Julio cortázar y el canon

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Julio Cortázar en “El sentimiento de lo Fantástico” comienza a manifestando que él “...siempre y primordialmente he sido considerado un prosista. La poesía siempre es un poco un jugo secreto , la guardo casi enteramnete para mí y me conmueve que esta nochehayan aludido a a lo que he podido hacer en el campo de la poesía(...) he pensado que me gustaría hablarles concretamente de una forma de literatura: el cuento fantástico”. Esto no lo hace en desmedro de la poesía sino porque estaba convencido que el género más adecuado para expresar ese extrañamiento de la realidad era la polifonía que privilegia la posibilidad de contar con una pluralidad de voces, en especial para reflejar aquello que rodea la realidad, transforma el raciocinio y coloca a lo sobrenatural como parte constitutiva de ella. Algo similar a lo que sostienen Todorov y Jackson respecto de la narrativa, y en especial de un aspecto particular que se condensa en una sola estructura muy particular: el cuento. Y dentro de éste al fantasy como un universo en sí mismo, en el que todo tiene su correlato como una imagen especular que lo complementa. “Ese sentimiento, está ahí a cada paso, en cualquier momento y consiste sobre todo en que las pautas de la lógica, de la causalidad del tiempo, del espacio, todo lo que nuestra inteligencia acepta desde Aristóteles como inamobible, seguro y tranquilo se ve bruscamente sacudido, conmovido, por una especie de viento interior que lo desplaza y que lo hace cambiar”. Alude por medio de esta cita y recuerda a “Funes el memorioso”y nos deja pensando acerca de que la memoria que nos define como hombres es doble. Una que es activa: de carácter práctico y otra que es pasiva: sobre la que no tenemos ningún control. Continúa “Lo fantástico y lo misterioso no son solamente las grandes imaginaciones del cine, de la literatura, de las novelas. Esta presente en nosotros mismos, en eso que es nuestra psiquis y que ni la ciencia, ni la filosofía consiguen explicar más que de una manera primaria y rudimentaria (…) Para demostrarlo eligió uno de sus cuentos “ La noche boca arriba”, la historia de un hombre que tiene un accidente y en el hospital tendrá tiempo de pensar, ya que está en un estado de sopor, del que nunca regresa. La descripción de ese trance instaura elementos que sirven para propiciar la duda entre sueño y vigilia, desdibujando los límites entre realidad y ficción. Ese adormecimiento lo traslada a un mundo onírico en el cual es un azteca perseguido por sus enemigos, eso no era una pesadilla, sino la realidad, el verdadero sueño era el otro, en el cual era un hombre libre que se desplazaba por la calle. Otro caso es el de “ Instrucciones para John Howell”en el cual dos personas lo persiguen entre actos de una obra de teatro y lo obligan a seguirlos y representar el papel de un actor en escena. Por miedo, no logra protestar, ni preguntar, debido a la amenaza latente, que siempre está presente en la duda. Dice que tiempo después recibió una carta de un hombre que tenía ese nombre. Universitario de Columbia, lector de su obra, actor que escribió un cuento en el cual Cortázar es el protagonista a quien lleva a un escenario teatral. Esa apertura, ruptura planteada es el espacio de isterio por donde se cuelan las manifestaciones, los miedos, los deseos reprimidos como en “Casa tomada”, donde se tiende a insertar una realidad ordinaria dentro de circunstancias con frecuencia fantásticas. La mención de hechos reales, comunes e intrascendentes como salir a la calle se convierten en un exilio forzado, producido por la destrucción del yo, que se produce mediante diversos procedimientos, uno de ellos es la animalización gradual, mediante su influencia se llega a actuar de forma automtica: “estábamos bien y poco a poco empezábamos a no pensar. Se puede vivir sin pensar”. El juego del doble plantea personalidad opuesta o complementaria de los protagonistas. La presencia de ese otro “yo” destruye el esquema con el que se cuenta para la captación de la realidad. La distorsión del tiempo es producida por ese desequilibrio entre el tiempo interior y el cronológico de los personajes. Ambos, permiten la recuperación del mito que está dada por la carga de magia y superstición infundida con la cual se carga a la realidad. Todo lo cual se ve por el lenguaje que acentúa el clima de irrealidadcon el empleo de nombres propios y comunes inventados o alusivos a cualidades que los describen o personalizan (“Circe”) o despersonalizan. Este mismo efecto efecto es producido por el vocabulario esotérico, que amplia la acumulación de recursos destructivos: repeticiones, parodias, incoherencias del diálogo como los de los “Cronopios y las Famas”.

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Julio Cortázar en “El sentimiento de lo Fantástico” comienza a manifestando que él “...siempre y

primordialmente he sido considerado un prosista. La poesía siempre es un poco un jugo secreto , la

guardo casi enteramnete para mí y me conmueve que esta nochehayan aludido a a lo que he podido

hacer en el campo de la poesía(...) he pensado que me gustaría hablarles concretamente de una

forma de literatura: el cuento fantástico”. Esto no lo hace en desmedro de la poesía sino porque

estaba convencido que el género más adecuado para expresar ese extrañamiento de la realidad era la

polifonía que privilegia la posibilidad de contar con una pluralidad de voces, en especial para

reflejar aquello que rodea la realidad, transforma el raciocinio y coloca a lo sobrenatural como parte

constitutiva de ella. Algo similar a lo que sostienen Todorov y Jackson respecto de la narrativa, y

en especial de un aspecto particular que se condensa en una sola estructura muy particular: el

cuento. Y dentro de éste al fantasy como un universo en sí mismo, en el que todo tiene su correlato

como una imagen especular que lo complementa. “Ese sentimiento, está ahí a cada paso, en

cualquier momento y consiste sobre todo en que las pautas de la lógica, de la causalidad del tiempo,

del espacio, todo lo que nuestra inteligencia acepta desde Aristóteles como inamobible, seguro y

tranquilo se ve bruscamente sacudido, conmovido, por una especie de viento interior que lo

desplaza y que lo hace cambiar”. Alude por medio de esta cita y recuerda a “Funes el memorioso”y

nos deja pensando acerca de que la memoria que nos define como hombres es doble. Una que es

activa: de carácter práctico y otra que es pasiva: sobre la que no tenemos ningún control. Continúa

“Lo fantástico y lo misterioso no son solamente las grandes imaginaciones del cine, de la literatura,

de las novelas. Esta presente en nosotros mismos, en eso que es nuestra psiquis y que ni la ciencia,

ni la filosofía consiguen explicar más que de una manera primaria y rudimentaria (…) Para

demostrarlo eligió uno de sus cuentos “ La noche boca arriba”, la historia de un hombre que tiene

un accidente y en el hospital tendrá tiempo de pensar, ya que está en un estado de sopor, del que

nunca regresa. La descripción de ese trance instaura elementos que sirven para propiciar la duda

entre sueño y vigilia, desdibujando los límites entre realidad y ficción. Ese adormecimiento lo

traslada a un mundo onírico en el cual es un azteca perseguido por sus enemigos, eso no era una

pesadilla, sino la realidad, el verdadero sueño era el otro, en el cual era un hombre libre que se

desplazaba por la calle.

Otro caso es el de “ Instrucciones para John Howell”en el cual dos personas lo persiguen entre

actos de una obra de teatro y lo obligan a seguirlos y representar el papel de un actor en escena. Por

miedo, no logra protestar, ni preguntar, debido a la amenaza latente, que siempre está presente en la

duda. Dice que tiempo después recibió una carta de un hombre que tenía ese nombre. Universitario

de Columbia, lector de su obra, actor que escribió un cuento en el cual Cortázar es el protagonista a

quien lleva a un escenario teatral. Esa apertura, ruptura planteada es el espacio de isterio por donde

se cuelan las manifestaciones, los miedos, los deseos reprimidos como en “Casa tomada”, donde se

tiende a insertar una realidad ordinaria dentro de circunstancias con frecuencia fantásticas. La

mención de hechos reales, comunes e intrascendentes como salir a la calle se convierten en un

exilio forzado, producido por la destrucción del yo, que se produce mediante diversos

procedimientos, uno de ellos es la animalización gradual, mediante su influencia se llega a actuar de

forma automtica: “estábamos bien y poco a poco empezábamos a no pensar. Se puede vivir sin

pensar”.

El juego del doble plantea personalidad opuesta o complementaria de los protagonistas. La

presencia de ese otro “yo” destruye el esquema con el que se cuenta para la captación de la realidad.

La distorsión del tiempo es producida por ese desequilibrio entre el tiempo interior y el cronológico

de los personajes. Ambos, permiten la recuperación del mito que está dada por la carga de magia y

superstición infundida con la cual se carga a la realidad. Todo lo cual se ve por el lenguaje que

acentúa el clima de irrealidadcon el empleo de nombres propios y comunes inventados o alusivos a

cualidades que los describen o personalizan (“Circe”) o despersonalizan. Este mismo efecto efecto

es producido por el vocabulario esotérico, que amplia la acumulación de recursos destructivos:

repeticiones, parodias, incoherencias del diálogo como los de los “Cronopios y las Famas”.