estos indgenas, a pesar de vivir en una regin llana yboscosa como es el este de Tucumn y oeste de Santiago del Estero, los he preferido tratar aqu.

    Diaguitas.

    Vivan en la extensa zona serrana del noroeste de Salta a San Juan y desde la cordillera al Aconquija. Fsicamenteeran de regular estatura, con rostro de lneas finas. En los tiempos de al conquista hablaban el auichuade los incsicos,con resabios de su primitivo idioma llamado cacan. Habitaban en aldeas a lo largo de los valles y quebradas, dedicadosa la agricultura: sembraban maz, zapallos, papas y porotos, y tambin criaban llamas domsticas que les servan paratransporte, pero no coman su carne. Recolectaban frutos silvestres, como la algarroba con la que fabricaban la aloja,bebida fermentada. Fumaban tabaco en pipas de arcilla.

    De lana de guanaco, llamas y vicuas, sus mujeres hacan tejidos de artstica confeccin que tean con jugosvegetales, yojotasde cuero para el calzado. Eran excelentes alfareras y decoraban las cermicas con lneas de colores o

    representaciones de animales, posiblemente por motivos religiosos. Los hombres trabajaban la piedra con figurashumanas o de animales, indudablemente de representacin totmica (ttem, palabra iroquesa que se aplica a la formareligiosa donde se adoran figuras animadas o inanimadas). Se han encontrado en Tucumn menhires de piedra deindudable culto primitivo, pero algunos lo suponen una cultura anterior a la diaguita. Tambin haban aprendido stosde los incsicos el arte de fundir los metales, y hacan de cobre con pequea aleacin de estao, que no llegaba a lasproporciones del bronce, cuchillos, hachas, punzones y joyas de adorno.

    Sus ideas religiosas estaban influenciadas por los incas, aunque sobrevivan vestigios de antiguos cultos totmicoso fetichistas (formas semi-animadas que distinguen a una aldea). Adoraban al Inti, el sol y aApu, el genio tutelar de latierra; teman al trueno y los rayos como entidades diablicas de las que convena alejarse y no irritar. Sus hechicerospracticaban la magia y tenan gran influencia en las aldeas, apenas superadas por los jefes guerreros. Sus fiestasreligiosas consistan en comidas con sacrificio de un animal al Inti o Apu que ingeran para comunicarse con el dios:evidente resabio de la antigua fiesta del fuego de los pueblos totmicos, y extraamente anloga a la eucaristacristiana. Crean en la supervivencia del alma, y suponan que las estrellas eran los espritus de los hombres buenos idos

    al cielo junto al Inti. Enterraban a sus muertos con las piernas recogidas o de pie, casi siempre en cavernas o grutas.Para los jefes y hechiceros empleaban urnas funerarias.Fueron el pueblo ms civilizado del territorio argentino. Aunque pacficos por naturaleza, la conquista espaola

    despert sus instintos guerreros, y se sublevaron contra la dominacin cristiana en la cruenta guerra calchaqu. Sus

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    armas eran temibles: flechas con punta de cobre, que saban disparar atrincherados en sus pucars, fortalezasconstruidas en lo alto de los cerros; all tambin amontonaban piedras que arrojaban al enemigo. Las mujerescombatieron junto a los hombres alentndoles, y quienes huyeron de la batalla fueron despreciados por la comunidadntegra; finalmente diezmados y vencidos, acabaron por capitular, y los sobrevivientes aceptaron las encomiendas bastante aligeradas por prudentes disposiciones gubernativas y trabajaron en beneficio de los conquistadores.

    Los huarpes.

    Se extendan por la planicie al nordeste de Mendoza, este de San Juan, La Rioja, Catamarca y parte de Santiago delEstero. Eran altos como varales al decir de un cronista espaol, delgados y enjutos. Hablaban dos lenguas o dialectosde comn origen: el allentiac los sanjuaninos y habitantes del norte; y el millcayac, los mendocinos. Lenguajesguturales, que nada tienen que ver con el quichuani con las lenguas araucanas de quienes vivan en la cordillera o al surde Mendoza.

    Habitaban en pequeas aldehuelas durante el invierno, que dejaban en la estacin propicia para cazar, su medioprincipal de vida. Mataban venados y andes con trampas, flechas y lanzas. Al iniciarse la dominacin espaolahaban aprendido al agricultura por contactos con los incas a quienes prestaban tributo, y en el ro Mendozaconstruyeron canales de riego, como el Zanjn del cacique Guaymalln en cuya orilla se fundara la primitiva Mendoza.Sembraban maz, frijoles y zapallos.

    Vestan taparrabos, y las mujeres se tatuaban la cara. Ellas eran industriosas y tejan cestas y canastillas de paja tanapretada que serva para contener lquidos; tambin hacan pero en forma rudimentaria, obras de alfarera, mientras los

    hombres salan en sus expediciones de caza. Los millcayac del sur (que los araucanos llamaban puelches o gente deleste) usaban boleadoras conocidas por contacto con los habitantes de la pampa.Sus ideas religiosas no iban ms all de un antiguo totemismo.Se sometieron dcilmente, y resultaron tan aptos al servicio de las encomiendas que muchos huarpes fueron

    remitidos a Chile, poblada por indios bravos y resistentes a las encomiendas.

    Comechingones y sanabirones.

    Los comechingones fueron los habitantes de las sierras de Crdoba, y los sanabirones de la llanura inmediata alnorte, este y sur. Hablaban formas dialectales de una misma lengua primitiva, donde sacat es poblacin (Anisacate,Sinsacate, etc.) y chinga o comechingaparece ser regin (de all Ascochinga, comechingones, etc.). Eran ms bajosde estaturas que los huarpes, pero bien proporcionados y con rostro de lneas finas.

    La cultura de loscomechingones fue mayor que la de los sanabirones; vivan en casas de piedra, aunque pequeas

    y semienterradas que ha hecho decir que eran trogloditas; sus pueblos estaban compuesto por treinta o cuarenta casas,regido por un consejo de ancianos o cabezas de estirpes. Vestan tejidos de lana de guanaco. En cambio los sanabironesiban casi desnudos, y habitaban en casas de paja. Ambos pueblos eran agricultores, adems de cazadores y sembrabanmaz y frijoles, usaban flechas y lanzas para sus caceras, y los del llano sureo tenan boleadoras tomadasindudablemente de los pampas.

    Eran pacficos y de carcter dulce, y fueron fcilmente sometidos.

    Atacamas o atacameos.

    Vivan en la punta del mismo nombre, y a la llegada de los espaoles estaban sometidos a los incas y dedicadosprincipalmente al trfico de llamas y sal a travs de los pasos de la cordillera. Tenan baja estatura, nariz chata, pmulossalientes. Hablaban una lengua verncula (el cunza, que significa nuestro idioma), aunque tambin usaban el quichua,que acabara por prevalecer.

    Habitaban pequeas aldeas; mientras los hombres se marchaban como arrieros, las mujeres tejan mantas de vicuao guanaco, fabricaban cermica y plantaban el maz. Tal vez por lo seco de su hbitat podan conservar la carne devenados en tiras que llamabancharque.

    Se cubran con grandes mantos tejidos que les tapaban hasta la cabeza; calzaban ojotas de piel o de cuero.Fabricaban chicha y hacan un gran consumo de coca, que masticaban incesantemente, como paliativo a la fatiga, alhambre y a la sed, en sus largos arreos.

    Tenan, como otros pueblos del norte, la costumbre de deformar la cabeza de los nios, comprimindola entre dosplanchas de madera o metal.

    Sus ideas religiosas haban sufrido la influencia incsica, pero tenan resabios de un animismo (culto a losfenmenos naturales) primitivo. Ms que Inti, su devocin era la Pacha, diosa tutelar de la tierra; crean en demoniosque deban mantener propicios. Enterraban a sus muertos en grutas, y tenan idea de al inmortalidad del alma.

    Eran mansos y sufridos, y pasaron naturalmente de la dominacin incsica a la espaola. Sirvieron enencomiendas personales para las reas cordilleranas, en cuya labor no tuvieron sustitutos.

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    Omaguacas.

    Vivan en la quebrada de Humahuaca, y llegaron hasta Salta; algunos autores no lo consideran una unidad tnicasino el resultado de varias culturas que se fueron sucediendo en la quebrada. Fsicamente se parecan a los atacamas, susparientes, pero presentaban un grado mayor de cultura, y fueron hasta que los dominaron los espaoles muybelicosos. Su nombre genrico no era omaguacas que fue el de una parcialidad del nortem famosa por su resistencia alos espaoles. Poco se sabe de su idioma primitivo, pues al iniciarse la conquista se haba extendido el quichua noobstante no ser dominados, sino simples tributarios, de los Incas.

    Vivan en pequeas aldeas y formaban tribus (omaguacas, tilcaras, maimaras, jujuyes, etc.). Eran, a diferencia delos atacamas, sedentarios y principalmente agricultores y haban aprendido el arte de irrigar la tierra. Lo mismo que losatacamas y algunos pueblos diaguitas, compriman la cabeza de los nios.

    Vestan mantas tejidas parecidas a las diaguitas, y como stos y los atacamas calzaban ojotas. Eran, tanto hombrescomo mujeres, hbiles tejedores de mantas de guanaco y vicua, que saban teir; tambin fabricaban cestas de paja. Entrabajos de alfarera fueron inferiores a los diaguitas.

    Su religin era totmica con la influencia peruana del culto a la tierra; teman a demonios a quienes hacansacrificios y ofrendas. Crean en la supervivencia del alma y enterraban a sus muertos generalmente en urnasfunerarias con armas y comida para servirles en otra vida.

    Aunque resistieron el paso de los espaoles, y el padre Lozano los consideraba gentes belicosas y rebeldes, notardaron en resignarse al dominio espaol y trabajaron ms o menos pacficamente en las encomiendas.

    Tonocotes y lules.Nada tienen que ver racial o lingsticamente con los indgenas anteriores. Fueron dos pueblos de llanura, de origen

    mataco, que aceptaron la dominacin espaola.Habitaban Santiago del Estero y la parte llana de Tucumn. Conocan la agricultura, por contacto con los diaguitas.

    Los hombres labraban la tierra con palas de madera dura en forma de remos para sembrar maz y frijoles, y las mujeresrecogan la cosecha. Tenan como todos los chaqueos, una talla elevada, nariz chata y pelo negro criboso. Su lenguajetonicoteera un dialecto del mataco.

    Vivan en cabaas construidas de ramas y cubiertas de hojas. Como los chaqueos usaban lamacana, pesada mazade madera, adems de flechas y lanzas. Algo nos ha llegado de sus tejidos, posiblemente femeninos, de fibras dechaguar o extradas del palos borracho, y alfarera muy rudimentaria.

    Sus ideas religiosas eran semejantes a las chaqueas: crean en espritus perversos, duendes en forma demuchachos, provistos de alas grandes como la del avestruz para trasladarse con la velocidad del viento: los llamaban

    aittahs, y atribuan las enfermedades pasajeras, accidentes leves y que producan los truenos y relmpagos para asustar.El rayo y la muerte provenan de seres diablicos, los ahots, que vivan aislados en el monte o cerca de los cementerios.Mezclaban con este animismo, nociones de un culto solar, de evidente origen incsico. Practicaban la magia, y crean enel influjo de la luna en la preparacin de laaloja.

    Su resistencia a los espaoles no fue duradera. Se dejaron empadronar y sirvieron pacficamente en lasencomiendas.

    4. HABITANTES DEL LITORAL

    Con este nombre llamo a los pueblos dominados que vivieron en la Mesopotamia, Repblica Oriental, delta delParan, provincia de Santa Fe desde Rosario hasta poco ms all de San Justo. Habitaron lo que puede llamarse zonade expansin guaran, aunque no todos pertenecan a esta raza ni empleaban su lenguaje. Estn los guaranes

    propiamente dichos y los chans extendidos en un largo hbitat (caracares, timbres, coronds, colastinsmcayasts,quiloazas, mocoretes, de la provincia de Santa Fe; mbegus, yaros, genoas, minuanes, etc., de la Mesopotamia, ycharrasde la Repblica Oriental y oeste de Entre Ros).

    Los guaranes.

    Vivan en tres zonas separadas, pero formaban una unidad tnica y lingstica: 1) la regin misionera en laprovincia de Misiones y noroeste de Corrientes; 2) el delta e islas del Paran hasta la altura de Santa Fe; 3) loschiriguanosdel oeste de Salta y Jujuy.

    Eran de regular estatura, color moreno cobrizo, cabeza redonda, rostro achatado, pelo negro y lacio. Su idioma fuehablado por muchos pueblos no guaranes, y prevaleci en el nordeste argentino y Paraguay, y aun lo hablaron losespaoles. Su caracterstica, diremos nacional, era el uso del tembet, guijarro que ponan a los nios en el labioinferior al llegar a la pubertad, costumbre que se extendi a muchos pueblos vecinos. Eran buenos msicos, y

    entonaban canciones melodiosas.Vivan en pequeas aldeas, en casas de barro o paja. Eran agricultores, sin dejar de ser cazadores y pescadores;empleaban azadas o palas de madera para arar sus sementeras de maz, zapallo y mandioca (en el norte). Con la miel delas abejas silvestres preparaban bebidas fermentadas.

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    En tiempos de la conquista andaban en cueros vivos como Dios los ech al mundo dice Ulrico Schmidel. Nodorman en esteras sobre el suelo, como los dems indgenas, sino en hamacas tejidas con pajas o algodn. Cada pueblotena un cacique, con autoridad limitada, y en caso de guerra se confederaban varias tribus y elegan un jefe supremo.

    La mujer tena absoluta libertad sexual antes del matrimonio costumbre comn a otros pueblos, pero despusde casada pasaba a ser propiedad del marido: el adulterio era fuertemente castigado. stas tenan todo el trabajodomstico, mientras los hombres cazaban y guerreaban.

    Su religin era fetichista, y su rasgo ms destacado era comer a los enemigos para apoderarse de su fuerza yhabilidad. No eran antropfagos habituales, sino por prctica ritual. lvar Nez cuenta que cebaban a los prisioneros yluego las viejas los despedazan y cuecen en sus ollas y reparten entre s, y los comen, y tienen por cosa muy buena, yde all en adelante tornan a sus bailes diciendo que es muerto el enemigo. Se sabe, por eso, que Juan Daz de Sols nofue muerto en 1515 por los charras como se dijo, pues stos no coman carne humana, sino por los guaranes. Creanen un Ser Supremo protector, que llamabanTup, y en demonios errantes, los as, que habran de alejarse porprcticas mgicas. Enterraban a sus muertos en urnas de barro, pero se han encontrado cementerios donde los cadveresestn depositados en el suelo.

    No obstante sus costumbres guerreras; fueron sometidos por los misioneros franciscanos y jesuitas queaprovecharon sus buenas condiciones para hacer de ellos un pueblo laborioso y artista. Pero volvan a convertirse entemibles guerreros para defenderse, como ocurri en laguerraguarantica.

    Los chans

    No formaban una unidad tnica, y se los supone mestizaje de guaranes con guaycures y matacos. Muchoshablaban dialectos del guaran, pero en algunas tribus se conservaba el chan y el genoa, formas dialectasles de unprimitivo idioma que no era de raz guaran.

    Fsicamente eran corpulentos, sin llegar a la talla de sus antepasados chaqueos.Vivan de la caza y la pesca, pero algunas tribus haban llegado a la agricultura, y sembraban maz, calabazas y

    habas. Coman carne de and, ciervo y nutrias; como tambin pescados, especialmente el sbalo del Paran, quecazaban con sus fijas o arpones desde canoas fabricadas con troncos ahuecados por el fuego. Conocan la alfarera yel tejido.

    Sus viviendas estaban construidas con esteras de juncos; los hombres andaban enteramente desnudos, pero lasmujeres se cubran con un delantal. Sus pequeas poblaciones eran regidas por los jefes de un consejo de jefes defamilia. Como armas conocieron las flechas y las lanzas, pero los del sur tuvieron las boleadoras por su contacto con lospampas.

    Al igual de los guaranes, los hombres usaban el tembet que en los timbres santafesinos se completaba con

    piedrillas en las aletas de la nariz; las mujeres se tatuaban la parte inferior de la cara y adornaban las orejas conpendientes.Su religin era totmica, y cada estirpe tena un animal emblemtico. Se encuentran tejidos religiosos que

    representan ttemes de loros, patos, yacars y de un extrao animal unicorne que era producto de su fantasa. A lamuerte de un pariente prximo, tenan que cortarse una falange de la mano izquierda. No haba entre ellos al menosno se lo ha encontrado vestigios de un culto solar o a un Alto Dios creador. Posiblemente lo perdieron, pues susantepasadosguacuresyguaranestenan esa creencia.

    5. HABITANTES DE LA LLANURA

    Los pampas.

    Los habitantes que encontr Pedro de Mendoza en las cercanas de Buenos Aires, y llam querandes quealgunos discuten fueran guaranes, se supone formaban parte de un pueblo cuyo hbitat era la provincia de BuenosAires y La Pampa, y sur de San Luis y Crdoba. Los espaoles les dieron despus el nombre depampaspor la llanurahabitada (cuyo nombre es quichua y quiere decir precisamente llanura), pero ellos se llamaban los het, que en sulengua quera decir la gente. Los araucanos los llamaronpuelcheso pueblos del este sin distinguirlos de los huarpesquevivan en Mendoza.

    Poco sabemos de los pampas, que desde el siglo XVII fueron dominados y se mestizaron con los invasoresaraucanos que ocuparon su territorio atrados por los caballos salvajes. Solamente que eran bien desarrollados y demediana estatura, hablaban un idioma extinguido llamado en lingstica, idioma het, eran nmades, cazadores, decultura muy rudimentaria y temperamento bravo. Trasladaban sus pequeos toldos de cuatro palos que sostena unaenramada de cueros secos segn las necesidades de la caza del avestruz o del venado, de los que se apoderaban conboleadoras (su arma tpica). Tambin pescaban con anzuelos y redes. Usaban flechas, y en la guerra, como ocurri enBuenos Aires en 1536, las usaron con manojos de paja ardiendo para quemar las cabaas porteas.

    Ignoraban la agricultura. Tostaban y molan las langostas voladoras para hacer una harina que coman en tortas.Con la algarroba fermentada fabricaban aloja. Su arte era elemental, limitndose a pocas muestras de alfarera yconfeccin de canastillas y cestas de mimbre. Conocan el tejido y fabricaban bastos ponchos de lana de guanaco, yrudimentariamente la manera de coser pieles con agujas de pescado o hueso, que les servan de techo. Andaban

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    desnudos en verano, pero se cubran con el poncho en invierno. Los varones haban adoptado, en las zonas cercanasal litoral bonaerense, el tembetde los guaranes.

    Sus jefes solamente tenan autoridad en tiempo de guerra, y aun as con la aprobacin del parlamento deguerreros.

    De sus creencias religiosas nos han llegado dos divinidades, posiblemente tomadas de sus vecinos los araucanos:Soychu, el Alto Dios protector, y GualichooWalich,el demonio. Nada se sabe de sus ttemes o estirpes.

    Los espaoles pretendieron reducirlos a las encomiendas. Fue imposible y acabaron por escapar al interior. Nadielos molestaba all, y ellos no molestaban a nadie. Hasta que la pampa se cubri de baguales (yeguarizos alzados) en elsiglo XVII. Entonces los belicosos araucanos de Neuqun y Chile cruzaron la cordillera y los sometieron a su influenciay posterior dominio: el idiomahet desapareci (Juan Manuel de Rosas encontr sus vestigios en la lengua araucana, ensu Vocabulario pampa y Diccionario espaol-pampa-ranquel). Tambin desapareci toda organizacin autnoma delos pampas que quedaron incorporados y mestizados por los invasores.

    Araucanos.

    Se llamaban a s mismos mapuches, gente de la tierra (demapu, tierra; che, gente), y tambin aucas, libres, ymoluches, gente de guerra. Los espaoles los llamaron araucanos, del nombre del valle de Arauco, escenario de lasguerras cantadas por Ercilla.

    Debemos considerar como araucanos tres pueblos o reinos en el siglo XVI: lospicunches, gentes del norte, quevivan en territorio chileno desde Coquimbo hasta el sur de Santiago, y ocupaban la ladera oriental de la cordillera al

    oeste de Mendoza; los huiliches gentes del sur, desde Coquimbo hasta la isla de Chilo; y los pehuenches gentes delos pinos, en la actual provincia de Neuqun. Picunches y huiliches eran agricultores y criaban cabras y venadosdomsticos; mientras lospehuenches, nmadas y cazadores.

    Su origen se supone fue por amalgama de dos pueblos: uno primitivo, de pescadores y cazadores chilenosfusionados con otro de mayor cultura, llegado del norte cuando los incas ocuparon el Per. De este pueblo conquistadorprovendra el lenguaje mapuche o araucano, las armas, el vestido, la manera de hacer la guerra y la agricultura.Fsicamente se notan rasgos de ambos pueblos: los picunchesson altos y bien proporcionados por predominio racial delpueblo invasor, mientras que los huiliches y pehuenches son ms morrudos y bajos acercndose a los habitantes delarchipilago chileno.

    Eran polticamente aristcratas, gobernados por estirpes (mochuelas) dirigidas por un toqui (cacique). Laasamblea de los guerreros elega a la estirpe real al glmeno Gran Cacique, que tena el mando de un reino. En casode guerra formaban una confederacin y elegan un Gran Glmen.

    En Chile sembraban maz y mandioca, tambin coman carne de and, guanaco, piones de araucaria,

    fermentaban el jugo de frutos silvestres, y fumaban en pipas de arcilla un tabaco negro y fuerte. Sus viviendas eran demadera y paja: la de los picunches y huiliches eran mayores, a la manera de las casas colectivas de los pueblosocenicos, pero en el Neuqun fueron ms pequeas y reducidas a una sola familia.

    Los hombres vestanchirip (que algunos creen de origen pampa), larga manta que envolva las piernas; en veranollevaban desnudo el torso y en invierno se cubran con ponchos tejidos ; se dejaban largo el pelo que cean con unagruesa vincha. Las mujeres usaban el tamal, manta que se cea bajo los brazos y descenda a los tobillos, en invierno setapaban los brazos y la cabeza con otra manta. A cargo de las mujeres estaban los trabajos de alfarera y tejidos, ascomo aquellos que no requieren fuerza ni valor. Los hombres hacan exclusivamente la guerra y la caza.

    Los araucanos fueron, sobre todo, guerreros. Sus poetas (los genpin, dueos del decir) narraban las hazaas desus hroes; y un pueblo que ama su historia, ms en la forma de relatos picos y leyendas marciales; debenecesariamente ser un pueblo heroico. Lo fueron los indmitosaucasque se negaron al dominio espaol y resistieron elembate cristiano durante tres siglos, hasta extinguirse. La resistencia de Chile fue cantada por Ercilla y Lope de Vega;pero la larga guerra sostenida en la pampa argentina no ha encontrado todava su cantor.

    Sus ideas y mitos religiosos.

    Su religin reconoca a un Alto Dios creador, aunque no protector, llamado indistintamenteTokinche, jefe de lagente Chachao padre de la gente, o Vuch, el gran viejo. No tena representacin personal y viva en el cielo lejosde los hombres y ajeno a ellos. En cambio cerca de stos, pero perdido en la noche y la naturaleza hostil, estaba elespritu del mal, Gualicho, tambin llamado Huecuvo, el viejo que merodea por fuera. Chachaono tena culto; peroaGualicho debera tenrselo propicio con ceremonias mgicas y ofrendas de alimentos. Haba rastros de un totemismoprimitivo en la representacin o nombre de lasmochuelas(los zorros, gnor, de los ranqueles; los piedra curde losboronas; los chimangos, queo, estirpe de cacique). Teman a los muertos y los enterraban lejos del poblado o tolderacon alimentos y armas, as no venan a reclamarlas. Si era un glmen o un toqui, se sacrificaban animales sobre sutumba; en tiempos posteriores, a su caballo de guerra para que pudiera escapar de Gualicho e irse al cielo con elChachao.

    El mito de la creacin, en realidad, en realidad posterior a la conquista de la pampa por los araucanos, es de una sugerente belleza. Tienereminiscencias del mito griego de Prometeo y de leyendas judas y cristianas de la desobediencia impregnadas de una gracia pueril que noperdona a la figuras de Dios y Lucifer.

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    Chachao se aburra en la eternidad del Cielo. Quiso bajar a la tierra aun anegadiza y lluviosa donde las cosas eran efmeras y mutables;tom la Va Lctea, que entonces llegaba hasta la pampa, y es llamada el Camino del Cielo en la lengua verncula. Goz el Indio Viejo, queera solamente un eterno nio, ensucindose las manos y chapoteando la tierra anegadiza; molde con barro figuras de fantasa y ensay soplarlaspara infundirles vida. As fueron creados los animales. Para darles espacio donde correr, de otro soplo avent las lluvias, sec los pantanos y diofirmeza a la pampa. Vio su imagen reflejada en una laguna y tuvo el capricho de reproducirla en estatuillas de dos pies que vestan como l,chirip y poncho. No eran reproducciones perfectas, pues el Viejo estaba de buen humor y solamente buscaba rerse de s mismo.

    He aqu que un incidente hace tragedia a la comedia de la Creacin. El and, cansado de correr por la pampa seca, quiso subir al Cielopor la Va Lctea y aprovech la distraccin deChachaopara ascender algunos tramos. Al darse cuenta el Indio Viejo que una criatura de barroiba a ensuciar las alturas celestiales, desat sus boleadoras y las arroj al osado, que de una espantada volvi a la pampa dejando en el Cielo, acomienzos de la Va Lctea la huella de sus tres dedos y garrn: La Cruz del Sur; tambin quedaron las boleadoras del Viejo, alfa y beta delCentauro, junto a la huella del avestruz. Ocupado en espantar al and no se dio cuenta Chachao que su hermano Gualichohaba descendido ala tierra y le gastaba una broma de soplar las criaturas bpedas acabadas esculpir. Se llenaron de espanto ambos hijos del Cielo cuando vieron alos objetos de barro moverse y discurrir como si fueran dioses. Chachaoescap horrorizado por la Va Lctea; con su cuchillo de piedra cort elcamino del Cielo para que los monstruos no subieran. Dej a Gualicho en la tierra en castigo de haberles infundido el aliento divino a unosgrotescos y efmeros monigotes de barro.

    Chachao no volvi ms a la pampa, ni pudo salir Gualicho de ella. Desde entonces ste clama misericordia en las noches de tormenta consu voz de trueno cuando ve el rayo de su hermano en el Cielo. Intilmente, pues la clera del Indio Viejo es definitiva. BuscaGualicho destruirsu imprudencia aniquilando a los hombres con enfermedades, guerras y hambres. Lo hace de lejos, pues verlos le causa horror y le remuerde laconciencia; por esto vive en lo profundo de los montes y slo se arriesga a salir cuando las noches son oscuras. Como teme a los hombres, haresuelto hacerse temer por ellos para que los hombres lo eviten: ulula en las noches para asustar a los viajeros rezagados con quienes tropiezaimprevistamente, y se ha rodeado de una corte de espritus malignos y retozones cuyo nico objeto es protegerlo con un cerco de terror.

    De esa travesura de un nio nacieron los hombres, hbridos de un aliento de dios en la envoltura de barro perecedero. Temen a Gualichoque se oculta en la naturaleza hostil. Contra el terror csmico de los lugares inconcebibles, y contra los rayos y truenos, dilogo constante deChachao y Gualicho, slo hay el recurso de estrechar los vnculos humanos. Naci as la toldera. El espritu maligno no se atreve a entrar enella y no se acerca al fogn que alumbra la oscuridad.

    Seguir para siempre la lucha de Gualichocon los humanos. Si stos han sido buenos, si han logrado dominar el miedo y la prudenciagui sus acciones, podrn ascender al Cielo una vez perdida su envoltura de barro, pues el camino de las alturas slo es accesible a las almas.All sern estrellas de mayor o menor magnitud segn haya sido el brillo de sus buenas acciones. Los otros, los cobardes y mezquinos, volvernal barro originario.

    En su lucha contra el espritu del mal, los hombres pueden valerse de muchas armas. La primera es juntarse en comunidades, puesGualicho no entra en los lugares habitados: la sociedad se yergue contra el dios perseguidor como sola proteccin de los hombres; la tolderatiene un valor mgico, que se extiende a su nombre y a los smbolos de las estirpes que la habitan. Es la defensa contra el pnico que se escondeen la naturaleza hostil, el refugio necesario contra las fuerzas malignas que ambulan por la pampa. Tambin pueden los hombres tener propicio aGualicho concertando pactos que el dios acepta y respeta: darle la primicia de las comidas, ofrendarle algunos productos de la caza. Y puedenengaarlo porque la inteligencia de Gualicho no parece penetrante: ocultando su rostro con una mscara o con pinturas, se hacen pasar porChachao que le promete el regreso al Cielo si hace cesar una peste, trae la victoria en una guerra, o vuelve propicia la caza. Claro que no todosconocen las palabras que llaman a Gualicho ni poseen la astucia para engaarlo. Solamente las brujas centenarias, conocedoras de la magia ysabedoras del ritual secreto y las palabras vedadas.

    Los araucanos invaden territorio argentino.

    Al empezar el siglo XVII la pampa se llena de caballos salvajes, que los indios llamaron baguales (de casual,caballo, derivado del espaol). Salen al encuentro de esta formidable riqueza los araucanos de Chile. Primero sern losranqueles o ranculches (de rancul, caaveral), pehuenches que dejan el Neuqun y levantan sus toldos de cuero depotro en la zona de lagunas al noroeste de Buenos Aires y sur de Santa Fe, Crdoba y San Luis; despus los seguirn losboronas, desprendimiento en realidad emigracin de un pueblo casi entero de los huiliches del sur que seestablecern en la zona de Salinas Grandes al sur de losranqueles. Estas migraciones sern constantes en el siglo XVIIIy mitad del XIX: la ltima fue la de Calfucur, el poderoso Piedra Azul, que hacia 1834 elimina de las Salinas a lagente del caciqueRondeauy establece una confederacin de pueblos de la pampa.

    Los araucanos hicieron del caballo la base de su economa. Fue su transporte, su comida, con leche de yegua,alimentaron a sus hijos, calzaron botas de potro y construyeron las tolderas con sus cueros. Agricultores y sedentariosen Chile, en la Pampa fueron nmades y cazadores: levantaron las tolderas junto con las aguadas y ros, que montabany desmontaban segn la caza de potros y la guerra contra los cristianos. Apenas como un recuerdo trabajaban losmetales a martillo, especialmente plata, y sembraban algunas hortalizas en torno a las tolderas. La caza del caballo

    primero, y la guerra contra los cristianos cuando stos amojonaron la pampa y marcaron con hierro al ganado (que losindios nunca entendieron porque consideraban la tierra y los animales tan comunes como el aire y el agua) fueron susocupaciones. Esa guerra, a la que nos referimos en su lugar, durara ms de cien aos y terminara con el aniquilamientocompleto, o poco menos, del pueblo mapuche.

    Las armas primitivas de los araucanos fueron las flechas, y sus largas lanzas de caa o palo rematadas con unmanojo de plumas a medio metro del asta; despus tomaran de los het las boleadoras, que como arma de guerra y cazales result insustituible. Las usaban bien hacindolas girar en la mano, como arrojndolas a las patas de los caballosenemigos.

    6. HABITANTES DE LOS MONTES

    Vivan en el Chaco (el nombre es quichua y quiere decir cacera de ojeo), Formosa, norte de Santa Fe, noroeste

    de Santiago del Estero y oeste de Salta. En los aos de la colonizacin espaola causaron muchas penurias a lospobladores de Tucumn, Santa Fe y Concepcin del Bermejo, obligando al abandono de esta ltima, as como tambin

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    de Talavera, Esteco y otras ciudades del Tucumn. Peridicamente realizaban sus incursiones para esconderse despusen los bosques chaqueos donde escapaban a las entradas punitivas de los espaoles.

    Los matacos.

    Vivan en el oeste de Chaco y Formosa y este de Salta. Eran y lo son porque perduran aunque han perdido elsalvajismo primitivo altos y de regulares facciones, de nariz achatada y pelo negro criboso. Andaban desnudos, salvoen las guerras, en las vestan cotas de tejido muy grueso impenetrables a las flechas y que embotaban las lanzas. Lasmujeres usaban un delantal de cuero o tela hasta las rodillas.

    Vivan en habitaciones de ramas que apenas les servan de abrigo, formando pequeos poblados. Nmades ycazadores, las cambiaban con frecuencia segn sus necesidades. Perseguan el tapir, el ciervo y el avestruz. Tambinrecolectaban frutos silvestres, especialmente la algarroba, que fermentaban. Al llegar los espaoles, su gran industriafue la guerra contra las poblaciones cristianas. Su lenguaje era vernculo el idioma mataco o mataguayo, de lamisma raz que el de lulesy tonotes, sus parientes agricultores.

    Mientras los hombres cazaban, pescaban o hacan la guerra con macanas (masas hechas de palo santo), flechas,lanzas y anzuelos de hueso, las mujeres realizaban los trabajos domsticos: conocan el tejido de fibras de chaguar, yuna incipiente alfarera.

    Al frente de cada poblado haba un cacique el canniat elegido entre los guerreros que se confederaban para ir ala guerra bajo la direccin de un cacique principal canniat tizn, designado entre los canniats. Sus costumbresblicas eran feroces: mataban a los prisioneros, conservando apenas como cautivos a los nios menores de 12 aos.

    Como trofeo arrancaban a los enemigos el pericrneo, que amoldaban en forma de copa para beber sus licoresfermentados.Su religin era la animista de los tonotes, sin la creencia en un Alto Dios. Algunas tribus, por contacto con los

    guaraneschiriguanos, enterraban a sus muertos en urnas. En seal de duelo las mujeres se cortaban el cabello.

    Los guaycures

    Comprenden varios pueblos principales en el territorio argentino (no menciono los que estn fuera de l): los tobasal este del Chaco y Formosa, mocovesal norte de Santiago del Estero, y losabiponesal norte de Santa Fe.

    Eran altos y musculosos. Hablaban un lenguaje comn, afn del mataco, con variaciones dialectales en cada grupo.Los hombres andaban enteramente desnudos, y las mujeres se cubran con un delantal de pieles. En algunos pueblos dela costa, los varones adoptaron el tembet de los guaranes. En general, acostumbraban a raparse la parte delantera de lacabeza, y por eso los espaoles los llamaron frentones.

    Su arma principal era lamacana de palo santo, gruesa masa de madera que manejaban con fuerza y habilitad, quepuede llamarse el arma nacional del Chaco. Tambin emplearon flechas y lanzas. Las mujeres tenan a su cargo lasfaenas industriales: tejidos de fibras de caraguat, alfarera, ahuecaban canoas y bateas de troncos de palo borracho yfermentaban bebidas espirituosas de algarroba o miel de abejas silvestres.

    Su habitacin era sinttica; consista en dos esteras de paja y pasto que desarmaban y acarreaban con facilidad alcambiar de domicilio. Los pequeos poblados eran gobernados por caciques hereditarios, eligindose al ms capaz entrelos familiares de una estirpe. Su autoridad era limitada, y deban probar condiciones, pues el pueblo podareemplazarlos.

    En religin, tenan la idea de un Alto Dios protector (Ayaic o Paiyac) al que encomendaban la proteccin de losmuertos; entre los abipones lo llamaban cariosamente el abuelito (Ahar-aigich) y crean que viva en el cielo en laconstelacin de las Plyades o Siete Cabritas. Celebraban con una fiesta la reaparicin anual de esta constelacin queindicaba el comienzo de la cosecha de algarroba y el tiempo de cazar animales gordos. Crean en seres malficoscausantes de las tormentas y los rayos, que traan los accidentes y las enfermedades. Sus brujos alcanzaban gran

    prestigio como sacerdotes y mdicos. Tenan los matacos terror a la muerte por vejez o enfermedad, y huan de losmoribundos o los enterraban antes de morir; los abipones sacaban la lengua de los muertos, y despus de hervirla ladaban a los perros como sortilegio contra los causantes de la defuncin.

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    7. HABITANTES DEL SUR

    Reno en este grupo a los tehuelchesde la planicie patagnica, y losonasde los bosques fueguinos; por no habitaren territorio argentino descarto a los habitantes de los canales, yaganesyalacalufes.

    Los tehuelches.

    Vivan desde el ro Negro hasta el estrecho de Magallanes. Tehuelches es una palabra relativamente modernacompuesta deTehuel sur en el idioma het de los primitivos pampas, y che gente, en lengua araucana. Es decir:gente del sur dicho en una mezcla de idiomas. Antiguamente, con mayor propiedad, se les decatehuelheten correctaconstruccin pampa. Pigafetta y los compaeros de Magallanes los llamaron patagonespor su gran talla: eran tan altosdice Pigafetta que nuestra cabeza llegaba apenas a su cintura. Hay una exageracin, pero de cualquier modo sutalla media era de 1m80. Viedma, que estuvo entre ellos en el siglo XVIII, dice que no encuentra hombre o mujerflaco, antes todos son gruesos con proporcin a su estatura; eso, y usar ropas del cuello a los pies, habr contruibuido aque algunos viajeros los tuvieran por gigantes.

    Su lenguaje, de pronunciacin dura y spera, tiene dos dialectos: al norte el idioma kuni, y al sur el shono tshon.Su casa era una simple mampara de cuero de guanaco para protegerse del viento. Pigafetta los describe con un

    taparrabo sinttico, tapado por un gran manto de guanaco con el pelo para adentro. Usaban flechas de pedernal (nomenciona el cronista de Magallanes las boleadoras usadas por los tehuelches septentrionales de Ro Negro, pero que notuvieron los habitantes de Santa Cruz). Se alimentaban de carne cruda de guanaco o venado, papas silvestres y otros

    frutos naturales sin hervir. L levaban el pelo cortado en aureola como los frailes, sostenido por una vincha dondecolocaban las flechas cuando iban de caza. Calzaban cueros de guanaco atados al pie.Cazaban con cebo para atraer a los guanacos, y matarlos a flechazos. Ignoraban la cermica y el tejido.Se gobernaban por caciques hereditarios, que dirigan la caza, la mudanza de la toldera, o la guerra. Seguirlos era

    voluntario: cada individuo poda cambiar de toldera y ponerse a las rdenes de quien ms le conviniese.Su religin segn Pigafetta se reduca a temer a un diablo mayor, a quien llamaban Setebos, y muchos

    diablos pequeos, loscheleles. Sin embargo, Falkner y otros viajeron posteriores hablan de dos potencias: un Alto Dioscreador, que viva en el cielo sin inmiscuirse en las cosas humanas despus de haberles enseado a encender el fuego, yotro a la vez bondadoso y riguroso a quien deba temerse y por lo tanto tener propicio: a ste lo llamaban los de RoNegro Gualicho Guayavakuni (que quiere decir seor de los muertos). Es semejante la creencia de los araucanos,posiblemente introducida por contacto con ellos. O Pigafetta no habr reparado sin en el dios que inspiraba temor ytena culto.

    Teman a la muerte por causas naturales, y quemaban lo perteneciente al difunto. Lo depositaban en el suelo con

    los brazos y piernas recogidos, cubriendo la tumba chenque con piedras. Sus sacerdotes usaban hachas de piedragrabadas pillan-toki en seal de autoridad y posiblemente para sus prcticas mgicas.

    Los onas.

    Habitaron los bosques de Tierra del Fuego. Por su idioma de sonidos explosivos y escasas palabras, que es underivado del shonde los tehuelches del sur, se los tiene como parientes de stos. Carecan de organizacin social, y cadafamilia viva aislada en pequeos habitculos hechos de palos y cueros abiertos por arriba para encender fuego. Eranfsicamente bien desarrollados, aunque ms bajos que los tehuelches, de ojos pequeos y oblicuos y fisonoma abierta.Vestan mantos de pieles de guanaco o zorro con el pelo afuera (a diferencia de los tehuelches) y se ponan los hombresen la cabeza el kocherl, vincha de guanaco, distintivo con poder mgico de los cazadores. Las mujeres usaban unapequea tira de cuero.

    Sus armas eran las flechas de punta de piedra o hueso, y el arpn de hueso que empleaban para matar lobos

    marinos. Su alimentacin consista en carne, apenas asada al rescoldo, de guanaco o tucutucu; los ms cercanos al marcoman tambin peces, moluscos y lobos marinos.Carecan de la nocin de un Alto Dios, tampoco tenan representaciones totmicas. Sus ideas religiosas eran

    limitadas: los hombres no crean en nada, pero las mujeres se atemorizaban con espritus y trasgos que les salan alcruce apenas se alejaban de su morada. Segn la tradicin que se revela slo a los hombres al llegar a la pubertad, huboun tiempo en que gobernaron las mujeres y asustaban a los hombres con apariciones fingidas para dominarlos; pero loshombres descubrieron el secreto, mataron a las mujeres mayores dejando solamente a las criaturas, y desde entoncesgobiernan valindose del temor que se empleaba contra ellos. Ahora devuelven a las mujeres el terror a los demonios,fingidos por ellos, pero advierten a los muchachos al llegar a la pubertad y esa ceremonia se llamabakloketen quees solamente un engao para mantener el dominio masculino y que las mujeres trabajen y sean dciles. El varn querevele el kloketena las mujeres tendra pena de vida.

    REFERENCIAS

    FRANCISCO DE APARICIO, La antigua provincia de los comechingones. El Paran y sus tributarios.EDUARDO CASANOVA, La quebrada de Humahuaca. El altiplano andino.

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    JOAQUN FRENGUELLI, La serie geolgica de la Repblica Argentina en sus relaciones con la antigedad del hombre.JOS IMBELLONI, Lenguas indgenas en el territorio argentino.FERNANDO MRQUEZMIRANDA, La antigua provincia de los diaguitas.MISIONEROSSALESIANOS, Los Shelknam.ENRIQUE PALAVECINO, Las culturas aborgenes del Chaco.ANTONIO SERRANO, Los primitivos habitantes del territorio argentino.MILCIADESALEJO VIGNATTI, Los restos humanos y los restos industriales.

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    II

    LA MADRE PATRIA

    1. Espaa duea del mundo.2. La ruta de Occidente.3. Coln, el Visionario.

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    1. ESPAA DUEA DEL MUNDO

    Hegemona espaola al finalizar el siglo XV.

    Espaa era, en el momento de descubrirse Amrica, la nacin rectora de Europa. En 1469 casan en ValladolidIsabel de Castilla y Fernando de Aragn, al poco tiempo titulares de ambas coronas; sern los Reyes Catlicos deCastilla, Len, Aragn, Valencia, Catalua en la pennsula; Baleares, Cerdea y Sicilia en el Mediterrneo, y lasCanarias en el Atlntico. Espaa llegaba a la unidad mientras Alemania no haba conseguido reponerse del Faust-Retcht, la anarqua en que cay despus del ltimo emperador Hohenstaufen. La corona imperial ceida por Federico deAustria (1440-1493) no representaba mayor poder en el mosaico de grandes y pequeos ducados, arzobispados,obispados, margraviatos, condados y ciudades libres formado en lo que antes fue el poderoso Santo Imperio de FedericoBarbarroja; ni siquiera el emperador era dueo de su ducado de Austria, ocupado en 1483 por Matas de Hungra. EnFrancia el joven Carlos VIII (1483-1498) segua la obra unitaria de su padre Luis XI y su hermana la regente Ana,comprando la indispensable buena voluntad espaola con el Roselln y la Cerdea. En Inglaterra todava se oa el ecode la Guerra de las Dos Rosas no obstante la batalla de Boswort (1485), y Enrique VII trataba de restaar heridascasndose con la heredera de la casa rival. Las ciudades comerciales del Mediterrneo, en otro tiempo tan poderosas,eran un fantasma de su pasada grandeza: Venecia vacilaba ante los ataques otomanos y Gnova haba perdido suindependencia.

    Sobre esa Europa medieval moribunda se alzaba fuerte el poder de Espaa, primera nacin en llegar a la unidad.

    Era la duea de Europa; un espaol, el valenciano Rodrigo de Borja (que los italianos llamaban Borgia), cea la tiarapapal con el nombre de Alejandro VI; otro espaol y pariente prximo de Fernando de Aragn, Fernando de Npoles,rega, apoyado en las armas espaolas, la monarqua de Italia del sur. Complet la hegemona la conquista de Granada;el 3 de enero de 1492 Fernando e Isabel entraban en la ciudad de Boaddil y daban fin al ltimo reino moro de lapennsula.

    Conformacin social de Espaa.

    La poblacin espaola puede calcularse en poco menos de nueve millones; siete y medio de los reinos de la coronade Castilla y un milln de los de Aragn; a los que se agregaron en 1492 quinientos mil de los seiscientos mil habitantesde Granada. Del total deben restarse ciento cincuenta mil judos expulsados ese ao.

    Espaa viva del campo; ocho dcimas partes de su poblacin habitaban all, en alqueras, aldeas o lugares,entregados a la labranza de tierras de los ms, al pastoreo de ovejas y vacunos en Castilla la Vieja o cuidado de

    pequeas granjas en otras regiones. Proporcin menor que la de aos anteriores debido a que la prosperidad delcomercio y la industria atrajeron muchos jornaleros rsticos a las ciudades. La mitad de las tierras pertenecan a grandeslatifundios seglares y religiosos aquellos se mantendran por la institucin de los mayorazgos y la otra mitad sedistribua en hidalgos, canonjas eclesisticas, labradores ricos y pequeos propietarios alodiales. La tierra ajena, sobretodo la gran propiedad, era trabajada por los labradores no ya serviles sino contratados como quinteros (por un quintode los beneficios), terceros (por un tercio) o medieros (la mitad) segn el valor y la riqueza del suelo, y con libredisposicin reforzada contra los abusos por la pragmtica de 1480 para trasladarse de un punto al otro con susbienes, ganados, herramientas y frutos. Pastores que cuidaban el ganado por una parte en los beneficios yjornalerosque reciban una paga fijada por ordenanzas, por la prestacin de su trabajo personal, completaban el cuadro. Lasituacin de estos rsticos no era peor, sino por el contrario, que los de Francia o Inglaterra; la falta de movimientos deprotesta como los ocurridos en lajacqueries francesas, son indicio de un relativo bienestar. El veinte por ciento quehabitaba en las ciudades o villas, dependa casi todo para su sustento del campo.

    Laclasealtade ricos hombres, grandes de Castilla y altas jerarquas eclesisticas, aunque duea de la mitad de

    la tierra, era cuantitativamente muy reducida; apenas quinientos varones en toda Espaa, que no pasaran de cinco milpersonas aadiendo sus familiares y dependientes. Laclase media de los hidalgos, infanzones, francos y minores queformaban el comn municipal, pueden calcularse con sus familias en unas 110.000 personas, el 1,57% del total.

    La divisin entre caballeros y francos (o mayores y minores) que hubo en las ciudades castellanas desde el siglo X, podaconsiderarse abolida en el siglo XV. Ambas rdenes formaban el comn de la ciudad y se repartan por igual los cargos judiciales y concejilescomo veremos al tratar la Evolucin del municipio castellano.

    Deben comprenderse en la clase media unos 70.000 eclesisticos entre regulares y seculares con las personas a su cargo(descartadas las jerarquas, desde luego, que integraban la clase alta); 160.000 mercaderes, escribanos, letrados,sacamuelas, barberos, etc., de los cuales 40.000 eran judos conversos; y finalmente 25.000 labradores ricos,pequeos propietarios o arrendatarios estables que habitan el campo.Alrededor de 850.000 artesanos, menestrales, domsticos, jornaleros que habitan las ciudades; entre los artesanosmenestrales, 50.000 mudjares (musulmanes tolerados) y 100.000 moriscos (musulmanes conversos); y 5.780.000

    campesinos entre medieros, terceros, quinteros, pastores, jornaleros rsticos, comprendiendo 200.000 mudjares y400.000moriscos, formaban laclase baja.

    En resumen, segn el clculo de Vincens Vives:

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    porcentaje deClase alta la poblacin

    5.000 nobles y dignidades eclesisticas 0,07 %

    Clase media

    110.000 hidalgos, francos, etc., integrantes del comn urbano 1,57 %70.000 eclesisticos regulares y seculares 1,00 %160.000 entre comerciantes y profesiones liberales que

    habitaban las ciudades (40.000 judos conversos) 2,30 %25.000 labriegos ricos 0,35 %365.000 5,22 %

    Clasebaja

    850.000 artesanos, menestrales, etc., urbanos(50.000mudjaresy 100.000moriscos) 12,15 %

    5.780.000 campesinos (200.000mudjaresy 400.000moriscos) 82,55 %6.630.000 94,70 %

    Cultura.

    En los siglos anteriores Espaa haba sido un canal de expansin de la cultura arbiga hacia Europa. La vidauniversitaria naci en los pases rabes y pas a Europa a travs de Espaa: su primera universidad fue la castellana dePalencia fundada antes de 1200 por Alfonso IX, anterior a la de Paris creada por Felipe Augusto. La seguira la leonesade Salamanca de 1234, la de Valladolid de 1345, las aragonesas de Lrida en 1300 y Huesca en 1354, y finalmente lasde Barcelona, Valencia, Zaragoza, Osuna, Sigenza, vila y acababa de establecerse la de Toledo en el ao 1490 en elmomento de descubrirse Amrica. En total once universidades, pues la de Palencia haba sido refundida con la deSalamanca, existan en la Espaa de 1492, donde segn las leyes de Partidas (ttulo 31, ley 7, partida 1) seenseaba desde los tiempos de Alfonso el Sabio, Gramtica, Lgica, Retrica, Aritmtica, Geometra y Astrologa,adems de Jurisprudencia, ms tarde vinieron los estudios de Teologa y Humanidades, y en tiempos de los ReyesCatlicos hubo ctedras de Lenguas Orientales, Ciencias Fsicas y Medicina. Tena Espaa, aun considerando la

    Universidad de Pars especializada en Teologa, y de Bolonia en Jurisprudencia, un rango superior en los altos estudiosuniversitarios.En 1492 Nebrija publica suGramtica, el italiano Pedro Mrtir de Anglera ensea Humanidades en la corte de los

    Reyes y escribe el Epistolario y ms tarde DeOrbeNovo dedicado al mundo de Coln; se destacan por su laborhumanstica Juan Luis Vives, el cardenal Juan Margarit, autor deParalipomenonHispaniae, y Galndez de Carvajal consus Anales. En literatura Juan del Encina funda el teatro espaol con las glogas, y poco despus 1499 Fernandode Rojas publicaLa Celestina. En 1490 se edita en cataln la famosa novela caballerescaTirant lo Blanch, traducida alcastellano con el nombre de Tirante el Blanco y despus a todas las lenguas romances; desde 1482 circulaba elAmadsdeGaula de Garca Ordez de Montalvo, llamado a amplia repercusin y que no poco contribuy al afn deaventura de los hombres de la conquista; Hernando del Pulgar, cronista, poeta, crtico e historiador, escribe ClarosVarones de Castilla, laCrnica de los Reyes Catlicos, la de los Reyes de Granada y posiblemente las intencionadascoplas deMingo Revulgo.

    En arquitectura los alarifes construyen palacios y adornan catedrales en el esplndido gtico con amalgama

    mudjar llamado estilo isabelino o de los Reyes Catlicos, como San Juan de los Reyes en Toledo, de EnriqueEgas; y se anuncia el Renacimiento con el exuberante plateresco fernandino de la Cartuja de Miraflores cerca deBurgos, y la impresionante fachada de San Pablo de Valladolid, obras ambas de Simn de Colonia. Finos talladoresannimos trabajan las silleras de coros, retablos y escalinatas en las catedrales, y herreros y artfices laboran las rejas,cruces y clices de sus altares y capillas. Es poca de riqueza, de esplendor y de paz, propicia a las bellas artes.

    Fuerzamilitar.

    Al concluirse la guerra de Granada, Espaa tena el mejor ejrcito del mundo y no tardara Europa en saberlo. Nopasara mucho tiempo sin que Bayardo escribiera al rey de Francia aquella carta donde narra su primer encuentro consemejantes guerreros: Ayer vencimos a cuatro espaoles en su torren. No quisieron rendirse; les habamos cortado lasmanos y los pies, y no podamos acercarnos porque mordan. Por otra parte su ejrcito tena un arma relativamentenueva, la infantera de arcabuceros y piqueros reclutada en las clases inferiores, contra la cual se estrellaban las cargas

    de las caballeras seoriales o de mercenarios de a pie y a caballo; su organizacin no era la feudal donde cadacabdilloaportaba su hueste o mesnada y a cada ciudad su milicia, o se contrataban compaas blancas a luchar por la paga,sino que la formaban tropas nacionales y veteranas reclutadas y enseadas por oficiales del rey.

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    se era el ejrcito que poda llamarse exterior para defender o extender las fronteras. Haba otro de tropa veterana yeficaz en el interior; las cuadrillas de la SantaHermandad, originariamente pertenecientes a las ciudades de Castilla laNueva, pero que los Reyes Catlicos transformaron en polica real de caminos y yermos, que con sus alcaldes ytenientes recorran la campaa para perseguir a bandoleros y hacer justicia sumaria.

    Seguridad.

    La poltica de Reyes Catlicos trajo a los espaoles seguridad. En los campos, custodiados por la SantaHermandad; en las ciudades donde concluyeron los tumultos entre linajes rivales y no haban empezado los comunerossus reclamos contra Carlos V. Seguridad de paz y de justicia: los merinos y adelantados distribuan a cada uno lo suyoen nombre de los reyes, que por estar ms alto que seores y linajes, igualaban a todos, nobles y plebeyos.

    Formacinhistrica.

    Siete centurias forman la Espaa del Descubrimiento: desde la invasin de los rabes en 711 hasta la toma deGranada en 1492. La nacin espaola nace de la resistencia a la ocupacin musulmana, que nunca conseguira arraigardel todo, fuera del reino de Granada.

    La invasin rabe no fue la emigracin de pueblos enteros, como haba ocurrido con los vndalos, suevos ovisigodos, sino de la ocupacin militar de un ejrcito ms bien reducido pero de fuerte empuje por su fanatismoreligioso y buena organizacin y disciplina. Una nfima minora doce mil guerreros con Tarik, diez mil con Muza

    se apoder de la Espaa del siglo VIII, cuya poblacin cristiana puede estimarse entre ocho o nueve millones. Losvencedores rabes del Yemen, berberiscos del Mogreb y ms tarde algunos millares de persas islamitas sedisputaron la propiedad de la tierra (hasta entonces de los reyes y grandes seores visigodos) para acabar porrepartrselas amigablemente. Dejaron a los trabajadores no musulmanes del campo en la misma condicin de antes,limitndose a cobrar los tributos y arrendamientos como venan hacindolo los propietarios godos. No se inmiscuyeronen la religin de los vencidos porque sus principios no les permitan imponer el islamismo a cristianos y judosconsiderados pueblos de la Escritura, que haban recibido, aunque equivocado a su entender, la revelacin de un Diosnico. Eran fanticos de su fe que los impulsaba a la guerra santa contra quienes se oponan a ella, perocontradictoriamente toleraban que los pueblos de la Escritura mantuvieran sus credos y confiaban en que habran deaceptar voluntariamente la religin verdadera.

    En la mayor parte de Espaa Granada aparte el islamismo no pas de la superficie; fue la religin de losguerreros vencedores, algunos sectores de la clase media inmigrados despus de la conquista, y pocos conversos. No latuvo el pueblo, salvo las reducidas colonias de agricultores trasladados de Oriente. Sin unidad espiritual no era posible a

    los dominadores consolidar un dominio estable, aunque tuvieran a su favor el formidable bagaje de cultura y lasuperioridad de la civilizacin rabe en la Edad Media en todos los rdenes desde la conduccin y armamentoguerrero y la tcnica de la produccin industrial o agraria, hasta la filosofa y la ciencia enseadas por las universidadesislamitas sobre el todava grosero mundo occidental. Al quedar cristiana la clase baja ocurrira necesariamente(aplicando la regla de oro de que las expresiones sociales el lenguaje, la religin, el derecho, la nacionalidadascienden de abajo arriba, del pueblo a las capas superiores) que la dominacin arbiga en Espaa, precisamente debidoa su tolerancia religiosa con el pueblo, no pudiese perdurar. En otras partes Siria, Egipto, Berbera la expansinmusulmana pas de ocupacin militar al arraigo definitivo; la cultura arbiga consigui por accin de la presencia y sinimponerlo coercitivamente, borrar el cristianismo de las clases populares y convertir al pueblo en fervoroso partcipe delIslam. Por qu no sucedi lo mismo en Espaa? La explicacin debe estar en el mayor arraigo del cristianismooccidental en las capas populares que no ocurra en el Oriente, religin de palacios y bibliotecas; algo tambin influyen el impulso expansivo del Islam llegase ms dbil.

    El apoderamiento de Espaa por los rabes fue rpido y su dominacin se prolongara siete siglos. En una sola

    batalla Guadalete en 711 derrumbaron las defensas de los visigodos; en menos de dos aos tenan el dominioefectivo de la pennsula y haban cruzado los Pirineos en una algarada slo detenida en Poitiers (732) por los francos deCarlos Martel. Es que el reino visigodo estaba podrido por luchas seoriales, y no haba arraigado con firmeza en elpueblo de origen racial distinto, no obstante aceptar los reyes la forma popular del cristianismo el catolicismo yabandonado su aristocrticoarrianismo. Cay el rey Rodrigo en 711 porque necesariamente deba caer: si no lo hubieravencido el moro Tarik lo habra hecho el franco Carlos Martel, o algunos aos ms tarde su nieto Carlomagno.

    Guerreros a caballo, los musulmanes no hicieron un esfuerzo serio, ni contado con las tropas suficientes, paraocupar la zona montaosa del norte, donde astures, vascones y catalanes mantuvieron su independencia e iniciaron laReconquista. Poco se sabe con certeza del primer reino cristiano de Asturias: solamente que fueron campesinos aquienes la necesidad primero y la codicia despus, convertira en guerrilleros. Su religiosidad, hasta entonces pacfica,se hizo fantica quiz por contagio con el fanatismo musulmn. Con la diferencia fundamental que fue intolerante: laCruz no admiti compartirse con la Media Luna, y en esa exclusin radicara precisamente la raz de su triunfodefinitivo. Los reyes de Asturias eran jefes de campesinos armados con hoces, guadaas u horquillas que empezaron a

    defenderse ventajosamente en las montaas con Pelayo (Covadongaen 713), y no tardaran en bajar a las tierras frtilesde Galicia y la llanura leonesa con Alfonso el Catlico (739-756) para saquear las propiedades que la retirada de losrabes despus de Poitiers dejaron sin defensa. El pillaje se hizo la industria para los campesinos convertidos enguerreros, y no reparaban mucho si las propiedades donde entraban en saqueo eran musulmanes o cristianas.

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    En 756, cuarenta y cinco aos despus de su entrada en Espaa, los rabes se han reducido al sur del Dueroabandonando el norte por difcil o imposible defensa. Ha terminado el primer perodo. Los invasores se consolidan ensu zona: crean el emirato despus califato de Crdoba, centro cultural y guerrero de poderosa irradiacin que debiarraigar permanentemente si hubiera conseguido convertir a la masa de la poblacin. Pues convivieron en el califato dospueblos adversarios; el dominante musulmn que filosofaba en lengua rabe, construa mezquitas y alczares, y conarmas superiores poda llevar con Almanzor, el Victorioso, expediciones de castigo hasta el mismo santuario deSantiago de Compostela, y el dominado cristiano, que rezaba a Cristo en lengua grosera derivada del bajo latn. Unagran poblacin urbana de comerciantes o pequeos propietarios (los mozrabes) tomaba por necesidad o convenienciael traje de rabe sin abandonar la religin cristiana ni la lengua romance mezclada con trminos tcnicos o artsticos,arbigos; apenas si algunos mestizos (mulades) o conversos (maulas) haban adoptado la religin de la clase superior yhablaban en algaraba, el dialecto entre rabe y grosero. En el campo, la casi totalidad de quienes trabajaban enservidumbre eran cristianos.

    Desde la fecha de la creacin del emirato (756) hasta la toma de Sevilla por Fernando el Santo (1248), correnquinientos aos de lenta pero inexorable reconquista. Fue la verdadera Reconquista. Lo de antes haba sido una mareainvasora con su flujo y reflujo, y lo que seguir la toma del reino de Granada la imposicin a un pueblontegramente musulmn. Transcurre el califato, como transcurren los reinos de taifas que le suceden, sin que losmusulmanes dejen de retroceder; es que deben defenderse a la vez de las guerrillas cristianas huestes que con suscabdillos al frente despojan a los musulmanes y se erigen en propietarios de las tierras y ciudades reconquistadas, ycontra la oposicin interna de una poblacin cristiana favorable a los reconquistadores por afinidad religiosa, y porquesignificaba a los campesinos sujetos por la dursima corvea arbiga (arrendamiento fijo de la tierra), una mayor

    liberacin al cambiarlos por los porcentajes eclesisticos feudales.Si se retras medio milenio la Reconquista fue debido a al superioridad cultural y militar de los rabes, y a susperidicas explosiones de fe religiosa y fanatismo guerrero los almoravidesen 1086, los almohadesen 1145, quebrotadas en frica levantaban el fervor vacilante de los moros de la pennsula. Pero el fanatismo musulmn induca a unfanatismo cristiano, que abatira en verdaderas cruzadas a los invasores (Aledo en 1093 contra los almoravides, Navasde Tolosa en 1212 contra los almohades). Habra ahora intolerancia religiosa en los islamitas, pero tarda, parcial ycontraproducente, que provoc la emigracin de cristianos al norte con la consiguiente despoblacin de campos yciudades del sur en perjuicio a los dueos de la tierra.

    Los reinos cristianos del norte Len luego unido a Castilla, Navarra, Aragn y sus dependencias Catalua yValencia se consolidan. Son pueblos guerreros, primordialmente, donde combaten todos, seores, rsticos, artesanos,y apenas se exceptuaban los mercaderes judos. En un principio los habitaron exclusivamente cristianos porque sufanatismo intolerante no admita infieles; pero ms tarde aceptaron a los judos necesarios para el trueque y elprstamo, aunque confinados en barrios especiales, las juderas. Al reconquistar algunas poblaciones del sur,

    capitularon con los musulmanes (contagiados superficialmente de la tolerancia de stos) la permanencia de los artesanoso labradores islamitas a quienes se respetara en su religin: fueron los mudjares, artesanos tambin confinados enbarrios especiales, lasmoreras. Pero esta tolerancia de la letra de los tratados sera superficial y no habr de mantenersems all del siglo XIII.

    Despus de la toma de Sevilla por San Fernando en 1248, la Reconquista, qued paralizada. An se mantena unreino rabe en Espaa, Granada, pero poblado exclusivamente de musulmanes, emigrados de tierras reconquistadas ydonde los cristianos haban desaparecido por conversin o expulsin. Por eso sobrevivira dos siglos y medio. Suapoderamiento en 1492 por los Reyes Catlicos no fue una empresa de reconquista y liberacin sino de invasin eimposicin. Vencedores por las armas, no pudieron los reyes de Espaa dominar la vega granadina hasta no expulsar enmasa a sus antiguos habitantes como ocurri en 1567 con todos los mudjares espaoles de la toma de Granada ydescubrimiento de Amrica, haban sido expulsados los judos que se negaron a convertirse (ciento cincuenta milcomerciantes o propietarios) y apenas quedaron cuarenta mil conversos. Para inquirir si era real o ficticia estaconversin al judo converso falsamente se lo llamaba marrano funcion el Santo Oficio o tribunal de la

    Inquisicin.El alma espaola.

    La larga guerra de la Reconquista forma el alma espaola, especialmente el espritu de los castellanos en quienesrecae su peso principal. Por eso sus virtudes fueron guerreras: coraje, fe, hidalgua, generosidad. Como la suya era unaguerra santa sin tolerancias, la generosidad no llegaba a las cosas religiosas.

    El espaol de todas las clases se educ para la guerra. Si era caballero templaba desde nio sus nerviosfamiliarizndose con las armas y la arriesgada caza del jabal a la lanza o rejoneo de toros bravos a caballo, si flaqueabapoda tomar el camino de los claustros donde el coraje revesta otras formas. Mientras los juegos y torneos adiestrabansus msculos, templaban su espritu los juglares con los relatos del Cid Campeador o el Conde de Ansrez que jamsrehuan el combate aunque fuesen uno contra mil. Si era artesano o labriego, mataba el toro a pie con espada y capa,mientras se preparaba como infante para la guerra. Sus canciones eran picas y sus preferencias naturalmente guerreras.

    El castellano vala ms cuanto menor fuese su capacidad de miedo, el honor consista en ser valiente, leal y generoso; lodems contaba poco. Era una moral heroica: lo importante era el valor, y esta palabra en su lengua tuvo doblesignificacin de coraje y medida de todas las cosas. Valor para afrontar la muerte, para mantenerse leal sin faltar a supalabra, para dar generosamente su dinero a quienes lo necesitasen ms que l.

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    Era una moral seorial como solamente la tenan ms all de los Pirineos los seores educados para proteger lavida, hacienda y familia de los vasallos. La oposicin que en el resto de Europa enfrent al finalizar el siglo XIV aseores con burgueses, no encontrara eco en Espaa donde ningn comerciante cristiano antepuso la custodia de subarraca, sus cofres o su vida al culto de Dios, el Rey o la Patria (la ciudad). La moral burguesa donde vale el dineroconseguido por el trabajo y atesorado por la templanza y el ahorro, es honrado el padre de familia que entrega su vidaa la labor remunerativa y la guerra es abominada, no tuvo eco en Espaa y ninguno en Castilla. No hubo en Espaa laEspaa cristiana contraposicin entre el mundo del coraje y el del dinero; entre la moral basada en el valor, lagenerosidad y la fidelidad, y aquella que encontraba sus pilares en la temperancia, el trabajo y el ahorro.

    No debe hacerse una valoracin estimativa entre ambas morales. Ms all de los Pirineos eran diferentes, se excluan una a la otra: elcaballero jugaba su honor donde el mercader no pona su honra, y a la inversa. Como el seor careca de dinero se lo arrebataba a los burgueses;como el mercader no tena coraje, alquilaba mercenarios. Eran valoraciones distintas, segn se apreciara la conducta con criterio de caballero ocomerciante: visto en seor el burgus era un cobarde que se vala de su dinero para suplir el coraje; visto en burgus el seor era un bribnque se serva de su coraje para reemplazar el trabajo.

    El espaol fue guerrero, jinete si caballero o pen si plebeyo, pero siempre soldado. Lo eran todos: nobles, artesanos,rsticos, mercaderes y hasta sacerdotes. Fue raro que un clrigo arrastrado al claustro por amor al estudio y lameditacin, dejase de ceir la espada si llegaba la necesidad: tambin tena sangre en las venas, y era difcil leflaquease el valor: el coraje estaba tan impregnado en la sociedad espaola que el epteto de cobarde le hubiera dolidoms que el de ignorante o hereje. Tampoco el artesano de manos hbiles para curtir el cuero o imbricar el acero, oel juglar de poemas medidos y armoniosos, dejaba de combatir si llegase el caso. Solamente poda permitirse a los

    hermanos de San Francisco de Ass predicar y mostrar que labondadera un valor superior al valor mismo; al hacerlomostraban un supremo coraje que los haca admirar y querer por todos.El Greco y Cervantes atinaron a expresar esa alma en sus personajes. El pintor extranjero comprendi como ninguno elespritu de los toledanos con sus hidalgos de rostro asctico y ojos quemados de fanatismo, o sus mendigos que parecenascender con vibraciones de llamas; en sus largas, oscilantes, irreales figuras est entero Toledo, es decir, el alma deCastilla en su ms noble expresin. Y en la figura de Don Quijote que ambulaba por la Mancha deshaciendo entuertos yesperando como premio un imperio para siempre postergado, si rehuir el combate contra gigantes, encantadores oejrcitos enteros, dej el escritor castellano la imagen de quienes hicieron la enorme empresa de conquistar Amrica.

    2. LA RUTA DE OCCIDENTE

    Revolucin en el arte de navegar.

    El Mediterrneo es un inmenso lago de suave oleaje, escasas tormentas y orillas poco distantes. Bast el remo paranavegarlo; la vela haba sido para fenicios, griegos, cartagineses y romanos slo un auxiliar del impulso humano cuandoel viento soplaba de popa.

    Una galera medieval, como los trirremes, cuatrirremes o quinquerremes antiguos, era propulsada principalmentepor remeros. Por no disponer de esclavos, abolidos por la cristiandad, se recurra a cautivos y condenados nunca tannumerosos como aquellos. Por eso, la galera slo pudo contener una fila de remeros; para mantener la velocidad seconstruyeron ms afinadas y aument el pao de las velas, pero siempre la base de propulsin estuvo en los galeotesmanejados a ltigo por los mayorales. Las antiguas velas cuadras que solamente ponan al soplar el viento de la popa,seran a poco reemplazadas por triangulares las latinas que permitan, con precauciones, tomarlo de bolina en unngulo de noventa grados. Desde el siglo XIII se introduce hecho revolucionario el timn o gobernalle conprescindencia de laespadillao remos laterales que antes orientaban al buque, y permita tomar el viento a 120 grados.

    La navegacin del Mediterrneo no fue slo costera. Desde los tiempos antiguos salan a alta mar los navegantes

    orientados por la estrella polar que permanece fija en el cenit mientras la bveda celeste gira a su alrededor; si no sepoda verla por el estado del tiempo, los capitanes se manejaban por instinto prctico que les permita orientarse conseguridad en alta mar y en la noche. Por otra parte era difcil navegar en el Mediterrneo ms de cinco o seis das sin verlas montaas, cabos, islas o islotes que servan de referencia a los conocedores.

    Aunque las galeras venecianas y genovesas se arriesgaban a alta mar, lo hacan con precauciones. No haba en ellasespacio para el agua y alimentos suficientes a una tripulacin que contando con arreases, mayorales, pasajeros y sobretodo galeotes, necesariamente era numerosa. Es cierto que la comida del mar no era variada, y la de los galeotesconsista solamente en galletas (cuanto ms podridas mejor, porque los gusanos prolongaban la vida) y algunos ajos ocebollas que evitaban o postergaban el escorbuto, la temida enfermedad del mar producida por la falta de alimentosconvenientes. Se haca imprescindible, pues, recalar cada cuatro o cinco das en procura de agua fresca y bastimentosrenovados.

    Con esa tcnica apenas si poda trasponerse el estrecho de Gibraltar en navegaciones costeras. Y an as los buquesdel Ocano necesitaban ms borda que las galeras del Mediterrneo por el mayor oleaje en las costas atlnticas; y por lo

    tanto deban manejarse con remos ms largos y ligeros, de elevados extremos, que les permitan afrontar de proa lasgrandes olas tomar el tiempo o de popa correr el tiempo. Los manejaban hombres prcticos en mantenerla espadilla no conocan el timn y sus remeros no eran forzados sino guerreros libres y buenos conocedores del

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    arte de marinar. Por otra parte navegaron (fuera del Mediterrneo y sus incursiones fluviales) en los mares tranquilosdel norte donde las tormentas son escasas y el oleaje no es grande; por eso pudieron llegar a Islandia en 874, luego conErik el Rojo a Groenlandia en 986, y su hijo Leif tocar el ao 1000 el continente americano en la tierra que llamVinlandia. Fundaron all colonias que no prosperaron y acabaron por abandonar. Europa ignor ese intildescubrimiento, revelado muchos aos despus por el anlisis de viejas sagas islandesas.

    A partir del invento annimo del timn hacia el siglo XIII, empieza a revolucionarse lentamente el arte de navegar.Usaron los pescadores costeros del Mediterrn