Juan Pablo Torres / Cornejo Rosello

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7/23/2019 Juan Pablo Torres / Cornejo Rosello http://slidepdf.com/reader/full/juan-pablo-torres-cornejo-rosello 1/1 13 Arequipa Lunes, 14 de diciembre de 2015 REUNIÓ A ESCRITORES DE LA TALLA DE ARGUEDAS, ALEGRÍA, REYNOSO, ZAVALETA, ENTRE OTROS P U B L I C A C I O N E S 8 Juan Pablo Torres Muñiz (Edición del autor, 2010) Páginas: 85 Se trata del primer libro de cuentos del autor. Contie- ne tres relatos: “8”, “Grueso pellejo” y “La virgen”. “8” aborda el misterio de la muerte de Alejandro Dañino, disponiendo para ello diferentes voces narrativas que revelan, sin decirlo, el misterio de la muerte de Alejan- dro. “Grueso pellejo” aborda el vivir diario de Dúmbar, un hombre que trabaja vestido de elefante vendiendo dulces y de su desaparecida esperanza en este mundo; probablemente sea su mejor relato. Finalmente, “La virgen” recopila una leyenda de Aplao del entierro de muchachas vírgenes en los túneles antes de su inaugu- ración. La incomprensión por el significado de la vida se muestra en sus líneas, de allí los hechos que le acaecen a Dúmbar, con su desgastado y sucio traje de elefante, aquejado por un mundo que parece más abyecto que él y su decisión de dejarse llevar por el día a día; la misma muerte de Alejandro Dañino enmarcan un libro en don- de el mundo no es tan bello como aparenta. DONDE LA LUZ DUERME Carlos Cornejo-Roselló (La Travesía, 2013) Páginas: 141 Ribeyro recomendaba que un cuento debe entrete- ner o conmover o intrigar o sorprender, con uno de ellos suficiente para que guste, para quedarse pensando en él. Los cuentos de “Donde la luz duerme” cumplen sobra- damente los preceptos ribeyrianos. Un mundo donde vi- ven seres fracasados, más por impotencia que por mala suerte, personas que quisieron un futuro distinto, pero no lo consiguieron. Sin embargo, al final, deben darse cuenta de que la vida continúa y que el pasado es solo un recuerdo que jamás se volverá a tener en las manos. Este libro puede dividirse en dos partes. Una primera parte formada por “Café con coñac”, “La película” e “In- terludio”, donde la melancolía se respira por todos lados: sueños rotos en nuestras manos y por nuestras manos, porque no quisimos hacerlo, no pudimos intentarlo y si lo hicimos fue tan rezagado que ya no era tal y se conver- tía en una acción más, que se mira como “una promesa cumplida a destiempo, una promesa que ya no era para ellos”, pero al menos cumplida, por un vano deseo de re- gresar el tiempo a esa época feliz y tranquila. La segunda parte inicia con «Patio», le sigue «Vai- vén» y concluye con «Adagio». La acción que transcurre aquí ya no es la mirada al pasado de la primera parte; aquí hay un ansia desmedida de cariño, como una ca- rencia que no inmoviliza sino que llama a la acción, a buscar salir del encierro, a proteger a los seres queridos, a encontrar confianza en un desconocido y desear que sea devuelta, de donde sea, de donde venga. Un ambiente cosmopolita deviene, poco a poco, en la segunda parte, en una ciudad más nuestra, con nuestras desventajas y privilegios, con nuestra —muy a nuestro pesar— paradójica realidad que al menor descuido nos da una bofetada y nos muestra quién manda. E n 1965, Arequipa fue sede del Primer Encuentro de Narrado- res Peruanos, organizado por la Casa de la Cultura de Arequipa en coordinación con la Municipalidad Provincial. Por primera vez y dada la coyuntura se reunían en Arequipa narradores como Ciro Alegría, José María Arguedas, Oswaldo Reynoso, Salazar Bondy, Izquierdo Ríos, Vargas Vicuña, Carlos Eduardo Zavaleta, ade- más de contar con intelectuales de la talla de Jorge y Antonio Cornejo Polar, Pedro Luis Gonzales Pastor, Raúl Bue- no Chávez, Enrique Ballón Aguirre. En este encuentro se abordaron tres grandes temas: el novelista y la rea- lidad; sentido y valor de las técnicas narrativas, y evaluación del proceso de la novela peruana; en donde el tono confesional y la variopinta perspectiva abarcaron todo el Encuentro, y le die- ron un matiz para una amplia acogida y una múltiple solución. Los temas se debatieron y cada autor mencionó el proceso creativo de sus obras y el res- pectivo análisis de los críticos (Todas las sangres y La ciudad y los perros, re- cientemente publicadas, en 1964 y 1962 respectivamente) y que, además, no dejaron de lado a la temática selvática, que a decir de Arturo D. Hernández, también presente en el Encuentro: “La costa y la sierra tienen historia, la cos- ta es el coloniaje fastuoso y la sierra es el incanato milenario; la selva no tiene historia”, pero con Sangama, Selva trágica, Bubinzana del propio Hérnan- dez, y Los cuentos de Adán Torres de Primer Encuentro de Narradores Peruanos Izquierdo Ríos, ambientados en la sel- va, ya la tiene. La selva es la tierra del porvenir. “Este Encuentro es trascendental en el proceso de la Narrativa Perua- na. Yo creo que en toda la historia de la creación literaria en el Perú, es la primera vez que nos reunimos auto- res y críticos modernos”, a decir de J. M. Arguedas. Ciro Alegría afirma que el En- cuentro “va a pasar a la historia por todas las cosas primarias que hemos dicho y por todas las cosas acertadas que podamos decir”. “Me parece su- mamente positivo este Encuentro porque creo que es la primera vez que se ha dado en la historia de las letras peruanas el gravísimo diálogo entre generaciones literarias”, concluye Sa- lazar Bondy. Mario Vargas Llosa estuvo algu- nas semanas antes de la realización del Encuentro y ofreció una conferen- cia en el teatro Ateneo, el 27 de mayo de 1965. Abordó los motivos del escri- tor y las tres experiencias que suscita- ron La casa verde (aún no publicada en aquel tiempo), de la cual leyó un fragmento. 1965 fue un año trascendental para la reflexión sobre la novelística peruana; los arequipeños pudimos escuchar a los grandes novelistas e intelectuales que han movido y, sin duda, seguirán moviendo (aquellos que todavía nos acompañan) los en- granajes de ese motor que es la litera- tura peruana.

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7/23/2019 Juan Pablo Torres / Cornejo Rosello

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13ArequipaLunes, 14 de diciembre de 2015

REUNIÓ A ESCRITORES DE LA TALLA DE ARGUEDAS,ALEGRÍA, REYNOSO, ZAVALETA, ENTRE OTROSP U B L I C A C I O N E S

8

Juan Pablo Torres Muñiz 

(Edición del autor, 2010) Páginas: 85

Se trata del primer libro de cuentos del autor. Contie-

ne tres relatos: “8”, “Grueso pellejo” y “La virgen”. “8”

aborda el misterio de la muerte de Alejandro Dañino,

disponiendo para ello diferentes voces narrativas que

revelan, sin decirlo, el misterio de la muerte de Alejan-

dro. “Grueso pellejo” aborda el vivir diario de Dúmbar,

un hombre que trabaja vestido de elefante vendiendo

dulces y de su desaparecida esperanza en este mundo;

probablemente sea su mejor relato. Finalmente, “La

virgen” recopila una leyenda de Aplao del entierro de

muchachas vírgenes en los túneles antes de su inaugu-

ración.

La incomprensión por el significado de la vida se

muestra en sus líneas, de allí los hechos que le acaecen

a Dúmbar, con su desgastado y sucio traje de elefante,

aquejado por un mundo que parece más abyecto que él

y su decisión de dejarse llevar por el día a día; la misma

muerte de Alejandro Dañino enmarcan un libro en don-

de el mundo no es tan bello como aparenta.

DONDE LA LUZ DUERMECarlos Cornejo-Roselló

(La Travesía, 2013) Páginas: 141

Ribeyro recomendaba que un cuento debe entrete-

ner o conmover o intrigar o sorprender, con uno de ellos

suficiente para que guste, para quedarse pensando en él.

Los cuentos de “Donde la luz duerme” cumplen sobra-

damente los preceptos ribeyrianos. Un mundo donde vi-

ven seres fracasados, más por impotencia que por malasuerte, personas que quisieron un futuro distinto, pero

no lo consiguieron. Sin embargo, al final, deben darse

cuenta de que la vida continúa y que el pasado es solo

un recuerdo que jamás se volverá a tener en las manos.

Este libro puede dividirse en dos partes. Una primera

parte formada por “Café con coñac”, “La película” e “In-

terludio”, donde la melancolía se respira por todos lados:

sueños rotos en nuestras manos y por nuestras manos,

porque no quisimos hacerlo, no pudimos intentarlo y si

lo hicimos fue tan rezagado que ya no era tal y se conver-

tía en una acción más, que se mira como “una promesacumplida a destiempo, una promesa que ya no era para

ellos”, pero al menos cumplida, por un vano deseo de re-

gresar el tiempo a esa época feliz y tranquila.

La segunda parte inicia con «Patio», le sigue «Vai-

vén» y concluye con «Adagio». La acción que transcurre

aquí ya no es la mirada al pasado de la primera parte;

aquí hay un ansia desmedida de cariño, como una ca-

rencia que no inmoviliza sino que llama a la acción, a

buscar salir del encierro, a proteger a los seres queridos,

a encontrar confianza en un desconocido y desear que

sea devuelta, de donde sea, de donde venga.

Un ambiente cosmopolita deviene, poco a poco, en lasegunda parte, en una ciudad más nuestra, con nuestras

desventajas y privilegios, con nuestra —muy a nuestro

pesar— paradójica realidad que al menor descuido nos

da una bofetada y nos muestra quién manda.

E

n 1965, Arequipa fue sede del

Primer Encuentro de Narrado-res Peruanos, organizado por

la Casa de la Cultura de Arequipa encoordinación con la MunicipalidadProvincial. Por primera vez y dadala coyuntura se reunían en Arequipa

narradores como Ciro Alegría, JoséMaría Arguedas, Oswaldo Reynoso,Salazar Bondy, Izquierdo Ríos, VargasVicuña, Carlos Eduardo Zavaleta, ade-más de contar con intelectuales de la

talla de Jorge y Antonio Cornejo Polar,Pedro Luis Gonzales Pastor, Raúl Bue-

no Chávez, Enrique Ballón Aguirre.En este encuentro se abordaron tresgrandes temas: el novelista y la rea-

lidad; sentido y valor de las técnicasnarrativas, y evaluación del procesode la novela peruana; en donde el tonoconfesional y la variopinta perspectivaabarcaron todo el Encuentro, y le die-ron un matiz para una amplia acogida

y una múltiple solución. Los temas sedebatieron y cada autor mencionó elproceso creativo de sus obras y el res-

pectivo análisis de los críticos (Todaslas sangres y La ciudad y los perros, re-

cientemente publicadas, en 1964 y 1962respectivamente) y que, además, nodejaron de lado a la temática selvática,que a decir de Arturo D. Hernández,también presente en el Encuentro: “La

costa y la sierra tienen historia, la cos-ta es el coloniaje fastuoso y la sierra esel incanato milenario; la selva no tienehistoria”, pero con Sangama, Selva

trágica, Bubinzana del propio Hérnan-dez, y Los cuentos de Adán Torres de

Primer Encuentro deNarradores Peruanos

Izquierdo Ríos, ambientados en la sel-

va, ya la tiene. La selva es la tierra delporvenir.

“Este Encuentro es trascendentalen el proceso de la Narrativa Perua-na. Yo creo que en toda la historia dela creación literaria en el Perú, es la

primera vez que nos reunimos auto-res y críticos modernos”, a decir de J.M. Arguedas.

Ciro Alegría afirma que el En-cuentro “va a pasar a la historia por

todas las cosas primarias que hemosdicho y por todas las cosas acertadas

que podamos decir”. “Me parece su-mamente positivo este Encuentroporque creo que es la primera vez que

se ha dado en la historia de las letrasperuanas el gravísimo diálogo entregeneraciones literarias”, concluye Sa-lazar Bondy.

Mario Vargas Llosa estuvo algu-nas semanas antes de la realización

del Encuentro y ofreció una conferen-cia en el teatro Ateneo, el 27 de mayode 1965. Abordó los motivos del escri-

tor y las tres experiencias que suscita-ron La casa verde (aún no publicada

en aquel tiempo), de la cual leyó unfragmento.

1965 fue un año trascendentalpara la reflexión sobre la novelísticaperuana; los arequipeños pudimos

escuchar a los grandes novelistas eintelectuales que han movido y, sinduda, seguirán moviendo (aquellosque todavía nos acompañan) los en-

granajes de ese motor que es la litera-tura peruana.