Juan Ramón Jiménez - Elegías puras y lamentables

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 Jiménez, Juan Ramón Elegías puras y lamentables

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Poesía, selección

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  • Jimnez, Juan RamnElegas puras y lamentables

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    LOr POETA/Biblioteca de grandes poetas clsicos y modernos

    JiN RiMN JIMNEZ

    elegas puras

    LAMENTABLES

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  • EDITORIAL CLARIDADc8ocitcj>,%.(> um i>uai.ic-JkCKOjrKa>

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    El Canto Errante DE -

    RUBCN DAROSe pondr en venta elmartes 11 del corriente

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    ELEOIAS PURAS Y

    LAMENTABLES

  • JUAN RAMOn JIMNEZ

    elegas purasY

    LAMCNTABLES

    IP/ POETA/

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  • elegas puras

    Dulces rosas de olor, que entre la hiedra verdedais a la noche azul vuestra mustia elegancia;cual la vuestra, la esencia de mi vida se pierdeen una noche triste de brisa y de fragancia . .

    .

    Si la estrella no fuera de una plata tan dura,si LO fuera la tumba de una nieve tan fuerte,y vuestro olor oh, rosas ! floreciera en la alturay tu olor oh, alma ma! diera vida a mi muerte!

    II

    Collado mustio, sientes frente al sol amarillola nostalgia de oro de una lrica aurora,t que tienes por alma un pjaro y un brillo,una hierba que suea y un ruiseor que llora?

    Bajo tu cielo azul eran las golodrinas,las naves blancas iban en ti 'por su bonanza,y hoy tus aguas paradas reflejan en ruinaslas que ayer fueron torres de ilusin y esperanza!

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  • J U A N RAMN JIMNEZ

    III

    El sol entra en mi vida por la ventana abierta,de modo que el rosal se ilumina de flores;y las rosas de oro, en la casa desierta,cantan no s qu anglicas sonatinas de amores.

    La tristeza romntica del poniente de orova resbalando sobre el ro vespertino . .

    .

    Yo, al acordarme de ella, me desespero y llorouna rosa y un oro, lo alegre y lo divino!

    IV

    Oh, rosas, que en la sombra del muro abandonado,volvis a abrir, llorando, \niestras sangrientas hojas,volveos a abrir en mi corazn arruinado,aunque os abris de llanto, aunque os abris de rojas

    !

    La fragancia hace dulce la sombra, y yo he perdidoaquella claridad que me embelleci un da...una rosa a mi alma es un beso al olvido,rosas, sed galardn de mi melancola!C5'

    Rosas de sangre, rosas de llanto, pero rosasque evoquen, corazn, tu doliente realeza. .

    .

    la ilusin tornar, como las mariposas,y me perfumar mi lgubre belleza!

    .6 ^

  • elegas puras y lamentables

    El paisaje se va de aqu hacia all, en la bruma;el ro se hace fronda, el valle se hace monte,la primavera rosa de la tarde se esfumay es un otoo plido de cerrado horizonte.

    Oh, corazn sin rosas! si un jirn te prendiesey fueras monte en valle y fueras fronda en ro,y tu otoo de sangre y de lgrimas fueseslo una primavera velada por el fro!

    VI

    Oh, plenitud de oro ! encanto verde y llenode pjaros, arroyo de azul, cristal y risa!oh, soledad sonora ! mi corazn serenose abre, como un tesoro, al soplo de tu brisa.

    y esta amargura eterna de un amor sin amores,este desdn de todo, de la risa y del duelo,y la realeza triste de este orgullo con flores,en ti, oh campo ! se hacen tan grandes como el cielo I

    7

  • JUAN RAMN JIMNEZ

    VII

    Esta cristalera celeste y este orode la luz de las casas, qu dicen a mi vida?Las rosas de la tarde oyen, rezando, el corode los ngeles. ngelus ! Mi madre est dormida . .

    .

    En el piano, antiguo amigo del poeta,suean no s qu rondas de msicas lejanas. .

    .

    Pena ... Me duele el alma de esta bruma violetacon cristales y oro, con flores y campanas.

    VIII

    La tristeza amarilla del sol mustia su lumbresobre la hoja que suea, sobre la flor que arde. .

    .

    un ruiseor medita sobre la podredumbre,voz de agua y de cristal que embellece la tarde . .

    .

    Cementerio de oro ! yo que siento mi Yainclinarse hacia ti, como un sauce hacia un ro,no podr contener la sangre de mi heridaentre este regocijo dorado del esto?

    Ya que tengo mi alma clara como tu brisapara el sol, para el valle, para el mar, para el cielo,he de guardar debajo de tierra esta sonrisacompleja y pura, hecha de alegra y de duelo?

    8

  • elegas, puras y lamentables

    IX

    Llueve cual para un cielo gris con dulzores de oro.Rosas blancas y rosas entre verdores tristes...Ciudad de mis otoios, por tu jardn 3*0 lloroy t, bajo el crepsculo romntico ,no existes!

    Qu lluvia azul de plata sobre las pobres rosas!un libro y un amigo, la lmpara y el piano . .

    .

    y oh, muerte que no pones en estas otras cosasla sombra de tus ojos y el hielo de tu mano!

    No s si aun yerra una rosa de la tarde, en la frentede las torres ; lo azul envuelve ya a la vida . .

    .

    mas, como un pensamiento, quedar an en la mentede la piedra una msica romntica y florida?

    Oh, primavera blanca de la noche, perfumede ruina, leyenda de sueos de colores!hoguera en que el encanto del mundo se consumeen un hervor de aguas, de estrellas y de flores

    !

    9

  • JUAN RAMN JIMNEZ

    XI

    Sol que me inundas todo de tu esplendor dorado,t que eres de cristal, de flor y de harmona,luz que Tienes del mar, paz que vienes del prado,son que vienes del viento, pual de mi alegra!

    Que de tu paz de oro se tina la aureolaque resplandezca sobre mi lgubre fortuna,que tu lumbre de msica, de fragancia y de oladuerma en el fondo de la plata de mi luna.

    Que seas y que luzcas, pero que tu bellezaest en m como est en la noche de mayo

    :

    una ilusin de aurora que encante la tristeza,sin carmn, sin ruido, sin hervor y sin rayo.

    xn

    En el cielo rosado estn rojas las rosas,y, sobre la verdura de mi jardn sonoro,cae el ngelus triste, lleno de temerosasalas, de lirios blancos y de estrellas de oro.

    Y es tan dulce el recuerdo de todo lo doliente,a la obscura humedad de los verdes profanos,que mLs ojos se ponen azules, y mi frentese hunde, llena de lgrimas, en la paz de mis mano.

    ^ 10

  • elegas puras y lamentables

    XIII

    Oh, tanto sol!, oh, tanto da celeste y claro!mis rosas melanclicas se mueren de tristeza;oh, plido septiembre, cundo tu sol avarodecorar de un oro de plata mi belleza!

    Recorrer las sendas dolientes de la vidacon una hoja dorada entre mis labios rojos;todo estar con lgrimas y luz de despedida,habr paz en mi alma y armona en mis ojos.

    XIV

    La humedad del jardn me refresca la penay mi ilusin se va por entre dulces rosas . .

    .

    Temblor y fro. Tierra mojada. Sombra llenade tierra y sombra. Flores de otoo. Olor a cosasidas. .

    .

    Ay! juventud mate, blanca y helada,sin una boca roja que te siembre de amores!... La noche va cayendo ... 3^ la tierra mojadaahoga, a las estrellas, la esencia de las flores. .

    .

    11

  • JUAN RAMN JIMNEZ

    XV

    La luna da a los campos su calma de cristal,de modo que en la blanca tristeza de la sendahay como una ilusin de luz primaveralflorida con tal magia, que no hay quien lo com-

    [prenda...

    La esperanza no existe, los recuerdos son viejos,el corazn parece que late en el olvido,las almas que nos quieren estn todas muy lejos,el amor inmortal no ha venido. . . o se ha ido. .

    .

    La ciudad, en el valle, azula su blancura,y el sol y las palabras se alejan de tal suerte,que el alma no ve el cuerpo y yerra alegre y puracomo si ya estuviera volando por la muerte. .

    .

    XVI

    Amo el paisaje verde por el lado del ro. .

    .

    El sol, entra la fronda, ilusiona el poniente;y, sobre flores de oro, el pensamiento mo,crepsculo del alma, se va con la corriente.

    Al mar ? al cielo ? al mundo 1 Qu s yo . . . Las[estrellas

    suelen bajar al agua, tradas por la brisa;el ruiseor medita . . . Las penas son ms bellas,y sobre la tristeza florece la sonrisa.

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  • elegas puras y lamentables

    XVII

    Dejadme en el jardn fragante, porque quierover el sol en el agua blanca de mariposas;pues si esta tarde de oro pasa el fro y me muero,me llevar mi alma toda llena de rosas. .

    .

    Ahora que estn mis ojos llenos de luz florida,por Dios, dejadme solo ; mi carne es poco fuerte

    ;

    quiero oir lo que dice la brisa de la viday tan poco jardn de la vida a la muerte . .

    .

    XVIII

    T pones en la senda tu llorar amarilloy, aunque el cielo es azul y alegre, no lo pierdes . .

    .

    oh, sol! qu brillo tienes, qu tristeza, qu brillotan de pena de enfermo sobre los campos verdes!

    13

  • JUAN RAMN JIMNEZDe qu es, sol, tu tristeza? qu nostalgias amargaste dejan as, mustio, con aire de elega?son esas brisas tristes, son esas sombra largasque haces tender a todo sobre la pradera?

    El sol sufre. La tarde tiene una pena errantesobre el jardn antiguo. All por la montaahay nubes suntuosas de oro y de diamanteque evocan viejas glorias ramnticas de Espaa.

    Tras la fronda parece que canta el mar sonoro . .

    .

    ser el campo amarillo y yermo de Castilla;pero en el aire azul hay un brillar de orocomo el del aire en los jardines de la orilladel mar.

    Pasan los pjaros negros sobre el celestedel cielo puro, negros sobre la pradera. .

    .

    . .

    .mas, sol triste, qu brillo melanclico es este

    que te poneos as, mustio, con aire de elega?

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  • elegas puras y lamentables

    ZIX

    Hoy ha estado en mi alma la perfumada brisade aquesta rosadora y dulce primavera;fu como en un ciprs un pjaro de risa,como una mariposa en una calavera.

    Y qu rumor has hecho, brisa, por mis dolores

    !

    era como en un bosque con rboles de espanto,al frescor de ti paso no se abran las flores,el carmn era s ngre y el roco era llanto.

    XX

    Sobre la obscuridad de mi noche de llantoel cielo es un inmenso resplandor verde y plata;el monte aleja todos sus rboles de espanto,el agua da a la luna su dulce serenata.

    Todo convida al xtasis ; la queja diamantinaque envuelve entre cristales las rosas de mi duelo,el bosque paternal y la estrella divinaque da a la carne negra esta idea del cielo!

    15

    i

  • JUAN E A M O N JIMNEZ

    XXI

    Abandona, poeta, la loca panderetay el tambor, que te han dado tanto alegre estribillo.mira, el otoo piensa su elega violetay aleja por el cielo un recuerdo amarillo.

    Exalta la boja seca, liba la poesade esa lumbre doliente que en la tarde persiste;y que el lamento sea a tu melancolalo que el color de llanto al horizonte triste.

    xxn

    Oh, crepsculo rosa !El mar suea, a lo lejos.

    Y, por esta arboleda de sol y de harmona,voy romnticamente, con mis recuerdos viejos,a llorar a la sombra de la melancola.

    Una clsica fuente que endulzara las floresy que la hiedra, hoy, decora tristemente,me evoca, con sus ruinas, unos tristes amoresque fueron a mi alma cristal y flor de fuente. . .

    *^

    Mientras los ruiseores cantan, mientras la brumaes, al sol de la tarde, un jardn perfumadaesta flor pensativa de mi alma perfumala soledad de tedio, de viudez y de olvido. .

    .

    16

  • elegas puras y lamentables

    xxin

    Canta un rdseor.

    Ruiseor de la noche, qu lucero hecho trino,qu rosa hecha harmona en tu garganta canta?pjaro de la luna, de qu prado divinoes la fuente de oro que surte en tu garganta?

    Es el raso del cielo lo que envuelve la urnade tus joyas azules, temblorosas y bellas?llora en tu pecho un dios ? o a qu antigua y nocturnaprimavera has robado tus aguas con estrellas?

    XXIV

    Desde este prado en flor, que el sol nimba de oro,mi corazn se rompe hacia ti, tristemente

    ;

    la tarde va cayendo, el aire est sonoro,una ilusin antigua palpita en el poniente . .

    .

    Y como la amargura de mi herida me haceinmenso y claro y de oro, como un mar sin consuelo,yo me voy hacia ti en la noche que nace,inflamado de sol, perfumado de cielo.

    17

  • JUAN RAMN JIMNEZ

    XXV

    Oh, t que fuiste arroyo, t que cantaste tantoen una primavera de pjaros y flores,por qu pradera hiciste tu estribillo de llanto,oh, t, corazn lrico, agua de ruiseores?

    Arroyo, corazn, esclavo con cadenasdoradas, agua quieta de cristal mustio y hondo,quin te enfri lo azul, o qu cielo de penaste dej para siempre su ceniza en tu fondo?

    XXVI

    Jardn de primavera, qu tienen tus rosalesque hacen que yo solloce entre sueos lejanos,que exhalan estas tristes fragancias celestialescomo si por las rosas estuvieran sus manos?

    18

  • elegas puras y lamentables

    Era la tarde, cuando, bella como una rosablanca, bajaba al parque a acariciarlo todo,a poner en el alma de luz de cada cosala gracia melanclica de su doliente modo. .

    .

    Y su caricia era de tan fresca eleganciaque todo le prestaba su olor en la arboleda

    ;

    as ella estaba siempre cargada de fraganciay estelaba la estancia de perfume y de seda . .

    .

    Hoy, cuando nada blanco ni nada dulce encuentroentre esto blanco y dulce que miro suspirando,parece que estas rosas de nieve tienen dentrounos ojos azules que me miran llorando.

    19

  • JUAN RAMN JIMNEZ

    XXVII

    Cmo se abre ante ti mi corazn, que pierdepoco a poco su sangre, sus rosas, sus amores!t siempre me respondes, naturaleza verdetoda llena de sol, de pjaros y flores!

    Oh, campo ! oh^ lecho puro ! oh, brisa estremecidaoh, cielo azul y blanco ! oh, mgica pradera

    !

    yo bien quisiera echar el peso de mi vidasobre vuestra dorada y eterna primavera!

    XXVIII

    Sol alegre y florido, que tornas de un orientecarnal y azul y rosa, esta triste* maana,yo te he visto nacer encantado y rientedesde el rosal en hojas y en flor de mi ventana!

    Hoy que las alas faltan a mi doliente paso,hoy que no siento el agua de la fuente cantora,t no puedes borrar la sombra del ocasocon el cristal de oro de tu oriental aurora!

    20

  • elegas puras y lamentables

    XXIX

    T, dorador romntico de las quimeras blancas,oh, t, sol de la tarde, que en este muro brillas,de qu jardn de ocaso, y en qu rosal, arrancasese esplendor lejano de rosas amarillas?

    Cristal de plata y oro del agua de este prado,fruto de sangre y fuego del chopo de oropeles,desgarra con un rayo de ensueo mi costadoy que mi corazn llore en sus cascabeles

    !

    Haz llama mi ceniza ; mi ruina, tesoro

    ;

    cual por una avenida, vete por mi memoria. .

    .

    la mariposa negra hzmela estrella de oro,la espina que me dores, trnamela ilusoria!

    XXX

    Entre la enredadera de clices azulesfiltra la luna un rayo de oro y de tristeza ;la guirnalda de aroma, de cristal y de tulesbrilla, plidamente, sobre mi realeza.

    Tenofo en el corazn un jardn como estecon un preludio lrico de brisas y luceros,un agua perfumada bajo un cielo celeste,una quietud de oro y un huir de senderos.

    .

    21 ~

  • JUAN RAMN JIMNEZ

    XXXI

    La tarde es un silencio hecho de valle y bruma .

    .

    Sobre las hojas secas camino, paso a paso,mientras tiembla el lucero y el paisaje se esfumaextasiado en la lira de oro del ocaso.

    El cnit se ilumina de plidos rosales,el agua est dorada, canta en la sombra un grillo.,mis ojos se me van tras dos pjaros realesque pasan y se pierden en el cielo amarillo.

    xxxn

    Melancola, fuente de hilo eterno de plata,qu corazn de lgrimas te surte? entre qu floresperpetuas te renuevas, cristal mustio, sonatade la sombra, garganta de antiguos ruiseores?

    Hilo que ardes al sol, que sueas a la luna,que has trueno en el ^dento y en la brisa haces cantofuego, ensueo, lamento y copla sin fortuna...

    melancola, fuente de hilo eterno de llanto!

    22

  • elegas puras y lamentables

    xxxm

    La sombra de la tarde va apagando el jardn,y toda mi esperanza se muere entre la sombra

    ;

    el oro de mi ocaso se ha puesto ya carmn;mi boca est marchita; ni pide amor, ni nombra

    a la ilusin que huye con todos los colorespor el camino blanco que mira mi ventana. .

    .

    Bajo mi corazn hay unas pobres floresque esperan entre sueos el sol de la maana !

    Parece que no hay nada, o que todo se ha ido . .

    .

    no s para qu intento soar con otro da . .

    .

    Quiera Dios que esta noche, cuando yo est dormido,corte la muerte el hilo de mi melancola.

    El oro de mi ocaso se ha puesto ya carmn,no s por qu ilusiono seguir en esta andanza . .

    .

    mi vida est en la senda doliente del jardny en el jardn de hoy se ha muerto la esperanza I

    Fin de ''ELEGAS PURAS''

    23

  • ELEGAS LAMENTABLES

  • En estas horas vagas que acercan a la nochemi corazn se ahoga y sube hasta mis ojos...da la oracin, despierta Venus, pasa el cochede las siete, hace fro. . . y all en los cielos rojos

    el mirador, el campanario, la palmerame traen historias viejas que estn ya sin sentido,como si por la bruma de esta tarde yo fuerapasando entre jardines, cual un nio dormido . .

    .

    Y el coche va hacia el tren, y el tren solloza y[lleva

    hacia el mundo... hacia el mundo, si todava existe!y yo sueo, en mis sueos, con una patria nueva,viajero de mis lgrimas, solo, exaltado y triste.

    27

  • JUAN RAMN JIMNEZ

    n

    Esta espectral fijeza del sol en los verdores,este soar del agua llena de hojas cadas,el vuelo de estas mariposas de coloresfnebres, por las solitarias avenidas!

    El nacer de una hierba enferma, por las piedrasde las ruinas, de las fuentes, de las fosas,las paredes a norte, verdes de obscuras hiedras,y la nostalgia perfumada de las rosas!

    Un suspirar por algo encantado y distante,por algo ms que no se encuentra y que se ignora,presentimientos tristes en cielos de diamante,una mujer que olvida y un poeta que llora. .

    .

    28

  • elegas puras y lamentables

    m

    Oh! garder jamis Vheure liieentre toutes. SAMAIN.

    Traigo en el alma a Schumann, y el oro vespertinoha encantado, en mi senda, el doliente paisaje...Dejadme ... yo no quiero agua, ni pan, ni vino,ni ver a esas mujeres, ni mudarme de traje. .

    .

    Lo eterno, en m, est abierto como un tibio tesoroy, sobre la amargura del miedo cotidiano,llueve sus claridades de azul, de rosa, de oro,florece lo extinguido y acerca lo lejano . .

    .

    La luz inmarcesible que llevo dentro, ardecomo una primavera de sueos de colores . .

    .

    Ay! prolongar eternamente esta dulce tarde,o morir ya, entre estas iluminadas flores

    !

    29

  • J A y H A M o N J I M E N E Z

    IV

    Blancura florecida de mi primer cario,al toque melanclico y dulce de diana!...Qu celeste alegra daba a mi alma de niojardines orientales en aquella maana?

    Era la feria. Estaban los plidos doloresmuertos entre el verdor de falsas primaveras;todo andaba florido de risas y de flores,el suelo era de juncias, el aire de banderas.

    Y aouellp suave nochp azul, en aaupl banco,baio la tibia sombra de la acacia florida,ella, cuando la luna daba su lino blanco,dijo que me quera para toda la vida.

    .. .Av! yo r)a:ara todas mis penas nuevament-e,hasta las ms obscuras, por ver una mar^nacomo aouella en nne el sneo mf flrrpfif) la frenteal toque melanclico y dulce de diana!

    30

  • elegas peas y lamentables

    . . . camo una ciudad d^ grana coro-

    nada de cristales ... ZORRILLA.

    Sobre el silencio y la miseria del hombre,se levanta el crepsculo lleno de idealidades...lleva florecimientos y nostalgias sin nombrede todos los pases y todas las edades.

    Ventanas de cien siglos se abren frente a su en-[sueo,

    antiguas carnes le alzan su exttico tesoro,y rueda, sobre el tedio de la angustia y del sueo,el enorme rumor de su silencio de oro.

    Las ciudades parecen de prpura y cristales jardines momentneos

    y eternos ! de otros mun-donde reina la diosa de los ojos fatales [dosque hace a los hombres, con su olor, meditabundos...

    81

  • J A IS B A M O N JIMNEZ

    VI

    El poeta ve pasara desde su asno, unvuelo de pjaros de sol.

    Bandada que levantas, ebria de sol, tu vueloa la hora .del crepsculo, cuando los naranjalesentibian su verdura de oro, bajo el cielotriste de grises y de rosas otoales!

    Entre tus alas negras se van mis alas blancas,recin nacidas, con sed de luz y de espacios,alas de un corazn descompuesto en las ancasen que se quiebra todo el cristal de mis palacios!

    Bandada negra, a qu radiante primaveravas a entrar? a qu sol vas a cantar maana,mientras yo sigo enfrente de esta misma ribera,mirando este camino, oyendo esta campana?

    32

  • elegas puras y lamentables

    VII

    Sobre la calle en sol de siesta y de verano,calle sola y con hierba de la ciudad atlntica,en el aire del mar, llora un triste pianouna cancin criolla, plaidera y romntica...

    En el ocaso hay dorados espejismos,los miradores abren sus fiestas de cristales...vienen de un jardn verde, de clidos lirismos,esencias penetrantes de flores estivales...

    Las vsperas. El agua blanca brilla a lo lejos. .

    ,

    la vida es toda amor. . . en las hondas moradasduermen, soando, los enfermo.s y los viejos,con sexos negros y con bocas encarnadas. .

    .

    VIII

    Entre ia hierba rota del verde cementerio,caer, violeta y blanco, en la mojada fosa,mientras, en un poniente de ilusin y misterio,muera, sobre los campos, alguna nube rosa...

    Caer pensando en ti, paraso de alegra,carne de aroma sano y de lazos ardientes,mujer fuerte y morena, que vers todavatanta fiesta de rosas en los dulces ponientes!

    33

  • JUAN RAMN JIMNEZ

    IX

    iOh, triste coche viejo, que en mi memoria ruedas

    !

    pueblo que en un retiodo de mi alma te pierdes!lgrima de la albada, lucero que te quedastemblando, en la colina, sobre los campos verdes!

    Estaba verde el cielo, despertaba el caminofresco y fragante del encanto de la hora,cantaba un ruiseor despierto y el molinorumiaba un son eterno, rosa frente a la aurora...

    Y en el alma un recuerdo, una lgrima, unamano alzando un visillo blanco al pasar un coche...la calle de la vspera, azul bajo la lunasolitaria, los besos de la ltima noche. .

    .

    Oh, triste coche viejo, que en 'mi memoria ruedas!pueblo que en un recodo de mi alma te pierdes!lgrima de la albada, lucero que te quedastemblando, en la colina, sobre los campos verdes!

    34

  • elegas puras y lamentables

    IInfancia ! campo verde, campanario, palmera,mirador de colores! sol, vaga mariposaque colgabas, a la tarde de primavera,sobre el cnit azul una caricia rosa

    !

    Jardn cerrado, en el que un pjaro cantabapor el verdor teido de melodiosos oros

    !

    brisa suave y fresca, en donde me llegabala msica lejana de la plaza de toros!

    ...Antes de la amargura sin nombre del fracasoque engalan de luto mi corazn doliente,ruiseor negro, am, en la tarde de raso,el silencio de todos o la voz de la fuente . .

    .

    35

  • JUAN RAMN JIMNEZ

    XI

    Triste ilusin de amores veraniegos, amoresde casa en sombra y de abanico y de pereza!. . .ronda quieta y pesada de humedad y de flores,lascivia enrojecida de carnes sin tristeza...

    Es un olor a traje fresco, a tres de la tarde,a viento de marea, a llanto de piano,a vsperas, a jazmn blanco, a calle que arde,a bastidor, a grillo equivocado, a mano . .

    .

    Laxitud de mujeres blancas apariciones

    ,

    ojos que se deshacen en llama de deseos,ascuas en vez de bocas, soolientas canciones,proyectos de colores en vanos balanceos . .

    .

    ...Has existido, amor de bruma y de ideales,

    de estancia malva con espejos encantados,amor con llama rosa, con lluvia en los cristalesy con romanticismo de parques deshojados?

    36

  • elegas pumas y lamentables

    XII

    Un viento nocturno mece verdoresagrios y Jiortensias iluminadas.

    Entre estos brillas verdes, bajo el azul nocturno,y al errar de la brisa perfumada y serena,esas msicas tristes me ponen taciturnopor la inutilidad errrante de mi pena.

    Oh, una mujer fragante, que sus palacios abrapara m solamente, y que ra y que llore,que no ponga la vida en letra ni en palabra,que no tenga talento, pero que me enamore!

    Quin ser el que te halle en sus brazos, mimosadoliente del jardn y luz del aposento,carne disparatada y romntica, rosaque vienes con la msica y te vas con el viento

    !

    37

  • JUAN R A M O y J I M E N E Z

    xin

    Ni me encanta el arroyo de cristal, ni me llamael ureo mar lejano, ni el cielo azul me alegra. .

    .

    mis ojos estn fijos bajo el sol que derramasobre el campo amarillo mi errante sombra negra.

    La frondosa verdura me invita lujuriosa,la roca roja y agria me habla de fortaleza,ms mi frente se cae como una hoja de rosaV en mis manos de seda se dobla mi tristeza.

    Oh, sol de ocaso que haces tibio el campo y sonoro,ntrate por mi sangre y hazme spero y fuerte;que mi cuerpo, encendido en tu llama de oro,sea escudo que embote la lanza de la muerte!

    b 33

  • elegas puras y lamentables

    XIV

    Letra de petenera sin semiido queyo oigo en una msica vaca.

    Petenera de sangre, que lloras bajo un cielomenos azul que el tuyo, petenera de Espaa,qu ests contando, loca, con ese desconsuelo,a la orilla de un ro, en una tierra extraa?

    Por qu sufres as, con tu voz de mujeresmorenas, si entre todos los que te estn soando,nadie sabe lo amarga y lo negra que eres,petenera que vas a matarme, llorando!

    No llores sin un ro conocido y sereno,sin el besar del sur, que da a las pobres bocasuna fragancia clida, un amor fuerte, llenode la sensualidad de tus mujeres locas...

    La tarde va cayendo. . . Ms all de las flores

    del jardn, por el oro de la verde ribera,el organillo abre su caja de coloresy clava en el ocaso su triste petenera. .

    .

    39

  • JUAN RAMN JIMNEZ

    XV

    Acabas de salir de tu alcoba. . . Yo he entrado.Est desarreglada, deshojada, marchita...sobre una silla de oro, el cors perfumadoque llevabas la tarde de la ltima cita. .

    .

    En el sof

    j oh, recuerdos !la magia de tu[enagua,

    tu huella en el desorden fragante de tu lecho,ah!, y en la palangana de plata, sobre el agua,una rosa amarilla que perfum tu pecho

    !

    Y un olor de imposible, de placer no extinguidoy saciado, ese ms que tiene la belleza,laberinto sin clave, sin fin y sin sentido,que nace con locura y muere con tristeza!

    40

  • elegas puras y lamentables

    XVI

    Grito del pavo al crepsculo verde!y t, Venus de plata, estrella humedecida

    !

    ...rfaga sensual y triste, que se pierdeen los recodos polvorientos de mi vida!

    Oh, brisa en el crepsculo ! oh, ponientes de Es-honda suntuosidad de cielos orientales ! [paa

    !

    olor nocturno y suave de mujer que se baa,de rosas al revs en morados cristales . .

    .

    Mi pensamiento es como flor melodiosaen un frescor crepuscular de agua corriente.

    .

    .

    para la boca seca quin tuviera una rosa

    !

    para la mano spera quin hallara una fuente

    !

    41

  • JUAN RAMN JIMNEZ

    xvn

    Tras el muro sombro se inflama la pradera,re el sol en el verde infantil del retoo . .

    .

    luminosa, elegiaca ilusin de primaveraen esta tarde azul de principios de otoo

    !

    Por un parque reciente suean voces de nios,un dolor mitigado mira huir la corriente,bajo las sombras verdes se encantan los cariosa la msica vaga de la brisa y la fuente. .

    .

    Hay detrs de los libros una pasin de cosascrepusculares, son amables las heridas,y un volar de colores se exhala de las rosasabiertas por el sol en las hojas cadas.

    .

    .

    42

  • elegas puras y lamentables

    XVIII

    El sol, de un oro triste, naca entre los pinos,florido como un sol mgico de la infancia .

    .

    .

    encenda las ramas, rosaba los molinos,haca dulce el agua y tibia la fragancia . .

    .

    Atrs quedaba el pueblo, dormido; dentro, ella,perdida en el confuso verdor de sus jardines,pura aun de niez, como cada estrellacon olor de violetas y frescor de jazmines. .

    .

    Tristeza adolescente, ya con lgrimas! cuntodolor desde la aurora de los primeros das!agua de las nostalgias, oh, manantial de llantosiempre escondido entre las verdes alegras!

    ... El sol, de un oro triste, naca entre los pinos,florido como un sol mgico de la infancia . .

    .

    encenda las ramas, doraba los molinos,haca tibia el agua y dulce la fragancia . .

    .

    43

  • JUAN RAMN JIMNEZ

    XIX

    El aromo decora de una lumbre de oroy de fragancia el nombre de la tumba cerraday, en el cielo de marzo, hiere un clido corode pjaros en celo la soledad callada . .

    .

    Brilla el ro . . . campanas . . . pasa un tren a lo[lejos...

    y mi vida insegura se reclina en la piedra,sola con su dolor entre estos muros \dejosdonde toman el sol el lagarto y la hiedra . .

    .

    Oh, mi sangre! oh, geranios! Quin pudiera,[armona,

    no morir nunca. . . ni vivir!El aire trae

    un gritar de la vida ; la penumbra se enfra

    ;

    el aromo se queda sin sol.

    . . La tarde cae . .

    .

    44

  • elegas puras y lamentables

    XX

    Organillo con sol, agria pradera, vino,cmo le alborotis las alas a mis penas!maldita voz que me echas al polvo del camino,a m, que soy un ramo doliente de azucenas!

    Mi corazn cansado, melodioso y cobarde,se asusta y llora, como un nio, en la alegra;no es el verdor con gritos de esta encendida tardeel ornamento propio de su melancola.

    Luz suave que llegas, llvame...adonde?, adonde!o t, orilla del ro, condceme al acaso . .

    .

    hombre puro y sin tacha, a mi alma correspondeese violeta triste y esa paz del ocaso.

    45

  • JUAN RAMN JIMNEZ

    XXI

    Ir, blanco, en la caja de negro terciopelo,una equvoca tarde de cielo azul y brillode elega

    ,

    podrido bajo el cristal del cielo,a una miisica triste de metal amarillo . .

    .

    Saldr al sol de los campos por la verde calleja,y la serena brisa de la ciudad dolienterecoger tan slo, en una plaza vieja,el chillar de unos pjaros y el bullir de una fuente.

    Despus vendrn las nios... Y el cristal pensativoreflejar un ocaso de claridades bellas,y surgir, al crepsculo, un mundo limpio y vivobajo el temblor de plata de las T)lancas estrellas...

    46

  • elegas puras y lamentables

    XXII

    Echado en la baranda de la terraza, mirocaer la tarde triste sobre la obscura fronda . ,

    .

    el ocaso se abre lo mismo que un suspiro . .

    .

    el recuerdo es confuso y la nostalgia es honda.

    Bandadas de mujeres desnudas van dejandoolor a sexo de alma por el aire violeta . .

    .

    un agua oculta cuenta, soando y sollozando,misterio de un placer que no tendrs, poeta!

    Lenta obsesin de muerte de locuras se obstinaen araar el alma desde el poniente abierto . .

    .

    pero la luz de oro da sobre la ruinade una carne que guarda un corazn de muerto,

    47

  • JUAN B A M O N JIMNEZ

    xxin

    El cielo iluminado sobre el campo sombro!oh, qu amarga nostalgia de incomprensibles cosas!arriba, tibio todo; abajo, todo fro;qu claras las estrellas y qu opacas las rosas!

    Y, en la penumbra, t y yo, como dos vanassombras, por el mojado crepsculo de invierno,queriendo hacer inmensas dos pasiones malsanastan distantes de todo lo divino y lo eterno!

    Dorma el mundo... perduraba en el ponienteuna crdena herida ... Y era la noche unaconfusin misteriosa, sensual y doliente,idealizada por el oro de la luna . .

    .

    48

  • elegas puras y lamentables

    XXIV

    Corazn, por qu sueas, entre el oro poniente,junto a la fuente azul y verde de rosales,con esa caravana de tardo andar, dolientecaravana de lricos pasados patriarcales?

    Por qu tu pena es sta, por qu anhelas, llorando,junto al agua de hoy, junto a las nuevas rosas,si de las caravanas no queda nada, cuandolas horizontes borran las almas y las cosas!

    Ocasos amarillos, dnde estn las lejanasmujeres, con las nforas en las cabezas bellas?dnde estn, horizontes, esas samaritanasfloridas como soles, dolientes como estrellas!

    Oh, rojo sol de lricos pasados patriarcales!errante caravana de andar tardo y sonoro!mi corazn no quiere su fuente y sus rosalesesta histrica tarde de poniente de oro!

    4f

  • A M o N JIMNEZXXV

    La golondrina canta.El poeta est muerto...

    Oh, qu dulzura tiene el viento vespertino

    !

    Parece que una inmensa flor azul ha entreabiertosu cliz que perfuma lo eterno y lo divino.I.

    *

    El poeta est muerto...La golondrina canta.Una hora de estrellas vendr sobre esta hora. .

    .

    Maana, mientras ella, cantando, se levanta,sobre la tumba fra florecer la aurora.

    XXVI

    An, esta noche, yerra por mi barba de oroel perfume suave de su carne de encanto . .

    .

    el cielo estaba gris. . . y yo bes el tesorode su emocin y de su amor y de su llanto.

    Primavera doliente que te vascmo! adonde?

    en un derrumbamiento de gracia matutina!se mustiar la boca romntica, que escondeen su sangre la esencia de la flora divina!

    Y tu jardn, oh, pobre poeta! ser un tristeparque oxidado y turbio, sin ms flor que su calma,y pasars y nada vendr, de lo que existe,a poner una rosa o una boca en tu alma!

    50

  • elegas puras y lamentables

    XXVII

    Soaba con un camino misterioso

    t

    donde el alma pudiera llevar al cuer-po mioitras la vida durara. . .

    Esta senda .florida de lilas y de acacias,que yo so fragante y tibia en primavera,es hoy, al paso negro de todas mis desgracias,senda de olor a tierra y de flores de cera.

    Toda aquella esperanza, y la ilusin de oro,de estrellas y de lgrimas, alegre y vespertina,fueron como un crepsculo, y. . . primavera, lloroporque mi carne, en ti, huele a cadaverina!

    Y no podr ya nunca, en el bien de la tarde,decir mis elegas al aire y al misterio

    ;

    el paso se me ha roto y va, lento y cobarde,como por una senda que lleva a un cementerio . .

    .

    51

  • JUAN RAMN JIMNEZ

    XXVIII

    En el sol melanclicooh, tedio vespertino!

    flota el humo azulado que exhala la perezade estos hombres que fuman, que hablan, que beben

    [vino,que dan dolor de alma y dolor de cabeza.

    Est de oro todo lo azul hacia occidente,y, en la brisa de otoo que perfuma la plaza,yerra la gran nostalgia llorosa de un ponienteque hizo sonoro un da y dorado la raza.

    Y estos reformadores de patria y mundo, hacenalarde de un orgullo que ignora y que no admira,mientras yo voy sintiendo, frente al sol, que me

    [nacendos srrandes alas blancas al lado de la lira!

    S2

  • elegas puras y lamentables

    XXIX

    . ..

    entrar una trisa fresca pre-guntando p&r mi alma.

    Oh, la tarde despus del entierro! La brisade la tarde celeste! el sol, la estancia abierta,la esencia de jazmn, la doliente sonrisadel amor, enlutado tras la entornada puerta!

    Todo suspenso, todo! la msica de platade los versos lunarios, la soada lecturade los dos, el rosal, la candida sonatadel piano, la carne cerrada y sin ventura

    !

    Slo una palidez sobre un espectro, un lentoolor de ausencia de alma, de extinguida realeza,una rosa cada y un poeta del vientocantando en el jardn sin nadie su tristeza!

  • J V A N RAMN JIMNEZ

    XXX

    Viejo coche que vas a llevarme...di, adonde?

    por qu estn tan alegres tus polbres cascabeles?mi alma mustia y nublada de llanto, no respondenada a tu barniz verde, nada a tus oropeles.

    Por qu vienes as, tan bello y tan sonoro,bajo la dulce sombra del sendero florido,si este sol de la tarde no puede hacer de oroel dolor de mis ojos violeta de olvido?

    Pasars la marisma, pasars la realezadel jardn y del ro . . . y la lrica brisade la tarde de mayo, no traer a mi tristezani una palabra en flor, ni una nueva sonrisa . .

    .

    Y t vas a llevarme, mudo de pena, dentrode ti, coche de pueblo, verde y con oropeles,hacia una gran ciudad en la que nada encuentro,... al son de tus floridos y alegres cascabeles

    !

    ^ 54 -^

  • elegas puras y lamentables

    XXXI

    El aire riza el cielo cual un moir celeste;toda la claridad est en ocaso ; floresdulces doran la orilla del riachuelo agresteque serpentea entre vespertinos verdores.

    Re un pjaro errante; y son notas de oroque ruedan a un jardn de ensueo y de harmona.Cantada por las fuentes, la tarde es un tesorode salud, de frescura, de gracia y de alegra.

    Mas no para el que tiene su corazn podrido,como un \dejo atad, en un nicho de llanto . .

    .

    vientos negros le llegan del mundo del olvido,le perfuman la tarde flores de camposanto.

    55

  • JUAN RAMN JIMNEZ

    xxxn

    Mujer, abismo en flor, maldita seas! rosade filo, espada tierna, fontana de letargo;con qu nos muerde, lirio, tu seda? cmo, diosa,haces lo negro de oro y haces dulce lo amargo?

    Yo iba cantando, un da, por la pradera de oro,Dios azulaba el mundo y yo era alegre y fuerte;t estabas en la hierba, me abriste tu tesoro,y yo ca en tus rosas y yo ca en la muerte!

    Ay! cmo das la sombra entre tus labios rojos,mujer, mrmol de tumba, lodo abierto en abrazos?t que pones arriba el cielo de tus ojos,mientras nos enloquece la tierra de tus brazos!

    56

  • elegas puras y lamentables

    XXXIII

    Mi vida est confusa, trastornada ... no es moeste dis^sto amarg de la sombra y la fuente

    ;

    nace la primavera, son las rosas... el froest, sin duda, en el corazn y en la frente.

    Hoy, aquella frescura de las aguas de plataque me era amable y dulce en das ya lejanos,hace temblar mi carne con una nieve ingratacuando acaricio el jardn doble con mis manos

    Y el sereno paisaje crepuscular me obligaa volver al hogar, plido y con temores,al tomar a la tierra aquella tarde amigaque vio mi alegre paso por las sendas de flores!

    57

  • JUAN RAMN JIMNEZ

    XXXIV

    Hombres en flor corbatas variadas, primoresde domingo : mi alma qu es ante vuestro traje ?Jueces de paz, peritos agrcoTas, doctores,perdonad a este humilde ruiseor del paisaje.

    Yo no quisiera nunca molestaros, cantando . .

    .

    ved : este ramo blanco de rosas del ensueopuede hacer una msica melanclica, cuandosonres con los labios; pero yo no os desdeo.

    Qu es mi voz ante vuestra decorada levita?vale, acaso, la pena una triste sonatade achicar las orejas, o una estrella marchitaque volara, qu es para vuestra corbata?

    Y t, ruiseor mo, endulza tu tristeza,encirrate en tu selva, florcete y olvida;s igual que un muerto, y dile, llorando a la bellezaque ha sido como un hurfano enmedio de la vida! j

    Fin de "ELEGAS LAMENTABLES" i 58

  • SONETOS

    AL SONETO DE MI ALMA

    Como en el ala el infinito vuelo,cual en la flor est la esencia errante,lo mismo que en la llama el caminantefulgor, y en el azul el solo cielo

    ;

    como en la meloda est el consuelo,y el frescos en el chorro, penetrante,y la riqueza noble en el diamante,as en mi carne est el total anhelo.

    En t, soneto, forma, esta ansia puracopia, como en un agua remansada,todas sus inmortales maravillas.

    La claridad sin fin de su hermosuraes, cual cielo de fuente, ilimitadaen la limitacin de tus orillas.

    59

  • JUAN RAMN JIMNEZII

    PRIMAVERA

    Abril, sin tu asistencia clara, fuerainvierno de cados esplendores;mas aunque abril no te abra a ti sus flores,t siempre exaltars la primavera.

    Eres la primavera verdadera

    ;

    rosa de los caminos interiores,brisa de los secretos corredores,lumbre de la recndita ladera.

    Qu paz, cuando en la tarde misteriosa,abrazados los dos, sea tu risael surtidor de nuestra sola fuente!

    Mi corazn recoger tu rosa,sobre mis ojos se echar tu brisa,tu luz se dormir sobre mi frente. .

    .

    in

    Mientras la ltima luz de la esperanzaalumbre dbilmente mi camino,yo ir, sonriendo y fiel, a mi destino,contento, como un nio, de la andanza.

    60

  • SONETOS ESPIRITUALESAy, que vivir de bienaventuranzala de un amor guardado, este divinofuego que un da se regala, fino,en una primavera sin mudanza

    !

    Mas si me quitas t esa luz, oscuroquedar mi existir, y astrosas nieblasdecorarn mi corazn, que escombrael sol.

    Me olvidar del cielo puro,llegar a ver la luz de las tinieblas,y har lo que se hace entre la sombra.

    IV

    MURO CON ROSASin ti, qu ser yo ? Tapia sin rosa,qu es a la primavera? Ardiente, duro .amor; araiga, firme, en este murode mi carne comida y ruinosa

    !

    Nutrir tu fragancia misteriosacon el raudal de mi recuerdo oscuro,y mi ltima sangre ser el puroprimer color de tu ascensin gloriosa.

    S, ven a m, agarra y desordenala profusin ingenua de tus ramaspor la negra oquedad de mis dolores!

    Y que al citarme abril, en la cadename encuentre preso de tus verdes llamas,todo cubierto de tus frescas flores!

    61

  • JUAN RAMN JIMNEZ

    OJOS CELESTES

    Yo cre que el color azul del cielobajaba, a veces, a la tierra oscura,y tras de l, en cazas de dulzura,corri, de flor en flor, mi desconsuelo.

    Casi lo tuvo mi ardoroso anheloun da,

    iclara mariposa pura!

    . . . Pero la mariposa era la durasombra de un delirar de mi desvelo.

    Ojos celestes ; como el cielo, estisencima de la tierra, doble rosaque oculta un hondo fondo vespertino-

    i Como el cielo tambin, nunca bajisa la miseria de la carne umbrosaen que se pierde mi anhelar divino!

    VI

    GUARDIA DE AMOR

    Pongo mi voluntad, en su armadurade dolor, de trabajo y de pureza,a cada puerta de la fortalezaporque sueles entrar en mi amargura.

    62 I

    1

  • SONETOS E SPIRTUALESMensajes de deleite y de ternuraescucho en torno, en la delicadezadel verde campo en flor ... Ya mi tristezava a sucumbir, de nuevo, a tu locura ! . . .

    Para no oirte, muevo mis esposas,y golpeo el escudo con la espada,de mi pasin, a un tiempo, esclavo y dueo.Mas el dormir me ata con tus rosas,y t te entras, cruel y desvelada,por la puerta vendida de mi sueo.

    VII

    OCASOEn una procesin de resplandores,se fu por mi poniente el claro da,y dej vana y sola el alma ma,como un campo en domingo.

    Canta flores,suma ardiente de olores de colores,que, en un apasionado medioda,erais la paz, la gracia yla alegra

    ;

    qu umbros, ahora, son vuestros olores!

    Se me cay por tierra el rico mantoque mis hombros, un da, sostuvieron,recios y altivos bajo la realeza. .

    .

    Cansado y pobre, mi oro fu mi llanto,y mis hombros desnudos no pudieroncon la debilidad de mi tristeza.

    63

  • JAN RAMN JIMNEZVIII

    NADA

    A tu abandono opongo la elevadatorre de mi divino pensamiento

    ;

    subido a ella, el corazn sangrientover la mar, por l empurpurada.

    Fabricar en mi sombra la alborada,mi lira guardar del vano viento,buscar en mis entraas mi sustento . .

    .

    Mas hay! y si e.sta paz no fuera nada?

    Nada, s, nada, nada!... O que cayerami corazn al agua, y de este modofuese el mundo un castillo hueco y fro. . .

    Que t eres t, la humana primavera,la tierra, el aire, el agua, el fuego, todo !,... y soy yo solo el pensamiento mo

    !

  • IP/ POETA/SE PUBLICAN DOS TOA\OS CADA A\ES

    OBRAS PUBLICADASYol. 1. Poesas completas, de Diego F^rnades Kspiru.

    Vol. 2. Elegas, de Eduardo Marquiua. Vul. 3. xA cautoerrante, de ubn Daro. Voi. 4. La vejez del PadreEterno, de Guerra Juuqueiro. Vol. 5. Antologa dversos para oifios, selecciu de Gueiavo Riccio. \'ol. 6.Poesas completas, de Jos Asuuciu Silva. Vol. 7.Trimxos nuevos, de Alberto GUiraldo. Vol. 8. Sereni-dad, de Amado ervo. Vol. 9. uevas Rimas, de JosuOardncci. Vol. 10. Las fuentes del camino, de Jos deilaturana. Vol. 11. Poemas postumos, de Juan PedroCalou. Vol. 12. Viajo seatimeutai, por Friincisco V'llu-espesa. Vol. 13. La Sueua Cancin, por Paul Veriaio*. Vol. 14. Las Lunas de Oro, por Julio Herrera y Il-ishj;.Vol. 15. Canciones y Poemas, por Mario riivo. Vol.16. Los ojos de los fantasmas, por Emilio Carrero. Vol. 17. Poesas completas, por Jorge iaaacs. Vol. l.Postuma, por Steclielti. Vol. 19. Poesas selectas, porAlmafuerte. Vol. 'O. Nuevos Castellanos, por J. il

    .

    Gabriel y Galn. Vol. 21. Misa de Bqulem y otraspoesas, de Alfredo R. Bfano. Vol. 22. Poesas com-pletas, de Edgard Alian Poe. Vol. 23. Las flores delmal, por Carlos Baudelaire. A'ol. 24. Poesas, de En-rique Heine. Vol. 25. Seleccin de poesas, de J. deEspronceda, Vol. 26. Paja Brava, por El Viejo PancUo. Vol. 27. Caprichos, por Manuel Machado. Vol. 2S.Poesas lricas, por Gabriel DAnnauzio. Vol. 29. Aguadel tiempo, por Fernn Silva Valds. Vol. 30. Poesas,por Vctor Hugo. Vol. 31. Las Angustias y otros poe-mas, por Rafael de Diego. Vol. 32. Eimas, por Gustavo Adolfo Becquer. Vol. 3'd. Poesas Lricas, p.rJuan Wolfang Goethe. Vol. 34. Alma Amrica, purSantos Chocano. Vol. 35. Poesas seli>cta8, por LodByron. Vol. 36. Versos tabres, por Jos Mart. Vol.37. Poesas completas, por Gervasio Mndez. Vol. 38.Poesas, por Alfredo de Musset. Vol. SD. Poesas esco-gidas, por Jos Mrmol. Vol. 40. Poesas y poema*cortos, por G. Niiez de Arce. Vol. 41. De mi Villorrioy Posturas difciles, por Luis C. Lpez. Vol. 42. Ver-sos del Quijote, de Cervantes. Vol. 43. Seleccin dePoesas, de (abriela Mistral. Vol. 44. Poesas, dDante Aehieri. ' Vol. 45. Armonas, de Rii-ardo 1'hIma. Vol. 46. Cantos Atxgurales,

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    PQ Jimnez, Juan Ramn6619 Elegas puras y lamentablesI4E4

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