José Martí: Antídoto de la medriocridad · Mi pequeñuelo Me despertaba Con un gran beso. ... En...

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pedro josé «cheíto» rodríguez pág. 12 NÚMERO • ENERO 2013 • • ISSN: 1999-8090 • $1.00 • 57 pág. 2-3 pág. 10-11 © archivo EDITORIAL ESTIMADOS LECTORES: Abrimos este nuevo año con el deseo de que nos sigan acompañando en la aventura de auscul- tar este país nuestro. Al mismo tiempo, esperamos que sus opiniones continúen ofreciéndonos ese referente a partir del cual podamos corregir la mirada de LA CA- LLE... Y en este enero, Martí se alza como presencia ineludible a propósito de su 160 cumpleaños; los invitamos a encontrarlo a través de las miradas de catorce artistas cuyas obras se exponen en la Casa del Alba de La Habana. Se mantienen las entregas habituales de Alba Rico y Wejebe Cobo, así como los consejos culinarios siempre opor- tunos de Madelaine. También recordamos la presencia en Cuba de Julieta Venegas y Zucchero, y vamos preparando el debate sobre la participación cubana en el III Clá- sico Mundial de Béisbol. Esperamos que les complazcan nuestras propuestas y se animen a acompañarnos un año más. CM gente julieta venegas deporte pase usted, señor jonrón gente gente que habita la luz 4-5 luis yuseff reyes pág. Zucareando en La Habana 14 © archivo © archivo josé martí opinión incluye poemas de... una mujer que ha madurado a través de la música antídoto contra la mediocridad © imagen de la exposición «soy el amor, soy el verso»

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l estimados lectores: Abrimos este nuevo año con el deseo de que nos sigan acompañando en la aventura de auscul-tar este país nuestro. Al mismo tiempo, esperamos que sus opiniones continúen ofreciéndonos ese referente a partir del cual podamos corregir la mirada de LA CA-LLE... Y en este enero, Martí se alza como presencia ineludible a propósito de su 160 cumpleaños; los invitamos a encontrarlo a través de las miradas de catorce artistas cuyas obras se exponen en la Casa del Alba de La Habana. Se mantienen las entregas habituales de Alba Rico y Wejebe Cobo, así como los consejos culinarios siempre opor-tunos de Madelaine. También recordamos la presencia en Cuba de Julieta Venegas y Zucchero, y vamos preparando el debate sobre la participación cubana en el III Clá-sico Mundial de Béisbol. Esperamos que les complazcan nuestras propuestas y se animen a acompañarnos un año más. CM gent

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OpiN

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«La majestad de su ley y la majestad / de sus acentos, nos recuerdan que para los griegos / mártir significa testigo.Testigo de su pueblo y de sus palabras, / será siempre un cerrado impedimento / a la intrascendencia y la banalidad».

José Lezama Lima

CARLOS RODRÍGUEZ ALMAGUER

AmAnece en «la isla infinita» el año en que estaremos celebrando el aniversa-rio 160 del natalicio de José Martí, y en

medio de la vertiginosidad de los tiem-pos que corren, resulta imprescindible hacer un alto para ver «con ojos judicia-les» las improntas que en nuestra época perduran de aquel que asumió la volun-tad de superarse a sí mismo de forma permanente mediante el ejercicio siste-mático de la bondad, como la verdadera vía de crecimiento espiritual, que es de-cir humano.

En todas las épocas ha habido perso-nas preocupadas porque el enorme acervo espiritual que para la nación cu-bana significan la vida y la obra del que en justicia fue llamado Apóstol de nues-

tra independencia, llegue de manera siempre fresca a las generaciones suce-sivas. Y esta labor ha sido hecha por lo general de forma silenciosa y útil. Los maestros cubanos han desempeñado en ello un papel primordial.

Cuando, al sobrevenir el período es-pecial y agudizarse la crisis económica de los 90 por las causas conocidas, el maestro Cintio Vitier, apóstol del Após-tol, convocó a la edición de los Cuader-nos Martianos, y con ella al estudio siste-mático y desprejuiciado de la obra de nuestro hombre mayor, se estaba convo-cando al mismo tiempo a indagar en las

José Martí: Antídoto de la medriocridadraíces de nuestra historia como vía para alumbrar aquel presente oscuro que vi-víamos y al porvenir indescifrable al que habríamos de dirigirnos. Y allí, en aquel esfuerzo descomunal del pueblo entero, se encontraron las claves (los va-lores morales) que nos ayudaron a sor-tear los numerosos escollos de una déca-da, sin naufragar. Se cumplía a escala social aquel viejo refrán que dice: «Cuando no sepas adónde vas, vuélvete para ver de dónde vienes».

En este nuevo aniversario, habremos de volver sobre el asunto repetidas veces en busca de nuevas formas para que las

Soy el verso, 2008Kamyl Ballaudy

La Patria os contempla orgullosa, 2010Enrique Ávila

Perfil martiano, 2008Jesús Lara

La tabla de salvación, 2013Roberto Chile y Ernesto Rancaño

Ofrenda de hermano, 2010Eduardo Méndez Navarro

Patria, 2012Emilio Valdés

Donde crece la palma, 2013José Fuster

Sin títuloVicente R. Bonachea †

El juego prosigue, 2010Alicia Leal

Con los pobres de la tierra, 2013Eduardo Roca (Choco)

Universo martiano, 2009Iván Basso

Cultivo una Rosa Blanca, 2012 Yudit Vidal

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A.A.G.

TAmbién en sus versos está la Cuba prefigurada por Martí. Allí, en esas lí-neas estremecidas, dejó el libertador, el héroe, mucho de lo mejor de sí. Vida y obra se fundieron en él de una manera única. Lejos de verla separada del resto de su faena intelectual y patriótica, sen-timos que su poesía, articulada con la médula misma de su sensibilidad y su ideario, nos entrega al Martí total, al ser humano excepcional que fue, quizá co-mo ninguna otra zona de su legado lite-rario. Pocos pueblos pueden disfrutar del privilegio de tener entre sus funda-dores al más grande de sus poetas. Ese privilegio lo tenemos los cubanos, que este 28 de enero celebramos el 160 ani-versario de José Martí. Llegue entonces a nuestros lectores esta brevísima mues-tra de su quehacer lírico, entresacada de

José MartíINCLUYE POEMAS DE...

mi caballero

Por las mañanasMi pequeñueloMe despertabaCon un gran beso.Puesto a horcajadasSobre mi pecho,Bridas forjabaCon mis cabellos.Ebrio él de gozo,De gozo yo ebrio,Me espoleabaMi caballero:¡Qué suave espuelaSus dos pies frescos!¡Cómo reíaMi jinetuelo!Y yo besabaSus pies pequeños,Dos pies que cabenEn solo un beso!

(De Ismaelillo)

xlvi

Vierte, corazón, tu penaDonde no se llegue a ver,Por soberbia, y por no serMotivo de pena ajena.

Yo te quiero, verso amigo,Porque cuando siento el pechoYa muy cargado y deshecho,Parto la carga contigo.

Tú me sufres, tú aposentasEn tu regazo amoroso,Todo mi amor doloroso,Todas mis ansias y afrentas.

Tú, porque yo pueda en calmaAmar y hacer bien, consientesEn enturbiar tus corrientesCon cuanto te agobia el alma.

Tú, porque yo cruce fieroLa tierra, y sin odio, y puro,Te arrastras, pálido y duro,Mi amoroso compañero.

Mi vida así se encaminaAl cielo limpia y serena,Y tú me cargas mi penaCon tu paciencia divina.

Y porque mi cruel costumbreDe echarme en ti te desvíaDe tu dichosa armoníaY natural mansedumbre;

Porque mis penas arrojoSobre tu seno, y lo azotan,Y tu corriente alborotan,Y acá lívido, allá rojo,

Blanco allá como la muerte,Ora arremetes y ruges,Ora con el peso crujesDe un dolor más que tú fuerte,

¿Habré, como me aconsejaUn corazón mal nacido,De dejar en el olvidoA aquel que nunca me deja?

¡Verso, nos hablan de un DiosA donde van los difuntos:Verso, o nos condenan juntos,O nos salvamos los dos!

(De Versos sencillos)

yugo y estrella

Cuando nací, sin sol, mi madre dijo:—Flor de mi seno, Homagno generosoDe mí y de la Creación suma y reflejo,Pez que en ave y corcel y hombre se torna,Mira estas dos, que con dolor te brindo,Insignias de la vida: ve y escoge.Éste, es un yugo: quien lo acepta, goza.Hace de manso buey, y como prestaServicio a los señores, duerme en pajaCaliente, y tiene rica y ancha avena.Ésta, oh misterio que de mí nacisteCual la cumbre nació de la montaña,Ésta, que alumbra y mata, es una estrella:Como que riega luz, los pecadoresHuyen de quien la lleva, y en la vida,Cual un monstruo de crímenes cargado,Todo el que lleva luz, se queda solo.Pero el hombre que al buey sin pena imita,Buey vuelve a ser, y en apagado brutoLa escala universal de nuevo empieza.El que la estrella sin temor se ciñe,Como que crea, crece! ¡Cuando al mundoDe su copa el licor vació ya el vivo;Cuando, para manjar de la sangrientaFiesta humana, sacó contento y graveSu propio corazón: cuando a los vientosDe Norte y Sur vertió su voz sagrada,—La estrella como un manto, en luz lo envuelve,Se enciende, como a fiesta, el aire claro,Y el vivo que a vivir no tuvo miedo,Se oye que un paso más sube en la sombra!

—Dame el yugo, oh mi madre, de maneraQue puesto en él de pie, luzca en mi frenteMejor la estrella que ilumina y mata.

(De Versos libres) CM

sus tres libros poéticos fundamentales, no solo como un homenaje al más uni-versal de los cubanos con motivo de esa fecha, sino a la vez, como una incitación a adentrarnos en el estudio, conocimien-to y goce de su poesía en versos, acaso la mejor manera de ingresar en la infini-tud misteriosa y palpitante del conjunto de su obra, cuya carga de amor y belleza tiene aún tanto que aportar no solo a quienes con él compartimos el sitio de nacimiento, sino a las reservas morales y espirituales de la humanidad toda de nuestro tiempo.

ayudarnos a crecer y a salvarnos de la vulgaridad, la apatía y la mediocridad que parecieran ser las características principales de los tiempos que corren, y que inundan cada vez con mayor fuerza los espacios de intercambio, cualquiera que ellos sean, pero que son siempre im-prescindibles para que nuestra condi-ción humana se concrete, como si la ca-pacidad de salvarnos de semejantes trampas preparadas ya se hubiera ago-tado definitivamente.

Mucho dependerá de la preparación espiritual de quienes tengan en sus ma-nos la posibilidad de trasmitir los diver-sos mensajes de aquella personalidad multifacética. Y enfatizo sobre todo la preparación espiritual porque no basta con el conocimiento racional de determi-nados períodos o aristas de su vida. Solo lo que sale del alma llega al alma, según pensaba él mismo. Padres, familiares, maestros, amigos, tenemos espacios en la vida de nuestros más jóvenes, y mientras más íntimos, interactivos y libres de for-malismos sean esos espacios, tanto mejor será para traer a colación una anécdota reveladora, un poema de amor, una con-versación sabrosa y útil que acaso des-pertará el deseo de conocer por su propia vía un poco más de aquella «mina sin acabamiento», como lo llamaría Gabriela Mistral, pues como dirá el propio Martí en La Edad de Oro, «no se aprende bien si-no lo que se descubre».

Como todo horizonte, existen para llegar a Martí muchos caminos. Y así co-mo hay caminantes que se sienten más seguros siguiendo caminos conocidos, hay otros a los que esos caminos trilla-dos les resultarán «sospechosos», y pro-curarán encontrar los propios. Sucede con el Maestro lo que con todos los hom-bres grandes, que una vez llegados a ellos, por cualquiera de los caminos em-prendidos, nunca encontraremos a una parte del hombre sino al hombre entero. Y así encontrarán en la poesía sus afa-nes de luchar por el triunfo de la justi-cia, la belleza y la felicidad entre los hombres, como los encontrarán tam-bién los que arriben a él por la ensayísti-ca, el periodismo, la labor diplomática, su electrizante oratoria, su estremece-dor epistolario, su fecundísima labor política, su religiosidad peculiarísima o por la incansable labor que desarrolló contra los agentes de la inteligencia es-pañola y norteamericana.

Siempre he sostenido que a Martí no se le enseña; podemos enseñar fechas, lugares, documentos, frases, etc., pero a Martí se le conocerá solo si se le descu-bre, y eso es un asunto estrictamente personal aun cuando se realice en colec-tivo. Entonces sí estaremos en posesión de aquel tesoro espiritual que a más de un siglo y medio de su nacimiento sigue ayudándonos a descubrirnos y a descu-brir los caminos que nos llevan al mejo-ramiento humano. No en balde Gabrie-la Mistral escribiría en la dedicatoria a una niña de «nuestra América» este mensaje conmovedor: «Nunca te olvi-des, si tienes un hermano o un hijo, de que vivió en tu tierra el hombre más pu-ro de la raza, José Martí, y procura for-marlo a su semejanza, batallador y lim-pio como un arcángel». Y Lezama, en el texto con que iniciamos este escrito, cul-mina diciendo lo que con total certeza podemos suscribir ahora, 60 años des-pués: «Sorprende en su primera secula-ridad la viviente fertilidad de su fuerza como impulsión histórica, capaz de sal-tar las insuficiencias toscas de lo inme-diato, para avizorarnos las cúpulas de los nuevos actos nacientes». CM

generaciones más jóvenes no asuman a Martí únicamente como una personali-dad histórica que vivió y actuó durante sus brevísimos 42 años en la segunda mitad del siglo xix. Para evitar que en algunas frases repetidas hasta el can-sancio o en el estudio esquemático de una cronología de su vida, se pierda la savia de aquel ejemplo y de aquella doc-trina salvadora de hombres y de pue-blos. Para evitar, en fin, que sin una re-cepción crítica e individual, pueda dege-nerar en dogma o en fetiche aquel hori-zonte inabarcable que no cabría en ver-dad en molde alguno; aquel que puede

Mano y no masa, 2013Jorge César Sáenz

El alma trémula y sola, 2009Dausell Valdés

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YULIAT DANAY ACOSTA

Diciembre fue un mes lleno de acontecimientos culturales. Por esos días el panorama musical habane-ro se vestía de lujo: en tan solo una semana coincidían en Cuba el can-tante italiano Zucchero y el argenti-no Fito Páez; pero el puntillazo final lo vino a poner ella, «la mexicana», como escuché a varios apodarla. Llegó a Cuba el día dos del último mes del año. Tenía una urgencia que no podía aplazar: sumarse a la cam-paña por la No Violencia contra las Mujeres y las Niñas. Corta sería su estancia y abundantes noticias apa-recían en la prensa anunciando su llegada. No podía contenerse, aca-bada de aterrizar en el aeropuerto «José Martí» confesó estar emocio-nada por volver: «Tenía muchas ga-nas de estar aquí, sé cómo es el pú-blico cubano, entregado, expresivo, será una gran fiesta para que lo dis-fruten», prometía, mientras anun-ciaba algunos detalles de lo que se-ría al otro día su concierto en la sa-la Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba.

Con un «Hola mis queridos cu-banos» abrió la noche de concier-to, una jornada en la que junto a los intérpretes cubanos Rochy Ameneiro y Santiago Feliú nos re-galó un dossier de temas de su re-pertorio. Cuando la velada iba entrando en sintonía y no cabía un espectador más en los corredo-

con grupos de rock en Tijuana descubrí el tema de la composi-ción de canciones y eso cambió completamente mi dirección.

En tus inicios pasaste por ban-das como Chantaje, Tijuana Nol y La Milagrosa, que después de un tiempo se disolvió, pero seguiste tocando puertas, no te diste por vencida. Cuéntame cómo fue esa etapa en la que aún buscabas defi-nir un estilo y ganarte un puesto en la escena musical de tu país. ¿Fueron tiempos difíciles? ¿Hubo obstáculos o piensas que fue el ini-cio de un proceso paulatinamente en ascenso?

No, siempre fue una bús-queda, la verdad, y lo sigue siendo hasta el día de hoy. Nun-ca deja de ser una búsqueda de cómo me voy a expresar, cómo voy a contar las cosas y también buscar maneras nuevas de de-cir, porque no creo que el arte creativo sea algo estático, que una vez que lo haces ya siem-pre lo haces igual. Yo pienso que el acto creativo tiene mu-cho de egoísmo personal. Me gusta desahogarme, yo creo que todo lo que escribo lo ha-go desde el punto de vista emo-cional. Pienso que es una aven-tura y una búsqueda, de algu-na manera para mí siempre ha sido eso, buscar por dónde o cómo, sin importar tanto lo que sucede una vez que lo ter-mino. El proceso de hacerlo es para mí como la intriga, pen-sar qué quiero hacer ahora, cómo lo voy a hacer para sen-tir que estoy haciendo algo que no he hecho. Porque siem-pre es como: si ya hice un dis-co como este, pues no quiero volver a hacerlo, quiero ahora otro tipo de música.

En la música a Julieta Venegas no le gusta repetirse, prefiere expe-rimentar.

Insatisfecha con tus resultados profesionales y en busca de nuevos horizontes, a los 22 años tomas la decisión de mudarte al DF. Julieta, cuéntame sobre las diferencias fa-miliares que tuviste que enfrentar para luchar por tu música.

Pues yo en ese momento ni siquiera sabía si era por mi música, porque no tenía tan claro lo que iba a pasar con mi carrera. No fui al DF diciendo: «Voy a triunfar en el DF con mi carrera». Dije: «Voy al DF porque me encanta la ciudad, porque ya no quiero seguir to-cando para mi familia»; por-que siempre que tocaba en shows los que iban a verme eran mi abuela, mi mamá, mis her-manos y mis amigos; también sería como un reto para mí to-car para gente que ni me cono-cía, o sea cambiar un poco. Sí hubo mucho rechazo, por parte de mi papá especialmente. Bá-sicamente fue decirme: «No te voy a ayudar». Fue muy duro. Y yo que era muy orgullosa dije: «Bueno, no me ayudes…»

Al principio empecé a im-partir clases de inglés, una lo-cura porque yo nunca estudié gramática, entonces era una lo-cura ser profesora de inglés, pe-ro estuve un tiempo con eso y

Julieta Venegas Una mujer que ha madurado a través de la música

res de la sala, miró al público que catalogara de ideal y abiertamen-te dijo: «Es un placer muy grande poder estar aquí entre ustedes. Es-toy feliz», mientras el auditorio repleto ovacionaba. Así llegó a no-sotros Julieta Venegas, con una paciencia para decir, como quien quisiera responder a todos, siem-pre con dulzura, hasta en los mo-mentos finales de extremo can-sancio por una apretada agenda de tres días, cuando nos dio esta entrevista.

Cuéntame cómo es tu relación con tu hermana gemela Ivonne. ¿Qué ha representado a lo largo de tu vi-da, desde tu niñez hasta hoy que eres una mujer exitosa, saber que existe alguien casi idéntico a ti? ¿Es solo parecido físico o existen patro-nes de caracteres que se repiten?

Pues yo no sé si es natural en los gemelos o no, pero Ivon-ne y yo no somos totalmente opuestas, porque tenemos inte-reses en común. Ella es fotó-grafa, y al mismo tiempo que yo descubrí mi vocación por la música, ella descubrió su voca-ción por las fotos. Siempre nos hemos retroalimentado pero ha sido una relación atormen-tada, no sé si es así en todos los casos, pero hemos tenido mo-mentos difíciles, momentos lin-dos y tal. Ahora que las dos tu-

vimos hijos se estableció más tranquilamente la relación. En nuestra cabeza no somos tan parecidas como la gente nos ve, aunque todo el mundo nos con-funde; según nosotras, no so-mos tan parecidas. De hecho, siendo chicas nunca hicimos la broma de intercambiarnos por-que nos parecía que se iban a dar cuenta inmediatamente.

Julieta, fuiste la única entre otros cinco hermanos en dedicarte a la música, vocación que descu-briste a los 8 años gracias a los ta-lleres de arte en que te inscriben tus padres. Pero a esa edad no se tiene una noción tan exacta de lo que uno quiere hacer en la vida. ¿Qué te hacía sentir la música que te ha-ce mantenerte en ese camino? ¿Crees que tu carrera ha estado in-fluida por la vocación artística que te inculcaron tus padres que, a su vez, eran fotógrafos?

No lo sé, creo que siempre tuve una certeza muy extraña de que esa era mi manera de expresarme. También como era gemela, hacer música me ayu-daba a encontrar mi propia identidad. De chica, era la mú-sica clásica. Mi sueño era llegar a ser una directora de orquesta, pero con el tiempo fue cam-biando, fue como girando, aun-que siempre dentro de la músi-ca; y cuando empecé a tocar

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fue lo que me ayudó hasta que un amigo me invitó a hacer la música para su obra de teatro, y esa fue la primera vez que gané un sueldo con la música. Des-pués de eso hice mi primer dis-co, mi segundo y hasta mi ter-cero.

Sin embargo, los primeros dis-cos de Julieta no tuvieron éxito. En 1996, un contrato con la discográfi-ca BMG le permite grabar su disco debut Aquí, pero ni ese ni el si-guiente, Bueninvento, que lanzó en el año 2000, cumplieron con las expectativas por las que había apostado. A finales de 2003 se pro-duce un cambio radical en su ca-rrera: graba el fonograma Sí, con 550 mil copias vendidas, y después Limón y sal, que a los dos días de su lanzamiento se gana un disco de oro por 50 mil copias vendidas. En tan solo cinco años pasa de ser una artista conocida solamente en su país a ser una estrella multinacio-nal y vender más de un millón de discos en poco tiempo.

¿Te sientes responsabilizada con los valores que trasmites a los millones de personas que te siguen con tus canciones?

Me siento responsabilizada de ser congruente con lo que son mis valores. Si yo fuera una persona súper frívola pues igual tendría la necesidad de ser sincera y mostrarme frívola en los medios de comunicación, pero yo no soy así. Mi búsque-da en la música nunca ha sido una búsqueda solamente de re-conocimiento, ha sido una cosa sincera. En ese sentido sí quie-ro ser congruente, quiero ser congruente con lo que yo de-fiendo por lo menos.

¿Cuáles son los valores que de-fiendes en la vida?

Yo creo que la sinceridad con uno mismo, la búsqueda de espacios donde uno real-mente pueda ser libre en todo sentido en lo que quiere hacer, en cómo lo puede hacer y tam-bién relacionarme con los de-más de una manera completa-mente pacífica.

¿Qué significa recibir un Grammy en la vida de Julieta Ve-negas? ¿Piensas que los premios va-lidan la calidad del artista?

No, para nada. Yo creo que los premios te ayudan en tu ca-rrera, la gente habla de ellos, es un tema para hablar con los pe-riodistas, pero no es algo que te cambie nada, aunque sí es un reconocimiento para que mu-cha otra gente te conozca.

¿Cómo crees que están influ-yendo las nuevas plataformas di-gitales como los blogs, Facebook, Twitter, YouTube en las dinámi-cas de mercado de la industria dis-quera?

Al principio te acercan mu-cho a la gente, a tu público, te acercan también a otros músi-cos; y creo que en general inter-net está cambiando mucho la manera en que la gente puede hacer música y hacer que su música llegue a otros.

Pero también está trayendo pérdidas para la industria. Es más fácil descargar un disco de YouTu-be que comprarlo.

Sí, sabes, ayer justamente me preguntaba alguien que si la música está en crisis. Y yo di-je: No, la música no está en cri-sis, la industria de la música es-tá en crisis, porque está vivien-do cambios en los que se tiene que volver a acomodar de algu-na manera ahora con la exis-tencia de internet, pero tam-bién ha sido por la lentitud de la industria en adaptarse a los nuevos medios de comunica-ción, y cuando eso se acomode creo que va a ser algo muy be-neficioso, especialmente para los artistas.

¿Qué opinas de los artistas que regalan sus discos?

Pues me parece que es un medio de promoción, no sé… Al final de cuentas, si tú regalas tu disco alguien lo va a escuchar, y a lo mejor de otra manera no te hubiera escuchado. Antes era muy difícil llegar a la gente, in-cluso gente de fuera de tu pro-pia ciudad. Ahora hay otra gen-te que tiene acceso a tu música y genera otro interés desde otro lugar, gente que a lo mejor no te escucha en la radio, no te ve en una revista, pero bajó tu disco desde internet.

A modo de una crónica redac-tada había podido escuchar la evo-lución personal de Julieta Venegas a través de la compilación de sus canciones, en la que se pueden ob-servar matices de la tragicomedia, la ironía o el humor, al punto de sa-lir vestida de novia en una porta-da. En sus canciones se respira a una Julieta que se ha enamorado y que no teme a comprometerse ni a entregarse, conductas que se alter-nan con otras letras propias de una mujer moderna emancipada. En-tonces, evocando aquellos matices en su carrera profesional se me ocurre preguntarle:

¿Te consideras una feminista? Lo del vestido de novia era

una ironía, ahora lo aclaro; (di-ce con una sonrisa divertida).

De repente, su rostro fue cam-biando la expresión y la vista casi perdida en las fronteras de aque-llas cuatro paredes se sume en un gesto de profunda reflexión. De pronto, sube la cabeza, me mira y me dice decidida:

Pues sí, me considero una mujer independiente que ha buscado su propio camino y que no ha sido de una manera muy tradicional, supongo.

«Algunos me acusan de fe-minista cuando hablo de que hace falta equidad en el tra-to hacia las mujeres y también en la for-ma en que la socie-dad nos percibe. En realidad me parece anticuado el término pues las demandas de ese mo-vimiento se han convertido en algo natural para las mujeres de hoy», había declarado en otra entrevista.

Supe entonces que esa era pre-cisamente la mujer que vino a ha-blarles a las féminas de violencia de género, la mujer que vino a le-vantar su voz para enseñar a de-cir no. La había escuchado hablar durante esos tres

días, la había escuchado decir a un colega:

«En México mueren muje-res todos los días y muchos de los casos no se denuncian, prác-ticamente no hay detenidos. Eso habla mucho del problema que tenemos como sociedad y de la necesidad de trabajar más. Hay un buen trabajo de femi-nistas y artistas, pero aún que-da un largo camino por reco-rrer.

»Desde la cultura hay que apoyar en todo lo que poda-mos. Los artistas jugamos un papel muy importante y nues-tra participación en actividades como esta genera un cambio de imagen sobre las mujeres. Hay que dar un giro en la cabeza de los individuos».

También la recordé en el panel sobre el papel de las artes en la lu-cha por la no violencia contra la mujer, en la Casa del ALBA Cultu-ral de La Habana, explicándonos lo que hace en su país por los dere-chos de la mujer y a favor de la lec-tura en edades tempranas, un pro-yecto similar al que se desarrolla en Cuba. Asegura que se pueden hacer más proyectos como este lo mismo aquí que en México, que lo importante es integrar a más hom-bres porque este es un trabajo de to-dos, no solo de mujeres.

«Hay que celebrar nuestra diversidad, lo que somos... y ha-cer una vida más de respeto, de comprensión y amor».

Has venido a dar un concierto en apoyo a la no violencia contra las mujeres. Las telenovelas mexi-canas nos venden como válido un modelo de mujer sumisa y depen-diente. Aún en la sociedad mexica-na existe una marcada dosis de

machismo, violencia de género, es-cena que se repite por América La-tina. Tú, que tienes una óptica libe-radora del asunto, ¿qué importan-cia le atribuyes al proceso de eman-cipación de la mujer latina?

Aclaro que yo nunca veo te-lenovelas (ríe). Las evito como la peste en las ratas.

Sí, porque los padres de Julieta tenían un proyecto para que sus hi-jos dejaran de ver televisión, por eso desde los seis años dejó de verla y se dedicó por completo a la músi-ca. Todo lo demás quedó en un se-gundo plano.

Bueno, nunca veo tele en realidad, se me quedó esa cos-tumbre; pero creo que sí, que se trata de una cuestión de cam-biar la visión que hay con res-pecto a las mujeres en todo sen-tido, yo creo que esto se logra cambiando la visión de la mu-jer en todo tipo de plataformas, también desde el mundo creati-vo, desde la música, o sea, no es simplemente cambiar desde el entorno familiar cómo es la di-námica. Hay que ir cambiando poco a poco y esto se logra visi-bilizando el tema y visibilizan-do los problemas que existen y poco a poco ir solucionando uno por uno.

Por otro lado, algunas mujeres reniegan de la reproducción por te-mor a dejar de lado su vida profe-sional y perder su independencia.

Es raro eso de que se nie-gan a ser madres. Si una mujer elige no ser madre es tan respe-table como el ser madre; yo creo que es lo mismo. En ese sentido es otra visión que tiene que cambiar. Hay muchas mu-jeres que eligen no serlo y es normal. Yo creo que cualquie-ra tiene todo el derecho de de-cidir y es muy lindo ser mamá, pero es un camino que uno tie-ne que elegir o es mejor elegir-lo por uno mismo.

¿Qué cambios introdujo la ma-ternidad en tu rutina de artista? ¿Valió la pena ser madre? ¿Lo vol-verías a hacer? ¿Qué has aprendi-do con la maternidad, qué has aprendido con tu hija?

Para mí sí valió la pena totalmente. Ser mamá es un camino sin retorno y es algo hermoso. Ufff, aprendí mu-

chísimas cosas: responsa-bilidad, amor, cómo me

relaciono en todo senti-do con los demás.

¿Cómo valoras el estado del ar-te de la canción femenina en Lati-noamérica?

Creo que hay compositoras increíbles que están haciendo cosas muy lindas que ya no vie-nen solamente desde la posi-ción de disqueras grandes. Por lo menos en México el tema de Natalia Lafourcade y Carla Mo-rrison se ha convertido en todo un fenómeno desde internet. Es muy lindo verlo porque cambia un poco la figura cono-cida de las mujeres, y pues creo que son chavas súper talento-sas y están ocurriendo cosas muy padre, la verdad.

Has desarrollado una intensa labor humanitaria en defensa de los derechos de la niñez y la juven-tud, y México te nombró embaja-dora de Buena Voluntad de la UNICEF. Hay niños que viven con altos niveles de hambre y pobre-za, otros son masacrados en gue-rras que hacen los adultos, como ocurre hoy en Gaza. ¿Crees que es-tos flagelos pueden combatirse desde el arte?

No lo sé la verdad, te soy sincera. Son tragedias de la hu-manidad que la verdad no sé cómo se pueden enfrentar. No sé si la música puede ser, al me-nos, algún tipo de bálsamo pa-ra la gente que pierde a sus se-res queridos. En México hemos perdido muchísima gente en los últimos años con todo el te-ma de la violencia del narcotrá-fico, que no puedes tampoco verlo solamente como el pro-blema en concreto, sino como la pérdida de una vida, y eso yo creo que es una tragedia, que no solamente se vive desde el propio país, sino también la su-fre la humanidad.

Así nos llegó ahora Julieta Ve-negas, después de más de una dé-cada sin venir tras la desilusión que se llevó en un concierto que ofreciera durante su visita ante-rior al que solamente asistieron al-rededor de treinta personas y don-de se percató de que el público cu-bano de aquel entonces no conocía su repertorio. Desde ese momento el compromiso de volver cuando fuera conocida en Cuba la acom-pañó como un reto, mas ese no fue el motivo que la trajo esta vez. La movió la invitación a sumarse al proyecto Contracorriente de la cantante Rochy Ameneiro, con quien le encantó compartir nueva-mente esta vez, como declaró.

Admiradora de la música cu-bana, reconoce que hay un montón de artistas que le apasionan como Descemer Bueno, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y su hija Haydée. Le encantaría conocer a más músicos cubanos y exaltó que Cuba tiene una enorme cantidad de talentos, artistas de mucha preparación de los que le gustaría aprender.

Julieta, después de esta nueva visita, ¿qué te quedará de Cuba?

Esta vez me encantó estar aquí, la verdad. La gente tiene otra manera de vivir, se sienten con muchas ganas de hacer co-sas, el ambiente es padre. Me llevo mucha alegría, muchos reencuentros lindos y muchas ganas de volver. CM

premisas...

Hay que celebrar nuestra diversidad,

lo que somos... y hacer una vida más de respeto, de comprensión y amor

Mi búsqueda en la música nunca ha sido una búsqueda solamente de reconocimiento, ha sido una cosa sincera ©

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SANTIAGO ALBA RICOEspecial para LA CALLE DEL MEDIO

es muy difícil convencer a un hombre que no ha arado sus laderas, que no ha dibujado sus contornos, que no ha des-crito sus cimas en un poema, que no adora a ningún dios en sus cavernas, que no ha cazado entre sus arbustos, que ni si-quiera ha escalado sus abis-mos; es muy difícil convencer a un hombre así de que es im-portante conservar las colinas y las montañas. Lo mismo ocu-rre con los bosques, los ríos, los animales y los cuerpos en ge-neral. Lo mismo ocurre con la Naturaleza en su conjunto. Cuando las campañas ecologis-tas insisten con todo funda-mento en que debe interesar-nos la defensa del medio, pues de ella depende nuestra propia supervivencia, declara ya per-dida la batalla: no solo es difícil demostrar a un trabajador del sector de servicios de Madrid o a un parado urbano de Roma (o a un universitario de La Ha-bana) su dependencia interesa-da respecto de la tierra y sus re-

terrible», escribía Rainer Maria Rilke en una de sus Elegías del Duino, «porque la belleza es so-lo el comienzo de lo terrible que aún podemos soportar». La belleza de las estrellas –diga-mos– es indisociable del descu-brimiento de nuestra vulnera-bilidad, pero al presentarse co-mo bellas, y no como amenaza-doras, nos atan estética y emo-cionalmente –y nos atan como especie– al mundo y sus apa-riencias.

Estamos condenados a au-toengañarnos. O mejor dicho: estamos condenados a luchar siempre contra el autoengaño; y tenemos derecho, en medio de la batalla, a ceder de vez en cuando a sus añagazas más be-nignas o menos dañinas. Ahora bien, no es lo mismo autoenga-ñarse acerca de los propios inte-reses egoístas, que autoenga-ñarse acerca de la justicia, la verdad o la belleza. Hay algo ya un poco innoble en proteger a un niño solo porque es mi hi-jo; o en apoyar a un partido por-que me da trabajo; o en defen-der un bosque porque es mi co-to de caza. Como –al contrario– hay algo potencialmente noble en creer inocente a un mentiro-so o a un asesino; o en robar un reloj porque es bonito. Que el autoengaño «noble» es antropo-lógicamente más serio que el egoísta lo demuestra el hecho de que hasta los gobiernos más criminales –conquistadores, co-lonialistas, imperialistas, na-zis– han invocado siempre prin-cipios universales para defen-der intereses particulares.

En un famoso texto de 1857, Marx se preguntaba retórica-mente si «la idea de la naturale-za (…) de la imaginación grie-ga» es compatible con «las má-quinas de hilar automáticas, las locomotoras y el telégrafo eléc-trico» para declarar enseguida muertos para siempre a Vulca-no, Júpiter, Hermes y Aquiles frente a la metalurgia, el para-rrayos, las armas de fuego y el tipógrafo. Es verdad: la combi-nación de desarrollo tecnológi-co y de división del trabajo, res-ponsable de la destrucción eco-lógica, ha operado también el «desencantamiento» del mun-do. Pero ese «desencantamien-to», ¿ha traído aparejada más transparencia, más objetividad, menos autoengaño? Por un la-do, el retroceso del paganismo –de la naturaleza habitada– no ha impedido el aumento de las formas más fanáticas y perver-sas de los credos monoteístas; por otro, la derrota de la Natu-raleza a través del positivismo capitalista ha incrementado la nostalgia de armaduras cere-moniales y ha inducido, en su ausencia, la psiquiatrización de la vida cotidiana. El «desencan-tamiento» del mundo ha con-

Comunismo y bellezaducido a la humanidad, no a una mayor objetividad, no, sino a la desacralización del merca-do y a la liberación de todas sus pulsiones subjetivas. Había mu-cha más «objetividad» en la rela-ción del indígena con la monta-ña en la que vivían sus dioses que en la del turista que la foto-grafía para vanagloriarse ante sus amigos.

Lo que quiero decir es que un verdadero programa ecolo-gista –un programa comunis-ta– no debería llamar a defen-der la Naturaleza en nombre de los intereses particulares –co-mo parte que somos de la humani-dad–, sino mediante el restable-cimiento de su «objetividad»; es decir, de su belleza. La Natura-leza no tiene derechos ni tam-poco los hombres los tienen so-bre ella: es sencillamente un he-cho descomunal que debería imponerse por sí mismo. ¿Por qué tanta indiferencia? No es que queramos suicidarnos, no; el problema es que ya no nos pa-recen bellas las montañas ni los bosques ni los animales ni los cuerpos en general; y de lo que se trata –el verdadero reto de los que queremos conservar y transformar el mundo– es de convencer a los hombres de que el mundo es hermoso, no de que lo necesitamos para la su-pervivencia. Es muy difícil. Es difícil porque una montaña so-lo nos parece bella, fuente de in-timidación y admiración, cuan-do la hemos arado, escalado, cantado o rendido culto; y el desencantamiento tecnológico no tiene vuelta atrás, salvo cata-clismo o derrumbe civilizacio-nal: «la tecnología dominante es la tecnología de la clase do-minante». Pero es difícil tam-bién porque los hombres si-guen «encantados», ahora ya no por el engaño «objetivo» de los versos y los dioses, sino por el vehículo mismo de su «des-encanto»: los carros, los elec-trodomésticos, los ordenado-res, los celulares, las máquinas en general. Si los humanos solo obrásemos de manera interesa-da y solo nos engañásemos acerca de nuestros intereses privados, aún podríamos sal-varnos; pero es que los huma-nos buscamos sobre todo la jus-ticia, la belleza y la verdad y nos autoengañamos también acerca de ellas. Re-embellecer las montañas –restablecer su «objetividad»– exige una inter-vención al mismo tiempo esté-tica y económica contra el capi-talismo y sus fraudulentos des-encantos. Nuestras luchas son siempre desinteresadas. No se trata, pues, de renunciar egoís-tamente a la justicia, la verdad y la belleza, sino de cambiarlas de lugar; de intentar devolver-las –es decir– a su lugar de ori-gen. CM

cursos, sino que además es du-doso que los humanos operen solamente o sobre todo por in-terés; o que defiendan solo o sobre todo lo que asegura y fa-cilita su supervivencia.

Más allá de su pretensión de haber desentrañado una «medida objetiva» de la explo-tación del trabajo, el gran des-cubrimiento de Marx tiene que ver con el autoengaño social: «la ideología dominante es la ideología de las clases domi-nantes». Los trabajadores se en-gañan acerca de sus propios in-tereses, que identifican de ma-nera errónea con los de sus pa-trones y verdugos. Podríamos decir que, en el caso de la su-pervivencia de la especie hu-mana, los intereses de unos y otros son realmente comunes y que, por lo tanto, incluso si las ventajas inmediatas de conta-minadores y contaminados son desiguales, un interés compar-tido une por fin a todas las cla-ses sociales. Pero esta ceguera común, que demuestra nuestra

dificultad antropológica para representarnos como «huma-nidad» los intereses particula-res, prueba además que no solo nos autoengañamos sobre nuestros intereses particulares. También nos representamos mal nuestros impulsos desinte-resados. También cuando ama-mos, cuando nos sacrificamos, cuando obramos en nombre de la justicia, nos equivocamos.

Hay fuentes de autoengaño corregibles contra las que de-bemos combatir sin descanso: las manipulaciones de los me-dios, por ejemplo, o las relacio-nes de propiedad. Hay otras que –mucho me temo– sobrevi-virán a todas las revoluciones. Tenemos, para empezar: el cuerpo, cuyas operaciones bá-sicas, garantía de nuestra exis-tencia biológica, ocurren a nuestras espaldas, por debajo de nuestra conciencia. Tenemos también la «mente» y el lengua-je, con todas sus opacidades edípicas y quistes irracionales. Tenemos una complejísima di-visión del trabajo, con su encar-nación tecnológica, que nunca se podrá simplificar hasta la transparencia si queremos ali-mentar a 7 000 millones de per-sonas. Tenemos las cosas mis-mas –la silla, el cenicero, la cu-chara– cuya potencia anestési-ca, que nos hace olvidar las pe-nas del trabajo y la fragilidad de la vida, es sin embargo inse-parable de la estabilidad antro-pológica y social de la humani-dad. Y tenemos también las «maravillas» –objetos buenos únicamente para el pensamien-to o para la mirada– a las que hemos estado siempre unidos por una mezcla de admiración e intimidación. «Todo ángel es

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JORGE WEJEBE COBO

unA operAción de la inteli-gencia nazi, previa a la Segun-da Guerra Mundial, probable-mente acabó con uno de los estrategas militares más jóve-nes y prometedores del ejérci-to soviético y siete de sus cola-boradores, ejecutados por el régimen de José Stalin bajo la presunta acusación de trai-ción.

Se nombraba Mijaíl Nikola-yevich Tujachevski y a los 26 años de edad, en 1919, fue desig-nado durante la guerra civil co-mo jefe del frente occidental –equivalente al grado de Gene-ral– y posteriormente en 1935 a Mariscal y viceministro de De-fensa.

Fue un visionario de las contiendas futuras basadas en el avance de grandes concen-traciones de tanques y del uso combinado de la aviación y la artillería, dirigidas a penetrar en la retaguardia para cercar y eliminar a los ejércitos enemi-gos en rápidas maniobras, for-ma de lucha que caracterizó la Segunda Guerra Mundial.

En sus memorias, el Maris-cal de la URSS, Gregori Zhukov, lo califica como «un gigante del pensamiento militar, una estre-lla de primera magnitud entre la pléyade militar de nuestra patria».

Cuando en enero de 1936 re-presentó a Stalin en la corona-ción de Jorge V como rey de In-glaterra, alertó al Estado Ma-yor británico del peligro nazi y la necesidad de una guerra pre-ventiva contra Alemania, lo cual repitió a los máximos jefes militares franceses. También defendió su posición ante el go-bierno soviético contra la opi-nión moderada de otros diri-gentes que deseaban evitar la guerra a toda costa

Paradójicamente, sus doc-trinas militares y el concepto de golpear primero, sí fueron aplicados con eficacia contra los rusos por el ejército fascista durante la invasión en 1941, cuatro años después del fusila-miento de Tujachevski por or-den de Stalin.

General a los 26 añosEl joven Mariscal nació cer-

ca de Smolensk, al oeste de Moscú, en el seno de una aris-tocrática familia de origen li-tuano. Participó en la Primera Guerra Mundial como teniente del ejército zarista, y se sumó al Ejército Rojo organizado por los bolcheviques con más entu-siasmo que recursos bélicos y que oficiales para enfrentar la marea contrarrevolucionaria.

La tarea de fundar el nuevo ejército recayó en uno de los principales líderes revoluciona-rios, León Trotski, un hombre de mediana estatura, delgado, quien invariablemente apare-cía entre la tropa vestido con un capote militar sin insignias y un gorro que terminaba en punta con una estrella roja al frente, probablemente diseña-do por él mismo.

Era todo nervio, de barba rala y alargada que recordaba la imagen del diablo como era descrito por la gran prensa, y para el cual no había otro fin que enviar al combate cada vez más a soldados. Trotski confió al joven de 26 años la dirección del frente, el más importante de la guerra, y no se equivocó.

En poco menos de dos años Tujachevski derrotó a cuantos enemigos enfrentó, y espolea-do por los triunfos y la euforia de la dirección bolchevique y del propio Trotski, en 1920 fue uno de los ejecutores del inten-to de llevar la Revolución a la vecina Polonia en las bayonetas del Ejército Rojo.

Para la época, ese país era gobernado por un régimen se-mifeudal no muy diferente al zarismo y que apoyaba a la con-trarrevolución, por lo cual, se-gún cálculos de los nuevos diri-gentes del Kremlin, los campe-sinos deberían recibir como salvadores a las tropas bolche-viques. Pero todo fue diferente, y los conceptos nacionalistas de patria, religión y enfrenta-miento al invasor, pudieron más que la conciencia de clase de los analfabetos campesinos con que se contaba para exten-der la insurrección, y el Ejército Rojo fue derrotado.

Entre enemigos peligrososAunque el nuevo coman-

dante salió ileso de la aventura, su destino se sellaría al estar implicado entre dos enemigos incompatibles, José Stalin y León Trotski, quienes se culpa-ban recíprocamente de la de-rrota, y en la disputa el primero nunca olvidó que Tujachevski era más cercano a su adversa-rio que a él en esa confronta-ción.

La Revolución Rusa se salvó y en 1920-1921 culminó la gue-rra civil y miles de guardias blancos, como eran conocidos los contrarrevolucionarios, emi- graron a Europa. Entre ellos el General Nikolai Skolbin, famo-so por las ejecuciones de los prisioneros comunistas, quien se radicó en París junto a su amante, Nadezhda Plevitskaya,

una gitana de grandes ojos ne-gros, cantante, bailarina folcló-rica y agente bolchevique, quien le ablandó el corazón y le perdonó la vida y que más tar-de, supuestamente bajo su in-flujo, lo convirtió en un agente soviético en Francia.

En enero de 1924, durante uno de los inviernos más duros de aquellos años murió Lenin. Stalin fue su sucesor –en con-tra de lo que aconsejó el propio Lenin en su testamento– y co-menzó a consolidar su poder, en primer orden se dedicó a atacar a Trotski hasta llegar a despojarlo de sus cargos y ex-pulsarlo del país, obligándolo a vivir en el exilio hasta 1940, cuando ordenó que lo asesina-ran en México.

En la mira de HitlerPero Tujachevski y sus ideas

eran también conocidos de so-bra por la inteligencia alemana y desde la llegada de Hitler al poder en 1933 era considerado un enemigo muy peligroso en la futura contienda entre am-bos ejércitos.

Según artículos, investiga-ciones y diversas fuentes, en di-ciembre de 1936 Reinhard Hey- drich, uno de los jefes más ca-paces de la inteligencia militar

nazi, diseñó una operación pa-ra comprometer al Mariscal so-viético ante Stalin, lo cual no sería difícil de lograr en medio del clima de represión y purgas que asolaba a la URSS y que tu-vo sus años culminantes du-rante los juicios de Moscú cele-brados entre 1936 y 1938, en los que se condenaron a muerte, ejecutaron y enviaron a la cár-cel a una buena parte de anti-guos dirigentes bolcheviques compañeros de Lenin.

Según estas versiones, Hey- drich falsificó la firma y la letra del Mariscal soviético y elabo-ró un expediente que contenía supuestos acuerdos y mensajes entre el militar ruso y altos je-fes alemanes, en los que acor-daban deshacerse tanto de Hit-ler como de Stalin y establecer una alianza entre ellos.

El propio Hitler dicen que disfrutó escribiendo de su pu-ño y letra indicaciones al mar-gen de los informes que le traía personalmente Heydrich para dar mayor autenticidad al plan.

Las pruebas documentales se harían llegar al gobierno checoslovaco presidido por Ed-vard Benes y a la contrainteli-gencia francesa a través de un supuesto traidor, lo que se rea-lizaría junto con una campaña de rumores y supuestas indis-creciones que no tardarían en llegar a Stalin.

El General Walter Schellen-berg, jefe del servicio secreto alemán para el extranjero, ase-gura en sus memorias –titula-das El Laberinto– que fueron ellos quienes fabricaron la in-formación contra Tujachevski y explica que se la hicieron llegar al Presidente checoslovaco, aliado de la URSS en los años de 1930, por medio de un trata-do de ayuda mutua en caso de agresión.

El lazo se cierraEn sus memorias, el expre-

sidente checo escribiría que a finales de 1936 llegó a Praga el alto funcionario del Tercer Reich, el Conde Maximilian Trauttsmandorff, para ofrecer a Checoslovaquia un pacto de no agresión que el Presidente Benes rechazó. Pero, inexplica-blemente, al experimentado Conde se le escapó que Hitler mantenía también otras nego-ciaciones secretas con unos conspiradores antiestalinistas, liderados por el mariscal Tuja-chevski.

Joseph Davies, exembajador de EE.UU. en la URSS durante los acontecimientos, en su libro Misión en Moscú expresa que dentro del medio diplomático en esa capital «se afirmaba que existía un complot organizado en el Ejército Rojo para derrotar al gobierno de Stalin (…), que es-to era parte de un gran complot de Trotski». En el informe de Da-vies enviado bajo estricto secre-to al Departamento de Estado, se repite al calco la matriz de desinformación que debería se-guir la operación de la inteligen-cia alemana.

El Mariscalen su laberinto

En una recepción en marzo de 1937, el entonces ministro de Defensa francés Édouard Da-ladier trasmitió al embajador soviético en París datos que le había suministrado el servicio de inteligencia francés según el cual generales soviéticos y ale-manes preparaban una conspi-ración con el fin de derrocar a Stalin. Esa misma noche, el nervioso diplomático soviético, todavía en traje de etiqueta, trasmitió al Kremlin la infor-mación.

En investigaciones posterio-res se identificó al general Skol-bin como principal fuente de in-formación de la contrainteligen-cia francesa sobre la supuesta traición de Tujachevski. Skolbin desapareció y su destino final es motivo de especulación hasta nuestros días. Su esposa, Na-dezhda Plevitskaya, fue conde-nada como supuesta cómplice por las actividades de espionaje a favor de la URSS y murió en una cárcel francesa en 1941.

¿Fue también Skolbin obje-to de la desinformación de la inteligencia alemana, o trabaja-ba como doble o triple agente para la URSS, Francia y Alema-nia? ¿Por su parte, la propia GPU lo utilizó para construir falsos cargos contra el líder mi-litar a instancias o no de Stalin? Son misterios que acompañan todavía el trágico desenlace de esta historia.

En junio de 1937 Tujachevs-ki fue detenido, y en un juicio secreto fue condenado a muer-te y ejecutado junto a otros sie-te generales acusados de trai-ción y de estar vinculados a las actividades trotskistas.

Otros miles de militares, en-tre ellos oficiales de alta y me-diana graduación, fueron dete-nidos, expulsados de sus cargos y otros ejecutados a un nivel tal que afectó la disposición com-bativa del Ejército Rojo ante la agresión alemana de 1941.

Después del xx Congreso del Partido Comunista de la URSS en 1956, cuando se de-nunciaron las graves violacio-nes de la legalidad en la URSS y los crímenes en la época de Sta-lin, se rehabilitó a Tujachevski y a sus compañeros y se les erigió un monumento en su honor en Moscú. CM

fuentes principalesG. K. Zhukov. Memorias y Medita-

ciones, tomo I, Biblioteca El Ofi-cial, Instituto Cubano del Libro, La Habana, 1971.

Joseph E. Davies. Misión en Moscú, Editorial El Ateneo, Buenos Ai-res, 1942.

http://labibliotecafantasma.blogs-pot.com/2008/01/frans-masere-el-novelas-sin-palabras-ii.html6

http://www.radio.cz/es/rubrica/le-gados/en-el-caso-tujachevski-los-dirigentes-democraticos-tra-garon-el-anzuelo-de-los-servi-cios-secretos-nazis

www.myetymology.com/encyclo-pedia/Nikolai_Skoblin.htm

http://desdelaestepa.blogspot.com/2012/06/quien-era-mijail-tujachevski.html

Mijaíl Nikolayevich Tujachevski.

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SHEYLA VALLADARES QUEVEDO

Hacer libros es una empresa que entraña riesgos para aquellas personas que confían en que la lite-ratura es de las maneras más po-derosas que tiene el ser humano para mejorarse a sí mismo e irra-diar luz sobre los suyos como resul-tado de una lectura bienhechora.

En el afán de traer al mundo, convertidos en páginas hermosas, el producto de la inteligencia y la sensibilidad de los hombres y mu-jeres de un país, pueden ir acumu-lándose de forma alarmante en un mismo corazón o en almas que le son semejantes, desvelos, sobresal-tos, ardores y gozos.

De todo ello conversamos con el poeta y narrador Luis Yuseff Reyes, editor principal de Ediciones La Luz de la Asociación Hermanos Saíz de Holguín, que en el año 2012 cumplió 15 años, tiempo en el que los ha guia-do un solo deseo: llevarnos con acier-to por el sendero de la más joven creación literaria de la isla.

Ediciones La Luz sabe de partos, alianzas provechosas y fraterna-les, de aunar voluntades para em-pujar, como si de un solo hombro se tratara, la joven literatura cubana a lo largo de 15 fructíferos años por un camino que en algunos tramos ha encontrado pedregosos.

Ediciones La Luz fue funda-da en 1997, el 7 de mayo, en ple-nas Romerías. No surge por una idea alocada de un grupo de jóvenes escritores que en-rumbaban, quizás, sus necesi-dades hacia ese sitio de crear una editorial, sino porque ya existía un libro al que se le ha-bía prometido la posibilidad de publicación y que en ese toda-

bradizas, que no contribuían a la cristalización real de un siste-ma editorial seguro, con entre-gas regulares, con propuestas novedosas. Algunos años des-pués, en el 2009, comienza a es-tabilizarse este tipo de entrega periódica y algunas firmas bien importantes para nosotros, así como autores jóvenes entregan sus originales a nuestro sello. Tengo que destacar a Delfín Prats, que después de 20 años sin entregar un original a una editorial, nos entregó Eclipse de las almas, un libro de prosas poé-ticas, aunque es de muy comple-ja clasificación y que no ha sido lo suficientemente atendido por la crítica, y tenemos también Re-belión de los imberbes, de Lina de Feria, un poemario. Por lo tanto, era como tener las espaldas bien cuidadas por estos dos arcánge-les de la poesía cubana. Y ya en-tonces el trabajo de Ediciones La Luz alcanza otro nivel.

Estas estructuras a las que me refería, que no existían o eran demasiado quebradizas, comienzan a sensibilizarse con nuestro proyecto. Esto nos cos-tó realmente mucho esfuerzo, mucho insomnio, desde con-versaciones que nos llevaban a zonas de desencuentro, pero siempre apostando por la con-solidación de un trabajo edito-rial. Y así nuestros planes edi-toriales, que desde un inicio te-nían las cubiertas en blanco y negro en las versiones de las ri-sográficas, empezaron enton-ces a salir en colores. Hasta el día de hoy Ediciones La Luz ha mostrado un trabajo de mucho cuidado con el diseño, siempre tratando de insertar en sus cu-biertas la obra de artistas jóve-nes de la plástica, de fuera o de dentro de la localidad, y poten-ciar siempre ese vínculo entre las diferentes manifestaciones del arte en el país.

Algunas editoriales cubanas, pertenecientes o no a la Asociación Hermanos Saíz, todavía no logran concebir el libro como una obra de arte que el lector sienta deseos de atesorar no solo por su contenido, sino por la presentación cuidada de este. ¿Cómo funciona este aspec-to dentro de Ediciones La Luz?

El trabajo de diseño más que un modo de edición de los tex-tos sigue siendo para todas las editoriales del sistema de la Aso-

ciación Hermanos Saíz el punto más complicado, quizás porque no existen demasiados diseña-dores dispuestos a dedicarse a trabajar a tiempo completo el di-seño del libro; es decir, tomar es-to como un estilo de vida, con un propósito de continuidad, y esto ha afectado bastante a las editoriales. Por ello Ediciones La Luz ha tenido tantos cambios en estos 15 años con su imagen, buscando estabilizar, lograr un estilo. Eso lleva mucho tiempo porque no siempre se ha tenido a disposición el mismo diseña-dor. Y eso creo que también ha sucedido con Reina del Mar y Sed de Belleza, hemos tenido que hacer una búsqueda, una exploración, otra cosa que le da un carácter dinámico, joven a nuestras editoriales. No es casarnos con una manera de hacer el libro, aunque siempre tratemos de responder a las normas de edición, a cómo de-be publicarse realmente un li-bro; sino que sea un libro que el lector tenga el gusto de lle-várselo a la casa y pueda ser el vínculo, que el libro pueda ser el sitio donde concurren más de una manifestación.

Una casa editorial alcanza a ser significativa cuando logra co-bijar bajo su alero a los distintos hi-jos, atendiendo de manera eficaz sus necesidades y características. De esta forma crece hacia dentro y al mismo tiempo su trabajo tiene la posibilidad de incidir con mayor fuerza en el ámbito de la literatura de todo un país.

En el año 2009 comienza a estabilizarse un poco más el tra-bajo de la editorial y era enton-ces el momento propicio para que surgieran colecciones. Ya no eran suficientes aquellos li-britos que tenían un formato bien austero, sino que había otras demandas estéticas y las entregas a veces superaban tam-bién los formatos en los que po-dían ser incluidos estos libros. Así vamos creando la colección Capella, dentro de nuestro sello la de máxima jerarquía. No mantiene un formato rígido en sus diferentes géneros, lo mis-mo publicamos ensayo, poesía, narrativa, literatura infantil o un catálogo por el 15 aniversario que es lo que estamos proyec-tando para el 2013. Esto lógica-mente nos obliga a reajustar to-

das estas dimensiones y atender al público que va a tener como lector estos libros. Así han ido surgiendo las diferentes colec-ciones como Abrirse las constela-ciones, que es además un verso de Delfín Prats que hemos ajus-tado como nombre de nuestra colección, surge Destral también para publicar los premios. Nos vamos dando cuenta de que realmente la demanda de publi-cación por jóvenes autores a nuestro sello es mayor que las posibilidades reales que tene-mos nosotros en la editorial de cubrir esas necesidades. Enton-ces en el mismo territorio había autores muy jóvenes formando parte de la Asociación Herma-nos Saíz que nunca habían po-dido publicar un libro, no tenían cómo mostrar su obra y surge la idea de crear la colección Ana- lekta con un formato que opti-miza el uso del papel y es muy fácil de trabajarlo. Esta colec-ción le devuelve a La Luz el ca-rácter inicial de ediciones alter-nativas. Al final ayudó a crear un ambiente de camaradería en la misma sección de escritores de la Asociación, donde todos sus miembros acudían a traba-jar esos libros cuya conforma-ción era totalmente manufactu-rada, hecha a mano. Es un pro-ceso realmente hermoso por-que ves nacer el libro, a veces del mismo autor que estaba con nosotros doblando las cuarti-llas. Eran tiradas realmente li-mitadas. Analekta surge preci-samente con esa idea, que no es resolver un gran problema sino al menos ser una alternativa pa-ra que estos autores tuvieran la seguridad de que podían aspi-rar a publicar un libro. Y al me-nos, Ediciones La Luz ha estado enseñando un camino a seguir.

Surge también en el año 2010 la idea de la creación de los audiolibros, que también hi-cimos de manera artesanal. El primer título fue El brillo de la superficie, grabaciones de Del-fín Prats diciendo sus poemas, comentándolos. El segundo que salió, también en el mis-mo año, es El sol eterno, la ver-sión en audiolibro, donde es-tán reunidos los 20 poetas de la versión de papel, diciendo en su propia voz los poemas. Aquí acudimos a la interrelación en-tre las distintas manifestacio-nes artísticas y modos de en-tender el arte, nos vinculamos al Instituto Superior de Arte (ISA) y a la radio local también. En sus estudios grabamos es-tas pistas de audio, pero los es-tudiantes del ISA trabajaron la edición de las mismas. Así sa-lieron estos dos libros, hechos de manera artesanal totalmen-te, con Cuadernos Papiro, una editorial que trabaja también los libros artesanales. Se hicie-ron tiradas de 100 ejemplares, que se han convertido práctica-mente en rarezas para anticua-rios que todavía los buscan.

Hay quien no gusta de las anto-logías, otros consideran que es una manera eficaz de reunir en un solo volumen distintas voces y estéti-

Gente que habita La Luz

vía no se hacía realidad. El pa-norama editorial estaba tan de-primido como en el resto del país. Ediciones Holguín estaba cerrada por problemas reales en la imprenta, además por la ausencia total de abastecimien-to de insumos para el trabajo editorial, por tanto era bien desalentador todo.

El cuaderno en cuestión es Bufón de Dios, de José Luis Se-rrano. Sabemos que ese libro a partir de su publicación en Edi-ciones La Luz, se convirtió en un paradigma para los jóvenes decimistas cubanos porque es-taba rompiendo las estructuras formales de la décima. El hom-bre se volvió un revolucionario dentro de la décima, la sacó de su entorno habitual, que no na-tural, al darle otras sonorida-des, otras connotaciones. Por eso pienso que Ediciones La Luz tuvo la buena estrella de comenzar su catálogo con Bu-fón de Dios. Pero no comenzó en solitario, sino bien acompaña-da porque fue una edición en conjunto con Reina del Mar. Te-níamos quizás a los autores pe-ro no existía en Holguín la in-fraestructura ni los editores jó-venes que tuvieran la experien-cia. No teníamos un diseñador para que trabajara con la sufi-ciente seriedad el trabajo de di-seño, pero eso no fue una ra-zón para quedarnos o que se quedaran de brazos cruzados los escritores y todos los que fundaron la editorial. Y así se hace esta coedición en la que intervienen también otros au-tores radicados entre Santa Cla-ra y Cienfuegos y surge el pri-mer título, Bufón de Dios, que ha tenido recientemente, en el 15 aniversario, una reedición. Es-ta impresión que ni siquiera fue en el mismo territorio hol-guinero se pensaba presentar en medio de las Romerías de Mayo, sin embargo la tirada lle-gó tarde a Holguín y se hizo su presentación en un aeropuerto.

En el 2000 se introducen en Cuba las impresiones risográfi-cas y la fundación de las edito-riales, pero Ediciones La Luz no entra en este sistema hasta el año 2003, cuando se le entre-ga un módulo de trabajo. Sin embargo esto todavía no fue suficiente, existían una serie de estructuras quebradas o que-

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cas que de otra manera pudieran quedar fuera de la vista en el aza-roso camino de la publicación de un libro.

El 2011 tuvo el rasgo excep-cional de ser el año 25 de la Aso-ciación Hermanos Saíz, y noso-tros queríamos de algún modo celebrarlo. Pensamos que el mejor modo era convocando a la creación de dos antologías, una de poesía y otra de narrati-va. El 2011 era la antesala del centenario de Virgilio Piñera y también del 15 aniversario de Ediciones La Luz, y así enton-ces surge La isla en versos, cien poetas cubanos, y Todo un cortejo caprichoso, cien narradores cuba-nos, ambas antologías trabaja-das en grupo. Con La isla en ver-so nos aventuramos a hacer una especie de gira nacional. Otra vez los estudiantes del ISA con el equipo de Ediciones La Luz. Lo realmente relevante de La is-la en verso es que está marcan-do una época dentro de la Aso-ciación Hermanos Saíz. Ade-más de recogerlo en una com-pilación, está también creando a la vez su propio archivo de imágenes, su archivo de voces, quedan testimoniadas las vo-ces poéticas de una genera-ción.

Y ahí está El cortejo capricho-so, que es un verso de Virgilio Piñera, mostrando unas canti-dades y maneras tremendas de decir, de concebir la narrativa, la literatura. Yo pienso que son libros, que quizás ahora, por lo reciente, no significan demasia-do para una serie de miradas un poco displicentes; pero el tiempo mismo se encargará de ubicarlos en su justo valor, sin grandes pretensiones, pero sí con la seguridad de que su sola existencia ya es un lugar ama-ble para la convivencia de todo un panorama que se inicia con escritores nacidos en los 70 y si-gue con escritores nacidos en el 86, un diapasón bien amplio, con estéticas, tiranteces, amis-tades, formas de decir diferen-tes o convergentes, y eso yo pienso que es lo que hace más rica la propuesta de estas anto-logías.

También está el trabajo con posteriores antologías como Retoños de almendro, que reúne la obra de 35 jóvenes escritores para niños, y Quiero una can-ción, con 20 jóvenes trovadores cubanos. Estos proyectos, que verán las luz durante la próxi-ma Feria Internacional del Li-bro, nos tienen realmente lle-nos de ilusión, porque ya salen del espacio habitual de impre-sión que son las risográficas –como le correspondería a una editorial dentro del más tradi-cional trabajo desde las provin-cias–, y entramos a lo que el Instituto del Libro ha llamado planes especiales o libros que por sus características tienen un tratamiento diferenciado. El libro Retoño de almendro ade-más tiene una carta prólogo de Nersys Felipe dirigida a los ni-ños y está ilustrado por 19 jóve-nes pintores de todo el país. Es-

bajo de divulgación en la pren-sa han aparecido reseñas en los diferentes medios. Esto lógica-mente habla a favor de todo el trabajo de equipo que se hace cargo de esta labor. A veces se convoca a paneles teóricos que puedan estar dirigidos a valo-rar la joven creación de la lite-ratura cubana, siempre vincu-lamos a estos jóvenes autores de nuestro catálogo con otras manifestaciones y otras seccio-nes dentro de la Asociación Hermanos Saíz, como puede ser la sección de crítica e inves-tigación, en la que existen in-vestigadores que también rese-ñan y hacen ensayos sobre es-tos autores.

El panorama literario cuba-no todo el tiempo se queja de la falta de crítica. Pienso que es cierto, pero también creo que existe una pereza intelectual muchas veces propiciada por las mismas casas editoriales. Nin-guna casa editorial debe desen-tenderse de un título una vez que termina el proceso de edi-ción e impresión. Sigue siendo y formará parte de su catálogo mientras existamos, y pienso que es también responsabilidad de esta casa promover ya no so-lo al autor, sino más que al autor, a la misma obra. En ocasiones un autor ni siquiera se ha ente-rado de que su obra se ha envia-do como muestra a una feria al extranjero; o por algún canje de gestión personal, el libro ha ido a parar a México, a Argentina, a España y eso lo propicia el tra-bajo editorial.

Nosotros hemos logrado hacer esa promoción haciendo viñetas para la radio. Sobre to-do las antologías las hemos tra-bajado mucho así porque tam-bién son las que más posibili-dades nos dan. En las viñetas puedes perfectamente escu-char, si estamos promocionan-do La isla en verso, las voces de esos poetas que están graba-dos. Todas estas acciones son modos alternativos que hay que explotar y dejar de lado un poco esa pereza. Lógicamente existen otras maneras de lo-grar que un crítico importante repare en un título o en un au-tor de nuestro catálogo, porque es bien sabido que el panorama literario es intrincado. Cada vez las risográficas arrojan una marejada enorme de títulos, unos con mejor suerte que otros, unos autores más visua-lizados que otros, aunque esos son siempre menos que los tí-tulos que se publican en el país. Entonces es importante que las mismas editoriales sean las que dirijan la atención de esos críti-cos hacia sus catálogos. Toma tiempo, da mucho trabajo y a veces nos encontramos tam-bién con resistencias, pero son todas estas barreras las que te-nemos que sortear y sobrepo-nernos a ellas, porque de lo contrario dejaría de tener senti-do. Se supone que estas edito-riales son creadas para el arte joven, luego se están compor-tando cansados. No hay dema-

siado qué hacer si nos agota-mos antes de salir al ruedo. En-tonces ya estamos vencidos.

Hay otra cosa también, y es que la visión que existe en estos momentos desde el Ins-tituto Cubano del Libro (ICL), ya no solo para las casas edi-toras del sistema de editoria-les territoriales, sino para las de la Asociación Hermanos Saíz, es totalmente diferente al que existía hace cuatro años. Por esta nueva concep-ción del ICL se nos ha dado la posibilidad de entrar en estos proyectos especiales con tira-das de 6 000 hasta 10 000 ejem-plares. Anteriormente eso no existía. Nosotros estábamos limitados a tener tiradas, co-mo máximo, de hasta 1 000 ejemplares. Esto se ha abierto muchísimo. Y es una mirada inteligente a lo que estaba ocu-rriendo fuera de las editoria-les llamadas nacionales. A ve-ces las propuestas de estas editoriales de las provincias superaban en novedad, voy a ser un poquito arriesgado, in-cluso a veces hasta en calidad, las propuestas de algunas de estas editoriales bien consoli-dadas. Creo que el ICL tuvo la suerte, la lucidez, de darse cuenta, de considerar todo es-to y darnos el apoyo que real-mente estábamos necesitando en este sentido.

Cuando nos hablas con tanto entusiasmo de toda esa labor que realizan a favor de la joven litera-tura de la isla, pudiéramos pensar que te haces acompañar por toda una brigada de cómplices ayudan-tes. Cuéntanos de las personas que habitan La Luz.

Las personas a las que yo me refería como grupo edito-rial tienen una característica que puede estar a nuestro fa-vor, pero a veces también pue-de estar en contra nuestra. La mayoría son escritores o inves-tigadores; la correctora Yailén Campaña es filóloga y ha teni-do su talento en el trabajo so-bre todo de investigación y de ensayo; Irela Casaña y Adal-berto Santos son poetas y na-rradores; nuestro promotor Alex Jorge es narrador tam-bién; la diseñadora Taimí Ocampo es poeta. Todos he-mos creado un equipo y es bueno el hecho de que todos seamos escritores. Lo que te-nemos en contra es, quizás, que los mismos poetas y crea-dores carecemos de un sentido práctico, del que no podemos prescindir, a la hora de traba-jar el libro. Hay que soñarlo pero también hay que calcu-larlo y a veces nos olvidamos un poco de esa parte bien con-creta de la creación de un libro dentro del trabajo de una edi-torial. Ese es el equipo que si-gue ahí apostando por la joven literatura cubana. Por eso nuestro lema por el 15 aniver-sario es: «15 años con la joven literatura cubana». Y asumi-mos como nuestra también una máxima martiana que di-ce: «En la luz hay virtud». CM

tas cuatro antologías han reco-gido lo mejor y más relevante en estos momentos de la litera-tura joven cubana. Nosotros no hemos puesto como límites las fronteras, ni queremos que el sello sea una editorial local, que exista solo para los talen-tos que puedan estar surgiendo o pueden que no surjan duran-te un tiempo en un territorio, cosa que empobrecería muchí-simo nuestro catálogo y esta-mos abriendo nuestro diapa-són a toda la isla. Los jóvenes que desean o aspiran a publi-car con nuestro sello envían sus títulos, sus inéditos, y son evaluados por un consejo de lectores que tienen mucha ex-periencia en todo este trabajo, en los diferentes géneros y reci-bimos una evaluación y son al final libros que conforman nuestro catálogo cada año.

Si algo distingue el trabajo de Ediciones La Luz es la convocatoria del Premio Celestino de cuentos…

El Premio Celestino de cuentos surgió en el 98 o 99, creado por Gabriel Pérez. Es un premio que en su momento despertó muchísima suspicacia pues hacía alusión a Celestino antes del alba, la obra primige-nia de Reynaldo Arenas. Este certamen en sus orígenes con-vocaba solamente a autores me-nores de 35 años con un solo cuento y desde entonces acá no ha dejado de recibir títulos que aspiran a ganar. Se mantuvo así, con la característica de un solo cuento en concurso, hasta el año 2005. Como nuestro se-llo comenzaba a consolidar su

trabajo decidimos que ya exis-tía la posibilidad de publicar un libro que respondiera al Pre-mio Celestino. Hasta esos años se recibían muchos títulos aspi-rando al premio que tenía un respaldo monetario discreto, pero lo tenía. Sin embargo, la cantidad de autores nunca fue mayor que en los últimos tres años cuando al premio se le ha retirado el estímulo monetario. A veces recibimos entre 20 y 26 títulos. El premio tiene una his-toria propia, ya está entrando en su décimotercera edición que celebramos cada año en abril. También aspiramos a que se reconsideren las estructuras de los premios y su valor mone-tario porque hemos demostra-do en estos años que no es un concurso nuestro. Los autores no mandan por el solo hecho de aspirar a un contravalor mo-netario, sino que es un amor leal, un respeto hacia el Celesti-no de cuentos.

Un libro después que sale de la imprenta sigue siendo responsabi-lidad de la editorial que propició su nacimiento y esta institución es-tá obligada, si entiende su trabajo como tal, a lograr que la mayor cantidad posible de lectores conoz-ca su existencia.

Procuramos que nuestros autores puedan recibir o reci-ban crítica de su obra y nos va-lemos tanto de la radio, de la te-levisión, de los medios digitales como de la prensa plana. Ha sucedido que autores cuyo li-bro ha salido de la imprenta, pero todavía no ha tenido una presentación oficial, por el tra-

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H. ROMO SIGLER

reza el refrán que «de casta le viene al galgo» y, con este hombre, el proverbio no per-dió su validez. Sin embargo, ser hijo, nieto y so-brino de peloteros, no le otorgó pasaporte de inmediato al templo de los inmortales del béis-bol cubano. Esa condición, que no la discutiría ni un habitante de Alaska, la ganó a fuerza de batazos descomunales, dentro y fuera del ver-de caimán. Nadie creyó, en los inicios, que con su mediana estatura enloquecería a las gra-das. Sin tanto hablar, en definitiva esa no era su tarea dentro de los diamantes. Este hombre de carácter afable se encargó de destrozar, una vez más, esas predicciones surgidas de formulaciones rígidas que combinan la esta-tura y el peso, como si ambos atributos consti-tuyeran una pócima mágica. El hechizo, que aparentemente lo condenaba a la intrascen-dencia, fue roto no con cánticos ni acertijos, si-no con conexiones siderales.

Cuando le tocó dar el salto hacia donde competían los más experimentados, no dis-minuyó un ápice su sinfonía. Por el contra-rio, en su primera campaña en los clásicos domésticos mandó a viajar 11 pelotas, con lo que imponía, de paso, tope para los novatos que –pese al empleo ulterior de bates de alu-minio y bolas súper vivas–, se prolongó du-rante 27 años. Simbólicamente esa marca –se mantenía así la larga tradición fami-liar– fue quebrada por su hijo.

Una de las tantas hazañas que protago-nizó, y que no parece que será superada en la próxima centuria, ocurrió en los Juegos Cen-

troamericanos de Medellín, en 1978. Fueron tantos sus bambinazos en tierras cafeteras que, con el transcurso del tiempo, parecen concebidos por la frondosa imaginación de los novelistas. ¿Cómo, cuándo, dónde y quién, si es que existe, conectará 15 jonrones y 37 im-pulsadas en apenas 45 visitas oficiales al pla-to? ¿Están los peloteros del presente prepara-dos para batear más allá de las gradas du-rante diez choques consecutivos, incluidos tres cuatriezquinazos en dos de ellos, uno a continuación de otro?

Un año más tarde, en la querida capital de todos los cubanos, dictó otra de sus confe-rencias magistrales. En aquella IV Copa In-tercontinental hizo de las suyas, al punto de que, al finalizar el evento, la prensa lo colmó de titulares. No era para menos, pues acaparó los liderazgos de inatrapables, bases recorri-das, slugging, cuadrangulares y anotadas. Su escolta entre los artilleros –la posterior es-trella de la gran carpa Joe Carter–, solo pudo votar la mitad de pelotas que el antillano.1

En el momento en que tenía infinidad de proezas por regalarnos, una sorpresiva sus-pensión lo alejó de los parques beisboleros. Al regreso, con más fuerza de voluntad que en-trenamiento en sus espaldas, nada fue igual.

Como Pedro José Rodríguez es un hom-bre de verdad, no se derrumbó. Por eso hemos contado con su presencia activa para desa-rrollar la pelota, ora como entrenador de promesas en ciernes, ora como manager, y en más de una ocasión como colaborador allende los mares.

Poco después de las nueve de la noche, apagados los ecos del cañonazo habanero, me recibió junto al preparador físico Víctor Figueroa, otro integrante del cuerpo técnico del conjunto de Matanzas y de la selección nacional. Dejado atrás el elevador, nos diri-gimos por un pasillo, elegante desde su so-briedad, hacia la habitación del slugger de siempre. Cortésmente me invitó a entrar. No acepté para darme el gusto –invocando a Bo-by Salamanca– de contestarle: «Pase usted, Señor Jonrón».

¿Cómo comenzaste?A la edad de seis años. Pasé la primaria con mi abuelo Eduardo Rodríguez, que me embulló a practicar en la escuela. Mi tío fue pelotero, al igual que mi pa-dre, quien jugó además en Colombia, Venezuela, Estados Unidos y Santo Do-mingo. Aquí llegó a jugar de torpedero con el Cienfuegos. Con esa ascendencia era inevitable que de niño me fascinara la pelota.

¿Cuáles fueron las actuaciones más rele-vantes de aquellos primeros años?

Tuve el honor de participar en los Campeonatos Mundiales Juveniles de 1972 y 1973. El primero efectuado en Ve-nezuela y el segundo en el Distrito Fede-ral de México, y tuvimos como conduc-tores a Pedro Chávez y Pedrito Pérez, respectivamente. En el campeonato del 72 fui líder en jonrones e impulsadas y segundo en average; mientras que en México finalicé de champion bate y de máximo jonronero. Una seria lesión en mi pierna –me había fracturado el pero-né poco antes– hizo que cubriera la pri-mera base al no estar recuperado total-mente.

¿Y en las Series Nacionales? La afición recuerda mucho mi actua-

ción en la IV Selectiva de 1978, en la que implanté récord de 28 cuadrangulares en 60 partidos, y superaba los 22 conectados por Armando Capiró en la Serie de 1973. La marca mía estuvo vigente hasta que en otra Selectiva, la XII, Kindelán llegó a 30 jonrones. Aquel año, previo a los Cen-troamericanos de Medellín que mencio-naste, la porfía fue muy cerrada sobre to-do con Pinar del Río. El cuadrangular que le conecté a Rogelio García en el play off sirvió para decidir esa campaña. Du-rante días, en las provincias que antigua-mente pertenecían a Las Villas, casi no podía salir a la calle por las atenciones de las personas.

En julio de 1985, antes de efectuarse la Copa Intercontinental de Edmonton, se anunció tu suspensión indefinida a partir de una indisciplina cometida, ¿qué pensaste en ese momento?

Fueron días que no se los deseo a na-die, en los que el apoyo de la familia re-sultó decisivo. Siempre he creído que el hombre se mide no por las veces que se derriba sino por la capacidad que de-muestre para levantarse. Estaba dolido porque consideraba que la sanción era desproporcionada, y sobre todo porque tenía la certeza de que jamás haría algo que perjudicara a mi país. Esos tres

años me parecieron un siglo. No te nie-go que regresar me ilusionó pero, al mismo tiempo, las cosas ya no eran iguales. Tenía déficit de entrenamiento y había perdido el ritmo de juego diario. Para colmo, me dio queratitis debido a que se me irritó el ojo después de que me cayera tierra en un partido. Decir adiós siempre es algo complejo, pero me percaté de que no debía aferrarme al pa-sado; en definitiva sabía que la historia bonita tejida –nunca fui expulsado ni me sustituyó un bateador emergente–, no se borraría.

¿Qué hiciste luego?Trabajé primero como profesor de la

Academia Provincial, de la que nunca me he desvinculado. Laboré como en-trenador de los juveniles y dirigí a Cien-fuegos en la Serie Nacional. También fui manager en la Liga de Desarrollo. Todas esas vivencias me aportaron mucho, es-pecialmente desde el ángulo pedagógi-co. No olvides que un miembro del cuer-po técnico de una novena es un cuadro que debe velar por la formación integral de estos jóvenes.

¿Cómo llegas al equipo Matanzas?Debo decir que hace solo dos tempo-

radas trabajé junto a Víctor con las Águi-las de Veracruz, de la Liga Mexicana. Esa fue una experiencia muy útil porque me permitió constatar cómo se entrena ac-tualmente a un conjunto para torneos largos. El béisbol constantemente se ac-tualiza, así que no puedes quedarte de-trás. En los años 90 estuve en Japón cola-borando junto a Luis Giraldo Casanova. En Venezuela me desempeñé con niños y adolecentes en los estados de Lara y Tru-jillo, y participé igualmente en la Liga Bo-livariana de mayores. Con esos referen-tes, y ante la coordinación de Víctor, es que me incorporo con los Cocodrilos.

¿Qué aspectos consideras que tenemos que mejorar para incrementar los resultados en certámenes internacionales?

Hay que topar con peloteros de si-milar nivel al nuestro. Tenemos una can-tidad de talentos enorme a los que casi nunca podemos probar en competen-cias adecuadas. La reciente gira por Tai-pei de China y Japón confirmó que esa es la estrategia adecuada. En mi caso es-toy consagrado, además de a la prepara-ción de los bateadores en general, al tra-bajo con los antesalistas para que pulan las cuestiones negativas a la defensa. Me gusta ayudarlos en el fildeo

¿Sueñas con algo específico relacionado con la pelota?

Esta es mi pasión desde hace casi 50 años. Por ella he hecho sacrificios, pero he recibido muchas más recompensas. Mi aspiración es que nunca deje de es-tar donde le corresponde. Verla regresar a las Olimpiadas sería muy estimulante. Si ganamos en un Clásico Mundial, en-tonces sí que no me quedarían temas pendientes. CM

1 Joe Carter ocupa el puesto número 56

entre los jonroneros históricos en la MLB. A lo largo de su carrera alcanzó 396 cuadrangulares con 1 170 anotadas y 1 445 impulsadas. Conectó 2 184 inatrapables, de los cuales 432 fueron dobles y 53 triples. Estafó 231 bases en 297 intentos para una excelente efecti-vidad del 77,78 %. Su batazo descomu-nal frente al taponero Mitch Williams en el sexto desafío de la Serie Mundial de 1993, sirvió para que finalizara la contienda. El robusto bateador, atavia-do con el uniforme número 29, lograba con la conexión a las gradas el título para los Azulejos de Toronto, en detri-mento de los Phillies de Filadelfia.

Pedro José «Cheíto» Rodríguez © a

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AHMED PÉREZ MOREJÓN

a solo unas semanas del comienzo del Tercer Clásico Mundial, los debates se tornan interminables en la mayoría de las plazas del país. La polémica se adereza –de qué otra manera puede concebirse una dis-cusión sobre la pelota– con estadísticas hu-manas y divinas. Conscientes de ese fervor, y como aperitivo para la edición especial que dedicaremos el próximo mes al evento supre-mo de las bolas y strikes, LA CALLE DEL MEDIO les adelanta algunas cifras relacionadas con los certámenes precedentes.

• Corea es el país que ha incluido un mayor número de jugadores dentro del Todos Estrellas de los Clásicos anteriores. Los de los ojos rasgados, que finalizaron en el tercer escaño en el 2006 y en el segundo puesto en el 2009, tuvieron 3 hombres dentro de los más destacados en la cita inau-gural y 4 en la segunda convocato-ria. Detrás de los coreanos aparece Japón, doble monarca de la presti-giosa competición, con 3 jugadores premiados en ambas ediciones. Es-coltando a estas novenas asiáticas se ubica Cuba con 5 peloteros (Yulieski Gourriel, Yoandy Garlobo, Yadel Martí, Frederich Cepeda y Yoennis Céspedes, los dos últimos seleccio-nados en la pasada justa). El espiri-tuano Gourriel es, por cierto, el más joven de todos los elegidos entre los más prominentes de ambos espectá-culos, reconocimiento que alcanzó a los 21 años, 9 meses y 14 días de edad. Estados Unidos únicamente ha logrado inscribir en el all stars a dos jugadores, curiosamente torpe-deros: Derek Jeter, hace siete años, y Jimmy Rollins en el 2009. El estelarí-simo serpentinero nipón Daisuke

Matsuzaka es el único jugador galar-donado en el selecto grupo en el I y II Clásicos, las dos oportunidades con el aliciente adicional de ser elegi-do el Jugador Más Valioso.

• En total se han celebrado 78 parti-dos, 39 en cada edición, en la aún in-cipiente historia de estos eventos. De esa sumatoria solamente el choque entre Corea y Japón, escenificado co-mo parte de la etapa clasificatoria del 2009 dentro del Grupo A, finali-zó con score de 1x0, en este caso favo-rable a los coreanos. Otros 25 desa-fíos (15 en el I y 10 en el II Clásico) han terminado con diferencia de dos anotaciones o menos entre los riva-les. El reverso de la moneda son los 13 juegos (6 en el I y 7 en el II) con-cluidos con 10 o más carreras de se-paración entre los contendientes. Dentro de esa categoría sobresale el no hit no run que le recetara el lanza-dor holandés Shairon Martis a la no-vena de Panamá, el 10 de marzo del 2006, en el estadio boricua Hiram Bi-thorn. El serpentinero derecho eu-ropeo, de 61́ pulgadas de estatura y 225 libras de peso, consiguió la haza-ña a los 18 años, si tenemos en cuen-ta que nació el 30 de marzo de 1987. En el encuentro, «los tulipanes» mar-caron 10 carreras, con 17 inatrapa-bles y un error a la defensa, mientras que «los canaleros», además de que-darse con las ganas de conectar al menos un sencillo, cometieron tres marfiladas. La desproporción más notable corresponde al marcador de 17x0 que le propinó Estados Unidos a Sudáfrica, dentro del Grupo B, du-rante la ronda inicial del 2006. El partido en el que más veces se ancló en la registradora es el primero de

los desarrollados entre Australia y México, en el Pool B, en el 2009. En dicha ocasión, «los canguros» derro-taron a «los mariachis» 17x7. Horas más tarde, ante su público que los aupó en el Foro Sol, los aztecas to-maron desquite 16x1, lo que confir-mó el axioma deportivo de que «nin-gún equipo es tan malo como cuan-do pierde ni tan bueno como cuando gana». Los otros duelos en los que en más ocasiones los hombres pisaron el home, resultaron el Venezuela vs Estados Unidos (Grupo C en el 2009), favorable a los norteños 15x6; el Ja-pón vs China (Grupo A en el 2006), cuando los primeros derrotaron a sus poco experimentados oponentes 18x2, y el Cuba vs México (Grupo B en el 2009), en que los nuestros arro-llaron a «los chaparritos» 16x4.

• En ambas citas han intervenido por nuestro país 47 peloteros; 11 de ellos en las dos contiendas. La relación de los agraciados por partida doble la conforman Ariel Pestano, Yulieski Gourriel, Michel Enríquez, Frede-rich Cepeda, Eduardo Paret, Pedro Luis Lazo, Joan Carlos Pedroso, Les-lie Anderson, Yulieski González, Yu-nieski Maya y Norberto González.

• Las provincias que no han sumado ningún jugador a las nóminas anti-llanas son Mayabeque y Guantána-mo, mientras que Villa Clara y San-tiago de Cuba son las que más han aportado, con 6 peloteros cada una. El único de los participantes por nuestra selección, como competidor, que en la actualidad funge como di-rector en la Serie Nacional, es el avi-leño Roger Machado, que en el 2006 acompañó detrás del plato a Pestano y a Eriel Sánchez.

• Yadier Pedroso es el cubano más jo-ven en asistir a estas competencias. El artemiseño participó en la porfía de marzo del 2006 antes de cumplir los 20 años, pues nació el 9 de abril de 1986. En ese cónclave atlético, Pe-droso ocupó el puesto 15 de los juga-dores más bisoños de todos los equi-pos concursantes. Doce de quienes eran aún más jóvenes que él, perte-necían a los elencos de Sudáfrica y China. El pelotero más imberbe de aquella batalla fue Zaid Hendricks, de la nación africana austral, que vi-no al mundo el 4 de abril de 1990.

• El enmascarado Rolando Meriño es el jugador del patio más longevo que nos ha representado en los Clásicos. El santiaguero cumplió los 38 años de edad el 17 de febrero del 2009, poco an-tes de concurrir a la segunda cita orga-nizada de conjunto por la MLB y la IBAF. Los escoltan en veteranía –cuan-do defendieron los colores de casa en la segunda contienda– el también in-dómito Norge Luis Vera (03/08/1971), el torpedero villaclareño Eduardo Paret (23/10/1972), y el vueltabajero Pedro Luis Lazo (15/04/1973). Estas «marcas» de experiencia acumulada, sin embar-go, deben ser superadas si como mu-chos esperan son llamados nuevamen-te al elenco de las cuatro letras los re-ceptores Ariel Pestano y Eriel Sánchez. En el caso de Pestano, no lo duda na-die, se escucharía su nombre por los altavoces casi a los 40 años (31/01/1974); mientras que si los técnicos se deciden por la fuerza ofensiva del yayabero (campeón olímpico en Atenas 2004, en-tre muchas apariciones con el conjun-to grande), este también superaría el tope vigente, ya que nació el 17 de ma-yo de 1975. CM

Pinceladas Clásicas

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gENtE YENTSY P. RANGEL

Grandes sorpresas guardó el cierre del año 2012 para la músi-ca cubana y la relación de su públi-co con la creación extranje-ra. Figuras de reconocido nivel internacional inun-daron las salas de concier-tos, teatros y espacios libres de nuestra capital. Sin duda, una de las atracciones fue la presentación de Adelmo Fornaciari o simple-mente Zucchero, como ha escogido nombrarse desde su niñez.

Zucchero (que en castellano se-ría azúcar) es, desde poco antes de la década del 90, una de las figuras del rock italiano más vendidas en la historia de su país. Pertenece al gremio comercial de las grandes disqueras que, con más de 20 fono-gramas editados, ha logrado con-quistar altos niveles de audiencia a nivel internacional. Su obra, mar-cada por la generación de los 80 en el rock, encuentra cauce a partir de la integración de géneros como el blues, el soul y el reggae, lo que le hace proyectar una exitosa carre-ra como compositor y cantante.

De forma casi alternativa qui-simos acercarnos a Zucchero y dar-le un recorrido por LA CALLE DEL MEDIO para que nos contara algunas de sus experiencias con nuestra mú-sica. Nos sedujo en un primer mo-mento su sencillez, sentido del hu-mor y sobre todo la sátira que vierte hacia delimitados aspectos de su vi-da profesional y social.

En sus inicios indagó por va-rios espacios profesionales como la veterinaria y la técnica industrial. Pero a pesar de las distancias, siempre encontró en la música su mayor pasión, terreno que conquis-taría para crear su propia forma de vida.

Nací en el norte de Italia en la periferia, en una familia que siempre fue muy comunista. Desde muy pequeño me intere-sé por aprender algún instru-mento. Comencé a tocar el saxofón tenor en el grupo de la escuela cuando solo tenía 13 años. Pero quería apegarme a la vida de las bandas profesio-nales y me encontré un grupo que a mí me gustaba mucho y estaban buscando un baterista y yo me ofrecí. Pero en aquel entonces no sabía nada de per-cusión y en una semana intenté aprender. Un día el cantante no pudo venir y yo dije que canta-ba. Comencé esa noche y no he prado hasta hoy.

Casi por azar, diría yo, los jóve-nes vieron la mayor oportunidad de interactuar con uno de los gran-des de la escena europea, que con la menor intención de validar su obra, y sí por el gran orgullo que siente, nos contó sobre sus inter-cambios con el desaparecido Lu-ciano Pavarotti.

Este era uno de los grandes retos de mi carrera. Un día mi

productor decidió contactarlo y yo le presenté el proyecto. A él le agradó y cada cual cantó en su estilo el Miserere, que en este concierto pudieron ver a partir del video que quedó grabado. Fue una experiencia magnífica, no solo por estar junto a una gran personalidad de nuestra música, sino por el respeto que sentí hacia mi forma de ver la música. Algo muy gracioso es que cuando Pavarotti llega, que comienzan a tocar, me pregun-ta: ¿y tu orquesta dónde está?, y respondí: está aquí, esta es mi banda.

A lo largo de su carrera ha es-tado en contacto con un sinnúmero de tipos de música y muchas in-fluencias que pueden haber incidi-do en la conformación de su plata-forma musical. ¿Cuáles han sido las que más hondo han calado?

Cuando entré a tocar en es-ta banda empecé a interesarme por escuchar buena música. Me gustaba mucho Freddie Mercury y me fascinó su mane-ra de cantar, y comencé enton-ces un poco imitándolo. Tam-bién a Ray Charles, los Rolling Stones, Bob Dylan y otros.

Sin embargo, siendo Italia cu-na de grandes cantantes y creado-res, no menciona referentes impor-tantes de su país.

Nunca estuve muy enamo-rado de la música romántica ita-liana. Yo soy romántico pero so-lo con las mujeres. Las letras de las canciones de amor italianas son muy básicas: «te quiero, te amo, no puedo vivir sin ti», y eso no me gusta. Esto no significa que no se lo diga a las personas cercanas, pero me gusta hablar de un amor más universal, no necesariamente suscribirlo al hombre y la mujer.

En todos estos años ha defendi-do una creación que se conecta con sonoridades aparentemente aleja-das con el fin de articular un estilo musical distintivo y particular. El mismo que ha logrado escalar al-tos niveles de popularidad sobre todo en el mercado americano y

europeo. ¿Cuál cree que sea la cla-ve del éxito?

Mi creación es una mezcla de la música negra con el melo-dismo de la música italiana. Es-ta es la fórmula que ha ido creando mi estilo personal. La música negra es muy rítmica y sensual. Es muy repetitiva, lo que hace que hipnotice. El éxi-to quizás ha estado en conjugar estas sonoridades con el blues, el rock y los recursos funciona-les de las canciones italianas.

¿Qué motivos lo fueron acer-cando a la música cubana?

Desde que era muy joven iba a tocar y a cantar con el gru-po a las discotecas que eran pa-ra dos mil o tres mil personas. Allí se escuchaba un repertorio internacional de éxitos de dis-tintas regiones del mundo: Frank Sinatra, los Beatles, cha-chachá, la rumba; por tanto te-nías que estar preparado como músico para si te pedían todas estas cosas. Y ahí comencé a in-teresarme por la música cuba-na y latina en general. La músi-ca cubana impresiona por su encanto rítmico, es lo primero que se siente, el modo de usar los instrumentos que juntos crean esa sonoridad maravillo-sa. Es impresionante la facili-dad con la que los músicos cu-banos llevan el ritmo. Tienen plena constancia aunque jue-guen a acelerarlo o atrasarlo. Y luego, es una música muy sen-sual de mucha energía.

Pero Cuba no representa un atractivo comercial ni financiero para las figuras que son represen-tadas y promovidas a nivel inter-nacional por giras mundiales. Sin embargo, usted persistió en la idea de acercarse a las costas caribeñas. ¿Cómo surge esta propuesta?

Era un sueño, un desafío, que empieza hace 22 años. Yo fui el primer artista de rock que tocó en el Kremlin de Mos-cú después de caer el muro de Berlín. Fue un espectáculo muy emocionante; probable-mente pensaron que era un cantante de ópera, lo cual me daba mucha gracia. Canté por más de dos horas, y nunca na-die creyó importante mencio-narme que el público solo aplaudía al final del concierto. Fue muy exitoso y desde ahí sentí una conexión especial, y prometí que vendría a Cuba a tocar. Por cuestiones de traba-jo, este encuentro se fue pospo-niendo por años. Además, en aquel entonces no me permi-tían venir a Cuba ya que si lo hacía perdería todas las co-nexiones con la disquera nor-teamericana. Estas solamente aclararon que si llegaba a este país no se podrían vender mis discos en EE.UU. Eso ya no me importa, porque las cosas han cambiado mucho para mí y pa-ra ellos. Por ejemplo, La Session Cubana ha comenzado a pro-moverse con esta gira que se inició con este concierto; ade-más, su documental está ya comprometido con una empre-sa de este país. Entonces, el 8 de diciembre, día en el que me

puede traducir una atención espe-cial hacia el proceso creativo de los más jóvenes.

Pues sí, siempre he tratado de involucrar a los jóvenes en mis giras y proyectos. Trabajo con un grupo de la nueva gene-ración de mi país que se pre-senta siempre antes de mis con-ciertos. Hay tres elementos que creo que son indispensables para los jóvenes que se desa-rrollan en nuestro mundo mu-sical. Deben ser muy perseve-rantes, tener un gran talento y muchas motivaciones. El oficio del artista es muy difícil e im-portante, hay que tener mucho optimismo, alta autoestima y ser disciplinado. Yo paso mu-cho tiempo diariamente en mi estudio. Ahí es donde escribo y voy probando las cosas que lue-go quiero hacer en los discos y los conciertos. Creo que es la disciplina la clave de todos los grandes artistas.

Perteneciente a una patria de altas creencias religiosas, promue-ve en su música una fe que se aleja de mecanismos ortodoxos y dog-máticos. ¿Evalúa la sociedad con aires de contemporaneidad y libre de todo prejuicio?

Me disgusto mucho hablan-do del sistema, porque no me gusta el que se vive en Italia. No me gusta el Vaticano y, a mi manera de ver, respeto todas las religiones. Yo también ten-go una fe, pero muy espiritual. No me gusta el poder ni la do-minación de la Iglesia.

De forma general, no ha estado el público cubano ajeno a la crea-ción del artista. Discos altamente comercializados como Oro, in-censó & birra (1989), que sigue siendo el más vendido de la histo-ria de la canción italiana, y más recientemente temas como Baila (2001), Cuba Libre o Pronto (2007) han estado presentes en va-rias de nuestras listas de éxitos. Pe-ro no deja de ser menos cierto que quizás nos manteníamos un poco alejados del gran alcance que tiene Zucchero en los medios, sumando además los que por primera vez es-cucharon mencionar su nombre.

No debo olvidar referirme a la fertilidad del espacio que concedie-ron al concierto. El terreno aledaño al ISA admite de forma desenfada-da gran cantidad de público, sin te-mor a invadir la privacidad de las propiedades particulares. Además, moviliza el pensamiento y accionar de los protagonistas de este centro e invita a otros universitarios a inva-dir el mayor terreno del arte.

Para muchos fue una sorpresa que haya sido colmado de jóvenes el amplio escenario destinado pa-ra la ocasión. Sin duda, estrategias de promoción, divulgación y pro-ducción fueron articuladas para este feliz encuentro entre artistas. Hecho que deja en nuestro suelo una huella con la cual adular la historia más contemporánea.

Realmente no esperaba me-nos de este público. Tienen un gran tesoro, porque no es solo la música lo que irradia de este país. Sobre todo, cautiva el dul-zor de su gente y el desenfado con que se vive. CM

presenté en el Kremlin hace 22 años, fue el escogido en el 2012 para el concierto en La Habana.

La Session Cubana es un fo-nograma que crea fuertes lazos en su estilo musical con nuestra cul-tura. No solo concibe la idea de ilustrar sonoridades típicas del en-torno, sino que además intencio-nalmente propicia un espacio para converger con varios de nuestros músicos más reconocidos.

Este disco lo grabamos aquí en La Habana en los estudios Abdala. El productor que me acompaña hace varios años, produjo este trabajo donde ade-más agrupamos a buena parte de los mejores músicos cuba-nos. Changuito, Elmer Ferrer, Pucho López que corrió tam-bién con los arreglos, Horacio El Negro, entre muchos otros.

El disco consta de cancio-nes famosas como Cuba libre y Baila, arregladas por cubanos, con el fin de mantener ese sa-bor que caracteriza su música. También tomé algunos covers que escuché a un grupo de la parte baja de California que utilizaban temas cubanos. Tie-ne un poco de jazz y de rock. Es un disco que quería hacerlo pa-ra divertirme, un disco para mí, con las canciones que yo quise.

Sin embargo, hay un aspecto que ha motivado mucho a la au-diencia cubana. Es que pese a nues-tros empeños por mejorar la visua-lidad dentro del mundo del espec-táculo, todavía atentan contra no-sotros las limitantes económicas que nos desvirtúan de los mecanis-mos conquistados por los grandes escenarios mundiales de la actua-lidad. En este caso, La Session Cubana llegó proyectando una es-tética del espectáculo que mantie-ne su relación con todos los compo-nentes que intervienen en la esce-na. Pudiera hablarse de una obra artística que enlaza creación-pro-ducción-representación y recep-ción en una misma línea estética discursiva.

No soy muy partidario de las concepciones de espectácu-lo que responden a corrientes de moda que muchas veces lo que hacen es esconder la bana-lidad de la música o las pocas potencialidades de los artistas. Hoy llego como usualmente lo hago en mis presentaciones en vivo. He tratado de que me acompañe gran parte del per-sonal técnico y todo el equipa-miento que utilizamos en Ita-lia. Las luces, la escenografía y el equipo de sonido. La presen-tación estuvo marcada por al-gunos de los músicos cubanos que grabaron en el disco, el grupo Buena Fe y el maestro Frank Fernández. Además de los que se integraron: Laritza Bacallao, Pedro Calvo y David Blanco.

Celebrar el concierto en los te-rrenos del Instituto Superior de Ar-te (ISA), único de su tipo en Lati- noamérica, que tiene el objetivo de engranar a la joven creación de las artes, y el intercambio con la Aso-ciación Hermanos Saíz (AHS), agrupación con similar destino,

Zucareando en La Habana

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LA CALLEDEL MEDIOENERO 2013

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lEctuRas

CARLOS LUIS SOTOLONGO PUIG

En casa de don José Mariano, 20 años despuéstomado del blog

Isla nuestra de cada día

de pequeño casi siempre descubría mi regalo de cumpleaños, el de Navidad con semanas o meses de antelación, por-que hurgaba en el escaparate de mis pa-dres. Mas tales habilidades detectives-cas no advirtieron el ajetreo aquel lunes de 1992, cuando mis progenitores colo-caron en cajas lo concerniente a cada pieza de la casa. «Caja # 1, aquí están los cubiertos, platos y vasos», apuntaron en un cuaderno para saber dónde colocar aquellas especies de arcas cuando llegá-ramos al nuevo destino.

Nada recuerdo de los siete viajes a cargo de Manolo, muy famoso en Trini-dad porque en su camión trasladaba desde ladrillos hasta una vivienda ente-ra. Tres de esos viajes fueron necesarios para mudar el taller de radios de mi abuelo.

Mis recuerdos empiezan a bordo del vehículo junto a mi madre, quien lleva-ba entre sus manos una funda de almo-hada donde dormía Tocha, una gata arisca que pocas veces pude acariciar.

Horas después la mudanza irrum-pió en una plaza ajena para mí, alrede-dor de la cual se erigían palacetes, una iglesia…, y el camión aparcó frente a una casona de descoloridas puertas cuya fa-chada no podía inspirar más desola-ción. Ni siquiera mi padre pudo aceptar lo poco que sobrevivía de la belleza del caserón donde transcurrió su infancia. «En diez años lo levantaremos», le dijo mi madre –tal vez a modo de consuelo para no correr del espanto– cuando vio los muros palidecidos, agrietados, el pa-tio de tierra con un platanal al fondo ca-paz de albergar caballos y vacas, el cuar-to improvisado en plena sala con pare-des de cartón bagazo para aprovechar el aire que se escurría entre los ventanales de madera, y el largo trecho por reco-rrer para reanimar el paisaje deprimen-te de aquellas ruinas habitables donde me negué a pasar el resto de mi días.

«Esta casa es muy grande. Yo quiero la otra», repetía a cada rato para ratificar mi voto en contra de aquel traslado. Todo me incomodaba: el olor, los techos, el silencio; me apabullaba la altura de las paredes, el color de los pisos…, hacía catarsis del míni-mo detalle –quién sabe y fue este mi pri-mer intento de rebeldía infantil.

Mucho tiempo trascurrió para enca-riñarme con mi nuevo hogar. Como na-da resolvería con mis pataletas diarias, terminé acostumbrándome. Transfor-mé el platanal en la verde pradera ubica-da detrás de mi reinado ilusorio y los rincones en base de operaciones o aulas donde sometía a mi abuela paterna a clases de español. De a poco surgieron los afectos.

Más tarde supe por boca de mi pa-dre que en esa casona donde celebré ca-da uno de mis cumpleaños, donde me partí la barbilla por correr con el piso mojado…, vivió y murió don José Maria-no Borrell y Padrón, rico sacarócrata de Trinidad en tiempos de ingenios; que a la luz de la bombilla de la saleta mi bi- sabuela y mi abuela tejieron hasta el amanecer –ahí también mi tía abuela te-nía una academia de corte y costura–; que en esa cocina rústica elaboraban panetelas para vender, y que yo era la quinta generación de mi familia paterna en habitar esos dominios. Eso, apareja-do al desgaste de ambos para construir

el hogar familiar, terminó con mi recha-zo ya de por sí debilitado para entonces.

Mi casa retoñó hasta convertirse en lo que ha sido a lo largo de estos años: un sitio dueño de una posición codicia-da –es la única casa con vista a la Plaza Mayor, una perspectiva única al atarde-cer–, devenida en boutiques, casas parro-quiales, entre otros escenarios construi-dos por los cineastas que sucumben an-te su encanto; un lugar sui géneris de rit-mo agitado, a veces insostenible, donde convergen a diario muchos amigos para conversar o desahogar sus problemas; un recinto donde deambulan los espíri-tus, según expresan quienes poseen «su gracia», cuyos espacios han acogido a actores, investigadores, músicos… (y no es autosuficiencia).

Aún falta por hacer. Las dimensio-nes atentan cuando se precisa resarcir algún imprevisto con las goteras, las pa-redes…, dado por la espacialidad y la proporción de materiales a la hora de enmendar una rajadura del siglo xviii. Vivir en el Centro Histórico acarrea también desventajas respecto al abaste-cimiento de agua, lejanía del centro ur-bano, restricciones constructivas, etc.

Sin embargo, tengo fe en que algún día, cuando reciba el cobro a fin de mes como reportero, devolveré las pinturas murales sepultadas bajo las capas de cal en las paredes por culpa de los exorbitan-tes precios que alcanza la restauración de un metro cuadrado; regalaré a mis pa-dres la cocina estilo mediterráneo que tanto desean, ubicada al fondo, como es-tuvo en tiempos de antaño, y preservaré el patrimonio del palacete que don José Mariano Borrell comprara en 1812 y al que llegué un día como hoy, dos décadas atrás, consecuencia de un reajuste fami-liar que implicó permutar cinco casas al mismo tiempo. Apenas tenía tres años, no podía imaginar cuán afortunado era.

La otra magia del cineLejos, muy lejos estarían los hermanos Lumière de pensar que siglos más tarde su más grande aporte para la historia de la humanidad, el cine, adquiriría mati-ces tan folclóricos, pintorescos, cercanos a la magia.

Alguna dosis de irrealidad deben te-ner quienes consagran su vida a la cine-matografía. Son seres intranquilos, apa-sionados, en busca de un nuevo deslum-bramiento; capaces de trasmutar una ciudad entera en un país distinto, de construir a base de tablones de madera, sacos y pinturas, un pueblo inexistente en la faz de la Tierra para recrear disí-miles historias, y luego trasformar esa misma locación en otra completamente opuesta… Eso es magia.

Pero no fueron acerca de esas arti-mañas las que aprendí este viernes, cuando regresaba a casa acompañado de una productora cubana. Ni la torcida ruta de Güinía de Miranda logró des-

prenderme de las anécdotas que ella me contaba acerca de las ceremonias reali-zadas detrás de cámara, antes de filmar la primera escena de la película, según las tradiciones del país al frente de la producción; de las manías y supersticio-nes de colegas con los que ella ha traba-jado, de rituales para embotellar la suer-te en el proceso de rodaje. «Esa es la otra magia del cine», dijo.

«En México se entierra una navaja o un cuchillo el día anterior al comienzo para garantizar la buena suerte. En Es-paña es tabú vestir de amarillo mientras se filma. Ese color asemeja al azufre. El azufre es símbolo del demonio, dueño del Infierno, donde se concentra todo lo negativo del universo. Entonces, el ama-rillo es el Infierno. ¡Vaya trabalenguas!»

«Una colega venezolana, dedicada también a la producción, no concibe sen-tarse en otro sitio en que no esté ubicado el Norte. Por eso siempre lleva a cuestas una brújula en su bolso. Cuando llega a cualquier locación, coloca la bitácora en la palma de su mano para orientarse, y donde la flecha señale el punto cardinal se acomoda. De no haber silla ahí, trasla-da el mueble hacia el lugar. Si no, perma-nece de pie, pero siempre en el Norte».

–¿Y los cubanos? –le pregunté.–Nosotros somos divinos, tú lo sabes

–respondió. Cada cual acude a «lo suyo» para protegerse. En instantes así, recor-damos como nunca antes a nuestros an-cestros africanos. Ese va con su padrino, los santos del otro viajan con él para to-das partes y los coloca en un rincón de la habitación donde se hospede. Cierto director cubano prohíbe la entrada al set sin antes romper un plato y esparcir humo de tabaco por todas partes…

Llegamos a casa. Otra miembro del equipo de producción se sumó al diálo-go y recordó que Humberto Solás guar-daba un fragmento de papel gastado co-mo recuerdo de su filme Lucía. «Él con-taba que cuando visitó Trinidad en bus-ca de locaciones para el filme –uno de los diez más importantes de América Latina–, visitó el Palacio Cantero, hoy Museo Municipal de Historia. De pron-to, una brisa arrastró hasta los pies del cineasta un retazo de papel viejo. Al leerlo decía: «Lucía»…, y resolvió que la escena de amor de la primera historia, protagonizada por Raquel Revuelta, no podía tener otro escenario».

¡Preparados para filmar! ¡Silencio! –dijo alguien de pronto.

Ellas debían partir hacia el set. El Sol caía a lo lejos. Los niños aprovechaban la brisa para empinar papalotes. Frente a la puerta de casa los actores corrían a sus puestos. Les seguían los extras y fi-gurantes. Los técnicos daban los últi-mos retoques. El director miraba a tra-vés del monitor… Yo, todavía hipnotiza-do, no sabía si ante mí contemplaba un proceso de rodaje o una imagen del rea-lismo mágico.

Palabras para una Isabel profunda

Siempre me ha cautivado la transparen-cia de la mirada de Isabel Bécquer. Cuando apagué la grabadora aquel me-diodía de domingo, después de una ho-ra de entrevista en la que me develó va-rios secretos, mi memoria fijó para siem-pre el azul intenso de sus ojos, capaces de hacer confesar al alma más cerrada.

Aun cuando el tiempo, el implacable, le cobra con malestares las madrugadas que le robó al sueño para esperar el amanecer al ritmo de un bolero, una canción trovadoresca…, rodeada de quienes la acompañaban en las extintas descargas itinerantes, en tiempos en los que no existían aparatos para divertir al hombre con solo presionar un botón, Isabel se resiste al paso de los años y es-pera el ocaso para salir a caminar por las calles de piedras, bastón en mano.

No existe en toda Trinidad un portal, un banco de la Plaza Mayor, una esqui-na…, donde La Profunda, apodo heredado de su hermano, no haya pulsado las cuer-das de su guitarra para cantar sin más pretexto que despejar la monotonía.

Pudiera presumir de ser la inspira-ción de un vals compuesto por otro re-conocido músico de la villa, Alfredo Zer-quera (recién fallecido), especialmente para ella, o bien de compartir escenario con grandes de la música como Elena Burke o Pablo Milanés; mas, esta hija ilustre de la villa prefiere definirse co-mo «una persona igual a todo el mundo. Toque o no, es la misma Isabel», dijo re-costada en la ventana de su cuarto, sitio sui géneris donde las paredes se convier-ten en un diario para conocer lo que su modestia no le permite contar, a través del sinfín de fotografías y lauros coloca-dos por doquier.

En esa habitación coexisten el pasa-do y el presente, el recuerdo de las jor-nadas cuando sus progenitores llena-ban el ambiente de melodías en el silen-cio de una ciudad desconocida para el turismo extranjero con la algazara del mercado de artesanía, localizado en las afueras, y el toque incesante de tambo-res para acompañar cantos yorubas. Pe-ro Isabel se refugia en «estas cuatro pa-redes porque aquí está todo cuanto ne-cesito para ser feliz», dice convencida mientras desvía la mirada hacia el esca-parate donde practicaba a escondidas los acordes aprendidos en la guitarra.

Aunque las instalaciones turísticas localizadas en las inmediaciones de su domicilio le perturben el descanso –y el de todos los moradores de la zona– o al-gunos jóvenes del territorio sean inca-paces de aquilatar cuánto representa es-ta mujer para la ciudad, nada logra de- senraizarle la pasión desmedida a la tie-rra donde nació y que hace apenas unas horas la agasajó a propósito del 79 cum-pleaños de la trovadora.

En horas de la mañana, mientras conversaba con ella, reparé en una coin-cidencia nunca antes advertida, a mi pe-sar: enero une a dos mujeres de nombre Isabel, ambas bendecidas con el don de la creación, a quienes admiro: Isabel Allende e Isabel Bécquer.

Entonces puse fin al ejercicio de con-tención iniciado el sábado para no ade-lantarme a los acontecimientos y espe-rar con paciencia el martes próximo pa-ra comentarles sobre la Semana de la Cultura –título con gran carga eufemís-tica–, y resolví escribir sobre mi otra Isa-bel, una Isabel profunda a quien tengo la suerte de tener cerca, eternamente culpable de hacerme recordar el mar si pienso en sus ojos. CM

TOSTADASCON VEGETALES

· e l a b o r a c i ó n ·Cortar la cebolla y los tomates en medialu-nas ¶ Picar fino el ajo ¶ Tostar ligeramen-te ambos lados de las rebanadas de pan has-ta que se doren ¶ Mezclar el aceite con el ajo y aceitar los panes para que se impregne su sabor ¶ Untar las tostadas con el queso crema y colocar encima la cebolla, el tomate y la albahaca fresca ¶ Salpimentar.

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LA CALLEDEL MEDIOENERO 2013

57ENERO

2013

NÚMERO directorenrique ubieta gómez

jefa de redacciónsheyla valladares

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correcciónana r. gort wong

fotografíasalejandro montesinose.u.g.

rnps: 0583

colaboradoresa.a.g.yuliat danay acostasantiago alba ricoalejandro montesinos larrosaijorki moralesahmed pérez morejónailer pérezyentsy p. rangel

carlos rodríguez almaguerh. romo siglercarlos luis sotolongo puigcarmen souto anidomadelaine vázquez vázquezjorge wejebe cobo

direccióncalle 21 no. 406, vedado, la habana, cuba. cp 10400.

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impresiónimprenta federico engels

vaRia

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CD LOS HERMANOS ARANGO Y LAS ESTRELLAS DEL FOLKLORintérpretes: HERMANOS ARANGO E INVITADOSBis Music, 2011

propuesTAsmusicAles

A cargo de AILER PÉREZ, IJORKI MORALESy CARMEN SOUTO

UN AÑO DESPUÉSautor: JORGE LELIEBREintérpretes: JUAN FORMELL Y LOS VAN VANCD LA MAQUINARIAEGREM, 2011

INMENSIDADautora: MELVIS SANTAintérprete: MELVIS SANTACD Santa HabanaBis Music, 2012

GENTEautor: JOAQUÍN BETANCOURTintérpretes: JOAQUÍN BETANCOURT y LA JOVEN JAZZ BANDCD Sueños del pequeño QuinProducciones Colibrí, 2011

LO SIENTOautor: ANET MOTAintérprete: HAILACD MalaBis Music, 2011

DEL REVÉSautor: ATHANAI CASTRO GÓMEZintérprete: ATHANAICD Creando miliciaAthanai Music, 2012

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FLAYintérprete: DANAY SUÁREZDir.: ERMITIS BLANCO y YOLANDA DURÁN

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COMER EN CASA MADELAINE VÁZQUEZ GÁLVEZ

el escenArio ideAl para una buena comida es aquel en el que prevalecen ciertas normas y conductas del buen comer, en un ambiente favorable y apa-cible. A pesar de que la modernidad ha implicado la pérdida de algunas reglas elementales, consideradas como facto-res claves de la comensalidad, cuando se come en un ambiente familiar se tiende a una mayor flexibilidad de los criterios del comer con etiqueta. En cualquiera de los casos, lo principal es sentirse cómodos sin transgredir las normas vitales y que predomine el sen-tido común. Vale destacar que el cum-plimiento de determinadas pautas du-rante el acto de consumir alimentos también ayuda a que tengamos una buena digestión y a sentir placer du-rante ese proceso.

Aunque existen muchas reglas de etiqueta en la mesa, algunas casi in-compatibles con el quehacer cotidia-no, en cada sociedad existe un modelo dual de comer. Las formas modernas de comer, es decir, el consumo rápido de alimentos fuera de casa, son una manifestación del modelo de vida ac-tual, que encuentra por otro lado la armonía requerida en la mesa fami-liar. No es por casualidad que en los países más desarrollados sean tan fre-cuentes las comidas solitarias de un consumidor independiente frente a un televisor, o en un recorrido apurado al trabajo. Actualmente, en Cuba tam-bién sucede que las personas se reúnen menos en la mesa familiar, en compa-ración con épocas pasadas. La incorpo-ración al estudio y al trabajo de la ma-yoría de los integrantes de la familia cubana ha incidido notablemente en los comportamientos actuales.

Por lo general, en Cuba se merien-da y almuerza fuera del hogar, y se brinda un café a cualquier hora como símbolo de hospitalidad. Pero es en el entorno familiar donde la comida cons-tituye un acto de sociabilidad, en el que se involucran familiares, parientes y amigos. En nuestro caso se comparte siempre, se intercambian recetas con especial énfasis y se adecua el menú a los recursos del día. Aquí existe gran imaginación y adaptabilidad a las cir-cunstancias. Lo cierto es que el cubano «inventa» siempre y cubre sus necesi-dades formales o festivas en torno a la alimentación de forma creativa y efi-ciente.

Por otra parte, la cultura de una persona se mide en buena medida por sus conocimientos sobre la manera co-rrecta de utilizar los cubiertos, los ade-manes en la mesa y la forma de ingerir los alimentos, entre otras usanzas. En el ámbito familiar algunas normas son imprescindibles, mientras que en res-taurantes y eventos sociales predomi-nan otras de mayor abolengo. Muchas son compatibles en cualquier ambiente y han adquirido carácter universal.

En los restaurantes existen reglas generales del buen comportamiento

en la mesa; otras están relacionadas con el servicio de los alimentos, con la forma de poner y usar los cubiertos, y hasta con la conducta de los niños en la mesa. En realidad, estos requisitos asumen diversos componentes, algu-nos de carácter meramente educativo y otros relacionados con la buena di-gestibilidad y la combinación de los alimentos y las bebidas. Conocer es-tas normas representa un acto de ele-mental educación y una invitación a ampliar los horizontes sobre los diver-sos campos que contiene la auténtica cultura alimentaria.

Por su importancia, se relacionan algunas de las pautas más generales del comer en la mesa:

Se debe comer despacio: además •de demostrar educación y elegan-cia, ello contribuye a una buena di-gestión.Los alimentos se mastican con la bo- •ca cerrada, sin hacer ruido. No se de-be hablar mientras hay alimentos en la boca.En la mesa se debe mantener la es- •palda recta. Para ello, se colocan los pies juntos, sin estirar ni cru-zar las piernas por debajo de la mesa.

Los cubiertos deben ascender con •los alimentos a la boca, en lugar de que la cabeza se incline hacia el pla-to. La vista debe seguir el trayecto del alimento que se lleva a la boca; no es recomendable dirigir la mira-da a otra parte.Al utilizar los cubiertos, los codos de- •ben permanecer ligeramente pega-dos al cuerpo, sin separarlos o elevar-los en exceso. Los brazos se mantie-nen fuera, y solamente descansan so-bre la mesa las muñecas y las manos, sin apoyar los codos sobre ella.La servilleta se desdobla en dos (nun- •ca completamente, ni a la vista de to-do el mundo) y se coloca sobre las ro-dillas. No es de buen gusto colocar la servilleta sobre el pecho. La servilleta puede usarse cuantas ve- •ces se necesite durante la comida, y es recomendable hacerlo antes de to-mar agua o vino.Los cubiertos se utilizan de afuera •hacia adentro, de acuerdo con su colocación; es decir, los últimos en ser usados serán los que estén más cerca del plato.En otros artículos se abordarán

más consejos sobre los buenos modos y modales en la mesa. CM

· i n g r e d i e n t e s ·p a r a c u a t r o c o m e n s a l e s

pollo sal

zumo de limóncebolla

ajoaceite

leche de cocosalsa soya

harina de trigovino seco

nuez moscada

2 cuartos½ cucharada2 cucharadas1 unidad mediana3 dientes2 cucharadas1 taza1 cucharadita1 cucharada½ taza¼ cucharadita

MODOS Y MODALESDEL BUEN COMER (I)

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LONJAS DE POLLOAL COCO

· e l a b o r a c i ó n ·Quitar el pellejo al pollo y cortar en lonjas ¶ Añadir la sal y el zumo de limón; dejar ma-cerar ¶ Cortar en tiras la cebolla y el ajo fi-namente ¶ Dorar el pollo en el aceite bien caliente ¶ Adicionar el ajo y la cebolla; de-jar sofreír ¶ Añadir la leche de coco y la sal-sa soja; polvorear con la harina y revolver ¶ Agregar el vino seco y la nuez moscada ¶ Rectificar el punto de sal ¶ Cocinar con ba-ja intensidad de calor ¶ Servir inmediata-mente, decorado preferiblemente con pere-jil o cebollino. nota: Para hacer la leche de coco, pase el coco ra-

llado con agua caliente por la batidora; luego cuélelo por un lienzo o gasa.

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· i n g r e d i e n t e s ·p a r a s e i s c o m e n s a l e s

cebolla tomate de cocina

ajo pan

aceite queso crema

albahaca fresca sal

pimienta

1 unidad grande2 unidades grandes4 dientes12 rebanadas3 cucharadas2 unidades3 cucharadas1 cucharadita1/8 cucharadita

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PEÑA DE LA CANTANTE IVETTE LETUSSÉTerceros viernes de mes, 10:00 p.m. Café Teatro Bertolt Brecht (Calle 13 e/I y J, Vedado)