José Sosa Hormigo o el tenue latido del exilio extremeño en México · 2011-05-30 · El exilio...

24
1201 José Sosa Hormigo o el tenue latido del exilio extremeño en México JOSÉ IGNACIO RODRÍGUEZ HERMOSELL “Hay ciertos viajes de los que sólo a la vuelta se comienza a saber. Yo no concibo mi vida sin el exilio que he vivido. El exilio ha sido como mi patria, o como una dimensión de una patria desconocida, pero que una vez se conoce, es irrenunciable. Amo mi exilio, será porque no lo busqué, porque no fui persiguiéndolo. No, lo acepté; y cuando se acepta algo de corazón, porque sí, cuesta mucho trabajo renunciar a ello. En mi exilio, como en todos los exilios de verdad, hay algo sacro, algo inefa- ble, el tiempo y las circunstancias en que me ha tocado vivir y a lo que no puedo renunciar.” Amo mi exilio”, de María Zambrano. Abc, 28 de agosto de 1989. RESUMEN El exilio que sigue a la Guerra Civil de 1936-1939 es un territorio historiográfico que atañe a miles de personas defensoras de los ideales repu- blicanos, liberales e izquierdistas. Se vieron obligadas a dejar España ante el triunfo bélico del bloque conservador y tradicionalista, aglutinado en tor- no al régimen caudillista del general Franco. La mayoría de los exiliados no volvió, y sus actividades profesionales e intelectuales fecundaron la vida pública de diversos países europeos y americanos. Entre los hombres y muje- res de la diáspora de 1939 hubo extremeños que nunca quisieron dejar de serlo, que esperaron en vano el regreso a la patria. Uno de ellos fue el barcarroteño José Sosa Hormigo, diputado ‘campesino’ que vivió y murió en México. Aceptó el duro exilio y merece el reconocimiento a su trayectoria social y política, en la distancia, tantos años después.

Transcript of José Sosa Hormigo o el tenue latido del exilio extremeño en México · 2011-05-30 · El exilio...

1201

José Sosa Hormigo o el tenue latido del

exilio extremeño en México

JOSÉ IGNACIO RODRÍGUEZ HERMOSELL

“Hay ciertos viajes de los que sólo a la vuelta se comienza a saber.Yo no concibo mi vida sin el exilio que he vivido. El exilio ha sido como mi

patria, o como una dimensión de una patria desconocida, pero que una vez seconoce, es irrenunciable.

Amo mi exilio, será porque no lo busqué, porque no fui persiguiéndolo. No,lo acepté; y cuando se acepta algo de corazón, porque sí, cuesta mucho trabajorenunciar a ello.

En mi exilio, como en todos los exilios de verdad, hay algo sacro, algo inefa-ble, el tiempo y las circunstancias en que me ha tocado vivir y a lo que no puedorenunciar.”

“Amo mi exilio”, de María Zambrano.

Abc, 28 de agosto de 1989.

RESUMENEl exilio que sigue a la Guerra Civil de 1936-1939 es un territorio

historiográfico que atañe a miles de personas defensoras de los ideales repu-blicanos, liberales e izquierdistas. Se vieron obligadas a dejar España anteel triunfo bélico del bloque conservador y tradicionalista, aglutinado en tor-no al régimen caudillista del general Franco. La mayoría de los exiliados novolvió, y sus actividades profesionales e intelectuales fecundaron la vidapública de diversos países europeos y americanos. Entre los hombres y muje-res de la diáspora de 1939 hubo extremeños que nunca quisieron dejar deserlo, que esperaron en vano el regreso a la patria. Uno de ellos fue elbarcarroteño José Sosa Hormigo, diputado ‘campesino’ que vivió y murió enMéxico. Aceptó el duro exilio y merece el reconocimiento a su trayectoriasocial y política, en la distancia, tantos años después.

1202

1. INTRODUCCIÓN AL EXILIO REPUBLICANO DE 1939

A lo largo del año 1939 se fue produciendo un enorme movimientomigratorio forzado en la España republicana que acababa de perder la GuerraCivil. Los fundados temores a la represión nacionalista por la implicaciónpersonal de los combatientes y sus familias, así como la militancia sindical ypolítica de todos los relacionados con el Frente Popular, o con sencillas res-ponsabilidades en el mantenimiento del estatus jurídico y político de la Se-gunda República, conminaba a muchos españoles que habían vivido en elmenguante territorio gubernamental durante dos años y medio a seguir a lastropas que, derrotadas finalmente en el Ebro, se habían ido replegando desdeAragón y Cataluña para cruzar la frontera con Francia.

Los defensores de Madrid y la zona Centro-Sur, por su parte, procura-ron huir por el corredor manchego a los puertos levantinos del Mediterráneo;pero los sucesos de marzo, con el golpe de estado del coronel Casado y susaliados, acabaron por deshacer los modestos e improvisados planes de eva-cuación del Gobierno de Negrín. En esa bolsa de unidades militares obliga-das a entregarse al ejército franquista cayeron no pocos cuadros y militantesfrentepopulistas que habían defendido el vértice oriental de la región extre-meña, muchos de los cuales pasaron por el campo de concentración de Cas-tuera1 entre 1939 y 1940.

Sin embargo, otros responsables y simpatizantes de la causa republica-na y sus familias consiguieron ponerse a salvo y ganar el territorio francés (yael Departamento de Pirineos Orientales en la metrópoli, ya las ciudades colo-niales del norte de África, en menor medida), país en que primero se asentó eltorrencial exilio español. Siguiendo a Alicia Alted (La voz de los vencidos: El

exilio republicano de 1939, Madrid, Aguilar, 2005, p. 52 y ss.; que confía enlos datos previos del texto clásico de Javier Rubio), se estima que en los tresprimeros meses de 1939 el éxodo alcanza el medio millón de personas, si bienunas 360.000 habrían optado por regresar a la España franquista a finales deaño. Tal avalancha humana, en todo caso, se vio confinada en una serie decampos de concentración franceses, siendo tristemente célebres los de Argelés-sur-Mer, Saint-Cyprien y Barcarés, que habrían acogido a 250.000 refugia-dos en sus playas.

1 Véase el trabajo exhaustivo de LÓPEZ RODRÍGUEZ, Antonio D.: Cruz, bandera y Caudillo:

El campo de concentración de Castuera, CEDER-La Serena, 2006.

JOSÉ IGNACIO RODRÍGUEZ HERMOSELL

1203

Se constituyeron de forma casi paralela dos organismos oficiales deayuda a los refugiados:

1. El SERE o Servicio de Evacuación de Refugiados (o Republicanos)Españoles, creado en París, en los últimos días de marzo de 1939,bajo los auspicios del todavía Presidente del Consejo de Ministros,Juan Negrín. Fue el organismo encargado de llevar a una buenacantidad de refugiados a su destino definitivo: hasta junio del añosiguiente habían pasado a América unas 15.000 personas, de lasque el SERE se hizo cargo en un 80 % (entre ellas, las embarcadasen las cuatro expediciones más importantes, las de los buques Sinaia,Ipanema, Mexique y Winnipeg). Se organizó un correlato estructu-ral en México, el CTARE o Comité Técnico de Ayuda a los Refugia-dos Españoles.

2. La JARE o Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles, creadaa finales de julio de ese 1939 por la Diputación Permanente de lasCortes. Fue una hábil maniobra de Indalecio Prieto, quien viéndoseen México con una gran cantidad de fondos económicos y materia-les llegados en un barco fletado por el Gobierno de Negrín, el Vita,convenció a Lázaro Cárdenas, Presidente de la República Mexica-na, para que le confiara la tarea de distribuirlos entre los republica-nos que llegaban allí. Esto supuso la ruptura definitiva entre Negríny Prieto y la división práctica del socialismo español durante años.

Efectivamente, fue el México presidido por Lázaro Cárdenas y, desdecomienzos de 1941, por Manuel Ávila Camacho, el país que acogió a la ma-yor parte del exilio republicano tras su derrota en la Guerra Civil. La induda-ble generosidad mexicana dispensada en esta reemigración se perfilaba conunas condiciones previas que incentivaran su economía productiva (preferen-cia de individuos jóvenes y solteros frente a familias, mano de obra cualifica-da y campesinado frente a profesionales liberales, políticos e intelectuales;radicación en zonas rurales en lugar de en grandes ciudades), lo que en lapráctica apenas se cumplió. En todo caso, los organismos españoles se encar-garían del transporte y sostenimiento de los recién llegados y, ya en verano de1939, se encontraban unos 6.000 refugiados políticos españoles en suelo mexi-cano (básicamente, las tres primeras expediciones del SERE). Se estima quehasta 1950 se asentarían entre 20.000 y 24.000 exiliados.

JOSÉ SOSA HORMIGO O EL TENUE LATIDODEL EXILIO EXTREMEÑO EN MÉXICO

1204

2. RELEVANCIA SINDICAL Y POLÍTICA DE JOSÉ SOSA2

José Sosa Hormigo había nacido en Barcarrota en 1898. Portador de undestino equiparable al de muchos de sus contemporáneos, desde niño su exis-tencia se vio abocada a las faenas del campo: primero como jatero (que élmismo define como el “zagalillo que, montado en una borrica, lleva el agua yla comida al tajo, o hace los mandados al pueblo”), luego jornalero y, junto asu padre y hermanos mayores, arrendatario de un trozo de tierra cultivable.Conoció el auge de la sociedad obrera local “El Renacimiento”, a la que seafilia hacia 1915, participando activamente desde la Casa del Pueblo en elproceso de consolidación del movimiento obrero barcarroteño durante la dic-tadura de Primo de Rivera.

Asimismo, fue secretario y hombre fuerte de la Agrupación Socialistade Barcarrota desde mayo de 1923. Con las elecciones municipales que traje-ron la Segunda República, en abril de 1931, entró a formar parte del Ayunta-miento de Barcarrota encuadrado en la candidatura republicano-socialista,que había vencido ampliamente. A pesar del evidente poder social y políticoque ya entonces detenta en la organización, nunca fue nombrado alcalde y síregidor síndico; cargo del que sería depuesto, junto a sus compañeros, en elverano de 1934, tras el fracaso de la huelga campesina de junio convocadapor la Federación Española de Trabajadores de la Tierra de U.G.T. Ya enton-ces debía pertenecer al Secretariado Provincial de la FETT, pues firma unescrito del Comité Nacional de la sección campesina de la UGT para divulgarlas razones de la huelga. Además, en marzo de 1933 había sido elegido miem-bro de la Junta Provincial de Reforma Agraria como vocal de representaciónobrera, junto a Manuel Márquez e Ignacio Caña, frente a los tres comisiona-dos del lado patronal, en aplicación de la Ley de Reforma Agraria aprobadapor el Gobierno de Azaña.

Su carrera sindical fue en paralelo con una imparable ascensión políti-ca. Es nombrado candidato por el PSOE en las elecciones a Cortes de no-viembre de 1933, al lado de figuras relevantes y consolidadas de la luchaobrerista como Margarita Nelken, Juan Simeón Vidarte, Nicolás de Pablo,Pedro Rubio Heredia, Celestino García Santos y Manuel Márquez. En dichaselecciones legislativas triunfó el centro-derecha agrupado en torno a la CEDA

2 Para un conocimiento más prolijo y detallado del personaje, consúltese la biografía que redacté enMovimiento obrero en Barcarrota: José Sosa Hormigo, diputado campesino, Mérida, Asambleade Extremadura, 2005.

JOSÉ IGNACIO RODRÍGUEZ HERMOSELL

1205

y el Partido Republicano Radical y Sosa no fue elegido diputado. Sí se incor-pora al Parlamento, en cambio, en las elecciones de febrero de 1936, comointegrante de la candidatura badajocense del Frente Popular, acompañando aNelken, Vidarte, Nicolás de Pablo, José Aliseda, Ricardo Zabalza, MiguelMuñoz, Vicente Sol, Jesús de Miguel, Fernando Valera y Pedro MartínezCartón.

Desencadenados los acontecimientos que provocan la Guerra Civil, eldiputado Sosa (miembro en las Cortes de la Comisión de Agricultura) dirigejunto al navarro Zabalza la columna o batallón de milicianos “Pedro Rubio”,que cruza la provincia hacia el este y alcanza la zona leal de La Serena enagosto de 1936, ante el avance desde Sevilla de las tropas de Yagüe y la ocu-pación de gran parte de la Baja Extremadura. El barcarroteño pasará a dirigirla Federación Provincial Socialista de Badajoz, instalada en Castuera comocapital de la Extremadura republicana; desde noviembre de 1936 será su se-cretario general ante la muerte de Nicolás de Pablo y la desaparición de laescena política del líder histórico Narciso Vázquez Torres; la asunción defunciones políticas y militares al servicio de la República de Zabalza, Vidarte,Aliseda, etc., así como el paso al comunismo de Margarita Nelken. Tambiénserá pieza importante de una estructura gubernamental de carácter autóno-mo, el Consejo Provincial de Badajoz, del cual es Delegado de Agricultura yMontes y, según sus propias palabras (aunque esto no está documentado),Presidente.

Con la caída de La Serena, en verano de 1938, los frentepo-pulistasextremeños se van replegando a Ciudad Real y Madrid e irán desmantelandosus organizaciones políticas y sindicales mientras la República prepara suúltima y desesperada ofensiva en el Ebro. José Sosa reaparece en Figueras, lanoche del 31 de enero de 1939, cuando en los sótanos de su castillo tengalugar la última sesión del Pleno de las Cortes Republicanas en territorio espa-ñol. Comparecen sesenta y dos diputados, veinte de los cuales miembros delGrupo Parlamentario Socialista; entre ellos está el barcarroteño José SosaHormigo3.

3 Dieciséis parlamentarios, entre ellos los electos por Badajoz Nelken, Sosa y Aliseda, presentan unescrito que aprueban todos los asistentes: “Las Cortes de la Nación, elegidas y convocadas consujeción estricta a la Constitución del país, ratifican a su pueblo y ante la opinión universal, elderecho legítimo de España a conservar la integridad de su territorio y la libre soberanía de sudestino político.

JOSÉ SOSA HORMIGO O EL TENUE LATIDODEL EXILIO EXTREMEÑO EN MÉXICO

1206

3. FRANCIA Y EL MEXIQUE. SOBREVIVIR EN EL NUEVO PAÍS

José Sosa no iba con su familia cuando cruza la frontera francesa enesos primeros días de febrero. Se reencontrará con ella (María Silva Reyes, sumujer, y sus hijos Joaquina y José) en Limoges. Los filtros políticos en formade cuotas, establecidos por el SERE para proceder a esa reemigración ameri-cana, y la condición de diputado del barcarroteño posibilitaron que los Sosatuvieran plaza en el Mexique4, que zarpa del puerto de Burdeos el 12 de juliode 1939. Quince días después atraca en la ciudad mexicana de Veracruz. In-mediatamente se le hace un documento de entrada en el país como asiladopolítico, a modo de ficha, en el que se hacen constar algunos datos físicos ybiográficos del personaje, así como una fotografía de frente y otra de perfil.Declara tener -conocemos la inexactitud- 38 años, de estado civil casado,agricultor como ocupación, nacido en Barcarrota, Badajoz; no profesaba nin-guna religión ni presentaba referencias en el país de acogida. Este impreso sedenomina oficialmente forma 14, correspondiéndole la 124.700, y suponíaun permiso de residencia sin plazo ni término fijado5. Con fecha de 29 deoctubre de 1940, el diputado barcarroteño escribirá al Director General dePoblación con la finalidad de renovar su forma 14, “concediéndole, a serposible, autorización para residir en México por tiempo indefinido”.

Proclaman solemnemente que a esta obra de independencia y libertad nacional asiste unánimeel concurso de los españoles, y que sean cuales fueren las vicisitudes transitorias de la guerra,permanecerán firmemente unidos en la defensa de sus derechos imprescriptibles.

Saludan al Ejército de Tierra, Mar y de Aire y ratifican su confianza invariable en el porvenirglorioso y libre de la patria española.”

4 Anteriormente, el Sinaia había llevado a 1.600 refugiados, y con posterioridad el Ipanema

trasladará a casi mil republicanos españoles. El Winnipeg, por su parte, hizo la travesía con destinoa Chile en agosto y llevó de 2.200 a 2.500 personas. El Mexique, que ya había tenido suprotagonismo en 1937 al transportar a los casi quinientos “Niños de Morelia” (muchos de loscuales no volvieron, como los de la URSS), alcanzó un pasaje de más de dos mil emigrados, conpreponderancia de periodistas y profesionales liberales frente a políticos –en el listado apenas seencuentra a otro destacado dirigente, Francisco Núñez Tomás, diputado por Badajoz en 1931,junto a José Sosa Hormiga (sic). Sólo consta el cabeza de familia, no se hace referencia a quieneslo acompañan. Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores, fondos de la JARE, M-221, carpetaMexique.

5 Expediente del Archivo General de la Nación en México D.F., copia cedida amablemente porAurelio Martín Nájera, director de los archivos y biblioteca de la Fundación Pablo Iglesias.

JOSÉ IGNACIO RODRÍGUEZ HERMOSELL

1207

Las organizaciones de ayuda a los recién llegados -sobre todo la JARE,ante la desaparición práctica del SERE- prestaron básicamente una triple asis-tencia: los subsidios en metálico a personas y familias, la puesta en marcha deservicios colectivos (médicos y educativos, en esencia) y la financiación deiniciativas empresariales. Sin embargo, la arbitrariedad en el reparto del gas-to “implicó graves desigualdades, que tuvieron su origen tanto en el encua-dramiento político como en las responsabilidades desempeñadas en el tiempode la República”6. Es decir, que no eran todos iguales a la hora de recibirapoyo oficial, como veremos en el caso que nos ocupa, aunque tampoco igno-ramos que el diputado barcarroteño se acogió a las tres modalidades de ayu-da, haciendo valer sus relaciones personales y políticas para sobrevivir enMéxico y ofrecer a su familia un sustento económico estable ante el borrosohorizonte del regreso.

Así, de la solicitud que presenta José Sosa para ser beneficiario delServicio Médico-Farmacéutico de la JARE en abril de 1941, se desprende laexistencia del documento de entrada de su esposa, (forma 14 n.º 124.951)expedido el mismo 27 de julio de 1939, así como los escasos datos que cono-cemos de la familia en los primeros meses sobre suelo mexicano: recibió comosubsidio del SERE unos doscientos sesenta pesos mensuales en septiembre,octubre y noviembre de aquel primer año; de la JARE, por su parte, obtuvo unsocorro excepcional de 250 pesos, concedido el 23 de septiembre de 1940.Parece que la familia se había trasladado rápidamente a la capital del país, elDistrito Federal, pues ya el año siguiente a su llegada aparecen diversos do-micilios consignados en su correspondencia, todos de México Ciudad:Balderas, 126; Sabino, 144 -hablaremos más detenidamente de estas dos di-recciones- y José María Iglesias, 49, dpto. 5.

Nuevo país y nueva vida, el campesino barcarroteño optará por unanueva ocupación laboral. En el último trimestre de 1939 José Sosa Hormigofunda una empresa dedicada a la fabricación de cortinas y persianas de made-ra, llamada “La Ideal” (cuya primera sede será la de Balderas, 126, altos 18),

6 HERRERÍN LÓPEZ, Ángel: El dinero del exilio: Indalecio Prieto y las pugnas de posguerra

(1939-1947), Madrid, Siglo XXI, 2007, p. XII de la introducción.

JOSÉ SOSA HORMIGO O EL TENUE LATIDODEL EXILIO EXTREMEÑO EN MÉXICO

1208

junto a Agustín Barrio del Castillo, calamonteño que fue, en los estertores dela Guerra Civil, Jefe de Estado Mayor del VII Cuerpo de Ejército, y otroextremeño llamado Francisco Santos Herrera, que abandona al poco tiempoel negocio. Según la numerosa correspondencia relativa a dicha empresa, quese clasificó en un expediente personal de José Sosa Hormigo como refugiadopolítico entre los fondos documentales de la JARE (conservados en el Minis-terio de Asuntos Exteriores de España en Madrid), podemos fijar los prime-ros pasos de esta iniciativa empresarial, que recibió como otras el apoyo eco-nómico de las autoridades republicanas en el exilio.

Hacia mayo del 40 son diez los socialistas españoles que trabajan parala fábrica, que ha costeado el SERE a través de su filial FIASA con veinte milpesos. Muy pronto, sin embargo, se ven obligados a solicitar ayuda financieraa la delegación mexicana de la JARE, encabezada por Indalecio Prieto y elazañista Carlos Esplá. El 20 de mayo de 1940 escriben al dirigente socialistabilbaíno para pedirle un préstamo que les proporcione liquidez empresarial,toda vez que el SERE, comentan, ha negado su ayuda (a mediados de añohabía agotado sus recursos y cesaría en su actividad). Le adjuntan un balanceeconómico muy detallado y la promesa de obtener rendimientos en breve pla-zo, con ampliación de la producción hacia lo que se denomina persiana

veneciana. El 23 de mayo la JARE les contesta que “es norma inflexible dedicho organismo no contribuir económicamente a la creación, sostenimientoo desarrollo de ninguna clase de empresas mercantiles o industriales que res-pondan a iniciativa particular, haya mediado o no auxilio financiero a lasmismas por parte del SERE”, por lo que no acceden a la petición formulada.

El 30 de septiembre Sosa Hormigo vuelve a insistir con la petición deayuda financiera, argumentando que la empresa necesita seguir creciendo;cifra en siete los “emigrados políticos españoles” que corren el riesgo de pa-sar “a una situación de indigencia”. Si bien “la empresa se halla, virtualmen-te, en estado de insolvencia definitiva”, un primer informe sugería conceder-les un préstamo de 5.000 pesos, “supuesto que la producción vendida se man-tuviese entre las mencionadas cifras de cinco o seis mil pesos mensuales”,aunque aconseja afianzar la operación ante notario y con garantías reales. Encambio, la JARE contesta a Sosa que el acuerdo ha sido negativo; observanque “la FIASA, acreedora de La Ideal constituye un serio obstáculo, pues atoda costa queremos evitar nosotros fricciones con la mencionada entidad delSERE”.

El 31 de octubre, José Sosa comparece en una notaría para constituir la“Barrio del Castillo, sociedad en comandita”, junto al mismo Agustín Barrio,

JOSÉ IGNACIO RODRÍGUEZ HERMOSELL

1209

Florentino Monedero Encinas y el médico mexicano Salvador M. Navarro7.La sociedad mercantil usará la denominación comercial de La Nueva Ideal;tiene como socio comanditario -pues aporta 5.000 pesos- a Navarro, mientraslos refugiados españoles se comprometen a “dedicar la mayor parte de sutiempo hábil a los negocios y trabajos de la Sociedad”. Es gerente Barrio y lesustituyen mancomunadamente Sosa y Monedero, encargados de la direccióntécnica de los talleres. Cada socio percibirá unos 150 pesos al mes para gastospersonales. Acreditan, finalmente, su condición de residentes legales en elpaís, con los documentos de la forma 14, Sosa y Monedero (éste tiene apenastreinta años y había llegado también a bordo del Mexique en julio de 1939),mientras que Barrio lo hace con un recibo del Comité Intersecretarial Pro-refugiados, pues ha llegado a México en julio del año en curso.

La nueva empresa traslada su sede desde Balderas n.º 126 a la calleSabino n.º 144. Estrena denominación y parece haber soslayado las dificulta-des económicas con la incorporación de un socio capitalista mexicano. Sinembargo, se vuelven a dirigir a la JARE el 8 de febrero de 1941 para pedirlesun nuevo préstamo por “el desarrollo natural y la necesidad de adquirir lamateria prima en su casi totalidad de los Estados Unidos”. Una nueva visita einforme de otro técnico, el diputado de Izquierda Republicana Luis Velasco,cifra la petición en diez mil pesos; hace un repaso de la vida de la empresa, lapérdida de apoyo por parte del SERE y la unión con el doctor mexicano. Noscuenta, además, que las instalaciones de la fábrica, por las que se pagan dos-cientos pesos mensuales, llevan aparejada “capacidad para vivienda de lastres familias asociadas”. Analizado el balance económico y social (“Política-mente, los tres pertenecen al Partido Socialista Obrero Español. Y el Sr. Sosafue Diputado a Cortes en la legislatura de marzo de 1936”), el técnico deter-mina que los interesados tienen capacidad, solvencia y necesidad de atenderlos pagos de materia prima y vencimiento de créditos. El mismo Sosa insistea Indalecio Prieto el 13 de febrero y le comenta la inspección realizada porVelasco el día 9, así como la favorable impresión que cree merecer la em-presa.

Son jornadas de mucho papeleo porque un día después, el 14 de febrero,José Sosa Hormigo rellena un cuestionario que la JARE le ha hecho llegar.En él, reitera sus datos oficiales (casado, 39 años, natural de Barcarrota, su

JOSÉ SOSA HORMIGO O EL TENUE LATIDODEL EXILIO EXTREMEÑO EN MÉXICO

7 AMAE, Fondos de la JARE, M-282.

1210

llegada en el vapor Mexique en julio de 1939, profesional de la horticultura),así como el domicilio actual de Sabino 144 -recordemos, también sede de LaNueva Ideal-, su participación como socio industrial en aquella, breve reseñade su trayectoria política y sindical (no había solicitado la nacionalidad mexi-cana, ni lo hará nunca) y, finalmente, relación de los familiares: María SilvaReyes, esposa, costurera de 32 años; Joaquina Sosa Silva, su hija de 11 años,y José Sosa Silva, el hijo de 6. Incluye a Agustín Barrio del Castillo comopersona que le avala profesional y políticamente; en este segundo aspectoaparece otro individuo, Ventura Villarrubia. Por otro lado, el informe internode la JARE sobre el nuevo préstamo se eleva a 18 de febrero, y el 22 contestaPrieto a José Sosa. En la misiva le comenta que el informe está ya en poder delos directivos Andreu y Esplá, “para ver si puede resolverse sobre ellos oprocede esperar a la nueva estructura que se ha de dar a la JARE y cuyo pilarserá una institución de crédito” aún por crear, el Gabinete Hispano Mexicanode Estudios Industriales o HISME. Prieto aconseja a Sosa, por tanto, queespere; que no se precisaba informar sobre los peticionarios, “trámite obliga-do en todos los casos, pero innecesario en el presente, dado el relieve de lapersonalidad de usted”.

Los responsables de la empresa de fabricación de persianas vuelven ainsistir el 8 de marzo. Dirigido a la persona de Indalecio Prieto Tuero y fir-mado por Agustín Barrio, de nuevo se hace un resumen de la actividad em-presarial llevada a cabo y presiona al organismo para que dé una rápida solu-ción financiera, pues “la demora podría ser capital”, por lo que se pide una“audiencia” directa con el dirigente socialista. La Nueva Ideal, el 16 de abril,se dirige en esta ocasión al presidente de la JARE (aunque éste era Luis NicolauD’Olwer, una figura más bien representativa, se refieren al todopoderoso Prieto)para recordarle la necesidad del crédito solicitado y el no haber recibido con-testación a su última carta de 8 de marzo, adjuntándose además el balanceeconómico de la fábrica a 31 de marzo.

La insistencia ya es perentoria cuando Agustín Barrio vuelve a escribira la JARE a 29 de abril. Se queja de no haber podido llegar hasta Prieto “ni enel organismo ni en su domicilio particular”. Esta vez es el secretario general,Fernando González Barón, quien contesta un día después, dirigiéndose cu-riosamente a José Sosa Hormigo8. Se limita a recordar que la “petición de

8 Toda la documentación sobre la que no se indica procedencia es de AMAE, fondos JARE, M-197.En algunas cartas, de forma manuscrita, aparece la orden de archivarlas en el expediente de JoséSosa Hormigo.

JOSÉ IGNACIO RODRÍGUEZ HERMOSELL

1211

préstamo se encuentra pendiente de resolución” mientras no se dé cumpli-miento al acuerdo presidencial de 21 de enero de transformar la JARE y cons-tituir así la entidad de crédito necesaria para financiar proyectos de los refu-giados españoles.

El 7 de julio se dirigen de nuevo a Prieto José Sosa Hormigo, FlorentinoMonedero y Agustín Barrio, junto a Alfonso de Vivanco Gerada, otro asiladopolítico al que parecen incluir en igualdad de condiciones. Los socios relatanlos últimos acontecimientos de la empresa, como la actuación del socio co-manditario Navarro, que aunque había aumentado sus aportaciones económi-cas hasta los 11.250 pesos, “sigue la norma de ir retirando la aportación, sindejar de percibir sus beneficios”. Los españoles indican que se da “incompa-tibilidad moral y financiera” para que el mexicano continúe, a pesar de agra-decerle el “haber facilitado la subsistencia a cuatro familias y arrojado bene-ficios al capital”. La respuesta de 15 de julio, que nadie firma, abunda enideas ya expresadas por la Junta: que mientras no se apruebe la instituciónfinanciera, que está a la espera del dictamen de la Comisión Nacional Banca-ria del país, por parte de la Secretaría de Hacienda, no puede haber créditosexcepcionales.

El divorcio con Salvador María Navarro parece consumarse cuandoJosé Sosa le cuenta a Indalecio Prieto, en misiva de 22 de julio de 1941, que elsocio comanditario ha presentado contra La Nueva Ideal una letra por tresmil pesos en el juzgado, con un plazo de 72 horas para pagar antes de ejecutarel embargo, por lo que le solicita urgentemente una reunión para ese mismodía, “pues se trata de veinte personas, refugiados españoles que pasado maña-na pueden quedar en la calle. Entre estos los hay mujeres y niños”. El texto derespuesta de Prieto expresa que le “apena mucho” pero que sigue sin poderhacer nada; reconoce que hay “una sola excepción que en cuanto a creaciónde nuevas industrias ha concedido, a instancias nuestras, el Presidente de laRepública”, no ampliable a este caso. El líder socialista vasco resulta descor-tés con su compañero diputado (pudieran subyacer viejos enfrentamientos departido): “¿Qué cosas distintas nos podemos decir uno y otro en la entrevistaque me pide? Ninguna. Libéreme usted de ese pesar”.

Sin embargo, la situación parece arreglarse porque la JARE entra delleno en la cuestión durante el mes siguiente. En la reunión ordinaria de esteorganismo de 5 de agosto se habilita al directivo del HISME Julio Carabiaspara que articule la sustitución del socio capitalista “en forma de que puedanpasar a la JARE las atribuciones que corresponda”. Un nuevo informe descri-be a 6 de agosto a los tres socios españoles como hombres honestos, de proba-

JOSÉ SOSA HORMIGO O EL TENUE LATIDODEL EXILIO EXTREMEÑO EN MÉXICO

1212

da “solvencia moral y política” socialista, dando otros detalles desconocidossobre Monedero (madrileño, casado y con un hijo, oficial de carabineros en laGuerra Civil) y Barrio (casado y sin familiares en México, ferroviario, natu-ral de Badajoz, comandante de milicias). El asunto Sosa, como los empleadosde la JARE lo denominan en las notas marginales de los documentos, consis-tirá en el pago de 4.500 pesos y la devolución de un automóvil dodge a Nava-rro, más otros 3.500 pesos para reflotar la empresa; a cambio, según el plande Carabias aprobado en la reunión del 29 de agosto, el HISME entra comosocio comanditario en La Nueva Ideal a través de otro funcionario español,Alfredo Vilar Veiga, nuevo cogerente9.

Llegado 1942, la familia de José Sosa sigue sin disfrutar de una situa-ción económica boyante. El 20 de abril de ese año solicita el diputado campe-sino “le sea concedido para él y sus familiares mayores de quince años”, sólosu esposa María, “el pago de los derechos de inscripción en el nuevo registrode extranjeros”. Declara unos ingresos mensuales de ciento cincuenta pesos.Continúan, por otro lado, Barrio del Castillo, Monedero Encinas y SosaHormigo como socios trabajadores -que a 31 de diciembre de aquel año ha-bían percibido unos 2.700 pesos cada uno, según el balance económico de LaNueva Ideal-, pero aparecen otros nombres implicados en el negocio, comoCelestino García Santos10. Sin embargo, el control sobre la compañía recaedefinitivamente en los funcionarios del HISME, pues figuran en la nuevasociedad de responsabilidad limitada, cuyo capital social es de 15.000 pesos:el ingeniero José Oteyza Barinaga, Alfredo Vilar Veiga y Moisés Barrio Du-que -con 4.000 pesos cada uno de los dos primeros y 3.700 el tercero-, más elletrado Miguel Martín Luna, con una participación de 3.000 pesos, y los tressocios fundadores con apenas unos testimoniales cien pesos cada uno. Otrospersonajes de la JARE, como Luis Sánchez Pontón y Félix Palavicini, tuvie-ron participaciones de las que se desprendieron en agosto de ese año.

Durante el 1943, según se deduce de los documentos de la JARE (car-petas M-143 y M-144-319), hubo vaivenes notables en la gestión de la empre-sa. A mediados de año se habían producido las dimisiones de Agustín Barrio

9 Actas 89 y 98 de la JARE, Archivo de Carlos Esplá en: http://cervantesvirtual.com/portal/ACE/ yAMAE, fondos JARE, M-282, participación de HISME en La Nueva Ideal.

10 Nacido en Zarza Capilla en 1891, fue chófer de profesión y dirigente de la ugetista Sociedad deObreros del Transporte Mecánico de Madrid, así como vocal del Comité Nacional y de la ComisiónEjecutiva de la Unión General de Trabajadores. Obtuvo acta de diputado por Badajoz en lasConstituyentes de 1931 y fue concejal del Ayuntamiento de Madrid entre 1931 y 1937. Durantela guerra fue comandante de Carabineros. Murió en México en 1954.

JOSÉ IGNACIO RODRÍGUEZ HERMOSELL

1213

y Alfredo Vilar como cogerentes, siendo sustituidos por Celestino García y elpropio José Sosa, lo que se aprobará en la Junta General de Accionistas del 18de junio. Por el informe de la Comisión Administradora de los Fondos para elAuxilio de los Republicanos Españoles o CAFARE11 de marzo de 1943, queanaliza Ángel Herrerín (El dinero del exilio, pp. 195 y 196), sabemos que LaNueva Ideal fue uno de los tres grandes proyectos industriales del HISME,junto a la fábrica de vidrios El Crisol y la Construcción Naval S.A., si bien elde menor cuantía; había recibido de la Junta de Prieto 90.000 pesos y devuel-to 60.000. Para la CAFARE, “este pequeño negocio es el que ha marchadomejor hasta ahora y el que ofrece más probabilidades de convertirse en unaindustria próspera”. El asunto aparecerá finalmente reflejado en el diario El

Nacional de la capital mexicana, el 6 de enero de 1944, bajo el titular de“Auxilios a republicanos íberos”. La noticia es que la Comisión había salda-do la deuda con la empresa de los españoles, que funcionaba con regularidady no requería el apoyo económico externo: “tuvieron facilidades para cubrirel valor total, reintegrando capital y réditos”. La actividad industrial de LaNueva Ideal perduró hasta los años setenta.

Como muestra de las prestaciones educativas y familiares recibidas enaquellos años, hacia 1946 Sosa Hormigo se dirige al Comité Técnico de Ayu-da a los Refugiados Españoles (el organismo que en realidad subsiste porentonces se llama Comité Técnico del Fideicomiso para Auxiliar a los Repu-blicanos Españoles) con el fin de solicitar una beca para que su hija, Joaquina,que tiene diecisiete años, pueda cursar “los estudios correspondientes al pri-mer año de Preparatoria en la Academia Hispano Mexicana”, una de las ins-tituciones educativas creadas por el exilio español, junto al Colegio Madrid yel Instituto Luis Vives. El Comité Técnico comprueba la veracidad de la peti-ción, con firma de Luis Partearroyo, y el 8 de febrero se le contesta a Sosa porparte del secretario Ramón Ruiz Rebollo favorablemente, recibiendo “dispen-sa de los gastos de colegiatura” para el curso de 1946.

11 La CAFARE la creó el gobierno mexicano poco tiempo después de disolver la JARE en noviembrede 1942, interviniendo de esta manera sus fondos. En agosto de 1945, ante la reorganización delas instituciones republicanas en el exilio, Manuel Ávila Camacho devolverá el control ydistribución de la ayuda financiera entre los refugiados al gabinete de José Giral, nuevo Presidentedel Gobierno.

JOSÉ SOSA HORMIGO O EL TENUE LATIDODEL EXILIO EXTREMEÑO EN MÉXICO

1214

El 16 de enero de 1947 escribió de nuevo al citado Comité, solicitandoayuda para que ambos hijos pudieran desarrollar sus estudios en la AcademiaHispano-Mexicana: Joaquina el segundo año de Preparatoria y José el prime-ro de Secundaria -de éste, que cumple catorce ese año, sabemos por este escri-to que “ha terminado en el Colegio Madrid la enseñanza Primaria”. El órga-no oficial de gestión de fondos para los refugiados le presenta un formularioa rellenar por el interesado, el cual declara ese mismo día 16 que sólo percibe350 pesos mensuales, de los que 90 se destinan al pago del alquiler por vi-vienda en el edificio donde está la fábrica, Sabino 144; y que su familia secompone de su mujer María y sus hijos Joaquina y José, a los que asigna unasedades erróneas, según la fe pública registral del juzgado de paz barcarroteño:38, 16 y 12 años respectivamente -la esposa tiene un año más, la hija yacuenta con 18 y el hijo tiene 13 desde el pasado julio. En un breve informemanuscrito de 20 de enero a cargo del funcionario citado anteriormente,Partearroyo, se dice que José Sosa Hormigo sólo posee una pequeña partici-pación en La Nueva Ideal, “fábrica que al parecer atraviesa por el momentofuerte crisis de trabajo”, por lo que Sosa únicamente percibe los ingresosestipulados como trabajador. En todo caso, la beca le es concedida a su hijoJosé a 28 de enero de 1947.

4. MOVIMIENTOS POLÍTICOS DEL DIPUTADO SOSA. EXTRE--MEÑOS EN EL DISTRITO FEDERAL

Nada más llegar a México, José Sosa reanuda su faceta de militanciapolítica, pues el 3 de marzo de 1940 se constituye en la capital mexicana elCírculo Cultural “Pablo Iglesias”, la agrupación socialista oficiosa de los re-publicanos españoles residentes en aquella ciudad. A la primera directiva per-tenece José Sosa (los diputados tenían obligación de inscribirse en el Círculo)en calidad de tesorero12, cargo en el que se mantuvo hasta la renovación de laEjecutiva, en noviembre de 1941. Prueba del desempeño de esta responsabili-dad orgánica dentro del partido, en la recién constituida agrupación mexica-

12 Los socialistas españoles en la Emigración: dos informes y dos acuerdos, folleto fechado el 29de julio de 1945, p. 15. Para entonces, José Sosa es uno más de los dirigentes rebelados contra laorganización del Partido. Recogen todos estos avatares Carlos y José Martínez Cobo en La primera

renovación: Intrahistoria del PSOE. Vol. I (1939-1945), Barcelona, Plaza & Janés, 1989, pp.178 y siguientes.

JOSÉ IGNACIO RODRÍGUEZ HERMOSELL

1215

na, es el testimonio de Manuel González Bastante13, socialista manchego quetambién vivió aquel exilio, quien comenta que la recaudación derivada deuna publicación suya (“un cuento, pues, sobre la situación de los campesinosespañoles”, junto a un estudio sobre el agro en Andalucía) se la entregó anuestro paisano, “un diputado socialista extremeño que estuvo muy vincula-do con las organizaciones campesinas”. Del mismo Sosa destaca sus cualida-des humanas con estas palabras: “un gran hombre, un hombre muy sencillo,un hombre muy honesto, un hombre muy, muy buena gente”.

A 14 de agosto se elabora un censo de afiliados del Círculo “Pablo Igle-sias” en situación de desempleo. En él figuran destacadas personalidades yotros nombres cercanos a Sosa, como José Aliseda14 y su hermano Pedro-zapatero-, Lucio Martínez Gil -funcionario-, Agustín Barrio -ferroviario-, elposteriormente socio Florentino Monedero, cuya profesión es la de carpinte-ro-mecánico; y María Silva Reyes, mujer de Sosa Hormigo, que aparece comosastra15.

Los dirigentes del Círculo “Pablo Iglesias” trataron de imponer la líneaoficial prietista frente a las disidencias internas, particularmente la de Ra-món Lamoneda y González Peña -dirigentes negrinistas de la última Ejecuti-va en España-, quienes al llegar a México no fueron admitidos en la agrupa-ción, creando a finales de 1941 el Círculo “Jaime Vera”. La participación deSosa en las disputas internas del Partido no se produce hasta el año siguiente.Aunque sale de la dirección en noviembre del 41 (Boletín de Información a

los Emigrados Socialistas españoles, números 13 y 14 de diciembre; lo dirigeLucio Martínez Gil), aparece en el número 3 de otra publicación socialista,

13 Entrevista de Enriqueta Tuñón a Manuel González Bastante entre 1987 y 1988, parte deldenominado Proyecto de historia oral del exilio español en México. Las grabaciones se conservanen el Archivo de Salamanca, sus transcripciones en el Centro de Información Documental deArchivos, del Ministerio de Cultura, con sede en Madrid. Pp. 630 y 631.

14 El inspector de primera enseñanza y abogado José Aliseda Olivares, nacido en Don Benito en1903, desempeñó los cargos de Director General de Propiedades y Contribución Territorial yVicepresidente del Banco Hipotecario durante la Guerra Civil. Llegó a México en abril de 1940,montando al año siguiente un pequeño negocio, la Farmacia “Madrid”, con la que alcanzó ciertaprosperidad económica, hasta el punto de atraer desde Don Benito a varias familias para quetrabajaran con él. Murió en el exilio, en 1964. Datos recogidos en Biografías dombenitenses:

(entre los siglos XIX-XX), pp. 49 a 53, a cargo de Manuel Gallego Cidoncha.15 AMAE, Fondos JARE, M-221, expediente del vapor Mexique.

JOSÉ SOSA HORMIGO O EL TENUE LATIDODEL EXILIO EXTREMEÑO EN MÉXICO

1216

UGT de España: Comité Nacional, Servicio de Información Sindical, fecha-do el día 8 de ese mes, con la tercera mejor aportación económica para posi-bilitar la publicación del número anterior, de octubre, con tres pesos.

Por otro lado, la Minoría Parlamentaria Socialista funciona regular-mente en la capital de México desde 1940, presidida por Anastasio de Gracia.El 5 de mayo de 1942 se reúne con la presencia de Prieto y otros 15 diputados,entre los que figura Sosa Hormigo. El líder da cuenta de la situación momen-tánea, según la cual el Gobierno mexicano había incautado los bienes de laJARE16, tomándose la decisión de suspender las actividades de la Junta “porconsideración y acatamiento al Gobierno del país que nos da la hospitalidad”.Será sustituida al año siguiente por la CAFARE.

A la guerra abierta en el seno del socialismo hispano-mexicano, a me-diados de 1942, con el enfrentamiento de los círculos “Pablo Iglesias” y “Jai-me Vera”, se une la escisión creada por la Federación de Agrupaciones Regio-nales de Socialistas Españoles en México (FARSEM)17. Esta nueva entidad,en fecha no determinada de ese año -antes, en todo caso, de octubre- publicóun manifiesto que reclamaba la división de la organización socialista de Méxicoen pequeñas agrupaciones regionales (no dudan en declarar que creían “re-construir en México la esencia genuina del PSOE”). Como presidente de larecién constituida Federación está José Sosa. El Círculo “Pablo Iglesias” re-acciona determinando la expulsión de los treinta y ocho disidentes, de entrecuyos nombres vislumbramos, junto al diputado barcarroteño, a los paisanosJosé Aliseda, Luis Romero Solano18, Florencio García Morcillo19, Bernardo

16 Páginas 117 y siguientes de La primera renovación…, conforme a las actas de la MinoríaParlamentaria Socialista en México.

17 Toda esta información está en La primera renovación…, pp. 184 y siguientes; El Grupo

Parlamentario Socialista de Aurelio Martín Nájera, vol. I, pp. 665 y siguientes; y Los socialistas

españoles en la Emigración…; pp. 12 y siguientes.18 Diputado socialista cacereño del Frente Popular, se integró en la Federación Provincial de Badajoz

que Sosa reorganizó en Castuera. Acabada la guerra recaló primero en la República Dominicanay, posteriormente, en México (igual que los diputados azañistas por Badajoz Miguel Muñoz yJesús De Miguel), donde publicó algunas obras, como Vísperas de la Guerra de España, en laque relata su épica huida en agosto de 1936 del Cáceres nacional al territorio leal de La Serena.

19 Dirigente de las Juventudes Socialistas Unificadas de Badajoz, fue comisario de batallón en elfrente y miembro del Consejo Provincial de Badajoz.

JOSÉ IGNACIO RODRÍGUEZ HERMOSELL

1217

Pizarro, José Gómez Aldana, Palmira Gordillo20 y Felipe Mesías. Antes derecibir la expulsión formal, un grupo de dieciséis militantes extremeños se dade baja a 26 de octubre de 1942 -carta reenviada al Círculo el 3 de marzo de1943.

Todo esto le supone a Sosa Hormigo y los demás diputados rebeldes laseparación temporal del Grupo Parlamentario Socialista, afín a la Ejecutivaen suelo mexicano. La FARSEM supone un serio escollo en el proceso deunificación que intenta llevar a cabo el Círculo “Pablo Iglesias”. El 4 de octu-bre imprime la nueva organización un folleto (se disculpan por no tener me-dios económicos para publicar un “órgano periódico de opinión”) dirigido Alos socialistas españoles en la Emigración21, en el que repasa sus broncasrelaciones con los círculos, particularmente con el mayoritario. Se quejan deno tener el respeto suficiente a sus ideas por parte de la dirección del “PabloIglesias”, con un lenguaje algo barroco y contundente (“En el reparto de losroedores de la derrota de la República Española le tocó al Partido Socialista laparte más descarada y exhibicionista”, “gentes de la peor laya”, “traición a suclase”, etc.).

Junto a las declaraciones sobre el rígido sentido moral del PSOE y lacuestión política de fondo, la consideración de que las representaciones otor-gadas en España han perdido validez -“Lo que éramos fue y periclitó con lasalida”-, la crítica se centra en los “ejecutivos nacionales elegidos por congre-so en España”, que mantienen “una postura olímpica de desdén” y desarro-llan “esa estupenda manía de decretar expulsiones”. La Federación, en cam-bio, se considera “un movimiento transitorio” que niega ser escisionista yminoritario; cuyas declaraciones esenciales se asientan en el internacio-nalismo, su fe en el movimiento obrero revolucionario, el distanciamiento dela III y IV Internacionales y la reafirmación del régimen republicano. Porello, hacen un llamamiento a la unidad para no “optar entre los estrangulado-

20 Palmira Gordillo Carvajal era hija de un concejal republicano de Zafra; desde muy joven sedistinguió por su militancia en las JSU. Convive con la familia de Sosa en Castuera, cruza losPirineos, permanece con ellos en Limoges y zarpa también en el Mexique, que llega a Veracruz afinales de julio de 1939. Consta en las actas de la JARE que recibió en 1941 un préstamo de 200pesos para adquirir una máquina de coser, con la que ganarse la vida. Retornó del exilio y seinstaló en Barcelona, recibiendo en diciembre de 2006, con 92 años, un merecido reconocimientoen su pueblo por parte de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica “JoséGonzález Barrero”.

21 Fundación Pablo Iglesias, FPI-FA-461.

JOSÉ SOSA HORMIGO O EL TENUE LATIDODEL EXILIO EXTREMEÑO EN MÉXICO

1218

res del Partido y el Partido mismo”, la cual se podría conseguir creando unorganismo nuevo “que se disolviera automáticamente a nuestra llegada a Es-paña” y garantizara “el funcionamiento regional dentro de la organizaciónglobal”. Habían firmado el escrito, a 5 de julio de 1943, diez militantes, enca-bezados por José Sosa; dos de los firmantes son Felipe Mesías y Amelia Mar-tín, viuda de Nicolás de Pablo22. Se adjuntan las cartas enviadas a la Agrupa-ción Regional Socialista Asturiana, a los círculos rivales de México y a laUGT de España (Comisión Ejecutiva y Comité Nacional, enfrentados), avi-sando de la intención de publicar el escrito; todas ellas firmadas por SosaHormigo como presidente y Nazario Domínguez como secretario.

La opinión de los diputados díscolos de la Minoría Parlamentaria So-cialista, por su parte, está expresada en un impreso a tamaño de pliego, confecha de 31 de enero de 194523. Son José Aliseda, Enrique Cerezo, ÁngelGalarza, Nicolás Jiménez, Luis Romero Solano, Juan Sapiña, José Sosa yVicente Sarmiento. Dan en el texto un repaso a las relaciones mantenidas conla dirección de la MPS durante esos dos años y se constituyen en Grupo Par-lamentario Socialista Republicano. Al mismo, para que los ocho integrantespudieran acceder a su pretensión de participar con voz propia en la reuniónde Cortes celebrada el 10 de enero24, se han incorporado dos republicanos:Gabriel Franco y Pascual Leone. En el manifiesto se critica sin reparos lagestión de Prieto al frente de la JARE y el funcionamiento del Círculo “PabloIglesias” -“utilizado como órgano eliminador”. Se oponen a que haya Cortes“sin la presencia del Gobierno que obtuvo el voto de confianza en la sesión deFigueras”, comprometiéndose a no participar en las reuniones de la Minoría“mientras no sean convocados la totalidad de los Diputados Socialistas de lasexpresadas Cortes, con residencia en México, y que pertenecían al GPS en laúltima reunión celebrada en España” (posición ratificada en otro escrito de

22 Integrada en el Consejo Provincial de Badajoz y en la ejecutiva de la Federación ProvincialSocialista que dirige Sosa durante la Guerra Civil, la encontramos secundando al barcarroteño ensus pronunciamientos políticos del exilio.

23 Documento también titulado A los socialistas españoles en la Emigración y conservado en laFundación Pablo Iglesias, Archivo de José Bullejos, AJBS-153-30.

24 La primera reunión oficial del Parlamento republicano en el exilio tuvo lugar en el Club Francedel Distrito Federal de México. Sólo acudieron 49 de los 72 diputados socialistas convocados.Páginas 29 y siguientes de Historia Política de la Segunda República en el exilio, de SonsolesCabeza.

JOSÉ IGNACIO RODRÍGUEZ HERMOSELL

1219

10 de abril, en un intento más de integrar a todas las corrientes y disidenciasdel PSOE en el exilio mexicano). Otra cuestión sobre la que en ese momentose discute y a la que se oponen es la conversión de cualquier órgano de repre-sentación institucional republicana, sea el parlamento o el gobierno, en unajunta25.

Para la siguiente convocatoria de la cámara representativa española,celebrada el 17 de agosto de 1945 en el salón de cabildos del Ayuntamiento deMéxico D.F., el GPSR de los diputados rebeldes se ha disuelto, reintegrándo-se en el Grupo Parlamentario Socialista, cuya junta directiva ha incluido comovocal a uno de los retornados, Enrique Cerezo. Gracias a esta sesión parla-mentaria se avanzará en la reconstrucción de las instituciones republicanas:Martínez Barrio asume la Presidencia interina de la República y José Giralserá el encargado de formar un Gobierno con sede en París, mientras en Méxicoquedan el Consejo de Defensa, los grupos parlamentarios y los partidos polí-ticos. Se está fraguando un nuevo intento de unidad de los socialistas españo-les, y así las organizaciones oficiales del PSOE y la UGT -cuyos congresos de1944 las han establecido en Francia y en la clandestinidad de España- conmi-nan al entendimiento a las familias residentes en México. El 16 de agostoacudirán a la reunión representantes del Círculo “Jaime Vera”, Círculo “Pa-blo Iglesias”, Federación de Agrupaciones Regionales y Comité Central So-cialista de Euzkadi. El resultado es la fusión del “Pablo Iglesias” y la FARSEM,que se hacen llamar desde ese momento Agrupación Socialista Española enMéxico.

25 El 19 de enero estaba prevista una nueva sesión de Cortes, pero los intereses de diversas minoríasabortaron el debate. Para el GPSR de José Sosa, “con ello pretendían, al desplome de sus propósitos,dar por fracasadas las Cortes. (...) lo que ha fracasado de manera rotunda es la maniobra deconvertir a las Cortes Españolas en cómplices de la existencia de la Junta de Liberación”. LaJunta Española de Liberación (JEL) fue una entidad aglutinadora de partidos creada por Prietoentre 1943 y 1945, que desplazó a la anterior Acción Republicana Española (ARE), cuya mayorvirtud estuvo en la enmienda que las Naciones Unidas aceptaron para su Carta fundacional deSan Francisco, según la cual se impedía el acceso a los organismos internacionales a aquellospaíses cuyos gobiernos hubiesen accedido al poder gracias a la ayuda de las potencias nazi-fascistas,en clara referencia a la España de Franco. Como vemos, la oposición a los movimientos de Prietopor parte de estos refugiados era notable; al mismo le recuerdan en el impreso dos intervencionespúblicas suyas de 1942 y 1944 en las que atacó a Gran Bretaña, Estados Unidos y la UniónSoviética, por su posición ante el problema español.

JOSÉ SOSA HORMIGO O EL TENUE LATIDODEL EXILIO EXTREMEÑO EN MÉXICO

1220

Sin embargo, las luchas internas no terminarán ahí, porque en la terce-ra reunión de Cortes de aquel año, los días 7 a 9 de noviembre, convocadapara aprobar la formación del Gobierno Giral, el PSOE se divide entre laMinoría Socialista -mayoritaria con 34 representantes, entre los que está JoséSosa Hormigo- y los catorce del Grupo Parlamentario del Partido SocialistaObrero, en realidad la fusión de los hombres de Lamoneda y Negrín conalgunos antiguos colaboradores de Sosa en la F.A.R.S.E.M., Galarza y Sar-miento, más algún independiente como el antaño prietista Juan SimeónVidarte26. Todos éstos serán expulsados del Partido con la aquiescencia de laEjecutiva de Toulouse, encabezada por Rodolfo Llopis, que dio así validez altriunfo de Indalecio Prieto sobre Juan Negrín entre las filas socialistas deMéxico. Mientras que José Sosa no se salió más de la disciplina del Partido ydel Grupo Parlamentario Socialista, otros como Aliseda o Galarza no pudie-ron volver a integrarse.

Destacaríamos un nuevo perfil en la vida pública del exiliado José Sosa,el de presidente de la Casa de Extremadura en México, domiciliada en SanJuan de Letrán n.º 80-3º del D.F. Junto al secretario de la entidad, EliseoRuiz, firma una carta que se envía el 17 de julio de 1951 al cacereño Fernan-do Valera, compañero en la candidatura electa del Frente Popular de Badajozen 1936 por Unión Republicana y, entre 1971 y 1977, último Presidente delGobierno republicano en el exilio27. El motivo de la comunicación es la orga-nización que lleva a cabo la citada institución de un “acto conmemorativo delos asesinatos cometidos en nuestra región por las fuerzas negras del fascis-mo y, especialmente los salvajes fusilamientos colectivos de la plaza de torosde Badajoz”, que va a tener lugar el significado día del 14 de agosto. Losremitentes ya saben que Valera no va a estar presente, pues vive en Francia,pero se conforman con notificárselo “como prueba de simpatía de todos losextremeños componentes de esta su casa en México”.

26 Nació en Llerena en 1902 y estudió Derecho en Madrid, donde se incorporó al PSOE. Dirigentede las Juventudes Socialistas, llegó a ser vocal y vicesecretario de la Ejecutiva nacional del Partidoentre 1932 y 1939. Diputado por Badajoz durante toda la Segunda República, en el bienio azañista

fue Secretario Primero de las Cortes. En el transcurso de la guerra desempeñó el cargo deSubsecretario del Gobernación y funciones de comisionado del Gobierno en México y Tánger.Fue un destacado masón y publicó sus memorias políticas en los años 70. Falleció en México en1976.

27 Archivo de la Segunda República Española, conservado en la Fundación Universitaria Españolade Madrid. P. 841-1, FU/7-21. Valera gestionó el retorno de tan importante archivo a España;murió, no obstante, en París en 1981.

JOSÉ IGNACIO RODRÍGUEZ HERMOSELL

1221

Esta Casa de Extremadura ya funcionaba en 1950 cuando el catedráticomadrileño Manuel Castillo, que había residido en Cáceres veinte años (entre1897 y 1918), publicó a través del Ateneo Español el texto de una conferenciadenominada Extremadura, que dedica a la Junta Directiva de dicha Casa28. Ysubsiste cuando el 11 de octubre de 1955 aparezca la Carta de republicanos

españoles al Secretario General de la ONU fundamentando y solicitando no

se acepte a la España de Franco como miembro en la Organización, quefirman muchas de las asociaciones políticas y cívicas del exilio español comorespuesta al movimiento internacional que facilitó el reconocimiento legaldel régimen salido de la Guerra Civil. Entre los signatarios están José Sosa,en representación de la Casa de Extremadura (junto a otras instituciones te-rritoriales como la Casa Regional Valenciana, el Casal Català, el CentroMontañés o el Grupo Cultural Gallego), y Amelia Martín por la Unión deMujeres Españolas, asociación que aglutinó al movimiento republicano femi-nista en el exilio; de la misma fue presidenta a lo largo de los años 50, comoatestigua la revista mensual Mujeres Españolas: Boletín de la Unión de Mu-

jeres Antifascistas en México (cuya copia digitalizada se puede consultar enla Biblioteca Virtual de Prensa Histórica, alojada en la página web del Minis-terio de Cultura).

Relacionado con este asunto, Sosa Hormigo había expresado anterior-mente su compromiso con el Partido Socialista y el GPS en otro documento,de carácter impreso, denominado Proyecto de Resolución que presentan sus

firmantes a la Agrupación Socialista Española de México29. Se publica en1954, después de conocerse el pacto entre Franco y los Estados Unidos quesuponía la apertura internacional del aislacionismo sufrido por la dictadurafranquista tras la II Guerra Mundial; una herida mortal en las aspiracionesrepublicanas de retorno y restauración democrática para España. Junto a lacuestión de la alianza hispano-norteamericana y el Concordato con el Vatica-no, se quieren poner sobre la mesa diversos temas: las posibles desavenenciasinternas del régimen de Franco entre las fuerzas que lo sustentan, Iglesia,Ejército y Falange; la persistente mala situación socioeconómica que vive el

28 Páginas 207 y siguientes de “Percepciones de Extremadura desde el exilio republicano”, de JuliánChaves Palacios, incluido en Política científica y exilio en la España de Franco, Cáceres,Universidad de Extremadura, Diputación de Badajoz, 2002.

29 Archivo de Enrique de Francisco, FPI, AEFG-158-16. A 28 de noviembre de 1954 firman: BrunoAlonso, E. de Francisco, José Bullejos, José Cañizares, Francisco Largo -hijo-, Rafael LópezAmador, Alfonso G. Rodríguez, José Serrano, Amalio Ortiz y José Sosa.

JOSÉ SOSA HORMIGO O EL TENUE LATIDODEL EXILIO EXTREMEÑO EN MÉXICO

1222

país, cuyas producciones agrícola e industrial aún se sitúan por debajo de lasde 1936; el afianzamiento del Partido Socialista en sus viejas ideas republica-nas, revolucionarias y antifranquistas, etc. Pero lo que en realidad destaca delimpreso es la renovación de la crítica a la cúpula de dirigentes del PSOE y laUGT en el exilio, que lleva a los firmantes a pedir a su Agrupación de Méxicola convocatoria del Congreso Ordinario del Partido -sería el VI- para ese año,pues consideran ineficaz el anterior y tibias las actitudes de los miembros dela Ejecutiva. Un epílogo documental, en suma, al inconformismo que muchossupervivientes de la Segunda República, y en particular José Sosa, mostrarona lo largo de los años de interminable exilio.

5. CONCLUSIÓN

Como bien nos cuenta Alicia Alted Vigil en su libro La voz de los ven-

cidos, al finalizar la Segunda Guerra Mundial la esperanza de los republica-nos de poder volver era grande. Con el lento aunque paulatino reconocimien-to internacional del Franquismo se empezó a comprender que “el regreso a laEspaña deseada y añorada no iba a ser inmediato, o quizá nunca se produci-ría” (pp. 374-375); o se integraban y adaptaban al nuevo país (lo que conllevaun fenómeno natural de despolitización) o serían siempre exiliados, en cuyocaso podían ver como traidores a los que, desde finales de los años cincuenta,decidieron regresar ante la no exigencia de responsabilidades penales deriva-das del conflicto fratricida, o sea, la ausencia de represalias oficiales de laEspaña nacional. En cambio, “algunos con una conciencia política muy acti-va convirtieron en una cuestión de dignidad personal el no regresar a Españahasta que no desapareciera el régimen de Franco”.

Lo que ocurre es que ya fue demasiado tarde, como en el caso de JoséSosa Hormigo y gran parte del exilio político extremeño (Aliseda, Vidarte,Fernando Valera, Romero Solano, Margarita Nelken30). El barcarroteño falle-ció en la capital mexicana el 10 de septiembre de 1977. El Socialista de 1 de

30 Nacida en Madrid en 1896, hija de judíos alemanes, fue diputada en las tres legislaturasrepublicanas por Badajoz. Intelectual heterodoxa, destacó en política como revolucionariaapasionada y rebelde ante cualquier estructura de partido: abandonó su militancia en el PSOE en1937 y, ya en 1942, fue expulsada del PCE. Desde 1939 residió en México, donde trabajó para laSecretaría (Ministerio) de Educación Pública y colaboró con el Gobierno republicano en el exilio;volviendo finalmente su mirada a los estudios de disciplina estética y académica, así como a losde reivindicación feminista, que había cultivado antes de los años 30. Murió en el país azteca en1968.

JOSÉ IGNACIO RODRÍGUEZ HERMOSELL

1223

octubre lo recuerda como “uno de aquellos diputados obreros del campo, quela Federación de Trabajadores de la Tierra facilitó al Partido Socialista parala confección de su candidatura” del año treinta y seis, así como “un conven-cido socialista, un auténtico revolucionario y un honrado campesino extre-meño al servicio de los campesinos extremeños”. El Hoy de Badajoz, el 13 deoctubre, publica la noticia y le señala como un “hombre muy estimado en losmedios de la emigración, congregando su sepelio a un gran número de socia-listas españoles que tapizaron prácticamente con claveles su sepultura”. Se-gún el diario regional, leyó un panegírico de despedida el viejo camaradacacereño Luis Romero Solano, quien, “con sus innatas dotes de escritor y conel afecto de una común y larga ausencia de la patria, tuvo un recuerdo para lospaisajes de encinares de la tierra extremeña, que no volverían a ver los ojosdel compañero muerto” cuando, se asegura en la crónica, estaba a punto devolver José Sosa Hormigo.

A partir de la experiencia vital de Sosa hemos podido establecer unaaproximación al exilio político extremeño en México. Hay otro exilio parale-lo, el intelectual o de los transterrados (entendido en un sentido amplio, puesel término surgió para los filósofos), que cuenta con personalidades de la tallade Enrique Díez-Canedo y Rubén Landa Vaz31. Algunos pertenecieron al Ate-neo Español de México -nos cuenta Leonor Sarmiento, su presidenta-, comolos citados Aliseda, Nelken y Vidarte; el matemático Lorenzo Alcaraz, elcineasta Luis Alcoriza, el abogado Juan Sánchez Miguel y el físico PedroCarrasco. Ofrecen, en todo caso, un mundo por descubrir y una colonia derefugiados extremeños en América que existió y, quién sabe, tal vez continúeexistiendo en generaciones posteriores.

31 Recientemente se ha publicado Rubén Landa Vaz, un pedagogo extremeño de la Institución

Libre de Enseñanza en México, obra de Modesto Miguel RANGEL MAYORAL (Mérida, EditoraRegional de Extremadura, 2006). Del poeta y ensayista Enrique Díez-Canedo ya existía bibliografíay un reconocimiento anterior.

JOSÉ SOSA HORMIGO O EL TENUE LATIDODEL EXILIO EXTREMEÑO EN MÉXICO

1224

6. BIBLIOGRAFÍA

ALTED VIGIL, Alicia: La voz de los vencidos: El exilio republicano de 1939,Madrid, Aguilar, 2005.

CABEZA SÁNCHEZ-ALBORNOZ, Sonsoles: Historia política de la Segun-

da República en el exilio, Madrid, Fundación Universitaria Española,1997.

CHAVES PALACIOS, Julián (coord.): Política científica y exilio en la Espa-

ña de Franco, Badajoz, Universidad de Extremadura, Diputación Pro-vincial, 2002.

HERRERÍN LÓPEZ, Ángel: El dinero del exilio: Indalecio Prieto y las pug-

nas de posguerra (1939-1947), Madrid, Siglo XXI, 2007.

MARTÍN NÁJERA, Aurelio: Segunda República: El Grupo Parlamentario

Socialista, Madrid, Fundación Pablo Iglesias, 2000.

MARTÍNEZ COBO, Carlos y José: La primera renovación: Intrahistoria del

PSOE. Volumen I (1939-1945), Barcelona, Plaza & Janés, 1989.

MATEOS, Abdón: De la Guerra Civil al exilio: Los republicanos españoles y

México (Indalecio Prieto y Lázaro Cárdenas), Madrid, Biblioteca Nue-va, 2005.

RODRÍGUEZ HERMOSELL, José Ignacio: Movimiento obrero en Barcarrota:

José Sosa Hormigo, diputado campesino, Mérida, Asamblea de Extre-madura, 2005.

RUBIO, Javier: La emigración de la Guerra Civil de 1936-1939: Historia del

éxodo que se produce con el fin de la II República, Madrid, San Martín,1977.

JOSÉ IGNACIO RODRÍGUEZ HERMOSELL