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E n los últimos años, el relanza- miento de la demanda interna- cional, motorizado en especial por la fuerte demanda china, contribuyó al crecimiento de la economía latinoa- mericana y a la mejora de los térmi- nos del intercambio. Esta situación suele generar grandes expectativas en la región. Sin embargo, sus alcances deben relativizarse a la luz de ciertos facto- res decisivos. En algunos países, el aumento de la demanda externa, aun cuando provocó un incremento de las exportaciones, no derivó en tasas de crecimiento elevadas o proporcio- nales a la expansión del mercado. Además, la mejora de los términos Julio Sevares: profesor titular de Economía Internacional II en la Universidad Nacional del Cen- tro, Tandil, y profesor en la Maestría en Historia Económica de la Universidad de Buenos Aires. Autor de varios libros sobre economía y periodista del diario Clarín (Buenos Aires). Palabras clave: comercio, dependencia, términos de intercambio, materias primas, América Lati- na, China. ¿Cooperación Sur-Sur o dependencia a la vieja usanza? América Latina en el comercio internacional Julio Sevares El aumento de la demanda internacional de materias primas generado por el irresistible ascenso de China modificó los términos de intercambio y benefició claramente a América Latina. Sin embargo, pese a lo que sostienen las miradas más optimistas, el comercio entre el gigante asiático y nuestra región está lejos de constituir un ejemplo de cooperación Sur-Sur. Por el contrario, reproduce el típico esquema Norte-Sur desarrollado por Gran Bretaña durante el siglo XIX y consolida la dependencia y la primarización de las economías latinoamericanas. Los ejemplos de Argentina, Brasil y Chile demuestran que las políticas económicas de cada país pueden alterar esta situación o profundizarla. > COYUNTURA Este artículo es copia fiel del publicado en la revista NUEVA SOCIEDAD N o 207, enero-febrero de 2007, ISSN: 0251-3552, <www.nuso.org>.

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En los últimos años, el relanza-miento de la demanda interna-

cional, motorizado en especial por lafuerte demanda china, contribuyó alcrecimiento de la economía latinoa-mericana y a la mejora de los térmi-nos del intercambio. Esta situaciónsuele generar grandes expectativasen la región.

Sin embargo, sus alcances debenrelativizarse a la luz de ciertos facto-res decisivos. En algunos países, elaumento de la demanda externa, auncuando provocó un incremento delas exportaciones, no derivó en tasasde crecimiento elevadas o proporcio-nales a la expansión del mercado.Además, la mejora de los términos

Julio Sevares: profesor titular de Economía Internacional II en la Universidad Nacional del Cen-tro, Tandil, y profesor en la Maestría en Historia Económica de la Universidad de Buenos Aires.Autor de varios libros sobre economía y periodista del diario Clarín (Buenos Aires).Palabras clave: comercio, dependencia, términos de intercambio, materias primas, América Lati-na, China.

¿Cooperación Sur-Sur o dependencia a la vieja usanza? América Latina en el comercio internacional

Julio Sevares

El aumento de la demanda internacional de materias primasgenerado por el irresistible ascenso de China modificó lostérminos de intercambio y benefició claramente a AméricaLatina. Sin embargo, pese a lo que sostienen las miradas másoptimistas, el comercio entre el gigante asiático y nuestraregión está lejos de constituir un ejemplo de cooperación Sur-Sur. Por el contrario, reproduce el típico esquemaNorte-Sur desarrollado por Gran Bretaña durante el siglo XIX y consolida la dependencia y la primarización delas economías latinoamericanas. Los ejemplos de Argentina,Brasil y Chile demuestran que las políticas económicas decada país pueden alterar esta situación o profundizarla.

> COYUNTURA

Este artículo es copia fiel del publicado en la revista NUEVA SOCIEDAD No 207, enero-febrero de 2007, ISSN: 0251-3552, <www.nuso.org>.

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del intercambio, en los países en losque se verificó, no se debe a la susti-tución de importaciones primariaspor producción industrial interna, sinoa la mejora de los precios de los bie-nes primarios. Ese aumento determi-na, a su vez, un esquema de preciosrelativos que promueve el sosteni-miento o la profundización de la pri-marización de las economías.

El papel de China en todo este proce-so es determinante: el país asiáticodemanda bienes primarios, invierteen el exterior en función de la extrac-ción y el transporte de esos bienes yavanza en su propia sustitución deimportaciones y de exportaciones,amenazando producciones sustituti-vas latinoamericanas.

En este artículo se sostiene que larelación económica Latinoamérica-China no es, como suele afirmarse,una relación Sur-Sur, sino que re-produce el esquema comercial Nor-te-Sur y el patrón inversor británicodel siglo XIX.

Latinoamérica, en mejores términos

Entre 2002 y 2005, los términos delintercambio mejoraron un 9% paraLatinoamérica, fundamentalmentepor el aumento de los precios decommodities demandados por China.Según la Conferencia de las Nacio-nes Unidas sobre Comercio y Desa-rrollo (Unctad, por sus siglas en in-glés)1, los precios de los commodities

aumentaron 44,8% entre 2002 y 2005en dólares corrientes, excluyendo elpetróleo. Las bebidas tropicales –café,cacao y té– aumentaron 42%, el arroz50%, el poroto de soja 29%, el caucho96% y los minerales y metales, 100%.En ese periodo, el petróleo crudo au-mentó 114%. Al mismo tiempo, losprecios de las manufacturas de lospaíses desarrollados aumentaron 20%por debajo de los precios citados.

Debido a esta relación de precios,los términos del intercambio de lospaíses exportadores especializadosen productos primarios mejoraron. Elíndice de términos del intercambiopor grupos de productos de la Unc-tad muestra cuatro situaciones dife-rentes: un fuerte aumento de los tér-minos de los exportadores petrolerosa partir de 2003 (60% de aumentodesde 2002 y 50% desde 2000); un au-mento menor en los términos de losexportadores mineros (20% desde2003); una declinación de los expor-tadores agrícolas, cuyos términos seencuentran en 2005 algo por debajode los de 2000; y una caída aún ma-yor en los términos de intercambiode exportadores de manufacturas(10% desde 2000).

En Latinoamérica, la evolución de losprecios afectó en forma diferente acada país según su patrón de produc-ción y exportación. Para aquellos que

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1. Unctad: «Trade and Development Report2006» en <www.unctad.org>.

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exportan manufacturas y commodi-ties, como Brasil y México, los cam-bios fueron poco significativos. Paralos productores agropecuarios la si-tuación es muy variada: los térmi-nos mejoraron para los exportado-res de café, pero empeoraron paralos exportadores de soja, como Ar-gentina y Uruguay.

Si se compara a América Latina conotras regiones, el impacto del inter-cambio sobre el ingreso fue relativa-mente menor. La Unctad calcula que,entre 2003 y 2005, la mejora de lostérminos del intercambio explicó unaumento de 1,4% del ingreso deAmérica Latina, contra 2,1% en Áfricay 5,9% en Asia Occidental, regionesbeneficiadas por una mayor presen-cia de países petroleros. La primeraconclusión, entonces, es que la bo-nanza de los precios de los productosprimarios y la consiguiente mejora enlos términos del intercambio tuvie-ron, en el trienio considerado, un im-pacto modesto en la región.

Esto, además, refuerza la tradicionalvulnerabilidad comercial ante los ci-clos de los productos primarios. Elciclo de alza de los precios genera be-neficios innegables, pero tambiéncrea una peligrosa dependencia debienes cuyos precios están muy ata-dos a la situación económica de lospaíses centrales y, por lo tanto, sufrenfluctuaciones más profundas que losprecios de los productos industrialesque la región importa.

Como señala la Comisión Económicapara América Latina (Cepal), repitien-do conceptos que tienen décadas devigencia (y de desatención),

los responsables de la política económicaen América Latina no han prestado sufi-ciente atención a las posibilidades queofrecen los recursos naturales para la ge-neración de eslabonamientos, innova-ción tecnológica y otras externalidades.Las actividades basadas en los recursosnaturales tienen tanto potencial como laindustria manufacturera para originaralto crecimiento de la productividad,desbordamientos tecnológicos y eslabo-namientos hacia delante y atrás, comohan demostrado las experiencias de paí-ses como Australia, Canadá, Finlandia,Estados Unidos y Suecia.2

A cada uno su suerte

El aumento de la demanda mundialestimula el hábito de la generaliza-ción en las evaluaciones económicas.Sin embargo, la evolución del merca-do influyó en forma diferente en laseconomías de la región.

En el periodo 2003-2005, los preciosunitarios de exportación de Chile au-mentaron sustancialmente más quelos de Argentina y Brasil, debido a lamayor participación de las exporta-ciones mineras. Pero el aumento delas exportaciones chilenas en rela-ción con el aumento de los precios

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2. Cepal: «Panorama de la inserción internacio-nal de América Latina y el Caribe, 2004» en<www.eclac.org>, p. 166.

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unitarios fue menor que el de losotros dos países3. Esto indica que eldinamismo exportador no dependesolo de los precios externos, que sonun factor necesario pero no suficiente.

La reacción de los términos del inter-cambio en relación con el aumento delos precios de exportación fue tam-bién diferente para cada país. En Chi-le, la mejora en los precios de expor-tación produjo una mejora mayor delos términos del intercambio por suconcentración en la producción deprimarios. En Brasil, con una mayorproporción de exportaciones manu-factureras, la mejora de los preciosde exportación influyó mucho me-nos. Argentina se ubica en un lugarintermedio4.

Un aspecto decisivo de la situaciónque se analiza es la relación entre laevolución de los términos del inter-cambio y las exportaciones y el PIB.Una aproximación intuitiva podríaconcluir que una mejora en las exporta-ciones y en los términos del intercam-bio debería determinar un aumento enel PIB. Ese efecto se produjo, pero enforma muy desigual: en el periodo2003-2005, en los tres países aumen-taron los términos del intercambio,las exportaciones y el PIB. Sin em-bargo, el PIB de Argentina creció másque el de los otros dos países. Ade-más, el aumento del PIB argentino enrelación con el aumento de las expor-taciones fue mayor que en Chile yBrasil: las exportaciones brasileñas

crecieron más que las argentinas, pe-ro Argentina creció más que Brasil5.Por otro lado, el PIB argentino y el deBrasil crecieron más que sus términosde intercambio y en una proporciónsimilar (3,75% y 4,0%, respectiva-mente), mientras que en Chile el PIBaumentó menos que los términos delintercambio (17% el PIB y 36% los tér-minos de intercambio).

Las diferencias de reacción ante losaumentos de las exportaciones y delos términos del intercambio mues-tran que, contradiciendo la versiónsimplificada del aperturismo neoli-beral, la evolución del sector externoes un factor importante, pero no elúnico, para lograr el crecimiento.También influyen otras variables de-cisivas, como la estructura producti-va, el tamaño del mercado interno ylas políticas macroeconómicas.

En este contexto, un factor importan-te es el tipo de cambio: en Argentinael sostenimiento del tipo de cambio

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3. Los aumentos de los precios unitarios de ex-portación fueron 72% en Chile, 22% en Argen-tina y 30% en Brasil. La relación entre aumentode las exportaciones y aumentos de precios da1,7 en Chile, 2,6 en Argentina y 3,2 en Brasil.Cálculo propio sobre la base de Cepal: «Estudioeconómico de América Latina y el Caribe 2004-2005» y «Estudio económico de América Latinay el Caribe 2005-2006» en <www.eclac.org>.4. La relación entre el aumento de precios deexportación y la mejora de los términos del in-tercambio para 2003-2005 es: 0,50 en Chile, 0,07en Brasil y 0,36 en Argentina. Cálculo propiosobre la base de Cepal 2005-1 y 2006-1.5. La relación entre el aumento de las exporta-ciones y el aumento del PIB fue 0,52 en Argen-tina frente a 0,08 para Brasil y 0,14 para Chile.

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contribuyó a potenciar el efecto posi-tivo del mercado mundial, mientrasque en Brasil y en Chile la apreciacióncambiaria tuvo un efecto negativo. Enel caso de Brasil, el menor crecimientopuede explicarse también por las altastasas de interés internas.

¿Una nueva enfermedad holandesa para América Latina? 6

Por muchos periodos a lo largo del si-glo XX, América Latina sufrió la caídade los precios de sus productos de ex-portación y de sus términos de inter-cambio, lo cual afectó su crecimientoy su balanza de pagos. En los últimosaños los precios de los productos pri-marios han mejorado, más allá de lasdiferencias apuntadas, lo que generóefectos positivos.

Sin embargo, aun así es necesario te-ner en cuenta que la mejora en lostérminos del intercambio no se pro-duce por el avance en la sustituciónde importaciones debida a la indus-trialización de las economías, sino porel cambio de tendencia de los preciosinternacionales de los productos deexportación tradicionales de la región.Esta tendencia puede tener un efectoperverso en la estructura de la pro-ducción y las exportaciones: el au-mento en los precios de exportacióndetermina una mejora inmediata enlos ingresos externos, pero estableceun sistema de precios relativos que es-timula la especialización primaria endetrimento de las manufacturas.

La comparación entre la evolución dela composición de las exportacionesen los tres países del Cono Sur apor-ta algunos elementos poco tranquili-zadores. Como se expuso más arriba,Brasil se benefició por un aumento delos precios de las exportaciones quecasi duplica el de Argentina y por unaumento de las exportaciones en rela-ción con el aumento de precios algomayor que el argentino. Las exporta-ciones brasileñas tienen, por otra par-te, una participación mayor de pro-ductos industriales que las argentinas.

Pero en el último quinquenio, engran parte debido a la demanda chi-na, el mayor avance en las exporta-ciones brasileñas correspondió a pro-ductos de menor valor agregado,mientras que en Argentina la situa-ción es la inversa7. En Brasil, entre2000 y 2005, las exportaciones totalesaumentaron 114% (las de productosbásicos aumentaron 175%, las de ma-nufacturas 97% y las de semimanu-facturados 88%). Comparando losperiodos 1996-2000 y 2001-2005, laproporción de productos básicos en

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6. Se denomina «enfermedad holandesa» unasituación en la que la apreciación de la monedalocal estimula la producción de bienes con ma-yor ventaja comparativa y desalienta la de me-nor ventaja. En los países periféricos, se alientala producción de bienes primarios y se perjudi-ca la de industriales. El problema se presentóen Holanda en los años 70, a partir del aumen-to de los precios del petróleo que, sintéticamen-te, benefició a la Shell y perjudicó a la Philips.7. Cf. Centro de Estudios Internacionales delMinisterio de Relaciones Exteriores de Ar-gentina, <www.cei.gov.ar>.

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las exportaciones de Brasil pasó de25% a 28%, mientras que la participa-ción de manufacturados y semima-nufacturados se redujo8. En Argenti-na, en cambio, entre 2003 y 2005, lasexportaciones de productos prima-rios aumentaron 22%, las manufactu-ras de origen agropecuario 30% y lasmanufacturas industriales 54%9.

En otras palabras, la mejor situaciónde los precios de exportación estimu-ló una primarización de las exporta-ciones brasileñas, mientras que enArgentina sucedió lo contrario. Enesta diferencia incidieron no solo losprecios de exportación, sino tambiénpolíticas cambiarias distintas. Brasilmantiene una política de valorizaciónde su moneda, lo que reduce la capa-cidad exportadora de los sectores conmenores ventajas comparativas (in-dustriales) y favorece a los primarios.Argentina, por el contrario, tiene unapolítica de sostén del tipo de cambio,lo que facilita la exportación de pro-ductos industriales que no podríancompetir con un peso más valorizado.El tipo de cambio real del peso argen-tino de 2006 es similar al de 2002,mientras que el real brasileño se valo-rizó 30% en ese mismo periodo. Ar-gentina, además, refuerza esta estra-tegia con retenciones a las exporta-ciones agropecuarias y petroleras.

La política cambiaria que aplicanBrasil y Chile convalida el efecto de«enfermedad holandesa» que generala evolución de precios del mercado

mundial, mientras que la política ar-gentina la compensa, lo que influyeen la evolución de la composición delas exportaciones. Es en este contextoen el que hay que analizar la influen-cia del huracán chino en la economíalatinoamericana.

Comercio asimétrico

Para alimentar su vertiginoso creci-miento, China depende fuertementede sus compras externas: importa30% del petróleo que consume, 45%del mineral de hierro, 44% de otrosmetales no ferrosos y una proporciónelevada de productos agrícolas. Porese motivo, se ha convertido en elprincipal consumidor mundial de co-bre, estaño, zinc, platino, acero y mi-neral de hierro; es el segundo consu-midor de aluminio, petróleo, plomo ysoja; el tercero de níquel y el cuarto deoro. En la mayoría de estos productos,su participación en el consumo mun-dial es mayor a 20%. En el últimoquinquenio, la demanda china modifi-có la tendencia de los precios de hie-rro, oro, petróleo, acero, zinc, estaño,soja y otros commodities. Su posiciónmonopsónica le permite influir en losprecios y las condiciones de compra.

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8. En Brasil, el pobre crecimiento de la econo-mía está generalizando quejas industriales ypolíticas contra la apreciación cambiaria y lasaltas tasas de interés.9. En Argentina se calcula a partir de 2003, por-que en 2002 se produjo una fuerte caída de ex-portaciones como consecuencia de la crisis, quedistorsiona cualquier comparación.

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Por otra parte, en los productos de losque China tiene excedentes exporta-bles –acero, zinc, estaño, juguetes, tex-tiles, confecciones, industria electróni-ca– hay una fuerte presión de la ofertay una caída de los precios mundiales.

En general, la doble presión que ejer-ce China en el aumento de los preciosde los productos primarios y en lacaída de los industriales ayuda a me-jorar los términos del intercambio pa-ra América Latina, pero también con-tribuye a desplazar las exportacionesde los países de la región. En la últi-ma década, el comercio entre Améri-ca Latina y China aumentó sustan-cialmente. En 1990, los países deAmérica Latina y el Caribe vendíana China 0,7% de sus exportaciones. En2005, colocaron 3% de sus exportacio-nes en China y se convirtieron en losprincipales proveedores de soja, mi-neral de hierro, cobre, níquel, harinade pescado y otros productos prima-rios10. La situación, sin embargo, no esigual en todos los casos: el Mercosurdestina a China 6,3% de sus ventas,Chile 11%, y Perú y Cuba 10%.

Para China, las compras en AméricaLatina son importantes. El país asiáti-co compra en nuestra región 60% dela soja (principalmente a Brasil y Ar-gentina), 80% de la harina de pescado(a Perú y Chile), 69% de despojos deaves troceadas (a Argentina y Brasil)y 45% de los vinos y uvas (a Chile).Como señala un estudio de la Cepal,productos como alimentos, minerales

y metales han aumentado su partici-pación en el total de las exportacio-nes a China, lo que revela las ventajascomparativas de la región y el poten-cial del mercado chino11.

Sin embargo, es central señalar que elcomercio entre América Latina y Chi-na no es, como sostienen algunos, unintercambio Sur-Sur. En realidad, re-produce el típico esquema Norte-Sur:la mitad de las exportaciones latinoa-mericanas a China están conforma-das por bienes primarios, una cuartaparte son recursos naturales y solo el25% restante son productos con ma-yor tecnología. El componente pri-mario y de recursos naturales de lasexportaciones latinoamericanas aChina es mayor que el de las exporta-ciones totales de la región.

Esta idea queda aún más clara si seanaliza el superávit comercial. Aun-que la tendencia del comercio benefi-ció ampliamente a Latinoamérica (elsuperávit comercial de 2005 fue de3.700 millones de dólares), el resulta-do es muy diferente según el rubro: laregión tuvo un superávit de 11.300 mi-llones en productos primarios y de3.300 en manufacturas basadas en re-cursos naturales, pero un déficit en lasmanufacturas industriales.

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10. Cepal: «Panorama de la inserción interna-cional de América Latina y el Caribe 2005-2006» en <www.eclac.org>.11. Cepal: «Panorama de la inserción interna-cional de América Latina y el Caribe, 2004» en<www.eclac.org>.

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La composición del comercio Améri-ca Latina-China es consecuencia nosolo del carácter de la demanda chinasino también de la orientación pro-ductiva y exportadora latinoamerica-na. Como lo demuestra la experienciade los países de la Asociación de Na-ciones del Sudeste Asiático (Asean), esposible aumentar las ventas de valoragregado a China. Entre 1999 y 2003,las exportaciones latinoamericanas aChina de productos de tecnología me-dia y alta pasaron de 10% a 22%. En elmismo periodo, las ventas en esos dosrubros de los países de la Asean a Chi-na saltaron de 51% a 66%. En AméricaLatina, además, el aumento de las ven-tas de los productos de mayor tecnolo-gía se debe básicamente a las exporta-ciones brasileñas. En el caso de laAsean, en cambio, está vinculado alcomercio generado por las redes de in-versión externa de compañías japone-sas y coreanas en países del Sudesteasiático que exportan partes que sonensambladas en China.

Competencia industrial e inversionessegún el modelo del siglo XIX

Las asimetrías comerciales de hoy seprofundizarán en el futuro debido ala política de sustitución de importa-ciones de China, que cada vez en ma-yor medida industrializa materiasprimas y aumenta el componentetécnico de sus exportaciones: susventas de productos de tecnologíaalta y media pasaron de 30% de lasexportaciones en 1990 a 50% en 2004.

En ese contexto, un problema que yaestá generando inquietud en AméricaLatina es el efecto que tendrán lasventas chinas de acero. Según un in-forme del Instituto Latinoamericanodel Fierro y el Acero (Ilafa), entre2000 y 2005 la producción china deacero aumentó 30% y actualmente esseis veces mayor que la latinoameri-cana. En 2006, las exportaciones deacero de China (el mayor productormundial) podrían crecer 45%.

En un reciente congreso de Ilafa, unejecutivo de la empresa argentina Te-chint sostuvo que:

Este año China producirá 416 millones detoneladas, 66 millones más que el año pa-sado. Ese excedente equivale a 12 veces laproducción argentina o a toda la produc-ción de América latina. Entonces, lo queestamos discutiendo aquí es cómo evitarque el derrame de productos siderúrgicosde China por sobrecapacidad provoque undaño irreparable a la siderúrgica regional.

Para el empresario, la forma de lograr-lo es que «los regímenes de protec-ción del comercio desleal vía dumpingactúen como mecanismos preventi-vos sobre el potencial de daño que re-presenta que un solo país genere 34%de la producción mundial». Y, a títulode ejemplo, mencionó que se podríanestablecer licencias que anticipen laimportación que se avecina, lo quepermitiría evaluar el daño potencialy tomar medidas preventivas. En elmismo evento, un ejecutivo de otraempresa siderúrgica aclaró que el

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problema no es solo el acero, sino lacadena completa de valor, que inclu-ye todo lo que se elabora con el ace-ro o a partir de él, desde una bicicle-ta a un componente de la industriaautomotriz12.

La amenaza se presenta, también, enlas manufacturas basadas en recursosprimarios, que son las que AméricaLatina exporta a China. Según un es-tudio del Instituto de NegociacionesAgrícolas Internacionales (INAI), enel último quinquenio las compraschinas de poroto de soja se multiplica-ron por cinco, pero las de aceite de so-ja y harina de soja apenas crecieron.Esto se explica, según el INAI, porqueel Estado chino interviene para pro-mover la elaboración de los produc-tos primarios agrícolas. Para elloapela a diversos instrumentos, comosistemas complejos para regular im-portaciones de determinados bienes,lo que permite incluso rechazar em-barques que ya se encuentran enpuertos chinos, además de requisi-tos sanitarios e instrumentos impo-sitivos y arancelarios, como escalasmás altas para los bienes con mayorelaboración13.

El efecto sobre los precios relativos yla presión exportadora se ve reforza-do por las crecientes inversiones chi-nas en Latinoamérica. Orientadas aexplotar y transportar recursos natu-rales, estas inversiones se concen-tran en petróleo, gas natural, mine-ral de hierro, oro, cobre, oleoductos,

gasoductos y puertos. De este modoreplican el patrón de inversionesvinculadas al comercio exterior des-plegado por Gran Bretaña en nues-tra región y otras zonas periféricasdurante el siglo XIX.

China en el Cono Sur

La ampliación del mercado chino be-nefició claramente a Argentina. En2005, China fue el cuarto país de des-tino de las exportaciones argentinas,con 8% del total. Desde 2001, el nú-mero de empresas argentinas que ex-portan a China se duplicó. Aunquecon una tendencia decreciente, Ar-gentina tiene superávit comercial conChina desde 2001. En 2005, esa ven-taja llegó a casi 1.000 millones de dó-lares. Sin embargo, el comercio esfuertemente desigual: 60% de lasventas a China son productos pri-marios, porcentaje que llega a 95% sise agregan las manufacturas agrope-cuarias y los combustibles. Esto ex-presa 70% del total de las exporta-ciones argentinas, lo que muestra lapresión primarizadora ejercida porlas compras chinas14. Así, el superá-vit argentino se explica por las ven-tas de productos primarios y, en me-nor medida, de las manufacturas deorigen agropecuario. En el comerciode productos industriales, el déficitcon China es elevado.

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12. Ismael Bermúdez en Clarín, Buenos Aires,31/10/2006.13. Fuente: <www.inai.org.ar>.14. V. <www.cei.org.ar>.

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El país del Cono Sur en el que la pri-marización y el intercambio desigualderivados del comercio con China sesienten con más fuerza es Chile, queenvía al gigante asiático 10% de susexportaciones, compuestas casi en sutotalidad por cobre y otros minerales.Los minerales representan 60% de lasexportaciones totales de Chile a Chinay, si se suman otros recursos naturalesy procesados, expresan 90%. Con lafirma del acuerdo de libre comercioentre estos países , lo más probable esque se consolide esta tendencia.

En cuanto a Brasil, sus ventas a Chi-na crecieron a un promedio anual de60% debido, sobre todo, al aumentode exportaciones de soja (Brasil es elsegundo productor mundial luegode EEUU, y China es el principalcomprador de soja) y también deacero15.

Por su desarrollo industrial y tecno-lógico, Brasil tiene un intercambiomás equilibrado con China que elresto de los países latinoamericanos:es el único país de la región que ex-porta al gigante asiático manufactu-ras industriales, como repuestos deautomóviles, y productos de tecnolo-gía espacial. En esta línea, Brasil fir-mó un acuerdo con China paraconstruir dos satélites de sensoresremotos, un convenio de coopera-ción aeronáutica bilateral para pro-ducir aviones y una asociación entrela siderúrgica Vale do Rio Doce yBaosteel para la producción de acero.

Pero, a pesar de estas diferencias, laparticipación de las exportacionesprimarias brasileñas en las ventas aChina es, como en el resto de los paí-ses latinoamericanos, mayor que laque tienen en las exportaciones tota-les. Y buena parte de las inversioneschinas en Brasil están vinculadas a laextracción y el transporte de bienesprimarios. Un ejemplo es el proyectode inversiones en ferrocarriles desti-nado a abaratar el transporte de soja,que hoy se realiza fundamentalmen-te por carretera.

En el Cono Sur, el aumento de la de-manda china genera temores por suefecto futuro, pero entusiasmo en elpresente. En el caso de México, encambio, los temores son tanto futuroscomo presentes. Con su ingreso alTratado de Libre Comercio de Améri-ca del Norte (Tlcan), México aumentósu comercio con EEUU y su especia-lización en la exportación de pro-ductos industriales ensamblados ensu territorio, en una suerte de pri-marización industrial. El ascenso deChina reveló la vulnerabilidad delmodelo elegido. Debido al bajo cos-to de su mano de obra y la produc-tividad generada por la tecnología,China puede competir con la ma-quila mexicana en el mercado esta-dounidense, a pesar del mayor cos-to de transporte que debe afrontar.

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15. Ministerio do Desenvolvimento, Indus-tria e Comercio Exterior (Cecex), página web:<www.desenvolvimento.gov.br>.

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De hecho, en los últimos años Chinadesplazó a México como principal so-cio comercial de EEUU. México, aligual que Centroamérica, perdió unacuota importante del mercado esta-dounidense en textiles y confeccio-nes, aparatos eléctricos y electróni-cos, especialmente en equipos decomputación. Para colmo, mientraslas exportaciones mexicanas a Chinason poco significativas, las de esepaís a México han crecido hasta ocu-par el segundo puesto. Finalmente,México ha sufrido la competencia deChina como destino para las inversio-nes: en los últimos años, numerosasempresas redujeron o desmantelaronsus instalaciones para trasladarse aChina y, desde allí, competir por elmercado estadounidense.

El Mercosur frente a China

La visita del presidente chino Hu Jin-tao a varios países latinoamericanosen noviembre de 2004 puso de mani-fiesto la fragilidad del Mercosur enun punto crucial. El mandatario chinoviajó con el objetivo de estrechar rela-ciones en el contexto de una estrate-gia, replicada luego en África, paraconsolidar sus redes de abasteci-miento de productos primarios ycommodities industriales. En este mar-co, uno de los puntos centrales de laposición china consistía en obtener elreconocimiento como economía demercado, lo que permite que los liti-gios comerciales se planteen en la Or-ganización Mundial de Comercio y

cancela la posibilidad de que un paísaplique represalias comerciales o me-didas antidumping unilaterales frentea China. En otras palabras: los paísesque reconocen a China como unaeconomía de mercado resignan ins-trumentos fundamentales de presión.Por ese motivo, las naciones indus-trializadas no admiten ese estatus.

La demanda china ofrecía unaoportunidad para que el Mercosurnegociara en forma conjunta el re-conocimiento, pero la reacción delos gobiernos demuestra que no ha-bían tratado el tema. Más aún, el re-conocimiento de Brasil, adonde HuJintao viajó primero, causó sorpresaen Argentina, que se vio virtualmenteobligada a dar el mismo paso. Comocontrapartida, China ofreció levantartrabas sanitarias y a las inversiones.De no haberse aprobado el reconoci-miento, China hubiera obstaculiza-do exportaciones de los países lati-noamericanos, como había hecho pocoantes con embarques de soja brasi-leños y argentinos, utilizando argu-mentos sanitarios.

Es paradójico, pero el Mercosur tuvouna posición más firme en la negocia-ción comercial con EEUU que conChina. En contraste con la aceptaciónde la negociación individual encaradapor Argentina y Brasil con China, en ladiscusión por el Área de Libre Comer-cio de las Américas (ALCA) el Merco-sur exigió –y logró– que Washingtonaceptara una negociación 4+1, lo que

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implica contemplar a los cuatro paí-ses como un bloque.

El atractivo del mercado chino, el ca-rácter imperativo con que ese paísplanteó la negociación y la falta depercepción sobre la complejidad y lospeligros del desafío que implica paraAmérica Latina contribuyeron a quelos gobiernos admitieran esa posi-ción de debilidad frente al giganteasiático.

Responsabilidades

Las tendencias del mercado mundialy, en particular, la emergencia chinaplantean para América Latina impor-tantes oportunidades y desafíos, tan-to en los mercados internos como enlos terceros mercados16. Las perspec-tivas de la región en ese sentido de-penden de la evolución de esos mer-cados, pero fundamentalmente de larespuesta de los gobiernos y las insti-tuciones regionales.

Todo indica que la tendencia de losprecios relativos refuerza la necesi-dad de encarar políticas proactivaspara contrarrestar el estímulo a laprimarización y aprovechar el incre-mento de la demanda para, comoplantea la Cepal, avanzar en el mon-taje de cadenas de valor y en la di-versificación y valorización de lasexportaciones. La alternativa es, ensuma, dejarse llevar por la corrientede la historia hacia un nuevo y máscomplejo esquema de asimetrías, de-pendencia y vulnerabilidad comer-cial, o sustituir importaciones y ex-portaciones. Esto es, precisamente,lo que hace China.

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16. Sobre este tema, v. Centro de Economía In-ternacional: «El comercio de la Argentina conChina» en <www.cei.mrecic.gov.ar>, junio de2004; Cepal: «Panorama de la inserción interna-cional de América Latina y el Caribe, 2004. Ten-dencias 2005» en <www.eclac.org>; Carlos Gal-perín, Gustavo Girado y Eduardo RodríguezDiez: «Consecuencias para América Latina delnuevo rol de China en la economía internacio-nal: el caso argentino» en Integración & ComercioNo 24, BID / Intal, 1-6/2006.

Pena de muerte. Status quaestionis en el magisterio actual de la Iglesia, Mons. NorbertoStrotmann. Discípulos en el seguimiento de Jesús, Eduardo Arens. Condiciones para lograruna reconciliación, Salomón Lerner Febres. Evangelización y pastoral ante la violencia. De-safíos morales y pastorales en una sociedad senderizada, Francisco Moreno Rejón. Empleodigno en el Perú. El rol de los actores sociales, Sylvia Cáceres Pizarro. María Ángela Cánepa. Senos fue antes de tiempo, Susana Villalobos y Fryné Santisteban. Carta a Ignacio Ellacuría. A laespera de una asamblea y un documento «con espíritu», Jon Sobrino. Nuestro compromiso conla educación. XVI Congreso Nacional de la Confiep. La lucha contra la corrupción. Consejo Pon-tificio para la Justicia y la Paz III. Simposio Latinoamericano de Teología India.

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Diciembre 2006Lima

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